1) Centros Comerciales: Uno de los sectores de mayor

ÍNDICE
1) Centros Comerciales: Uno de los sectores de mayor crecimiento.
2) Colombia, mercado atractivo para el sector en el contexto
Latinoamericano.
3) Totto, la marca ‘made in Colombia’ con acento global.
4) Gerencia de crisis.
5) América Latina, a hacer las cosas diferentes.
1) Centros Comerciales: Uno de los sectores de mayor
crecimiento.
Si bien es cierto que
en
el
país
la
construcción hoy
es uno de los
motores centrales
de la economía, la
actividad de los
centros
comerciales, con su innovación y la implementación de usos mixtos, más la
inversión que se prevé para los próximos años, establecen que es un
dinamizador real.
La situación actual del país, que está en franco desarrollo (es la segunda
economía que más crece en Latinoamérica y la sexta que más se expande
en el mundo), hacen que paralelamente el sector de los centros
comerciales crezca.
Ese buen momento del país, con un mayor empleo y un control de la
inflación, se refleja en que el ciudadano aumenta su poder de compras,
especialmente en la clase media.
De acuerdo con el análisis de un estudio de la firma investigadora Raddar,
solo en la clase media del país las compras mensuales por hogar (que
representan el 66 % del consumo en Colombia) son de 1’780.000 pesos,
donde el vestuario ocupa 36%, mobiliario del hogar 21% y tecnología, 17 %.
“Y esas compras, hoy en día por los hábitos del consumidor, se hacen en
buena parte en los centros comerciales del país, donde hay una amplia
oferta de servicios y por eso las personas prefieran ir allá: todo está en el
mismo lugar y por eso se han convertido en grandes centros de consumo”,
afirma la economista Mónica Marcela Galvis Pineda.
Leopoldo Vargas Brand, gerente general de Mall & Retail –empresa que
asesora a centros comerciales– dice que estos complejos el año pasado
movieron 33,4 billones de pesos, con un crecimiento de 7,7 % con relación
al 2013, cuando alcanzó los 31 billones.
Un estudio llamado ‘Modelo de referenciación competitiva’, de Mall &
Retail, estableció, por ejemplo, que los 21 centros comerciales más
importantes del país sumaron ingresos por 245.482 millones de pesos, siendo
Unicentro el más representativo con el 14 % de los mismos.
Para Vargas, “la participación de centros comerciales del total de ventas
del comercio es relativamente baja con solo el 11,8 %, en contraste con
Estados Unidos, donde alcanza el 58 % y en España, 32 %.
Sin embargo, sostiene, crecen y seguirán captando mayor porcentaje,
gracias, según la Asociación Colombiana de Centros Comerciales
(Acecolombia), a los 12 centros comerciales que durante este año y en el
2016 se abrirán en ciudades intermedias.
Y el futuro sigue mostrando nuevas y mejores oportunidades. El propio
gremio de los centros comerciales afirma que actualmente se invierten unos
4.000 millones de dólares en 75 nuevos proyectos, que elevarán a 4,2
millones de metros cuadrados el área de ventas en todo el país.
Los sectores
Los centros comerciales son el punto de encuentro de diversas empresas
dedicadas a sectores diferentes, tales como recreación, textil, comidas, etc.
En 2014, 82% del Producto Interno Bruto colombiano (PIB) se dio por el
consumo y, según
el economista Luis
Fernando
Iriarte
Castillo,
en
el
aumento
tiene
gran incidencia las
compras de los
hogares.
Para
Leopoldo
Vargas Brand, todos los sectores de ventas han tenido crecimientos
satisfactorios y, por supuesto, las ventas en los centros comerciales no son la
excepción, pues en ellos, aunque hoy en día hay complejos especializados,
se amalgaman todas las ofertas de bienes y servicios.
“Los sectores de mayor crecimiento fueron los artículos de ferretería e
informática con el 13,2 %, favoreciendo tiendas por departamento como
Falabella, Homecenter, Easy y Panamericana; vehículos, 12,9 % ; productos
para el aseo del hogar, 10 % (supermercados); alimentos y bebidas no
alcohólicas, 7%; prendas de vestir y textiles, 5 % y calzado y artículos de
cuero, 4 % , apuntó Vargas.
Para Carlos Hernán Betacourt, director ejecutivo de Acecolombia, el buen
momento de la industria de los centros comerciales y de las ventas en los
mismos es un factor incidente, además, en el desarrollo y progreso de las
ciudades y en la renovación urbana.
“Los centros comerciales han sido y serán polo de desarrollo y renovación
urbana, además de la generación de empleo”, sostiene Betancourt.
En efecto, apunta Vargas,
los centros comerciales
para 2014 ocuparon un
total 407.444 empleos. “Si
se tiene en cuenta que las
cifras del Dane del año
anterior señalan que hubo
21,1 millones de personas
ocupadas, los centros
comerciales generaron el 1,93 % del empleo del país, cifra que en los
próximos cuatro años se elevará debido a los proyectos que se ejecutan”,
puntualiza.
La concentración
Según un reciente estudio de Fenalco sobre los centros comerciales, en
Colombia hay 480 complejos (incluyen los de todo tipo de área comercial),
de los cuales 50 por ciento se califican como galerías comerciales, es decir,
que no tienen un almacén ancla, cuentan con locales informales y una
oferta de bienes y servicios populares, de arquitectura poco formal, incluso
con adaptaciones, y se ubican en sectores de nivel socioeconómico mediobajo y bajo.
Este informe estableció que solo 2 % de los centros comerciales en Bogotá,
Medellín y Cali (las principales ciudades del país) superan los 500 locales,
que el 33 % tiene menos de 50 y el 28 % hasta 100. Las dos terceras partes
del área comercial de los complejos en estas ciudades son de menos de
5.000 metros cuadrados.
Fuente: El Tiempo.
2) Colombia, mercado atractivo para el sector en el contexto
Latinoamericano.
Colombia
está
bien
posicionada en el sector
comercial
dentro
de
Latinoamérica. Entre Brasil,
México, Colombia, Argentina,
Perú y Chile, han abierto 326
nuevos centros comerciales,
un 32% de la oferta rentable de
la región.
En los últimos años la industria
de los centros comerciales en
América Latina ha reportado
una tendencia de crecimiento, pero así mismo, genera interrogantes como:
¿Ya hay suficientes? ¿Existe sobreoferta?
Si bien, frente a países como los Estados Unidos aún existen distancia y
diferencias, entre ellas las socioeconómicas, en Suramérica ya hay algunos
países con los que se puede comparar la actividad comercial de este tipo
y el análisis afirma que salimos bien librados. Es el caso de Argentina, que no
obstante tener el mismo índice de población urbana de Colombia, tiene en
la actualidad menos área dedicada a los centros comerciales.
Entre Brasil, México, Colombia, Argentina, Perú y Chile, han abierto 326
nuevos centros comerciales, es decir, un 32 por ciento de la oferta de metros
cuadrados rentables en la región, con una cifra cercana a los 10 millones de
m2. A este total, Colombia aporta el 9 por ciento; Brasil y México 71 por
ciento y Perú, cerca del 20 por ciento, apoyado por Argentina y Chile, Un
informe del Grupo de Inteligencia de Mercado del International Council of
Shopping Center para América Latina, publicado durante el Simposio de
Inteligencia de Mercado en Latinoamérica, que se realizó en Ciudad de
México.
¿Qué es lo que esperan?
Se estima que para el año 2025 ingresarán 27 millones de m2 rentables en
830 centros comerciales nuevos. Para Colombia, particularmente se
proyectan 339 inauguraciones, que sumarían 8,3 millones de m2 de área, lo
que elevaría el ratio urbano hasta 18 m2 por cada 100 habitantes.
Es por ello que nuestro país se está convirtiendo en un mercado atractivo
para los inversionistas y por ende, franquicias y otras marcas de productos y
servicios están orientando sus prioridades hacia Colombia. “Lo que ha
llamado la atención de la comunidad empresarial es la convergencia de
muchos indicadores positivos con consecuencias directas sobre el consumo
y la venta minorista. Colombia apunta a un alto crecimiento de la
economía, tiene una atmósfera de negocios amigable, un incremento de
los ingresos de los consumidores y a la vez, de los gastos destinados al
consumo, al mismo tiempo que las ventas minoristas han registrado un
crecimiento real y constante en los últimos años”, indica el reporte
entregado por la ICSC.
Un continente muy comercial
Desde los gigantes tradicionales hasta las economías en crecimiento, en
Suramérica cada país posee características comerciales que lo hacen
particularmente atractivo:
México: Es el territorio
con
más
metros
cuadrados dedicados
al espacio rentable;
son
16,2
millones
distribuidos en 584
centros comerciales,
su ratio comercial
urbano es de 16,9 m2
por
cada
100
habitantes y el tamaño promedio de cada una de las construcciones es de
28.000 m2.
Brasil: A pesar de ser el de mayor número de habitantes en toda
Latinoamérica, es el segundo en la oferta de centros comerciales: 511. Tiene
un ratio comercial urbano de 7,8 m2 por cada 100 habitantes, el tamaño
promedio de sus centros comerciales es de 26.000 m2 y durante los últimos
cinco años, reportó un crecimiento del 33 por ciento, al adicionar 107 nuevos
complejos comerciales.
Argentina: Tiene el menor ratio comercial (5,4 m2 por cada 100 habitantes).
Entre el 2010 y este año inauguró 28 centros comerciales, que sumaron cerca
de 754.000 m2 de espacio rentable. El tamaño promedio de los comercios
es de 18.600 m2.
Perú: Allí, cerca de 40 centros comerciales han abierto sus puertas al público
en los últimos años, llegando a superar el millón de m2 de espacio rentable.
Los centros comerciales peruanos dedican en promedio, unos 29.500 m2
para este uso y el país tiene un ratio comercial urbano de 0,2 m2 de
comercio por cada 100 habitantes.
Chile: A pesar de tener solo 17,7 millones de habitantes la oferta es alta; tiene
un ratio de 22,2 m2 por cada 100 habitantes, pero a la vez reporta un
crecimiento reducido, pues en los últimos años solo ha construido cinco
nuevos centros comerciales que suman 179.000 m2 de área rentable, cada
uno con un promedio de 44.500 m2 comerciales.
Colombia: Es uno de los casos más representativos ya que cuenta con 4,2
millones de m2 de espacio rentable y un ratio comercial urbano de 10,8 m2.
El tamaño promedio de sus centros comerciales es de 21.500 m2 y vale la
pena destacar que a diferencia de otros países de la región, sus centros
comerciales son tradicionalmente desarrollados para ser vendidos.
Hoy, el modelo colombiano cuenta con el 83 por ciento de estas unidades
en modalidad de multipropiedad o propiedad concentrada, y solo el 17 %,
funciona como centros comerciales operados por un solo propietario.
De todas maneras, la economía nacional está cambiando e
independientemente del modelo que se tome, la idea es ser más
competitivos.
Fuente: El Tiempo
3) Totto, la marca ‘made in Colombia’ con acento global.
La historia de Nalsani SA Totto,
comenzó a escribirse hace 28 años.
Una de las marcas más reconocidas
en Colombia y América Latina inició
en
una
pequeña
fábrica
de
manufacturas de cuero ubicada en
Bogotá.
El empresario Yonatan Bursztyn con
tan solo 28 años de edad, fue quien le apostó al desarrollo de esta empresa
que en poco tiempo logró entrar a la escena global. Hoy los maletines,
ropa y accesorios Totto tienen presencia en más de 30 países, en dos
continentes y es la primera marca colombiana en tener más de 510 puntos
de venta a nivel global. Sus ingresos operacionales superan los $300.000
millones y emplea más de 3.000 personas directamente y unas 7.000 en
todos sus canales de distribución.
La marca ha logrado varios reconocimientos. En 2003, fue reconocida por el
Instituto MEPT como la mejor empresa para trabajar en Colombia. También
recibió el año pasado el premio E-commerce Award, otorgado por la
organización internacional de Comercio Electrónico y Negocios por Internet
de América Latina por tener el mejor canal de ventas online; así como el
premio Accenture Innovación y el premio Licencia Disney, entre otros.
Para este año, la meta de Totto es seguir expandiéndose en los mercados
internacionales, precisamente, Bursztyn quien fue merecedor del premio al
Emprendedor Máster del Año en 2012, habló sobre los proyectos que tiene
la compañía entre los que se destacan el proceso de consolidación en
México y Chile y crecer en el continente europeo a través de
franquicias. Pero quizá el proyecto más importante que tiene
contemplado Bursztyn es ingresar al mercado de Estados Unidos, pues a su
juicio, no se puede calificar a una empresa como global sino se tiene
presencia en un mercado tan competido y exigente como el
norteamericano.
¿Cuál es el balance que hace de la compañía de 2014?
2014 fue un año muy especial para
nuestra marca, fuimos reconocidos
por distintas organizaciones, en
diversos campos por la excelencia
de
nuestros
procesos.
Cada
galardón que recibimos, refleja el
esfuerzo y compromiso de nuestra
gente, de todas las áreas y por eso
todos nos sentimos orgullosos y
partícipes de estos resultados.
Logramos un crecimiento superior a 14% con la entrada a nuevos países y el
fortalecimiento de nuestros canales comerciales. Así mismo, con la apertura
de nuestro gran CEDI en Mosquera, conseguimos estar al nivel de las
grandes marcas de mundo para poder abastecer rápidamente nuestros
canales, mejorando la efectividad en los tiempos de respuesta.
El E-Commerce fue otro gran acierto de 2014, superamos expectativas de
nuestros consumidores con estrategias comerciales exitosas y fuimos
reconocidos por la Organización Internacional de Comercio Electrónico y
Negocios por Internet, por contar con el mejor canal de ventas online de
Colombia.
¿Cuáles son los proyectos de inversión de Totto para este año?
Este año los proyectos más importantes son internacionales. Queremos
consolidar operaciones en países donde estamos en proceso de
consolidación como México y Chile. En los próximos 3 años nuestro proyecto
importante está basado en Europa, donde hoy ya estamos presentes en
España, Portugal y Grecia, y nos interesa seguir desarrollando este mercado.
Buscamos consolidar nuestra operación y abrir nuevos países en Europa a
través de nuestra franquicia en España. Nosotros como casa matriz
apoyamos estos proyectos y los dirigimos, buscamos franquiciatarios y ellos
se encargan de su operación.
Así mismo, seguiremos invirtiendo en el mejoramiento en toda nuestra
cadena de distribución, en innovación y por supuesto, uno de mis principales
intereses es continuar aportando al país, generando empleo, desarrollando
a nuestra gente y seguir aportando a la educación a través de Totto al
Tablero, nuestro programa bandera de responsabilidad social.
¿Cuánto tiene presupuestado invertir en estos proyectos?
Estos son proyectos que hacen las franquicias, nosotros los apoyamos y los
dirigimos, esa es nuestra función, buscamos los franquiciados, no son
operaciones directas nuestras por lo que no me puedo referir a una inversión
puntual.
¿Ha pensado ampliar más adelante las líneas de negocio?
No. Por ahora tenemos suficientes líneas de negocio, en ese sentido estamos
es consolidando las que tenemos. Dentro de nuestros proyectos está
trabajar muy fuerte en la consolidación de la marca Totto Tú, que es para
niños y jóvenes entre los 4 y 14 años, se trata de una marca muy joven, lleva
apenas 6 años en el mercado.
De las metas que se propuso cuando inició su negocio, ¿cree que le falta
alguna por cumplir?
Lo que yo tenía cuando inicié, era un sueño pequeño, nunca en mi vida
pensé tener una compañía con 3.000 empleados, más de 510 tiendas en
toda la red o que estuviéramos presentes en más de 35 países. Uno va
trazándose metas y va cumpliendo y va soñando cada vez más arriba, pero
nunca tuve un sueño de tener una compañía del tamaño que es hoy Totto.
Este es un sueño que se ha venido construyendo a través de los años, de ir
cumpliendo metas. Ahora nuestro sueño y en lo que estamos trabajando es
convertir a Totto ya no en una multilatina, que ya eso lo pasamos, sino en
una marca de reconocimiento global, en eso estamos trabajando,
conquistando nuevos países, esperamos en 2017 empezar el proyecto de
Estados Unidos, no se puede ser marca global si no se está en Estados Unidos.
¿Cuáles fueron los factores que le dieron tal éxito a su compañía?
Lo primero ha sido la gente, tener
claridad y estrategia. Fue haber creado
una marca, lo tenía muy claro, fue la
primera buena decisión, una cosa es
poner una marca, otra cosa es construir
una marca.
Los maletines son la mina de oro.
Si bien la compañía se ha destacado por su liderazgo en el diseño y
producción de maletines, ropa y accesorios, Yonatan Bursztyn reconoce
que el reconocimiento de la compañía se lo han ganado con los morrales y
por eso son “la mina de oro” del negocio. Totto, ha sabido mantenerse a
través del tiempo, no solo por la calidad de sus productos, sino por la
innovación y aceptación entre sus clientes. En 2012 se lanzó TOTTO Lab para
ofrecer a sus clientes la oportunidad de diseñar, personalizar y ponerle su
firma a cada morral, convirtiéndolo en un producto único, auténtico e
inspirador.
Caso empresarial
Si algo tenía claro Yonatan Bursztyn desde temprana edad era que quería
hacer empresa, aunque nunca imaginó, según cuenta, que su éxito iba a
llegar a tal nivel. En su búsqueda encontró la oportunidad de adquirir
Bonreal, empresa que ya tenía su propia marca Land, de artículos de cuero,
y que estaba en manos de los bancos por insolvencia financiera. El 1 de
diciembre de 1987 asumió la gerencia general de la compañía. Pese a la
condiciones de Bonreal, los Bursztyn cambiaron de razón social, llamaron la
empresa Nalsani S.L., luego paso a ser en 1994, Nalsani S.A.
Con 38 empleados, de la antigua fábrica, Bursztyn, empezó a conocer sobre
materiales y proveedores, visitó diferentes ferias de moda, y en 1988 en la
feria de Mipel, Milán, una colección inspiró su visión de crear una marca
especializada en productos de lona, fue entonces cuando su sueño cobró
vida, y nació en Colombia la gran multilatina Totto. Debido al éxito de la
marca, en 1989, en la misma fábrica se abrió el primer punto de venta. En
1990 presentó su primera colección de ropa. Solo a 3 años de haberse
creado ya contaba con 5 tiendas.
Más adelante logró sus primeras franquicias, en Colombia, la primera la abrió
en Cali, en 1991, luego en 1992, en Costa Rica, (su primera franquicia
internacional). Con este modelo Totto, entre 1999 y 2003, ya contaba con
once franquicias, y para 2008, eran 31.
A la fecha, Totto ya hace presencia en más de 35 países, y en Colombia
cuenta con cerca de 272 tiendas propias, así las cosas, el reto de Nalsani
S.A. es seguir creciendo en el mercado nacional e internacional.
Fuente La Republica.
4) Gerencia de crisis.
Quienes hacemos análisis económico
estamos asediados por empresarios
ansiosos por la perspectiva coyuntural
del país. Cada día es más claro que se
avecinan
tiempos
económicos
difíciles.
Sumados los factores externos, los
internos y la inacción del Gobierno, es
claro que vamos para un periodo de
crecimiento lento, mayor desempleo y
demanda frágil. No se descarta que
algunas burbujas, como la de la vivienda, empiecen a desinflarse con el
efecto que ello tiene en la sensación de riqueza de los consumidores.
Dado el entorno complejo, lo mejor es adoptar medidas gerenciales
preventivas. Sobrevivir a una crisis económica es un asunto de método.
Existen metodologías que permiten preparar a una organización para un
ciclo de menor crecimiento o crecimiento negativo. Lo importante es
aceptar que las cosas están cambiando y, por lo tanto, hay que adaptarse
a nuevas circunstancias. El objetivo es capear el temporal que durará
algunos años para luego aprovechar el nuevo ciclo de expansión. Los que
sobrevivan serán los grandes beneficiarios de la crisis, pues habrán
desaparecido muchos competidores y la empresa estará en un nivel de
eficiencia máximo.
¿Cómo no crecer y seguir ganando dinero? Esta es la primera pregunta que
hay que resolver.
Venimos de un largo periodo de expansión (2002-2015), en el cual el
crecimiento ha sido la norma.
Ahora, entramos en un ciclo diferente en el que el crecimiento no será
garantizado. Lo importante es, entonces, focalizarse en no perder dinero.
Todas las acciones deben estar encaminadas a mantener en negro esa
última línea del balance. Ello exige un conjunto de acciones coordinadas
para proteger las fuentes de ingreso, reducir egresos y sobre todo flexibilizar
la organización para que se adapte al nuevo entorno.
La ecuación básica de todo negocio es: productividad+competitividad=rentabilidad. La gerencia de crisis exige tomar medidas en materia
de productividad (hacer de forma más eficiente los bienes y servicios que
producimos) y competitividad (vender mejor lo que producimos). Una
revisión metodológica de estas dos dimensiones del negocio debe permitir
identificar áreas de reducción de costos y gastos que protegerán la
rentabilidad. Existen productos para la crisis que hay que desarrollar y
pueden ser interesantes substitutos en estos momentos. Para identificarlos,
nada reemplaza tener un buen conocimiento de las necesidades de los
clientes.
Contar con un buen sistema de información es vital en estos tiempos. Sin
datos oportunos y fiables es imposible anticipar las características de las
amenazas que trae el nuevo ciclo empresarial.
Demasiados negocios reaccionan tarde cuando las tendencias han
tomado la delantera y los daños son irreparables. Por ello, el primer error es
no querer aceptar que los buenos tiempos están quedando en el pasado y
que se requieren otras prioridades de gestión. Los tiempos de crisis visibilizan
las fortalezas y debilidades reales de las empresas. Son, por así decirlo,
momentos de verdad, donde la calidad de los procesos, el compromiso del
equipo de trabajo y la claridad del liderazgo se ponen a prueba.
Sobrevivir a la crisis es un objetivo posible. Pero requiere, antes que nada,
una clara conciencia en los altos niveles de responsabilidad de la empresa
de que en administración no existen problemas que se resuelvan solos.
Fuente: Miguel Gómez Martínez. Profesor del Cesa para Portafolio.
5) América Latina, a hacer las cosas diferentes.
La asamblea anual del BID
evalúa las vías de reducir
la brecha comercial con
Corea del Sur.
La
historia
ha
sido
contada
en
múltiples
oportunidades: en 1960
los
países
latinoamericanos y Corea
del Sur tenían niveles
similares de desarrollo y
una situación de pobreza
muy parecida.
Más recientemente, en 1980, unas 15 naciones de la región tenían un ingreso
por habitante superior al de su contraparte asiática.
Hoy en día las cosas son distintas. Con un producto per cápita cercano a los
26.000 dólares, los coreanos entraron a la categoría de economía
industrializada.
Más aún, si hace cinco décadas largas,
uno de cada dos habitantes del país
asiático era pobre, hoy en día esa tasa es
inferior al 5 %.
Los elementos del llamado ‘milagro
coreano’ estarán en el centro de las
deliberaciones de la Asamblea Anual del
Banco Interamericano de Desarrollo que
tendrá lugar este fin de semana en el
puerto de Busán, localizado a 450
kilómetros al sur de Seúl.
Muchos de los venidos del otro lado del
Pacífico quieren escuchar las fórmulas que se usaron para que esta nación
de 50 millones de habitantes, que sigue técnicamente en guerra con su
vecino del norte, se convirtiera en una potencia exportadora, con un
elevado énfasis en la tecnología.
El interés es genuino, dado el viento en contra que sopla para América
Latina.
“Este año apenas vamos a crecer por encima del uno por ciento y si las
cosas siguen como van, no estaremos muy lejos del tres por ciento anual”,
señala José Juan Ruiz, economista jefe del BID.
La razón, no solo del pobre desempeño actual, sino de la brecha que se
abrió con Corea es una: la productividad en nuestra región se ha
estancado, mientras que en el país asiático ha aumentado sin cesar.
Elementos como la educación, las instituciones, las regulaciones laborales y
la inversión pesan mucho en el resultado.
Más que una fórmula precisa, el mensaje que espera ser transmitido en
Busán es que hay que hacer las cosas en forma diferente.
En ese propósito los coreanos quieren
aportar una mano, como lo señaló
Heenam Choi, del ministerio de
Estrategia y Finanzas.
Se mantiene el desequilibrio en la
balanza comercial
En los pasados 25 años el comercio
bilateral entre Corea del Sur y
Latinoamérica ha crecido a una tasa
anual compuesta del 17 por ciento y en el 2014 superó los 54.000 millones de
dólares. Además, la inversión coreana acumulada desde el 2003 llegó a
10.300 millones de dólares.
No obstante, los desequilibrios son notorios, en favor de los asiáticos.
“Si América Latina quiere equilibrar la balanza, la única manera de hacerlo
es comenzar a hacer la tarea”, concluye el presidente del BID, Luis Alberto
Moreno.
Fuente: Ricardo Ávila Director de Portafolio Busán, Corea del Sur
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