vida cristiana

Iglesia Pentecostal Unida en
Europa
ESCUELA DE FORMACION
MODULO
VIDA CRISTIANA
EFOM
1
VIDA CRISTIANA
DEFINICIÓN:
Es la materia que trata del estudio de los principios básicos para el
desarrollo del diario vivir cristiano, con base en la Palabra de Dios y la obra del
Espíritu Santo.
1. EL CRISTIANO Y SU RELACIÓN CONSIGO
MISMO.
2. EL CRISTIANO Y SU RELACIÓN CON DIOS.
3. EL CRISTIANO Y SU RELACIÓN CON LA
IGLESIA.
4. EL CRISTIANO Y SU RELACIÓN CON LA
SOCIEDAD.
METODOLOGÍA:
CLASES MAGISTRALES.
TRABAJOS GRUPALES.
ENSEÑANZAS PRÁCTICAS.
EVALUACIÓN:
ORAL
PRACTICA
TALLERES
30%
30%
40%
BIBLIOGRAFÍA:
Biblia Reina Valera 1960
La Palabra de Vida –Bob Hoskins – Editorial Vida – 1985
Oración la Clave del Avivamiento – Paul Yonggi Cho – Editorial Betania
1987
Manual Iglesia Pentecostal Unida
INTRODUCCIÓN VIDA CRISTIANA
2
INTRODUCCIÓN:
Es la materia que trata del estudio de los principios básicos para el desarrollo
del diario vivir cristiano, con base en la Palabra de Dios y la obra del
Espíritu Santo.
OBJETIVO:
Sentar las bases fundamentales para una vida cristiana exitosa, dentro del
marco que delimita la Biblia.
SUBTEMAS:
Introducción
Objetivo
Metodología
Intensidad Horaria
Evaluación
Bibliografía
INTENSIDAD HORARIA:
1 Hora
METODOLOGÍA:
Clase Magistral
3
EL CRISTIANO Y SU RELACIÓN CONSIGO MISMO
INTRODUCCIÓN:
“Ninguno tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que
piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a
cada uno”. Romanos 12: 3.
OBJETIVO:
Concientizarnos de la importancia que tiene el valorarnos nosotros mismos, que
debe ser conforme a la medida de fe.
SUBTEMAS:
El concepto que tengo de mí mismo.
El concepto que tienen los demás de mí mismo.
El concepto que tiene Dios de mí mismo.
INTENSIDAD HORARIA:
1 Hora
METODOLOGÍA:
Clase Magistral
Análisis Individual sobre el tema.
EL CRISTIANO Y SU RELACIÓN CONSIGO MISMO
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El Principio de la Seguridad en sí mismo
“Nuestra fe o confianza en el Señor” 1 Pedro 2: 10.
Ningún seguidor de Jesús desarrolló jamás la verdadera madurez espiritual sin
enfrentarse a una variedad de “valles”. Tales altibajos o experiencias de cruzar los
valles son necesarios para activar el proceso de maduración.
La seguridad en sí mismo para encarar las pruebas y oportunidades de la vida, es
una consecuencia de ese proceso. Se define la seguridad en sí mismo como “un
sentimiento de certeza o confianza” .
Para el cristiano, sin embargo, la seguridad en sí mismo se manifiesta solo en
proporción a su confianza en Dios.
La seguridad o certeza indica fundamentalmente una creencia en una persona o
cosa, y por tanto se enfoca en la fe. Desde luego, la fe es tan vital para la vida
cristiana que ésta no puede existir sin aquella.
En efecto, la Biblia dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios” Hebreos 11:
6. Además la falta de fe en el creyente suele significar la imposibilidad de alcanzar
el potencial que tiene en Dios, ya que es la fe la que nos hace creer que Dios hará
grandes cosas.
Así pues, la seguridad en nosotros mismos para encarar las oportunidades y pruebas
de la experiencia humana nunca superará nuestra fe en Cristo, que es el corazón de
“El principio de la seguridad”.
¿QUÉ ES LA FE?
Aunque numerosos pasajes bíblicos explican los aspectos del desarrollo de la fe,
sólo un versículo lo define con precisión. En efecto, el autor de la epístola a los
Hebreos escribió: “Es pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la
demostración de las cosas que no se ven” Hebreos 11: 1.
Dos palabras tienen un significado especial en el versículo, y ellas son: Sustancia y
Demostración.
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SUSTANCIA ► Significa “Parte real o esencial de una cosa”. Otra definición es:
“Lo que es sólido o real”. Así pues, la sustancia habla realidad. Es la esencia de una
verdad o el punto focal de un concepto.
DEMOSTRACIÓN ► Significa “Prueba de una cosa”, partiendo de verdades
universales y evidentes. Otra definición dice: “Datos o información en que puede
basarse un juicio o conclusión o por los cuales se puede establecer una prueba o
probabilidad”. Por lo tanto, Hebreos 11: 1 declara que nuestra fe no es una idea
abstracta, sino una realidad concreta. Mi confianza en Cristo no se basa en
supuestos sentimientos, sino en una prueba tangible, y esa prueba es mi fe.
Cinco Importantes Definiciones de la Fe.
1. La Fe es la “Seguridad” de la existencia de Dios y de la realidad de las
promesas que nos ha hecho. “Seguridad” significa “calidad de seguro”. La
seguridad es también libertad de toda duda y tiene relación con la confianza
en uno mismo y la certeza. Nuestra fe es pues, seguridad intelectual y
ausencia de duda. Uno descubre fácilmente que ella aumenta la confianza en
uno mismo.
2. La Fe es la “confirmación” de la realidad de la existencia de Dios o de las
promesas que nos ha hecho. “Confirmación” significa “acción de establecer
la autenticidad de una cosa”. Confirmar algo es corroborar su realidad.
3. La Fe es el “título de propiedad” de algo que uno tiene como posesión,
aunque no pueda ver la posesión con los ojos. La palabra “título” significa
“fundamento jurídico de un derecho”. Por otra parte “propiedad” es la cosa
que uno controla como propia. Por tanto, el “título de propiedad” representa
una cosa real reconocida legalmente como derecho propio.
4. La Fe es “la prueba” de la validez de una cosa, y en este caso de Dios y de
las promesas que nos ha hecho. La palabra “prueba” significa la evidencia
que establece la validez de algo. Aquí descubrimos una de las definiciones
más interesantes de la Fe. El escritor de la epístola a los Hebreos sugiere así
que nuestra fe misma es una “prueba” de que Dios existe.
5. La Fe es la “convicción” de la realidad de Dios. “Convicción” significa
“convencimiento” o “”acción” y efecto de convencerse”. En realidad, la fe se
fortalece tanto en la vida cristiana que se convierte en una convicción
absoluta.
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LOS LADRONES DE LA SEGURIDAD EN SI MISMO
Satanás suele enviar de continuo un sinnúmero de enemigos en nuestra dirección
para impedir el desarrollo de esta importante cualidad de la vida Espiritual. Por esta
razón el Salmista dijo: “Las angustias de mi corazón se han aumentado, sácame de
mis congojas, mira mis enemigos, cómo se han multiplicado, y en odio violento me
aborrecen”. Salmos 25: 17, 19.
A. EL ESPÍRITU DE DEPRESIÓN: Todo cristiano puede identificarse con los
sentimientos de decepción o desánimo. De un espíritu de depresión proviene el
“ladrón de la desesperación”. Desesperanza significa “perder toda esperanza”; ser
vencido por una sensación de inutilidad o derrota.
Varios escritores de la Biblia experimentaron terribles encuentros con el espíritu de
depresión. En cierta ocasión Moisés le pidió a Dios que le quitara la vida,
diciéndole: “yo te ruego que me des muerte” Números 11: 15. David escribió:
“terror me ha cubierto” Salmo 55: 5.
Los desánimos de Jeremías fueron tan grandes que uno de sus dos libros lleva el
título de “Lamentaciones de Jeremías”. Entre otras cosas, el profeta dijo que Dios
lo había dejado en “Oscuridad”, que le había “Torcido” sus senderos, que lo había
“despedazado” y que le había quebrado los dientes “con cascajo”. Lamentaciones
3: 1-18; al leer esto, difícilmente envidiaríamos a Jeremías.
Incluso nuestro Señor Jesús se topó con este ladrón. En efecto, de su experiencia en
Getsemaní Jesús dice: “Mi alma está muy triste, hasta la muerte”. Mateo 26: 38.
Los sicólogos nos dicen que los pensamientos malos y negativos son la raíz de la
mayor parte de las depresiones. Disertando sobre este asunto el autor de los
Proverbios escribe: “Por el dolor del corazón, el espíritu se abate” Proverbios
15:13; “El espíritu triste seca los huesos” Proverbios 17: 22.
Como la depresión es un estado de tristeza que debilita nuestras fuerzas, el
remedio para esta tiene que hallarse sin duda en la risa o “el gozo de Jehová”
Nehemías 8: 10. El gozo sobre el cual tratamos superficialmente en el capítulo
anterior es una cualidad tan necesaria para el crecimiento de la seguridad que
merece una consideración más atenta. Los mismos versículos de Proverbios que
presentamos hace un momento y que se refieren a la depresión, describen también
el remedio para esta. En efecto, Proverbios 15: 13 comienza a si: “El corazón
alegre hermosea el rostro”, y Proverbios 17: 22 declara con energía: “El corazón
alegre constituye buen remedio”.
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Los sicólogos e investigadores científicos nos dicen que la risa tiene poder curativo,
produce bienestar físico y mental.
Los beneficios que proporciona la risa son:
1.
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4.
5.
6.
Beneficia los pulmones.
Despeja el sistema respiratorio.
Proporciona un saludable desahogo emocional.
Provee una oportunidad para descargar energía innecesaria.
Combate el aburrimiento.
Contribuye a combatir la timidez, la tensión y la ansiedad.
B. EL ESPÍRITU DE ODIO: Como el perdón es una cualidad vital para la
madurez espiritual, que contribuye al crecimiento de la confianza en Cristo, Satanás
hará todo lo posible para destruir esta cualidad atacando al creyente con el ladrón
de la ira, ladrón que lleva a un espíritu de odio.
Respecto a este espíritu, dice la Biblia: “No aborrecerás a tu hermano en tu
corazón... no te vengarás, ni guardarás rencor”. Levítico 19: 17-18.
Una advertencia similar descubrimos en la epístola de Santiago: “Hermanos, no
os quejéis unos con otros, para que no seáis condenados” Santiago 5: 9. Y Pablo
agrega: “No os venguéis vosotros mismos”, Romanos 12: 19.
El primer paso para vencer este espíritu de odio es cultivar un espíritu de perdón, el
cual emana de esa importante cualidad: La Benignidad. Con respecto a la
benignidad Pablo escribió: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos,
perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.
Efesios 4: 32. La Benignidad es el factor principal de una vida de madurez
equilibrada.
C. ESPÍRITU DE SOBERBIA Y ORGULLO: Desde su fortaleza de la soberbia,
Satanás envía al ladrón de la presunción. La presunción tiene que ver con un
concepto excesivamente alto de uno mismo, y que está lleno del espíritu de orgullo.
No nos referimos aquí a la confianza personal, que es una cualidad importante para
la verdadera madurez, sino, a esa actitud mortal llamada arrogancia. La Biblia nos
advierte de este espíritu en Proverbios 16: 18, “Antes del quebrantamiento es la
soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu”.
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El remedio para la soberbia es el espíritu de humildad. Sin embargo, jamás se
debería considerar la humildad como auto condenación. La humildad no consiste
en rebajarse a uno mismo, sintiéndose indigno. En realidad, la mejor manera de
cultivar un espíritu de humildad es exaltar a los demás.
Cuanto más exaltamos a otros desde una posición modesta, tanto más cultivamos el
verdadero espíritu de humildad.
Por tanto, la verdadera humildad tiene que fijar su atención en los demás.
D. EL ESPÍRITU DE TEMOR: El temor que da rienda suelta al ladrón de la
ansiedad, es otro enemigo que Satanás suele enviar para destruir nuestra fe. Desde
luego, son imprescindibles algunas formas de temor. Indudablemente no hay nada
malo en el temor normal, como el de pisar una serpiente venenosa. Pero el “Temor”
del que tratamos aquí consiste en estar siempre a la espera de peligros, y sus
posibles resultados que son grandemente exagerados. Dicho temor excluye la
capacidad de Dios para intervenir a nuestro favor.
La Biblia nos manda con frecuencia que evitemos el temor. Se dice que las
expresiones “No temas”, y “No temáis” aparecen unas 350 veces en las Escrituras.
Pablo dice: “Por nada estéis afanosos, o ansiosos...” Filipenses 4: 6.
Bien sabemos que Dios no tiene nada que ver con el espíritu de temor, pues la
Biblia dice: “No nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y
de dominio propio”. 2 Timoteo 1: 7.
El valor no solo se cultiva dedicando tiempo al estudio de la Palabra de Dios, sino
que también se acrecienta viviendo en la presencia de Dios. Salmo 27: 1-3.
La confianza se relaciona con el acercamiento al Señor, algo que se cultiva
específicamente mediante el hábito devocional, que incluye la oración y la Palabra
de Dios.
E. EL ESPÍRITU DE CULPABILIDAD: El espíritu de la culpabilidad da origen al
ladrón de la condenación. Se ha definido a la culpabilidad como la “conciencia
llena de remordimientos por haber hecho algo malo”.
La culpabilidad es mortal sobre todo porque crea una especie de ceguera espiritual.
Específicamente, la culpabilidad engendra depresión. David se refería a la
desesperación que le causaba este sentimiento de culpa cuando dijo: “Porque mis
iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; como carga se ha agravado sobre
mí”. Salmos 38: 4
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La Biblia nos manda a que nos acerquemos a Dios. Hebreos 10: 22-23.
Con respecto a la culpabilidad y la condenación es muy necesario, que recordemos
que el foco de estas actitudes es el yo. Cristo, sin embargo, es el foco del perdón.
Así que, para vencer la culpabilidad que consiste en fijar la atención en los
fracasos, necesitamos mirar con más cuidado a Jesús. Hebreos 12: 2.
F. ESPÍRITU DE INFERIORIDAD: El complejo de inferioridad, que pone en
libertad al ladrón de la duda en uno mismo, es el último enemigo que Satanás envía
para despojarnos de la seguridad en nosotros mismos.
Aunque cada creyente puede encontrarse con varios de los ladrones mencionados,
ninguno parece afectar a más creyentes y por periodos más prolongados, que el
ladrón de la duda en uno mismo. Al respecto tenemos: “El hombre se alegra con
la respuesta de su boca” Proverbios 15: 23, y “Cual es su pensamiento en su
corazón, tal es el”. Proverbios 23: 7.
Solo puedo hallar el propósito fundamental de la vida aprendiendo los aspectos
esenciales de la plena confianza en el plan de Dios para mi vida. Debo aceptar su
voluntad como mi voluntad, avanzando en su plan como la nube lo hace con el
viento. Debo reclamar seguro de que la obtendré, cada promesa celestial como mi
título de la propiedad que nunca he visto. Por tanto, resuelvo adoptar diariamente
esta manera de proceder, y con el poder de Dios lo declaro ya hecho.
10
EL CRISTIANO Y SU RELACIÓN CON DIOS
INTRODUCCIÓN:
“Os ruego hermanos, por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”.
Romanos 12: 1
OBJETIVO:
Conocer cuál es la base para una perfecta y armoniosa relación con Dios, y lo que
él espera de nosotros.
SUBTEMAS:
ORACIÓN, AYUNO Y VIGILIA.
ALABANZA Y ADORACIÓN.
ESTUDIO DE LA PALABRA.
MAYORDOMÍA.
INTENSIDAD HORARIA:
8 HORAS
METODOLOGÍA:
CLASE MAGISTRAL
TALLERES RELACIONADOS AL TEMA.
APLICACIÓN PRÁCTICA DE LO APRENDIDO.
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EL CRISTIANO Y SU RELACIÓN CON DIOS
LA ORACIÓN
1. ¿Qué es la Oración?
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
2. Mencione los principales elementos de la oración:
Alabanza y Adoración.
Humillación y confesión de pecados.
Necesidades propias.
Intercesión.
Acción de gracias.
3. Enumere las ocasiones en las que hay que orar:
Culto congregacional.
Culto devocional.
En todo lugar (devocional personal).
4. Identifique los requisitos de la oración eficaz:
Fe sincera.
En el Nombre de Jesucristo.
Pedir conforme a la Voluntad de Dios.
Estar en la Voluntad de Dios.
Persistencia.
5. ¿Cuáles son las posiciones apropiadas para la oración?:
De pie – 1 Reyes 8: 22; Nehemías 9: 4-5.
Sentado – 1 Crónicas 17: 16; Lucas 10: 13.
De rodillas – Esdras 9: 5; Daniel 6: 10; Hechos 20: 36.
Acostados en una cama – Salmos 63: 6.
Bajando la cabeza al suelo – Éxodo 34: 8; Salmos 95: 6.
Acostado en tierra – 2 Samuel 12: 16; Mateo 26: 39.
Levantando las manos al cielo – Salmos 28: 2; Isaías 1: 15; 1 Timoteo 2: 8.
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EL CRISTIANO Y LA ORACIÓN
La oración se refiere a la multifacética comunicación de los creyentes con el Señor
Jesús. Además del verbo “orar” y sus respectivas conjugaciones, se describe esta
actividad como clamor a Dios (Salmos 17: 6), clamor del Nombre de Jehová
(Génesis 4: 26), clamor a Jehová (Salmos 55: 6), acercarse confiadamente al Trono
de la Gracia (Hebreos 4: 16), y acercarse a Dios (Hebreos 10: 22).
RAZONES PARA LA ORACIÓN:
La Biblia proporciona algunas razones claras por las cuales los creyentes deben
orar:
1) Ante todo Dios les ordena a los creyentes que oren. La orden sale por los labios
de los salmistas (1 Crónicas 16: 11; Salmos 105: 4), de los profetas (Isaías 55: 6;
Amós 5: 4, 6), de los apóstoles (Efesios 6: 17-18; Colosenses 4: 2; 1
Tesalonicenses 5: 17) y del Señor Jesús mismo (Mateo 26: 41; Lucas 18: 1; Juan
16: 24). Dios desea la comunión de los seres humanos: mediante la oración se
mantiene la relación con Dios.
Jesús nos enseñó que orásemos sin cesar, con esto aprendemos no solo a orar, sino
a vivir nuestra vida en oración. Si su corazón anhela que las almas se salven, su
nación se vuelva a Dios, entonces la vida de oración es un requisito indispensable.
2) La oración es el vínculo necesario para recibir las bendiciones y el poder de
Dios, y el cumplimiento de sus promesas. Numerosos pasajes bíblicos ilustran este
principio. Jesús, por ejemplo, prometió que sus seguidores recibirían el Espíritu
Santo si persistían en pedir, buscar y llamar a la puerta por medio de la oración. Por
eso, después de la ascensión de Jesús, sus seguidores constantemente se dedicaron
a la oración en el aposento alto (Hechos 1: 14) hasta que con poder el Espíritu
Santo se derramó el día de Pentecostés (Hechos 2: 1-4).
Cuando los apóstoles se reunieron después de su arresto y liberación por parte de
las autoridades judías, ellos oraron fervientemente para que el Espíritu Santo les
diera denuedo y autoridad para hablar su Palabra: “Cuando hubieron orado, el
lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo,
y hablaban con denuedo la Palabra de Dios” (Hechos 4: 31).
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Con frecuencia el apóstol Pablo pidió oración por sí mismo, sabiendo que su obra
no tendría éxito a menos que los creyentes estuviesen orando por él (Romanos 15:
30-32; 2 Corintios 1: 11; Efesios 6: 19-20; Filipenses 1: 19; Colosenses 4: 3-4).
Santiago declara explícitamente que la sanidad física puede llegar al creyente en
respuesta a la oración de fe (Santiago 5: 14-15).
El poder de Dios consiste en sanidades, liberaciones, libertad a cautivos del pecado;
también en el cielo abierto que existe en el país, cuando tenemos cielo abierto
existe libertad tanto física como espiritual para predicar el Evangelio y el nivel de
fe es alto.
3) En su plan de salvación para el género humano, Dios ha establecido que los
creyentes sean sus colaboradores en el proceso redentor. En algunos respectos,
Dios se ha limitado a sí mismo a las oraciones santas, fieles y perseverantes de su
pueblo. Hay muchas cosas que no se realizarán en el Reino de Dios sin las
oraciones intercesoras de los creyentes.
Por ejemplo, Dios desea enviar obreros a la mies evangelística. Cristo enseña que
no se cumplirá a plenitud ese propósito de Dios sin las oraciones de su pueblo:
“Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mateo 9: 38). En
otras palabras, se pone en acción el poder de Dios para realizar muchos de sus
propósitos solo mediante las oraciones fervientes y eficaces de su pueblo por el
progreso de su reino. Si se deja de orar, en realidad se pudiera estar obstaculizando
la realización del propósito redentor de Dios, para el creyente como individuo y
para la iglesia como un cuerpo.
Cuan importante es para nosotros conocer y comprender el plan de Dios con
nosotros a través de la oración. Si no aprendemos a orar no veremos la voluntad de
Dios cumplida en nuestra vida y ministerio. Nuestro problema consiste en que
hemos pensado, leído e incluso recibido enseñanzas acerca de la oración, pero no
hemos orado. Ha llegado la hora de utilizar nuestra autoridad espiritual a fin de
impedir la obra del diablo.
14
REQUISITOS DE LA ORACIÓN
1) Las oraciones no tendrán respuesta a menos que se tenga una fe sincera y
genuina. Jesús declara explícitamente: “Os digo que todo lo que pidiereis orando,
creed que lo recibiréis, y os vendrá”. (Marcos 11: 24). Al padre de un muchacho
poseído de un demonio, le dijo estas palabras: “Al que cree todo le es posible”
(Marcos 9: 23). El escritor de la epístola a los Hebreos exhorta a los creyentes a
acercarse a Dios “con corazón sincero, en plena certidumbre de fe” (Hebreos 10:
22), y Santiago los anima a que le pidan a Dios “con fe, no dudando nada”
(Santiago 1: 6; 5: 15).
La fe es el ingrediente especial que llena de poder la oración, y la hace producir
resultados. Si oramos sin fe, estamos simplemente emitiendo sonidos al aire que
nunca pasan del techo. La Escritura dice al respecto: “Pero sin fe es imposible
agradar a Dios” (Hebreos 11: 6). En otras palabras, cuando nos acercamos a Dios
en oración debemos hacerlo en una actitud de fe. El Señor no hace de la fe algo
opcional, necesitamos tenerla a fin de que nuestras oraciones sean oídas.
2) Debe hacerse la oración en el Nombre de Jesucristo. Jesús mismo expresó ese
principio cuando dijo: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré,
para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo
haré” (Juan 14: 13-14). Las oraciones deben estar en armonía con la persona, el
carácter y la voluntad del Señor. Solo el Señor puede abrir una puerta que ha estado
cerrada al Evangelio, esta es la puerta de la fe.
3) La oración solo puede ser eficaz si se hace conforme a la perfecta voluntad de
Dios: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa
conforme a su voluntad, él nos oye” (1 Juan 5: 14). Una de las peticiones en la
oración modelo de Jesús, el Padre Nuestro, lo confirma: “Hágase tu voluntad,
como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6: 10, nótese la misma oración
de Jesús en Getsemaní, Mateo 26: 42). En muchos casos se conoce la voluntad de
Dios porque él la ha revelado en las Escrituras. Se puede estar seguro de que será
eficaz cualquier oración que de veras se base en las promesas de Dios en su
Palabra.
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Elías estaba seguro de que el Señor Dios de Israel respondería su oración con fuego
y mas tarde con lluvia, porque la palabra profética del Señor había venido a él (1
Reyes 18: 1), y él estaba plenamente confiado de que ninguno de los dioses
paganos era mayor que, o siquiera tan poderoso como el Señor Dios de Israel (1
Reyes 18: 21-24). En otros momentos la voluntad llega a ser clara sólo cuando se
procura fervientemente determinar cuál es. Entonces una vez que se conoce su
voluntad acerca de cualquier asunto, se puede orar con la confianza y con la fe de
que Dios responderá.
Hemos de pedir conforme a la voluntad de Dios; la Biblia nos enseña cuál es su
voluntad; de manera que cuando pedimos algo que él nos ha prometido, sabemos
con certeza que estamos orando conforme su voluntad, y por ende, al hacerlo
fervientemente, recibiremos respuesta por parte de Dios.
4) No solo se debe orar conforme a la voluntad de Dios, sino que se debe estar en
la voluntad de Dios para que El oiga y responda. Dios dará lo que se le pida solo si
se busca primero su reino y su justicia (Mateo 6: 33). El apóstol Juan declara sin
dudarlo: “Y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque
guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de
él” (1 Juan 3: 22). Obedecer los mandamientos de Dios, amarlo a El y agradarle,
son condiciones indispensables para recibir respuestas en la oración. Cuando
Santiago escribió que las oraciones de los justos son eficaces, quiso decir tanto una
persona que ha sido justificada por la fe en Cristo como una que lleva una vida
justa, devota y obediente, tal como el profeta Elías (Santiago 5: 16-18); Salmos 34:
13-14). Ya en el Antiguo Testamento se pone de relieve este mismo punto.
Dios puso en claro que las oraciones de Moisés por los israelitas fueron eficaces
por su obediente relación con el Señor y su fidelidad a El (Éxodo 33: 17). Por el
contrario, el salmista afirma que si se abriga pecado en la vida, el Señor no oirá las
oraciones (Salmos 66: 18); Santiago 4: 3). Esa fue la razón principal por la que el
Señor apartó su oído de las oraciones de los israelitas idólatras e impíos (Isaías 1:
15). Pero si el pueblo de Dios se arrepiente de sus pecados, y se vuelve de sus
malos caminos, el Señor promete oírlos otra vez, perdonar sus pecados, y sanar su
tierra (2 Crónicas 7: 14; 6: 36-39; Lucas 18: 14-15). Nótese que la oración del
sumo sacerdote por el perdón de los pecados de los israelitas en el día de la
expiación no sería oída hasta que su propia condición pecaminosa había sido
purificada (Éxodo 26: 33).
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La oración en la voluntad de Dios produce un cambio en la vida del que la practica.
Nada de lo que usted haga le beneficiará más que orar viviendo en la voluntad de
Dios; por medio de ella crea un saldo a favor en el Banco Espiritual de Dios que le
será de provecho para su espíritu, su mente y su cuerpo.
5) Por último, para que la oración sea eficaz hay que ser persistente. Este es el
punto principal de la parábola de la viuda persistente (Lucas 18: 1-7). La
instrucción de Jesús de pedir, buscar y llamar (Mateo 7: 7-8) enseña la
perseverancia en la oración (Mateo 7: 7-8). También el apóstol Pablo advierte que
se debe ser perseverante en la oración (Colosenses 4: 2; 1 Tesalonicenses 5: 17).
Asimismo, los santos del Antiguo Testamento reconocieron ese principio. Por
ejemplo, sólo mientras Moisés perseveraba en oración con las manos levantadas
hacia Dios tenían los israelitas éxito en su batalla contra los amalecitas (Éxodo 17:
11). Después que Elías recibió la palabra profética de que iba a llover, todavía
persistió en la oración hasta que llegó la lluvia (1 Reyes 18: 41-45). En una ocasión
anterior, este gran profeta había orado persistente y fervientemente para que Dios le
devolviera la vida al hijo muerto de la viuda de Sarepta hasta que el Señor
respondió su oración (1 Reyes 17: 17-23).
La oración ferviente crea un ambiente en el cual podemos prosperar y estar
saludables, así como prospera nuestra alma. Porque los seres humanos hemos sido
creados de un modo maravilloso. Dios nos hizo a su imagen, y nuestro potencial es
mucho mayor del que hayamos comprendido.
EJEMPLOS DE ORACIONES RESPONDIDAS
La Biblia está llena de ejemplos de oraciones que fueron poderosas y eficaces:
1) Moisés tuvo numerosas oraciones intercesoras que Dios respondió, aún cuando
El le había dicho a Moisés que seguiría un curso de acción distinto.
2) Un Sansón arrepentido pidió una oportunidad más para cumplir la tarea de su
vida de derrotar a los filisteos; Dios respondió esa oración al darle las fuerzas para
derrumbar las columnas del edificio en el cual ellos estaban festejando el poder de
sus dioses (Jueces 16: 21-30).
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3) El profeta Elías recibió respuesta a por lo menos cuatro oraciones poderosas,
todas las cuales dieron la gloria al Dios de Israel (1 Reyes 17: 18).
4) El rey Exequias se enfermó e Isaías le dijo que moriría (2 Reyes 20: 1).
Presintiendo que su vida y su obra estaban incompletas, Exequias volvió el rostro a
la pared y oró intensamente para que Dios le diera más tiempo. Dios envió a Isaías
a que le dijera a Exequias que sería sanado y que le serían añadidos 15 años más de
vida (2 Reyes 20: 6; Isaías 38: 2-6).
5) Sin duda alguna Daniel oró al Señor en el foso de los leones, pidiendo
liberación de su boca, y el Señor le concedió su petición (Daniel 6: 10, 16-22).
6) Los primeros cristianos oraron fervientemente por la liberación de Pedro de la
cárcel, y Dios envió a un ángel para liberarlo (Hechos 12: 3-11; 12: 5).
Tales ejemplos deben llenar al creyente de santo deseo y fe para orar eficazmente
conforme a los principios esbozados en las Escrituras.
Dios responde a las oraciones que hacemos dentro del marco de su personalidad; es
decir, no sólo nos da exactamente lo que pedimos, sino que nos da en abundancia
(Filipenses 4: 19). Los recursos del Señor son ilimitados; y de esta manera suple
todas nuestras necesidades. Por lo tanto, él no está falto de ninguna cosa buena,
sino que tiene un almacén lleno para nosotros; sólo falta que aprendamos a abrir
por medio de la oración dicho almacén.
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EL CRISTIANO Y EL AYUNO
“Proclamad ayuno, convocad a asamblea; congregad a los ancianos y a todos los
moradores de la tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová”. Joel 1:
14.
El ayuno es un ejercicio especial que consiste en abstenerse de comidas. El hecho de que
nuestro Señor Jesucristo ayunó debe ser suficiente para que observemos la misma
práctica. También se ayuna para beneficio personal, para recibir poder, para los dones
espirituales, sanidad física y para contestaciones específicas a las oraciones.
I. LA MANERA DE AYUNAR
1) No para ser visto de los hombres (Lucas 18: 11-12). El ayuno debe ser hecho para
Dios y ante los ojos de El quien nos ve en secreto. Aunque evitemos la descarada
presunción del fariseo y su deseo de recibir las alabanzas del hombre, sin embargo,
podemos actuar basados en motivos egoístas, para la satisfacción de nuestros deseos o
ambiciones personales y sin que el motivo básico sea la gloria de Dios.
2) Ayunamos para conseguir la completa comunión con Dios (Marcos 2: 18-20 y Mateo
6: 16-18).
Que nuestra intención primero que todo sea alcanzar una plena comunicación con el
Señor, glorificar a nuestro Padre que está en el cielo, expresando nuestro pesar y
vergüenza por las múltiples transgresiones a sus mandamientos, esperar un aumento de su
gracia purificadora y guiar nuestros afectos a las cosas de arriba, añadir seriedad y
formalidad a nuestras oraciones, evitar la ira de Dios y obtener a través del ayuno todas
las grandes promesas que nos ha hecho Jesucristo.
Tengamos cuidado de no imaginar que merecemos cualquier cosa de parte de Dios por el
hecho de que ayunamos. Ayunar es tan solo un camino que Dios ha establecido y por eso
esperamos su gracia inmerecida y una perfecta comunión con Dios.
II. EL AYUNO DE ARREPENTIMIENTO
1) Nínive es ejemplo (Jonás 3: 5-10).
2) Isaías lo recomienda (Isaías 58: 5-6).
3) Joel 1: 14; 2: 12-17.
III. EL AYUNO PRACTICADO POR JESUS
Lo encontramos en Mateo 4: 2; Y en oración y ayuno en Marcos 9: 29.
IV. EL AYUNO ASEGURA BENDICIONES
Isaías 58: 3-11 “Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma”.
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EL CRISTIANO Y LA VIGILIA
1 Pedro 4: 7 “Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios y velad en
oración.”
Medida hebrea de tiempo para dividir la noche. En el Antiguo Testamento se
dividía la noche en tres vigilias de 4 horas:
La primera se contaba desde la puesta del sol.
La segunda se llamaba vigilia de media noche.
La tercera, hasta la salida del sol.
(Jueces 7: 19; Éxodo 14: 24; 1 Samuel 11: 11; Salmo 90: 4).
En el Nuevo Testamento usaban la división Romana de cuatro vigilias de tres
horas, las que se enumeran en: Marcos 13: 35; Mateo 14: 25; Lucas 12: 38; Hechos
12: 4. Un sinónimo de vigilar es velar.
Consideraciones sobre la vigilia:
1) Jesús nos dio ejemplo de la actitud del cristiano durante la vigilia Mateo 26: 38.
2) Bendiciones obtenidas a través de la oración de una vida vigilante:
Protección para nuestra vida personal: Salmos 127: 1; Mateo 24: 43; Jeremías
39: 12.
Protección en la tentación: Mateo 26: 41.
Siervos de Dios al cuidado del rebaño (la iglesia) Lucas 2: 8.
Escaparemos de las cosas que vendrán: Lucas 21: 36.
Respuesta a nuestras peticiones: Habacuc 2: 1.
Protección contra el adversario: 1 Pedro 5: 8.
3) Solo velando en nuestros corazones estaremos listos para la venida del Señor:
Mateo 24: 42; 25: 13.
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EL CRISTIANO Y LA ALABANZA Y ADORACIÓN
A través de la historia la alabanza y la adoración han estado ligadas al desarrollo
espiritual de la Iglesia. Para el pueblo judío eran tan importantes estos dos
elementos, que el libro más voluminoso que llegaron a tener fue el de los Salmos,
con 150 capítulos de exaltación.
En la iglesia cristiana los creyentes encontraban siempre un motivo para glorificar a
Dios. En momentos de: VICTORIAS / DERROTAS / CONFUSIÓN /
OPRESIÓN, siempre se dedicaban a glorificar a Dios.
Recordemos el caso de Pablo y Silas cuando estuvieron predicando en Filipos:
EL PUEBLO SE FUE CONTRA ELLOS
LES RASGARON SUS VESTIDURAS
FUERON AZOTADOS CON VARAS
ENCERRADOS EN EL CALABOZO DE MAS ADENTRO
ASEGURADOS LOS PIES EN EL CEPO
¿Qué hacían ellos en ese momento: SE QUEJABAN Y LE RECLAMABAN A
DIOS? ¿O simplemente ORABAN Y CANTABAN HIMNOS A DIOS?
Sobrevino de repente
UN GRAN TERREMOTO
LOS CIMIENTOS SE SACUDÍAN
AL INSTANTE SE ABRIERON TODAS LAS PUERTAS
LAS CADENAS DE TODOS SE SOLTARON
¿Fue un fenómeno natural el terremoto y lo que pasó allí?
SI... Porque es natural que cuando
Dios se manifieste la tierra tiemble
PORQUE CUANDO EL PUEBLO DEL SEÑOR ALABA A DIOS SUCEDEN
COSAS MARAVILLOSAS.
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Juan tuvo la oportunidad de las alabanzas en el cielo, y lo relata en Apocalipsis 19:
[1] “Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo que decía:
¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro.”
[4-7] “Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en
tierra y adoraron a Dios que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén!
¡Aleluya!
“Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y
los que le teméis, así pequeños como grandes.
“Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y
como la voz de grandes truenos que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios
Todopoderoso reina!
“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del
Cordero y su esposa se ha preparado.”
Es nuestro deseo formar parte de esa gran multitud que va a alabar y adorar a Dios
en el cielo.
Hoy nos hemos reunido con un propósito específico: ADORAR Y ALABAR A
DIOS.
¿Cómo vamos a alabar a Dios?
1) CON LA VOZ – Salmos 34:
“Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca”.
2) CON CÁNTICOS – Salmos 47: 6-7
“Cantad a Dios, cantad;
Cantad a nuestro Rey, cantad;
Porque Dios es el Rey de toda la tierra;
Cantad con inteligencia”.
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3) CON ALEGRÍA – Salmos 66: 1-2
“Aclamad a Dios con alegría toda la tierra.
Cantad la gloria de su nombre; poned gloria en su alabanza”.
4) DE PIE – Nehemías 9: 5
“Y dijeron los levitas... Levantaos, bendecid a Jehová vuestro Dios desde la
eternidad hasta la eternidad; y bendígase el nombre tuyo, glorioso y alto sobre
toda bendición y alabanza”.
5) DANZANDO – Salmos 149: 3
“Alaben su nombre con danza: con pandero y arpa a él canten”.
6) SALTANDO – Salmos 68: 3
“Mas los justos se gozarán, se alegrarán delante de Dios, y saltarán de alegría”.
7) CON INSTRUMENTOS – Salmos 33: 2-3
“Aclamad a Jehová con arpa; cantadle con salterio y decacordio.
Cantadle cántico nuevo; hacedlo bien, tañendo con júbilo”.
¿Quiénes deben alabar a Dios? – Salmos 148: 7-13
“Alabad a Jehová desde la tierra, los monstruos marinos y todos los abismos;
El fuego y el granizo, la nieve y el vapor,
El viento de tempestad que ejecuta su palabra;
Los montes y todos los collados, el árbol de fruto y todos los cedros;
La bestia y todo animales, reptiles y volátiles;
Los reyes de la tierra y todos los pueblos,
Los príncipes y todos los jueces de la tierra;
Los jóvenes y también las doncellas, los ancianos y los niños.
Alaben el nombre de Jehová,
Porque sólo su nombre es enaltecido.
Su gloria es sobre tierra y cielos.”
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La Biblia nos enseña que debemos alabar a Dios en todo momento:
Si estamos tristes el cambia nuestro lamento en baile.
Si creemos que tenemos una muralla de problemas al
frente, caerá como la de Jericó.
Si estamos confundidos: Salmos 42: 5 – “Por qué te
abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera
en Dios, porque aún he de alabarle, salvación mía y
Dios mío”.
Si estamos aprisionados el abre las puertas y desata
cadenas como en Filipos.
Si estamos contentos con mayor razón.
Habacúc 3: 17-18
“AUNQUE LA HIGUERA NO FLOREZCA,
NI EN LAS VIDES HAYA FRUTOS,
AUNQUE FALTE EL PRODUCTO DEL OLIVO,
Y LOS LABRADOS NO DEN MANTENIMIENTO,
Y LAS OVEJAS SEAN QUITADAS DE LA MAJADA,
Y NO HAY VACAS EN LOS CORRALES;
CON TODO, YO ME ALEGRARÉ EN JEHOVÁ,
Y ME GOZARÉ EN EL DIOS DE MI SALVACIÓN.”
Aunque el gobierno sea inestable,
El desempleo aumente,
Y el terrorismo abunde,
Aunque el auto falle y nos quedemos varados en el centro,
Aunque mi hijo se rompa un brazo...
Aún me gozaré en el Señor,
Estaré alegre en Dios mi Salvador.
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LA
ALABANZA
ES
LA
EXPRESIÓN
DE
ADMIRACIÓN,
RECONOCIMIENTO Y FESTEJO A DIOS POR LO QUE EL ES.
La alabanza se preocupa de quién es Dios y lo que ha hecho. Enfoca a su carácter
incomparable, y los actos maravillosos que ha hecho a favor de sus hijos. Cuando
Dios hace algo glorioso por nosotros, nos gusta elevarle sus alabanzas.
Sin embargo, la alabanza no es solo la reacción de agradecimiento por lo recibido;
la alabanza es también muy apropiada aun cuando no se tenga un regalo particular
de Dios en mente.
EL ES DIGNO DE ALABANZA SIMPLEMENTE POR SER QUIEN ES.
Hay que hacer algo más que cantar. Los Salmos exhortan a “Cantar alabanzas a
Dios”. El solo hecho de cantar canciones no constituye necesariamente cantar
alabanzas. Es posible cantar sin poner todo el corazón en ello.
La responsabilidad del creyente es convertir las canciones en una alabanza de
corazón a Dios (Hebreos 13: 15).
Alabar a Dios es:
Hablar de sus proezas.
Hablar de sus milagros.
Reconocer que El es el único Dios.
Hablar de sus obras en nuestra vida.
Salmo 103: 1
“Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios.”
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