Portada La Jornada Veracruz

El próximo gober no
tiene que apellidarse
Yunes. Callejas dixit
LUNES 19 DE ENERO DE 2015
No a remate
de bienes del
IPE, exigen
los jubilados
Risoterapia ayuda a niños a combatir cáncer
Édgar Escamilla y
Roxana Aguirre
Poza Rica, Ver.- Todos los días, ni-
“Queda demostrado que la reforma
a la ley no saneó la finanzas” ■ Foto
AVC Noticias
Fernando Inés
2
■
Más IP en los
organismos
de manejo del
agua: diputada
Justifican privatización
del SAS; estaba en riesgo
el abasto: Callejas Arroyo
■
Sayda Chiñas y Jair García
6
■
Protesta del
SNTE contra
evaluación, a
destiempo
Pruebas, estandarizadas,
omiten particularidades,
advierte Callejas Roldán
■
Jair García
3
■
Ola de asaltos
en catedral de
Córdoba, piden
más seguridad
Mando Único reforzó
ya la vigilancia, pero
aún falta: Lázaro Padró
■
Celia Díaz
■
11
ños y niñas se encuentran en las
salas de pediatría de hospitales
públicos y privados, enfrentando
a un enemigo que a su corta
edad no deberían siquiera conocer; el cáncer. Acompañados
de médicos, enfermeras y familiares, luchan día a día para
vencer su enfermedad; lucha que
es incentivada por un grupo de
voluntarios que llevan diversión
y sonrisas a estos pequeños.
“Doctor Payaso” está basado en el concepto desarrollado por Patch Adams en Estados Unidos, bajo la premisa de
que la risa es esa gran medicina
que puede sanar corazones y
cuerpos quebrantados.
Son un grupo de voluntarios
especialistas que llegan a las salas de pediatría para realizar algo
más que un acompañamiento,
tratar de minimizar el estrés al
que se ven sometidos los pequeños en esos espacios reducidos,
lejos de casa y de los suyos.
“La finalidad de Doctor Payaso es mejorar la calidad de vida
de los niños con cáncer y otras
enfermedades, que los llegan a
mantener postrados en la cama de
un hospital, y sobrellevar la crisis
emocional que les puede generar
su enfermedad”, señaló Gloria
Ivet Licona Martínez, presidenta
de Fundación Danitos.
Como fundación, Danitos se
encarga de la atención multidisciplinaria de niños con necesidades de atención especiales,
tales como Síndrome Down,
autismo-asperger, y otras que
requieran terapias físicas como
la parálisis.
Es así como se establece contacto con el programa “Clown
care”, un taller enfocado en el
desarrollo de las personas y reconectarlas con su lado divertido, espontáneo y auténtico.
“Se trata de un reto para las
personas, que va desde aprender
a jugar como niño, escuchar tu
corazón, reír a carcajadas, aceptarse a uno mismo, amar sin límites y sobre todo, vivir en libertad”, enfatizó Licona Martínez.
En Veracruz se han formado
grupos de voluntarios que han
participado en estos talleres y
que próximamente se realizarán en esta ciudad de Poza
Rica, por lo que invitan a los
interesados a visitar el perfil
de Facebook de Yo Soy Danito,
Invita la fundación Yo Soy
Danito a formar parte del
proyecto Doctor Payaso
donde pueden encontrar mayor
información para formar parte
de este proyecto de vida.
La magia del Doctor Payaso
se basa en el poder de la risoterapia para aliviar el estrés que
enfrentan los niños con alguna
enfermedad terminal, pero más
allá también tiene aplicaciones
en el ámbito escolar y hasta laboral, pues permite liberar las cargas emocionales que usualmente
vienen cargando las personas.
Mateo, un pequeño luchador
Desde que Ariadna Juárez Ramírez tenía cinco meses de
gestación y supo de la malformación que tenía su bebé, ella
y su esposo lucharon para que
viviera, a pesar de los escasos
pronósticos a su favor. Ahora
ya con dos años Mateo de Jesús Márquez Juárez es un bebé
muy inquieto, que no puede
dejar por mucho tiempo los
brazos de su madre y que rie
ante cualquier provocación, sin
embargo el hemolifangioma
cervical con el que nació lo
hacen un niño en un millón.
Las tumoraciones y quistes
están llegando ya a la tráquea
del pequeño, aprisionandola, lo
único que le permite respirar es
un orificio que le hicieron quirúrgicamente, una especie de
traqueotomía, que sus padres
limpian continuamente de las
secreciones para que él pueda
respirar con normalidad.
“Nosotros no lo esperábamos, al quinto mes de embarazo le detectaron malformación, le daban pocas esperanzas de vida, me decían que
son bebés que mueren, pero él
fue atendido aquí en Veracruz
donde los doctores lo mantuvieron con vida y dijeron que
no podían hacer nada por él”,
afirmó su madre.
Mateo lleva a su corta edad
dos cirugías, sin embargo la
tercera ya no pudo realizarse
por el altísimo riesgo que implicaba.
“En el hospital siglo XXI en
México le hicieron su primer
cirugía de 7 horas donde nos
daban peores diagnósticos le hicieron segunda resección y la
tercera no quisieron realizar por
el riesgo de la misma y no cuentan con tecnología para seguir
retirándose los quistes del rostro.
“La tumoración por dentro
le invade su tráquea, cuello y
rostro”, explicó su madre.
La única opción que les
queda ahora es un tratamiento
con un valor aproximado de
4 millones de pesos que se
imparte en el hospital para niños de Cincinnati en Estados
Unidos, por lo que la familia
y amigos trabajan ahora en la
campaña denominada, “Ayudando a un Guerrero”.
Los padres de Mateo ya se
entrevistaron con la encargada
de relaciones internacionales del
hospital, sin embargo, como en
cualquier hospital y aunque la
vida del pequeño está en riesgo,
no trabajan sin que exista el
pago justo de por medio.
“Ya nos hicieron la cotización aproximada pero el hospital no te atiende y no te
trata si no hay recurso, es un
tratamiento de año y medio en
el que se va cada dos mes durante dos semanas y ahí se van
haciendo los pagos de acuerdo
a lo que te dicen, nos da la
opción de empezar a llevarlo
con lo que tenemos recaudado
y sobre la marcha, aunque sea
más difícil, porque estaremos
yendo, seguir trabajando para
juntar lo que falta”, explicó.
La invitación hecha por los
padres de Mateo está abierta a
la ciudadanía en general, quien
desee donar puede hacerlo a la
cuenta que se encuentra a nombre del bebé en Bancomer con
número 2982729024.
La magia del Doctor Payaso se basa en el poder de la risoterapia para aliviar el estrés que enfrentan los niños
con alguna enfermedad terminal ■ Foto Édgar Escamilla