01536 tres charlas a sociedades medicas por bill w., co

01536
TRES CHARLAS
A SOCIEDADES MEDICAS
POR BILL W., CO-FUNDADOR
DE ALCOHOLICOS ANONIMOS
Este sello aparece en la literatura
aprobada por la Conferencia
Cuando cualquiera, dondequiera,
extienda su mano pidiendo ayuda, yo quiero
que la rrano de A. A. esté siempre allí.
y por esto: Yo soy responsable.
Título
en Ing lés
Three Talks
To l'v1edicalSocieties
By Bill W., CoFounder
Of Alcoholics Anonymous
GRUPO
MERIDIANO
Reriniones de Lunes a Sábado
Principal 12:15 - Principiantes
1:30
Carrera 52 N9 49-61 • Segundo Piso.
Alcoholicos Anónimos (R) es una Comunidad de hombres y m .
.
.
uJeres que
com~arten su experIenCia, fortaleza y esperanza para resolver su problema
comun y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo.
<
El únic~ requisito para ser miembro de A.A. es querer dejar de beber.
Para ser miembro de A.A. no se pagan derechos ni cuotas; nos mantene _
mos con nuestras propias contribuciones.
'". , A.A.. no .está .,afiliada a ninguna secta " religión partido poll'tico , organlza.
Clon o mstltuclon alguna: no desea intervenir en controversias, no respalda
ni se opone a runguna causa.
* ~~estro objetivo primordial es mantenemos
coholtcos a alcanzar el estado de sobriedad.
sobrios y ayudar a otros al-
(Versión aprobada por la Comisión
Iberoamericana
de Traducciones
de A.A. )
LA DEUDA DE -A. A.
CON LA MEDICINA
Desde su fundación en 1935 el programa de recuperación del alcoholismo de Alcohólicos Ánónimos ha disfrutado del apoyo y estímulo de muchos miembros individuales de la profesión médica.
Además, a medida que A. A. ha ido creciendo, muchos grupos reconocidos que comprenden médicos generales y especialistas se han
mostrado cada vez más interesados en el enfoque único de A. A. a este
serio problema de la salud.
Las tres conferencias que aquí se resumen incluyen los dos primeros informes detallados relativos al programa de A. A. que fueron presentados ante asambleas de sociedades médicas de prestigio, así como
un resumen más reciente sobre el progreso de la Asociación. Estos tres
documentos son piedras angulares en el crecimiento del entendimiento de A. A. por parte de uno de sus mejores aliados - la medicina. Las
tres presentaciones fueron hechas por Bill W., co-fundador de A. A.
Con la autorización de:
Alcohólicos Anonymous World Services, Inc.
468 Park Avenue South
New York, Ny 10016
Mail Address: Box 459
Grand Central Station
New York, Ny 10163
Impreso y distribuido por
Oficina de Servicio General de A.A.
Ap. Aéreo 3070 Te!. 251 78 87
Medellín - Colombia
La conferencia más reciente, dictada ante la Sociedad Médica sobre Alcoholismo de la ciudad de Nueva York en abril de 1958, esla primera que aparece en este folleto. Le sigue la conferencia leída ante la
sección de Neurología y Siquiatría de la Sociedad Médica de Nueva
York durante la Reunión Anual de la Sociedad en Mayo de 1944. La
tercera sección contiene citas de una presentación leída ante la 105a
Reunión Anual de la Sociedad Americana, en Mayo de 1949, Y fue originalmente publicada en el American Joumal 01 Psychiatry de Noviembre de 1949.
Las opiniones y puntos de vista que aparecen en las citadas conferencias tienen solamente la intención de reflejar la experiencia de
A. A. Y no implican el apoyo de los grupos médicos ante quienes fueron presentadas.
ALCOHOLICOS ANONIMOS
Presentación ante la Sociedad Médica sobre Alcoholismo
de la Sociedad de Nueva York. Abril 28 de 1958
Hace catorce años me correspondió leer un artículo ante la Sociedad Médica del Estado de Nueva York, durante su reunión anual. Para
nosotros los Alcohólicos Anónimos, esto fue un evento histórico ya
que señaló la primera vez en que una gran asociación médica norteamericana se percataba favorablemente de nuestra Hermandad. Los
médicos de la época hicieron mucho más que simplemente enterarse
de que existíamos: nos recibieron con los brazos abiertos y permitieron
que un artículo sobre A. A. fuese publicado en su Publicación Oficial.
Reimpresiones del citado artículo han sido esparcidas mediante decenas de miles de copias por todo el mundo, convenciendo a los médicos
del orbe de los méritos de A. A. Sólo Dios sabe todo lo que este acto
generoso ha significado para incontables alcohólicos y para sus familias.
Vivamente agradecido de los miembros de la Sociedad Médica sobre Alcoholismo de la ciudad de Nueva York, quienes dentro del mismo espíritu generoso me han invitado esta noche, debo, con un sentido
de agradecimiento imperecedero, traerles el saludo de aquellos
250.000 alcohólicos recuperados que en la actualidad comprenden
nuestra hermandad, distribuídos en unos 7.000 grupos, aquí y en el
exterior* .
Y quizás la forma mejor para entender los métodos y resultados de
A. A. es la de echar una mirada a su iniciación-en aquella época cuando la medicina y la religión formaron asociación con nosotros. Esta
asociación es hoy la base de todo el éxito que hemos alcanzado desde
entonces.
Es verdad que nadie inventó a Alcohólicos Anónimos. A. A. es la
síntesis de principios y actitudes que nos han llegado de la medicina y
•
En 1980 el número de socios excede de 1'500.000 y se sabe que hay registrados más
de 33.000 grupos.
de la religión. Nosotros simplemente hemos encauzado dichas fuerzas,
y las hemos adaptado para nuestro uso especial en una sociedad en la
cual funcionan efectivamente. Nuestra contribución no fue más que el
eslabón perdido de una cadena de recuperaciones que en la actualidad
es de tanta significación y que nos ofrece tantas promesas para el futuro.
Muy pocas personas saben que las primeras raíces de A. A. comenzaron a germinar hace unos 30 años, en el consultorio de un médico. El
Dr. Carl Jung, aquel gran pionero de la psiquiatría, conversaba con un
paciente alcohólico. Ocurrió lo que relato a continuación.
El paciente, un prominente hombre de negocios americano, había
tomado la ruta típica del alcoholismo. Había agotado las posibilidades
de la medicina y de la psiquiatría en los Estados Unidos y había acudido donde el Dr. Jung como último recurso. El Dr. Jung lo había tratado anteriormente por cerca de un año, y el paciente, a quien llamaremos señor R., abrigaba la confianza de que los resortes ocultos que lo
inclinaban a beber ya estaban descubiertos y extirpados. No obstante,
se halló nuevamente borracho después de haber salido del consultorio
del Dr. Jung. Estaba de regreso, en estado de absoluta desesperación.
Le preguntó al Dr. Jung cuál era su intención, y obtuvo su respuesta.
En substancia el Dr. Jung le contestó: "Durante algún tiempo después
de sus visitas a mi consultorio yo continuaba en la creencia de que usted sería uno de los rarísimos casos que podrían lograr la recuperación. Pero ahora debo francamente admitir que nunca he visto un solo
caso que se recupere por medio de la psiquiatría, cuando la neurosis es
tan severa como en su caso. La medicina ha hecho todo lo que es posible por usted. Esta es su situación".
La desesperación del Sr. R. se profundizaba. Preguntó: "No hay
excepción, ¿es ésto realmente el final del camino para mí?"
"Bueno", contestó el médico, "hay algunas excepciones, muy pocas". De vez en cuando, en algún lugar, algunos alcohólicos han tenido
lo que se llama una experiencia espiritual vital. Esta se presenta a manera de un desplazamiento y re-arreglo enormemente emocional.
Ideas, emociones y actitudes que antes constituían la pauta que guiaba
a estos hombres, son repentinamente arrojadas a la vera, y en su lugar
comienza a dominarlos un nuevo juego de concepciones y motivos. De
hecho, yo he estado tratando de producir este re-arreglo emocional en
usted. Con muchos tipos de neuróticos, los métodos que empleo
tienen éxito, pero nunca he logrado triunfar con un alcohólico de su
"descripción" .
"Pero", protestó el paciente, "Soy hombre religioso, aún tengo
fe". A esto el Dr. Jung contestó "la fe religiosa corriente no es suficiente. De lo que yo hablo es de una experiencia transformadora, una experiencia de conversión si le parece mejor el término. Sólo puedo recomendarle que se sitúe en la atmósfera religiosa de su escogencia, que
reconozca su impotencia personal, y que se entregue a cualquier Dios
que usted crea que exista. El rayo de la experiencia transformadora
podría entonces golpearlo. Debe ensayarlo, es la única salida que le
queda". En esta forma hablaba un grande y humilde médico.
Para el A. A. en ciernes, este golpe fue diez veces fuerte. La ciencia se había pronunciado sobre el Sr. R. como un caso perdido. Las palabras del Dr. Jung le penetraron profundamente, produciendo una
enorme deflación de su ego. La deflación profunda es hoy la piedra angular entre los de A. A. Allí por primera vez, en el consultorio del Dr.
Jung, fue utilizada en beneficio nuestro.
El paciente, Sr. R. escogió el Grupo Oxford de la época como atmósfera y asociación religiosa. Terriblemente castigado, y casi sin esperanzas, comenzó a trabajar activamente con el grupo. Para su intenso júbilo y asombro, su obsesión de beber de.sapareció.
Al regresar a América, el Sr. R., se encontró con un antiguo compañero de colegio mío, un alcohólico crónico. Este amigo, a quien llamaremos Ebby, iba a ser confinado, en breves días, en un hospital
mental del estado. Con este encuentro, otro ingrediente vital se le
agregó a la Síntesis de A. A. El Sr. R., el alcohólico, comenzó a hablarle a Ebby; también un alcohólico y hermano en los sufrimientos, lo
cual logró que los dos se identificaran a fondo, un segundo principio
cardinal de A. A. Sobre este puente de identificación, el Sr. R. comunicó al otro el veredicto del Dr. Jung, de cuán impotente, médica y psiquiátricamente, es el alcohólico. Luego presentó a Ebby al Grupo Oxford, donde mi amigo rápidamente logró la sobriedad.
Mi amigo Ebby conocía muy bien mis aprietos, pues yo había recorrido el camino familiar. En el verano de 1934mi médico, el Dr. William D. Silkworth, me había tildado de caso perdido. Se había visto
obligado a decirme que yo era víctima de una compulsión neurótica
hacia la bebida, para la cual no había poder de voluntad, cultura, ni
tratamiento, que pudiera curarla. Agregó que yo era víctima de un
desarreglo corporal que podía consistir en una especie de alergia - una
difusión física que virtualmente garantizaba daños cerebrales, locura o
muerte. Nuevamente aquí el dios Ciencia - que en esa época era mi
único dios - me había desinflado totalmente.
Estaba ya maduro para el mensaje que pronto llegaría de Ebby,
mi amigo alcohólico.
Llegó una vez a mi casa en Noviembre de 1934, y se sentó al otro
lado de la mesa de la cocina contraria a aquel donde yo bebía. No gracias, dijo, no quiero licor. Muy sorprendido le pregunté qué le había
pasado. Mirándome directamente, me dijo que le "había entrado la religión". Esto era realmente apabullante, una afrenta a mi educación
científica. Con la mayor cortesía que pude juntar, le pregunté que tipo
de religión había adoptado.
Me contó entonces acerca de su conversación con el Sr. R., Yde lo
desesperanzado que es el alcoholismo en realidad, de acuerdo con el
Dr. Carl Jung. Esto, agregado al veredicto del Dr. Silkworth, era la
peor noticia que podía recibir. Recibí un fuerte golpe. A continuación
Ebby enumeró los principios que había aprendido del Grupo Oxford.
Aunque él temía que los miembros del grupo eran demasiado activos,
por cierto no les encontró fallas en el resto de sus otras enseñanzas.
Después de todo él conservaba su sobriedad gracias a sus enseñanzas.
Ved los aquí, en resumen, según mi amigo se los aplicaba a sí mismo en 1934:
1.
2.
Ebby admitió su impotencia para conducir su propia vida.
Se hizo honesto consigo mismo como nunca antes; hizo un "examen de conciencia".
3. Hizo una confesión rigurosa de sus defectos personales, y por lo
tanto renunció a vivir a solas con sus problemas.
4. Efectuó un reconocimiento de las distorsionadas relaciones que
sostenía con otras personas, visitándolas para excusarse como
mejor pudo.
S. Resolvió dedicarse a ayudar a otros necesitados, sin exigir para
ello prestigio personal ni lucro alguno.
6. Por medio de la meditación invoco la ayuda de Dios como guía de
su vida y como ayuda para practicar estos principios de conducta
en todo momento.
Todo esto me pareció bastante ingenuo. Sin embargo, mi amigo se
limitó a relatarme lo que le había ocurrido. Me contó cómo al practi-
car estos principios había logrado dejar de beber en forma inexplicable. El miedo y la soledad desaparecieron y recibió una considerable
tranquilidad de espíritu. Sin disciplinas rígidas ni grandes resoluciones, estos atributos comenzaron a aparecer desde el momento en que
se reconoció impotente para solucionar el problema por sí mismo. Su
liberación había sido la consecuencia de ésto. Aunque estaba sobrio
por sólo unos meses, sabía que tenía en sus manos las respuestas básicas. Evitó con gran sabiduría entrar en argumentos conmigo y pronto
se marchó. La chispa que había de convertirse en Alcohólicos Anónimos había sido encendida. Un alcohólico había estado conversando
con otro, haciendo una profunda identificación conmigo y poniendo al
alcance de mis manos los principios de recuperación.
La historia de mi propio amigo había despertado en mí emociones
mezcladas; me sentía atraído y repelido al mismo tiempo. Continué
bebiendo en forma solitaria por algunassemanas, pero no podía olvidar la visita de mi amigo. Diversos pensamientos cruzaban mi mente:
primero, que su evidente estado de liberación era extraño e inmensamente convincente; segundo, que había sido desahuciado por médicos
competentes; tercero, que estos antiguos preceptos, cuando me los
transmitió él, me habían impresionado profundamente; cuarto, que yo
no podía ni quería aceptar ningún concepto sobre Dios. Nada de tonterías acerca de conversión para mí. Trataba de apartar mi pensamiento de ésto, sin éxito. Por lazos de comprensión, de sufrimientos y de
verdad simple, otro alcohólico me había atado a sí mismo y yo no podía liberarme.
Una mañana, después de mi ración de ginebra, este pensamiento
me asaltó: "¿ Quién eres tú" , me pregunté, "para elegir la forma en que
has de curarte? Los mendigos no pueden elegir. Suponiendo que la
medicina dijera que tu problema es cáncer, no eligirías Crema de
Pond's para curarte. Con una premura abyecta le rogarías al médico
que matara esas demoníacas células cancerosas. Si el médico nada pudiera hacer, y pensaras que en la conversión podrías curarte, tu orgullo
no te detendría. Pronto estarías en la plaza pública clamando "Amén"
justamente con las otras víctimas. ¿Qué diferencia hay, pues", continué reflexionando, "entre tu caso y las víctimas del cáncer"? El cuerpo enfermo del canceroso se viene abajo. En la misma forma se derrumba tu personalidad - tu obsesión te garantiza la locura o el cementerio. ¿Vas a probar el método de tu amigo - o no?
Por cierto que lo probé. En Diciembre de 1934, me aparecí por el
Hospital Towns de Nueva York. Mi viejo amigo, el Dr. William D.
Silkworth, sacudió la cabeza. Pronto me vi libre del alcohol y los sedantes, y me sentí terriblemente deprimido. Mi amigo Ebby vino a visitarrne. A pesar de que me alegré de verlo, me inhibí un poco. Temía
que intentara evangelizarrne, pero nada de ésto ocurrió. Después de
tocar temas sin importancia, le pregunté de nuevo por su método de recuperación. Tranquilamente, con mucha lucidez, me dio las explicaciones que le pedía. Luego me dejó.
Acostado allí en terrible conflicto, caí en una negra depresión.
Momentáneamente mi orgullosa obstinación estaba rota. Dije en voz
alta: "Ahora estoy preparado para cualquier cosa - cualquier cosa con
tal de recibir lo que mi amigo ha obtenido". Sin esperar nada hice este
desesperado pedido: "¡Si hay un Dios, por qué no se muestra!". El resultado fue instantáneo, eléctrico, indescriptible. La habitación se iluminó con una enceguecedora luz blanca. Caí en éxtasis y me pareció
estar en una montaña. Un gran viento soplaba envolviéndome y atravesándome. Para mí, no era de aire, sino de Espíritu. Como un rayo
me llegó el tremendo pensamiento "Eres un hombre libre", luego el
éxtasis se disipó. Aún en la cama, me encontraba en otro mundo consciente, iluminado por una Presencia. Sintiéndome unido al universo,
una gran paz me invadió. Pensé, "De modo que éste es el Dios de los
predicadores, ésta es la Gran Realidad". Pero pronto empecé a .razonar, mi educación moderna se impuso. Pensé que había enloquecido, y
un gran terror se apoderó de mí.
El Dr. Silkworth vino a escuchar mi tenebroso relato de ese fenómeno. Después de interrogarme cuidadosamente, me aseguró que no
estaba loco, que posiblemente había pasado por una experiencia psíquica que podría resolver mi problema. Hombre de ci~ncia: escé~tico
como era entonces, se mostró muy cariñoso y astuto. SI hubiese diCho,
"alucinación" yo podía muy bien estar muerto ahora. A él le estaré
eternamente agradecido.
"La buena suerte me perseguía. Ebby me trajo un libro titulado
"Variedades de la Experiencia Religiosa", el cual devoré. Escrito por
William James, el psicólogo, el libro indica que la experiencia de conversión puede contener una realidad objetiva. La conversión altera la
motivación, y por consiguiente en forma semi-automática capacita a la
persona para ser y hacer lo que antes le era imposible. Era muy significativo que las experiencias de conversión más marcadas ocurrían
principalmente a individuos que habían sufrido una derrota completa
en una área importante de sus vidas. El libro era en verdad muy variado. Pero aparte de si las conversiones descritas resultaban brillantes u
opacas, cataclísmicas o graduales, de orden teológico o intelectual, todas ellas tenían su denominador común - obraban en personas totalmente derrotadas. Así lo declaraba William James, padre de la psicología moderna. El zapato me sentaba, y he querido llevarlo puesto desde entonces.
Para los borrachos, la solución obvia era la deflación total, y aún
más. Esto era cristalinamente claro. Fui educado como ingeniero y por
lo tanto los puntos de vista de tan autorizado psicólogo significaba todo
para mí. Este eminente hombre de ciencia había confirmado todo 10
que había dicho el Dr. Jung. Por lo tanto William James afirmó los fundamentos sobre los cuales yo, y muchos otros hemos estado sostenidos
todos estos años. No me he tomado un trago de alcohol desde 1934.
Armado ahora con una convicción total, y fortificado por mi característico esfuerzo creador, me lancé a curar alcohólicos al por mayor.
Algo así como con propulsión a chorro; las diíicultades nada me importaban. No se me ocurrió vislumbrar la vasta vanidad de mi proyecto. Continué el asalto por seis meses, y mi casa se llenó de alcohólicos.
Los discursos por docenas no producían ni el más leve resultado. (Lamentablemente, Ebby, mi amigo de la mesa de cocina, y quien estaba
más enfermo de lo que yo creía, le puso, muy poco interés a estos otros
alcohólicos. Este hecho pudo ser el causante de sus recaídas posteriores, aunque eventualmente se recuperó). Pero descubrí que el trabajo
con otros alcohólicos tenía una enorme importancia en la conservación
de mi propia sobriedad. No obstante, ninguno de mis protegidos lograba su sobriedad. ¿Qué sucedía?
Poco a poco, los defectos de mi enfoque fueron haciéndose visibles. Me había convertido en algo parecido a un charlatán religioso, y
estaba obsesionado con la idea de que todo el mundo debe someterse a
una "experiencia espíritual", igual a la mía. Había olvidado que James
decía que existían muchos tipos de experiencias transformadoras. Mis
hermanos se limitaban a miranne con incredulidad o me tomaban el
pelo por mi "visión". Esto desde luego echaba a perder la potente
identidad que era necesario establecer con ellos. Me había convertido
en predicador. Era claro que debería modificar mi sistema de acercamiento. Lo que a mí me había llegado en seis minutos, podría tomar
seis meses para otros. Tuve que aprender que las palahras son cosas.
que uno debe ser prudente.
Para esta época - primavera de 1935 - el Dr. Silkworth me señalaba que ya yo había olvidado todo lo relativo a la deflación total. Me había convertido en un predicador. "Por qué" decía él, "no explicas los
lamentables hechos médicos a estas gentes antes de hacer algo. ¿Has
olvidado 10 que dijo William James acerca de la deflación del ego a fondo? - Indícales, en la forma más recia posible, las consecuencias médicas. Pasa por alto aquello de la "cálida iluminación". Recita en forma
extensa tus síntomas, en forma de obtener una adecuada identificación
de fondo. Cuando hagas ésto, tu discípulo podría estar dispuesto a
adoptar los simples preceptos morales que has estado tratando de enseñar". Lo anterior es una contribución vital a la síntesis. De nuevo,
había sido ejecutada por un médico.
El énfasis fue cambiando de "pecado" a enfermedad -la enfermedad fatal- alcoholismo.
Comenzamos a repetir 10 dicho por médicos, que el alcoholismo es más fatal que el cáncer; que es una obsesión de la mente aparejada a una siempre creciente sensibilidad física. Allí teníamos a nuestros
ogros gemelos -la Locura y la Muerte. Nos apoyamos firmemente en
la afirmación del Dr. Jung de cuán grave podía ser esta enfermedad y
luego, descargamos nuestra devastadora dosis de conocimientos entre
los alcohólicos que se ponían a nuestro alcance. Para el hombre moderno, la ciencia es omnipotente - virtualmente un dios -. Por 10 tañto,
si la ciencia decreta la muerte del alcohólico y nosotros inclinamos este
terrible veredicto en nuestra cadena de transmisión de conocimientos
sobre el alcohólismo, una víctima comunicándoselo a la próxima, podríamos hacer añicos la resistencia del alcohólico. En estas condiciones el alcohólico podría volverse al Dios de los teólogos, ya que no
existe otro lugar a donde ir. Cualquier elemento de verdad que se encontrase en este sistema, por 10 menos tenía méritos prácticos. Nuestra
atmósfera cambió. Las cosas comenzaron a mejorar.
Pocos meses más tarde fui presentado al Dr. Robert S., un cirujano de Akron. Se trataba de un alcohólico en pésimas condiciones. Esta
vez no hubo sermón de mi parte. Le conté mis experiencias y le hablé
de mis conocimientos sobre el alcoholismo. Como nos entendíamos y
nos necesitábamos, hallamos por primera vez un terreno de genuina
mutualidad. Esto marcó el fin de mi actitud sermoneadora. Esta idea
de necesidad mutua añadió el ingrediente final a la síntesis de la experiencia médica, religiosa y alcohólica, que hoy llamamos Alcohólicos
Anónimos.
1973, la distribución superó el millón de copias). Incontables alcohólicos han logrado la sobriedad sin más ayuda que la de este volumen y la
práctica de sus principios.
"El Dr. Bob", quien era un caso muy desesperado, adquirió la sobriedad casi inmediatamente y no volvió a probar licor hasta su muerte, acaecida en 1950. El Y yo comenzamos a trabajar con numerosos alcohólicos que encontramos en el Hospital Municipal de Akron. Muy
pronto hubo una recuperación y luego otra. Se había formado así el
primer grupo A. A. Regresé a Nueva York en el otoño de 1935, esta
vez con todos los elementos de recuperación, y rápidamente se formó
otro grupo en esta ciudad.
Nuestra siguiente necesidad era la publicidad, y pudimos obtenerla. El connotado editor y escritor Fulton Oursler, publicó un artículo
acerca de nosotros en la revista Liberty, en 1939. En el año siguiente,
John D. Rockefeller, Jr. ofreció una comida a A. A. que obtuvo una
amplia difusión publicitaria. En 1941 hubo un artículo de fond~ en el
Saturday Evening Post. Este solo artículo atrajo a nosotros mIles de
personas. A medida que crecía nuestro tamaño, crecía también nuestra efectividad. La proporción de recuperación se incrementó. D.e todos aquellos que ensayaron nuestro programa, un gran porcentaje logró resultados inmediatos, otros los obtuvieron a corto pl~zo; y.otr,os
más, que continuaron a nuestro lado,.lograron una not~na meJona.
Nuestra alta proporción de recuperación se ha mantemdo desde entonces, aún en aquellas personas que escribieron sus historias personales para la edición original de "Alcohólicos Anónimos". En efecto, el
75 por ciento de ellas lograron finalmente la sobriedad. Sól~ un 25 p.or
ciento murieron o se perdieron antes de lograrla. La mayona de qmenes aún viven, ha permanecido sobria por un lapso de veinte años
como promedio.
Con todo, el progreso de los grupos de Akron y Nueva York fue
dolorosamente lento en los primeros años. Aunque se atendieron centenares de casos, muy pocos respondieron. Sin embargo, al finalizar el
año de 1937, ya había cuarenta personas recuperadas, y nosotros em- .
pezamos a estar más seguros de nosotros mismos. Vimos que poseíamos una fórmula que, transmitida de un alcohólico al siguiente, podría
eventualmente producir, como una cadena, un elevado número de recuperaciones. Vino entonces la pregunta: "¿Qué podemos hacer para
extender nuestro alcance, para llevar nuestro mensaje a los millones
de alcohólicos de América y del Mundo entero?". Una respuesta básica pareció estar en la literatura que detallase nuestros métodos. Otra
necesidad básica era una amplia publicidad que atrajese un gran número de casos hacia nosotros.
Hacia la primavera de 1939, nuestra Sociedad había producido un
libro llamado "Alcohólicos Anónimos", en el cual se habían descrito
nuestros métodos muy cuidadosamente. Teniendo en mente el lograr
una mayor claridad y mejor fundamentación, del programa verbal que
me había entregado mi amigo Ebby desarrollado en los que hoy se denominan los "Doce Pasos sugeridos para la recuperación", que constituyen la espina dorsal de nuestro libro. Para ilustrar los métodos de
A. A., el libro incluyó veintiocho casos reales. Esperábamos que aquellos casos pudieran identificamos plenamente con los lectores lejanos,
lo cual efectivamente sucedió. Puesto que ya nos habíamos retirado de
los Grupos Oxford, nuestra comunidad adoptó el nombre de nuestro
libro "Alcohólicos Anónimos", para su denominación. El advenimiento de dicho libro señaló un hito en nuestra historia. En los veinte
años transcurridos desde entonces, este texto básico ha incrementado
su circulación hasta una cifra cercana a los 400.000 ejemplares. (En
Desde nuestras primeras épocas, hemos encontrado que un gran
número de personas vienen a nosotros y luego se retiran. Pero sabemos felizmente que la mayor parte regresan nuevamente pasado algún
tiempo, siempre y cuando no se trate de personas demasiado sicópatas
" o con el cerebro muy deteriorado. Una vez que han aprendido de la-.
bios de otros alcohólicos la naturaleza frecuentemente mortal de la enfermedad que padecen, la bebida que ingirieren posteriormente no
hace más que acelerar el proceso, hasta cuando, eventualmente, se ven
forzados a ingresar a A. A. Sienten que deben hacerloo morir. En ocasiones esto sucede años después de su primer contacto con A. A. Por
consiguiente, la producción definitiva de recuperaciones es mucho
más alta de lo que nosotros pensabamos inicialmente.
En los años recientes se ha presentado una característica que representa para nQlsotros una fuente de satisfacción. En los primeros
• tiempos sólo podíamos tratar con casos graves. Sentíamos que nada
podíamos hacer antes de que el alcohol hubiera casi destrozado a su
víctima. Pero hoy en día no nos es necesario esperar hasta tales extremos. Ahora podemos ayudarle al paciente a que vea la dirección que
lleva. antes de que ""toque el fondo", en consecuencia la mitad de los
actuaks miembros en A. A., son casos de menor gravedad. A menudo
no se han presentado fallas severas en el hogar, el trabajo o la salud de
dichas personas. Hoy en día llegan a nosotros casos de alcoholismo poteneral, o personas que han sufrido muy poco. Aquí y allá, también
nuestra sociedad está haciendo lo posible por eliminar las barreras de
raza. credo y circunstancias diferentes.
Sin embargo, debemos reflexionar humildemente que hasta ahora, Alcohólicos Anónimos sólo ha logrado hacer un rasguño en el problema total del alcoholismo. Aquí en los Estados Unidos, hemos ayudado a adquirir la sobriedad escasamente a un cinco por ciento de una
población alcohólica calculada diez millones quinientas mil personas.
Las razones son éstas: no podemos tratar con alcohólicos que son
muy sicópatas o que ya tienen el cerebro muy deteriorado; a muchos
alcohólicos no les gustan nuestros métodos y buscan una manera diferente o más fácil; millones de ellos se aferran todavía a la creencia de
que la causa de su problema radica en las circunstancias externas y por
lo tanto la culpa es de alguien distinto de ellos mismos. Es tarea muy difícil la de lograr que el alcohólico real o potencial admita que es víctima de una enfermedad progresiva y frecuentemente fatal. Es éste el
problema que afrontamos todos - médicos, sacerdotes, familiares o
amigos. Con todo, hay grandes razones para la esperanza. Una de tales
razones es lo que ustedes, los médicos, están haciendo al respecto, y lo
que pueden hacer. Talvez algunos de ustedes se estén preguntando
"¿Cómo podemos ayudar aún más efectivamente?"
A este respecto, los A. A. no podemos ofrecer nada en forma autoritaria, pero creemos que podemos aportar algunas sugerencias para
colaborar con ustedes. Consideramos al médico en general. Hace pocos años el borracho era principalmente una molestia para todos. El
médico y el hospital sólo podían intervenir en casos de resacas muy
fuertes. Cuando mucho, la familia podía proporcionarle un poco de
comodidad, pero no se podía hacer nada más.
La situación es ahora diferente. Existe un grupo de A. A. en casi
todas las ciudades y pueblos de nuestra nación. Frecuentemente, sin
embargo, el alcohólico no desea ensayar nuestro programa. En este
punto es donde el médico puede jugar un papel importante, ya que es a
él a quien se dirige la solicitud de ayuda cuando el problema empieza
a agravarse. Una vez que se ha logrado desintoxicar a la víctima y tranquilizar a la familia, el médico puede hablarle francamente al alcohólico acerca de la enfermedad que lo aqueja. Puede hacer por su paciente
lo mismo que hicieron el Dr. Jung por el "Señor R." Y el Dr. Silkworth
por mi, ésto e,s, informar claramente al alcohólico rebelde que ha contraído una enfermedad progresiva y frecuentemente mortal, de la cual
no puede aliviarse por sí solo, y que necesita mucha ayuda. Puesto que
hoy en día se tiene un gran acopio de comunicación acerca de las diferencias metabólicas y emocionales del alcohólico, el médico general
puede documentar su exposición de una manera mucho más convincente de lo que les era dado a los médicos de nuestros pioneros.
Es muy satisfactorio saber que en la actualidad, el alcoholismo es
dictado como materia académica en nuestras facultades de medicina.
De todas maneras, ya es fácil obtener información acerca del alcoholismo. Hay organizaciones como el Consejo Nacional de Alcoholismo, la
Escuela de Estudios Alcohólicos de Yale (llamada desde 1962, Escuela de Estudios Alcohólicos de Rutgers), las cuales, añadidas a innumerables iniciativas oficiales para clínicas y centros de rehabilitación,
constituyen fuentes apreciables de conocimiento y ayuda. Con tales
herramientas, el médico general puede, como decimos en A. A.
"ablandar" al paciente de manera que manifieste su deseo de darle una
mirada a nuestra comunidad. En caso de que no lo desee, puede dirigirlo entonces a una clínica, un siquiatra o un sacerdote comprensivo.
En esta etapa, lo principal es lograr que reconozca su enfermedad y
que empiece a hacer algo al respecto.
Si la labor del médico general se ejecuta cuidadosamente, se obtienen resultados inmediatos en gran número de casos. Si en el primer intento no se obtuvo éxito, hay más probabilidades de que se lograrán resultados satisfactorios si se continúan los contactos de manera persistente y sucesiva. Estos procedimientos elementales no le quitarán mucho tiempo al médico ni tienen por qué resultar costosos para el paciente. Si se hiciera por parte de los médicos generales un esfuerzo concertado en este sentido, los resultados obtenidos serían inmensos. En
efecto, los logros que ya se han alcanzado con el trabajo de los médicos
son muy grandes, y por ello quiero dejar constancia de nuestro especial
agradecimiento para dichos profesionales.
Mencionemos ahora al especialista, generalmente el siquiatra. Me
alegra poder afirmar que gran número de siquiatras están enviando a
sus pacientes a A. A., aún tratándose de aquellos siquiatras más o
menos especializados en tratamiento de alcohólicos. Su comprensión
para con los pacientes alcohólicos es actualmente muy grande. Su paciencia y tolerancia para con nosotros, y para A. A., ha sido gigantesca.
En 1949, por ejemplo, la Asociación Siquiátrica Norteamericana
me permitió leer una ponencia sobre A. A., ante una sección de su
Congreso Anual. Puesto que estos doctores se especializan en desórdenes mentales, entre los cuales se cuenta el alcoholismo, este permiso
me ha parecido siempre un ejemplo maravilloso de generosidad y fina
humanidad. Los efectos de la reproducción de aquella ponencia han
tenido repercusión mundial. Estoy seguro de que nosotros en A. A. no
hemos podido apreciar ésto en todo su alcance. Se acostumbraba entre
algunos de nosotros el rechazar la siquiatría y cualquier otra forma de
ayuda médica, excepto en aquellos casos estrictamente necesarios
para la desintoxicación mínima. Señalábamos los fracasos de la medicina y la religión. Nos creíamos capaces de infiar el pecho y exclama~:
"¡Mirénnos. Nosotros lo hemos logrado, pero ellos no han podido!".
Con gran alivio de mi parte, puedo ahora manifestar ante ustedes
que tal actitud va desapareciendo de entre nosotros. Los miembros
sensatos de A. A., en todas partes, reconocen que los siquiatras y los
médicos han ayudado para que nuestra comunidad llegue al lugar primordial que hoy ocupa, y continúa colaborando con nosotros para que
allí permanezca.
También nos damos cuenta de las vastas implicaciones que tienen
para nosotros los alcohólicos, los descubrimientos de la siquiatría y la
bioquímica. En realidad, estos descubrimientos son en la actualidad
mucho más que meras implicaciones. El presidente y algunos médicos
de su sociedad y de fuera de élla han logrado estupendos resultados
desde hace algún tiempo, habiendo obtenido la recuperación de muchos de sus pacientes sin aplicarles ninguna terapia A. A. Debemos
anotar aquí que algunos de los métodos de recuperación utilizados fuera de A. A., se encuentran en abierta contradicción con nuestros principios y prácticas. Sin embargo, los A. A. debemos aplaudir el hecho
de que algunos de estos esfuerzos van adquiriendo cada vez mayores
éxitos.
Sabemos, también, que la siquiatría puede a menudo aliviar la tremenda carga que resulta a muchos de nuestros miembros después de
haber adquirido la sobriedad dentro de A. A. Sabemos que los siquiatras nos han enviado innumerables pacientes alcohólicos, que de otra
manera no hubieran recurrido a nuestro programa. Muchas clínicas
han hecho otro tanto. Vemos claramente que aunando nuestros esfuerzos y recursos podemos lograr conjuntamente lo que no se lograría
al actuar separadamente, en medio de la competencia y la miope incomprensión.
Por consiguiente, quisiera prometer, a toda la fraternidad médica,
que A. A. siempre estará dispuesto a cooperar, que A. A. nunca tratará de sobrepasar a la medicina; que los miembros de A. A. que sientan
esa vocación, ayudarán en todo lo que les sea posible en las grandes
iniciativas de educación, investigación y rehabilitación que ahora se
adelantan.
Es tan amenazante el creciente espectro del alcoholismo, que
nada distinto al total de los recursos de la sociedad puede esperar eliminar o disminuir la fuerza de tan poderoso adversario. La sutileza y
poder de la enfermedad alcohólica están impresas en cada una de las
páginas de la historia de la humanidad, pero nunca con más potencialidad y destrucción como en este siglo.
Cuando se combinen nuestros conocimientos y buenas voluntades
para aplicarlas en forma masiva y extensa, sabemos que nuestros amigos de la medicina se encontrarán en las primeras filas, sitio donde muchos de ustedes se encuentran actualmente.
Cuando una acción benigna y cooperativa de tales características
se encuentre totalmente dispuesta, se habrá abierto, seguramente, un
mañana más prometedor para aquella multitud de alcohólicos que sufren de la enfermedad y padecen sus oscuras y terribles consecuencias.
Lo. Asociación Médica Norteamericana identifica al alcoholismo
como una enfermedild compleja, de componentes biológicos, sicológicos y sociológicos y reconoce la responsabilidild de la medicina en favor
de las personas afectadas. Lo. Asociación reconoce que existen múltiples
formas de alcoholismo, y por lo tanto, cada paciente deberá ser evaluado
y tratado de manera individualizadil y comprensiva.
Cuerpo de delegados,
Asociación Médica Norteamericana 1971.
¿ES EL ALCOHOLISMO REALMENTE UNA
ENFERMEDAD?
La Asociación Médica Norteamericana y la Organización Mundial
de la Salud, como muchos otros grupos profesionales, consideran al alcoholismo como una enfermedad. Los jueces y legisladores también lo
van reconociendo como enfermedad.
Algunas autoridades continúan mirándolo solamente como expresión de problemas emocionales subyacentes. Otros lo ven como un síntoma que antecede una enfermedad, aunque requiere tratamiento por sí
mismo.
El Comité sobre Alcoholismo y Dependencia de las drogas, de la
Asociación Médica Norteamericana, define el alcoholismo como una enfermedad en la cual se presenta ansiedad por el alcohol y pérdida del control sobre su consumo, como un tipo de dependencia que puede causar
daño a la salud de la persona o interferir su habilidad para trabajar y para .
avenirse con los demás.
• El alcohólico bebe usualmente en grandes cantidades, y con frecuencia llega al estado de embriaguez. Sin embargo, la cantidad y lafrecuencia
no son más que síntomas. Si bien es cierto que algunos alcohólicos beben
en menores proporciones que algunos bebedores sociales, este hecho no
modifica su condición básica ni la hace menos grave. El factor clave está
en la pérdida del control y la ansiedad por la droga, en este caso el alcohol.
Los defectos físicos y las dificultades para ajustarse a la vida pueden
contribuir al desarrollo de la enfermedad, o ser un resultado de élla La
bebida solitaria, o el beber temprano por la mañana pueden ser signos de
alcoholismo, pero no siempre se presentan.
En forma similar, en el vivir en sitios de baja condición, la irresponsabilidad y otros tipos de conducta comúnmente asociados con el alcoholismo, ni se limitan a este desorden niforman necesariamente parte de él.
En realidad, la clase de alcohólicos compuesta por miembros de alto status profesional y económico constituye probablemente la más numerosa,
y con toda seguridad una de las más ignoradas clases de alcoholismo en
este país.
Del folleto "La Enfermedad Llamada Alcoholismo", publicado por la
Asociación Médica Americana (Comité sobre Alcoholismo y Dependencia en
Drogas, Consejo de Salud Mental, Departamento de Educación de la Salud);
reimpreso con permiso.
Conceptos básicos sobre
ALCOHOLICOS ANONIMOS
Presentada a la Sociedad Médica del Estado de Nueva York, Sección de Neurología y Psiquiatría en su Reunión Anual, Mayo de 1944.
Alcohólicos Anónimos no tiene más que un propósito -solamente un objetivo-- "Ayudar a otros alcohólicos a recuperarse de su enfermedad".
Nada se le pide al alcohólico que viene a nosotros, salvo un deseo
de recuperarse. No tiene que llenar solicitud de ingresos -ni pagar
cuotas u honorarios- ni se le exige ninguna creencia particular sobre
puntos de vista médicos o religiosos. Como grupo no intervenimos ni
en pro ni en contra de puntos de vista que son discutibles. Declaramos
enfáticamente que no somos evangelistas ni reformadores. Por ser alcohólicos que nos hemos recuperado, procuramos ayudar a aquellos
que deseen recibir nuestra ayuda. Hacemos ésto porque hemos descubierto que el trabajar con otros alcohólicos desempeña una parte vital
en el mantenimiento de nuestra propia sobriedad.
Muchos de ustedes se preguntan, "¿Cómo funciona A. A.?", Yno
puedo contestar plenamente esa pregunta. Se han adoptado muchas
técnicas de A. A. a través de un proceso de diez años de ensayos y fracasos, que nos han conducido a algunos resultados interesantes. Pero
como individuos no profesionales, dudamos de nuestra propia capacidad para explicar estos resultados. Podemos solamente contarle lo que
hacemos y lo que, según nuestro punto de vista, nos sucede.
Para empezar deseamos dejar bien aclarado que A. A. es un concepto sintético, un mecanismo sintético, diremos, que ha sido formado
tomando conceptos de los recursos de la medicina, la psiquiatría, la religión, y nuestra propia experiencia de bebedores, como también de
nuestra recuperación. Es inútil que busquen ustedes un solo principio
fundamental que sea nuevo. Solamente hemos canalizado viejos y probados principios de la psiquiatría y la religión en tal forma que el alcohólico pueda aceptarlos. Y luego, hemos creado una asociación de
alcohólicos donde entusiastamente podemos poner en práctica estos
principios, en nuestro propio beneficio y en el de otras personas que
sufren de alcoholismo.
Así, también, hemos tratado por sobre todo de capitalizar nuestra
gran ventaja natural. Esta ventaja es, por supuesto, nuestra experiencia personal como bebedores que nos hemos recuperado. Cuántas veces los médicos y los ministros religiosos se desesperan cuando después
de tratamientos y exhortaciones profundas, el alcohólico todavía insiste. "Pero usted no me comprende. Nunca fue usted un gran bebedor y
por lo tanto no puede comprenderme. Ni tampoco puede mostrarme
ningún número crecido de personas que se hayan recuperado".
Ahora, cuando un alcohólico que se ha recuperado le habla a otro
que no lo ha conseguido, estas objeciones rara vez se presentan, porque el enfermo se da cuenta en seguida que está hablando con un espíritu gemelo, con alguien que lo comprende. Ni tampoco puede el
miembro de A. A., ya recuperado, dejarse engañar tan fácilmente por
el enfermo, pues conoce todas las tretas, todos los argumentos usados
por el bebedor alcohólico. De modo que todas las barreras se vienen
abajo repentinamente. La confianza mutua, tan indispensable en toda
terapia, se establece en forma tan segura como que el día sigue a la noche. Y si esta aproximación no se produce de inmediato, con toda seguridad se producirá cuando el nuevo miembro conozca a otros miembros de A. A. Alguien llegará, como decimos nosotros, a "sincronizarse con él".
Tan pronto como ésto suceda, tendremos una excelente oportunidad de inculcarle al candidato esos mismos principios esenciales que
ustedes, los médicos, han venido recomendando desde hace tánto
tiempo, y el bebedor con problemas encontrará en nuestra Sociedad el
ambiente adecuado para estudiar estos principios por sí mismo y con la
ayuda de sus compañeros alcohólicos. Por primera vez en años, quizás,
el enfermo se siente comprendido y se siente útil. y de una utilidad
única por cierto, puesto que a su vez le llega el turno de promover la recuperación de otros. No importa lo que la gente pueda pensar aún de
él, pues ahora sabe que llegará a recuperarse completamente, ya que
se encuentra rodeado de infinidad de casos peores que el suyo y que sin
embargo han alcanzado la victoria. Y hay muchos otros casos, precisamente como el suyo -una presión de testimonios que generalmente lo
agobian. Si no sucumbe de inmediato, posiblemente lo hará más tarde
cuando el alcohol encienda bajo él una hoguera aún más ardiente,
logrando en esta forma bloquear todas las otras salidas que tenía cuidadosamente estudiadas para escapar del dilema. El autor recuerda
setenta y cinco fracasos durante los primeros tres años de A. A. -gente a la que consideramos completamente sin esperanza. En los últimos
siete años, sesenta y dosde estos casos han vuelto a nosotros y la mayoría se encuentra perfectamente bien. Y ellos mismos nos han confesado que volvieron porque comprendieron que si no lo hacían morirían o
perderían la razón. Habiendo intentado todo lo demás dentro de sus
medios, habiendo agotado todos sus argumentos y excusas favoritos,
volvieron y aceptaron su medicina. Por ésto es por lo que nunca necesitamos evangelizar a los alcohólicos. Si aún conservan la razón siempre
vuelven cuando han estado alguna vez bien expuestos a la influencia de
A.A.
Ahora para recapitular. Alcohólicos Anónimos ha traído dos
contribuciones mayores al programa de la psiquiatría y la religión:
1.
Nuestra facilidad, como ex-bebedores, para ganamos la confianza
del candidato -para "crear una línea de transmisión a lo íntimo
del enfermo" .
2.
Que formamos una comprensiva sociedad de ex-bebedores en la
cual, el nuevo miembro, puede poner en práctica con éxito los
principios de la medicina y la religión en sí mismo y en otros.
Por lo que a nosotros en A. A. se refiere, estos principios que ahora usamos todos los días, demuestran una similitud que resulta sorprendente. Permítasenos comparar brevemente lo que en un modo
general la medicina y la religión le dicen al alcohólico:
1. El alcohólico necesita un cambio de personalidad.
1. El alcohólico necesita un cambio profundo, un despertar
espiritual.
2. El paciente debe ser analizado
y debería hacer una completa
y honesta catarsis mental.
2. El alcohólico debe hacer un
examen de "conciencia" y una
confesión - o un inventario
morál y una franca discusión.
,
/--:.. .'"
3. Serios defectos de la personalidad deben ser eliminados a
través de un exacto conocimiento de sí mismo y un reajuste sincero a la realidad.
3. Los defectos de carácter (pecados) pueden ser eliminados
adquiriendo más honestidad,
humildad, tolerancia, generosidad, amor, etc.
4. El alcohólico neurótico se retira de la vida, es el retraso de
la ansiedad y la anormal autopreocupación: se aleja del
"rebaño humano".
4. El problema básico del alcohólico es la preocupación por
sí mismo. Lleno de terror y
egoísmo, ha olvidado el concepto de hermandad entre los
hombres.
5. El alcohólico debe encontrar
un nuevo interés dominante
en su vida, debe volver al "rebaño humano". Debe encontrar una ocupación interesante, pertenecer a clubes, partidos políticos, tener actividades sociales o encontrar un
"hobby" que lIene en su vida
el lugar del alcohol.
5. El alcohólico debe aprender
"el poder curativo de un nuevo afecto", el de servir a los
hombres y a Dios. Debe "perder su vida para encontrarla",
debe unirse a su iglesia y buscar el olvido del "yo" al servicio de los demás. Porque "la
fe sin obra es letra muerta.
Hasta aquí la religión y la medicina están en todo de acuerdo. Pero
en un aspecto difieren. Cuando el médico le ha mostrado al alcohólico
sus falIas, cuando le ha prescrito un tratamiento para su recuperación,
le dice: "Ahora que usted comprende lo que tiene que hacer para recuperarse, ya no depende más de mí. Debe bastarse a sí mismo. Vaya
pues, y haga lo que debe hacer".
Evidentemente, el objetivo del médico es hacer que el alcohólico
pueda bastarse a sí mismo, si no completamente, por lo menos en
parte.
La religión en cambio nos dice algo distinto. Afirma que la fe en sí
misma no es suficiente, aún para el que no es alcohólico. El ministro religioso dice que debemos encontrar y depender de un Poder Superior
-Dios. Aconseja la oración y recomienda francamente una actitud de
completo apoyo en Aquél, que todo lo preside. Por este medio, nos
dice, descubrimos una fuerza muy superior a nuestras propias fuerzas.
De modo que la diferencia principal puede resumirse de la siguiente manera: La Medicina dice: "Conócete a tí mismo, sé fuerte y podrás
hacer frente a la vida".
L 1u
I,~,
J
b L
¡
;
La Religión dice, "Conócete a tí mismo, pIde IuerzaSlrDios y serás verdaderamente libre".
En Alcohólicos Anónimos el nuevo miembro puede probar cualquiera de los dos métodos. Muchas veces elimina "la parte espiritual"
de los Doce Pasos sugeridos para la recuperación y se apoya enteramente en la honestidad, en la tolerancia y en "trabajar con otros alcohólicos". Pero es interesante destacar que la fe casi siempre alcanza
a aquelIos que prueban este método simple, cuando lo hace~ con u~a
mente libre de prejuicios, y mientras tanto conservan su sobnedad. Sm
embargo, si el contenido espiritual de nuestros Doce Pasos se d~sprecia totalmente, pocas veces el enfermo logra conservar su sobnedad
por mucho tiempo. Esta es nuestra experiencia en A. ~' en todas partes. Insistimos en lo espiritual simplemente porque mIles de nosotros
hemos descubierto que no podemos pasamos sin esta parte del programa.
a)
Admisión del alcoholismo.
b)
Análisis de la personalidad y catarsis.
c)
Reajuste de relaciones personales.
d)
Dependencia de un Poder Superior.
e)
Trabajar con otros alcohólicos.
Queremos hacer resaltar en forma bien clara que no es condición
indispensable aceptar estos principios para ser miembro de Alcohólicos Anónimos. Cualquier alcohólico que admita que tiene un problema con la bebida puede considerarse un A. A., sin tener en cuenta lo
mucho que pueda estar en desacuerdo con el programa. Basados en
nuestra experiencia, todo nuestro programa es sólo sugerido. ~I alcohólico, que al principio rechaza el factor espiritual, se le recomlend.a
que mantenga su mente libre de prejuicios y que mien~ras tanto .•consIdere a su grupo como un poder más grande que él mIsmo. BaJO ~stas
condiciones el nuevo miembro comienza a experimentar un cambIO de
personalidad de tal magnitud y con tal rapidez, que honestamente ~o
puede aceptado como una autorrealización, resu~tado. de su propIa
disciplina. No s6io desaparece su obsesión alcohólica, SIOOque se e~cuentra progresivamente libre del miedo, el resentimiento y los.sentlmientos de inferioridad. Estos cambios parecen haberse producIdo en
forma automática. Por lo tanto, llega a la conclusión de que un Poder
más grande que él mismo debe haber estado trabajando en su beneficio. Aceptado ésto, comienza a formarse su propio concepto de Dios.
Luego desarrolla confianza en este concepto, que crece al comprobar
en su vida diaria que esta nueva fe realmente produce resultados.
Esto es lo que la mayoría de los A. A. tratan de decir cuando hablan de experiencias espirituales. Se refieren a algo distintivo en el
cambio de personalidad, que en su opinión, no podría haber ocurrido
sin la ayuda y presencia del Espíritu creador del universo.
Con el A. A. término medio, muchos meses pueden transcurrir
antes de que sienta la fe en el sentido espiritual. Sin embargo, casi ninguno de los que tiene un año o más de antigüedad sigue creyendo que
su transformación se debe exclusivamente a un fenómeno psicológico,
basado únicamente en sus propios recursos humanos. Muchos de nuestros miembros dicen que si bien no están de acuerdo con el concepto de
Dios sustentado por los ministros religiosos, han llegado a formarse su
propio concepto, del cual pueden depender positivamente -algo que
trabaja para su bien.
A nosotros los A. A. nos es indiferente lo que la gente pueda pensar
de esta experiencia espiritual nuéstra. Pero a muchos nos ha resultado
algo así como una conversión; precisamente lo que la mayoría de los
alcohólicos habían jurado que nunca podrían experimentar. De hecho, estoy comenzando a creer que es así como debemos llamarla, ya
que sé que nuestro buen amigo el Dr. Harry Tiebout * está sentado
aquí entre nosotros. Como deben saberlo, se trata del siquiatra quien
recientemente contó a su propia sociedad profesional, la Asociación
Americana de Siquiatría, que lo que los A. A. obtenemos es la conversión -¡de seguro y sin ánimo de chanza! Y si el espíritu de aquel gran sicólogo, William James, se pudiese consultar, estamos seguros que nos
mandaría leer su famoso libro "Variedades de la Experiencia Religiosa", en el cual el cambio de personalidad a través de "la variedad educacional de la experiencia o conversión espiritual" es tan hábilmente
explorado. Cualquiera que sea este misterioso proceso, ciertamente
ha dado buenos resultados, y para nosotros que estábamos en el camino que conduce al manicomio o al cementerio, cualquier cosa que dé
buenos resultados nos parece digna de ser tenida en cuenta.
y me alegro mucho de poder decir que numermos y distinguidos
miembros de vuestra profesión han declarado que nuestros Doce Pasos son una excelente medicina. Los sacerdotes de todas las denominaciones afirman que son buena religión, y por supuesto, a nosotros los
A. A. nos agradan porque nos dan resultados favorables. Deseamos
sinceramente que todos los médicos aquí presentes hoy, estén de
acuerdo con estas opiniones. En los primeros tiempos de A. A. nos parecía, a nosotros los alcohólicos, que nos encontrábamos vagando por
una especie de "tierra de nadie". que aparentemente dividía la ciencia
de la religión. Pero todo eso ha cambiado desde que Alcohólicos Anónimos se ha convertido en el lazo común de los dos conceptos.
Sí, indudablemente, Alcohólicos Anónimos es un movimiento de
cooperación. Todos los casos que necesitan tratamiento físico, son
orientados por nosotros hacia ustedes, los médicos. Frecuentemente
trabajamos con siquiatras, ya menudo descubrimos que ellos pueden
decir y hacer por el paciente cosas que nosotros no podemos. Los siquiatras aprovechan muchas veces el hecho de que nosotros como exbebedores podemos aventuramos en terrenos que ellos vacilan en explorar. En muchos lugares del mundo estamos en contacto diario con
sanatorios y hospitales públicos y privados. El apoyo entusiasta que
nos han dado muchas de vuestras instituciones es algo que agradecemos profundamente. La oportunidad de trabajar con alcohólicos significa todo para nosotros, y para la mayoría significa la vida misma. Sin
la oportunidad de olvidar nuestros propios problemas ayudando a
otros a solucionar los suyos, muchos de nosotros con seguridad pereceríamos. Esto es el corazón de Alcohólicos Anónimos -es la sangre que
nos da la vida.
Hemos arrancado además otras hojas del Libro de la Medicina y
les hemos dado un uso práctico. Es de ustedes, señores médicos, de
quienes hemos aprendido que el alcoholismo es una enfermedad compleja; que el beber en forma anormal es un síntoma de un mal ajuste
personal en la vida; que, como clase, nosotros los alcohólicos tenemos
una tendencia a ser sensibles, emocional mente inmaduros, grandiosos
en nuestras exigencias de los· demás y de nosotros mismos; que frecuentemente nos ha fracasado algún ideal de perfección, y que al no
cumplirse nuestros Sueños, como personas sensibles hemos escapado a
la fría realidad en la botella; que este hábito de escape se ha convertido
finalmente en una obsesión, o como dicen ustedes los médicos, en una
compulsión por beber tan sutilmente poderosa, que ni siquiera los
más grandes desastres, ni aún el temor a la locura, parecen tener el poder para destruírla. Somos en fin, las víctimas del antiquísimo dilema
del alcoholismo; nuestra obsesión garantiza que seguiremos bebiendo,
mientras que nuestra siempre creciente sensibilidad física garantiza
que enloqueceremos o moriremos si no dejamos de beber.
Cuando estos hechos individuales aprendidos de ustedes los hombres de ciencia, son presentados por un miembro de A. A. a otro alcohólico, causan una impresión profunda. El efecto es demoledor. El
yo inflado, las causas cuidadosamente elaboradas en un sentimiento de
inferioridad con el cual el alcohólico trata de bastarse a sí mismo, se disipan. Algunas veces se desinfla corno un globo al que se le hubiera
aplicado un hierro candente. Pero esto es precisamente lo que nosotros en Alcohólicos Anónimos buscamos. Es nuestra experiencia universal de que a menos que podamos desinflar al enfermo y hacerle ver
las cosas como son, no tendremos ningún éxito. Cuando más completamente logramos destruir la ilusión del alcohólico de que podrá recuperarse por sus propios medios, o de que algún día podrá beber como
un caballero, más éxito tendremos.
De hecho tratamos de provocar una "crisis" y de hacer que el enfermo "toque fondo", como decimos en A. A. Por cierto. deben ustedes
entender que todo esto se hace indirectamente. Nunca pronunciamos
sentencia ni le decimos a ningún alcohólico lo que debe hacer. Ni siquiera le decimos que es un alcohólico. Relatamos nuestras propias
historias y dejamos que saque sus conclusiones. Pero una vez que ha
aceptado el hecho de que es un alcohólico, y que no puede recuperarse
sin apoyo, la mitad de la batalla está ganada. El enfermo se encuentra
atrapado en un cerco psicológico. Si no lo retiene con suficiente fuerza
al principio. más beberá. hasta que se vaya estrechando este cerco a tal
punto que el enfermo diga "basta". Entonces es cuando decimos que
está "ablandado". Esto reduce al enfermo a un estado de completa
dependencia hacia lo que pueda ayudarle a dejar de beber. Está exactamente en el mismo estado mental que el enfermo de cáncer quien llega a depender completa, abyectamente, de lo que ustedes los hombres
de ciencia puedan hacer contra el cáncer. Más aún, se pone "dulcemente razonable", con el espíritu verdaderamente receptivo, como
sólo los moribundos suelen ponerse.
En estas condiciones, el aceptar las implicaciones espirituales del
programa de A. A. no presenta dificultades ni aún para los más descarriados. Aproximadamente la mitad de los miembros de A. A. fueron
al principio agnósticos o ateos. Esto sirve para desmentir la creencia de
que solamente podemos tener éxito con los religiosamente inclinados.
Estos son algunos de los factores básicos que quizá puedan explicar
el éxito que hemos tenido. Quisiera disponer de tiempo para darles
una idea íntima de nuestra vida juntos, nuestras reuniones, de esas firmes y sinceras amistades que nunca conocimos antes, de la participación de miles de nuestros miembros en la última guerra, cuando muchos descubrieron en los campos de batalla que estaban en condiciones
de hacer frente a la realidad-aún lejos de la influencia de los grupos de
A. A. Hemos descubierto que se puede tener confianza en Dios en
cualquier parte del mundo, que la fuerza puede surgir de la debilidad,
y que talvez solamente aquellos que han probado los triunfos de la confianza en un Poder Superior puedan comprender el verdadero significado de la libertad personal, la libertad del espíritu humano.
Seguramente ustedes, señores médicos, reunidos aquí hoy, comprenderán lo mucho que nosotros los A. A. les debemos, lo mucho que
hemos tomado prestado de ustedes, y lo mucho que aún dependemos
de ustedes. Pues han sido usteqes los que nos han proporcionado las
municiones que hemos utilizado, como sus asistentes no profesionales.
Hemos sido la guía de vuestra artillería. He puesto a la disposición la
versión de los factores que han resultado en los cambios de personalidad experimentados por nosotros, nuestro método de análisis, catarsis
y rehabilitación. He tratado de mostrarles un poco nuestro nuevo y dominante interés en la vida - esta Asociación donde hombres y mujeres
nos entendemos los unos a los otros, donde los clamores del egoísmo
quedan ahogados ante nuestro gran objetivo común, donde podemos
aprender a tener suficiente paciencia, tolerancia, honestidad, humildad y deseos de ser útiles, para llegar a dominar a nuestros antiguos
amos: la inseguridad, el resentimiento y los insatisfechos sueños de
poder.
¿QUE PIENSAN LAS AUTORIDADES MEDICAS
DE A. A.?
Neurólogo, Nueva York
Hemos oído una disertación conmovedora y elocuente. Conmovedora en su forma y por sus hechos.
No tengo dudas de que el hombre que se recupera.por sí mismo del
anhelo por el alcohol, tiene mucho más poder para recuperar al alcohólico, que el médico que nunca se ha visto afectado por la maldición alcohólica.
No importa lo comprensivo y paciente que pueda ser el médico en la
aproximación a su enfermo, éste casi con seguridad sentirá o se lo imaginará, que el médico lo trata en forma condescendiente, o puede ocurrírsele la idea de que está tratando de dominarlo uno de los profetas menores.
Esta Asociación de Alcohólicos Anónimos ha recuperado a dos de
los más grandes recursos de poder conocidos por el hombre, la religión y
aquel instinto de unirse uno con sus semejantes, que ha sido llamado por
Trotter como el "instinto de rebaño".
La fe religiosa ha sido descrita por Matthew Arnold como una creencia firme en un poder más grande que nosotros mismos, que nos impulsa
a las actitudes honestas, pudiendo adquirirse este sentimiento y la ayuda a
través de cierta conversión espiritual, que puede muy bien llamarse una
variedad de experiencia religiosa.
La asociación del enfermo con los que han estado enfermos o se están mejorando, es una sugerencia terapéutica de curación y le hacen olvidar el sentimiento de que es, socialmente, un paria, y el aprovechamiento
por él de estas profundas fuerzas íntimas queda demostrado por el crecimiento de ,ste vigoroso y benéfico movImiento. Además, eSle movimiento proporciona ll1l objetivo de gran poder emocional, al confiar a cada alcohólico recuperado la misión de ser un misionero entre los enfermos.
Nosotros los médicos, según creo, siempre hemos tenido dificultades
para dar a nuestros pacientes convalecientes el suficiente poder emocional
que sirva para reemplazar los efectos físicos del alcohol que se les ha quitado.
Estos hombres se llenan de un celo sagrado, y este mismo celo mantiene al hombre sobrio, mientras que el nuevo miembro se recupera.
Creo que nuestra profesión debe t~ner en cuenta y ~rehar en su justo valor esta gran llrma terapéutica. Si..no lo hacemos, qaetl.aremos convictos de esterilidad emocional y de haber perdido la fe que mueve las
montañas, sin la cual la medicina poco puede hacer.
Véase también el folleto
"A. A. Y la Profesión Médica"
En 1967 la Asociación Médica Americana declaró que el hacerse
miembro de A. A. era todavía la manera más efectiva para tratar el alcoholismo, y citaba a la doctora Ruth Fox, eminente autoridad en alcoholismo y luego directora médica del Consejo Nacional sobre Alcoholismo: "Con sus miles de grupos y sus 300.000 alcohólicos recuperados (en la actualidad más de un millón), A. A. indudablemente ha
llegado a mayor número de casos que todos nosotros unidos. Para los
pacientes que pueden y tienen la voluntad de aceptarlo A. A. puede
resultar la única forma de terapia requerida".
"Tengo el más profundo respeto por el trabajo que A. A. está desempeñando, por su espíritu, por su filosofía esencial de ayuda mutua.
No pierdo oportunidad de apoyarla pública y privadamente cuando
veo que merece la pena hacerlo" .
Karl Menninger, M. D.
Fundación Menninger
"Talvez el tratamiento más efectivo en la rehabilitación del alcohólico es una filosofía de la vida que sea compatible con el individuo
y con su familia, una fe absorbente en sí mismo la cual viene una vez
que él ha aprendido a entenderse a sí mismo, y una íntima asociación
con otros cuyas vidas y experiencias son paralelas a la suya. En la colaboración del médico con Alcohólicos Anónimos se halla el camino
para obtener estos logros para su paciente".
Marvin A. Block, M. D., miembro del Comité
de Alcoholismo y Drogas de la Asociación
Médica Americana.
La Sociedad de
ALCOHOLICOS ANONIMOS
Asociación Americana de Siquiatría
Presentado en la
105 Reunión Anual
Montreal, Quebec, Mayo de 1949
Alcohólicos Anóninos agradece esta invitación de aparecer ante la
Asociación Americana de Siquiatría. Esta es una circunstancia muy feliz. Siendo individuos no profesionales, no tenemos más que una historia que contar, y debido a ésto el carácter de esta narración es completamente personal y no científico. Cualesquiera que sean las influencias
más profundas, las actitudes y hechos que culminaron con la fundación
de Alcohólicos Anónimos son fáciles de relatar.
El orador describe aquí su experiencia personal para lograr su sobriedad. sus fracasos iniciales con otros alcohólicos, y su encuentro
eventual en Akron, Ohio, en Mayo de 1935, con el Dr. Bob S. quien se
convirtió en co-fundador de Alcohólicos Anónimos.
Cuando dejé Akron en Septiembre de 1935, tres alcohólicos se estaban manteniendo sobrios. Llegué a Nueva York, me puse a trabajar
y otro grupo de A. A. comenzó a tomar forma. Pero nada era muy seguro. Aún volábamos a ciegas.
nao El resto del texto está casi todo dedicado a la aplicación práctica de
los "Doce Pasos" , y a reducir la resistencia interior del lector . El trabajar con otros alcohólicos se recomienda insistentemente. Hay capítulos dedicados a las esposas, parientes y empleadores. El último capítulo describe a la nueva Sociedad y pide al alcohólico recuperado que trate de iniciar nuevos grupos. Esta ideología es completada luego por
treinta historias personales escritas por miembros de A. A. Esto completa la identificación y aviva la esperanza. Las 400 páginas de "Alcohólicos Anónimos" no contienen ninguna nueva teoría; solamente
relatan experiencias.
Cuando el libro apareció en Abril de 1939, teníamos alrededor de
100 miembros. Un tercio de ellos tenía récords de sobriedad impresionante. El movimiento se había extendido a Cleveland, y luego a Chicago y Detroit. En el Este se inclinó a Filadelfia y a Washington. En Cleveland sucedió algo extraordinario. El Plain Dealer publicó una serie
de artículos sobre nosotros, apoyados por comentarios editoriales. Un
bombardeo de llamadas telefónicas descendió sobre 20 miembros de
A. A., la mayoría de ellos gente muy nueva. Con el libro de A. A. en la
mano atendieron a todas las consultas. Los nuevos miembros trabajaban con los aún más nuevos. Dos años más tarde Cleveland tenía, debido a esta reacción en cadena, cientos de miembros. El promedio de
los que venían a nosotros y se quedaban fue muy elevado. Esto fue
nuestra primera experiencia de que podríamos digerir un elevado
número de alcohólicos rápidamente.
Luego comenzo una temporada de tres años de experimentos y
errores, que culminó con nuestro libro de texto "Alcohólico~ Anónimos" publicado en 1939.
Luego vino una gran publicidad de alcance nacional. El artículo
del Saturday Evening Post (Marzo de 1941) hizo que llegaran miles de
frenéticas consultas a nuestra pequeña oficina de Nueva York. Esto
nos dio listas de alcohólicos en cientos de ciudades.
Este libro, que es ahora la espina dorsal de nuestra Sociedad de
A. A., se inicia con una típica historia de alcoholismo y recuperación.
Luego viene un capítulo de esperanza titulado "Hay una Solución".
En el lenguaje peculiar de A. A. dos capítulos describen el alcoholismo y al alcohólico, siendo por cierto su objeto el identificar la enfermedad y luego "desinflar" al alcohólico. Hay un capítulo dedicado al
ablandamiento del agnóstico. Esto lleva a los "Doce Pasos" de Alcohólicos Anónimos. El corazón de nuestra terapia, y una práctica forma de vida, "estos pasos" no son sino la versión ampliada y puesta en
orden de los principios enunciados por mi amigo de la mesa de la coci-
Hombres de negocios pertenecientes a grupos de A. A. ya establecidos, y que viajaban frecuentemente, utilizaron estas listas para establecer nuevos grupos. Con envíos de literatura y frecuente correspondencia, nacieron grupos de A. A. por correo. Sin absolutamente ningún contacto personal ésto era extraordinario. Los miembros del clero
y los médicos comenzaron a dar su aprobación a nuestra obra. Deseo
hacer notar que el Dr. Harry Tiebout, quien preside esta reunión, fue
el primer siquiatra que nos observó y nos trató amistosamente. Alcohólicos Anónimos creció rápidamente. La época experimental había terminado. Estábamos ahora en el mapa de los Estados Unidos.
Aquí el orador hizo un resumen del tamaño de la Socieda~ en
1949 -aproximadamente 80.000 miembros en 3.000 grupos en tremta
países- y su composición general.
De los alcohólicos que se quedan con nosotros y realmente tratan
de aplicar el programa, un alto porcentaje llega a la sobriedad inmediatamente y la conserva; otros alcanzan la sobriedad después de una o
varias recaídas; y el resto experimenta notables mejorías. Pero muchos bebedores problema abandonan A. A. después de un breve contacto' tal vez tres o cuatro de cada cinco. Algunos son demasiado sicópatas' y están demasiado arruinados. Pero la mayoría se aferra aún a argumentos muy arraigados que deben ser quebrados. Esto es exactamente lo que sucede, siempre que el enfermo tenga lo que llamamos
una "buena dosis" de A. A. en sus primeros contactos. El alcohol enciende luego fuegos tan terribles que muchas veces vuelven a nosotros
en ocasiones años más tarde. Estos nos han dicho que tuvieron que volver, ya que era cuestión de elegir entre A. A. o la ruina total. Habían
aprendido sobre el alcoholismo de los propios alcohólicos, y estaban
más golpeados de lo que creían. Estos casos nos han dejado la agradable impresión de que la mitad de los que originalmente se alejan de
A. A. vuelven, la mayoría para recuperarse. De modo que solamente
instruímos al nuevo miembro. Nosotros nunca evangelizamos; el alcohol se encargará de ello. Los sacerdotes declaran que hemos capitalizado al Demonio. Pero el caso es que quienes vuelven son muchos, y
los conservamos. Creemos que el término medio de los que se recuperarán será mucho más elevado de lo que originalmente calculamos.
Esto es un resumen de nuestro origen, la terapéutica idea central y
los resultados en cifras. Por lo que se refiere a los resultados en cuanto
a calidad, es un tema demasiado extenso para ser tratado en este trabajo.
Alcohólicos Anónimos no es una organización religiosa; no tenemos dogma. La única proposición teológica es un "Poder más grande
que uno mismo". Aún este concepto no se le exige a nadie. El nuevo
miembro simplemente se sumerge en el programa lo mejor que pueda.
Si se le deja tranquilo, seguramente que reportará la gradual iniciación
de una experiencia transformadora, Ilámela como la llame. Algunos
observadores pensaron alguna vez que, A. A. ofrecía atracción sólo a
aquellas personas religiosamente susceptibles. No obstante, dentro de
nuestra asociación se incluye a un antiguo miembro de la Sociedad
Atea Americana, y cerca de 20.000 miembros más igualmente difíci-
les. Los moribundos suelen llegar a ser maravillosamente comprensivos. Por supuesto que casi no hablamos de conversión en estos días,
pues a la mayoría les causa temor esta idea. Sin embargo, la conversión, como la describe James en líneas generales, parece ser nuestro
proceso básico. Cuando un alcohólico trabaja con otro, no hace más
que experimentar y consolidar la experiencia esencial.
Las fuerzas de la anarquía, democracia y dictadura juegan papeles
importantes en la estructura y contenido de nuestra sociedad. El alcohol, el gran dictador, es bastante impersonal. Hitler jamás tuvo una
Gestapo tan eficiente. Cuando la anarquía del alcohólico enfrente a su
tirano, ese alcohólico debe convertirse en un animal social o perecer.
Por tanto, nuestra sociedad se ha decidido por la forma más pura de
democracia. Naturalmente, el potencial explosivo de nuestra algo neurótica Sociedad es enorme. En todas partes gira alrededor de los eternos provocadores: poder, dinero y sexo. A través de los grupos de
A. A. esos volcanes entran en erupción por lo menos mil veces por día.
Podemos ahora mirar esas explosiones con una buena dosis de humor,
con mucha magnanimidad y casi sin miedo alguno. Consideramos que
son valiosas lecciones objetivas para nuestro crecimiento. Nuestra íntima comprensión mutua, la urgencia de nuestra misión, la necesidad
de dominar nuestra neurosis para vivir felices, todo ésto, junto con el
amor a Dios y a nuestros semejantes, nos han mantenido en una sorprendente unión. Cuanto más sean los semejantes que nos rodean y
tienen nuestro mismo problema, más seguridad obtendremos. De la
misma manera como bastantes bolsas de arena amortiguan el estampido de cualquier cantidad de dinamita. Creemos que somos una familia
bastante segura y feliz. Los invitamos a que asistan a cualquier reunión
de A. A. para comprobarlo.
Muchos alcohólicos son enviados hoy en día a A. A. por sus propios psiquiatras. Libres de la bebida vuelven a sus médicos con mejores probabilidades de ser tratados. Casi todas las esposas de alcohólicos se han convertido en cierto grado, en sus madres posesivas. Casi todas las mujeres alcohólicas, si aún conservan sus maridos, viven con un
padre desconcertado. Esto algunas veces significa que habrá muchos
disgustos. ¡Demasiado bien lo sabemos nosotros los A. A.!
Ahora, para terminar: nosotros en A. A. tratamos de tener presente que jamás podremos tocar sino una parte del problema total del
alcohol. Tratamos de recordar siempre que nuestro éxito creciente
puede llegar a ser como un vino que se sube a la cabeza, y que nuestros
propios recursos serán siempre limitados. ¿Querrán ustedes, damas y
caballeros, convertirse en nuestros socios, médicos esgrimiendo sus invisibles escalpelos, trabajadores todos, en nuestra causa común? Nos
gusta pensar que Alcohólicos Anónimos es un terreno intermedio entre la medicina y la religión, el catalizador perdido de una nueva síntesis. ¡Esto con el fin de que los millones que aún sufren logren ahora
emerger de las tinieblas hacia la luz del día!
Estoy seguro de que ninguno de los que atienden este gran Salón
de la Medicina se sentirá molesto si cedo la última palabra a nuestro socio pasivo, la Religión:
Dios concédenos la serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar, valor para cambiar aquellas que podemos, y sabiduría
para reconocer la diferencia.
DOCE PASOS
DE ALCOHOLICOS ANONIMOS
"Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol: que nuestras
vidas se habían vuelto ingobernables".
"Llegamos al convencimiento
volvemos el sano juicio".
de que un Poder Superior podría de
"Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de
Dios, como nosotros lo concebimos".
"Sin miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos."
"Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos".
"Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos liberase de
todos estos defectos de carácter".
"Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos
ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el daño que les causamos".
"Reparamos directamente a cuantos nos fué posible el daño causado,
excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para
otros" .
"Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos
equivocábamos lo admitíamos inmediatamente.
"Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro
contacto consciente con Dios, como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente que nos dejase conocer su voluntad para con noso
tros y nos diese la fortaleza para cumplida".
"Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos
Pasos, tratamos de llevar este mensaje a los alcohólicos y de practicar
estos principios en todos nuestros asuntos".
DOCE TRADICIONES DE
ALCOHOLICOS ANONIMOS
1.
;'Nuestro bienestar común debe tener la preferencia, la recuperación
personal depende de la Unidad de A.A.".
2.
"Para el propósito de nuestro grupo sólo existe una autoridad fundaen tal : Un Dios amoroso que puede manifestarse en la conciencia
de nuestro grupo. Nuestros líderes no son más que servidores de confianza. No gobiernan".
:TI
3.
"El único requisito
ber".
para ser miembro de A.A. es querer dejar de be-
4.
"Cada grupo debe ser autónomo, excepto en asuntos que afecten a
otros grupos o a A.A., considerado como un todo".
5.
"Cada grupo tiene un solo objetivo primordial:
cohólico que aún está sufriendo".
6.
"Un grupo de A.A. nunca debe respaldar, financiar o prestar el nombre de A.A. a ninguna entidad allegada o empresa ajena, para evitar
que los problemas de dinero, propiedad y prestigio nos desvíen de
nuestro objetivo primordial".
7.
"Todo grupo de A.A. debe mantenerse completamente
negándose a recibir contribuciones de afuera.
8.
"A.A. nunca tendrá carácter profesional, pero nuestros centros de
servicio pueden emplear trabajadores especiales".
9.
"A.A. como tal nunca debe ser organizada; pero podemos crear jun.as o comités de servicio que sean directamente responsables ante
aquellos a quienes sirven".
10.
"A.A. no tiene opinión acerca de asuntos ajenos a sus actividades;
por consiguiente su nombre nunca debe mezclarse en polémicas públicas ".
11.
"Nuestra política de relaciones públicas se basa más bien en la
atracción que en la promoción; necesitamos mantener siempre nues tro anonimato personal ante la prensa, la radio, la televisión y el cine"
12.
"El anonimato es la base espiritual de nuestras Tradiciones,
dándonos siempre anteponer los principios a las personas".
llevar el mensaje al al-
a sí mismo,
recor -
•
Aprobada por la Conferencia de Servicio General de A.A.
Solicite catálogo y listas de precios al Apartado Aéreo 3070 Medellín
LIBROS:
ALCOHOLICOS ANONIMOS
DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES
A. A. LLEGA A SU MAYORIA DE EDAD
COMO LA VE BILL - LA MANERA DE VIVIR EN A. A.
VIVIENDO SOBRIO
LLEGAMOS A CREER ...
DOCE CONCEPTOS DE SERVICIO MUNDIAL
MANUAL DE SERVICIO DE A. A.
DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES (Bolsilibro)
FOLLETOS Y PLEGABLES:
ESTO ESA.A.
44 PREGUNTAS
A. A. POR JACK ALEXANDER
CARTA A UNA MUJER ALCOHOLICA
A. A. Y LA PROFESION MEDICA
UN MINISTRO RELIGIOSO PREGUNTA ACERCA DE A. A.
EL MIEMBRO DE A. A. Y EL ABUSO DE LAS DROGAS
A. A. EN HOSPITALES
A. A. EN PRISIONES
EL EMPLEADO ALCOHOLICO
EL MARIDO ALCOHOLICO
TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS
EL GRUPO DE A. A.
PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE PATROCINIO
¿COMO COMIENZA A. A. Y COMO CRECE?
¿COMO SE DESARROLLO LA TRADICION DE A. A.?
¿ES A. A. PARA USTED?
¿COMO TRABAJA EL PROGRAMA?·
¿COMO COOPERAN LOS MIEMBROS DE A. A. CON
OTROS ESFUERZOS DE LA COMUNIDAD?
LAS DOCE TRADICIONES ILUSTRADAS
LO MEJOR DE BILL
LO QUE LE SUCEDIO A JOSE
A. A. EN SU COMUNIDAD
UNA BREVE GUlA HACIA A. A.
A. A. Y LOS PROGRAMAS SOBRE ALCOHOLISMO EN
EMPRESAS E INSTITUCIONES
LOS JOVENES Y A. A.
UN PUNTO DE VISTA DE UN MIEMBRO DE A. A.
REVISTA A. A. EL MENSAJE
BOLETIN DE SERVICIO E INFORMACION