Tema de la semana —Semana 17 Cómo encontrar a Dios Dios es una realidad Sant Darshan Singh Ji Maharaj Introducción Los santos y Maestros de las grandes tradiciones místicas de todo el mundo nos dicen que Dios es una realidad que cada uno de nosotros puede tener. Esta realización no es a nivel intelectual ni es un sentimiento emocional; es la experiencia práctica de trascender la conciencia física y mental, y de conocer a Dios al nivel del alma. También nos dicen que esta experiencia de divinidad es la única fuente verdadera de paz y felicidad en la vida. En el programa de hoy aprenderemos lo que los santos de la tradición de Sant Mat han dicho sobre la importancia de encontrar a Dios y los métodos que nos permiten hacerlo. Comenzaremos con una lectura de Sant Darshan Singh Ji donde nos explica que Dios es la única fuente de verdadera felicidad y paz, y que aún en el contexto de la vida moderna cada uno de nosotros puede alcanzarle. Sant Darshan Singh Ji Maharaj Los místicos y Maestros desde el principio de los tiempos han insistido en que Dios es una realidad. En verdad, ellos han repetido que es más real que cualquier cosa que llamemos real en este mundo. Cuando un joven ateo conoció a Sri Ramakrishna, el gran santo de Bengala, le preguntó: "¿Has visto a Dios?" Sri Ramakrishna no era un hombre letrado. Era casi un iletrado. Respondió con total simplicidad y pleno convencimiento: "Sí, he visto a Dios. Le veo a Él con más claridad que a ti". El Dios de quien Sri Ramakrishna habló, el Dios de quien todos los grandes místicos hablan, es mucho más que un Dios de conjeturas, de sentimientos, de razonamientos, de emociones. Es una realidad que se experimenta de inmediato, que se percibe de inmediato. Una vez vemos y experimentamos esta realidad, no necesitamos otra prueba acerca de su existencia. La prueba está presente. La pregunta que surge ante nosotros es: "¿Será posible para un buscador conocer y experimentar por sí mismo a Dios?" Las diversas escuelas de yoga intentan contestar a esta pregunta. Todas están de acuerdo en que el hombre es más que su cuerpo y su mente. Todas convienen en la necesidad de que nos levantemos por encima de nuestra limitada conciencia diaria. Cada una de ellas ofrece una manera, aunque diferente, de lograr esta extensión de la conciencia. Yo mismo, tuve la extraordinaria buena fortuna de sentarme a los pies del loto de dos de los Maestros más grandes de la espiritualidad: Hazur Baba Sawan Singh Ji y Param Sant Kirpal Singh Ji. Ambos fueron exponentes del yoga del Surat Shabd, o yoga de la Corriente de Sonido. Esta enseña que Dios es un océano de Conciencia absoluta. Cuando Dios siendo Uno decidió convertirse en muchos, su deseo se manifestó como una vibración. Esta vibración es conocida en las diversas tradiciones religiosas del mundo como el Verbo, Kalma, Sraosha o como Nad. El evangelio según San Juan nos dice: "En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios". Las escrituras de otras religiones dicen exactamente la misma cosa. Es esta vibración manifestándose como Luz y Sonido la que formó todos los diversos planos de la creación. Es un principio básico de la espiritualidad que el macrocosmos (la creación entera) se encuentra contenido íntimamente en el microcosmos que está dentro de cada uno de nosotros. Los Maestros del yoga del Surat Shabd nos enseñan que si podemos aprender a ir adentro y si conseguimos ponernos en contacto con esta Corriente Divina de Luz y Sonido, con su ayuda, podemos regresar a Dios. Para ser puestos en contacto con esta corriente, debemos tener abierto nuestro ojo interno y nuestro oído interno. Permítanme insistir aquí, que la referencia al ojo interno y al oído interno no es simbólica. El ojo interno quiere decir el asiento del alma dentro del cuerpo humano situado entre y detrás de las dos cejas. Si en nuestra vida cotidiana intentamos enfocar nuestra atención allí, sólo veremos oscuridad. Pero aquel cuyo ojo interno está abierto puede penetrar dentro de ese punto, y puede ingresar a los reinos espirituales llenos de Luz. Al hacerlo, trasciende completamente la conciencia del cuerpo y comienza a ver la Luz de Dios y a oír la música de las esferas. ¿Cómo pueden ser abiertos el ojo interno y el oído interno? La respuesta es simple: yendo donde alguien cuyo ojo interno y oído interno ya estén abiertos. Solamente aquel que está despierto nos puede sacar del letargo. Lo que quiero decir es que necesitamos ir a donde un Maestro o Experto viviente. Muchos hermanos y hermanas de Occidente parecen renuentes a la idea de ir donde un instructor. Ellos aceptan la necesidad de enviar a sus hijos a la escuela, o a la universidad, pero cuando se trata de la espiritualidad, de alguna manera sienten que pueden hacerlo por su propia cuenta. Si por un momento superan la resistencia a la idea del Maestro viviente, comenzarían a ver por qué es central en el sendero espiritual. Como dice el Gurbani [las sagradas escrituras de la religión Sikh]: "En un mundo en el cual cada uno está dormido, ¿quién puede despertarnos de este ensueño?" Necesitamos de alguien que ya haya visto a Dios, quien su ojo interno esté abierto, para que nos ayude a salir de nuestro estado de ensueño y movernos hacia Él. Además, por no haber sido utilizado el ojo interno en este nacimiento, y quizá, tampoco, a lo largo de incontables nacimientos previos, por su propia cuenta no se abre fácilmente. Necesitamos ayuda del más allá. Necesitamos del impulso viviente de un experto. Necesitamos de un empuje espiritual. Por ser uno que se ha unido con Dios, el Maestro tiene un depósito ilimitado de energía divina. Tiene el poder de darnos este impulso vivo, de darnos este empuje sin que él mismo se vea de manera alguna reducido. En verdad, entre más nos da, más tiene. Es a través de su impulso vivificante como el ojo interno es abierto. Esto es lo que significa el bautismo del espíritu, o la iniciación. En este punto comienza el viaje espiritual. § Regresen hijos míos Sant Kirpal Singh Ji Maharaj. Introducción En la siguiente charla, Sant Kirpal Singh Ji Maharaj explica la clase de vida que debemos llevar si deseamos experimentar lo divino. Sant Kirpal Singh Ji Maharaj: Primero que todo, el hombre debería tener una meta en la vida. Eso es lo principal— ¿cuál es su meta? La meta suprema del hombre es conocer a Dios, y el tiempo se está acortando. Pienso que todos los que están sentados aquí tienen veinte, treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta años de edad... Si ya han pasado de los cincuenta años, sólo les queda un corto tiempo por su cuenta. ¿Han alcanzado su propósito?—y ese propósito es conocer a Dios. Actuar y posar no les servirá. Se están engañando a sí mismos y engañando a Dios dentro de ustedes. ¿Han llegado a Dios? ¿Han visto a Dios? ¿Son sinceros con Él? Si es así, eso está bien. Si no... deben apurarse. En el corto tiempo que queda, debemos dedicar más tiempo para estar listos antes de que dejemos el cuerpo, antes de que tengamos que salir del cuerpo, cuando el tiempo se termine. Así que, ¿cuando se termine el tiempo de las respiraciones, entonces…? Estas son cosas muy simples. Cosas sencillas. No son exageraciones. Son hechos que no tienen discusión. Ustedes son el mejor juez de ustedes mismos: ¿son sinceros consigo mismos? ¿Son honestos? ¿Se han puesto en contacto con Dios? Estos contactos les han sido dados como un favor, quiero decir —por la gracia de Dios. Tenemos que ganárnoslo. Algo se les ha dado. Auméntenlo. Entonces será mejor. ¿Conocen la parábola que contó Cristo? Una persona rica vino y le dio a un hombre cinco talentos, a otro dos talentos y a un tercero, un talento. Después de algún tiempo regresó y le preguntó al hombre al que le había dado cinco talentos, lo que había hecho con ellos: él los había vuelto diez. Eso está muy bien. Al que le había dado dos, los había vuelto cuatro. Pero el hombre al que le había dado uno dijo: “Oh, yo lo guardé muy bien”. Entonces, ¿qué hizo el hombre rico? Le quitó el talento que tenía. ¿Comprenden lo que quiero decir? Dejen de lado sus intelectos. Miren, lo que he traído ante ustedes, son hechos sin discusión. Esta es una charla de corazón a corazón. ¿No lo ven de esta manera, lo que les enfatizo? Cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo nos está acercando más al final. Nuestro tiempo ha sido desperdiciado y no hemos alcanzado el objetivo. El resultado será, que estaremos atados a lo externo y tendremos que regresar. La causa de nuestras ataduras son nuestros deseos. Los deseos nos traen de regreso. Los deseos mundanos les traerán de regreso; y el deseo por Dios les llevara a donde Él. Al final de sus vidas, cualquiera que sea la pasión predominante que tengan, serán conducidos ahí; esa es la ley. No les estoy dando una charla ostentosa, solamente palabras sencillas; lo que he llegado a conocer. Pienso que esto les importa a todos. No estoy diciendo nada que no sea comprensible. ¿No lo creen así? Entonces, ¿qué hemos hecho? Nos engañamos a nosotros mismos, que lástima. ¿Por qué Dios no se nos acerca? Porque nosotros lo engañamos. Dos buscadores de la verdad fueron donde un santo. Él solo, los probó para ver quién estaba listo. Le dio una paloma a cada uno y les dijo: “Mátenla donde nadie los vea.” Así que uno era muy activo, muy astuto; se fue al otro lado de la pared, la mató y regresó a los pocos minutos. El otro pobre hombre anduvo desde el amanecer hasta el anochecer y no pudo encontrar un solo lugar donde nadie lo viera. Regresó por la noche: “Maestro, no encontré ningún lugar donde pudiera matar a la paloma”. “¿Por qué no?” “Bueno, primero la paloma me miró; así que yo la veía”. Este hombre estaba listo. Estas son cosas sencillas; lo único que se necesita es vivirlas, eso es todo. Si ustedes tienen una Maestría o un Doctorado, o si son un Rey o Emperador, de nada sirve; tendrán que dejar el cuerpo e ir a donde estén apegados. Los Maestros vienen de tiempo en tiempo, primero para sacarles del cuerpo. La primera lección del abecedario: cuanto más apegados estén a lo externo, menos podrán ascender. El diario solo se hizo con ese propósito. ¿Comprenden ahora? ¿Cómo es su desarrollo? ¿Cuánto tiempo dedican y a qué están apegados? Libérense de los apegos uno a uno. Pasamos el tiempo en la ignorancia. Desde dentro, Dios nos llama todo el tiempo. El Principio de Sonido, la Música de las Esferas está llegándoles internamente desde arriba. Todos los Maestros dicen eso; Tulsi Sahib dice: “El Sonido viene desde los cielos, llamándome de regreso”. Shamas-i-Tabrez dice: “Desde este templo del cuerpo escucho el Sonido que me llama: ‘Ven sube”. La campana repica intensamente: Regresen, hijos míos, regresen. ¿Comprenden? *** Así que consideren, calmadamente, lo que he puesto frente a ustedes. Si la pasión predominante por Dios permanece, todas las demás declinarán, y de seguro ustedes regresarán a Dios, para permanecer en su presencia, después de que abandonen el cuerpo. En el Corán Dios dice: “Aquellos que me recuerdan, Yo los recuerdo”. Todo lo que les he presentado ténganlo en cuenta, tómenlo a pecho, considérenlo con calma. Nadie puede ayudarles mientras no se ayuden a sí mismos. Se convertirán en apóstoles de ustedes mismos. El resultado será que habrá paz y regocijo, permanentes. § Los ojos del Maestro Sant Rajinder Singh Ji Maharaj. Introducción del coordinador de Satsang: En la siguiente lectura de esta semana, Sant Rajinder Singh Ji Maharaj explica la oportunidad, única, que un Maestro espiritual nos trae en nuestra búsqueda por encontrar a Dios. Sant Rajinder Singh Ji Maharaj: En algún momento en la vida de una persona, comienza a interrogarse sobre el misterio de la vida y de la muerte. Cuando se presentan esas preguntas, la persona empieza a orarle a Dios por una respuesta. Dios, sentado internamente, se llena de alegría al ver que tal pregunta ha sido formulada. Crea, entonces, las circunstancias que lleven a esas almas buscadoras a un lugar en donde puedan encontrar la respuesta. Puede ser a través del libro de un Maestro, o de la asistencia a un Satsang o por el encuentro con alguien que conozca al Maestro. O puede ponerles en contacto, directamente con Él. El Maestro atrae a la gente con sus palabras escritas o habladas. En los discursos del Maestro, el buscador encuentra las respuestas, que tienen sentido para él. El Maestro, también, lo atrae con su irradiación divina. Aunque el Maestro tiene la forma física de un hombre, el Poder de Dios que fluye a través suyo lo embellece hasta el punto, que el alma siente un tirón, una atracción. El alma reconoce a la Súperalma operando a través del Maestro. El alma se siente atraída magnéticamente hacia el Santo. Es similar a las abejas buscando el néctar. Las veces que pudimos observar a nuestros Amados Maestros Sant Kirpal Singh Ji o Sant Darshan Singh Ji, encontramos a una multitud de gente corriendo hacia ellos, deseaban sus miradas, querían estar cerca de ellos, querían tocar sus manos. Algunas veces se les hacía difícil hasta moverse. Sant Darshan Singh Ji solía describir como ejemplo, lo que pasaba en Suramérica. Decía que la cantidad de gente era tan grande, que cuando dejaba a la multitud, ¡tenía que revisar si sus manos todavía seguían pegadas a su cuerpo! Cuando un alma buscadora encuentra un lugar en donde las respuestas a los misterios de la vida comienzan a tener sentido, ella se siente feliz. Algo interno se despierta y se desarrolla. El alma tiene una vislumbre de esperanza. El alma es atraída hacia la presencia nutriente y vivificante del Maestro. El alma siente la afinidad entre sí misma y el Poder de Dios que fluye a través del Maestro. Esa es la afinidad del alma con su Creador. Por eso, la gente quiere sentarse durante horas en la presencia del Maestro. Lo encuentra tan reconfortante, tan elevador. El Maestro en la iniciación, le otorga al buscador un contacto interno con la Luz y el Sonido de Dios. Con su propia atención, el Maestro eleva al alma. Las corrientes del alma comienzan a retirarse de los enredos corporales hacia su asiento, desde donde puede trascender el cuerpo y viajar al Más Allá. El alma experimenta la Luz interna y la Música celestial. A través de la meditación, se absorbe cada vez más en la Luz y el Sonido y comienza a elevarse por sobre la conciencia corporal para remontarse al más allá. Nuestra alma reconoce que no es el cuerpo sino el espíritu. Entonces acelera su viaje de regreso a la Súper-alma. Obtenemos tanto placer y regocijo en la compañía de un santo que ha alcanzado a Dios, que no queremos alejarnos de él. Cuando no estamos en su presencia, nos sentimos inquietos. Encontramos gente parada durante horas en la puerta del Maestro o en la calle, esperando recibir siquiera una mirada suya. Por lo general, la gente no puede esperar más de unos pocos minutos en una fila de bus o en hacer un pago en una caja. Pero por la Mirada de un santo, pueden esperar durante horas y no retirarse hasta que lo vean. Encontramos gente sentada en un bhandara (celebración) por doce o quince horas, aún en medio de un calor intenso o un frío tremendo. ¿Por qué? Porque sus almas se encuentran con el Amado que ha estado perdido por largo tiempo, por eones. Sienten ese amor que pasa a través de los ojos del Maestro penetrando sus propios ojos. Sienten la transmisión del amor de corazón a corazón y de alma a alma. *** La irradiación que fluye del Maestro es consistente y eterna. Fluye sin parar. En el momento en que miramos sus ojos de manera dulce, amorosa y receptiva, sin tener pensamientos, la experimentamos. Entonces, el amor puro y sencillo fluirá de un corazón a otro. Nos perdemos en éxtasis. Nos sentimos transportados. Cuando cerramos los ojos encontramos su forma radiante ante nosotros. Lo veremos con los ojos abiertos o cerrados. Lo tendremos continuamente con nosotros. Nos absorbemos más y más en su forma radiante. Una vez llegamos a ese estado, nuestro trabajo habrá terminado, porque nos fundimos en esa forma y entonces viajamos con ella hacia los planos superiores hasta alcanzar nuestro Hogar Eterno. La unión de nuestra alma con Dios comienza con un amor puro, inmaculado, inmutable. Comienza con la Mirada de Dios derramándose a través del Maestro que penetra nuestro corazón y nuestra alma. Ese es el camino sencillo de regreso a Dios. § Próxima semana: La No-Violencia
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