Sé feliz ahora, en esta vida …

Sé feliz ahora, en esta vida …
En un mundo dividido por las ambiciones personales, la violencia, el canibalismo económico y las
presiones impuestas por la sociedad, vivir se ha tornado en una lucha cotidiana. En ella, quien
lucha solo puede preocuparse por lo que ocurre en su entorno cercano, generalmente
representado por la propia familia, que al ser tan importante, no tiene lugar para descuidos. Como
para la mayoría lo mas importante es dar lucha en el aspecto económico, puede suceder que sea
capaz de resistir mucho de sus embates e incluso ganarle, pero ocurre que por el otro flanco, en
otros aspectos de la vida, imperceptiblemente está siendo devorado por diversos males sociales.
Gira para dar combate por otro frente, intentando recuperar a una familia abandonada, a un hijo
inmerso en la droga, a una madre o un padre enfermo y por detrás la vida le juega una mala
pasada. Por aquí y por allá recibe golpe tras golpe, día tras día. Su alegría es temporal y siempre
tenso esperando lo que sigue.
¿Es posible vivir de esta forma?
Si este es el sentido de la vida, que triste sería. ¿Verdad?
La vida nos tiene reservado algo mejor, pero debemos procurar alcanzarlo. Ella es corta y
debemos tratar de disfrutarla. Una persona razonable entiende esto y es por eso que busca de
una forma u otra, ser feliz. Justamente, en esta última frase es donde encontramos el objetivo de
este sitio, la búsqueda de la felicidad plena.
Pero antes de empezar, voy a hacerte una pregunta.
¿Sabes con precisión que es la felicidad?
Hay una discusión bastante amplia y profunda sobre el tema. Esto se debe fundamentalmente a
que es una de las cuestiones que más desvela al ser humano desde el principio de los tiempos.
Antes que sigas buscando la respuesta a la pregunta que te hice, debes saber que nadie es
dueño de una respuesta definitiva. Grandes pensadores de la antigüedad y también
contemporáneos escribieron libros y libros sobre esta palabra que parece tan sencilla y sin
embargo no hay un acuerdo en común.
Podríamos decir que una persona es feliz si se cumplen determinadas condiciones: para unos
serán satisfacciones materiales, mientras que para otros pueden ser mentales, espirituales,
sociales y otras aun mas variadas e incluso combinaciones de las mencionadas.
También se dice que la felicidad es un estado de ánimo, es decir que el ser feliz depende en su
mayor parte de uno mismo o dicho de otro modo, dependería de si uno quiere sentirse feliz o no.
Si quieres serlo tienes una serie de recetas que se supone, si las cumples, alcanzarías tu objetivo,
ser feliz.
Si quieres explorar un poco mas el tema y si tienes acceso a internet, podrías ver una reseña en
algunas de las enciclopedias que ofrece este medio, pero te recomiendo que leas muy lentamente
y por parte, porque te puede resultar algo pesado e incluso, puede llegar a desanimarte con tantos
términos que para muchos pueden resultar muy complejos.
Si hiciste lo anterior, es decir, buscar en las enciclopedias virtuales que te mencioné, también
podrías buscar en otros sitios las recetitas de las que te hablé y ver que te recomiendan para ser
feliz … algunas tienen menos de diez pasos.
Si aun continúas leyendo supongo que es porque no estás satisfecho con lo que encontraste y me
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imagino que estarás esperando ansiosamente que revele el método, la clave o el truco para ser
feliz.
Pues resulta que las claves, secretos, revelaciones o como se le pueda llamar, lo encontrarás
distribuidos en todo el texto y tu deberás aprender a extraerlos solo, sin que te pase la receta,
pues irás descubriendo a tu manera como ser feliz.
Te estarás preguntando, ¿que debo hacer?, ¿cómo sigo?
Aquí es donde debería escribir normalmente la receta, pero ya dijimos que no es la idea, aunque
te propongo que tratemos de armar nuestro camino buscando una metodología, ya que es de esta
forma como nos enseñaron desde nuestras primeras letras en las escuelas.
Vamos a decir que lo que ya hiciste, es decir, buscar en los sitios de internet, mas las recetas de
como ser feliz son parte de la metodología. Luego avanzaremos en la búsqueda usando diferentes
caminos, tal cual lo haría una persona racional.
Esta última palabrita es importante debido a que es la primera forma de emprender nuestra
búsqueda y quizás de esa forma ya lo venías haciendo. Justamente la primera técnica que
usaremos será extremadamente sencilla para asegurarnos de no habernos olvidado de nada.
Ahora vamos a hacer una pausa. Ya sé … estarás pensando “justo que me decido a empezar
vamos a hacer una pausa”.
En realidad esta pausa consiste en suspender la lectura de este texto, lo cual no implica que no
progresemos en nuestra búsqueda ya que viene con tarea para la casa. Si bien el texto es corto
en comparación a un libro, exige mucho de tu participación, pues antes que te cuenten la historia,
aprenderás mucho mas si la vives.
La tarea consistirá en una observación que la tendremos que hacer a conciencia.
¿Qué hay que observar?
En nuestro quehacer diario nos encontramos, convivimos, nos cruzamos con muchas personas.
Con algunas tenemos contacto directo y con otras las tenemos a la distancia, por mensajes que
nos llegan, porque las escuchamos en radio o las vemos por televisión.
Lo que haremos será observar a estas personas y trataremos de determinar cuales parecen ser
felices, con la intención de descubrir en ellas a un modelo o un prototipo de persona feliz.
¿Por qué haremos esto? La respuesta está en el campo de lo básicamente racional, es decir, esto
es lo que haría una persona común y corriente. Si tratamos de enunciarlo de alguna manera
diríamos que:
“Si una persona es feliz, ¿qué no es mas fácil copiar lo que hace, antes que buscarla
felicidad por nuestra cuenta? “
A esta supuesta teoría que viene con una pregunta y que parece tener un origen en el mundo
cibernético con el típico “copiar y pegar”, la vamos a responder categóricamente con un …“
“No sé si será mas fácil… pero vale la pena intentarlo”.
Este es un pensamiento muy básico, sin embargo nos ayudará a dar nuestros primeros pasos en
el camino a recorrer. Los que ya intentaron recorrerlo por su cuenta, sabrán que no es fácil pero el
premio al final, lo justifica todo.
Para los más intelectuales esta técnica les puede resultar chocante, dura, poco ortodoxa, pero
hasta en la universidad teníamos este tipo de materias y había que rendirla.
Si este es tu caso puedes seguir adelante con la lectura, pero por lo menos intenta buscar entre
tus amigos o parientes a alguien que creas feliz para que lo tengas presente en el texto mas
adelante.
Volviendo al tema de copiar lo que hace una persona feliz, ahora entonces deberemos buscar
alguna forma de hacerlo, por lo que podríamos crear una especie de guía donde escribiremos la
mayor cantidad de detalles posibles, por supuesto, dependiendo de la cercanía que tengamos a la
persona, es decir que, en algunos casos podremos saber hasta que desayuna, mientras que en
otros casos no tendremos la mas remota idea de si realmente desayuna.
Cada uno puede observar a estas personas de la manera que considere conveniente, pero si ves
que necesitas una pequeña ayuda u orientación puedes usar la guía a continuación.
Los datos que podríamos incluir en la guía pueden ser:

A que hora se levanta, como se alimenta, cuanto tiempo duerme, como se gana su
sustento.

Como se lleva con sus parientes cercanos, con sus amigos, con las personas
conocidas y con las que no tiene un trato frecuente.

Como afronta los problemas.

A qué se dedica en los tiempos libres.
Como puedes ver, esta guía es muy sencilla, sin embargo tu observación debe ser los mas
profunda y detallada posible como ya lo dijimos y lo volvemos a recalcar.
De esta observación dependerá la persona que elijas como prototipo y si escoges mal pues
simplemente ocurrirá que tus aspiraciones de alcanzar la felicidad se verán frustradas, por lo
menos usando esta técnica.
De hecho, si conoces a la persona que tomaste como prototipo y tienes confianza con ella,
deberías preguntarle directamente si es feliz, porque sería triste que te encuentres con la sorpresa
que te equivocaste desde la partida.
Sé que hay algunas personas que les puede costar encontrar una persona con el perfil de feliz y
es por eso que pido unos días en la observación y si después de un tiempo no tuviste suerte,
continúa con la lectura a ver si encontramos algo que nos ayude.
También puede ocurrir que en el camino descubras que la persona que escogiste no es realmente
feliz, por lo que deberás empezar con otra persona desde cero.
Suspende ahora la lectura y nos encontramos en unos días.
Posibles resultado de la observación
En la búsqueda que nos propusimos, dando los primeros pasos en el camino en la búsqueda de la
felicidad, nos hemos encontrado con situaciones de las mas variadas respecto a quienes son o
parecen felices. A menos que ya tuvieras un objetivo por demás claro, es posible que vieras
tambalear tu idea de felicidad con los inconvenientes que encontraste o quizás no fue para tanto,
pero también puede haber ocurrido que una pequeña luz se hubiera encendido en un rinconcito
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de tu cerebro advirtiéndote que no era tan fácil.
Lo que sigue te ayudará a incrementar tus posibilidades de búsqueda si es que aun no
encontraste tu prototipo y si ya lo encontraste también te será útil en la comprensión de la
felicidad. Para ello vamos a tratar de responder una serie de interrogantes, como siempre, a
conciencia.
La primera pregunta es:
¿Un niño puede ser feliz?
Estarás diciendo … es la primera pregunta y ya me la pone difícil J
Espero que no te molestes. No es la idea hacer algo aburrido, difícil y lleno de interrogantes. Es
mas, en el momento que sientas que te aburre el tema, por favor suspende la lectura y retoma en
un momento que te sientas con energías o con que estés con un buen estado de ánimo creo será
suficiente. Yo mientras tanto, voy a tratar de escribir lo mas simple y agradable posible, cosa que
hasta el momento siento que no lo estoy logrando, pero ya lo mejoraré.
Empecé preguntando por los niños porque es el caso más sencillo de ver y si te tomas el trabajo
de pensar en las diferentes situaciones en la que ellos viven, realmente es un interrogante duro de
responder.
Un niño promedio tendrá como rutina diaria el ir a la escuela, comer, jugar, ver televisión y dormir.
Quizás uno que otro tenga una que otra tarea adicional como aprender guitarra, aprender artes
marciales, futbol, danzas o cualquier otra actividad, pero normalmente el mundo de un niño se
circunscribe en esta rutina.
Bajo circunstancias normales, la verdad es que parece que realmente son felices. Disfrutan la
vida, se divierten, no tienen mayores preocupaciones.
Ahora, si involucramos el entorno económico y nos vamos a los extremos, es decir, planteamos un
niño muy pobre con un niño rico, la aseveración de niños felices comienza a resquebrajarse.
Imaginemos un niño que se despierta con hambre y debe salir a la calle a buscar algo para comer
porque sus padres no tienen para dárselo o en otros casos pueden comer pero no tienen para
comprobar útiles para la escuela o para vestirse.
Por otro lado tenemos al niño rico que tiene todos los recursos a su alcance, pero como
lamentablemente la riqueza está asociada a la sobreocupación, el hambre de alimento para el
estómago cambia por el hambre de alimento para el corazón. Nuevamente ocurre que sus padres
no pueden dárselo o es escaso y debe buscarlo afuera. Todo su entorno solo se mueve por
dinero, pero lo mas valioso, los afectos, permanecen ocultos.
Hemos tocado los extremos y la cuestión se ve difícil. Si ahora analizamos que hay entre estos
polos, nos encontramos con una abultada combinación de situaciones entre pobreza, afectos y
problemas propios de los hogares. Padres que se pelean por la tenencia de los hijos. Padres que
ignoran a sus hijos, que usan a sus hijos y una cadena larga de etcéteras.
¿Un niño puede ser feliz?
Dejamos nuevamente planteada la pregunta y vamos a seguir moviéndonos en los extremos, en
este caso, los extremos de la vida. Ahora la pregunta es la siguiente:
¿Un anciano puede ser feliz?
Me parece estar leyendo tus pensamientos … “esta pregunta es mas fácil.”
Si. Es más fácil de entender y plantear porque ya aprendiste como lo hicimos con los niños.
Nuevamente empezamos con la rutina diaria que abarcaría a la gran mayoría de los ancianos. En
este caso, las tareas que ocupaban gran parte del día de un niño, que son la escuela y los juegos
ya no existen. Además no deben trabajar puesto que ya aportaron para su jubilación y ahora viven
de ella, por lo tanto su tiempo libre es mucho mayor y generalmente está distribuido en pequeñas
tareas caseras como arreglar el jardín, pintar algún rincón de la casa que quedó descuidado,
compras de alimentos y víveres, realizarse los chequeos médicos, leer el diario, ver televisión y
principalmente disfrutar de los nietos si es que los tiene.
Visto a groso modo podríamos decir que no se ve nada que impida decir que un anciano puede
ser feliz, sin embargo, sabemos que después de transitar toda una vida, las situaciones en la que
pueden llegar a esta edad pueden ser muy variadas.
En esta etapa, el hecho de tener mucho dinero y terminar en el geriátrico mas lujoso no es la
mejor situación, tampoco el hecho de tener una inmensa familia alrededor y una desastrosa salud,
fruto de haber llevado una vida despreocupada en cuanto a los vicios y conductas alimentarias
principalmente. De todas formas las mayores secuelas las suelen dejar los conflictos emotivos a
que se debió hacer frente tantos años. Estos conflictos pueden haber sido de origen laboral, que
son los menos graves puesto que se van con el tiempo o de origen social que nos pueden llevar a
no tener amigos ni contactos con nadie, pero los mas graves son los familiares y lo encabezan los
conflictos conyugales, de los cuales se desprenden los problemas con los hijos y en ocasiones se
involucra al resto de los parientes.
Los problemas familiares, que no supimos darle su tiempo y buscarle una solución, son los que
ahora quieren cobrar su cuota. Si fueron malos padres, los hijos no se acercan o lo hacen por
obligación. Si fueron malos en la pareja, sus parejas los tratan conforme el trató que recibieron
años atrás. Si fuiste un esposo que en alguna ocasión tuviste un acto de infidelidad y te
descubrieron, tu vida puede ser un tormento y si fuiste una esposa que debiste salir a trabajar
para colaborar con los ingresos económicos del hogar y te paso algo similar, quizás pueda llegar
a ser peor que para el hombre, debido a la imagen que el hombre tiene de una mujer y los hijos de
una madre.
¿Se puso pesado no?
Pues si, pero no nos olvidemos que esto lo debemos hacer para agudizar nuestro entendimiento y
razonamiento, los cuales nos llevarán a encontrar la felicidad por nuestra cuenta.
Así como tomamos a los niños y a los ancianos para realizar un análisis de posibles situaciones
en donde podemos encontrar felicidad, podríamos seguir con los que están en la mitad de la vida
y mas específicamente a los que son cabezas de familia, ya sea hombre o mujer y así podríamos
seguir buscando la felicidad en todas las etapas de la vida.
En este momento es cuando deberías analizar en que etapa de la vida está tu prototipo (si es
que ya lo tienes o a considerar para cuando lo tengas) para de esta forma tener en claro por
cuales situaciones debe pasar esta persona y por supuesto que si no está en la misma etapa en
que tu estás, difícilmente puedas copiar su vida cotidiana con la que resulta ser feliz.
No se si hace falta una explicación adicional sobre esto último, pero por las dudas doy un par de
ejemplos así queda todo por demás claro.
Si tu prototipo es un adulto mayor y tu juventud recién comienza a expirar, difícilmente puedas
llegar a copiar su rutina diaria. Si tomas como referencia el trabajo, quizás esta persona tiene
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jubilación y en cambio tú debes trabajar todo el día. Podría ocurrir que lleve una dieta especial y
en cambio tú debes alimentarte bastante para soportar el trajinar diario, mas una larga lista de
imposibilidad de concordancias.
El caso contrario, es decir, si eres un adulto mayor y eliges como prototipo un joven, pasarás por
complicaciones similares.
Por lo tanto, cuando elijas tu prototipo, debes elegirlo dentro de un rango de edad parecido al tuyo.
Para una persona mayor, mas o menos diez o quince años estaría bien, en cambio para un joven
adulto, con cinco a diez años estaría bien.
Ahora si, después de hacernos una serie de cuestionamientos sobre el posible prototipo, ya
podemos volver a trabajar sobre los distintos resultados de nuestra búsqueda.
Los resultados arrojan tres posibilidades:
a) Encontraste tu prototipo
b) Tienes dudas con el prototipo escogido
c) No encontraste un prototipo.
Vamos por el primer caso y diremos ¡Que bueno! Estás a un paso de ser una persona feliz. Sólo
resta copiar su rutina diaria por un par de meses y luego analizar los resultados. De todas formas,
te invito a leer los otros dos casos.
Para el segundo y tercer caso, yo diría que con la información que recibieron, están donde tienen
que estar, es decir, con muchísimas dudas o sin un prototipo escogido.
¿Cómo es esto? Si acabo de alagar a los que ya encontraron un prototipo.
¿Acaso no les habré contado toda la verdad o les oculté algo?
En realidad hay de todo un poco, porque quizás y sólo por casualidad encontraron a alguien que si
es feliz, pero ¿podrán copiar su rutina?.
Hasta aquí no nos hemos detenido a pensar en la situación económica de nuestro prototipo y
puede que no esté a nuestro alcance el nivel de gastos diarios o al revés, quizás debemos
bajarnos al extremo hasta llegar a un nivel de incomodidad por no cubrir lo que hasta aquí a
nosotros nos parecía una necesidad básica.
Tampoco nos fijamos en el círculo social con el que convive la mayor parte del tiempo. ¿Seré
capaz de subir o escalar socialmente hasta alcanzarlo? O por el contrario, ¿seré capaz de
rebajarme?
Pareciera que estoy empeñado en que nadie encuentre su prototipo ¿verdad?
Sin embargo, una persona cuando está perdida se esfuerza tratando de llegar a la cima de la
montaña y sólo cuando llega, es capaz de tener un panorama claro de donde se encuentra, es
capaz de tomar una decisión por donde continuar yen este punto entiende que su esfuerzo valió la
pena.
Te cuento que ya hemos trepado bastante y si de casualidad crees que hasta aquí fue sencillo,
van unas situaciones para que analices, así nos ponemos a tono. Aunque en realidad es fácil,
porque se trata de situaciones seguidas de una única preguntita, tal cual lo hicimos anteriormente
para evaluar nuestros pensamientos. Por favor, después de leerlas, tómate tu tiempo para armar
una respuesta.
Ahí van:
Un agricultor que se levanta a las seis de la mañana y se come sol y lluvia hasta las seis de la
tarde ¿puede ser feliz?
Un trabajador de la construcción que se expone a temperaturas de cuarenta grados y vuelve al
atardecer a su casa destruido del cansancio, por un salario miserable ¿puede ser feliz?
Una persona que padece una enfermedad y se encuentra en silla de ruedas ¿puede ser feliz?
Cuando todo te sale mal ¿puedes ser feliz?
Nuevamente recomiendo en este punto, suspender la lectura y reflexionar sobre estas preguntas.
Los que encuentren un prototipo de felicidad pueden empezar a copiar su rutina y los que no lo
encontremos seguiremos buscando sin deprimirnos.
Si ya te tomaste un tiempo prudencial para reflexionar sobre las preguntas planteadas, entonces
puedo decirte que la respuesta es siempre la misma y le aplicamos unos puntos suspensivos,
aunque seguramente ya la sabes.
En todo tipo de situaciones una persona puede ser feliz, solo hay que saber como y justamente
ese camino es el que estamos transitando.
La cara oculta de la felicidad
Cuando uno piensa en felicidad, lo hacemos convencidos que ella está relacionada directamente
con un bienestar total y esto es lo que confunde a muchas personas, sin embargo en un pobre o
en un enfermo crónico (por mencionar algunos ejemplos) también se la puede encontrar.
Este dato seguramente hubiera resultado muy útil en nuestra primera búsqueda de nuestro
prototipo de persona feliz. Eso quiere decir que probablemente, si salimos a encontrarnos con
este tipo de personas podremos encontrar mas datos que nos revelen donde encontrar nuestro
tesoro. De todas formas, pongamos atención porque por el hecho de encontrar un pobre no
significa que nos encontremos con una persona feliz.
En un mundo de ricos y pobres, la pregunta es ¿cómo hago para reconocerlas?
Voy a acortar un poquito el camino y te voy a decir que un dato a tener en cuenta es que estas
personas generalmente tienen una sonrisa a flor de piel, lo cual no implica que estén riéndose
todo el tiempo. De la mano viene un buen humor que le sirve de compañía la mayor parte del
tiempo.
¿O sea que si me río un poco mas puedo ser feliz?
Negativo. Estas actitudes son reflejos de la situación en que viven, es decir que se dan
espontáneamente.
El estado de ánimo entonces es un buen indicador para nuestra búsqueda, solo que es afectado
en un elevado grado por nuestra capacidad de reaccionar ante situaciones adversas.
Veamos como toman dos personas la misma situación:
a) “Le pidieron trabajar una hora extra y cuando sale se pasa renegando el resto del día.”
b) “Trabaja una hora extra y cuando sale queda contento el resto del día pensando en qué
usar lo ganado.”
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¿Cuál de las dos situaciones te parece que es mejor?
Veamos otras dos situaciones
Va al médico para un chequeo y le encuentran un principio de una enfermedad grave que deberá
tratarse.
El primero vuelve destruido por la noticia y preocupa a toda la familia.
El segundo sujeto vuelve contento por haber acudido al chequeo y descubrir la enfermedad a
tiempo.
Como vemos, las mismas situaciones pueden hacernos reaccionar de formas extremas y por
supuesto que esto influirá directamente en nuestro estado de ánimo. La cuestión es como se
hace para tomar las situaciones de la mejor manera.
No existe una técnica, tampoco hay cursos, quizás uno que otro libro que hable sobre el tema,
pero para el común de los mortales es complicado llegar a ellos.
Si estás acostumbrado a tomar las noticias de la peor manera, esto va a ser como tratar de pasar
una puerta de vidrio transparente, sabiendo que del otro lado sigue el camino en busca de la
felicidad, solo que no alcanzas a ver el vidrio y te darás de nariz una y otra vez hasta que en
algún momento te detengas a mirar que esta puerta tiene una manija para abrirla.
Si este es tu caso y realmente quieres continuar, abramos juntos esta puerta, poniendo de tu parte
una actitud positiva, la cual seguramente se afianzará a medida que transitemos el camino que
nos propusimos.
Para seguir nuestra marcha necesitamos trabajar sobre otro rasgo que normalmente se encuentra
en una persona feliz. Este rasgo es la ambición.
“Las personas felices no tienen ambiciones pero si aspiraciones”
Aquí nos hacemos de un diccionario y vamos a buscar el significado de la palabra ambición.
Hacemos esto porque esta palabrita puede ser mal interpretada.
Una persona feliz aspira a ser una mejor persona, a alcanzar objetivos y no quedarse en la
mediocridad.
Si por ejemplo aspira a mejorar su hogar, lo hace pensando en la comodidad y no en un lujo.
Si sale de vacaciones, lo hace pensando en descansar y no para demostrar su status económico.
Cuando las aspiraciones crecen sin medida, pasamos
económica, estamos llegando a la codicia.
a la ambición y si esta ambición es
¿Viste a una persona codiciosa feliz?
Cuando tiene un vehículo básico, trabaja mas para conseguir otro de mejor calidad y cuando lo
consigue va por otro de alta gama. Luego va por otro porque necesita uno para la movilidad de
todos los días y otro para mostrarse en sociedad.
Con las propiedades ocurre lo mismo y toda su vida gira en torno a conseguir mas recursos
económicos, lo que conlleva a una vida agitada, llena de preocupaciones, envuelta en stress y por
supuesto con todas sus consecuencias.
Pero la ambición no solo toca lo material, sino que también está presente en el querer alcanzar
fama, en el deseo de poder y todas las cuestiones que indiquen la búsqueda de reconocimiento.
En los políticos, los empresarios, los artistas se dan muchas de estas ambiciones y están tan
cegados por la misma, que ellos están convencidos de vivir bien. Puede ocurrir que posiblemente
no se sientan felices pero te dirán que así están bien. La ambición es mas fuerte.
Entonces, podemos decir que ya tenemos dos rasgos de felicidad: el estado de ánimo y la
ambición.
¿Cuál de los dos mas difícil de manejar? Y seguimos nuestro camino y está bien empinado.
J
Si ya tienes ubicado a tu prototipo supongo que tiene estos dos rasgos. La cuestión ahora es
saber si tú podrás adquirir estos rasgos, suponiendo que no los tengas.
Aún quedan otros rasgos por ver pero me parece que hasta aquí nadie, o casi nadie,debe tener
un prototipo a la vista y quizás hasta perdimos la esperanza de encontrar uno.
¿Esto significa que todo lo que hicimos buscando un prototipo fue en vano?
Todo lo contrario. Nos sirvió bastante para delinear un perfil básico de una persona feliz. Digo que
es básico porque todos los análisis de casos y situaciones lo hicimos muy superficialmente, sin
contemplar posibles variantes o alternativas, así como tampoco analizamos otros posibles
rasgos.
Copiar y pegar no me sirvió
Hemos llegado a este punto y ya estamos en condiciones de responder a la pregunta que nos
hicimos al comienzo y que la tratamos como una posible herramienta para alcanzar la felicidad. La
pregunta fue la siguiente:
“Si una persona es feliz, ¿Qué no es mas fácil copiar lo que hace, antes que buscar la
felicidad por nuestra cuenta? “
La conclusión a la que llegamos es que la técnica de copiar y pegar no me sirve para encontrar la
felicidad, debido al hecho de que es extremadamente complicado o prácticamente imposible
encontrar un prototipo del que se pueda copiar todas sus facetas. Una inmensidad de situaciones
deben coincidir desde el punto de vista económico, social, intelectual, moral, psicológico entre
otras tantas.
Y ahora ¿Qué hacemos?
Dijimos al intentar con la técnica anterior que era un pensamiento muy básico pero solo ahora
somos conscientes de todo el camino que nos ayudo recorrer. De esto, nos quedó la habilidad de
buscar rasgos y analizar situaciones que nos puede ayudar a encontrar un nuevo camino debido a
que el que veníamos siguiendo se pierde entre las malezas, los pedruscos y hasta las espinas que
nos pone la vida.
Hasta el momento, dentro de los rasgos o características de las personas felices no vemos aun
algún elemento que sea algo parecido a un detonante o algo especial que impulse su
comportamiento, porque personas de buen humor, que no sean ambiciosas quizás conocemos
algunas, pero de ahí a que sean felices es otra cuestión.
Posiblemente tengamos que ahondar mas en el comportamiento de estas personas o quizás sea
el momento de no mirar afuera, sino a uno mismo buscando algún indicio de felicidad en nuestro
interior, porque puede ocurrir que de alguna forma la tenga atrapada, reprimida, oculta en mi ser y
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a gritos está pidiendo salir.
Esto del grito es bien poético ¿verdad?, pero ¿y si hubiera algo de esto?
Hagámonos algunas preguntas a ver a donde logramos llegar:
•
¿Cuándo me siento con un mejor estado de ánimo o mas contento?
•
¿Qué estoy haciendo en el momento que siento esa sensación?
•
¿Viene sola o debo hacer algo para que se produzca?
•
¿Depende solo de mi o intervienen otras personas o factores?
Voy a tratar de responderlas yo mismo a modo de ejemplo.
Bien, yo diría que mi mejor estado de ánimo lo tengo en los momentos que no tengo ningún tipo
de problemas grandes a la vista, como los económicos o de salud y si tengo que responder todas
las preguntas estoy complicado y el motivo es porque no estoy haciendo nada en particular,
además no viene por algo especial, sino por como se van dando los días y normalmente depende
solo de mi.
Como verán, yo soy una persona demasiado simple, pero ustedes pueden hacer una análisis mas
minucioso.
Se podría decir que mi vida es el de una persona de un pasar tranquilo, pero ¿podría
considerarme feliz?
Aquí podemos ver que una vida tranquila es casi un sinónimo de una vida sin problemas, ahora si
el concepto de felicidad se resume en la posibilidad de una vida sin problemas, no existiría una
persona feliz en la faz de la tierra.
¿Por qué?
Todos tenemos problemas, grandes o chicos. Son una parte ineludible de la vida y hasta se podría
decir necesaria aunque resulte difícil de digerir. Para que lo veas mejor, intenta el siguiente
ejercicio:
Imagina tu vida sin nada de problemas, absolutamente ninguno. Sácalos a todos, no debe quedar
nada de nada.
Para poder hacer esto, ya mismo tengo un problema, que consiste en saber como identificar los
problemas. Pero supongamos que somos muy inteligentes y esto no es uno de ellos.
Tomamos dos elementos básicos: salud y dinero.
Para ello vamos a decir que tengo el cuerpo mas saludable del mundo y el dinero que pueda
imaginar. La salud viene porque soy joven, tengo algo de actividad física y ninguna enfermedad
crónica. Tengo dinero porque apareció una herencia de alguien que nunca conocí y
supuestamente éramos pariente y la línea de sucesión llega a mi persona.
Bajo estas condiciones, a trabajar ya no tengo que ir, entonces puedo aprovechar el tiempo con
mis amigos, pero no puedo porque todos están trabajando.
Empiezo a buscar alternativas.
Puedo ver películas hasta que salgan de trabajar. Pero, ¿todos los días veré películas?
Mejor les pago lo mismo que cobran en sus trabajos. Pero esto hará que dejen de ser mis amigos
y se comportarán como mis empleados.
Un momento por favor … me parece que están golpeando a la puerta.
Ya estoy de nuevo. Efectivamente golpeaban a la puerta y ahora tengo varios parientes, algunos
amigos que no lo son tanto y otros conocidos que están apretados económicamente y me piden
que les de una mano.
A medida que pasa el tiempo, mi situación ideal se agrava y de una vida sin problemas, pasó a ser
una vida mas complicada que antes, en cuanto al quehacer diario solamente.
Si prestamos atención, este es un ejemplo por demás simplificado y solo apunté a una pequeña
partecita de la vida, que consiste simplemente en decir que hago con mi tiempo y salió una
catarata de inconvenientes y trabas al tratar de resolver el problema.
Imaginemos ahora si tenemos que analizar que pasaría si agregamos cuestiones afectivas.
En cualquier situación siempre deberemos resolver problemas, son parte de la esencia del ser
humano; son como un alimento para algo que no es precisamente nuestro cuerpo físico y es lo
que nos causa tanta satisfacción cuando logramos resolverlos.
Para poder comprender esto que parece muy teórico, tratemos te llevarlo a la vida práctica e
imaginemos que por algún motivo se perdieron los datos de tus estudios cursados y te dan la
oportunidad de validarlos, pero debes cursar el último año de la escuela primaria en una escuela
nocturna para adultos. Esto es lo mejor que pudiste conseguir con abogados y presentaciones
legales de todo tipo.
Tendrás que rendir exámenes de lectura, muchas matemáticas y algo de historia y geografía.
Al final te las arreglas para cursar e incluso te haces de muy buenos amigos, lo que te hace
olvidar en parte de lo que tomaste como una desgracia.
El día del examen, todos están nerviosos, todos excepto tú, porque es muy fácil.
Apruebas con la mejor nota.
Varios días después se realiza la fiesta de egresados y no tienes ni ganas de ir, pero al final vas
por tus amigos. Te dan un premio por el mejor promedio y muchos aplausos, sin embargo tú
apenas esbozas una pequeña sonrisa de compromiso.
¿Por qué no estás contento?
La respuesta es sencilla. Nada que resulte fácil nos puede alegrar.
Resolvemos un problema y la alegría nos embarga. Cuanto mayor sea el problema, su resolución
implica mayor satisfacción.
El problema de los problemas es que cuando no existen, el ser humano los inventa, o bien, si es
pequeño, él se encarga de agrandarlo y hay personas que hacen de esto un arte;nunca pueden
disfrutar el resolver uno de ellos porque antes de sentir esa satisfacción ya se inventaron otro u
otros que remplazan al anterior.
Hay que buscar un equilibrio porque si bien se convive con los problemas, debe haber un
momento de descanso para el ser interior que todos llevamos. No se puede vivir luchando todo el
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tiempo. Debemos aprender a darle a cada problema la dimensión que corresponde.
Los extremos como siempre son peligrosos, es decir, no puedo vivir resolviendo e inventado
problemas todo el tiempo, como así tampoco me puedo desentender del mundo entero y
pretender que todo se solucione por cuenta propia.
Una persona con cáncer tiene sus problemas. Una persona condenada a la cárcel tiene sus
problemas. Una persona con dificultades para movilizarse por si misma tiene sus problemas.
Una persona normal y saludable, que pierde su trabajo del que vive toda su familia, tiene este
gran problema. Realmente, ¿se trata de un gran problema? O bien, ¿es un problema? O bien, ¿es
simplemente un problema?
Estoy seguro que a cualquiera de las personas que mencioné anteriormente, es decir, al enfermo,
al preso, al moribundo, le encantaría cambiar de lugar y vivir esta situación.
“Entonces no es grave, me despreocupo, total ya saldrá otro trabajo”. Tampoco sirve.
Dependiendo de la posibilidad de conseguir otro trabajo, este problema puede ser una piedra o un
clavo en el zapato.
Todos los problemas deben tener su grado de atención y debemos aprender por nosotros mismos
que grado le aplicaremos, lo que nos lleva nuevamente a la frase que usamos en el
autoaprendizaje:
“No existe un curso, un librito, trucos en internet u alguna clave para aprender” en este caso a
darle una valoración a los problemas. Debo aprenderlo solo.
Volviendo a mi caso, yo podría decir que vivo tranquilo porque aprendí a equilibrar los problemas
o los puedo controlar. En la medida que sea capaz de controlarlos, me puedo dar momentos de
tranquilidad.
Y vivir tranquilo ¿será vivir feliz?
Esta pregunta es muy profunda y de su respuesta depende el como seguimos, por lo que te
recomendaría tomarte un tiempo para reflexionar, analizar con mucho cuidado como es mi vida y
podría incluso darle una miradita a la vida de otras personas que parecen vivir tranquilos. Podría
acercarme, hablar con ellos, por supuesto, sin que se percaten de lo que estoy haciendo y sacar
una conclusión mas precisa.
Entonces ahora nos tomamos un tiempo para determinar si vivir tranquilo es equivalente a vivir
feliz.
…
No tengo forma de evitar que sigas leyendo pero voy a suponer que ya te tomaste unos días y
tienes una respuesta.
Si tu respuesta es positiva significa que ya estás preparado para ser feliz. Debes tratar de vivir
tranquilo, manejando tu ambición y perfeccionando tu capacidad para resolver los problemas y
listo.
Si tu respuesta es negativa o simplemente no encontraste la respuesta, entonces deberemos
seguir adelante, aunque nos tomamos unos momento para saludar a los viajeros de la felicidad
que escogieron quedarse en este lugar.
Parecen pocos elementos para alcanzar la felicidad pero es bastante duro remar con ellos, pero
como se dice: “la práctica hace al maestro”
La distancia que recorrieron es bastante grande y es para felicitarlos. Si el viaje les resultó un
poco pesado por la escritura, tienen un doble mérito y acepten por favor mis disculpas.
A los que están convencidos que aun no hemos llegado a la fuente de la felicidad, también los
felicito por el esfuerzo y con ganas sigamos recorriendo este duro camino.
¿Faltará mucho?
Es la pregunta que estoy seguro suena en sus cabezas y en la mía también. De todas formas yo
aun no encuentro ese detonante de felicidad que hablamos anteriormente y que seguramente será
nuestro mayor tesoro.
Cargamos nuestro equipaje y nos disponemos a continuar, solo que nuestro equipaje está un
poco pesado y peor aun porque lo que se ve al frente es una montaña empinada.
Aquí te voy a pedir que me esperes. Esto se tornó muy pesado y no se exactamente con qué nos
encontraremos. De todas formas voy a tratar de relatarte paso a paso como sigue el camino y una
vez que encuentre el correcto vuelvo a buscarte.
Estando ya en marcha trato de encontrar el porqué del peso.
En la última parada agregué “problemas” a mi equipaje y ya venía complicado con “ambición” y
“actitud positiva”.
Estoy seguro que en la medida que aprenda a cargar estos tres elementos, el equipaje se tornará
mas o menos pesado.
Sigo caminando un tramo largo y empiezo a preocuparme. Miro hacia todos lados buscando
ayuda y no la encuentro. Urgente debo aferrarme de algo para no caer en el fracaso. Todo lo que
recorrimos y sin embargo recién ahora entiendo que esto me está costando tanto porque no puse
de mi parte para aprender a manejar estos tres elementos y evidentemente no estoy pudiendo
superarlos.
Saco fuerzas de flaqueza y tambaleando continúo el camino.
A lo lejos alcanzo a divisar un destello, por lo que me acerco lento y cancinamente.
Estando cerca, no soy capaz de distinguir con claridad que es, aunque estoy seguro que se trata
de la pieza fundamental de la felicidad.
Veo mucha gente que realmente parecen felices y también llegaron hasta aquí pero no se por cual
camino lo hicieron. La gran mayoría se nota que es gente sencilla, ninguno con vestimenta
extravagante ni pomposa. El aire que se respira incluso es diferente, fresco, aliviador y hasta
podría decir lleno de energía positiva. Mi cansancio desapareció.
Estoy buscando una explicación científica, algo que me ayude a entender para poder explicárselos
y aunque mi cerebro está a mil, no le encuentro la vuelta.
He divagado por este lugar mucho tiempo y no pude avanzar pero de lo que estoy seguro es que
esta es la pieza que faltaba para explicar el porqué de la felicidad de muchas personas que
aunque están envueltas en las adversidades, sin embargo pueden sentir y vivirla.
Tengo que decirles que he llegado a la conclusión que hasta aquí podemos llegar en la búsqueda
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racional de la felicidad.
El camino queda extrañamente cubierto por una suerte de neblina brillante, que se siente
agradable pero yo no puedo avanzar, lo cual me molesta mucho porque veo que otras personas si
pueden hacerlo y caminan como si no hubiera nada.
Podría regresar y buscar otro camino, posiblemente encuentre algún elemento que a estas
personas les posibilitó pasar tranquilamente.
Si, eso haré.
Ya de regreso, encuentro a otras personas que al verme se detienen a esperarme. Estas
personas traían además de la misma carga mía, otras que encontraron buscando la felicidad.
Algunas llevaban varios intentos de pasar porque si bien así como otras personas encontraron en
la tranquilidad el elemento esencial para la felicidad, ellos llevaban además otros elementos como
sinceridad, honestidad, respeto por mencionar algunos, que evidentemente los hacia mas
fuertes.
Armamos un campamento y nos sentamos a conversar.
Todos participaban y opinaban sobre la travesía. Muchos habían leído bastante documentación
buscando la felicidad, lo que los hacia sentir mas fuertes aunque un par de ellos lucían un poco
desconcertados.
Varios del grupo los animaban a seguir aunque permanecían callados hasta que se decidieron a
hablar y pacientemente explicaban que recorrer este camino, buscando la felicidad plena, les
ayudo mucho en su vida cotidiana y llegaron a la conclusión que no existe tal felicidad, es decir, la
felicidad plena. Es mas, según sus opiniones, la felicidad tiene niveles y uno va progresando en la
medida que nos instruimos en el tema y ponemos en práctica lo aprendido. Uno se va haciendo
experto en desechar documentación basura, de la que realmente puede ayudar y de todo lo
aprendido están convencidos que en la vida nos encontraremos con personas totalmente infelices,
otras medianamente felices y otras muy felices, pero las que tienen felicidad plena no existen.
El que parece mas desconcertado y molesto es un profesor universitario en letras mientras que la
otra persona es un científico que trabaja en biotecnología. Este último es mas callado, calculador y
por supuesto todo lo mira desde los ojos de la deducción. A él lo inquieta por demás el hecho de
no encontrar las variables para cerrar la ecuación de la felicidad.
Además explican que con todos estos conocimientos e intentos, desconcierta y a veces desespera
el hecho de no poder pasar.
Llama la atención una personita que al parecer le pone humor al grupo. Es sencillo, de buen
semblante, luce una remera con una carita feliz que me pareció graciosa y es para destacar que a
él no parece molestarle para nada su carga. También hay un par de personajes que lucen un
tanto diferentes al grupo. Se nota por sus actitudes que pertenecen a una clase mas bien alta,
especialmente por su forma de expresarse, movimientos delicados pero sin delatar posición
económica alguna y además muy agradables en el trato con los demás.
Llegado el momento, intervienen en la charla y por su supuesto no faltó el indiscreto que sacó la
conclusión que tenían mucho dinero y les mando una pregunta cual flecha directa hacia la cabeza.
Con el dinero que tienen, ¿que les falta para alcanzar la felicidad?
Evidentemente esta persona no recorrió el camino con nosotros sino ya tendría una idea de la
posible respuesta. Inmediatamente, casi a la misma velocidad de la flecha, se nos cruza la
pregunta, ¿como llegó hasta aquí?
El indiscreto siente la mirada de todos y al momento cae en la cuenta que hizo mal la pregunta e
intenta recuperarse.
Arranca su discurso pidiendo perdón por la pregunta y deja claro que la riqueza no lleva a la
felicidad y agrega en tono humorístico una frase popular “pero como ayuda”. Continúa explicando
que su pregunta mas bien apuntaba a saber qué les faltaba, porque si llegaron hasta aquí es
porque lograron esquivar las trampas que ponen las riquezas, en las que prácticamente todas las
personas de una u otra forma caen y por supuesto como le hicieron.
Nuestros personajes aceptan las disculpas y confirman que las riquezas te inundan de
tentaciones, te nubla el entendimiento, te confunde al punto de creer que al darse con todos los
gustos te puedes sentir feliz. Ellos desde jóvenes notaron como sus parientes y amigos se perdían
en una especie de éxtasis que produce el dinero. No hay objetivos por alcanzar porque todo se lo
ve como dinero y esto ya lo tienen, nunca se puede distinguir cuando una persona realmente te
quiere y te da su afecto de todo corazón. La vida se torna un pesar. Te sientes completamente
solo y la soledad mata al hombre.
Por casualidad, individualmente se les presentaron situaciones en las que podían ayudar a otras
personas que realmente lo necesitaban con lo único que podían hacerlo, es decir con dinero y
notaron que eso los hizo sentir bien y experimentaron por primera vez la energía positiva que
transmiten las personas agradecidas.
Ambos crearon centros de ayudas, fundaciones e instituciones con las cuales se encuentran muy
comprometidos, tanto que se podría decir que en la amargura de la soledad, una luz de alegría
verdadera brilló y dedujeron que descubrieron el hermoso camino de la felicidad y desde
entonces lo recorren una y otra vez pero siempre llegan al mismo lugar.
“Siempre al mismo lugar”. Estas palabras quedan haciendo eco en el oído de todos y luego, un
silencio profundo. Nuevamente la comunicación es a través de las miradas.
Desconsuelo, desesperación, descontento y todo lo que empiece con “des”, es lo dicen las
miradas, excepto la de una persona que parece no afectarle. Es la persona que decíamos que es
la que le pone humor al grupo.
Descasamos en el lugar un buen rato y me convencen de retomar el camino junto a ellos, a lo que
accedo solo por la buena compañía que representan.
Le pregunto a uno del grupo por la persona de remera con carita feliz y con una pequeña sonrisa
me dice que se llama Pepe y desde que lo conocen es siempre así, agradable, de muy buen
humor y cree que uno de sus pocos momento de seriedad es cuando reza, a pesar de que lo hace
en silencio, tratando de ser notado por los demás, con el tiempo se hizo evidente.
¿Reza? Le pregunto.
Me responde que si y cree que es el único del grupo que lo hace con conciencia, porque hay
varios que según ellos pertenecen a alguna religión.
Yo también rezo pero me sorprendió realmente, aunque no sé exactamente el porqué.
Después de un buen tiempo, retomamos el camino, solo que ahora con mejor actitud y aunque sé
adonde se llega, tengo un poco mas de confianza.
Pepe marcha a la delantera aunque de vez en cuando debe parar porque hay varias personas que
tienen muchos años encima y les cuesta bastante. Los jóvenes son muy pocos al igual que las
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personas mayores mientras que yo estoy justo en medio así que marcho a paso tranquilo.
Por fin llegamos. Los que ya vinieron anteriormente se emocionan y los que llegan por primera vez
miran sorprendidos el lugar. Encuentro una gran piedra que uso de asiento y desde este lugar me
dispongo a observar el comportamiento del grupo, sabiendo como me fue a mi un tiempo atrás.
Pepe se queda al lado mío y me pregunta porqué no sigo, a lo que respondo que ya intenté pasar
y como no pude entonces me volví.
Un interrogante se clava en los ojos de Pepe y sin mas se propone continuar.
Veo al grupo deambulando tal cual lo hice yo. Van y vienen.
Desahuciados, varios se sientas al lado mio.
nuevamente conmigo.
Un momento mas tarde, todo el grupo está
Nadie habla nada pero continúan mirando hacia la luz, hasta que de pronto, desde allí una
remera con una carita sonriente se asoma. Pepe no está con nosotros nos decimos. En cuestión
de segundos la figura de Pepe es clara y se acerca tranquilamente a nosotros.
¿Pasaste? Es la pregunta obligada.
Pasé y es hermoso, responde con mucha alegría.
Todos estamos muy contentos y lo abrazamos como si nosotros mismos hubiéramos pasado.
Y así termina la historia con un gran final feliz… pasó uno.
J
Bueno, no te enojes… era una bromita para matizar la lectura.
¿Cómo sigue entonces la historia?
Pepe se para al lado mio y me invita a caminar con él hacia la luz, por lo que rápidamente me
incorporo y a los dos segundos me detengo.
“Esteeeeee, yo ya intenté y no pude pasar”, le digo risueñamente.
Me devuelve la sonrisa y me dice, “si, pero no lo hiciste con fe”.
Quedo desubicado completamente y podría decir con la boca abierta como para ponerle un toque
de expresión.
Esta luz que alcanzas a ver es el principio de un nuevo camino delineado por la mano de Dios.
Dios es la puerta de entrada y el camino a recorrer desde ahora.
NO ENTIENDO
¿Que acaso si no creo en Dios no podré alcanzar esta felicidad?
Mi pregunta tiene un tono molesto porque es como que me están cargando una obligación o
poniéndome un precio que no quiero o mas bien me niego a pagar, a pesar que yo vivo mi religión
aunque asumo que estoy un poco flojo de fe.
Como Pepe sabe que todos venimos transitando el camino de la racionalidad, me dice:
“Trae a todos los que vinieron buscando la felicidad y por medio de un nuevo camino, también
racional, llegaremos a la felicidad plena”
¿Y si alguno de ellos no cree en Dios podrá venir con nosotros? Es mi pregunta, a lo que Pepe
emocionado me responde que eso sería muy bueno y de paso quizás pueda llegar a entender el
porqué de nuestras creencias, aunque puede ocurrir que siga sin entender. Ya lo veremos.
Tengo una mezcla de resignación y emoción.
Avanzo a marcha segura al lado de mi amigo y ahora puedo pasar. Es realmente fascinante.
Miro a todos lados y veo a muchas personas en diferentes actividades. Todas lucen felices en lo
que hacen, sin embargo Pepe me indica un camino diciéndome que ese es nuestro destino.
Mientras caminamos salen al encuentro varias personas muy amables con los que conversamos
un largo rato sobre varios temas, algunos que nosotros mismos preguntamos y otros que ellos
consideraron convenientes que debíamos saber. Muchas cuestiones se me aclararon y ahora me
siento mas seguro para guiarlos.
Regresamos y le explico a Pepe que yo venía con otro grupo que aun me esperan y debo volver a
buscarlos, por lo que con un golpecito en la espalda me alienta a hacerlo mientras él se queda
contando su experiencia a los que están presentes. Solo di unos pasos cuando me detiene del
hombro para darme unos consejos para cuando hable con ustedes referidos a como debo
orientarlos.
Rápida y ansiosamente bajo por la montaña y los encuentro listos y de buen ánimo para seguir.
Hablo con el grupo y les explico que vamos a seguir el camino, es decir, vamos a seguir
avanzando en la búsqueda de la felicidad plena, pero les aclaro enfáticamente que el camino a
seguir está diseñado por Dios.
Inmediatamente varios rechazan la idea porque en el grupo vienen agnósticos, ateos, otros que no
son tan religiosos y prefieren conformarse con haber llegado hasta donde lo hicieron y haber
encontrado la verdad.
Pateando piedritas se vuelven algo molestos, aunque son los menos.
Continúo explicando que vamos a continuar siguiendo un camino racional por lo cual no importa el
hecho que no crean en Dios, sin embargo, con el tiempo (según la explicación de Pepe) veremos
que este camino está demasiado bien delineado y nos planteará varios interrogantes del porque
se hizo así.
Varios de los que pateaban piedritas, escuchan lo último y quizás por simple curiosidad se
reintegran al grupo.
Levantamos nuestras mochilas y alcanzamos al grupo principal. Luego de las presentaciones del
caso busco al jugador principal que brilla por su ausencia.
Pregunto por Pepe y me responden que se adelantó y que yo debía guiarlos, porque según él, yo
tenía lo necesario para hacerlo correctamente.
Upss.
La idea me asusta al principio pero luego de unos segundos me tranquilizo y hasta me siento
seguro y me dispongo a reiniciar.
Con una sonrisa en mi rostro les pregunto, ¿listos para empezar esta nueva etapa?
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Me responde todos que Si, aunque en algunos suena un poco tibio.
Mis primeras palabras al grupo son las siguientes:
“Para esta etapa vamos a necesitar que la mente esté abierta.”
Con esta frase justo en el arranque ya tropecé.
El científico me pregunta:
¿Qué significa la mente abierta? Mejor dicho, sé que significa, pero ¿qué tiene que ver con la
felicidad?
Le respondo:
Una mente abierta es importante en todos los ámbitos de la vida especialmente porque la mayor
parte de ella aun sigue siendo un misterio. Si los científicos no mantuvieran la mente abierta no
habría evolución tecnológica. Si Galileo y Copérnico se hubieran quedado con la idea que la tierra
era el centro del universo, porque así decía la iglesia, basada en una teoría de Aristóteles, no se
hubiera descubierto el error. Sin embargo, ellos mismos generan un nuevo error diciendo que la
tierra no es el centro del universo sino el sol. Hoy sabemos que el sol tampoco es el centro del
universo, pero sí sabemos que el universo está en movimiento y es todo lo que sabemos.
Si hace trescientos años nos hubieran dicho que es posible hacer luz sin necesidad de fuego
hubiéramos dicho que es imposible. Si hace cuarenta años nos hubieran dicho que una máquina
puede hacer cálculos, millones de veces mas rápido que una persona tampoco lo hubiéramos
creído. Si hace veinte años nos hubieran dicho que podríamos hablar con otra persona que está al
otro lado del mundo con un aparatito tan pequeño que lo llevamos en el bolsillo, tampoco lo
hubiéramos creído.
Nuestras mentes se están acostumbrando a aceptar los cambios tecnológicos pero porque los
podemos ver. Este despertar tecnológico es casi comparable al descubrimiento del fuego y ni las
mentes mas intrépidas pueden decirnos qué sorpresas nos traerá el futuro en solo unos pocos
años.
Hay todo un mundo que no podemos ver y menos entender, pero por este solo hecho no podemos
negarlo, incluso lo que hoy conocemos como mundo espiritual es quizás también un mundo
científico, regido por leyes que no conocemos, pero como recién estamos aprendiendo a conocer
nuestro mundo material, no podemos pretender conocer este otro mundo y no solo eso, sino que
hoy apenas tenemos hipótesis de universos paralelos o dimensiones paralelas que la física
cuántica trata de explicar.
¿Nos imaginando saliendo de una dimensión para pasar a otra paralela?
Al ritmo que vamos no podemos decir que el hombre no lo logrará.
La tecnología es como un juguete para niños de tres o cuatro años, pero puede ser muy peligroso
en niños de menos de un año. Una pelotita de plástico con la que juega todos los días Juancito
que tiene cuatro años, puede ahogar y quitarle la vida a su hermanito que es un bebé que recién
camina a cuatro pies.
Las religiones en general y la misma iglesia católica cometió muchísimos errores frenando los
avances científicos debido a la mala interpretación de la Biblia. Hoy es consciente de estos errores
y los acepta, pero ¿quien se encarga de cuidar que el hombre no se dañe a si mismo jugando con
la tecnología?
Si sacamos las religiones, ¿que impide que el hombre juegue con la vida o con la naturaleza?
Solo basta una persona que no mida las consecuencias de sus experimentos para que la vida
desaparezca como la conocemos o desaparezca completamente.
Quizás sea bueno que sigan moderando el desarrollo. Digo quizás porque no tengo autoridad para
confirmar este pensamiento.
El hombre avanzó bastante, pero los interrogantes aun superan por lejos a las respuestas. Un
mundo fascinante para los descubrimientos nos espera, pero debemos hacerlo con cuidado y
moderación. Un órgano de una persona que acaba de fallecer, puede dar vida a otra. Esto era
impensable hace unos años y hoy estamos agradecidos con esta tecnología.
Apostemos al avance tecnológico y mantengamos nuestra mente abierta a lo desconocido, como
los científicos, que con el tiempo seguramente encontraremos las respuestas que buscamos.
Lo que además les diré es que me gustó tanto esto de explicar qué es una mente abierta que me
pasé de científico y filósofo, ¿verdad?
Asienten todos, hasta el ingeniero y el profesor que me levanta el pulgar dándome un signo de
satisfacción.
Ahora si, con la mente abierta, continuemos buscando la felicidad por este nuevo camino.
En principio, la felicidad plena podríamos decir que se consigue cumpliendo una serie de
principios, mandamientos o reglas, según la gran mayoría de las religiones.
De acuerdo a esto, todo lo que aprendimos sobre la felicidad hasta el momento por nuestra
cuenta, debería estar incluido en estas reglas o mandamientos.
Revisemos mentalmente lo que tienen nuestras mochilas.
Ambición y actitud positiva son dos de los componentes pesados que cargamos. Recordemos que
la cantidad de componentes depende de como se hubiera recorrido el camino de la felicidad.
Sabemos que la ambición nubla el camino a la felicidad al igual que el tomar los diferentes
problemas con una actitud negativa. Ambas situaciones las aprendimos observando por nuestra
cuenta y a duras penas, debido a que no encontramos donde afirmarnos.
El planteo de los problemas y su resolución fue otra de las cuestiones que nos atormentó en
nuestro recorrido.
Recordemos que esta carga es de nuestra mochila solamente y que otros pueden tener otra mas
completa.
La pregunta será: entonces, siguiendo alguna religión, ¿me hubiera resultado mas fácil recorrerlo?
¿me hubiera dado cuenta mas rápido de las cosas?
La teoría dice que si y sólo en teoría, deberíamos encontrar muchos elementos mas que ya están
resueltos y no deberían reportarnos una carga.
Pero las obligaciones por si solas representan una carga y los mandamientos son justamente
obligaciones. ¿Cómo es esto?
El hecho de explicar como es esto en una religión y como es en otra, se puede tornar largo y
complicado, por lo que voy a tomar al Dios de los Judíos, musulmanes y cristianos, que es el
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mismo para las tres religiones.
Si, todos ellos, por el hecho de tener el mismo padre, los hace hermanos.
Otra vez leyendo tus pensamientos te digo que los hermanos cuando son pequeños también se
pelean, pero cesan a medida que van madurando.
Volvamos al tema de los mandamientos u obligaciones.
Tomemos como base algunos de los mandamientos, como por ejemplo “No matarás” o “No
robaras”.
Si analizamos el hecho de tomar dos de diez mandamientos que tiene el Cristianismo, significa
que estamos trabajando sobre un veinte por ciento de los mismos, diría fríamente un científico.
Ahora, ¿Cuál de los dos te parece que no deberíamos tomarlo como un mandamiento?
Supongo que no ves a ninguno de estos dos mandamientos como obligaciones religiosas, sino
mas bien como dos elementos a tener en cuenta para la buena convivencia, a tal punto que
ambas están penadas por la ley, o sea que me debo despreocupar.
¿Cómo?
Al estar penado por la ley, a los que roben o maten, se los lleva la ley.
“No hay chances”.
“Ni por casualidad”.
“No en este país”.
Estos son algunos de los cientos de pensamientos que puede acarrear esta afirmación.
Entonces supongamos que estamos complicados con la ley por el hecho que a ella le resulta
extremadamente difícil resolver todos los robos y asesinatos que ocurren a cada segundo y por
supuesto, en los lugares mas inesperados; entonces puedo decir que aun me queda la cuestión
de los valores éticos y morales, es decir, pienso que no me robará o matará porque no está bien
o no es correcto.
Que problemita, ¿verdad?, porque los valores éticos y morales van en plena decadencia, peor aun
si están influenciados por factores tales como la droga.
Entonces, ¿que hacemos?, ¿estamos perdidos?
Tampoco es para tanto. Recordemos que simplemente estamos analizando dos mandamientos.
Además, si bien con estos argumentos todo parece perdido, en la realidad vemos que eso no
ocurre. Algo debe estar haciendo de contrapeso a esta situación negativa.
Analiza con cuidado esta situación que da para pensar bastante y busca una posible respuesta al
interrogante del contrapeso, sin involucrar la religión.
Avancemos en las obligaciones religiosas o mandamientos y tomemos otro, como por ejemplo el
que dice “No levantar falsos testimonios”. Este mandamiento también hace a la convivencia
social y está penado por la ley.
¿Te imaginas vivir en un lugar donde todos hablan mal de todos?
Tu vecino me dijo tal cosa … ¿qué te piensas?
Es que tu vecino me dijo que vos hiciste tal otra ...
Las disputas serían moneda corriente en ese lugar, no habría confianza en nadie y por supuesto
cero tranquilidad. La ley no está para resolver problemas a este nivel, a menos que sea algo
grave que se diga de una figura pública como los políticos, miembros de la farándula y otros
tantos que aparecen en los medios de comunicación. Para el resto de los mortales, estas
cuestiones se resuelven cara a cara en el mejor de los casos.
Este mandamiento también lo pondremos en la balanza y si le sumamos el tema del adulterio, que
dicho de paso se está despenalizando en prácticamente todos los países del mundo, el
contrapeso tiene que ser bastante grande.
Ya que mencionamos este último mandamiento, podríamos decir que si ante la ley no es un
delito, hablando de una situación conyugal, pero si motivación para el divorcio y no tiene otras
connotaciones, entonces puedes cometer adulterio, si eres capaz de hacerlo con el máximo
cuidado de no ser descubierto.
Si ese es el caso, una mujer podría decir ¿como podría confiar en mi esposo que viaja todo el
tiempo? O un hombre podría decir ¿Cómo confío en mi esposa que frecuentemente viaja varios
días por algún congreso o encuentros de trabajo?
Generalizando, cuándo salgo de casa a trabajar, ¿que hará mi esposo o esposa?
Cuanto mas separada este la pareja, los adulterios serás mas comunes.
Suponiendo que no existe ninguna religión, ¿crees que podría ser posible la convivencia solo con
la legislación escrita por el hombre?
Ahora vamos al otro extremo y digamos que todos somos muy religiosos y cumplimos al pie de la
letra estos mandamientos, esto implicaría que, no habría muertes, ni robos, ni habladurías, ni
adulterio, entonces, ¿podríamos afirmar que estaríamos viviendo una mejor vida?
Un buen interrogante…
Estoy analizando esta última pregunta.
Una persona inteligente debe sacar provecho de todo y de este interrogante seguro podemos
sacar algo.
Me gustan las tres últimas palabras, “una mejor vida”.
Si estas reglas de convivencia o mandamientos pueden darnos una vida mas tranquila, que en
principio nosotros lo tomamos como una de las bases de la felicidad, yo quiero creer que si
profundizamos en estas reglamentaciones, podríamos encontrar mas de lo que veníamos
buscando por el camino.
¿Qué te parece este razonamiento? Parece aceptable ¿verdad?
Hago un paréntesis para pedirte que por favor, no abandones el razonamiento porque es
importante que entiendas todo lo que hacemos.
Aparece en escena nuevamente Pepe y se alegra al ver la cantidad que aceptaron seguir el
camino sabiendo que la mayoría trae su carga racional.
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¿Cómo le hiciste? Me pregunta Pepe al oído.
Le respondo que sencillamente les expliqué a donde vamos y que ustedes usaron justamente su
lado racional para entenderlo y estoy convencido que lo entendieron por eso siguen.
Luego le cuento que analizamos varios de los mandamientos y que mas que mandamientos nos
parecieron pautas de convivencia que deben existir en toda sociedad organizada
independientemente de su religión. Con un gesto simple aprueba nuestra observación y él agrega
que para Dios, nosotros somos sus hijos y por lo tanto como todo padre que enseña a sus hijos
pequeños, lo debe hacer a través de reglas positivas, es decir, instrucciones que buscan su bien.
El problema radica en que como todo niño, tenemos un cierto grado de rebeldía y a esas reglas
las vemos como órdenes y no queremos que nadie nos obligue a nada y las rechazamos.
Recordemos que estos mandamientos no tienen cincuenta años, ni cien años , ni doscientos años,
sino que tienen mas de tres mil años. Así como lo estás leyendo.
Pepe entiende nuestro objetivo e intuye por nuestras caras que estamos cual minero que da con
la veta de oro por lo menos con una pequeña saliente.
Reglas positivas, muchas reglas positivas son las que necesitamos para analizar y es lo
que inconscientemente vinimos formando durante todo nuestro camino, solo que no las
veíamos como tales. Nosotros mismos las armamos y las cumplimos.
Este pensamiento es el resumen del pensamiento netamente humano, que quiere forjar su
camino sin que nadie lo ayude, solo confía en su lógica e inteligencia.
Volvamos en el tiempo tres mil años atrás y nos imaginemos rodeados de personas que no tienen
estos mandamientos. Si ahora que estamos un poco mas civilizados igual nos sacamos los ojos,
¿qué podríamos esperar de esos tiempos?
Pepe dice:
El género humano va evolucionando en su pensamiento tal cual lo hace un niño hasta alcanzar la
madurez de un hombre. Dios nos instruye de la misma forma y para que lo entiendan mejor les
doy un ejemplo:
A un hijo de tres años le decimos: “no salgas a la vereda”.
Le damos una orden y el niño por supuesto se enoja porque no entiende que es peligroso.
A un hijo de seis años le decimos: “Cuando salgas a la vereda, no cruces la calle sin una persona
mayor”.
Ahora el niño puede salir a la vereda pero tiene la orden de no cruzar la calle y también se enoja.
A un hijo adolescente le decimos: “ten cuidado cuando salgas a la calle”.
La orden se transforma en consejo porque ya tiene la formación adecuada para manejarse en las
calles por si mismo, pero de todas formas no le cae demasiado bien el consejo y así ocurre
durante toda la vida de las personas, porque los padres siempre le pedirán a su hijo que esté
atento, que tenga cuidado y nosotros diremos “papis, ya soy demasiado grande para que sigan
con eso”.
De la misma forma Dios actuó con nosotros a través de la historia y tenemos la suerte que esa
historia fue escrita en lo que conocemos como Antiguo testamento o Tanaj en el Judaísmo.
Entendemos el ejemplo y Pepe se percata de ello por lo que nos deja para que sigamos
avanzando.
Las tres religiones tienen una recopilación de escritos que narran como fue creado el hombre,
como Dios escogió a su pueblo y la manera en que fue desarrollando su conciencia.
La mayoría de los escritos tienen un carácter simbólico y fueron escritos de esa manera para que
la gente de aquella época pueda entenderlos con mas facilidad. Desde el mismo libro del génesis,
el simbolismo abunda y si uno aplica criterios lógicos (sin llegar a lo científico), puede encontrar
contradicciones en hechos, cálculos de fechas, edades de los personajes, ubicaciones
geográficas, los cuales nos dan la idea que todos fueron escritos por hombres y por lo tanto no
hay perfección en los mismos.
Si vamos a trabajar con estos textos, debemos ser muy inteligentes para extraer lo que
necesitamos y evitar sumergirnos en la prueba de contradicciones. Muchos se basan en estas
contradicciones para sacar la conclusión que las tres religiones, por tener un mismo origen son
falsas, es mas, dentro de los mismo líderes religiosos muchas veces hay discrepancias sobre la
interpretación de determinados hechos, los cuales muchas veces terminan con la separación en
facciones religiosas.
Muchos males se cometieron en nombre de la religión y todos debido a la mala interpretación de
estos escritos. Con que una persona interprete mal las mismas y busque otras que apoyen su
idea, es suficiente para iniciar un movimiento que puede ocasionar desastres. Por eso, cuando
nosotros leamos estos escritos, tratemos de sacar nuestras propias conclusiones y si el día de
mañana encontramos que en estas líneas dimos con el secreto de la felicidad, de la vida o del
origen de todo lo que existe o la conclusión que fuese, lo hagamos por nuestra cuenta y no porque
alguien me lo dijo. Esto no quiere decir que no leamos otras documentaciones a parte de estos
escritos, sino que debemos analizarlos con cuidado y no aceptarlo porque lo dijo alguien famoso o
solo porque si. Copérnico fue famoso, Galileo fue famoso, Aristóteles fue famosos y muy
inteligentes, pero eran humanos y cometieron errores.
Por lo tanto, debemos aceptar que nuestra inteligencia es limitada y siempre debemos dejar un
espacio para la duda en nuestras conclusiones y discutirlo con personas capacitadas y atentos
con esto, porque puse capacitadas y no condescendientes o que ya tienen fija la misma idea,
porque podrían estar equivocados y es difícil salirse del error.
Pero bueno, ya avanzaremos sobre estos temas, por lo pronto sigamos buscando lo que nos
interesa por el momento, que son las normativas o mandamientos o reglas positivas.
En el Judaísmo, por ser la religión original, encontramos en abundancia lo que buscamos, para
ser mas preciso, 613 preceptos.
Upsss. Son muchísimos.
Un interrogante se clava en mi cabeza
¿Los tengo que leer a todos?J
Imagínate si me siento reacio por solo leer los preceptos, ¿como haría para cumplirlos a todos?
Te cuento que al final si los leí y puedo decirte que muchos son actos que ya lo realizamos, otros
mas bien son buenas costumbres para la época y otras, obligaciones tendientes a fortalecer la
voluntad, mantener la salud en el pueblo y por supuesto, para recordarles su origen y quien es su
padre.
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En este último punto se pone mucha énfasis porque, por lo que leí, este pueblo siempre ha tenido
la costumbre de olvidarse de Dios cuando todo le iba bien, apartándose del camino marcado y
dirigirse hacia el mal, cometiendo todo tipo de actos incorrectos conocidos como pecados.
Podrías leerlos. No te caerá mal.
Pepe camina lentamente con nosotros y nos dice:
“Como ya les dije varias veces, el hombre es como un niño en cuanto a madurez de
conocimientos y es por eso que voy usar la figura de padre e hijo en otras varias ocasiones.
Digo esto porque todos estos preceptos son positivos, donde algunos te dicen que hacer y otros lo
que no debes hacer, de la misma forma que un padre hace con sus hijos cuando debe salir de
casa.
En un momento determinado, el padre les dijo a sus hijos que ya es hora de que cada uno
administre su vida y dejó de ponerles reglas, cada uno era libre de actuar como quisiera aunque el
padre esperaba que lo hicieran como les enseñó. Solo el hermano mayor permaneció con él.
Pasado el tiempo supo que sus hijos estaban desviando su conducta, por lo que envió a su hijo
mayor para que los ayude y se corrijan”.
Por el ejemplo, puedo deducir la llegada de un personaje en la historia de la humanidad que nos
aclararía el por qué Dios no impuso mas reglas.
Esta figura ha tenido tal peso en la historia del hombre que hasta modificó la forma en que se
formulan las fechas en todo el mundo.
Estamos hablando de Cristo o Jesucristo o simplemente Jesús en el cristianismo.
Lo que llama la atención es que hubo poderosos reyes, grandes emperadores, terribles
conquistadores en la historia del hombre y no pasó nada, sin embargo, con el nacimiento del hijo
de un carpintero, según la Biblia, se inicia un nuevo contador de tiempo.
Hoy las fechas históricas están denotadas como antes o después de su nacimiento y se
estandarizó en el uso comercial, científico por nombrar algunos campos. Evidentemente era
alguien especial.
Pero ya nos desviamos de lo nuestro. Estábamos diciendo que Cristo nos aclararía por qué no
hay mas reglas.
Pepe confirma mi desvío y agrega que la vida de Cristo la podemos leer de cualquiera de los
cuatro evangelios, escritos por Mateo, Marcos, Lucas y Juan. En ellos encontraremos un gran
número de reglas positivas que incluso van mas allá de las vistas en el Judaísmo.
¿Mas todavía?, pregunta alguien preocupado.
Pepe le responde:
Cristo, como en el ejemplo del hermano, vino para enseñarnos a cumplir los mandamientos que
ya estaban escritos y que el hombre se encargó de distorsionar.
Eso lo deja mas tranquilo
Le pregunto cuando se escribieron estos evangelios, a lo que me contesta que los cuatro
evangelios están escritos en diferentes años, pero históricamente se los ubica entre los años
cincuenta y cien.
Una persona que se acercó cuando estábamos conversando le pregunta a Pepe si los cuatro
evangelios son diferentes, respuesta que lo hizo pensar porque se percató que la pregunta tenía
un objetivo especial, es decir, leer uno solo.
Responde: “Los cuatro evangelios tratan de la vida de Cristo, solo que se escribieron de diferentes
maneras, según hacia quien su autor lo quería orientar o bien a lo que pretendía mostrar de su
vida. Tres de los evangelios son muy parecidos mientras que el de Juan está escrito con otra
orientación”.
Pepe nos mira a los ojos como buscando nuestra capacidad de guardar un secreto y nos dice:
“Como consejo, yo les puedo decir que dejen el evangelio de Juan para el final, después les
cuento el motivo, si es que no lo descubren ustedes mismo. Yo confío que si lo harán”.
Pepe nos lleva al grupo y la carita feliz de su prenda parece mas feliz que nunca. Pide la atención
de todos y con una voz fuerte pero agradable nos dice:
“Me alegro mucho por el entusiasmo que están poniendo en el caminar, especialmente las
personas que no tienen una orientación religiosa, porque todo esto les causa mucha curiosidad y
aunque tropezaron con las piedras de la incomprensión, aun siguen adelante, por lo que les digo
que los que están acostumbrado a leer documentación buscando la felicidad, aquí tienen material
en abundancia para sus estudios. Pueden leer desde qué son los evangelios, pasando por
cuantos tipos hay, siguiendo por todas las predicciones en los textos antiguos que indicaban la
llegada de Cristo.”
Observando una actitud de desconcierto por todo lo que hay que leer, Pepe rápidamente trata de
controlarlos diciendo:
“Pero atentos, esto no es una obligación”.
Un “ahhhhh bueno” sale de algunos como un alivio.
Continúa diciendo:
Pongan atención porque el camino que vamos a transitar es el de los evangelios en búsqueda de
nuestras pistas, que en este caso, son señaladas por Cristo, quien llegado el momento nos
advierte que él no vino a abolir la ley o los profetas sino para darles cumplimiento, es decir que
nos ayudará a interpretar mejor los preceptos que ya vimos.
Pepe, ahora con una actitud de satisfacción en su rostro, mira alrededor y golpeando las palmas
de sus manos nos alienta a seguir y finaliza diciendo:
Si prestan atención, notarán que en todos los evangelios la intención de Cristo es dar a conocer
la voluntad del padre (Dios), mostrándose como lo vimos en el ejemplo, como hermano mayor que
muestra el camino correcto, que al final lleva a la felicidad en este mundo.
Escuchaste bien. Dios quiere que desde ahora seas feliz. Entonces busquemos con atención
cuales son las pistas que nos dejó.
Si ya estuviste buscando información por tu cuenta, ya sabrás que evangelio significa “Buena
noticia”. Vamos entonces al encuentro de esta buena noticia.
Busco un lugar cómodo cerca de unos jóvenes y me dispongo a leer uno de los evangelios tal cual
nos recomendó Pepe y escogí el de Mateo, porque alguien que tenía a mi lado, en el momento
que estaba tratando de abrir el de Juan (porque me había olvidado de la recomendación de Pepe),
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me dio un pequeño codazo por las costillas y me dijo:
“Ese no, ¿que acaso no sabes que ese es para el último?”
Luego me miró, cayó en la cuenta que su amigo estaba del otro lado y se disculpó, al tiempo que
me decía que debía empezar por Mateo. No me dio tiempo a preguntar el por qué debido a que se
fue demasiado rápido por la vergüenza que le provocaba la forma que en se reía su amigo.
Luego de terminar de leer Mateo decidí leer los otros para terminar por Juan.
La verdad que cada uno es tan rico en lo que estamos buscando que hay que leerlos varias veces
porque son como las películas que son tan buenas que después de verlas varias veces, le
seguimos encontrando partes que nos fascinan.
Los secretos de la felicidad los encontramos aquí y allá, escondidos entre comparaciones y
parábolas, hechos de la vida diaria y situaciones diversas. Son como el oro en el rio que aunque
no se lo ve a simple vista, uno tiene la certeza que con un poco de trabajo lo podemos encontrar y
luego de ver los primeros frutos ya no queremos parar.
De la lectura podemos deducir que Cristo nos muestra la vida desde una nueva perspectiva, que
consiste en ver a cada persona como un verdadero hermano, es decir, la humanidad es una gran
familia, donde cada hombre, mujer y niños, de cualquier raza, religión y posición social, es
hermano uno del otro.
Todos somos hermanos.
Visto de esta forma, podríamos considerar las situaciones siguientes:
Puse un negocio, me fue muy bien y ahora tengo mucho dinero. Ahora bien, si uno de mis
hermanos por diversos motivos está pasando hambre, ¿que acaso no le ayudo?
Si le presto dinero y no me devuelve, ¿acaso lo mando a la cárcel a que lo golpeen para que me
devuelva lo prestado?
¿Lo haré trabajar por un salario miserable?
En realidad, todo lo que pueda llegar a decir se resume en las siguientes palabras pronunciadas
por Cristo:
“Ámense los unos a los otros como yo los he amado”.
Cristo no amó al punto de dar la vida por nosotros. Eso estaba escrito que debía suceder, ahora el
por qué exacto es posible que muchos nunca lo puedan comprender.
Bajo esta mirada, la legislación, si existiera, debería ser mínima. Sería un mundo ideal donde
todos nos amamos como hermanos.
Para poder conseguir la atención y llegar a las multitudes, Cristo refuerza gran parte de la
predicación con sanaciones, maravillas y signos que nadie había hecho hasta entonces.
Hoy mismo, muchos creyentes lamentablemente hacen de Cristo un kiosco al que le van a pedir lo
que necesitan, porque solo les quedó una frase que pronunció:
“Todo lo que pidan con fe lo recibirán.”
En otro pasaje dice:
“Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá”
Pero el tema es que piden porque ven los milagros realizados en otros, pero no caen en la cuenta
que estos pedidos se los hace creyendo en un padre único y padre de todos, que es capaz de
escuchar el pedido a la mañana y al mediodía ve como maltratan a sus hermanos y por supuesto
no accede a ellos.
¿Cómo un padre puede premiar el mal comportamiento de su hijo?
Así como Cristo puso mucho énfasis en que todos debemos tratarnos como hermanos, también lo
hizo en el amor que debemos tener al padre, porque fue él quien mandó a su hijo predilecto a
entregarse por nosotros y escucha todo buen pedido hecho en su nombre.
Los temas principales de nuestras vidas son abordados por Cristo desde esta nueva óptica, el
amor al prójimo como a uno mismo. Las buenas acciones del corazón son mas importantes que
los protocolos religiosos. Es mas importante ayudar al hermano, que pasar arrodillado rezando
diez hora al día sin hacer nada por ellos.
Mientras recorríamos el camino de la felicidad, recuerdo que dos de nuestros compañeros se
referían al sentimiento de felicidad vivido al momento de ayudar a los demás. Esto es posible
porque la felicidad sale del corazón y desde allí también las buenas obras.
No es una tarea fácil la de ayudar, porque el aparato generador de bondad se encuentra oxidado
por la acción de la sociedad. Hoy la sociedad nos enseña a no inmiscuirnos en los temas de los
demás, al sálvese quien pueda. La ley de la selva reina en los ámbitos principalmente
económicos, donde el capitalismo está haciendo estragos debido a la distorsión de su
funcionamiento generado por grupos económicos que buscan enriquecerse a costa de los mas
necesitados.
En las altas cumbres sociales, Dios ha desaparecido y por lo tanto todo se rige por la ley, pero la
ley normalmente no tiene por objetivo el control de precios, arbitrar sobre la oferta y la demanda.
La ley no dice:
“No se debe poner un alto precio a la leche porque los pobres no podrán alimentarse”. Quizás
alguna pobre reglamentación, pero eso es todo.
Algunos productos pueden convertirse en escasos gracias a la acción de especuladores que los
acaparan convirtiéndose en formadores de precios, aprovechándose de la necesidad de la gente,
que en realidad son sus hermanos. Aquí el concepto de hermano ya no existe.
En el ámbito de la salud ocurre lo mismo, es decir, si no dispones de bienes económicos no
puedes acceder a la salud.
Con suerte te puede decir:
“Busca algún contacto en el gobierno, ellos te podrían dar algún subsidio”.
Pero como ellos también son parte del ecosistema, al momento de equivocarse en su profesión,
los abogados los devoran con juicios de mala praxis, para quienes ningún juramento hecho al
iniciarse en su profesión es válido, solo es importante ganar los juicios, mientras la justicia llora
por los rincones.
En todos los ámbitos sociales está ocurriendo lo mismo. El ansia por el poder, por ser alabado,
adorado por los demás, sumado al hecho de poseer mas y mas, se está saliendo de control.
Nuestro cable a tierra, las mujeres, protectoras de las familias, educadoras, formadoras de buenos
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ideales, están siendo corrompidas por los medios de comunicación que están sembrando semillas
de libertinaje, de confusión, de choque con el género opuesto.
Sobre esto último podríamos decir que los hombres difícilmente tendrían las mismas capacidades
para algunas tareas como las tienen las mujeres, al igual que las mujeres no pueden pretender
competir con los hombres. Los géneros opuestos no compiten, se complementan y llegado el
momento se unen en amor puro para la creación de un nuevo ser.
Por favor, les pido disculpas por las veces que me escapo un poquito, pero bueno… siento que
debo decirlo.
De un grupo de personas mayores, vuelve a hacer su aparición nuestro amigo Pepe.
Le digo: “Pepe ¿Te imaginas una humanidad hermafrodita?”
Pepe mira desubicado. No responde nada.
Le explico que estamos comentando sobre la liberación femenina y la carrera que iniciaron
compitiendo con el hombre, luego de lo cual graciosamente le pregunto:
¿Se habrá equivocado Dios?
¿Nos tendría que haber creado a todos iguales para que no peleemos?
Pepe se ríe y me contesta:
No he visto a ningún niñito jugar con muñecas tanto como lo hacen las niñas. Un evidente
sentimiento de maternidad las acompaña desde su nacimiento, al igual que otras actitudes y
virtudes que las diferencian de los varones.
No me imagino a un niño hermafrodita acariciando a una muñeca y a los cinco minutos sacándole
la cabeza para jugar al futbol.
Festejamos la ocurrencia, mientras Pepe aprovecha para acomodarse.
Nos pregunta como vamos, a lo que respondemos que nos llama la atención el hecho de como la
sociedad, la humanidad entera se está lastimando así misma y de como la violencia se fue
instalando en todos los ámbitos.
Pepe termina de acomodarse y nos mira atentos para que le sigamos contando.
Todos nos quedamos mudos. No sabemos que mas decirle.
Pepe lleva una de sus manos al mentón y queda pensativo. Parece que no avanzamos mucho.
Por fin, abandona su postura, nos mira como pidiéndonos atención y nos dice:
“Me miran como un niño mira al esperar una reprimenda. No es así. Estaba pensando como
maduraron en su mentalidad, porque si bien Cristo les marcó un camino, el que nos muestra en
los evangelios, ustedes no lo siguen ciegamente sino que miran a los lados para ver como el
mundo sufre por los que transitan el camino del mal. Envidia, enojo, traición, dolor se ve hacia un
lado, al tiempo que hambre, enfermedad, abandono, claramente hacen de las suyas por el otro.
Mientras avancen verán que estas realidades son acompañas por otros males.
Evidentemente, su poder de observación se incrementó notablemente pero no deben quedarse
analizando la inmensidad de situaciones malas que pueden ocurrir porque se sorprenderán tanto
que no podrán avanzar.”
Mientras Pepe habla, uno de los caminos de la vida se transforma en una autopista que transporta
muchísimas personas, todos cantando, riendo, disfrutando de la vida como si fueran realmente
felices. Nos invitan a que salgamos de nuestro duro camino y los acompañemos, pero no lo
hacemos porque todos sabemos que este es el camino correcto. La tentación es grande y no se
ve peligro ni nada malo que nos impida cambiarnos. Nos esperan, esperan y esperan hasta que
unos se dejan tentar y de un pequeño y muy sencillo salto se pasan a la vida fácil. Rápidamente
la autopista se aparta de nuestro camino y muchos hasta se despiden burlándose de nosotros.
Pepe se pone de pie y golpea fuertemente sus manos para despertarnos del momento vivido y
nos señala el camino, invitándonos a seguir adelante como lo venimos haciendo. También nos
hace ver que hay muchísimas personas que deambulan por la vida, sin saber cual es el camino
que deben escoger, porque la gran mayoría sabe en su interior cual es el camino correcto, pero no
tienen la suficiente fortaleza para soportar las tentaciones que le pone la vida. Estas personas son
nuestros hermanos y tendremos que ver como podemos ayudarlos porque además ¿quién no se
siente contento, feliz de ayudar al propio hermano? Aunque no nos agradezca, el hecho de ver
que deja de sufrir ya nos reconforta. En otras ocasiones puede ocurrir que no solo no nos
agradece, sino que además se enoje, pero no importa, yo, como su hermano, no voy a permitir
que sufra. Siempre voy a ayudarlo.
Si prestamos atención, Cristo nos propone vivir de esta forma, viendo en cada persona a un
hermano y desde este punto de vista cuando le robo algo a cualquier persona, debo tomarlo como
que se lo estoy robando a mi hermano. Si soy hombre y estoy conversando con la esposa de un
amigo debo verla como la esposa de mi propio hermano. Si bien hemos visto dentro de los
mandamientos que no hay que cometer adulterio, Cristo va mas allá de eso y directamente nos
dice que si miras a otra persona deseándola ya cometiste adulterio en tu corazón.
Si aprendemos a mirar a la otra persona NO como a un objeto para satisfacer nuestros deseos
carnales sino como a un hermano, entonces las prostituciones se acabarán al igual que los hijos
que nacen por accidentes y no habrá familias que se separen por este flagelo.
Si miro a la otra persona y existe amor, pues ya no la veré netamente como a un hermano y el
amor puro seguirá su curso. Los adolescentes y jóvenes podrán controlar su desorden hormonal
gracias a que por anticipado sabrán que les espera porque todos procuraremos un mayor
acercamiento a la educación de hasta el mas humilde de nuestros hermanos.
Bajo este mundo ideal de amor entre hermanos, podemos entender otras de las enseñanzas de
Cristo que dicen:
“Si alguien te pega en una mejilla, ofrécele la otra”
“Si alguien te quieren quitar la túnica ofrécele también tu manto”
“Si alguien te obliga a caminar con él una milla, acompáñalo dos”
Si tomas la palabra “alguien” y la remplazas por “tu hermano” y hermano de sangre, es posible
entender que si mi hermano me da un golpe, no se lo voy a devolver rabiosamente, sino que
trataré de calmarlo y lo perdonaré a costa de que me pueda dar mas golpes.
Si necesita algo, se lo daré aunque me pueda hacer falta y si me quiere obligar a hacer algo por
él, le demostraré que por el amor que le tengo como hermano, soy capaz de hacer el doble de lo
que me pida.
Un hombre mayor, como asombrado le dice a Pepe:
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“Si este es el caso, lo que conocemos como la ley del talión ya no tiene sentido.”
Pepe le dice:
“Pues ya no, porque ¿quien puede ser tan malvado para dañar a su hermano hasta el mismo
punto en que fue dañado?” Y mientras camina entre nosotros como contando lo pasos, continúa
diciendo:
Esto ya lo comentamos antes pero lo vamos a recordar. Todas estas legislaciones fueron escritas
para una generación dura, cuya mentalidad necesitaba madurez en su forma de pensar y
comportarse. De todas formas el hombre se encargó de modificarlas a su gusto y el mostrar su
cumplimiento pasó a ser un requerimiento social. El cumplimiento se transformó en un cumplo y
miento. Sus vidas se regían como por un reglamento militar a tal punto que el hecho de romper
esas reglas, aunque sea con actos de amor, fue motivo de escándalo.
Múltiples actos de bondad fueron realizados por Cristo en sábado para mostrar que antes que
cualquier normativa o reglamento, está la vida del hombre y justamente el objetivo de estas es
orientar su vida por el buen camino y no atarlo en ellas.
En efecto, el sábado, por ser un día sagrado no se podía hacer nada, era el día destinado a
descansar de la actividad rutinaria y dedicarse a Dios. Se detallaba con mucha precisión que se
podía hacer y que estaba prohibido. Hoy Dios quiere que empecemos a usar el sentido común y
que nuestras acciones broten desde el corazón.
Si tengo a mi padre enfermo y no podré concurrir a una celebración religiosa, pues Dios no se
enojará porque no puedes ir. Si estoy en camino a la celebración y una persona sufre un
accidente, Dios no se molestará porque faltaste y te fuiste llevándolo a un hospital.”
Pepe se detiene en su explicación porque llegan hasta nosotros los gritos de alegría de la gente
que se montó sobre la autopista que si bien están lejos, su trayecto serpentea mucho como si no
tuviera un rumbo fijo. La velocidad que tomó, por lo que alcanzamos a ver, es demasiado alta para
muchas personas, que son despedidas y caen drásticamente a tierra. Este es el caso de las
personas que se encontraron con mucho dinero o con fama de la noche a la mañana, ya sea por
los juegos de azar, por algún golpe de suerte o por algún negocio extraño. Ellos se suben a la vida
loca y terminan mal.
Pasado un momento, la autopista sigue su rumbo y vuelve la tranquilidad.
Seguimos conversando y empezamos a tropezar con algunos conceptos como el siguiente:
“Amen a sus enemigos y recen por los que los persiguen”
Dirán algunos que una cosa es ayudar a otra persona buscando la manera de considerarlo
hermano, pero ahora ¿como hago si esta vez se trata de alguien que me quiere hacer el mal a
toda costa, que busca y quiere mi caída, que día y noche me acosa?
Mi enemigo, con el que por algún motivo estoy peleado, es y siempre será, mi hermano y tenemos
un padre común. De igual manera que dos hermanitos pelean por algo que ellos consideran
importantes como los juguetes, considerado insignificante por un adulto, el padre intercede y
soluciona el conflicto. De igual manera, para nuestro padre Dios, todo enfrentamiento o litigio entre
personas es insignificante y si le pedimos, él intercederá para que sus hijos cesen en su actitud y
vuelvan a mirarse como hermanos. Hay muchísimos casos de personas que de odiarse, pasan a
ser los mejores amigos. Pero rezando es mas fácil.
Un hombre avanzado en edad, que fue uno de los que primero se retiró cuando dijimos que el
camino que seguiríamos sería el de la fe y que mas tarde se volvió, sorprendido por lo último le
pregunta a Pepe:
“Si yo toda la vida odié a mi vecino por ser una mala persona, que se abusa de los demás y que
se jacta de lo que tiene, ¿Cómo puedo verlo de un día para el otro como mi hermano?
Responde Pepe:
Lo que ocurre es que no se trata de algo que ocurre así de rápido. Es un proceso lento de
aprendizaje y madurez. Simplificando bastante, podríamos decir que consiste en ayudar a los mas
necesitados materialmente en primera instancia, luego a los pobres de espíritu y cuando menos lo
esperes estarás rezando por tu vecino.
El hombre luego de escuchar atentamente a Pepe, baja la mirada como preocupado. Pepe
observando esto le pregunta:
¿A que se debe la cara de preocupación?
El hombre responde:
Es que este camino me está resultando demasiado duro, además no he visto un progreso
concreto en la búsqueda de la felicidad plena y peor aun, mis años restantes me parece que no
serán suficiente para lograr este aprendizaje, que hasta el momento no logro entender bien.
Se hace un silencio muy profundo en el grupo.
Segundos mas tarde se escuchan algunos tímidos murmullos.
Pepe se acerca al hombre con su picara sonrisa, se coloca a su lado y lo abraza tiernamente con
su brazo izquierdo y de cara al grupo les dice:
Yo me imagino que como él,
ejemplo.
hay otros que les cuesta entender. Veamos si nos ayuda un
¿Un niño, un hombre o un anciano saben el principio del funcionamiento de un control remoto de
televisión?
Pues no, pero el niño y el adulto, aprenden rápidamente como se usa, pero no como funciona. En
cambio el anciano se resiste en aprender a como usarlo.
El cerebro de las personas es muy limitado y si no podemos entender como funcionan estos
primero aparatitos que aparecieron hace unos años, que se incrementarán con el tiempo y que
seguiremos sin entender, ¿cómo podremos entender el pensamiento divino?
Digo esto porque supongo que no se entiende porqué Dios hizo así el camino.
Al respecto hay una anécdota de un gran teólogo llamado Agustín de Hipona, que dice que
mientras caminaba por la playa tratando de entender uno de los misterios divinos, vio a un niño
que iba al mar con una cubeta, la llenaba de agua, volvía a la orilla y la vaciaba en un pequeño
agujerito en la arena. Este proceso lo hacia una y otra vez por lo que le llamó la atención a
Agustín y se acercó al niño para preguntarle porqué hacía eso. El niño le respondió.
“Intento poner toda el agua del mar en este agujerito”
Agustín le dijo sorprendido:
“Eso es imposible ¿como piensas poner la inmensidad del océano en ese pequeño agujerito?”
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El niño le respondió:
“De la misma manera que tú intentas comprender con tu mente finita el misterio de dios, que es
infinito”
Si hasta el momento hemos visto que toda la enseñanza de Cristo tiene una lógica y aunque se
nos hace difícil de comprender, pero sabemos que funciona aunque sea poco lo que vimos,
entonces, a semejanza del control remoto, que aunque no entendemos exactamente el como
funciona pero igual lo usamos, quizás sea el momento de usar esas enseñanzas de Cristo, sin
entenderlas completamente y no quedarnos en la actitud del anciano.
Con el tiempo todo se ira aclarando, a medida que vamos madurando en el conocimientos de
estas enseñanzas y con ella daremos un paso mas para alcanzar la felicidad plena.
Pepe logra captar el interés nuevamente y las primeras chispas de entusiasmo van apareciendo.
Ahora mira al hombre que está abrazando y le dice:
Veo que mejoramos la actitud. En este camino es fundamental no decaerse aunque los resultados
no sean tan visibles, porque ocurre exactamente igual que en los estudios, que aunque en el día
a día no lo notamos, con los años la misión se completa y los conocimientos ya son partes de
nosotros. El estudiante de medicina hoy aprende como trabaja una célula, la semana siguiente
una glándula y con los años tenemos a un gran médico.
El hombre acepta las palabras de Pepe y vuelve a su lugar como si fuera otra persona.
Pepe se dirige nuevamente al grupo y les dice:
Al hecho de creer o confiar firmemente en algo sin necesidad de pruebas se le denomina fe.
Ya venimos caminando el camino de Cristo, entonces sigamos poniendo nuestra fe en él,
confiando en sus enseñanzas que ya dijimos y dedujimos son correctas, aunque sabemos que
hay otras que todavía nos cuesta entender. En la medida que avancemos interiormente
podremos ir comprendiendo lo que ya venimos haciendo.
Recordemos que muchas de las enseñanzas en años pasados se las llevaban a la práctica solo
por obediencia al padre, porque se infundía temor en él debido al hecho que no entendían porqué
había que hacerlo. Los años han pasado y nuestra capacidad mental ha tenido una buena
maduración y podemos entender gran parte de las enseñanzas, entonces nuestros actos son
lógicos y al igual que un joven, que a pesar de haber recibido varios castigos de niño, ahora
entiende que fueron por amor y que eran necesarios, lo que hoy hace que ame a sus padres y les
obedezca por amor a ellos y no por temor.
La palabra Fe asusta a muchas personas que sólo confían en el raciocinio, es decir, en el fruto del
razonamiento, pero ya seguramente te diste cuenta que no es algo tan complicado. Simplemente
debemos tomarlo como una extensión de nuestros tiempos de estudiante de primaria en el que
nos decían esto es así y con el tiempo comprobábamos que era cierto.
Lo que debemos entender es que a Dios No se le teme, a Dios se lo ama. Debemos pedirle que
nos ayude a entender esto y que nos aumente la fe en él.
Si nosotros siendo malos damos buenas cosas a nuestros hijos, ¿cuanto mas el padre que está
en el cielo nos dará si se lo pedimos?
Luego que Pepe dice estas palabras, espero un momento para que reflexionen y por las dudas
tenga alguien en el grupo que no aprecie el progreso que lograron, como pasó hace unos
momentos, me detengo para decirles:
“Aquí haremos una pausa. ¿Qué opinan si miramos hacia atrás y tratamos de ver lo lejos que
hemos llegado?
Todos responden positivamente y de paso descansamos.
Empezamos buscando la felicidad tratando de ver que hacían otros para ser felices, luego
buscamos pistas por cuenta propia tanto en nuestro entorno como en nuestro interior, lo cual nos
llevó lenta y lógicamente hacia la religión. En la religión abundan pistas que nos acercan a la
felicidad y logramos encontrar un gran guía y maestro que nos lleva a la felicidad plena.
En Cristo encontramos el camino, la verdad y la vida. El nos muestras que todos somos hermanos
y por lo tanto debemos amarnos los unos a los otros.
Gracias a sus enseñanzas sabemos que tenemos un padre que nos ama, que está atento a lo que
necesitan sus hijos y que le gustaría que sus hijos le obedezcan por amor y no por temor.
¿Todo esto es así? Les pregunto. Me responden que si.
Si todo esto lo entendieron, entonces deben sentirse muy contentos por lo que han logrado, es
mas, hay muchísimas personas que vivieron su religión toda la vida sin comprender lo que
ustedes están entendiendo. Sin embargo, hay otras personas que también lo comprendieron, pero
no todas siguen el buen camino, sino que las cuestiones de la vida los desvían. Nosotros por lo
pronto celebremos este logro.
Le pregunto al grupo:
¿Realmente lo entendieron así?
Si lo sienten de esta forma podemos decir que este es un momento de gran felicidad.
Mientras aun festejamos, escuchamos nuevamente las risas, los gritos de júbilo, gente contenta,
gritos que se hace cada vez mas fuerte hasta que alcanzamos a divisar la autopista. Por algún
motivo ahora podemos ver claramente el destino que les espera a sus ocupantes.
Antes que lleguen a nosotros, vemos como la autopista se eleva para pasar por un risco muy
estrecho. La alegría se transforma en llanto y desesperación. Al tomar conciencia que no entran
todos comienzan a arrojar al vacío a los mas débiles. En el grupo pueden verse algunas figuras
que al parecer tienen mas poder, mas riquezas y gente que los protege. Al final solo logran pasar
algunas personas comunes y los poderosos que se muestran aun mas poderosos. Festejan pero
sin saber que mas adelante la autopista termina su recorrido en un abismo profundo.
Al pasar cerca nuestro le rogamos que se bajen, que no sigan, que el fin está cerca, pero nos
ignoran, otros se burlan de nosotros cegados por los placeres que encuentran en la autopista. A lo
lejos uno se baja, luego otro que a duras penas logra desprenderse de sus amigos que no lo
querían soltar. Se nos ilumina el rostro porque un tercero se nos une y esperamos que lo sigan
muchos mas. Sin embargo, eso fueron los únicos. El resto siguió adelante a pesar de nuestros
gritos desesperados y el llanto de otros. Solo cuando estaban muy cerca de su final advirtieron lo
que ocurriría e intentaban bajarse, pero ya era tarde. Ese fue el fin de la autopista y de las
personas que la escogieron.
Una mujer llorando se acerca a Pepe y le pregunta:
¿Por qué Dios no los ayudó?
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Pepe le responde:
Esa pregunta todo el mundo se hace cada vez que ocurre una desgracia. Ese es el momento
cuando corremos a Dios a pedirle explicaciones sin analizar previamente nuestras conductas.
Muchas de estas situaciones son previsibles y se superan siguiendo el buen camino.
El hombre desde que nace es libre y puede hacer lo que desee con su vida. Muchos tenemos la
gracia de haber recibido el conocimiento que somos hijos de Dios y elegimos por nuestra propia
voluntad asumir esa condición. Las malas personas también saben que somos hijos de Dios pero
escogieron el camino que no corresponde.
Como un padre deja a su hijo en la escuela, por tres o cuatro horas, el niño debe valerse por si
mismo y él elige comportarse bien o mal, prestar atención o no, aprender o no y todo eso sin que
intervenga su padre. Así Dios nos deja que nos manejemos solos en la vida y así como el niño
lleva la educación de su casa, nosotros llevamos la educación de nuestro padre Dios.
El padre nos dio el conocimiento para que vivamos felices, siguiendo su camino, el camino que
Cristo afianzó y nos remarcó como el correcto, sin embargo, como buen padre, él no cerró el canal
de comunicación con nosotros porque siempre nos escucha a través de nuestras oraciones, pero
nosotros no podemos escucharlo directamente, sino que nuestros pedidos se ven reflejados en
nuestras vidas, pero solo si oramos con verdadera fe. Esto garantiza que el padre nos escucha.
Hasta el momento la única fe que empezamos a desarrollar consiste en reconocer a Cristo como
hijo de Dios, hermano mayor nuestro y quien nos señala el camino al padre; aun nos falta
desarrollar la fe mayor, que consiste en creer plenamente en el padre.
La señora dejó de llorar, pero algunas dudas pueden verse en su rostro. Pepe la toma de la mano
y la hace girar hacia el abismo donde los últimos cuerpos caen entre gritos y llantos.
Pepe le dice:
Las desgracias son partes de las diferentes situaciones que plantea la vida, en algunos casos son
totalmente previsibles, como lo que acabamos de ver y en otros casos son accidentales. Dios no
está poniendo sobre algodón cada paso que hacemos, no nos tapa la boca por algo malo que
vamos a decir, ni tampoco impide que nos ocurran algunas cosas.
Si me choca un auto, no lo llamo a mi padre que se fue a otro país para reclamarle por qué se fue
y me dejó solo. Debo afrontarlo y superarlo con la preparación que adquirí.
Sin embargo, la oración y los buenos actos, hacen que Dios esté cerca, muy cerca y dependiendo
de nuestro grado de fe, podremos gozar de su protección. Cuanta mas fe tenga, mas fuerte Dios
podrá pisar el pedal del freno del auto.
La mujer mira el abismo por última vez y pasando un pañuelo por sus ojos le da las gracias a
Pepe por su explicación.
Pepe acompaña unos pasos a la señora y luego gira para hablarles al resto:
Si mi cuerpo tiene algún problema de salud y no me cuido, ¿Qué culpa tiene Dios?
Si tengo edad avanzada y no me hago controles, ¿Qué culpa tiene Dios?
Si Dios ocupa en mi vida un, tercer, cuarto o quinto lugar, ¿Qué puedo pedirle?
Dios puede seguir nuestra vida como por una cámara en internet o puede estar a nuestro
lado en los momentos mas difíciles. Depende de nosotros.
Recordemos que lo que nos acerca a Dios son las buenas obras y volvemos a repetir lo que ya
dijimos antes, podemos rezar diez veces al día pero si no ayudamos a nuestros hermanos, de
nada nos sirve.
Alguien que permanecía siempre alejado del grupo se acerca decididamente y le dice a Pepe:
Yo vengo siguiendo atentamente lo que se viene diciendo sobre ayudar a los demás y la verdad
que me cuesta un poco porque en toda mi vida nunca le hice mal a nadie y tampoco me gustó
inmiscuirme en la vida de nadie y esto de ver en los que me rodean a un hermano es bastante
difícil.
¿Qué puedo hacer?
Pepe detiene su mirada en esta persona por unos momentos como buscando en su rostro una
respuesta. El hombre retrocede como asustado pensando que dijo algo malo.
Pepe se ríe y a continuación le dice:
Perdón mi amigo. Es que me quedé pensando en una respuesta a esa pregunta tan sencilla pero
tan complicada de responder.
La verdad es que ver en los demás a un verdadero hermano es muy difícil si es que nunca los
viste así y peor aun ayudar a esa persona viéndolo como un extraño.
Ehhhhhh, ummmmmm, esteeeeeeeeee.
Pepe lanza este balbuceo provocando la riza de todos.
Pepe toma energía y se lanza:
Bien, esto es difícil pero tenemos intenciones de hacerlo, es complicado pero tenemos fe
suficiente para lograrlo.
Vamos a empezar por la parte mas fácil, que es brindar ayuda material para luego ser capaces de
entregarnos a la ayuda espiritual.
¿Como haremos con la parte material?
Lo que haremos será:
Primero decidir qué parte de mis ingresos voy a destinar para la ayuda. Originalmente fue un
pequeños porcentaje de los ingreso que podría ser unos, dos, ciento, diez o mas, que
seguramente lo incrementaremos a medida que avancemos, pero esto lo tiene que decidir tu
corazón. Si no soy muy avaro esta será la parte sencilla, porque la segunda parte será buscar en
las personas que tengo a mi alrededor, a quien realmente le hace falta. Digo que esta parte puede
ser mas complicada porque quizás no me llevo bien con esa persona o vivo en un lugar donde no
hay una necesidad evidente por lo que tendré que salirme tal vez unas cuadras o unos kilómetros
para encontrar a alguien que realmente lo necesite o puede pasar que son demasiados como para
determinar a quien ayudar y así pueden haber incontables situaciones.
Dependiendo del monto, es posible que alcance para ayudar a varios y en lo posible no entregar
dinero. Lo mejor es entregar elementos como ropa, alimentos, útiles escolares o incluso
elementos para la construcción.
Les aseguro que pronto comenzarán a ver hermanos, en esos, hasta el momento
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desconocidos.
Todos se ven atentos, como tomando nota de cada una de las palabras de Pepe, que continúa
diciendo:
“Al parecer están esperando que les diga línea a línea como hacerlo, pero no se olviden que esa
no es la forma que elegimos para aprender, sí les puedo decir que esta es la forma de empezar y
a modo de gimnasia podrían hacerlo mensualmente como para darles un tiempo razonable y ya
verán que lentamente van a perfeccionar la forma de hacerlo. Al principio seguramente les costará
pero con el paso del tiempo se hará natural y de corazón.”
Pepe termina como siempre con su golpeteo de manos para despabilarnos y nos invita a seguir el
camino, el buen camino dicho de paso.
Mientras caminamos uno que otro se acerca a Pepe para hacerle alguna pregunta, mientras el
resto conversa o mira a otras personas que recorren otros caminos. Algunos son amigos y aunque
los invitamos, prefieren seguir el suyo.
Dos personas caminan tranquilamente por una zona de pedruscos pequeños que a cualquiera
pondría incómodo, sin embargo ellos no prestan atención y siguen su paso lento mientras leen un
librito en los que se encuentran algunos pasajes del evangelio con sus comentarios
correspondientes.
Pepe escucha uno de los comentarios del librito, se acerca a ellos y se los pide prestado un
momento.
Nuevamente se dirige al grupo:
Escuchen, les voy a leer un pasaje del evangelio, mas exactamente Mateo capítulo 12, v 22-24
“Entonces le llevaron un endemoniado ciego y mudo. El lo sanó, de modo que recobró la vista y el
habla. La multitud asombrada comentaba: ¿No será este el hijo de David?”
Pepe deja de leer, levanta la mirada, espera un momento y lanza una cortísima pregunta:
¿Entendieron?
Todos se miran entre si desconcertados, buscan el motivo de la pregunta. Alguna trampa debe
traer, es el pensamiento especialmente de los mayores.
Un joven se acerca y le dice:
Es una simple secuencia donde se produce una sanación, la cual produce asombro en los
espectadores y los hace pensar sobre el origen de Cristo.
Pepe lo mira y mueve su cabeza con un gesto de aprobación y les dice:
Lo que leí fue una simple narración de hechos. Sin embargo les voy a leer el comentario que
aparece en este librito:
“No esperemos que nos lleven para que nos saquen el demonio. Hay que golpearlo al demonio
que todos llevamos dentro. Rezar varias horas de rodillas y hacer sacrificios puede ayudar a que
el demonio no se acerque a nosotros.”
¿Qué opinan del comentario? Pregunta Pepe y continúa:
¿ y si hubiera dicho así…?
“¿Seguimos preguntándonos si Cristo es hijo de David? Hoy él nos pide que nos acerquemos
para que nos quite el demonio sordo y mudo que evita que veamos las realidades que nos rodean
y hablemos abiertamente diciendo que Cristo es el hijo de Dios.
El comentario suena bonito, provechoso, positivo. ¿Verdad?
La gente que escucha esta segunda interpretación del mismo texto, conversan bajito entre ellos y
una que otra discusión de hace notar. Como un acuerdo sobre el tema no parece cercano,
vuelven su mirada hacia Pepe.
El les dice:
La primera interpretación no la vemos tan bonita y como no me conviene es probable que la
ignore. Podemos lograr un número gigante de interpretaciones diferentes sobre lo mismo, pero
¿quién lo interpretó bien? ¿lo interpretaron como les convenía?
Pepe se sonríe y les dice:
¿Qué escándalo se puede hacer con tan poco? ¿No?
Lo correcto es no hacer interpretaciones donde hay una simple narración de hechos. Aquí no hay
enseñanza.
El evangelio está lleno de enseñanzas claras y precisa, mientras que otras por no tener mayores
detalles nos cuestan un poco, pero para vivir felices son mas que suficientes. Entonces no
tratemos de inventar mas y sigamos nuestro corazón, así como Cristo obedeció la ley sin atarse a
las reglas arbitrarias inventadas por los fariseos.
No nos olvidemos que el amor al prójimo es la base de todo.
Lo que hasta el momento nos parece borroso se irá haciendo mas nítido y comprensible en la
medida que llevemos a la práctica las enseñanzas de Cristo.
Una mujer adulta le dice a Pepe:
Nosotros hemos formado un grupo para sacarle un mayor provecho a los evangelios porque
hemos notado que en unos encontramos algunos detalles que no lo vemos en otro. Además los
temas que se tocan son de toda índole y es por eso que también los dividimos.
Pepe apoya con mucho entusiasmo la idea y nos pide que busquemos la forma de hacer llegar lo
que vamos aprendiendo a los demás.
Pepe se despide:
Hasta aquí vamos a llegar juntos. Espero haberles servido de ayuda. Ahora el camino continúa en
la vida diaria, pensando que Cristo camina a mi lado, con la seguridad que mientras esté con él
nunca me dejará caer.
Por último, como un regalo quiero decirles que la felicidad plena la conseguirán desarrollando la
fe en Cristo y en nuestro padre Dios. La fe es la clave que tanto buscan.
Mientras Pepe habla, todo se desvanece y de pronto me encuentro de vuelta en casa.
Esto es la vida diaria. Creo que es el momento de usar lo que aprendimos.
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Voy a tomarme unos días para reflexionar sobre todo el camino recorrido y mientras tanto, voy a
revisar el tema de ver en los demás a un hermano.
La primera forma dijimos que es mediante ayuda material.
Estoy pensando como hago esto…
Saldré a mirar. Camino por mi barrio y a los minutos vuelvo. No es que me arrepentí, sino que por
esta zona no hay una necesidad evidente.
Busco mi automóvil, recorro unas calles y justo en el semáforo aparecen unos niños que limpian
los parabrisas por unas monedas, otros que hacen piruetas y otros que directamente piden
ayuda.
Minutos mas tarde aparecen unos caseríos y muchos animales sueltos. Las casas son muy
precarias y algunas apenas se mantienen paradas. Los techos de chapas viejas es lo común al
igual que las tablas en las ventanas. Los niños caminan descalzos y con ropa rotosa. Los adultos
miran como desafiantes. Sus ropas están limpias pero opacas debido a que el paso de los años
les quitó el brillo a los colores. La verdad que da un poquito de miedito acercarse, especialmente
porque se sabe que muchos de ellos al no encontrar trabajo salen a robar.
A lo lejos veo una casita que está un tanto separada de las otras y una señora joven esta
barriendo su patio de tierra. A su techo evidentemente le faltan un par de chapas.
Un niño de unos tres años sale corriendo de la casa y por detrás un hombre joven vestido de unas
sandalias añosas, un pantalón corto averiado y el torso desnudo.
Me acerco lentamente y mientras lo hago, al costado de la casa se ve un carrito y palas.
El hombre sale a mi encuentro y me saluda amablemente. Le cuento que vi su techo y le pregunto
si no se molesta que le acerco un par de chapas.
El hombre agacha la cabeza como con vergüenza y luego de pensar un momento me dice:
Mire, yo hago jardinería hace poco. Así como usted me quiere ayudar, me gustaría, si tiene jardín,
que me permita hacer algo por usted.
Yo no tengo un gran jardín, pero accedí al pedido de Raúl. Ese es su nombre.
No era exactamente el plan pero los dos quedamos contentos.
Al día siguiente mientras Raúl le da forma a mi jardín, conversamos y cuando ya entramos en
confianza me pregunta como es que se me dio por ayudarlo, porque para él era extremadamente
extraño y temía que hubiera algo por detrás.
Yo le explico sobre mi afán por la búsqueda de la felicidad y como llegué al camino marcado por
Cristo y que este era justamente mi primer paso.
Raúl no lo entiende completamente. Me explica que él y toda su familia son católicos y a veces
van a misa. Luego saca de su bolsillo trasero una deteriorada billetera, que contiene solo papeles,
sus documentos y como si fuera un billete de muchísimo valor, extrae una estampita de María,
madre de Cristo, para mostrármela y me dice:
“Ella nos protege y sabe lo que necesitamos”.
Yo guardo silencio. Evidentemente, esta es su fe.
Después de terminar con el jardín vamos a conseguir sus chapas y las llevamos a su casa. Todo
este tiempo conversamos mucho. El entiende un poco mejor mi objetivo y me invita a recorrer las
otras casas a las que no me animé a llegar.
Las miradas de las personas ya no me parecen desafiantes especialmente porque Raúl me
presenta ante ellos como su amigo. Ahora me será mas fácil acercarles ayuda, lo cual me pone
muy contento. Raúl nota la alegría en mi y me pide que le enseñe un poco de lo que aprendí.
Esteeeee. Bueno. Respondo muy dubitativo.
Digo que si porque supongo que esta es la otra parte de la ayuda de la que hablamos en el
camino, es decir, la no material, solo que del como hacerlo no hablamos nada y por lo tanto no
tengo idea de que hacer. Sin embargo, ahora es cuando empiezo a sentir seguridad de que lo
haré, porque sé que Cristo está a mi lado y él pondrá lo que necesito a mi alcance.
Me despido de Raúl con la promesa de volver pronto.
Paso unos días en casa pensando, leyendo los evangelios, reflexionando sobre el camino
recorrido. El haber ayudado a Raúl y acercarme a la gente humilde fue un paso grande que di
aunque ahora viene el tema de como le enseño. Pienso en qué hubiera pasado si no me
encontraba con esta persona, porque tenía la sensación que se me cerraban los caminos.
Ahora estando mas tranquilo, creo que hubiera seguido buscando otro lugar donde si me anime a
entrar, aunque de todas formas todavía estaba la posibilidad de recurrir a alguna institución para
hacer una donación, pero como he decidido hacerlo mensualmente, primero buscaría
personalmente a quien ayudar antes de recurrir a esta alternativa nuevamente.
Por lo pronto, busco la manera de como enseñarle lo que aprendí a Raúl. He tomado este
compromiso muy seriamente y decidí leer algunos pasajes de las antiguas escrituras inclusive los
libros que se llaman sapienciales, es decir, los proverbios y el libro de la sabiduría. También miré
el libro de los salmos y es increíble la riqueza de conocimientos que encontramos en todos ellos,
por supuesto, referidos a la forma de vivir.
Ha pasado el tiempo y vuelvo a contactarme con Raúl para avisarle cuando lo vería, a lo que me
contesta emocionado que me esperaría y que su esposa e hijos también querían estar presentes.
Como un niño que va a rendir una materia me pongo nervioso, repaso lo que les diría y esta vez
rezo para tener las palabras correctas para guiar a estas personas que evidentemente viven su fe
de una manera especial.
Llego al lugar y Raúl junto con toda su familia me saludan muy afectuosamente. Luego me dice
que hay otras personas que quieren unirse, por lo que me pide que vamos a otra casa donde
tendríamos mas espacio, a lo que accedo con gusto.
Es de tarde, los últimos rayos de sol rebotan de chapa en chapa y hasta de techo en techo como
si fuera una piedra plana lanzada con fuerza al agua. Las tablas de las casas parecen cansadas y
solo el hecho de saber que hay gente viviendo en el lugar, evita que se rindan y se desplomen.
Los perros de algunas casas salen a ladrarnos y sus dueños rápidamente los obligan a entrar.
Llegamos al lugar y una audiencia de unas diez personas me espera para sorpresa mía. Todas
personas extremadamente humildes y que ahora pienso, como hizo Raúl para reunirlos o qué les
habrá dicho.
Los mas afortunados nos sentamos en sillas, otros en bancos y el resto en unos asientos
improvisados de unos cajones viejos. Todas son personas muy allegadas a Raúl así que nadie se
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siente incómodo, es mas, lo que me parecían muchos, en realidad se trataban de los dueños de
casa, unos tíos y un vecino que estaba con su esposa y un hijo mayor.
Conversamos de varios temas, entre ellos a que se dedica cada uno, sobre la marginación que
sienten y ya en confianza les cuento como conocí a Raúl.
El muchacho como todo joven, no está con vueltas y me pregunta si soy un pastor, o algo por el
estilo.
El vecino interviene sin esperar mi respuesta como un tanto molesto:
“… porque Raúl nos dijo que usted nos puede ayudar, pero suponemos que no es un político que
nos da un par de cosas y luego nos abandona”
Justo que empezaba a relajarme vuelven los nervios, seguramente por el tono algo agresivo del
vecino, pero por suerte interviene Raúl que está cerca de él y le lanza un mano abierta por detrás
de las orejas, desatando las carcajadas de todos, incluso la mía.
Por suerte ya me había dado cuenta que ellos son algo brutos en sus comunicaciones.
Le dice Raúl:
“Eso te pasa por hablador”, mientras se ríe y le acaricia la oreja. Luego agrega:
“El nos va a hablar de como tenemos que hacer para vivir mejor”
Simple y claro, tanto que me sorprendió de como lo dijo.
Arranco mi discurso diciendo que yo precisamente no soy el hombre mas feliz del mundo, sino
que buscando justamente el camino a la felicidad plena es que me encuentro en el lugar.
Varios, por no decir todos, me miran como desubicados. Hasta me parece escuchar sus
pensamientos:
¿Aquí busca la felicidad?
Me parece que el hombre está equivocado.
¿No le estará fallando la cabeza?
Solo Raúl permanece atento como un niño que espera que empiece la película. Esta postura
despierta la curiosidad de todos a pesar de lo que dije.
Comienzo tal cual empecé yo con la lectura del texto, es decir, preguntando si conocían a alguien
que fuera feliz como para copiar lo que hace, aunque sabiendo que eso no daría buen resultado y
por supuesto trastabillé mal. En su ambiente todos sufren de una u otra manera. De esto me di
cuenta rápidamente así que reformulo la pregunta:
¿Quiénes parecen vivir más contentos, más alegres?
Don Juan, Don pedro, el verdulero, son algunos ejemplos que encuentran, luego de pequeñas
discusiones entre ellos.
Les pregunto si ellos tienen mucho dinero, a lo que me responden que no.
De esta forma, lentamente les voy hablando sobre el estado de ánimo, de como tomar las cosas,
de lo que es vivir tranquilo y otros temas tal cual lo vimos en el camino, solo que aquí todo se
complica. La pobreza cala profundo en el comportamiento de las personas, especialmente cuando
no se sabe si hoy podrán comer o se tendrán que resignar con una tasa de te en el que mojarán
pan de varios días.
Nos reunimos varias veces y de a poco puedo distinguir a los que hablan mucho, los esposos que
por cualquier cosa discuten, los pesimistas, pero también a los que le ponen buena onda y que en
cada reunión suman una que otra persona. Ahora cuando llego al lugar, al ver mi automóvil
muchos chicos, en su mayoría descalzos, corren al lado mientras manejo lentamente. Algunos
tienen unos palos que hacen de caballo y de vez en cuando accidentalmente golpean el chasis, lo
cual no me preocupa porque si te trata de rayones, debo decir que mi automóvil ya tiene mas
rayas que un tigre.
En cada visita aprovecho para llevarles unas zapatillas a unos, un pantaloncito a otro.
En la última reunión empezamos a hablar sobre las reglas básicas de convivencia y los
mandamientos, inclusive sobre como Cristo nos marcó un camino por lo que esta vez les traje
también unas biblias.
Un hombre del grupo, Carlos, me dice que es de otra religión, lo que impide que acepte la biblia
que le alcanzo, por lo que le pido que deje de lado sus prejuicios, la tome y la lea usando su
inteligencia, su razón, pero sin dejar de lado lo que le dice su corazón.
Las dudas invaden al hombre, tocan sus sentidos y se queda paralizado por un momento. Lo trato
de ayudar diciendo:
Lo que buscamos son enseñanzas para alcanzar una vida feliz y ya lo vinimos haciendo a nuestra
manera, de una forma razonable pero por el camino que tomemos siempre llegamos al mismo, al
que trazó Cristo hace dos mil años. Yo mismo perdí mucho tiempo buscando, trazando,
abriéndome paso a los golpes creyendo que estaba creando un camino a la felicidad y me
equivoqué tremendamente porque el camino ya estaba creado, solo había que descubrirlo y
seguir por él.
Ustedes lo están descubriendo y ahora debemos seguirlo.
Carlos entiende el razonamiento y toma la biblia tímidamente.
El tío de Raúl con su reducido vocabulario intenta darle ánimos diciéndole:
“Este camino parece que es bueno. Desde que nos reunimos, las peleas con ella (señalando a su
esposa) casi desaparecieron y vivimos mas tranquilos. No se si eso te sirve “
Carlos mira al tío y entiende lo que quiere decir, luego no soporta la tentación y se sonríe por
unos gestos que hacen algunas personas que están atrás del tío. Él se da vuelta y ve a unos que
hacen señas con la mano dando a entender que ahora se llevan bien porque su señora lo golpea.
El tío de Raúl lo toma con gracia y le pide a Carlos que no les preste atención.
A medida que pasa el tiempo, la confianza es mucho mayor y de a poco comienzan a contarme
historias que ocurren a diario entre sus vecinos y parecen salidas de películas de ficción y terror.
Madres que alquilan a sus hijos de pecho para que otras mujeres salgan a pedir en las calles, en
las plazas, en los comercios, sabiendo que la gente siente lástima por las criaturas y tratan de
ayudarle con monedas. Al final del día se reparten los ingresos y quizás un veinte por ciento le
alcanzan a la madre del bebé.
Padres que mandan a sus hijos a pedir en las esquinas mientras ellos permanecen ocultos
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esperando la recaudación que muchas veces la destinan a cigarrillos y alcohol.
El salir a robar por las noches llega a ser visto como un trabajo natural, como lo mas decente en
este ámbito, porque es para el sustento de la familia.
Hasta aquí, es lo que yo me animo a contar.
Con el grupo hemos avanzado. El hecho de ver a los demás como hermanos cuesta bastante y
siguiendo mi ejemplo han comenzado a compartir lo poco que tienen, porque según lo ven con
sus propios ojos, siempre hay otro que vive en peores condiciones a las de uno mismo.
Han aprendido a ser agradecidos con lo poco que tienen y en cuanto a la ambición no tienen
demasiados problemas porque son conscientes de sus posibilidades de progreso, sin embargo,
algunas aspiraciones aparecieron, dentro de las cuales está la educación de sus hijos como
prioridad. Han comprendido que la educación les puede dar un oficio, una profesión, un mejor
futuro.
Uno de los jóvenes del grupo se dedica a trabajos de albañilería y arreglando el revoque de una
pared de un médico de mucho renombre, le contó sobre el grupo y lo que hacíamos. El médico, un
hombre mayor, de un semblante serio, de pronto sintió curiosidad y aceptó la invitación del joven.
Un día, justo al inicio de la reunión, aparece un automóvil importante, vidrios oscuros, llantas
brillantes, en pocas palabras, de los que no se ven muchos y se detiene a un costado de la calle.
Del lado del acompañante se abre la puerta y baja nuestro amigo albañil y rápidamente corre a
abrirla puerta del conductor.
El médico baja y luego de unos pasos advierte donde había llegado, como si hubiera estado en un
trance y de pronto se hubiera despertado justo en este lugar. No quiero imaginarme que
pensamientos se le pueden haber cruzado por la cabeza, pero actúo de inmediato y me acerco a
recibirlo, me presento y le agradezco por su presencia.
Mis palabras lo tranquilizan.
El grupo se alborota por la llegada de alguien importante y de una u otra forma tratan de llamar la
atención. Algunos buscan las sillas mas importantes, es decir, la que estén menos rotas. Otros le
alcanzan algo para tomar, los niños lo quieren tocar.
Trato de poner orden a la convulsión y resulta que el médico me pide que me tranquilice yo.
Evidentemente, como buen médico, se acostumbró a trabajar en todos los ámbitos y obviamente
podía manejar el tema mejor que yo.
Luego de un buen rato, la tranquilidad vuelve y nos pasamos al otro extremo, al silencio total,
tanto que ni los niños hablan. Las únicas voces son las del médico y la mía.
Su nombre es Luis y no le gusta que le digan doctor sino solo Luis.
Normalmente, cuando hablo con el grupo uso un lenguaje muy simple, nada de palabras que solo
se encuentran en un diccionario, o que suenen bonitas, pero ahora, para lograr explicar a Luis con
mas precisión y claridad, qué es lo que vinimos haciendo, porqué lo estamos haciendo y cual es
nuestro horizonte, recurro a un lenguaje que para los oyentes es demasiado refinado, culto, tanto
que casi pareciera que habláramos en código y es lo que produce el silencio y tanta atención.
Luis me dice:
Antes de venir, me preguntaba con qué me encontraría, porque el muchacho (diciendo por el
albañil que lo trajo) me contó lo que hacían con tanto entusiasmo que realmente me llamó la
atención porque sinceramente no escuché de gente que hiciera esto sin que fuera político o de tal
religión. Ver para cree dije yo, me vine y doy gracias que lo hice. Me parece importante y especial
lo que haces y me gustaría participar.
¿Puedo? Me dice en forma muy humilde.
Acepto gustoso y de pronto estallan los aplausos que estiran las mejillas endurecidas de Luis
logrando una sonrisa de oreja a oreja.
Como mi explicación fue básica y de orientación, aprovecho la oportunidad para pedirle a Raúl y
a su esposa que le comenten a Luis como es que empezamos, luego se suman otros del grupo
contando sus experiencias personales, lo que aprendimos caminando juntos y le muestran las
biblias que les regalé.
Esta fue una jornada muy linda e importante especialmente para Luis que se retira del lugar
sonriente aunque la rigidez de su cara se lo quiere impedir.
Lentamente se aleja Luis en su automóvil importante y yo en mi automóvil tigre, dejando atrás
gente contenta con ilusiones en la vida.
Días mas tarde recibo una llamada telefónica de Luis que me cuenta que había estado hablando
con su esposa sobre la reunión. Él intentó explicarle el motivo de su alegría pero ella nunca lo
entendió. Entonces me pide que lo visite para que también hable con su esposa.
Luis ama mucho a su esposa y es por eso su afán de compartir el entusiasmo, de que también
ella sienta lo mismo que ha experimentado él.
Acordamos encontrarnos a última hora del día, luego de desocuparnos de nuestros trabajos. Llego
a su casa, bastante grande e importante como su automóvil. Todo brillante y ordenadito.
Luis me invita a pasar y una empleada suya me convida un tecito. Su esposa aun no ha llegado
por lo que conversamos un poco sobre temas de la vida, algo de política, me menciona también
que tiene dos hijos, a que nos dedicamos cada uno.
Luis comienza a sentirse incomodo porque su esposa no llega. Ella también se dedica a la
medicina y está a cargo de un hospital público. Me alcanzan la segunda tasita de té cuando
aparece un vehículo. Es ella dice Luis y presuroso se levanta a recibirla.
“Ella es Carmen, mi esposa”, me dice Luis. Nos saludamos y muy educadamente se disculpa por
la demora y al contrario de Luis, su sonrisa fluye naturalmente.
Mientras Carmen corre a ponerse cómoda, nosotros seguimos conversando pero ya con la
confianza suficiente como para hacerle una broma por la diferencia en sus sonrisas.
Luis se sonríe y me dice:
Siempre hemos sido el complemento justo. Yo soy mas bien serio pero ella siempre ríe, yo hablo
poco pero ella habla todo el tiempo y seguramente se debe a que uno ve en el otro lo que nos
falta o vaya a saber que…
Justo que Luis empezaba a filosofar, aparece Carmen y nos pide que nos acerquemos a la mesa.
No se en que tiempo lo hizo, pero tenía lista la cena. Luis como un niñito, olvida sus modales y
corre adelante como para ganar lugar. Carmen lo frena en el camino y Luis advierte la
descortesía, lo que en familia le decimo desubique, lo cual me causa gracia porque
inmediatamente me pide varias veces perdón como un señorito.
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Mientras cenamos, me llama la atención el silencio en una casa tan grande y advierto que es
porque faltan los hijos. Les pregunto por ellos y me cuentan que uno de ellos se graduó y se fue a
trabajar al sur del país y el otro también terminó su carrera y está perfeccionándose en el exterior,
con muchas posibilidades de quedar trabajando allá.
Por mi parte yo les comento sobre mi vida familiar y no puedo contener decirles que me resulta
difícil entender como hacen sin los momentos de alegría que dan los hijos.
Como no me responden o dudan en hacerlos, supongo que no me di a entender correctamente y
entonces le cuento las ocurrencias de mis niños, sus discusiones y ni hablemos de las fiestas con
sus primos, con sus amigos, en fin todo lo que se refiere al gran encuentro familiar con tíos y
abuelos.
Ambos bajan la cabeza y me dije “parece que acabo de cometer un error”.
Trato de corregirlo diciendo:
“Bueno, pero ustedes ya lo vivieron”
Pero como dice el refrán, “no aclares que oscurece”.
Luis levanta la mirada y me dice:
Justamente, cuando nos encontramos cenando, que es el único momento que estamos juntos,
nos ponemos a conversar sobre este tema. Los dos somos profesionales y cada uno luchó para
ser el mejor en lo que hace a costa de nuestro propio amor y el de nuestros hijos. A veces ella
veía a los chicos, otras veces yo, pero esos días eran los menos. Normalmente nuestros
empleados se encargaban de llevarlos a la escuela y le pagábamos profesores particulares para
que tengan la mejor educación. Solo los fines de semana compartíamos un poco mas de tiempo,
pero nos perdimos toda su niñez y adolescencia.
Ahora nos cruzamos pensamientos sobre lo que pudiéramos haber hecho, como por ejemplo
trabajar uno a la mañana y el otro a la tarde, trabajar por turnos, hacer consultorio en casa y
tantas otras ideas, porque todo esto estaba dentro de nuestras posibilidades, aunque por
supuesto tendríamos menos ingresos económicos, que por supuesto no nos hubiera importado.
Hoy pensamos todo lo que podríamos haber hecho y no lo hicimos. Nos queda la resignación que
ellos están bien económicamente y tienen un futuro, pero nos preocupa el hecho de saber que
desconocen lo que es vivir en familia.
Mientras Luis hablaba, yo buscaba aunque sea un pequeño orificio donde pueda hundirme pero
como no había, entonces pierdo mi mirada en los rincones altos de la casa. Pocas veces pasé por
malos momentos como este. Tengo un nudo en la garganta y no sé que decir.
Algo debo decirles.
“Cuando una fruta muere, queda su semilla y luego una nueva planta nace”.
Me miran con la cara desencaja intentando descifrar lo que dije.
Es que todavía no puedo hilvanar mi idea. Pero ahí va:
Si ustedes hubieran vivido de esa forma y de la misma manera también lo hicieran sus hijos y sus
nietos, la historia sería realmente triste. Pero no. Ustedes ya sufrieron y son como la fruta que
muere, ahora deben hacer brotar la semilla del conocimiento que adquirieron. Ya saben lo que
ocurre, entonces no dejen que le ocurra lo mismo a sus hijos. Deben enseñarles lo que es vivir en
familia, compartir con sus hijos, disfrutar cada momento, porque lamentablemente el tiempo no
vuelve atrás.
Con esta y otras palabras busco levantarle el ánimo.
La cara de alegría vuelve a Carmen junto con su gran sonrisa y apuntándome con su dedo dice a
Luis:
Eso es precisamente lo que vamos a hacer. ¿Verdad?
Luis se levanta rápidamente con una copa es sus manos, proponiendo un brindis y dice:
Seguro que lo haremos. Por nuestros hijos.
… y la casa parece despertar por la música que produce el choque de las copas de cristal.
Con un espíritu mas dispuesto, Carmen escucha todo lo que le contamos sobre la actividad del
grupo. Algunos gestos de tristeza aparecen al comienzo los cuales lentamente los cambia por
curiosidad, asombro y ternura. Ella ve en el hospital la pobreza a diario, pero hoy la mira desde
otra perspectiva, una que da aliento, esperanzas y ganas de participar.
Carmen nos sorprende diciendo:
Yo vi la alegría de Luis pero en su desesperación por contarme lo que encontró, me hizo un
enredo en la cabeza y supuse que ya se le pasaría. Ahora entiendo y no solo eso, sino que
también puedo ver como me encerré en mi profesión, dejé pasar gran parte de mi vida y muchas
otras palabras que al final lo resume diciendo:
… pero bueno, me encantó lo están haciendo y yo también quisiera participar.
Luis no oculta su emoción, se levanta y abraza a su esposa. El siente que después de mucho
tiempo van a poder emprender juntos un propósito, volverán a transitar el camino de la felicidad
que las cuestiones de la vida los hicieron perder.
Avanzada la noche, vuelvo a mi casa con la alegría de haber despertado un matrimonio y sumar
un integrante mas al grupo que dicho de paso quedaron tan contentos como recién casados.
Los días siguientes, antes de la próxima reunión, leo el evangelio de Juan y noto la diferencia
respecto a los otros tres. Los milagros están aquí presente con la intención de reforzar nuestra fe
en Cristo, la cual un par de veces en el grupo esquivé su explicación. Los hay de todo tipo como
por ejemplo curaciones, otros de índole material como multiplicación de alimentos, también
referidos a su poder sobre la naturaleza y como si esto fuera poco, devuelve la vida a algunas
personas.
En un pasaje incluso nos dice que si creemos en él y en el padre, podremos hacer estas mismas
cosas y aun mayores. Evidentemente, todas estas obras nos mostró como ejemplo para hacernos
ver el poder de la fe y para que nosotros también nos animemos a hacerlo.
¡Como me cuenta esta parte! Constantemente rezo al padre pidiendo que aumente mi fe y yo sé
que el padre me escucha.
Pero sigo marchando, contento porque con cada día que pasa estoy un pasito mas cerca de la
felicidad plena.
Al día siguiente dos personas se llegan a mi casa con la intención de participar y los invito para la
nueva reunión a realizarse el viernes siguiente.
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Llegado el día, mientras estoy con la merienda voy pensando que tengo tres personas para
presentar al grupo. Estoy tratando de armar la reunión de tal forma que, los que ya están
avanzados no se aburran, entre tanto integramos a los nuevos.
Sigo pensando en lo mismo, al tiempo que preparo unas sandalias para dos nenitas y otras
ropitas. Tomo mi automóvil y me decido llegar mas temprano de lo habitual.
Como siempre, los chicos y los perros salen primero a mi encuentro y les entrego lo que les
llevaba, bajo la mirada atenta de nuevas personas, que por supuesto no estaban en mis planes.
Puntuales llegan también Luis y Carmen, nuevamente llamando la atención del auditorio, a
algunos por el vehículo y a otros porque reconocen a Carmen del hospital.
El lugar nos queda chico y recurrimos a algunos vecinos para pedir sillas, bancos, banquetas o lo
que mas se parezca, para sentarnos.
Carmen atenta al movimiento le dice a Luis en voz baja:
“Debemos conseguirles sillas para la próxima reunión”
Luis le responde que tiene razón y se reta asimismo por no haberse percatado de este detalle,
siendo que ya ocurrió la última vez.
Yo mismo también reniego por el tema, por no haber estado atento, pero para mi tranquilidad al
final todos llegan a estar sentados, de una u otra forma. Esa es una muestra que cuando hay
ganas, todo se puede hacer y la gente humilde se destaca por su predisposición.
De pronto todos están sentados y las voces callan como sincronizadas y el silencio invade el
lugar. Las miradas vienen a mí. Y son muchas.
Al mejor estilo del gran Pepe me sale un:
“Esteeeee, eeeeehhhh, uuuuummm.”
Por suerte funciona igual. Las risas y carcajadas quitan el ambiente de tensión, mientras me doy
tiempo para improvisar.
Aplico la misma técnica que use con la llegada de Luis, es decir, hago una introducción para
orientar a los nuevos, solo que ahora los divido en grupos, de tal forma que los mas avanzados se
van haciendo cargo de los nuevos, en cuanto a ponerlos al día. Yo me dedico a pasar por los
grupos, ayudando o aclarando algunas dudas y de vez en cuando hablo al conjunto.
Por varias reuniones aplicamos este método y es muy lindo ver como el espíritu de compañeros y
hermanos va creciendo lentamente.
Hemos organizado una especie de comité de ayuda, donde algunos del grupo se encargan de
distribuir lo que cada uno va aportando.
Carmen y Luis son por lejos los que mas colaboran y sin embargo son también los que mas se
sorprenden al ver como colaboran los mas humildes. Si fuera una cuestión de proporción de sus
ingresos, los humildes marchan a la cabeza.
Ambos le pusieron mucho empeño a la idea y leen juntos la biblia y como tienen internet buscan
información adicional que pueda ser útil. Por su preparación académica rápidamente alcanzan a
los demás y se hacen cargo de un grupo cada uno.
Como nuestra guía está en los evangelios, lo que hacemos normalmente es leer
diferentes
pasajes, los interpretamos y vemos como aplicarlo a nuestra vida diaria.
Resulta que hoy se me dio por cambiar la técnica.
Pido al grupo que me digan algunos pasajes del evangelios donde diga porqué debemos tener fe
en Cristo. Muchas manos se levantan.
Alguien por acá dice:
“Porque él es el camino la verdad y la vida”, aunque no dice en cual de los evangelios lo leyó,
todos sabemos que está.
Otro por allá:
En Juan, capítulo catorce, dice que el que cree en él hará las mismas cosas y aun mayores. Lo
que le pidamos, él nos dará para que demos gloria al padre a través suyo.
Interviene el dueño de casa diciendo acertadamente que, debemos tener fe en Cristo por la
cantidad de milagros que hizo y que nadie lo había hecho antes.
Un anciano que siempre escuchaba desde lejos sin querer integrarse al grupo, se acerca
dificultosamente arrastrando sus pies debido a sus zapatos rotos ya que el cinto no logra ajustar lo
que parece ser su pantalón. Es complicado entender lo que habla porque evidentemente el
alcohol dejó sus rastros en él, pero con todo eso, logra darnos una lección diciéndonos que a
pesar de haberse entregado al abandono buscando la muerte, Cristo no lo abandonó nunca y
siempre, de alguna forma, le alcanzaba lo básico para seguir viviendo y ahora le da gracias por
ello y sabe que Cristo quiere que todos vivamos porque él nos ayudará.
Luis interviene por suerte, porque yo aun estoy tratando de tragar algo amargo que se me puso en
la boca y catedráticamente trata de hacer ver a todos que esa es la verdadera fe.
Continúa diciendo:
Si leemos en Mateo, en el capítulo seis, Cristo habla sobre las preocupaciones de la vida y
claramente nos da a entender que no debemos preocuparnos por lo que vamos a comer, beber o
vestir, porque solo las personas que no creen en Dios piensan en esas cosas. El padre sabe lo
que necesitamos y él nos la dará antes que se lo pidamos. Hoy este anciano nos está dando una
muestra de fe, entonces tratemos todos de tener esa misma fe.
Luis se acerca al anciano y al oído le pide que nos acompañe hasta que termine la reunión para
luego buscar la forma de ayudarlo.
Continuando con la idea sobre la fe, Raúl no quiere quedarse atrás y dice que él siempre creyó en
Cristo y en su madre e inmediatamente saca a relucir la estampita de María.
Una pequeña discusión se produce porque en el grupo hay personas de diferentes religiones y
unos no creen en María y otros directamente odian las estampitas sin importar de quien sean.
Carmen, que hasta el momento había permanecido como una oyente en las discusiones
principales, interviene estrepitosamente poniéndose al frente de todos, diciendo:
Un momento, por favor nos tranquilicemos y pongamos atención a esta discusión. Para los que no
me conocen, yo soy doctora en medicina y estoy como directora del hospital.
Es interrumpida por los murmullos de los comentarios que se producen al presentarse, pero logra
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continuar.
“Les digo esto porque como doctora, en los años que llevo trabajando, al igual que mi marido, que
también es médico, hemos aprendido a decir a los parientes y seres queridos de nuestros
pacientes, cuando no hay mas esperanzas humana o científicamente hablando, que esta persona
está en manos de Dios. Digo que hemos aprendido porque incontable veces hemos visto
pacientes cuya muerte no tenía vuelta atrás y se informaba que se esperaba su fin en cualquier
momento o que le quedaban horas o bien que de la noche no pasaba y sin embargo, días mas
tarde, el paciente volvía a su casa completamente sano.
¿Porque esta persona se salvó y aquellas otras no, siendo que estaban en el mismo estado?
¿Qué tenía esta persona que las otras no?
Cuanto mas años en la profesión tienes, mas casos logras ver y menos comprender.
Innumerables preguntas se nos pasaban por la cabeza porque por supuesto, siempre le
buscábamos una explicación científica, pero nunca llegábamos a nada, excepto que en todos los
casos los pacientes o sus parientes, nos daban un consuelo ante nuestra falta de explicación
diciéndonos que, no hay nada imposible para Dios.
En otros casos no nos decían nada, pero los veíamos de rodillas incontables horas con un
crucifijo en sus manos o una estampa de algún santo o de la virgen María.
Por favor, a las personas que no creen en María o en las estampitas o en las imágenes en
general, no quiero que se molesten conmigo por lo que les acabo de decir. Yo pienso que estos
elementos son simplemente canalizadores o vehículos de fe, porque de la forma que se lo haga,
la oración siempre llegará al destino final y origen de todo, que es el padre, a quien Cristo pidió
glorificar.
Yo no sabía como funciona, pero había visto con mis propios ojos lo que la fe puede hacer y
estoy contenta de estar aquí con ustedes, en busca de esa fe que hoy la veo mas cerca que
nunca.
Un silencio profundo se apodera del ambiente. No hay forma de evitar pensar en estas palabras,
mientras Carmen lentamente camina hacia su esposo que abre sus brazos para recibirla.
Vuelvo a tomar la palabra antes el silencio de todos y pregunto:
¿Acaso no estamos reunidos para buscar la felicidad?
Si. Si. Por supuesto, responden todos.
La felicidad plena está allá, bien alto, donde solo los que desarrollan la verdadera fe pueden
llegar, fe que es capaz de englobar a todas las claves que encontramos.
Vuelvo a preguntar:
¿Cuáles fueron algunos de los factores o claves que encontramos para llegar a la felicidad?
Desordenadamente me responde lo siguiente:
No ser ambiciosos al extremo de llegar por ejemplo a la codicia.
Buen estado de ánimo, tomando la vida positivamente.
Vivir tranquilos.
Ayudar a los demás.
Basado en lo que el grupo contesta es que yo les digo:
Tal cual ustedes contestaron, es que comienza nuestro camino con Cristo, porque con él
aprendimos a cambiar la avaricia por generosidad, así como el mal humor y la intranquilidad, la
remplazamos por la paz, serenidad y la confianza.
Si tenemos fe en Cristo y en el padre, nada que venga del hombre o que sea fruto de su actividad
cotidiana como el capitalismo o el consumismo, las modas, la discriminación o las enfermedades
sociales como el stress, el pánico, la sobreocupación o la desesperación, no nos podrá dañar.
Hemos aprendido a cambiar el odio por el amor a nuestros hermanos, entonces el espíritu de
venganza desaparece al igual que los rencores y los malos pensamientos.
Si logramos difundir e imponer la idea de amar a los demás como a uno mismo, todos ganamos,
todos viviremos en un mundo mejor y si logramos desarrollar la fe en Cristo y en nuestro padre
Dios nuestra felicidad será plena.
Todos sabemos que la fe es lo mas difícil de alcanzar, pero con oración todo se puede conseguir y
ya lo dijo Carmen y lo vivió, la fe va de la mano de la oración.
El grupo se muestra de acuerdo a mis palabras y las opiniones se cruzan de un lado al otro entre
el crujido de la madera de las sillas y el rechinar de algún banco.
Ya se hizo tarde, debemos volver a nuestros hogares pero dejamos para el estudio algunos
pasajes, como los siguientes:
Mateo, Capítulo siete, que dice:
“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro
Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden?
Por eso, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, así también haced vosotros con ellos,
porque esta es la ley y los profetas.”
Lucas, Capítulo 11, “Pues si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos,
¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?“
Juan, Capítulo 3, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Regresamos a nuestros hogares
Es día domingo por la mañana y me dirijo a la iglesia del barrio. Llego unos minutos antes para
rezar y se me cruza por la cabeza lo siguiente:
De ir a misa mecánicamente, a vivir la vida como quiere Cristo hay mucha diferencia.
Yo hago referencia a las misas y a las iglesias por el hecho que soy católico, pero todos debemos
participar de la celebración independientemente de cual religión fuéramos, con conciencia, ánimo,
gratitud y alegría.
La iglesia, con su capacidad de mas de trescientas personas, está llena y sé que por la noche
hay otra misa y también se llena. Los católicos deberíamos estar contentos porque las iglesias se
llenan de cristianos ¿verdad?
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Pues no.
Resulta que donde vivo, la población es de treinta mil personas. Entonces ¿a que iglesia van los
otros? Porque según mis cálculos están lejos de un diez por ciento.
¿Será que los otros no necesitan a Cristo?
O quizás, ¿solo van cuando tienen que pedir algo o tienen un acontecimiento social?
Atentos que los que no van a misa o a las celebraciones religiosas es porque no conocen a Cristo
verdaderamente y estas personas no son despectivamente los otros sino que son nuestros
hermanos. No acaparemos a Cristo, porque sus brazos son suficientemente grandes para
abrazarnos a todos. La felicidad que sentimos en su presencia, tratemos de compartirla con
nuestros hermanos. Estemos atentos también a esto.
A mediado de la semana, me encuentro con dos jóvenes ansiosos de transitar el camino de la
felicidad y como ya tienen una buena formación religiosa, los invito directamente a iniciar el
proceso de reconocer a los demás como hermanos, es decir, salir al encuentro de los pobres, de
los necesitados material y espiritualmente, entregando parte de lo propio. No volvieron, supongo
que una preparación previa hacía falta y el hecho de tener formación religiosa, al parecer no fue
suficiente.
Sin decaerme, días después me encuentro con el grupo y ellos ya tienen una preparación previa
como para encarar este proceso.
Conversamos sobre los pasajes que dejamos como tarea y como las fiestas de pascuas están
cerca, también hablamos sobre la muerte de Cristo.
Para alguien con el poder de caminar sobre el agua, calmar una tempestad, nos imaginamos
como se debe haber sentido con el hecho de ser torturado por hombres tan débiles y frágiles
como nosotros. Ya en su vida hizo gestos de tanto amor como fue el caso de lavar los pies de sus
discípulos para que nosotros aprendiéramos con su ejemplo hasta donde tenemos que llegar en el
amor con nuestros hermanos. Además, no era que no podía evitar todos estos hechos trágicos,
porque en muchos pasajes de los evangelios dice que se escabullía en medio de la gente porque
no era el momento, es decir que tranquilamente se podía escapar cuantas veces quisiera.
Pero lo mas duro de todo fue morir siendo inocente y no de una muerte sencilla, sino de la mas
cruenta, torturado y crucificado.
Nunca debemos olvidarnos que esto lo hizo por amor al padre celestial y a nosotros, sus
hermanos.
El debió padecer por nosotros para limpiar nuestras culpas y enviarnos el espíritu santo.
Acerca del porqué el padre, siendo Dios permitió que su hijo se sometiera a tanta humillación
nunca lo podríamos entender con nuestras mentes finitas.
Debemos tener mucho cuidado con los juegos que nos hace nuestro cerebro en las cuestiones de
la fe.
La fe es un alimento para el hombre y todos lo sabemos, incluyendo los ateos, pero como si
fuéramos niños caprichosos, ponemos pretextos para no comer de este alimento. De esta forma si
Cristo no hubiera hecho milagros diríamos que convencía a su gente solo con su oratoria, pero
como los hizo y en abundancia, entonces decimos que fueron inventos de la gente de la época.
Si leemos en Mateo, Capítulo veintisiete dice:
De igual manera, también los principales sacerdotes, junto con los escribas y los ancianos,
burlándose de él, decían: A otros salvó; así mismo no puede salvarse. Rey de Israel es; que baje
ahora de la cruz, y creeremos en él. En Dios confía; que le libre ahora si él le quiere; porque ha
dicho: ``Yo soy el Hijo de Dios.…
Aquí tenemos un grupo de personas, sacerdotes, escribas y fariseos que pretendía que Cristo
baje de la cruz para creer. Pero si hubiera bajado seguramente dirían:
“Es que no lo pusieron correctamente”. o bien, “Otros hombres ya hicieron eso” o en el mejor de
los casos, si ellos hubieran creído, solo representaban un pequeño grupito con respecto a toda la
población de la época y seguramente los que estaban a unos cuantos kilómetros de distancia ya
no hubieran creído porque no lo pudieron ver en persona.
Si todo esto ocurriría hoy en televisión ante la vista de todo el mundo diríamos:
“Es un truco de la televisión” o “No es el hijo de Dios, sino que es uno de esos ilusionistas”.
Si eres inteligente, entonces usa tu inteligencia para buscar la verdad y asumirla aunque no
parezca convenirte.
Hay una anécdota de un joven extremadamente inteligente que se burlaba de aquellos jóvenes
que hacían mucho deporte o que iban a los gimnasios porque los consideraba cabezas huecas y
uno vagos que perdían el tiempo. Pasado el tiempo, siendo un hombre maduro, sus arterias
comenzaron a dañarse y en general todo el cuerpo dejó de responder correctamente, por lo que
los médicos le recomendaron actividad física. Es entonces que decide empezar en el gimnasio del
barrio y justo al frente de la primera pesa que estaba por levantar se encuentra con un cartel que
decía:
“La persona mas inteligente es aquella que sabe cuidar su cuerpo” … y el hombre lloró.
Hay muchas situaciones que nos pasan y no hay forma de explicarlas, como le pasó a Carmen. Lo
peor que podemos hacer es negarlas. No dejes pasar el tiempo. Disfruta la vida hoy.
Los católicos quizás seamos afortunados porque creemos en la virgen, en los santos, en los
ángeles y a ellos les pedimos milagros. Ocurren y los casos son innumerables. ¿Trataremos de
explicarlos a todos?
Juan dice en el capítulo veinte:
Y muchas otras señales hizo también Jesús en presencia de sus discípulos, que no están escritas
en este libro; pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y
para que al creer, tengáis vida en su nombre.
En el último capítulo podemos leer lo siguiente:
“Y hay también muchas otras cosas que Jesús hizo, que si se escribieran en detalle, pienso que ni
aun el mundo mismo podría contener los libros que se escribirían.”
Pero bueno… es cuestión de fe J
El grupo escucha atento mis palabras. El espíritu del grupo ha cambiado bastante desde que
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iniciamos. Las discusiones desordenadas, los pequeños conflictos familiares incluso la
competencia por ser los mejores, los sobresalientes, han cesado.
Camino entre el grupo y les digo:
Estoy muy contento por lo que hemos logrado. Creo que hemos avanzado bastante en nuestro
camino buscando la felicidad. Hoy todos somos un poquito mas felices porque hemos aprendido a
tomar las mismas dificultades de la vida de otra manera. Todos sabemos que tenemos un
hermano mayor atento a lo que nos pasa y un padre que nos ama y que conoce nuestro ser
interior. A él podemos llegar con nuestras oraciones, actos de caridad y amor a nuestros
hermanos.
Hoy ha llegado el momento de separarnos y salir en busca de otros hermanos. Lo mismo que hice
con ustedes, ahora ustedes deben hacerlo con los demás.
Este proceso debemos repetirlo infinidad de veces hasta que podamos sentir que, el que viene a
comprarme no sea un cualquiera, sino un hermano. El que contrato para trabajar conmigo no sea
un cualquiera sino un hermano, al que estoy curando sea un hermano, al que estoy corrigiendo en
una cárcel sea un hermano, a los que estoy gobernando sean mis hermanos, el que está a mi lado
es mi hermano.
Si forman grupos como el que hicimos, no se queden juntos mas de un año porque no aprenderán
mas de lo que ya aprendieron y como las abejas extraen el néctar de flor en flor, así debemos
formar grupos, aprender de ellos y pasar a otro, porque seguramente con cada uno de ellos, un
pasito a la felicidad daremos.
Algunos lágrimas se ven en el grupo y yo mismo cada tanto saco algunas basuritas de mis ojos,
aunque por todos las formas trato de hacerles entender que seguiremos en contacto, mis visitas
serán menos frecuentes pero no los olvidaré y les dejo además de mi corazón, mi número de
teléfono.
Los últimos que me despiden son Luis y Carmen que además de entusiasmados, se ven mas
felices que nunca y los ayuda mucho el hecho de estar en un ambiente donde los milagros son
mas frecuentes y ellos mismos ahora alientan a las personas a avivar su fe y luego a mantener y
vivirla.
Durante la noche, mientras espero la llegada del sueño, pienso sobre la forma en que se fueron
sumando las personas al grupo, como el entusiasmo por seguir el camino se transmite como un
contagio y es tan solo de boca en boca. Pienso lo lindo que sería si muchos grupos hicieran lo
mismo, entonces la idea de hermanos viajaría mas rápidamente y pronto nos encontraríamos en
un mundo mejor. El inconveniente es que el mundo es demasiado grande para que la idea sea
transmitida oralmente a la velocidad que quisiéramos, pero a la vez es pequeño para los medios
de comunicación. Aquí es donde la chispa debe convertirse en llama, porque tu mismo puedes ser
parte de la idea, participando en la difusión de este sitio UMFYU.ORG, traduciendo este texto o
incluso hasta el mismo sitio a otros idiomas, colaborando en la edición de nuevas páginas,
aportando ideas y todo lo que esté a tu alcance para que logremos llegar a todos los rincones de
la tierra. Si llegamos a un rico seguramente cien pobres se estarán beneficiando y el rico
seguramente se hará mas rico, pero en su corazón.
Todos podemos colaborar porque todos tenemos sed de paz, de felicidad y porque cada uno de
nosotros somos como una pequeña gota y si todo el mundo se une, seríamos siete mil millones
de gotas que formarían un pequeño estanque con la característica que no se agota y aunque
todos bebamos, la cantidad no disminuirá, porque se alimenta constantemente del amor entre
hermanos y de la alegría del padre.
No sé, quizás ya me dormí y esto es solo un sueño, o quizás es tan lindo que así lo parece. En
nuestras manos está la posibilidad de hacerlo realidad.
Sé feliz ahora, en esta vida … y por siempre.
Si este texto te ayudó, trata tú de ayudar a otras personas que lo podrían necesitar. Envíale por mail este texto o recomiéndale descargarlo desde umfyu.org.
Cuanto mas personas conozcan el sitio, mas rápidamente llegaremos a todo el mundo con la idea.
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