La formación ciudadana y crítica responsable en el proceso de

Rev. Cub. Med. Dep. & Cul. Fís. 2014; Vol. 9, Núm. 2
ISSN: 1728-922X
“LA FORMACIÓN CIUDADANA Y CRÍTICA RESPONSABLE EN EL PROCESO DE
APRENDIZAJE”
Msc. Paul Andrade Ubidia. Profesor – Investigador Universidad Técnica del Norte.
Ibarra-Ecuador [email protected]
Msc. Marcelo Méndez Urresta Profesor – Investigador Universidad Técnica del Norte.
Ibarra-Ecuador
Msc. Elmer Meneses Salazar Profesor – Investigador Universidad Técnica del Norte.
Ibarra-Ecuador
Resumen:
Los problemas que aquejan al mundo de hoy demandan cada vez más la preservación
del ser humano. Las universidades son las encargadas de formar no solo a profesionales
de calidad, sino a los ciudadanos que irremediablemente tienen que vérselas con las
contradicciones que ponen en peligro la Humanidad.
De ahí la necesidad de que los centros de Educación Superior asuman la Formación
Ciudadana como una de las dimensiones de desarrollo personal de los estudiantes. Esta
formación implica la adquisición no solo de conocimientos sino la adquisición de valores
y actitudes que permitan la participación activa de la vida del país, de la comunidad y del
grupo.
Lograr la participación conlleva el desarrollo, dentro de otras cuestiones, de una crítica
responsable. La reflexión supone la argumentación que posibilita juzgar la realidad con
compromiso y flexibilidad, asumiendo de forma responsable las consecuencias. De la
incorporación a sus diferentes ámbitos este tipo de formación, y así el desarrollo de la
criticidad comprometida y responsable dependerá que las sociedades cuenten con
personas que puedan transformar el mundo para que sea el hábitat mejor del hombre.
Palabras Claves: valores, formación pedagógica, crítica responsable, educación superior.
1
Summary:
The problems that afflict the world of today demand more and more the human being's
preservation. Universities are the persons in charge to form did not sole to professionals
of quality, but to the citizens that irretrievably have to see him with the contradictions that
jeopardize humanity.
From there the need of than the Superior centers of education assume the Civic Formation
like a one belonging to the dimensions of personal development of the students. This
formation implies the acquisition did not sole of knowledge but the acquisition of moral
values and attitudes that they enable the active participation of the life of the country,
community and group.
Achieving the participation bears the development, within another issue, of a responsible
criticism. The reflection supposes the argumentation that makes it possible to decide the
reality with commitment and flexibility, assuming of responsible form consequences. Of
the incorporation to his different spaces this type of formation and the engaged and
responsible criticism development will that way depend that societies count with people
that they may transform the world in order that they be the man's better habitat.
Introducción:
El futuro desarrollo de la humanidad, dependerá en buena medida, de la calidad con que
la sociedad y la educación superior se articulen en un proceso, cuyas metas
fundamentales sean la integración social y el desarrollo personal del universitario, como
aspectos esenciales de su formación integral.
Es así que en la Conferencia Mundial de Educación Superior, (2009), promueve el
alcance de las metas de desarrollo consensuadas en el ámbito internacional, tales como
los Objetivos de Desarrollo del Milenio y Educación Para Todos que dice en uno de sus
artículos: “Al tiempo que se expande el acceso, la Educación Superior debe perseguir las
metas de la equidad, la pertinencia y la calidad simultáneamente.
2
La equidad no constituye únicamente una cuestión de acceso – el objetivo debe ser una
participación exitosa y la culminación de los estudios, así como el aseguramiento del
bienestar estudiantil, con apoyos financieros y educativos apropiados para aquellos que
provengan de hogares y comunidades pobres y marginadas”.
Se asevera esa necesidad de seguir concentrando esfuerzos individuales y colectivos
para tener una culminación exitosa del proceso educativo, principalmente a través de la
ayuda a los más necesitados, para que al terminar su formación educativa sean personas
insertadas en la sociedad de manera activa, crítica, con voz y voto desde una formación
ciudadana responsable.
La UNESCO por su parte, reconoce cuando dice: “La educación ilumina cada etapa del
camino hacia una vida mejor, especialmente el de las personas pobres y las más
vulnerables. Sin embargo, el poder sin igual de la educación para favorecer el alcance de
los objetivos más amplios de desarrollo solo puede ser plenamente efectivo si se ejerce
en la equidad. Ello supone esforzarse principalmente para que todos los niños y jóvenes
-independientemente de cuál sea su ingreso familiar, el lugar donde vivan, su sexo, su
pertenencia étnica o su posible discapacidad puedan beneficiarse por igual de su poder
transformador.
La educación da armas a las niñas y las jóvenes, en particular, aumentando sus
posibilidades de conseguir trabajo, mantenerse en buena salud y participar plenamente
en la sociedad, al tiempo que mejora las posibilidades de sus hijos de llevar una vida
sana.”
Cabe recordar que la UNESCO ha recomendado, desde 1979, que los países inviertan
en el sector educativo, al menos entre el 7 y el 8% del Producto Interno Bruto. Los
Ministros de Educación, reunidos por la UNESCO en la Ciudad de México, acogieron este
compromiso en la “Declaración de México” de 1979. Sin embargo, son pocos los países
que están acercándose a ese porcentaje.
3
En las últimas décadas se ha enfatizado la necesidad de profundizar en la exploración
de metas precisas para el perfeccionamiento de la educación , pues sus funciones
esenciales - relativas a la transmisión de la cultura y la historia nacional, la integración de
las poblaciones, la formación de los ciudadanos para la participación en la vida social, así
como la formación de valores y el acceso a la escolaridad y la alfabetización para el logro
del crecimiento económico de las naciones, han quedado como propósitos insuficientes
frente a la falta de apoyo económico de los gobiernos.
En tal virtud, los retos de la Educación Superior, especialmente en América Latina, están
despertando de ese letargo y siendo ahora respaldados de tareas específicas hacia los
actores de las sociedades, desde: la familia como base fundamental de la misma,
seguidos por los maestros y estudiantes que son los ejes de la tarea educativa como tal,
hasta llegar a las autoridades y políticas de un país, siendo quienes gestionen los
recursos necesarios para una correcta formación ciudadana
que implica la
responsabilidad en sus criterios.
De tal modo que, se pretende formar alumnos, futuros ciudadanos y ciudadanas, que
sepan desenvolverse en un mundo impregnado de avances científicos y tecnológicos,
que sean capaces de adoptar actitudes responsables, tomar decisiones fundamentadas
y resolver los problemas cotidianos.
La formación ciudadana a través del desempeño docente es un campo necesario de la
educación actual, ya que crea un lugar de posibilidad para la innovación del quehacer
educativo. Esta afirmación se sustenta, a su vez, en el reconocimiento del papel principal
que juega el profesor en las transformaciones pedagógicas. Aún más, decir que la
formación docente pertenece a todas las personas que trabajan en educación y no sólo
a los maestros, a quienes forman profesores; sino a la comunidad en general de quien
cada día se aprende algo.
4
La Formación Ciudadana, parte de la formación integral de la educación superior, a través
de la cual, ésta desarrolla sus potencialidades como un participante activo, crítico y
dinámico de la comunidad, revelándose así como un elemento distintivo dentro de la
relación de la universidad con la sociedad.
De esta manera, se considera como un proceso continuo y ordenado de apropiación
individual de un conjunto de saberes y valores que establecen la perspectiva importante
activa y creativa del sujeto ante la vida pública y se expresa en las relaciones que
establece en los espacios sociales de convivencia.
Como lo pone de manifiesto Boff (1997):”la ciudadanía es un proceso a través del cual
se atribuye a todos los individuos el derecho a participar conscientemente en la vida
política y cultural, el derecho a trabajar y a la participación en la riqueza producida por el
trabajo”. El “participar conscientemente”, como lo expresa el autor, implica tomar
conciencia de lo que se dice y se hace, siendo responsables en todo el accionar diario.
Así también Arias (1995) manifiesta: “ser un ciudadano significa asumir un carácter activo,
transformador y creativo en la realización de una tarea que lo pone en relación consigo
mismo, o con procesos sociales de manera voluntaria, intencional y consciente”.
Motivo por lo cual esta formación debe preparar a los ciudadanos para desenvolverse en
una sociedad global, pero a su vez, debe ser capaz también de mantener y fomentar el
respeto por las tradiciones y costumbres del país.
Esto supone la promoción y defensa de una manera de vivir cotidiana y de crecer como
personas, lo cual implica: tener autonomía personal, identidad cultural, tolerancia crítica
y justicia social.
Frente a ello, la Universidad tiene el gran desafío de desarrollar ciudadanos con
capacidades para interpretar el mundo que los rodea, debido a ello la criticidad con la que
enfrenten los retos, se convierte en una herramienta indispensable para lograrlo.
5
En tal sentido, esta debe velar por desarrollar las capacidades de comprensión crítica
adecuadas para entender e interpretar cabalmente lo que se lee y se escucha.
En los últimos años, la educación universitaria ha experimentado cambios: la enseñanza
puramente memorística está dando paso a una que privilegia la tendencia crítica, cuyo
objetivo es que los estudiantes desarrollen intuición perceptiva, control emotivo, discusión
analítica, entre otras maneras. El desafío de los educadores es formar y desarrollar
personas críticas, autónomas, pensantes y productivas.
Esos cambios ,permitirán que el futuro profesional tenga habilidades perceptivas, haga
cuestionamientos permanentes, construya y reconstruya saberes, sea de mente abierta,
posea una valoración justa, tenga control emotivo y sea critico responsable.
Los estudiantes serán capaces de defender y demonstrar sus valores intelectuales y
particulares, brindar y criticar argumentos, valorar el punto de vista de los demás, de esta
manera, se prepara personas para que gocen de una vida productiva, responsable y
grata.
Esta responsabilidad incluye activamente al universitario en el proceso de su formación
moral. A través de este, él aplica su capacidad de juicio a la propia historia y experiencia
personal para mejorarla. Por ello, es un proceso auto regulador que favorece la
comprensión e interpretación de las causas y significado social de su comportamiento,
de acuerdo con los valores que regulan la vida en comunidad, de modo que el ciudadano
asume una posición protagónica en el desarrollo de la sociedad, siendo un ente critico
constructivo para el país y el mundo.
El ser un ciudadano critico implica entender que la criticidad según López (2000) es: “la
potencialidad o tendencia a conocer la realidad con verdad, y la pregunta es la llave que
abre la posibilidad de hacerlo, se puede intentar definir el pensamiento crítico como el
ejercicio de esa potencialidad, como la actualización de la criticidad.
6
El pensamiento crítico es, entonces, el pensamiento ordenado y claro que lleva al
conocimiento de la realidad, por medio de la afirmación de juicios de verdad.
Como manifiesta esta definición, conocer la realidad con verdad, debe ser la prioridad
para el ciudadano universitario, para que sus expresiones criticas sean un aporte activo
en los avances de la sociedad.
Para ello debe procurarse expresarse con claridad, ordenando el pensamiento en
secuencias estructuradas, controlando las respuestas, sabiendo lo que se está haciendo
y lo que debería haberse hecho antes de llegar a cualquier conclusión.
Es esa interacción ciudadana se pretende comprender al otro, valorando y respetando su
diferencia, es una actitud que mueve el respeto a la diversidad y está íntimamente ligada
a la equidad, la justicia y la paz. Así como también, la formación y desarrollo de la
personalidad, las capacidades de autonomía, juicio y responsabilidad, formados en
niveles de excelencia en el conocer y el hacer.
Lipman (1990), señala que parece haber un acuerdo en que el pensar críticamente
aumenta la capacidad de resolver problemas; sin embargo, no existe un acuerdo sobre
el tipo de habilidades de pensamiento crítico, ya que, dependiendo de la disciplina que
manejen, los autores señalan habilidades lógicas, lingüísticas, estadísticas y de
investigación o de cuestionamiento. De acuerdo al autor, la capacidad de resolver
problemas de manera crítica, es un pilar esencial en la investigación, toda vez que la
metodología que utilice el maestro es la que permitirá realizar cambios significativos al
hacer. No obstante, este autor señala que todas estas habilidades están sujetas o
dirigidas al juicio y que éstos se basan en criterios, así es que los criterios son
fundamentales en todo pensamiento crítico.
7
Lipman (1990) identifica en su programa el pensar críticamente con el pensar por sí
mismo, de manera que el formar personas críticas significaría concretamente, en este
contexto, formar personas que sepan pensar por sí mismas, dando razones e
identificando los criterios que orientan o fundamentan estas razones. Este proceso
formativo generará, entonces, personas más capaces de autodeterminarse, más dueñas
de sí mismas (autoapropiadas).
Como lo manifiesta Martínez (1986) : "decimos que la acción tiene la propiedad de
criticidad cuando el sujeto es capaz de confrontar los criterios que selecciona para
orientar su acción, con la realidad objetiva “La confrontación de criterios busca afianzar
el criterio propio, toda vez que haya sido fundamentado responsablemente, lo que
permitirá valorar el criterio de los demás.
Es por eso que el papel que cumple la crítica responsable en la formación de ciudadanos
asertivos es fundamental, lo que implica erradicar desde las aulas universitarias el no
permitir espacios para la reflexión y el debate, impidiendo así el desarrollo del
pensamiento crítico.
Consecuencias de esas prácticas ha dado lugar a que el maestro se transforme en
transmisor de verdades acabadas y el estudiante realiza las veces de receptor de
información. Tal como lo afirma Freire al decir: En vez de comunicarse, el educador hace
comunicados y depósitos que los educandos memorizan y repiten.
Tal es la concepción bancaria de la educación, en que el único margen de acción que se
ofrece a los educandos es el de recibir los depósitos, guardarlos y archivarlos…en el
fondo los grandes archivados en esta práctica equivocada de la educación son los propios
hombres, ya que al margen de la búsqueda, al margen de la praxis los hombres no
pueden ser.
8
En esta visión distorsionada de la educación no existe creatividad alguna, no existe
transformación ni saber, solo existe saber en la invención, en la reinvención, en la
búsqueda inquieta, impaciente permanente que los hombres realizan en el mundo, con
el mundo y con los otros “(Freire, 1975, Citado por MORANTE ,2007).
Es por estas y otras razones, que la educación, especialmente la universitaria, debe
transformar el accionar docente, creando desde las aulas, espacios donde predomine la
reflexión crítica, el argumento, los juicios y el debate ante los temas planteados por los
maestros.
Los estudiantes deben ser los que impulsen ese cambio, de dejar de ser un ente pasivo
a ser un ente activo, con actitudes diferentes frente a situaciones cotidianas, donde reine
la conciencia y el espíritu crítico como medios para pensar de mejor manera y de forma
responsable y así tratar de llegar al fondo de las cosas.
Canfux Y Rodríguez (2003) realizan un análisis muy interesante acerca del elemento
criticidad , visto fundamentalmente en relación al quehacer del profesor, partiendo de Ya
Galperin para quien la criticidad es “que el sujeto que aprende se forme un punto de vista
propio respecto a lo aprendido y sea capaz de defenderlo”, a lo que añade que “para
lograr la criticidad, el individuo debe concientizar sus propios criterios, es decir, ser capaz
de explicar en el plano lingüístico el por qué, para que ,y el cómo de la acción que realiza.
“Lo anterior implica que “el desarrollo de la criticidad como propiedad del pensamiento
depende la concientización que tenga el sujeto de sus propios criterios”. (Citado por
MORANTE,2007).
Dichos planteamientos corroboran a la formación de un ciudadano responsable con sus
pensamientos y palabras, haciéndolas propias y defendiéndolas ante cualquier público y
en todo momento. Esto le permitirá tener autonomía en su ideología, será un profesional
que aporte significativamente a la sociedad con sus ideas, planteamientos y soluciones
creativas. Labor que debe practicarse en todo momento en las aulas de clase, con actores
educativos abiertos al cambio, con predisposición crítica hacia los cambios sociales,
políticos, educativos y tecnológicos.
9
Así también GUERRERO (1999) resalta la importancia del desarrollo de la valoración
crítica en las aulas”…este tipo de pensamiento es poco alentado en la escuela tradicional
desde los primeros años debido al sobrecupo en los grupos y a la falta del conocimiento
de los docentes sobre cómo desarrollar esta habilidad “. Debido a ello los estudiantes,
futuros profesionales, lamentablemente se educan con esas deficiencias que a la larga
obstaculizan el avance de la sociedad.
Por tal razón, la formación de los nuevos ciudadanos debe ser prioridad en la Educación
Superior y así aportar en beneficio de un pueblo más educado y responsable.
RUGARCIA (1998) por su parte considera que: “enseñar a pensar crítica y creativamente
o desarrollar habilidades de pensamiento que subyacen a esta manera de pensar,
radicalmente diferente del pensamiento repetitivo, es la tarea más urgente y relevante de
la educación a todos los niveles y en todas partes.” (Citado por MORANTE, 2007).
Tarea que paulatinamente están asumiendo los centros educativos, toda vez que la
cantidad de información existente al alcance de la juventud, necesita de un
procesamiento critico arduo para que llegue apropiarse el estudiante y haga con el una
herramienta de uso diario la misma que le permitirá ser tomado en cuenta por la sociedad.
Por su parte el colectivo de autores del CEPES (2001, p.193, 196,197) también se
pronuncia al respecto: “…se postula la formación de profesionales con un desarrollo
autónomo de su personalidad, críticos, activos y reflexivos”, mediante “el desarrollo de
un pensamiento dialectico, analítico e integrador que permita al estudiante descubrir las
contradicciones, acercarse críticamente a la realidad. “(Citado por MORANTE, 2007).
10
Dicho acercamiento a la realidad implica procesos de transformación social, donde el
criticar responsablemente sea un ejercicio cotidiano en las aulas, como lo expresa
RICHARD, Paul (1989):”el arte intelectual de caminar fuera de nuestro propio sistema de
creencia, llega a ser una naturaleza para nosotros en el orden de reconocer la
argumentación y el análisis de los argumentos como profundamente esencial para
nuestro rol como agentes morales”. Citado por MORANTE ( 2007).
Esta capacidad de argumentar, debe ser práctica diaria por parte del docente,
incentivando a los estudiantes a investigar a fondo lo que llega de información a sus
manos, creando en ellos hábitos de exploración, los cuales permitirán confrontar criterios
y apropiarse de uno para defenderlo en donde la reflexión posibilita juzgar la realidad
con compromiso y flexibilidad, asumiendo de forma responsable las consecuencias.
De tal forma que la argumentación es parte esencial para llegar a tal objetivo, permite
una forma de persuadir o de lograr una adhesión de un determinado auditorio, pero
apoyándose más que todo en criterios responsables. Según DIAZ (2002) alude que: “con
la argumentación se busca fundamentalmente convencer, lo cual puede obedecer a
necesidades como influir en la opinión de alguna persona o grupo social, modificar alguna
opinión del auditorio, disuadir a quienes se muestran opuestos a un punto de vista,
minimizar las hostilidad hacia una determinada tesis, justificar una convicción o refutar
puntos vista que no se comparten”.
Por otro lado, IPARRAGUIRRE, ALEXIS Y RIQUEROS, JOSÉ MARTA (2003:184)
indican que argumentar es “ofrecer argumentos para probar la validez de una afirmación
la que se defiende y a la que se denomina postura, propuesta, tesis o causa. La
argumentación se basa en un mecanismo sencillo: la validez de los argumentos supone
la validez de la tesis”. Es decir, es un ejemplo de razonamiento que se modela como la
certeza de una tesis en donde esta se produce por la firmeza de argumentos o
razonamientos formulados.
11
Es así que el resultado de pensar de manera crítica es la afirmación de un juicio de
verdad, después de haber reunido pruebas y ponderado las evidencias suficientes;
surgen preguntas críticas como: ¿Es verdad esto? ¿Le entendí correctamente? ¿En
realidad esto es así o sólo es apariencia? Es decir, este análisis crítico emerge del
pensamiento analítico y creativo. No puede juzgarse –criticar- si antes no se ha
comprendido correctamente. Sin una adecuada comprensión no hay posibilidad de juicio
verdadero.
Conclusiones:
A partir de la crítica responsable es posible afrontar los valores que están presentes en
las tradiciones, costumbres, creencias y rituales, expresados en comportamientos
individuales y colectivos y formas de interacción que regulan la construcción de lo
comunitario.
El profesor universitario debe precisar conjuntamente con el alumno en qué medida estos
valores influyen en la construcción de una cultura de paz. Es necesario considerar que la
Educación es un eje de desarrollo humano, por lo que ésta se constituye en un modelo
que se consolida en la formación y actuación de un docente ejemplar ,pleno de valores
que fundamenten su formación ética y moral, pues es la formación de valores, y en
particular el de la responsabilidad, un reto para la educación.
En tal sentido, SAVATER (1998) afirma que “…La ética es una actitud, una reflexión
individual sobre la libertad propia en relación con la libertad de los demás y con la libertad
social en la que nos movemos…”. Así, formar en valores asegura el desarrollo del
individuo para ejercer su rol con ética socialista, y además construye al hombre libre en
el marco de la verdadera democracia que se decide forjar.
12
Por lo que, de manera complementaria, nos dice Lissette Mendoza en su trabajo Cultura,
Educación y Valores, que…proyectado como una necesidad, la formación de un hombre
correspondiente a sus exigencias y propósitos…lo que es al fin y al cabo, lo que le otorga
esencialidad y un lugar significativo en la realidad…”
Valores necesarios para una mejor convivencia, donde no será necesario tener un texto
para ensenarlos, sino, debería ser desde el ejemplo del profesor, de la familia, desde la
práctica cotidiana de ellos, en donde se vayan formando hábitos para actuar
correctamente ante un determinado grupo social.
De ahí la necesidad de que los centros de Educación Superior asuman la Formación
Ciudadana como una de las dimensiones de desarrollo personal de los estudiantes. Esta
formación implica la adquisición no solo de conocimientos sino la adquisición de valores
y actitudes que permitan la participación activa de la vida del país, de la comunidad y del
grupo.
Se logra así ,una correcta inserción en la vida profesional, donde el estudiante vaya a ser
el responsable de cambiar las formas tradicionales de comportamientos sociales. Su
aporte debe estar encaminado a respetar, valorar y confrontar los pensamientos de los
demás, siempre enmarcados en un ambiente de paz y tolerancia, con el único afán de
aprender más y llegar a descubrir la verdad de manera crítica y responsable.
A modo de resumen , se puede definir a la Criticidad Responsable como la habilidad que
tiene el ser humano de actuar dentro y fuera de su entorno, conociendo la realidad
objetiva de las cosas, basada en argumentos teóricos, científicos o estadísticos; lo que
le permitirá confrontar criterios y dar opiniones de manera convincente y certera,
actuando así de manera responsable al expresar su opinión.
13
BIBLIOGRAFÍA:
- Arias, H. (1995)
- Boff, Leonardo. (1997)
- Canfux, V. y M.E. Rodríguez: “Acerca del estudio de la reflexión y la criticidad en el
pensamiento del profesor universitario”. Revista Cubana de Educación Superior .Ciudad
de la Habana ,2003.
- Díaz Barriga, Frida. “Habilidades de pensamiento crítico sobre contenidos históricos en
alumnos de bachillerato”. Revista Mexicana De Investigación Educativa. México, D.F,
2001.
- Freire, Paulo: Educación Como Práctica De Libertad. Buenos Aires, 1975.
- Guerrero ,1999.
- Iparraguirre, Alexis Y Riqueros, José Marta .2003
- Colectivo de autores del CEPES: “La educación de valores en el contexto universitario”.
Ciudad de la Habana, 2001.
- Lipman (1990)
- López, M. (2000)
- Martínez, Graciela (1986)
- Morante Álvarez, Patricia: La Habilidad de valoración crítica como elemento potenciador
de la calidad de la producción en la enseñanza especializada de las lenguas extranjeras.
Tesis de Maestría. Ana Victoria Castellanos, Tutor.-Ciudad de la Habana, 2007.
- Paul Richard: Critical Thinking What Every Person Needs To Survive In A Rapidly
Changing World. (Traducción de la Lic. Yohanis Pérez Veiga). Ciudad de la Habana,
1990.
14
- Rugarcia, A. “El desarrollo de la criticidad en la docencia”, Revista Didac .México, D.F.
,1998.
Portilla, C. y Rugarcía, A: El pensamiento crítico y creativo y la Educación Superior.
Puebla, Universidad Iberoamericana, 1993.
- Savater .1998.
-UNESCO (1998) Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI:
Visión y acción, Conferencia Mundial sobre la Educación Superior. Disponible en:
http://unesdoc.unesco.org/images/0011/001163/116345s.pdf
15