1. La diferencia entre precio y valor Podemos decir que el precio de un producto es la cantidad de dinero que pagamos por él, mientras que el valor es el beneficio o la utilidad que obtenemos si adquirimos ese producto. Parece lógico pensar que el precio de un bien tendría que ser directamente proporcional a su valor, pero nada más lejos de la realidad… El precio de un producto puede venir determinado por numerosos factores: por el trabajo necesario para fabricar el producto, por el coste de las materias primas, por la escasez del producto en el mercado, por la existencia o no de monopolios, por los impuestos o subvenciones que se le apliquen, por el grado de honestidad de los vendedores, por el grado de irracionalidad de los compradores, etc. Como consumidores, poco podemos influir en los factores que acabamos de mencionar, salvo en el último: nuestra irracionalidad. Esta hace que nos olvidemos por completo del valor de los productos, del valor de nuestro dinero e incluso del valor de nuestro tiempo. Muchas personas realizan sus compras por impulsos irracionales y fijándose solamente en el precio. Por ejemplo, un producto rebajado al 50 % nos parecerá barato, aunque no nos valga para nada. Esta irracionalidad también se demuestra en la atracción que sentimos hacia las cosas caras. Pensamos casi de forma automática que los productos de mayor precio nos ofrecen más valor, y esto con frecuencia no es así. Un Kg de caviar cuesta mil quinientas veces más que un Kg de pan, una prenda de vestir de temporada cuesta el doble que una de la temporada pasada, una jornada en un club de golf cuesta infinitamente más que un paseo por la montaña, algo tan valioso como el agua es gratis para muchas personas mientras que unos calzoncillos usados de Michael Jackson pueden costar una fortuna… Esta tendencia a valorar las cosas por su precio y no por su valor nos induce a malgastar el dinero, ya que con frecuencia perdemos la capacidad de distinguir entre lo que es valioso y lo que no. Por cierto, ¿cuál es el valor del dinero? El dinero es un bien imprescindible para vivir y para conseguir cierto bienestar, tanto personal como social, lo que le confiere un valor bastante alto. Además nos resulta relativamente difícil de conseguir, por lo que deberíamos poner más interés en gestionarlo con responsabilidad e inteligencia, ¿no? Consultado en: http://www.eleconomistadomestico.com/2011/09/la-diferencia-entre-precio-yvalor.html 2. La diferencia entre valor y precio “¿Cuánto vale?” es una pregunta que muchos hacemos cuando vamos a una tienda y vemos algo que nos gusta. Pero lo que realmente estamos preguntando es “¿cuánto cuesta?” porque lo que queremos saber es el precio. Valor y precio son dos palabras que muchas veces se intercambian pero tienen sentidos muy diferentes. El valor se refiere al beneficio que uno recibe de algo. El precio se refiere a cuánto cuesta comprarlo. En un mundo perfecto, el precio de algo siempre reflejaría su valor para el comprador, pero casi nunca es así. Muchas personas solo se fijan en el precio de algo y en base a eso toman la decisión de comprar. En realidad tienes que fijarte también en el valor. Si ese valor (el beneficio para nosotros) es mayor al precio, es una buena compra. Pero si no, no es una buena compra, no importa el precio. Por eso antes de comprar cualquier cosa, tenemos que tener claro cuál es el beneficio personal de tenerlo. Por ejemplo, si una tienda ofrece a precio rebajado un juego de cazuelas que normalmente tienen un precio de $400 en solo $100, cualquiera diría que es una ganga y se debe comprar inmediatamente. Pero si ya tienes tres juegos de cazuelas en casa y solo usas uno, entonces realmente no tiene valor para ti tener un juego más. Comprar el juego, aunque sea a un descuento del 75% como doy en este ejemplo, sería botar el dinero. Es mejor usar esos $100 para algo que realmente te va a beneficiar. Este concepto se puede aplicar a todo, incluso a cosas más importantes que las cazuelas. Al momento de contratar a un profesional, ya sea un contador, abogado de inmigración o asesor financiero, los que realmente son expertos y conocen su campo por lo general cobran un precio que muchos consideran alto. Pero si el resultado de esa asesoría es que tomas decisiones correctas que evitan problemas con el IRS, o puedes permanecer en el país o evitas un error financiero que te puede costar muchos miles de dólares, el valor que recibiste a cambio de lo que pagaste justifica el precio. Pero si solo te fijas en el precio y optas por un consejero que ofrece un precio muy bajo pero no conoce su campo, las malas decisiones que tomes (porque te dieron malos consejos) pueden salirte realmente caras y a veces no se pueden corregir. Esto no quiere decir que los que cobran un precio alto siempre son buenos o verdaderos expertos sino que tienes que ver más allá de solamente el costo para saber si vale la pena o no. Esta forma de pensar –comparar siempre el precio y el valor antes de gastar dinero– es una característica que comparten las personas que han hecho grandes fortunas. Consultado en: http://www.dineroycredito.com/la-diferencia-entre-valor-y-precio/132/ 3. La diferencia entre precio y valor Este artículo trata de ejemplificar la respuesta a la interesante pregunta sobre la diferencia entre precio y valor. Esta diferencia puede hacernos reflexionar a la hora de realizar una compra, ponerle el precio a un producto, pensar en un nuevo emprendimiento, promocionar un negocio, etc. Esta es la forma en la que me gusta definir precio y valor: “Precio es la suma de dinero que se le asigna a algo. Valor es el aprecio que las personas le atribuyen a algo.” Warren Buffett, uno de los hombres más ricos del mundo, nos brinda en una frase, su propia definición de precio y valor: “El precio es lo que se paga, pero el valor es lo que se obtiene a cambio.” Lo solución fácil que se encuentra en los negocios para ganar más dinero, suele ser aumentar el precio de un producto o servicio. Pero la salida más efectiva es crear primeramente más valor para el cliente, luego las personas estarán más predispuestas a pagar ese aumento de precio. A la hora de ponerle precio a algo, tenemos que tener en claro que podemos definirlo más caro que la competencia, siempre y cuando instalemos en la mente del cliente que nuestro producto o servicio tiene más valor, y lo más importante es que esto tiene que ser real, no se trata de “hacer creer al cliente que tiene más valor”, sino de mostrarle al cliente la realidad, y para esto el Marketing puede ayudarnos. ¿Por qué las personas están dispuestas a pagar una hamburguesa mucho más cara en McDonald’s?, simplemente porque la marca cuenta con un gran valor instalado en la mente de los consumidores. Se sabe que el servicio es rápido, que las materias primas son buenas, que el lugar tiene un gran nivel de higiene, etc. y todo esto crea un valor tan alto que las personas están dispuestas a pagar un 50% más que en otro lugar. Cuando estamos adquiriendo una franquicia y estamos dispuestos a pagar un precio inicial por el derecho de usar una marca instalada, en parte lo hacemos porque creemos que esa marca tiene un valor ya instalado en la mente de las personas. Warren Buffett a la hora de invertir, se fija mucho que la empresa en donde va a colocar su dinero, sea una marca que se haya dedicado a crear valor para sus clientes durante años. Un viejo cuento dice que en una fábrica se encontraba frenada toda la producción porque se había roto la máquina más importante. El encargado de la empresa llamó a un técnico experto, era uno de los pocos en el país que se dedicaba a reparar estas máquinas. Llegó el técnico y observó la máquina detenidamente, dio una vuelta alrededor de ella y le dio una patada. La máquina comenzó a funcionar. El técnico le entrega la factura por sus servicios al encargado: $5.000 dólares. El encargado sorprendido le dijo: ¿por qué tanto dinero si solo estuvo 2 minutos y le dio una patada a la máquina?, y el técnico le contestó: “Bueno, $5 dólares son por venir hasta aquí a revisar la máquina y darle una patada, y $4.995 son por saber dónde pegarle.” En el relato, el encargado relacionaba precio con “el tiempo trabajado”, pero el técnico relacionaba precio con “el valor del conocimiento”. Cuando a un empleado le ofrecen más dinero por trabajar horas extras y este rechaza el trabajo porque eso implica estar menos tiempo con su familia, está priorizando el tiempo antes que el dinero por el valor que tiene el hecho de pasar más horas con su familia. Warren Buffet suele decir: “Por alguna razón, las personas prestan más atención al precio que al valor.” Tanto al adquirir un producto/servicio, o al brindarlo, en lo que tenemos que fijarnos es en el valor del mismo, no en el precio. Personalmente no me importa pagar un curso $10.000 dólares si el valor que me otorga es superior a esa suma, pero a veces, miramos el precio antes que el valor y pensamos: “Es muy caro”, y olvidamos pensar en lo que nos aporta a nuestras vidas. Consultado en: http://www.libropadrericopadrepobre.com/la-diferencia-entre-precio-y-valor.php 4. Definición de valoración La valoración es la práctica de asignar valor económico a un bien o servicio con el propósito de ubicarlo en el mercado de compra y venta. Para las finanzas y la economía, se considera valoración o tasación a la contemplación de diversos indicadores en particular para determinar el valor final de un producto o bien de cualquier índole y, así, posibilitar su intercambio en operaciones económicas. Un tipo de valoración es la urbanística que busca valorar bienes y derechos de tipo inmobiliario, a menudo con el fin de distribuir los costes equitativamente entre los participantes o propietarios en un caso de transformación o similar. Existen distintos métodos de valoración en estos casos, tales como el método de comparación (de bienes semejantes), el de capitalización (en términos del rendimiento neto que produce el inmueble), el de valor catastral (la tasación de catastro de acuerdo con las regulaciones públicas existentes), y el de valor residual del suelo. Se habla de tasación en casos en que un propietario desee vender una propiedad inmueble y quiera recibir una estimación oficial del valor de la misma como parámetro de referencia para los potenciales compradores. Estas tasaciones suelen contemplar criterios de ubicación, tamaño, condiciones y otros indicadores. La tasación también se utiliza comúnmente el término a fines de determinar el valor de objetos como obras de arte, joyas, piezas de colección, vehículos y otros. Las tasaciones de objetos pueden ocurrir a los efectos de que el dueño de los mismos pueda intercambiarlos por dinero en casas de cambio. Pero también tienen lugar muy frecuentemente cuando se trata de piezas únicas y exclusivas que serán puestas a remate y es entonces precisa la valoración para determinar un precio de base en el remate que será aumentado (o no) por los compradores interesados. La valoración o tasación, si bien trabaja con distintas metodologías, suele contener una cuota de subjetividad o de valor social para la determinación del coste final. Desde Definición ABC: http://www.definicionabc.com/economia/valoracion.php#ixzz3OLrl8oEG 5. La Importancia de la Valuación de Empresas Mtro. Omar Antonio Minera Sanders Desafortunadamente la valuación de empresas no es una práctica arraigada en el ámbito empresarial en nuestro país. La inmensa mayoría de los empresarios no entienden su importancia y los beneficios que conlleva y sólo acuden a ella cuando se encuentran en una situación que no les deja otra alternativa. Pero antes de explicar la importancia que tiene la valuación de una empresa definamos lo que significa: “Es el proceso mediante el cual se busca la cuantificación de los elementos que constituyen el patrimonio de una empresa, su actividad, su potencial o cualquier otra característica de la misma susceptible de ser valuada”. Al valuar una empresa se pretende determinar un intervalo de valores razonables dentro del cual estará incluido el valor definitivo. ¿Por qué valuar una empresa? Los motivos pueden ser internos, es decir, la valuación está dirigida a la administración de la empresa y no es para determinar su valor para una venta posterior. Los objetivos de estas valuaciones pueden ser los siguientes: •Conocer la situación del patrimonio •Verificar la gestión llevada a cabo por los directivos •Establecer las políticas de dividendos •Estudiar la capacidad de deuda •Reestructuración de capital •Herencia, sucesión, etc. Las razones externas están motivadas por la necesidad de comprobar y demostrar el valor de la empresa ante terceros. Normalmente se tiene la finalidad de vender la empresa o parte de ella, realizar operaciones de MBO (“Management Buy Out”) y LBO (“Leveraged Buy Out”), solicitar deuda o para fusiones y adquisiciones. El llevar a cabo la valuación de la empresa le permite al empresario contar con elementos de decisión muy valiosos como parte de su planeación estratégica, financiera, o bien, cuando quieren llevar a cabo una transacción que involucre la compra de una empresa, la venta de la misma, una alianza estratégica, escisión o reestructura accionaria. Normalmente los empresarios acuden con los expertos en valuación de empresas sólo cuando es inminente la necesidad de hacerlo en lugar de ser previsores. Como ejemplo de lo anterior podemos mencionar el caso de una empresa familiar, fundada hace más de cuarenta años por un emprendedor, que con el paso de los años fue involucrando a sus cuatro hijos en la compañía pero debido a la vocación o aptitudes de cada uno, resultó que sólo uno de ellos se quedó a trabajar de forma permanente en la empresa. Con el tiempo, el padre decidió recompensar el trabajo de su hijo en la empresa y le otorgó el cincuenta por ciento de la participación accionaria y distribuyó de forma equitativa el resto entre sus otros hijos. Al momento de fallecer el padre, uno de los hijos que no trabajaba en la compañía le comunico a su hermano que la opera que era mejor liquidar la empresa y repartir el dinero entre los hermanos. El hermano que tiene la mayoría accionaria decide seguir operando la compañía y así continúan durante muchos años más. Finalmente llega el día en que los tres hermanos accionistas que no trabajan en la compañía quieren vender sus acciones para invertir en otros proyectos. El problema es que nunca habían contemplado esa posibilidad y mucho menos contaban con un valor estimado de su capital accionario para determinar el valor de la transacción. Es hasta entonces cuando contratan los servicios de un despacho experto en valuación de empresas que les pueda dar una estimación del valor del capital accionario para que los accionistas lo utilicen como un elemento para la negociación. Como podemos ver con el ejemplo anterior, muchos empresarios no consideran importante el tener una idea del valor de su negocio hasta que por muy diversas circunstancias requieren tenerlo. Lo que es cierto es que la valuación de empresas además de aportar elementos de negociación, arroja información que los empresarios pueden utilizar en muy diversos temas y les da claridad de la situación financiera de su empresa. Esperemos que cada vez más empresarios comprendan la necesidad e importancia de valuar su empresa, que entre otras cosas les puede ahorrar muchos problemas y facilitar ciertos procesos en los que seguramente en un ambiente global como el que vivimos, se van a enfrentar con mayor frecuencia. Consultado en: https://extensionacademica.wordpress.com/2013/08/08/la-importancia-de-la-valuacion-deempresas/
© Copyright 2024 ExpyDoc