REVISTA CHILENA DE EPILEPSIA Publicación Oficial de la Sociedad de Epileptología de Chile Capítulo Chileno de la ILAE http: //www.epilepsiadechile.com / E-mail: [email protected] Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 ISSN 0717-5337 versión impresa / ISSN 0719-5397 versión en línea Editorial / Editorial Epilepsia refractaria. Epilepsias de difícil control. Refractory epilepsies. Difficult epilepsies control. Roberto Caraballo3 Trabajos Originales / Original Works • Tratamiento compasivo y de acompañamiento con cannabis en niños con epilepsia resistente. Una presentación de 2 pacientes y revisión de la literatura. Compassionate and accompaniment treatment with cannabis in children with refractory epilepsy. A presentation in two children and update. Marcelo Devilat, Carla Manterola, Juan Luis Moya 6 • Experiencia en Cirugía de Epilepsia Paliativa en Instituto de Neurocirugía Asenjo: Estimulador de Nervio Vago (VNS). Experience in Epilepsy Surgery Palliative Asenjo Institute of Neurosurgery: Vagus Nerve Stimulator. Hernán Acevedo, Osvaldo Olivares, Bárbara Garcés, Lientur Taha, Viviana Venegas 18 • Caracterización de un grupo de pacientes con convulsiones febriles. Characterization of a group of patients with febrile seizures. Patricia Alfaro, Marcelo Devilat 24 Actualizaciones / Updates • Actualización del Síndrome de West. Update West Syndrome Vanessa García, Sergio Meneses, Perla David • Actualización del Síndrome de Lennox-Gastaut. Update Lennox-Gastaut Syndrome Vanessa García, Sergio Meneses, Perla David 34 42 Cronica / Chronicle • Cursos congresos y Actividades 2014. Congress Courses and Activities 2014 • Noticias poéticas 25.12.14. Poetic news 25.12.14 • Nuevos Socios. New members • Jornadas Invernales de Epilepsia 2015. Winter days of epilepsy • Declaración de intereses. Declaration of interests • Fe de erratas. Erratum • Sugerencias para contribuciones a los autores. Suggestion to authors of contributions 46 47 48 49 51 53 54 1 Revista Chilena de Epilepsia Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 SOCIEDAD DE EPILEPTOLOGÍA DE CHILE Capítulo Chileno de la Liga Internacional contra la Epilepsia Fundada el 13 de Marzo de 1999 Directorio de la Sociedad de Epileptología de Chile Directorio ILAE 2013 - 2017 Presidente Dr. Darío Ramírez President Emilio Perucca Vicepresidente Dr. Cayetano Napolitano Vice President Tatsuya Tanaka Secretaria General Dra. Carolina Gallegos Secretary- General Helen Cross Tesorero Dr. Juan Moya Treasurer Sam Wiebe Director Dr. Marcelo Devilat Past President Salomon Moshé Past President Dra. Perla David IBE President Athanasios Covanis Editores de Publicaciones Dra. Perla David Dra. Ledia Troncoso Dr. Marcelo Devilat IBE Secretary-General Sari Tervonen Delegados ANLICHE Dr. Tomás Mesa Dr. Jorge Förster IBE Treasurer Robert Cole Comité Editorial Dr. Fernando Ivanovic Zuvic Dr. Cayetano Napolitano Dr. Juan Salinas Dra. Julia Santin Dra. Alejandra Hernández Dra. Verónica Burón Dr. Juan Moya Dra. Francisca López Dra. Scarlet Witting Dra. Loreto Ríos Comité Internacional Prof. Dr. Roberto Caraballo, Argentina Prof. Dr. Neurocirujano Hugo Pomata, Argentina Prof. Dr. Pedro Serrano, España Prof. Dr. Eduardo Barragán, México Prof. Dr. Jaderson Da Costa, Brasil Prof. Dra. Magda Lahorges, Brasil Prof. Dra. Elza Yacubian, Brasil Prof. Dr. Juan Aicardi, Francia Prof. Dr. Alexis Arzimanouglu, Francia Comité Revisión de Pares Dra. Ledda Aguilera, Universidad de Chile Dr. Jaime Godoy, Universidad Católica de Chile Dr. Rodrigo Salinas, Min. de Salud / Inst. de Salud Pública 2 Dirección: Av. Providencia 2315, Of. 215 Fonos: 2231 0172, 2235 1470, Fax: 2234 0671 Providencia, Santiago, Chile. E-Mail: [email protected] [email protected] Diseño Gráfico: Juan Silva / [email protected] / 9799 5964 Editorial Epilepsia Refractaria. Epilepsias de difícil control. Roberto Caravallo Médico Principal. Hospital Garrahan, Buenos Aires, Argentina. En alrededor de 80% de los pacientes con epilepsia las crisis pueden ser controladas con antiepilépticos y más del 60% de todos los casos remiten en forma permanente. Los restantes pacientes son variablemente resistentes al tratamiento y las crisis se repiten a pesar de la medicación adecuada. Sin embargo, no existe una definición aceptada de epilepsia refractaria y los criterios varían de modo considerable. En general, se toma como base la falta de respuesta al uso adecuado de los antiepilépticos en las máximas dosis toleradas, durante un período mínimo necesario. Se ha estimado que la prevalencia de epilepsia es de 5/1.000 personas en la población general y de 1/1.000 en la población infantil. Las epilepsias aparentemente refractarias o de difícil control pueden dividirse en dos grandes categorías: 1) Epilepsias seudoincontrolables: corresponden a las que son incorrectamente tratadas debido a causas del paciente, deficiencias sanitarias o error u omisión del médico. 2) Epilepsias verdaderamente refractarias: las crisis epilépticas persisten a pesar del uso adecuado de antiepilépticos, y de la instrumentación correcta de los procedimientos diagnósticos y de otros tratamientos. En la figura se muestra un algoritmo para el tratamiento de las epilepsias refractarias. Cabe aclarar que este esquema proporciona una orientación general y que, sin duda, es necesario considerar cada paciente en particular. Tratamiento de las Epilepsias Refractarias Los pacientes con epilepsias refractarias y sus familias presentan una mala calidad de vida por lo cual es crucial ofrecerles otras alternativas terapéuticas no farmacológicas tales como dieta cetógena, cirugía, estimulador vagal y otros. Si bien la mayoría de los niños con epilepsia están tratados con antiepilépticos (AE), la cirugía de la epilepsia se utiliza cada vez con mayor frecuencia en los pacientes resistentes al tratamiento médico. El objetivo principal es controlar las crisis epilépticas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. En este sentido, es importante reducir el número de crisis, atenuar las manifestaciones clínicas (p. ej., desaparición de caídas o generalización secundaria) o disminuir los efectos adversos de los AE. Consideramos imprescindible el estudio sistemático de los pacientes con epilepsias de difícil control, por lo cual creemos que un número considerable de pacientes se beneficiarán si se realiza un diagnóstico correcto y un tratamiento integral adecuado. Una vez que ha sido decidido que un paciente tiene una epilepsia verdaderamente refractaria a la medicación y que la cirugía de la epilepsia podría ser una alternativa terapéutica, el paso siguiente es realizar la evaluación prequirúrgica (EP). Esta evaluación decidirá si la cirugía es o no posible. Tratamiento Quirúrgico Evaluación Prequirúrgica Una vez que se ha comprobado que un paciente es refractario a la medicación y se ha decidido llevar a cabo la cirugía de la epilepsia, el paso siguiente es realizar la evaluación prequirúrgica (EP). Ésta debe efectuarla un equipo multidisciplinario compuesto por especialistas en neurología, neurofisiología, neurocirugía, psiquiatría y neuropsicología, con la intervención de enfermeros, técnicos de electroencefalografía y asistentes sociales. La identificación de la zona epiléptógena es el objetivo final en el proceso de EP. Se define como el área necesaria y suficiente para el comienzo de una crisis epiléptica y cuya resección o desconexión es imprescindible para la abolición de ésta. 3 Revista Chilena de Epilepsia Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 Algoritmo para el tratamiento de las epilepsias refractarias. Pruebas no invasivas: a) Electroencefalografía y video-EEG El EEG ictal es la manera definitiva para establecer el diagnóstico de epilepsia y el videoEEG indica el origen de las crisis epilépticas. 4 b) Neuroimágenes (estructural) Tomografía computarizada (TC), resonancia magnética (RM). c) Neuroimágenes funcionales Epilepsia refractaria. Epilepsias de difícil control. La tomografía con emisión de positrones (PET) muestra defectos localizados en el metabolismo cerebral. Los defectos focales a menudo corresponden a la zona epileptógena. Es un estudio de utilidad en los pacientes con epilepsia del lóbulo temporal, que ha mejorado la localización preoperatoria y evita tener que recurrir a estudios invasivos. También en el caso de las epilepsias generalizadas severas, como el síndrome de West, ayuda a encontrar las áreas de hipometabolismo focal. La tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT) pone en evidencia alteraciones en la perfusión en los estados interictal, ictal y postictal, que ayudan a identificar el sitio para la resección. En la práctica, sólo tiene valor localizador definido la SPECT ictal, sobre todo en las epilepsias neocorticales. La resonancia magnética con espectroscopia puede evidenciar déficits localizados lateralizados en las epilepsias focales. La resonancia magnética funcional es un estudio no invasivo que permite el estudio de las funciones cerebrales; también es útil para el diagnóstico y la evaluación del manejo quirúrgico de las epilepsias. En la evaluación prequirúrgica ha sido muy beneficiosa para elaborar la estrategia correcta, pues permite reconocer áreas elocuentes del cerebro e identificar con certeza la lateralidad del lenguaje. Es un estudio de sumo valor en el futuro, pues está reemplazando al test de Wada y podría ofrecer aún más beneficios en el abordaje diagnóstico y en el tratamiento de las epilepsias, sobre todo, las refractarias. d) Pruebas neuropsicológicas La evaluación neuropsicológica contribuye al diagnóstico en los pacientes que son candidatos a cirugía de la epilepsia. En este caso particular, las evaluaciones neuropsicológicas antes y después de la cirugía constituyen una parte importante en el abordaje integral del paciente. Las funciones neuropsicológicas investigadas son: - Habilidad intelectual general. - Habilidades perceptivas y psicomotoras. - Lateralidad y especialización hemisférica. Editorial - Lenguaje. - Aprendizajes escolares. - Memoria y aprendizaje memorístico. - Atención y función directiva. - Conducta emocional y social. Los objetivos principales de la evaluación neuropsicológica son: -Potencialidad educacional y de rehabilitación. -Confirmación de la lateralización y probable localización del área epileptógena. -Riesgo de compromiso de la memoria y otras funciones cognitivas a largo plazo. -Control evolutivo. e) Evaluación psiquiátrica Puede condicionar el pronóstico y los trastornos mayores podrían contraindicar la cirugía. f) Test de Wada Esta prueba determina la dominancia hemisférica del lenguaje y evalúa la contribución de cada hemisferio cerebral para la memoria a largo plazo. g) Otra Otras técnicas, como la magnetoencefalografía, se utilizan en centros que disponen de la tecnología adecuada para una evaluación prequirúrgica más completa. Pruebas invasivas Se reconocen distintas técnicas que implican la introducción de electrodos en el cráneo: los electrodos profundos o intracerebrales, los electrodos subdurales y los electrodos epidurales. Una vez realizada la colocación de los electrodos intracraneanos con la consiguiente electrografía, se puede practicar también el mapeo funcional, es decir, la estimulación cortical para definir las funciones de la corteza implicada en relación con el comienzo ictal. Este es de suma importancia en las epilepsias de localización frontal posterior, parietal anterior, occipital mesial y de resecciones temporales posteriores (en especial del hemisferio dominante). En este punto es necesario responder a varios interrogantes: ¿es única la zona ictal?, ¿dónde está localizada?, ¿cuál es su extensión?, ¿está cercana a una lesión estructural o funcional?, ¿cuál es la función de la corteza en esa región?, ¿su resección llevará a déficits permanentes? 5 Revista Chilena de Epilepsia Trabajo Original Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 Tratamiento compasivo y de acompañamiento con Cannabis en niños con Epilepsia Resistente. Una presentación de 2 pacientes y revisión de la literatura. Marcelo Devilat, Carla Manterola, Juan Luis Moya Centro de Epilepsia Infantil. Serv. de Neurología y Psiquiatría. Hosp. L.C. Mackenna. Santiago, Chile. Correo: [email protected] ABSTRACT Drug-resistant epilepsy in children is a condition leading to severe psychosocial, economic struggle among the families of these patients. The current status of social networks contributes to the development of a growing demand from the parents of these children, many of whom start to seek non-traditional therapeutic alternatives. One of those options is treatment based on marijuana-derived substances, specifically cannabidiol, which has been used for therapeutic purposes since 2,700 b.C. Cannabidiol use has been assumed as a therapeutic possibility for many patients suffering from orphan, difficultto-manage conditions. Research in children with refractory epilepsy has begun recently, derived from the approval by the FDA of investigation projects based on purified drugs containing cannabidiol. Nevertheless, there is a certain previous experience in isolated cases and small series of patients, with some methodological defects (difficulty determining the exact composition of marijuana products, as well as the appropriate dosage). This experience arises as a real therapeutic chance in some children. Review of the available sources allows us to explore an extensive list of neurophysiologic, biochemical investigations that generate some certainty about the mechanism of action of cannabidiol-based products and its eventual uses in animals and humans. Besides, it is well known that the list of countries and U.S. states that have legalized marijuana for medical use is increasing day after day. We present two children, carrying severe refractory epilepsy, who receive cannabidiol at the initiative of Recibido 1 de Dic. Aceptado 15 de Dic. 2014 Los autores declaran no tener conflictos de intereses. 6 their own parents. We have followed their clinical evolution, by accompanying the use of cannabidiol as a compassionate use treatment in these patients. Preliminary effects of cannabidiol have been remarkable. Although cannabidiol has not achieved a seizure.free clinical course, the frequency of episodes has diminished in a proportion enough to improve the quality of life of their families. Key words: children, epilepsy, cannabidiol. RESUMEN La epilepsia resistente en los niños es una forma de epilepsia que conlleva a severos sufrimientos psicosociales y económicos a las familias. Por lo anterior, y en base a la fluidez actual de las redes sociales, existe una creciente presión por parte de los padres de estos niños a buscar alternativas terapéuticas no tradicionales. Una de ellas es el tratamiento con derivados de la marihuana, específicamente el cannabidiol cuyo uso terapéutico se puede remontar a 2.700 años antes de Cristo. En varios cuadros huérfanos y de difícil manejo se ha aceptado que el uso del cannabidiol es una posibilidad terapéutica y de alivio para los pacientes. En epilepsia resistente la investigación en niños recién comienza con la aprobación de la FDA de proyectos que se iniciaran en Enero de 2015, con un fármaco en base a cannabidiol puro. A pesar de lo anterior existe cierta experiencia de casos aislados y pequeñas series con carencias metodológicas que se inician con la dificultad de determinar la composición exacta de los productos y en parte con las dosis a utilizar, pero que permiten avizorar una posibilidad terapéutica real en algunos pacientes. La revisión de la literatura permite conocer una extensa investigación bioquímica y neurofisiológica que origina algunas certezas sobre el mecanismo de acción del producto y su manejo en animales y Tratamiento compasivo y de acompañamiento con Cannabis en niños con epilepsia resistente. humanos. Así mismo se sabe que cada día existen más países y estados de USA que permiten el uso del cannabidiol medicinal. Se presenta aquí dos niños con epilepsias muy resistentes que por iniciativa de sus padres reciben cannabidiol, a los que nosotros, dentro de un “tratamiento compasivo” y de “acompañamiento”, hemos podido seguir. El efecto del cannabidiol, en ellos, ha sido excelente pues si bien no los ha dejado libres de crisis, ellas se han reducido de tal manera que han permitido mejorar la calidad de vida de sus familias. Palabras clave: niños, epilepsia, cannabidiol. 1. INTRODUCCIÓN 1.1 La epilepsia La epilepsia es la enfermedad neurológica más frecuente con una prevalencia en Chile de 17 x 1000 (1), por lo que en nuestro país existirían 289.000 personas con epilepsia. Un tercio de ellas está constituido por menores de 15 años (2), con lo cual habrían en Chile 96.333 niños con epilepsia, de los cuales un tercio sería resistente a las terapias farmacológicas (3, 4), por lo que en nuestro país habrían 32.111 niños con epilepsia refractaria. Este tipo de epilepsia, no está cubierta por el Plan GES (5). Lo anterior origina severas consecuencias psicosociales: compromiso cognitivo y psiquiátrico, deterioro económico, injurias físicas, crisis familiares, abandono, aislamiento, rechazo social, estigma y otras (6) así como también mayor riesgo de suicidio y de mortalidad (7). Aunque hay muchas definiciones de epilepsia resistente, aquí se entenderá por tal a aquellas epilepsias que tratadas con al menos 2 antiepilépticos (AE), bien indicados, a dosis recomendadas y/o niveles plasmáticos terapéuticos o tóxicos, continúan con crisis, dentro de un lapso de 6 meses. 1.2 La epilepsia resistente y su tratamiento El tratamiento de los pacientes con epilepsia resistente es variado e incluye AE, cirugía, dieta cetogénica (8) y últimamente, estimulación vagal, estimulación transcraneal (9), musicoterapia (10) y otros. Un grupo de niños persiste con crisis, a pesar del esfuerzo de los profesionales y de la industria farmacéutica, que en el último tiempo ha ofrecido numerosos nuevos AE. En consideración a lo dra- Marcelo Devilat et al. mático que resulta tener a un niño con crisis epilépticas descontroladas, los padres influenciados por los medios y por lo expedito de las comunicaciones están demandando, de manera urgente, otras formas de tratamiento para sus hijos, como son los derivados de la marihuana. 1.3 Tratamiento con cannabis y otras hierbas en la Historia Las preparaciones medicinales de flores y aceites de cannabis han sido usadas en China desde hace aproximadamente 2.700 años aC para tratar, entre otras enfermedades, los episodios de ausencias. En la Edad Media, los médicos árabes usaron la cannabis para tratar la epilepsia, así como náuseas y vómitos, inflamaciones, dolores y fiebre (11,12). Terminada la Edad Media, en 1542 Leonhardt Fuchs fue el primero que denominó a la planta como cannabis sativa y W.B O’Shaughnessy la introdujo en la práctica médica en Inglaterra en el siglo 19. En ese siglo, más específicamente en 1854, se introdujo en Estados Unidos (13). Posteriormente la medicina occidental usó ampliamente la cannabis, y antes de la aspirina, era el más común analgésico utilizado; también se usaba para el glaucoma, dolor, náuseas y vómitos, espasmos musculares, insomnio, ansiedad y epilepsia. Otras indicaciones eficaces incluyen el dolor asociado a la neuropatía sensorial por VIH, dolor crónico, náuseas y vómitos por quimioterapia, y espasmos asociados a esclerosis múltiple. Específicamente, su uso moderno se inició en 1868, cuando Russell Reynolds indicó cannabis indica, otra variedad de cannabis, asociada con bromuro de potasio, en un paciente de 40 años con crisis tónicoclónicas generalizadas, el cual quedó libre crisis por 6 meses y recayó al suspender la cannabis (11). La declinación de su uso se inició en el siglo 20, debido en parte, a la aparición de medicinas sintéticas que la reemplazaron. Se inicia su uso “recreacional” especialmente en Egipto, África del Sur y USA, hasta que la Liga de las Naciones en 1924 la limitó sólo como medicina. Más tarde, en USA, a través del Acta de 1970, se declaró a la droga como tipo I, por lo que su uso se volvió ilegal. Así, la cannabis entró hasta la actualidad a un estatus gris y de paria (13). La medicina hierbática (14) ha ofrecido una amplia gama de hierbas para la epilepsia y desde el siglo 17 se han descrito 221 plantas para uso de la epilep7 Revista Chilena de Epilepsia Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 sia. Las plantas pueden ser clasificadas de acuerdo a su tipo estructural como alcaloides, flavonoides, saponinas, cumarinos y terpenos. Al último grupo pertenecen los cannabinoides: cannabidiol (CBD) y el tetrahidrocannabinol (THC) y existe la opinión de que, a pesar de la insuficiente información, hay estudios de casos o pequeños ensayos en humanos que permitirían que la ciencia básica pueda contribuir a desarrollarlas como AE. La medicina mapuche también tiene su aporte y ofrece el “alweshkoskel” como preventivo de las “crisis epilépticas y las convulsiones” (15). aproximadamente 70 diferentes cannabinoides. De éstos, el psicoactivo tetrahidrocannabinol (THC, aislado en 1964) y el no-psicoactivo cannabidiol (CBD, aislado en 1963), son los más importantes y se encuentran en variables concentraciones en las diferentes cepas de marihuana. La razón entre ambos determina los efectos terapéuticos y los efectos psicoactivos (6, 23, 24). Con respecto al THC, se ha sugerido que la euforia que origina, sería debida a una depresión de la actividad de inhibición en el septum, cerebelo y tálamo (13). Ambos compuestos actúan en el sistema endocannabinoide. 1.4 La cannabis para la epilepsia en el mundo actual A pesar de las prohibiciones legales, en la mitad de los estados de USA, en Canadá, Holanda, e Israel, han autorizado el uso de cannabis para la epilepsia resistente (6). La Republica Checa autorizó el uso medicinal de cannabis el 2 de abril 2014 (16). El estado de Sao Paulo, en Brasil, autorizó el tratamiento con cannabis sativa a niños con epilepsia resistente, y ha permitido que el médico pueda recetar el producto que será importado por un organismo estatal (17). 1.5.2 El sistema endocannabinoide y el mecanismo de acción El sistema endocannabinoide está compuesto por algunos cannabinoides endógenos como la anandamina y el 2-araquidonoilglicerol, y por sus receptores, siendo CB1 y CB2 los más conocidos. El receptor CB1 está altamente expresado en el sistema nervioso central, y puede ser encontrado en seres humanos desde la novena semana de gestación. Su distribución es amplia en periodos tempranos de la vida, pero presenta una localización más selectiva en la adolescencia (25). Se ubica en diferentes tipos neuronales, principalmente en los ganglios de la base, la sustancia nigra, el globo pálido, el cerebelo, el hipocampo y la corteza cerebral (6, 11, 13). La OMS se pronunció a favor del uso medicinal de cannabis para dolor, náuseas y vómitos y anorexia en inmunodeprimidos, así como en la espasticidad de la esclerosis múltiple (18). El receptor CB1 es una proteína transmembrana que se encuentra en la membrana presináptica. Cuando la neurona postsináptica es altamente estimulada, La FDA dio su aprobación para efectuar estudios hay un aumento del calcio intracelular, que induce con marihuana en niños con epilepsia intratable. El la biosíntesis de endocannabinoides. Éstos pasan limedicamento será Epidiolex®, un cannabidiol puro bremente por la membrana celular, alcanzando a la de GW Pharmaceutical. También el fármaco ha sido neurona presináptica. La activación de CB1 por los autorizado para ensayo en niños con síndrome de endocannabinoides lleva a una inhibición del AMP Dravet y epilepsias resistentes (19, 20). cíclico, activación de proteínas kinasas, regulación de canales de calcio y apertura de canales de potaEn Chile, a pesar de las dudas de algunas socieda- sio, lo que a su vez lleva a inhibición en la liberades médicas sobre las posibilidades terapéuticas de ción de neurotransmisores al espacio intersináptico. la marihuana (21), el Servicio Agrícola y Ganadero Es así como los endocannabinoides tienen un rol autorizó la siembra de marihuana para ser utilizada fundamental en el control de la estimulación y mocon fines terapéuticos para unos 200 pacientes que dulación neuronal. Dicho mecanismo se denomina presentan cáncer y epilepsia (22). “depolarización que induce supresión de la inhibi ción” si actúa en neuronas inhibitorias, e “hiperpo1.5 La marihuana como una fitoterapia larización que induce supresión de excitación” si actúa en neuronas excitatorias.(11, 26). 1.5.1 La planta Dos variantes de la planta de marihuana, la canna- Nuestro conocimiento del receptor CB2 es mucho bis sativa y la cannabis indica (6,12), contienen más limitado. Se sabe que está presente en células cerca de 489 compuestos, de los cuales existen inmunes, tanto del sistema nervioso central como 8 Tratamiento compasivo y de acompañamiento con Cannabis en niños con epilepsia resistente. en la periferia. Su rol aún no se ha establecido claramente. Adicionalmente, se conocen otros receptores que tendrían relación con un rol antinociceptivo y vías metabólicas variadas (6, 11, 13). El THC se aisló en 1964 como compuesto, y 4 años más tarde se logró su síntesis. Se sabe que bioquímicamente actúa como un agonista parcial de los receptores CB1 y CB2. Se hipotetiza que a través de esta vía lograría su efecto anti-inflamatorio, como estimulante del apetito, antiemético, de relajante muscular, analgésico y psicógeno. El efecto psicógeno ha sido centro de gran investigación, por su importancia en salud. Se sabe que el uso de marihuana se correlaciona estadísticamente con cuadros agudos de paranoia y psicosis; su uso crónico se ha asociado a un riesgo aumentado de trastornos psicóticos, entre los que se incluye la esquizofrenia, en personas con predisposición a dicha patología. El CBD es un cannabinoide que no tiene un efecto psicogénico, por lo que ha sido propuesto como un potencial agente terapéutico. Su mecanismo de acción aun no es bien conocido, pero se sabe que modula la concentración de calcio en la célula a través de una inhibición de los canales de calcio. Junto al CBD se ha usado en modelos animales el cannabidivarin (CBDV) que es una variante propilo del CBD (27). Ha probado sus habilidades anticonvulsivas y de buena tolerancia en modelos con MES y PTZ, lo que se explica más adelante, siendo también asociado a ácido valproico y etosuximida. El mecanismo por el cual CBD y CBDV ejercen su acción anticonvulsiva no está determinado, aunque varios de sus puntos de acción han sido estudiados. Entre ellos se puede citar la modulación intracelular del Calcio, la proteína G-acoplada al receptor 55 (GPR55) o el canal de proteína 1 (VDAC1) selectivo dependiente de aniones. CBD y sus compuestos asociados pueden reducir la excitabilidad neuronal y la transmisión neuronal (11). Es además antiapoptótico, neuroprotector y antiinflamatorio (6). Como resumen (28), el estudio de los mecanismos de acción de los cannabinoides, “ha originado un nuevo sistema de comunicación entre las células, especialmente relevante en el SNC, donde el sistema contiene puntos de acción activados por CBD, los cuales no sólo actúan a través de la activación, sino también facilitando su bloqueo o inhibición”. Lo anterior sugiere un “nuevo sistema susceptible de manipulación farmacológica” (28). Marcelo Devilat et al. 1.6 Modelos preclínicos Como análisis previo es necesario destacar que, ya en 1978, ratas sometidas a electroshock máximo (MES) que recibieron una mezcla de cannabinoide, con 17% de THC y 83% de CBD, expresaron un efecto anticonvulsivo (29). Por otra parte, un perro traqueostomizado, que recibió una dosis subconvulsivante de penicilina y humo de cannabis (que contenía 6 mg de THC) en forma repetida, presentó crisis tónico-clónicas generalizadas y espiga-onda en la corteza occipital y frontal en el EEG. Los autores sugieren que el THC reduce el umbral convulsivo o aumenta la permeabilidad de la barrera hematoencefálica (30). Posteriormente, se ha publicado abundante información acerca del efecto beneficioso del CBD, en modelos preferentemente de ratas sometidas a MES (que origina crisis epilépticas agudas). Sin embargo, la información acerca del efecto en epilepsia crónica es menos evidente. De manera interesante se ha observado que el CBD no tiene efecto en crisis epilépticas focales secundariamente generalizadas, en modelos en los que se les ha implantado cobalto o que han recibido estricnina (11). Otro modelo animal utilizado ha sido en ratas con una mutación knockout para el receptor CB1. Se observó que las ratas mutadas presentan crisis de mayor duración ante un modelo epileptogénico con ácido kaínico (26). Otro estudio, que expone ratas a un modelo epileptogénico con pentilenetetrazol, mostró que las tratadas con cannabidiol presentan una disminución significativa de las crisis epilépticas y de la mortalidad. En conclusión, si bien hay estudios en animales que apoyan el uso de cannabinoides en un modelo de epilepsia, y existe un mecanismo fisiológico que se relaciona con el control de estimulación neuronal, aun no hay claridad de este fenómeno en humanos (27). 1.7 Farmacología del cannabidiol en humanos Los estudios de CBD sintético o de extractos de plantas, aislado o en combinación con el THC, han entregado suficiente información acerca de la farmacología del CBD, que permite su manejo en ensayos y tratamientos clínicos (6, 11, 13, 31). La forma medicinal se administra oralmente en forma 9 Revista Chilena de Epilepsia de aceite en una cápsula, la que por su baja solubilidad en agua determina una absorción errática La biodisponibidad se estima cercana al 6%, debido a su paso por el hígado. En adultos voluntarios, después de una dosis única de 10mg de CBD y THC, se ha demostrado un máximo de concentración de 3,0 +- 3,1 ug y un máximo tiempo de 2.8 +- 1.3 hr. La distribución está gobernada por su alta lipofilicidad (K 6-7) y alto volumen de distribución (+- 32K/ kg), con rápida distribución en cerebro, grasa y otros tejidos. El CBD es altamente unido a proteínas del plasma y el 10% circula unido a glóbulos rojos; por lo que en la administración crónica puede acumularse en pacientes con alta adiposidad. Metabolismo, eliminación y vida media Como todos los cannabinoides, es altamente metabolizado en hígado e hidroxilado a 7-OH-CBD por el citocromo P450 (CYP), predominantemente por CYP3A y CYP2C, y excretado por heces y escasamente en orina. La vida media es de 18 a 32 hrs después de una dosis única en usuarios crónicos de CBD y el clearance de 960 a 1.560 cc/min. La seguridad estudiada en múltiples trabajos de CBD con placebo, controlados y ensayos abiertos, han demostrado que “es bien tolerado a través de una amplia gama de dosis (11). No hay efectos adversos sobre SNC, o sobre signos vitales o humor, a dosis sobre 1,500mg/día oral o 30mg EV, tanto en administración aguda o crónica”. Sin embargo, existe una limitada seguridad a largo plazo, aunque hay muchos pacientes-año de exposición a nabiximol ® después de su aprobación en varios países de Europa y Canadá. Se ha informado de algún riesgo teórico de inmunosupresión, ya que CBD muestra supresión de producción de interleukina 8 y 10 e inducción de apoptosis de linfocitos in vitro (11). Existe escasa información sobre las interacciones. El CBD, por ser un potente inhibidor de isoenzimas de CYP, primariamente CYP2C y CYP3A (in vitro y en modelos animales, pero no humanos), podría modificar los niveles plasmáticos de AE concomitantes. Específicamente, la repetida administración de CBD puede inducir isoenzimas de CYP2B en modelos animales, lo cual puede tener implicaciones en personas con epilepsia que toman ácido valproico (AV) y clobazam (CLOB), dado que son metabolizados mediante esas enzimas. Finalmente, dado que el CBD es metabolizado en gran parte por CYP3A4, es probable que enzimas inductoras 10 Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 comunes de AE (tales como CBZ y FNT) puedan reducir los niveles séricos de CBD. Actualmente existen a disposición varios fármacos cannabinoides, que tienen distintas concentraciones de CBD y THC. Éstos son indicados en esclerosis múltiple, cáncer, dolor crónico, náuseas y vómitos, trastornos del sueño y algunas enfermedades psiquiátricas. Aprobados en diferentes países (entre otros, Alemania, España, Dinamarca, Canadá y Nueva Zelanda), tienen un costo relativamente alto. Entre ellos se puede citar al Sativex ®, Cesamet ®, Marinol® y Cannador® (13, 23, 28). Las personas con epilepsia aun no tienen un cannábico probado, pero el Epidiolex ® (un cannábico no psicoactivo, con CBD al 98%) iniciará pronto un ensayo, aprobado por la FDA (como ya se comentó más arriba). El Epidiolex® está designado como fármaco “huérfano”, especialmente indicado en el síndrome de Dravet y síndrome de Lennox-Gastaut, entre otros cuadros (6, 11, 13). 2. LO REALIZADO Y LO QUE VIENE 2.1 Lo realizado 2.1.1 Existe un creciente interés entre los familiares de los niños con epilepsia resistente y entre las personas adultas que sufren esta condición en explorar la posibilidad terapéutica con cannabis. El 80% de los 32.111 niños con epilepsia resistente calculados para Chile, pertenecen mayoritariamente al grupo A y B beneficiario de Fonasa, lo que incrementa sus dificultades y sufrimientos; por cuanto deben adquirir medicamentos de segunda generación, que -como se destacó más arriba- no son proporcionados por el Plan de Garantías Explícitas (GES) del Ministerio de Salud. De acuerdo a un reciente estudio efectuado en nuestro Servicio, las familias que deben recibir AE de segunda generación gastan mensualmente $ 48.989 en promedio, lo que representa un deterioro adicional en personas especialmente menoscabadas (32). Lo anterior es relevante, por cuanto un tratamiento intensivo, de alto costo y que requiere experiencia profesional, puede hacer posible que los niños con epilepsia resistente queden libres de crisis en alrededor de un 20% (8, 33). Queremos destacar que desde hace muchos años hemos estado interesados en mejorar el diagnóstico y el tratamiento de estos pacientes (3, 8) y buscar ayuda internacional para optimizar su manejo (34). Tratamiento compasivo y de acompañamiento con Cannabis en niños con epilepsia resistente. Debido a la irrupción de la cannabis en la literatura médica internacional y en la prensa, la Sociedad de Epileptología de Chile, capítulo chileno de la ILAE, organizó una conferencia sobre el tema en sus XIV Jornadas Invernales de Epilepsia, a sugerencia de uno de nosotros (MD). Ésta fue dictada por la Dra. Carla Manterola y la Dra. Carolina Gallegos, el día 7 de Junio de 2014. Con lo anterior, se pretendió iniciar una discusión sobre el tema desde el punto de vista académico, a pesar de las restricciones y temores ambientales. Por otra parte, en Junio pasado, el Servicio de Neurología y Psiquiatría del Hospital Luis Calvo Mackenna dictó en la Reunión Clínica semanal del Servicio de Pediatría una conferencia sobre la cannabis y la experiencia clínica obtenida hasta ese momento. Desde el punto de vista internacional, la revista Epilepsia, órgano oficial de la ILAE (Sociedad internacional que acoge a la mayoría de los países del orbe, y que tiene mas de 100 años de vida), dedicó parte de su número de Junio pasado al tema “Cannabis y Marihuana Médica para la Epilepsia”, lo que es un apoyo para que los están “interesados en trabajar sobre el tema” (35) 2.1.2 Los pacientes. Nuestra experiencia. Los autores han tenido la oportunidad de controlar 5 Marcelo Devilat et al. niños con epilepsias superresistentes. Bajo decisión y responsabilidad de sus propios padres, éstos han dado aceite de cannabis a sus hijos. Se ha decidido excluir a 3 de ellos, por cuanto el tiempo de evolución es muy reducido, la información no es clara o no se respetan las indicaciones médicas. Además controlamos otros 6 pacientes que están en fase de línea basal. Las historias de los 2 pacientes se entregan a continuación: Paciente 1 (Gráfico 1) Este es un paciente nacido en 2001 y controlado con nosotros desde el año 2006. A los 5 meses de edad comenzó a presentar crisis tónico-clónicas generalizadas (CTCG), a las que posteriormente se unieron: crisis tónicas generalizadas al comer y espontáneas, crisis mioclónicas generalizadas y -ocasionalmentecrisis gelásticas. A pesar de esfuerzos destinados a determinar una etiología, hasta la fecha (Noviembre de 2014), ello no ha sido posible. Presenta además una discapacidad intelectual severa, una cardiopatía con CIA y CIV no operadas, síndrome de Weber, escoliosis dorsal, y es dependiente del adulto en actividades de vida diaria. El examen neurológico revela conexión ambiental muy escasa, microcefalia, diplejia espástica con reflejos osteotendinosos exaltados, Babinski presente. El EEG presenta espiga onda lenta multifocal y la resonancia magnética cerebral, atrofia cerebral. Exámenes metabólicos son normales. Gráfico 1 11 Revista Chilena de Epilepsia Las crisis generalizadas son de duración variable (de 3 hasta 10 minutos) y la frecuencia flúctua entre 2 a 10, a incontables al día; en tanto que las focales son de corta duración con frecuencia muy variable. Nunca ha estado un día completo sin crisis. Ha recibido, sin éxito, el siguiente tratamiento disponible: fenobarbital, fenitoína, carbamazepina, ácido valproico, primidona, topiramato, levetiracetam, oxcarbazepina, lamotrigina, lacosamida, clobazam, zonisamida, pregabalina, clorazepato, dieta cetógena y callosotomía total. En Mayo de 2014, a propia iniciativa y responsabilidad de los padres, ellos inician la administración de cannabis (dosis equivalente a 2 lentejas al día) de aceite de cogollo de la cepa denominada “Juanita la Milagrosa”; sin modificar las dosis de levetiracetam (42 mg/kg/día) y primidona (14 mg/kg/día) para 35 kilos de peso. Retrospectivamente, se determina para el mes de Abril de 2014 (30 días), una línea de base para las crisis epilépticas. La línea basal de CTCG y crisis tónicas espontáneas es de 10 al día; para las crisis mioclónicas la línea de base marca incontables al día, y las gelásticas son ocasionales. Para las crisis tónicas generalizadas al comer, la línea de base la constituye cada comida. La evolución de las crisis generalizadas no mioclónicas (CTCG y tónicas), revela que en Mayo estuvo 10 días sin crisis (tiempo máximo sin crisis en su vida); pero posteriormente, en ese mes y en Junio, Julio y Agosto, se presentan en cantidad de 1 a 2 al día, o bien ninguna al día. El resto de crisis no ex- Gráfico 2 12 Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 perimentó variaciones en su frecuencia. En Agosto estuvo algunas jornadas sin cannabis y reaparecieron las crisis generalizadas, 5 a 6 al día. Una vez re-administrada la cannabis, las crisis descendieron en frecuencia (0 a 2 al día) en los meses de Agosto, Septiembre, Octubre y Noviembre, pero sin modificación del resto de los eventos críticos. En su último control en Noviembre 2014, no se observó variación de las funciones cerebrales superiores y no fue posible obtener un control de su EEG. Paciente 2 (Gráfico 2) Este niño nació en 2005 y se controla con nosotros desde 2005 por presentar inicialmente síndrome de West. Posteriormente comenzó a presentar crisis parciales complejas con desviación cefálica a izquierda, espasmos tónicos de miembros superiores, crisis mioclónicas generalizadas y crisis tónicas generalizadas. Tiempo máximo sin crisis es de 5 días al momento de inicio de vigabatrina, en 2006. Es portador, además, de una discapacidad intelectual severa; un trastorno de la deglución, con gastrostomía; cifoescoliosis dorsal; nevus pigmentario gigante dorsal; y trastorno de fase retrasada del sueño. Desde la etiología, su cuadro es debido a una encefalopatía hipóxico-isquémica secundaria a asfixia anestésica. Al examen, presenta escasa conexión ambiental, con compromiso en el contacto ocular, microcefalia, hemiparesia doble espástica y signos piramidales, retracciones aquilianas e isquiotibiales. Asocia el mencionado nevo pigmentario gigante dorsal, y otros pequeños, distribuidos en diferentes partes del cuerpo. Dependiente del adulto Tratamiento compasivo y de acompañamiento con Cannabis en niños con epilepsia resistente. en actividades de vida diaria. El EEG presenta espiga onda lenta multifocal; en la actualidad, exhibe espiga-onda lenta generalizada de alto voltaje, continua, en más del 50% del sueño no REM. La resonancia magnética revela lesiones hipóxicas difusas y atrofia cerebral. Los exámenes metabólicos han sido normales. Las crisis tónicas generalizadas son de variable duración (1 a 2 minutos) y se presentan diariamente, entre 5 a 14 al día. Las crisis focales son de menos de un minuto de duración, y se presentan 3 a 4 veces al día. Las crisis mioclónicas generalizadas ocurren al menos una vez al día. Ha recibido sin éxito, el siguiente tratamiento disponible: vigabatrina, fenobarbital, ácido valproico, primidona, levetiracetam, lamotrigina, lacosamida, dieta cetógena, gabapentina, tioridazina, baclofeno, melatonina y toxina botulínica. Desde el 23 de Julio de 2014, por propia iniciativa y responsabilidad de los padres, ellos inician la administración de cannabis (dosis diaria equivalente a 2 lentejas) de aceite de cogollo de la cepa llamada “Juanita la Milagrosa”, sin modificar el resto de la medicación diaria: vigabatrina a (90 mg/kg/día), levetiracetam (90 mg/kg/día), fenobarbital (4,5 mg/ kg/día), lacosamida (4,5 mg/kg/día) y tioridazina (2,3 mg/kg/día), para 22 kilos de peso. Retrospectivamente, se determina para los meses de Junio y Julio una línea de base de crisis: para las crisis tónicas de 14 al día, para las crisis focales de 2 a 4 al día, y para las crisis mioclónicas 1 a 2 al día. La evolución durante los meses de Agosto, Septiembre, Octubre y Noviembre informa que las crisis tónicas generalizadas son 3 o menos al día, pero las crisis focales y las mioclónicas persisten con la frecuencia de la línea de base. En su último control en Noviembre 2014, su trastorno de deglución había mejorado significativamente, observándose además una leve mejoría de la alerta y conexión con el ambiente. Un control de EEG no experimentó cambios. Comentario Se trata de 2 niños controlados por nosotros por un largo tiempo, que iniciaron su epilepsia muy precozmente, con múltiples y muy frecuentes tipos de crisis (generalizadas y focales), que persistieron a Marcelo Devilat et al. pesar de los numerosos AE recibidos (incluso con dieta cetógena y callosotomía en el paciente 1). Ambos cursaron con severo daño cerebral, discapacidad intelectual severa, microcefalia y síndromes piramidales. Los 2 niños presentan atrofia cerebral y los EEGs, específicos para epilepsia, están severamente alterados. Lo único que los diferencia neurológicamente es la etiología: en un niño es impesquisable y en el otro es secundaria a encefalopatía hipóxica. Ambos reciben de sus padres la misma cepa de cannabis, logran una línea basal retrospectiva de al menos 30 días y ambos presentan una significativa disminución de las crisis generalizadas (del tipo CTCG y tónicas), después de un período de observación de 6 y 4 meses, respectivamente. Ambos pacientes no responden a crisis parciales y mioclónicas, sugiriendo que la cannabis es específica para las crisis generalizadas (11), apreciación que requiere el análisis de un mayor número de pacientes en trabajos bien controlados. Una de las diferencias entre ambos después de recibir cannabis, es que uno pareciera haber mejorado su contacto y el otro no. Se ha mencionado en la literatura este tipo de mejoría, que podría deberse a la eventual presencia de THC en el aceite de uno de los pacientes. Lo anterior también podría haberse debido a la disminución de las crisis en ese niño. Otra diferencia está marcada por la dosis que ambos pacientes reciben, pues los dos reciben la misma “dosis” total, pero sus pesos son diferentes. Aunque tenemos la evidencia de una significativa disminución de las crisis generalizadas en ambos enfermos, el tiempo de observación no es lo suficientemente prolongado como para determinar definitivamente el rol de la cannabis en ello. Por otra parte, la evolución de la frecuencia de crisis en la epilepsia resistente no es lineal, sino que pueden incluso desaparecer por varios meses (en una evolución intermitente) o bien aparecer nuevos tipos de eventos críticos. En conclusión, a pesar del resultado relativamente favorable con el uso de la cannabis en nuestros pacientes, es urgente y necesario realizar estudios más aceptables técnicamente, tiempos de observación más prolongados, determinar la composición exacta del producto y las dosis que deben emplearse. 13 Revista Chilena de Epilepsia 2.1.3 Pacientes tratados. Una revisión de la literatura. La literatura a disposición proporciona hasta la fecha un “débil evidencia” acerca de la eficacia de la cannabis y sus componentes en epilepsia resistente. Existe una falta de ensayos bien diseñados, controlados, longitudinales, randomizados y doble ciego (36). Sin embargo, tenemos a disposición numerosas comunicaciones disponibles de casos anecdóticos, así como ensayos limitados, que sustentarían los beneficios de la planta en las personas con epilepsia resistente, especialmente niños. Por otra parte, las autorizaciones para su uso aumentan consistentemente y son numerosos los países que han accedido a su uso terapéutico, como fue indicado más arriba. Hasta donde tenemos conocimiento, la primera serie publicada, en 1978, corresponde a Mechoulam y Carlini (11), en la que 4 personas con epilepsia resistente recibieron por 3 meses, 200mg diarios de cannabidiol. Como contraparte, 5 sujetos recibieron placebo. El resultado indica que 2 pacientes quedaron libres de crisis, 1 tuvo mejoría parcial y en otro no hubo modificación de la frecuencia de las crisis. No hubo toxicidad. Este trabajo tiene limitaciones, por cuanto: no se conoce el tipo de crisis y la línea basal de ellas; no se define el concepto de mejoría parcial; no se determinó el manejo de otros AE; el número de pacientes de la muestra fue escaso, con limitado poder; no hubo randomización ciega; y no se contó con información sobre los placebos. Cunha et al en 1980 (11), publicaron un grupo de 15 personas con epilepsia resistente del lóbulo temporal. Siete actuaron como placebo y 8 recibieron 200 a 300 mg de cannabidiol al día, por un período de 3 a 18 semanas. Siete de estos últimos mostraron una disminución en la frecuencia de las crisis, aunque hubo somnolencia en algunos pacientes. No se detalla tolerancia, y un placebo se trasladó a la muestra, lo que pervierte al universo. No se informó del manejo de los otros AE, si es que los hubo. Ames y Cridland en 1986 (11), dan cuenta de 12 sujetos con retardo mental y epilepsia resistente, divididos en un grupo de 6 pacientes. De ellos, algunos recibieron 300mg al día de cannabidiol, durante 1 semana; otros recibieron 200mg diarios del fármaco, por 3 semanas. Otro grupo de 6 pacientes actuó como placebo. El resultado revela que no hubo di14 Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 ferencia ente el grupo tratado y el grupo placebo y algunos tuvieron somnolencia, sin señalar el número. Esta presentación tiene numerosas fallas metodológicas y faltas de información, pues es una carta al director. Trembly y Sherman en 1990 (11) informan en un póster de congreso, y después en un libro de su autoría, sobre 10 o 12 pacientes con epilepsia resistente tratados con cannabidiol, con 3 meses de línea basal y 6 meses de placebo. Se randomiza cannabis y placebo durante 6 meses por muestra, y después se realiza un “cross over” por 6 meses. Como resultado informan que no hubo cambio en frecuencia de crisis, ni en los test cognitivos y conductuales, y tampoco toxicidad. Los 4 trabajos mencionados presentan severas fallas metodológicas por lo que es imposible obtener de ellos alguna conclusión de utilidad. “The Cochrane Collaboration” publicó una revisión de la bibliografía entre 1978 y 1990, sobre estos 4 últimos trabajos (que suman 48 pacientes). Como se ha comentado más arriba, tienen una baja calidad científica, aunque sugieren que la dosis de CBD en adultos fluctúa entre 200 a 300mg al día, la que es bien tolerada (37). En 2005 se presentó un poster (38) con 18 niños con epilepsia resistente tratados con AE tradicionales y con una solución de aceite de CBD al 2,5%, a una dosis de 20 gotas al día como un estudio abierto. Una niña disminuyó la frecuencia e intensidad de las crisis, mejoró la alerta y el lenguaje, todo lo cual permitió disminuir la ingesta de fenobarbital. Otra niña (portadora de síndrome de Lennox-Gastaut) recibió 30 gotas al día; disminuyó sus crisis y mejoró su conducta. El resto de los 16 niños, todos con epilepsias sintomáticas resistentes, recibieron CBD. Sólo 9 de ellos mantuvieron el CBD. El resto -a pesar de la mejoría en la frecuencia de las crisis, la conducta y la alerta- no pudo seguir pagando los 300 euros al mes que costaba el tratamiento. No hubo efectos adversos que requirieran retiro de CBD, y “a pesar de las bajas dosis administradas”, la mayoría disminuyó sus crisis en más del 25%. En todos mejoró la alerta y la espasticidad. Aunque la información es anecdótica y con fallas en la metodología, pareciera haber una respuesta favorable en relación a las crisis, a lo conductual y cognitivo, así como la ausencia de efectos adversos de relevancia. El aspecto económico puede ser un factor relevante que impida el manejo de los casos que lo requieran. En este estudio, tal como Tratamiento compasivo y de acompañamiento con Cannabis en niños con epilepsia resistente. Marcelo Devilat et al. en las citas anteriores, no se informa acerca de la concentración del cannabidiol indicado. nolencia tiene un número relevante, pero también la pueden originar otros AE. En el año 2013 se publicó (31) un trabajo sobre niños con epilepsia resistente tratados con cannabidiol en aceite fabricado en forma artesanal. Estos niños pertenecían a un grupo de padres que compartía información por Facebook, y 19 de ellos fueron captados por los investigadores. La información disponible revela que antes del uso de cannabis, los niños habían recibido 12 AE cada uno en promedio. El tipo de epilepsia incluyó las siguientes: Síndrome de Dravet, 13 pacientes; Síndrome de Doose, 4; Síndrome de Lennox-Gastaut, 1; y epilepsia idiopática, 1 paciente. Los investigadores encontraron disminución de la frecuencia de las crisis en 16 niños; en 3 no hubo variación. De los 16 con reducción de crisis, 2 quedaron libres de crisis; en 8 hubo reducción de ellas en más del 80%; y en 6 hubo una reducción del 25 al 60 %. De los 19 niños, se observó una disminución de las conductas de auto estimulación en 6; mejoría del hábito de sueño, en 12; aumento de la alerta, en 13; y mejor humor en 14 pacientes. Como efectos adversos se reportó disminución del apetito, en 1 niño; fatiga en 3 y somnolencia en 7 niños. A pesar de las fallas metodológicas (contacto por Facebook, ausencia de línea de base, no-información sobre los AE que recibían, no-randomización, no-uso de placebo, ausencia de datos sobre dosis/ concentración), este trabajo permite concluir que algunos pacientes responden a la ingesta de cannabis, incluso quedando sin crisis, como sucedió en 2 niños. Sin embargo, no conocemos el tiempo de observación post inicio del tratamiento, y tampoco se conoce cuanto era el lapso máximo que habían estado sin crisis antes de iniciar la cannabis (a objeto de descartar que el efecto sea una evolución natural de la enfermedad). Por otra parte, un grupo de pacientes, 8 de 19, tuvieron una reducción de crisis superior al 80%. No hay que olvidar que los niños eran portadores de epilepsias de difícil manejo y encefalopáticas, y las investigaciones en este campo aprueban los AE si reducen las crisis en más de un 50%. Hay que destacar también los efectos positivos sobre el sueño, el humor y la alerta. Como no se sabe la composición y la concentración de CBD y THC que ingerían los pacientes, no es posible determinar el responsable de los efectos beneficiosos colaterales. Entre los efectos adversos solo la som- El caso de Charlotte Figi, de 5 años, (12) se presenta aquí por constituir un caso emblemático publicado en la revista Epilepsia. Esta paciente, portadora de un síndrome de Dravet confirmado con estudio del gen SCN1A, presentaba hasta 50 crisis tónico-clónicas generalizadas al día, resistentes a los AE. Se inició tratamiento sublingual de extracto con alta concentración de cannabis, a dosis de 4mg/ lb, con lo se redujeron los episodios, a 2 o 3 crisis nocturnas. Al bajar la dosis a 2mg/lb reaparecieron 5 a 10 CTCG al día, con lo cual se retornó a la dosis anterior y resultados anteriores. Al efectuar la misma reducción de dosis en 2 ocasiones distintas separadas por tiempo, se originaba el mismo efecto. El control total para observar efecto de cannabis fue de 20 meses. El caso ilustra la sensibilidad de la cannabis a las CTCG, así como la dependencia de la dosis para obtener un buen resultado. Además, sugiere trabajar con extractos de plantas farmacológicamente elaboradas. Otro trabajo fue recientemente publicado por GW Pharmaceutical, (39) siendo realizado en el Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York y la Universidad de California, por el Dr. Orrin Devinsky. Informa de 62 pacientes, que se redujeron a 27, mayoritariamente niños con epilepsia resistente (9 con síndrome de Dravet), con una edad promedio de 10,2 años. Estos pacientes recibieron, con una línea de base de 4 semanas, el fármaco Epidiolex® (cannabidiol puro, aún no aprobado por la FDA). Los resultados revelaron que, tras 12 semanas, la muestra total disminuyó sus crisis en al menos 44%, y 4 enfermos estaban libres de crisis. Los 9 niños portadores de síndrome de Dravet disminuyeron sus crisis convulsivas en un 52%, y al final del estudio 3 pacientes estaban sin crisis. Los efectos adversos (en 62 pacientes) fueron: somnolencia en 40%, fatiga en 26%, diarrea en 16%, disminución del apetito en 11% y aumento del apetito en 10%. En la mayoría de los pacientes (80%) los efectos adversos fueron leves, y aunque en 7 fueron serios, no hubo retiro de medicamentos. Un paciente presentó muerte súbita inexplicable (SUDEP) no atribuible al Epidiolex®. Como defectos a mencionar, la comunicación no revela la dosis, no hay placebo ni doble ciego, no informa la composición exacta del producto y no hubo randomización. 15 Revista Chilena de Epilepsia 2.2 Perspectivas a futuro del cannabidiol María Roberta Cilio, de la Universidad de California (6) y Orrin Devinsky de la Universidad de Nueva York (11), han recibido aprobación por la FDA para realizar una investigación con Epidiolex ® en niños de 1 a 18 años con epilepsia refractaria, síndrome de Dravet y de Lennox-Gastaut. El trabajo lo realizarán 6 instituciones hospitalarias con 25 pacientes cada una, con el objetivo de determinar la tolerabilidad, seguridad, frecuencia de crisis, dosis óptima del medicamento, e interacciones. El inicio del ensayo será en Enero de 2015. Estudio será randomizado y doble ciego, con cannabidiol (GWP42003-P) vs placebo. Los autores plantean estrictos criterios de inclusión y exclusión, así como los relacionados con el seguimiento primario y secundario de los niños. (19, 20, 40, 41, 42, 43). La autorización otorgada en Nueva York al trabajo precedente se acompañó del otorgamiento en Enero de 2014 de un programa que permitiría a 20 hospitales recetar marihuana, para uso médico en cáncer y otras enfermedades graves. (44). En conclusión, la epilepsia refractaria en niños es una patología a la que la medicina tradicional no ha logrado dar una respuesta satisfactoria, lo que implica un enorme sufrimiento de quienes la padecen y sus familias. Entre otras múltiples alternativas terapéuticas algunos de los padres de estos niños han decidido utilizar, como medida compasiva, cannabidiol. Existe evidencia a nivel de ciencias básicas que relaciona el uso del cannabidiol con una disminución de crisis epilépticas y de su mortalidad. En relación a la experiencia clínica y evidencia en humanos, sólo disponemos de estudios pequeños, con importantes fallas metodológicas; y de reportes de casos, que mostrarían un efecto beneficioso del cannabidiol como tratamiento coadyudante de la epilepsia. Estudios de mayor peso metodológico están siendo llevados a cabo. Paralelo a la investigación científica, muchos padres de niños con epilepsia refractaria han decidido, por su propia voluntad, administrar cannabidiol. Nos parece fundamental seguir estas líneas de investigación y, mientras no tengamos mayores respuestas médico-científicas, poder acompañar a nuestros pacientes y sus familias que han optado por alternativas terapéuticas diferentes a la medicina tradicional. 16 Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 REFERENCIAS 1 Chiofalo N, Kirshbaum A, Schoenberg B, Olivares, Valenzuela B et al.: Estudio epidemiológico de las enfermedades neurológicas en Santiago Metropolitano. 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Treatment with CBD in oily solution og drug resistant pediatric epilepsias 2005. www.cannabis-med.org 39 www.gwpharm.com 40 www.jacksarmy.org 41 www.ucsf.edu 42 www.nj.com 43 www.thestar.com 44 www.elcomercio.pe 45 Rahbari M, Rahbari NN. Uso compasivo de productos medicinales en Europa: situación actual y perspectivas. Boletín de la Organización Mundial de la Salud 2011; 89: 163. www.who. int 17 Revista Chilena de Epilepsia Trabajo Original Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 Experiencia en Cirugía de Epilepsia Paliativa en Instituto de Neurocirugía Asenjo: Estimulador de Nervio Vago (VNS). Hernán Acevedo1, Osvaldo Olivares2, Bárbara Garcés3, Lientur Taha4, Viviana Venegas5. Correo Hernán Acevedo: [email protected] ABSTRACT At the Institute of Neurosurgery Asenjo, the epilepsy surgery program currently underway in both adult and pediatric team, the latter being a vast experience. Within palliative neurosurgical options, we have mainly callosotomy and vagus nerve stimulator. This paper presents part of our initial results, in the interval between the years 2012 to 2014 patients evaluated under protocol period, analyzing results of 17 patients, average age of 19.8 years (range 6-41 years), mean follow up of 16.2 months (range 5-34 months). The results of crisis control management >70% was obtained in 7 patients, >50% <70% in 6 cases, inadequate control or greater number of crises in 4 patients. This is the first report of results in epilepsy surgery using vagal stimulator of our team. Current experience obtained with this technique, we hope to be contribution to global growth theme refractory epilepsy, especially in our public system. RESUMEN En el Instituto de Neurocirugía Asenjo, se desarrolla actualmente el programa de cirugía de epilepsia, tanto en el equipo adulto como de pediatría, siendo este último de una vasta trayectoria. Dentro de las opciones neuroquirúrgicos de carácter paliativo, tenemos principalmente la callosotomía y el estimulador de nervio vago. Este trabajo presenta parte de nuestros resultados iniciales, dentro del periodo comprendido entre los años 2012 al 2014 de pacientes evaluados bajo protocolo, analizando resultados 1. Neurocirujano, Instituto de Neurocirugía Asenjo. 2. Neurólogo, Instituto de Neurocirugía Asenjo 3. Becada de Neurocirugía, Instituto de Neurocirugía Asenjo. 4. Neurocirujano, Instituto de Neurocirugía Asenjo 5. Neurología, Hospital San Juan de Dios Recibido 3 de Dic. Aceptado 27 de Dic. 2014 Los autores declaran no tener conflictos de intereses. 18 de 17 pacientes, promedio de edad de 19.8 años (rango de 6 a 41 años), seguimiento promedio de 16.2 meses (rango de 5 a 34 meses). Los resultados de control de crisis >70% se obtuvo en 7 pacientes, >50% <70% en 6 casos, control inadecuado o mayor número de crisis en 4 pacientes. Este es el primer informe de resultados en cirugía de epilepsia con el uso de estimulador vagal de nuestro equipo. La experiencia actual, obtenida con esta técnica, esperamos sea aporte para el crecimiento global del tema de epilepsia refractaria, principalmente en nuestro sistema público. INTRODUCCIÓN Aproximadamente un 30% de los pacientes epilépticos sufren de refractariedad a fármacos antiepilépticos (FAE) (1, 2). Algunos pacientes son candidatos a cirugías resectivas, tales como lesionectomías o lobectomías temporales, cuando hay clínica, estudio electroencefalográfico e imagenológico compatible (2). El estimulador del nervio vago (VNS) es una alternativa de tratamiento quirúrgico paliativo para los pacientes con epilepsia refractaria que no son candidatos a cirugía resectiva, describiéndose su eficacia en epilepsias parciales y generalizadas, tanto en adultos como en población pediátrica. EL VNS consiste en la estimulación eléctrica intermitente del nervio vago izquierdo a nivel cervical, que se lleva a cabo a través de una cirugía que no reviste mayor complejidad para un Neurocirujano entrenado, y que tiene un bajo porcentaje de complicaciones, la mayoría de ellas locales y transitorias (infecciones, disfonía, ronquera, bradicardia). El mecanismo de acción exacto del VNS no está completamente dilucidado, sin embargo se postula la desincronización del circuito tálamo cortical, a través de aferencias desde el núcleo del tracto solitario, con modulación de neurotransmisores, principalmente norepinefrina y serotonina, como una de las principales vías implicadas (1,2,3,4). En cuanto Experiencia en cirugía de epilepsia paliativa en Instituto de Neurocirugía Asenjo. a la tasa de reducción de crisis convulsivas, existen 2 estudios clase I de evidencia (5, 6) que demuestran un 30.9% de promedio de reducción de crisis (5), y un 28% (6) en el grupo de pacientes que recibieron una alta estimulación del VNS. Posteriormente se han realizado múltiples estudios clase II y III, cuyos resultados apuntan a un porcentaje de reducción de frecuencia de crisis de aproximadamente un 50% a 5 años, y de un 6% a un 13% de ausencia de crisis a un año de seguimiento (7). Se ha reportado que los resultados de reducción de crisis aumentan progresivamente con los años post-implantación. En un estudio con 440 adultos con epilepsia parcial, la tasa de >50% de reducción de crisis aumentaba 7% por año desde el año 1 al 3 post operatorio (8). Se han descrito algunos factores predictores de buena respuesta, como es la presencia de malformaciones del desarrollo cortical, y la ausencia de descargas epileptiformes interictales bilaterales (9). Además se ha implicado al VNS con la mejoría del ánimo de los pacientes operados, corroborado por scores validados, hecho descrito como un beneficio adicional de esta técnica (7). En el Instituto de Neurocirugía se lleva a cabo este procedimiento en adultos y pacientes pediátricos evaluados por el equipo de cirugía de Epilepsia. Es así como nos planteamos describir los resultados de los pacientes operados de VNS en nuestra institución. MATERIALES Y MÉTODOS Se describen 17 pacientes, adultos y pediátricos, operados con instalación de estimulador de nervio vago en el Instituto de Neurocirugía Asenjo con diagnóstico previo de epilepsia refractaria, evaluados por el equipo de Cirugía de Epilepsia, que cumplan con criterios de refractariedad y estudios pre-quirúrgicos acorde a protocolo, en el periodo de diciembre del 2012 hasta mayo del 2014, con antecedentes y seguimiento completo en ficha clínica. Criterios de selección y características clínicas Dentro de las variables presentes en nuestros pacientes es que sean refractarios a tratamiento médico, según definición de ILAE, estudio electrofisiológico standard y video monitoreo electrofisiológico con grabación de crisis de al menos 2, resonancia cerebral con protocolo de epilepsia, evaluación previa por neurólogo y neurocirujano con formación Hernán Acevedo et al. en epilepsia, evaluaciones fonoaudiológicas y kinesiológica habituales. Se objetivaron variables como tipo y frecuencia de crisis, trauma craneal o status asociado a crisis, número de fármacos, comorbilidad asociada, antecedente de cirugía de epilepsia, descripción de resonancia cerebral y del estudio electrofisiológico. La activación del VNS, los controles clínicos y ajustes electrofisiológicos fueron realizados por 2 neurólogos epileptólogos (adulto y pediatras) en nuestro hospital una vez por mes hasta la fecha de evaluación de este trabajo, en coordinación con empresa que vende VNS, quienes poseen dispositivos técnicos para control. La respuesta a tratamiento quirúrgico fue objetivada con revisión de ficha clínica, además de entrevista vía telefónica a tutores o padres del paciente, haciendo referencia a número de crisis previo y posterior a instalación del estimulador hasta el tiempo de la entrevista (número absoluto y porcentaje de reducción con respecto a basal), complicaciones asociados a procedimiento o posterior a uso de VNS, tipo de crisis predominante post instalación de VNS, apreciación subjetiva de tutores relacionado con capacidades de relación interpersonal o deterioro o mejoría cognitiva del paciente y si existe variación en el peso pre y post quirúrgico. Finalmente se preguntó a tutores, dado su experiencia personal actual con uso del VNS, y si aprobarían o no instalación de VNS en su familiar. RESULTADOS El grupo de pacientes evaluado (n: 17) presenta edad entre 6 a 41 años, promedio 19,8 años,12 pacientes mayores de 16 años, 5 pacientes menores de 12 años. Seguimiento promedio de 16 meses (5 a 34 meses). Dentro de los antecedentes a destacar se obtuvo Sd. West, neuroinfección, hemorragia neonatal y hemofilia, sólo 1 paciente no presentó retardo cognitivo en su ficha (16 presentaban retardo moderado o severo). En estudio imagenológico, sólo 3 pacientes con resonancia magnética (RM) normal. Se evidencia una variada presentación y superposición de tipos de crisis, siendo principalmente crisis tónico clónico generalizado o CTCG (31%), atónicas (12%) y crisis parcial complejas o CPC (24%) las de mayor frecuencia, existiendo además presen19 Revista Chilena de Epilepsia cia de crisis tipo espasmos, crisis parcial secundariamente generalizada, tónicas y miclonías. Sólo en 4 pacientes tutores describieron un solo tipo de crisis (CTCG). En el 100% de los pacientes existió uso de 2 o más fármacos antiepilépticos, y en múltiples combinaciones. El 82% (N:14) presentaba crisis diarias (incluso un caso >300 crisis diarias) y el 53%, tenía como antecedente status en algún momento de su evolución. El 59% de nuestros pacientes había sido operado de cirugía de epilepsia, y de este grupo, el 55% fue callosotomía y el 45% alguna variante de cirugía tipo resectiva. La principal actividad electrofisiológica evidenciada fue actividad irritativa bilateral o generalizada. Sólo una paciente inicia epilepsia a los 17 años, todos los demás inicio de enfermedad antes de los 12 años. Grafico nº1 Gráfico nº 2 20 Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 Técnica quirúrgica y complicaciones inmediatas En relación a la cirugía, se realizó técnica quirúrgica descrita en la literatura, con sugerencias descritas por empresa generadora de VNS (Cyberonics). El procedimiento fue realizado por neurocirujanos de equipo adulto y pediátrico, según grupo etario de pacientes, con experiencia en cirugía de epilepsia. Habitualmente la hospitalización consideró 2 días, sin necesidad de UCI o cama intermedio, sólo post operado y sala básica. No existieron complicaciones infecciosas que provocaran retiro de VNS, se registró un caso de hematoma pectoral en paciente con hemofilia, sin ser de resorte quirúrgico, y un caso de disfonía transitoria post-quirúrgica. Experiencia en cirugía de epilepsia paliativa en Instituto de Neurocirugía Asenjo. Hernán Acevedo et al. Grafico nº3 El 100% de los pacientes mantiene 2 o más fármacos durante su evolución post-quirúrgica. Resultados post-quirúrgicos En relación a resultados post quirúrgicos, se obtuvo frecuencia y tipo de crisis a través de revisión de fichas y entrevista telefónica con encuesta uniforme a tutores o padres (2 entrevistadores), el porcentaje de reducción de crisis fue calculado a partir de número de crisis pre-quirúrgico. En relación a la pregunta si aceptarían nuevamente la realización del procedimiento quirúrgico de instalación de VNS, teniendo la información y experiencia actual, la respuesta fue positiva en el 82% de los encuestados (tutores de pacientes). Gráfico nº4 El tiempo de seguimiento fue de 16,2 meses, en rango de 5 a 34 meses. Se observó una reducción de crisis mayor a 70% en 7 pacientes, con un seguimiento de 17.1 meses (rango 5 a 34 meses), reducción entre 50% y 69% en 6 casos, con seguimiento promedio 16.8 meses, rango 10 a 24 meses, dos pacientes sin cambios, con seguimiento promedio de 12 meses (7 y 17 meses), y finalmente, evolución con mayor frecuencia de crisis, en 2 casos promedio de seguimiento 15 meses (12 y 18 meses). Se obtuvo información sobre mejoría cognitiva apreciada subjetivamente por tutores, como también si existió evidencia objetiva de reducción de peso. El 65% de los padres o tutores describió mejoría cognitiva evidente y en el 29% existió reducción de peso al menos de 5 kg. Tabla nº 1 % Reducción de crisis >=70% <70% >=50% <50% IGUAL PEOR Nº de pacientes 7 6 0 2 2 DISCUSIÓN Este es el primer trabajo con datos del sistema público que describe la experiencia en el uso de estimulador de nervio vagal en población adulta y pediátrica, generado de la unidad de cirugía de epilepsia del Instituto de Neurocirugía Asenjo basados en protocolo disponible en nuestro hospital. En el grupo evaluado podemos destacar que el inicio de presentación de crisis es fundamentalmente en edad pediátrica, y asociado a esto, el 94% presentó retardo cognitivo como antecedente, con uso de 2 o más fármacos en el 100% de ellos. Estos datos coinciden con observaciones de autores que han relacionado la persistencia de crisis como factor crónico de deterioro neurológico (10) (Chen et al, 2012), afectado por la crisis en sí mismas, la actividad interictal 21 Revista Chilena de Epilepsia (11) (Holmes et al, 2013) y, el uso de fármacos en forma prolongada. La indicación de VNS inicialmente fue aprobado por la FDA el año 1997 para pacientes mayores de 12 años y epilepsia focal, pero su uso en población pediátrica hoy por hoy no tiene grandes distractores, siendo una recomendación de la academia americana de neurología (agosto 2013, Epilepsy Currents) basado en 14 estudios clase III, por lo tanto no existe contraindicación en su uso. En el análisis de nuestra población, tanto adulta como pediátrica, en relación al tipo de crisis, se observaron diversos tipos de presentación clínica, no afectando los resultados finales de la respuesta al dispositivo VNS, siendo estos resultados compatibles con datos descritos por Englot en meta-análisis publicado en el 2011 (12) (dic, Journal of Neurosurgery), donde el análisis de 787 pacientes demostró disminución de crisis en el 53,7% de ellos. En el 59% de nuestros pacientes presentó antecedente de cirugía de epilepsia, siendo el 55% callosotomía. Amar y Apuzzo (13) (Neurosurgery, 2008) compararon grupos de cohorte no consecutivos, la efectividad de tratamiento VNS para pacientes sin (n:3822) y con (n:921) cirugía de epilepsia previa, no existiendo gran diferencia entre ellos (control de crisis >50% en el 55.1% con cirugía previa, y sin antecedente, en el 62.2%). El grupo de datos registrados en este grupo de pacientes, tales como el inicio de crisis, diversidad tipos de crisis, uso de múltiple fármacos y antecedentes de cirugía de epilepsia, nos permiten concluir que el grupo analizado corresponde a un segmento de la población no solamente refractarios, sino que además catastróficos ya que no han podido ser controlados pese a múltiples estrategias médicas o quirúrgicas realizadas. Pese a esto, los resultados de respuesta de control de crisis superior al 50% fueron observados en el 76% de la población evaluada. El tiempo en seguimiento de estos pacientes es un factor clave que debemos considerar obligatoriamente, considerando que la mayoría de los trabajos y observaciones en el mundo describen que el tiempo óptimo para el control de crisis es posterior al año de seguimiento, con mejoría incluso a los 2 y tres años. La serie de Seul en Korea (14) (n:20, publicados en Journal of Epilepsy Research), alcanzan 22 Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 control de crisis superior a 50% al 1ª, 2ª y 4ª año, de 40%, 50% y 70% respectivamente; en la serie de Uthman de 48 pacientes (15) (una de las series con seguimiento más prolongada), la respuesta fue mejor con el tiempo, presentaron disminución de crisis en un 26%, 30% y 52% al primer, quinto y doceavo año de tratamiento con VNS; por lo tanto, esperamos que el control del crisis sea, probablemente, aún mejor mientras más tiempo transcurra. Esta observación presenta además, un punto importante para nuestra práctica clínica, que radica en paciencia y cautela de médicos y pacientes para no realizar cambios abruptos en perfil electrofisiológico de programa del VNS o bien racionalizar muy bien la decisión de apagar el estimulador si no existen complicaciones de importancia vital y falta de respuesta esperada. Con respecto a las diferentes modalidades de ajuste de VNS, será objetivo de publicación en actual desarrollo. Nuestras complicaciones están acorde a experiencia internacional, siendo ronquido y disfonía las principales, no debiendo retirar ningún VNS por infección. Los fracasos de control de crisis, están dentro de las posibilidades estadísticas, dado que es un medida paliativa, pero el tiempo de observación aún es precoz motivo por el cual se mantendrá su seguimiento (tiempo promedio de evolución de los no respondedores fue de 12 meses). En conclusión, consideramos que el estimulador de nervio vago es una medida paliativa para pacientes epilépticos refractarios, y en general, catastróficos, es una herramienta útil, de fácil intervención y manejo peri-operatorio, pero que en la actualidad dado su costo y difícil acceso para el sistema público, y el privado, por restricciones económicas, debe estar disponible en centros con equipos multidisciplinarios formados para la toma decisión sobre que paciente será el más beneficiado, tomado en consideración riesgos, beneficios y planificación de inversión de recursos, siempre escasos, y que consideren que la instalación es solo el principio de un largo camino de seguimiento y decisiones caso a caso. Esperamos seguir analizando datos para otorgar a autoridades que determinan políticas de distribución de recursos, información con datos locales y de esa forma, adopten las mejores decisiones. Experiencia en cirugía de epilepsia paliativa en Instituto de Neurocirugía Asenjo. BIBLIOGRAFÍA 1. Mapstone T. Vagus nerve stimulation: current Concepts. Neurosurg Focus 25 (3):E9, 2008. 2. Connor D. Vagal nerve stimulation for the treatment of medically refractory epilepsy: a review of the current literature. Neurosurg Focus 32 (3):E12, 2012. 3. Lulic D. Ahmadian A. Vagus nerve stimulation. Neurosurg Focus 27 (3):E5, 2009. 4. Ben-Menachem E. Vagus-nerve stimulation for the treatment of epilepsy. Lancet Neurology 2002; 1: 477–82. 5. Ben-Menachem E, Manon-Espaillat R, Ristanovic R, et al. Vagus nerve stimulation for treatment of partial seizures: 1, a controlled study of effect on seizures. Epilepsia 1994; 35: 616–26. 6. Handforth A, De Giorgio CM, Schachter SC, Uthman BM, Naritoku DK, Tecoma ES, et al: Vagus nerve stimulation therapy for partial-onset seizures: a randomized active-control trial. Neurology 51:48–55, 1998. 7. Morris G, et al. Evidence-Based Guideline Update: Vagus Nerve stimulation for the Treatment of Epilepsy. 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Amar et al, Vagal nerve stimulation theraphy after failed cranial surgery for intractable epilepsy, Feb,62, Suppl 2: 506-13, Neurosurgery 2008 14. Su Jung Choi, Study in Korea, Journal of Epilepsy Research Vol. 3, No. 1, 2013 15. Uthman et al, Neurology 2004, Effectiveness of vagus nerve stimulation in epilepsy patients: a 12 year obervation. September 28, 2004, vol.63 nº 6 1124-1126. 23 Revista Chilena de Epilepsia Trabajo Original Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 Caracterización de un grupo de pacientes con convulsiones febriles Patricia Alfaro1, Marcelo Devilat2 Centro de Epilepsia infantil. Servicio de Neurología y Psiquiatría, Hospital Luis Calvo Mackenna. Santiago, Chile. Correo: [email protected] ABSTRACT Febrile seizures are common in childhood. The objective of this publication was to characterize patients diagnosed with febrile seizure controlled at our Center. Retrospective study in which the available medical records of one hundred twenty five children with febrile seizures controlled between July 2005 and July 2012 were reviewed. The time control was on average 3.4 years (range 6 months to 12 years). Two types of treatment were considered: acute treatment of seizures and treatment of recurrences (prophylaxis of recurrences). The latter was divided into two types: intermittent (at the beginning of each fever) and continuous (permanent use of valproic acid). Sixty-five patients (52%) were men and sixty (48%) were women. Thirty-six (29%) had a history of relatives with epilepsy or febrile seizure. Patients had five crisis on average (range 1-8 crisis), presenting the first episode on average seventeen months. Ten patients (8%) had more than five attacks in total during the observation time. Seventy-nine (63%) had only simple febrile seizures, thirty-two (26%) only complex and fourteen (11%), both types of crisis. Thirteen patients (10%) had crisis more than ten minutes at some point in their evolution, which were managed as febrile status epilepticus. Fourteen (11%) had delayed psychomotor development. One hundred twenty-two children (97%) had a normal EEG. Eighty-four patients (67%) were treated with rectal diazepam in case of crisis, thirteen (10%) with intermittent rectal diazepam prophylaxis and twenty eight (22%) with valproic acid. Of all patients, seventy-four (59%) completed the treatment properly. Forty-six patients (37%) had recurrences 1. Residente Neurología pediátrica. Universidad de Chile 2. Neurólogo pediátrico. Recibido15 Dic. Aceptado 28 Diciembre 2014. Los autores declaran no tener conflictos de intereses. 24 in a time of 3.4 years median follow. Of these, 48% were treated only with rectal diazepam in case of crisis. Of all children, three (2%) progressed with epilepsy and six (5%) with febrile seizures plus. Thirty (24%) were discharged, fifty-one (41%) discontinued controls and forty-four (35%) are still on track. Although most patients had simple febrile seizures, a third of the group had recurrences. One in ten presented febrile status epilepticus and a low number evolved with epilepsy or febrile seizures plus. Keywords: febrile seizures, treatment, epilepsy. RESUMEN Las convulsiones febriles son frecuentes en la infancia. El objetivo general de esta publicación fue caracterizar a los pacientes con diagnóstico de convulsión febril controlados en el Centro de Epilepsia Infantil del Hospital Luis Calvo Mackenna. Estudio retrospectivo en el cual se revisaron las fichas clínicas disponibles de ciento veinticinco niños con convulsiones febriles controlados entre Julio de 2005 y Julio de 2012. El tiempo de control fue en promedio de 3,4 años (rango 6 meses a 12 años). Se consideraron dos tipos de tratamiento: tratamiento agudo de las crisis y tratamiento de las recurrencias (profilaxis de las recurrencias). El último se dividió en dos tipos: intermitente (al inicio de cada cuadro febril) y continua (uso permanente de ácido valproico como fármaco antiepiléptico). Sesenta y cinco pacientes (52%) fueron hombres y sesenta (48%) fueron mujeres. Treinta y seis (29%) tenían antecedentes de familiares directos con epilepsia o convulsión febril. Los pacientes tuvieron cinco crisis en promedio (rango 1-8 crisis), presentándose el primer episodio en promedio a los diecisiete meses de vida. Diez pacientes (8%) tuvieron más de cinco crisis en total durante el tiempo de ob- Caracterización de un grupo de pacientes con convulsiones febriles. servación. Setenta y nueve (63%) presentaron sólo convulsiones febriles simples, treinta y dos (26%) sólo complejas y catorce (11%), ambos tipos de crisis. Trece enfermos (10%) tuvieron crisis de más de diez minutos en algún momento de su evolución, los que fueron manejados como estatus epiléptico febril. Catorce (11%) tenían retardo del desarrollo psicomotor. Ciento veintidós niños (97%) presentaron un EEG normal. Ochenta y cuatro pacientes (67%) fueron tratados con diazepam rectal en caso de crisis, trece (10%) con diazepam rectal como profilaxis intermitente y veintiocho (22%) con ácido valproico. Del total de enfermos, setenta y cuatro (59%) cumplió adecuadamente el tratamiento. Cuarenta y seis enfermos (37%) tuvieron recurrencias en un tiempo de control promedio de 3,4 años. De éstos, el 48% estaba en tratamiento sólo con diazepam rectal en caso de crisis. Del total de niños, tres (2%) cursaron con epilepsia y seis (5%) con convulsión febril plus. Treinta (24%) fueron dados de alta, cincuenta y uno (41%) abandonaron controles y cuarenta y cuatro (35%) se encuentran aún en seguimiento. Aunque la mayoría de los pacientes tuvo convulsiones febriles simples, un tercio del grupo presentó recurrencias. Uno de cada diez presentó estatus epiléptico febril y un escaso número cursó posteriormente con epilepsia o con convulsiones febriles plus. Palabras clave: convulsiones febriles, tratamiento, epilepsia. INTRODUCCIÓN Una convulsión febril (CoFe) se define como una crisis epiléptica en un niño mayor de un mes durante un episodio febril (1). Las crisis epilépticas asociadas a fiebre corresponden al trastorno neurológico más común en la población pediátrica, afectando al 2-4% de todos los niños menores de cinco años. Además, alrededor del 2% de las consultas en los servicios de urgencia pediátrico son debidos a CoFe (2). Clásicamente se les ha dividido en dos tipos: CoFe simples y CoFe complejas. Las CoFe simples se caracterizan porque tienen una duración menor a quince minutos, son primariamente generalizadas y porque la crisis no se repite durante las siguientes 24 horas. Por otra parte, las CoFe complejas Patricia Alfaro et al. se caracterizan porque tienen una duración mayor a quince minutos, son de inicio focal, la crisis se repite en las siguientes 24 horas y por la presencia de una crisis prolongada, de cinco a quince minutos de duración, que se resuelve con el uso de fármacos anti epilépticos (3). En términos generales, el pronóstico de las CoFe es bueno, por lo que la gran parte de los pacientes no presentan secuelas desde el punto de vista neurológico (1-3). Sin embargo, también es conocido que una parte de los pacientes afectados puede persistir con crisis epilépticas después de los cinco años de edad, por ejemplo, aquellos pacientes que evolucionan hacia el grupo de las epilepsias del espectro GEFS+ (Generalized Epilepsy and Febrile Seizures plus) (4), entre otros. OBJETIVOS Objetivo general Caracterizar a los pacientes con diagnóstico de convulsión febril controlados en el centro de Epilepsia Infantil del Hospital Luis Calvo Mackenna. Objetivos específicos 1. Identificar las características generales de las convulsiones febriles. 2. Identificar el tipo de tratamiento utilizado en el manejo a largo plazo de los pacientes con convulsiones febriles. 3. Determinar la relación entre el tratamiento utilizado y las recurrencias. 4. Determinar la evolución a largo plazo de los pacientes con convulsiones febriles. MATERIAL Y MÉTODOS Estudio retrospectivo. Se revisaron las fichas clínicas de ciento veinticinco pacientes con diagnóstico de CoFe controlados en el Centro de Epilepsia Infantil del Hospital Luis Calvo Mackenna entre Julio de 2005 y Julio de 2012. El tiempo de control fue en promedio de 3,4 años (rango 6 meses a 12 años). El total de pacientes con diagnóstico de CoFe se obtuvo de los registros de electroencefalograma (EEG) y del registro de estadística diario de nuestro Centro. 25 Revista Chilena de Epilepsia Se analizaron las siguientes variables: sexo, antecedente de familiares de primer grado con epilepsia o CoFe, edad promedio en el momento de la primera crisis, número promedio de crisis, pacientes con más de cinco crisis, tipo de CoFe, presencia de crisis de más de diez minutos de duración, logro de hitos del desarrollo psicomotor (DSM), características del electroencefalograma (EEG), tipo de tratamiento, cumplimiento del tratamiento, recurrencias, evolución a largo plazo y estado actual de seguimiento. Se consideraron dos tipos de tratamiento: tratamiento agudo de las crisis y tratamiento de las recurrencias (profilaxis de las recurrencias o tratamiento a largo plazo). El tratamiento agudo de la crisis se hizo con diazepam por vía rectal en dosis de 0,5 mg/Kg dosis. Por otra parte, el tratamiento profiláctico de las recurrencias incluyó a dos grupos de pacientes: los tratados con profilaxis intermitente con diazepam rectal (en igual dosis que para el tratamiento agudo de las crisis) y los tratados con profilaxis continua con ácido valproico en dosis de 15-50 mg/Kg día. Se define profilaxis intermitente como el uso de diazepam por vía rectal al inicio de cada cuadro febril. Se define profilaxis continua como el uso de ácido valproico por vía oral en forma continua o permanente. Para facilitar el análisis de los resultados con respecto al tratamiento, los pacientes fueron clasificados en seis grupos: los tratados sólo con ácido valproico (AV), los tratados con ácido valproico y diazepam en caso de crisis (AV + DR-C), los tratados con ácido valproico y con diazepam como profilaxis intermitente (AV + DR-P), los tratados sólo con diazepam en caso de crisis (DR-C), los tratados sólo con diazepam como profilaxis intermitente (DR-P) y los tratados con diazepam en caso de crisis y diazepam como profilaxis intermitente (DR-C + DR-P). Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 analizó además cuántos de ellos tenían buena adherencia a tratamiento. RESULTADOS Las características generales de los pacientes con convulsión febril (CoFe) están resumidas en la Tabla 1. De los ciento veinticinco pacientes estudiados sesenta y cinco fueron hombres (52%) y sesenta fueron mujeres (48%). Treinta y seis pacientes del total de la muestra (29%) tuvieron antecedentes de familiares directos con epilepsia y/o CoFe. El primer episodio de CoFe se presentó en promedio a los diecisiete meses de vida (rango 3-60 meses) y los pacientes tuvieron cinco crisis en promedio (rango 1-8 crisis). Diez pacientes (8%) tuvieron más de cinco crisis en el total de tiempo de observación. Setenta y nueve pacientes (63%) presentaron sólo CoFe simples, Treinta y dos pacientes (26%) sólo CoFe complejas, y catorce pacientes (11%) presentaron ambos tipos de crisis durante su evolución. Trece pacientes (10%) presentaron crisis de más de diez minutos de duración, los que fueron catalogados y manejados como estatus febril. Por otra parte, ciento once pacientes (89%) presentaron un DSM normal según su edad y catorce (11%) cursaron con retraso en la adquisición de los hitos del DSM, con compromiso indistinto de los componentes de lenguaje y motor. Ciento veintidós pacientes (97%) tuvieron un EEG normal y tres pacientes (3%) tuvieron un registro de EEG alterado: en dos pacientes se describe actividad epiléptica tipo espiga y espiga onda y en un paciente se describe un registro con lentitud basal difusa y sharp waves en regiones posteriores. Se considera que ha cumplido adecuadamente el tratamiento cuando el paciente sigue las prescripciones indicadas por el médico tratante, en cuanto a dosis, horario de administración y forma de presentación del fármaco. Por otra parte, se considera que el paciente presenta recurrencia de crisis cuando tiene recaídas aún cuando está usando fármacos antiepilépticos. En cuanto al tratamiento, en ochenta y cuatro pacientes (67%) se indicó sólo DR-C y en trece pacientes (10%) se indicó sólo DR-P. Veintiocho pacientes (22%) fueron tratados con AV: veintiséis de ellos fueron tratados además con DR-C y los otros dos pacientes fueron tratados además con DR-P. No hubo pacientes tratados sólo con AV y tampoco hubo pacientes tratados con DR-C + DR-P (Tabla 2). Para los pacientes que presentaron recurrencias se Del total de pacientes, setenta y cuatro (59%) cum- 26 Caracterización de un grupo de pacientes con convulsiones febriles. plieron adecuadamente el tratamiento durante el tiempo de observación. El 61% de ellos estaba en tratamiento sólo con DR-C, el 32% con AV + DRC, el 4% sólo con DR-P y el 3% estaba en tratamiento con AV + DR-P (Tabla 3). Cuarenta y seis pacientes (37%) tuvieron recurrencias en un tiempo de control promedio de 3,4 años (rango 6 meses a 12 años). De estos, el 48% estaba en tratamiento sólo con DR-C, el 26% con AV + DR-C, el 24% sólo con DR-P y el 2% con AV + DR-P. Del total de pacientes con recurrencias veintidós tuvo un adecuado cumplimiento del tratamiento, nueve de los cuales estaban en tratamiento con AV + DR-C (Tabla 4 y Tabla 5). Seis pacientes (5%) evolucionaron con una clínica concordante con convulsión febril plus y tres pacientes (2%) cursaron con epilepsia (dos pacientes con epilepsia parcial, con crisis parcial simple y parcial simple con generalización secundaria a crisis tónico clónico generalizada; un paciente con epilepsia generalizada, con crisis tónico clónico generalizadas). Hasta Mayo de 2014, del total de ciento veinticinco pacientes hay cuarenta y cuatro (35%) pacientes en control. Cincuenta y uno (41%) abandonaron el tratamiento y los controles y treinta (24%) fueron dados de alta. En el momento del corte (Julio de 2012) habían presentado recurrencias: veinticinco de los cuarenta y cuatro pacientes en control, quince de los cincuenta y uno que abandonaron tratamiento y seis de los treinta pacientes que fueron dados de alta. DISCUSIÓN Se define una CoFe como una crisis epiléptica asociada a fiebre (considerándose fiebre una temperatura axilar de 37,5º C o más) que ocurre en un paciente de rango etáreo entre seis meses y cinco años, en el cual no hay síntomas ni signos que sugieran una infección del sistema nervioso central (1). Además, la definición considera que no debe haber antecedentes de crisis afebriles previas ni de anomalías neurológicas pre existentes (1, 2). Resulta interesante destacar que en nuestra muestra Patricia Alfaro et al. un 63% de los pacientes presentó sólo CoFe simples, 26% sólo CoFe complejas y un 11% presentó ambos tipos de crisis. Además, hubo un 10% del total de pacientes que presentó un estatus febril en algún momento de su evolución, cifra que es superior a lo que se describe en la literatura (4-5%). Esto puede explicarse porque nuestro Hospital controla sólo población infantil y además porque en el Centro de Epilepsia Infantil se realiza un policlínico que atiende a pacientes con epilepsia refractaria derivados desde todo el país, por lo que este hallazgo muy probablemente podría corresponder a un sesgo de la muestra. Una de las aristas importantes al hablar de CoFe son sus factores de riesgo. Clásicamente se ha reportado que el principal factor de riesgo es el antecedente de familiares directos con historia de Cofe, reportándose que hasta un 25-40% de los pacientes tiene este antecedente en la familia (1, 5-8). En nuestra revisión, treinta y seis de los ciento veinticinco pacientes (29%) tuvieron antecedente de familiares directos con CoFe o con epilepsia, lo que concuerda con lo reportado en la literatura. Por otra parte, también es interesante destacar que un 8% de nuestros pacientes presentó más de cinco crisis durante el tiempo total de observación, aspecto que pone énfasis en la necesidad del seguimiento y control periódico para estos pacientes. Basándonos en las guías clínicas disponibles (9, 13, 14), los estudios complementarios se restringen sólo para las CoFe complejas y para el estatus febril estando indicado en ellos realizar EEG y neuroimágenes, sobre todo en los pacientes con crisis de duración prolongada y en las de inicio focal (1, 7, 8). Sin embargo, no existe claridad ni consenso acerca de cuál es el verdadero rol que cumple el EEG en el estudio de las CoFe complejas, así como tampoco acerca de cuál es el mejor momento para realizarlo (1, 2). Además, el reporte de anomalías encontradas en los EEG de pacientes con CoFe es extremadamente variable (2-86%), lo que se explica básicamente por lo heterogéneo de los estudios (3). En nuestra revisión tres pacientes (3%) tuvieron un EEG informado con alteraciones, habiendo presentando los tres pacientes episodios de CoFe simple. En el resto de los pacientes el EEG fue normal. Con respecto al tratamiento, se debe destacar que en la etapa aguda la mayoría de las CoFe tienen 27 Revista Chilena de Epilepsia una duración auto limitada la que generalmente es menor de diez minutos, no siendo necesario en muchos casos el uso de fármacos antiepilépticos que yugulen la crisis (13,14). Al respecto, las normas actuales recomiendan el uso de benzodiacepinas por vía rectal, endovenosa (diazepam, lorazepam) o intranasal (midazolam) en aquellos casos en los cuales la crisis febril tiene una duración mayor o igual a cinco minutos. No hay evidencia que avale el uso de otros fármacos antiepilépticos en la fase aguda (1, 2, 9, 13, 14). Por otra parte, también debe considerarse el tratamiento farmacológico para el manejo de las recurrencias (profilaxis de las recurrencias). Actualmente existe consenso en que las CoFe simples no requieren tratamiento a largo plazo: primero por el carácter auto limitado (y en general de buen pronóstico) del cuadro y segundo porque, pese a que el beneficio en la disminución de las recurrencias ha sido bien demostrado para los pacientes que usan fenobarbital y ácido valproico, los potenciales efectos adversos de estos fármacos limitarían su uso (13,14). Sin embargo, existe evidencia a favor de tratarlas en algunas circunstancias, ya que su uso disminuiría las recurrencias (1, 5, 6). En este contexto, se han descrito dos modalidades terapéuticas a largo plazo: - Tratamiento continuo o permanente: estaría indicado en aquellos pacientes que cursan con una alta frecuencia de crisis (tres o más en seis meses o cuatro o más en un año) (5), ansiedad y/o inadecuado manejo ambulatorio por parte de la familia, presencia de tres o más factores de riesgo de recurrencia y duración prolongada de las crisis. Los fármacos cuya eficacia ha sido demostrada en la disminución de las recurrencias son fenobarbital y ácido valproico, prefiriéndose el uso de este último dado su menor frecuencia de efectos adversos, sobre todo de la esfera cognitiva. No hay estudios que avalen el uso de otros fármacos en CoFe simples (13, 14). - Tratamiento intermitente: referido al uso de fármacos antiepilépticos en las primeras 24 horas de cada cuadro febril. Existen diversos reportes en la literatura que justifican su administración para los mismos casos en los que se usa tratamiento continuo (5-7), debiendo considerarse además en este contexto la mayor frecuencia de efectos deletéreos de los fármacos antiepilépticos al ser usados en forma permanente (8). Su administración, por lo tanto, no sólo disminuiría las recu28 Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 rrencias a largo plazo sino que también disminuiría el requerimiento de tratamiento permanente y por lo tanto, también disminuiría la probabilidad de efectos adversos secundarios a estos fármacos (8). En esta modalidad de tratamiento los fármacos que se sugiere usar son los del grupo de las benzodiacepinas (por vía rectal, endovenosa o intranasal). No existe evidencia que avale el uso de otro tipo de fármacos antiepilépticos para el tratamiento intermitente de las Cofe simples (1, 2, 13, 14). En este punto es importante recalcar que en los casos en los que se decida usar tratamiento intermitente la vigilancia del paciente debe ser aún más estricta, para evitar enmascarar los síntomas de una infección del sistema nervioso central (1). Reportes recientes (9) plantean el probable uso de clobazam como tratamiento profiláctico. Sin embargo, su eficacia aún está en estudio. Con respecto a las CoFe complejas, existen pocos reportes que avalen el uso de tratamiento a largo plazo, por lo que en general también se sugiere no tratarlas. Sin embargo, existen estudios disponibles que proponen tratarlas siguiendo los mismos parámetros y usando los mismos fármacos ya discutidos para las CoFe simples, agregándose las crisis de inicio focal. Esto se justifica además por el hecho de que las CoFe complejas tienen más riesgo de cursar en el largo plazo con crisis afebriles y con epilepsia. En este contexto, existe un estudio recientemente publicado (1) que sugiere el uso de levetiracetam como tratamiento continuo a largo plazo para disminuir las recurrencias en las Cofe complejas. Por otra parte, toda la evidencia disponible plantea que el uso de fármacos antipiréticos (antiinflamatorios no esteroidales, tales como ibuprofeno o paracetamol) no disminuye las recurrencias ni de las CoFe simples ni de las CoFe complejas, por lo que su uso está justificado sólo como manejo sintomático (9, 13, 14). En nuestra casuística, al 88% de nuestros pacientes se le indicó diazepam por vía rectal para el manejo de las crisis de cinco o más minutos de duración. De estos, en el 67% esta benzodiacepina fue la única modalidad de tratamiento durante todo el tiempo de observación. Con respecto al tratamiento a largo plazo, en el 12% de los casos (quince pacientes) se indicó diazepam como profilaxis intermitente y en el 23% (veintio- Caracterización de un grupo de pacientes con convulsiones febriles. cho pacientes) se indicó tratamiento permanente con ácido valproico. Dos pacientes del total de la muestra estaban en tratamiento al mismo tiempo con ácido valproico en forma continua y con diazepam rectal como profilaxis intermitente. Con respecto a las recurrencias, está bien estipulado en la literatura que el riesgo de recurrencia para las CoFe en general es de alrededor de un 30-40% (1, 2) y que alrededor del 50% de los pacientes que recurren lo hacen en los primeros seis meses (8). En nuestra muestra el riesgo de recurrencia fue de 30%, lo que concuerda con lo ya descrito. Además, en nuestra casuística el porcentaje de recurrencias fue prácticamente el mismo para los pacientes que estaban en tratamiento sólo con diazepam como profilaxis intermitente que para los pacientes que estaban en tratamiento con ácido valproico en forma continua. Tampoco encontramos diferencias entre los pacientes que usaron tratamiento profiláctico para las recurrencias (diazepam profiláctico y ácido valproico) y los que no usaron (diazepam rectal sólo en caso de crisis). Observamos un porcentaje de recurrencias mucho menor para los pacientes que usaron ácido valproico continuo y diazepam intermitente como manejo a largo plazo, sin embargo, el número de pacientes que usó esa combinación de tratamiento representó sólo el 2% del total de la muestra, por lo que no es factible deducir conclusiones extrapolables. Como ya se ha descrito anteriormente, las Cofe tienen un curso clínico en general favorable, evolucionando con recuperación completa y sin complicaciones tanto desde el punto de vista pediátrico general como desde el punto de vista neurológico (1, 2). En este contexto, es conocido que el riesgo de desarrollar epilepsia para los pacientes con antecedente de CoFe simple es del 1-1,5%, mientras que en las CoFe complejas es de alrededor del 4% (1). En nuestra muestra seis pacientes evolucionaron con convulsión febril plus, tres pacientes con epilepsia y catorce pacientes con RDSM, mientras que el resto de los pacientes evolucionaron asintomáticos, lo que concuerda con lo expresado en la literatura. Como conclusión podemos establecer que las CoFe son entidades frecuentes durante la infancia, que si bien en términos generales tienen un curso favorable y de buen pronóstico existe un porcentaje de pacientes que pueden evolucionar hacia otras enti- Patricia Alfaro et al. dades tales como las epilepsias del espectro GEFS+ entre otras (4), por lo que es necesario un seguimiento minucioso a largo plazo. Por otra parte, también es importante destacar que si bien existen publicaciones que sugieren no usar tratamiento a largo plazo, también existe evidencia de que en ciertas circunstancias se justifica usar fármacos antiepilépticos para el manejo de estos pacientes, ya sea en forma continua como en forma intermitente, por lo que la decisión de tratarlas o no tratarlas debe ser tomada según las características clínicas de cada paciente y de cada familia en particular y por supuesto según la experiencia del médico. BIBLIOGRAFÍA 1. Patel A, Vidaurre J. Complex febrile seizures: a practical guide to evaluation and treatment. Journal of Child Neurology 2013; 28: 762. 2. Shah PB James, Elayaraja S. EEG for children with complex febrile seizures. Review. Cochrane Database of systematic Reviews 2014; Issue 1. Art. No.: CD009196. DOI: 10.1002/14651858. CD009196.pub2. 3. Jeong K, Hee Han M, Hye Lee E, Chung S. 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Rev Chil Ped 1989; 60(4): 195-597 29 Revista Chilena de Epilepsia 9. Offringa M, Newton R. Prophylactic drug management for febrile seizures in children. Review. Cochrane Database of Systematic Reviews 2012, Issue 4. Art. No.: CD003031. DOI: 10.1002/14651858.CD003031.pub2. 10.Mastrangelo M, Midulla F, Moretti C. Actual insights into the clinical management of febrile seizures. Eur J Pediatr 2014. DOI 10.1007/ s00431-014-2269-7. 11.Ahmad S, Marsh E. Febrile status epilepticus: current state of clinical and basic research. Semin Pediatr Neurol 2010; 17: 150-154. 12.Karimzadeh P, Rezayi A, Togha M, Ahmadabadi F, Derakhshanfar H, Azargashb E, Khodaei F. The best time for EEG recording in febrile 30 Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 seizure. Iran J Child Neurol 2014; 1: 20-25. 13.Subcommittee on febrile seizures. Febrile seizures: a guideline for the neurodiagnostic evaluation of the child with a simple febrile seizure. 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ANEXOS Tabla 1: Resumen características generales de los pacientes con convulsiones febriles Características generales de los pacientes con convulsiones febriles Características Número total % (En relación al total de pacientes) Sexo 65 hombres 60 mujeres 52% 48% Antecedentes familiares de primer grado 36 pacientes 29% con epilepsia o convulsión febril Crisis: Edad promedio primera crisis 17 meses (3-60 meses) No total de crisis en promedio 5 (1-8 crisis) Pacientes con más de 5 crisis 10 8% Adquisición hitos DSM: -DSM normal 111 89% -Retraso DSM 14 11% Tipo de convulsión febril: -Simple -Compleja -Ambas 79 pacientes 32 pacientes 14 pacientes 63% 26% 11% 13 pacientes 10% 122 3 97% 3% Evolución a largo plazo: -Convulsión febril plus (Cofe+) -Epilepsia -Sin recurrencias, epilepsia ni Cofe+ -Muerte 6 3 116 0 5% 2% (93%) 0 Recurrencias 46 37% Condición actual: -En control -Abandono de tratamiento -Alta 44 51 30 35% 41% 24% Crisis de más de 10 minutos de duración (status febril) Características EEG: -Registro normal -Registro alterado 31 Revista Chilena de Epilepsia Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 Tabla 2: Resumen del tratamiento de los pacientes con convulsiones febriles Características del tratamiento de los pacientes con convulsiones febriles Tipo de tratamiento Total de pacientes NO total y % (% en relación al total de pacientes) Diazepam (DZP) rectal DZP-C Sólo DZP-P DZP-C + DZP-P 84 (67%) 13 (10%) 0 TOTAL en tratamiento con DZP 97 pacientes (77%) Ácido valproico (AV) Sólo AV AV + DZP-C AV + DZP-P 0 26 (21%) 2 (2%) TOTAL en tratamiento con AV 28 pacientes (23%) TOTAL de pacientes (DZP + AV) 125 pacientes (100%) Tabla 3: cumplimiento del tratamiento Características del cumplimiento del tratamiento de los pacientes con convulsiones febriles Tipo de tratamiento Total de pacientes (NO total y %) (% en relación a los pacientes que cumplen adecuadamente) Diazepam (DZP) rectal DZP-C Sólo DZP-P DZP-C + DZP-P TOTAL con DZP que cumplen adecuadamente 45 (61%) 3 (4%) 0 48 pacientes (65%) Ácido valproico (AV) Sólo AV AV + DZP-C AV + DZP-P TOTAL con AV que cumplen adecuadamente TOTAL de pacientes que cumplen adecuadamente el tratamiento 32 0 24 (32%) 2 (3%) 26 pacientes (35%) 74 pacientes (100%) Caracterización de un grupo de pacientes con convulsiones febriles. Patricia Alfaro et al. Tabla 4: Resumen de las recurrencias de los pacientes con convulsiones febriles Características de las recurrencias de los pacientes con convulsiones febriles Tipo de tratamiento Total de pacientes (NO total y %) (% en relación a los pacientes que tuvieron recurrencias) Diazepam (DZP) rectal DZP-C Sólo DZP-P DZP-C + DZP-P TOTAL con DZP que tuvieron recurrencias 22 (48%) 11 (24%) 0 33 pacientes (72%) Ácido valproico (AV) Sólo AV AV + DZP-C AV + DZP-P TOTAL con AV que tuvieron recurrencias TOTAL de pacientes que tuvieron recurrencias 0 12 (26%) 1 (2%) 13 pacientes (28%) 46 pacientes (100%) Tabla 5: pacientes con recurrencias que tuvieron un adecuado cumplimiento del tratamiento Pacientes con recurrencias que tuvieron un adecuado cumplimiento del tratamiento Tipo de tratamiento NO total de pacientes Diazepam (DZP) rectal DZP-C Sólo DZP-P DZP-I + DZP-P 7 5 0 TOTAL DZP con recurrencias que cumplen tratamiento 12 Ácido valproico (AV) Sólo AV AV + DZP-C AV + DZP-P 0 9 1 TOTAL AV con recurrencias que cumplen tratamiento 10 TOTAL de pacientes con recurrencias que cumplen adecuadamente con el tratamiento 22 pacientes 33 Revista Chilena de Epilepsia Actualizaciones Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 Actualización del Síndrome de West Vanessa García, Sergio Meneses, Perla David Clinica Dávila, Universidad de los Andes, Universidad de Valparaíso, Universidad de los Andes, Santiago, Chile. Correo: [email protected] ABSTRACT West syndrome (WS) is a kind of catastrophic epilepsy in the first year of life, characterized by the electroclinical triad of clinical spasms, psychomotor retardation and EEG pattern of hypsarrhythmia. Its pathophysiology remains unknown and presents a wide range of etiologies, under which can be classified into: genetic, structural/metabolic and unknown cause (cryptogenic). Unlike another epilepsies, SW usually is refractory to conventional antiepileptic drugs, and the first line treatments are adrenocorticotropic hormone (ACTH) and vigabatrin, although there is no consensus regarding the optimal dose and duration of treatment. The prognosis is poor; 75-90% of patients have mental retardation, 50-60% have recurrent seizures at five years of age, while the mortality rate ranges from 3-33%. All of this things implies the SW like a therapeutic challenge that remains to the present, where new diagnostic modalities and treatment options are being studied to improve the morbidity and mortality of this disease. RESUMEN El Síndrome de West (SW) es un tipo de epilepsia catastrófica del primer año de vida, caracterizada por la tríada electroclínica: espasmos clínicos, retardo del desarrollo psicomotor y patrón electroencefalográfico de hipsarritmia. Su fisiopatología permanece desconocida y presenta una amplia gama de etiologías, según las cuales se puede clasificar en: genético, estructural/metabólica y de causa desconocida (criptogénico). El SW, a diferencia de otras epilepsias, suele ser refractario a los fármacos antiepilépticos convencionales, siendo los tratamientos de primera línea la hormona corticotropina (ACTH) y la vigabatrina, aunque no hay consenso en cuanto a las dosis óptimas y la duración del tratamiento. Recibido 2 de Dic. Aceptado 24 de Dic. 2014 Los autores declaran no tener conflictos de intereses. 34 El pronóstico es pobre; un 75-90% de los pacientes presentan retraso mental, un 50-60% presentan convulsiones recurrentes a los cinco años de edad, mientras que la tasa de mortalidad varía entre un 3-33%. Todo esto implica que el SW sea un desafío terapéutico que permanece hasta la actualidad, donde nuevas modalidades diagnósticas y opciones de tratamiento están en estudio para mejorar la morbimortalidad de esta patología. INTRODUCCIÓN En el año 1841 un médico británico, el Dr. William West, describió por primera vez los espasmos infantiles, una forma severa de epilepsia de la primera infancia, que se caracteriza por la presencia de grupos o “racimos” de breves contracciones musculares axiales, asociadas a un patrón electroencefalográfico típico conocido como “hipsarritmia”, descrito en 1952 por Gibbs y Gibbs. En años posteriores se acuñó el término Síndrome de West (SW) para la tríada clásica de espasmos infantiles, hipsarritmia y detención o regresión del desarrollo psicomotor (1,2,3). Debido a esto último, sumado a su alta tasa de mortalidad y refractariedad a los fármacos antiepilépticos convencionales, se le considera un tipo de “epilepsia catastrófica” (2,4). Debido a que los espasmos infantiles son los signos más representativos del SW, muchos médicos no distinguen entre ambas entidades, considerándolos como sinónimos y utilizando sus nombres indistintamente. Sin embargo en la terminología actual se considera al SW un subtipo dentro del Síndrome de Espasmos Infantiles, un espectro de trastornos epilépticos que incluyen además otras variantes como espasmos únicos, espasmos sin hipsarritmia e hipsarritmia sin espasmos (1). Los espasmos infantiles y el SW representan el tipo más frecuente de epilepsia en el primer año de vida. La incidencia varía de 2 a 5/10.000 nacidos vivos, Actualización del Síndrome de West con inicio en el primer año de vida en el 90% de los afectados. Esto se traduce en aproximadamente 2.000 a 2.500 nuevos casos por año en los Estados Unidos (3). En Europa, la prevalencia al nacer estimada hasta la fecha es de 3,7/100.000 niños (5). La edad peak de aparición es entre los 3 y 7 meses; es poco frecuente el inicio después de los 18 meses, aunque se ha reportado aparición en niños de hasta 4 años. En un 85% los espasmos cesan a los 5 años de edad, pero se pueden presentar otros tipos de crisis en hasta un 60% de los casos. El SW se presenta en niños de todos los grupos étnicos, siendo levemente predominante en hombres (3:2) (1,3). CLASIFICACIÓN Tradicionalmente el SW se clasifica en sintomático y criptogénico. En el primer caso existe una etiología identificada y/o un significativo retraso en el desarrollo en el momento del inicio de los espasmos; mientras que en el segundo no se logra identificar una etiología precipitante (1,4). Posteriormente se agregó un grupo idiopático para incluir aquellos pacientes sin causa conocida y sin síntomas ni alteraciones neurológicas (4). Esta clasificación fue revisada el 2010 por la comisión ILAE sobre Clasificación y Terminología, sustituyendo los términos “idiopático”, “sintomático” y “criptogénico”, por “genético”, “estructural/metabólico” y “de causa desconocida”, respectivamente (6). ETIOLOGÍA La etiología del SW es amplia y variada, reportándose en la literatura más de 200 posibles causas (7), lográndose identificar en un 60-90% de los casos (8). De acuerdo al estudio UKISS (United Kingdom Infantile Spams Study) realizado el año 2010, las causas más comunes de espasmos infantiles en orden de frecuencia fueron la encefalopatía hipóxicoisquémica (10%), anomalías cromosómicas (8%), malformaciones (8%), accidente cerebrovascular perinatal (8%), complejo de esclerosis tuberosa (7%) y leucomalacia periventricular o hemorragia cerebral (5%) (9). Otras etiologías incluyen la displasia cortical, meningoencefalitis, trauma, otros trastornos neurocutáneos como nevo sebáceo lineal, incontinencia pigmentaria, síndrome de Ito y neurofibromatosis tipo I, infecciones congénitas (TORCH) y errores innatos del metabolismo (4). En los niños, el síndrome de West también puede Vanessa García et al. ser causado por mutaciones del gen ARX, a menudo asociado con genitales ambiguos (10). Como resultado del aumento en el uso de resonancia magnética y PET (Positron Emission Tomography), un menor número de espasmos (aproximadamente 10-15%) son etiquetados como criptogénicos y más son atribuidos a alguna anomalía cerebral subyacente no detectada previamente (2). PATOGÉNESIS Pese a que han transcurrido más de 150 años desde el reconocimiento clínico de los espasmos infantiles, su base biológica aún no está completamente determinada. Se postula que son resultado de una injuria no específica en un punto crítico del desarrollo ontogenético del cerebro, donde varios factores etiopatogénicos, ya sean estructurales, metabólicos, genéticos, inflamatorios e incluso neuroinmunes, parecen estar implicados (4,8). El hecho de que este fenotipo específico de epilepsia se asocie a diversas etiologías apunta hacia una “vía final común”, aunque históricamente no existe ningún modelo animal adecuado que lo explique (11). Actualmente existe evidencia creciente de que el mecanismo subyacente sea debido a alteraciones en las vías claves de regulación genética del desarrollo del cerebro, específicamente la red genética reguladora del desarrollo dorsal-ventral del cerebro anterior GABAérgico y anormalidades en el gen expresado en la sinapsis. Los niños con estas asociaciones genéticas también tienen fenotipos más allá de la epilepsia, incluyendo rasgos dismórficos, autismo, trastornos del movimiento y malformaciones sistémicas (1,10). Sin embargo, la respuesta terapéutica a la ACTH y altas dosis de esteroides, así como informes clínicos ocasionales de anomalías de citoquinas o de etiologías infecciosas y autoinmunes, han planteado la posibilidad de que al menos en cierta cantidad de pacientes pudieran estar involucradas vías neuroinflamatorias. La vía de mTOR parece tener un papel central en la convergencia de varios mecanismos de señalización y puede representar una vía prometedora para futuras intervenciones terapéuticas (8). CLÍNICA El SW se caracteriza por la tríada electroclínica de espasmos epilépticos, retardo del desarrollo psico35 Revista Chilena de Epilepsia motor y patrón electroencefalográfico de hipsarritmia. El espasmo epiléptico o espasmo clínico, consiste en una breve contracción brusca de menos de 2 segundos de duración, seguida de una contracción tónica sostenida de menor intensidad, habitualmente de 2 a 10 segundos de duración, que involucra los grupos musculares del cuello, tronco y extremidades, habitualmente de forma simétrica y sincrónica, aunque pueden haber varios patrones clínicos (2,11,12). Con menor frecuencia la fase de contracción dura menos de 0,5 segundos y ocurre sin la fase tónica (12). Los espasmos pueden ser de tipo flexor, extensor o mixto, sin que esto sugiera etiología ni influya en el pronóstico, pudiendo presentarse más de uno en el mismo paciente. Sin embargo, cuando son asimétricos (5-25%) orientan a una anomalía estructural del cerebro (11). Alrededor del 80% de los espasmos se presentan en grupos o “racimos” de varios minutos de duración, donde pueden presentarse de 2 a 125 en un episodio, con un promedio de 13 por minuto. Habitualmente se presentan previo al despertar o antes de dormir, con una frecuencia similar entre el día y la noche, aunque raramente ocurren durante el sueño (1,11,12). En general no se encuentra una circunstancia o estímulo precipitante evidente, aunque algunos factores que se postulan como inductores de crisis son la dificultad para conciliar el sueño y los despertares nocturnos, durante la manipulación del niño, los ruidos fuertes, la alimentación, infecciones, fiebre, emoción, hambre y temperaturas ambientales extremas (2,11). Durante la convulsión se pueden observar varios fenómenos clínicos, tales como cambios conductuales, desviación de la mirada, nistagmus o cambios en el patrón respiratorio. Frecuentemente el niño puede presentar un grito o llanto posterior a la fase ictal, aunque no se consideran parte de la convulsión. Luego de la crisis puede haber irritabilidad o hiporreactividad transitoria. Además, en un 30-50% de los pacientes pueden presentarse otro tipo de convulsiones, como crisis parciales, mioclónicas, tónicas y tónico-clónicas (1,2,11,12). El retardo o regresión en el neurodesarrollo habitualmente es severo, con manifestaciones motoras y 36 Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 cognitivas evidentes en la mayoría de los pacientes, pudiendo incluir retraso mental y del habla, rasgos autistas y dispraxia visomotora. El retardo psicomotor puede preceder el inicio de los espasmos, pero también puede ocurrir simultáneamente o ser tardío (1,2,12). Características electroencefalográficas El sello distintivo del EEG en SEI/SW es la hipsarritmia, un patrón interictal desorganizado que consiste en ondas lentas y puntas de alto voltaje, aleatorias, en todas las áreas corticales. Este patrón se observa mientras el niño está despierto y en sueño no-REM, mientras que durante el sueño REM hay una marcada disminución e incluso puede desaparecer. Además del patrón clásico ya descrito, se han descrito variantes de hipsarritmia que se han agrupado con el término de “hipsarritmia modificada” o “atípica”, la que se caracteriza por una mayor sincronización hemisférica y simetría y se observa en alrededor de dos tercios de los pacientes. Estas variantes incluyen hipsarritmia con aumento de la sincronización interhemisférica, patrón asimétrico o unilateral, descargas anormales por anomalías focales, episodios de atenuación de la actividad y patrón de ondas lentas de alto voltaje sin puntas (2,11,12). El patrón ictal más frecuente consiste en una onda lenta trifásica, positiva y de gran amplitud, que se correlaciona con el espasmo actual, seguida de un aplanamiento por una abrupta atenuación generalizada de la actividad. No existe correlación entre el patrón ictal y el tipo de espasmo (2,11). Se debe tener en cuenta que hallazgos focales o lateralizados al EEG pueden indicar la presencia de una lesión cerebral estructural (12). Diagnóstico diferencial Los diagnósticos diferenciales del SW son aquellas patologías que se pueden confundir con los espasmos clínicos, tales como el reflujo gastroesofágico, cólicos, sobresaltos excesivos, reflejos de Moro exagerados, mioclono neonatal benigno del sueño, convulsiones tónicas reflejas de la primera infancia y epilepsias mioclónicas benignas y graves. Se debe tener en cuenta que estas condiciones también pueden ocurrir en pacientes que previamente han tenido o tienen actualmente SW (2,12). Actualización del Síndrome de West Enfoque diagnóstico La evaluación inicial comienza con una historia clínica y examen físico detallados. El diagnóstico se realiza con un cuadro clínico compatible confirmado por EEG (2,12). El método recomendado es realizar un video monitoreo EEG de 24 horas, para lograr capturar un evento ictal e incluir un ciclo de sueño-vigilia completo, aunque en algunos casos puede ser suficiente un estudio de dos o cuatro horas. En caso de que la evaluación inicial no sea diagnóstica se puede prolongar el monitoreo o repetirlo dentro de 1-2 semanas (11,12) Una vez establecido el diagnóstico, la evaluación siguiente debe enfocarse en el estudio de la etiología subyacente, fundamental para determinar el tratamiento y el pronóstico. En este sentido, el estudio con neuroimagen es esencial, ya que permite confirmar la etiología en aproximadamente un 70% de los casos, siendo la técnica inicial de elección la resonancia magnética (RM), ya que permite detectar malformaciones cerebrales, atrofia cerebral, retraso en la mielinización y otras lesiones focales no visibles en la tomografía computada (TC). También puede proporcionar información sobre el pronóstico, especialmente en relación con el desarrollo motor; los pacientes con RM sin alteraciones tienen mejores resultados en comparación con aquellos con lesiones (2,11). En casos donde el examen clínico o la neuroimagen permiten sospechar un trastorno genético, se recomienda realizar pruebas genéticas, por ejemplo en casos de síndrome de Down o lisencefalia. Si no se logra identificar una etiología luego de la evaluación clínica, EEG y RM, o en casos de espasmos de inicio temprano, asociación con otros tipos de convulsiones y retardo mental severo en el inicio, o un mal resultado después del control de los espasmos, se recomienda realizar un cribado metabólico; determinar niveles de transaminasas, lactato, piruvato, amoníaco, ácidos orgánicos en orina y aminoácidos séricos, así como análisis del líquido cefalorraquídeo para medir niveles de glucosa, proteínas, aminoácidos, lactato y piruvato. La combinación de resultados de estudio metabólico (suero y líquido cefalorraquídeo) con pruebas genéticas puede determinar la etiología en un 10 % adicional de los casos. Se debe considerar la detección de nuevas Vanessa García et al. anomalías genéticas (CDKL5 y ARX mutación, del 1p36 e inv dup) si los estudios de primera línea son negativos. Además, la RM puede repetirse después de los 2 años con el fin de detectar anomalías no diagnosticadas en la imagen inicial, como por ejemplo la displasia focal. (2,6,11,12). Otro estudio recomendado es el PET, útil en la identificación de anomalías no detectadas en RM o TC, y considerado en casos médicamente intratables cuando la presencia de anomalías focales en el EEG o hallazgos al examen clínico sugieren posibles zonas epileptogénicas que pudieran ser susceptibles de resección quirúrgica (2,11). Actualmente siguen en desarrollo nuevas pruebas diagnósticas, principalmente enfocadas en identificar los genes involucrados en la producción de SW, esto debido a su importancia tanto en el pronóstico de la enfermedad como por su implicancia en la consejería genética (6). Tratamiento Hasta la fecha, el tratamiento del SW sigue siendo en gran medida empírico, lo que se atribuye principalmente a la mala comprensión de su fisiopatología (13) y a la resistencia a los fármacos antiepilépticos (FAE) convencionales. La estrategia terapéutica actual busca lograr un tratamiento efectivo del trastorno, definido como el cese completo de los espasmos más la abolición de la hipsarritmia (respuesta todo o nada”) (7). I) Terapias de primera línea. En general el tratamiento se divide en dos grandes grupos; los niños portadores de esclerosis tuberosa (ET), donde el fármaco de preferencia es la vigabatrina, y los portadores de todas las otras etiologías, donde la terapia de elección es la hormona corticotropina (ACTH) (2,7,14). Estudios recientes sugieren que la pronta iniciación del tratamiento, ya sea con terapia hormonal o vigabatrina, mejora los resultados cognitivos a largo plazo. Además, se ha observado que la ACTH es superior a la vigabatrina en cuanto al resultado cognitivo en grupos criptogénicos (7). ACTH Es el tratamiento más eficaz a corto plazo y de elec37 Revista Chilena de Epilepsia ción desde 1958 (7), pese a lo cual aún se desconoce su mecanismo de acción. Se postula un efecto anticonvulsivante directo por supresión de la hormona liberadora de ACTH (CRH), un neuropéptido endógeno que puede provocar convulsiones en el cerebro inmaduro, el cual sería liberado junto con otros mediadores como respuesta al estrés provocado por las diversas etiologías atribuidas al SW (15). Aún no existe consenso entre los expertos con respecto a la dosis óptima y la duración del tratamiento. El espectro de dosificación varía entre 20 y 120 UI/L i.m o s.c., aunque estudios recientes han mostrado que las dosis bajas pueden ser tan eficaces como las dosis altas, con menores efectos adversos. Se desconoce la duración exacta del tratamiento hormonal, pero si el resultado es satisfactorio puede detenerse después de apenas 1 mes, ya que se logra un efecto permanente luego de 2-4 semanas de tratamiento (1,7). Existe acuerdo en cuanto a evitar tratamientos prolongados (como orientación, no más de 6 semanas), en razón de los severos efectos adversos y mortalidad observados con tratamientos de larga duración (14). Los efectos secundarios más frecuentemente observados son irritabilidad, aumento del apetito y características cushingoides, sin embargo pueden presentarse también hipertensión, hipokalemia, opacidades en la retina, trastornos del crecimiento y, en casos raros, infecciones fulminantes secundarias a la inmunosupresión (1,15). La recomendación de la Academia Americana de Neurología (AAN) en 2012 es que la terapia con dosis bajas de ACTH debe ser considerada como una alternativa a la dosis alta (Nivel B) (7). En Chile, la ACTH también es la primera opción de tratamiento para pacientes con SW no portadores de ET. La dosificación recomendada es de 0,05 mg/kg/dosis i.m., día por medio por 2 semanas. En pacientes con SW de causa precisada y con estudio metabólico normal, se inicia simultáneamente ácido valproico como FAE de mantención, en dosis de 20 mg/kg/d, 3 dosis al día, cada 8 horas, hasta alcanzar los 50 mg/kg/d. Si en el control clínico y EEG a los 14 días se logra un tratamiento efectivo, se finaliza la cura con ACTH y se deja el ác. valproico de mantención; si la respuesta no es completa se recomienda realizar una segunda cura con ACTH de iguales características que la primera y controles semanales, manteniendo el ác. valproico. En caso de fracaso de tratamiento se continúa con la segunda opción; la vigabatrina. Como terceras opciones 38 Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 se pueden considerar el uso de topiramato o levetiracetam y, por último, la dieta cetogénica como opción no farmacológica (14). Vigabatrina Es un FAE que actúa como inhibidor de la GABAtransaminasa (1). En general se considera como un tratamiento efectivo de primera línea, sin embargo en estudios comparativos con ACTH y prednisolona, éstos demuestran mayor efectividad que la vigabatrina, con excepción de los pacientes portadores de ET. La dosis óptima y la duración del tratamiento tampoco están completamente definidos. En la actualidad, la dosificación típica consiste en una dosis inicial de 50 mg/kg/d, escalando hasta alcanzar los 100 a 150 mg/kg/d, donde habitualmente se alcanza la respuesta clínica, con evaluación de la eficacia a las dos semanas después del cambio de dosis. Con respecto a la duración, se sugiere que los pacientes que responden al tratamiento continúen el medicamento durante seis meses, con vigilancia continua por posibles efectos adversos secundarios a su toxicidad, que incluyen defectos del campo visual periférico y disfunción irreversible de la retina. Además, recientemente se han reportado anomalías estructurales en la RM cerebral de niños tratados con vigabatrina (7,15). En Chile, la terapia con vigabatrina es de elección en los pacientes con SW portadores de ET, y su dosis es de 100 mg/kg/d cada 12 horas, con controles a los 7, 14 y 30 días. Si se logra un tratamiento efectivo en el primer control se mantiene el tratamiento hasta 6 meses, considerando los posibles daños retinianos; si persisten crisis y/o EEG alterado se aumenta la dosis a 150 mg/kg/d cada 12 hrs. Si en el segundo control aún no se logra una respuesta efectiva, se aumenta la dosis a 200 mg/kg/d cada 12 hrs. En caso de resistencia al tratamiento en el control de los 30 días se sugiere continuar con las otras opciones (topiramato, levetiracetam, dieta cetogénica) (14) II) Terapias de segunda línea Diferentes corticosteroides y FAEs se pueden utilizar como alternativas de segunda línea cuando los medicamentos de primera línea son ineficaces o están contraindicados (7). Corticosteroides Incluyen hidrocortisona, prednisona, prednisolona Actualización del Síndrome de West y dexametasona. Son un tipo de tratamiento hormonal menos costoso y más fácil de administrar que la ACTH, pero hasta la fecha no hay evidencia suficiente como para recomendar su uso como alternativa de primera línea. Los efectos adversos son generalmente similares a los de la ACTH, pero ésta tiene un menor efecto supresor sobre el eje hipotalámico-hipofisiario-adrenal (HHA) (7,15) En Marzo de 2014 el grupo de Wanigasinghe et al. publicó el primer ensayo clínico aleatorizado realizado para mostrar la superioridad de la prednisolona oral sobre la ACTH en el SW. El estudio concluye que las dosis moderadas a altas de prednisolona oral parecen ser más efectivas que las dosis bajas a moderadas de ACTH para el tratamiento inicial del SW (13), sin embargo se debe tener en cuenta que los resultados fueron evaluados sólo desde la perspectiva de mejoría de la hipsarritmia. Vanessa García et al. severos y la eficacia a largo plazo es desconocida (7,15) La zonisamida, un derivado de las sulfonamidas, ha mostrado cierta efectividad tanto como monoterapia como complemento a la piridoxina en series de casos de pacientes recientemente diagnosticados, aunque se observó recurrencia en algunos casos, y aquellos que no tuvieron respuesta permanecieron refractarios otros tratamientos, incluyendo ACTH y vigabatrina. Sus efectos adversos son similares a los del topiramato (7,15). Otro fármaco, la piridoxina, no tiene ensayos controlados aleatorios donde se estudie su utilidad en el tratamiento del SW. El resultado a largo plazo en estudios abiertos parece ser favorable en los pacientes que responden a la piridoxina, sin embargo faltan estudios con mediciones objetivas (15). FAEs La evidencia de otros FAEs es muy limitada en comparación con la vigabatrina. Hay algunos estudios de fase IV de topiramato y ácido valproico, fase I de sultiamo y fase IV de zonisamida, piridoxina, nitrazepam, levetiracetam, lamotrigina y dieta cetogénica (7). Las benzodiazepinas, tales como nitrazepam, clonazepam y diazepam, se han utilizado anecdóticamente en el SW, sin embargo, no hay evidencia de que sean tan eficaces como ACTH o corticosteroides (15). El topiramato es un tratamiento popular de segunda línea, que a menudo se utiliza como primera línea, especialmente donde no hay acceso a vigabatrina. Se ha reportado respuesta de alrededor de un 40%, y sus efectos adversos son somnolencia, oligohidrosis, síntomas gastrointestinales, cálculos renales, además de potenciales alteraciones cognitivas y del aprendizaje (7,15). Ganaxolona Es un análogo sintético de neuroesteroides, modulador de los receptores GABA-A, que se ha postulado como alternativa en casos refractarios, por su similitud de acción con la vigabatrina. En modelos experimentales en animales se han observado resultados promisorios en los modelos criptogénicos (16). En un estudio realizado en niños refractarios al tratamiento convencional, la frecuencia de los espasmos se redujo al menos un 50% en el 33% de los pacientes (fase IV). El fármaco fue bien tolerado, pero sólo mostró una eficacia modesta y no significativa, y no se informó su efecto sobre la hipsarritmia (17) El ácido valproico se utiliza a menudo como tratamiento de segunda línea y ha sido usado como primera línea con 39% de respuesta completa o “buena” (7). Sin embargo, los reportes de tratamiento con ácido valproico tienen resultados inconsistentes, hasta un 40-70% de pacientes refractarios a ACTH pueden beneficiarse, pero la respuesta aparente puede reflejar la historia natural del SW más que el efecto del tratamiento (15) El sultiamo es un FAE que se ha probado en estudios pequeños y asociado a piridoxina, donde ha mostrado mejor resultado que el placebo, pero tiene varias desventajas; es una opción poco disponible fuera de E.E.U.U, sus efectos adversos pueden ser III) Otras alternativas terapéuticas Dieta cetogénica Una dieta alta en grasa, adecuada en proteínas y baja en carbohidratos, que se utiliza como alternativa a los otros tratamientos, especialmente en casos resistentes a los tratamientos con FAEs. Estudios observacionales han mostrado reducción en la frecuencia de espasmos en casos refractarios, sin embargo no existe evidencia de que sea mejor que los compuestos mencionados anteriormente y ade39 Revista Chilena de Epilepsia más para los pacientes no es fácil de seguir, ya que a menudo presentan complicaciones como diarrea, hipovitaminosis, pérdida de peso y cálculos renales (1,7). Nuevas opciones Una opción prometedora para SW refractario a ACTH son los pulsos de rapamicina, un inhibidor de la vía mTOR; en un modelo de ratón refractario a ACTH se obtuvieron buenos resultados en el control de convulsiones, mientras que en otro modelo animal se observó mejoría en el resultado cognitivo (1,7). Otras terapias nuevas incluyen; a) el uso de flunarizina, que podría tener efectos neuroprotectores en niños con SW sin etiología conocida, pero faltan estudios de largo plazo (18); b) el rol potencial del factor de crecimiento tipo insulina (IGF) -1, un factor esencial para el desarrollo sináptico, donde se han observado peores resultados cognitivos en pacientes con niveles bajos en el líquido cefalorraquídeo (19); c) los agonistas del receptor de melanocortina, que reducen la producción de agentes proinflamatorios en las células cerebrales luego de una injuria, y tendrían un rol en la neuroprotección (20); y d) la terapia de combinación de tratamiento hormonal con vigabatrina, que actualmente se está probando en el estudio ICISS (International Infantile Spasms Study), donde se postula que puede ser más efectiva y con mejores resultados en el neurodesarrollo que la terapia hormonal por sí sola (21). En un futuro próximo el estándar de oro podría ser el desarrollo de nuevas terapias que se dirijan a las vías específicas de la patogénesis (1). IV) Tratamiento quirúrgico. Alrededor de un 25-40% de los pacientes siguen teniendo espasmos pese a la farmacoterapia intensiva, y expresan retraso psicomotor, de modo que podrían ser candidatos para cirugía (7). Las resecciones quirúrgicas corticales focales han dado como resultado el cese de los espasmos y la normalización del desarrollo. Se han realizado hemisferectomías funcionales exitosas en casos de anomalías hemisféricas graves, como el síndrome de Sturge Weber, hemimegalencefalia, o derrame cerebral hemisférico con hemiparesia asociada. Sin embargo no se considera la opción quirúrgica si la resección cortical puede crear un nuevo déficit neurológico 40 Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 inaceptable, en casos de daño cerebral difuso o la presencia de alguna enfermedad degenerativa o metabólica (2,7,15). Pronóstico A pesar de los avances para lograr un diagnóstico precoz y tratamiento adecuado, el pronóstico del SW sigue siendo pobre; 75-90% de los pacientes presentan retraso mental y el 50-60% de los niños tienen convulsiones recurrentes a los cinco años de edad (6). Aproximadamente un 27-50% desarrollan el síndrome de Lennox-Gastaut, una forma severa de epilepsia. La tasa de mortalidad varía entre 3-33% (15). Los factores pronósticos reportados como favorables incluyen etiología criptogénica, edad de inicio mayor de 4 meses, ausencia de espasmos atípicos y crisis parciales, ausencia de anormalidades asimétricas en el EEG, inicio precoz del tratamiento, y una respuesta temprana y sostenida a éste. Pese a no haber evidencia suficiente como para concluir que el tratamiento exitoso efectivamente mejora el pronóstico a largo plazo, sí existen datos observacionales actuales que lo sugieren (15,22). REFERENCIAS 1. Pavone P., Striano P., Falsaperla R., Pavone L., Ruggieri M. 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Corresponds to 3-6% of children with epilepsy, with male predominance and has a peak of onset between 3 and 5 years. The LGS is associated with a wide variety of etiologic factors, although up to 40% of the causes are unknown, and its pathophysiological substrate remains uncertain. Treatment is lifelong and aims to improve the quality of life of patients by decreasing the frequency of seizures, since there is no optimal therapy for complete remission. Drugs that have proven useful are Valproic Acid (first line AED at Chile), Lamotrigine, Topiramate, Felbamate and Rufinamide. Other treatment options for refractory cases are the ketogenic diet, vagus nerve stimulation and surgery. The LGS has a poor long-term prognosis, with a mortality of 10% before 11 years of age. RESUMEN El Síndrome de Lennox-Gastaut es una forma severa de encefalopatía epiléptica crónica, clínicamente caracterizada por la triada: patrón de espiga-onda lenta al Electroencefalograma, múltiples tipos de crisis epilépticas y deterioro cognitivo. Corresponde al 3-6% de los niños con epilepsia, con predominio masculino y presenta un peak de inicio entre los 3 y 5 años. El SLG se asocia con una amplia variedad de factores etiológicos, aunque hasta en un 40% la causa es desconocida, y su substrato fisiopatológico permanece incierto. El tratamiento es de por vida y su objetivo es mejorar la calidad de vida del 1.Clínica Dávila, Universidad de los Andes 2.Interna Medicina Universidad de los Andes 3. Interno Medicina Universidad de Valparaíso Recibido 21 de Nov. Aceptado 20 de Dic. 2014 Los autores declaran no tener conflictos de intereses. 42 paciente a través de la disminución de la frecuencia de las crisis, ya que no existe terapia óptima para la remisión total. Los fármacos que han demostrado utilidad son Ácido Valproico (FAE de primera línea en Chile), Lamotrigina, Topiramato, Rufinamida y Felbamato. Otras alternativas de tratamiento para los casos refractarios son la dieta cetogénica, la estimulación del nervio vago y el tratamiento quirúrgico. El SLG presenta un pobre pronóstico a largo plazo, con una mortalidad de un 10% antes de los 11 años de edad. INTRODUCCIÓN El Síndrome de Lennox-Gastaut (SLG), descrito originalmente por Lennox en 1949 y en la mayor serie de 100 pacientes por Gastaut en 1966 (1), corresponde a una forma severa de encefalopatía epiléptica crónica que se manifiesta habitualmente en la primera infancia, con un peak de inicio entre los 3 y 5 años (2), y corresponde aproximadamente al 3 a 6% de los niños con epilepsia, con claro predominio masculino (5:1) (3). El término definitivo fue introducido en 1969 por Niedermeyer. Este síndrome se caracteriza por presentarse con un curso refractario, tipos de crisis características, deterioro cognitivo marcado y prominentes anormalidades electroencefalográficas interictales. A pesar de esta homogeneidad en su presentación, el SLG se asocia con una amplia variedad de factores etiológicos y su substrato fisiopatológico permanece incierto (4). ETIOLOGÍA El SLG se ha asociado a múltiples causas, entre las que se incluyen trastornos genéticos, síndromes neurocutáneos (ej, esclerosis tuberosa), encefalopatías post lesiones hipóxico-isquémicas, meningitis, traumas cefálicos, lesiones cerebrales focales o difusas, e incluso se ha observado en pacientes sin le- Síndrome de Lennox-Gastaut, una revisión actualizada. sión cerebral evidente. Además puede desarrollarse a partir de un síndrome de West en hasta un 20-30% de los casos. Pese a todo, aproximadamente el 25-40% de los pacientes tienen una etiología desconocida, aunque en estos niños cada vez se encuentran más trastornos genéticos, particularmente síndromes cromosómicos o mutaciones de novo (4,5). PATOGÉNESIS La patogénesis es poco conocida, pero puede implicar una influencia genética en el desarrollo del sistema nervioso inmaduro, particularmente durante el desarrollo tálamo-cortical, provocando patología cerebral estructural o funcional. La teoría más aceptada es que el SLG es el resultado de una injuria cortical difusa o multifocal que ocurre en un determinado momento en el cerebro en desarrollo, lo que conllevaría a una mayor excitabilidad del sistema nervioso inmaduro, que a su vez pone en marcha complejos cambios neuropatológicos secundarios y establece un difuso sistema epileptogénico hiperexcitable, responsable de las descargas epileptiformes bilaterales y de una epilepsia médicamente refractaria. El grave deterioro de las funciones cognitiva, sensorial y/o motora se cree que ocurre secundario a las frecuentes convulsiones severas y actividad epiléptica interictal persistente que son mantenidas por este sistema de circuitos cerebrales disfuncionales (4). CLÍNICA El SGL se caracteriza fundamentalmente por una triada clásica: múltiples tipos de crisis epilépticas, patrón de espiga-onda lenta al Electroencefalograma (EEG) y deterioro mental. I) Crisis epilépticas. Se presentan con alta frecuencia y son de diversos tipos; las más características son las crisis tónicas y atónicas, comúnmente llamadas “crisis de caídas” (drop attacks), las que son casi patognomónicas (92% de los pacientes). También se pueden manifestar con crisis atónicas (26-56%), ausencias atípicas (20-65%), estatus epiléptico no convulsivo (50-66%), crisis tónico-clónicas, crisis parciales, espasmos y crisis mioclónicas. II) Anormalidades características en el EEG. La Perla David et al. actividad de base del trazado es desorganizada y lenta, con un patrón ictal o interictal caracterizado por descargas de espiga-onda lenta de frecuencia menor a 2,5 Hz con predominio frontal EEG de vigilia, así como la presencia de paroxismos de actividad espicular rítmica rápida de 10 a 20 Hz durante el sueño; conocido como un patrón de “ondas y espigas atípicas”. III) Deterioro cognitivo con retardo mental. Se presenta en el 95% de los pacientes y ocasionalmente es progresivo. Habitualmente se presentan asociados graves trastornos de comportamiento, tales como hiperactividad, agresividad y tendencias autistas, y trastornos de la personalidad. Además, es frecuente que aparezcan síntomas psicóticos. A menudo, el desarrollo neurológico es normal antes de la primera convulsión (3,5,6,7). TRATAMIENTO Dado su carácter de síndrome crónico el SLG requiere tratamiento de por vida, y los pacientes casi siempre desarrollan déficits conductuales y psicológicos progresivos. A diferencia de la mayoría de los trastornos convulsivos, donde el objetivo del tratamiento es lograr la remisión completa de las crisis, en el SLG esto raramente se consigue por su naturaleza resistente y los diversos tipos de crisis convulsivas que experimentan los pacientes, de modo que el tratamiento se enfoca en mejorar la calidad de vida del paciente a través de la disminución de la frecuencia de las crisis, con el menor número posible de eventos adversos (2). La terapia óptima para el SLG es incierta y puede depender en parte de la etiología subyacente (5). En la actualidad no existen evidencias suficientes que permitan recomendar un tratamiento estándar, por lo que las recomendaciones para su tratamiento se basan en opiniones de expertos. I) Tratamiento farmacológico. Dada la variedad de tipos de convulsiones asociadas con la LGS, se necesitan fármacos con un amplio espectro de eficacia para el tratamiento de este síndrome. En revisiones sistemáticas de ensayos aleatorios controlados se ha concluido que ningún fármaco ha demostrado ser altamente efectivo, aunque el Ácido valproico, la Lamotrigina, el Topiramato, la Rufinamida, el Felbamato y el 43 Revista Chilena de Epilepsia Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 Clobazam pueden ser útiles. En contraste, el uso de Carbamazepina puede precipitar drop attacks en niños (5). quirúrgico temprano con un impacto significativo en el control de las crisis y el desarrollo cognitivo (9). En Chile, en el año 2010, se decidió establecer un consenso de especialistas chilenos sobre el uso de fármacos antiepilépticos (FAE) en algunos Síndromes Epilépticos y Epilepsias de niños y adolescentes, de mayor frecuencia o más difícil manejo, en el cual se fijaron propuestas de tratamiento para el SLG: i) Como FAE de primera línea se prefiere el Ácido Valproico, dada la gran experiencia acumulada de su uso en diferentes tipos de crisis. ii) Como segunda opción se sugiere asociar Clobazam (CLB), Lamotrigina (LTG) o Topiramato (TPM). Entre las benzodiacepinas se prefiere CLB por tener menor efecto sedativo y por su eficacia en drop attacks, pero a dosis altas (1 mg/kg/d) (8). La recomendación de LTG o TPM se basa en la experiencia de su uso en otras epilepsias refractarias. iii) Como tercera opción se sugieren algunos fármacos que no se encuentran disponibles en Chile, tales como Felbamato, Rufinamida y Zonisamida (3). Los niños con este síndrome tienen un pobre pronóstico a largo plazo; aunque con frecuencia la epilepsia mejora, es raro lograr una remisión completa de las crisis y por el contrario los trastornos mentales y psiquiátricos tienden a empeorar con el tiempo (7). II) Otras alternativas terapéuticas. Debido a que las convulsiones son a menudo médicamente refractarias, ocasionalmente se consideran otras opciones de tratamiento, tales como la dieta cetogénica, que ha sido útil en algunos niños con SLG, y la estimulación del nervio vago, que también parece ser eficaz en algunos pacientes ya que conduce a una reducción de más del 50% en la frecuencia de las crisis (en particular para convulsiones tónicas y atónicas), así como reducción de la duración de las crisis y disminuye el número de FAE prescritos. Además, la psicoterapia y las intervenciones psiquiátricas pueden ser útiles en el tratamiento de los trastornos psiquiátricos (7). La mortalidad también es alta (tasa de mortalidad estandarizada = 14); hasta el 10% de los niños con SLG mueren antes de los 11 años de edad (5,10). III) Tratamiento quirúrgico. En los casos en que la etiología del SLG se debe a lesiones corticales localizadas, tales como la displasia cortical, esclerosis tuberosa cortical, tumores, heterotopía en banda y malformaciones vasculares, los pacientes son susceptibles de recibir tratamiento 44 Otras opciones quirúrgicas, incluyendo callosotomía o cirugía del foco epileptogénico en pacientes con hamartoma hipotalámico, pueden ser consideradas en algunos casos refractarios (5). PRONÓSTICO Los pacientes sin una causa identificable pueden tener un fenotipo algo más suave y un deterioro funcional y neurológico menos profundo en la edad adulta. La presencia de espiga-onda lenta en el EEG en niños con múltiples tipos de crisis predice la coexistencia de retraso mental profundo y en general son más propensos a tener parálisis cerebral que aquellos con múltiples tipos de crisis pero sin espiga-onda lenta en el EEG. Además, el riesgo de lesiones graves asociadas a drop attacks es alta. REFERENCIAS 1. Widdess-Walsh P, Dlugos D, Fahlstrom R, Joshi S, Shellhaas R, et al. Lennox-Gastaut syndrome of unknown cause: Phenotypic characteristics of patients in the Epilepsy Phenome/Genome Project. Epilepsia 2013; 54(11):1898–1904. 2. Ng Y, Conry J, Paolicchi J, Kernitsky L, Mitchell W, et al. Long-term safety and efficacy of clobazam for Lennox–Gastaut syndrome: Interim results of an open-label extension study. Epilepsy & Behavior 2012; 25:687–694 3. Mesa T, López I, Förster J, Carvajal M, David P. Consenso Chileno de Manejo de Fármacos Antiepilépticos en algunos Síndromes ElectroClínicos y otras Epilepsias en Niños y Adolescentes. Rev Soc Psiquiatr Neurol Infanc Adolesc 2011; 22(3):232-274. Síndrome de Lennox-Gastaut, una revisión actualizada. 4. Badawy R, Macdonell R, Vogrin S, Lai A, Cook M. Cortical excitability decreases in LennoxGastaut syndrome. Epilepsia 2012; 53(9); 15461553. 5. Wilfong A. Epilepsy syndromes in children. UpToDate 2014. 6. Sociedad Española de Neurología. Capítulo 28: Actitud Terapéutica en el Síndrome de LennoxGastaut. Guía para el Diagnóstico y Tratamiento de la Epilepsia 2008:219-222. 7. Hancock E, Cross J. Treatment of Lennox-Gastaut syndrome. Cochrane Database of Systematic Reviews 2013; 2: 1-12. 8. Cramer J, Sapin C, Francois C. Indirect com- Perla David et al. parison of clobazam and other therapies for Lennox–Gastaut syndrome. Acta Neurol Scand 2013; 128: 91–99 9. Liu S, An N, Fang X, Singh P, Oommen J, et al. Surgical Treatment of Patients with LennoxGastaut Syndrome Phenotype. The Scientific World Journal 2012: 1-10. 10.Trevathan E. Lennox-Gastaut Syndrome. Washington University School of Medicine and St. Louis Children’s Hospital, Department of Neurology 2006-2012. Artículo disponible en www. neuro.wustl.edu/patientcare/clinicalservices/ pediatricepilepsycenter/patientfamilyphysician/ lennoxgastautsyndrome. 45 Revista Chilena de Epilepsia Crónica Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 Calendario de Reuniones Año 2014 REUNION DE TRABAJO Nº 143 Sábado 12 de Abril de 2014 a las 9.30 hrs. “Síndrome Dress. A propósito de un caso clínico” Dra. Carolina Gallegos Neuróloga Hospital de Carabineros REUNION DE TRABAJO Nº 144 Sábado 10 de Mayo de 2014 a las 9.30 hrs. “Síndrome de Dravet” Dra. Joanna Borax Neuróloga Infantil Hospital de Carabineros REUNION DE TRABAJO Nº 145 Sábado 12 de Julio de 2014 a las 9.30 hrs. “Presentación Caso Clínico: Status Convulsivo y Porfiria” Dr. Luis Espinoza Martínez Neurólogo Clínica Bicentenario REUNION DE TRABAJO Nº 146 Sábado 09 de Agosto de 2014 a las 9.30 hrs. “Cirugía de Epilepsia Lóbulo Temporal sin Lesión, presentación de un caso con monitoreo invasivo” Dra. Karina Rosso A. Neurología Infantil Pontificia Universidad Católica REUNION DE TRABAJO Nº 147 Sábado 13 de Septiembre de 2014 a las 9.30 hrs. “Guias Prácticas de Epilepsia” Dra. Lilian Cuadra O. Ministerio de Salud REUNIÓN DE TRABAJO N°148 Sábado 11 de Octubre de 2014 a las 9.30 hrs. 46 “Cirugía de la Epilepsia en edad pediátrica”. Dr. Christian Cantillano M. Neurocirujano Hospital Sótero del Río. REUNIÓN DE TRABAJO N°149 Sábado 08 de Noviembre de 2014 a las 9.30 hrs. “Epilepsia y Música” Dra. Claudia Riffo A. Neuropediatra / Neuróloga Infantil Universidad Católica de Chile REUNION DE TRABAJO Nº 150 Sábado 13 de Diciembre de 2014 a las 9.30 hrs. “Epilepsia y Enfermedades Mitocondriales” Dr. Juan Moya Neurólogo Infantil Hospital Luis Calvo Mackenna REUNION DE TRABAJO Nº 151 Sábado 10 de Enero de 2015 a las 9.30 hrs. “Actualización en el tratamiento de Apnea de Sueño y Epilepsia” Dr. Mauricio Bravo Hospital Militar “Epilepsia súper resistente. Tratamiento compasivo y de acompañamiento con cannabis. Presentación de un caso”. Dr. Marcelo Devilat, Dra. Carla Manterola, Dr. Juan Moya. Servicio de Neurología y Psiquiatría Hospital Luis Calvo Mackenna. REUNIÓN DE TRABAJO N°152 Asamblea General Ordinaria, Sábado 14 de Marzo 2015. Elección de Directorio. Conmemoración XVI años Sociedad de Epileptología de Chile. Crónica Noticias Poéticas 25.12.14 “En las noches de mis días maullando mendigo un trocito de luna. ¿Y qué he conseguido? (Clemencia Tariffa)* Clemencia Tariffa es una poeta, (como ella deseaba autonominarse, y no poetisa) nacida en 1959 en Codazzi, Colombia y que falleció en una clínica mental en Santa Marta en 2009. Clemencia estuvo internada los diez últimos años de su vida pues sufría una epilepsia, probablemente con crisis tónicoclónicas generalizadas, que fueron “llenando su rostro de cicatrices” y que posteriormente derivó en un serio compromiso neuro-psiquiátrico. Por su carácter rebelde y desapego familiar, no tuvo un tratamiento adecuado después que falleció su madre en 1999, lo que la llevó prematuramente a la muerte. A través del libro que comentamos, sabemos que su trabajo poético contiene dos volúmenes: “El ojo de la noche” (1987) y “Cuartel” (2007). En ellos podemos destacar entre muchas otras, la pieza titulada “Claridad” (pág. 93) en la que con maestría y delicadeza nos comunica un sentimiento de aislamiento y soledad, posiblemente derivado de las experiencias con su enfermedad, pero que no se niega a que su situación se puede revertir a través del amor: “Yo poseo la autoridad de veinte mariposas haciendo el amor, yo sueño con libertad aleteando desde mi cama, * Del libro “Difícil hablar con las sombras. Poesía reunida”. Ediciones Exilio. Bogotá. Zapatoca. Santa Marta. 2014. Ejemplar enviado por nuestro amigo y colega Dr. Jaime Carrizosa, colombiano. Con autorización Sr. Hernán Vargascarreño, editor. y también sé destilar veneno; claro que en usted es una lágrima en arena Yo, con hoja y lápiz le escribiré una carta con ilusiones y color, si aún puede ser. Yo quiero amarlo mucho en una mañana clara como ayer, Ven. Que estás acostumbrado a huir yo no quiero más soledad y temor a la vez”. Clemencia, doblemente premiada en su país, se fue haciendo dependiente de su madre, y ella misma nos relata (pág. 129) que:” mi madre me hace los vestidos….me cocina, me suministra las medicinas, me cuida. Desde hace muchos años nadie me da un trabajo porque yo no sé hacer trabajo alguno”. ¿Qué papel habrá desempeñado la epilepsia en esta dependencia y en este rechazo? Nos parece que debió haber sido relevante el estigma social que cayó sobre ella, lo que fue asociado a su propia inseguridad cuando dice:…”ni siquiera me he atrevido a tener un hijo, por que no sabría cómo criarlo”. A pesar de anterior, la poeta no se deja abatir y se refugia en su poesía cuando dice. “Como puedes ver, en mi caso, escribir poesía es salvarme, es vivir”. Y da prueba de ello en su bellísima y cantarina poesía Amistad (pág. 91): “Si nuestra amistad no fuese tan pura como el amor que hacemos clandestinamente, o tan clara como tus ojillos color castaño o tan firme como esta luna de marfil 47 Revista Chilena de Epilepsia que revolotea en mi país, de veras, no escribiría esta noche. Yo solo quiero tu amistad Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 persiste hasta nuestros. ¿Qué podemos hacer para demostrar que la epilepsia es una enfermedad como cualquier otra? La lectura de las poesías de Clemencia nos emocionan y nos sobrecogen por que expone sus sentimientos y deseos sin barreras, con autoridad y transparencia, pero a excepción de dos o afirmaciones indirectas sobre su enfermedad, en ninguna de sus poesías o comentarios aparece una mención directa sobre su epilepsia, designándola como tal. Así mismo, ninguno de sus comentaristas aluden a ello ni describen sus males con la palabra epilepsia. Lo anterior es llamativo y sugiere como una concertación, a pesar de las evidencias de vida de la poeta, de ignorar el vocablo, con lo cual solo se obtiene profundizar el estigma y el rechazo a las personas con epilepsia como misma confiesa que lo sufre. Grandes escritores y poetas tuvieron epilepsia y acompañan a Clemencia, entre ellos: Dostoievsky, Lord Byron, Edgar Allan Poe, Dickens y Flaubert. Este último como nuestra poeta se encerró en sí mismo y se replegó con todas sus energías en la escritura. En todos los citados como en Clemencia, la epilepsia marcó sus vidas y su repertorio creativo con la antigua estigmatización que lamentablemente Dr. Marcelo Devilat Barros Nuevos Socios Año 2014 El Año 2014 se incorporaron como nuevos socios: • Dra. Carolina Gallegos (Abril 2014) • Dra. Joanna Borax (Mayo 2014) • Dra. Carla Manterola (Junio 2014) Dra. Carla Manterola Secretaria General • Dr. Luis Espinoza (Julio 2014) • Dra. Karina Rosso (Agosto 2014) • Dr. Christian Cantillano (Octubre 2014) • Dra. Claudia Riffo (Noviembre 2014) 48 Dr. Cayetano Napolitano Presidente Crónica Jornadas Invernales de Epilepsia. Santiago, Chile, 05 y 06 de Junio de 2015. “Epilepsia desde una mirada moderna” VIERNES 05 JUNIO 2015 08:15‑08:30 Introducción. Dra. Ledia Troncoso. Módulo I: Epileptogénesis: desde la neurociencia a la clínica. 08:30‑09:00 Epigenética‑optogenética. Dr. Andrés Barrios. 09:00‑09:30 Nuevos síndromes epilépticos, nuevos genes, canalopatías. Dr. Alvaro Retamales. 09:30‑10:00 En la búsqueda etiológica: afecciones heredometabólicas y genéticas con epilepsia como síntoma marcador. Dr. Felipe Castro. 10:00‑10:30 Café Módulo II: Visión actualizada en el estudio de las epilepsias. 10:30‑11:00 Electrofisiología. Dr. Roberto Caraballo. 11:00‑11:30 Neuroimagenología. Dr. Salvador Camelio. 11:30‑12:00 Mesa redonda ‑ módulos 1‑11. Preside: Dr. Roberto Caraballo. Participan: Expositores de ambos módulos. 13:00‑14:00 Simposio almuerzo. Neuroestimulación: estimulador del Nervio Vago, estimulador de núcleo anterior talámico, hipotermia cerebral, perfusión de drogas localizadas, estimulación óptica Cortex cerebral. Dra. Loreto Ríos, Dr. Hernán Acevedo. 14:00‑15:30 Presentación de pósters. Dirigen: Dra. Maritza Carvajal, Dr. Enzo Rivera, Dra. Lilian Cuadra, Dra. Viviana Venegas. Módulo III: Manejo moderno de las epilepsias. 15:30‑16:00 Monoterapia en fármacos antiepilépticos de segunda generación. Dra. Daniela Triviño. 16:00‑16:30 Politerapia: fármacos antiepilépticos y uso racional. Dra. Daniela Aguilera. 16.30‑17:00 Fármacos antiepilépticos de tercera generación: Lacosamida, Rufinamida, Ezogabina, Retigabina, Perampanel. Dr. Roberto Caraballo. 17:00‑17:30 Cafe 17:30‑18:00 Terapia con inmunomoduladores. Dr. Reinaldo Uribe. 18:00‑18:30 Real utilidad de antiepilépticos vía parenteral (endov.) vs vía oral / Dieta cetogénica. Dr. Juan Moya. 18.30‑19.45 Una mirada moderna del manejo terapéutico del paciente con epilepsia y trastornos psiquiátricos. Dr. Jaime Godoy / Dr. Fernando Ivanovic-Zuvic. 49 Revista Chilena de Epilepsia SÁBADO 06 DE JUNIO 2015 Módulo III (continuación): Cirugía de la Epilepsia. 09:00‑09:30 Estimulación cerebral profunda. Dr. David Aguirre. Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 Módulo IV: Una mirada moderna desde la clínica. 11:00‑11:30 Convulsiones neonatales: diagnósticoy manejo actualizdo. Dra. Karla Henríquez. 09:30‑10:00 Gammaknife en epilepsia. Dr. Claudio Lühr. 11:30‑12:00 Esclerosis tuberosa: un modelo de epilepsia refractaria. Dra. María Francisca López. 10:00‑10:30 Cirugía no lesional. Dr. Christian Cantillano. 12:30‑13:00 Estado epiléptico súper‑refractario. Dr. Cayetano Napolitano. 10:30‑11:00 Mesa redonda. Preside: Dr. Arturo Zuleta. Participan: Dr. Manuel Campos, Dr. Claudio Lühr, Dr. Christian Cantillano, Dr. David Aguirre. 13:00‑13:15 Cierre. Comité organizador XV Jornadas Invernales de Epilepsia. 50 Crónica Declaración de Intereses SUBSECRETARÍA DE SALUD PÚBLICA DIVISIÓN DE PREVENCIÓN Y CONTROL DE ENFERMEDADES terés, que no necesariamente influiría en el experto, podría dar lugar a que otros cuestionasen la objetividad de éste. Las consideraciones de salud pública tienen una importancia primordial en todo el trabajo técnico del Ministerio de Salud. Es preciso que se adopten medidas para garantizar que se efectúe la mejor evaluación posible de los datos científicos, en una atmósfera independiente exenta de presiones directas o indirectas. Por lo tanto, para preservar la integridad técnica y la imparcialidad del trabajo del Ministerio de Salud, es necesario prevenir situaciones en las cuales el resultado de ese trabajo pudiera verse afectado por intereses financieros o de otra índole. 3. Existe un conflicto potencial de intereses toda vez que una persona razonable se pregunta si debe o no informar acerca de un interés. Por consiguiente, se pide a cada experto(a) que declare si es parte interesada en algo que, en lo referente a su participación en el trabajo que realiza en el Ministerio de Salud, podría dar lugar a un conflicto real, potencial o aparente de intereses entre (1) entidades comerciales y el participante personalmente o (2) entidades comerciales y la unidad administrativa para la cual trabaja el participante. Por “entidad comercial” se entiende cualquier empresa, asociación, organización u otra entidad, sea cual fuere su naturaleza, que tenga intereses comerciales. ¿Qué es un conflicto de intereses? Hay conflicto de intereses si: 1. El experto(a) o su pareja (“por pareja” se entiende un cónyuge u otra persona con la cual el experto mantiene una estrecha relación personal de naturaleza semejante), o la unidad administrativa para la cual trabaja el experto, tienen un interés financiero o de otra índole que podría afectar indebidamente a la posición del experto, en lo concerniente al asunto que se está considerando. 2. Hay conflicto aparente de intereses cuando un in- Se puede prever diferentes tipos de intereses financieros o de otra índole, bien sea personal o relacionado con la unidad administrativa para la cual trabaja el experto, y la siguiente lista, que no es exhaustiva, puede servir de orientación. Por ejemplo, deben declararse los siguientes tipos de situaciones: a. toda participación patrimonial vigente en una sustancia, una tecnología o un proceso (por ejemplo la propiedad de una patente), que se examinarán en la reunión o en el trabajo o que están relacionados de otra manera con el tema correspondiente; b. todo interés financiero vigente, por ejemplo la posesión de valores bursátiles tales como acciones u otros títulos de una entidad comercial que sea parte interesada en el asunto por examinar en la reunión o el trabajo (Ej.: Industria Farmacéutica); c. todo empleo, consultoría, cargo de dirección u otra posición, remunerados o no, en el curso de los 4 años precedentes en cualquier entidad comercial que sea parte interesada en el tema de la reunión/ trabajo, o una negociación en curso sobre un posible empleo u otra asociación con una entidad comercial semejante; d. todo trabajo o investigación remunerados realizados en el curso de los 4 últimos años por encargo de una entidad comercial que sea parte interesada en el tema de tas reuniones o del trabajo; e. todo pago u otra forma de apoyo recibidos en el curso de tos 4 últimos años, o cualquier expectativa 51 Revista Chilena de Epilepsia de apoyo futuro de una entidad comercial que sea parte interesada en el tema de tas reuniones o del trabajo, aunque no beneficie al experto personalmente sino a su puesto o a la Unidad Administrativa para la cual trabaja el experto, por ejemplo una subvención, una beca u otro tipo de pago, por ejemplo para financiar un puesto o una consultoría, En relación con lo anterior, se debe declarar igualmente si uno es parte interesada en una sustancia, una tecnología o un proceso competidores, o en algún trabajo realizado para, en asociación con o con apoyo de una entidad comercial que tenga un interés competidor directo. Cómo se rellena esta declaración: Debe declarar cualquier interés financiero o de otra índole que pudiera dar lugar a situaciones de conflicto real, potencial o aparente de intereses: 1) En relación con usted mismo o su pareja, así como 2) en relación con la unidad administrativa para la cual trabaja usted. Debe revelar solamente el nombre de la entidad comercial y la naturaleza del interés; no es necesario especificar ninguna cantidad (aunque usted lo puede hacer si considera que esa información es pertinente para evaluar el interés). En lo concerniente a los puntos 1 y 2 de la lista precedente, el interés sólo se debe declarar si es vigente. Con respecto a los puntos 3, 4 y 5, se debe declarar cualquier interés existente en el curso de los 4 últimos años. Si el interés ya no es vigente, sírvase declarar el año en que dejó de serlo. Declaración: ¿Tiene usted o tiene su pareja un interés financiero o de otra índole en el tema de la reunión o en el trabajo en el cual usted participará, y puede considerarse que ello dará lugar a un conflicto real, potencial o aparente de intereses? Sí: No: En caso afirmativo, sírvase especificar. _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ 52 Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ Por favor responda las siguientes preguntas, en relación a los últimos 24 meses: ¿Ha recibido usted honorarios por dictar conferencias? Sí: No: En caso afirmativo, sírvase especificar. _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ ¿Ha recibido apoyos económicos e invitaciones para asistir a congresos y otras actividades científicas? Sí: No: En caso afirmativo, sírvase especificar. _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ ¿Ha recibido fondos para realizar investigaciones? Sí: No: En caso afirmativo, sírvase especificar. _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ ¿Ha recibido honorarios por consultorías? Sí: No: En caso afirmativo, sírvase especificar. _________________________________________ _________________________________________ Declaración de Intereses _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ ¿Hay algo más que podría afectar a su objetividad o independencia o en el trabajo que Ud. Realiza en el Ministerio de Salud, o la impresión que otros podrían tener de la objetividad e independencia de usted? _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ _________________________________________ Por la presente, declaro que la información revelada es correcta y que no tengo conocimiento de ninguna otra situación de conflicto real, potencial o aparente de intereses. Me comprometo a notificar cualquier cambio al respecto, o incluso si se plantea una cues- Crónica tión pertinente durante el curso mismo del trabajo que realizó en el Ministerio de Salud. Nombre: _________________________________________ _________________________________________ Especialidad: _________________________________________ _________________________________________ Institución: _________________________________________ _________________________________________ Firma: _________________________________________ Fecha: _________________________________________ FE DE ERRATAS: La Comorbilidad Psiquiátrica en Epilepsia fue presentada en las Jornadas Invernales del año 2004 por la Dra. Inés Lackington y publicada en Revista Chilena de Epilepsia. 53 Revista Chilena de Epilepsia Crónica Año 14, Nº 3, Diciembre 2014 Sugerencias para las contribuciones a los autores Las contribuciones podrán tener la forma de trabajos originales de investigación clínica o experimental, de medicina social y salud pública relacionadas con las epilepsias, revisiones de temas, casos clínicos, crónica y cartas al editor. Las colaboraciones deberán ser enviadas a la secretaría de la Sociedad de Epileptología de Chile y revisadas por el Comité Editorial. Los artículos se entregarán mecanografiados en papel tamaño carta con doble espacio, con un máximo de 26 líneas por página, con un margen de 2.5 cm en todos sus bordes, escritos con letra Arial nivel 12. La extensión máxima para los artículos originales y de revisión será de 16 páginas, de 8 para los casos clínicos y de 3 para los artículos de crónica y cartas al editor. Se incluirá un original con dos fotocopias y un archivo en CD utilizando programa Word para PC. Se aceptarán figuras (dibujos y gráficos) enviados en forma de copia fotográfica en papel satinado blanco y negro de 10 x 15 cm. La lectura de las figuras se hará en hoja separada. En el dorso de cada figura se marcará el número que la identifica y una flecha con su orientación con lápiz de carbón. En el texto se indicará dónde debe ser intercalada. Las tablas (cuadros o tablas) se enviarán mecanografiados y numerados según orden de aparición en el texto, en el cual se señalará su ubicación. Se aceptará un máximo de 5 elementos (figuras o tablas) por artículo. El título deberá ser claro y conciso. Se incluirá el nombre de los autores con el primer apellido, el título profesional de cada uno de ellos y el lugar donde se realizó el trabajo. Las referencias bibliográficas deben limitarse a un máximo de 15. Se sugiere referir y citar bibliografía latinoamericana y chilena y al terminar mencionar el e-mail del autor principal. Clasificación de las contribuciones: 1. Trabajo original. Realizado según el siguiente esquema: a) Introducción, donde se plantea la situación general del problema; b) Objetivos, donde se plan- 54 tean los antecedentes y los problemas que se quiere resolver; c) Material o Pacientes y Métodos, en el que se hacen explícitas las características del universo y cómo se instrumentalizó; d) Resultados, donde se expone la situación obtenida; e)Discusión, en la que se comentan los resultados con relación a los problemas planteados o a la información proporcionada por otros autores; f) Resumen de 200 palabras en español e inglés. 2. Trabajos de revisión. Se trata de una revisión bibliográfica acerca de un tema específico, presentado según las instrucciones de longitud y referencias bibliográficas ya señaladas. 3. Casos clínicos. Presentación de casos de interés práctico, según el esquema de trabajo original. 4. Actualidades. Revisión de capítulos de interés especial, realizadas por profesionales que tengan experiencia en el tema y contribuyan a clarificar conceptos. 5. Crónica. Espacio destinado a noticias de interés en el campo de la clínica, neurofisiología, imágenes, Salud Pública o administración. Presentación según instrucciones detalladas más arriba. 6. Cartas al editor, cuyo objetivo es ser una tribuna abierta de la Revista a sus lectores. 7. Enviar resumen en español e inglés. 8. Debe consignar fecha de envío del trabajo ya que será recibida y enviada a dos revisores expertos anónimos, para revisión aprobación y/o rechazo o modificación. 9. Se debe declarar conflictos de intereses de los autores. Presentación de las referencias bibliográficas Deben enumerarse en el texto en forma consecutiva, en el mismo orden en que aparecen citadas por primera vez, y acompañarse la lista total de ellas. En caso de haber más de 5 autores, se colocará la palabra “et al” para incluir los restantes. Cada referencia de revista debe anotarse en el orden siguiente: Apellido paterno del autor con la primera inicial del nombre, título del trabajo, revista en que aparece el artículo según “Index Medicus”, año, volumen, página inicial y final del texto. Las referencias de libros se anotarán así: título del libro, ciudad en que fue publicado, editorial, año. Se usarán comas para separar a los autores entre si. Ejemplos: Pérez J, Santos G. Serotonina humana. Rev Med Chile 1967;45:12-14.
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