San Miguel de Allende, Gto, 16 de abril de 2015. Versión estenográfica del Taller ¿Cómo potenciar la cocina mexicana?, efectuada en el Auditorio del Centro Cultural Ignacio Ramírez, el día de hoy. Fernando Martí Brito: Buenas tardes. Vamos a iniciar el último panel del día de hoy, abordando un tema que realmente es fascinante, ¿cómo potenciar la cocina mexicana? Como ustedes sabe, la cocina mexicana fue galardonada hace unos años como patrimonio inmaterial de la humanidad, tiene esa alta categoría, la UNESCO después de un larguísimo proceso y de la presentación de un expediente muy complejo, le dio el título de patrimonio inmaterial de la humanidad y fue la primera cocina del mundo que obtuvo ese título antes que la francesa, que la china, que la italiana, que han seguido el mismo camino que México para obtener el mismo título. Sin embargo, nosotros que nos dedicamos al turismo o que tratamos de exponer lo que pasa en el turismo, nos tenemos que preguntar si la cocina mexicana como producto turístico tiene esa potencialidad que debería de tener, si responde a ese prestigio. Yo escuché decir al secretario de turismo de Guanajuato hace unos meses que Mario Rajoy, el presidente de gobierno de España había presumido que el 30 por ciento de los turistas que recibe España, y el 30 por ciento de los turistas que recibe España es el total de los turistas que recibe México o casi el total, que iban a España para comer bien. Y entonces nosotros tenemos que preguntarnos si los turistas vienen a México para comer bien o si vienen espantados por la mala fama de la cocina mexicana y vienen con prevenciones. Y entonces tenemos una paradoja, una de las mejores cocinas del mundo, pero que no hemos logrado convertir en un producto turístico sólido. De eso se trata esta mesa, yo le agradezco a mi amigo, el Secretario de Turismo, Fernando Olivera, y al magnífico panel que lo acompaña que vayamos a abordar este tema. Fernando, por favor. Fernando Olivera Rocha: Muy buenas tardes. Le decía yo a Fer ahorita en la comida que qué fácil es hablar de comida antes de comer y qué difícil es hablar de lo que sea después de comer. Y si además es de comida y ya estamos todos bien comidos, todavía más complicado, pero la realidad es que tenemos un panel espectacular. Hoy, de verdad, quiero agradecer la voluntad de estar aquí en San Miguel de Allende a todos estos amigos, amigos de todos ustedes, verdaderos referentes del turismo y de la gastronomía de nuestro México a nivel nacional e internacional, mujeres y hombres que han hecho un gran trabajo apasionado por posicionar y por darle valor y vida a la gastronomía mexicana desde el ámbito de la comunicación y la difusión. Saludo a Roberto Gutiérrez, editor de Travel & Leisure. Desde el ámbito de la pasión y, por supuesto, la responsabilidad pública, diplomática y como funcionario también de su estado al doctor Genaro Figueroa, ex gobernador también de Michoacán. Es un honor, doctor, compartir esta mesa, este día de hoy contigo, este panel, seguramente nos vas a enriquecer en mucho, la visión de qué sigue, cinco años después de este nombramiento qué sigue. Qué puedo decir, sentirme orgulloso de estar sentado junto a Susana, Susana Palazuelos, una gran mujer que no necesita presentación alguna para nadie de los que estamos aquí, verdaderamente una mujer incansable, creativa y orgullo de nuestro país. De verdad, Susana, mucho gracias por estar con nosotros. Compartiremos también muchos de los elementos que entendemos hoy por los banquetes de destino. ¿Por qué la cocina mexicana? Como decía mi tocayo hace un minuto, por qué no cuando vamos a España, de lo que hablaba ahora Fer, la primera reacción cuando le decimos a un amigo la semana que viene voy a España, ¿qué es lo primero que dice la gente? ¡Qué rico vas a comer! De inmediato. Y cuando en otro país dicen: Voy a México, una cocina patrimonio material de la Humanidad tan reconocida, ¿por qué no pasa lo mismo? Mónica, gracias por acompañarnos hoy, Mónica Solís. Además no solo investigadora, una gran mujer entusiasta, comprometida además con las raíces guanajuatenses. Ella entre muchas otras cosas es desde hace más de tres años responsables del Programa de Cocina Tradicional de Guanajuato. Ella es quien nos ayuda a formar a estas mujeres hermosas de las comunidades guanajuatenses, de un programa que hoy ya supera las 70 cocineras. En verdad mi reconocimiento, Mónica, y todo el cariño tú lo sabes. Ese trabajo de verdad apasionado y de vocación hermosa que tienes. De verdad, muchísimas gracias. Y también con Paco Mayorga, ustedes lo conocen, Francisco Mayorga con todo cariño y además del lado de la investigación. Aquí no podemos hablar de solo la promoción, ni de solo la producción o de la política pública. La academia, la investigación, la formalización de los procesos son fundamentales. Y sin la investigación qué duda cabe que no tendríamos un expediente, que no tendríamos un reconocimiento, que no tendríamos la formalización de los criterios ordenados de la cocina mexicana. Y con ello déjenme iniciar y si me permiten empezar con un tema, como lo decía con el doctor Genovevo. Ustedes lo saben protagonista sin duda de este nombramiento, expediente en Michoacán con el cual se otorga a México el patrimonio y el material, pero también responsable de programas y proyectos hoy muy vigentes como Morelia en Boca, pero también la Ruta de don Vasco, pero también las cocineras tradicionales. Pero todo eso ya pasó, doctor. Vemos a muchos estados, incluidos Guanajuato, involucrados en esta apreciación de valor de la cocina tradicional. Han pasado cinco años del nombramiento. México parece y se ve que en algunas regiones apuesta por la gastronomía. En esa punta de lanza está el posicionamiento de destino turístico y, sin duda, destino turístico cultural. ¿Pero estamos llegando a algún lugar concreto? ¿Qué sigue doctor, a dónde debemos enfocar las baterías desde los profesionales, desde la investigación, desde la política pública? ¿Cómo ves el panorama, doctor, desde esta experiencia tan hermosa que te tocó vivir en la gastronomía México? Bienvenido. Dr. Genovevo Figueroa: Primero quisiera externar mi agradecimiento y decir por qué estoy con mucho gusto en este Foro. Lo primero porque dos amigos de quienes solamente he recibido eso, amistad y atenciones, como es Fernando Olivera y Fernando Martí me invitaron. Pero segundo porque era para platicar con gente como los que vamos a compartir de este Foro y, sobre todo, al ver tantos jóvenes. Es un tema que tiene que ver con la cultura de lo que somos los mexicanos. Y es un tema del que nos debemos de sentir muy orgullosos. Anoté y subrayé las dos preguntas que hasta este momento se han hecho en este Foro, si nuestra gastronomía tiene el potencial y qué sigue. Pero yo quisiera pedir permiso para con mucha brevedad lo voy a intentar, platicar un poco de qué fue lo que pasó. porque ese título que dio la UNESCO, dice: “El paradigma michoacano”, porque me interesa mucho que conozcamos el por qué se puso ese pequeño agregado: “El paradigma michoacano”. Miren, efectivamente tuve la oportunidad de ser gobernador de mi estado y lo compartíamos no hoy, muchas veces con mi amigo Óscar Espinosa Villarreal, nos tocó vivir una etapa, desde diferentes trincheras muy importante de lo que hoy está sucediendo en México. Pero en mi caso fue tanta la actividad política, que no alcancé a ver algunas actividades que tienen razón histórica, razón cultural y que pueden convertirse en un potencial de un turismo que se llama el turismo cultural. Cuando regreso a la administración de mi estado como Secretario de Turismo, asisto a Uruapan y a Pátzcuaro, que seguramente han escuchado ustedes dos, de estas dos hermosas poblaciones michoacanas. Los domingos de Ramos se hace en sus plazas principales, una gran concentración de artesanos. En Uruapan tal vez es la concentración más grande e importante a nivel mundial, ahí juntos están quienes trabajan la madera, los que martillan el cobre, los alfareros, las mujeres que bordan y van muchos turistas atraídos por las bellezas artesanales. Los mismos sucede en Pátzcuaro, pero en Uruapan, en una placita que nosotros en Michoacán la conocemos “la placita de las ranitas” se empezaron a organizar tianguis de la comida tradicional de la meseta purépecha y ahí podíamos disfrutar del “churipo”, si alguien después me pregunta qué es eso, con mucho se los explico, que ya aprendí; las corundas, los moles, las atápacuas. También me gustaría que alguien me preguntara qué son las atápacuas, déjenme terminar para que luego no me corten, anoten ahí y si me autoriza Fer con mucho gusto. Y desde luego la capirotada tan tradicional como lo hacen nuestras cocineras tradicionales y disfrutábamos de ver los comales en donde se estaban inflando las tortillas pero del maíz criollo, del maíz orgánico. Esto llamó la atención y muy pronto dijimos: ¿qué podemos y qué debemos de hacer con esta maravilla? Bueno, hicimos varios pasos. El primero, identificamos a las maestras y de qué comunidades eran y cuáles eran los platillos típicos y reconocidos por las propias comunidades. Porque debo recordarles que todas estas manifestaciones pertenecen no a una persona, sino pertenecen a la comunidad, porque son recetas que durante cientos de años se han transmitido de manera oral Una vez identificadas a las maestras de la cocina tradicional, fuimos a sus comunidades, estuvimos en sus cocinas y en sus metates y parangüas, platicamos con ellas y las escuchamos. ¿Qué elementos constituían las bases de esos platillos? ¿Cómo los habían aprendido? Y todo de manera oral. Así fuimos identificando los elementos básicos que, como ya decíamos hace un momento, los elementos básicos, el maíz, el frijol, la calabaza, el chile, el jitomate y dependiendo de las regiones, pues, los pescados, el charal o bien otras carnes. Ese fue el primer paso, la identificación. El segundo paso que dimos fue, ahora bien, si estos alimentos han tenido los elementos nutritivos que permitieron que nuestros pueblos vivieran y se desarrollaran durante 500 años, ¿por qué el Morelia?, ¿por qué el México? Nadie los conoce, nos hicimos esa pregunta, fue la primera pregunta. Bueno, ¿qué hacemos para que esos platillos y esas recetas orales de las grandes maestras tradicionales se pusieran en valor? Entonces, con Gloria López Morales, con Sol Rubín y ya no menciono más para no cometer injusticias, este es un trabajo de muchos, no es un trabajo de una persona, empezamos a organizar lo que ahora se llama: “Los Encuentros de las Cocineras Tradicionales”, y empezamos a difundir en la radio, en la televisión estos encuentros y se empezaron a interesar los morelianos y algunos visitantes, se sorprendieron porque no conocían la riqueza y lo sabrosísimo de esos platillos y sobre todo verlos construir, yo creo que eso es la base de todo esto, ver construir un platillo y ver cómo las grandes cocineras van logrando la sazón y esto sorprendió y de inmediato se constituyó en todo, en todo un éxito. El segundo paso, ahora interesar a la chef de los restaurantes más importantes de Morelia, de Uruapan, de Pátzcuaro y ellas se interesaron, conocieron a las cocineras tradicionales, conocieron de sus recetas, de sus consejos y empezó todo aquello a tener ya la formación de todo un equipo. Pues bien, algunos de esos chef se fueron introduciendo un poco más y nos ayudaron, por ejemplo, Lucero Soto logró abrir una puerta del gourmet y a través de esta puerta empezar a hablar de las recetas de la cocina tradicional, ahora sí ya no solamente de Michoacán, sino de México. ¿Y qué otra cosa hicimos? Los productores. Empezar otra vez a recorrer Michoacán, identificar a los grandes productores, por ejemplo, los productores del aguacate, que como ustedes saben, en Michoacán se ha convertido en toda una agroindustria, Óscar, hoy me comentaron que se están exportando 600 mil toneladas de aguacate a Estados Unidos y a Europa, imagínate lo que eso significa, lo que significa es que generan 300 mil empleos y el aguacate, bueno, ustedes lo han disfrutado en el huacamole, en las tortas, en los tacos. El queso Cotija, el queso Cotija que sorprendió a Italia, las truchas, Michoacán es un lugar de montañas, montañas con abundantes pinos que generan escurrimientos de agua transparente y bien oxigenada, entonces hay muchas truchas, pues, conocimos a quienes las reproducen, las cuidan y hoy se constituyen también alimentos básicos de los platillos, de muchos de los platillos michoacanos. El mezcal, en muchos lugares hoy el mezcal es un elemento que está siendo muy exitoso y entonces empezamos a lograr encuentro, al decir hemos, porque aquí hay paisanas que si no las tomo en cuenta me van a decir que soy un mentiroso. Yo no hice solito todas estas cosas, es un gran equipo el que ha trabajado, y debo reconocerlo. Fíjense que cuando empezamos hablar de gastronomía, porque sé lo que han avanzado aquí, me da mucho gusto, en el tema de los vinos. Miren, parece que hace muchos años, y no es cierto, son 10, 12 años. Yo les hablo de Morelia, les hablo de Patzcuaro, les hablo de las poblaciones de Michoacán, nadie tomaba vino tinto, nadie. Entonces también empezamos a trabajar para que las nuevas generaciones conocieran los vinos tintos, que conocieran de los maridajes, que tuvieran la oportunidad de disfrutar mejor los alimentos. A través de mi hijo Fernando empezamos a identificar a los productores de los vinos que ya estaban trabajando en Napa, Estados Unidos, y que después se vinieron algunos de ellos al Valle de Guadalupe, y a través de ellos conocimos a los demás productores. En nuestros encuentros de Michoacán ya tenemos a las grandes maestras de la cocina tradicional y también empiezan a tener gran importancia, la participación de los productores de los alimentos. ¿Cuál fue el cuarto paso? El cuarto paso que dimos es que en cada elemento importante de nuestra promoción turística estuvieran presentes las cocineras tradicionales. Otra vez, dos jóvenes emprendedores, que nosotros los conocemos como los Fernando’s, Fernando Pérez Vera y Fernando, mi hijo, se dieron a la tarea de construir “Morelia en boca”. Y “Morelia en boca” es un paso que buscábamos nosotros para que los grandes chef nacionales, aquí está Enrique Farjeat, que nos ha ayudado muchísimo, empezaran a interactuar con los chef locales y con las cocineras tradicionales. Finalmente, y aquí término, después vendrán las preguntas. Algo que poco a poco se ha ido dando, pero que no estamos en el momento para cantar victoria, es la vinculación con las instituciones de educación superior. Es muy importante que los jóvenes conozcan, interactúen para que conozcan las raíces de nuestra cocina tradicional, que se sientan orgullosos de la abundancia, de nuestra biodiversidad, que fueron capaces nuestros alimentos de nutrir a grandes culturas y que hoy, yo contestaría para empezar, sí la gastronomía de las mujeres mexicanas sí tiene el potencial de convertirse en un referente de nuestro turismo cultural. ¿Qué sigue? Ahí me quedaría para interactuar con ustedes. Fernando Olivera Rocha: Muchísimas gracias, doctor. Fíjese cómo los países, probablemente como lo decía ahorita el doctor Genovevo, van buscando los diferentes caminos para ese posicionamiento. Si pensamos en Perú probablemente lo que destacaríamos en el plano internacional es un gran personaje que elevó el reconocimiento de la cocina peruana, de la manera en la que haya sido, a través de un restaurante, y estoy hablando Gastón Acurio, que posiciona a la cocina peruana como una cocina de alto nivel. Susana, ¿qué pasa con este posicionamiento en donde tienes un camino probablemente largo como el que México elige a través de ese enriquecimiento el valor de su cocina ancestral de rescatar esas recetas tradicionales, esas técnicas tradicionales, esas mujeres hermosas de la comunidad contra una propuesta como la de Perú en donde se apuesta primero sobre una gran personalidad. Y pareciera que muchos otros países han seguido este ejercicio de poner grandes nombres en la marquesina. México también ha trabajado en ese contexto, pero tú cómo consideras que se debe de ir en un posicionamiento nacional, hoy no vamos a hablar necesariamente si un estado u otro estado está haciendo la labor mejor que otro. Aquí lo que queremos es en esta discusión de grandes expertos, de hombres que han salido del país como todos los que estamos aquí y mujeres, por supuesto, y que hay que ganar esa carrera pronto. Ya lo decíamos, la primera motivación del 25 por ciento de los turistas extranjeros a España fue comer bien. Cómo México tiene que acelerar. ¿Hay que poner nombres en la marquesina nacional e internacional? ¿Hay que seguir fortaleciendo esta base y plataforma de nuestras hermosas cocineras? ¿Cómo tú que has hecho verdadera revolución de las bodas de destino, de los banquetes, de tener un nombre internacional y reconocido, cómo visualizar esa oportunidad que tiene México ante esta carrera? Por un nuevo segmento que algunos tomó por sorpresa y a otros habría qué tan preparados están. Susana Palazuelos: Muchas gracias por invitarme a este aquí en este bellísimo lugar, San Miguel Allende. Desde luego yo tengo más de 30 años, 41 haciendo banquetes y desde el primero dije: Voy a empezar dando a conocer la cocina mexicana, cuando te decían eso es para los domestiques, eso es para los sirvientes, eso yo no lo quiero. En vez de llamarle quesadillas, le puse empanadas de queso y cuando las probaban decían qué delicia y cuando vino la reina Isabel me tocó hacerle el banquetes, mis quesadillitas de queso, taquitos de pollo, guacamole, la langosta que era uno de los mexicanos productos de México, te traje de Baja California y además una piña que crece silvestre en la sierra de Tixtla, con un sorbé de piña que hice y le puse Grand Marnier y mi sopa de flor de calabaza. Me dijo el Embajador: La reina limpió los platos. Es el mejor banquete que le han dado en las dos visitas que ha tenido en México. Y esa es una cocina mexicana de los 50 festivales que ha tenido la suerte de hacer en el mundo entero, porque cuando me pidieron que escribiera un libro de cocina mexicana porque llegó por ahí la fama de que yo hacía una cocina mexicana, tradicional de las abuelas, de las tías que era muy buena que gustaba mucho e hice este libro inglés México Beatiful Coupe, en español le digo la Cocina Mexicana que se escribió para Estados Unidos, para personas que pudieran cocinar con ingredientes que encontraran allá. Y cuál fue siendo mi sorpresa que este libro vendió 800 mil ejemplares, se tradujo en siete idiomas. Me abrió las puertas cuando llegué a Londres y me dijeron: Es el primer festival de cocina mexicana en Londres y fue un éxito tremendo, hacemos unos bufetes con ocho cosas frías, calientes, todo. Y un día llega un señor y me dice: Viajé hora y media para venir a comer cocina mexicana. ¿No hay chile con carne? ¿No hay fajitas? Y no hay nachos y estaba indignado. Le digo: Eso era lo único que la gente conocía de la cocina mexicana. Le digo: Venga conmigo, le expliqué y mire fue de esto que tengo estos chiles y esta cosa y que no pica. Y me decía: Pero cómo no es grasoso, no pica, no tiene queso amarillo, se sirvió tres veces del bufete. Y así es como podemos dar a conocer. A mí me tocó la experiencia en Australia, que he ido cinco veces, sería una cena para el rey de Koala Lompur, porque se enteró del festival y que la cocina está buenísima y el día que le serví me llamó a la mesa y me dijo: ¿Qué estoy comiendo? Le dije: La mitad de la sopa huitlacoche, la otra de cilantro con tiritas de tortilla, chile ancho relleno de atún, tamales verdes gratinados con salsa verde. Y le empecé a explicar, porque me dijo en mi vida he probado esto, qué delicia. Y todo el público se puso de pie, todo el cuerpo diplomático y nos dieron un aplauso enorme y que fue obviamente para México. Y esa es una forma en la que yo he podido contribuir, hay que darlo a conocer. Cuando la gente la prueba no lo puede creer, de la nacionalidad que quieran; en Hong Kong me acuerdo del festival que estuve un mes en el Mandarín Oriental, pasaban de todas las nacionalidades y decían: ¡Hum, qué delicia! ¿Qué es esto? Y volvían y volvían. Es una forma de darlo a conocer, que veo que ha tenido un gran efecto. Ahorita la cocina mexicana está de moda, los grandes chef de España y de Noruega, Dinamarca, el chef ese que tiene, ahorita vienen a México porque aquí se inspiran con nuestros ingredientes, además tenemos el privilegio enorme de vivir en un país que si agarras una calabacita sabe a calabacita. El otro día en Estados Unidos, en Nueva York en una cena que me pidieron hacer mi sopa fría de calabacita, y me traen de este tamaño que no sabe a nada. Pero lo que tenemos que hacer es cuidar también y ver que todo mundo consuma lo que nosotros tenemos. No es posible que viviendo en un lugar como Acapulco que esta ahorita la guanábana, el chico zapote y que está el zapote prieto y todas las maravillas, te den papaya, sandía y melón en los hoteles. Hay que consumir los productos de la región. Qué bueno que aquí el Garambullo y todo lo que ustedes quieran, hay que ver que todo los restaurantes, de lo que sea, hagan algún platillo que incluya platillos de la región, por lo pronto. Te digo, para mí ha sido, escribo las recetas para Hola, todos los miércoles saco mi menú de la semana y la gran mayoría de las recetas son mexicanas y la gente no lo puede creer. Oiga, qué rico comemos, muchas gracias. Ahorita en el restaurante se me acercó una persona de Washington y me dijo, Susana, yo recorto las recetas de Hola, acabo de hacer la sopa de mango para Pascua que pusiste, te felicito, te doy las gracias por brindarnos todas estas recetas. Yo creo que lo que tenemos que hacer es ver que el gobierno realmente tome, como prioridad, el promover la cocina mexicana, porque con eso podemos levantar a todo este país. Esta política pública que es la que debe hacer el esfuerzo que ustedes hacen, es una maravilla, de veras que los felicito, son un ejemplo. Pero todos también. Vean los jóvenes que van a las escuelas hoteleras, de cocina, no se preocupan, nadie les enseña la cocina mexicana. Ves las cosas que hacen y dices qué horror, qué es esto, no saben hacer un tamal. En vez de que los niños en los cumpleaños tengan una pizza. ¡Hombre! Hay que darles tamalitos. Fíjense, serví la cena de Tony Blader en la semana antepasada en el Tianguis Turístico que me encargó la Secretaría de Turismo y, bueno, que cómo quiere su ginebra, el vaso y tanto y de qué marca. Llega y dice: ¿Tienes tequila? -De volada. Entonces hice unos tamalitos de chipil rellenos de queso Oaxaca con una salsa de chile de árbol deliciosa y les di a aprobar y, a la mitad de la cena dijo Tony Blader que si por favor le podía traer más tamales. Una degustación, con maridaje de vino, mexicano obviamente. Entonces cenaron tamales y al día siguiente en la cena de la Secretaría volvía a hacer, que era para 600 gentes, los volví a hacer, porque si tenemos un sazón de algo que cautiva, lo único que necesitamos es nada más un empujoncito, porque ya son cinco años desde que gracias al gobernador Genovevo que hizo una labor extraordinaria, somos patrimonio cultural y lo único que yo siento es que necesitamos echarle más ganas ahí y ver que nuestras familias también lo hagan. No debí de haber traído esto, pero le dije a Lalo, esta revista gourmet está ahora en las revistas, ahorita la pueden comprar. Y Lalo mete a sus niñas, agarra mi último libreo y dice: ¿A ver, qué quieres? Que voy a hacer el pie de plátano, la lleva al mercado a la niña de seis años, ella compra el plátano, la crema, ve las recetas, se viste de chef llegando a su casa y se pone a cocinar. Y para Lalo es una actividad como jugar a la pelota. Aquí está Lalo con sus hijos, mi hijo que está ahí, que lo acaban de nombrar el chef del año, Miguel Ángel Mancera en la Ciudad de México y eso es lo que hay que hacer, ese es un apostolado de todos y no debemos permitir que se pierdan, más esas recetas, traten de rescatarlas, las de las abuelas pero enséñenles a sus hijos a que coman delicioso, porque además de que es una actividad de familia, es algo que es una obligación que tenemos y no permitir que esto se pierda y que empecemos a comer comida Fast Food y que los jóvenes ya no cocine. Entonces, no sé si contesté tu respuesta o ya me fui demasiado lejos. Fernando Olivera Rocha: Hay dos elementos fundamentales. Susana muchísimas gracias, de verdad, estamos felices que estés aquí con nosotros y esas anécdotas que de verdad son de vida, pero también de enaltecer la gastronomía de México con esas autoridades y personalidades que te ha tocado convivir con ellas y presentarles nuestra comida, tú comida. Y sí, la política pública, sin duda, debe de reconocer a la gastronomía y por eso esta estrategia hoy o más que de la estrategia este paradigma de cómo potenciarla, y ya lo decías, esa cocina tex-mex que no se nos ocurrió a nosotros, que alguien nos malo ayudó a ponerla por todo el mundo y en ese sentido escuchábamos como sí hay que empujar en ese camino a pie de poner en valor la cocina mexicana, de cómo desde otra trinchera se puede dar a conocer en esta comidas mexicana auténtica las recetas, como bien lo dices, y en ese cariño entre mexicanos. Pero Roberto, desde el punto de vista de la comunicación, cuando vemos nosotros hoy a un México que viene haciendo esfuerzos en las últimas dos décadas de posicionamiento de la marca México, con oficinas en el extranjero, con trabajo en las ferias internacionales, prácticamente todos los grandes pabellones de México en las ferias internacionales turísticas tiene un área gastronómica, da tequila, da mezcal, da vino, da gastronomía, trata de compartir un poco toda esta experiencia, pero no vemos necesariamente ese posicionamiento gastronómico detrás de la marca México, tú que a través de las publicaciones del grupo, a través de hacer ese benchmark con otras publicaciones de turismo en el plano internacional, vemos como los destinos han pasado de ser esa gran fotografía de paisaje que todos hacíamos la misma hace 20 años, a tratar de posicionarnos poco a poco con algún elemento distinto. Desde ese punto de análisis, de crítica constructiva para México, yo creo que a veces ustedes en las revistas, bueno, pues ven los anuncios que nosotros mandamos de publicidad de los estados o de los países y dices: qué barbaridad, cómo se les ocurre, a lo mejor algunas sí son muy buenas, pero qué nos recomiendas desde ese posicionamiento, porque vemos que algunos son, como decíamos, los nombres, los grandes nombres de los chefs, algunos son estos esfuerzos y ahorita vamos a platicar más adelante sobre si los festivales o no, son la solución y es el camino para el posicionamiento de nuestra gastronomía, que yo quiero ahí plantear algunos elementos, pero desde este punto de vista, estas fotografías coloridas que vemos en todas las revistas y que si le tapamos el nombre, nos podríamos confundir entre México, Guatemala, Costa Rica, Colombia, Chile, Perú, porque todas hablan muchas veces de lo mismo en la imagen, en la gráfica, cómo ven ustedes desde este punto editorial que debe México posicionar y si de veras ese es el camino además, como la gastronomía en uno de los elementos vertebrales de la imagen de nuestro país. La revancha famosa de Moctezuma, cuando decíamos: vas a ir a comer riquísimo a España, pero cuando vas a México, pues, llévate tu botellita de agua, la de tu país, porque, incluso, la botella embotellada no sea si sea la que te tienes que tomar en México, y lo digo con mucho respeto y también con preocupación, porque creo que son elementos que siguen existiendo desde el posicionamiento internacional y nos hemos gastado muchos millones de dólares allá afuera comunicando. ¿Cómo lo ves? Roberto Gutiérrez: Pues mira, antes de contestar tú pregunta quisiera nada más agradecer porque estoy muy alagado de estar en este panel con personalidades como las que estoy compartiendo, con el ex gobernador, contigo, con Susana, con Mónica. Y es un alago para mí estar aquí como también es una bendición el dedicar más de 10 años de mi vida a viajar y comer, o sea, para mí comer es una pasión y siempre será el mejor embajador de la comida mexicana, porque es la que más feliz me hace, así como hace feliz Susana con lo que cocina o Enrique o todos los grandes cocineros y cocineras tradicionales que existen en nuestro país. Retomando un poco lo que decía don Genovevo, es un punto medular el irnos a estas raíces de las cocineras tradicionales, porque ahí está la esencia de toda la vanguardia que existe actualmente, creo que las bases están sentadas. Volviendo agradecer a mi trabajo, he conocido a grandes chef de todo el mundo, como mencionaba ahorita Susana a René Renzepi, Joan Roca. Y todos coinciden en lo mismo, coinciden en un amor por la cocina mexicana, totalmente explícito, ellos vienen, se maravillan de aquí, se llevan cosas, crean a partir de lo que hacemos en México platillos maravillosos, y no se olvidan de que lo vivieron aquí, incluso, en sus propios restaurantes los que figuran son ellos, pero detrás siempre hay un cocinero mexicano, en los grandes restaurantes de New York, de España, de Francia siempre hay cocineros mexicanos. Tenemos esta vena creativa inspirada de cocinar bien tanto hombres y mujeres. Creo que esa base que comentaba don Genovevo ahí está. Los productos ahí están, comenté en un libro que editamos a fin de año de 2014, creo que somos la cena de ingredientes más grande del mundo, tenemos una diversidad en cielo, mar y tierra increíble para echar mano de ella. Al tercer punto que yo iría, precisamente es a lo que tú preguntas, a la comunicación. La comunicación que se ha hecho de la cocina mexicana creo que ha sido buena, pero falta alinear mucho más esfuerzos. Tiene pocos años que gobierno se preocupa directamente por esto, creo que estamos un poco atrasados nada más, porque también de estos mismos cocineros o de empresarios, como Manuel Quintanero que abrió un estudio en la Ciudad de México hace cuatro años, decía: Esto yo lo viví en España hace 15 años. El punto de coacción, para hacer un poco la analogía con la cocina, está ahí a punto de saltar. Para mí que he tenido la oportunidad de conocer muchas cocinas creo que, sin duda, y una vez también en una entrevista me lo contaba Isaac, es que ustedes tienen el potencial para hacer la mejor gastronomía del mundo, no solamente de Latinoamericana. Citabas tú también el caso de Gastón Acurio, que tuve oportunidad hace unos 15 días de estar con él en Perú, de conocer sus restaurantes, que tiene ya 46 restaurantes en 17 ciudades del mundo. Aunque él es un gran embajador de la cocina peruana, sin duda, la cocina peruana, con todo respeto, es mucho más pequeña que la cocina mexicana. Sin duda, a mí me da un coraje llegar y sentir que nos llevan delantera en unas cosas, porque creo que aquí nos falta mucho ponernos de acuerdo, alinearnos. Fernando Olivera Rocha: La mejor cocina o la más deseada, ¿qué prefieres? Roberto Gutiérrez: Yo creo que después de probar los platos mexicanos, yo coincidiría con las dos cosas, puedes ser la más deseada, porque también todo el extranjero que viene regresa, el tema es traerlo la primera vez y no alejarlo por otras cosas. Y después deseada y conocida, una vez que la pruebas creo que no tiene mucha comparación. Platicando el caso de Perú, es tan diversa la cocina mexicana que no tiene nada que ver lo que pasa en Ensenada con lo que pasa en Mérida o lo que pasa en Oaxaca, en Toluca. Afortunadamente se empieza hacer un tema de localía muy favorable para explotar las cocinas regionales, pero a su vez también este gran esfuerzo nacional, como tú lo mencionas a nivel gobiernos de hacer festivales, de hacer eventos gastronómicos, que nosotros también en grupo expansión promovemos esto. Yo desde que estoy ahí, que tengo ya 13 años, desde el primer día que puse un píe ahí, puedo decir que me dedico más profesionalmente a eso, a comer y a promover, más que nada con ese amor y pasión que sentimos la mayoría de los que estamos aquí, y además mucha gente una vez que prueba estos platos. Creo que la cocina mexicana es apasionante por todos lados. Fernando Olivera Rocha: Ahí vemos ese reto, lo vemos en México no solamente desde la gastronomía, desde el propio destino y la infraestructura de país. El 95 por ciento, dice SECTUR, de todos los que nos visitan regresan a sus casas altamente satisfechos. El tema es cómo hacerlos venir esa primera vez, el tema es cómo provocar ese anhelo de comer la comida mexicana desde antes de que nos prueben por primera vez. Y creo que ahí ese es el gran reto de la comunicación gráfica, verbal, hoy en las redes sociales, hoy en los elementos impresos, a dónde vamos ir poco a poco trabajando en ese contexto. Decías algo bien importante, esas gastronomías, incluso, prehispánica, recordemos una cosa, México es el único país de América o la Mesoamericana prehispánica que fue cocina regional antes de la llegada de los españoles. Así lo decía desde Ensenada, inclusive, en Aridoamérica, que ya no era la Mesoamérica en ese norte donde hay esa riqueza, pero también en todas las culturas mesoamericanas ya había cocina regional antes de la llegada de los españoles, en ningún otro lugar de América, la cocina era bastante monótona en esos sentidos, hablando justo de esta diversidad. Y en ese sentido, Mónica, ¿cómo promover esa milpa? Más allá del orgullo de la cocina tradicional que ya nos compartía el doctor Genovevo, déjeme hacer un análisis muy atrevido. El pan artesanal de países como España tiene un alto valor en el reconocimiento de la gastronomía. La pasta en Italia que aunque dicen que no se inventó en Italia tiene un posicionamiento importante. ¿Qué pasa con nuestra tortilla? Es un elemento fundamental en la alimentación del mexicano y que no necesariamente tiene ese reconocimiento a nivel internacional, junto con todos los elementos del maíz y los demás ingredientes principales de la dieta mexicana. ¿Y cómo llevarlo entonces a ese posicionamiento de la tortilla como esa bandera de la gastronomía mexicana? ¿O no es la tortilla y es alguna otra cosa que debiéramos trabajar para posicionarnos? Así como algún destino pone un platillo como su gran bandera, pareciera que México está apostando más por ese trabajo de bloque de la gastronomía tradicional para después posicionarse ante elementos ya de cocina moderna en otros planos. ¿Cómo promovemos ese surco? ¿Cómo promovemos la milpa? Mónica Solís: Antes que nada es un honor estar aquí, compartir escenarios, sobre todo con una gran maestra y una fuente de inspiración, Susana te admiramos muchísimo y somos generaciones que no vamos a dejar morir tu legado y todo lo que hay detrás de ti. Hablar de la cocina de la milpa, realmente ha sido para nosotros y, sobre todo, quiero hablar de donde estamos parados que es el Estado que nos está recibiendo, que es Guanajuato, del cual estoy muy orgullosa, que he recorrido de cabo a rabo, de punta a punta y me he sentado en muchísimos fogones y he podido, déjame describirlo así, hacer un pequeño árbol genealógico, porque yo creo que todos los que amamos la cocina mexicana y los que amamos la herencia de nuestras abuelas, de nuestras madres va de la raíz. Y yo creo que la raíz de la cocina mexicana no se puede entender sin entender la tierra donde estamos pisando y donde estamos produciendo todas esas bondades que a profesionales y no profesionales nos inspiran todos los días. Yo creo que cualquiera que tenemos la dicha de pisar el mercado y de ir a la labor con nuestras cocineras tradicionales que realmente a lo largo de tres años de tener esta maravilla, ahora sí que me dicen que yo instruyo, pero la que se lleva la mayor instrucción y la mayor lección prevista y de recetas inspiradoras atrás del fogón, inspirándonos también en el producto de Michoacán que realmente ha sido el detonador número uno en México, hablar del maíz muchas personas dicen: Ah, pues la tortilla, así como despectivamente o hablar del nacho. No, es México, ah pues el nacho. O México, ah la tortilla dura o mal doblada, crujiente. Y hay tantas maneras de defender a nuestro maíz, todas las bondades que tiene el maíz. Y todo mundo decimos: qué rico, nos vamos a reunir y todas las reuniones tienen como testigo silencioso a una redondez perfecta que está aplaudida por una mujer, que lo trabajó intensamente en una piedra que lo heredó de su abuela o de su bisabuela, porque tener un metate o un molcajete es realmente un legado de familia. Y después de aplaudir esta tortilla llevarla al comal y ver cómo se está inflando, porque aparte es cuestión de suerte si se infla o no. Hay tantas historias inspiradoras a través de la tortilla que no nada más es la tortilla, porque no hay fiestas sin tortillas, un buen mole no se acompaña sin una tortilla, un buen bautizo no se acompaña sin un buen tamal, sin un buen atole ahora sí que nos llene el alma. Y estemos donde estemos, los que hemos tenido la oportunidad y yo bendito sea Dios he tenido la gran fortuna de llevar festivales, no tantos como doña Susana, pero ahí voy en el caminito. Llegar y explicar el por qué acompañar con este ritual del maíz, de la milpa, de ver todos estos productos que hablar de esta trilogía maravillosa que siempre digo que es el “triángulo” perfecto del chile, del frijol y del maíz, es como entendemos la cocina mexicana en todas sus manifestaciones. Podemos sacarlo desde un matiz dulce, desde un matiz muy pícaro, porque siempre que llegamos a un lugar remoto decimos: Es cocina mexicana, ¿y cómo reacciona la gente? ¿Me va a picar? ¿Es picante? Y entonces como que se hacen para atrás. Te puedo decir que es maravilloso poder llegar y saber que podemos tocar el alma de cualquier persona, cuando con una sutileza de una flor de calabaza recién cortada que envuelve una quesadilla, para mí hablar de comida es como despertar el apetito y vaya que venimos de comer delicioso. Nos podemos llevar jornadas intensas con más de 40 mujeres del estado de Guanajuato, en donde se nos pueden pasar desde las 09:00 hasta las 18:00 y no paramos de hablar de una agua refrescante de aguacate, de un dulce de conserva de chilacayota, de quién va a ser la mejor molienda de tamal de metate o tamal de servilleta que es realmente algo espectacular. Fernando Olivera Rocha: Habría que apostar por esta gran experiencia que nos estás compartiendo, la verdad sí me emociono y aportar a la mejor en la política pública, déjame decir una barbaridad, de poner restaurantes en todo el planeta, como le hizo Inditex a Nancy Ortega, puso un Sara en cada gran ciudad del mundo para que Sara fuera internacional. ¿Tú crees que entonces habría que ir a hacer esta experiencia en los restaurantes? ¿En Nueva York, en Milán, en París, en Madrid? Mónica Solís: Yo creo que sí, Fernando. Fernando Olivera Rocha: Y el gobierno tendría que jugar una de éstas. Mónica Solís: Sí le apuesto y le apuesto como una mujer que siempre le apuesto a emprender, creo mucho en mi país, creo que ahora más que nunca es estar hombro con hombro sin una bandera de decir soy el mejor chef, sino que yo creo que la etiqueta debe ser un producto que se llame México. Y definitivamente sí le apuesto a que todos los restaurantes de México tengamos esa cultura de poder, empezando desde aquí de Guanajuato, siempre les digo a mis amigos de restaurantes: Oye, ¿ya aplicaste alguna de las recetas de cocina tradicional? Porque esa instrucción nos has estado compartiendo, Fernando, cada vez que tenemos un encuentro de cocineras tradicionales y ahora que viene la edición nuevamente de Guanajuato, se sabe que va a ser espectacular. Regalamos estos pequeños recetarios que nos han costado mucho trabajo transcribirlos, porque el puñito de una cocinera tradicional lo tenemos que pasar a gramos, a onzas, Pero sí le apuesto a que muchos restaurantes, empecemos a poner los granitos de arena y decir: Este tamal de servilleta o este atole y de ahí partir para que en el mundo entero, así como hay un producto, voy a decir una barbaridad también, cómo puede funcionar algo que está auspiciado por la marca de Mc. Donalds que se llama chipotle y que ha funcionado con cocina mexicana y que eso no es cocina mexicana. Fernando Olivera Rocha: ¿Qué le dirías a un asesor muy cercano a la Secretaria de Turismo Federal, que pudiera estar cerca de Darío Flora, así nada más para hacerle llegar un comentario. Y le dirías: Oye, como política pública, así como se gastan o invierten, lo dije mal, invierten 250 millones de dólares en publicidad, inviértanse 25 millones en restaurantes por el mundo. ¿Le comentarías algo así? ¿Qué le dirías? Mónica Solís: Por supuesto que sí, porque creo que comer es una experiencia, y sí nos están escuchando, pero comer es una experiencia y creo que no hay mejor mercadotecnia que lo que tú experimentas, que lo que vives, lo que sientes; la cocina es vivir, es una experiencia, es una serie de sensaciones, es algo que te mueve. Creo que la cocina mexicana es la única en el mundo que cuando tú te llevas un bocado es lo primero que dices: esto sabe a la cocina de mi abuela o esto sabe a la cocina de mi madre y cuando tú logras esa experiencia tú como cocinero dices: misión cumplida. Y esas experiencias en lo particular yo las he estado experimentando a lo largo de estos tres años y después de escribir el libro de “Guanajuato Sabor e Historia”, que te llevas lo mejor de la gente en cada bocado, en cada visita a la milpa, en cada recoger una guayaba recién, ahora sí que tenemos la bondad de que los postres los recogemos del huerto, del árbol, entonces yo sí sería una gran defensora de que esa inversión se haga en todo el mundo, pero yo creo que el buen juez por su casa empieza y tendríamos que empezar a sembrar esa semilla de aquí, aquí en México, en todo México, recorrer de norte a sur, y somos creo que muy orgullosos de nuestra gastronomía, pero como docente de universidades yo sí les digo a los muchachos y a la gente que pasa por capacitaciones que se enamoren de lo que tenemos, que se enamoren de nuestra tierra y que sean los mejores embajadores y que lo que hagan lo hagan lo mejor posible, es una frase muy trillada, pero si tú tienes esencia de cocinero necesitas difundirlo de esta forma. Y tenemos la capacidad de transformar todas estas bellas que la tierra da. Fernando Olivera Rocha: El buen juez por su casa empieza, verdad. Paco, hay una transversalidad cuando hay amor y pasión, hay una transversalidad muy interesante desde la investigación, porque sin duda este amor empírico por la gastronomía en las comunidades, esa boca-oreja de la tatarabuela, la abuela a la nieta, esas horas, días, años en el fogón son fundamentales para esta apreciación de valor. Pero hay una necesidad urgente de la integración del surco del campo a la transformación, a la distribución, al consumo, pero también desde la academia, desde esa formación básica más allá y lo decía Susana muy bien, de aprender a hacer espumas a lo mejor aprender a hacer atoles y hacer moles, antes de pensar en estas cosas de espumitas y estas cosas así, porque pareciera que eso es lo importante ahora en la cocina, aprender a usar los polvitos estos mágicos. Ustedes que dedican el tiempo para hacer ese análisis, en este posicionamiento que tiene la gastronomía mexicana, en esta explosión que se ha dado de diferentes tipos de carreras alrededor de la gastronomía, en este anhelo que a veces se le vende a los jóvenes que se van a convertir en Lalo Palazuelos. Por ejemplo, y lo digo con mucho respeto y cariño además, grandes, grandes cocinero, no siempre debiera ser necesariamente ese el objetivo, yo creo que el objetivo es primero la pasión, pero qué está pasando con la gastronomía cuando se convierte en una moda, a veces se banaliza y cuando se convierte en una moda se pierde el rumbo, porque es la moda por la moda y la gastronomía hoy pareciera que crea rockstars, pareciera que crea sensaciones mágicas, pero hay una plataforma sobre la que debemos de partir y ahí ustedes hacen un gran trabajo en poner en orden las cosas, en adentrarse a la investigación desde el ingrediente, pero también desde el comportamiento social y ahí es a donde quiero ir un poco. ¿Qué pasa con la sociedades hoy alrededor de la gastronomía? Y déjame integrarle el componente de la experiencia turística, pero dónde debemos de posicionar a los jóvenes desde la academia para que esto, como ya lo decía Mónica, se convierta en un compromiso permanente y de vida para que todos hablemos bien de esta gastronomía, pero además lo hagamos bien. ¿Ustedes qué están viendo? ¿A dónde ven la tendencia de todo este movimiento? Francisco Mayorga: Son varias cosas a la vez. A mí me gustaría tratar de responder todo lo que has planteado. Antes agradecerle a Fernando Martí la invitación a ustedes por el amable hospedaje y la maravillosa experiencia de estar con ustedes, a Susy, a Genovevo que compartimos el conservatorio y la gastronomía mexicana, somos parte de ese gran conservatorio, es un privilegio estar con ustedes, Mónica también, a ti estar con la posibilidad de platicar. Yo creo que no podemos hablar bien o mal de lo que no conocemos. La gastronomía es desconocida hasta por nosotros, si vamos a las cocineras de Michoacán y las llevamos a las de Chiapas, pues no conocen lo que están haciendo en Chiapas. Hay una puntita del Iceberg que hemos destapado, el trabajo maravilloso que se ha hecho a partir de reconocer lo que han aportado las cocineras, a partir de reconocer lo que han aportado este puñado de chef, que son grandes maestros, que son grandes personajes, como Lalo, como Ricardo Muñoz, como Olvera, en fin, todo este trabajo que han hecho, pero es la puntita del Iceberg. ¿Por qué digo? Cuando se edita el libro de “la guía del recetario del tamal chapaneco”, pues los mismos chapanecos me dicen: ¿Cómo 100 tamales? Pues sí, hay más, yo tengo 350 recetas documentadas, y entonces se van para atrás, nada más han probado cuatro sabores. Hay un desconocimiento de nuestra gastronomía, nosotros mismos desconocemos nuestra gastronomía. ¿Cuándo podemos hacer para que los chef, para que los estudiantes, para que los maestros de las escuelas puedan acercarse? Porque son acertamientos los que hacemos a las grandes gastronomías regionales, porque somos pueblo de pueblos, no tenemos una sola gastronomía mexicana, son muchas gastronomías mexicanas, en la cocina mexicana son muchas cocinas, ¿por qué? Porque tenemos un país megadiverso, tenemos un país que tiene una diversidad biológica bárbara, todavía no clasificamos todos los elementos comestibles silvestres que hay en nuestras selvas, en nuestros bosques, en los pequeños nichos ecológicos que todavía prevalecen en el semidesierto, en el desierto, en fin, pero ya se destruyeron muchos, ya no los vamos a conocer. Hasta en los mismos elementos de gastronomía doméstica hay varias especies que ya se murieron sin que hayan pasado por conocimiento o por el gusto de nuestros gustos; en Chiapas le decimos al cerdo “cochi”, el “cochi pelón” ya es una especie en peligro de extinción, y era uno de los animales más ricos en el mundo. Si no se apoya esta posibilidad de documentar, de investigar, de crear, recrear y volver a recrear la receta, de fijarla en libros, de publicarla en las otras lenguas mexicanas y las lenguas extranjeras, de meterlas al internet, de hacerlas llegar a los estudiantes, a los académicos cómo van a saber los mexicanos el potencial que tenemos. Y vaya que tenemos un potencial y vaya que hay muchas cosas que hay que hacer. Ya lo que se hizo en el 2010 de que se haya llevado el expediente a la UNESCO y se haya declarado a la gastronomía mexicana como patrimonio cultural de la Humanidad y que deviene en un paradigma muy interesante, porque es la única gastronomía que va del campo a la mesa y de la mesa al campo. Si modificamos las cuestiones del campo, modificamos las cuestiones de la mesa y viceversa también. Si tergiversamos la receta, ya no estamos recreando lo que queremos o lo que creemos que es nuestra gastronomía. Pongo un ejemplo. Es un poco lamentable que ahora el chile habanero esté en todas las mesas de México y que los chiles criollos, hay 50 chiles criollos en Chiapas, la variedad de chiles. Estoy por terminar el libro de Salsas y Chiles de Chiapas. De esas 50 variedades de chiles, aunque son dos los únicos que le compiten al habanero. ¿Qué estamos generando? Estamos generando que nuestras papilas gustativas se vayan decreciendo. Es decir, tenemos que poner en consideración a nuestra investigación que hay esta documentación para que los maestros de gastronomía que por cierto no hay muchas carreras de gastronomía mexicana. Es decir, que yo conozca solamente en Tijuana, el Claustro de Sor Juana en Querétaro están trabajando sobre temas de la cocina mexicana. Pero no, si acaso le dan tres materias en el resto que son muchísimas escuelas de gastronomía, sobre todo particulares, privadas, si les dan tres materias de cocina mexicana es muchísimo. Se está generando mucho conocimiento de la cocina de fuera que no es nuestra cocina, que no es con la que iniciamos los sabores. Los sabores de nuestra tierra manan del pecho de las mujeres, manan del pecho de nuestras mamás. Y los grupos indígenas, aparte de que les dan de mamar, muchas mujeres ya no están en esa circunstancia, pero aparte que les dan de mamar con el dedo y le pasar aguardiente, le ponen chile, le ponen frijol. Los están iniciando. Desde ahí inicia nuestra educación. En fin, pero la documentación si no se apoya la investigación en México y dentro de la gran investigación, la investigación de la gastronomía. Entonces, vamos a un derrotero. Ahora yo creo que estamos viviendo otra gran página de nuestra historia gastronómica. No vimos que cuando vinieron los europeos, que no solo fueron españoles, fueron europeos de Holanda, de Alemania, de varias partes se hizo la primera gran revolución del mundo, se conoció el cacao, se conoció el maíz, se conoció el jitomate, se conoció inclusive la papa que ya estaba en Mesoamérica, se conoció el frijol. Cambiaron la ruta de la gasolina era del mundo. Solo con el cacao que salió de Soconusco de Chiapas y ahora está es el gran bastión. Todo esto, si también no lo vamos a conocer, si no retroalimentamos a nuestros estudiantes, a nuestros ciudadanos del gran valor que tenemos de los productos del campo que son prácticamente lo que comemos, lo que nos hacen, entonces cómo vamos a poder conocerlos en el sentido amplio de lo que no conocemos. Es decir, no podemos apreciar lo que no conocemos. Fernando Olivera Rocha: Tú ves ahí una ausencia de políticas públicas. Fernando Mayorga: Por supuesto. Fernando Olivera Rocha: Desde la educación y desde, probablemente, agricultura y turismo y en esa transversalidad de la que hablábamos, ese acuerdo para que desde los jóvenes en materias y en los…de educación exista ese compromiso. Fernando Mayorga: Desde la primaria, creo que desde el preescolar deberíamos meter como temas fundamentales la cocina, porque la cocina mexicana no solamente es alimento, lo decía de la Fuente, tomar es un acto biológico, cocinar es un acto cultural. ¿Y qué pasa cuando estás cocinando, cuando combinas los dos elementos? Alimento y cultura, creas arte, creas historia, creas concluido. Eso no le está llegando a los mexicanos. No hay políticas gastronómicas en las políticas públicas de los gobiernos estatales, se están haciendo. ¿Quiénes están fomentando, en la escuela, que se quite toda esa cocina chatarra que hay ahí? Fernando Olivera Rocha: La cocina saludable. Fernando Mayorga: ¿Por qué hay tanta coca cola? ¿Por qué en Chiapas los indígenas toman cinco litros de coca cola diario? Los indígenas de los altos, no llegan a los 50, años, a los 40 años, a los 45 años o llegan muy deteriorados, porque efectivamente la coca cola es riquísima, pero adictísima y si no sabes controlar tus adicciones tienes problemas. En fin, pero hay que generar una serie de políticas públicas sobre la cocina mexicana que nos permita conocer a la cocina, desde el punto de vista alimento, cultura, historia, patrimonio, diversidad, identidad y, ¿saben qué? también de salud. Fernando Olivera Rocha: Esa punta del iceberg que estamos descubriendo, sin duda, nos va a seguir teniendo seguramente trabajando. Felicidades. Algo tan sencillo que es comer, algo tan básico fisiológicamente hablando, qué complicado reordenar, desde la política pública ese análisis, como bien lo decías, Paco, desde la primaria aprender a comer. No es un tema menor, no es hablar del posicionamiento de la cocina mexicana en el plano mundial y de su liderazgo que pudiera o no tener para una diferenciación de posicionamiento turístico, es esa actividad básica de aprender a comer y ahí empieza, totalmente de acuerdo. Está pasando algo muy interesante y ahí me sumo en la crítica personal, hoy tenemos festivalitis, hoy todos hacemos un festival, por pequeño que sea o por muchos que sean, en los estados. Doctor, estos festivales, algunos que evocan la cocina de autor y la suntuosidad del buen comer, otros desde la cocina tradicional y voy a preguntarle lo mismo a todos desde su ámbito de experiencia, en dos minutos. ¿Cuál es la recomendación, esta realización? Hablamos de Morelia en boca. Hablamos Guanajuato sí sabe. Acaba de pasar en Cancún el…Festival, se hacen festivales en todos lados, en Acapulco, en México. A dónde van estos festivales, a dónde deberíamos desde una política pública nacional, ordenar o no ordenar, hacer un gran, gran festival nacional, dejar que siga surgiendo esta pasión y ánimo de hacer festivales gastronómicos por todo México y a nuestros amigos que agradezco a todos los medios de comunicación que están aquí, traerlos como canica en caja de zapatos de un festival a otro y que más agradezco que lo hacen siempre con todo cariño, pero van a uno, a otro, a otro, a otro, ahí estamos comiendo todos muy rico, pero ¿a dónde vamos con este aspecto hoy? Y si esa es la manera correcta de posicionar a la cocina mexicana, que hoy, como ya lo decía Paco, carece de una política pública de hacia cómo llevar este posicionamiento, ¿a dónde ves el futuro de todos estos festivales o a dónde crees que deberíamos de ir desde los estados y desde las asociaciones y los privados en este contexto? Roberto Gutiérrez: Les quisiera, como fui el primero que hablé, no me di cuenta que había mucha reverberancia del sonido, fíjense que esta pregunta que me hace Fernando yo se la hacía hace por lo menos dos años a Enrique Farfiat que nos está ayudando con lo de Morelia. Primero quiero decirles que el caso de las cocineras tradicionales en Morelia ya no es un festivalito, mi preocupación es que se ha convertido en un festivalote, que va mucho más gente a degustar de lo que inicialmente habíamos diseñado, se ha convertido en algo tan exitoso que ya está rebasando en mi opinión los objetivo, siempre hay que tener claro. Miren, en todas las actividades que se hacen el primer paso debe ser planear, para qué los haces y en esa planeación tiene que quedar muy claro los objetivos, qué quieres lograr con cada evento. Yo les decía que los encuentros de cocineras tradicionales se diseñaron para que los propios michoacanos, repito, los propios michoacanos conocieran los platillos de la cocina tradicional y que también nos sirvieran para que se empezara a generar un reconocimiento de las grandes maestras que habían logrado conservar esas recetas que no están escritas en nuestro caso. Ustedes han logrado escribirlas, nosotros no, hemos respetado las tradiciones de las comunidades, son recetas orales, son recetas orales que desde luego algunas chef se han metido a las comunidades y hoy han aprendido muchas de esas recetas. Bien. Yo creo que los pasos fundamentales que tenemos que dar todos, porque estamos hablando de la cocina mexicana. Miren, antes de esto voy a volver a insistir en algo, voy a regresar tantito, por eso dije yo el paradigma michoacano, porque la UNESCO exigió en ese expediente que se llevara un caso concreto de qué se estaba hablando y en dónde se estaba dando ese fenómeno y ese expediente dice: que la comida tradicional de los mexicanos, sus elementos que la constituyen son orgánicos, que la milpa, a la que te refieres Mónica, es una milpa que cuidan los propios comuneros, los propios ejidatarios, que los productos que de ahí se obtienen, que son los que generan los elementos básicos de esos platillos, son elementos orgánicos. Por eso yo decía: el paradigma Michoacán. Quiere decir esto que si algún día la UNESCO en pleno derecho decide venir, enviar gentes que vengan a verificar que el México se está apegando a ese expediente que dio el reconocimiento. Tenemos que tener los lugares precisos en donde sí se esté respetando estos elementos, como decía Mónica, que vayas a cortar las guayabas, y que esas guayabas se estén comprometiendo a que se están cuidando de muchos pesticidas y de muchas cosas, lo que hoy sucede con el aguacate en Michoacán o con los berries o con el maíz, el maíz de las cocineras tradicionales michoacanas es el maíz michoacano, es un maíz de color azul y otro es de color rojo, y el blanco. Por eso las tortillas de las mujeres, sobre todo de la meseta purépecha son de dos colores, y ahí sí se inflan todas. Termino con esto, yo creo que estamos en un momento bien interesante en donde tenemos que tener la capacidad de estimular de que nuestros gobiernos generen toda una política pública, estoy de acuerdo con eso. Tenemos que tener también la capacidad de vincularlos con las instituciones de educación superior en donde se están formando las nuevas generaciones. Yo diría algo más, que nuestros chef, que muchos de ellos han trabajado durante muchos años, como Susana, se sientan invitados por nosotros para que vengan a nuestros estados a ayudarnos, a conocer el esfuerzo que se está haciendo localmente y ayudarnos, porque finalmente son los chef, los grandes chef los que más fácil se les abren las puertas a nivel nacional y a nivel internacional. Tenemos que aprender a trabajar en equipo, pero en ese equipo deben de estar las universidades y los jóvenes, que es la nueva sangre que viene a revitalizar el esfuerzo que se ha hecho por muchos años, como Susana. Felicidades, Susana. Fernando Olivera Rocha: Gracias, doctor. Vamos abrir aquí la mesa hacia el auditorio, si alguien quiere compartir preguntas cortas. Pregunta: ¿Qué son los churipos? Dr. Genovevo Figueroa: El churipo es el platillo que las mujeres purépecha construyen el día de las bodas y para la gente cuando parte un ser querido, se muere, esa le brinda comida a toda la gente que los visita. Y es el churipo, es el platillo, ¿qué es? Carne de res, se hace el caldo, al que se le agrega un poquito de chile, por eso está coloradito y se come con corundas. Pregunta: Carlos Gustavo Pulido Díaz de México a la Carta. Fernando, qué tan importante también es tener un respaldo sobre todo de información de todo lo que están haciendo, sé que el doctor Antonio Montesinos ayudó mucho también en proyectos para el gobierno de Guanajuato. ¿Qué tan importante es eso? Fernando Olivera Rocha: Perdón, un testimonio decías. Pregunta: Sí. Suponga, ¿qué tan importante es el respaldo de información acerca de todo esto? Sé que el actuario Antonio Montesinos estuvo haciendo estudios muy importantes aquí en Guanajuato. Fernando Olivera Rocha: Y va a seguir haciendo. Por aquí está el doctor, aquí está. Mira, ya lo decía el doctor Genovevo, fundamental es la planeación como la ejecución. Pero también el no perder el rumbo. Y en esa documentación de no perder el rumbo y seguir preparando los caminos que te van surgiendo ya durante el proceso de la implementación es fundamental. Pero creo que más importante es la inclusión y la integración de todos los que participan en ello. Coincido en esta mesa, se ha hablado desde los jóvenes, pero también desde los grandes cocineros, pero también por supuesto desde los alimentos tradicionales, todo tiene un hilo conductor y es la comida. Y, en ese sentido, ir documentando cada paso para ir entendiendo las reacciones, el nuevo comportamiento como nos está pasando aquí en el estado de Guanajuato es fundamental. Antonio, cuántas entrevistas se han hecho en este documento para ir entendiendo esas reacciones desde la gastronomía. Pregunta: Es una entrevista directa y se consideró de manera prioritaria primero a la comunidad, a la gente porque hay que empoderar a las comunidades locales y no se hizo. Algo que es muy interesante es que no se hizo un levantamiento. Se les preguntó qué consideraban ellos o qué reconocían como patrimonio gastronómico con sus diversas expresiones. Después de ello, se les preguntó a los prestadores de servicios de los sitios, porque finalmente son ellos los que están haciendo las inversiones más importantes. Posteriormente al turismo doméstico del Estado, al nacional y al internacional. Fueron más de mil 350 entrevistas directas, un trabajo que duró más de cuatro meses y además he de decirlo y con mucho orgullo, también tuve yo la fortuna de colaborar en el estado de Michoacán, era un honor haber trabajado con el doctor Genovevo, hemos aprendido mucho y Guanajuato está escribiendo su propia historia y esto que se está haciendo es inédito no solo en México, se los digo con conocimiento de causa, sino en el mundo. Guanajuato y México están escribiendo una historia gastronómica que va a traspasar fronteras. Gracias, Secretario. Fernando Olivera Rocha: Gracias, felicidades. Es que era una pregunta de Gus, pagada por Antonio Montesinos. Pregunta: Tres puntos nada más. Primero una buena noticia que creo que los jóvenes deben de saber es que en Oaxaca sí hay una escuela que se dedica a instruir a los muchachos en cocina tradicional oaxaqueña. Este es un logro a cinco años de la inscripción de la cocina mexicana y yo creo que todos los deberíamos de conocer. Por otra parte, me llama mucho la atención. La verdad que eres el único Secretario que ha tomado como bandera el tema gastronómico y lo hizo muy bien el doctor Genovevo, pero pareciera que los demás secretarios no están en el mismo tenor. Y yo creo que hay un problema desde la Secretaría de Turismo Federal, que no dicta políticas públicas en este sentido y que no hemos entendido que no solamente es el buen comer, sino que estamos hablando de un sistema alimentario. Me parece que el asunto está en que podría ser un buen producto turístico, si entendemos que en su sistema alimentario y que la promoción no es nada más los grandes chefs que evidentemente está Susana que ha promovido la comida mexicana, pero que lo que estamos hablando es de la tradición mexicana, estamos hablando de nuestra gente, de nuestro pueblo, de nuestra tierra, de nuestro maíz. Eso es lo que nos diferencia de todo el mundo y que además es el país que más está acercado a todo el concepto, es Lofud, y eso nos da muchísimas ventajas competitivas en relación a otros países. Gracias. Fernando Olivera Rocha: Sin duda todo un gran sistema que se. Antonio Ortiz: Soy de la Revista Turismo. Fernando yo más que una pregunta me gustaría hacer un comentario. Yo tuve la fortuna inmensa de que hasta los 22 o 23 años en que dejé el hogar materno y paterno para irme a Acapulco a trabajar en periódicos, siempre degusté la comida tradicional que venía de mis abuelos, que venía de mi madre, que todo. Y tengo un gran conocimiento interno de los sabores de la comida mexicana y de lo que me gusta y no me gusta; sin embargo, veo que por alguna razón los hogares mexicanos han dejado en muchas partes de seguir haciendo la comida tradicional, por todos los modernismos. Ahora la mamá para ya no molestarse, dice: Vete, tráiganse una pizza y se acabó o tráiganse una hamburguesa en Mc. Donalds y también. Creo que ese es un problema fundamental y que sí es cultural. Por otra parte, los felicitos porque ya nos estamos dando cuenta de lo importante que es, creo que eso es lo medular, nos estamos dando cuenta en este momento de la importancia que tiene la cocina tradicional y la cocina mexicana, no nada más para el mundo, sobre todo para nosotros. Genovevo Figueroa: Le pedí a Fernando que me permitiera hacerles un comentario, porque me estimuló la última intervención. Les decíamos que hicimos que hicimos un recorrido por todas las comunidades, escuchando los relatos de las grandes maestras de la cocina tradicional. Entonces ellas nos decían algo que quiero que escuchen los jóvenes, que en esas comunidades no conocían la diabetes y no conocían el cáncer, porque su alimentación, regresamos, es orgánica. Fíjense, soy médico o fui médico alguna vez, he escuchado de muchas mujeres jóvenes, de mediana edad y ya mayores que tienen un gran problema y preocupación del cáncer, pero que también una glándula fundamental para la reproducción y para muchas cosas, es la tiroides y seguramente es que este tipo de alimentos, estos chatarras, llevan muchas de esas porquerías. Sintámonos orgullosos de nuestra cocina tradicional y defendámosla y procurémosla. Gracias, y no vuelvo a hablar, Fernando. Fernando Olivera Rocha: Eres bienvenidos todas las veces. Por ahí preguntas a este panel, por favor, Óscar. Óscar Cadena: Como dicen los diputados, para alusiones personales por lo que mencionaste, solamente diría algo muy brevemente. Mira, creo que sí en términos de políticas públicas hace falta hacer algo, pero también hace falta hacer algo en términos de participación ciudadana en este tema. Hoy por hoy sí hay ferias internacionalmente, el dinero que el país gasta o invierte en promoción internacional de muchos productos, a Genovevo a quien felicito porque la tarea ésta de los aguacates finalmente la empezó él y le metió muchas ganas, se debe a que hay recursos para promover internacionalmente, ahí está Bancomex, ahí está Pro-México. Creo que este es momento de que los grandes empresarios de la industria gastronómica mexicana vayan a invertir afuera y estoy seguro que habría recursos hasta para poder financiar los esfuerzos de exportación, que es finalmente lo que estaríamos haciendo con esto. Creo que ahí hay una tarea. Y la otra importantísima es que así como están organizados para muchas cosas, se organicen para conocer a fondo lo que está pasando en el fenómeno éste. Platicaba con Francisco Mayorga en la comida, que este tema, el surgimiento de miles y miles o cientos de muchachos por todo el país que se están dedicando a esto, con un talento que lo traen en la sangre, es algo que en el fondo no acabamos de conocer bien. Pienso que sí hay un momento interesante donde los secretarios, por ejemplo como tú y como otros pudieran recuperar ideas, como las academias éstas de fondo para conocer exactamente qué es lo que está pasando y poderlo apoyar mejor. Fernando Olivera Rocha: Felicidades, gracias. Pregunta: Yo nada más les quería exponer un tema, creo que a veces le tratamos de cargar mucho la mano ahí a la Secretaría de Turismo como si ellos fueran los únicos responsables de tratar de impulsar o promover la gastronomía mexicana. Cuando hablamos de un país como México, que es un país tan mega diverso, que tenemos más de 11 mil kilómetros de costa, donde hay una cantidad increíble de ingredientes para cocinar y todas estas latitudes con diferentes climas y con diferentes productos, que ¿qué es lo que nos da? Nos da una gran cantidad de ingredientes para hacer cocina; sin embargo, teniendo en cuenta que tenemos un país mega diverso como México, lo que comentaban hace rato, cómo es posible que seamos el número uno en obesidad, cómo es posible que tengamos unos índices de diabetes tan enormes que estamos entre los primeros países del mundo. Creo que sí es importante utilizar la gastronomía, pero no nada más para un efecto turístico, sino para transformar al país, porque si nosotros nos ponemos a pensar en lo que son los hábitos, si cambiamos un hábito podemos cambiar nuestra vida o podemos transformarla de manera muy positiva, si en el país cambiamos de cómo vemos nuestra cocina y no nada más en cómo prepararla, sino desde lo que representa como raíz histórica, como cultura, como integridad y podemos apoyar, entonces, al campo para que esos productores hagan su mejor esfuerzo y no nada más a unas solas corporaciones y podemos apoyar desde la diplomacia el promover un país llevando los sabores a los confines del planeta, porque también es diplomacia la cocina, pero también es economía porque si logramos entrarles todos al tema de la gastronomía podemos hacer que la economía local se desarrolle y la economía estatal y la economía nacional y también es turismo. Por eso yo pienso que la cocina la debe de encabezar México como país. Fernando Olivera Rocha: Felicidades. Paco. Francisco Mayorga: Estoy de acuerdo contigo en lo que acabas de decir. Pero no estamos diciendo que sea la Secretaría de Turismo la que dé el recurso, sino la que dicte las políticas; es decir, tenemos más de cien millones de personas ya, que no tenemos dirección de nuestras políticas públicas en términos de la gastronomía, es ahí donde la Secretaría de Turismo, es ahí tal vez la Secretaría de Educación, tal vez la Secretaría de Comercio donde tengan que ponerse de acuerdo para dictar cómo hacer las cosas. Efectivamente, los empresarios, los restauranteros, la gente más necesitada de los recursos públicos para hacer su trabajo, de hecho, pasa ahí una señora en Tuxtla Gutiérrez que elabora dos mil tamales diarios. ¿Qué le pide al gobierno? Nada. En un pueblo mágico que acabo de ir a Puebla hay una tayolera que hace 800 tayolos diarios. ¿Qué le pide al gobierno? Nada. Pero si eso fuera parte del interés público, del interés gubernamental para fortalecerlo, entonces, estamos haciendo política pública. Ahora, no podemos pensar en México si no pensamos en los tamales, en la tortilla, en los frijoles y en todo lo demás, cerremos los ojos, imaginemos a México sin eso, no es nada. Los turistas primero somos nosotros, los mexicanos. Los mexicanos somos los grandes turistas de la gastronomía y ellos no saben que hay unos estados, por ejemplo, los tabasqueños llegan a Chiapas encantados de irse a solazar con la cultura botanera que hay en Chiapas, quién conoce la cultura botanera después de Tabasco y algunos estados aledaños, pocos. Pero hay tanta botana como cantina en Chiapas, y vaya que hay cantinas en Chiapas. Entonces, el asunto es ese, por ahí va. Fernando Olivera Rocha: Chiapasionate, decía el Secretario. Hay un gabinete turístico, recordemos que el Presidente Peña instala el gabinete turístico en donde la Secretaria Ruiz Massieu encabeza a todas las demás secretarías y dependencias federales para justo encontrar estas coincidencias transversales, como las que estamos hoy estableciendo. Pareciera que nos acercamos a una posibilidad en su sistema integral de gastronomía, más allá del turismo, como bien dice Lalo, donde la educación de la gastronomía saludable, aprender a comer desde niños es fundamental, enseñar a las mamás a cocinar desde esa cocina tradicional y dejar el Gansito y el Frutsi. La academia, sin duda, la investigación, la transversalidad, por supuesto, de este campo a la mesa del que estamos hablando, la inversión y la promoción, la inversión nacional extranjera que, sin duda, hoy se han abierto grandes puertas desde las entidades que tienen esas posibilidades a nivel federal y a nivel estatal en este estado, inclusive, nosotros regresemos parte del interés que cobran los bancos cuando hay una serie de préstamos en torno a la productividad turística, varios puntos de interés, hasta seis puntos de interés en un crédito para que se genere esta inversión en el estado, en el turismo. La política pública, sin duda, transversal, todo este sistema integral de gastronomía parecía que era tan sencillo simplemente hablar del potencial de la cocina mexicana. Y fíjense hasta dónde nos hemos ido hoy, a la gran necesidad imperativa casi de hacer este gran sistema nacional de gastronomía integral. Por aquí había alguna otra pregunta. Pregunta: Buenas tardes a todos. Mi nombre es Ignacio Magos. Yo quería dar mi punto de vista de lo siguiente. Sí estamos haciendo muchas cosas, la Secretaría de Turismo, coincido con Lalo, no hay que cargarle la mano, pero también hay que pensar en qué hacemos a nivel internacional para atraer inversión, porque la gastronomía puede ser una puerta para atraer inversión. Yo tuve una experiencia en los Emiratos Árabes Unidos que en una cena empezaron a servir tequila, lo confundieron con mezcal, decían: Es que esto es tequila. Le dije: No, es mezcal. Y el embajador me había dicho: Yo tuve problemas porque México está haciendo muy buenas cosas en gastronomía, muy buenas cosas con la cocina, con la promoción, pero solamente en México; a mí necesito que me ayuden en que venga un chef, hagamos una cena de gala, y yo traigo a todos los empresarios de los Emiratos, y eso va ser una vía de promoción para llevar dinero a México. Qué pasaría – me puse a pensar – si pudiéramos institucionalizar un día en el año a nivel mundial en que todas las embajadas, todos los países donde México tuviera embajada se hiciera una cena de gala ofreciendo la gastronomía de cada estado de la República, ¿no sería algo más una vía más de promoción? Yo lo veo, a lo mejor Guanajuato pudiera hacer una cena de gala en Australia o que Baja California pudiera ser una cena de gala en Filipinas, el mismo Guerrero, en Argentina, ¿para qué? Para que ayudemos a todos, porque hay muchas áreas de oportunidad y muchas cosas que, coincido con ustedes, pero son como piezas muy dispersas. Siento que si nos ponemos a trabajar todos en conjunto podemos llegar hacer de esto un motor económico. Fernando Olivera Rocha: Gracias. Pregunta: Buenas tardes. Soy Laura Rodríguez. Fer, yo quisiera preguntar algo, tú hablaste ahorita de que hay esta tendencia a los festivales y a estar promoviendo por este medio la gastronomía. Ayer a mí me llamó la atención que el gobernador especialmente se mostró muy complacido y sorprendido de que la gastronomía guanajuatense, él confesó públicamente que ni él la conocía como tal, se hubiera puesto en la boca del mundo, y que a través de ella ahora se hablara de Guanajuato. Lo mismo sucede con otros estados o con otros planteamientos que hacen cosas similares, yo creo que la labor que ustedes han hecho ha sido muy destacada. Este año el Presidente anunció que era el año de la gastronomía, que se iba a invertir una gran cantidad de dinero en promoción, que se iba a traer, de hecho se ganó el concurso de los 50 mejores restaurantes del mundo que lo tenía Perú durante dos años y que lo puso también a nivel internacional. ¿Después de esto qué sigue? Cómo otros estados que no tienen la misma tradición gastronómica como la tiene Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Puebla que son las más conocidas. ¿Cómo Guanajuato que se atrevió a indagar y buscar en las entrañas de la gastronomía local y lo pudo lograr? Cómo a través de este festivalitis se puede realmente potenciar la gastronomía mexicana, ¿a dónde vamos con esto? Fernando Olivera Rocha: Mira, si es para mí la pregunta yo creo que hay un ejercicio que tenemos que hacer a diferentes niveles de alcance. Hoy decía el doctor Genovevo algo muy interesante. El origen del proyecto “Cocina Tradicional” era para un ambiente estatal, local, regional. Lo que nosotros hemos estado haciendo con Guanajuato sí saben, inicia también y fíjate con qué inicia, tratar de lograr en esta administración, así inicio, hoy es mucho más grande, pero que los guanajuatenses nos supiéramos cinco platillos de Guanajuato. Hay 300 casi recetas recuperadas o documentadas, pero queríamos que los guanajuatenses nos supiéramos cinco platillos. Era un posicionamiento local primario. Pero después sí, desde otro posicionamiento que plantea el estado de Guanajuato desde el inicio de la administración del Gobernador Márquez, ese era el destino cultural de México. Plantear también que había una pata de la mesa que le hacía falta y era la gastronomía que es un eje fundamental de la actividad cultural. Y en esa gastronomía sigue en otro nivel de alcance convertirse en un referente nacional que eso nos llevó a tener que hacer un estudio de 500 años de gastronomía de Guanajuato, con la Universidad de Guanajuato y que después eso nos permitió salir al plano en el extranjero para el posicionamiento de Guanajuato y convertirse hoy en el 2015 en capital iberoamericano de la cultura gastronómica. Y me muevo del ejercicio que estamos haciendo técnico hacia la acción promocional y eso te da permiso para ir a tocar la puerta de cualquier país en Iberoamérica y decir: Este año yo soy la capital Iberoamericana y puedo hacer un festival donde me dé la gana. Dicho un poco de palabras cortas y llanas, pero es todo una estrategia de posicionamiento, de presencia local, de convicción de las asociaciones, las cámaras, los empresarios que este año están haciendo en este Estado. Por eso decía yo que me aludían personalmente 120 eventos durante todo el 2015. Actividades que tienen algunas de ellas alcances locales, alcances estatales, alcances nacionales y otras que haremos inclusive junto con el Gobierno Federal que serán de alcance internacional. ¿Qué sigue? Yo creo que dentro de lo que estoy tratando de concluir en este ejercicio que para mí ha sido precioso durante esta tarde, es la necesidad de un sistema integral de gastronomía. De una estrategia que consolide desde, primero, un ámbito de política pública nacional es el reconocimiento al valor de la gastronomía, pero ya no solamente turística, sino desde la base de la gastronomía saludable, es uno de los elementos que nosotros como capital iberoamericano este año estamos planteando. Pero también ya desde el posicionamiento de los elementos de la academia, de la promoción, en la promoción en la impresión y que sí cada estado asuma esa propuesta de cómo montarse a una tendencia que hoy es irrevocable. Sin duda, el turismo gastronómico va a ser uno de los grandes elementos de diferenciación turística en los próximos años. Yo lo tengo clarísimo, fue una apuesta que hicimos desde hace más de dos años. Está dándole, como lo dijo ayer el Gobernador, grandes frutos que le abrió puertas en todos lados. ¿Pero qué sigue? Creo yo que hay que ordenar la casa. Hoy fíjense cómo tocamos tantas aristas que no están insertas en un solo rompecabezas. Hay que armar ese rompecabezas para que facilitemos desde el Gobierno Federal, desde los estados y desde el organismo civil o empresarial y trabajemos todos en esa línea que nos posicione entonces sí a un único mensaje: Qué padre que vas a México para comer bien. Roberto Gutiérrez: Fernando, me dejas nada más retomar lo que comentabas, justo estaba pensando en esto de ordenar la casa y creo que a esto se suma mucho sobre tu pregunta abierta de si la política pública se tiene que ir a abrir lugares en el extranjero, creo que sí es importante todo el marketing que se ha hecho a hecho a nivel Secretaría de Turismo sobre la cocina mexicana, pero creo que primero está ordenar la casa, lo dijo Paco y lo dijo también don Genovevo. A mí me parece increíble que ahorita los productos orgánicos, originalmente mexicanos del campo ya son de lujo, ya cultivar ingredientes originales tradicionales nuestros, ya son más caros que importar cosas, es increíble este cambio de costumbre que, como decía Paco, los chiles se pierden nada más con los… Hace poco Ricardo Muñoz me comentaba que tratar de rescatar el Chilhuacle que se dejó de sembrar y que era un ingrediente importantísimo del mole oaxaqueño. Entonces, creo que la política pública antes de pensar en estar abriendo negocios fuera, que sí es importante, tenemos que ordenar la casa. En cuanto a las festivales, creo que es parte de conocer también nuestra gastronomía, bien llevados tenemos que traer más gente de todo el país a conocer la cocina de Guanajuato y a los de Guanajuato llevarlos a Mérida, porque creo que se desconoce mucho. Y yo que he estado en esto y conozco importante, a veces no conoce restaurantes de Mérida, no conoce restaurantes de Ensenada. No vayamos más lejos, de ir a Durango o a San Luis, que creo que nadie de aquí hemos estado ahí comiendo o muchos no. Creo que la política pública tiene que enfocarse mucho a cuidar esos grandes ingredientes mexicanos, porque sino en unos años los turistas van a venir acá y van a comer cosas de importación, transgénicos. Un comentario que me hizo Gastón, pero es que él particularmente pugnó mucho porque el Congreso prohibía los transgénicos en Perú y no hay transgénicos en Perú por eso. Creo que aquí sí nos hace falta mucho ese rescate, ese ordenar la casa a partir del origen, porque es nuestra gran riqueza, la gran riqueza está ahí en nuestra comida tradicional, en su ingrediente tradicional que es lo que más admira el extranjero cuando viene. Fernando Olivera Rocha: Que importante es de repente pensar qué es primero: el huevo o la gallina. Ordenamos, promovemos, nos detenemos en la promoción, generamos esta política pública, ordenamos la casa, enseñamos a comer, planteamos esta propuesta de inversión hacia adentro o hacia afuera. La realidad es que es hoy un momento paradigmático, sin duda y en la encrucijada estamos ante este turismo gastronómico que nos representa en una oportunidad, no sólo ese potencial económico, sino también la posibilidad de hoy rescatar la salud del mexicano. Muchísimas gracias. Creo que faltaba una última pregunta. Pregunta: Como sabemos, los chavos últimamente están aprendiendo más por las computadoras, en el Internet. ¿Se ha pensado crear algún canal de Youtube donde ellos pudieran acercarse a conocer estas recetas que las mismas cocineras las dieran para que ellos supieran de primera mano cómo son? Fernando Olivera Rocha: Guanajuato sí sabe te ve, búscalo. Francisco Mayorga: Hay otro, es el del maestro Ricardo Muñoz Zurita, que es un maestro, un gran restaurantero, un gran empresario, es un gran académico, es de los pocos chef que están haciendo investigación. El Diccionario Enciclopédico Gastronómico de México, no sé si saben que ya hay dos ediciones, la tercera aumentada, corregidísima y va a salir en Internet y también se va a publicar en inglés, pero hay que apoyar esos procesos, hay que apoyar esos proyectos porque no tienen recursos. Eso sí hay que hacerlo. Fernando Olivera Rocha: Y hay otro por ahí México Travel Chanel. Mónica Solís: De Guanajuato tenemos gastronautas también. Fernando Olivera Rocha: La verdad es que hay un gran acervo en Internet de esto. Mónica Solís: De Guanajuato sí puedo decir que en esta iniciativa del chef Ricardo Muños Zurita, que es maestro de maestros ya Guanajuato terminó su testificación y un gran aporte de toda esta obra que la terminamos ahora sí que a la par, ha sido inspirado altamente en el proyecto de cocineras tradicionales y el rescate de las recetas de las abuelas. Próximamente saldrá a la luz y sigamos apoyando el abrir los libros, porque eso nos falta mucho. Fernando Olivera Rocha: Creo que y no nos quiere dejar Fernando, cada vez se va acercando más hasta acá y creo que ya estamos sobre el tiempo. Yo quiero nada más, como anfitrión en este estado, como compañero de convocatoria de Fer Martí, agradecerles a todos, primero a todos ustedes por el tiempo que le han dado el día de hoy a todo este día de jornadas, jornadas intensas, jornadas de reflexión, jornadas de descubrimiento de análisis, felicidades, Fer, de verdad una gran bajara de ponentes y profesionales que han estado este día hoy aquí. Hoy, pues, que les puedo decir, grandes, grandes amigos, pero principalmente grandes hombres y mujeres preocupados por México. De verdad, muchísimas gracias a todos, felicidades, felicidades a ustedes, un honor compartir este panel con ustedes. Y tarea, tarea hay mucha. Gracias. - - - ooo000ooo - - -
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