APFP Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones

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Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones.
COMISIONES DE SERVICIOS:
DESVIACIÓN DE PODER
PERMANENTE
“La honestidad es un regalo muy caro, no
lo esperes de gente barata…”
Quino. Viñeta de Mafalda.
“En todos los casos es deber de la
persona de bien decir públicamente y en
voz alta todo lo que crea que es verdad”
Nicolás de Condorcet
Una prueba evidente de la corrupción radical de las costumbres en España es que
tengamos de reivindicar la aplicación de la ley. Y que haya que reivindicarla a los que
hicieron la ley para ellos. Este régimen está tan corrompido que no respeta ni su propia
legalidad.
Las comisiones de servicios las ideó el legislador para resolver un problema: la
urgencia e inaplazable necesidad de proveer un puesto de trabajo que no puede estar
vacante y para cuya provisión ordinaria – concurso o libre designación – no hay tiempo.
Por eso la Administración dispone de este mecanismo extraordinario que le permite resolver
una urgencia. Pero en su uso ha de cumplir dos requisitos:
1.- Motivar la situación de inaplazable necesidad y urgencia.
2.- Respetar los principios generales en todo proceso de promoción: publicidad,
igualdad, mérito y capacidad.
El legislador, para evitar el mal uso de la institución de la comisión de servicio, estableció,
además, que toda comisión se concede por un año, sólo prorrogable por otro más. Lo del
primer año tiene la finalidad de que por la Administración se proceda a la provisión del
puesto de trabajo por el procedimiento ordinario que corresponda – concurso o libre
designación -. Y que si el puesto continúa vacante, se proceda a la prórroga por otro año –
improrrogable –
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La desviación de poder se produce cuando las comisiones de servicios se usan para
fin distinto al que decidió el legislador: atender a una urgente inaplazable necesidad.
Así que en el uso de las comisiones de servicios en la Administración penitenciaria – como
en el resto de las Administraciones públicas – constituye una desviación de poder
sistemática.
Es desviación de poder porque la Administración usa las comisiones de servicios con
otra finalidad, para ejercitar su dedazo con los que son de su partido, sus amigos – aunque
la amistad no germina en terrenos tan estériles: en esos terrenos brota sólo el interés -, sus
familiares, sus avenidos, sus halagadores, sus siervos o los que callan y otorgan conociendo
cómo funciona la “realidad”. O lo que es peor, para los que teniendo más que méritos para
ocupar la plaza de que se trate, han de entrar en ese mercadeo de falsas admiraciones o de
silencios aparentemente neutros para que no te roben lo que te mereces.
Luego eso se reviste de “aparente objetividad” con los concursos donde la igualdad
de oportunidades ni desapareció porque nunca estuvo. Y el sindicalismo de Estado, los que
cobran subvenciones estatales, es decir, del dinero de todos aunque te repatee lo sindical ¡tiene narices! -, la legitima en las mesas de los concursos esperando del señor alguna
prebenda en forma de comisión de servicios, liberación o cursitos. De contraprestaciones de
ese favor legitimador por los sindicatos está la administración penitenciaria saturada. Así
que la Administración penitenciaria es imposible que, simplemente, funcione
¡Y mira que la Administración penitenciaria tiene arrugas en las que esconder su
procedimiento contra norma y darle visos de legalidad, de apariencia de cumplimiento de
sus propias normas, que comete la atrocidad y la torpeza de ofertar sólo para servicios
periféricos una plaza que convoca ubicada en servicios centrales!
¿Qué necesidad tiene la Administración penitenciaria para no guardar siquiera las
formas más elementales de aparente legalidad en las que enmascarar el engaño, cuando
puede nombrar, y nombra, a quien quiere, cómo quiere y cuándo quiere?¿Cómo es posible
que ni siquiera guarde la apariencia del cumplimiento de uno de los requisitos, el de
igualdad, permitiendo aunque sea ilusoriamente participar a los funcionarios del A1 y del A2
de servicios centrales también en la provisión del puesto JEFE/JEFA DE SECCIÓN DE
SEGUIMIENTO Y CONTROL ADMINISTRACIÓN PENITENCIARIA(NIVEL 24)? Puestos a
ser arbitrarios y caprichosos ¿Por qué no se ha restringido ya al centro penitenciario en el
que prestaba sus servicios la funcionaria agraciada, o a la provincia de Toledo para ser
generosos? O si realmente se quiere molestar ¿por qué no poner el nombre, apellidos y
foto de la elegida?
No tenemos nada contra esa funcionaria ni con quien accede de la misma manera a
un puesto de trabajo. Pero tenemos todo contra esas prácticas.
Mal está que cuando hay un puesto vacante se oferte sólo en comisión de servicios a
los funcionarios que prestan sus servicios en la unidad en que se ubica, porque quiebra el
necesario principio de igualdad que ha de presidir cualquier procedimiento de provisión,
incluidos los “provisionales”.
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Pero es el colmo, una provocación, una falta de respeto intolerable, que ese principio
se quiebre impidiendo participar en la provisión del puesto a los funcionarios de servicios
centrales donde justamente se ubica la plaza.
¿Qué riesgo corre el nombramiento de quien se quiere nombrar si en las
convocatorias de puestos a cubrir en comisión de servicios nunca se establecen los méritos
que se van a valorar en la provisión? Esa nueva ilegalidad que ignora los principios de
mérito y capacidad permite a quien decide nombrar a quien quiera sin más límite que su
capricho.
¿Entonces para qué usar un procedimiento tan torcido, tan provocador, tan evidente
en su intención, para nombrar a la JEFA DE SECCIÓN DE SEGUIMIENTO Y CONTROL
ADMINISTRACIÓN PENITENCIARIA (NIVEL 24)?
¿Quizás es que su candidata no alcanzaría ni de broma ese puesto en un
procedimiento en el que la igualdad de oportunidades fuera el principio de
actuación?¿Quizás ignora todo lo que se precisa para afrontar las funciones de la plaza que
ocupa en comisión y se garantiza de esa manera tan pacata que la ocupe y que la perpetúe
en el futuro?
¿O quizás es que se instaló de manera descarada la impunidad a base de tomar
decisiones contra norma y ver que nunca pasa nada o si pasa les trae sin cuidado?
Conviertan todos los puestos de trabajo en libre designación y no le falten al respeto
a los funcionarios que tienen méritos mayores para ocuparla. Ni le priven a los que no
teniéndolos deseen participar en ese hermoso espectáculo de la provisión de los puestos de
trabajo. A algunos ya ese teatro nos resbala desde hace tiempo, pero hay personas que aún
conservan esa ingenua ilusión de pensar que su esfuerzo, su capacidad, su formación, tiene
algo que ver en la promoción profesional. ¿Para qué frustársela? Perpetúen el espectáculo.
Aunque sólo sea porque el ambiente laboral se mantenga en ciertos márgenes tolerables.
Y a los que en este régimen del favor, de la prebenda, realmente quieran subir en el
escalafón sin importarles perder la dignidad, entonces el camino es fácil: afíliate a un
partido, al del jefe claro, afíliate a su sindicato, sírvele todos los cafés del mundo, incluso
antes de que te los pida, con premura y sin rechistar, sonríele y ríe sus chistes aunque
maldita la gracia que tienen, halágale hasta que el ego le reviente – tiene la debilidad
justamente ahí -, pierde el esqueleto en el reptar y nunca levantes los ojos del suelo. Y luego
ten la suerte de que no se te cuele alguien más servil, más próximo, más familiar o del que
pueda sacar algún provecho presente o futuro. Si se te cuelan, no protestes, perderías toda
la mala vida que llevas para alcanzar la gloria.
Y que sepas que a quien halagas para alcanzar el puesto te desprecia, porque en el
fondo es lo que más desprecia de sí mismo: haber tenido que claudicar de lo que realmente
nos hace humanos. Humanos luminosos. Ya sabes, la enorme confusión entre ser o tener.
Que se paga cara. Con las arrugas del alma. Que aunque no las notes te vuelven gris, triste,
mediocre. En un “no sé qué me pasa”.
En la vida, No vale todo a cualquier precio, más en una
Administración que luego desprecia a sus propios funcionarios.
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