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MINISTERIOS CONFRATERNIDAD DE FE
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En búsqueda de la gloria
Pastor CRISTIAN TEJERO AVILÉS
La iglesia es la creación más extraordinaria que pisa la tierra, más que un estado, un
gobierno, un senado, una cámara de diputados, más que un poder político o judicial, la
iglesia es la entidad más gloriosa que pisa la tierra. La iglesia no son las cuatro paredes de
un templo o un edificio, iglesia son todos los lavados con la sangre de Jesús, que lo han
recibido como su salvador personal y no es un nombre, no es una estructura religiosa, la
iglesia eres tú y yo que estamos unidos en Cristo, estamos unidos en un propósito, ¿cuál es
el propósito? Bendecir al que vive, bendecir al que cambio nuestra historia, bendecir al que
es, al que era y al que ha de venir, al que murió pero que también resucitó, bendecir al que
no se quedó en la tumba, ¿cuál es el propósito de la iglesia? Adorar al Dios vivo.
Efesios 2:19-22. “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los
santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y
profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio,
bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros
también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu”.
Somos miembros de una familia, la familia de Dios, y esa familia tiene un gobierno que es
el Padre, que se llama Dios, por lo tanto esta familia no se manda sola, hay un gobierno.
Jesús vino a traer un gobierno, el reino de los cielos, entonces cuando tú y yo somos parte
de la familia de Dios hay un orden, nadie se manda solo, fuimos diseñados por Dios para no
ser el centro de nuestras vidas, sino que para que Jesús sea el centro y esto es maravilloso.
Cada uno de nosotros tenemos que ser edificados, madurados, levantados, mostrados.
Cuando se edifica algo no es para estar escondido, se edifica para mostrarlo, para crecer, y
nosotros estamos siendo edificados sobre “la principal piedra del ángulo” que es Jesucristo,
entonces podemos entender que la iglesia no se trata de nosotros, hay uno que nos une,
hay uno que tiene que ser mostrado, en la iglesia no se muestra ni al pastor ni a la
congregación, aquí todos tenemos un mismo propósito mostrar a Jesucristo, la piedra del
ángulo.
Diga conmigo: “todos somos parte del edificio”.
“En quien todo el edificio bien coordinado va creciendo para ser un templo santo”, va
creciendo, ¿tenemos que seguir quedándonos en la inmadurez, en las niñerías?
Definitivamente no, tenemos que seguir creciendo, ¿para qué? Para ser un templo santo en
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el Señor, significa que si nosotros crecemos en el Señor, y no estoy hablando de números
amados estoy hablando de madurez, de establecernos correctamente, si tú y yo
maduramos, seremos edificados para ser morada de Dios en el Espíritu, eso significa que
tenemos el entendimiento de que en este mismo momento Dios está en medio nuestro,
por eso que la Biblia dice cuando hallan dos o tres congregados en su nombre Él estará en
medio de nosotros. La Palabra dice que lo desechado del mundo escogió Dios y encontró lo
que no calificaba, para hacer algo hermoso de nosotros: su propio templo, el lugar de Su
habitación. La misericordia nos alcanzó, siendo tú y yo enemigos de dios, no calificábamos
para ser pueblo, para ser amados, no calificábamos porque nuestros pecados eran muy
grandes y, lo peor, nos considerábamos demasiado buenos a nosotros mismos, es por eso
que nunca debemos olvidarnos de donde nos sacó el Señor y lo que Él ha hecho en favor de
nuestras vidas. Jesús vino para darnos vida y vida en abundancia, vino para alcanzar nuestra
vida y sacarnos del pecado que nos separaba del Padre, a traer ese aliento de vida y ser
edificados.
Entonces cuando una reunión cumple su propósito es glorioso, porque significa que
estamos avanzando, no es la responsabilidad de Dios, es algo que nos delegó a nosotros
hacer, el propósito de Dios ya fue cumplido en Cristo Jesús, ahora nosotros tenemos que
cumplir nuestro propósito, ¿porqué vivimos? ¿Por qué estamos trabajando? ¿Por qué
respiramos? Cuando Dios es el centro y el propósito de nuestra vida, cuando hay un pueblo
que esta unánime, que quiere cumplir su propósito, entonces estamos en un ambiente
donde la gloria de Dios pueda venir sobre su iglesia, somos todos nosotros encargados de
colaborar para que Dios se manifieste en medio de Su casa, porque tú y yo necesitamos la
gloria de Dios, no podemos vivir sin la gloria.
La gloria debe ser manifestada y nosotros somos portadores de su gloria, somos el arca
viviente, donde vamos Dios va con nosotros. En el Antiguo Testamento el arca era una
estructura con medidas, con diseños específicos dados por Dios, nadie podía acercarse a esa
arca, solamente el sumo sacerdote para rociar la sangre expiatoria derramada por los
pecados del pueblo, pero después vino Jesucristo, el cordero sin mancha que con su sangre
quita el pecado del mundo y ya no fue necesario ir una y otra vez a ese lugar físico donde
descansaba el arca de la presencia de Dios, porque ahora esa presencia está abierta para
todos los que se acercan a Dios por medio de la obra de la cruz. Nadie podía entrar al lugar
santísimo porque estaba cubierto por un velo, pero cuando Jesucristo muere en la cruz ese
velo se rasgó, Jesucristo fue molido por nuestros pecados, su cuerpo puesto en el madero y
su sangre completamente derramada, entonces físicamente se rasgó el velo del templo en
Jerusalén, desde arriba hacia abajo, y como el cuerpo de Jesús fue molido y puesto como
ofrenda y su sangre nos ha limpiado de pecado, hoy podemos entrar a la presencia del
Padre y tenemos el derecho, a través de Jesús, de entrar al lugar santísimo, entrar a la
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presencia de nuestro Padre sin temor, porque el abrió el camino para ti y para mí, ya no está
vedada la gloria, hoy no está vedada la gloria para ti ni para mí.
Entonces expresamos lo que estar en su presencia nos provoca en nuestros corazones: a
unos puede producir alegría, gratitud, a otros llantos de gozo, pero a todos nos tiene que
provocar algo, pero si decimos: “gracias Señor porque me cambiaste la vida”, pero seguimos
siendo los mismos cuando Dios está en medio de este templo derramando y queriendo
manifestar su gloria, entonces no hemos entendido por qué Cristo murió, es por eso que la
gloria no se está manifestando en la iglesia, porque la iglesia está llena, desde el más
pequeño hasta los pastores, de gente que no entiende que Jesús pago el precio para que
seamos gente libre, gente que entiende porque Cristo murió y resucitó, Jesús no se quedó
en la tumba para salvarnos solamente, para limpiar nuestros pecados, él se levantó para
tomarnos y llevarnos con Él, y la Biblia dice que estamos sentados juntamente con Cristo en
lugares celestiales.
Entiéndame, la iglesia es más que emociones, es más que sentirse bien, es más que nadie
nos diga nada para que no nos enojemos, eso es tan secundario, es tan pequeño comparado
con la palabra que venimos a recibir, porque ella nos edificará para crecer como morada de
Dios en el Espíritu, entonces la iglesia se convierte para cada uno en un punto de encuentro
con la gloria.
Ahora, todos estamos de acuerdo que la gloria es laque transforma, entonces debemos
cuidar y honrar la gloria, somos un cuerpo que bien concertado va creciendo, pero sucede
que si una mano hace algo y la otra mano quiere hacer otra cosa, y un pie quiere hacer algo
y el otro pie quiere hacer otra cosa, el cuerpo no sabrá que hacer porque la mano quiere ir
para un lado y la otra para el otro, un pie quiere ir para un lado y el otro para el otro, esto
no agrada a Dios, lo que verdaderamente agrada a Dios es que mientras se esté glorificando
Su nombre todos estemos en lo mismo, que el cuerpo se mueva en una misma dirección, en
el mismo sentir, es por eso que tenemos que cuidar ese ambiente como algo muy valioso,
porque si cada mano, cada pie y cada parte del cuerpo hace lo que quiere, la gloria jamás se
manifestará, entonces todos somos responsables de la manifestación de la gloria de Dios,
obedeciendo la Palabra, manteniéndonos como miembros ordenados, bien concertados
para poder ser edificados por Dios.
Cuando nosotros no estamos en el propósito correcto el sonido que escucha Dios no está
siendo agradable, porque hay uno, dos, tres o cuatro que están pensando en que hay otras
cosas que hacer, problemas que resolver, lugares donde ir con la familia, etc. otros están
haciendo cualquier cosa, distraídos, y decirlo no es una falta de amor, esto no tiene nada
que ver con el amor de Dios, tiene que ver con la gloria, con la manifestación de Dios, con la
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presencia, con lo que Dios quiere hacer en medio de un lugar. Entonces tenemos que
desarrollar la capacidad de ser celosos con la gloria, porque la gloria yo la necesito, la gloria
tú la necesitas, no podemos darnos el lujo de que venga Dios y se vaya, porque entonces
tendremos solo visitaciones de Dios, pero el deseo de su propio corazón es encontrar una
edificación en el cuerpo que sea su habitación, un lugar permanente de la manifestación de
su presencia.
No se trata de las personas, se trata de la gloria, se trata del honor al que merece honor,
se trata de exaltación al que merece exaltación, no le permitamos a nadie en una reunión
distraernos porque la gloria es más grande que todo lo de esa persona, la iglesia necesita la
gloria, este ambiente necesita la gloria.
Él está listo para confirmar su palabra, si Él es el centro y le honramos, sacaremos de esa
vida que está en nosotros para que los ambientes sean propicios para su manifestación. En
nuestro corazón no debemos retener contienda ni dolor, ni frustración, no vale la pena,
recibamos la corrección si es necesario, pero démosle en todo la gloria porque nuestras
vidas tienen un propósito y un destino dado por Dios desde antes que naciésemos
estábamos destinados para gustar su maravillosa presencia y en esa presencia ser
transformados cada día.
“Edificados en el firme fundamento”, edificados, esto es lo importante de una reunión,
todo lo demás es secundario, porque la gloria de Dios es la que tiene el poder para
transformar a las personas, entonces más que el número o importancia que puedan tener
las personas, tenemos que tener la gloria, porque la gloria traerá a las personas, la gloria nos
transformará, nos levantará, hará en nosotros cosas grandes.
No le demos lugar a la contienda, porque traerá todo mal en medio de la iglesia, nosotros
somos uno en Cristo Jesús y estamos bajo un propósito, ¿cuál es nuestro propósito?
Levantarle a Él, mirarle y gozarnos en su presencia, porque en su presencia somos
transformados, hay fuerzas nuevas, hay una palabra rhema que cambiará las circunstancias,
no se trata de una congregación, de una estructura religiosa, sino que cuando la iglesia
entiende que la gloria es importante entonces las cosas cambian, entonces le damos honra a
esa presencia, no sólo en lo que llamamos “espiritual” sino también en las cosas prácticas
entonces ese respeto nos hace entender que hay tiempos para ir al baño amado, hay
tiempos para pensar en lo que hemos de comer, hay tiempos para pensar en los negocios,
pero no es en el tiempo de la iglesia, en el tiempo de la iglesia tú y yo nos enfocamos en lo
correcto, siendo edificados en una casa espiritual y disponiéndonos para la manifestación de
Dios.
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1 Pedro 2:5. “Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y
sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de
Jesucristo”.
Como piedras vivas, no como piedras muertas, sino como piedras vivas, seamos
edificados como casa espiritual, necesitamos que Él venga y llene la casa, quela gente tenga
hambre por su gloria, pasión por su gloria, entendiendo que esto implica morir a nuestros
deseos personales por causa de su gloria. El apóstol Pablo decía: “ya no vivo yo más Cristo
vive en mí, y lo que vivo hoy en la carne lo vivo en la fe del hijo de Dios”, Necesitamos su
presencia porque en su presencia hay plenitud de gozo, dejamos la amargura, se va el
gemido y comenzamos a mirar la gloria, clamemos por esa gloria porque Dios ya nos dio
entrada a ella, la puso en nosotros.
“Sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo”, ¿para qué? Para ofrecer
sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Si estamos
aquí vamos a hacer sacrificios, entiéndame, no hay nadie que pueda reemplazar el sacrificio
de Cristo en la cruz para nuestra salvación, no estamos hablando de ese tipo de sacrificio,
estamos hablando de sacrificios que tenemos que hacer por causa de la gloria, dejar el
enojo, la molestia, los asuntos personales por causa de la gloria, amar a los hermanos y, a
pesar de circunstancias, entonces cuando busco la gloria y encuentro a otro que busca la
gloria de Dios y a otro, y a otro, entonces estamos buscando cosas grandes, entonces
estamos buscando los ambientes del cielo manifestándose en la tierra y Jesús dijo: “Padre,
así como es en el cielo sea hecho también en la tierra”, si hay gloria en el cielo, también
puede haber gloria de Dios aquí en la tierra en medio de la iglesia.
Una fe, un bautismo, en términos más claros, es un propósito, la iglesia tiene un
propósito, y es mantener a este cuerpo en unanimidad. La Biblia dice en Hechos 2 que
estaban todos en el aposento alto unánimes, en un sentir y en un solo propósito y de
repente, cuando llegó el día de pentecostés, y de repente, por causa de la unidad, vino un
estruendo como viento recio que soplaba el cual lleno toda la casa donde estaban y fueron
llenos del Espíritu Santo.
¿Estamos esperando ese de repente? La iglesia debe estar unánime y expectante por ese
de repente del cielo, por ese soplar del Espíritu Santo que avivará lo muerto, que provocará
que ese desierto se convierta en un vergel, donde haya un matrimonio deteriorado ese
viento traerá restauración. Este de repente ya ha sido anunciado en la iglesia, ese de
repente ha sido anunciado, y como siervo de Dios anuncio ese de repente sobre la casa
espiritual edificada para ser llenada de su gloria, sobre los ambiente espirituales y sobre esta
generación para traer la pasión que el cielo tiene sobre nosotros.
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