complejo histórico militar morro-cabaña

No. 13 • 1/15 MAY. 2015
PUBLICACIÓN DE ARTE CUBANO CONTEMPORÁNEO
13
1/15
MAY.
2015
Zona Franca
21 de mayo-22 de junio
COMPLEJO HISTÓRICO MILITAR
MORRO-CABAÑA
No. 13 • 1/15 MAY. 2015
Isabel María Pérez
01
ENTREVISTA
ZF
Un
espacio de
tolerancia,
de libertad,
de
visibilidad..
GRETEL
ACOSTA
^^Zona Franca muestra de arte
cubano contemporáneo tiene su
escenario en el Complejo Histórico
Militar Morro-Cabaña. Un proyecto
que ha reunido a 240 artistas, de
los cuales 110 con exposiciones
personales y otros incluidos en veinte
exposiciones colectivas. Zona franca
se incluye en el Programa colateral
de la Duodécima Bienal de La
Habana. Sobre este osado propósito
conversamos con Isabel María Pérez
Pérez, curadora y su Coordinadora
General.
¿Existe algún cambio curatorial
entre la organización de la Muestra
Colateral que se realizó en La Cabaña
durante la Oncena Bienal y esta Zona
Franca?
Ciertamente en la pasada Bienal los
curadores de la Muestra Central que,
desde la cuarta edición, habían usado
la Fortaleza del Morro y La Cabaña
como el eje principal de su proyecto,
deciden renunciar a esas instalaciones.
Para el Consejo Nacional de las Artes
Plásticas resultaba una verdadera
pena desperdiciar un espacio como
este, el más grande que tiene La
Habana para un evento expositivo y
no aprovecharlo en la Colateral de arte
cubano que siempre se ha generado
alrededor de la Muestra Central de la
Bienal. Por otro lado, el director del
Complejo Militar Morro-Cabaña le
reclamó a Rubén del Valle el hecho
de que la Bienal había abandonado
estos espacios. A partir de los dos
factores mencionados se decidió –con
muy poco tiempo– que la Oncena
Bienal empleara estos recintos.
En principio se iba a contratar
solamente un pabellón y después
fue creciendo, fue creciendo de una
manera espontánea y, por supuesto,
era como un juego de yaquis cuando
lo tiras al aire: cada artista quedó en
la bóveda que primero encontró en
dependencia del momento en que se
acercó al lugar. Ya para esta Bienal le
solicitamos al Consejo la posibilidad
de crear un equipo curatorial entre
especialistas de varias áreas, y hacer
una suerte de convocatoria para que
los artistas presentaran proyectos.
Luego de recibir y analizar las
propuestas hicimos una investigación
de las exposiciones que se habían
hecho en el país durante los últimos
dos años. Además, una suerte de
historiografía, de listas de artistas por
generaciones. A partir de ahí cruzamos
la información, partiendo siempre
de esos proyectos que habíamos
aprobado. Hicimos un paneo de lo
que estaba sucediendo en el arte
cubano y establecimos seis grandes
temas que para nosotros eran los más
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recurrentes en las últimas cinco o seis
décadas, se trata de la construcción de
la historia, la identidad, la memoria,
el territorio o paisaje, la comunicación
y las reflexiones relacionadas con la
propia Historia del Arte. Esos fueron
como grandes enunciados a partir de
los cuales empezamos a crear núcleos
para desplegar nuestra exposición.
Resulta una tarea muy compleja
en una instalación de este tipo, que
no es un museo, sino una antigua
fortaleza, muy subdividida, con
espacios individuales que te permiten
desarrollar determinadas poéticas,
pero a su vez te fragmenta cualquier
discurso global. Tiene sus ventajas y
sus desventajas y tratamos entonces de
desarrollar esas líneas pero ideamos
una manera de hacerlo en que no
fueran químicamente puras. Por
Tamara Campos
02
ENTREVISTA
ejemplo, tú tienes un espacio en el que
enseguida percibes que está dedicado
a la construcción de la historia desde
muy diversas perspectivas, pero en
el que también se pueden insertar
otras líneas, otros discursos. Es decir,
a veces, las bóvedas del A, dedicadas
a la construcción de la historia no
funcionaban para un determinado
proyecto que tenían una mejor
visibilidad en otro espacio de la
Cabaña. Entonces tratamos de crear
allí pequeños núcleos y entre ellos
hacen madejas que no responden a
una curaduría de tesis, ni estamos
demostrando nada, sencillamente
damos una idea panorámica de lo
que ha sido el arte cubano, pero no
con un sentido historicista, sino muy
relacionada con nuestra sensibilidad
personal y la sensibilidad de este
Mabel Poblet
Julio Neira
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ENTREVISTA
momento específico en que estamos
organizando la exposición.
Roberto Fabelo
Flora Fong
Puedes ejemplificar con algún
proyecto en particular
El arte cubano es muy
autorreferencial, remite mucho a
su contexto y su propia historia, es
un arte que puede perder una parte
importante de su sentido cuando
cambian las condiciones en que esa
producción se concibe y se exhibe.
Uno de los proyectos más interesantes
que tiene relación con este tema
es El péndulo de Foucault, una
curaduría de Alejandro Machado, que
de alguna manera aborda como la
obra una vez que cambia el contexto
para el que ha sido concebida, puede
empezar a cambiar su significado; no
creo que precisamente vaciarse de
contenido sino que hay un giro, una
reorientación de la lectura de esa pieza
a partir de una reorientación de las
circunstancias que la genera y en las
que se exhibe.
¿Cómo se articula Zona Franca
con la Bienal oficial? ¿Guarda este
mega-proyecto contactos con la
concepción curatorial del Centro
Wifredo Lam?
Sería ciertamente injusto en el
contexto nacional, que habláramos de
un proyecto curatorial que no tenga
puntos de contacto con la Bienal de
La Habana. Ésta ha instituido un
tipo de curaduría para el mundo,
asociada con la horizontalidad, con
poner a dialogar artistas y estéticas,
generaciones y puntos de vista muy
diferentes entre sí. Instituyó en los
noventa algo que era impensable para
el sistema curatorial del mainstream,
para Venecia y otras de este tipo de
grandes dimensiones en el mundo. Y si
la Bienal lo estableció para cientos de
eventos internacionales, que no será
para nosotros.
Yo en particular trabajo en la
Bienal de La Habana desde 1992, sin
tener nada que ver con la curaduría
pero dentro del Centro Wifredo Lam,
en el sistema de la Bienal. Por tanto,
pensar en algo ajeno a la estructura de
investigación establecida por la Bienal,
es totalmente injusto con el evento.
Considero que nosotros hemos seguido
los mismos parámetros que asentó
la Bienal, los de una investigación
previa, los de tratar de dar siempre
la visión más plural posible del tema
en específico que estemos abordando.
La diferencia es que para nosotros
el tema es el arte cubano en toda su
dimensión, y el proyecto tiene que ver
justamente con la mejor manera de
mostrar la creación nacional, de darle
una plataforma de visibilidad más allá
de cuales sean las estéticas específicas,
los ámbitos en que se mueve cada
propuesta.
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ENTREVISTA
Ibrahim Miranda
Eduardo Ponjuan
¿Cuál es la identidad de Zona
Franca?
Zona Franca es un espacio de
tolerancia, un espacio de libertad, de
visibilidad, donde hemos intentado
que confluyan Carlos Garaicoa,
Roberto Fabelo, el propio Kcho,
artistas de alto nivel de visibilidad
internacional con artistas jóvenes,
pero eso no quiere decir que no estén
también Pedro de Oraá, o Antonio
Vidal, Flora Fong o Manuel López
Oliva.
Puede ser mi formación como
editora y periodista pero algo que
Abel Barreto
David Velázquez
me resulta muy complejo para
abordar cualquier proyecto, es que
siempre terminamos haciendo
compartimentos, como selecciones
que segregan una parte de la creación.
En este proyecto hemos tratado de
mostrar el arte cubano como un gran
todo en el que puedes ver en una
misma plataforma a artistas de muy
diferente nivel de jerarquía, interés
conceptual y factura. Por asociaciones
y por contrastes hemos ido creando
una madeja intensa, un gran
organismo vivo en el cual cada una
de sus partículas tiene una especial
importancia y resulta de interés para
un sector específico.
Esa idea de que esté, por ejemplo,
Iván Capote con una extraordinaria
instalación compartiendo la bóveda
con Pedro de Oraá da la medida
de cuáles son las asociaciones que
tratamos de establecer. Al final,
puedes ver que hay una cierta idea de
integridad entre las dos propuestas
que –a primera vista– no guardan
relación. De eso se trata este proyecto,
de crear una zona franca que esté ajena
a curadurías de autor, a los grandes
protagonismos de determinadas
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estéticas, a las diferencias
generacionales. Aquí confluye todo
de alguna manera con una línea que
nosotros hemos dibujado para que se
integren de la mejor forma posible las
distintas visualidades.
¿Qué imagen del arte cubano crees
que proyecte Zona Franca?
No creo que pueda ser una imagen
exenta de críticas, de opiniones
encontradas. Como cada proyecto que
merezca la pena será muy criticado,
recibirá mucho estudio, va a suscitar
muchas expectativas. El equipo de las
cinco curadoras en última instancia
estamos intentando construir una
plataforma para el arte cubano
y hemos tratado de diseñar este
espacio como si fuera un aeropuerto,
como si llegaras a un aeropuerto. El
recinto no solo tendrá la exposición
sino que le hemos dedicado mucho
tiempo a utilizar los recursos que te
ofrece la propia fortaleza. Va a haber
una señalética fucsia, transparente,
que con esta luz maravillosa del
Caribe va a proyectar contra los
muros las letras, los nombres de
los artistas. Queremos que esas
estructuras contribuyan a crear la
idea al espectador de que ha llegado
a un gran aeropuerto, a un museo de
arte contemporáneo con cualidades
específicas. Es una gran fortaleza que
tiene cuatro siglos de explotación
05
ENTREVISTA
Y por qué no
aprovechar la
Bienal de La
Habana como
plataforma, no
solo para los
artistas del
Sur, no solo
para hablar
de un modelo
de evento
que sea más
democrático,
más horizontal,
que tenga otra
perspectiva, sino
también para el
arte cubano, ese
arte que no fuera
lo que es sino
tuviera a la Bienal
de La Habana
Abel Barroso
muy diversa, que ha tenido funciones
complejísimas a lo largo de su historia
pero puede dialogar de una manera
extraordinaria, de enriquecimiento
mutuo, con un evento como el nuestro.
Es decir, yo no creo que la fortaleza
sea un hándicap que está quitándote
posibilidades y he intentado convencer
a los artistas de que no pretendan un
cubo blanco porque esto nunca va a
ser un cubo blanco, que asuman los
muros, los patios, los jardines con
toda la historia que tienen. Porque eso
también es lo que hace grande la obra,
la manera de insertarse y de convivir
en los espacios. Néstor Arena, que
reside en Miami me dijo, todo está
hermosísimo, todo depende de que
mi obra sea capaz de dialogar con un
espacio como este.
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Santiago Rodríguez Olazábal
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ENTREVISTA
Carlos Quintana
Aisar Jalil
¿Qué aspira a ser Zona Franca en
términos promocionales?
Nosotros no queremos para nada ser
competencia ni crear una alternativa
a La Bienal. Desde mi formación en
la Bienal te digo que es el sueño de
cualquier especialista, de cualquier
graduado de Humanidades, tener
un tiempo de adiestramiento en el
Centro Wifredo Lam. Y para nada
nosotros podríamos compararnos
con ese proyecto de curaduría que
en esta edición realmente intenta
ser muy revolucionario y audaz e
intenta darle al mundo una lección
de qué cosa es en realidad renovar un
evento y expandir sus límites. Zona
Franca es precisamente aprovechar la
circunstancia de visibilidad que solo ha
creado en nuestro país la Bienal de La
Habana. Insertarse en ese contexto para
favorecer al arte nacional, a ese arte en el
que tantos recursos de todo tipo se han
invertido, privilegiado por una política
cultural que ha establecido un sistema
de enseñanza único en el mundo, que no
se corresponde en nada con el desarrollo
económico del país ni con el número
de pobladores que tiene esta Isla. Y
por qué no aprovechar la Bienal de La
Habana como plataforma, no solo para
los artistas del Sur, no solo para hablar
de un modelo de evento que sea más
democrático, más horizontal, que tenga
otra perspectiva, sino también para el
arte cubano, ese arte que no fuera lo que
es sino tuviera a la Bienal de La Habana.
Con el catálogo hemos pretendido
que se parezca a la exposición, que
sea un libro en el que confluyan lo
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Kcho
contemporáneo y lo audaz, y que sirva
para consulta. Es un catalogo que se ha
hecho con toda la seriedad, es bilingüe,
tiene los currículos y statement de
cada artista sobre sus proyectos, en
muchos caso escrito por el mismo
creador. En ese sentido es didáctico
porque te orienta en una exposición de
doscientos y tanto artistas.
Uno de los grandes problemas
del subdesarrollo es la falta de
recursos por lo que a veces hacemos
extraordinarios proyectos que no
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ENTREVISTA
Arles del Río
Zona Franca es
precisamente
aprovechar la
circunstancia de
visibilidad que
solo ha creado
en nuestro país
la Bienal de La
Habana
quedan en la memoria impresa y
persistir significa preservarse para el
futuro y para mi preservarme para
el futuro siempre tendrá que ver
con un libro. De hecho comenzamos
a hacer el libro sin tener ninguna
garantía de financiamiento para algo
que ciertamente resulta tan costoso.
Hicimos gestiones, dedicamos tiempo
a negociar patrocinio y como muchas
veces sucede no tuvimos en cuenta
que el real financiamiento para un
proyecto como este estaba en nosotros
mismos, en el Fondo Cubano de
Bienes Culturales. Esa institución
generadora de recursos trabaja con
muchísimos de los creadores que
exponen en Zona Franca y estuvo en
la mayor disposición de apoyarnos, de
brindar un catálogo para los artistas
de su nómina y para todos los artistas
cubanos. El Fondo ha financiado
la gráfica, el catálogo y ha ayudado
de manera individual a muchos de
los artistas en la producción de sus
proyectos.
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Jorge Otero
Julio Quaresma
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INDIVIDUALES
Michel Mirabal
Joel Jover
Ernesto Rancaño
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09
INDIVIDUALES
Roberto Diago
Yamilis Brito
Carlos Guzmán
Eduardo Rubén García
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COLECTIVOS
Adrián Fernández
Esterio Segura
Guillermo Ramírez Malberti
Cuba 2.0
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INVITADOS
Sonia Lukene
Nanda Botella
Jose Cosme
Teresa Cháfer
Demo
Natividad Navalón
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EVENTOS
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RUBÉN DEL VALLE LANTARÓN
directora editorial
ISABEL MARÍA PÉREZ
edición
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editor asistente
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