Apocalipsis

Parte 1
Apocalipsis Capítulo 1
INTRODUCCIÓN
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Parte 1
1:1-20
LA INTRODUCCIÓN
1:1-2 - “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para
manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto;
y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo
Juan, que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del
testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto”.
La palabra “revelación” significa destapar, develar o revelar.
Los versículos 1 a 2 nos hacen comprender cómo llegó a existir
este libro. Dios Padre le dio este libro a Jesús después de su
ascensión al cielo.
Cristo dijo en Mateo 24:36 refiriéndose al tiempo de su segunda
venida: “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de
los cielos, sino sólo mi Padre”. Dios Padre es el único que sabe
con exactitud el día y la hora de la segunda venida de Cristo.
Como Hijo del Hombre, la revelación que Jesús tuvo de los
últimos días no era completa mientras Él estuvo en la tierra.
Tuvo que crecer en conocimiento, igual que nosotros. Sin
embargo, después de ascender al Padre, en los cielos, supo
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todas las cosas. El libro de Apocalipsis fue dado a Jesús por el
Padre, quien por medio de un ángel se lo envió después a Juan.
Juan fue el último apóstol sobreviviente del Cordero (del grupo
original de doce). Escribió cinco libros del Nuevo Testamento—
el Evangelio de Juan, las Epístolas I, II y III de Juán, y el libro
de Apocalipsis.
Juan tenía alrededor de noventa años de edad cuando recibió
este libro. En su primera epístola dijo: “Lo que hemos visto y
oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis
comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente
es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo” (1 Juan 1:3).
Juan conocía íntimamente la Palabra y los caminos de Dios.
Recibió su más grande revelación en la vejez. Hay cierta pureza
que se forja en los hombres y mujeres que perseveran en
caminar con Dios a medida que envejecen. Como dijo Cristo:
“Si permanecemos en su Palabra, conoceremos la verdad, y la
verdad nos hará totalmente libres (Juan 8:31-32).
Las siete bienaventuranzas del libro de Apocalipsis
1:3 - “Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras
de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque
el tiempo está cerca”. Esta constituye la primera de “las siete
bienaventuranzas del libro de Apocalipsis”. Las otras se
encuentran en el capítulo 14:13, 16:15, 19:9, 20:6, 22:7 y 22:14.
Muchas de las grandes divisiones de la Biblia comienzan con
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sus propias bienaventuranzas, que son las claves para recibir
las bendiciones que el Señor desea otorgar a su pueblo.
El Pentateuco (Génesis, Exodo, Levítico, Números y
Deuteronomio) contiene los Diez Mandamientos, de los cuales
el Señor dijo en Deuteronomio 6:17-19: “Guardad
cuidadosamente los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y
sus testimonios y sus estatutos que te ha mandado. Y haz lo
recto y bueno ante los ojos de Jehová, para que te vaya bien, y
entres y poseas la buena tierra que Jehová juró a tus padres;
para que él arroje a tus enemigos de delante de ti, como Jehová
ha dicho”.
El libro de Salmos comienza con el pronunciamiento de una
bienaventuranza acerca de los que no andan en camino de
pecadores y que meditan continuamente en la Palabra de Dios.
“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores
se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en
su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado
junto a corrientes de agua, que da su fruto en su tiempo, y su
hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará” (Sal. 1:1-3).
El primer mensaje de los profetas fue arrepentimiento y retorno
a la Ley. Se pronunció una bienaventuranza sobre los que hacen
esto. El profeta dijo en Isaías 56:1-2: “Así dijo Jehová: Guardad
derecho, y haced justicia; porque cercana está mi salvación
para venir, y mi justicia para manifestarse. Bienaventurado el
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hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que
guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su
mano de hacer todo mal”, (ver también Is. 1:18-20).
El Nuevo Testamento tiene, como se sabe, las bienaventuranzas
que pronunció el Señor mismo. En su Sermón del Monte, el
Señor dio estas nueve bienaventuranzas en Mateo 5:1-12:
“Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él
sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el
reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos
recibirán consolación. Bienaventurados los mansos, porque ellos
recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen
hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán
misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, porque
ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacificadores, porque
ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que
padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos
es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi
causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal
contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro
galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los
profetas que fueron antes que vosotros”.
Ahora regresemos a la primera bienaventuranza del libro de
Apocalipsis. En muchos sentidos es extraordinaria. Primero que
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todo, el Señor pronuncia una bendición sobre los que leen o
que simplemente oyen las palabras de esta profecía. Solamente
en esta porción de las Escrituras se garantiza que la lectura de
un libro traerá bendición al lector. Observe que el Señor no
dice que debemos entender el libro para recibir la bendición,
sino que simplemente lo debemos leer u oír.
Además, el libro de Apocalipsis es llamado profecía, ligándolo
por tanto al fluir profético que se encuentra especialmente en
los profetas mayores y menores del Antiguo Testamento. Esto
es sustentado por el hecho de que en el libro de Apocalipsis,
muchos temas e ilustraciones de los sucesos del tiempo final, se
asemejan a lo enunciado en los libros de los profetas del Antiguo
Testamento.
Hay una amonestación a guardar los dichos de este libro:
“Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de
esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque
el tiempo está cerca”. Esta advertencia a guardar los
mandamientos de este libro se repite en el capítulo 22:9:
“Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus
hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de
este libro. Adora a Dios”.
El Saludo
1:4 - “Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y
paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de
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los siete espíritus que están delante de su trono”. El versículo
4 nos dirige a las siete iglesias de Asia. Para el lector moderno,
es necesario mencionar que Asia era el nombre que se le daba
a una provincia romana en la parte occidental del país que
hoy se conoce como Turquía.
Estas siete iglesias fueron las que recibieron atención apostólica
de parte del apóstol Juan en su vejez. Él las visitaba haciendo
una ronda, de la misma manera que el profeta Samuel lo hizo,
viajando a varias ciudades de Israel. “Y juzgó Samuel a Israel
todo el tiempo que vivió. Y todos los años iba y daba vuelta a
Bet-el, a Gilgal y a Mizpa, y juzgaba a Israel en todos estos
lugares. Después volvía a Ramá porque allí estaba su casa, y
allí juzgaba a Israel; y edificó allí un altar a Jeová” (1 Sam.
7:15-17).
Estas siete iglesias se enumeran en Apocalipsis 1:11: “Escribe
en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en
Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y
Laodicea”. Ellas fueron las primeras beneficiarias de esta
extraordinaria profecía.
Después de dirigirse a las siete iglesias de Asia, Juan hace el
saludo neotestamentario tradicional de “gracia” (1:4). La gracia
es capacitación divina para triunfar sobre todos los obstáculos
y luchas que encontramos en nuestra peregrinación de la tierra
al cielo. Gracia también significa el inmerecido favor de Dios,
que se recibe cuando nos humillamos delante del Señor.
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Asimismo, Juan las saluda con “paz”. Paz era el saludo del
Señor a sus discípulos antes y después de su resurrección. La
paz es el don más preciado de la humanidad, ansiado por
naciones y pueblos en todas partes, pero tan escasamente
encontrado. Cristo dijo a sus discípulos en Juan 14:27: “La paz
os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da.
No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. El apóstol Pablo
dijo a los creyentes de Filipos: “Por nada estés [afanosos], sino
sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda
oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento, guardará [guarnecerá] vuestros
corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Fil. 4:67). La paz solamente proviene del Príncipe de Paz y se le
concede a sus amados. La paz se le da a los justos.
Vale la pena observar también que esta salutación tradicional
procede del “que es y que era y que ha de venir”. Esta pequeña
frase acerca del Señor “que es y que era y que ha de venir” es
muy importante. Este título del Señor Jesucristo se repite de
diversas maneras a través de las páginas del libro de Apocalipsis.
Hay una razón precisa para esto. Es enfatizar el hecho de su
resurrección y preexistencia como el Hijo del Hombre, pero
también su regreso. Jesús está vivo hoy.
En esos términos, ya que todo testimonio tiene que ser
confirmado por la boca de dos o tres testigos, el saludo proviene
también de los siete Espíritus de Dios, que se nos presentan
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por nombre en Isaías 11:2. Estos siete Espíritus del Señor son
una extensión de la Persona del Espíritu Santo.
1:5 - “Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los
muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos
amó y nos lavó de nuestros pecados con su sangre”. Jesucristo
es el testigo fiel. Estas palabras reflejan lo que Pablo escribió
muchos años antes en Primera Timoteo 6:13: “Te mando delante
de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio
testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato”.
Jesús es también “el [primogénito] de los muertos”. Esto se
repite en Colosenses 1:18. Cristo fue el primero en recibir un
cuerpo resucitado. Pablo dijo en Primera Corintios 15:20: “Mas
ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que
durmieron es hecho”. El Señor Jesús conquistó la muerte.
Ahora, con una elegante sencillez, Juan declara la autoridad y
majestad de Cristo con el maravilloso título “El Soberano de
los reyes de la tierra”. Este título significa que Cristo es el único
que tiene la preeminencia sobre los reyes terrenales. El Señor
Jesús es el Rey de Reyes, y reina sobre todos los gobernantes
de la tierra.
En su acostumbrada forma de expresarse, Juan declara
entonces el amor de Jesús por nosotros. Se asemeja a la
declaración que hizo en Juan 13:1 acerca del constante amor
que Jesús manifestaba a sus discípulos. “Antes de la fiesta de la
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pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que
pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos
que estaban en el mundo, los amó hasta el fin”. Aun en la hora
de su mayor necesidad, el Señor se derramó a Sí mismo por
sus discípulos y dio por ellos todo lo que tenía. ¡Ese es amor
verdadero! El amor lo obligaba a entregarlo todo.
Finalmente, Juan evoca el supremo sacrificio de Jesús por
nosotros. Cristo no sólo derramó su sangre por nosotros, sino
que lavó nuestros pecados con su preciosa sangre que fluyó
del Calvario. Esta palabra “lavó” puede ser traducida también
como “liberó o soltó”. El Señor nos lavó, nos hizo blancos como
la nieve (ver Is. 1:18) y nos liberó de nuestros pecados con su
sangre.
1:6 - “Y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a
él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén”.
Juan declara la razón principal de que seamos limpiados—
es que podamos convertirnos en reyes y sacerdotes para
Dios. Esta no es en ningún sentido una verdad aislada. Era
el plan y propósito original para los hijos de Israel. El Señor
dijo a los hijos de Israel en Exodo 19:6: “Y vosotros me
seréis un reino de sacerdotes, y gente santa”. El Señor
Jesucristo es un Rey, pero también es un Sacerdote según el
orden de Merquisedec. Por lo tanto, desea que nosotros
también seamos reyes y sacerdotes espirituales. Esta es una
verdad que vemos desarrollada con mayor detalle en
Apocalipsis 5:9-10.
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1:7 - “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá,
y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán
lamentación por él. Si, amén”. Uno de los hechos mejor
definidos acerca de la segunda venida del Señor Jesucristo
es que Él viene con las nubes (ref. Dn. 7:13) y que todo ojo
le verá. No habrá una venda secreta. Esta verdad se repite
una y otra vez a través de las Sagradas Escrituras. Cristo
declaró en Mateo 24:30: “Entonces aparecerá la señal del
Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas
las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo
sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”.
En los registros de la ascensión de Jesús al cielo cuarenta
días después de su resurrección, tenemos un cuadro de su
segunda venida. Leemos en Hechos 1:9-11: “Y habiendo
dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió
una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los
ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se
pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas,
los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué
estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido
tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto
ir al cielo”.
El Señor Jesucristo regresará a la tierra de la misma manera
que ascendió a los cielos. Por esta razón, sabemos varias
cosas acerca de su regreso. Vendrá con las nubes. Además,
ya que ascendió a los cielos desde el Monte de los Olivos
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(Hechos 1:12), cuando regrese sus pies tocarán el Monte
de los Olivos (Zac. 14:4). Y todo ojo le verá. Toda la gente
alrededor del mundo le verá al mismo tiempo debido a su
omnipresencia.
Asimismo, todos los que le traspasaron le verán. Zacarías
12:10 dice: “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre
los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración;
y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora
por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige
por el primogénito” (Ver Sal. 22:16, Is. 53:5).
El Alfa y la Omega
1:8 - “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor,
el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso”. Aquí
Cristo se revela a sí mismo como el “Alfa y Omega”. La primera
letra del alfabeto griego es Alfa y la última es Omega. Esto
enfatiza el hecho de que el Señor es el principio y el fin de todas
las cosas. Pablo realza esta verdad en Filipenses 1:6 al decir:
“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros
la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”.
Por ser el Señor el Alfa y la Omega, podemos estar seguros de
que El que empezó la obra en nosotros la completará. Él es el
“autor y consumador de nuestra fe” (He. 12:2). Por lo tanto, lo
que Dios se propuso desde antes de la fundación del mundo,
ya sea para una nación o para un individuo, Él lo cumplirá y lo
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realizará. En lo profundo del corazón debemos estar
absolutamente persuadidos de esto para poder llegar a la meta
que Dios tiene para nuestras vidas. Conociendo el carácter
inmutable de Dios, podemos decir por fe, juntamente con David:
“Jehová cumplirá [o completará] su propósito en mí” (Sal.
138:8).
El Señor declara que Él “es y era y ha de venir”. La repetición
constante de esta frase en el libro de Apocalipsis, de ninguna
manera está allí por azar, sino que se nos hace para recalcar
tanto la certeza de la segunda venida del Señor, como la marcada
diferencia entre Cristo y el Anticristo.
El Anticristo venidero “era, y no es y ha de venir” (Ap. 17:8,11).
¿Por qué este contraste? La razón es que Cristo viene desde lo
alto con las nubes, pero el Anticristo “subirá del abismo”, (ver
Ap. 17:8).
El Señor es llamado Todopoderoso, pero el Anticristo es un
hombre que vivió antes de escribirse el libro de Apocalipsis.
Apocalipsis 13:18 declara con claridad que el Anticristo es un
hombre: “Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente
el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número
es seiscientos sesenta y seis”.
Isaías 14:12-15 habla de Satanás el arcángel caído cuyo
nombre anterior era Lucifer. Luego Isaías 14:16 habla del
Hombre de pecado (ref. 2 Ts. 2:3), uno que se levantará en
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los últimos días y que será totalmente poseído y puesto en
acción por Satanás. Cuando Cristo en su segunda venida
destruya y arroje al infierno al Anticristo, las naciones dirán:
“¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que
trastornaba los reinos?” (Is. 14:16).
1:9 - “Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en
la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo,
estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra
de Dios y el testimonio de Jesucristo”. Juan se identifica a sí
mismo con sus lectores. Aunque era un apóstol muy respetado,
se llama simplemente su hermano en la familia de Dios. Esto
realza la idea de identificación. Lo mismo es cierto del profeta
Ezequiel, quien testificó: “me senté donde ellos estaban
sentados” (Ez. 3:15). En otras palabras, él se indentificaba con
la gente a quien le ministraba, y podía entender sus necesidades.
Juan también dice que es su compañero en la tribulación. Juan
no desconocía la tribulación. La iglesia neotestamentaria fue
iniciada con aflicciones y la iglesia de los últimos días acabará
con la gran tribulación. Hechos 14:22 nos dice que “a través
de muchas tribulaciones entramos en el reino de Dios”. El
trasfondo de esta abrumadora declaración es la ocasión en
que Pablo fue apedreado en Listra. ¿Se da cuenta usted de
cómo entraban en el reino de Dios los santos
neotestamentarios? Era a través de muchas tribulaciones y
persecuciones.
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Las mayores persecuciones contra la iglesia de Jesucristo están
todavía por venir. Cristo declaró en Marcos 13:19 acerca de
los últimos días: “porque aquellos días serán de tribulación
cual nunca ha habido desde el principio de la creación que
Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá”. Juan recibió el libro
de Apocalipsis durante un tiempo de tribulación. Esto puede
aplicarse también a los cristianos de hoy. Es durante las épocas
de pruebas y aflicciones, que los santos experimentan y reciben
las revelaciones más grandes de sus vidas.
“Copartícipe vuestro...en el reino y en la paciencia de
Jesucristo”. La palabra “hupomone” es el término griego para
“paciencia”, y significa: una resistencia firme y conquistadora.
Esta clase de paciencia convierte en gloria todos los tipos de
sufrimiento. El camino del reino es el camino de la resistencia.
Esta perseverancia se encuentra en la persona de Cristo.
El mismo Señor soportó hasta el final, y dijo en Mateo 24:13:
“Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”. Esto se
aplica en especial a la iglesia de los últimos días ya que fue
dicho en el contexto de los días previos a la segunda venida.
La última semana de la vida de Cristo sobre la tierra fue su hora
más oscura, pero a la vez, fue su más grandiosa hora. La última
semana de la vida y ministerio de Cristo es un tipo de los últimos
días de la iglesia. Aunque experimentó los mayores sufrimientos,
también recibió la mayor gloria que pueda existir—culminando
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en su victoria en la cruz. ¡Y yo recalco que fue una victoria, no
una derrota!
A pesar de que el libro de Apocalipsis se dio como fuente de
consuelo para los cristianos sufrientes en los días de Juan, y
para los santos de Dios que padezcan persecución en todas las
épocas, tiene una aplicación especial para la iglesia de los últimos
días. Declarando el triunfo final de Dios y de Cristo sobre
Satanás, el Anticristo, el falso profeta y la iglesia falsa,
Apocalipsis nos da seguridad acerca de nuestra postrer victoria
si continuamos caminando en la luz. ¡Cuánta seguridad tenemos
en Jesús!
1:10 - “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí
detrás de mí una gran voz como de trompeta”. El día del
Señor es el domingo. Este fue el día en que Cristo se levantó de
entre los muertos. El día de reposo del Antiguo Testamento era
el sábado. El domingo es tanto el primer día como el octavo
día de la semana. El número ocho significa nueva vida, un nuevo
orden y un comienzo fresco en los propósitos de Dios; en esta
ocasión, significa la inauguración de la era de la iglesia con la
muerte de Cristo en la cruz y su consiguiente resurrección.
1:11 - “Que decía: “Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y
el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las
siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo,
Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea”. Cristo es el Alfa y la
Omega. Este título se usa dos veces en el capítulo 1 y también
en Apocalipsis 21:6 y 22:13.
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En la Palabra de Dios las repeticiones se usan para hacer énfasis.
Por consiguiente, no se deben pasar por alto. Esto queda claro
desde Génesis 41:32, en donde José dijo: “Y el suceder el
sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de
parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla”. Queda claro
que el Señor desea hacer hincapié en que completará la obra
que ha comenzado, (ver Ro. 9:28). ¡Verdaderamente, “el que
comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará! (Fil. 1:6).
“Lo que veas, escríbelo en un libro, y envíalo a las siete
iglesias”. Esta fue la comisión dada a Juan para que escribiera
el libro de Apocalipsis. El ministerio del escritor exige una unción
y una gracia especiales, además de una dotación única y un alto
grado de preparación. Salomón dijo en Salmos 45:1: “Rebosa
mi corazón palabra buena; dirijo al rey mi canto; mi lengua es
pluma de escribiente muy ligero”. Cuando escribimos bajo la
unción del Espíritu Santo, arde nuestro corazón en nuestro
interior.
En Apocalipsis 1:12-17 Juan recibe una novedosa revelación
de parte de Jesucristo. Esta fue una revelación de Cristo en su
plenitud. Por tres años y medio, Juan se acostumbró a ver al
Señor en su forma terrenal, pero ahora recibe una mayor
revelación de la plenitud de Cristo. En la última cena, Juan se
reclinó sobre el pecho de Jesús, pero esta nueva revelación
hizo que cayera a los pies de Jesús como muerto. Las
manifestaciones de Jesús tienen distintos niveles. En los cielos
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hay también niveles de luz. Entre más cerca estemos del trono
de Dios, más brillante y fuerte se vuelve la gloria.
El esplendor de la gloria que se nos revela, depende de nuestro
desarrollo espiritual. Hay ocasiones en que Cristo suaviza la
gloria de su manifestación de tal manera que le podamos
contemplar (ref. Ex. 34:33-35). En la vida de Juan hubo un
continuo despliegue de la belleza y persona de Jesús, y así
debería suceder con nosotros.
En Juan 14:21 Cristo nos dio la clave para tener una revelación
incesante y creciente de su persona y naturaleza. Cristo dijo:
“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me
ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré,
y me manifestaré a él”. La palabra manifestar significa “revelar
y mostrar abiertamente”. La clave para esta exposición de la
belleza y persona del Señor, es la obediencia a sus
mandamientos.
Cada vez que el Señor se nos revela, hay un poder transformador
para desarrollar en nosotros ese nombre y rasgo específico de
Cristo que nos es revelado. Segunda Corintios 3:18 declara
que “somos transformados de gloria en gloria en la misma
imagen, como por el Espíritu Santo”. Es el Espíritu Santo el
que nos lleva de un nivel de gloria al siguiente. Cada uno de
nosotros puede recibir una revelación progresiva de la belleza
y carácter de Cristo. A veces esto ocurre visiblemente, cuando
tenemos los ojos ungidos para ver a Jesús en el Espíritu.
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El secreto para ser transformado se encuentra en Primera Juan
3:2— “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha
manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él
se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal
como él es”. A medida que contemplemos a Cristo y le veamos
en toda su belleza, seremos transformados a su imagen y
semejanza. Nos convertimos en aquello en que centramos
nuestro corazón y atención. Si tenemos ojos de paloma para el
Señor, y si nuestro corazón está fijo en Él, nos volveremos
semejantes a Él a medida que le contemplemos.
1:12-13 - “Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo;
y vuelto, vi siete candeleros de oro, y en medio de los siete
candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido
de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho
con un cinto de oro”. Juan vio a Cristo ataviado con sus
vestiduras de sumo sacerdote que llegaban hasta los pies. Este
atuendo estaba hecho de lino fino, que significa justicia (Ap.
19:8). Por lo tanto, cada aspecto de la vida de Cristo estaba
lleno de justicia. El cinto de oro significa servicio divino y la
dignidad de un cargo, una posición y el carácter de una persona.
En este caso, en lo que atañe al Señor, el oro es emblema de la
deidad o de la naturaleza divina, y el cinto significa verdad y
fidelidad (Is. 11:5).
1:14 - “Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca
lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego”. Los
cabellos blancos siempre simbolizan sabiduría. Recuerde, en
Cristo están escondidos “todos los tesoros de la sabiduría y
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del conocimiento” (Col. 2:3). Sus ojos eran como llama de
fuego. Esto significa la visión penetrante de Cristo. La mirada
del Señor atraviesa a una persona y saca a luz lo que está
escondido.
1:15 - “Y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente
como en un horno; y su voz como estruendo de muchas
aguas”. El bronce simboliza juicio. El bronce no cambia con el
tiempo. Los pies de bronce indican perennidad en sus juicios y
una norma inflexible para la caminata del cristiano. Cristo es el
mismo ayer, hoy y por los siglos. La ética situacional no existe.
¡Las normas de Dios nunca cambian!
El agua significa vida. Jesús dijo en Juan 6:63: “El espíritu es el
que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo
os he hablado son espíritu y son vida”. Cuando Cristo habla,
sus palabras tienen el sonido de muchas aguas (ref. Sal. 29:3).
1:16 - “Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía
una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol
cuando resplandece en su fuerza”. La espada que sale de la
boca del Señor significa la eficacia de la Palabra escrita y hablada
que es como una espada. La Palabra de Dios es “la espada del
Espíritu” (Ef. 6:17). Hebreos 4:12 dice: “Porque la palabra de
Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos
filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y
los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón”.
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El sol significa Cristo. Cuando Cristo se transfiguró, el rostro le
brillaba como el sol (Mt. 17:2). En Malaquías 4:2 el Señor es
llamado “el Sol de justicia”.
1:17 - “Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso
su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el
primero y el último”. Hay muchos niveles de manifestación
del Señor. Muchos hombres que se mencionan en la Palabra
de Dios, cayeron a los pies del Señor, (ver Josué 5:14; Ez.
1:28; Dn. 8:17; 10:15). Ellos fueron sobrecogidos por la
majestad y santidad de Jehová—Cristo.
El Señor puso su diestra sobre Juan y le dijo que no temiera.
La mano derecha es siempre símbolo de autoridad. Cristo es el
Primero y el Último. Este título se usa cuatro veces en el libro
de Apocalipsis (1:11; 1:17; 2:8; 22:13). Este título es semejante
al de Alfa y Omega.
1:18 - “Y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que
vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de
la muerte y del Hades”. Observe la referencia constante que
se hace a la resurrección del Señor. Cristo posee las llaves del
infierno y de la muerte. Él tiene poder sobre la muerte. Dios
levantó a Cristo de los muertos y lo libró “de los dolores de la
muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella”
(Hechos 2:24 - NVI).
1:19 - “Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las
que han de ser después de estas”. El versículo 19 nos da la
Apocalipsis
23
pauta para interpretar el libro de Apocalipsis. “Las cosas que
has visto” son las cosas que Juan vio en el capítulo 1. “Las
que son” se refieren a los capítulos 2 y 3. “Las que han de ser
después de estas” se refieren a los capítulos 4 a 22, que
desarrollan los acontecimientos que tendrían lugar después del
período de vida del apóstol Juan.
1:20 - “El misterio de las siete estrellas que has visto en mi
diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas
son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros
que has visto, son las siete iglesias”. El misterio de las siete
estrellas y de los siete candeleros de oro es interpretado por el
Señor mismo. Las siete estrellas son los siete ángeles de las
iglesias. Sobre cada iglesia hay un ángel gobernador.
Es muy importante que sobre nuestra iglesia esté el ángel
adecuado. Por ejemplo, cierta vez se juntaron varias iglesias
para celebrar una reunión. El Señor reveló que dos ángeles
estaban en la plataforma—uno era un verdadero ángel y el otro
era un príncipe demoníaco. Estos ángeles estuvieron en conflicto
durante ese culto. Puede haber una dualidad de cobertura sobre
una iglesia.
Cuando una iglesia adopta una falsa doctrina, realmente está
admitiendo el espíritu caído que respalda esa falsa doctrina.
Lamentablemente, ese espíritu llegará más tarde a gobernar la
iglesia (ref. 1 Tim 4:1; 2 Co. 11:3-4; Is. 8:19; Gál. 1:8).
24
Apocalipsis
Una segunda interpretación de las siete estrellas es que estos
ángeles también pueden hablarnos de un pastor o de un
ministerio de líderes. Pablo dijo a los Gálatas: “Me recibisteis
como a un ángel de Dios” (Gál. 4:14). El propósito del ministerio
es dar luz y permanecer en la senda de justicia, de modo que
los demás puedan recibir de nosotros dirección para sus propias
vidas.
Esta es exactamente la función de las estrellas. No sólo
alumbran, sino que permanecen en una trayectoria fija. Por esta
razón se usan en la navegación. Una persona puede indicar un
punto exacto, desde el cual se puede calcular en qué posición
se encuentra. Oh, seamos como las personas que menciona
Daniel 12:3: “Los entendidos resplandecerán como el resplandor
del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como
las estrellas a perpetua eternidad.
Los siete candeleros de oro representan las siete iglesias. Un
candelero proporciona luz y dirección. También representa la
unción de los Siete Espíritus del Señor (Ver Is. 11:2-3; Zac.
4:1-6, 11-13). Cierta vez se le dio a una iglesia una profecía
haciéndole la siguiente advertencia: “Si persistes en andar en
malos asuntos, quitaré de en medio de ti la luz de mi Espíritu”.
Que el Señor nos conceda caminar en una constante comunión
con Él, para que el candelero de Dios permanezca en medio de
nuestras congregaciones.
Apocalipsis
25
Parte 2
Apocalipsis Capítulos 2-3
LOS MENSAJES A LAS
SIETE IGLESIAS
LAS SIETE IGLESIAS DE ASIA
26
Apocalipsis
Apocalipsis
27
Parte 2
2:1 - 3:22
LOS MENSAJES A LAS SIETE IGLESIAS
En Apocalipsis 1:11 a Juan se le comisiona para escribir en un
libro lo que vio, y enviarlo a las siete iglesias. Juan el amado era
el veedor espiritual de estas iglesias locales. Estaban ubicadas
en Asia Menor (la Turquía moderna), y todas quedaban en un
radio de cien millas de distancia la una de la otra. En Apocalipsis
capítulos 2 a 3, los mensajes enviados a las siete iglesias son
registrados para nosotros. Cada iglesia recibió del Señor una
diferente revelación y un diferente mensaje, cada uno señalando
la condición espiritual de la iglesia y sus necesidades.
El libro de Apocalipsis, que detalla los juicios de Dios sobre
este mundo y sobre la iglesia falsa antes de la segunda venida
de Cristo, comienza por mencionar la condición actual de la
iglesia en esa época. Como lo declara el apóstol Pedro en 1
Pedro 4:17: “Porque es tiempo de que el juicio comience por
la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será
el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?”
Apocalipsis
28
Hay cuatro aplicaciones de los mensajes a las siete iglesias:
1. Se aplicaban a las iglesias que existían en los días de
Juan.
2. En lo que se refiere a dispensación y orden histórico,
se aplican a la iglesia desde tiempos neotestamentarios
hasta nuestro tiempo.
3. Se aplican a las iglesias locales de hoy.
4. Se aplican a los individuos (una aplicación
personalizada).
Paralelo entre las siete iglesias
El hecho de que haya siete iglesias significa que pueden
conectarse con otros dos conjuntos de siete en la Palabra de
Dios—las siete fiestas del Señor (Lev. 23) y las siete parábolas
del reino que se encuentran en Mateo 13.
7 IGLESIAS
7 FIESTAS
7 PARÁBOLAS
Efeso
Esmirna
Pérgamo
Tiatira
Sardis
Filadelfia
Laodicea
Pascua
Panes sin Levadura
Primicias
Pentecostés
Trompetas
Propiciación
Tabernáculos
El Sembrador
La Cizaña
El Grano de Mostaza
La Levadura
El Tesoro
La Perla
La Red
Apocalipsis
29
Estos paralelos tiene una precisión asombrosa. Sin embargo,
recuerde que los símbolos y los paralelos sólo ayudan a ilustrar
una verdad, pero no pueden ser tomados como doctrina. Los
paralelos, así como las parábolas, no se aplican a todos los
aspectos.
Estos paralelos nos dicen algunas cosas interesantes para nuestra
época. La iglesia de Laodicea, un tipo de la iglesia de los últimos
días, hace parejas con la séptima fiesta, la Fiesta de los
Tabernáculos. Esta era la fiesta del avivamiento, de la lluvia
postrera y de la cosecha. Tiene semejanza con la séptima
parábola del reino, acerca de la red, que también significa los
últimos días. Por lo tanto, en nuestro tiempo veremos cumplirse
la Fiesta de los Tabernáculos y una gran cosecha de almas en el
reino de Dios, pero también veremos que muchos cristianos
pierden el fervor y amor por el Señor, escogiendo ser pasivos y
de poco entusiasmo.
Las siete iglesias dispensacionalmente
Estas siete iglesias se pueden contemplar dispensacionalmente.
Muestran la historia de la iglesia desde los tiempos
neotestamentarios.
•
Efeso significa la iglesia neotestamentaria de los primeros
días.
•
Esmirna significa la iglesia neotestamentria que padeció
una gran persecución.
Apocalipsis
30
•
Pérgamo significa la iglesia romana de los primeros
días.
•
Tiatira significa la Edad del Oscurantismo.
•
Sardis significa la Edad Media (el tiempo de Martín
Lutero)
•
Filadelfia significa la Era Wesleyana (el avivamiento
de Santidad)
•
Laodicea significa la iglesia de los últimos días.
BOSQUEJO DE LOS MENSAJES
Cada mensaje tiene un bosquejo similar, como aparece a
continuación:
1. Cada iglesia recibe una revelación específica del Señor
a través de una descripción de Cristo o de uno de sus
títulos.
2. Cuando corresponde, se recibe un elogio de parte del
Señor.
3. Cuando corresponde, se recibe la corrección o
reprensión del Señor.
4. El Señor siempre concluye con una promesa para los
vencedores.
Una realidad interesante acerca de estas iglesias es que el
nombre de la ciudad tiene un significado que a menudo refleja
la condición espiritual de la iglesia. Debemos recordar esto
Apocalipsis
31
cuando hacemos la evaluación de los problemas de carácter
de la iglesia que atendemos o pastoreamos.
EFESO (2:1-7)
Efeso significa “deseada” o “deseable”. Este debió ser el tema
de la iglesia, pero el Señor la reprendió por haber dejado su
primer amor. La ciudad en sí era una escena de gran hermosura.
El templo de Diana en Efeso era una de las siete maravillas del
mundo. Sin embargo, en medio de esta belleza estaban los
horrores de la prostitución en el templo. El templo se había
convertido en una fuente de gran ganancia comercial.
Por consiguiente, cuando Pablo y sus compañeros fueron
acusados de poner en peligro el culto a Diana al introducir el
Cristianismo, los artesanos y vendedores de artículos paganos
naturalmente se indignaron (Hechos 19:23-41).
Las otras seis maravillas del mundo antiguo eran:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Las pirámides de Egipto
Los jardines colgantes de Babilonia
La estatua del dios griego Zeus en el Olimpo
La tumba de mármol del Rey Mauslus en Halicarnaso
El coloso de Rodas
El faro de Alejandría, en Egipto
*A excepción de las pirámides, ninguno de estos monumentos
existe hoy.
32
Apocalipsis
Efeso era la ciudad más importante de la provincia romana de
Asia Menor. En los tiempos neotestamentarios había alcanzado
una población de más de un cuarto de millón de habitantes. Su
importancia comercial se acentuaba por el hecho de que tres
grandes rutas comerciales convergían en la ciudad. Además,
era una ciudad de gran trascendencia política. Como ciudad
libre, Roma le había concedido el derecho a tener un gobierno
propio.
De acuerdo con Eusebio, Efeso se convirtió en el hogar de
Juan después de que su exilio en Patmos hubo terminado. Efeso
era la sede de los concilios de la iglesia primitiva, los cuales
tenían el propósito de resolver diferencias doctrinales. Fue
destruida por los Godos en el año 262 D.C.; y aunque fue
reconstruida, nunca recuperó su prestigio y esplendor anterior.
Fue decayendo a paso constante, y en el siglo XIV ya había
dejado de existir.
Efeso era un puerto, pero en el primer siglo se había convertido
en una ciudad a punto de desaparecer, estando incurablemente
llena de cieno. Hasta cierto punto, este era el estado de la
iglesia. Era innegablemente la mejor de las iglesias
neotestamentarias fundadas por el apóstol Pablo (ver Hechos
19). La profundidad y alcance de las verdades que Pablo
pudo impartir a esta iglesia superaban por mucho las verdades
que presentó en sus otras epístolas. La Epístola de Pablo a
los efesios es conocida como “la reina de las epístolas”.
Apocalipsis
33
2:1 - “Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene
las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los
siete candeleros de oro”. El Señor sostiene siete estrellas en
su diestra y camina entre los siete candeleros de oro. Esto
muestra claramente que Él sostiene a sus ministros en su mano
y que camina en medio de sus iglesias—viendo todas las cosas.
Nada se escapa al escrutinio de su mirada. Hebreos 4:13 dice:
“Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia;
antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos
de aquel a quien tenemos que dar cuenta”.
2:2 - “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia;
y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los
que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado
mentirosos”. El Señor dijo a la iglesia de Efeso: “Yo conozco
tus obras—tu estilo de vida—y tu arduo trabajo”. Era una iglesia
trabajadora y diligente, indudablemente ávida de almas y
abundante en buenas obras.
2:3 - “Y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado
arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado”.
Los miembros de esta iglesia habían soportado mucha oposición
y grandes dificultades; pero no se cansaban de hacer el bien
(Gá. 6:9; 2 Ts. 3:13). Estas son cualidades valiosas; y haríamos
bien en imitar tales características de la iglesia de Efeso. Pablo
dijo en Hebreos 6:10: “Porque Dios no es injusto para olvidar
vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia
34
Apocalipsis
su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún”.
Dios recuerda todo nuestro servicio a Él y a su iglesia , y nos
recompensará por ello. Por lo tanto, usted puede ver que esta
era una iglesia abundante en buenas obras.
2:4 - “Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor”.
Sin embargo, las buenas obras no pueden reemplazar las
relaciones. Estos creyentes se habían obsesionado con las obras
en lugar de concentrarse en Cristo, y habían perdido el fervor
de su amor por el Señor. En lo exterior parecían muy religiosos,
trabajando para Cristo, pero el corazón se les había enfriado
hacia Aquel a quien servían. Las buenas obras y el ministerio
nunca pueden ser sustitutos de una relación de amor con el
Señor Jesucristo. Son “cisternas rotas que no tienen agua” (Jer.
2:13).
La iglesia de Efeso se había convertido en una iglesia más tipo
Marta, que una iglesia tipo María, adoradora del Señor. La
diferencia entre estas dos hermanas, que representan dos tipos
de creyentes, puede verse en Lucas 10:38-42. “Acontenció
que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada
Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se
llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su
palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres,
y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana
me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo
Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con
Apocalipsis
35
muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha
escogido la buena parte, la cual no le será quitada”.
Marta era diligente en su trabajo, hacía muchas buenas obras
para Jesús, pero con todo su servicio, se apartaba y desviaba
de las cosas más importantes de la vida—pasar tiempo con
Jesús y darle a Él todo nuestro amor. María, por otro lado, lo
amaba profundamente y dedicaba su tiempo a adorarlo.
La iglesia de Efeso se especializaba en las obras pero descuidaba
su tiempo devocional con el Señor. Sus miembros cayeron en
el mismo error de la Sulamita (la esposa de Salomón), quien
testificó: “Me pusieron a guardar las viñas; y mi viña, que era
mía, no guardé” (Cantares 1:6). Como la Sulamita, los efesios
se especializaron en obras, servicio y atención al prójimo, pero
desatendieron su propio corazón y su relación con el Señor.
Los creyentes de Efeso habían dejado su primer amor por el
Señor, el amor de su desposorio, de manera muy parecida al
Israel de antaño. El Señor dijo a Jeremías: “Anda y clama a los
oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová: Me he acordado
de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio,
cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no
sembrada” (Jer. 2:2). La iglesia de Efeso habia dejado de
perseverar en el Señor. Muchos matrimonios han quedado
destruidos porque la esposa se convirtió en ama de casa y dejó
de ser una novia.
36
Apocalipsis
Esta impresionante advertencia se vuelve todavía más patética
cuando tenemos en cuenta que el apóstol Pablo le había dado
a esta iglesia, más que a cualquier otra, una revelación de la
íntima relación entre el creyente y el Señor.
Pablo dijo en Efesios 3:16-19: “Para que os dé, conforme a las
riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre
interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en
vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en
amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los
santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura,
y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo
conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”.
En Juan 15:5 Cristo dijo: “Yo soy la vid, vosotros sois las
ramas”. Si una rama es cortada de la vid, todavía puede dar
fruto temporalmente. Así era la iglesia de Efeso. Hasta cierto
punto sus miembros estaban produciendo fruto todavía. Ellos
fueron elogiados por sus obras, pero habían descuidado el
flujo de vida que proviene de la unión y comunión con Cristo.
Jesús es la Vid. Si no estamos unidos a Él y no recibimos de
Él nuestra vida, poco a poco nos iremos secando hasta
volvernos improductivos. Tal fue el caso de la iglesia de Efeso.
Esta iglesia recibió por tres años las enseñanzas del apóstol
Pablo, el mejor maestro del Nuevo Testamento, pero su
mensaje no les penetró hasta el corazón. Nunca se volvió
parte de ellos. Fueron bendecidos con las mejores enseñanzas,
Apocalipsis
37
y aun así no cambiaron. La verdad de las cosas es que la vida
es un asunto del corazón.
2:5 - “Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y
arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré
pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te
hubieres arrepentido”. El llamado era al arrepentimiento y a
hacer las primeras obras—las cosas que hacían antes. El Señor
está hablando de un retorno a la verdadera adoración a Él, y
a tener una relación con Él.
La advertencia es que si no enmendaban sus caminos y ponían
las cosas en orden, perderían la luz de su presencia y la
revelación de en medio de ellos—el candelero de Dios.
Hace muchos años, cuando yo predicaba en cierta iglesia de
Nueva Zelandia, el Señor me dio una visión de su candelero
en el santuario. Lamentablemente, el candelero estaba
desechado hacia un lado. La impresionante advertencia a esta
congregación particular, era que si no mejoraban su andar
con el Señor y corregían sus asuntos, Él quitaría la unción del
Espíritu Santo. Un estudio del Cantar de los Cantares nos
ayudará a mantener siempre fresco nuestro amor por Jesús.
2:6 - “Pero tienes esto, que aborreces las obras de los
nicolaítas, las cuales yo también aborrezco”. Ahora el Señor
elogia a los efesios por aborrecer la obra de los nicolaítas.
Aquí son necesarias unas palabras explicativas. Los nicolaítas
Apocalipsis
38
eran una secta que había distorsionado las enseñanzas de
Nicolás, uno de los diáconos de la iglesia primitiva, mencionado
en Hechos 6:5. Nicolás dijo que la carne nada era.
Algunos de sus seguidores le dieron a esta afirmación el
significado de que no importaba lo que hicieran en la carne; y
procedieron a entregarse al derroche y libertinaje hasta los
extremos más viles. Practicaban la inmoralidad, basados en
la libertad espiritual. El Señor dejó muy en claro que también
Él aborrecía estas herejías.
La promesa a los vencedores
2:7 - “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las
iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la
vida, el cual está en medio del paraíso de Dios”. Todas las
promesas de Dios son para los vencedores—para los que
vencen al mundo, a la carne, al diablo y a todo obstáculo y
valla que se les presenta en la vida (ref. 1 Juan 2:12-14). Los
que se rinden no heredarán las promesas de Dios.
La promesa específica que se da a los vencedores de la iglesia
de Efeso es que comerán del árbol de la vida. Lo que se le
impidió a la humanidad después de la caída, ahora le es restituido
a los vencedores—para que vivan eternamente en el paraíso
de Dios.
Apocalipsis
39
Aunque estos mensajes contienen promesas específicas para
los vencedores de cada una de estas siete iglesias, en un sentido
más amplio se aplican a todo creyente. Esto se ve con claridad
en la amonestación—“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu
dice a las iglesias”. Debemos pedirle al Señor que nos dé la
experiencia que tuvo el Rey David en el Salmo 40:6-8, “Sacrificio
y ofrenda no te agrada; has abierto mis oídos; holocausto y
expiación no has demandado. Entonces dije: He aquí, vengo;
en el rollo del libro está escrito de mí; el hacer tu voluntad, Dios
mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón”.
Dios abrió los oídos de David para oír; y éste tuvo un corazón
tan transformado por el Señor que se gozaba con lo que oía y
se deleitaba en hacer la voluntad de Dios. Es sumamente
importante que nuestros oídos sean abiertos por el Señor, de
modo que podamos oír la voz del Espíritu y tengamos un corazón
que responda y obedezca.
ESMIRNA (2:8-11)
La ciudad de Esmirna era una colonia griega muy antigua. Fue
destruida por los habitantes de Lidia aproximadamente a finales
del siglo VII A.C. Por varios siglos, Esmirna fue tierra
descuidada y prácticamente dejó de existir hasta su
reconstrucción en el Siglo III A. C. por Lisímaco, uno de los
generales de Alejandro el Grande. Después de ser reconstruida
y de tener una nueva ubicación en esos alrededores, se volvió
40
Apocalipsis
famosa dentro del imperio romano por su belleza.
El significado de la raíz griega de la palabra Esmirna es “mirra”,
que quiere decir sufriente y particularmente muerte. La mirra
era el líquido usado para embalsamar en el Medio Oriente.
Esto simboliza la vida de los creyentes de Esmirna. Aunque los
cristianos vivían en una ciudad muy próspera, eran discriminados
y muy pobres, padeciendo una gran persecución. Uno de los
aspectos sobresalientes del mensaje a la iglesia de Esmirna es
que el Señor no los reprendió.
2: 8 - “Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El
primero, y el postrero, el que estuvo muerto y vivió”. El
Señor se presenta a la iglesia de Esmirna como el Primero y el
Postrero, el que estuvo muerto, y ahora vive. Esto describía a
la ciudad de Esmirna, otrora ciudad floreciente, luego muerta,
y ahora viva de nuevo. Sin embargo, esta revelación de Jesús
se refiere directamente a los santos de Esmirna que tuvieron
que soportar una gran persecución, incluso hasta la muerte. El
Señor les anima deciéndoles que Él ha pasado por el valle de la
muerte y se ha levantado a una vida de resurrección; y que
ellos también participarán de esta misma vida.
2:9 - “Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza
(pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen judíos,
y no lo son, sino sinagoga de Satanás”. El Señor los elogia
por sus obras. Además, les dice que Él tiene conocimiento de
todo lo que han sufrido. Cuán grande consuelo es darnos cuenta
Apocalipsis
41
de que nuestro amado Señor conoce de nuestras pruebas y es
angustiado en todas nuestras angustias (Ver Is. 63:9).
Los creyentes de Esmirna eran en su mayoría gente muy pobre
en lo natural, pero en lo espiritual eran ricos. Poseían las riquezas
verdaderas y duraderas de la gracia de Dios, (ver Prob. 8:18).
Habían acumulado grandes tesoros en el cielo (Mateo 6:1920). Alabado sea el Señor por todas sus bendiciones materiales,
pero necesitamos comprender que no podemos llevarnos
ninguna de ellas al cielo. ¡Debemos ser ricos en gracia y en
verdad!
En Esmirna habían hermanos falsos. Alegaban ser judíos (o
creyentes), pero no eran auténticos. En Romanos 2:28-29 Pablo
definió la diferencia entre hermanos verdaderos y hermanos
falsos al decir: “Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni
es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino
que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del
corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene
de los hombres, sino de Dios”.
Aunque probablemente estos hombres eran circuncisos en la
carne pero incircuncisos de corazón, no eran a los ojos del
Señor miembros de la iglesia verdadera sino de la falsificación
de la iglesia—El Misterio de la Babilonia—la esposa de Satanás.
A los que son veraces y auténticos, les duele ver a los que no
son sinceros. El corazón de los rectos desdeña la hipocresía.
Apocalipsis
42
2:10 - “No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el
diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que
seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel
hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”. El Señor
les dijo a estos creyentes que no temieran ninguna de las cosas
que padecerían, pues Él estaría con ellos en sus pruebas de
fuego, así como estuvo con Sadrac, Mesac y Abed-nego en el
horno de fuego de Babilonia (Dn. 3:25).
El número diez puede significar pruebas (ref. Daniel 1:2; Nm.
14:22). Los diez días de tribulación pueden referirse a los diez
períodos específicos de persecuciones que ha sufrido la iglesia
bajo diez emperadores romanos, desde Nerón hasta
Diocleciano.
Nerón
Domiciano
Trajano
Marco Aurelio
Severo
Maximino
Decio
Valeriano
Aureliano
Diocleciano
Año 54-68 D.C.
Año 81-96 D.C.
Año98-117 D.C.
Año 161-180 D.C.
Año 193-211 D.C.
Año 235-238 D.C.
Año 249-251 D.C.
Año 253-260 D.C.
Año 270-275 D.C.
Año 284-305 D.C.
El emperador que sucedió a Diocleciano fue Constantino, el
que después de convertirse al Cristianismo, lo hizo la religión
Apocalipsis
43
oficial del estado. Las persecuciones cesaron después de su
conversión, pero lamentablemente, como veremos después, un
enemigo más peligroso surgió en forma de componendas, el
cual procuró destruir la pureza del testigo de Cristo.
Esmirna era una iglesia sufriente. Se tomó su nombre de la raíz
griega que se usa para “mirra” y que significa muerte, por ser el
líquido que se usaba en esos días para embalsamar. Estaba
dispuesto que la iglesia de Esmirna fuera una iglesia de mártires.
Hasta el renombrado mártir Policarpo fue el obispo de Esmirna.
Cuando lo arrestaron y le ofrecieron la libertad a cambio de
maldecir a Cristo, contestó: “He servido a Cristo por ochenta y
seis años, y sólo me ha hecho bien. ¿Cómo, entonces, podría
yo maldecir al que es mi Señor y Salvador?” Entonces lo
tomaron y lo quemaron en la hoguera.
La mirra también se refiere espiritualmente al fruto de la
mansedumbre, (compare Cantares 4:12-14 con Gál. 5:22-23).
Esta iglesia que estaba pasando por tribulación, estaba
produciendo el hermoso fruto de la mansedumbre. La
tribulación, si es acogida con la actitud correcta, nos transforma
a la imagen de nuestro Señor Jesús, quien dijo: “Yo soy manso
y humilde”.
El Señor exhortó a estos santos a ser fieles hasta la muerte, así
como Cristo fue obediente hasta la muerte (Fil. 2:8). La
recompensa de esto es la corona de vida. Santiago 1:12 dice:
“Bienaventurado el que soporta la tentación; porque cuando
Apocalipsis
44
haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios
ha prometido a los que le aman”. Ciertamente, estos creyentes
de Esmirna vencieron al diablo “por la sangre del cordero, y
por la palabra de su testimonio; y menospreciaron sus vidas
hasta la muerte” (Ap. 12:11). ¡Heredaremos la vida eterna si
permanecemos fieles y sinceros hasta la muerte!
La promesa a los vencedores
2:11 - “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las
iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda
muerte”. La promesa del Señor para ellos fue que no serían
perjudicados por la segunda muerte. La segunda muerte es ser
arrojado al lago de fuego y eternamente separado de Dios,
(ver Ap. 20:12-15). ¡Cuán terrible será para los pecadores,
enterarse de que todo lo que les espera después de haber
pasado miles de años en el infierno, son los horrores del lago
de fuego por la eternidad! Esto debería persuadirnos a llevar
una vida piadosa en toda justicia y santidad todos los días de
nuestras vidas aquí en la tierra, a fin de heredar, por su gracia,
la corona de vida.
PÉRGAMO (2:12-17)
Pérgamo (o Pérgamum) fue la capital de Asia hasta fines del
Siglo I. Fue famosa por el culto a Asklepios, simbolizado por
una serpiente enrollada en un arbusto. Se asociaba a esta
serpiente con la habilidad de curar. Pérgamo significa “casada”
Apocalipsis
45
y también “enaltecida”, palabras que tienen un significado
espiritual para la iglesia. Fue esta iglesia un perfecto ejemplo de
la época de la iglesia romana de los primeros días, período de
la historia en que la iglesia se casó con el estado, comenzando
en tiempos de Constantino. Por lo tanto, la iglesia era enaltecida,
y no perseguida, pero perdía su poder espiritual a medida que
aumentaba su poder económico y su prestigio.
2:12 - “Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que
tiene la espada aguda de dos dos filos”. El Señor se presenta
como Aquel que tiene la espada aguda de doble filo. Es una
referencia a Hebreos 4:12—“Porque la palabra de Dios es viva
y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra
hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y
discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”
También hacía alusión al hecho de que el procónsul romano
tenía lo que se llamaba el poder de la espada. Esto significaba
que tenía poder para enviar a la muerte a hombres y mujeres
sin consultarlo de antemano con Roma. Cristo tiene el poder
sobre la vida y la muerte.
2:13 - “Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el
trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado
mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue
muerto entre vosotros, donde mora Satanás”. La sede de
Satanás se le atribuye a esta ciudad. Era el lugar de su trono.
Con fines de aclaración, esto necesita explicarse mejor.
46
Apocalipsis
El culto al Sumo Sacerdote de Babilonia la Misteriosa,
denominado Pontífice, tenía su sede en Babilonia. Este recibía
el nombre de “Pontifex Maximus”, que significa “Constructor
principal de puentes”, lo que indica que es la persona que se
pone en la brecha entre Dios y los hombres. Cuando Babilonia
fue vencida por los persas, el sumo sacerdote fue a Pérgamo,
en donde se le dio la bienvenida. Después, los reyes de Pérgamo
desempeñaron este papel. Cuando Attalus III, Pontífice y rey
de Pérgamo murió en el año 133 A.C., el título le fue legado a
Roma.
Con el tiempo, el emperador romano Julio César fue hecho
Sumo Pontífice en el año 63 A.C. Los emperadores romanos
continuaron ejerciendo esa prerrogativa hasta que el emperador
Graciano, que era cristiano, la rechazó. Damasco, obispo de
Roma, fue elegido para esta posición en el año 378 D.C. y
desde entonces, los papas han conservado el título. Una mayor
información en cuanto a los ritos de Babilonia que fueron
incorporados al Catolicismo, se encuentra en la sección que
cubre el capítulo 17 de Apocalipsis.
El Señor elogió a la iglesia de Pérgamo por retener su nombre
que es sobre todo nombre. Esto era difícil para los cristianos
de Pérgamo en particular, ya que su ciudad fue la primera sede
de un templo erigido al culto del César. Tenían que negar que el
César era Señor, para poder permanecer fieles a Cristo. En
esta ciudad llena de idolatría, los creyentes conservaban su fe
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pagando un alto precio. El Señor señala a Antipas, el cual pagó
el precio supremo de convertirse en su mártir fiel.
2:14 - “Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes
ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba
a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer
de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación”.
A pesar de las muchas cualidades admirables de esta iglesia,
había en ella una mezcla; y el Señor no encontró perfectas sus
obras. Les faltaba discernimiento. De esta iglesia podemos ver
la necesidad de discernimiento. Si no discernimos entre lo justo
y lo malo, podríamos desviarnos hacia doctrinas que nos
robarán la vida eterna.
Los creyentes de Pérgamo acogían a los que propagaban la
doctrina de Balaam. La explicación de esta doctrina, junto con
la vida de Balaam el profeta, se encuentra en Números 22-25.
El profeta Balaam era un hombre de renombre en todas las
tierras al oriente del Jordán, porque tenía poder para bendecir
o maldecir a los pueblos. Era un profeta de Dios, pero en su
vida había mezcla. Se volvió a las prácticas paganas,
especialmente la hechicería, con el fin de obtener los resultados
que deseaba (ref. 2 P. 2:15; Judas 1:11). Lamentablemente,
siempre que existe mezcla en una vida, adquiere vigencia el
viejo refrán de: “Una manzana podrida echa a perder toda la
caja”.
Por su amor al dinero y sus ansias de prestigio, cuando Balaam
se dio cuenta de que no podía maldecir a los hijos de Israel
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porque Dios los había bendecido, recurrió a un ardid muy
poco honesto para traer juicio sobre el pueblo de Dios.
Aconsejó a Balac, el rey moabita que lo había buscado para
que le ayudara contra los israelitas, a enviar muchachas
moabitas al campamento de Israel. Ellas seducían a los israelitas
para que cometieran fornicación e idolatría. El resultado fue
que Dios ordenó la muerte de los transgresores.
Por lo tanto, la doctrina de Balaam es seducir al pueblo de
Dios para que fornique y se asocie con los ídolos. Es de lamentar
que la doctrina no se detuvo con la muerte de Balaam. Ha
prevalecido por todas las generaciones, hasta este mismo día.
Entró en la iglesia primitiva, y con remordimiento tenemos que
decir que se encuentra también en la iglesia del los últimos días.
Dios quiere que andemos con pureza, (ver 1 Ts. 4:3-7) y que
no tengamos otros dioses o afectos delante de Él.
2:15 - “Y también tienes a los que retienen la doctrina de
los nicolaítas, la que yo aborrezco”. Como ya se mencionó,
los nicolaítas eran los que equivocadamente seguían la enseñanza
del diácono Nicolás, el cual enseñó que la carne nada era.
Llevaron la enseñanza hasta un extremo, diciendo que no
importaba lo que se hiciera en la carne. Por consiguiente,
justificaban una vida de pecado y libertinaje.
Sin embargo, hay otro aspecto de su enseñanza que se toma
de los derivados del nombre “Nicolaíta”. Nico significa
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“dominar” y laitan viene de “laico”. Entonces, se da la idea de
la feligresía en la iglesia, que es dominada por el sacerdocio y
los ministros. De nuevo, esta es la precursora del Catolicismo.
2:16 - “Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto,
y pelearé contra ellos con la espada de mi boca”. El
mandamiento del Señor es al arrepentimiento. Arrepentirse
significa dar media vuelta—un cambio direccional de 180 grados.
Significa que una persona que está caminando en cierta dirección
se vuelva y comience a caminar en sentido contrario. El Señor
advierte que si no se arrepienten, Él peleará con la espada de
su boca contra los que persistan en desobedecer.
A diferencia del procónsul romano que sólo podía matar a una
persona físicamente, el Señor Jesucristo tiene el poder de tomar
la vida de una persona y enviar su alma a la eterna condenación.
Cristo dijo en Mateo 10:28: “No temáis a los que matan el
cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel
que puede destuir el alma y el cuerpo en el infierno”.
La promesa a los vencedores
2:17- “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las
iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido,
y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un
nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo
recibe”. En el versículo 17 hay tres promesas muy especiales
hechas a los vencedores.
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1. El maná escondido. Primero que todo, comerán del maná
escondido. El maná fue el alimento que nutrió en el desierto a
los hijos de Israel. El maná se menciona en el Salmo 78:24-25
como comida angelical: “Hizo llover sobre ellos maná para que
comiesen, y les dio trigo de los cielos. Pan de nobles comió el
hombre; les envió comida hasta saciarles”. El maná escondido
se interpreta espiritualmente como las verdades escondidas en
la Palabra de Dios.
Proverbios 25:2 dice: “Gloria de Dios es encubrir un asunto;
pero honra del rey es escudriñarlo”. Dios esconde y encubre
sus más preciosas y profundas verdades de los que no son
sinceros. Cuando sus discípulos le preguntaron por qué hablaba
a las multitudes en parábolas y en dichos difícles de entender,
Él respondió: “Porque a vosotros os es dado saber los misterios
del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado” (Mt. 13:11).
Alguien que lee las Escrituras sin formalidad, no descubrirá
jamás los muchos tesoros contenidos en ellas. Se requiere
escudriñar y estudiar las Escrituras diligentemente con un
corazón puro, para obtener el maná escondido. Este es deber
de un rey. Sólo los que aman la verdad la encontrarán, porque
el Señor no “echa sus perlas (sus verdades más preciosas)
delante de los cerdos” (Mateo 7:6).
2. Una piedrecita blanca. La segunda promesa al vencedor
es que el Señor le dará una piedrecita blanca. Una piedra blanca
es símbolo de inocencia. En una corte griega, después de haber
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oído las pruebas, el acusado era sacado del lugar mientras los
jueces deliberaban. Cuando acordaban un veredicto, el acusado
era traído de regreso. Sobre la mesa de los jueces estaba
colocada una piedra—una piedra blanca para un veredicto de
“no culpable” y una piedra negra para un veredicto de “culpable”.
Por consiguiente, en esta promesa el Señor está diciendo que
Él presentará al vencedor sin falta y sin mancha ante el trono de
Dios. Judas 1:24 dice: “Y a aquel que es poderoso para
guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su
gloria con gran alegría”.
3. Un nombre nuevo. Tercero, el Señor promete dar al
vencedor un nombre nuevo. El nombre espiritual de una persona
revela su llamamiento, promesas y carácter. Nuestro nombre
nuevo revela el aspecto del carácter del Señor que Él ha forjado
en nosotros y la faceta específica de ministerio en que estamos.
Hay que enfatizar que esto puede revelársele en esta vida a un
cristiano vencedor. No necesariamente tenemos que esperar
hasta la eternidad para saber nuestro nuevo nombre en Cristo.
Queremos la bendición de Isaías 62:2, que dice: “Y te será
puesto un nombre nuevo, que la boca de Jehová nombrará”.
TIATIRA (2:18-29)
El significado de la raíz del nombre Tiatira es “sacrificio
continuo”. Era una ciudad opulenta y famosa por sus tinturas
colorantes. Una de las personas convertidas que mejor
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conocemos es Lidia, una comerciante. Hechos 16:14 dice:
“Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de
la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el
Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo
que Pablo decía”. La iglesia de Tiatira surgió de Efeso en el
periódo de tres años en que el apóstol Pablo enseñaba en esa
ciudad. Esta iglesia local presenta los síntomas de la iglesia de
la Era del Oscurantismo, la cual instituyó el sacrificio continuo
llamado “Misa”.
2:18 - “Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de
Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies
semejantes al bronce bruñido”. El Señor se acerca a esta
iglesia en forma de juez. Sus ojos de fuego (Sal. 11:4) y sus
pies como de bronce, representan juicio.
2:19 - “Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu
paciencia, y que tus obras postreras son más que las
primeras”. Era una iglesia que se especializaba en las buenas
obras. De hecho, sus últimas obras eran mayores que las
primeras. En otras palabras, se hicieron más sabios y mejores.
Todos los cristianos deberían desear ardientemente que sus
obras postreras fueran las mejores. Estos eran caritativos, y su
caridad fluía en forma de atenciones hacia los demás. Eran
fuertes en la fe y recibieron elogios de parte del Señor por su
paciencia.
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2:20-23 - “Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que
toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe
y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas
sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se
arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación.
He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los
que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de
ella. Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán
que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré
a cada uno según vuestras obras”.
¿A qué se debía el error de esta iglesia? A que no era una
iglesia separada. El mensaje de “amor” estaba desequilibrado
en esta congregación; y como resultado admitían a una mujer
llamada Jezabel porque ella se autodenominaba cristiana y
profetisa. El verdadero amor les habría enseñado a no permitir
que esta mujer los descarriara con sus enseñanzas.
Debido a que esta mujer profetizaba y parecía ser muy espiritual,
le permitieron enseñar en su iglesia. Ella es decrita como una
Jezabel—nombre de la malvada reina de Israel y esposa de
Acab, que lo insitaba a cometer perversidades y lo confirmó en
el camino de la impiedad (1 Reyes 21:25).
La mujer que en el libro de Apocalipsis es llamada Jezabel,
tenía el mismo espíritu de la reina de Israel. Ella desviaba al
pueblo de Dios hacia la fornicación y la idolatría. Por medio de
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su profecía hizo que los hombres de esta iglesia cometieran
adulterio con ella—haciendo todo en el nombre de Dios.
El juicio de Dios sobre ella era que le mataría a sus hijos y los
arrojaría en una gran tribulación. Es muy posible que ella haya
dado a luz hijos naturales a través de su estilo de vida adúltero,
pero es más probable que esto se refiera a sus hijos espirituales
(o seguidores). Al juzgarla el Señor, y a los que fueron por ella
descarriados, temblarían las iglesias delante del Señor. Dios es
conocido por el juicio que ejecuta (Sal. 9:16; ref. Ex. 7:5); y
sus juicios ponen su temor en el corazón de su pueblo.
Lo interesante de esto es que la corrupción que destruía a esta
iglesia venía de adentro, no del exterior. Esta mujer era una
creyente declarada, que le había dado la espalda al Señor y
hacía que los demás la imitaran. Recordemos la amonestación
del rey David a Salomón en cuanto a la mujer extraña que
abandona al compañero de su juventud (Pr. 2:17).
Desgraciadamente esta Jezabel espiritual que tipifica la Era
del Oscurantismo y la Iglesia Católica, también es símbolo de
los miembros de la iglesia de hoy. Hay muchos que profetizan
en el nombre del Señor y no andan rectamente con Él.
Tengamos cuidado con estos seudocristianos. No sigamos ni
sus enseñanzas ni sus costumbres. No tengamos ninguna
relación con ellos o nos descarriarán. El Señor tiene mucha
longanimidad con su pueblo. Dios esperó 120 años a que el
pueblo de los días de Noé cambiara, (ver Gn. 6:3; 1 P. 3:20).
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Él espera un largo tiempo para tener piedad de nosotros (Is.
30:18). En este lapso, nos da la oportunidad y la gracia de
arrepentirnos, porque el arrepentimiento es un don que sólo
Dios puede dar, (ver Ro. 2:4-5). Sin embargo, si preferimos
no cambiar y continuamente rechazamos su gracia, el Señor
tendrá que juzgar nuestra iniquidad.
Dios determina un día (He. 4:7). Debemos buscar al Señor
mientras pueda ser hallado (Is. 55:6), en caso contrario, llegará
el día en que ya no podremos encontrar a Dios, como le sucedió
a Esaú (He. 12:17). El Señor fue muy paciente con esta Jezabel
de la iglesia de Tiatira, dándole tiempo para cambiar. Pero al
rechazar su gracia, el Señor la juzgó.
El Señor es absolutamente recto y justo. Todas sus obras se
hacen con equidad y justicia (Deut. 32:4). Él recompensa a
cada uno según sus obras. Esta verdad se repite constantemente
desde el principio hasta el fin de las Escrituras, (vea Ap. 20:13).
En Colosenses 3:25 Pablo advirtió a la iglesia: “Mas el que
hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque [con
Dios] no hay acepción de personas”. Los que hacen lo malo
serán castigados. Dios no hace acepción de personas. Lo que
es correcto es correcto y lo que es malo es malo. Busquemos
las maneras de hacer lo correcto a los ojos de Dios.
2:24-25 - “Pero a vosotros y a los demás que están en
Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido
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lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo:
No os impondré otra carga; pero lo que tenéis, retenedlo
hasta que yo venga”. El Señor prometió a los que no habían
sucumbido a las zalamerías de Jezabel, no imponerles otra carga.
Evidentemente, era una batalla espiritual y moral la que la iglesia
de Tiatira tenía que soportar contra esas doctrinas insidiosas.
Es lamentable que, muchas veces, cuando se han presenciado
en una iglesia situaciones en que el mal se ha hecho manifiesto,
la mayor parte de la membresía se ha puesto de parte de los
que andaban inicuamente. Es necesaria una gracia abundante
para poder defender el bien y mantenerse firme contra los
inicuos que adoptan falsas doctrinas. Estas batallas espirituales
verdaderamente agotan nuestras mentes, pero “a Dios gracias,
el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús” (2 Co.
2:14). El Señor exhortó a estos creyentes a retener hasta su
regreso lo que tenían.
La promesa a los vencedores
2:26.28 - “Al que venciere y guardare mis obras hasta el
fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con
vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero;
como yo también la he recibido de mi Padre; y le daré la
estrella de la mañana”. Los que venzan y no se rindan, recibirán
muchas bendiciones especiales. Todas estas promesas se basan
en hacer la voluntad de Dios hasta el fin.
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1. Poder sobre las naciones. El Señor dará a los vencedores
poder y autoridad sobre las naciones. Ellos gobernarán las
naciones con vara de hierro. Esta es una referencia al reino
milenial de Cristo sobre la tierra. Los vencedores serán
coherederos con Cristo y gobernarán con Él por mil años (Ap.
20:6). El Señor dice en el Salmo 2:8-9: “Pídeme, y te daré por
herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la
tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de
alfarero los desmenuzarás”.
El profeta Jeremías recibió autoridad sobre las naciones.
Cuando el Señor comisionó a Jeremías para desempeñar el
oficio de profeta, le dijo: “Mira que te he puesto en este día
sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir,
para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar” (Jer.
1:10). Las palabras de Jeremías produjeron una tremenda
impresión en las naciones. Él era un hombre del Espíritu, que
tenía la autoridad del Señor. Pidámosle al Señor esta misma
bendición y manto.
2. La estrella de la mañana. Además, el vencedor recibirá la
estrella de la mañana. La Estrella de la Mañana es realmente un
título del Señor Jesús (ref. 2 P. 1:19). El Señor dijo en
Apocalipsis 22:16: “Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella
resplandeciente de la mañana”. Esta iglesia, que tuvo que
combatir a la falsa profetiza Jezabel, recibió la promesa más
preciosa de todas—el Señor Jesucristo. Esta es la porción de
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los levitas espirituales. En el Antiguo Testamento la herencia de
los levitas y de los sacerdotes era el Señor.
2:29 - “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las
iglesias”. El mensaje concluye como los demás dirigidos a las
siete iglesias, con la amonestación a oír lo que el Espíritu de
Dios le está diciendo a la iglesia hoy.
SARDIS (3:1-6)
Sardis significa “los que escapan” o “los que salen de”.
Dispensacionalmente esta iglesia simboliza la Era de la Reforma,
cuando se abrieron los ojos de muchos integrantes del pueblo
de Dios, y empezaron a salirse de la Iglesia Católica.
3:1 - “Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene
los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo
conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás
muerto”. El Señor se presenta a la iglesia de Sardis como El
que tiene los siete Espíritus de Dios. Como dijo Pablo: “La
letra mata, pero el Espíritu vivifica”. (2 Co. 3:6). Cristo estaba
diciendo a esta congregación: “He venido a ustedes como El
que trae vida. Ustedes tienen nombre de que viven, pero la
realidad es que están muertos”.
El trasfondo histórico de cada iglesia en particular ayuda
muchas veces a entender por qué el Señor habló a estas iglesias
como lo hizo. El Señor le dijo a esta iglesia que tenía nombre
Apocalipsis
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(o reputación) de estar viva, pero que realmente estaba muerta.
Sardis era conocida por su esplendor pasado, pero también
por su decadencia presente. Ahora era una ciudad degenerada.
Vivían de su anterior prestigio, pero en verdad estaban muertos.
Pablo dijo: “primero lo natural, después lo espiritual”. Como le
acontecía en lo natural a esta ciudad, así le acontecía en lo
espiritual a esta iglesia. El estado natural de la ciudad revelaba
la condición espiritual de la iglesia. Tristemente muchas iglesias
de hoy en día son como la de Sardis. Son famosas por lo que
Dios hizo en el pasado, pero en su presente hay decadencia.
Los creyentes de Sardis tenían nombre de que vivían, pero
realmente habían perdido el fuego. Muchas iglesias y creyentes
de hoy, están en una situación semejante. Viven de lo que Dios
hizo en el pasado. Carecen de una unción y visión presentes.
La importancia de tener hoy algo fresco de parte de Dios, se
ilustra bellamente con el viaje de los hijos de Israel. Durante su
permanencia en el desierto, recibían a diario el maná, pero no
lo podían guardar para el día siguiente porque se enmohecía.
Lo que una vez tuvo vida se vuelve muerte. La iglesia necesita
aceite fresco, verdad fresca y maná fresco. Lo que cuenta no
es lo que fuimos, sino lo que somos hoy.
3:2 - “Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para
morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de
Dios”. El Señor amonestó a los creyentes de Sardis a estar
alerta y a fortalecer lo que les quedaba.
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Apocalipsis
La historia de Sardis es muy reveladora. Por su orgullo tenía el
hábito de ser descuidada. En el año 600 A.C., Sardis ya se
había convertido en una de las ciudades más ricas del mundo.
Croesus, considerado el rey más acaudalado de la historia,
gobernó aquí con un esplendor oriental. La ciudad fue construida
sobre una roca y se consideraba impenetrable. Cuando la rodeó
Ciro, rey de Persia, el ejército arrogantemente quitó la guardia
de los lugares estratégicos—creyendo que ningún ejército
podría penetrar en su fortaleza. Pero sobornado un muchacho
por Ciro, reveló los pasadizos secretos para entrar en la ciudad.
Lamentablemente, los habitantes de Sardis no aprendieron su
lección. De nuevo dejaron la ciudad sin centinelas cuando
Alejandro el Grande la estaba sitiando. Este tomó la ciudad tal
como lo había hecho Ciro en años pasados. A pesar de las
advertencias de Cristo, en el año 1402 D.C. los defensores
nuevamente dejaron a la ciudad sin atalayas cuando era rodeada
por los musulmanes, quienes la conquistaron y destruyeron
totalmente.
Es una terrible acusación que el Señor le diga a una iglesia o a
un individuo que Él no ha encontrado perfectas sus obras. Las
Sagradas Escrituras mencionan repetidas veces el hecho de
que el Señor busca perfección. Cualquier cosa inferior nos
descalifica de las expectativas y del bien que Dios nos ha
deparado.
Apocalipsis
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El Señor Jesús dijo en Mateo 5:48: “Sed, pues, vosotros
perfectos [maduros y completos], como vuestro Padre que está
en los cielos es perfecto”. No queremos ser como la tierra que
recibió la semilla de la Palabra de Dios entre espinos (obras de
la carne), y no produjo ningún fruto perfecto (Lc. 8:14).
3:3 - “Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y
guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti
como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti”. El
Señor advirtió a la iglesia de Sardis que si no eran vigilantes, Él
vendría inesperadamene y sin previo aviso, como ladrón en la
noche. El Señor Jesús dijo en Mateo 24:42-44: “Velad, pues,
porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero
sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el
ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por
tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del
Hombre vendrá a la hora que no pensáis”.
Debemos siempre estar alerta porque el enemigo busca
destruirnos cada vez que tiene una oportunidad. No nos
volvamos orgullosos ni seguros de nosotros mismos en nuestro
andar cristiano, no pensemos que ya hemos logrado cierto
nivel de madurez y que la caída es imposible. ¡Acuérdese de
Sardis! Si no guardamos nuestros corazones diligentemente,
y si no andamos con cautela, el enemigo puede entrar en
nuestras vidas y destruirnos. El Señor reprendió a la iglesia
de Sardis diciéndole que vendría como ladrón en la noche.
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Apocalipsis
Eso era exactamente lo que Ciro había hecho años atrás. Él
tomó la ciudad de noche. Cuán imprescindible es que
aprendamos la lección que los habitantes de Sardis nunca
aprendieron, y vigilemos los asuntos espirituales.
3:4 - “Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no
han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en
vestiduras blancas, porque son dignas”. Aun en
congregaciones en que la mayoría de los creyentes están
espiritualmente muertos, por lo general hay algunos que
caminan con el Señor (ref. 1 Reyes 19:18). Así sucedía en
esta iglesia. El Señor elogió a los miembros de la iglesia de
Sardis que no se habían contaminado, y que permanecían fieles
al Señor. Cristo les promete que andarán con Él en vestiduras
blancas (símbolo de pureza) porque son dignos. Ellos se han
hecho dignos andando en obediencia a la Palabra de Dios.
Pongamos atención a la exhortación del Rey Salomón en
Eclesiastés 9:8: “En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y
nunca falte ungüento sobre tu cabeza”.
3:5-6 - “El que venciere será vestido de vestiduras blancas;
y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su
nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. El
que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.
Hay tres promesas para el vencedor:
1. Será vestido de vestiduras blancas. Los que vencieren
serán ataviados con vestiduras espirituales blancas. El atavío
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blanco significa la pureza y justicia de Cristo. Nosotros
necesitamos un cambio de vestiduras espirituales (ref. Zac.
3:3-4). A los ojos de Dios no debemos tener ni mancha, ni
defecto ni arruga (Ef. 5:27).
2. Su nombre no será borrado del libro de la vida. El
Señor también promete no borrar del libro de la vida los
nombres de los vencedores. En los cielos, el libro de la vida
es el que contiene todos los nombres de los redimidos y de
aquellos a quienes se les dará entrada al cielo (ref. Fil. 4:3;
Ap. 13:8; 17:8; 20:12,15; 21:27; 22:19).
Obviamente, para que algo sea borrado de un libro, tuvo que
haber estado allí alguna vez. Esto prueba claramente que una
persona puede ser salva en un momento dado, tener su nombre
escrito en este libro, y luego volverse contra el Señor y perder
su salvación. El apóstol Judas esclareció muy bien esto: “Mas
quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el
Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto,
después destruyó a los que no creyeron” (Judas 1:5). ¡Cuán
grande bendición es realmente que nuestros nombres
permanezcan escritos en el libro de la vida!
3. El Señor confesará su nombre delante de su Padre y
delante de sus ángeles. El Señor promete también confesar
los nombres de los vencedores delante de su Padre y de sus
ángeles. Cristo dijo en Mateo 10:32: “A cualquiera, pues, que
Apocalipsis
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me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré
delante de mi Padre que está en los cielos”. Por lo tanto, una
de las cualidades del vencedor es que no tiene miedo ni
vergüenza de confesar al Señor con franqueza delante de los
demás, aun cuando ello signifique persecución. El Señor
reconoce a aquellos que lo reconocen a Él. Tan sencillo como
eso.
FILADELFIA (3:7-13)
Ahora llegamos a la iglesia de Filadelfia. La iglesia de Filadelfia,
así como la de Esmirna, no recibió reproche de parte del Señor.
Esta iglesia representa el avivamiento Metodista y el movimiento
de Santidad dirigido por John Wesley en los años 1700.
La ciudad de Filadelfia fue fundada por Attalus II Filadelfo, rey
de Pérgamo, 160-138 A.C. Fue llamada así para rememorar
el amor que le tenía a su hermano Emenes II, al cual sucedió.
Filadelfia significa “amor fraternal”. La ciudad estaba situada
como entrada al altiplano de la provincia de Asia. Fue fundada
para ser un centro misionero que difundiera el idioma y cultura
griegos en tierras extranjeras. Estos tres factores considerados
para establecer la ciudad, tienen sus contrapartes espirituales
en el mensaje de Cristo a la iglesia de esa población.
Había una atmósfera de amor en Filadelfia. Como sucedía en
lo natural, sucedía en lo espiritual. La ciudad tenía una puerta
Apocalipsis
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abierta para la propagación de la cultura e idioma griegos en
otras tierras, y el Señor le promete a esta iglesia, en el versículo
8, una puerta abierta para la difusión del evangelio.
3:7 - “Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice
el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que
abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre”. El Señor se
presenta como el Santo—lo cual significa Aquel que es la esencia
misma de la santidad. Esta es la iglesia que tipifica la Fiesta del
Día de la Propiciación, e históricamente simboliza el movimiento
de Santidad de los días de John Wesley.
Verdaderamente, este es el mensaje que el Señor ha estado
dejando oír por todo el mundo desde la Guerra de Yom Kippur
en el año 1973, es decir, el mensaje de pureza y circuncisión de
corazón—santidad a Jehová. Además, Cristo se revela a Sí
mismo a esta iglesia como “El Verdadero”. Jesucristo no sólo
es la personificación misma de la verdad (Juan 14:6), sino que
es enteramente genuino. Oh, ser como Él y tener esa verdad en
lo íntimo (Sal. 51:6) y ser sincero en sumo grado, libres
completamente de cualquier aleación o mezcla.
El Señor declara tener la llave de David. Esta frase se encuentra
sólo una vez más en las Escrituras, en Isaías 22:20-22, en donde
se revela su importancia. “En aquel día llamaré a mi siervo
Eliaquim hijo de Hilcías, y lo vestiré de tus vestiduras, y lo ceñiré
de tu talabarte, y entregaré en sus manos tu potestad; y será
padre al morador de Jerusalén, y a la casa de Judá. Y pondré
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la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie
cerrará; cerrará, y nadie abrirá”.
El hombro es el símbolo de gobierno (Is. 9:6). Por lo tanto, la
llave de David es la autoridad espiritual para abrir y cerrar
puertas. Jesús es El que tiene el poder de abrir puertas que
nadie puede cerrar, y de cerrar puertas que nadie puede abrir.
3:8 - “Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de
ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque
aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no
has negado mi nombre”. El Señor dice que sabe que las obras
de ellos son buenas y puras. Por lo tanto, en el ámbito espiritual
ha puesto ante ellos una puerta abierta, la cual no puede ser
cerrada por ningún hombre ni potestad espiritual. La iglesia de
Filadelfia era una iglesia misionera, que tenía una puerta abierta
a las naciones.
Nosotros a la verdad queremos las bendiciones de la tribu de
José, cuyas ramas se extendían “sobre el muro” (Gn. 49:22).
Queremos tener un ministerio que abarque nuestros entornos,
pero también queremos tener herencia en las naciones de la
tierra y ser una bendición para otras congregaciones en todo el
mundo.
Estos devotos creyentes también fueron elogiados por guardar
la Palabra del Señor y por no negar su nombre, pese a su poca
fuerza. Esto no se refiere a una debilidad espiritual, sino al hecho
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de que esta iglesia local era de poca membresía. Es mucho
mejor tener una iglesia relativamente pequeña, pero con
creyentes totalmente entregados y comprometidos con el Señor,
que tener una próspera iglesia de cristianos indiferentes. Los
creyentes de Filadelfia permanecieron fieles al Señor. Se
negaron a llamar Señor al César. Ellos tenían solamente un
Señor, y ese era el Señor Jesucristo.
3:9 - “He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los
que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he
aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y
reconozcan que yo te he amado”. La sinagoga de Satanás se
refiere a los judíos judaizantes que alegaban ser judíos genuinos,
cuando de hecho contradecían la verdad que es en Cristo.
Por favor note con referencia a la sinagoga de Satanás, que el
apóstol Pablo da la definición de un verdadero judío en Romanos
2:28-29, como lo mencionamos anteriormente: “Pues no es judío
el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace
exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo
interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en
letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de
Dios”. Asimismo, Salomón se refiere a la congregación falsa en
Proverbios 21:16: “El hombre que se aparta del camino de la
sabiduría vendrá a parar en la compañía de los muertos”.
Ellos estaban seguros de que el Señor los amaba. Nuevamente
se ve la semejanza que había con la ciudad de Filadelfia,
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edificada por el amor que el Rey Attalus II le profesaba a su
hermano, el Rey Emenes II. Nosotros necesitamos tener esta
misma certeza de qu el Señor nos ama. Si, Cristo murió por
todo el mundo, pero las Escrituras claramente declaran que
“Jehová es justo, y ama la justicia” y “ama a los que son justos”
(ref. Salmo 11:7).
3:10 - “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia,
yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de
venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran
sobre la tierra”. Además, fueron elogiados por guardar la
palabra de su paciencia, indicando no solamente fidelidad a la
Palabra de Dios, sino sufrimiento por causa de ella.
De esta iglesia tenemos un ejemplo maravilloso de la iglesia de
los Siglos XVIII y XIX, que abundaba en santa devoción y en
ardiente deseo por las almas de hombres y mujeres. Esta fue la
iglesia que revitalizó y revivió el entusiasmo por las misiones.
Muchas sociedades misioneras se fundaron en esa época. Fue
una era de líderes tan notables como John Wesley, William Carey
y William Booth.
El Señor los recompensó guardándolos de la tentación que
vendría sobre todo el mundo para someterlo a prueba.
Históricamente esto se referiría a las diez persecuciones
específicas perpetradas por los emperadores romanos que
aparecen enumerados en nuestros comentarios sobre la iglesia
Apocalipsis
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de Esmirna. Evidentemente, el oro que ha sido purificado ya no
se vuelve a pasar por fuego otra vez. Ni pasaría de nuevo el
Señor a esos preciosos y amados cristianos de Filadelfia por
las tribulaciones que sólo tenían un fin—probar la fe de los que
aún conservaban mucha aleación en sus vidas.
3:11 - “He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para
que ninguno tome tu corona”. Ahora llega una advertencia
para los creyentes de todas la épocas— “Retén lo que tienes,
para que ninguno tome tu corona”. Cuán importante es poder
darnos cuenta de que el Señor ha puesto delante de todo
creyente una carrera y un premio—una corona.
Sin embargo, es lamentable que muchos cristianos no completen
su carrera, quedando destituidos de la meta del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús para sus vidas. Como
resultado, la corona que debió ser suya, es pasada a otro que
sí la merece.
Rubén perdió su porción de primogénito y la doble bendición,
por inmoralidad. En su lugar la recibió José, quien la obtuvo a
través de pureza. Judas perdió su ministerio apostólico por causa
de su traición a Jesús, y Matías reclamó la posición que éste
perdió.
La alarmante verdad de que podemos perder nuestra corona,
es vívidamente descrita en el libro de Ester. Por su orgullo,
obstinación y desobediencia a su esposo, la reina Vasti del
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imperio persa, fue depuesta. La corona que le debió pertenecer,
pasó a ser de otra más digna—la sabia y virtuosa Ester. Por lo
tanto, caminemos siempre nosotros humildemente delante del
Señor, con un santo temor de perder nuestra corona eterna.
3:12 - “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de
mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el
nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la
nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y
mi nombre nuevo”. Los vencedores recibirán las siguientes
bendiciones:
1. Al vencedor Dios lo hará columna en su templo. Los
que vencieren todas las arremetidas del enemigo y resistan los
vientos y presiones de la vida, serán hechos columnas en el
templo de Dios. Debemos ser columnas en la iglesia en que
Dios nos ha sembrado, sirviendo de apoyo a los líderes; también
queremos calificar para un ministerio en el templo milenial, y
ser transformados en columnas del templo celestial.
Las columnas denotan fuerza y estabilidad. Sostienen y aguantan
el peso y la presión de un edificio. La estabilidad y durabilidad
de un templo dependen de sus pilares. Debemos confiar en
esta promesa de Dios que fue dada a los vencedores de la
iglesia en Filadelfia. Queremos ser como las columnas del templo
de Salomón, llamadas Jaquín y Boaz, ( ver 1 Reyes 7:15-22).
Jaquín significa “Él establece” y Boaz significa “en el está la
fuerza”.
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Es interesante que esta promesa de ser columna se le dé a la
iglesia de Filadelfia, porque era una ciudad propensa a
terremotos y temblores. Si alguien necesitaba estabilidad, esa
era la iglesia de Filadelfia. En el año 17 D.C., la ciudad fue
aplanada por un gran sismo. El emperador Tiberio contribuyó
a la reconstrucción. Por consiguiente, la promesa de ser una
columna que nunca más saldría de allí, tenía mucho significado
para estos creyentes.
La iglesia de Filadelfia era como un pilar para el Cristianismo.
Aun cuando el islam inundó Asia Menor, Filadelfia permaneció
fiel al evangelio de Jesucristo. No obstante, recuerde esto: Si el
Señor promete hacer de usted una columna, espere encontrar
grandes presiones y embestidas del enemigo, pero sepa también
que Dios hará que usted mantenga la firmeza.
2. El vencedor no saldrá más de allí. Dios promete establecer
al vencedor en el camino de la justicia y como columna del
templo que nunca más saldrá de allí. Muchos son los que
comienzan la carrera con un éxito rotundo, pero luego se desvían
de la ruta.
Cuán grande bendición es estar sembrado en la casa del Señor
como columnas y como árboles de justicia (Ver Sal. 92:1213). Debemos estar firmemente arraigados y establecidos en la
casa del Señor y permanecer allí. Recuerde, Cristo dijo que “el
esclavo del pecado no queda en la casa para siempre” (Juan
8:34-35).
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3. Dios dará al vencedor un nombre triple. El vencedor
recibirá también un nombre triple de parte del Señor. El Señor
promete escribir sobre él “el nombre de Mi Dios, el nombre de
la ciudad de Mi Dios (la Nueva Jerusalén) y un nombre nuevo”.
Esta es una promesa que la esposa de Cristo heredará, porque
llevará el nombre de su esposo celestial. Cuando una novia se
casa, adopta el nombre de su esposo. Esto automáticamente le
concede los privilegios siguientes—ella se identifica con él; se
convierte en parte de él, y toma sobre sí su posición y autoridad.
Siendo así, cuando los vencedores de la iglesia de Filadelfia
recibieron el privilegio de ese triple apelativo, significa que de
inmediato se identificaron:
1. Con Dios mismo, siendo verdaderos hijos e hijas del
Dios viviente.
2. Como habitantes que moran en la ciudad de Dios—la
Nueva Jerusalén.
3. Como poseedores del nuevo nombre de Cristo, que
significa gozar de todos los privilegios de los galardones
que Cristo mismo disfrutará, (ver Ap. 19:12-13).
Los creyentes necesitan orar mucho para que el Señor desarrolle
en sus vidas el mismo carácter que desarrolló en la iglesia en
Filadelfia. Ellos tenían el amor de Dios perfeccionado en sus
vidas. Se les dio una puerta abierta a los campos misioneros
del mundo. Estos preciosos santos impartían a los demás la
verdad y la santidad. Ellos permanecieron fieles hasta el fin,
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retuvieron sus coronas, y cumplieron lo que Dios había designado
para sus vidas.
3:13 - “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las
iglesias”. Oh, que tengamos oído para oír de las preciosas
recompensas que le esperan a una iglesia fiel.
LAODICEA (3:14-22)
La ciudad de Laodicea fue ampliada por Antíoco II, Rey de
Siria, y vuelta a nombrar en honor de su esposa, Laodicea. Era
una ciudad extremadamente rica, famosa por sus
establecimientos bancarios, por sus escuelas de medicina que
se especializaban en un unguento para curar ciertas afecciones
de los ojos, y por su ropa lujosa hecha con la lana de sus rebaños.
La ciudad estaba situada en el punto de convergencia de la
carretera principal de Efeso a Siria, y los caminos que venían
de Pérgamo y el Valle de Hermus a Pisidia y Panfilia.
Manantiales de aguas termales de Hierápolis fluían a través de
acueductos hacia Laodicea, en donde el agua se volvía tibia, y
desde ese punto hasta Colosas, se volvía fría. Laodicea fue
devastada por un terremoto en el año 61 D.C. La población,
habiendo rechazado la ayuda ofrecida por el senado romano,
reconstruyó con sus propios fondos toda la ciudad. Era una
ciudad y, lamentablemente, una iglesia muy confiada en sí misma
y autosuficiente.
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3:14 - “Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí
el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación
de Dios”. El Señor se presentó a Sí mismo de una manera muy
significativa, declarando que Él es el Amén, o el Fin.
Evidentemente, esta es la última de las siete iglesias que recibió
mensaje del Señor, e indica la iglesia de los últimos días, que
completará la era de la iglesia.
El Señor también se reveló a la iglesia de Laodicea, como el
Testigo Fiel y Verdadero. En otras palabras, lo que Él estaba
por decirles era ciertamente la verdad y no la falsa seguridad
en que ellos habían caído. Este mensaje venía de Aquel que era
el principio de la creación de Dios, como se ve en Proverbios
8:22-23, en donde se dice lo siguiente acerca de Cristo : “Jehová
me poseía en el principio, ya de antiguo, antes de sus obras.
Eternamente tuve el principado, desde el principio, antes de la
tierra”.
3:15-16 - “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente.
¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y
no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”. Al dirigirse a la
iglesia de Laodicea, el Señor no encuentra nada digno de elogiar.
De hecho, dice que estos creyentes no eran ni calientes ni fríos,
sino tibios. Su estado espiritual igualaba la condición de las
aguas que fluían por la ciudad provenientes de los manantiales
de aguas termales de Hierápolis. Las aguas de Laodicea eran
tibias. A todos les encantaban las fuentes de aguas termales de
Apocalipsis
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Hierápolis y las aguas frías de Colosas, pero nadie se inclinaba
por las tibias aguas de Laodicea. En lo natural, preferimos
nuestras bebidas o muy calientes, como el café y el té, o muy
frías; pero nos desagrada toda bebida tibia.
La iglesia de Laodicea era tibia en su experiencia cristiana. Había
cierta insipidez en su caminata con Cristo. Les faltaba fervor.
No tenían un entusiasmo ardiente por las almas, ni deseos de
progresar en Dios hasta alcanzar la perfección. Por esta causa,
el Señor dice que los vomitará de su boca. El Señor aborrece a
los cristianos indiferentes y sin compromiso, que viven alejados
del blanco, (ver 1 R. 18:21). El Señor quiere que cada creyente
sea ferviente y totalmente entregado a Él.
3:17 - “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y
de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un
desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo”. La iglesia
de Laodicea era muy orgullosa y confiada en sí misma.
Ciertamente eran ricos y abundaban en recursos, naturales y
económicos. Sin embargo, carecían de las verdaderas riquezas
de Jesucristo. Espiritualmente eran pobres, ciegos y desnudos.
Cristo habló de esta arrogante actitud de los autosuficientes, en
su parábola de Lucas 12:16-21. “La heredad de un hombre
rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí,
diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos?
Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré
mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a
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mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos
años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo:
Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto,
¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico
para con Dios”.
Los creyentes de Laodicea creían que la vida consistía en la
abundancia de bienes que poseían. Sin embargo, somos
verdaderamente ricos cuando somos ricos en Dios. Debemos
procurar ser ricos en misericordia (Ef. 2:4), ricos en buenas
obras (1 Tim. 6:18), y ricos en la fe (Stg. 2:5). Procuremos
entonces encontrar en Cristo toda nuestra suficiencia, porque
Él es el Todosuficiente y en Él estamos nosotros completos.
Como ya lo afirmamos, Laodicea era una de las ciudades más
acaudaladas del mundo en la época en que se escribió el libro
de Apocalipsis. Cuando un terremoto acabó con ella en el año
61 D.C., los habitantes de Laodicea rechazaron la ayuda romana
y reconstruyeron ellos mismos la ciudad. Con razón Laodicea
podía ufanarse de ser rica y de no carecer de nada. De hecho,
“Somos ricos y de ninguna cosa tenemos necesidad” fue su
respuesta al emperador romano cuando les ofreció ayuda para
reedificar su ciudad. Esta actitud orgullosa e independiente,
lamentablemente, también se metió en la iglesia.
Aunque eran prósperos en lo económico, en lo espiritual estaban
en bancarrota. Aunque podían suministrar el ungüento curativo
para varias enfermedades de la vista, en lo espiritual estaban
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ciegos. Y de nuevo, aunque eran famosos por sus lujosos
atuendos, el Testigo Fiel y Verdadero les declaró que en lo
espiritual estaban desnudos—no teniendo puestas las vestiduras
de Dios (justicia, alabanza, etc.).
3:18 - “Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro
refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas
para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu
desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas”. Esto
se refiere a las tres fuentes de riqueza que tenía la ciudad—la
banca, la producción de ropa de lana, y los medicamentos—
las cuales le habían dado renombre. El Señor les aconseja
comprar de Él, oro refinado en fuego. La ciudad de Laodicea
era extremadamente acaudalada y próspera. Abundaban en
ella las monedas de oro, pero el Señor le dice que carecen de
las riquezas verdaderas.
Con las Escrituras se interpretan las Escrituras. De Primera
Pedro 1:7 tenemos la interpretación de oro refinado en fuego.
“Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa
que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea
hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado
Jesucristo”. Por lo cual, el Señor les está aconsejando comprar
fe, la que solo se recibe por medio de pruebas severas. Él les
dice que paguen el precio de la verdadera fe, que es el verdadero
oro y riqueza genuina que se debe desear, para que sean ricos.
La fe nos enriquece para con Dios.
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“Vestiduras blancas para vestirte”. Ahora el Señor les dice a
los de Laodicea que compren vestiduras blancas. Esto
seguramente les debe haber dolido porque eran famosos por
su lana y ropas. Las vestiduras blancas son el atuendo de Cristo,
de los ángeles, y de los santos del Señor. Simbolizan pureza.
Isaías 1:18 dice: “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta:
si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán
emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a
ser como blanca lana”.
Luego leemos en Daniel 11:35 acerca de los últimos días:
“También algunos de los sabios caerán para ser depurados y
limpiados y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado;
porque aún para esto hay plazo”. Cuando Cristo fue
transfigurado, su vestidura brillaba con la blancura de la luz
(Mt. 17:2). Debemos estar ataviados con vestiduras puras y
blancas, que no estén manchadas por las obras de las carne
(Judas 1:23)..
La idea de aparecer desnudos delante del trono de Dios se
expresa también en Segunda Corintios 5:1-4: “Porque sabemos
que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere,
tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos,
eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando
ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así
seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque asimismo
los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia;
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porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para
que lo mortal sea absorbido por la vida”. En Apocalipsis 16:15
el Señor dice: “He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado
el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y
vean su vergüenza”.
“Unge tus ojos con colirio, para que veas”. El Señor entonces
procede a aconsejarles que unjan sus ojos con colirio. Esto
les debió ser molesto, en especial a ellos por ser Laodicea un
centro médico que se especializaba en el colirio para los ojos.
De nuevo encontramos aquí una lección que el pueblo de Dios
necesita aprender hoy en día. Nuestros ojos espirituales
necesitan estar ungidos. Pablo oró por los creyentes de Efeso:
“Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que
sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles
las riquezas de la gloria de su herencia en los santos” (Ef.
1:18).
Es necesario que el Espíritu Santo nos ilumine para que
podamos entender la Palabra de Dios y su propósito para
nuestras vidas. Debemos decir la oración del salmista cada
vez que leamos o estudiemos la Biblia: “Abre mis ojos, y miraré
las maravillas de tu ley” (Salmo119:18).
3:19 - “Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé,
pues, celoso, y arrepiéntete”. El Señor castiga a los que ama.
El verdadero amor le dice a las personas su mal, esperando
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Apocalipsis
que ellas vean la verdad y cambien. Pablo dijo en Hebreos
12:6-8: “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a
todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os
trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre
no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos
han sido participantes, entonces sois bastardos [ilegítimos], y
no hijos”. Los verdaderos hijos son los que admiten
corrección. Si hijos e hijas dejaran de recibir la corrección de
su padre, serían considerados hijos ilegítimos. (Ver Proverbios
13:24; 23:13-14; 27:6; 29:15,17).
Salmos 94:12 declara una bendición sobre aquellos que
admiten que el Señor los discipline: “Bienaventurado el hombre
a quien tú, JAH, corriges, y en tu ley lo instruyes”. Debemos
estar contentos cuando el Señor nos disciplina, sabiendo que
nos ama y desea hacernos más como Él (Job 5:17). Pablo
dijo en Primera Corintios 11:32, “Mas siendo juzgados, somos
castigados por el Señor, para que no seamos condenados
con el mundo”.
El mayor castigo que las personas pueden recibir de parte de
Dios, es que Él no las discipline y las deje seguir por su propio
camino, (ver Oseas 4:17). Es la uva aplastada, y no la uva
intacta, la que produce el valioso vino. No hay una forma más
segura de que un niño acabe destruido, que dejándolo a su
antojo. Es un hecho de la vida que el mejor deportista y el
más refinado hombre de letras, reciben el entrenamiento más
exigente.
Apocalipsis
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3:20 - “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno
oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él,
y él conmigo”. Cuan clemente es el Señor al darle a esta
iglesia despreocupada y engreída, la oportunidad de conocerle
de una manera tan íntima como para ser su invitado a cenar.
Comprendiendo la clemencia del Señor y nuestra
responsabilidad de responder a Él con igual gracia y gratitud
de corazón, voy ahora a contar una experiencia personal que
ilustrará los tratos del Señor con la iglesia de nuestro tiempo,
simbolizada en Apocalipsis por la iglesia de Laodicea.
Hace muchos años, cuando pastoreaba una iglesia en el oeste
de los Estados Unidos, esta porción de las Escrituras cobró
vida para mi esposa y para mí. Se trataba de una congregación
que en su mayor parte no había admitido el mensaje y
experiencia pentecostales. El Señor nos hizo comprender con
claridad que debíamos presentar el mensaje de hablar en otras
lenguas como señal valedera de haber recibido la experiencia
pentecostal conforme a Hechos 2:4. Muchos de aquellos
queridos santos abrazaron y recibieron el bautismo del Espíritu
Santo con las señales acompañantes, entre ellos el pastor
anterior, que se había jubilado y era ahora un miembro de la
congregación.
En una reunión matutina de oración, un anciano habló en
lenguas, y antes de que la interpretación fuera dada, la esposa
de uno de los diáconos dijo de manera estridente y desafiante:
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Apocalipsis
“¡No!” Era casi mediodía, y yo estimé que lo más sabio que
podía hacer era terminar la reunión, cosa que hice de
inmediato. Unos pocos minutos después, al entrar en la
parroquia, vi el candelero de Dios pasando a través de la
pared. Fue una experiencia impactante y me sentí realmente
revestido de la santidad de Dios, quedando literalmente
sobrecogido.
No había pasado una hora cuando recibí una llamada telefónica
de uno de mis parroquianos, informándome que la esposa de
ese diácono estaba ahora hospitalizada. Fue algo totalmente
imprevisto, porque acababa de estar bien y rebosante de salud
durante la reunión. Sin embargo, esa noche el Señor dio una
visión similar a otro anciano y también a un miembro de la
congregación. La visión era del Señor parado afuera del cuarto
del hospital. La interpretación que ellos me dieron fue: “Oh,
no hay problema con nuestra hermana, porque el Señor está
afuera de su cuarto”.
No obstante, esa no fue la interpretación que me dio el Señor
a mí. Él habló de esta manera: “Ella es una cristiana de
Laodicea, satisfecha de sí misma, que piensa que ya no necesita
más. Yo estoy a la puerta de su corazón, y llamo, deseoso de
encontrarme con ella de una manera nueva, bautizándola en
el Espíritu Santo, pero no me recibe”. ¡Qué tragedia la de
esta querida hermana! Pero ¿qué de nosotros? A lo mejor
hemos recibido el bautismo en el Espíritu Santo y creemos
Apocalipsis
83
que ya lo hemos alcanzado todo, cuando en realidad el Señor
tiene aún mucho más para nosotros en este día y en esta era.
Jesús enseñó en Mateo 5:3: “Bienaventurados los pobres en
espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”. La actitud
nuestra siempre debe ser la de los pobres en espíritu, para
que por su gracia recibamos todo lo que el Señor tiene para
darnos. Pensemos en la parábola de Lucas 18:9-14: “A unos
que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a
los otros, dijo [Jesús] también esta parábola: Dos hombres
subieron al templo a orar, uno era fariseo, y el otro publicano.
El fariseo, puesto en pie, oraba consigao mismo de esta
manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros
hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este
publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo
lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun
alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo:
Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que este descendió
a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que
se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido”.
Dios resiste a los soberbios y a las personas con aires de
superioridad moral. Cuando el Señor se nos acerca buscando
compañerismo, respondamos con prontitud a sus acercamientos
y busquemos su rostro diligentemente.
3:21-22 - “Al que venciere, le daré que se siente conmigo
en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con
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Apocalipsis
mi Padre en su trono. El que tiene oído, oiga lo que el
Espíritu dice a las iglesias”. Esta es la promesa que el Señor
ofrece a cada uno de nosotros en toda la Palabra de Dios. Él
quiere que gobernemos y reinemos con Él. Es una verdad
específica a la que el Espíritu Santo le está dando vida en
nuestros días. Pero recordemos algunos de los requisitos.
Pablo dijo en Romanos 5:17: “Pues si por la transgresión de
uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno
solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y
del don de la justicia”. Para reinar en vida, debemos recibir la
abundancia de la gracia y también ser justos. Una abundancia
de gracia sólo se le da a aquellos que tienen una abundancia de
tribulaciones, así que bienvenido a una vida de pruebas, amados,
si desean reinar y gobernar con el Señor Jesucristo. Además,
así como el rey David dijo: “Habrá un justo que gobierne entre
los hombres, que gobierne en el temor de Dios” (2 Sa. 23:3).
Tomemos en serio el mensaje del Espíritu a las siete iglesias,
pero especialmente el mensaje a la iglesia de Laodicea, simbólico
de la iglesia de nuestros días.
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Parte 3
Apocalipsis Capítulos 4-19
LOS AÑOS FINALES DE LA ERA
DE LA IGLESIA
86
Apocalipsis
Apocalipsis
87
Parte 3
4:1 - 19:21
LOS AÑOS FINALES DE LA ERA
DE LA IGLESIA
Ahora llegamos a una nueva sección del libro de Apocalipsis.
Después del mensaje del Señor a las siete iglesias, Juan ve una
puerta abierta en el cielo. Una voz le dice “sube acá” y se le
muestran a Juan ciertos acontecimientos que tendrán lugar
después de su existencia. Los capítulos 4 a 19 son un retrato
de los años finales de la era de la iglesia, conducentes a la
segunda venida del Señor Jesús.
Es muy importante que todo cristiano comprenda estos
capítulos porque estamos viviendo en los días en que estos
sucesos se cumplirán ante nuestros propios ojos.
Hay muchos aspectos de la Parte 3 que son difíciles de
entender, pero iluminados por el glorioso Espíritu Santo,
trataremos de esclarecer mucha de la confusión que hay en
torno a estos capítulos.
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CAPÍTULO CUATRO
UNA PUERTA ABIERTA EN EL CIELO (4:1-11)
4:1 - “Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta
en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta,
hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las
cosas que sucederán después de estas”. Esta puerta se
distingue de la puerta abierta que se puso delante de la iglesia
de Filadelfia, en que aquella era una puerta geográfica para
ministerios. Esta otra es una puerta celestial que lleva a
panoramas celestiales. Con esto, la intención era expresamente
mostrar al apóstol Juan lo que sucedería en el futuro. Los
capítulos 4 a 19 son distintos de los mensajes a las siete iglesias
que aparecen en los capítulos 2-3, que fueron acontecimientos
presentes en el período en que Juan vivía.
El trono de Dios
4:2-3 - “Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un
trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. Y el
aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de
jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco
iris, semejante en aspecto a la esmeralda”. He aquí una
descripción impresionante de la majestad de Dios. A su
descripción se le atribuye un parecido con la piedra jaspe, la
cual revela su majestad. La piedra cornalina se refiere a juicio,
y la esmeralda simboliza su misericordia.
Apocalipsis
89
Hay un arco iris en torno al trono de Dios, el cual se ve también
en la visión del trono de Dios que tuvo Ezequiel: “Como parece
el arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el
parecer del resplandor alrededor. Esta fue la visión de la
semejanza de la gloria de Jehová” (Ez. 1:28). Los siete colores
del arco iris se refieren a los siete Espíritus de Dios que rodean
el trono.
La jerarquía celestial
4:4 - “Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi
sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de
ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas”. Estos
veinticuatro ancianos son los patriarcas de las doce tribus de
Israel y los doce apóstoles del Cordero. Es evidente que son
de los redimidos de la humanidad y que son humanos integrando
el cuerpo gobernante supremo del cielo.
Apocalipsis 5:8-10 nos dice más acerca de estos veinticuatro
ancianos: “Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres
vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del
Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso,
que son las oraciones de los santos; y cantaban un nuevo cántico,
diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos;
porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido
para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has
hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre
la tierra”.
90
Apocalipsis
Los veinticuatro ancianos son lo selecto del grupo élite
compuesto por reyes y sacerdotes. Ellos ofrecen copas de oro
llenas de las oraciones de los santos y se sientan además en
tronos celestiales muy cerca del trono de Dios.
4:5 - “Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y
delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales
son los siete espíritus de Dios”. Se nos dice claramente que
las siete lámparas que están delante del trono son los siete
Espíritus de Dios.
Sus nombres y sus funciones se mencionan en Isaías 11:2: “Y
reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y
de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de
conocimiento y de temor de Jehová”. También están
representados por el candelero en el lugar santo del Tabernáculo
de Moisés.
Los relámpagos, truenos y voces se refieren todos a juicios,
como lo vemos en Éxodo 19:16, 18-19: “Aconteció que al
tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos,
y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte;
y se estremeció todo el pueblo que estaba en el
campamento...Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová
había descendido sobre el fuego; y el humo subía como el humo
de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera. El
sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés
hablaba, y Dios le respondía con voz tronante”.
Apocalipsis
91
Las cuatro bestias (o seres vivientes)
4:6.7 - “Y delante del trono había como un mar de vidrio
semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono,
cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás. El
primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era
semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de
hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando”.
El “mar de vidrio semejante al cristal” que está delante del trono,
se refiere a la pureza absoluta que rodea el trono de Dios. Este
trono, que es el punto central de todo el cielo, está en medio de
este mar de cristal. También se nos dice que hay cuatro seres
llenos de ojos delante y detrás, los cuales rodean el trono de
Dios. Estos cuatro seres vivientes, como se les llama en Ezequiel
capítulo 1, también se mencionan en Isaías 6.
A medida que estudiamos estos pasajes en detalle, nos damos
cuenta de la convivencia que existe en el trono de Dios. Primero
está Dios Padre, como se ve en Apocalipsis 5:1: “Y vi en la
mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito
por dentro y por fuera, sellado con siete sellos”. También está
el Hijo, el Cordero de Dios, como se ve en Apocalipsis 5:6: “Y
miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes,
y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como
inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son
los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra”. Los
cuatro seres vivientes también rodean el trono de Dios.
Apocalipsis
92
Apocalipsis 4:7 describe estos cuatro seres: “El primer ser
viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un
becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto
era semejante a un águila volando”. Sus cuatro caras reflejan el
carácter universal de Cristo. Revelan sus diferentes aspectos.
•
El león - revela a Cristo como el Rey de reyes
•
El becerro - revela a Cristo como el Sumo Sacerdote
•
El hombre - revela a Cristo como el Hijo del Hombre
•
El águila volando - revela a Cristo como el Hijo de
Dios que se remonta hasta lugares celestiales.
4:8 - “Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas,
y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban
día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios
Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir”.
Estas cuatro seres vivientes tienen seis alas que les facilitan un
perfecto desplazamiento. Pueden moverse hacia arriba, hacia
adelante, hacia atrás y hacia los lados.
Están llenas de ojos porque son los ojos de Aquel-que-todolo-ve. Leemos en 2 Crónicas 16:9: “Porque los ojos de Jehova
contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los
que tienen corazón perfecto para con él”. Estos cuatro seres
vivientes no descansan ni de día ni de noche, dando gloria a
Apocalipsis
93
Dios en todo momento. Esta es también una de las
características de Dios, como se ve en el Salmo 121:4: “He
aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel”.
El clamor perpetuo de estas cuatro bestias es: “Santo, santo,
santo, Señor Dios Todopoderoso” (ref. Isaías 6:3). La santidad
es el aspecto fundamental de la naturalea de Dios. Por cuanto
Dios es santo, desea que sus hijos sean igualmente santos. 1
Pedro 1:15-16 dice: “Sino, como aquel que os llamó es santo,
sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;
porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”.
Levítico 20:7-8 dice: “Santificaos, pues, y sed santos, porque
yo Jehová soy vuestro Dios. Y guardad mis estatutos, y
ponedlos por obra. Yo Jehová que os santifico”. Esto sugiere
que la santidad es necesaria para poder guardar los
mandamientos de Dios.
Debemos definir lo que la verdadera santidad es. La santidad
literalmente significa estar separado y apartado en cuerpo, alma
y espíritu de todo aquello que desagrade al Señor en
pensamiento, palabra o acción. Es estar separado del mundo,
de la carne y del diablo. Sin embargo, esta separación sólo
constituye un aspecto de la santidad. Si queremos volvernos
santos, debemos estar completamente unidos a Dios, el Único
que es santo.
Los cuatro seres vivientes dan continuamente gloria al Hijo, de
94
Apocalipsis
quien se dice “El que era” (lo que significa que vivió en la tierra)
y “que es” y “que ha de venir” (refiriéndose a su segunda
venida). Uno de los ministerios principales de las cuatro bestias
es adorar a Dios Padre y al Hijo.
El Hijo confirma en Juan 4:23-24 el deseo del Padre de ser
adorado, diciendo: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los
verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en
verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que
le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en
verdad es necesario que adoren”.
4:9 - “Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y
honra y acción de gracias al que está sentado en el trono,
al que vive por los siglos de los siglos”. Los seres vivientes
dan continuamente gloria, honra y acción de gracias al Señor.
Dar gloria a Dios significa engrandecer y exaltar sus cualidades
y su potestad en lo que compete a su carácter y hazañas
creadoras. Dar honra a Dios significa estimarlo por encima de
todos los demás; y dar gracias significa tener gratitud por todo
lo que Él ha hecho por nosotros.
Debemos adorar continuamente al Señor en nuestros corazones
y con nuestros labios, y darle gracias por todas las cosas. En
realidad, tenemos muchísimo que agradecer al Señor. Me
quejaba de no tener zapatos, hasta que vi a otro que no tenía
pies.
Apocalipsis
95
4:10-11 - “Los veinticuatro ancianos se postran delante del
que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los
siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono,
diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y
el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad
existen y fueron creadas”. Al expresar los seres vivientes toda
su adoración al Señor, los ancianos responden adorándolo.
Aquí es necesario explicar por qué Dios desea ser adorado.
La adoración es realmente para nuestro beneficio, pues
adquirimos la semejanza del objeto o persona de nuestra
adoración.
Esto se ve en sentido negativo en el Salmo 115:4-8: “Los ídolos
de ellos son plata y oro, obra de manos de hombres. Tienen
boca, mas no hablan; tienen ojos mas no ven; orejas tienen,
mas no oyen; tienen narices, mas no huelen; manos tienen, mas
no palpan; tienen pies, mas no andan; no hablan con su garganta.
Semejantes a ellos son los que los hacen, y cualquiera que
confía en ellos”. Es un hecho que adquirimos la semejanza del
objeto o persona que adoramos.
Los ancianos echan sus coronas delante del trono porque está
tan claro que todo lo que tenemos es por Él. Sin Él no somos
nada, y por Él somos algo. Por consiguiente, los ancianos claman
diciendo: “Digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder;
porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y
fueron creadas”. Nosotros no existiríamos si Él no nos hubiera
Apocalipsis
96
creado, pero fuimos creados para su deleite. Entonces,
necesitamos orar para recibir gracia y entregar nuestras vidas
como sacrificio vivo, santo y aceptable a Aquel que está sentado
en el trono.
CAPÍTULO CINCO
EL LIBRO DE LOS SIETE SELLOS (5:1-14)
5:1 - “Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el
trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con
siete sellos”. Apocalipsis capítulo 5 comienza con la palabra
“y”. Por lo tanto, es una sucesión cronológica del capítulo 4 en
el que el apóstol Juan ha visto el trono. Ahora los ojos y la
atención de Juan se centran en la mano derecha de la Majestad
en las alturas—Dios Padre. En su diestra está un rollo escrito
por ambos lados, el cual está sellado con siete sellos.
La apertura de estos sellos, entonces, será la clave para lo que
acontecerá posteriormente en el resto del libro. De hecho, los
sellos están vinculados a juicios, como lo veremos después. La
apertura de los sellos dará lugar a una sucesión de tres juicios
específicos sobre la tierra, a saber:
1. Los siete sellos
2. Las siete trompetas
3. Las siete copas (las últimas siete plagas)
Apocalipsis
97
5:2-5 - “Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz:
¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? Y
ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra,
podía abrir el libro, ni aun mirarlo. Y lloraba yo mucho,
porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el
libro, ni de leerlo, ni de mirarlo. Y uno de los ancianos me
dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la
raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus
siete sellos”.
La pregunta es: ¿Quién es digno de desatar los sellos del juicio?
Nadie fue encontrado digno de abrir el libro, ni en todo el cielo
ni en la tierra. Entonces uno de los ancianos declaró a Juan,
que lloraba, que el León de la tribu de Judá había vencido para
abrir el libro. Esto se refiere al linaje davídico de Cristo, quien
como David en tiempos pasados, venció a todos sus enemigos.
Jesús, en la cruz, derrotó a nuestro enemigo número uno,
Satanás. El Señor Jesucristo es el único que fue encontrado
digno de abrir este libro y los siete sellos.
El precio de abrir estos sellos fue fenomenal. El hecho es que
hubo que pagar un precio. Nadie fue capaz de pagarlo, a
excepción del Hijo de Dios que dio su vida en rescate por
todos. Cristo fue encontrado digno de abrir el libro porque
como Cordero de Dios sin mancha, sacrificó su vida por
nosotros (Ap. 5:9-10). Alabado sea su nombre bendito.
El hecho de que el mismo cielo y la Deidad se rijan por la
98
Apocalipsis
necesidad de ser encontrados justos en todas sus acciones, es
algo que merece nuestra atención y seria consideración. Este
es un tema que debe discutirse con cierto detalle. La Deidad
puede ordenar que se le adore, no sólo por lo que ellos
representan, sino por lo que han hecho (sus obras). Ellos
ordenan la adoración en Apocalipsis 4:11 por el esplendor y
sabiduría de sus obras en la creación. Pero ahora veremos que
el Hijo de Dios recibirá el honor de abrir los sellos; este es el
tema de un nuevo cántico de adoración en Apocalipsis 5:9.
5:6-7 - “Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro
seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie
un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete
ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por
toda la tierra. Y vino, y tomó el libro de la mano derecha
del que estaba en el trono”. Al volverse, Juan vio al Cordero
inmolado del Calvario, que estaba en pie en medio del área del
trono y entre los cuatro seres vivientes y los ancianos. Cristo
tiene juntamente con el Padre, la única preeminencia en los cielos.
Esta no es sólo una distinción que le fue conferida por el Padre,
sino que Él se hizo digno de ella.
Filipenses 2:7-11 dice acerca de Cristo: “Sino que [él] se
despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante
a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló
a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de
cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio
un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre
Apocalipsis
99
de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y
en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que
Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”.
Por su obediencia al Padre, yendo a la cruz y muriendo por la
humanidad, Jesús obtuvo la preeminencia. Por eso podía
acercarse y tomar el libro de la mano de su Padre.
5:8-10 - “Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres
vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante
del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de
incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban
un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y
de abir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre
nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y
pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes
y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra”.
En este momento, los cuatro seres vivientes y los ancianos se
postran delante del Cordero de Dios que ha quitado los
pecados del mundo. Jesucristo no sólo nos ha redimido, sino
que, como lo manifiesta constantemente la palabra de Dios,
nos ha hecho reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
Esta debe ser nuestra visión para calificar, o para que el Señor
nos halle dignos de gobernar y reinar con Él durante el reino
milenial que sigue a esta dispensación.
Apocalipsis
100
Reyes y Sacerdotes
Cristo es el Rey de reyes, pero también es el sumo sacerdote
de nuestra fe (Heb. 3:1). Él es un Rey-Sacerdote. En las
Escrituras, la combinación de estos dos cargos se ve
primeramente en la vida de Melquisedec (Gn. 14:18), que era
sacerdote de Dios y rey de Salem (antiguo nombre de
Jerusalén). Cristo, que era del linaje de David a través de la
tribu de Judá, es rey por descendencia. Sin embargo, a la tribu
de Judá no se le hizo promesa concerniente al sacerdocio. Mas
Dios hizo a Cristo Sumo Sacerdote de nuestra fe según el orden
de Melquisedec. Dios desea transformarnos a la imagen del
Señor Jesucristo, y esto implica ser hechos reyes y sacerdotes.
El designio original de Dios para los hijos de Israel era que
fueran todos reyes y sacerdotes para Él. El Señor les dijo en
Éxodo 19:5-6 cuando los hubo sacado de Egipto: “Ahora, pues,
si diereis oído a mi voz, y guardáreis mi pacto, vosotros seréis
mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda
la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente
santa”. La condición para convertirse en este reino de
sacerdotes era oír su voz y guardar su pacto.
No obstante, al poco tiempo los israelitas comenzaron a
desobedecer al Señor, hasta el grado de fabricar un becerro de
oro para adorarlo como a su dios (Ex. 32). Después de esto, el
sacerdocio se le dio exclusivamente a la tribu de Leví, y el reino
Apocalipsis
101
y trono de Israel fue dado exclusivamente a la tribu de Judá.
Por lo tanto, el deseo de Dios para todo su pueblo de hacerlos
reyes y sacerdotes para Él, nunca se cumplió en la nación de
Israel. Pero los propósitos de Dios siempre se llevan a cabo.
Por consiguiente, el Señor en la era neotestamentaria nos ha
dado a nosotros como creyentes, esta promesa de ser reyes y
sacerdotes.
1 Pedro 2:9 dice: “Mas vosotros sois linaje escogido, real
sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que
anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su
luz admirable”. Estamos llamados a ser un real sacerdocio. La
palabra griega para “real” significa “de naturaleza real” y se
deriva de la palabra griega “basileus” que es el vocablo para
“rey” (ref. Ap. 5:10; 19:16). Es así que vemos nuestro llamado
a ser reyes y sacerdotes, y a reinar con el Señor. Sin embargo,
al igual que Israel, debemos obedecer diligentemente la voz del
Señor y guardar su pacto para que se efectúe esta promesa en
nuestras vidas.
Un rey gobierna y reina, y el Señor quiere enseñarnos a reinar
en esta vida, preparándonos para un trono en el milenio y en la
eternidad. Si no gobernamos en esta vida, no gobernaremos en
la eternidad. Es en esta vida que calificamos y nos capacitamos
para la primera resurrección y para gobernar y reinar con Cristo.
Un rey es un vencedor, y nosotros debemos ser más que
vencedores en cada situación (Ro. 8:37). La clave para triunfar
102
Apocalipsis
sobre las circunstancias está en nuestra actitud. No debemos
quejarnos, sino vencer cada prueba y tentación para poder ser
reyes.
En el Antiguo Testamento, el propósito del sacerdocio era
ofrecer sacrificios. En el Antiguo Testamento se ofrecían
sacrificios de animales, pero en el Nuevo Testamento el sacrificio
que desea el Señor es nuestro cuerpo y alma. Como lo dice
Pablo en Romanos 12:1, debemos presentar nuestros cuerpos
“como sacrificio vivo” al Señor, (ref. He. 10:5).
5:11-12 - “Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor
del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su
número era de millones de millones, que decían a gran voz:
El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder,
las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y
la alabanza”. Entonces Juan oyó un numero incontable de
ángeles enalteciendo al Cordero de Dios. Examinemos los
galardones que Jesús recibió por su irreprensible vida de
obediencia a la voluntad de su Padre. Jesús ha recibido:
— Poder - Después de resucitar, el Señor Jesucristo
apareció a sus discípulos, diciendo: “Toda potestad me
es dada en el cielo y en la tierra” (Mt. 28:18). Toda
potestad le pertenece al Señor.
— Riquezas - Toda la opulencia del cielo está a su
disposición, sin embargo, se hizo pobre por nosotros.
Apocalipsis
103
— Sabiduría - Jesús mismo es la personificación de la
sabiduría, como se ve en Proverbios 8. Además, Él nos
ha sido hecho sabiduría (1 Co. 1:30). ¡Él es nuestra
sabiduría!
— Fuerza - Uno de los grandes atributos de un líder es
ser fuerte y firme en sus decisiones y propósitos, teniendo
asimismo la fuerza para llevarlos a cabo.
— Honor - Jesús ha recibido todo el honor, que significa
ser exaltado y ocupar el lugar de preeminencia. Colosenses
1:18 dice: “Para que en todo tenga la preeminencia”.
— Gloria - Esto significa estar cubierto con el carácter
y la majestad propias de Dios. 2 Pedro 1:17 dice lo
siguiente acerca de Cristo: “Pues cuando él recibió de
Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica
gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el
cual tengo complacencia”.
— Bendición - Es recibir la abundancia universal de la
bondad de Dios tanto en el ámbito material como en el
espiritual. Jesús es bendito de Su Padre.
5:13-14 - “Y a todo lo creado que está en cielo, y sobre la
tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas
que en ellos hay, oí decir: “Al que está sentado en el trono,
104
Apocalipsis
y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder,
por los siglos de los siglos. Los cuatro seres vivientes decían:
Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus
rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos”.
El apóstol Juan oyó entonces que todas las criaturas de los
cielos, de la tierra, de debajo de la tierra, y del mar, decían:
“Alabanza, honra, gloria y poder sean al que está sentado en el
trono (que es el Padre) y al Cordero (el Hijo) por los siglos de
los siglos”. Esta es una repetición de lo que el apóstol Pablo
dijo en Filipenses 2:10-11: “Para que en el nombre de Jesús se
doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y
debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el
Señor, para gloria de Dios Padre”.
Todos tendrán que confesar que la Deidad es digna. Todos sus
enemigos, todos los que los han censurado y combatido, tendrán
que confesar que ellos son dignos. ¿Por qué? Porque han
probado serlo mediante la obra de la creación y en su plan
redentor de toda la humanidad. Ellos han mostrado y
demostrado su amor y sabiduría. Por consiguiente, los cuatro
seres vivientes y los ancianos se postran en adoración delante
de Aquel que vive por los siglos. Aquel que fue despreciado en
la tierra es exaltado en los cielos por toda la eternidad. Él es
realmente digno.
Apocalipsis
105
CAPÍTULO SEIS
LOS SIETE SELLOS SON ABIERTOS (6:1-17)
En el capítulo 5 de Apocalipsis, el Cordero de Dios venció
para abrir el libro que tiene siete sellos, y en Apocalipsis capítulo
6, llegamos realmente a la apertura de los sellos. Estos siete
sellos son juicios que tendrán lugar al final de la era de la iglesia.
El primer sello
6:1-2 - “Ví cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a
uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de
trueno: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el
que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y
salió venciendo, y para vencer”. Solamente el Señor Jesucristo
tiene el privilegio de abrir los siete sellos. Con la apertura del
primer sello, hubo un sonido de trueno, que por lo general en
las Escrituras es presagio de juicio. Los primeros cuatro sellos
que dan salida a los cuatro jinetes del Apocalipsis, como son
llamados universalmente, ciertamente traen sobre la tierra las
catástrofes más terribles.
El jinete del caballo blanco recibió un arco y una corona, y
emprendió su camino conquistando y para conquistar.
Evidentemente, este ángel proviene de Dios, pues monta un
caballo blanco. En su segunda venida, Cristo vendrá sobre un
caballo blanco, y también sus acompañantes (Ap. 19:11-14).
Apocalipsis
106
Este ángel sale para conquistar a los enemigos del Señor y para
realinear a las naciones para los tiempos del fin.
El segundo sello
6:3-4 - “Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser
viviente, que decía: Ven y mira. Y salió otro caballo,
bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar
de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio
una gran espada”.
El jinete sobre el caballo bermejo tiene poder para quitar la paz
de la tierra, lo que muy claramente significa que los habitantes
de ella se matarán los unos a los otros. Esto se parece un tanto
a lo que ya vemos hoy en día representado en la antigua nación
de Yugoslavia. Sin lugar a dudas vendrán muchas guerras, civiles
y de otra índole, que estallarán por doquiera, especialmente
cuando los sellos sean abiertos.
El tercer sello
6:5-6 - “Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser
viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo
negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. Y
oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que
decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de
cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino”.
El jinete del caballo negro tiene una balanza en la mano para
Apocalipsis
107
traer caos a la economía de las naciones. Por lo cual, habrá
escasez de comida en este tiempo. Una medida de trigo por un
centavo equivaldría probablemente a una hogaza de pan por la
paga de un día. Tres medidas de cebada, que al menos en la
época neotestamentaria era inferior al trigo, se le daba a los
soldados romanos como castigo. Este ángel recibe instrucciones
de no traer juicio sobre el aceite y el vino por ahora.
El cuarto sello
6:7-8 - “Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto
ser viviente, que decía: Ven y mira. Miré, y he aquí un
caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre
Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre
la cuarta parte de la tierra, para matar a espada, con
hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra”.
El nombre del jinete sobre el caballo amarillo era muerte, y el
infierno le seguía. Es evidente que estos cuatro jinetes vienen a
eliminar a muchos pecadores de la faz de la tierra. Se les ha
dado poder sobre la cuarta parte de la tierra para matar con
espada, con hambre, con muerte y con las fieras de la tierra.
Por lo tanto, los cuatro jinetes del Apocalipsis son en realidad
el principio de dolores (que da paso al período de tribulación),
trayendo calamidades sobre la tierra en el ámbito de guerras y
anarquía civil. Incluso en naciones y pueblos civilizados, una
gran parte de la población será propietaria de armas. Los
homicidios adquirirán una frecuencia alarmante, y aumentará la
Apocalipsis
108
violencia en todas partes. Habrá crisis alimentaria general,
ocasionando racionamiento en muchos lugares.
Sumado a esto, la cuarta parte de la tierra tendrá todavía más
angustia, personificada en el ángel de la muerte que la visitará
de manera semejante a la décima plaga que cayó sobre Egipto.
El quinto sello
6:9-11 - “Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las
almas de los que habían sido muertos por causa de la
palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban
a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y
verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que
moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas, y
se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo,
hasta que se completara el número de sus consiervos y
sus hermanos, que también habían de ser muertos como
ellos”.
Con la apertura del quinto sello, Juan ve un grupo de mártires
en el cielo. Estas almas de los fieles muertos provienen de
todas las dispensaciones, hablando al unísono, indudablemente
movidos por el Espíritu a inquirir del Señor: “¿Hasta cuándo,
oh Señor?” En el Salmo 13:1-2, tenemos de labios del salmista
un clamor semejante en el Espíritu: “¿Hasta cuándo, Jehová?
¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu
rostro de mí? ¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma,
Apocalipsis
109
con tristezas en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será
enaltecido mi enemigo sobre mí?”
La razón de esta pregunta, especialmente en este pasaje de
Apocalipsis, es permitirle al Señor indicarnos una verdad
sumamente importante. Todos los que están señalados para
ser enviados a la muerte o al martirio, deberán sufrir antes de
que el Señor pueda vengarlos de sus enemigos y eliminar a
éstos. En otras palabras, cuando se abra el quinto sello, todavía
quedarán muchos otros que serán martirizados.
Esto tiene significado en nuestras vidas. Cuando en Apocalipsis
el Señor da sus razones a los que están bajo el altar,
entendemos que nuestras pruebas no influyen sólo sobre
nuestras vidas, sino que Dios tiene obras que completar en
las vidas de otros por medio de nuestras tribulaciones. Como
está escrito en Romanos 14:7: “Porque ninguno de nosotros
vive para sí, y ninguno muere para sí”.
Otra verdad que sale a la superficie aquí en este pasaje de
Apocalipsis, es que hay un cierto número de personas que
están destinadas a convertirse en mártires. Esto es confortante,
dado que todas las cosas están soberanamente determinadas
por Dios. Por eso, no es necesario estar atemorizado o inquieto
por las duras pruebas futuras que vienen sobre la tierra en
estos tiempos del fin. Estamos en su mano, y lo que ha sido
predeterminado para nosotros desde antes de la fundación
Apocalipsis
110
del mundo, acontecerá. Ya sea que tengamos el privilegio del
martirio o que seamos protegidos en medio de la gran
tribulación, eso ya ha sido decidido por un amoroso Padre
Celestial que es omnisciente. Lo que de acuerdo con su
sabiduría nos convenga, sucederá. Por lo tanto, alegrémonos
y regocijémonos, porque la gracia será dada conforme al
propósito celestial para nosotros.
El sexto sello
6:12 - “Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un
gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio,
y la luna se volvió toda como sangre”. Isaías, profeta del
Antiguo Testamento, menciona un terremoto que tiene lugar en
los últimos días, y lo ubica en la ciudad de Sion o sus cercanías.
(Ver Isaías 29:1-6). No obstante, este terremoto a que se refiere
Isaías pareciera tener cumplimiento en Apocalipsis 11:13,
cuando cae la décima parte de la ciudad de Jerusalén. Mas
podría estar incluído en Joel 2:30: “Y daré prodigios en el cielo
y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo”, en donde
se habla de prodigios en la tierra.
En Mateo 24:7 el Señor mismo habla de terremotos que tienen
lugar en los últimos días. Este gran terremoto que ocurre con la
apertura del sexto sello, puede ser, en parte, responsable de la
realineación de montes e islas que se mencionan en el versículo
14. El sol se vuelve tinieblas, como lo dice Joel 2:31: “El sol se
Apocalipsis
111
convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el
día grande y espantoso de Jehová”. En este momento debemos
notar que puede haber un lapso de tiempo que transcurra entre
los acontecimientos de Apocalipsis 6:12 y la segunda venida
(mencionada en Mateo 24:29-30).
6:13 - “Y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como
la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un
fuerte viento”. La pregunta que por tanto tiempo se ha hecho
es: ¿Son verdaderas estas estrellas? Ciertamente, al ver en
Apocalipsis 12:4 que el dragón arrastra con su cola a la tercera
parte de las estrellas del cielo y las arroja a la tierra, estas estrellas
deben ser interpretadas como ángeles. (Para un comentario
adicional, favor ver la exposición sobre Apocalipsis 12).
Sin embargo, cuando aparecen mencionados el sol y la luna,
que obviamente se deben interpretar al pie de la letra, las estrellas
también deben ser tomadas de ese modo. Así es que a partir
de este momento veremos acontecimientos catastróficos en
forma de meteoritos de todos los tamaños y dimensiones
golpeando la tierra.
6:14 - “Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se
enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar”.
Este versículo y el anterior se mencionan en Isaías 34:4: “Y
todo el ejército de los cielos se disolverá, y se enrollarán los
cielos como un libro; y caerá todo su ejército, como se cae la
112
Apocalipsis
hoja de la parra, y como se cae la de la higuera”. Esto está
asociado con el día de la venganza del Señor, y al autor se le ha
dado el privilegio de tener una visión de lo siguiente:
6:15-17 - “Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos,
los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se
escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes;
y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y
escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el
trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira
ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?”
Nos acostumbramos a ver el rostro del Señor cuando le
contemplamos. Es un rostro lleno de piedad, que rebosa la
dulzura de su adorable naturaleza. Sin embargo, lo que ven los
habitantes de la tierra cuando el cielo se desvanece enrollándose
como pergamino, es un rostro intensamente severo. Sus ojos
son aterradores. La analogía es la de un juez en proceso de
pronunciar alguna terrible sentencia sobre el malhechor. Y
ciertamente, eso sería verdad porque es exactamente lo que Él
es—el Juez Justo de toda la tierra, lleno de furor contra los
pecadores impíos. En su presencia, todo aquel que no haya
conocido su gracia salvadora, no podrá permanecer en pie .
Apocalipsis
113
CAPÍTULO SIETE
LOS SIERVOS DE DIOS SON SELLADOS (7:1-8)
7:1 - “Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los
cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos
de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la
tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol”. Estos cuatro
ángeles son los primeros de las cuatro trompetas que se tocan
cuando el séptimo sello es abierto.
7:2-3 - “Vi también a otro ángel que subía de donde sale el
sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los
cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer
daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la
tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado
en sus frentes a los siervos de nuestro Dios”. Este sello que
reciben los justos es para protegerlos en tiempo de juicio. En la
época en que tuvo lugar el último sitio de Jerusalén por
Nabucodonosor, se sellaron también los que se tuvieron por
dignos.
Leemos de este sello en Ezequiel 9:4-6: “Y le dijo Jehová: Pasa
por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles
una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a
causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de
ella. Y a los otros dijo, oyéndolo yo: Pasad por la ciudad en
pos de él, y matad; no perdone vuestro ojo, ni tengáis
114
Apocalipsis
misericordia. Matad a viejos, jóvenes y vírgenes, niños y
mujeres, hasta que no quede ninguno; pero a todo aquel sobre
el cual hubiere señal, no os acercaréis; y comenzaréis por mi
santurario. Comenzaron, pues, desde los varones ancianos que
estaban delante del templo”.
7:4-8 - “Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y
cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.
De la tribu de Judá, doce mil sellados. De la tribu de Rubén,
doce mil sellados. De la tribu de Gad, doce mil sellados. De
la tribu de Aser, doce mil sellados. De la tribu de Neftalí,
doce mil sellados. De la tribu de Manasés, doce mil sellados.
De la tribu de Simeón, doce mil sellados. De la tribu de
Leví, doce mil sellados. De la tribu de Isacar, doce mil
sellados. De la tribu de Zabulón, doce mil sellados. De la
tribu de José, doce mil sellados. De la tribu de Benjamín,
doce mil sellados”.
En el libro de Apocalipsis hay dos grupos de 144,000. La
pregunta es : ¿Son los dos el mismo grupo o son dos grupos
diferentes? Las Escrituras nos aclaran que son dos grupos
diferentes. Los del capítulo 7 son los preservados de Israel.
Ellos son de las doce tribus de Israel, mientras que los del
capítulo 14 son los redimidos de entre los hombres. De manera
que hay una clara distinción hecha entre estos dos grupos. Por
eso, esa es la interpretación que debemos aceptar. Además,
hay una prueba numérica de dos grupos de 144 simbolizada en
Apocalipsis
115
el Antiguo Testamento en el Tabernáculo de David. 1 Crónicas
25:7 dice: “Y el número de ellos, con sus hermanos, instruidos
en el canto para Jehová, todos los aptos, fue doscientos ochenta
y ocho (o sea 288—compuesto de dos grupos de 144).
Volviendo ahora a los 144,000 sellados de Israel, observamos
que no figura la tribu de Dan, y que en su lugar está la de
Manasés, el hijo mayor de José, otorgando a José la doble
porción entre las tribus. La razón de esto se encuentra en la
profecía acerca de Dan, dada por su padre Jacob en Génesis
49:16-17: “Dan juzgará a su pueblo, como una de las tribus de
Israel. Será Dan serpiente junto al camino, víbora junto a la
senda, que muerde los talones del caballo y hace caer hacia
atrás al jinete”.
Dan fue concebido por medio de un acto de celos que tuvo
Raquel. Génesis 30:1-6 dice: “Viendo Raquel que no daba hijos
a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob: Dame
hijos, o si no, me muero. Y Jacob se enojó contra Raquel, y
dijo: ¿Soy yo acaso Dios, que te impidió el fruto de tu vientre?
Y ella dijo: He aquí mi sierva Bilha; llégate a ella, y dará a luz
sobre mis rodillas, y yo también tendré hijos de ella. Así le dio
a Bilha su sierva por mujer; y Jacob se llegó a ella. Y concibió
Bilha, y dio a luz un hijo a Jacob. Dijo entonces Raquel: Me
juzgó Dios, y también oyó mi voz, y me dio un hijo. Por tanto
llamó su nombre Dan”. Los celos son un espíritu que no sólo
activa a Satanás, sino también al Anticristo—el hombre de
Apocalipsis
116
pecado que se levantará en los últimos días.
El número doce significa gobierno. Por lo tanto, 12 x 1,000 (el
número del período milenial) significa gobierno durante el
Milenio. 12 x 12 x 1,000 igual a 144,000—lo que significa los
doce meses del año. En el sacerdocio del Antiguo Testamento,
los sacerdotes normalmente desempeñaban su oficio solamente
una vez al año, por un mes.
LA GRAN MULTITUD EN EL CIELO (7:9-17)
7:9-12 - “Después de esto miré, y he aquí una gran
multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y
tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono
y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y
con palmas en las manos; y clamaban a gran voz,
diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está
sentado en el trono, y al Cordero. Y todos los ángeles
estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de
los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros
delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: Amén. La
bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias
y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios
por los siglos de los siglos. Amén”.
Después de ver la puesta del sello sobre los 144,000, Juan
ve una gran multitud en el cielo. Es un grupo incontable de
santos provenientes de todas las naciones, razas, pueblos e
Apocalipsis
117
idiomas. Dios, de entre todas las razas y grupos étnicos, tendrá
un pueblo que le sirva. Es por esto que el evangelio debe ser
predicado en “todas las naciones” (Mt. 28:19).
7:13-17 - “Entonces uno de los ancianos habló,
diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas,
¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú
lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la
gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han
emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están
delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su
templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su
tabernáculo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, y el
sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el
Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los
guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda
lágrima de los ojos de ellos”.
Estos creyentes están ataviados con vestiduras blancas. Se
nos indica que esta enorme muchedumbre de santos sale de
la gran tribulación. Está compuesta por personas de todas las
naciones, razas, pueblos y lenguas. Tienen palmas en sus
manos, lo cual significa justicia, pues han participado de la
justicia de Cristo. Este grupo contrasta con la multitud de los
que le dieron la bienvenida al Señor el Domingo de Ramos en
que triunfalmente entró en Jerusalén, y que luego tomaron parte
en su crucifixión. Este grupo rindió fielmente su vida por Él. Él
Apocalipsis
118
los recompensará conduciéndolos a las fuentes vivas de aguas
celestiales, y enjugando todas sus lágrimas de angustia y
sufrimiento.
CAPÍTULO OCHO
LA APERTURA DEL SÉPTIMO SELLO (8:1)
8:1 - “Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el
cielo como por media hora”. En vista de que no se encuentra
en las Sagradas Escrituras ninguna otra referencia a un período
de media hora, haremos silencio en aquello que la Biblia calla.
Solamente podemos decir que antes de que el séptimo sello
sea abierto (lo cual da paso a un período de ayes que vienen
sobre la tierra), todo el cielo con impresionante solemnidad
detiene sus actividades de alabanza y gozo, por causa de los
juicios que están por soltarse sobre la tierra. Es casi igual al
silencio que sobrecoge a los espectadores de una ejecución,
aun cuando el ejecutado merece su juicio.
Está muy claro que el séptimo sello da paso a las siete
trompetas. Por lo tanto, es absolutamente innegable que los
tres conjuntos de juicios que aparecen en Apocalipsis—sellos,
trompetas y copas—son cronológicos y siguen una secuencia.
Las siete trompetas no pueden presentarse sino hasta después
de que los siete sellos estén completos. Asimismo, está claro
que las siete copas son los últimos siete juicios que serán
derramados y que no podrán tener lugar sino hasta después
Apocalipsis
119
de las siete trompetas. Por consiguiente, no hay otra forma
de ver estos juicios sino en orden cronológico. No pueden
suceder ni simultánea ni paralelamente. Esto está muy claro
en el libro de Apocalipsis.
LAS SIETE TROMPETAS (8:2 - 9:21: 11:15-19)
8:2 - “Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios;
y se les dieron siete trompetas”. La apertura del séptimo sello
no fue un juicio en sí, pero dio paso a la siguiente serie de
juicios que tiene por nombre “las siete trompetas”. Estas siete
trompetas también se llaman ayes. Juan vio siete ángeles en el
cielo que recibieron una trompeta cada uno. Estas trompetas
son invariablemente aludidas como las siete voces, pues la
trompeta no daba un sonido estridente, sino que más bien era
usada para hablar (ref. 8:13).
8:3 - “Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con
un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo
a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro
que estaba delante del trono”. Primero, se nos presenta otro
ángel, parado junto al altar. En el libro de Apocalipsis,
constantemente se nos presenta el templo celestial, su mobiliario
y el ministerio en el templo:
1. El hecho de que somos reyes y sacerdotes (1:6)
2. El sacrificio de sangre de Jesús (1:5)
3. Los siete candeleros de oro (1:12)
Apocalipsis
120
4. Los siete espíritus de Dios, simbolizados por el
candelero de oro (3:1)
5. Las almas de los mártires bajo el altar (6:9)
6. El altar, nuevamente (8:3)
7. El incensario de oro (8:3)
8. El incienso (8:3)
9. El altar de oro delante del trono (8:3; 9:13)
10. El arca del pacto en el templo celestial (11:19).
Este incienso ofrecido sobre el altar, estaba hecho de estacte y
uña aromática y gálbano aromático e incienso puro (Ex. 30:34).
El estacte, como la mirra, se refiere a la mansedumbre. La uña
aromática se refiere a rendir nuestras vidas. Esta es la actitud
de Ester—“Y si perezco, que perezca” (Est. 4:16). El gálbano
se refiere a las lágrimas (ref. He. 5:7). El incienso puro se refiere
a la fe.
El incienso, que realmente es la vida de oración del Cordero de
Dios aquí en la tierra, fue ofrecido con las oraciones de los
santos. Las oraciones, que están todas hechas en el nombre de
Jesús, son por lo tanto santificadas y aceptadas por Dios Padre
en virtud de la vida de sacrificio de su Hijo. Así, el humo del
incienso, originado en las oraciones de los santos, salía de la
mano del ángel y subía hasta la presencia de Dios.
8:4-5 - “Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios
el humo del incienso con las oraciones de los santos. Y el
Apocalipsis
121
ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo
arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y
un terremoto”. Por lo tanto, las oraciones y el incienso fueron
vertidos como juicios sobre la tierra, y soltaron los juicios de
trompeta. Este es Dios, vengando a sus elegidos como lo había
prometido, a aquellos que claman a Él de día y de noche. Cristo
dijo en Lucas 18:7-8: “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus
escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en
responderles? Os digo que pronto les hará justicia.”
EL SONIDO DE LAS SIETE TROMPETAS
8:6 - “Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se
dispusieron a tocarlas”. Es la presentación de las oraciones
de los santos delante de Dios (mezcladas con el incienso) en el
tiempo señalado por Dios, lo que causa que los juicios de
trompeta se derramen sobre la tierra. Con esto podemos ver
nuevamente la soberanía de Dios en cuanto a los tiempos; porque
está claro que es Dios quien incita al ángel a ofrecer, en este
momento, el incienso y las oraciones.
La primera trompeta
8:7 - “El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y
fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la
tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó
toda la hierba verde”. La primera trompeta (o sea, el primer
ángel que toca su trompeta) trae juicio sobre toda la hierba
Apocalipsis
122
verde. Una tercera parte de los árboles es destruida, lo cual
también deberá afectar al reino animal, ya que depende de la
vegetación.
La segunda trompeta
8:8 - “El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran
montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la
tecera parte del mar se convirtió en sangre”. Con la segunda
trompeta, la tercera parte del mar se convertirá en sangre. Esto
es un gran recordatorio del poder que se le dio a Moisés cuando
fue enviado a Egipto como emisario del Señor. Este será el
mismo poder manifestado por Moisés en los últimos días. Como
uno de los dos testigos, él profetizará 1,260 días durante el
período de tribulación, juntamente con Elías.
Durante el tiempo en que tienen lugar las siete últimas plagas de
la ira de Dios (derramadas hasta en el último período de juicio),
el ángel encargado de las aguas, dice en Apocalipsis 16:6 el
por qué de esta justa retribución a la humanidad: “Por cuanto
derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también
tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen”. En este
segundo juicio de trompeta, solamente una tercera parte del
mar es convertida en sangre.
8:9 - “Y murió la tercera parte de los seres vivientes que
estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue
destruida”. La caída en el mar de esta montaña que arde en
Apocalipsis
123
fuego, trae como consecuencia la muerte de una tercera parte
de las criaturas y destruye una tercera parte de la flota mercantil
y naviera del mundo. Esto verdaderamente llevará a la quiebra
a las compañías de seguros mercantiles a nivel internacional,
tales como la compañía Lloyds de Londres, Inglaterra.
La tercera trompeta
8:10-11 - “El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo
una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre
la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas.
Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de
las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres
murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron
amargas”.
Ahora las fuentes de las aguas son golpeadas. (El nombre de la
estrella es probablemente el nombre de un ángel caído). Una
tercera parte de las aguas se volverá amarga por el ajenjo. El
ajenjo es una planta originaria de Palestina y de Europa.
Realmente no es venenosa, pero en los tiempos antiguos, se
asociaba lo amargo con el veneno. Muchas personas morirán a
causa de los terribles efectos del ajenjo.
La cuarta trompeta
8:12 - “El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la
tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera
124
Apocalipsis
parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera
parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y
asimismo de la noche”. Ahora es golpeada la tercera parte de
los cuerpos celestiales. Una tercera parte del sol, una tercera
parte de la luna y una tercera parte de las estrellas son golpeadas
para que haya tinieblas.
Se nos dice que cuando el sexto sello es abierto, el sol se
oscurece. Por consiguiente, debemos concluir que la duración
de este juicio es comparativamente un corto período de tiempo,
y luego las condiciones de nuevo se normalizan (como sucedió
con las plagas que azotaron a Egipto).
Por ejemplo, leemos en Éxodo 8:15: “Pero viendo Faraón que
le habían dado reposo [o alivio], endureció su corazón y no los
escuchó, como Jehová lo había dicho”. Este parece ser el caso
a lo largo del período de tribulación que abarca el libro de
Apocalipsis. El énfasis sobre la tercera parte parece indicar el
hecho de que la tercera parte de las huestes celestiales se rebeló,
juntamente con Lucifer, contra Dios .
8:13 - “Y miré, y oí a un ángel volar por en medio del cielo,
diciendo a gran voz: ¡Ay, ay, ay, de los que moran en la
tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están
para sonar los tres ángeles! ” Como ya lo mencionamos antes,
las siete trompetas o voces son también llamadas ayes. Han
sonado cuatro, y ahora un ángel es enviado a proclamar en alta
Apocalipsis
125
voz por en medio del cielo, que tres ayes más están por sonar.
Veremos que éstos son todavía más impresionantes que los
anteriores.
CAPÍTULO NUEVE
La quinta trompeta
9:1 - “El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella
que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del
abismo”. En términos muy claros, hemos declarado que la
estrella que cae del cielo es un ángel caído. Una estrella caída
está siempre asociada con un ángel o un santo. En esta ocasión,
está hablando de un ángel porque se le da la llave que literalmente
abre el pozo del abismo (el que no tiene fondo) para soltar una
horda de ángeles caídos. Por lo tanto, por éste y por muchos
otros versículos, sabemos que el infierno está en el centro de la
tierra (ref. Ez. 31:16).
9:2 - “Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo
como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire
por el humo del pozo”. Muchos de los que han tenido el
privilegio de ver el infierno, están conscientes de los aspectos
siguientes: El humo es producido por hornos de fuego que son
también los que dan la única luz que hay en ese terrible y funesto
lugar. El abismo en verdad no tiene final, y los desdichados a
quienes se juzgó dignos de ese lugar, experimentan a
perpetuidad la sensación de ir en descenso.
126
Apocalipsis
En visiones que he tenido del infierno, oí los lamentos eternos
de las personas condenadas. Tal parece que así como en el
cielo no todos son iguales, así sucede también en el infierno.
Según el estilo de vida de cada quien, así es el lugar eterno que
le corresponde.
En vista de que el Señor se refirió más a los horrores del infierno
que a los placeres del cielo, parece apropiado, a este nivel,
reflexionar sobre lo que Jesús enseñó acerca de la eterna
situación de los condenados, así como también otros pasajes
de las Escrituras que tratan sobre el infierno.
Cristo dijo en Marcos 9:43-48: “Si tu mano te fuere ocasión de
caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo
dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado,
donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar
a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno,
al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos
no muere, y el fuego nunca se apaga. Y si tu ojo te fuere ocasión
de caer, sácalo; mejor te es entrar en el el reino de Dios con un
ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno, donde el
gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga”.
Leemos en Isaías 66:23-24: “Y de mes en mes, y de día de
reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de
mí, dijo Jehová. Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres
Apocalipsis
127
que se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá, ni
su fuego se apagará, y serán abominables a todo hombre”. Y
Pedro dijo en 2 Pedro 2:4: “Porque si Dios no perdonó a los
ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los
entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio”.
Cuando el abismo sea abierto, será visible para todo ser
viviente. Será como un volcán gigantesco en erupción, arrojando
lava y humo a tal grado que se oscurecerán el sol y el aire.
Mi esposa y yo volábamos en avión de Toronto a Portland el
mismo día en que el Monte Santa Helena hizo erupción en el
estado de Washington, EE.UU. La nube de ceniza volcánica
era tan inmensa que bien alcanzaba treinta millas de longitud
en el momento que volábamos junto a ella. Para los que
estaban en tierra, el sol y el aire se oscurecieron. Fue un
pequeño vislumbre de lo que será el día en que el abismo sea
abierto.
9:3-5 - “Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se
les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra.
Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a
cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los
hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes. Y
les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen
cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión
cuando hiere al hombre”.
128
Apocalipsis
He aquí una descripción de un grupo de ángeles caídos, que en
el momento de la rebelión en el cielo, no retuvieron sus
posiciones anteriores, como lo comenta Judas 1:6: “Y a los
ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron
su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones
eternas, para el juicio del gran día”.
Este grupo específico se describe como langostas, que son
voraces por naturaleza. Además, tienen colas como de
escorpión, cuyo aguijonazo, sin ser mortal, afecta el sistema
nervioso, resultando en un dolor casi inaguantable. Acerca de
los ángeles, se nos dice en el Salmo 104:4: “El que hace a los
vientos sus mensajeros, y a las flamas de fuego sus ministros”.
Los que han visto ángeles saben que pueden tomar el aspecto
de bestias de proporciones indescriptibles. Así sucede con este
grupo particular de ángeles caídos.
Su objetivo es atormentar a los hombres por cinco meses, o
sea 150 días, que es el período de tiempo comparable con el
diluvio de los días de Noé. Génesis 7:24 dice: “Y prevalecieron
las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días”. La composición
de 150 es 15 (que significa separación divina, como se ven en
Génesis 7:20) x 10 (que significa mandamiento o justicia divina).
En consecuencia, el tormento de 150 días o cinco meses, es la
justicia divina por sus homicidios, hechicerías, etc. (Ver Ap.
9:21).
9:6 - “Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte,
pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá
Apocalipsis
129
de ellos”. El tormento provocado por el aguijonazo de estos
infernales escorpiones será tan terrible que los hombres desearán
la muerte, pero debido a que el poder de la vida y de la muerte
viene de Dios, no tendrán la potestad para morir. Conociendo
personalmente tan terrible y agonizante sufrimiento en la vida
de mi propia esposa, podemos comprender—aunque por
supuesto, no aprobar—por qué los que sufren de tan duros
tormentos en esta vida, soportando dolorosas discapacidades,
desean ponerle fin a sus vidas esperando encontrar alivio en el
más allá. Esto da lugar a un tema discutido intensamente, que
recorre el mundo entero y que se refiere al derecho del hombre
a morir o poner fin a su propia vida en algunas situaciones
extremas.
Dediquemos entonces un momento a tratar de explicar por qué
a veces el Señor permite que sus propios hijos atraviesen un
sufrimiento tan intenso. El Señor dijo en Mateo 18:8-9: “Por
tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo
de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo
dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno. Y si tu ojo
te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar
con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en
el infierno de fuego.” A veces el Señor permite, y hasta ordena
la enfermedad y el sufrimiento, con el fin de desprender al
hombre de su afecto por este mundo. Sólo la eternidad nos
revelará la cantidad de individuos que en sus lechos de
enfermedad han buscado la salvación del Señor.
130
Apocalipsis
Las personas que han intentado suicidarse, y que por la
misericordia de Dios han sido rescatadas del abismo del infierno,
ciertamente dan testimonio de que se les castigó por haber
desafiado la infinita sabiduría de un Dios amantísimo. De ahí
que estos ayes tengan la finalidad de tratar de inducir a los
abatidos por estos espíritus caídos, a volverse al Señor. Y por
eso, en su sabiduría, la muerte no se les concede porque ello
arruinaría todo el propósito de la prueba.
9:7-10 - “El aspecto de las langostas era semejante a
caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían
como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas;
tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran
como de leones; tenían corazas como corazas de hierro; el
ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros
de caballos corriendo a la batalla; tenían colas como de
escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían
poder para dañar a los hombres durante cinco meses”.
El aspecto de estos ángeles caídos, siendo mitad animal y mitad
humano, sólo puede retratar la perversidad del carácter de
aquellos que abandonaron su primer estado, como lo declara
Judas 6. Habiéndose rebelado contra Dios, perdieron la dulzura
y sencillez de la naturaleza divina que un día los caracterizó, y
han sido confinados a las tinieblas del abismo hasta la hora
específica que aquí se indica. Aun contemplando estas
monstruosidades desde la relativa calma de nuestras moradas
Apocalipsis
131
terrenales, no podemos evitar ver a sus semejantes en las
personas que a nuestro alrededor se han dado a la
homosexualidad y a prácticas malignas similares.
El apóstol Juan describe a estas langostas con el aspecto de
caballos preparados para la guerra. En la cabeza llevan coronas
y sus rostros parecen humanos. Sin embargo, tienen cabello
como de mujer, cosa nada extraña en los homosexuales de
nuestro tiempo y era. Sus dientes son como de león, y tienen
coronas de oro en sus cabezas. Esto significa que una vez
ocuparon posiciones reales en los ámbitos celestiales, pues el
león es el rey de todas las fieras. También tienen corazas de
hierro, que antaño eran habituales en los caballos de batalla.
Además, como ángeles, tienen alas que producen el sonido de
carros militares tirados por caballos, corriendo a la guerra. Y
sus colas son como escorpiones.
9:11 - “Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo,
cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión”.
Este Apolión (o destructor) es el mismo ángel caído que tuvo
un encuentro con Cristiano en el valle de la humillación, como
lo registra el libro de John Bunyan, “El Progreso del Peregrino”.
Este ángel es un adversario tan temible como el que nunca
quisiéramos encontrar los seres mortales. Por eso, al reflexionar
sobre estos terribles ayes, estemos firmemente convencidos de
mente y de corazón, de que han sido enviados por un Padre
Celestial siempre amante, cuyo objetivo fundamental es darle a
la humanidad un vislumbre del infierno para que pueda volverse
Apocalipsis
132
al Salvador del mundo, y creyendo en Él, no perezca mas tenga
vida eterna.
9:12 - “El primer ay pasó; he aquí, vienen aún dos ayes
después de esto”. Por lo tanto, en su gran compasión, el Señor
le da a la humanidad la oportunidad de arrepentirse. Por medio
de estos ayes Dios no sólo da una oportunidad, sino tres, para
reflexionar sobre los juicios eternos y sus consiguientes castigos.
Claramente se nos dice que la quinta trompeta es el primero de
los últimos tres ayes. La sexta trompeta es el segundo ay, y la
séptima trompeta es el tercer ay. Esto es muy importante cuando
consideramos el marco de tiempo que abarcan estos juicios,
como veremos en un momento.
La sexta trompeta
9:13 - “El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de
entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante
de Dios”. Vale la pena observar que estos juicios derramados
sobre los habitantes de la tierra salen de posiciones específicas
en los lugares celestiales, que tienen relación con el templo de
Dios. Es así que el segundo ay sale de los cuatro cuernos del
altar de oro. En el Tabernáculo de Moisés, éste era el lugar en
que se ofrecían los sacrificios de incienso, los cuales simbolizan
las oraciones de los santos. Indudablemente, es en respuesta a
estas oraciones de misericordia, que estos ayes llegan a los
malvados para darles oportunidad de arrepentirse.
Apocalipsis
133
Los cuatro ángeles son desatados
9:14 - “Diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata
a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río
Eufrates”. Una voz de entre los cuatro cuernos dijo al sexto
ángel que sostenía la trompeta, que desatara a los cuatro ángeles
junto al río Eufrates. A este nivel de nuestro estudio, es necesario
aportar algunas observaciones acerca de la importancia del
Eufrates. Está en Israel en la zona fronteriza de más al norte,
según la promesa que se le hizo a Abraham en Génesis 15:18:
“En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu
descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el
río grande, el río Eufrates”.
Es también un río que se vincula con el juicio de Babilonia, ya
que esta gran ciudad estaba construida a ambos lados del
Eufrates. Jeremías 51:63 dice: “Y cuando acabes de leer este
libro, le atarás una piedra, y lo echarás en medio del Eufrates”.
Por lo tanto, el Eufrates está asociado con juicio, como veremos
nuevamente en Apocalipsis 16:12. Debemos también recordar
que Babilonia fue levantada por Dios para juzgar a su pueblo,
Israel.
9:15 - “Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban
preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la
tercera parte de los hombres”. Estos obviamente son también
parte de los ángeles que abandonaron su anterior estado
rebelándose contra Dios juntamente con Lucifer, y que fueron
134
Apocalipsis
atados con cadenas para este día particular de su libertad, a fin
de traer juicio sobre la humanidad. Realmente el propósito que
tienen es herir a la tercera parte de la población humana. Junto
con la destrucción de una cuarta parte de la humanidad por el
juicio del cuarto sello, la población de la tierra está siendo
diezmada. Estos cuatro ángeles también son asociados con un
inmenso ejército de jinetes, que son hordas de espíritus malignos.
9:16 - “Y el número de los ejércitos de los jinetes era
doscientos millones. Yo oí su número”. Este ejército de 200
millones es comparable con la población total de los Estados
Unidos de América, que es una quinta parte de la población de
China o de India. Es un ejército al que nadie le puede hacer
frente. Esta descripción es igualmente impresionante.
9:17 - “Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales
tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas
de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca
salían fuego, humo y azufre”. Este es un recordatorio de la
descripción del ejército babilónico que conquistaba a todos los
pueblos, y que se menciona en Joel 2:1-11: “Tocad trompeta
en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los
moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque
está cercano. Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de
sombra; como sobre los montes se extiende el alba, así vendrá
un pueblo grande y fuerte; semejante a él no lo hubo jamás, ni
después de él lo habrá en años de muchas generaciones. Delante
de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama; como el huerto
Apocalipsis
135
del Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como el
desierto asolado; ni tampoco habrá quien de él escape. Su
aspecto, como aspecto de caballos, y como gente de a caballo
correrán. Como estruendo de carros saltarán sobre las cumbres
de los montes; como sonido de llama de fuego que consume
hojarascas, como pueblo fuerte dispuesto para la batalla” (Joel
2:1-5).
“Delante de él temerán los pueblos; se pondrán pálidos todos
los semblantes. Como valientes correrán, como hombres de
guerra subirán el muro; cada cual marchará por su camino, y
no torcerá su rumbo. Ninguno estrechará a su compañero, cada
uno irá por su carrera; y aun cayendo sobre la espada no se
herirán. Irán por la ciudad, correrán por el muro, subirán por
las casas, entrarán por las ventanas a manera de ladrones.
Delante de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el
sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor.
Y Jehová dará su orden delante de su ejército; porque muy
grande es su campamento; fuerte es el que ejecuta su orden;
porque grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá
soportarlo?” (Joel 2:6-11).
9:18-19 - “Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte
de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían
de su boca. Pues el poder de los caballos estaba en su boca
y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes,
tenían cabezas, y con ellas dañaban”. Por estos tres—los
136
Apocalipsis
ángeles, los jinetes, y los caballos—una tercera parte de la
humanidad fue muerta. Los caballos pueden matar debido a
que su poder reside en sus bocas y en sus colas, que tienen
cabeza de serpiente. Es con ellas que pueden dañar a la
humanidad.
Como lo hemos manifestado antes, todo el propósito de estos
ayes es llevar al arrepentimiento a hombres y mujeres de todas
partes, mostrándoles en la tierra de los vivientes algo del castigo
eterno del infierno. Sin embargo, lamentablemente, ¿cuál dice
la palabra de Dios que será la reacción de ellos?
9:20-21 - “Y los otros hombres que no fueron muertos con
estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus
manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las
imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera,
las cuales no pueden ver, ni oir, ni andar; y no se arrepintieron
de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación,
ni de sus hurtos”.
Este es un principio de la humanidad, enunciado por el Señor
en Lucas 16:19-31 en su enseñanza sobre el rico y Lázaro. El
rico, siendo atormentado, imploraba a Abraham, que estaba
en el paraíso, que enviara a Lázaro a testificar a sus familiares,
para librarlos a ellos de ir al infierno. Abraham le contestó: “A
Moisés y a los profetas tienen; óiganlos”. Pero el rico no se
Apocalipsis
137
conformaba: “No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos
de entre los muertos, se arrepentirán”. De nuevo contestó
Abraham: “Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se
persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos”.
La verdad del asunto es sencillamente esta—si nuestros
corazones no son transformados por el nuevo nacimiento, ni
son escritas las leyes de Dios en las tablas de carne de nuestros
corazones, ningún juicio final nos llevará al arrepentimiento.
Igualmente cierto es esto durante el milenio, cuando el diablo
será atado.
Isaías 66:23-24 dice: “”Y de mes en mes, y de día de reposo
en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo
Jehová. Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que
se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá, ni su
fuego se apagará, y serán abominables a todo hombre”.
Por lo tanto, durante el reino milenial de nuestro Señor—un
período de justicia—los pecadores recibirán oportunas
advertencias de la eterna condenación y tormento que les espera
si no se arrepienten. Pero lamentablemente, muchos de los que
han tenido la oportunidad de ver dentro del abismo para
contemplar el fin de todos los que se rebelan contra Dios, aun
así preferirán andar en sus perversos caminos. La clave, como
siempre, es meditar a menudo en la palabra de Dios, y como lo
declara el Salmo 1:1, evitar las malas compañías.
Apocalipsis
138
CAPÍTULO DIEZ
EL MISTERIO DE LOS SIETE TRUENOS (10:1-7)
10:1-4 - “Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto
en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro
era como el sol, y sus pies como columnas de fuego. Tenía
en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre
el mar, y el izquierdo sobre la tierra; y clamó a gran voz,
como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos
emitieron sus voces. Cuando los siete truenos hubieron
emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del
cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han
dicho, y no las escribas”.
Revelación significa “la remoción del velo”. Sin embargo, aunque
el libro de Apocalipsis (Revelación) fue escrito para “aclarar”
o “abrir lo que estaba sellado”, este pasaje específico se refiere
a un suceso que, en la sabiduría de Dios, permanecerá
encubierto para los hijos de los hombres en la tierra de los
vivientes, por lo menos hasta que el acontecimiento realmente
tenga lugar.
Siendo así, nos conviene adoptar la actitud de David en el Salmo
131:1-2 con respecto a estos asuntos— “Jehová, no se ha
envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron; ni anduve
en grandezas, ni en cosas demasiado sublimes para mí. En
Apocalipsis
139
verdad que me he comportado y he acallado mi alma como un
niño destetado de su madre; como un niño destetado está mi
alma”.
De la misma manera, nosotros no debemos esforzarnos por
profundizar en el tema de los siete truenos, sino más bien
contentarnos con volver nuestra atención hacia los eventos que
la palabra registra en este santo libro.
10:5 - “Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la
tierra, levantó su mano al cielo”. Es sumamente interesante
que este ángel esté parado sobre el mar. Como veremos más
adelante en el libro de Apocalipsis, hay acontecimientos notables
que tendrán lugar en torno a este mar, que es por supuesto el
Mediterráneo. El mar en las Escrituras, siempre es el Mar
Mediterráneo, a menos que se indique de otra manera. Además,
Juan estaba en la Isla de Patmos, que quedaba en el
Mediterráneo.
10:6-7 “Y juró por el que vive por los siglos de los siglos,
que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las
cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él,
que el tiempo no sería más, sino que en los días de la voz
del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta,
el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus
siervos los profetas”.
Apocalipsis
140
Por consiguiente, cuando acabe el sonido del séptimo ángel,
no solamente el tiempo no será más (que significa que el plan
de Dios para la humanidad durante esta dispensación habrá
llegado a término), sino que el propósito de Dios para sus santos
también será cumplido. El misterio de Dios está declarado en
Colosenses 1:27: “A quienes Dios quiso dar a conocer las
riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es
Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”.
Esta frase “que el tiempo no sería más”, quiere decir literalmente
y con más exactitud: que ya no habrá más demora. En otras
palabras, cuando el séptimo ángel toque su trompeta, los juicios
de las siete copas se derramarán en breve, dándo término al
período de la ira.
EL LIBRITO (10:8-11)
10:8-11 - “La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y
dijo: Ve y toma el librito que está abierto en la mano del
ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra. Y fui al
ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma,
y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será
dulce como la miel. Entonces tomé el librito de la mano del
ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero
cuando lo hube comido, amargó mi vientre. Y él me dijo:
Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos;
naciones, lenguas y reyes”.
Apocalipsis
141
Entonces Juan recibió un librito del ángel que estaba en pie
sobre el mar y sobre la tierra. Cuando se lo comió, fue dulce en
su boca como la miel, pero al comerlo, amargó su vientre. Este
librito era probablemente un mensaje profético adicional que el
apóstol Juan tenía que dar a las iglesias.
Esto trae a la memoria el rollo que Ezequiel se comió, como lo
registra Ezequiel 3:1-3: “Me dijo: Hijo de hombre, come lo que
hallas; come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel. Y abrí
mi boca, y me hizo comer aquel rollo. Y me dijo: Hijo de hombre,
alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te
doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel”.
El Señor desea que la verdad (como lo dice David en el Salmo
51:6) se vuelva real en nuestras entrañas y sea escrita
indeleblemente en nuestros corazones. El profeta debe
convertirse en su propio mensaje. Nosotros obtenemos
autoridad en la palabra de Dios cuando experimentamos y
vivimos nuestro propio mensaje, (ref. Mr. 1:22). Como
predicadores, maestros y cristianos, debemos convertirnos en
la palabra viva. Pablo dijo en 2 Corintios 3:2-3: “Nuestras
cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas
y leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta
de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con
el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas
de carne del corazón”.
Apocalipsis
142
CAPÍTULO ONCE
LA MEDICIÓN DEL TEMPLO (11:1-2)
11:1-2 “Entonces me fue dada una caña semejante a una
vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de
Dios, y el altar, y a los que adoran en él. Pero el patio que
está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque
ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad
santa cuarenta y dos meses”.
He aquí una Escritura más que nos muestra claramente que en
Jerusalén habrá un templo edificado en los últimos días. Se llama
el Templo de Dios, y como tal, solamente podrá ser construido
en Jerusalén. Es obvio que no se está refiriendo al templo
celestial, porque los gentiles no podrían hollar con sus pies el
templo del cielo. Asimismo, el Anticristo difícilmente se
conformaría con ocupar o profanar un templo que no fuera
palpable. Además, los dos testigos también ministrarán en
Jerusalén.
Ahora consideremos unos versículos más que apoyan la
edificación del templo en Jerusalén. Hablando de la persona
del Anticristo, Daniel 11:45 dice: “Y plantará las tiendas de su
palacio entre los mares y el monte glorioso y santo; mas llegará
a su fin, y no tendrá quien le ayude”. Esto habla con claridad
acerca del templo de Dios, como lo muestra lo escrito por el
apóstol Pablo. Al citar este mismo versículo tomado de Daniel
Apocalipsis
143
11:45, Pablo hace alusión al Anticristo: “El cual se opone y se
levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto;
tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose
pasar por Dios” (2 Ts. 2:4).
Daniel 9:27 también menciona al Anticristo: “Y por otra semana
confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará
cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre
de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la
consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el
desolador”.
La versión en inglés de la Biblia [New International Version],
dice de la siguiente manera: “Él confirmará un pacto con muchos
por un ‘siete’. A la mitad del ‘siete’ pondrá fin al sacrificio y a
la ofrenda. Y en un ala del templo instituirá una abominación
desoladora, hasta que el fin que está decretado se derrame
sobre él”.
Esto fue citado por el propio Señor Jesucristo en Mateo 24:15:
“Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación
desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee,
entienda)”. Aquí tenemos al Señor mismo confirmando que la
gran tribulación empieza exactamente después de que la
abominación desoladora sea ofrecida.
Por lo tanto, el resumen de los acontecimientos de los últimos
días es el siguiente: El Anticristo hará un pacto de siete años
Apocalipsis
144
con Israel. A la mitad de este período, cuando hayan pasado
aproximadamente tres años y medio, el Anticristo romperá el
pacto, ofreciendo la abominación desoladora. Esta última bien
podría consistir en un cerdo, que fue la forma en que Antíoco
Epifanes IV profanó el templo años antes, ofreciendo un cerdo.
Esto da paso al inicio de los últimos tres años y medio,
conocidos como la gran tribulación.
Otro factor que debemos tener en cuenta, es que a Juan se le
indicó medir a los que adoraban en el templo. Esto indicaría,
por lo tanto, el retorno de los judíos a la práctica de sacrificar
animales como en el Antiguo Testamento, lo que se hará después
en el templo que menciona Ezequiel (Ez. capítulos 40-48), que
será construido durante el reino milenial de Cristo sobre la tierra.
Luego debemos considerar el hecho de que la abominación
desoladora es ofrecida en el santo templo, mientras el atrio es
gobernado y dominado por los gentiles. Probablemente esto
significaría que los gentiles tendrán derecho a controlar el atrio,
pero el templo en sí será abierto únicamente a los judíos. Esta
era la situación que se daba en los días del gobierno romano en
Israel. A los judíos se les permitía llevar a la muerte a los nojudíos que eran capturados dentro del recinto del templo.
LOS DOS TESTIGOS (11:3-12)
11:3 - “Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil
doscientos sesenta días, vestidos de cilicio”. El principio de
Apocalipsis
145
este período del testimonio de los dos testigos debe ser anterior
a los últimos días del Anticristo en vista de que él los matará.
Los dos testigos son fácilmente identificables.
11:4 - “Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros
que están en pie delante del Dios de la tierra”. Esta es una
cita directa de Zacarías 4:14, que dice: “Y él dijo: Estos son los
dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra”. La
pregunta es esta: ¿En qué parte de los Evángelios encontramos
a dos hombres que están en pie cerca del Señor? Mientras
Jesús se transfiguraba en el monte, Moisés y Elías aparecieron
y estuvieron con Él, según Mateo 17:1-3: “Seis días después,
Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó
aparte a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos, y
resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron
blancos como la luz. Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías,
hablando con él”.
Estos dos profetas se mencionan juntos en Malaquías 4:4-6:
“Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en
Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel. He aquí, yo os
envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande
y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los
hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo
venga y hiera la tierra con maldición”. Es imposible que Enoc
sea uno de los dos testigos, como algunos han sugerido, pues
146
Apocalipsis
él no tiene relevancia para la nación de Israel y no realizó ningún
milagro del que se guarde registro.
11:5-6 - “Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca
de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles
daño, debe morir él de la misma manera. Estos tienen poder
para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su
profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas
en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas
veces quieran”. Los milagros que realizan los dos testigos son
únicamente atribuibles a Moisés y a Elías (ref. Ex. 7:20; 8:112:29; 1 R. 17:1; 18:41-45; 2 R. 1:10-12).
Tendrán poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y
herirán la tierra con toda clase de plaga, cuantas veces quieran.
Este milagro fue realizado por Moisés, como lo registra Éxodo
7:19: “Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Toma tu vara, y
extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos,
sobre sus arroyos y sobre sus estanques, y sobre todos sus
depósitos de aguas, para que se conviertan en sangre, y haya
sangre por toda la región de Egipto, así en los vasos de madera
como en los de piedra”.
Elías tenía poder para cerrar el cielo de manera que no lloviera
en los días de su profecía. Santiago 5:17 nos dice: “Elías era
hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró
fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra
por tres años y seis meses”.
Apocalipsis
147
Continúa, como ya lo anunciamos, una explicación del hecho
de que la bestia (el Anticristo) hará guerra contra Moisés y
Elías y los matará.
11:7-12 - “Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia
que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá
y los matará. Y sus cadáveres estarán en la plaza de la
grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y
Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado. Y los
de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus
cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean
sepultados. Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre
ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros;
porque estos dos profetas habían atormentado a los
moradores de la tierra. Pero después de tres días y medio
entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se
levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que
los vieron. Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía:
Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos
los vieron”.
Después de que Moisés y Elías hayan completado su ministerio
de tres años y medio, el Anticristo los matará. Sus cuerpos
yacerán en las calles de Jerúsalén por tres días y medio. Entonces
el Señor los levantará de entre los muertos, y serán llevados al
cielo en una nube.
Cristo dijo en Mateo 23:29-31: “¡Ay de vosotros, escribas y
fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los
148
Apocalipsis
profetas, y adornáis los monumentos de los justos, y decís: Si
hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no
hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas.
Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois
hijos de aquellos que mataron a los profetas”. Como nunca, los
hijos de Israel se alegrarán con la muerte de Moisés y Elías.
Serán asesinados en Jerusalén, donde fue crucificado nuestro
Señor.
Tenemos la tendencia a pensar en Jerusalén como la Ciudad
Santa, así lo hacía yo ciertamente. Cuando mi esposa y yo
volábamos hacia Tel Aviv por primera vez, habiendo estado
expuestos a todas las costumbres de los paganos en Asia, le
dije al Señor cuando estábamos por aterrizar: “Por fin estamos
en tu tierra y todo será justo y lleno de bondad”. Entonces el
Señor avivó para mí Apocalipsis 11:8, en donde Jerusalén es
descrita como Sodoma y Egipto. Santo cielo, no pasó mucho
tiempo para que yo comprendiera que los judíos de este tiempo
distan mucho de su santificación.
UN GRAN TERREMOTO (11:13-14)
11:13 - “En aquella hora hubo un gran terremoto, y la
décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto
murieron en número de siete mil hombres; y los demás se
aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo”. Siete mil
personas morirán en este terremoto, aterrorizándose los
sobrevivientes y dándo gloria al Dios del cielo. No se puede
Apocalipsis
149
deducir que este sismo sea aquel que se menciona en Zacarías
14:4 , el cual parte en dos el Monte de los Olivos, porque ese
terremoto ocurre cuando el Señor regresa con sus santos.
La venida del Señor no ocurre sino hasta después de los últimos
siete juicios de las copas. Es por eso que este terremoto es
diferente al que tendrá lugar en la segunda venida. Recuerde,
Cristo dijo que habrían muchos terremotos en los últimos días,
que conducirían a su regreso (Mt. 24:7). Durante este sismo,
una décima parte de la ciudad de Jerusalén caerá. Esto en sí es
un símbolo del juicio de Dios (recordando que de parte de
Dios, el diez tipifica la justicia divina y sus mandamientos). Siete
mil personas morirán en este sismo. Siete mil se refiere al hecho
de que la existencia del hombre sobre la tierra es de siete mil
años.
En las Escrituras hay dos grupos de siete mil—este grupo
de Apocalipsis 11:13 y un grupo de siete mil santos fieles
en 1 Reyes 19:18, mencionados por el Señor cuando le
dijo a Elías: “Y yo haré que queden en Israel siete mil,
cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no
lo besaron”. Este grupo nos indica que Dios tiene en cada
generación un remanente de siervos suyos que Él resguarda.
Desde sus inicios, ha habido en cada año de la existencia
del hombre, un remanente fiel. Los siete mil que mueren en
el terremoto representan a los inicuos que vivieron en el
transcurso de los siete mil años del hombre.
150
Apocalipsis
11:14 - “El segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene
pronto”. El primer ay y el segundo ay están asociados con el
sonido de las trompetas quinta y sexta, que ya pasaron. La
séptima trompeta, por consiguiente, dará lugar al tercer ay.
EL SÉPTIMO ÁNGEL TOCA LA TROMPETA
(11:15-19)
11:15 - “El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes
voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han
venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará
por los siglos de los siglos”. Ahora el séptimo ángel toca su
trompeta, la última de las siete. Este es el tercer ay, que
comprende los juicios de las copas. Aparentemente no es un
toque de trompeta único; sino que incluye todos los
acontecimientos de los juicios finales. Esto es evidente por la
frase que se usa en el capítulo 10:7: “Sino que en los días de la
voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta,
el misterio de Dios se consumará”. Esto significa un período de
tiempo y también diversos acontecimientos. La séptima trompeta
es heraldo de las siete últimas plagas, las cuales son muy rápidas
y completan los juicios de Dios.
11:16-18 - “Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados
delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros,
y adoraron a Dios, diciendo: Te damos gracias, Señor Dios
Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir,
porque has tomado tu gran poder, y has reinado. Y se airaron
Apocalipsis
151
las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los
muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a
los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a
los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra”.
Esta séptima trompeta está preparando el camino para la
introducción del derramamiento de la ira de Dios a través de
los juicios de las copas, que ciertamente traen una destrucción
profunda y general a la tierra y a la humanidad igualmente.
11:19 - “Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el
arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos,
voces, truenos, un terremoto y grande granizo”.
Observamos que aquí nuevamente se menciona una pieza
de mobiliario—el arca del pacto, que contiene las tablas de
la Ley. Por lo cual veremos caer sobre los habitantes de la
tierra, los juicios que corresponden al quebrantamiento de
las leyes de Dios.
CAPÍTULO DOCE
LA IGLESIA DE JESUCRISTO (12:1-17)
12: 1 - “Apareció en el cielo una gran señal: una mujer
vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su
cabeza una corona de doce estrellas”. A través de la palabra
de Dios, desde Génesis hasta Apocalipsis, hay dos mujeres.
Una representa los caminos de Dios, y la otra, los caminos del
152
Apocalipsis
mal. Algunos ejemplos son: Sara y Agar, Ana y Penina, la
sabiduría y la mujer extraña; y ahora en el libro de Apocalipsis,
la iglesia gloriosa y Babilonia la Misteriosa, la cual estudiaremos
al llegar a Apocalipsis 17. Esta maravilla en los cielos es
claramente la iglesia de Jesucristo.
Como cualquier esposa, está ataviada con la gloria de su
Esposo, el Sol de Justicia. La luna es símbolo de una mujer
porque refleja la gloria del sol, su esposo. En Génesis 37:9-10
observe la interpretación que hizo del sueño de José, Jacob su
padre: “Soñó [José] otro sueño, y lo contó a sus hermanos,
diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el
sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. Y lo contó a su
padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo:
¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu
madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti?” En el
sueño de José, la luna representaba a su madre, Raquel. Por
eso está claro que esta mujer representa la Iglesia. Una corona
de doce estrellas representa las doce tribus y los doce
apóstoles. (Para una explicación más detallada, favor ver el
comentario sobre Jerusalén la Celestial, en el capítulo 21).
12:2 - “Y estando encinta, clamaba con dolores de parto,
en la angustia del alumbramiento”. Esta mujer, la iglesia, dio
a luz el hijo varón. Por lo tanto, de la Iglesia saldrá un grupo
especial de creyentes maduros, llamados el hijo varón. En el
versículo 5 se desarrolla más este tema.
Apocalipsis
153
12:3 - “También apareció otra señal en el cielo: he aquí un
gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez
cuernos, y en sus cabezas siete diademas”. Este dragón no
es otro que Satanás en persona. La identidad de este dragón
se revela en el versículo 9: “Y fue lanzado fuera el gran dragón,
la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña
al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron
arrojados con él”. El dragón tiene siete cabezas y diez cuernos,
y en sus cabezas siete diademas.
12:4 - “Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas
del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró
frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar
a su hijo tan pronto como naciese”. Vale la pena observar
que cuando Satanás se rebeló y fue arrojado del cielo (ref. Is.
14:12-15; Ez. 28:13-17), llevó consigo a una tercera parte de
las estrellas ( o ángeles) con él. Sin embargo, dos terceras partes
de los ángeles permanecieron fieles al Señor en la rebelión que
antecedió a esta creación. En los últimos días, Satanás procurará
devorar al hijo varón.
12:5 - “Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara
de hiero a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para
Dios y para su trono”. Este hijo varón también se menciona en
Isaías: “Oíd palabra de Jehová, vosotros los que tembláis a su
palabra: Vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan fuera
154
Apocalipsis
por causa de mi nombre, dijeron: Jehová sea glorificado. Pero
él se mostrará para alegría vuestra, y ellos serán confundidos.
Voz de alboroto de la ciudad, voz del templo, voz de Jehová
que da el pago a sus enemigos. Antes que estuviese de parto,
dio a luz; antes que le viniesen dolores, dio a luz hijo. ¿Quién
oyó cosa semejante? ¿quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra
en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto
Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos (Is. 66:5-8).
Este hijo varón gobernará las naciones con vara de hierro; son
coherederos con Cristo. Serán partícipes de la misma promesa
dada al Señor Jesús en el Salmo 2:8-9: “Pídeme, y te daré por
herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la
tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de
alfarero los desmenuzarás”.
Hay tres grupos de cristianos que se mencionan en el capítulo
12 de Apocalipsis, los cuales corresponden y son paralelos a
grupos de tres que se mencionan en otras partes de la palabra
de Dios:
1. Las tres secciones del Tabernáculo de Moisés: el
Lugar Santísimo, el Lugar Santo y el Atrio.
2. Los tres cielos, mencionados por Pablo en 2 Corintios
12:2: “Conozco a un hombre en Cristo, que hace
catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del
Apocalipsis
155
cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el
tercer cielo”.
3. Los tres grupos de creyentes según el viaje de los
hijos de Israel—los que están en la Tierra Prometida,
los que están en el desierto, y los que están en Egipto.
4. Los tres grupos de madurez cristiana—padres,
jóvenes e hijos, de acuerdo con lo dicho por el apóstol
Juan en 1 Juan 2:12-14: “Os escribo a vosotros, hijitos,
porque vuestros pecados os han sido perdonados por
su nombre. Os escribo a vosotros, padres, porque
conocéis al que es desde el principio. Os escribo a
vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno.
Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido
al Padre. Os he escrito a vosotros, padres, porque
habéis conocido al que es desde el principio. Os he
escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la
palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis
vencido al maligno”.
Los tres grupos de creyentes mencionados en Apocalipsis 12
son:
1. El hijo varón—que es arrebatado al inicio de la gran
tribulación. Apocalipsis 12:5 dice: “Y ella dio a luz un
hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las
naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su
Apocalipsis
156
trono”.
2. La mujer—que es protegida a lo largo de la tribulación.
Apocalipsis 12:14 dice: “Y se le dieron a la mujer las
dos alas de la gran águila, para que volase de delante
de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es
sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un
tiempo”,
3. El remanente—-que es perseguido durante la
tribulación. Apocalipsis 12:17 dice: “Entonces el dragón
se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra
contra el resto de la descendencia de ella, los que
guardan los mandamientos de Dios y tienen el
testimonio de Jesucristo”.
Las suposiciones deben tener como fundamento símbolos
bíblicos muy sólidos. El Señor Jesucristo nos dio una clave muy
importante al decir en Mateo 24:37: “Mas como en los días de
Noé, así será la venida del Hijo del Hombre”. Es por eso que
los días de Noé nos dan la pauta para entender los últimos
días. En la época de Noé hubo tres grupos distintos de personas,
que corresponden a los tres grupos aludidos en el capítulo 12
de Apocalipsis:
1. Enoc—que fue arrebatado antes del diluvio.
2. Noé—que fue preservado durante el diluvio.
Apocalipsis
157
3. Los que en otro tiempo desobedecieron—los cuales
no fueron librados del diluvio, (ver 1 P. 3:20).
Por lo tanto, vemos que un grupo muy selecto de la iglesia,
llamado el hijo varón, llegará a la madurez y será arrebatado
(tomado para el cielo) al inicio de la gran tribulación. La mujer
será protegida durante la tribulación.
Con todo, hay un tercer grupo de creyentes llamado El resto
de la descendencia de ella, el cual será perseguido durante la
tribulación, y muchos de ellos serán asesinados.
12:6 - “Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar
preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil
doscientos sesenta días”. Este grupo de creyentes será
resguardado y protegido por 1,260 días. Este grupo es análogo
a las ocho personas que fueron preservadas durante el diluvio
en los días de Noé. Pasaron por el diluvio, pero fueron
protegidos. Exactamente así les acontecerá a estos creyentes.
Estarán aquí en la tierra durante la gran tribulación, pero serán
protegidos.
12:7-9 - “Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel
y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el
dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya
lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran
dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás,
el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y
sus ángeles fueron arrojados con él”.
158
Apocalipsis
Habrá una guerra en los cielos a mediados del período de siete
años. Miguel y sus ángeles combatirán a Satanás y sus ángeles,
arrojándolos del cielo. Esto nos indica que el diablo todavía
tiene acceso a los lugares celestiales, aunque ya no ocupa mas
su posición anterior. Es sólo cuando Miguel y sus ángeles se
levantan, que el diablo y sus ángeles son echados fuera, como
se lee también en Daniel 12:1: “En aquel tiempo se levantará
Miguel, el gran prícipe que está de parte de los hijos de tu
pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que
hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado
tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro”.
12:10-11 - “Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía:
Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro
Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado
fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba
delante de nuestro Dios día y noche. Y ellos le han vencido
por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del
testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la
muerte”. Aquí se nos especifican tres condiciones para vencer
a Satanás en los últimos días:
1. La sangre derramada del Señor Jesucristo—Si
andamos en luz, como Él está en luz, su sangre nos
limpia de todo pecado (1 Juan 1:7).
2. La palabra de nuestro testimonio—Tengamos una
experiencia con el Señor día a día, viviendo en base a
toda palabra que sale de Él (Mt. 4:4).
Apocalipsis
159
3. Menospreciando nuestra vidas hasta la muerte—
Convirtámonos en un sacrificio vivo, tomando nuestra
cruz cada día (Lc. 9:23) y estando crucificados con Él.
12:12-16 - “Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis
en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque
el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo
que tiene poco tiempo. Y cuando vio el dragón que había
sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había
dado a luz al hijo varón. Y se le dieron a la mujer las dos
alas de la gran águila, para que volase de delante de la
serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por
un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo. Y la
serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un
río, para que fuese arrastrada por el río. Pero la tierra
ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el
río que el dragón había echado de su boca”.
Ahora Satanás sabe que le queda muy poco tiempo, y persigue
a la iglesia con toda su furia. De hecho, se nos dice que sólo
le quedan 1,260 días para atormentar a los hijos de los
hombres. Lo primero que el dragón trata de hacer es destruir
a la mujer. Sin embargo, ella recibe protección y es provista
de un refugio seguro en el desierto. Entonces él persigue al
remanente de la descendencia de ella.
Como lo han observado varios comentaristas, la interpretación
correcta de la mujer es clave para entender gran parte de lo
que sigue en el libro de Apocalipsis. Está muy claro que ella
160
Apocalipsis
está relacionada con Israel. Como ya lo hemos señalado, el
sueño de José ayuda enormemente a entender este fenómeno.
Sin embargo, ¿cuál Israel es ella?, pues la Biblia llama a la
Iglesia el Israel de Dios en Gálatas 6:16. La mujer está
tanto en el cielo como en la tierra. Por eso, aparentemente
es el cuerpo constituido por los verdaderos creyentes judíos
y gentiles, porque ellos son también los integrantes de la
Jerusalén Celestial, (ver Ap. 21:12-14).
Sería difícil que ella fuera exclusivamente terrenal, en vista de
que el grupo hijo varón tiene las promesas de Cristo, las que
también le fueron hechas a la iglesia gentil (ver Ap. 2:26-27).
Ciertamente el hijo varón no puede ser Cristo, por la posición
cronológica de este capítulo, y también por los otros
acontecimientos de este período. Satanás es echado fuera del
cielo a la mitad del período de siete años. En este momento, el
hijo varón será arrebatado, dando así inicio a la Gran
Tribulación. Por consiguiente, el hijo varón no podría ser nunca
nuestro Señor Jesús. Entonces, estos factores señalan al
arrebatamiento de un grupo selecto de creyentes en este tiempo.
Otro detalle interesante es que esto marca también el tercer
gran genocidio que hay en las Escrituras.
1. El que tuvo lugar en torno al nacimiento de Moisés
2. El que tuvo lugar en torno al nacimiento de Cristo
3. El que tiene lugar durante la Gran Tribulación.
Apocalipsis
161
Al salir a luz, o nacer, el hijo varón, Satanás procura matarlo (a
este grupo). Existe el deseo perverso de matar al bebé que sale
de la matriz. Hoy en día, vemos el genocidio de bebés no nacidos
aún, resultado de las tolerantes leyes del aborto que rigen en
tantos países. Es Satanás, haciendo otra vez su obra.
12:17 - “Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer;
y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia
de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen
el testimonio de Jesucristo”. El tercer grupo de creyentes, el
resto de la descendencia de la mujer, es perseguido por Satanás.
Entre estas personas hay muchas que serán asesinadas durante
este tiempo difícil.
CAPÍTULO TRECE
LA TRINIDAD IMPÍA (13:1-18)
En Apocalipsis capítulo 13, vemos lo que se llama la trinidad
impía. La trinidad impía está compuesta por el dragón, que es
Satanás (el ángel caído Lucifer), la bestia, que es el Anticristo,
y el falso profeta. Satanás siempre busca copiar todo lo que el
Señor hace. Así que también procurará duplicar la Santísima
Trinidad—Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
En los últimos días, la trinidad impía se levantará, dándose a
conocer. Satanás, siendo arrojado del cielo al principio de la
gran tribulación, dará poder a un hombre que antes vivió,
Apocalipsis
162
llamado el Anticristo. Un tercer miembro, el falso profeta, por
medio de grandes señales y milagros inclinará la atención y
adoración de la gente hacia la bestia y Satanás. Satanás sabe
que le queda poco tiempo, y se esforzará por atraer todas las
almas que pueda.
El Anticristo—La bestia
13:1 - “Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar
una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus
cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre
blasfemo”. Juan está claramente sobre la tierra en el versículo
1, de pie en las playas del gran mar, el Mar Mediterráneo. Él ve
una bestia emergiendo del agua. Por lo general a esta bestia se
la llama el Anticristo.
La contraparte de esta revelación, en el Antiguo Testamento, le
fue dada a Daniel en Dn. 7:2-7: “Daniel dijo: Miraba yo en mi
visión de noche, y he aquí que los cuatro vientos del cielo
combatían en el gran mar. Y cuatro bestias grandes, diferentes
la una de la obra, subían del mar. La primera era como león, y
tenía alas de águila. Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron
arrancadas, y fue levantada del suelo y se puso enhiesta sobre
los pies a manera de hombre, y le fue dado corazón de hombre.
Y he aquí otra segunda bestia, semejante a un oso, la cual se
alzaba de un costado más que del otro, y tenía en su boca tres
costillas entre los dientes; y le fue dicho así; Levántate, devora
mucha carne. Después de esto miré, y he aquí otra, semejante
Apocalipsis
163
a un leopardo, con cuatro alas de ave en sus espaldas; tenía
también esta bestia cuatro cabezas; y le fue dado dominio.
Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he
aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera
fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y
desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy
diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez
cuernos”.
Estas cuatro bestias representan cuatro reinos que reinaron
sucesivamente sobre la nación de Israel y la persiguieron. La
primera bestia, con semejanza de león, es el reino de Babilonia.
La segunda bestia, con semejanza de oso, es el reino medopersa. La tercera bestia, con semejanza de leopardo, es el
imperio griego. La cuarta bestia, de dientes de hierro, es el
imperio romano. Esta bestia tenía diez cuernos. Los diez cuernos
se refieren a los diez reyes que se levantarán en los últimos días
de entre los límites del antiguo imperio romano (Ver Ap. 17:12).
Ellos son una prolongación del imperio romano, el cual, en
realidad, nunca dejó totalmente de existir. La bestia que Juan
vio es el Anticristo. Tenía siete cabezas y diez cuernos. Ahora
se nos proporciona información adicional sobre esta bestia.
13:2 - “Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus
pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón
le dio su poder y su trono, y grande autoridad”. El leopardo
se refiere al imperio griego; el oso, al imperio persa; el león, al
imperio babilónico. (Favor ver nuestro libro sobre Daniel para
164
Apocalipsis
una explicación más amplia). Entonces estos tres imperios del
pasado deberán surgir nuevamente en los días finales, y la bestia
gobernará sobre ellos.
El hecho de que esta bestia (el Anticristo) tenga diez cuernos,
es indicativo de que se levanta del imperio romano resurgido,
el cual estará compuesto de diez reyes. El que su cuerpo sea
como de leopardo, denota también la rapidez de su ascenso al
poder, tal como lo atestiguamos en la historia en el caso del
gran rey griego Alejandro III, popularmente conocido como
Alejandro el Grande. El Anticristo con toda certeza será incitado
por Satanás, así como Cristo lo fue por el Espíritu Santo. Satanás
le dará su poder, su asiento (o trono), y una gran autoridad, ya
que tratarán de reproducir las funciones del Padre y del Hijo.
13:3 - “Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero
su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra
en pos de la bestia”. Una de las grandes dificultades que hay
en el libro de Apocalipsis es la diferencia entre las cabezas de
Satanás y del Anticristo. Las siete cabezas de Satanás están
coronadas (Ap. 12:3), lo que muestra que él rige sobre estos
reyes o naciones, mientras que la bestia tiene coronas sólo sobre
los diez cuernos. Por eso, el Anticristo gobierna sobre estos
diez reyes, como está claro en Apocalipsis 17:12-13: “Y los
diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han
recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como
reyes juntamente con la bestia. Estos tienen un mismo propósito,
y entregarán su poder y su autoridad a la bestia”.
Apocalipsis
165
Como ya lo hemos dicho, estos diez reyes reinarán dentro de
los límites del antiguo imperio romano, como se ve en la imagen
de Daniel 7:23-24: “La cuarta bestia será un cuarto reino en la
tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda
la tierra devorará, trillará y despedazará. Y los diez cuernos
significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras
ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y
a tres reyes derribará”.
Ahora consideremos estas siete cabezas del Anticristo (Ap.
13:1). ¿Qué son y qué representan? Estas siete cabezas son las
mismas que posee el dragón, excepto que las cabezas del dragón
tienen coronas (Ap. 12:3). Estas siete cabezas son por lo tanto
los siete reinos que han angustiado a Israel desde su principio
como nación, y ciertamente desde el momento en que estuvo
en su propio territorio. Son: Egipto, Asiria, Babilonia, Persia,
Grecia y Roma, y los diez reyes (los diez cuernos) que en
nuestros días se levantarán de entre los límites del antiguo imperio
romano.
Apocalipsis 17:10 nos dice: “Y son siete reyes. Cinco de
ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando
venga, es necesario que dure breve tiempo”. Los cinco reyes
(o reinos) que han caído (en la época de Juan) serían Egipto,
Asiria, Babilonia, Persia y Grecia. El que es debió ser Roma,
sexto reino. Luego, el séptimo reino sería el de los diez
cuernos, que en Apocalipsis 17:17 es llamado “reino” y no
“reinos”.
166
Apocalipsis
Muchos ponen objeción a que estos siete reyes sean reinos y
no propiamente reyes, dado que el idioma griego dice
claramente reyes. Sin embargo, en Daniel 7:17 estos reinos
son mencionados como reyes, siendo en realidad reinos. Es
por eso que el intercambio entre reyes y reinos se justifica
bíblicamente. Asimismo, tenemos el hecho de que Satanás, que
ha azotado a Israel desde su principio, lo ha hecho a través de
estos siete reinos y no únicamente en la época de los
emperadores romanos.
13:4 - “Y adoraron al dragón que había dado autoridad a
la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la
bestia, y quién podrá luchar contra ella?” Está claro aquí
que la bestia recibe su poder de Satanás. La bestia será un
hombre de guerra. Esto se comprueba en Daniel 11:38-42 en
donde se le llama el rey del norte que hará guerra contra muchas
naciones, incluyendo a Egipto, a la que destruirá. Es evidente
entonces, que el Anticristo será un gran líder militar.
13:5 - “También se le dio boca que hablaba grandes cosas
y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y
dos meses”. Es evidente que el Anticristo alegará ser Dios y
rechazará el nombre que es sobre todo nombre, el nombre de
Jesús y del Padre. Acerca de este hombre de pecado, Daniel
11:36 dice: “Y el rey hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y
se engradecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los dioses
hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la
Apocalipsis
167
ira; porque lo determinado se cumplirá”.
Se le dio poder para continuar por cuarenta y dos meses. Esto
significa que este período particular de su vida de blasfemia
durará ese tiempo. De acuerdo con Daniel 9:27: “Y por otra
semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana
hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la
muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta
que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame
sobre el desolador. El Anticristo impondrá un pacto sobre Israel
por siete años. Luego lo romperá, dando con ello inicio a los
últimos cuarenta y dos meses de su reinado, el cual será tiempo
de tribulación.
13:6 - “Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para
blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que
moran en el cielo”. Asimismo, Daniel 7:25, refiriéndose al
Anticristo, declara que hablará grandes palabras contra el
Altísimo. Su ira será contra los que están en el cielo (los que
participarán de las bendiciones del reino del cual él quedó
excluido).
13:7 - “Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y
vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu,
pueblo, lengua y nación.”. Daniel 7:25 dice: “Y hablará
palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo
quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán
168
Apocalipsis
entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio
tiempo”. Por eso en muchos pasajes de la palabra de Dios
existe la solemne advertencia de que así como el Anticristo
tendrá potestad sobre Moisés y Elías para matarlos, así también
la tendrá sobre el resto de los santos en la voluntad
predeterminada de Dios. Tal parece que gobernará también
sobre muchas naciones.
13:8 - “Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos
nombres no estaban escritos en el libro de la vida del
Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo”.
Está claro que el Señor enviará un fuerte engaño, de modo que
los que aman sus propios caminos de iniquidad, aceptarán al
Anticristo.
Esto lo pone de relieve el apóstol Pablo en 2 Tesalonicenses
2:8-10: “Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor
matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor
de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás,
con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo
engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no
recibieron el amor de la verdad para ser salvos”.
La razón por la cual Dios permite que Satanás presente este
hombre, es para que el mundo se vea forzado a tomar una
decisión. Todos los justos vendrán a Cristo, y todos los inicuoss
al Anticristo. El mundo se definirá en dos campamentos. El
Apocalipsis
169
Anticristo aun sacará de la iglesia a los inicuoss, dejando una
iglesia perfeccionada.
Cuando contemplamos este versículo con sumo cuidado, vemos
que realmente el Señor ha escrito nuestros nombres en su libro
desde antes de la fundación del mundo. Esto se debe a su
presciencia. Muchos versículos respaldan esto, así como el
hecho de que Cristo, en la presciencia de Dios, fue a la cruz
antes de que este mundo fuera creado (1 P. 1:19-20). Esto es
muy natural, puesto que el Padre tiene todo conocimiento y
poder. Él ha predispuesto todas las cosas.
Sin embargo, debemos hacer una pausa aquí para que todas
las Escrituras estén perfectamente equilibradas. Dios no
predestina al infierno a ningún hombre o mujer, porque Él desea
que todos sean salvos, pero sabe de antemano quiénes lo
aceptarán y recibirán como su Salvador personal, y quienes
no.
El Señor “no desea que ninguno perezca, sino que todos
procedan al arrepentimiento” (2 P. 3:9). Él desea que “todos
los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la
verdad” (1 Tim. 2:4). Por favor leer Romanos 8:29-30 muy
cuidadosamente.
13:9 - “Si alguno tiene oído, oiga”. Esta es la misma
amonestación que se hace en los capítulos 2 y 3, al final de
cada carta enviada a las siete iglesias. Cuán solemne es esta
Apocalipsis
170
advertencia que nos llama a reflexionar y a poner atención,
especialmente a este capítulo sobre el Anticristo. Muchas
personas enseñan sobre el antimilenialismo, el cual niega
prácticamente la venida del Anticristo. ¡Cuánto dolor y tragedia
tendrá este tipo de creyentes! Será una época de gran
persecución, como lo declara el versículo siguiente.
13:10 - “Si alguno lleva en cautividad, va en cautividad; si
alguno mata a espada a espada debe ser muerto. Aquí está
la paciencia y la fe de los santos”. Los seguidores del
Anticristo deberán pasar por los mismos sufrimientos que ellos
infligieron a los santos. El Anticristo mismo será derrotado y
destruido por el Señor Jesús. De esta manera, en lo que se
refiere a adversarios, los santos son consolados.
El falso profeta
13:11 - “Después vi otra bestia que subía de la tierra; y
tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero
hablaba como dragón”. Como ya se ha mencionado, habrá
un enorme engaño debido al deseo de Satanás de suplantar a
Dios y de aparecer como Dios. Veremos, por consiguiente, a
la trinidad impía procurando presentar una falsificación de la
gloriosa Trinidad Santa.
Esto es aplicable específicamente a la segunda bestia, la cual se
esforzará por hacer la obra del Espíritu Santo, exaltando a la
Apocalipsis
171
primera bestia (el Anticristo) así como el Espíritu Santo exalta
al Cristo de Dios. Esta bestia es llamada el falso profeta. Tendrá
la apariencia de un manso cordero, pero está lleno del diablo y
habla las palabras de Satanás.
13:12 - “Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en
presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de
ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue
sanada”. Dirigirá la adoración y la glorificación de la bestia. El
falso profeta es la falsificación satánica del Espíritu Santo, quien
glorifica al Hijo de Dios y dirige a los santos a adorarlo (Juan
16:14). De nuevo aquí, se nos menciona el hecho de que la
primera bestia será sanada de su herida mortal. Esto podría
significar que realmente muere y resucita, o que sencillamente
es revivido de los muertos por ser un hombre del pasado, como
ciertamente lo declaran muchos otros versículos.
13:13 - “También hace grandes señales, de tal manera que
aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de
los hombres”. El Dios del cielo permite que el falso profeta
haga prodigios para que sus propósitos se lleven a cabo. Dios
permitirá que todos los que aman la iniquidad sean engañados
y sigan a la bestia.
13:14 - “Y engaña a los moradores de la tierra con las
señales que se le ha permitido hacer en presencia de la
bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan
imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió”.
172
Apocalipsis
El propósito de la imagen es satisfacer a los que aman la idolatría.
Esta imagen nos recuerda a aquella que erigió el gran
Nabucodonosor en Babilonia, como lo relata Daniel 3:1: “El
rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de
sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó en el
campo de Dura, en la provincia de Babilonia”.
A propósito, cuando se calcula el valor numérico de las palabras
de Daniel 3:1, resulta en 4,662, lo que equivale a 7 x 666—el
número de la bestia según Apocalipsis 13:18. (Recuerde, cada
letra hebrea tiene un valor numérico). Por lo tanto, la imagen de
Nabucodonosor fue la precursora de la imagen de la bestia.
13:15 - “Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la
bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo
el que no la adorase”. Esta situación es idéntica a la que
encontramos en Daniel 3:4-6: “Y el pregonero anunciaba en
alta voz: Mándase a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas,
que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del
arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de
música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey
Nabucodonosor ha levantado; y cualquiera que no se postre y
adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego
ardiendo”.
Se darán instrucciones de matar a todos aquellos que no adoren
Apocalipsis
173
la imagen de la bestia. Pero recuerden, amados, así como Dios
guardó a Sadrac, Mesac y Abed-nego, también puede
protegernos a nosotros.
Además, el darle vida a la escultura nos trae a la memoria la
superstición griega que se encuentra, por ejemplo, en el Partenón
de Atenas, en donde la gente le pedía consejo a una imagen.
Sin embargo, en aquellos días, la voz de la imagen sería la de
una persona de poca estatura, escondida en la base de la imagen.
La marca de la bestia
13:16 - “Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y
pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la
mano derecha, o en la frente”. En las Escrituras, fue literalmente
una marca la que Dios le puso a Caín para protegerlo de ser
asesinado por quien le encontrara. La razón era que había
matado a Abel. Génesis 4:15 dice: “Y le respondió Jehová:
Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será
castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo
matase cualquiera que le hallara”.
Otra marca fue puesta en los días en que la ciudad de Jerusalén
era destruida por el ejército de Nabucodonosor en Ezequiel
9:4-6: “Y le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por
en medio de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los
hombres que gimen y que claman a causa de todas las
174
Apocalipsis
abominaciones que se hacen en medio de ella. Y a los otros
dijo, oyéndolo yo: Pasad por la ciudad en pos de él, y matad;
no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. Matad a viejos,
jóvenes y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno:
pero a todo aquel sobre el cual hubiere señal, no os acercaréis;
y comenzaréis por mi santuario. Comenzaron, pues, desde los
varones ancianos que estaban delante del templo”.
El otro relato en que Dios pone una señal está en el libro de
Apocalipsis, en donde 12,000 seleccionados de cada tribu de
Israel son sellados con una marca para protegerlos de los siete
juicios de las trompetas (Ap. 7:3). Por lo tanto, Satanás en su
deseo de falsificar la obra del Señor, exige que se le ponga una
marca a todos sus devotos para que puedan comprar y vender
en los últimos días.
13:17 - “Y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el
que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número
de su nombre”. La marca infame puede ser o una insignia
específica, o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.
Con respecto al número de su nombre, se nos dice:
13:18 - “Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento,
cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y
su número es seiscientos sesenta y seis”. Por lo tanto, el
número del Anticristo será una recopilación de las letras de su
nombre, lo cual es común en los alfabetos griego y hebreo.
Apocalipsis
175
CAPÍTULO CATORCE
SIETE VISIONES DE LOS ACONTECIMIENTOS
DE LOS ÚLTIMOS DÍAS (14:1-20)
1. Las primicias (14:1-5)
14:1 - “Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie
sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro
mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la
frente”. En la primera visión, Juan ve al Cordero de Dios—
Jesucristo—en pie sobre el monte de Sion celestial. Le
acompañan 144,000 santos que tienen el nombre del Padre
escrito en la frente. Estos 144,000 contrastan con los que llevan
la marca de la bestia. Estos tienen el nombre del Padre escrito
en la frente.
Este grupo de 144,000 es diferente del mencionado en el
capítulo 7. No deben ser confundidos el uno con el otro. El
grupo del capítulo 7 es exclusivamente de las doce tribus de
Israel, mientras que el de este capítulo consiste en los redimidos
de la tierra. Además, un grupo está en el cielo y el otro en la
tierra. Es muy significativo que los cantores del Tabernáculo de
David eran 288 (1 Cr. 25:7). 288 se divide en dos grupos de
144, que simbolizan estos dos grupos de 144,000 del libro de
Apocalipsis.
14:2 - “Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas
aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era
176
Apocalipsis
como de arpistas que tocaban sus arpas”. Esta voz
aparentemente es la del Cordero que canta en medio de su
pueblo. El Salmo 22:22 dice: “Anunciaré tu nombre a mis
hermanos; en medio de la congregación te alabaré.” El apóstol
Pablo cita el Salmo 22:22 en Hebreos 2:12 como relativo a
Cristo.
La idea de muchas aguas también denota pureza, y al asociarla
con el trueno, añade un sentido de temor reverencial que
corresponde a la majestad en las alturas. Este grupo, cantando
al acompañamiento de sus arpas, muestra su adoración al
Cordero.
A David se le llamó el dulce cantor de Israel, por sus odas de
exaltación y adoración al Señor.
14:3 - “Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y
delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y
nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento
cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de
la tierra”. A este grupo de los 144,000 redimidos de la tierra
se les concede un cántico nuevo. David, después de ser librado
de un horrible abismo por el Señor, recibió un cántico nuevo
para cantar. En el Salmo 40:3 dijo: “Puso luego en mi boca
cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y
temerán, y confiarán en Jehová”. Es un cántico que solamente
este grupo específico de redimidos puede cantar, porque ellos
no tienen defecto delante del trono de Dios.
Apocalipsis
177
14:4-5 - “Estos son los que no se contaminaron con mujeres,
pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por
dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los
hombres como primicias para Dios y para el Cordero; y en
sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha
delante del trono de Dios”. Estos santos nos hacen recordar
el remanente de Israel, como lo define Sofonías 3:13: “El
remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca
de ellos se hallará lengua engañosa, porque ellos serán
apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice”.
Se nos dice que ellos son sexualmente puros y que tienen el
privilegio de seguir al Cordero por dondequiera que va. Quizás
este sea el mayor de todos los honores, estar continuamente en
su adorable presencia. En todos los sentidos, éstos son las
primicias para Dios. Son como el Señor mismo, hechos a su
hermosa imagen y semejanza. Estos son “la crema y nata”, a
quienes se les conceden privilegios que otros creyentes no
tendrán en el cielo. Por consiguiente, en el cielo hay diferencia
entre los creyentes. Algunos están más cerca del Señor que
otros. Algunos son llamados muy pequeños en el reino de los
cielos y otros son llamados grandes en el reino de los cielos
(Mt. 5:19). Debemos ser puros para poder alcanzar la
excelencia de Dios.
Este versículo expone con claridad la importancia de la pureza
sexual para el Señor. Sin embargo, hay varios pasajes que
corroboran esto y quisiéramos citarlos a este nivel. Pablo dice
Apocalipsis
178
en 1 Tesalonicenses 4:3-4: “Pues la voluntad de Dios es vuestra
santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de
vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor”.
A esto se suma la sexta bienaventuranza en Mateo 5:8:
“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a
Dios”. De ahí la razón de que el rey David haya clamado
después de su pecado con Betsabé, en el Salmo 51:10: “Crea
en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto
dentro de mí”. Procuremos vivir una vida santa, orando que el
Señor cree en nosotros un corazón limpio.
TRES ADVERTENCIAS
En las tres visiones siguientes, se hacen tres advertencias:
2. El evangelio eterno (14:6-7)
14:6-7 - “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que
tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores
de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo
a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de
su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la
tierra, el mar y las fuentes de las aguas”. De acuerdo con lo
dicho por el Señor, uno de los distintivos de los últimos días es
la predicación universal del evangelio, como lo registra Mateo
24:14: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el
Apocalipsis
179
mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá
el fin”.
Se deja muy en claro, tanto en el libro de Apocalipsis, como en
los otros pasajes que tienen que ver con escatología, que el
Señor en estos últimos días, dará a todos la oportunidad de
conocer la verdad. Es un claro llamado a arrepentirse y a
volverse al Dios vivo, y hace resonar el mensaje del Salmo
2:10-12: “Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; admitid
amonestación, jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor, y
alegraos con temblor. Honrad al Hijo, para que no se enoje, y
perezcáis en el camino; pues se inflama de pronto su ira.
Bienaventurados todos los que en él confían”.
El arrepentimiento fue el mensaje de Cristo durante su ministerio
terrenal, como se ve en Mateo 4:17: “Desde entonces comenzó
Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los
cielos se ha acercado”. En visiones que el Señor en su bondad
me ha concedido, he visto el avivamiento de los últimos días.
En estas visiones de avivamiento, vi que naciones enteras
rechazaban la verdad por el amor que le tenían a la iniquidad.
3. Babilonia cae (14:8)
14:8 - “Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído
Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas
las naciones del vino del furor de su fornicación”. Este
es un mensaje que siempre se está desarrollando, y que debe
180
Apocalipsis
entenderse según la profesía del Antiguo Testamento y del
libro de Apocalipsis.
El origen de la ciudad de Babilonia se encuentra en Génesis
10:8-10: “Y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el
primer poderoso en la tierra. Este fue vigoroso cazador
delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod,
vigoroso cazador delante de Jehová. Y fue el comienzo de
su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar”.
Babilonia, situada en las riberas del Eufrates, fue edificada
por Nirmrod, quien es prototipo de los que se rebelan contra
Dios. Junto a su esposa Semiramis, y un hijo ilegítimo, Tamuz,
Nimrod fue el padre de todo culto pagano. Asimismo, fue
en Babel que se hizo el intento de edificar una torre que
llegara hasta el cielo. Los habitantes de Babel aspiraban a
hacerse un nombre para sí mismos a través de la fuerza
humana.
Nimrod fue más tarde divinizado y se le conoció como dios
de las potencias. Dedicaremos una mayor atención a
Babilonia cuando estudiemos los capítulos 17 y 18, pero
bástenos decir ahora que en toda su historia, Babilonia ha
sido la fuente de todos los cultos paganos y es, por
consiguiente, rotundamente condenada por el Señor. Por eso
en muchos pasajes del Antiguo Testamento, hay versículos
que declaran los juicios del Señor sobre esta ciudad.
Apocalipsis
181
4. El juicio sobre los que adoran a la bestia (14:9-12)
14:9-12 - “Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran
voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe
la marca en su frente o en su mano, él también beberá
del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el
cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre
delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo
de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no
tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia
y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.
Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los
mandamientos de Dios y la fe de Jesús”.
El mismo juicio aterrador que fue pronunciado sobre la
bestia, también es pronunciado sobre sus seguidores. Esto
tiene coherencia con los juicios de Dios que se mencionan a
lo largo de la palabra de Dios. Por ejemplo, los que apoyaron
al rebelde Coré y a sus compañeros, sufrieron el mismo final
fatídico. “Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos
al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la
congregación...El día siguiente, toda la congregación de los
hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón, diciendo:
Vosotros habéis dado muerte al pueblo de Jehová....Y los
que murieron en aquella mortandad fueron catorce mil
setecientos, sin los muertos por la rebelión de Coré” (Nm.
16:33,41,49).
Apocalipsis
182
En cuanto al juicio sobre los que llevan la marca de la bestia,
debemos observar que es un tormento eterno, infinito y por
todas las edades. El Señor Jesús advirtió en Mr. 9:44, 46 y
48, sobre el hecho de que el juicio es eterno y sin tregua:
“Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se
apaga”. El profeta Isaías lo corrobora: “Y saldrán, y verán
los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí;
porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará, y
serán abominables a todo hombre” (Is. 66:24).
Este juicio es para reconfortar a los santos que guardan los
mandamientos del Señor, asegurándoles que sus opresores
acabarán en el lago de fuego por los siglos de los siglos. Es
para estimular a los santos a perseverar, a mantenerse firmes
y leales a la verdad, y a resistir al Anticristo. El siguiente
oráculo da la promesa de un eterno galardón para los
vencedores.
5. Los muertos benditos (14:13)
14:13 - “Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe:
Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que
mueren en el Señor. Si, dice el Espíritu, descansarán de
sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”. Aunque
este es un texto predilecto en las plegarias fúnebres, se aplica
especialmente a los días comprendidos en el período de la
tribulación. Es la segunda de las siete Bienaventuranzas del
Apocalipsis
183
libro de Apocalipsis, y contiene ciertas verdades doctrinales
que son de suma importancia.
Primero, solamente los que mueren en el Señor son
bienaventurados—no simplemente los que mueren. Es muy
importante la manera en que morimos. Como está escrito
en Eclesiastés 11:3: “Y si el árbol cayere al sur, o al norte,
en el lugar que el árbol cayere, allí quedará”. Segundo,
solamente hay reposo para los piadosos. Los demás no tienen
descanso ni de día ni de noche, tal como Isaías 57:20 declara:
“Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no
puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo”.
Tercero, sus obras los seguirán. Pablo también menciona
esto en 1 Timoteo 5:24-25: “Los pecados de algunos
hombres se hacen patentes antes que ellos vengan a juicio,
mas a otros se les descubren después. Asimismo se hacen
manifiestas las buenas obras; y las que son de otra manera,
no pueden permanecer ocultas”. Lo que hayamos sembrado
en esta vida, ciertamente nos seguirá al más allá—a los
malvados, sus pecados; y a los justos, sus buenas obras y la
semilla que hayan sembrado en muchos corazones y vidas.
Gobernemos también nosotros nuestras vidas según la
amonestación de Pablo en 1 Timoteo 6:18-19 en cuanto a
hacer el bien, a ser ricos en buenas obras, dadivosos,
184
Apocalipsis
dispuestos a compartir—porque los que así proceden están
“atesorando para sí buen fundamento para lo por venir y
echando mano de la vida eterna”. Esta vida es tan fugaz.
Especialicémonos en hacer buenas obras, así como en llevar
una vida de fe; porque ciertamente la fe sin obras es muerta.
6. La prefigura de la cosecha de los últimos días
(14:14-16)
14:14-16 - “Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la
nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía
en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda.
Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que
estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque
la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está
madura. Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz
en la tierra, y la tierra fue segada”. Ese Hijo del Hombre es
fácilmente identificado, no pudiendo ser nadie más que nuestro
precioso Señor Jesucristo, como lo vemos en Daniel 7:13-14:
“Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del
cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el
Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue
dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos,
naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno,
que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido”. En
estos términos, tenemos la misma escena y evento que Daniel
retrata en el capítulo 7.
Apocalipsis
185
Otros versículos del Nuevo Testamento confirman que este es
el Señor mismo. Es la cosecha de los elegidos, descrita en Mateo
24:30-31: “Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre
en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y
verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo,
con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de
trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos,
desde un extremo del cielo hasta el otro”. Ahora bien, hay otra
cosecha. Sigue la cosecha (o juicio) de los inicuos, tal como lo
vemos en el oráculo siguiente, el cual completa las siete visiones
del capítulo 14.
7. La cosecha de los inicuos (14:17-20)
14:17-20 - “Salió otro ángel del templo que está en el cielo,
teniendo también una hoz aguda. Y salió del altar otro ángel,
que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que
tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia
los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras. Y
el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la
tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios. Y
fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió
sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos
estadios”.
El ángel que sale del templo celestial es el ángel que vendimia a
los inicuos. Hay algunos detalles que debemos observar aquí.
Primero, el ángel recibe órdenes de otro ángel que tiene potestad
186
Apocalipsis
sobre el fuego. Si contemplamos a este ángel juntamente con el
ángel que tiene poder sobre las aguas, entenderemos el hecho
de que Dios ha creado ángeles con ministerios muy definidos.
Las personas a quienes Dios les ha abierto los ojos
ocasionalmente , sabrán que hay ángeles encargados de
localidades geográficas específicas. Por ejemplo, a veces
cuando Dios ha abierto mis ojos, he visto ángeles controlando
el tráfico en intersecciones muy congestionadas. (Este tema se
cubre con más detalle en nuestro libro sobre Angeología).
Segundo, se declara que las uvas están maduras. Esto se
entiende fácilmente gracias a la naturaleza. La fruta debe estar
madura antes de ser cosechada. Esta verdad se repite en toda
la palabra de Dios. Hay un tiempo señalado para el juicio y
para las recompensas, y ese tiempo depende de que las
personas que están comprendidas en ello, alcancen su plenitud
espiritual (para bien o para mal). Otro ejemplo de esto se
encuentra en Génesis 15:16: “Y en la cuarta generación [la
simiente de Abraham] volverán acá; porque aún no ha llegado
a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí”. Este juicio
sobre los amorreos aparentemente fue ejecutado por Josué,
el cual acabó con el poder de ellos al destruir a sus cinco
reyes en la conquista de Canaán (Jos. 10:1-43).
El gran lagar de la ira de Dios que fue pisado fuera de la ciudad
hace referencia a Isaías 63:1-4: “¿Quién es éste que viene de
Apocalipsis
187
Edom, de Bosra, con vestidos rojos? ¿éste hermoso en su
vestido, que marcha en la grandeza de su poder? Yo, el que
hablo en justicia, grande para salvar. ¿Por qué es rojo tu vestido,
y tus ropas como del que ha pisado en lagar? He pisado yo
solo el lagar, y de los pueblos nadie había conmigo; los pisé
con mi ira, y los hollé con mi furor; y su sangre salpicó mis
vestidos, y manché todas mis ropas. Porque el día de la venganza
está en mi corazón, y el año de mis [redimidos] ha llegado”.
Esto nos habla de la segunda venida del Señor, en la que
derrotará a sus enemigos. Además, hace alusión a Joel 3:1213: “Despiértense las naciones, y suban al valle de Josafat;
porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de
alrededor. Echad la hoz, porque la mies está ya madura. Venid,
descended, porque el lagar está lleno, rebosan las cubas; porque
mucha es la maldad de ellos”.
Entonces, resumiendo estos dos últimos oráculos que se refieren
a la vendimia de los justos y de los inicuos, nos parece que la
vendimia de los justos ocurre primero, y que los malvados se
quedan para soportar las últimas copas de su ira. El que unos
sean tomados y otros sean dejados, se comprueba con las
propias palabras del Señor en Mateo 24:40-41: “Entonces
estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será
dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una
será tomada, y la otra será dejada”. Esto se aplica a la primera
vendimia. Y está implícito en la parábola que sigue, en Mateo
Apocalipsis
188
24:42-51, la cual se refiere a los siervos fieles e infieles,
exhortando firmemente a estar preparados en su venida, porque
entonces Él separará a los inicuos de los justos.
Apocalipsis 14:20 dice en la VRV: “Y fue pisado el lagar fuera
de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los
caballos, por mil seiscientos estadios”, que es la longitud de la
frontera oriental de Israel. Se llevará a cabo hacia el oriente de
la ciudad de Jerusalén, en el valle de Josafat y sobre los montes
de Judea.
Por lo tanto, estos siete oráculos nos proporcionan la secuencia
cronológica de los acontecimientos que, como veremos
después, se constatan en los capítulos siguientes. Haremos
referencia a estas visiones cuando los sucesos referidos en ellas
se relaten con más detalles.
CAPÍTULO QUINCE
LOS SIETE ÁNGELES CON LAS ÚLTIMAS SIETE
PLAGAS (15:1 - 16:21)
15:1 - “Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete
ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en
ellas se consumaba la ira de Dios”. Los relatos que siguen
tratan sobre el derramamiento de estas siete copas (o frascos)
que uno de los cuatro seres vivientes entrega a los ángeles.
Apocalipsis
189
Estos juicios de copas constituyen la tercera y última expresión
del derramamiento de la ira de Dios sobre la humanidad. A
pesar de que los juicios de copas tienen cierta semejanza con
los de los sellos, no son los mismos. Son mas bien un continuo
agrandamiento de la ira de Dios que se vierte sobre los habitantes
de la tierra, y que comenzó con la apertura de los sellos.
15:2 - “Vi también como un mar de vidrio mezclado con
fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la
bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre,
en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios”.
Tenemos el vislumbre de una escena celestial en la que
contemplamos a los que han vencido a la bestia. El mar de
vidrio mezclado con fuego se refiere al hecho de que éstos han
pasado la prueba de su fe, la cual fue probada por fuego. Han
resistido al Anticristo y menospreciado sus vidas hasta la muerte.
Por lo tanto, son recompensados con el privilegio de estar en
pie sobre el mar de vidrio, alabando al Señor que los preservó
con su poder.
15:3-4 - “Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el
cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son
tus obras , Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos
son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá,
oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo;
por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque
190
Apocalipsis
tus juicios se han manifestado”. El cántico de Moisés se
encuentra en Éxodo 15:1-21, aunque hay registro de otro en
Deuteronomio 32:1-43. Sin embargo, el cántico de Éxodo
armoniza más con el cántico del Cordero y es generalmente
aceptado como el que se les ha enseñado desde una edad
temprana a los judíos piadosos a través de los siglos. Se cantaba
en la iglesia primitiva, y en nuestros días se han musicalizado
porciones de él. Los dos cánticos fluyen juntos.
Uno de los temas centrales de ambos cánticos es el glorioso
triunfo del Señor sobre todos sus enemigos. Son los juicios del
Señor los que harán que las naciones suban a adorarle. Esto
ocurrirá durante el reino milenial, después de que el Señor
regrese.
El período de tiempo es muy importante porque antes de esto
ocurre la rebelión que se menciona en el Salmo 2:2-3: “Se
levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos
contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus
ligaduras y echemos de nosotros sus cuerdas”. Asimismo, Joel
3:2 nos habla de las naciones que se levantan contra Jerusalén
en los últimos días: “Reuniré a las naciones, y las haré descender
al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi
pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas esparcieron entre
las naciones, y repartieron mi tierra”.
15:5-6 - “Después de estas cosas miré, y he aquí fue abierto
Apocalipsis
191
en el cielo el templo del tabernáculo del testimonio; y del
templo salieron los siete ángeles que tenían las siete plagas,
vestidos de lino limpio y resplandeciente, y ceñidos alrededor
del pecho con cintos de oro”.
A través del libro de Apocalipsis, vemos que ciertas partes del
templo celestial de Dios se mencionan en relación con
acontecimientos posteriores que tienen lugar en la tierra. Hay
una seria razón para ello. Específicamente es porque los siete
ángeles que tienen las últimas plagas salen del tabernáculo del
testimonio, o sea del lugar santísimo. Es aquí en donde están
depositadas las dos tablas de piedra que contienen los diez
mandamientos.
Es significativo que estos ángeles salgan del lugar santísimo,
porque los habitantes de la tierra están siendo castigados por
no guardar los diez mandamientos, (ref. Is. 24:5-6).
También nosotros debemos pedir al Señor que grabe estos
mandamientos en las tablas de carne de nuestros corazones. Al
escribir esta porción en particular, fui puesto una vez más en
alerta sobre la absoluta necesidad de que tengamos esta
experiencia personal en nuestras vidas, para ser librados de
estos juicios y, sobre todo, para tener derecho a entrar en el
templo celestial de Dios.
192
Apocalipsis
Se hace énfasis en que los siete ángeles están vestidos de lino
puro y blanco, que nos habla de justicia. Solamente los puros
serán encontrados dignos de derramar la ira de Dios sobre los
habitantes desobedientes de la tierra. Sus cintos de oro
simbolizan sus funciones de realeza y sacerdocio. La naturaleza
noble y sagrada de su cargo, está ilustrada en Daniel 10:5: “Y
alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón [un ángel] vestido de
lino, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz”.
15:7 - “Y uno de los cuatro seres vivientes dio a los siete
ángeles siete copas de oro, llenas de la ira de Dios, que vive
por los siglos de los siglos”. Vale la pena observar que los
seres vivientes que fueron responsables de revelar los siete sellos
a Juan, también participan dando las siete copas llenas de la ira
de Dios a los siete ángeles. Estos cuatro seres vivientes están
llenos de la imponente santidad de Dios y también llevan,
intrínseca en su propia naturaleza, una manifestación del mensaje
del evangelio. Ellos fueron los escogidos para ser instrumentos
en estos juicios del tiempo final, que constituyen el castigo divino
por violar los mandamientos de Dios y por ofender la esencia
misma de su naturaleza divina, que es la santidad.
El hecho de que Dios sea mencionado como el que vive por los
siglos de los siglos es significativo dentro del contexto de estos
juicios, ya que éstos están dirigidos principalmente a los
seguidores de la bestia. La bestia pretenderá ser Dios, pero es
sólo un hombre que perecerá y será reducido a nada.
Apocalipsis
193
15:8 - “Y el templo se llenó de humo por la gloria de Dios, y
por su poder; y nadie podía entrar en el templo hasta que
se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles”.
Vemos aquí la manifestación del poder y la gloria de Dios. Él se
está preparando para avanzar contra aquel que desde la
antigüedad se sublevó contra su supremo poder y sabiduría.
Por lo tanto, ningún hombre podrá ahora inquirir en el templo
de Dios hasta que estas plagas se hayan cumplido.
Es casi como si Dios se levantara en su majestad para demostrar
que solamente Él es supremo. El hombre, objeto de su poder
creativo y sabiduría, verá una vez más un despliegue de la
grandeza y majestad de Dios. Esto es así para que nosotros,
como miembros de la raza de Adán, podamos saber que “el
poder le pertenece solamente a Dios”. El Salmo 62:11 dice:
“Una vez habló Dios; dos veces he oído esto: Que de Dios es
el poder”. Esta es una lección que el Señor desea esculpir
indeleblemente en nuestros corazones a perpetuidad.
CAPÍTULO DIECISÉIS
EL DERRAMAMIENTO DE LAS SIETE COPAS
16:1 - “Oí una gran voz que decía desde el templo a los
siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas
de la ira de Dios”. El mandato de derramar las copas es dado
ahora por una gran voz que sale del templo y bien pudiera ser
Apocalipsis
194
la voz del Señor. Si fuera de un ángel, ciertamente sería por
mandato expreso del Señor, porque todas las cosas que están
arriba en los cielos y abajo en la tierra están claramente dirigidas
por la Majestad en las alturas.
Indudablemente esta es la contraparte de lo que Isaías oyó:
“Voz de alboroto de la ciudad, voz del templo, voz de Jehová
que da el pago a sus enemigos” (Is. 66:6).
LAS SIETE COPAS
La primera copa
16:2 - “Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y
vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que
tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen”.
Este es un juicio selectivo sobre los que han recibido la marca
de la bestia. El tercer ángel de los siete oráculos del capítulo 14
dio la voz de alarma a los que estaban en la tierra, explicando el
juicio eterno de los que aceptaran la marca de la bestia.
Observemos aquí que el juicio comienza sobre la tierra para las
almas condenadas y perversas.
La segunda copa
16:3 - “El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y
éste se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo
Apocalipsis
195
ser vivo que había en el mar”. El mar es afligido convirtiéndolo
en sangre, y toda alma viviente sufre por ello.
La tercera copa
16:4 - “El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y
sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre”.
Ahora los ríos y las fuentes de las aguas se convierten en sangre.
Esto ciertamente es parecido al juicio que Moisés hizo venir
sobre Egipto, y aparentemente al juicio que cae sobre Israel
durante la época de su segundo ministerio, con Elías, en los
últimos días, como lo anuncia el capítulo 11. Sin embargo, Dios
es loado por estos juicios.
16:5-6 - “Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres
tú, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has
juzgado estas cosas. Por cuanto derramaron la sangre de
los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber
sangre; pues lo merecen”. Esta claro en éste y en otros
versículos, como Apocalipsis 13:7, que el Anticristo matará a
muchos santos. Los elegidos serán martirizados en masa.
Por consiguiente, los que han perpetrado estos martirios serán
juzgados, no sólo en el más allá, sino también estando aquí en
la tierra. Ellos hicieron que corriera la sangre de los mártires de
Jesús. Así que beberán sangre como justo pago por su crueldad
blasfema. Otro ángel hace resonar los justos juicios de Dios en
este sentido.
Apocalipsis
196
16:7 - “También oí a otro, que desde el altar decía:
Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son
verdaderos y justos”. Los juicios del Señor son justos. Ellos
han derramado sangre—por lo tanto, sangre beberán. Esto es
lo que manifestó el apóstol Pablo: “Todo lo que el hombre
sembrare, eso también segará” (Gal. 6:7).
La cuarta copa
16:8-9 - “El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al
cual fue dado quemar a los hombres con fuego. Y los
hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el
nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se
arrepintieron para darle gloria”. Esta es una experiencia
anticipada del juicio eterno que les espera en el lago de fuego.
Escritores, como John Bunyan, que han visto la situación de los
condenados en el lago de fuego, nos cuentan que es como si
constantemente hubieran olas que arrojaran las almas de los
condenados, cuyos gemidos se pueden oir, clamando: “Agua,
agua, agua”.
Ese fue el caso del hombre rico en el relato que el Señor mismo
dio en Lucas 16:23-26: “Y en el Hades alzó sus ojos, estando
en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia
de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en
agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta
Apocalipsis
197
llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus
bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es
consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una
gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera
que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni
de allá pasar acá”.
En el infierno, por supuesto, al rico le hubiera gustado mucho
arrepentirse y que se le diera otra oportunidad. Pero aquí en la
tierra, en el tiempo de los últimos juicios, cuando todavía el
arrepentimiento es posible, los hombres abatidos por el
precursor del tormento eterno, deciden maldecir al Señor en
vez de implorar su clemencia.
Está claro que todavía en este momento tardío de la dispensación
de los tiempos, el arrepentimiento es posible para los hijos de
la raza de Adán, excepto para aquellos que tienen la marca de
la bestia. Aquí hay otra verdad que merece nuestra atención.
No nos cabe ninguna duda de que los habitantes de la tierra
saben que estas plagas proceden de Dios. Aparentemente, es
reconocido por todos que Satanás y la bestia no tienen el poder
para impedir que estas calamidades sobrevengan a sus
seguidores. En este momento, Dios es indiscutiblemente
todopoderoso, y no lo son aquellos que pretenden ser Dios.
De manera que aun cuando ya no hay mas engaño y se conoce
la verdad, los hombres abatidos todavía deciden no darle gloria
al único Dios verdadero.
Apocalipsis
198
La quinta copa
16:10-11 - “El quinto ángel derramó su copa sobre el trono
de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de
dolor sus lenguas, y blasfemaron contra el Dios del cielo
por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de
sus obras”. Las tinieblas son derramadas ahora. Ahora llega el
juicio selectivo sobre la ciudad capital de la bestia, que será la
antigua ciudad de Babilonia, reconstruida. La iglesia falsa es
Roma, pero el Anticristo tendrá también su asiento en Jerusalén
en este tiempo (ver 2 Ts. 2:4). Su reino es sumergido en tinieblas,
recordándonos la novena plaga de Egipto que se encuentra en
Ex.. 10:21-29. Se declara en forma específica que el reino de
la bestia es cubierto de tinieblas.
Esto indica que la bestia sólo reina sobre una sección definida de
la tierra, o sea, sobre el imperio romano restaurado de diez reinos
(un tema que será ampliado en el capítulo siguiente). Es evidente
que los hombres todavía están sintiendo los efectos de la primera
plaga por sus dolores y por sus úlceras. Sin embargo, a pesar de
esta horrenda desgracia, todavía se niegan a arrepentirse, aun
cuando pueden percibir que todo está perdido.
La sexta copa
16:12-14 - “El sexto ángel derramó su copa sobre el gran
río Eufrates; y el agua de éste se secó, para que estuviese
preparado el camino a los reyes del oriente. Y vi salir de la
boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del
Apocalipsis
199
falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas;
pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a
los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la
batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso”. Aunque
los juicios del Señor han estado derramándose con una severidad
cada vez mayor, la obra de los malvados todavía continúa. El
engaño asoma de nuevo su repungnante cabeza al soltar tres
espíritus que convocan a los reyes del oriente a la gran batalla
de Armagedón.
El Eufrates se secará otra vez, recordándonos el relato en Isaías
44:27, donde el profeta predijo que se secaría el río Eufrates
cuando la antigua Babilonia en el reino de Belsasar, fuese tomada
por Ciro, rey de Persia. El Eufrates es la fortificación natural
que impide el avance de tropas invasoras del oriente que
pretendan descender, no sólo a la moderna tierra de Irak, sino
a todo el Medio Oriente, incluyendo la tierra deseable de Israel.
Los tres espíritus que salen de las bocas de la trinidad impía,
reciben poder para obrar milagros, para ir a los reyes de toda
la tierra y traerlos a Armagedón. Armagedón es la última y gran
batalla que ha sido predeterminada por Dios para destruir a
sus adversarios de una vez y para siempre. El versículo 16
declara con claridad que es Dios el que los reúne a todos para
Armagedón. ¡Cuán soberano es nuestro Dios! Su voluntad
siempre es ejecutada, ya sea por la trinidad impía, por los
espíritus inmundos, o por los reyes del mundo. Al final, todos
Apocalipsis
200
LA ÚLTIMA BATALLA
Apocalipsis
201
simplemente cumplirán su santa voluntad y vendrán a la última
y gran batalla, que es llamada “el gran día del Dios
Todopoderoso”. Los inicuos serán incitados a venir. Sin
embargo, creerán que fue su propia idea. Romanos 11:33 dice:
“¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia
de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus
caminos!
La tercera bienaventuranza del Apocalipsis
16:15 - “He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado
el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo,
y vean su vergüenza”. Ahora, entremezclada con este relato,
está la tercera bienaventuranza. El aviso de un regreso inminente
del Señor Jesús está ya por darse a este nivel de los
acontecimientos del tiempo. Esta advertencia y amonestación
hace resonar las enseñanzas explícitas del propio Señor en
Mateo 24:42-44: “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora
ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de
familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y
no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad
preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que
no pensáis”.
Esta misma advertencia fue repetida por el apóstol Pablo en 1
Tesalonicenses 5:2: “Porque vosotros sabéis perfectamente que
el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche”.
Apocalipsis
202
De manera que, aun en esta hora tardía en la secuencia de
acontecimientos, muchos serán encontrados fuera de guardia.
Estos son los escogidos, porque obviamente los inicuos han
tomado ya la decisión de seguir a la bestia y de llevar su marca.
Debemos entonces deducir que muchos de los escogidos no
son martirizados por la trinidad impía, o esta advertencia estaría
de más.
La Batalla de Armagedón
16:16 - “Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama
Armagedón”. La palabra griega Armagedón es una
interpretación de la palabra hebrea “har megiddo”, que
literalmente significa “la montaña de Meguido”. Armagedón
(la montaña de Meguido) está situada en la planicie de
Esdraelon o Jezreel, que en línea recta queda aproximadamente
a cincuenta y cinco millas de Jerusalén. Este valle tiene una
extensión de casi catorce por veinte millas. Está situado cerca
de la ciudad de Meguido. El rey Josías murió aquí en una
batalla contra Faraón Necao (2 R. 23:29-30). Será aquí en
donde Cristo derrote al Anticristo en batalla.
La séptima copa
16:17-21 - “El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y
salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo:
Hecho está. Entonces hubo relámpagos y voces y truenos,
Apocalipsis
203
y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual
no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre
la tierra. Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las
ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino
en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del
ardor de su ira. Y toda isla huyó, y los montes no fueron
hallados. Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme
granizo como del peso de un talento; y los hombres
blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque
su plaga fue sobremanera grande”.
La séptima copa está acompañada de una gran voz que sale
del templo, indicando que los juicios de Dios han llegado a su
fin, juicios derramados sobre la tierra desde las alturas
celestiales. El gran terremoto que divide en tres partes a la ciudad
de Babilonia, es distinto del sismo que se asocia con el segundo
ay del sexto juicio de trompeta (Ap. 11:13), el cual sacudió a la
ciudad de Jerusalén y produjo arrepentimiento en su población.
Este terremoto da contra el corazón mismo del imperio de la
bestia—su ciudad capital. El texto sugiere que el terremoto
demolerá también otras ciudades.
De esta forma, vemos que al caer Babilonia (siendo ella la
dominante), otras ciudades también caen. Por lo tanto, el día
del juicio de Babilonia está cercano. El que las islas y los montes
huyan puede significar un gran cataclismo geológico que tiene
lugar cuando esta copa es derramada. Y en cuanto a los
204
Apocalipsis
hombres, Dios usa (como lo ha hecho en dispensaciones
pasadas) un pesado granizo que destruye a los inicuos, como
sucedió en los días de Josué: “Y mientras iban huyendo de los
israelitas, a la bajada de Bet-horón, Jehová arrojó desde el
cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca, y murieron; y
fueron más los que murieron por las piedras del granizo, que
los que los hijos de Israel mataron a espada” (Jos. 10:11).
Asimismo, Ezequiel claramente profetiza de grandes piedras
de granizo en los últimos días, y también de montes derribados,
en Ezequiel 38:18-22: “En aquel tiempo, cuando venga Gog
contra la tierra de Israel, dijo Jehová el Señor, subirá mi ira y mi
enojo. Porque he hablado en mi celo, y en el fuego de mi ira:
Que en aquel tiempo habrá gran temblor sobre la tierra de Israel;
que los peces del mar, las aves del cielo, las bestias del campo
y toda serpiente que se arrastra sobre la tierra, y todos los
hombres que están sobre la faz de la tierra, temblarán ante mi
presencia; y se desmoronarán los montes, y los vallados caerán,
y todo muro caerá a tierra. Y en todos mis montes llamaré
contra él la espada, dice Jehová el Señor, la espada de cada
cual será contra su hermano. Y yo litigaré contra él con
pestilencia y con sangre; y haré llover sobre él, sobre sus tropas
y sobre los muchos pueblos que están con él, impetuosa lluvia,
y piedras de granizo, fuego y azufre”. De esta manera, parecería
que Ezequiel estaba declarando el derramamiento de la séptima
copa con atención particular a Gog y a Magog, que son lugares
de la Turquía moderna.
Apocalipsis
205
CAPÍTULO DIECISIETE
EL JUICIO DE LA GRAN RAMERA
(17:1-18; 19:1-5)
17:1 - “Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían
las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te
mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está
sentada sobre muchas aguas”.
Hay dos mujeres que a través de las páginas de la palabra de
Dios personifican a:
1. La iglesia verdadera de Israel (la mujer buena)
2. La iglesia falsa de Babilonia (la mujer extraña)
En la palabra de Dios, una mujer significa:
1. La personificación de la bondad—la mujer buena
2. La personificación de la maldad—la mujer extraña
Por lo tanto, se usará aquí una mujer para representar a la iglesia
falsa (o, la que se conoce como el falso sistema religioso, “el
misterio de la Babilonia”). Uno de los siete ángeles (que derrama
las últimas siete plagas sobre la tierra) le muestra al apóstol
Juan el juicio de la gran ramera. Este mismo ángel es usado
206
Apocalipsis
para mostrar a Juan la esposa del Cordero. Por lo tanto, vemos
a las dos mujeres al final de los tiempos en toda su gloria—la
ramera en toda su inmundicia, y la esposa del Cordero en toda
su pureza.
17:2 “Con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los
moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su
fornicación”. Esta mujer sentada sobre muchas aguas significa,
en un sentido, un lugar geográfico. La antigua Babilonia estaba
situada literalmente sobre las aguas del Eufrates, que fluye hacia
el Golfo Pérsico, mientras que la Roma moderna está situada
sobre el Tiber.
El énfasis que se hace sobre el hecho de que los reyes de la
tierra han fornicado con ella, se debe a que todas las religiones
paganas han estado y están impregnadas de la inmoralidad más
degradante. Esto ciertamente es verídico de la antigua Roma,
que muy apropiadamente era llamada “la gloria del Imperio y la
cloaca de las naciones”. De cualquier modo, hay una sensación
no sólo de inmoralidad física, sino también de envilecimiento
espiritual. Ahora, esto necesita explicarse con más detalle.
17:3-6 - “Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una
mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres
de blasfemia, que tenían siete cabezas y diez cuernos. Y la
mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada
de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano
un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia
Apocalipsis
207
de su fornicación; y en su frente un nombre escrito, un
misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS
RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre
de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado
con gran asombro”.
La mujer, llamada El Misterio de la Babilonia, es el falso sistema
religioso que tuvo su origen en la ciudad edificada por Nimrod,
el que se rebeló contra Dios. Su fundador la llamó “bab-El”,
que significa puerta de Dios. Debido al deseo de erigir una
torre para reunir a los rebeldes, fue golpeada por Dios y llegó a
conocerse como “Babel”, que simplemente significa confusión.
La esposa de Nimrod, Semiramis, y su hijo ilegítimo, Tamuz,
introdujeron el concepto del culto a la madre y al hijo. La imagen
de la reina del cielo con el hijo es la raíz de muchas religiones
paganas. También, hay misterios que comprenden absoluciones
sacerdotales, pasteles que se le ofrecen a la reina del cielo, y
purificaciones purgatoriales.
Por lo tanto, aunque Babilonia había sido destruida desde hacía
mucho tiempo, los misterios de esos ritos habían sido
conservados a través del sumo sacerdote que había huído a
Pérgamo juntamente con sus seguidores. Más tarde, fueron a
Italia, y eventualmente Roma se convirtió en la sede de estos
misterios. El Sumo Sacerdote se ponía una mitra en la que estaba
labrado el nombre Pontifex Maximus, que significa
208
Apocalipsis
“constructor de puentes”. El Sumo Sacerdote pretendía ser el
puente entre Dios y el hombre. Este título se lo apropió Julio
César, y después, Constantino se convirtió tanto en cabeza de
la iglesia como en portador del título de Sumo Sacerdote de
estos misterios babilónicos. Posteriormente el título se volvió
exclusivo de los papas, y así lo han conservado hasta este día.
No es el propósito de este libro tratar detalladamente sobre el
parecido que tienen la iglesia católica romana y otros sistemas
religiosos con la antigua Babilonia; este tema ya ha sido
desarrollado elocuentemente por el difunto Rev. Alexander
Hislop en su libro intitulado Las Dos Babilonias. Nuestro
objetivo es simplemente identificar en las Escrituras, a la mujer
que Juan vio como El Misterio de la Babilonia. Creemos que
esto se hará muy claro al continuar analizando los versículos
sucesivos en este capítulo.
La historia realmente sirve para enseñarnos muchas lecciones,
así como para darnos entendimiento acerca del futuro. La historia
no es una casualidad. Es guiada y dirigida por un Dios
omnisciente que es el cerebro de sus planes de redención, no
sólo para los individuos, sino para todas las naciones de la tierra.
17:7 - “Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te
diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la
cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos”. De este modo
el ángel trata de esclarecer muy bien la identidad, no sólo de la
mujer, sino también de la bestia que la trae. Ahora él se
Apocalipsis
209
concentra en la explicación que lleva a la identidad de la bestia.
17:8 - “La bestia que has visto, era, y no es; y está para
subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la
tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la
fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán
viendo la bestia que era y no es, y será”. Primero, se nos
dice que la bestia era, lo que significa que la bestia vivía antes
de que fuera escrito el libro de Apocalipsis. Luego se nos dice
que la bestia no es, lo que significa que no estaba viva en los
días de Juan.
La bestia ascenderá del abismo infinito. La bestia es la
falsificacion de Cristo. Pero así como Cristo era, y es y ha de
venir (descendiendo del cielo), la bestia era, y no es, y asciende
del abismo. Por lo tanto, los cristianos identificarán claramente
a la bestia, pero aquellos cuyos nombres no se escribieron en
el Libro de la Vida desde antes de la fundación del mundo,
serán completamente engañados. Nadie ha regresado nunca
de los muertos; por lo tanto, todo el mundo quedará prendado
de la bestia y le servirá. Ahora el ángel se vuelve a referir a la
identificación de la mujer.
17:9 - “Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete
cabezas son siete montes [o siete colinas], sobre los cuales
se sienta la mujer”. Se nos dice en el versículo 18 que la mujer
es una ciudad. ¿Qué ciudad era conocida como la ciudad
construida sobre siete colinas? Los poetas y los escritores
210
Apocalipsis
romanos han mencionado siempre a Roma como la ciudad
construida sobre siete colinas en la ribera oriental del Tiber.
Además, debemos nosotros recordar que esto se escribió en
los días del apóstol Juan, cuando el imperio romano dominaba.
Ese era en latín el nombre popular de la ciudad capital, urbis
septis colis, o la ciudad de las siete colinas.
Al identificar a la mujer, El Misterio de la Babilonia como Roma,
las Escrituras prosiguen a declarar que ella ha bebido la sangre
de los santos y de los mártires de Jesús (17:6). A este nivel, es
útil dar ejemplos que apoyan estos argumentos.
Escogemos un período conocido infamemente como La
Matanza de los Inocentes o La Masacre del Día de San
Bartolomé, el 24 de agosto de 1572. La reina madre de Francia,
Catalina de Médicis y su hijo Carlos IX firmaron un tratado
con los hugonotes, protestantes franceses, concediéndoles
libertad de culto. Una vez que los atrajeron, al igual que a su
líder el príncipe de Conde, dándoles una falsa sensación de
seguridad, los mataron. Miles de protestantes fueron
martirizados. El Papa Pío V celebró en Roma este suceso
acuñando una moneda. Su sucesor, el Papa Clemente VIII,
llamó “cosa maldita” a la posterior tolerancia de los protestantes.
Amados, permanezcamos alerta pues El Misterio de la Babilonia
mostrará sus verdaderos colores otra vez en estos días.
Nuevamente correrá la sangre de los santos.
Apocalipsis
211
Por supuesto, en la historia hay muchos tipos de Anticristo.
Yo deseo mencionar solamente uno a este nivel, es decir a
Adolfo Hitler, para ilustrar la suma cautela que la iglesia debe
tener en este momento del acontecer mundial. Adolfo Hitler
persiguió a los judíos y fue el responsable del exterminio de
alrededor de seis millones de ellos, por dar una cifra
conservadora. Asimismo, sabemos que aterrorizaba a los que
se opusieran a él y a su régimen, enviando aun a su propia
gente a los campos de concentración. Sólo estos hechos, que
fueron muy conocidos no sólo en el extranjero sino también
en Alemania, deben bastar para identificarlo como a un
monstruo.
Sin embargo, por haber prácticamente eliminado el desempleo,
devolviéndole al país una sólida posicion económica e
instituyendo además un ordenamiento jurídico que acabó con
todo tipo de delincuencia pública que importunaba a la nación,
muchos pastores y líderes de iglesias lo vitorearon como su
Mesías. Vistiendo camisas color marrón, se convirtieron en
seguidores de los Nazis, cuyo símbolo era la cruz retorcida.
Cuando el Anticristo aparezca, temo que muchos pastores y
líderes de iglesias lo seguirán de la misma manera, por no haber
fijado sus ojos en Cristo y solamente en Cristo, y por no haber
hecho de la palabra de Dios su sustento cotidiano. Ignorantes
de la palabra, clamarán juntamente con las multitudes: “Paz,
paz, paz”, y en forma ciega y voluntaria irán en pos de la bestia.
212
Apocalipsis
Había suficiente evidencia que demostraba que Adolfo Hitler y
su Tercer Reich, o reino, eran diabólicos, pero escogieron
seguirlo por los panes y los peces. Amados, estemos nosotros
sumamente apercibidos.
17:10-11 - “Y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; y el
otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que
dure breve tiempo. La bestia que era, y no es, es también el
octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición”. Ahora,
por la gracia de Dios, debemos esforzarnos por aclarar el
misterio de los siete reyes. Ellos son las siete cabezas de la
bestia, pero también de Satanás mismo. Este pasaje sugiere
que está tratando sobre aquellos que han gobernado a instancias
de Satanás o que han sido por él incitados. La solución debe
ser hallada en las Escrituras.
La bestia es sólo una de las siete cabezas (él es de entre los
siete pero es el octavo). Por consiguiente, representa a un rey
que vivió antes de que se diera el libro de Apocalipsis (o sea,
antes de finales del siglo I D.C.), pero que ahora está muerto.
El Anticristo, entonces, procede de uno de los cinco reinos
anteriores a Roma.
Satanás, por otro lado, incita a todos los siete. Examinemos las
Escrituras para ver en dónde Satanás, el diablo o dragón, está
asociado con reyes o reinos. Vemos con claridad en Ezequiel
29:2-3: “Hijo de hombre, pon tu rostro contra Faraón rey de
Egipto, y profetiza contra él y contra todo Egipto. Habla, y di:
Apocalipsis
213
Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, Faraón
rey de Egipto, el gran dragón que yace en medio de sus ríos, el
cual dijo: Mío es el Nilo, pues yo lo hice”. Faraón rey de Egipto
es identificado como el dragón. Este no es el faraón del Éxodo,
sino otro faraón. Por lo tanto, diríamos que Satanás no sólo
incita a este faraón, sino que realmente a todo el reino de Egipto.
También leemos en Jeremías 51:34: “Me devoró, me desmenuzó
Nabucodonosor rey de Babilonia, y me dejó como vaso vacío;
me tragó como dragón, llenó su vientre de mis delicadezas, y
me echó fuera”. En este versículo el rey de Babilonia es también
identificado como dragón, lo que significa que es incitado por
Satanás.
La bestia es comparada con un animal híbrido que tiene pies de
oso, representando a Persia, y con un león que representa a
Babilonia, y también con un cuerpo que representa a Grecia.
Por lo cual no estaría de más declarar que estas siete cabezas
representan las naciones (y sus reyes) que han abatido a Israel—
es decir, Egipto, Asiria, Babilonia, Persia, Grecia, y Roma (el
reino presente en los tiempos de Juan). Roma es el sexto reino.
Por esto, el reino que deberá seguir será el reino (singular) de
los diez reyes. Ellos serán diez naciones unidas dentro de los
confines del Antiguo imperio romano. La bestia será el octavo
rey u onceavo cuerno (Dan. 7:8,11,20,21). Él pertenece a uno
de los cinco reinos caídos. La bestia no puede ser de Egipto
porque es llamada Rey del Norte (Dan. 11:40). Egipto, que
Apocalipsis
214
está al sur de Israel, es llamado Rey del Sur.
Los Siete Reyes (Reinos)
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
Egipto
Asira
Babilonia
Medo-Persia
Grecia
Roma
10 Reyes-El Imperio Romano Resucitado
El Anticristo es el octavo rey. Él es un rey que vivió en la época
de los primeros cinco reinos. Él es el onceavo cuerno que se
levanta después de los diez reyes (el séptimo reino).
17:12 - “Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes,
que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán
autoridad como reyes juntamente con la bestia”. Estos diez
reyes son fácilmente identificados a través de Daniel 7:23-24:
“La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será
diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará,
trillará y despedazará. Y los diez cuernos significan que de aquel
reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el
cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará”.
Apocalipsis
215
Cuadro comparativo de los siete reinos y el Anticristo
LOS SIETE
REINOS
Daniel 2
La Imagen
Daniel 7
Apocalipsis 17
Cuatro Bestias
7 Reyes
1. EGIPTO
Cinco
2. ASIRIA
3. BABILONIA Cabeza de Oro
El León
4. MEDOS Y Pecho de Plata
PERSAS
El Oso
Han
Caído
5. GRECIA
6. ROMA
7. DIEZ
REYES
EL
ANTICRISTO
Vientre y
Muslos de
Piernas de
Hierro
Diez Dedos
El Leopardo
La Cuatro
Bestia (de
dientes de
hierro)
Uno es
Diez Cuernos
Uno que vendrá
Los Diez Reyes
(cuernos)
El Cuerno
Pozueño
La Bestia que
era y no es, y será
216
Apocalipsis
La bestia llega después del surgimiento de los diez reyes. Estos
diez reyes se levantan del cuarto reino de la visión de Daniel.
La visión de cuatro reinos que recibió Daniel comienza con
Babilonia (el tercer reino en gobernar sobre Israel). Por eso en
la visión de Daniel el imperio romano es el cuarto reino, pero
históricamente es el sexto reino en haber gobernado a Israel.
Estos diez reyes se levantarán de adentro de los confines del
antiguo imperio romano. Ellos son llamados un reino, indicando
que están muy claramente vinculados y ligados—separados pero
unidos. Reinan por una hora, o por un tiempo muy breve, y su
poder se deriva de la bestia.
17:13 - “Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su
poder y su autoridad a la bestia”. Estos diez reyes se
entregarán a la bestia, quien a su vez sojuzgará o someterá a
tres de estos diez reyes, probablemente porque no lo siguen
totalmente (ver Dan. 7:24).
17:14 - “Pelearán contra el Cordero; y el Cordero los
vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los
que están con él son llamados y elegidos y fieles”. Estos diez
reyes dentro de los confines del antiguo imperio romano harán
guerra juntamente con la bestia, contra el Señor, en la batalla
de Armagedón. Los que descienden del cielo con el Cordero
son llamados y elegidos y fieles.
Apocalipsis
217
Llamados
Ser llamado es uno de los prerrequisitos principales para poder
seguir al Cordero. El Señor mismo declaró en Juan 6:44:
“Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le
trajere; y yo le resucitaré en el día postrero”. No podemos
tener el atrevimiento de entrar en su presencia, porque así como
sucede con un monarca terrenal, nadie puede entrar en la
presencia real sin haber sido llamado.
Bíblicamente esto es ilustrado en la vida de Esther, reina de
Persia. Aunque era la esposa del gobernante rey Asuero, no
osaba entrar en la presencia de su propio esposo sin haber
sido previamente llamada. Ester dijo: “Todos los siervos del
rey, y el pueblo de las provincias del rey, saben que cualquier
hombre o mujer que entra en el patio interior para ver al rey, sin
ser llamado, una sola ley hay respecto a él: ha de morir; salvo
aquel a quien el rey extendiere el cetro de oro, el cual vivirá; y
yo no he sido llamada para ver al rey estos treinta días” (4:11).
Elegidos
Cristo declaró en Mateo 22:14: “Porque muchos son los
llamados, y pocos escogidos”. Por lo tanto, a muchas personas
en esta vida se les da la oportunidad, pero cuán pocos pasan
las pruebas, porque la elección se hace en los tiempos de prueba
y aflicción. Isaías 48:10 dice: “He aquí te he purificado, y no
como a plata; te he escogido en horno de aflicción”. Como
Apocalipsis
218
sucede en la vida en general, una cosa es que nos llamen para
ocupar una posición, empleo, cargo, o recibir un nombramiento,
y otra cosa muy diferente es que nos dejen en ese puesto.
Después de que se nos ofrece la oportunidad de un empleo,
debemos demostrar que estamos aptos para desempeñarlo. Si
lo hacemos, somos elegidos para conservar esa posición.
Prácticamente todo en la vida depende de que seamos capaces
de hacer el trabajo a que nos han llamado o invitado, o en el
cual nos han dado la oportunidad de demostrar nuestras
aptitudes. Así es en el reino de los cielos. A muchas personas
se les da la oportunidad de ser salvas, pero son muy pocas las
que perseveran en el camino de la luz. Esto se aplica no sólo al
mantenimiento de nuestro nivel espiritual, sino a nuestro
progreso en el Señor.
Necesitamos, por su gracia, continuar hasta alcanzar todo lo
que Él se ha propuesto hacer con nuestras vidas. Ser elegido
requiere largos períodos de pruebas, como lo dice Isaías, en el
horno de aflicción. No hay sendas fáciles hacia la gloria; y estas
pruebas son necesarias para perfeccionarnos, a fin de que
seamos contados por dignos de seguir a nuestro glorioso Señor
a dondequiera que va. Esto nos lleva a nuestro tercer requisito.
Fieles
Aun cuando hemos calificado para un puesto, la pregunta
siguiente es esta: ¿Somos fieles en cumplir las obligaciones que
Apocalipsis
219
se relacionan con esta posición? Las Escrituras nos dicen que
dos hombres en particular fueron elogiados por su fidelidad—
Abraham y Moisés. De hecho, a Abraham se le llama el fiel
Abraham (Gál. 3:9), y de Moisés se dice que fue fiel en toda
su casa (He. 3:2).
Estos tres niveles de ser llamados, elegidos y hallados fieles,
corresponden a las tres categorías de cristianos de quienes el
apóstol Juan escribe en 1 Juan 2:12-14—hijitos, jovenes y
padres. Otra analogía sería las tres secciones del Tabernáculo
de Moisés—el Atrio, el Lugar Santo y el Lugar Santísimo. El
primer grupo sabe que es salvo, la segunda categoría de
cristianos se están convirtiendo en la palabra hecha carne,
mientras que los terceros son aquellos en cuyos corazones de
carne están siendo escritas las leyes de Dios.
17:15 - “Me dijo también: Las aguas que has visto donde
la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones
y lenguas”. Ahora el ángel se vuelve hacia la mujer, la ramera—
El Misterio de la Babilonia. Esto reafirma el hecho ya declarado
de que El Misterio de la Babilonia prácticamente ha influído
sobre todas las naciones desde el principio del tiempo. Todas
se han contaminado con los misterios de iniquidades que
literalmente han enviado a muchos millones de personas al
infierno, donde no está Cristo, sólo porque confiaron en que
sus hechicerías les darían la eterna redención.
La celebración de la misa y la confesión se originan en ritos
220
Apocalipsis
babilónicos. Ha sido en vano acudir a la reina del cielo,
elevándole plegarias. Sus adeptos han sido víctimas de engaño,
y para su eterna mortificación, han caído en el abismo sin fin.
¡Cuán grande es la ira de Dios que está reservada para ella,
con quien las naciones fornicaron de múltiples maneras! Pero
el Señor la destruye a través de potestades del mal que Él ha
escogido. El mismo en quien El Misterio de la Babilonia confía,
será el que la destruya, como vemos en el versículo siguiente.
17:16 - “Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos
aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda;
y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego”. Otros
confiaron en ella, y ella los engañó. Por lo tanto, en la justicia
ideal de Dios, será destruida por los aliados de la bestia—los
diez reyes. La historia sólo sirve para confirmar este hecho.
En su Decadencia y caída de la iglesia romana, Malaquías
Martin enumera las ocasiones en que Roma y el Vaticano
fueron saqueadas por las tropas españolas, alemanas e
italianas.
Durante el reinado de Clemente VIII en 1525, Malaquías Martin
relata cómo por diez días consecutivos, los únicos sonidos que
se pudieron oír fueron los gemidos de las mujeres, el llanto de
los niños y los gritos de los hombres siendo torturados. Nos
aseguran las Sagradas Escrituras que la historia se repetirá
cuando los ejércitos de los diez reyes invadan Roma otra vez, y
aniquilen a la ramera juntamente con sus seguidores. Es Dios
Apocalipsis
221
quien se ha propuesto acabar con la ramera, poniendo en el
corazón de los diez reyes este deseo de destruir Roma, y así
llevar a cabo su santa voluntad.
17:17 - “Porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar
lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la
bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios”. Los
que la destruirán, son precisamente los mismos en quienes la
ramera se apoya para dominar. A lo largo de la historia de la
iglesia, ella ha jugado a la política con los gobernantes de los
reinos que la rodean. Ellos a su vez, han visto a menudo su
falsedad y han marchado contra ella. Así será en los últimos
días. ¿Quién es entonces esta ramera, este Misterio de la
Babilonia? El último versículo del capítulo 17 lo esclarece a
fondo.
17:18 - “Y la mujer que has visto es la gran ciudad que
reina sobre los reyes de la tierra”. No cabe ninguna duda
acerca de lo que aquí se está diciendo. En los días de Juan,
solamente una ciudad reinaba (tiempo presente) sobre toda
la tierra, y esa era Roma. Era esa gran ciudad. Y como lo
declara con tanta claridad el versículo 9, era la ciudad
edificada sobre siete colinas. Roma, y solamente Roma,
podría ajustarse a esa descripción. La mujer, El Misterio de
la Babilonia, es la iglesia católica romana, centralizada en
Roma.
EL ANTIGUO IMPERIO ROMANO
222
Apocalipsis
Apocalipsis
223
CAPÍTULO DIECIOCHO
La caída de Babilonia (18:1-24)
Ahora se aborda el tema de la destrucción de la Babilonia
moderna, que es la antigua ciudad iraquí que está siendo
reconstruida hoy en día, y se relata la multitud de sus pecados.
La profecía comienza con la visitación de un gran ángel que
desciende del cielo. Ahora la narración da un giro, de El Misterio
de la Babilonia” (Roma) a la ciudad física de Babilonia. (Ver el
Apéndice para obtener mayores detalles sobre la diferencia
entre El Misterio de la Babilonia y la ciudad de Babilonia). Sin
embargo, en este capítulo hay todavía cierto flujo entre la ciudad
de Babilonia y la iglesia falsa. Podría haber un doble
cumplimiento y una doble aplicación de muchos de estos
versículos.
18:1 - “Después de esto vi a otro ángel descender del cielo
con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria”.
Al igual que en los ejemplos de previas escenas de juicio, los
que intervienen en ellas, rebosan del grado más alto de santidad
y luz. Este ángel, cuya función es anunciar la caída de esa
perversa ciudad, concluye una serie de profecías relacionadas
con este acontecimiento, el cual ha abarcado un tiempo que
prácticamente se remonta a su fundación por Nimrod, hace
aproximadamente cuatro mil años.
Cuando el surgimiento de la Neobabilonia fue profetizado por
224
Apocalipsis
Isaías, también lo fue su destrucción definitiva. Esto fue reiterado
por el profeta Jeremías. La ciudad de Babilonia resurgirá en los
días postreros, sólo para ser nuevamente aniquilada, y la
Babilonia espiritual (Roma) caerá también. Muchas de las frases
usadas en esta profesía son repeticiones de las que se encuentran
en los escritos de los profetas del Antiguo Testamento.
Estudiemos ahora el desenvolvimiento cronológico de los
sucesos, tal como se presentan en este capítulo.
18:2 - “Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha
caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de
demonios y guarida [o prisión] de todo espíritu inmundo, y
albergue de toda ave inmunda y [aborrecible]”. Esta en sí
es una cita de varias Escrituras. Isaías 21:9 declara: “Y he aquí
vienen hombres montados, jinetes de dos en dos. Después
habló y dijo: Cayó, cayó Babilonia; y todos los ídolos de sus
dioses quebrantó en tierra”.
Asimismo, Isaías 13:19-22 dice: “Y Babilonia, hermosura de
reinos y ornamento de la grandeza de los caldeos, será como
Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios. Nunca más será
habitada, ni se morará en ella de generación en generación; ni
levantará allí tienda el árabe, ni pastores tendrán allí majada;
sino que dormirán allí las fieras del desierto, y sus casas se
llenarán de hurones; allí habitarán avestruces, y allí saltarán las
cabras salvajes. En sus palacios aullarán hienas, y chacales en
sus casas de deleite; y cercano a llegar está su tiempo, y sus
Apocalipsis
225
días no se alargarán”.
Por lo tanto, una vez más tenemos la autoridad para vincular a
las dos Babilonias—la Babilonia natural (la ciudad situada en el
moderno Irak) y la Babilonia espiritual (Roma). Ahora, el ángel
comienza la narración de las perversidades de Babilonia.
18:3 - “Porque todas las naciones han bebido del vino del
furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado
con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de
la potencia de sus deleites”. Es sorprendente la frecuencia
con que se menciona la fornicación relacionándola con Babilonia.
Debemos considerar esto desde un ángulo histórico y también
como una situación que se da en la actualidad.
La Babilonia histórica fue el centro de los ritos paganos y de
los sistemas religiosos. Unida a estas prácticas, estuvo la peor
clase de inmoralidad y libertinaje. Verdaderamente estas
prácticas son demasiado viles para ser especificadas en un libro
de esta naturaleza.
Y la Babilonia espiritual, la iglesia de Roma, también es acusada
de fornicación. Nadie que haya hecho siquiera un estudio
precursor de la historia de la iglesia, puede pasar por alto el
hecho de que la inmoralidad ha plagado a la iglesia falsa. Incluso
se ha denunciado la conducta licenciosa en extremo de ciertos
papas en el ejercicio mismo de sus funciones.
226
Apocalipsis
La otra denuncia es que han vivido ostentosamente. Los
mercaderes se han enriquecido a costa de la iglesia falsa. Esto
es comprensible dados los lujos que ella se ha permitido. En
muchos casos, los edificios de sus iglesias son literalmente casas
de tesoro. En el siguiente versículo hay una verdad que es de
enorme importancia para nuestro tiempo y era.
18:4 - “Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella,
pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados,
ni recibáis parte de sus plagas”. Este versículo debería ser
abordado o interpretado de dos maneras. Desde un punto de
vista histórico, sabemos que antes de que los hijos de Israel
estuvieran realmente en el cautiverio babilónico, el profeta
Isaías previó no sólo el cautiverio que sufrirían
aproximadamene cien años más tarde, sino también la
renuencia de Israel a abandonar Babilonia cuando se le
presentó la oportunidad de ello con el decreto de Ciro de
reedificar el templo.
Por consiguiente, en Isaías 52:2,11-12 les dice con voz de
trueno y con verdadera urgencia profética a aquellos que están
dispuestos a sumirse en el mundo del paganismo rehusando
salir de Babilonia: “Sacúdete del polvo; levántate y siéntate,
Jerusalén; suelta las ataduras de tu cuello, cautiva hija de
Sion...Apartaos, apartaos, salid de ahí, no toquéis cosa
inmunda; salid de en medio de ella; purificaos los que lleváis
los utensilios de Jehová. Porque no saldréis apresurados, ni
Apocalipsis
227
iréis huyendo; porque Jehová irá delante de vosotros, y os
congregará el Dios de Israel”.
Cuando estudiamos el Período de Restauración, es interesante
notar que hubo tres grupos separados que salieron de
Babilonia a Jerusalén, dirigidos cada uno por Zorobabel,
Esdras y Nehemías. Sin embargo, la gran mayoría de judíos
decidió permanecer en Babilonia. Probablemente amaban la
seguridad y las comodidades de Babilonia. En esta forma, la
historia se repite. Una gran parte del pueblo del Señor está
hoy en lugares que no avanzan en Dios; estas iglesias o
fraternidades no tienen una visión progresiva ni una visión de
avivamiento. Pero aun así, muchísimos cristianos prefieren
quedarse allí.
Me recuerda una visión que tuve en la década del 60.
Esencialmente la visión consisitió en el avivamiento carismático,
cuando casi todas las denominaciones recibieron la visita del
Señor con el bautismo del Espíritu Santo. En esta visión, veía
el río Jordán en tiempo de inundación, desbordándose por
sus riberas. Por millas, la tierra que por lo general era árida,
se cubría por el agua. Pero entonces veía que las aguas
retrocedían y que quedaban muchos estanques. Numerosas
personas jugaban en estas pozas, pero éstas se secaban más
tarde.
La interpretación que me dio el Señor fue que el avivamiento
228
Apocalipsis
estaba por llegar, pero que el propósito del Señor era que su
pueblo viniera al torrente de las aguas. Si continuaban
acampando en sus denominaciones no Pentecostales,
acontecería que lo que ya habían recibido, desaparecería con
el tiempo, y volverían a secarse espiritualmente.
La iglesia católica (a través del buen papa Juan XXIII que
abrió las ventanas de su iglesia al Espíritu Santo) vio a las
congregaciones recibiendo el bautismo del Espíritu Santo. Sin
embargo, la palabra del Señor era: “No se queden en su iglesia
testificándole a los que están en ella. ¡Salgan a donde fluyen
los ríos de agua viva!” La siguiente es una analogía que el
Señor me dio: El pueblo del Señor es como árboles. El lugar
en que se siembra un árbol, determina cómo será su
crecimento. Un árbol plantado en el desierto no se
desarrollará, pero uno plantado junto a corrientes de agua
dará su fruto en su tiempo, “su hoja no cae, y todo lo que
hace prosperará” (Sal. 1:3).
Por lo tanto, el Señor me dijo: “Dile a mi pueblo que vaya
donde fluyen las aguas de vida, para que produzca fruto que
alcance la madurez”. De manera que, amados, salgan de
Babilonia y vayan a una congregación en donde se esté moviendo
el Espíritu Santo. No sean, por favor, como aquellos judíos
que permanecieron en Babilonia cuando Dios se movía en
Jerusalén. Ellos se quedaron con el pasado y no participaron
del novedoso mover de Dios.
Apocalipsis
229
Además, permanecer en la Babilonia espiritual del día de hoy,
significa participar de sus pecados y juicios. Dios establece un
día límite. En estos últimos tiempos, Él castigará a Babilonia
por todos sus pecados pasados.
18:5 - “Porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y
Dios se ha acordado de sus maldades”. Es importante
entender los juicios de Dios. Revisemos unos pocos versículos.
Eclesiastés 3:15 dice: “Aquello que fue, ya es; y lo que ha de
ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó”.
En Mateo 23:34-36, el Señor Jesús dijo exactamente lo mismo,
hablándole a la pecadora ciudad de Jerusalén en sus últimos
días: “Por tanto, he aquí yo os envío profetas y sabios y
escribas; y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros
azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en
ciudad; para que venga sobre vosotros toda la sangre justa
que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel
el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien
matasteis entre el templo y el altar. De cierto os digo que todo
esto vendrá sobre esta generación”. De esta forma, prosigue
diciendo que su casa les será desolada, por causa de la
destrucción que Roma traerá sobre Jerusalén en el año 70
D.C.
Viviendo en nuestro tiempo, y quizás sin ser estudiosos de la
historia de la iglesia, dejamos de reconocer la horrible
230
Apocalipsis
pecaminosidad de la iglesia romana a través de los siglos. Ella
está literalmente saturada de la sangre de los mártires. La
inquisición instituida por el Papa Inocente III en 1230, fue
responsable de la tortura y muerte de cientos de miles de
creyentes protestantes. Durante la época de la Reforma, de
nuevo hubo masacres de santos evangélicos, y esto será hecho
por ellos otra vez, con vigor y cruel ferocidad, cuando el
Anticristo llegue a tener plenos poderes.
Pero Dios se acuerda del pasado. Todas esas almas que en
Apocalipsis 6:9-10 están debajo del altar, y que fueron muertas
a través de todas las generaciones, deben ser vengadas por
un Dios que es santo. El imperio romano fue responsable de
la muerte de la Cabeza de la iglesia, nuestro glorioso Señor
Jesús, por medio del cargo del procurador Poncio Pilato. Ello
continuó con las diez persecuciones específicas bajo el
mandato de emperadores posteriores. Dios no ha olvidado
esto, y el tiempo del juicio ha llegado, con las citas de Jeremías
50:15: “Gritad contra ella en derredor; se rindió; han caído
sus cimientos, derribados son sus muros, porque es venganza
de Jehová. Tomad venganza de ella; haced con ella como ella
hizo”.
La idea de una doble retribución se encuentra en los juicios
de Dios sobre Israel. El Señor levantó a Babilonia para juzgar
a Israel por sus pecados, como se ve en Jeremías 16:18: “Pero
primero pagaré al doble su iniquidad y su pecado; porque
contaminaron mi tierra con los cadáveres de sus ídolos, y de
Apocalipsis
231
sus abominaciones llenaron mi heredad”. La Babilonia
espiritual heredará ahora el mismo destino; sus seguidores serán
juzgados ahora.
18:6 - “Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble
según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida,
preparadle a ella el doble”. Esto es continuación de Jeremías
50:29: “Pagadle según su obra; conforme a todo lo que ella
hizo”. De nuevo, esto nos habla de la Babilonia natural.
Ahora sigue una denuncia de su vida de lujos, tan aborrecida
por el Todopoderoso por la soberbia y la arrogancia que revela.
Las hijas de Sion eran de esa manera censuradas y reprendidas
en Isaías 3:16-17: “Asimismo dice Jehová: Por cuanto las hijas
de Sion se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y con
ojos desvergonzados; cuando andan van danzando, y haciendo
son con los pies; por tanto, el Señor raerá la cabeza de las hijas
de Sion, y Jehová descubrirá sus vergüenzas”.
18:7 - “Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites,
tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón:
Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré
llanto”. Esta última frase es una cita de Isaías 47:8: “Oye, pues,
ahora esto, mujer voluptuosa, tú que estás sentada
confiadamente, tú que dices en tu corazón: Yo soy, y fuera de
mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad”.
18:8 - “Por lo cual en un solo día vendrán sus plagas;
232
Apocalipsis
muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque
poderoso es Dios el Señor, que la juzga”. Esa seguridad en sí
misma, tan carente de fundamentos, será recompensada por
un juicio triple de muerte, lamentación y hambre. Esto le
sobrevendrá en un solo día. El testimonio del juicio es acorde
con lo acontecido a la antigua Babilonia en los días de Belsasar,
como se registra en Daniel 5:30: “La misma noche fue muerto
Belsasar rey de los caldeos”.
18:9 - “Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y
con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación
sobre ella, cuando vean el humo de su incendio”. Los diez
reyes acabarán por completo con ella, mientras que los otros
reyes harán lamentación sobre ella. En esta descripción está
claro que Babilonia será totalmente consumida por el fuego, y
las llamas serán tales (como lo veremos en el siguiente versículo),
que los reyes de la tierra se pararán lejos”.
18:10 - “Parándose lejos por el temor de su tormento,
diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad
fuerte; porque en una hora vino tu juicio!” Esto ya ha sido
confirmado por el profeta en Isaías 25:2: “Porque convertiste
la ciudad en montón, la ciudad fortificada en ruina; el alcázar de
los extraños para que no sea ciudad, ni nunca jamás sea
reedificado”. También Isaías 47:11 declara: “Vendrá, pues, sobre
ti mal, cuyo nacimiento no sabrás; caerá sobre ti
quebrantamiento, el cual no podrás remediar; y destrucción que
Apocalipsis
233
no sepas vendrá de repente sobre ti”. Luego viene la segunda
endecha. La primera fue la de los reyes de la tiera, y ahora
escuchamos la de los mercaderes, quienes se han enriquecido
con el deseo de riquezas de la iglesia falsa.
18:11-16 - “Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen
lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus
mercaderías; mercadería de oro, de plata, de piedras
preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de
escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil,
de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de
mármol; y canela, especias aromáticas, incienso, mirra,
olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas,
caballos y carros, y esclavos, almas de hombres. Los frutos
codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas
exquisitas y espléndidas te han faltado, y nunca más las
hallarás. Los mercaderes de estas cosas, que se han
enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor
de su tormento, llorando y lamentando, y diciendo: ¡Ay, ay,
de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de
púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de
piedras preciosas y de perlas!”
El pasaje anterior es muy parecido en carácter a las
lamentaciones pronunciadas sobre Tiro, como lo registra
Ezequiel 27. El príncipe de Tiro es también un símbolo de
Satanás. Vale la pena observar que la causa de la caída original
234
Apocalipsis
de Lucifer se presenta en Ezequiel 28:14-17: “Tú, querubín
grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí
estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto
eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta
que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus
contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que
yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras
de fuego, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa
de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu
esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te
pondré para que miren en ti”.
Veintiocho artículos de mercadería, relacionados con Babilonia,
se mencionan en estos versículos. Las llamas que consuman a
Babilonia serán una experiencia anticipada de los tormentos
eternos del lago de fuego.
18:17-19 - “Porque en una hora han sido consumidas tantas
riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y
marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon
lejos; y viendo el humo de su incendio, dieron voces,
diciendo: ¿Qué ciudad es semejante a esta gran ciudad? Y
echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y
lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual
todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido
de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada!” La
tercera endecha es la de los marineros. Lo repentino de la
Apocalipsis
235
destrucción es enfatizado por un concepto que se repite tres
veces: “en una hora ha venido tu juicio; has sido reducida a
nada y has sido desolada”. Por lo tanto, Babilonia experimenta
lo mismo que Tiro. Los mercaderes y los marineros se lamentan
por el hecho de que su fuente de ingresos ha sido destruida por
un infierno ardiente.
18:20 - “Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos,
apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en
ella”. Luego hay un mandato para que los cielos se regocijen
juntamente con los santos apóstoles y los profetas, porque Dios
los ha vengado, derramando juicio sobre los que los privaron
de la vida.
18:21 - “Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una
gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: Con
el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad,
y nunca más será hallada”. En este versículo está demostrado
que el derrocamiento de Babilonia será violento. En simbología,
esto fue manifestado por el profeta en Jeremías 51: 60-64:
“Escribió, pues, Jeremías en un libro todo el mal que había de
venir sobre Babilonia, todas las palabras que están escritas
contra Babilonia. Y dijo Jeremías a Seraías: Cuando llegues a
Babilonia, y veas y leas todas estas cosas, dirás: Oh Jehová, tú
has dicho contra este lugar que lo habías de destruir, hasta no
quedar en él morador, ni hombre ni animal, sino que para
siempre ha de ser asolado. Y cuando acabes de leer este libro,
le atarás una piedra, y lo echarás en medio del Eufrates, y dirás:
236
Apocalipsis
Así se hundirá Babilonia, y no se levantará del mal que yo traigo
sobre ella; y serán rendidos. Hasta aquí son las palabas de
Jeremías”.
Cuando uno estudia atentamente este libro, es asombroso que
casi el diez por ciento del libro de Apocalipsis abarca la
condenación y destrucción de Babilonia. Basados en esto,
podemos entender la impresionante enormidad de sus pecados
que, desde el tiempo de Nimrod, han prácticamente envuelto a
la población mundial. Entonces empezamos a comprender el
odio santo de Dios por Babilonia, y por todo lo que ella
representa. Será destruida con violencia porque ha perpetrado
violencia desde sus inicios. Por lo tanto, el ángel continúa
reiterando la determinación de su caída.
18:22-24 - “Y voz de arpistas, de músicos, de flautistas y de
trompeteros no se oirá más en ti; y ningún artífice de oficio
alguno se hallará más en ti, ni ruido de molino se oirá más
en ti. Luz de lámpara no alumbrará más en ti, ni voz de
esposo y de esposa se oirá más en ti; porque tus mercaderes
eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron
engañadas todas las naciones. Y en ella se halló la sangre
de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido
muertos en la tierra”. La alegría y el regocijo de Babilonia
son silenciados para siempre a consecuencia de la multitud de
sus diversas perversidades, con las cuales engañaba a la
humanidad.
Apocalipsis
237
CAPÍTULO DIECINUEVE
La culminación del juicio de la ramera
19:1-5 - “Después de esto oí una gran voz de gran multitud
en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria
y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicos son
verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que
ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado
la sangre de sus siervos de la mano de ella. Otra vez dijeron:
¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos.
Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se
postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado
en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! Y salió del trono una
voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y
los que le teméis, así pequeños como grandes”.
Esta sección es una continuación del capítulo diecisiete que trata
sobre el juicio de la gran ramera. La ira de Dios tiene estas
proporciones porque tanto la Babilonia natural, como la
espiritual, han corrompido la faz de la obra de Dios sobre la
tierra. Ella ha dado muerte a los profetas y a los apóstoles, y
ahora Dios está vengando la sangre que ella hizo derramar. El
juicio es tan grande que el humo de su tormento se levantará
perpetuamente. Este es un tormento eterno. Amados, en su
paciencia y longanimidad, Dios ha fijado un día límite. En el
tiempo señalado por Dios, Él juzgará a nuestros enemigos.
238
Apocalipsis
LA CENA DE LAS BODAS DEL CORDERO
(19:6-10)
Como hemos dicho a menudo, en toda la palabra de Dios fluye
el tema de dos mujeres. La una representa todo lo que es bueno
y puro, mientras que la otra es una mujer extraña, que abandona
las sendas de justicia para seguir el camino del pecado,
convirtiéndose en la absoluta personificación del mal. De esa
manera comenzó El Misterio de la Babilonia sus caminos de
maldad, abandonando las sendas del justo Noé y yéndose por
los senderos secretos de las tinieblas, convirtiéndose en la
amante que gobierna a la iglesia falsa. Sin embargo, todo el
cielo recibe ahora la orden de alabar al Señor.
19:6-7 - “Y oí como la voz de una gran multitud, como el
estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes
truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios
Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle
gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su
esposa se ha preparado”. ¡Qué contraste! He aquí la plenitud
de la mujer virtuosa de Proverbios 31:10-11, aquella en quien
el corazón de su marido está confiado. He aquí la esposa del
Cordero de Dios.
Como esposa sabia, ella se ha preparado. ¿Qué significa esto?
Fundamentalmente indica que ella está llena de las virtudes de
su esposo celestial, el fruto del Espíritu. Como la mujer de
Apocalipsis
239
Proverbios, ella es industriosa y sabia, atiende bien su casa y
guarda su corazón con toda diligencia, porque sabe bien que
de éste mana la vida (Pr. 4:23).
19:8 - “Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino,
limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones
justas de los santos”. No debemos olvidar nunca que somos
lo que somos por la gracia de Dios. Sin su gracia, no somos
nada. Es únicamente por su divino favor que tenemos la vida
eterna, la salvación del infierno, y el derecho de hacer de la
gloria celestial nuestra morada perdurable.
Por lo tanto, este versículo inicia con esa reflexión de la gracia
en que la esposa del Cordero está vestida de lino fino, limpio y
blanco. Oh amados, comprendamos nuestra necesidad de
depender de la gracia de Dios; porque es sólo por su gracia
que podemos calificar para estar en el grupo de los que
constituyen su esposa.
Está claro que debemos estar vestidos de su justicia y de su
pureza, como lo declara el apóstol Pablo en Filipenses 3:9: “Y
ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la
ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios
por la fe”. Nuestro clamor debe ser siempre: “Oh, Dios, crea
en mí un corazón limpio”.
Ahora vamos a ser introducidos a una verdad que ha sido
encontrada en varios versículos más de la palabra de Dios, y
240
Apocalipsis
que ahora tiene su cumplimiento aquí.
19:9 - “Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los
que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me
dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios”. El Señor
Jesucristo se refirió con frecuencia a la fiesta judía de las bodas,
para demostrar ciertas verdades espirituales acerca de su
segunda venida. Por lo cual es importante que revisemos
brevemente algunos de los aspectos prominentes de las
costumbres nupciales judías, antes de pensar en el versículo
nueve.
En los tiempos de los patriarcas, se consideraba un deber del
padre del novio obtener esposa para su hijo. Ejemplo de ello
es el pasaje en el cual Abraham le dice a su siervo Eliezer qué
clase de esposa debe escoger para su hijo Isaac (Gn. 24:3-6).
“Tomar mujer” era la expresión bíblica normal, y la acción se
expresaba con la ceremonia en que la esposa era tomada de la
casa de su padre”.
Esto ocurría por lo general un año después del desposorio, que
equivale a nuestro compromiso matrimonial. Este año le permitía
al esposo preparar una casa para su esposa, como lo vemos en
las palabras de Cristo en Juan 14:1-3: “No se turbe vuestro
corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi
Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera
dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere
y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo,
Apocalipsis
241
para que donde yo estoy, vosotros también estéis”. De esa
manera, una vez preparada la casa, el padre del esposo señalaba
el momento en que éste llegaría a tomar su mujer.
Están los acompañantes o amigos del esposo, que van con él a
la casa de la desposada. Juan el Bautista dijo en Juan 3:29: “El
que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que
está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del
esposo; así pues, este mi gozo está cumplido”. De igual manera,
la desposada era acompañada de sus doncellas, llamadas
vírgenes, que integraban el cuerpo nupcial con que el esposo
regresaba a su propia casa.
El momento exacto de la llegada del esposo no se conocía,
como lo constata Mateo 25:5-6: Y tardándose el esposo,
cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó
un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!” Las
verdaderas bodas se celebraban con una fiesta. Los asistentes
eran el cuerpo nupcial y los convidados. Para los convidados,
había vestiduras especiales.
Los que no llevaban vestiduras eran rechazados, como lo
esclarece la parábola de Mateo 22:11-14: “Y entró el rey para
ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba
vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin
estar vestido de boda? Mas él enmudeció. Entonces el rey dijo
a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las
Apocalipsis
242
tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Porque
muchos son llamados, y pocos escogidos”.
En resumen, lo que hemos estado diciendo es esto: En una
boda existen fundamentalmente los grupos siguientes:
1. El esposo
2. La esposa
3. Los amigos o acompañantes del esposo
4. Las acompañantes, doncellas o vírgenes que integran
el grupo de la esposa
5. Los convidados a las bodas
Por consiguiente, cuando llegamos a la quinta bienaventuranza
del libro de Apocalipsis, los benditos son los llamados a la cena
de las bodas del Cordero. Estos creyentes no son la esposa
del Cordero, sino otros que tienen el privilegio de estar en la
cena de las bodas. Muchas interrogantes surgen ahora, tales
como: ¿Quiénes son los convidados, y en qué difieren de la
esposa?
El Cantar de los Cantares nos ayuda a contestar estas preguntas.
Salomón, simbolizando el esposo, dice en Cantares 6:9: “Mas
una es la paloma mía, la perfecta mía; es la única de su madre,
la escogida de la que la dio a luz. La vieron las doncellas, y la
llamaron bienaventurada; las reinas y las concubinas, y la
Apocalipsis
243
alabaron”. Vemos aquí algunos de los grupos celestiales—
doncellas, reinas y concubinas. Pero sobre todas está su paloma,
su impoluta. Habiendo visto todas estas maravillas, Juan
prosigue.
19:10 - “Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me
dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus
hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios;
porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”.
Una de las verdades de este versículo radica en la importancia
que se le adjudica a la profecía. Se declara que el testimonio de
Jesús es el espíritu de la profecía. De hecho, toda la palabra de
Dios está básicamente saturada de profecía. La palabra está
escrita bajo la inspiración del Espíritu Santo mismo.
Por lo tanto, vemos por qué Pablo nos conseja no apagar el
Espíritu, en 1 Tesalonicenses 5:19-20: “No apaguéis el Espíritu.
No menospreciéis las profecías”. Asimismo, necesitamos
prestar atención a la amonestación de Pablo en 1 Corintios
14:1: “Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero
sobre todo que profeticéis”. También el versículo diez nos habla
del hecho de que los ángeles verdaderos se niegan a recibir
adoración, la cual sólo le pertenece por derecho a Dios. Sin
embargo, los ángeles falsos buscan almas engañadas para que
les rindan culto.
Ahora, en los versículos siguientes, veremos al Señor que
244
Apocalipsis
aparece después de la fiesta de bodas, un hecho que es
verificado en Lucas 12:35-37: “Estén ceñidos vuestros lomos,
y vuestras lámparas encendidas; y vosotros sed semejantes a
hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas,
para que cuando llegue y llame, le abran en seguida.
Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando
venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará
que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles”.
LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO (19:11-21)
19:11 - “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo
blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y
con justicia juzga y pelea”. El Señor Jesús es llamado Fiel y
Verdadero. Isaías 11:5 dice acerca de Cristo: “Y será la justicia
cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura”. Ser
llamado fiel, de la misma manera en que Moisés fue llamado
fiel en toda su casa, es indicativo de firmeza, confiabilidad,
estabilidad y adhesión a la obra que se le ha encomendado.
Esta tarea consiste en llevar completamente a cabo la voluntad
de Dios para su vida, en el presente y en la eternidad. Verdadero
significa estar lleno de la verdad, porque Él es la palabra
encarnada. Contiene también el sentido de autenticidad.
Ciertamente, Él es el único verdaderamente auténtico, lo que
en un sentido significa ser una vasija purificada de toda escoria,
o que no tiene mezcla.
Apocalipsis
245
Es evidente ahora que Él avanza para hacer guerra contra los
enemigos de la verdad y de la justicia. Va montado sobre un
caballo blanco. Esto en sí es símbolo de monarquía y gobierno,
ya que en tiempos pretéritos, como lo hiciera David, los jueces,
reyes y gobernantes, cabalgaron sobre mulas o asnos blancos.
“Con justicia juzga y pelea”. Esta última guerra, Armagedón,
juzgará a los poderes de la trinidad impía y los derrotará.
19:12 - “Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su
cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que
ninguno conocía sino él mismo”. Esos ojos penetrantes, como
llama de fuego, nos hablan de los ojos de Cristo que todo lo
ven. Sus ojos son penetrantes y ante Él todas las cosas están
desnudas. Esas muchas diademas se refieren a sus victorias.
Ciertamente, una de estas diademas será la corona de justicia
que Pablo menciona en 2 Timoteo 4:8: “Por lo demás, me está
guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez
justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que
aman su venida”.
19:13 - “Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su
nombre es: EL VERBO DE DIOS”. Las vestiduras del Señor
están teñidas en sangre. La sangre de sus vestiduras nos habla
de la victoria adquirida con sangre en la cruz, y también de la
victoria obtenida sobre sus enemigos, a quienes matará cuando
regrese.
246
Apocalipsis
Leemos de su venida en Isaías 63: 1-6: “¿Quién es éste que
viene de Edom, de Bosra, con vestidos rojos? ¿éste hermoso
en su vestido, que marcha en la grandeza de su poder? Yo, el
que hablo en justicia, grande para salvar. ¿Por qué es rojo tu
vestido, y tus ropas como del que ha pisado en lagar? He pisado
yo solo el lagar, y de los pueblos nadie había conmigo; los pisé
con mi ira, y los hollé con mi furor; y su sangre salpicó mis
vestidos, y manché todas mis ropas. Porque el día de la venganza
está en mi corazón, y el año de mis redimidos ha llegado. Miré,
y no había quien ayudara, y me maravillé que no hubiera quien
sustentase; y me salvó mi brazo, y me sostuvo mi ira. Y con mi
ira hollé los pueblos, y los embriagué en mi furor, y derramé en
tierra su sangre”.
El pergamino palestino traduce Génesis 49:11 de esta manera:
“¡Cuán bello es el Rey Mesías! Se ciñe sus lomos y sale a
hacer guerra contra sus enemigos. Matará a reyes y príncipes,
y enrojecerá los ríos con la sangre de sus muertos. Sus vestiduras
estarán teñidas de sangre y Él mismo lo estará con el jugo del
lagar”.
El Señor del cielo y de la tierra aparece como el Verbo de
Dios. Aquí tenemos un retrato más de Cristo, el Verbo de Dios
Encarnado, a quien Juan describió en su evangelio. “Y aquel
Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su
gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y
de verdad” (Juan 1:14).
Apocalipsis
247
19:14 - “Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo,
blanco y limpio, le seguían en caballos blancos”. Estos son
los escogidos, los redimidos. El Señor dijo en Mateo 24:31:
“Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a
sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo
hasta el otro”.
Es interesante e importante observar que dondequiera que se
impone un juicio, las personas a quienes se les concede la honra
de imponer el juicio son descritas como la personificación de la
pureza. La autoridad de Cristo radica además en el hecho de
que Él pudo decir en Juan 14:30: “No hablaré ya mucho con
vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada
tiene en mí”.
Cristo llevaba una vida pura y separada, y el diablo nada tenía
en Él, no tenía ningún poder sobre Él. Si nosotros queremos
gobernar y reinar con el Señor, debemos también ser puros de
corazón.
19:15 - “De su boca sale una espada aguda, para herir con
ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él
pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios
Todopoderoso”. Este pasaje es análogo a Isaías 11:4: “Sino
que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por
los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca,
y con el espíritu de sus labios matará al impío”.
Apocalipsis
248
Cristo regirá con vara de hierro. Esto se menciona
proféticamente en el Salmo 2:9, y también en Apocalipsis 2:27.
Ciertamente, cuando Él regrese, será en venganza. No sólo
castigará a las naciones con vara de hierro en su venida, que es
irónico en el sentido de que el último reino es de hierro (el
imperio romano resucitado), sino que también gobernará con
vara de hierro en el milenio. Nadie se desviará de las leyes de
Dios como se hace hoy. Luego Dios se refiere a pisar el lagar
del vino de su ira. Esto ya ha sido mencionado anteriormente
en Isaías 63:1-6 con respecto al versículo 13. Por lo cual, aquí
en este versículo, hay tres aspectos de juicio que son aludidos,
es decir:
1. La espada que está en su boca
2. La vara que está en su mano
3. Pisar con sus pies el lagar del vino de su ira
(ver también 14:19)
19:16 - “Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este
nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”. Cuando
el Señor venga, no habrá lugar para equivocarse en cuanto a su
identidad. Todos verán lo que está escrito (un rótulo) en su
vestidura y en su muslo cuando cabalgue sobre su caballo. Este
escrito declara que Él es el REY DE REYES y el SEÑOR DE
SEÑORES—el gobernante supremo del universo bajo Dios
Padre.
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249
La batalla final
19:17-21 - “Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y
clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en
medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios,
para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes
de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de
todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Y vi a la bestia,
a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para
guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su
ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta
que había hecho delante de ella las señales con las cuales
había engañado a los que recibieron la marca de la bestia,
y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados
vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los
demás fueron muertos con la espada que salía de la boca
del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de
las carnes de ellos”.
Esta cena, en la cual las aves del cielo consumen la carne de los
muertos, es explicada con más detalle por boca del profeta, en
Ezequiel 39: 17-20: “Y tú, hijo de hombre, así ha dicho Jehová
el Señor: Dí a las aves de toda especie, y a toda fiera del campo:
Juntaos, y venid; reuníos de todas partes a mi víctima que
sacrifico para vosotros, un sacrificio grande sobre los montes
de Israel; y comeréis carne y beberéis sangre. Comeréis carne
de fuertes, y beberéis sangre de príncipes de la tierra; de
carneros, de corderos, de machos cabríos, de bueyes y de
250
Apocalipsis
toros, engordados todos en Basán. Comeréis grosura hasta
saciaros, y beberéis hasta embriagaros de sangre de las víctimas
que para vosotros sacrifiqué. Y os saciaréis sobre mi mesa, de
caballos y de jinetes fuertes y de todos los hombres de guerra,
dice Jehová el Señor ”.
Este juicio tendrá lugar sobre los montes de Israel. De acuerdo
con Isaías 63, será también sobre los montes de Edóm. En
Apocalipsis 14:20, el juicio será probablemente al oriente de la
ciudad de Jerusalén, abarcando toda la longitud de la nación,
alrededor de doscientas millas. Este será el alcance del territorio
de los ejércitos invasores, que ya habrá sido ocupado por ellos
mismos.
El Anticristo y los reyes de la tierra se reunirán para esta batalla,
lo cual es muy parecido a lo que Nimrod se propuso hacer al
construir la torre de Babel. Cuán imposible e inútil es combatir
a Dios, sin embargo, la bestia y sus seguidores están tan
engañados que intentan llevar a cabo lo ridículo. El resultado
está claro.
Y tal como Dios lo estableció aproximadamente dos mil años
antes del suceso, la bestia y el falso profeta son echados vivos
al lago de fuego, juntamente con los engañados—todos los que
recibieron la marca de la bestia. Yo no puedo más que recordar
los acontecimientos que tuvieron lugar durante la caída de la
Alemania Nazi, cuando se supo que Adolfo Hitler se había
suicidado. Muchas personas de la élite joven del país, también
Apocalipsis
251
se suicidaron. ¿Por qué? Todas sus aspiraciones habían
quedado destruidas por haber confiado en un hombre que era
un monstruo.
Por lo tanto, tengo la certeza de que éste será el fin de todos
los que siguen a la bestia, cuando descubran que ha sido arrojada
al lago de fuego. Quedarán completamente desmoralizados.
Pero lo que será infinitamente peor para ellos, es que serán
condenados al lago de fuego que arde con azufre, como hemos
visto en el capítulo 14:9-10. En el capítulo 19:21, leemos que
el remanente de los ejércitos, morirá por la espada que sale de
la boca del Señor.
252
Apocalipsis
Apocalipsis
253
Parte 4
Apocalipsis Capítulo 20
EL MILENIO
254
Apocalipsis
Apocalipsis
255
Parte 4
20:1-15
EL MILENIO
En la Parte IV contemplaremos el milenio. Este es el período
de mil años que comienza inmediatamente después de la segunda
venida del Señor. Los judíos serán restaurados a la tierra en
este tiempo, y Cristo reinará desde su trono en Jerusalén. David
será el príncipe de Israel (bajo Cristo), y los santos vencedores
de Dios que han calificado, gobernarán y reinarán con su amado
Señor.
El juicio de Satanás
20:1-3 - “Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave
del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al
dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y
lo ató por mil años; Y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y
puso su sello sobre él, para que no engañase más a las
naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y despues
de esto debe ser desatado por un poco de tiempo”.
256
Apocalipsis
De nuevo, vemos que los ángeles, mensajeros del Señor que
ejecutan su voluntad, son usados aquí con el objeto de atar a
Satanás. Es importante observar que es el Señor mismo, el que
tiene las llaves del infierno, como lo leemos en Apocalipsis 1:18:
“Yo soy el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por
los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y
del Hades”. Este ángel es simplemente su emisario. De manera
que Satanás es atado por mil años, ya que al final del reino
milenial de Cristo sobre la tierra, se necesita que Satanás engañe
nuevamente a las naciones impías. Vemos, entonces, dos
verdades muy importantes aquí.
Primero que todo, habrá rebelión en el milenio—un hecho que
se recalca en Zacarías 14:16-19: “Y todos los que sobrevivieren
de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año
en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar
la fiesta de los tabernáculos. Y acontecerá que los de las familias
de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey,
Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia. Y si la
familia de Egipto no subiere y no viniere, sobre ellos no habrá
lluvia; vendrá la plaga con que Jehová herirá las naciones que
no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Esta será la
pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las naciones
que no subieren para celebrar la fiesta de los tabernáculos”.
Asimismo, Dios pone a Satanás completamente bajo control.
Él es usado por Dios para realizar sus propósitos eternos. Tan
Apocalipsis
257
pronto como el propósito ha concluido, Satanás, como vemos
en el versículo 10, será echado en el lago de fuego juntamente
con la bestia y el falso profeta. Es así que en el transcurso del
reinado milenial de Cristo sobre la tierra, no habrá más actividad
demoníaca, pero el pecado original sí estará presente a causa
de la naturaleza adámica dentro del hombre.
20:4-6 - “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que
recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los
decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la
palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a
su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en
sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Pero
los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se
cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera
resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre
éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y
reinarán con él mil años”.
La primera resurrección
Hay dos resurrecciones específicas:
1. La resurrección que tiene lugar en la segunda venida
de Cristo.
2. La resurrección general que tiene lugar después del
reinado milenial de Cristo sobre la tierra.
258
Apocalipsis
No todos los cristianos tendrán parte en la primera
resurrección. Esta es solamente para los santos vencedores
que resucitarán y recibirán sus cuerpos glorificados para vivir
y reinar con el Señor durante su reinado milenial sobre la tierra.
Esto se esclarece muy bien en la palabra de Dios. El apóstol
Pablo dijo en Filipenses 3:10-11: “A fin de conocerle, y el
poder de su resurrección, y la participación de sus
padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si
en alguna manera llegase a la resurrección de los muertos”.
El deseo y meta de Pablo era calificar para la primera
resurrección, la cual se menciona en Apocalipsis 20:5-6. Esta
palabra “resurrección” que Pablo usa en Filipenses 3:11 es en
griego una palabra compuesta que se emplea solamente aquí, y
cuyo significado es resurrección de entre los muertos. Esto
sugiere que en esta ocasión sólo resucitarán algunos muertos,
no todos. Pablo deseaba estar en este grupo especial y selecto
de “gente llamada de entre los muertos”. Obviamente, si se
pudiera suponer que basta con ser creyente para resucitar
automáticamente en esta ocasión, Pablo jamás se hubiera
esforzado ni hubiera anhelado calificar para estar en este grupo.
Por lo tanto, sólo un grupo selecto de creyentes que son santos
resucitarán en este momento. Ellos recibirán cuerpos glorificados
y gobernarán y reinarán con Cristo durante su reinado milenial.
Ellos serán reyes y sacerdotes que enseñarán a las naciones los
Apocalipsis
259
estatutos de Dios. El resto de los salvos y de los perdidos, no
resucitará sino hasta después del reinado milenial del Señor,
cuando todos comparezcan ante Él para dar cuenta de sus vidas
(Ap. 20:12-15).
Los requisitos de la primera resurrección pueden ser
establecidos brevemente de la siguiente manera:
1. Experimentando Filipenses 3:10-11, que incluye:
a. Conocer a Dios en forma íntima
b. Conocer el poder de su resurrección
c. Conocer la participación de sus padecimientos
d. Llegar a ser semejantes a Él en su muerte
2. Los que son decapitados por su testimonio, habiendo
rechazado la marca de la bestia, tienen parte en la primera
resurrección.
3. También están incluidos los que son benditos y santos,
lo cual significa que han sido contados por dignos de
recibir la abundancia de la gracia y el don de la justicia,
como lo dice Romanos 5:17, y que son santos en todo el
sentido de la palabra.
La última gran batalla
20:7-10 - “Cuando los mil años se cumplan, Satanás será
suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que
260
Apocalipsis
están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog,
a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es
como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la
tiera, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad
amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió.
Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego
y azufre, donde estaba la bestia y el falso profeta; y serán
atormentados día y noche por los siglos de los siglos”.
Satanás será puesto en libertad por un corto tiempo, después
de mil años, y saldrá a engañar a Gog y a Magog, que son
(como nos lo indica Josefo en su libro Antigüedades de los
Judíos) los nietos de Noé de la descendencia de Jafet, quienes
habitaban en el área que los griegos denominan Galacia. Los
griegos llaman descendientes de Magog a los escitas. Los dos
se encuentran situados en lo que hoy sería el país de Turquía.
El profeta Ezequiel se expresó elocuentemente contra estos dos
países, como lo vemos en Ezequiel 39:2-7: “Y te quebrantaré,
y te conduciré y te haré subir de las partes del norte, y te traeré
sobre los montes de Israel; y sacaré tu arco de tu mano
izquierda, y derribaré tus saetas de tu mano derecha. Sobre los
montes de Israel caerás tú y todas tus tropas, y los pueblos que
fueron contigo; a aves de rapiña de toda especie, y a las fieras
del campo, te he dado por comida. Sobre la faz del campo
caerás; porque yo he hablado, dice Jehová el Señor. Y enviaré
fuego sobre Magog, y sobre los que moran con seguridad en
las costas; y sabrán que yo soy Jehova”.
Apocalipsis
261
Ezequiel 39:2-7 revela que Gog y Magog estarán entre los
principales adversarios de Israel antes de la segunda venida.
Luego, al final del milenio, como se ve en Apocalipsis 20:7-10,
nuevamente serán engañados por Satanás para que se levanten
contra la ciudad amada, Jerusalén. Otra vez serán destruidos,
y ahora, a perpetuidad. Como ya lo hemos mencionado, Satanás
será confinado para siempre al lago de fuego, una vez que su
utilidad para Dios haya terminado.
El juicio del gran trono blanco
20:11-15 “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado
en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún
lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y
pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y
otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron
juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en
los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos
que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los
muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno
según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al
lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se
halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de
fuego”.
Este será el acontecimiento más impresionante en los anales de
la historia de la humanidad, cuando toda persona comparezca
ante el trono de Dios. Este es el momento en que se aplicará a
262
Apocalipsis
todos la justicia verdadera. La cara del juicio es tan austera
que la tierra y el cielo huyen de aquel que está en el trono. Nos
será útil, para entender esta verdad, reflexionar sobre algunos
versículos que tratan sobre la gran responsabilidad que tenemos
de nuestras acciones, palabras y desempeño en esta vida.
• 1 Corintios 3:13: “La obra de cada uno se hará
manifiesta; porque el día la declará, pues por el
fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál
sea, el fuego la probará”.
• 2 Corintios 5:10-11: “Porque es necesario que todos
nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo,
para que cada uno reciba según lo que haya hecho
mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos
a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que
somos; y espero que también lo sea a vuestras
conciencias”.
• Gálatas 6:7: “No os engañéis; Dios no puede ser
burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso
también segará”.
• Mateo 5:19-20: “De manera que cualquiera que
quebrante uno de estos mandamientos muy
pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño
será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera
Apocalipsis
263
que los haga y los enseñe, éste será llamado grande
en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra
justicia no fuere mayor que la de los escribas y
fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”.
• Mateo 12:36-37: “Mas yo os digo que de toda
palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán
cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras
serás justificado, y por tus palabras serás
condenado”.
• Romanos 2:5-13,16: “Pero por tu dureza y por tu
corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira
para el día de la ira y de la revelación del justo
juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme
a sus obras: vida eterna a los que, perseverado en
bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad,
pero ira y enojo a los que son contenciosos y no
obedecen a la verdad, sino que obedecen a la
injusticia; tribulación y angustia sobre todo ser
humano que hace lo malo, el judío primeramente y
también el griego, pero gloria y honra y paz a todo
el que hace lo bueno, al judío primeramente y
también al griego; porque no hay acepción de
personas para con Dios. Porque todos los que sin
ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos
los que bajo la ley han pecado, por la ley serán
264
Apocalipsis
juzgados; porque no son los oidores de la ley los
justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán
justificados. Porque cuando los gentiles que no
tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley,
éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos,
mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones,
dando testimonio su conciencia, y acusándoles o
defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que
Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los
hombres, conforme a mi evangelio”.
Luego, se lleva un libro en el que todos nuestros hechos y
pensamientos quedan registrados. Seremos juzgados de
conformidad. Que Dios nos conceda recibir la gracia para vivir
el resto de nuestras vidas teniendo en cuenta el tribunal de Dios,
y nos especialicemos en el amor y en la sabiduría. La pregunta
más importante es esta: ¿Está escrito nuestro nombre en el Libro
de la Vida? De no estarlo, seremos echados en el lago de fuego
juntamente con todos los condenados que están en el infierno.
Esta es la muerte segunda.
Apocalipsis
265
Parte 5
Apocalipsis Capítulos 21-22
CIELO NUEVO
Y TIERRA NUEVA
266
Apocalipsis
Apocalipsis
267
Parte 5
21:1 - 22:21
CIELONUEVOYTIERRANUEVA
21:1-3 - “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el
primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no
existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva
Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una
esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo
que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres,
y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo
estará con ellos como su Dios”.
Vemos en esta porción de la Escritura que la dispensación de
esta creación pasará después del milenio. Y, como lo expresa
el Señor en el versículo cinco: “He aquí, yo hago nuevas todas
las cosas”, las cosas anteriores pasaron, como lo describe Isaías
65:17-18: “Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva
tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al
pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en
las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a
Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo”. (Ver también 2 Pedro
3:12-14).
268
Apocalipsis
Se nos presenta aquí la Jerusalén Celestial, adornada como
una esposa preparada para su marido. El propósito de la
Jerusalén Celestial es ser la habitación del Señor. Es el
tabernáculo o la morada de Dios, así como nosotros somos los
templos del Dios viviente (2 Co. 6:16).
21:4-5 - “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos;
y ya no habrá muerte; ni habrá más llanto, ni clamor, ni
dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba
sentado en el trono dijo: He aqui, yo hago nuevas todas las
cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles
y verdaderas”. Nuevamente se nos da la seguridad de que el
Señor enjugará todas nuestras lágrimas, refiriéndose a los
pesares anteriores de esta vida, porque todas las cosas pasaron
y no serán recordadas nunca más ni entrarán en nuestras mentes.
Este es uno de los atributos más bondadosos de la Deidad:
Dios se olvida. Y nosotros, también, seremos capaces de
olvidar todas las angustias de esta dispensación presente.
21:6 - “Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el
principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente
de la fuente del agua de la vida”. Uno de los títulos del Señor
es el Alfa y la Omega, cuyo significado es que lo que Él
comienza, indefectiblemente lo acabará. Por lo tanto, tenemos
el privilegio de contemplar, por medio de la revelación que le
fue comunicada a Juan el Amado, aquello que el Señor
determinó desde antes de la fundación del mundo.
Apocalipsis
269
1 Corintios 15:24-26 dice: “Luego el fin, cuando entregue el
reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio,
toda autoridad y potencia” Porque preciso es que él reine hasta
que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el
postrer enemigo que será destruido es la muerte”. Nosotros
podremos beber abundantemente de la fuente del agua de la
vida. Y, tal como lo dijo Él en Juan 10:10: “El ladrón no viene
sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan
vida, y para que la tengan en abundancia”.
21:7 - “El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré
su Dios, y él será mi hijo”. Ahora vienen las promesas para
los vencedores. Permítasenos decir, a este nivel de nuestro
estudio, que es de suma importancia darnos cuenta de que todas
las promesas de Dios son exclusivamente para los vencedores.
Esto es verdad con respecto a los mensajes a las siete iglesias.
Esas promesas también se aplican sólo a los vencedores. Por
consiguiente, por la gracia de Dios, debemos pedir gracia para
tener victoria sobre la carne, el mundo y el diablo, y para ser
como aquellos del capítulo 12:11, quienes menospreciaron sus
vidas hasta la muerte. El Señor les dice a los vencedores que Él
será su Dios y que ellos serán sus hijos.
21:8 - “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y
homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos
los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con
fuego y azufre, que es la muerte segunda”. Ahora, hay una
270
Apocalipsis
lista de ocho categorias de inicuos que tendrán su parte en el
lago de fuego, que es la muerte segunda.
1. Los cobardes son los que juzgan a Dios como indigno de
su confianza. Se niegan a ejercitar la fe, pero se apoyan en
el brazo de la carne como su ayuda. Se avergüenzan de
Cristo y temen a lo que familiares y amigos pudieran pensar
de ellos si se identificaran con Cristo. Los cobardes evaden
seguir a Cristo, especialmente en los últimos días en que
podría significarles pérdida de dinero, y aun de la vida.
2. Los incrédulos son los que dudan de lo que Dios ha dicho.
Se niegan a creer en sus promesas y en su palabra. Hebreos
11:6 nos dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios;
porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que
le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. Los
incrédulos son los que dudan hasta de la existencia de Dios.
Como resultado, perecerán.
3. Los abominables son los inmundos. Esta palabra se usa
en Tito 1:16 hablando de creyentes que profesan conocer
a Dios pero lo niegan con sus hechos, siendo contradictorios
en sus costumbres, de tal manera que sus obras no
corresponden a la vida de un cristiano.
4. Los homicidas son los que quebrantan el sexto
mandamiento “No matarás”, y aunque parezca asombroso,
los que cometen el pecado de aborto también cometen
Apocalipsis
271
homicidio y no se les dará entrada en el reino de los cielos
si no se arrepienten.
5. Los fornicarios son aquellos que fornican por costumbre,
cometiendo toda clase de impureza sexual, como la
homosexualidad y el lesbianismo. Ellos pasarán la eternidad
en el infierno.
6. Los hechiceros son los que practican y consienten en que
se practique la hechichería en sus diversas formas. (Los
celos y la rebeldía son como el pecado de hechicería porque
conducen a ella—recuerde al rey Saúl).
7. Los idólatras son los que rinden culto a ídolos, ya sea
tangibles (en forma de otros dioses), o intangibles (los que
adoran a personas y tienen otros objetos de afecto, en vez
de Dios).
8. Los mentirosos son los que no aman la verdad y no hablan
la verdad, como lo declara Pablo en 2 Tesalonicenses 2:10:
“Y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden,
por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser
salvos”.
Aunque podríamos sin demora descartar a este grupo,
aduciendo que no es cristiano, creemos que un estudio más
profundo tendería a tomarlo por aquellos miembros de la iglesia
que caen en la categoría descrita en Proverbios 5:12-14: “Y
Apocalipsis
272
digas: ¡Cómo aborrecí el consejo, y mi corazón menospreció
la reprensión; no oí la voz de los que me instruían, y a los que
me enseñaban no incliné mi oído! Casi en todo mal he estado,
en medio de la sociedad y de la congregación”.
Otro pasaje que apoyaría el argumento de que esta es una seria
advertencia para los cristianos descarriados de la fe, sería 1
Corintios 6:9-10, en donde Pablo dice: “¿No sabéis que los
injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los
fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados,
ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros,
ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán
el reino de Dios”. Este es un llamado de alerta para los creyentes,
y también para los no redimidos, a no dejarse engañar. Andemos
en una verdadera libertad y no nos enredemos con las obras de
la carne.
La esposa del Cordero
21:9 - “Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que
tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y
habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la
desposada, la esposa del Cordero”. Es interesante que los
siete ángeles que son usados por Dios para administrar las
últimas siete plagas, tienen el privilegio de revelar a las dos
mujeres: El Misterio de la Babilonia o iglesia falsa, y la iglesia
verdadera o esposa del Cordero (la Jerusalén Celestial).
Compare el capítulo 17:1 con 21:9. Ellos muestran los juicios
Apocalipsis
273
de Dios sobre los justos y los injustos, de manera que todos
tiemblen y teman.
21:10 - “Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto,
y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que
descendía del cielo, de Dios, teniendo la gloria de Dios”.
Este monte es, por supuesto, el monte de Sion celestial, aludido
por Pablo en Hebreos 12:22: “Sino que os habéis acercado al
monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial,
a la compañía de muchos millares de ángeles”. Ver también
Apocalipsis 14:1-5 para la cima del monte.
Sion es el monte del Señor, mencionado por David en el Salmo
15:1, con estas palabras: “Jehová, ¿quién habitará en tu
tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo?” Entonces
siguen los requisitos: el que anda en integridad y hace justicia, y
habla verdad en su corazón (Sal. 15:2-5). Es sobre el monte
de Sion que la Jerusalén celestial está edificada, y ella
descenderá del cielo a la nueva tierra.
21:11 - “Y su fulgor era semejante al de una piedra
preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal”.
La gloria de Dios se manifiesta como una luz brillante, pero
también a través de la bondad de Dios. Cuando Moisés le
imploraba al Señor que le mostrara su gloria, el Señor le
respondió: “Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y
proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré
misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para
Apocalipsis
274
con el que seré clemente” (Ex. 33:19). Por lo tanto, la gloria de
Dios es también la manifestación de su benevolencia, gracia y
misericordia. Y realmente, toda la creación y todos los sucesos
a partir de ella, son sencilla y únicamente la expresión de su
bondad.
La piedra de jaspe es de varios colores, pero esta variedad
específica es clara como el cristal. Esto nos habla de una piedra
sin distorsión, a través de la cual se hace perfectamente patente
la gloria de Dios y sus atributos. Esta pureza de intenciones y
motivos, es la obra que el Señor procura forjar en nuestras
vidas al triturarnos y quebrantarnos (como lo declara Job
41:25: “Y a causa de su desfallecimiento hacen por
purificarse”). Estos quebrantamientos de Dios nos purifican
de toda corrupción de carne, del mundo y del diablo, para
que por su gracia, el Señor Jesús pueda ser visto en nosotros
y a través de nosotros, con mayor perfección.
El muro y las puertas de la ciudad
21:12-14 - “Tenía un muro grande y alto con doce puertas;
y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son
los de las doce tribus de los hijos de Israel; al oriente tres
puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al
occidente tres puertas. Y el muro de la ciudad tenía doce
cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce
apóstoles del Cordero”.
Apocalipsis
275
En esta bellísima descripción de la Jerusalén celestial, vemos
que es una composición del Israel terrenal y de la Iglesia. Pablo
dijo en Efesios 2:13-20: “Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros
que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos
por la sangre de Cristo. Porque Él es nuestra paz, que de ambos
pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,
aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los
mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí
mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y
mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo,
matando en ella las enemistades. Y vino y anunció las buenas
nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban
cerca; porque por medio de él los unos y los otros tenemos
entrada por un mismo Espíritu al Padre. Así que ya no sois
extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos,
y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento
de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo
Jesucristo mismo”.
Las doce tribus son las que se encuentran enumeradas en el
capítulo 7 y no las tribus originales, ya que Dan ha sido excluido
y reemplazado por Manasés. Asimismo, los cimientos no serán
los doce apóstoles originales, porque Judas perdió su obispado,
como lo registra el Salmo 109:8, y fue substituido por Matías,
según Hechos 1:20-26.
La disposición de las puertas, tres de cada lado, es congruente
con el orden del campamento en Números 2. A este nivel,
276
Apocalipsis
declaremos simplemente que así como en el Salmo 122:3-5,
las tribus ascendían, tribu por tribu, a la antigua Jerusalén, así
también entrarán las tribus en la Nueva Jerusalén por su propia
puerta.
Por lo tanto, parecería que todos los santos tuvieran sus propias
tribus espirituales y entraran por sus respectivas puertas. Por
esta razón, creemos que el Señor puede mostrarnos nuestra
tribu, de acuerdo con su voluntad. Esta revelación de nuestra
tribu espiritual nos ayudará a entender algo del propósito
particular del Señor para nuestras vidas, al compararla con las
profecías que Jacob (Gn. 49) y Moisés (Dt. 33) les dieron a las
tribus. Nuestra tribu espiritual revela nuestro llamamiento,
promesas y ministerio.
Las medidas de la ciudad y del muro
21:15-17 - “El que hablaba conmigo tenía una caña de
medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.
La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es
igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce
mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son
iguales. Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos,
de medida de hombre, la cual es de ángel”.
Las medidas de la ciudad y del muro revelan el propósito y el
ministerio de la Jerusalén Celestial. Siendo múltiplos de 12, que
Apocalipsis
277
es el número de gobierno, revelan el destino de la ciudad
celestial, el cual es gobernar juntamente con su glorioso Señor
y esposo por todas las edades venideras. La ciudad es cuadrada,
lo cual indica que es un reinado universal y completo. Tiene
12,000 estadios. En nuestro moderno sistema de medición, sería
1,500 millas al cubo. La base de un cubo de este tamaño, en
los Estados Unidos, se extendería desde la frontera de Canadá
hasta la de México, y desde la Costa del Pacífico hasta
Minneapolis-St. Paul, Minnesota, aproximadamente. En cuanto
a extensión, la ciudad tendría alrededor de la mitad del territorio
de los Estados Unidos.
Esto sirve para ilustrar otra verdad—un creyente podría estar
en el cielo y aun así no estar en la Nueva Jerusalén. Esto se
esclarece cuando vemos en el versículo 24 que hay naciones
que llegan a la Nueva Jerusalén, pero que no son parte de ella.
Obviamente, la Nueva Jerusalén estará en el centro de la nueva
tierra, así como la Jerusalén de hoy ocupa esa posición
geográfica.
Los cimientos del muro
21:18-20 - “El material de su muro era de jaspe; pero la
ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio. Y los
cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con
toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el
segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; el
Apocalipsis
278
quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el
octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso;
el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista”. Cuando mi
esposa y yo estuvimos en Africa, tuvimos el privilegio de estar
en la refinería Rand viendo el proceso de extracción del oro de
una mina. El oro que tiene un 88% de pureza se valora como
de calidad inferior. Entonces, es sometido a la temperatura
extrema de 1100 grados centígrados para elevarlo a un grado
de pureza de 99.996%. (A propósito, la última aleación que se
le quita al oro es la plata).
En asuntos espirituales, es el Señor quien se sienta como
refinador. Leemos en Malaquías 3:2-3: “¿Y quién podrá
soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie
cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador,
y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar
la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a
oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia”. El
Señor tendrá una esposa sin mancha. “A fin de presentarse a sí
mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni
cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” (Ef. 5:27).
La Ciudad Santa es como el vidrio, sin distorsión, refleja
perfectamente la imagen de su Esposo Celestial.
Los doce cimientos
Estas doce piedras de los cimientos representan los doce
apóstoles (ver versículo 14) y por consiguiente, son diferentes
Apocalipsis
279
de las piedras que se mencionan en el pectoral del Sumo
Sacerdote, las cuales representan las doce tribus de Israel. En
cuanto al orden de los apóstoles, ninguna instrucción nos es
dada que permita aparejar las piedras de los cimientos con el
apóstol correspondiente. Por lo cual, dondequiera que las
Escrituras no nos hablen de un tema, nosotros nos
contentaremos con guardar silencio.
Las doce puertas
21:21 - “Las doce puertas eran doce perlas; cada una de
las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro
puro, transparente como vidrio”. La perla es un símbolo de
sufrimiento porque es producida por la ostra a un alto costo:
soportar una irritación extrema. Hace algún tiempo, mi esposa
y yo estábamos en la iglesia de un pueblo universitario. Después
del culto, se reunieron a nuestro alrededor estudiantes
universitarios haciéndonos preguntas. Una de las interrogantes
fue: “¿Por qué producen perlas algunas ostras y otras no? La
respuesta que yo di fue algo así: “Es porque algunas ostras no
recogen partículas extrañas, mientras que otras sí. Cada partícula
extraña se convierte en un núcleo en torno al cual la ostra suelta
su secreción”.
Sin embargo, esta respuesta no fue suficiente para los
estudiantes. La siguiente pregunta surgió: “¿Por qué recogen
partículas extrañas algunas ostras, y otras no?” Yo dije: “¡No
sé!” La noche estaba avanzada, pero un estudiante emprendedor
280
Apocalipsis
sugirió llamar por teléfono al profesor de Biología Marina, y de
la manera más amable, él dio la respuesta. Cuando las ostras
se mueven y buscan continuar, revuelven las partículas extrañas
del fondo del mar o del río, las cuales se infiltran en la cobertura
de la ostra. Una ostra reposada en el fondo del agua, difícilmente
agita las partículas extrañas. Por eso la que desea proseguir es
la que producirá la perla.
Así sucede con los cristianos. Los que quieren permanecer en
este o en aquel nivel, casi nunca tienen opresiones ni sufrimientos.
Pero los que siempre buscan avanzar en su caminata espiritual,
deseando ser conformados más y más a la imagen del Señor,
son los que experimentan la participación de sus padecimientos.
A éstos se refiere Pablo cuando dice que “a través de muchas
tribulaciones entran en el reino de Dios” (Hch. 14:22). Ellos
son los que están calificando para estar en el grupo llamado la
esposa de Cristo.
Es condicional—si sufrimos con Él, reinaremos con Él. “Y si
hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con
Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que
juntamente con él seamos glorificados” (Ro. 8:17). “Porque a
vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis
en él, sino también que padezcáis por él” (Fil. 1:29). “Si sufrimos,
también reinaremos con él; si le negáremos, él también nos
negará” (2 Ti. 2:12). “Y también todos los que quieren vivir
piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Ti.
3:12).
Apocalipsis
281
Entonces, podríamos concluir que las puertas de perlas de la
ciudad santa se abren para aquellos que conocen la participación
de los padecimientos de Cristo (Fil. 3:10). Él es el Salvador
sufriente, por lo tanto, su esposa debe participar de los mismos
sufrimientos.
“La calle de la ciudad era de oro puro”. El oro nos habla de
divinidad, y también de la esposa que participa de la naturaleza
divina que mana de su Esposo Celestial. 2 Pedro 1:4 dice: “Por
medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas
promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la
naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en
el mundo a causa de la concupiscencia”.
Nuestra naturaleza debe ser purificada de toda aleación de la
carne, del mundo y del diablo. Esto solamente puede alcanzarse
probando nuestra fe con fuego. Pedro también expresó: “Para
que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el
oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada
en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”
(1 P. 1:7).
21:22 - “Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios
Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero”. Aunque
hemos sido claramente informados de que hay un templo ahora
en el cielo (capítulo 15:5,8), en los cielos nuevos y en la tierra
nueva no hay necesidad de este templo. La razón es que los
282
Apocalipsis
santos de la Jerusalén Celestial están tan purificados, que el
Señor puede morar con ellos sin que medie un templo.
En consecuencia, a este punto en los anales del tiempo, el Señor
ha consumado su más ardiente deseo, expresado en Exodo
25:8: “Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de
ellos”. Siempre ha sido el anhelo del Señor morar directa e
íntimamente con el hombre. Por la santidad que hay en Él y por
la iniquidad que hay en nosotros, su deseo no puede cumplirse
totalmente, sino hasta que haya cielos nuevos y tierra nueva.
21:23 - “La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que
brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el
Cordero es su lumbrera”. Tampoco el sol y la luna son
necesarios ahora, porque la gloria del Señor puede ser
manifestada y soportada directamente por el hombre.
Hasta este momento, nos ha limitado nuestra propia naturaleza
pecadora. Y en una condición como la nuestra estuvieron aun
los varones más santos que han vivido en la tierra dentro de
este tabernáculo de carne. Así lo describe Daniel en Dn.10:59: “Y alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón vestido de lino, y
ceñidos sus lomos de oro de Ufaz. Su cuerpo era como de
berilo, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como
antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de
bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo
de una multitud. Y sólo yo, Daniel, vi aquella visión, y no la
Apocalipsis
283
vieron los hombres que estaban conmigo, sino que se apoderó
de ellos un gran temor, y huyeron y se escondieron. Quedé,
pues, yo solo, y vi esta gran visión, y no quedó fuerza en mí,
antes mi fuerza se cambió en desfallecimiento, y no tuve vigor
alguno. Pero oí el sonido de sus palabras; y al oír el sonido de
sus palabras, caí sobre mi rostro en un profundo sueño, con mi
rostro en tierra”.
Las naciones de la tierra nueva
21:24-26 - “Y las naciones que hubieren sido salvas andarán
a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y
honor a ella. Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues
allí no habrá noche. Y llevarán la gloria y la honra de las
naciones a ella”. Muchas veces, al hacer un estudio de
escatología y de los juicios de los últimos días, pasamos por
alto la declaración del Señor en Mateo 25:31-33: “Cuando el
Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles
con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas
delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los
otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá
las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda”. Por
consiguiente, los que están a su derecha heredarán el reino
preparado para ellos desde antes de la fundación del mundo.
Pero después dijo en Mateo 25:41,46: “Entonces dirá también
a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno
preparado para el diablo y sus ángeles... E irán éstos al castigo
Apocalipsis
284
eterno, y los justos a la vida eterna”.
Podemos distinguir cuáles son las naciones que recibirán
reconocimiento en la tierra nueva, por el trato dado por ellas a
los que están en desgracia. Debemos procurar influir en nuestros
gobiernos, para que recuerden esta terrible verdad y promulguen
leyes que socorran a los necesitados. Ahora, de nuevo, se nos
hace una seria advertencia en cuanto al destino de los malvados.
21:27 - “No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que
hace abominación y mentira, sino solamente los que están
inscritos en el libro de la vida del Cordero”. Una verdad que
se repite a lo largo de las Sagradas Escrituras, es que el fin de
los malos consiste en que se les negará acceso a la suprema
felicidad y bienaventuranza de los redimidos. Además, debemos
asegurarnos de que nuestros nombres estén escritos en el libro
de la vida del Cordero. Para que nuestros nombres no sean
borrados, no debemos tratar con negligencia la salvación del
Señor. Recordemos que sólo los que perseveran hasta el fin
serán salvos.
CAPITULO VEINTIDÓS
El río limpio de agua de vida
22:1-2 - “Después me mostró un río limpio de agua de vida,
resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y
del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y
Apocalipsis
285
otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce
doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol
eran para la sanidad de las naciones”. Esto se asemeja a las
aguas que fluyen del templo milenial descrito en Ezequiel 47,
las cuales darán vida y sanidad a los que estén en el reino de
Cristo sobre la tierra, inmediatamente después de su segunda
venida.
En la tierra nueva, esta agua de vida fluye del trono mismo de
Dios. Hay una calle principal en la ciudad de la Nueva Jerusalén,
la cual está a los dos lados de este río. Los árboles de vida, que
crecen junto al río, dan doce clases de frutos, una para cada
mes. Por lo tanto, sabemos que el tiempo se medirá de la misma
manera que hoy, en ciclos mensuales. Cada mes tendrá su fruto
específico, y las hojas de los árboles serán para la sanidad de
las naciones. Entonces, habrá sanidad natural para cualquier
cosa que nos aqueje durante esta eternidad de deleite en la
tierra nueva.
22:3-5 - “Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del
Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su
rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá allí más
noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz
del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por
los siglos de los siglos”.
286
Apocalipsis
En la tierra nueva será finalmente quitada la maldición que le
fue impuesta a la creación por causa del pecado de Adán. En
la tierra nueva, debido a la naturaleza perfeccionada de sus
habitantes, no habrá maldición. Los siervos de Dios podrán
contemplarle, y por ello serán como Él (1 Jn. 3:2). Y el nombre
de Dios estará en sus frentes, porque estarán haciendo sólo su
voluntad.
No habrá noche en la tierra nueva, porque no habrá maldad.
La noche y la maldad son sinónimos (ref. 1 Tes. 5:5-7). El
Señor Dios será su luz. Al igual que su Señor, ellos no se
adormecerán ni dormirán (Sal. 121:4). Además, sus siervos
reinarán a perpetuidad como reyes y sacerdotes. Todo el
propósito de la creación fue producir una clase de siervos que
amara y adorara a Dios; siervos que simplemente desearan
contemplar a su amado Señor y se volvieran más y más como
Él.
22:6 - “Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y
el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado
su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben
suceder pronto”. Esta declaración corrobora lo expresado en
Apocalipsis 1:1, que el Señor envió su ángel personal a Juan,
para mostrarle lo que acontecería en el transcurso de las
siguientes generaciones y dispensaciones de los propósitos de
Dios para la humanidad, que culmina con la bienaventuranza
de cielos nuevos y tierra nueva.
Apocalipsis
287
Ciertamente, era de esto que los apóstoles tenían hambre y
sed. 2 Pedro 3:13-14 dice: “Pero nosotros esperamos, según
sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora
la justicia. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas
cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e
irreprensibles, en paz”.
La Sexta Bienaventuranza
22:7 - “¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que
guarda las palabras de la profecía de este libro”. Y de nuevo,
se declara la esperanza del regreso cercano de nuestro glorioso
Señor. ¡Pero cuán importante es guardar los dichos y
amonestaciones de este libro! Esta es una advertencia que se
repite una y otra vez en los siguientes versículos.
22:8 - “Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después
que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies
del ángel que me mostraba estas cosas”. Sobrecogido por el
éxtasis de estas revelaciones, Juan se postra otra vez a los pies
del mensajero del Señor, como lo hizo en el capítulo 19:10.
Pero el mensajero del Señor le responde en el siguiente
versículo:
22:9 - “Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy
consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que
guardan las palabras de este libro. Adora a Dios”. Los ángeles
verdaderos no aceptan ser adorados; todos ellos desvían la
288
Apocalipsis
alabanza y la adoración hacia el Señor, quien es el único digno.
Es significativo que el ángel continúe diciendo que se guarden
las palabras de este libro. Luego vemos una instrucción que
hace que este libro difiera de Daniel, su libro hermano que se
encuentra en el Antiguo Testamento.
22:10 - “Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de
este libro, porque el tiempo está cerca”. El libro de Apocalipsis
ha tenido vigencia desde los comienzos de la era de la iglesia
hasta ahora. Esto se debe a que contiene mensajes de consuelo
para todos aquellos que han sufrido persecuciones y pruebas,
desde el principio de la era de la iglesia hasta el fin de esta
dispensación.
Sin embargo, el libro de Daniel se cerró con el mandato de un
ángel, en Daniel 12:4: “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y
sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí
para allá, y la ciencia se aumentará”. El libro de Daniel fue sellado
en los días de Daniel, pero ahora, por el contrario, está siendo
abierto por el Espíritu Santo, porque su mensaje tiene mucha
validez para la iglesia de estos últimos días. Ahora llegamos a
uno de los versículos más impresionantes de la palabra de Dios.
22:11 - “ El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es
inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique
la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía”.
Esta es una porción de la escritura que se hizo muy real para mí
Apocalipsis
289
en lo personal, mediante una visión.
En esta visión, vi un río de luz que era intensamente puro y
que se extendía ante mí. Este era el camino de justicia, como
lo define Proverbios 4:18: “Mas la senda de los justos es como
la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es
perfecto”. Sin embargo, este río de luz se dividía en dos ríos
de luz, uno corría hacia la derecha y el otro hacia la izquierda.
El que iba hacia la derecha parecía tener una pureza tan
perfecta como la del otro, pero según avanzaba, vi que su luz
comenzaba a disminuir y a volverse gris. Luego sus aguas se
volvieron cada vez más oscuras. Yo podía ver muchas criaturas
inmundas en las aguas. Al final, fluyó hacia un bosque oscuro,
y luego hacia el abismo. El de la izquierda fluyó siempre hacia
arriba, hasta encontrar su fin en el monte de Sion, la Jerusalén
Celestial. Allí fluía hacia la diestra del Señor de la Gloria, el
Señor Jesucristo. Entonces, el Señor me dijo muy claramente
que su iglesia se dividiría en estos últimos días.
El Señor me dijo que habría un factor que dividiría a la iglesia:
el asunto del divorcio y nuevo matrimonio (que ya está
ocurriendo hoy). Los que defienden esta impureza se desviarán
hacia el río de la derecha, y su trayectoria se volverá cada vez
más oscura cuando sean más y más transigentes con otros
problemas que surgirán en estos días finales.
Se vuelve aterrador este versículo cuando nos ponemos a pensar
que está dirigido a los santos. A los que han escogido el camino
290
Apocalipsis
de los injustos y de los inmundos, se les dice que permanecerán
en esa ruta. No habrá regreso para tomar las sendas de los
justos. Los justos se harán todavía más justos, y permanecerán
en el camino de la justicia. El Señor los hará andar por sus
sendas, como lo prometió en Ezequiel 36:27: “Y pondré dentro
de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y
guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra”.
Los que han preferido fluir en la corriente de los justos, recibirán
gracia adicional para proseguir hacia la vida de santidad. Hay
una marcada diferencia entre una persona justa y una persona
santa. El patriarca Lot es un ejemplo de ello. El apóstol Pedro
declara que Lot fue un hombre justo (2 P. 2:7-8). Pero no se le
hubiera podido calificar de santo, porque sus deseos estaban
gobernados por las cosas de este mundo, lo cual no sucede
con una persona santa. Daniel ejemplifica a una pesona santa,
habiéndose negado a las tentaciones mundanas, para seguir al
Señor completamente y sin reservas. Sea él nuestro ejemplo.
A continuación de este versículo están otros que completan y
dan vigor a este mensaje.
22:12 - “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo,
para recompensar a cada uno según su obra”. Observamos
de nuevo la grave advertencia de que seremos recompensados
según nuestras obras. Juntamente con Apocalipsis 20:13, este
es un recordatorio de que cada quien será juzgado conforme a
lo que ha obrado.
Apocalipsis
291
Asimismo, Pablo nos recuerda en 1 Ti. 5:24-25: “Los pecados
de algunos hombres se hacen patentes antes que ellos vengan a
juicio, mas a otros se les descubren después. Asimismo, se
hacen manifiestas las buenas obras; y las que son de otra
manera, no pueden permanecer ocultas”. Así como el Señor
mismo lo declaró, en Marcos 4:22: “Porque no hay nada oculto
que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de
salir a luz”.
22:13 - “Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el
primero y el último”. Ahora el Señor nos recuerda el hecho
de que Él, siendo el Alfa y la Omega, no sólo comienza, sino
también termina lo que se ha propuesto. El libro de Apocalipsis
revela el fin de las obras de Dios que fueron dispuestas desde
antes de la fundación del mundo. Además, nosotros,
personalmente, tenemos esta confianza que expresa el apóstol
Pablo en Filipenses 1:6: “Estando persuadido de esto, que el
que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta
el día de Jesucristo”.
La séptima bienaventuranza
22:14 - “Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener
derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas
en la ciudad”. Ahora, la séptima bienaventuranza establece
claramente que ser bendecidos por el Señor, depende de que
guardemos sus mandamientos. Al hacerlo, tendremos derecho
al árbol de la vida, tal como lo expresa el versículo 2.
Apocalipsis
292
22:15 - “Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los
fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que
ama y hace mentira”. Aquí también está la afirmación tan
importante de que aquellos, y sólo aquellos, que guardan sus
mandamientos, tendrán el derecho eterno de entrar por las
puertas de la ciudad. Por el contrario, los cristianos que no
guarden sus mandamientos y enten desnudos a la vida eterna,
como dicho en 2 Corintios 5:3, no tendrán el privilegio de ingresar
por esas doce puertas.
Los que están fuera del reino son:
1. Los homosexuales - un perro es un varón que se
prostituye
2. Los hechiceros - aquellos que son canales para que
los espíritus demoníacos obren toda clase de
perversidad.
3. Los fornicarios - los que son sexualmente inmundos
4. Los homicidas - los que son responsables de quitarle
la vida a otros
5. Los idólatras - los que rinden culto a ídolos
6. Los que aman y hacen mentira - los que en el corazón
no tienen amor por la verdad. No sólo mienten, sino
que disfrutan mintiendo.
22:16 - “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio
de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de
Apocalipsis
293
David, la estrella resplandeciente de la mañana”. Ahora el
Señor mismo, dirigiéndose a Juan, declara enfáticamente que
Él ha enviado su ángel para testificar de estas cosas en las
iglesias. Esto nos garantiza aún más que estos acontecimientos
futuros son de suma importancia para las iglesias, y que este
libro de Apocalipsis debe ser enseñado con toda diligencia en
nuestro tiempo, porque ya se acerca el día de su aparición. Las
enseñanzas sobre su segunda venida suscitan esperanza y
santidad en todas las personas que abrazan estas gloriosas
verdades, las cuales, por su gracia, nos preparan para ser parte
de la esposa sin mancha ni arruga.
También es digno de observar que el Señor hace hincapié
en que Él es la raíz y el linaje de David. Al hacerlo, establece
sus derechos mesiánicos al trono de Judá y se manifiesta
como el verdadero rey de Israel. Jesús es también la estrella
resplandeciente de la mañana, la que proclama el amanecer
del nuevo día.
22:17 - “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye,
diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome
del agua de la vida gratuitamente”. Y el Espíritu y la Esposa
dicen: Ven. La Esposa está unida por completo al glorioso
Espíritu Santo, como se ilustra en el libro de los Hechos, en
donde los apóstoles pudieron decir: “Porque ha parecido bien
al Espíritu Santo, y a nosotros” (Hechos 15:28). Necesitamos
conocer la bendita persona del Espíritu Santo de una manera
más íntima.
294
Apocalipsis
“Y el que oye, diga: Ven”. Los que verdaderamente oyen,
recogen el mensaje y repiten a otros el sagrado llamamiento.
“Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua
de la vida gratuitamente”. Esta invitación es muy parecida a
la que el Señor Jesús hace en Juan 7:37, en el último día de la
fiesta de los tabernáculos: “Si alguno tiene sed, venga a mí y
beba”. Seguidamente, el Señor Jesús hace una advertencia muy
solemne:
22:18-19 - “Yo testifico a todo aquel que oye las palabras
de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas,
Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este
libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta
profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la
santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro”.
Observe el contraste que hay en este libro bendito. En
Apocalipsis 1:3 se pronuncia una bendición para los que leen
u oyen lo expresado en este libro; pero ahora se pronuncia una
maldición para todo aquel que le añada o quite palabras en
cualquier forma. ¿No nos sugiere solamente esto, la importancia
y valor que el Señor le da a las cosas escritas aquí?
22:20 - “El que da testimonio de estas cosas dice:
Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús”.
El libro se cierra con las palabras del Señor, quien da fe de
estas mismas cosas.
Apocalipsis
295
22:21 - “La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos
vosotros. Amén”. En seguida, el apóstol se despide y bendice
a los destinatarios de este libro. Que el Señor nos conceda ser
de esas personas que meditan con frecuencia y, sobre todo,
que obedecen los mandamientos contenidos en este libro tan
bendecido entre todos los demás. Amén y Amén.
Apocalipsis
296
EPÍLOGO
Habiendo concluido el breve estudio de este glorioso libro,
ofrecemos a usted un cuadro aproximado de acontecimientos,
tal como aparecen registrados en el Apocalipsis. Están los juicios
en tres episodios, que son los siete sellos, seguidos por las siete
trompetas, culminando con las siete últimas plagas o copas de
su ira.
Luego, igualando a éstos en orden secuencial, están los dos
testigos; la manifestación del Anticristo en toda su plenitud; la
cena de las bodas del Cordero; y la batalla de Armagedón, en
la que el Señor aparecerá en su gloria para derrotar a Satanás,
el Anticristo y el falso profeta.
Después de esto, tendrá lugar el reinado milenial de Cristo sobre
la tierra, seguido de los cielos nuevos y la tierra nueva. Confiamos
y oramos que este estudio haya sido una bendición para usted,
ayudándole a tener una percepción más clara de los sucesos
de los últimos tiempos. ¡Que el Señor le bendiga
abundantemente!
Apocalipsis
297
Apéndice
El Misterio de la Babilonia (Roma)
y la ciudad reconstruida de Babilonia
Apéndice por Rev. Brian D. Alarid
Razones para la reconstrucción de la antigua ciudad de
Babilonia en los últimos días
1. La Antigua Babilonia nunca fue destruida en un momento,
como estaba profetizado en Jeremías 51:8: “En un momento
cayó Babilonia, y se despedazó; gemid sobre ella; tomad
bálsamo para su dolor, quizá sane”. Isaías 13:19 compara
la destrucción final de Babilonia con la destrucción de
Sodoma y Gomorra: “Y Babilonia, hermosura de reinos y
ornamento de la grandeza de los caldeos, será como
Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios”.
Babilonia cayó ante el ejército de Darío, comandado por
Ciro en el año 539 A.C., prácticamente sin pelear. Belsasar
y el ejército de Babilonia, en un estupor de embriaguez,
fueron totalmente tomados por sorpresa. A pesar de que
los medos y los persas capturaron a Babilonia en el año
539 A.C. y se apoderaron de la ciudad en un solo día, no
destruyeron totalmente a Babilonia. Su ruina no ocurrió sino
298
Apocalipsis
hasta mucho tiempo después en el correr de la historia.
Fue abatida por etapas, en el transcurso de años. Babilonia
se debilitó gradualmente.
2. La Babilonia física descrita por Jeremías en el capítulo 51,
es muy parecida a la que nos ofrece Juan en Apocalipsis
18.
3. Se dice que Babilonia será destruida en el día del Señor,
que es un término del Antiguo Testamento que denota
tribulación y juicios de los días postreros. Isaías 13:6 dice:
“Aullad, porque cerca está el día de Jehová; vendrá
como asolamiento del Todopoderoso”.
4. De acuerdo con Isaías 14, Israel entrará en el reposo de
Dios después de que Babilonia sea destruida. En vista de
que esto aún no ha sucedido, este acontecimiento tendrá
lugar en el futuro.
5. Los descubrimientos arqueológicos han demostrado que
los ladrillos y las piedras de la Babilonia antigua han sido
reutilizados con fines de construcción. Esto es contrario a
la profecía de Jeremías 51:26: “Y nadie tomará de ti piedra
para esquina, ni piedra para cimiento; porque perpetuo
asolamiento serás, ha dicho Jehová”.
6. La visión de la mujer en el efa de Zacarías 5:5-11 indica
que la maldad y el comercio regresan a Babilonia. “Y salió
aquel ángel que hablaba conmigo, y me dijo: Alza ahora
Apocalipsis
299
tus ojos, y mira qué es esto que sale. Y dije: ¿Qué es? Y
él dijo: Este es un efa que sale. Además dijo: Esta es la
iniquidad de ellos en toda la tierra. Y he aquí, levantaron
la tapa de plomo, y una mujer estaba sentada en medio
de aquel efa. Y él dijo: Esta es la Maldad; y la echó
dentro del efa, y echó la masa de plomo en la boca del
efa. Alcé luego mis ojos, y miré, y he aquí dos mujeres
que salían, y traían viento en sus alas, y tenían alas
como de cigüeña, y alzaron el efa entre la tierra y los
cielos. Dije al ángel que hablaba conmigo: ¿A dónde
llevan el efa? Y él me respondió: Para que le sea
edificada casa en tierra de Sinar; y cuando esté
preparada lo pondrán sobre su base”. Esto fue dicho
diecinueve años después de la caída de Babilonia. Babilonia
fue vencida por los medos y los persas en el año 539 A.C.,
y esta profecía de algo venidero fue dada por Zacarías en
el año 520 A. C., en el segundo año de Darío (ref. 1:7).
7. La descripción hecha en Apocalipsis 18 de la caída de
Babilonia, se entiende mejor si se toma literalmente.
LAS DOS BABILONIAS DE APOCALIPSIS 17 Y 18
Apocalipsis 17 obviamente se está refiriendo a Roma y a su
falso sistema religioso—la iglesia católica romana. Tal ha sido
la interpretación aceptada sobre “el Misterio de la Babilonia” a
través de los siglos. Esta fue la opinión que tuvieron en el
300
Apocalipsis
transcurso de los años, los reformistas Jerónimo y Agustín, y
los maestros de la Biblia más conservadores. La Babilonia del
capítulo 17 es aludida como “el Misterio de la Babilonia” y
como “la mujer sentada sobre la Bestia”. Apocalipsis 17:18
dice: “Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina
[en tiempo presente, está reinando] sobre los reyes de la
tierra”. La gran ciudad que reinaba en los días de Juan era
Roma. Esto está claramente indicado.
Sin embargo, Juan recibe después una revelación de otro ángel
que desciende del cielo, en Apocalipsis 18:1. Aunque no había
división de capítulos en el escrito original, esto marcó una visión
nueva, otro ángel y otra revelación de una ciudad diferente a la
referida en el capítulo 17. Esta ciudad ya no es llamada “el
Misterio de la Babilonia” ni “la Babilonia Espiritual”, sino que
se menciona muy llanamente como “la gran Babilonia” (18:2) y
“Babilonia, la gran ciudad” (18:21). La palabra ciudad se
empleó siete veces en cinco versículos de Apocalipsis 18, para
describir a esta Babilonia. Es evidente que no se está refiriendo
al sistema religioso. La palabra ciudad se empleó sólo una vez
en el capítulo 17 para describir “el Misterio de la Babilonia”, la
iglesia católica romana (17:18), y esto con el objeto de exponer
su identidad.
Algo que siempre debemos recordar acerca de la profecía
bíblica, es que si bien es cierto que hay cumplimiento espiritual
de muchas profecías del Antiguo Testamento, también debe
ocurrir siempre, en lo natural, el cumplimiento físico de ellas.
Apocalipsis
301
Son muchos los maestros de la Biblia que han errado al
interpretar las Escrituras, porque no han aplicado este principio
bíblico de hermenéutica. La interpretación natural de cualquier
versículo no debe quedar espiritualizada.
Esto es importante, por ejemplo, cuando consideramos el tempo
que le fue mostrado a Ezequiel (capítulos 40-48). Aunque es
cierto que la iglesia es el templo de Dios, debe haber también
un cumplimiento físico de esta profecía cuando el Señor regrese.
Porque bien podríamos razonar que Elías no vendrá en los días
postreros porque ya vino en la persona de Juan el Bautista
(Mt. 11:14; 17:10-13). Por eso, para evitar equivocarnos al
interpretar las Escrituras, es mejor que sigamos la regla de que
la profecía puede tener cumplimientos espirituales, pero
necesariamente debe cumplirse en lo físico.
Esta verdad es muy apropiada cuando hablamos de las profecías
sobre Babilonia. En el Antiguo Testamento hubo muchas
profecías dadas sobre Babilonia, las cuales no se cumplieron
nunca. Aunque muchas de ellas todavía pueden tener
cumplimiento en la Babilonia Espiritual (Roma), deben también
cumplirse en lo físico. Apocalipsis 18 señala la ciudad de
Babilonia, que debe, por consiguiente, ser reedificada en los
últimos días, para ser juzgada y para que se realicen todas las
profecías de su destrucción.
Existen muchas semejanzas impresionantes entre Jeremías 50-
302
Apocalipsis
51 y Apocalipsis 18. Comparemos varias de ellas. Recordemos
que los capítulos 50-51 de Jeremías se refieren a la ciudad
física de Babilonia, que está situada sobre el Eufrates. Por lo
cual, en muchas de estas comparaciones, veremos que
Apocalipsis 18 necesariamente se refiere a la ciudad de
Babilonia, y no a Roma. Sin embargo, usted encontrará que
muchos versículos del capítulo 18 se aplican también a Roma.
Esto, porque las Escrituras pueden tener doble aplicación y
cumplimiento.
Apocalipsis
303
COMPARACIONES ENTRE JEREMÍAS
50-51 y APOCALIPSIS 18
La Babilonia de Jeremías 50-51
La Babilonia de Apocalipsis 18
1. Babilonia será quemada con fuego
51:58 - “El muro ancho de
Babilonia será derribado
enteramente, y sus altas puertas
serán quemadas a fuego...”
18:8 - “Y será quemada con
fuego”
2. Los sistemas mercantiles serán destruidos
50:37 - “”Espada contra sus
tesoros, y serán saqueados”.
18:11 - “Y los mercaderes de
la tierra lloran y hacen
lamentación sobre ella,
porque ninguno compra más
sus mercaderías”.
18:15 - “Los mercaderes de
estas cosas, que se han
enriquecido a costa de ella, se
pararán lejos por el temor de
su tormento, llorando y
lamentando”.
3. Venganza
50:15 - “Tomad venganza de
ella; haced con ella como ella
hizo”.
18:6 - “Dadle a ella como ella
os ha dado, y pagadle doble
según sus obras; en el cáliz en
que ella preparó bebida,
preparadle a ella el doble”.
Apocalipsis
304
4. El Señor que la juzgará es fuerte
50:34 - “El redentor de ellos es
el Fuerte; Jehová de los ejércitos
es su nombre; de cierto abogará
la causa de ellos para hacer
reposar la tierra, y turbar a los
moradores de Babilonia”.
18:8 - “...y será quemada con
fuego”.
5. Los muertos de la tierra están en ella
51:49 - “Por los muertos de
Israel caerá Babilonia, como por
Babilonia cayeron los muertos de
toda la tierra”.
18:24 - “Y en ella se halló la
sangre de los profetas y de los
santos, y de todos los que han
sido muertos en la tierra”.
6. Los inicuos lamentarán su destrucción
51:41 - “¡Cómo fue apresada
Babilonia, y fue tomada la que
era alabada por toda la tierra!
¡Cómo vino a ser Babilonia
objeto de espanto entre las
naciones!
18:19 - “¡Ay, ay de la gran
ciudad...pues en una hora ha
sido desolada!”.
Apocalipsis
305
COMPARACIONES ENTRE:
“El Misterio de la Babilonia” (Capítulo 17)
y la Gran Ciudad de Babilonia (Capítulo 18)
El Misterio de la Babilonia -
La Gran Ciudad de Babilonia
(Capítulo 17)
(Capítulo 18)
TÍTULOS
•
•
•
•
La Gran Ramera
La Mujer
El Misterio de la Babilonia
La Madre de las Rameras y
de las Abominaciones de la
Tierra
•
•
La Gran Babilonia (ref.
16:19)
La Gran Ciudad de
Babilonia
* Todos los títulos para “el Misterio de la Babilonia” señalan:
1. Una iglesia, distinguiéndola como una mujer (ref. 12:1); y
2. Un sistema religioso que admite ídolos (Madre de los
idólatras y de los ídolos de la tierra).
* Todos los títulos de Babilonia en Apocalipsis 18 señalan
directamente una ciudad—es la ciudad reconstruida de
Babilonia—y no un sistema religioso.
Apocalipsis
306
REFERENCIAS
Apocalipsis 17; 19:1-3
Apocalipsis 18; 14:8; 16:19
SEMEJANZAS
A. LAS DOS LLEVAN VESTIDURAS SIMILARES
17:4
1.
2.
3.
4.
5.
Púrpura
Escarlata
Oro
Piedras preciosas
Perlas
18:16
* Lino Fino
1. Púrpura
2. Escarlata
3. Oro
4. Piedras preciosas
5. Perlas
B. LAS DOS HICIERON FORNICAR A OTROS
17:2 - “Con la cual han fornicado
los reyes de la tierra, y los
moradores de la tierra se han
embriagado con el vino de su
fornicación”.
18:3 - “Los reyes de la tierra han
fornicado con ella”. (Ref. 18:9).
C. LAS DOS HAN MATADO A LOS SANTOS Y
ESTÁN LLENAS DE SANGRE
17:6 - “Vi a la mujer ebria de la
sangre de los santos, y de la
sangre de los mártires de Jesús;
y cuando la vi, quedé asombrado
con gran asombro”.
18:24 - “Y en ella se halló la
sangre de los profetas y de los
santos, y de todos los que han
sido muertos en la tierra”.
Apocalipsis
307
D. LAS DOS SERÁN QUEMADAS CON FUEGO
17:16 - “[Los diez cuernos]... la
quemarán con fuego”.
18:8 - “Porque poderoso es
Dios el Señor, que la juzga”.
E. LAS DOS QUEDARÁN DESOLADAS
17:16 - “[Los diez cuernos]... la
quemarán con fuego”.
18:19 - “¡Ay, ay de la gran
ciudad...pues en una hora ha
sido desolada!”.
DIFERENCIAS
1. El Misterio de la Babilonia recibe el nombre de la ramera
(17:1,15,16; 19:2); sin embargo, no se le dice así a la ciudad
de Babilonia. (Este el mismo vocablo griego porne, que se
usa para decir “ramera” en Apocalipsis 17:5, y significa:
“una idólatra”).
2. El Misterio de la Babilonia se sienta sobre muchas aguas
(17:1). En otras palabras, es un sistema religioso que existe
en casi todas las naciones de la tierra. Esto no se dice
acerca de la Gran Babilonia de Apocalipsis 18. Aunque
la ciudad de Babilonia influirá sobre las naciones, esto
denota que la Babilonia del capítulo 18 es un sitio
geográfico.
Apocalipsis
308
3. Las dos Babilonias reciben nombres muy diferentes y
precisos, como lo observamos antes.
4. “El Misterio de la Babilonia” es destruida por los diez
cuernos (17:16); la Gran Babilonia es destruida por el
Señor mismo (18:8; 18:20).
5. El juicio de la Gran Babilonia vendrá de repente, en una
hora; pero no se dice esto sobre El Misterio de la
Babilonia.
El Misterio de la Babilonia (Roma)
Ella recibe el nombre de “La Madre de las Rameras” (Idólatras,
en el griego) y “La Madre de las Abominaciones” (Idolataría,
en el griego). La iglesia católica es la madre de los ídolos y de
los idólatras, produciendo una falsa adoración por medio de
los ídolos de María y de otros santos.
Seis veces en Apocalipsis 17 se usa la palabra mujer para
mencionar El Misterio de la Babilonia (la iglesia católica). Esto
es muy interesante, pues ya hemos notado en Apocalipsis que
“una mujer” se refiere a una iglesia (ver Ap. 12).
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La Gran Babilonia—La ciudad reconstruida de Babilonia
Por lo tanto, con todos los versículos y evidencias anteriores,
parece que la antigua ciudad de Babilonia será reedificada. Este
proceso ya ha comenzado. Llama la atención que a través de la
historia, Babilonia es una ciudad que ha sido reconstruida una y
otra vez, y la historia se repetirá en estos días postreros.
Nabucodonosor reedificó y amplió esta antigua ciudad hasta
llevarla a su mayor desarrollo y belleza durante su reinado
(aproximadamente 605-562 A.C.). Se estima que esta ciudad,
estando en su apogeo, tuvo una población de un millón de
personas y abarcó un área de casi ocho millas cuadradas.
Posteriormente, tras años de desolación, Babilonia estuvo en
el proceso de recuperar su grandeza pasada, en tiempos de
Alejandro el Grande, pero éste murió allí en el año 323 A.C., a
medio reconstruir el palacio del sur, de Nabucodonosor.
La ciudad de Babilonia, a casi cincuenta millas al sur de Bagdad,
ha pasado por extensas excavaciones arqueológicas desde el
siglo XIX. Los museos de Berlín y la Sociedad Alemana de
Oriente, realizaron allí excavaciones entre 1899 y 1917; y desde
1979 Iraq ha emprendido un proyecto de restauración a gran
escala. Varios monumentos ya han sido excavados.
La restauración de Babilonia se detuvo durante la Guerra del
Golfo en 1991, pero todavía hay planes vigentes de continuar
la reedificación de la ciudad. Hoy, el teatro de Alejandro ha
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sido restaurado, y se levanta a casi 65 pies de altura, con asientos
para 4,000 personas. Saddam Hussein se propone restaurar
Babilonia completamente y llevarla a su gloria anterior. En 1993,
artistas y músicos de más de veinte países, asistieron a un gran
festival de las artes en Babilonia. Durante el festival, que tuvo
una duración de dos semanas, en una noche en particular, más
de 100,000 personas caminaron por las calles de esta antigua
ciudad.
A juzgar por las Ecrituras, es aparente que la reconstrucción
de Babilonia ciertamente se completará en estos últimos días,
sólo para que Babilonia vuelva a ser destruida por el Señor.
Ante nuestros propios ojos, podemos ver el principio del
cumplimiento de esto. Sí, la Palabra de Dios es siempre
verdadera, y estar viendo el cumplimiento de la profecía bíblica
debe motivarnos a poner nuestra esperanza y confianza en su
palabra eterna.
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