INDULGENCIA PLENARIA - Arquidiocesis de Cali

EN TODAS LAS PARROQUIAS DE LA ARQUIDIÓCESIS
INDULGENCIA PLENARIA
MAYO 16 CON LA VIGILIA DE PENTECOSTÉS
QUE NO TE QUEDES SIN RECIBIR
ESTE GRAN REGALO
Por especialísimo mandato del Papa Francisco se concede el don de la
INDULGENCIA PLENARIA con ocasión del
Año de la
Vida Consagrada
¡MARAVILLOSO TESORO DE LA IGLESIA AL QUE TÚ TIENES DERECHO!
¿Qué son las indulgencias?
“La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto
a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la
Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las
satisfacciones de Cristo y de los santos” Catecismo # 1471
¿A quiénes se concede?
A todos los miembros de los Institutos de Vida Consagrada y a los demás fieles verdaderamente
arrepentidos y movidos por espíritu de caridad, pudiéndose aplicar a modo de sufragio también para las
almas del Purgatorio.
¿Cuándo podemos obtener esta indulgencia?
Primera fecha, en la Vigilia de Pentecostés el sábado 16 de mayo de 2015 en toda la Arquidiócesis de
Cali. Ver Decreto 543 de febrero 9 de 2015
¿Qué es lo que se perdona con la indulgencia?
No se perdonan los pecados, ya que el medio ordinario mediante el cual el fiel recibe de Dios el perdón
de sus pecados es el sacramento de la penitencia (Catecismo 1486). Pero aunque el perdón del pecado
por el sacramento de la Penitencia entraña la remisión de la pena eterna, subsiste aún la llamada “pena
temporal”, que es la purificación del desorden introducido por el pecado. Esta pena ha de purgarse en
esta vida o en la otra (en el purgatorio), para que el fiel cristiano quede libre de los rastros que el
pecado ha dejado en su vida.
Con la concesión de indulgencias, la Iglesia reparte entre los fieles la medicina eficaz de los méritos de
Cristo nuestro Señor. Y en ese tesoro precioso de los méritos de Cristo están incluidos también, porque
el Señor los posibilita y hace suyos, las buenas obras de la Virgen Santísima y de los santos. Ellos, los
santos, son los enfermeros que vuelcan sus cuidados en el hombre dañado por el pecado, para que
pueda recuperarse pronto de las marcas dejadas por las heridas.
Condiciones:
Confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Santo Padre. Visitar
piadosamente los lugares determinados en el Decreto del Señor Arzobispo y rezar públicamente allí la
Liturgia de las Horas o dedicar un período de tiempo apropiado para meditar con piedad, concluyendo
con el Padrenuestro, la Profesión de fe en cualquier forma legítimamente aprobada y piadosas
invocaciones a la bienaventurada Virgen María.