Cómo enseñar - Libros y Regalos con mensaje un detalle

Cómo enseñar
Valores
que duren
desde los 4 hasta los 99 años
Autor
Pablo Zamora Calvo
Contenido
¿Por qué enseñar valores en la escuela?
Cómo enseñar valores que duren; por:
Pablo Zamora Calvo
Publicado por: Fundación Zamora Editorial
Carretera Intenacional al Norte Km. 1205 L-19B
Mazatlán, Sinaloa; México.
Tel. (669) 984 75 10
©2013 Pablo Zamora Calvo
Correo electrónico: [email protected]
Distribuido por: Libros y regalos con mensaje
www.librosyregalosconmensaje.com
©Todos los derechos reservados.
Prohibida su reproducción parcial o total, por cualquier
medio. Excepto breves citas, que incluyan la fuente.
ISBN: Pendiente
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Felicidad y valores
10
Una cerca o una ambulancia
20
Concepto de valores
22
Relación y diferencias con la materia de
cívica y ética
26
Cómo inculcar valores con el método de
construcción de convicciones
30
Importancia del enfoque en la educación
en valores
41
Los 7 valores básicos
43
10 técnicas para inculcar valores en el aula
171
Los valores del maestro de excelencia
199
1ra. Impresión 2013
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Introducción
E
stoy convencido que educar en valores a un niño o a
un adolescente, es la más importante misión de una
institución educativa y por lo tanto, de un maestro. La mayoría de los maestros requieren ayuda en este tema: y ésta es
precisamente la razón de ser de este libro. Ayudar al maestro
a educar eficazmente en valores.
La idea tradicional de que la familia es forjadora de valores
y habilidades para la vida, está quedando rebasada debido a
las grandes presiones de tiempo laborales y sociales, a las cuales los padres se enfrentan en la actualidad. Es por esto que
la única opción válida de ayuda para los padres es la escuela,
el maestro. Ahí radica la importancia presente del maestro
como detonador del verdadero cambio social. Las políticas
públicas pueden ayudar, los políticos pueden ayudar, los medios pueden hacer lo suyo, pero a quienes se dedican a la
enseñanza corresponde la labor de educar.
En todo el mundo, la tendencia de las instituciones educativas de excelencia del siglo XXI es su orientación hacia
la formación del carácter (valores) y habilidades para la vida
como una prioridad. Los maestros necesitan actualizarse en
esta área para adecuarse a la nueva tendencia.
El mundo ha entrado en una de las épocas de cambios más
profundos y complejos de la historia de la humanidad. Sabemos bien que la mayoría de nuestros niños y adolescentes
no están preparados para afrontarlos. Los padres y maestros
son conscientes de estos cambios y saben que las asignaturas
tradicionales –lectura, escritura y aritmética– son necesarias,
pero no suficientes. La educación en valores es una prioridad.
5
Cómo enseñar valores...
Este libro tiene como objetivo responder las preguntas básicas sobre el tema de valores, que todo maestro desea conocer: ¿Por qué es importante educar en valores? ¿Qué beneficios obtengo al hacerlo? ¿Qué valores debo enseñar? ¿Qué
metodología y técnicas dan más resultados?
Le animo a entrar en el maravilloso mundo de los valores,
usted será el primer beneficiado al aprender sobre este tema;
no se arrepentirá de haberlo hecho y disfrutará en el proceso.
Pablo Zamora Calvo
Comentarios [email protected]
¿Por qué enseñar valores en
la escuela?
1. Los conocimientos no garantizan el éxito verdadero
ni la felicidad.
James Holmes, un joven de 24 años, cursaba estudios de
doctorado en neurociencias cuando se apareció en un cine
para asesinar a 12 personas y herir a otras 38 más de gravedad.
Aunque un individuo muestre un nivel de excelencia en
conocimientos, esto no garantiza que será una buena persona, ni tampoco que tendrá éxito o felicidad en su vida.
Aproveche la oportunidad que tiene de educar en valores,
de guiar a sus alumnos en las materias más importantes de la
vida, deje huella.
La educación no debe servirnos nada más para ganarnos el
pan, si no para hacer agradable cada bocado.
2. Los padres no pueden, ni deben, ser los responsables
de educar en valores a sus hijos.
Muchas personas opinan que sólo los padres deben educar
a sus hijos en valores. Esta popular idea, no es la más acertada por dos razones principales:
a) Porque condenamos a los hijos a repetir los errores y
defectos de sus padres.
Todos los padres son fuertes en algunos valores y débiles
en otros, ningún padre está formado en todos los valores que
sus hijos requieren desarrollar. Por lo tanto, es imposible que
algún padre o madre sea un ejemplo o que pueda educar en
todos los valores necesarios para la vida.
Dejar a los padres la educación en valores de sus hijos, es la
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Cómo enseñar valores...
¿Por qué enseñar valores en la escuela?
mejor manera en la que una sociedad cancela su oportunidad
de ser mejor, de cambiar; ciertamente refuerza los aciertos,
pero también los errores y defectos de sus padres. La educación en valores es una prioridad porque es un asunto de
justicia social ya que nivela las oportunidades de desarrollo y
mejora personal.
b) Porque condenamos a la sociedad a profundizar sus
diferencias.
Si no educamos en los valores que llevan al logro, por
ejemplo, a personas que carecen de ellos, aumentaremos las
diferencias sociales: los ricos serán más ricos y los pobres más
pobres, con la consecuencia subsecuente. Asimismo, si educamos en la justicia a quienes detentan el poder económico,
dejarán de aprovecharse de los que tienen menor poder.
Cada niño, cada niña y adolescente de nuestro país sin importan de dónde venga y cuál sea su trasfondo, no está definido o determinado ni por el medio ni por la herencia. La
educación en valores puede cambiar su historia.
“El político y orador ateniense Licurgo (396 a.J.C.-323
a.J.C.) quien era un discípulo de Platón y de Isócrates fue
invitado a dar una conferencia sobre educación.
Él aceptó la invitación, pero pidió un plazo de seis meses
para prepararse. El hecho causó extrañeza, pues todos sabían
que él tenía la capacidad y las condiciones para hablar en
cualquier momento sobre el tema.
Transcurridos los seis meses, Licurgo compareció ante la
expectante Asamblea. Se ubicó en la tribuna y enseguida entraron unos criados portando cuatro jaulas; con dos liebres y
dos perros distribuidos en cada una.
A una señal preestablecida, un criado abrió la puerta de
una jaula y una pequeña liebre blanca salió corriendo, espantada.
Posteriormente el otro criado abrió una jaula donde había
un perro; éste salió en desesperada carrera a la captura de la
liebre hasta que la alcanzó con destreza, y la destrozó con
violencia.
Una gran conmoción corrió en la Asamblea; los corazones
de todos parecían saltar del pecho. Nadie conseguía entender
lo que Licurgo deseaba con tal agresión.
Pero él se mantuvo en silencio. Volvió a repetir la señal, y
la otra liebre fue liberada de su jaula. Enseguida, se liberó al
otro perro.
El público apenas contuvo la respiración ante la segura
muerte cruel del animal que corría y saltaba.
En el primer instante, el perro embistió contra la liebre.
Sin embargo, en vez de destrozarla, la tocó con la pata y ella
cayó. Luego se irguió y se puso a jugar.
Para sorpresa de todos, ambos animales mostraron tranquila convivencia, saltando de un lado para el otro.
Entonces, y solamente entonces, Licurgo habló: “Señores,
acaban de asistir a una demostración de lo que puede hacer
la educación. Ambas liebres son hijas de la misma matriz.
Fueron alimentadas igualmente y recibieron los mismos cuidados. Así, igualmente los perros. La diferencia entre ellos
reside, solamente, en la educación”.
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3. El que enseña aprende.
“Hay personas que crecen con los años en carnes, pero no
en sabiduría.”
La educación en valores no es para niños o adolescentes
solamente; todos la necesitamos. No podemos condenar a
una persona adulta a no cambiar, a no mejorar.
Al enseñar valores a sus alumnos o a sus hijos usted será
el principal beneficiario, ya que aprenderá en el proceso: el
que enseña, aprende. Usted crecerá como persona al educar
en valores.
4. El más grande beneficio de educar en valores.
Cómo enseñar valores...
Licurgo prosiguió vivamente su discurso, exponiendo las
excelencias de lo que hoy llamamos la educación en valores.”
Felicidad y valores
La educación en valores basada en una concepción exacta
de la vida, transformará la cara del mundo. Debemos educar
a nuestros niños, niñas y adolescentes para esclarecer su inteligencia y ampliar sus conocimientos; pero ante todo, debemos hablar a su corazón, enseñándoles a despojarse de sus
imperfecciones. Recordemos que los valores por excelencia
consisten en volvernos mejores personas.
Ciertamente éste es el verdadero fin de la educación y la
mejor herencia. Este libro le ayudará a lograrlo.
a felicidad es una búsqueda natural y prioritaria en
todo ser humano, y no se encuentra en las condiciones
exteriores que le rodean.
La Declaración de Independencia de Estados Unidos del
4 de julio de 1776 recoge el derecho a ser feliz como uno de
sus principios fundamentales.
“Sostenemos por sí mismas como evidentes estas verdades:
que todos los hombres son creados iguales; que son dotados
por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre
éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad
[…]”
Esta alusión a la felicidad ya no está presente en la vigente Constitución de los EUA y se atribuye al estadista y
científico estadounidense Benjamín Franklin (1706-1790)
la célebre frase de “que la Constitución de EU no garantiza
la felicidad, sólo la búsqueda de la misma. Cada persona debe
conquistarla para sí misma”.
El concepto de felicidad que aquí utilizamos no es aquel
sentimiento que una persona disfruta cuando algo externo le
sucede, por ejemplo cuando una persona se enamora, cuando se gana un premio, cuando recibe una aumento, cuando
ve a un amigo, etc. La felicidad de la que hablamos es el
gozo interno que una persona experimenta la mayor parte
del tiempo sin ninguna razón exterior, es un sentimiento de
estar contento, agusto consigo mismo, es algo interno y no
tiene que ver con lo sucesos externos. Lo contrario a ser feliz
es cuando una persona se encuentra la mayor parte del tiempo enojada, amargada, frustrada, desanimada o preocupada.
Esto no quiere decir que una persona que se considera que es
feliz jamás experimentará los anteriores sentimientos, ninguna persona es siempre feliz; consideramos a una persona que
es feliz cuando la mayor parte de su vida se siente contenta y
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Cómo enseñar valores...
Felicidad y valores
a una persona infeliz cuando la mayor parte de su vida siente
los anteriores sentimientos negativos.
Según Franklin, en su libro “Autobiografía de un Hombre
Feliz”, el camino a una vida productiva llena de felicidad y de
éxito se alcanza cuando logramos que nuestras acciones concuerden con los valores. La felicidad humana generalmente
no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir
pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los
días. Franklin buscaba cultivar su carácter mediante un plan
de trece valores que desarrolló cuando tenía 20 años (1726):
templanza, silencio, orden, resolución, frugalidad, diligencia,
sinceridad, justicia, moderación, limpieza, tranquilidad, castidad y humildad.
La felicidad está relacionada con la práctica de los valores,
tal y como lo creía Franklin y antes enseño Aristóteles. No
es posible que el hombre o la mujer alcancen la felicidad sin
practicar los valores universales. Y si estamos de acuerdo en
que la mayor aspiración del hombre es la felicidad, entonces
entendemos que la educación en valores es la más importante educación a impartir.
Permítame darle algunos ejemplos para afianzar este importantísimo concepto.
Felicidad y amor
Efectos de la ausencia del valor del amor, el cual es el fundamento para lograr buenas relaciones personales:
Don Luis vivió solo casi toda su vida. Un día sus vecinos
percibieron un fétido olor, buscaron la causa y se asombraron
al darse cuenta que don Luis había muerto hacía varios días
y nadie lo había notado.
Don Luis nunca fue una persona realmente feliz.
Existe una tendencia actual entre niños y jóvenes a la soledad. Al escape de todas las relaciones con otros seres humanos. En la soledad los problemas se ven y se sienten más
grandes. Si una persona no tiene relaciones cercanas, los problemas emocionales se amplifican y las adicciones son más
difíciles de superar.
Las tendencias hacia una sociedad más comunicada y al
mismo tiempo más solitaria, producirá individuos con más
problemas emocionales y por lo tanto más difíciles de soportar. La soledad se está convirtiendo en una plaga. La práctica
del valor del amor ayuda a superarla.
Divorcio
—¡Ya no te soporto! ¡Ahorita mismo me largo! ¡Es imposible convivir contigo! ¡Me tienes harta! —la señora Martha
sale tomando del brazo a su hijo menor. Pudiéramos pensar
que Martha tiene un marido muy difícil, quizá sea el caso; sin
embargo, cuando sabemos que éste será el tercer divorcio de
la señora Martha, lo más probable es que ella tenga problemas serios para llevarse bien con otros.
Soledad
—Luisito, ¿por qué no vas a jugar con los demás niños?
—No quiero, maestra, son muy malos.
Luisito permanece inmóvil, apartado del grupo, solo y cabizbajo, en el sitio más lejano de donde los demás niños juegan en el recreo.
La más cercana de todas las relaciones es la relación matrimonial, por lo que se puede convertir en la más fructífera
relación de la vida de dos personas o en la causante de más
infelicidad.
Ante el aumento desorbitado de relaciones matrimoniales
rotas y relaciones familiares dolorosas, no podemos mas que
afirmar que el valor del amor es una necesidad urgente a desarrollar si se quiere ser feliz.
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Cómo enseñar valores...
Felicidad y valores
Rechazo
—¡Quítate de aquí, Fernando! ¡Tú no juegas! —Fernando,
molesto, se hace a un lado.
El licenciado Fernando se siente incómodo en su nuevo
puesto en el despacho de abogados, percibe que el grupo no
lo acepta. Cuando regresa a su hogar comenta con su esposa:
—Quizá no deba trabajar en ese despacho —pero oculta
su verdadera razón.
El rechazo es uno de los sentimientos más duros que una
persona puede experimentar. Muchas reaccionan al rechazo
buscando algún sustituto que les ayude a sentirse mejor, a
sentirse aceptados.
Fernandito y Fernando sufren de sentimientos difíciles de
sobrellevar cada vez que se relacionan con sus diferentes grupos. ¿Quién puede ser feliz sintiéndose rechazado y sin saber
cómo ser aceptado? Aunque todos hemos de experimentar
en algún momento de nuestra vida el rechazo de algunas personas o grupos, practicar el valor del amor nos ayuda a integrarnos a otras personas y grupos y esto incrementa nuestra
felicidad.
Desdicha
—Mami, vámonos de aquí, todos los niños me tratan muy
mal.
A la mamá se le parte el corazón y no sabe qué hacer.
—¿Quién te trata mal, hijo? ¡Me las van a pagar!
Fracasar en integrarse a un grupo, no tener amigos, llevar
una relación matrimonial tirante, no poder comunicarse con
sus hijos, llevarse mal con sus padres, ¿quién puede vivir feliz
así?
Las consecuencias más difíciles de la ausencia del valor del
amor, es la desdicha que produce no poder relacionarse con
otros.
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Actualmente vemos a personas corriendo de aquí para allá
buscando desesperadamente con qué entretenerse, para no
tener que pensar o vivir la realidad de relaciones tirantes o
rotas. Sin embargo, el anhelo instintivo de vivir en sociedad
o más bien en comunidad, no puede ser apagado ni olvidado
sin que se sufran sus consecuencias.
Las relaciones personales afectan más la felicidad de las
personas que cualquier otro factor. Desarrollar el valor del
amor mejorará sus relaciones personales.
Felicidad y autodominio
El valor del autodominio es la base de la disciplina y la
perseverancia, entre otros hábitos que se relacionan con la
realización personal.
Ramiro ha terminado de construir su torre. Una sonrisa
ilumina su rostro, su mirada adquiere una nueva chispa, un
sentir interno de satisfacción se mueve en su corazón. Con
orgullo le dice a su papá:
—Mira lo que hice, papi.
Construir algo, dominar un idioma, terminar un curso, terminar una carrera, elaborar una buena comida, emprender
un proyecto, iniciar un negocio, escalar una montaña, eso es
realizarse.
Todo hombre necesita experimentar la alegría de hacer
algo de valor.
En donde se encuentre un ser humano, existirá ese deseo
interior de trascender, de obrar fuera de sí mismo, de realizarse en hechos y obras. Cuando un ser humano no se realiza, es que no ha utilizado sus talentos o capacidades y por
ello sufre. El hombre necesita ser fructífero, necesita llevar
una vida productiva. No es una opción, es una necesidad
para ser feliz.
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Cómo enseñar valores...
Felicidad y valores
La necesidad en el hombre de expresarse es muy fuerte,
manifestar hacia afuera lo que es, su esencia. No sólo se expresa una persona al hablar, al reír o al llorar; todo ser humano que realiza algo, se expresa en sus obras y en el logro de
sus metas.
Para el ser humano, expresarse en la acción, en una obra,
es realizarse a sí mismo, es expandirse, es dar frutos a los talentos que ha recibido.
Además, la realización es importante en las personas porque de esta manera trascienden, y así se satisface esa necesidad de participar en algo más grande que él mismo.
Sin embargo, se ha comprobado que las realizaciones humanas no dependen principalmente del talento, de las habilidades innatas o de la inteligencia, sino de la práctica de
valores que tienen que ver con la realización, principalmente
del valor del autodominio. Cualquier persona que manifieste
de alguna manera estos valores, encontrará realización en la
vida, no importa su nivel actual de educación o económico, ni
de las capacidades que tenga.
La ausencia de realización en la vida predispone a la búsqueda de salidas que hagan sentir a la persona viva. Así, los
momentos de diversión son los únicos mitigadores de esa
sensación de hartazgo y aburrimiento; es por esa razón que
se convierten en el único propósito de la vida de un ejército
de jóvenes cada vez mayor.
En las personas mayores la falta de sentimientos de realización personal y su consecuencia, el aburrimiento, los lleva
a volverse adictos a la televisión, el internet o alguna otra
adicción, sufriendo las consecuencias en sus relaciones.
La realización en el hombre no es un bien deseable, es una
necesidad.
—¡Soy un fracasado! ¿Cuántas cosas pude hacer y no las
hice? —un hombre comenta frente a un espejo al cumplir
cuarenta años.
Se está diseminando entre jóvenes y adolescentes lo que
parece una epidemia de grandes proporciones: el aburrimiento.
Cuando un joven no ha experimentado la alegría de las
realizaciones positivas, y no puede desarrollar proyectos ni
sueños, se siente impotente y así responde a su impotencia.
El no dar frutos de sus talentos y potencialidades, crea y
desarrolla un sentimiento de haberle fallado al mundo y a sí
mismo.
El aumento de trabajos que despersonalizan a los seres humanos, y la pérdida de empleos artesanales y del campo que
proveían un sentimiento de satisfacción y de logro, ha dado
como resultado un creciente aumento de insatisfacción en el
trabajo.
Imagine al campesino después de haber tenido una buena
cosecha, ahora vea al obrero al salir de su empleo. ¿Dónde
ha quedado la realización? ¿Cuál de los dos está realizado?
¿Cuál no? ¿Por qué? ¿O los dos no están realizados? ¿Por
qué?
Las personas amargadas por sentimientos de fracaso, por
carecer de algún logro en sus vidas que les diera sentido,
deambulan de empleo en empleo.
Esto hace más necesario educar en valores para poder realizarse en la vida y ser feliz.
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Consecuencias y efectos de la falta de valores de realización
Aburrimiento
—Estoy muy aburrida.
—¿Cómo vas a estar aburrida a tu edad? Hay tantas cosas
por hacer.
—Sí, mamá; pero yo no sé hacer nada, no sirvo para nada.
Cómo enseñar valores...
Felicidad y valores
Desaliento
—Ya me harté, ya me voy a salir de la escuela.
—Pero hijo, eso te va a afectar.
—Puede que tengas razón mamá, pero ya estoy harto de
reprobar y reprobar. No puedo con los estudios.
El desánimo recorre nuestras escuelas, nuestras empresas
y nuestra sociedad. El desaliento se fomenta cuando alguien
emprende algo y fracasa vez tras vez. Mientras una persona no haya desarrollado
los valores que tienen que
ver con la realización y el
Todos somos exploradores,
logro, por más animosa y
aventureros. ¿Cómo puede
positiva que sea, llegará el
uno entonces pasar por la
tiempo en que se va a desvida mirando una puerta
animar.
sin abrirla?
Los valores de realiza—ROBERT BALLARD
ción conducen a los logros,
y éstos animan a emprender más y más importantes retos.
El instinto de aventura está en todo hombre. En el animal todo es repetición, reflejo, costumbre, adiestramiento. El
hombre posee ambos, repetición y aventura. Y sólo puede
seguir su instinto de aventura rechazando el de repetición.
Todo hombre tiene dentro de sí un instinto de aventura,
puede estar velado, ahogado, rechazado, pero jamás desaparece.
El hombre más rutinario, timorato, siente la nostalgia de
la aventura.
Desdichados aquellos a quienes nada hace palpitar, que no
se atreven a ninguna aventura.
El hombre necesita realizarse, necesita dar frutos a los dones que ha recibido. Es por esto que el ánimo de superación tiene un sentido noble y su fuente está dentro de lo
más humano del hombre, su instinto de aventura creadora.
Irma, la mamá de Fernanda, le había dicho que no se comiera las galletas que estaban en la alacena, pero en cuanto
pudo, Fernanda se comió todo el paquete de galletas. A partir
de ese momento, la niña se siente rara, incómoda e intranquila. Cuando su mamá la ve, ella esquiva su mirada; cuando
la abraza, se pone rígida, y cuando su madre se despide con
un beso aquella noche, Fernanda voltea la cara y tarda en
quedarse dormida mientras da vueltas y vueltas en su cama.
Ha perdido su tranquilidad.
Fernando es gerente de producción y necesita el apoyo de su
equipo; por eso promete algunos beneficios a sus colaboradores
que en ningún momento piensa cumplir; sólo está enfocado en los
beneficios que espera y necesita recibir. Al momento de mentir a
su equipo, Fernando se siente incómodo, pero aparentemente lo
supera; sin embargo, todo el día está más tenso que de costumbre,
más intranquilo, aunque él le echa la culpa al estrés de su trabajo.
Irma, la esposa de Fernando acaba de endeudarse con un aparato
para el hogar nuevo. Ambos habían quedado en que ya no iban a
comprar a crédito, pero ahora Irma ha roto el trato. Aunque no
piensa decírselo a su esposo, se siente un poco nerviosa, intranquila.
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Para ser feliz una persona necesita realizarse y para lograrlo
requiere desarrollar los valores que son el origen de la realización como el del autodominio, cuyos hábitos cómo la perseverancia, la disciplina, el denuedo, etc., son el origen del
triunfo en cualquier área. Para ser feliz en la vida, requerimos
invariablemente practicar de manera consistente los valores.
Enseñar valores es educar para la felicidad. ¿Hay educación
más importante que impartir?
Felicidad y justicia
¿Por qué actuar con integridad?
La verdadera alegría nace de la buena conciencia.
—ERASMO DE ROTTERDAM
Cómo enseñar valores...
Por la tarde, cuando Fernando regresa del trabajo discuten acaloradamente por cualquier motivo.
Uno de los hábitos del valor de la justicia es la integridad. Integridad es hacer lo correcto. Uno de los principales beneficios de
la integridad es la tranquilidad interior y la paz en las relaciones
personales.
¿Cuánto vale su paz interior?
Una persona no puede ser feliz sin tener paz interior y paz en sus
relaciones con otros.
Es por esto que:
Un líder con integridad es más feliz en su trabajo.
Una persona íntegra es más feliz en su vida.
Al día siguiente, Fernanda se acerca a su mamá y le pide perdón
por haberse comido las galletas. Su mamá la abraza, la niña vuelve
a sonreír y a dormir feliz y tranquila.
¿Por qué actuar con integridad? Porque usted quiere y merece
ser feliz.
La aspiración humana universal más anhelada es la felicidad, y
los valores son el camino para conquistarla.
Educar en valores es educar para la felicidad.
LA RUTA DEL CORAZÓN
Cuando el corazón encuentra el camino correcto, la señal más evidente
es la paz del espíritu y la felicidad. No obstante, si el corazón toma un
camino equivocado, entonces la sombra de la duda, la inquietud interior,
la angustia y la tristeza, se ciernen siempre sobre nosotros.
—LAURINDA ALVES
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Una cerca o una ambulancia
Violencia dentro y fuera de la escuela, falta de ética en los negocios y en el gobierno, corrupción profunda en nuestro sistema
judicial en todos los niveles, ¿qué podemos hacer? Disminuir la
impunidad, mejorar la capacitación de nuestros policías; estamos
de acuerdo en que eso es bueno, pero es mejor educar a las nuevas
generaciones en valores superiores.
“Era un precipicio peligroso, todos estaban de acuerdo.
Pero caminar cerca de su cumbre era tan placentero;
Mas por el terrible despeñadero habían resbalado
un duque y muchísimos campesinos.
Así que la gente coincidió en que se tenía que hacer algo,
pero sus proyectos no llegaron a nada;
Algunos dijeron: “Cerquemos el precipicio”,
otros: “Pongamos una ambulancia en el fondo del valle”.
Predominó el clamor por la ambulancia,
cierto, una cerca podría ser útil o no,
mas el corazón de la gente, de piedad rebosaba
por quienes habían por el farallón resbalado;
y los habitantes junto al camino y los del callejón
donaron mucho o poco, mas no para un vallado,
sino para una ambulancia en el fondo del valle.
“El precipicio no es peligroso, si se tiene cuidado”, dijeron,
“y aun cuando alguien resbalare y se despeñase,
no sería el resbalón lo que más dolor le causaría,
sino el impacto de estrellarse contra el suelo”.
Así que, día tras día, al ocurrir los accidentes,
prestamente salían los socorristas
a rescatar a las víctimas que caían por el despeñadero,
con su ambulancia en el fondo del valle.
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Cómo enseñar valores...
Luego un anciano comentó: “No deja de asombrarme a mí,
que la gente dedique una mayor atención
a la reparación de los resultados que a evitar la causa,
cuando mucho mejor sería prevenir el mal.
¡Resolvamos la raíz del problema!”, exclamó,
“vengan vecinos y amigos, unámonos;
si cercamos el despeñadero casi podremos prescindir
de la ambulancia en el fondo del valle...”
“Es mejor dirigir bien al joven que rescatarlo cuando sea viejo,
pues nos llama la voz de la verdadera sabiduría,
rescatar al caído es bueno, más aún es mejor
evitar que otros lleguen a caer.
Es mejor cerrar la fuente de tentación y delitos,
que liberar de la prisión o de las galeras;
Es mejor cercar el despeñadero
que tener una ambulancia en el fondo del valle.”
Joseph Malins
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Concepto de valores
L
o más común cuando se trata el tema de los valores es que
no se inicie con la definición del concepto, generalmente
nos encontramos con que directamente se va a las definiciones de
los valores. Esto es porque encontramos definiciones muy diversas,
contradictorias y confusas en la mayoría de los autores. Sin embargo, es necesario antes de empezar a enseñar algo, tener en claro
primero qué significa lo que queremos enseñar, si no, todo lo demás
carece de fundamento.
A continuación presento algunas definiciones de importantes
autores teóricos del tema.
- Valero Iglesias (1992): “Los valores son creaciones humanas y
como tales, sujetas a la realidad social que los circunda, derivada de
que es el ser humano quien les da sentido”.
- Marín Ibáñez (1976): “Los valores se pueden tomar como
pautas de acción, fuerzas de integración y orientaciones de los
comportamientos”.
- Schoeck (1973): “Los valores son los contenidos vitales,
captados generalmente en conceptos, común a la mayoría de los
miembros de un grupo. Estos contenidos vitales son conservados,
cuidados o ambicionados y, de esta forma, determinan nuestra acción en cuanto imagen guía, y a veces en cuanto normas fijas, desempeñando un papel decisivo en la estructura de los motivos de
nuestro comportamiento. Así entendido, el concepto de valor debe
suponer los valores decisivos, es decir los valores más importantes
del grupo o de la cultura investigada”.
- Rokeach (1973): “El valor es una creencia duradera, de la que
un específico modo de conducta o un estado final de existencia es
personal o socialmente preferible a otro modo de conducta o estado final de existencia opuesto o contradictorio”.
- Escámez (1993): “Los valores, en definitiva son convicciones
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