Embarazo Celia del Barrio Fisioterapeuta. Gabinete de Fisioterapia Myos. www.fisioterapia-myos.com COMBATE LA DIÁSTASIS TRAS EL PARTO La diástasis es la separación de los músculos abdominales ocasionando un desplazamiento de los órganos internos que provoca diferentes incomodidades. Todas la embarazadas tienen diástais durante la gestación, pero es importante que no se mantenga después del embarazo. R ecuperar la forma del abdomen tras el parto es una tarea, en ocasiones, difícil y lenta. No son pocas las mujeres que, pasados muchos meses del alumbramiento, aún notan que tienen “tripita de embarazada” y que, al elevar el tronco para incorporarse de la cama o del sofá, e incluso al toser o en el esfuerzo de ir al baño, aprecian que sale un “bulto” de su abdomen que antes no estaba. ¿QUÉ ES LA DIÁSTASIS? Los cuatro grandes grupos de músculos abdominales se unen en la parte anterior del tronco, a nivel de la línea media del cuerpo, a través de una aponeurosis o membrana densa de tejido conjuntivo llamada línea alba, que se extiende desde el final del esternón hasta el pubis. La diástasis consiste en la separación de los músculos rectos del abdomen por una distensión de la línea alba, que ha tenido que estirarse junto con los abdominales durante los nueve meses de embarazo. La mayor separación se suele apreciar por encima del ombligo, y en ocasiones también por debajo de éste. De manera que, en gestos de la vida diaria en los que aumenta la presión intraabdominal (toser, incorporarse, defecar...) las vísceras empujan la pared del abdomen hacia fuera y en el punto en el que esta es más delgada y ofrece menor resistencia, como es la zona de la diástasis, se hacen visibles como un abultamiento. ¿CÓMO SON NUESTROS ABDOMINALES? Para que entendáis mejor cómo se debe fortalecer la musculatura del abdomen favoreciendo el cierre de la diástasis, y qué ejercicios y gestos hay que evitar en el postparto, es necesario conocer cómo son nuestros abdominales. Los músculos abdominales se disponen en cuatro capas: El recto anterior, que va desde la parte inferior del tórax hasta el púbis. Es el más conocido y el que más se suele trabajar con los ejercicios abdominales clásicos, pero el último que debemos fortalecer en el postparto. Después va el oblicuo externo, cuyas fibras van a ambos lados de la pared abdominal, desde las costillas en dirección oblicua hasta la línea alba y el pubis. 18 MP La siguiente capa la forma el oblicuo interno, cuyas fibras van en diagonal hacia dentro del abdomen y hacia arriba, a ambos lados. La capa más profunda está formada por el transverso del abdomen, cuyas fibras se disponen en sentido horizontal, de manera que al contraerse afinan la cintura y estabilizan las vísceras y el tronco. Es la auténtica faja abdominal natural que tenemos. ¿CÓMO SABER SI TENGO UNA DIÁSTASIS? Pasa saber si tienes o no una diástasis de rectos, solo hay que hacer una sencilla prueba. Túmbate boca arriba y levanta la cabeza separándola del suelo como si te fueras a levantar haciendo un abdominal, en esa posición observa si sale el “bulto” en el abdomen del que hemos hablado anteriormente. Después, toca esa zona con tus dedos, notarás una parte dura que son tus músculos rectos del abdomen contrayéndose y, si tienes cierto grado de diástasis, más o menos por encima del ombligo percibirás una zona blanda donde la punta de tus dedos puede entrar sin problemas. En ese punto ya habría una separación de los rectos del abdomen. Se considera que existe una verdadera diástasis, diagnosticándose como tal, si la separación es de al menos 2,5 centímetros, lo que equivale aproximadamente a dos dedos. ¿QUÉ CONSECUENCIAS PUEDE TENER EN EL ORGANISMO? A nivel médico, generalmente se considera que la diástasis abdominal es un problema principalmente estético para la mujer, ya que no produce dolor ni otras complicaciones graves. Pero, a nivel funcional, sí que puede tener consecuencias a medio y largo plazo como dolores de espalda. La musculatura abdominal tiene un papel de “faja” que contiene y sustenta las vísceras abdominales y pélvicas, junto con la musculatura del suelo de la pelvis. Cuando esta musculatura tiene poco tono (estado de tensión o de contracción en reposo necesario para mantener la postura corporal) y está distendida o estirada, las vísceras tenderán a moverse de su sitio durante los esfuerzos y con el tiempo, puede verse alterada en cierto modo su función, dando lugar a problemas gastrointestinales como el estreñimiento y problemas de continencia (urinaria, fecal y de gases). Además, ese estado de tensión continua de la musculatura abdominal, es necesario para dar estabilidad a nuestro tronco, incluida la columna vertebral y la pelvis, para mover después los brazos y las piernas al caminar y en todas las actividades de la vida diaria, de manera eficiente y sin dañar nuestra espalda. ¿ES POSIBLE CORREGIR LA DIÁSTASIS? Sí, es posible; si bien es cierto que en algunos casos no se cerrará del todo, puede reducirse y mucho. ¿Cómo?, con ejercicios controlados. Como último recurso se puede recurrir a la cirugía para cerrar mediante sutura la diástasis o colocar una malla quirúrgica con el mismo fin. Primero hay que tener en cuenta que, durante unos meses tras el parto, que el abdomen esté aún prominente es normal. Las vísceras durante el embarazo han cambiado de posición, el útero aún tiene que disminuir de tamaño y todo tiene que volver a su sitio. Además, lo habitual es que se ganen unos cuantos kilos que se irán perdiendo poco a poco. EJERCICIOS ABDOMINALES PARA MEJORAR LA DIÁSTASIS El programa de ejercicios específicos para tonificar el abdomen comenzará pasados de dos a tres meses después del parto, en este tiempo se pueden hacer los ejercicios de Kegel aprendidos durante el embarazo, que ayudarán a estimular el suelo pélvico y que, indirectamente, también producen una contracción del músculo transverso del abdomen, que es el músculo más profundo de la faja abdominal. Dado que los ejercicios son complicados, al principio, hasta que los dominéis y desarrolléis una buena conciencia corporal, es recomendable que los enseñe y estén supervisados por un fisioterapeuta. Después se pueden y deben hacer en casa. Primero se intentará tonificar el músculo transverso del abdomen junto con la musculatura del suelo pélvico. Puedes Dos o tres meses después del parto ya puedes empezar a hacer los ejercicios de Kegel MP 19 Embarazo Celia del Barrio Fisioterapeuta. Gabinete de Fisioterapia Myos. www.fisioterapia-myos.com COMBATE LA DIÁSTASIS TRAS EL PARTO La diástasis es la separación de los músculos abdominales ocasionando un desplazamiento de los órganos internos que provoca diferentes incomodidades. Todas la embarazadas tienen diástais durante la gestación, pero es importante que no se mantenga después del embarazo. R ecuperar la forma del abdomen tras el parto es una tarea, en ocasiones, difícil y lenta. No son pocas las mujeres que, pasados muchos meses del alumbramiento, aún notan que tienen “tripita de embarazada” y que, al elevar el tronco para incorporarse de la cama o del sofá, e incluso al toser o en el esfuerzo de ir al baño, aprecian que sale un “bulto” de su abdomen que antes no estaba. ¿QUÉ ES LA DIÁSTASIS? Los cuatro grandes grupos de músculos abdominales se unen en la parte anterior del tronco, a nivel de la línea media del cuerpo, a través de una aponeurosis o membrana densa de tejido conjuntivo llamada línea alba, que se extiende desde el final del esternón hasta el pubis. La diástasis consiste en la separación de los músculos rectos del abdomen por una distensión de la línea alba, que ha tenido que estirarse junto con los abdominales durante los nueve meses de embarazo. La mayor separación se suele apreciar por encima del ombligo, y en ocasiones también por debajo de éste. De manera que, en gestos de la vida diaria en los que aumenta la presión intraabdominal (toser, incorporarse, defecar...) las vísceras empujan la pared del abdomen hacia fuera y en el punto en el que esta es más delgada y ofrece menor resistencia, como es la zona de la diástasis, se hacen visibles como un abultamiento. ¿CÓMO SON NUESTROS ABDOMINALES? Para que entendáis mejor cómo se debe fortalecer la musculatura del abdomen favoreciendo el cierre de la diástasis, y qué ejercicios y gestos hay que evitar en el postparto, es necesario conocer cómo son nuestros abdominales. Los músculos abdominales se disponen en cuatro capas: El recto anterior, que va desde la parte inferior del tórax hasta el púbis. Es el más conocido y el que más se suele trabajar con los ejercicios abdominales clásicos, pero el último que debemos fortalecer en el postparto. Después va el oblicuo externo, cuyas fibras van a ambos lados de la pared abdominal, desde las costillas en dirección oblicua hasta la línea alba y el pubis. 18 MP La siguiente capa la forma el oblicuo interno, cuyas fibras van en diagonal hacia dentro del abdomen y hacia arriba, a ambos lados. La capa más profunda está formada por el transverso del abdomen, cuyas fibras se disponen en sentido horizontal, de manera que al contraerse afinan la cintura y estabilizan las vísceras y el tronco. Es la auténtica faja abdominal natural que tenemos. ¿CÓMO SABER SI TENGO UNA DIÁSTASIS? Pasa saber si tienes o no una diástasis de rectos, solo hay que hacer una sencilla prueba. Túmbate boca arriba y levanta la cabeza separándola del suelo como si te fueras a levantar haciendo un abdominal, en esa posición observa si sale el “bulto” en el abdomen del que hemos hablado anteriormente. Después, toca esa zona con tus dedos, notarás una parte dura que son tus músculos rectos del abdomen contrayéndose y, si tienes cierto grado de diástasis, más o menos por encima del ombligo percibirás una zona blanda donde la punta de tus dedos puede entrar sin problemas. En ese punto ya habría una separación de los rectos del abdomen. Se considera que existe una verdadera diástasis, diagnosticándose como tal, si la separación es de al menos 2,5 centímetros, lo que equivale aproximadamente a dos dedos. ¿QUÉ CONSECUENCIAS PUEDE TENER EN EL ORGANISMO? A nivel médico, generalmente se considera que la diástasis abdominal es un problema principalmente estético para la mujer, ya que no produce dolor ni otras complicaciones graves. Pero, a nivel funcional, sí que puede tener consecuencias a medio y largo plazo como dolores de espalda. La musculatura abdominal tiene un papel de “faja” que contiene y sustenta las vísceras abdominales y pélvicas, junto con la musculatura del suelo de la pelvis. Cuando esta musculatura tiene poco tono (estado de tensión o de contracción en reposo necesario para mantener la postura corporal) y está distendida o estirada, las vísceras tenderán a moverse de su sitio durante los esfuerzos y con el tiempo, puede verse alterada en cierto modo su función, dando lugar a problemas gastrointestinales como el estreñimiento y problemas de continencia (urinaria, fecal y de gases). Además, ese estado de tensión continua de la musculatura abdominal, es necesario para dar estabilidad a nuestro tronco, incluida la columna vertebral y la pelvis, para mover después los brazos y las piernas al caminar y en todas las actividades de la vida diaria, de manera eficiente y sin dañar nuestra espalda. ¿ES POSIBLE CORREGIR LA DIÁSTASIS? Sí, es posible; si bien es cierto que en algunos casos no se cerrará del todo, puede reducirse y mucho. ¿Cómo?, con ejercicios controlados. Como último recurso se puede recurrir a la cirugía para cerrar mediante sutura la diástasis o colocar una malla quirúrgica con el mismo fin. Primero hay que tener en cuenta que, durante unos meses tras el parto, que el abdomen esté aún prominente es normal. Las vísceras durante el embarazo han cambiado de posición, el útero aún tiene que disminuir de tamaño y todo tiene que volver a su sitio. Además, lo habitual es que se ganen unos cuantos kilos que se irán perdiendo poco a poco. EJERCICIOS ABDOMINALES PARA MEJORAR LA DIÁSTASIS El programa de ejercicios específicos para tonificar el abdomen comenzará pasados de dos a tres meses después del parto, en este tiempo se pueden hacer los ejercicios de Kegel aprendidos durante el embarazo, que ayudarán a estimular el suelo pélvico y que, indirectamente, también producen una contracción del músculo transverso del abdomen, que es el músculo más profundo de la faja abdominal. Dado que los ejercicios son complicados, al principio, hasta que los dominéis y desarrolléis una buena conciencia corporal, es recomendable que los enseñe y estén supervisados por un fisioterapeuta. Después se pueden y deben hacer en casa. Primero se intentará tonificar el músculo transverso del abdomen junto con la musculatura del suelo pélvico. Puedes Dos o tres meses después del parto ya puedes empezar a hacer los ejercicios de Kegel MP 19 Embarazo En los abdonimales hipopresivos se lleva el diafrgama hacia arriba mediante la respiración. notar cómo estos dos grupos musculares ¿FAJA SÍ O FAJA NO? Esta es una de las dudas de las mujeres en el postparto. Encontraréis opiniones diferentes sobre este tema, ya que no existe aún un consenso al respecto. Las fajas postparto que recubren la cintura y el abdomen bajo, se recomiendan en ocasiones para disminuir la sensación de “vacío” abdominal tras el parto y ayudar a sujetar las vísceras abdominales (labor que debe hacer la musculatura abdominal, de lo contrario se volverá “vaga”). Es cierto que ayudan a aproximar los músculos rectos del abdomen, conteniendo la diástasis, pero, por contra, la faja tiende a aumentar la presión intraabdominal, empujando las vísceras hacia los dos únicos sitios que pueden ir, hacia arriba elevando el difragma y hacia abajo descendiendo el suelo pélvico. Este empuje sobre un suelo pélvico hipotónico y débil, como suele encontrarse en el postparto, parece lógico pensar que no será nada bueno para él, ya que favorecerá los prolapsos y empeorará su distensión. 20 MP se contraen a la vez sentándose en una silla con la espalda recta contrayendo el suelo pélvico (ejercicios de Kegel). Ahora la contracción no debe ser fuerte y rápida, sino suave y mantenida. La sensación debería ser de puesta en tensión del suelo pélvico a la vez que notas que el tronco se estira hacia el techo y el abdomen se mete suavemente hacia dentro. Otros de los ejercicios recomendados en el postparto para tonificar esta musculatura y mejorar la diástasis son los ejercicios abdominales hipopresivos. Se trata de ejercicios en diferentes posturas acompañados de la respiración durante los cuales, a groso modo, llevamos el diafragma hacia arriba produciendo una especie de “aspiración diafragmática” después de haber expulsado todo el aire, reduciendo de esta manera la presión intraabdominal. De manera refleja, en este momento se desencadena una activación de la musculatura abdominal y del suelo pélvico, mejorando su tono. El hecho de reducir la presión intraabdominal favorece la tonificación de la musculatura abdominal sin dañar en modo alguno el periné. Después de dominar estas dos técnicas, puede ser beneficioso realizar ejercicios Los ejercicios de pilates resultan útiles en la segunda fase de recuperación derivados de disciplinas como el pilates, en el que se realizan ejercicios que implican a todo el cuerpo manteniendo siempre la activación previa del suelo pélvico y el transverso del abdomen. La clave para que estos ejercicios ayuden a mejorar, e incluso cerrar, la diástasis está primero en hacerlos correctamente con ayuda del fisioterapeuta y después, por supuesto, en hacerlos con constancia. Siguiendo estas pautas en unos seis meses se pueden conseguir buenísimos resultados. Se deberá evitar durante este tiempo, hasta que se haya recuperado el adecuado tono muscular, realizar los abdominales clásicos en los que no hay un control previo del suelo pélvico ni del transverso abdominal, disparándose de este modo la presión intraabdominal que empujará las vísceras hacia abajo y hacia fuera. En el día a día es conveniente acostumbrarse a levantarse de la cama o sofá poniéndose primero de lado y, sacando los pies por fuera, incorporarse con la ayuda de los brazos para evitar aumentar la presión abdominal. ■
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