La abundancia antes del día de la escasez, parte II

La abundancia antes del día de la escasez, parte II
Apóstol Sergio Enríquez O.
Guatemala, 20 de marzo del Año de la Misericordia
Al leer los Evangelios, vemos como el Señor Jesucristo les hace ver a los fariseos que a pesar de ser
ellos hombres entendidos en la Palabra, no supieron reconocer ni entender el tiempo de Su visitación,
aun cuando conocían que la llegada del Mesías era parte de la profecía dada a Israel. Esta misma
situación es la que enfrentamos hoy día, pues a pesar de que quedó plasmado en las Escrituras que
Cristo volvería por Su Iglesia, muchos teniendo este conocimiento, aun continuan viviendo una vida en
libertinaje y haciendo obras que desagradan a Dios; ellos no han entendido que las señales dadas en la
Biblia y que marcan el eminente regreso de Jesús por Su Iglesia ya se están cumpliendo y que muy
pronto la Amada del Señor será tomada de sobre la faz de la Tierra. Si bien es cierto que no podemos
poner una fecha fija que marque el día de este suceso, entendemos que por la revelación dada a través
del Espíritu Santo y el estudio de la palabra profética más segura, podemos conocer cuán cercanos nos
encontramos del momento de la parusía.
En Génesis 1:14, el Señor estableció que la luna, las estrellas y el sol fueron dejadas en el cielo como
señales. Esto es muy importante ya que el día de hoy hubo un eclipse solar único, que se vio solamente
en el norte de Europa, este eclipse se volverá a dar hasta dentro de 19 años. Veamos los siguientes
versículos:
Joel 2:31 LBLA El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del
SEÑOR, grande y terrible.
Hechos 2:20 LBLA EL SOL SE CONVERTIRA EN TINIEBLAS Y LA LUNA EN SANGRE, ANTES
QUE VENGA EL DIA GRANDE Y GLORIOSO DEL SEÑOR.
En ambos versículos se habla sobre un eclipse de sol y sobre un eclipse de luna, la cual se teñirá de rojo,
ambas cosas sucederán antes del día grade y terrible del Señor. En pocos días tendremos un eclipse de
luna roja, después del eclipse del día de hoy. Entre el año pasado y este, ha habido dos eclipses de sol
que se han dado 15 días antes de las lunas sangrientas que coinciden con la pascua judía.
La segunda luna sangrienta y la cuarta coinciden
con la fiesta de los tabernáculos. La cuarta es en
septiembre de 2015, que también coincide con el
viaje del Papa hacia
Estados Unidos de
Norteamérica,
donde
se
formalizará
el
ecumenismo, con aquellos líderes de la iglesia
evangélica que han querido unirse a este
movimiento de error.
De ninguna manera estamos diciendo que es
medio de estas tétradas que vendrá el Señor por
Su Iglesia, pero es impresionante que cuando se
dieron las que ya pasaron, hubo sucesos
importantes que impactaron de una manera
poderosa tanto a la humanidad como al pueblo judío.
En Apocalipsis 6:12 también se habla de una luna sangrienta, pero ya en la gran tribulación, que también
coincide con otros dos eventos, un eclipse de sol y un gran terremoto. También es importante que
mencionemos que puede haber una relación entre estos eventos lunares y el Islam ya que su símbolo es
una media luna. Al dar estas explicaciones no estamos poniéndole una fecha a la venida del Señor, pero
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Este estudio puede imprimirse y reproducirse por cualquier medio siempre y cuando se cite la fuente de donde se obtuvo.
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puede ser que el Señor venga cuando suceda un eclipse de sol y un eclipse de luna. Ahora bien, la
palabra clave del versículo que mencionamos es “antes”, por lo que la pregunta aquí sería ¿cuánto
tiempo antes de estos acontecimientos vendrá el Señor? Viendo a nuestro alrededor como las señales
dadas en la Biblia se han estado cumpliendo, podemos asegurar que estamos muy cerca del momento
en que seremos levantados para ir al encuentro de nuestro Señor en las nubes, razón por la que
debemos estar alertas en todo tiempo y nuestras vestiduras blancas.
En anteriores temas hablamos sobre los sueños del faraón que fueron interpretados por José, y vimos
que la interpretación era sobre siete años de abundancia y siete años de escasez. En Amos 8:11-12 dice
que va a venir un tiempo de hambre sobre toda la tierra, hambre de oír la palabra de Dios, los hombres
vagaran de un lugar a otro sin encontrar palabra, esto nos habla del tiempo de escasez. Estos años de
escasez se darán luego de finalizados los siete años de abundancia, esto nos hace pensar que
probablemente estemos en uno de esos años de abundancia, por lo cual, deberíamos estar listos para la
venida de nuestro Señor. Al hacer cálculos, si al año 2015 le sumamos los siete años de abundancia,
suponiendo que este año es el inicio de la misma, el resultado es 2022 por lo que podemos suponer que
la semana 70 de Daniel podría iniciar en el 2023, recordemos que no estamos fechando de ninguna
manera la venida del Señor sino que solo estamos haciendo cálculos para determinar cuán cercanos
estamos de ese momento, aunque bien sabemos que puede suceder en cualquier momento.
Según el libro de Génesis, Dios hizo todo el mundo en seis días y el séptimo descansó y la Palabra dice
que un día son como mil años y mil años como un día. Si comparamos esos días con los milenios que ha
existido en la humanidad, el séptimo día sería el día de reposo, es decir el milenio.
El primero y segundo días serían
dos mil años desde Adán hasta
Abram; el tercer y cuarto días, dos
mil años desde Abraham hasta
Jesús; el quinto y sexto días, dos mil
años desde Jesús hasta Su segunda
venida.
El Señor nació en el año 0 (cero), se
ha contado desde ese año hasta el
año 2000, para fechar Su segunda
venida, pero el Señor nos reveló que debemos contar desde el año de Su muerte, porque cuando le
preguntaron “eres tú el Hijo de Dios”, Él respondió: “yo soy, y les digo que a partir de este momento,
verán al Hijo del Hombre viniendo en las nubes con gran poder y gloria”, es decir, que debemos contar
desde el año 33 ½, entonces Su venida sería aproximadamente en el año 2033 ½. A este año
deberíamos restarle siete años de la gran tribulación, luego restarle cuatro años perdidos del calendario
gregoriano, al resultado debemos restarle los 150 días de la pre-tribulación que es medio año, lo que nos
da entonces 2022 ½, lo que muestra que estamos muy cerca del momento de la parusía. (Una vez más
señalamos que solo estamos haciendo cálculos y no estableciendo una fecha exacta para este
acontecimiento).
Según todo este escenario, estamos viviendo entonces en los siete años de abundancia, es decir, las
siete vacas gordas y las siete espigas gordas. Esta abundancia espiritual tiene el propósito de
prepararnos para las bodas del Cordero. En la vida natural hay dos momentos importantes: el nacimiento
y la muerte, la Iglesia también tuvo y tendrá sus dos momentos, nació en la cruz cuando le abrieron el
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costado al Señor Jesucristo, y en el día del pentecostés respiró con sus propios pulmones y vivió; y el
segundo momento será cuando nos vayamos de esta tierra.
Ahora bien, ¿qué hacemos con esta abundancia? Es obvio que ya entendimos que esta abundancia es
de tipo espiritual, pero si tomamos como figura lo sucedido al pueblo de Israel al salir de Egipto, los
egipcios les dieron su oro y riquezas, pero el pueblo de Israel no entendió para qué era la abundancia y
eso los llevó a hacer un becerro de oro, porque no entendieron que era para la edificación del
tabernáculo; en nuestro caso, esta abundancia es para que podamos ser transformados hasta llegar a
tener la imagen de Cristo y por otra parte, también es para compartir el evangelio a todas las naciones.
2 Corintios 3:9 LBLA Porque si el ministerio de condenación tiene gloria, mucho más abunda en
gloria el ministerio de justicia.
Vemos entonces en los siete años de abundancia, una abundancia de gloria, pero al no saber qué es
esta gloria, muchos la desechan. La gloria de Dios, no sólo está en el cielo, también está con nosotros y
hemos estudiado anteriormente que hay doce clases de glorias. Debemos profundizar sobre estas doce
clases de gloria, pues la Palabra dice que seremos transformados de gloria en gloria.
2 Corintios 3:18 LBLA Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un
espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria,
como por el Señor, el Espíritu.
La abundante gloria nos servirá para ser transformados, pues nos introduce al Lugar. Debemos preparar
nuestra vasija, limpiarla para recibir la abundancia que Dios tiene para nosotros, no debemos
amargarnos, ni ensuciarnos con pecado, para que el agua cristalina del Señor venga a nuestra vida. Lo
estamos anunciando para que no desperdiciemos la oportunidad de ser llenos y ministremos nuestra
alma para que podamos recibir adecuadamente esta abundancia.
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