Aprender a pensar en positivo Enrique Rojas de una Tercera de ABC, 9‐05. Empieza definiendo qué entiende por optimismo. "es una actitud‐ nos dice ‐ caracterizada por la tendencia a descubrir más lo positivo que lo negativo y a ver o esperar lo mejor, a pesar de las apariencias". Se detiene en explicar los términos actitud y tendencia, y termina este primera parte diciendo: "No hay árbol que no haya sido fuertemente azotado por el viento. La vida es la gran maestra. La vida enseña más que muchos libros. Es la denominada experiencia de la vida: un saber acumulado de acontecimientos de muchos años, que forman un magma en nuestro subsuelo y nos muestran unas lecciones rotundas. Es una sabiduría almacenada en los archivos de nuestra memoria. Y está ahí. Y se pregunta: Pero, ¿cómo podemos aprender a pensar en positivo? Se trata ‐ nos responde ‐ de una educación de la mirada psicológica que anota lo negativo y lo positivo de cada circunstancia, pero sabe quedarse más con lo segundo, y eso le lleva a pensar que aquello puede y debe cambiar. Y pone los medios. Educar es enseñar a pensar. La cultura consiste en enseñar a vivir. El optimista ‐ añade más adelante ‐ propone soluciones, otea el horizonte buscando una alternativa, busca el atajo que le lleva a un paisaje mejor. Y nos recuerda: "No olvidemos que nuestra primera aproximación a la realidad es afectiva. Dicho de otro modo: os sentimiento influyen en nuestra forma de pensar. Cita a Daniel Khaneman: Todo está en nuestra cabeza. La clave está en entrar en el carril mental positivo para interpretar la realidad. A continuación nos da argumentos para enseñar a tener un pensamiento más positivo: 1.‐ Se necesita querer y paciencia. 2.‐ No quedarse en el hoy y ahora. El cortoplacismo no es buen camino. Nos vamos al medio y largo plazo. Esa es la mirada inteligente. 3.‐ Hay que aprender a crecerse ante las dificultades. 4.‐ El optimista es un luchador nato. No se viene abajo cuando las cosas se ponen difíciles o no salen como él esperaba. Enseguida viene la perseverancia para echar una mano. Y después de poner dos ejemplos, Tomás Moro y Steve Jobs en los que no puedo detenerme por problemas de espacio, termina así: La vida es como la navegación a vela. El pesimista se queja del viento. El optimista espera que cambie. Y el realista ajusta las velas. El optimismo es el arte de vivir con esperanza.
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