13 Capítulo Transformaciones del siglo XX Ana Roque de Duprey: precursora del feminismo en Puerto Rico Pocas veces la mujer se destaca en la historia escrita antes del siglo XX, y no por falta de contribuciones, sino porque tradicionalmente la Historia ha sido escrita por los hombres y para los hombres. Las oportunidades para trascender han sido reservadas para ellos, como el acceso a puestos de poder y el derecho de recibir educación. La mayoría de las excepciones a la regla han sido mujeres herederas de puestos importantes, como Cleopatra o Isabel de Castilla, y otras que recurrieron a actos imposibles de ignorar, como Juana de Arco. © Ediciones SM En Puerto Rico, la Historia ha seguido igual trayectoria: las mujeres, como grupo social, han sido invisibles. Sin embargo, las circunstancias históricas del siglo XIX y de comienzos del XX hicieron que la mujer empezara a reclamar su lugar en la sociedad y a cuestionar su posición desaventajada. Comienzan a despuntar mujeres como Luisa Capetillo, Carlota Matienzo, Isabel Andreu, María Luisa Arcelay y Ana Roque de Duprey. Estas lograron una de las reformas sociales más importantes en el Puerto Rico del siglo XX: ejercer el derecho al voto. La protagonista de muchos de los esfuerzos por la igualdad con el varón fue Ana Roque de Duprey (Aguadilla, 1853 - Río Piedras, 1933). Se destacó respecto al voto, la educación y la participación de la mujer en todos los ámbitos de la vida pública. El vehículo que utilizó para educar a las mujeres y transmitirles sus ideas fue el periodismo. Por lo general, las publicaciones se leían en reuniones sociales y en centros de trabajo, por el alto analfabetismo que aún existía entre las mujeres de la época. Con la fundación de la revista La mujer, en 1894, Roque de Duprey se convirtió en la precursora del periodismo femenino en Puerto Rico. Posteriormente, fundó La Evolución (1902), Pluma de Mujer (1915), La Mujer del Siglo XX (1917) y Álbum Puertorriqueño (1918). Tanto el contenido de estas publicaciones como la parte técnica estaban a cargo de mujeres. Además de luchar por el voto femenino, las sufragistas abogaron para que las mujeres pudieran ser electas a cargos públicos. Sin embargo, fueron muy cuidadosas al plantearlo: recalcaban que la Sede del sufragio femenino en Cleveland, Ohio, en 1912. Las luchas feministas y sufragistas que se desarrollaban en Estados Unidos ejercieron gran influencia en las luchas de las puertorriqueñas. 13 Capítulo Transformaciones del siglo XX participación de la mujer en los asuntos públicos no afectaba sus roles de madre, esposa y ama de casa. Por otro lado, ciertas peticiones del sector feminista, liderado por Ana Roque de Duprey, solo aludían a las mujeres profesionales y de la burguesía, que eran las que sabían leer y escribir. Es decir, su principal interés era aumentar la participación de las mujeres de esas clases sociales. Irónicamente Roque de Duprey no llegó a participar en ninguna elección. Una de las primeras acciones que llevó a cabo la Liga Femínea fue la redacción de una carta que peticionaba el derecho al voto femenino a los recientemente creados cuerpos legislativos: el Senado y la Cámara de Representantes. A continuación, un fragmento de la carta: Honorables Senadores y Representantes: Motivo de hondo regocijo para esta tierra es la constitución de esa Asamblea Legislativa, cuyos miembros, por vez primera en ambos cuerpos colegisladores, son genuina representación del pueblo puertorriqueño. © Ediciones SM Esa asamblea así constituida es prueba evidente de que la aurora de la libertad política ha empezado a lucir para una parte del pueblo de Puerto Rico, siendo a vosotros, padres, hijos, esposos y hermanos nuestros, legisladores de hoy, a quienes toca hacer que esa aurora luzca por igual para todo nuestro pueblo, legislando en el sentido de dar a vuestras coterráneas los derechos políticos de que hasta la fecha no han disfrutado. La entidad política “pueblo de Puerto Rico” es un conglomerado de hombres y mujeres, pero existe la anomalía de que solo los primeros tienen derecho a intervenir en los asuntos de la patria, estando nosotras, las mujeres, aún sometidas a tutela, de la que protestamos con la altivez propia de todo ser consciente de sus propios derechos y deberes. ¿Qué razones pueden aducirse para tamaña injusticia? […] Contamos hoy con abogadas, médicas, farmacéuticas, profesoras, contables, artistas, escritoras, oradoras, y todos los años se gradúan en nuestras escuelas señoritas que disputan a los jóvenes, en buena y noble lid, los más altos honores de la escuela. No existe, pues, razón justa para seguir sosteniendo la inferioridad política de la mujer, […] y por ello acudimos en nombre de Dios y la justicia, a vosotros, para que legisléis en el sentido de conceder a la mujer que sepa leer y escribir la prerrogativa del sufragio, a partir de las próximas elecciones que se celebren en Puerto Rico. […] Dios os guarde muchos años e ilumine vuestras mentes con el más elevado espíritu de equidad y justicia. San Juan, Puerto Rico, 21 de agosto, 1917 na Roque de Duprey A Presidenta de la Liga Femínea de San Juan ngela Negrón Muñoz de Vivas Á Presidenta de la Liga Femínea de Ponce arlota Matienzo C Presidenta de la Liga Femínea de Río Piedras
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