prólogo / prologue En la fotografía de naturaleza, se unen como en

pr ólog o / p ro logue
En la fotografía de naturaleza, se unen como en ningún otro medio creativo la
experiencia del viaje con un gozo que se nutre en fuentes primarias, tratando el
fotógrafo de expresar en los límites de un encuadre y en los márgenes posibles de
registro de la luz y el color algo que es en esencia imposible de abarcar; de esa
imposibilidad surge la pasión por la preservación de los entornos naturales: el ser
humano encuentra una resonancia fundamental y trascendente cuando entra en
contacto con su origen, con ese vasto horizonte en donde puede encontrar su
lugar y una posible armonía, misma en la que se reconoce como una parte humilde
y agradecida. El viaje al entorno natural se convierte en algo más que una simple
metáfora del ajetreado recorrido de la vida.
Además de con su equipo, este tipo de fotógrafo viaja consigo mismo a cuestas,
retando a su carácter y reconciliándose con él, descubriéndose de una manera
paradójica: diluyendo la gota de su ego en las vastas aguas de lo otro. Aunque
ande acompañado, su experiencia es individual y es interna la relación entre sus
sentidos y el objeto retratado. César Octavio Larrañaga busca en sus fotografías
equilibrar su naturaleza impetuosa con los en tornos que le otorguen equilibrio.
Entre el ímpetu y la serenidad, entre la curiosidad y el asombro, encuentra en
ocasiones en el azul del firmamento y en los horizontes abiertos algo fundamental
que descubre y quisiera expresar de sí mismo. Pero en otros casos no desea que
se le escape un encuentro fugaz, esos momentos en los que un milagro acontece
en la selva para no repetirse nunca. Él desea trasmitirnos la pasión del que explora,
del que siempre trata de mirar las cosas como si las mirara por primera vez. Pero
también esta pasión experimenta de manera violenta la depredación y la
negligencia. La mirada de César Octavio es distante al temperamento frío y
objetivo, e incluso en los más serenos de sus paisajes se detecta el pulso del que
ama lo que registra con su lente, del que tiende a tomar las cosas buenas y malas
como un asunto personal.
Junto al deseo de perpetuar el asombro tanto en lo más sublime como en lo más
sencillo, se destila también en algunas de sus fotografías un gesto de
reconocimiento a la diversidad y la aspiración de dejar patente la dignidad como un
atributo de lo bello; no solamente la digna expresión de los entornos naturales y
arqueológicos, de la flora y la fauna, sino también de los humanos, de los que
fueron y de los que son. Para él, tomar fotografías es como extender y estrechar
las manos; y él las extiende y estrecha con la ahora extraña cualidad de la
franqueza.
jorge reynoso pohlenz
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pr olog ue / p rólogo
In nature photography, as in no other creative medium, the experience of traveling
and a joy nourished from elemental sources come together, as the photographer
tries to express within the limits of a frame and the boundaries of light and color
registry that which is in essence impossible to encompass; it is from this
impossibility that a passion arises for the preservation of the natural environment:
human beings find a fundamental and transcendental resonance when they get in
touch with their origins, with that vast horizon where they can find their place and
a possible harmony, in which they recognize themselves as a humble and grateful
part of the whole. The journey to the natural environment turns into more than
just a simple metaphor of the bumpy road through life.
In addition to his equipment, this kind of photographer carries himself on his back,
challenging his character and reconciling with it, finding his own self in a
paradoxical way: diluting the drops of his ego into the vast waters of the Other.
Even though he has company, his is an individual experience and the relationship
between his senses and the portrayed object is also internal. In his pictures, César
Octavio Larrañaga seeks to find a balance between his impetuous nature and his
surroundings. Between drive and tranquility, between curiosity and astonishment,
he sometimes finds in the blue skies and the wide horizons something essential
about himself that he would like to express. But in other cases he doesn't want
even the most fleeting encounter to escape him, those moments in which a
miracle takes place deep in the jungle, never to be repeated again. He wishes to
convey the passion of the one who does the exploring, of the one who always tries
to look at things as if he were seeing them for the first time. But this passion also
experiences depredation and negligence violently. The eye of César Octavio is
removed from the cold and objective temper, and even in his most serene
landscapes you can feel the pulse of the one who loves what his lens registers, of
the one with a tendency to take the good and bad things as a personal matter.
Along with the desire to perpetuate the sense of astonishment from the most
sublime to the simplest things, some of his photographs also radiate a gesture of
recognition of diversity and an ambition to establish dignity as an attribute of
beauty; not only the dignified expression of the natural and archeological
surroundings, of flora and fauna, but also of human beings, of the ones who were
once and the ones who are now. For him, taking pictures is like extending
outstretched hands; and he extends them and shakes them with the strange
quality of frankness.
jorge reynoso pohlenz
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