Política - Prisma Bolivia

29 de mayo de 2015
Nº 201
Política
CONTENIDO
1. C r isis en el mar por Nicholas D. K r istof
2. E l pr esupuesto militar indefendible de R usia por Ser gei G ur iev
3. L as cor por aciones y su secr eta toma del contr ol por J oseph E . Stiglitz
4. Una viajer a muy sospechosa por V anessa B ar bar a
5. A r queología del populismo POR E NR I QUE K R A UZE
6. Unos objetivos de desar r ollo idóneos por B jør n L ombor g
7. Un tir o en plena misa por J oaquín V illalobos
8. Palmir a y el imaginar io occidental por J avier A r ce
9. L a gr an confusión por W alter L aqueur
10. L a auster idad es el único obstáculo por Y anis V ar oufakis
11. B olivian disconnection por M ir ko L auer
12. E l extr activismo se tambalea por R aúl Zibechi
1
3
5
7
8
10
12
13
15
16
18
19
1. CRISIS EN EL MAR POR NICHOLAS D. KRISTOF
Una de las regiones más hermosas del mundo, los mares del sureste asiático —hogar de
brillantes playas blancas y villas en la playa por 7.000 dólares la noche— se está convirtiendo
en escenario de una atrocidad masiva.
Miles de refugiados de la perseguida minoría rohingya en Myanmar, huyendo de campos de
concentración modernos en su país natal, han huido al mar en botes, y muchos se han
ahogado. Temiendo una represión, los traficantes han abandonado algunos de esos botes en el
mar, al tiempo que los países vecinos los empujan de vuelta al mar cuando intentan llegar a
tierra.
“El mar de Andamán está por convertirse en una masiva tumba flotante, y se debe al fracaso
de gobiernos para hacer lo que es necesario”, dice Tom Andrews, exintegrante del Congreso
que preside Unidos para Acabar con el Genocidio. “No solo no hay una operación de
búsqueda y rescate en marcha sino que los gobiernos están remolcando a estas personas fuera
de sus costas para devolverlos al mar abierto, lo cual equivale a asesinato masivo”.
Un abominable capítulo de la II Guerra Mundial se produjo cuando el SS St. Louis zarpó de
Alemania en 1939 lleno de refugiados judíos que huían de los nazis. Cuba y EE.UU. les
Pagina 2 de 20
prohibieron desembarcar y —después de pasar tan cerca de Miami que los pasajeros podían
ver las luces en la costa— el barco regresó a Europa, donde muchos murieron en el
Holocausto.
Ahora, a los refugiados que huyen de campos de concentración se les vuelve a negar la
recalada. “Estamos hablando sobre una flotilla de St. Louis, y habrá gente que morirá”, me
dijo Andrews.
Los rohingyas son una minoría musulmana denigrada por la mayoritaria población budista en
Myanmar. El gobierno ha confinado a 150.000 de ellos, aproximadamente, a campos de
concentración del siglo XXI. Los visité el año pasado y escribí sobre niños muriendo de
hambre y reos en que morían por falta de atención médica.
Este miércoles surgieron informes sin confirmación de 20 tiendas de rohingyas que estaban
siendo quemadas en Maundau, en el oeste de Myanmar, cerca de la frontera con Bangladesh.
Naciones Unidas informa que más de 130.000 rohingyas han huido por mar desde 2012.
Muchos caen presa de traficantes humanos que los torturan, violan y matan de hambre en
campos tailandeses hasta que sus parientes pagan un rescate. El hallazgo este mes de una
tumba masiva avergonzó a las autoridad tailandesas al grado que aplicaron una represión a
traficantes humanos, dirigiendo a las tripulaciones para que abandonaran las naves, con su
carga humana a la deriva en el mar.
Chris Lewa, del Proyecto Arakan, grupo por los derechos humanos, dijo que ha estado en
contacto por celular con dos barcos llenos de refugiados y sospecha que hay más de ellos lejos
de tierra y, por tanto, fuera de la cobertura celular. Uno va a la deriva sin motores o comida
suficiente y ella, como ciudadana privada, ha estado intentando organizar un esfuerzo de
búsqueda y rescate para salvar a los pasajeros, hasta ahora sin éxito.
¡Vamos! Si un presunto terrorista estuviera a bordo, dependencias de inteligencia usarían ese
número de celular para localizar el bote. Pero 350 desesperados refugiados a la deriva en el
mar, ¿y nos vamos a encoger de hombros y dejar que se ahoguen?
Es probable que a los gobiernos no les interese rescatar refugiados por temor a tener que
acogerlos después. Tailandia ha tenido desde hace mucho tiempo una política de mandar los
barcos de refugiados por donde iban, en tanto que Indonesia devolvió dos barcos al mar, los
cuales transportaban cientos de rohingyas. En cuanto a Malasia, “no permitiremos la entrada
de un solo barco extranjero”, dijo un almirante.
Europa también tiene una crisis de refugiados, pero al menos algunos países europeos están
montando operaciones de búsqueda y rescate para intentar salvar vidas. Los gobiernos del
sureste asiático están haciendo lo opuesto.
Como una primera medida, el presidente Obama debería hacer un llamado a los gobernantes
de Tailandia, Malasia e Indonesia, exhortándolos a rescatar y darle refugio a la gente. Estados
Unidos también puede usar activos militares y los servicios de inteligencia para localizar
barcos de refugiados a la deriva y ayudar con su búsqueda y rescate.
Aunado a lo anterior, Obama debe dejar en claro que Myanmar no puede tener una relación
normal con Estados Unidos mientras participe en crímenes en contra de la humanidad. Apenas
este mes, la Administración le dio la bienvenida en la Casa Blanca a un prominente oficial del
gobierno de Myanmar, Thuira Shwe Mann, quien se ha aliado con posiciones extremistas y
contrarias a los rohingyas.
Pagina 3 de 20
Eso es una cobardía, pero lo que resulta peor es la forma en que funcionarios estadounidenses
y asiáticos por igual parecen decididos a desviar sus ojos de atrocidades en una de las regiones
más hermosas del mundo.
“La gente está muriendo en el mar”, dijo Matthew Smith de Fortify Rights, grupo por los
derechos humanos que ha desempeñado una excelente labor supervisando a los rohingyas.
“Sabemos eso, justo ahora. Y podría empeorar considerablemente en las próximas semanas”.
Fuente: El Espectador, 17.5.15 por Nichols D. Kristof columnista de The New York Times.
2. EL PRESUPUESTO MILITAR INDEFENDIBLE DE RUSIA POR SERGEI GURIEV
El 9 de mayo, Rusia llevó a cabo su mayor desfile militar desde la era soviética. En la
tradición de esa era, la Plaza Roja estaba colmada con el último equipamiento del ejército,
incluido el nuevo tanque T-14 “Armata”. Y, también en la tradición de esa era, la gente común
no perdió tiempo para hacer bromas cuando el tanque se quedó parado durante el ensayo del
desfile: “El Armata verdaderamente tiene un poder destructivo sin precedentes; un batallón
puede destruir todo el presupuesto ruso”.
La broma, aunque exagerada (cada tanque cuesta unos 8 millones de dólares), resaltó otro
retroceso a la vida soviética: un gasto excesivo en el ejército. Hoy no cabe ninguna duda de
que el gasto militar del Kremlin está amenazando la posición fiscal de Rusia, que ya se vio
afectada por los bajos precios mundiales del petróleo y por las sanciones económicas de
Occidente. Y esta oleada de gastos no da señales de desaceleración. En los últimos meses, el
crecimiento en el gasto militar se aceleró rápidamente, excediendo los planes ya ambiciosos de
las autoridades.
El presupuesto de 2015 que Rusia desarrolló el verano pasado estaba basado en la presunción
de que los precios del petróleo se mantendrían en 100 dólares por barril, con un crecimiento
anual del PIB y una inflación de alrededor del 2% y el 5% respectivamente. Luego los precios
del petróleo se derrumbaron, la economía se contrajo y la inflación alcanzó los dos dígitos. El
gobierno de Rusia tardó en aceptar la realidad, y el presidente Vladimir Putin recién firmó un
presupuesto revisado el mes pasado.
La buena noticia es que el nuevo presupuesto es mucho más realista, ya que recorta el gasto
aproximadamente un 2% en términos nominales. Considerando que la inflación anual es de
por lo menos un 11%, esto representa aproximadamente una reducción real del 8% en el gasto
planeado.
Sin embargo, en tanto los precios más bajos del petróleo y la contracción económica minan los
ingresos presupuestarios, el déficit se incrementará del 0,5% al 3,7% del PIB. Este es un
problema importante, ya que Rusia, a pesar de su minúscula deuda soberana de sólo el 13%
del PIB, no puede endeudarse en los mercados financieros globales, debido a las sanciones
occidentales.
En consecuencia, la única opción del gobierno ruso para financiar su déficit es recurrir a su
fondo de reserva, que está destinado a proteger a la economía de las sacudidas. El fondo
representa apenas alrededor del 6% del PIB, por lo que Rusia puede mantener un déficit del
3,7% durante menos de dos años antes de tener que retirarse de Ucrania para que aflojen las
sanciones occidentales o implementar un ajuste fiscal importante -y, para Putin, políticamente
peligroso.
Pero incluso este escenario puede ser demasiado optimista. Según datos presupuestarios
recientemente publicados, durante los primeros tres meses de 2015, el gasto no vinculado
Pagina 4 de 20
representó el 16,5% del PIB trimestral, como estaba planeado. Pero el gasto militar excedió el
9% del PIB trimestral –más del doble de la cantidad presupuestada.
En otras palabras, Rusia ya gastó más de la mitad de su presupuesto militar total para 2015. A
este ritmo, su fondo de reservas quedará vacío antes de fin de año.
El hecho de que el fondo de reserva se esté consumiendo de esta manera representa un paso
decisivo en un largo debate sobre el gasto militar de Rusia. Ese debate comenzó en 2011,
cuando el entonces presidente Dmitri Medvedev propuso aumentar el gasto militar en 600.000
millones de dólares, llevándolo de menos del 3% a más del 4% del PIB, en el lapso de diez
años. Cuando el entonces ministro de Finanzas Alexei Kudrin –que había presidido los
excedentes presupuestarios, ayudado a crear el fondo de reserva y recortado
considerablemente la deuda estatal- sostuvo que Rusia no podía hacer frente a este incremento,
fue despedido. El plan fue adoptado poco tiempo después.
Sin embargo, el alejamiento de Kudrin no cambió los hechos. El objetivo del Kremlin era
extremadamente ambicioso, en función de los estándares rusos y también globales. La mayoría
de los países europeos hoy gastan menos del 2% del PIB en defensa; China gasta apenas por
encima del 2%, y Estados Unidos gasta alrededor del 3,5%. Según el Banco Mundial, sólo
nueves países en el mundo, entre ellos Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos e Israel,
gastan más del 4% del PIB en sus ejércitos.
Rusia simplemente no puede sustentar la asignación de un porcentaje tan grande de su
presupuesto al gasto de defensa. Es más, su industria de defensa carece de la capacidad para
producir equipos modernos con la velocidad que preveía el plan.
Desde la adopción del plan, los escándalos que implican sobreprecios y corrupción se han
multiplicado, y muchos ejecutivos de defensa perdieron sus empleos. Y aun así, hasta este año,
el gasto real en defensa se mantuvo en alrededor del 3% del PIB.
En este contexto, la reciente ola de gasto militar de Rusia resulta mucho más sorprendente, ya
que sugiere que el gobierno, desesperado por retener el respaldo popular en medio de un
desempeño económico en caída, está menos interesado en invertir en equipos más modernos
que en mostrar su respaldo por los rebeldes en el este de Ucrania, inclusive si esto implica una
mayor penuria económica. El Kremlin, inclusive, podría estar preparando una ofensiva
importante para los próximos meses. Tal vez otra alternativa sea que no tiene ninguna
estrategia y que el gasto militar inusualmente alto simplemente refleja los costos más altos de
lo esperado del conflicto.
Como sea, la lógica económica y financiera de Kudrin es aún más válida hoy que cuando fue
desvinculado de su cargo. Si Rusia no puede afrontar un presupuesto de defensa de 4% del
PIB en tiempos buenos, posiblemente no pueda hacer frente a un gasto militar tan alto hoy,
cuando enfrenta precios del petróleo en mínimos récord, sanciones occidentales y recesión
económica. Por supuesto, el gobierno podría estar apostando a una recuperación del precio del
petróleo; después de todo, los precios históricamente se recuperaron cuando Rusia lo necesitó.
Pero, al igual que el T-14 en la Plaza Roja, la suerte de Putin tal vez también esté a punto de
parar.
Fuente: Project Syndicate, 16.5.15 por Sergei Guriev, antiguo rector de la Escuela de
Economía en Moscu, Profesor de Economía en la Sciences Po
Pagina 5 de 20
3. LAS CORPORACIONES Y SU SECRETA TOMA DEL CONTROL
POR JOSEPH E. STIGLITZ
Tales pactos solían ser llamados “acuerdos de libre comercio”; en los hechos, eran acuerdos
comerciales gestionados, es decir, estaban adaptados a la medida de los intereses corporativos,
que en su gran mayoría se encontraban localizados en EE.UU. y la Unión Europea. Hoy, con
mayor frecuencia, tales tratos se denominan como “asociaciones”; por ejemplo, el Acuerdo de
Asociación Transpacífico (TPP). Sin embargo, dichos acuerdos no son asociaciones entre
iguales: EE.UU. es quien, de manera patente, dicta los términos. Afortunadamente, los
“socios” de Estados Unidos están cada vez más obstinados.
No es difícil ver por qué. Estos acuerdos van mucho más allá del comercio, ya que también
rigen sobre la inversión y la propiedad intelectual, imponiendo cambios fundamentales a los
marcos legales, judiciales y regulatorios de los países, sin que se reciban aportes o se asuman
responsabilidades a través de las instituciones democráticas.
Tal vez la parte más odiosa –y más deshonesta– de esos acuerdos es la concerniente a las
disposiciones de protección a los inversores. Por supuesto, los inversores tienen que ser
protegidos contra los gobiernos defraudadores que incautan sus bienes. Sin embargo, dichas
disposiciones no se relacionan a ese punto. Se realizaron muy pocas expropiaciones en las
últimas décadas, y los inversores que quieren protegerse pueden comprar un seguro del
Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones, una filial del Banco Mundial; además, el
gobierno estadounidense y otros s proporcionan seguros similares. No obstante, EE.UU.
demanda que se incluyan tales disposiciones en el TPP, a pesar de que muchos de sus “socios”
tienen sistemas de protección de la propiedad y sistemas judiciales que son tan buenos como
los propios estadounidenses.
La verdadera intención de estas disposiciones es impedir la salud, el cuidado del medio
ambiente, la seguridad y, ciertamente, incluso tienen la intensión de impedir que actúen las
regulaciones financieras que deberían proteger a la propia economía y a los propios
ciudadanos de Estados Unidos. Las empresas pueden demandar en los tribunales a los
gobiernos, pidiéndoles recibir compensación plena por cualquier reducción de sus ganancias
futuras esperadas, que sobreviniesen a consecuencia de cambios regulatorios.
Esto no es sólo una posibilidad teórica. Philip Morris ha demandado judicialmente a Australia
y a Uruguay por exigir etiquetas de advertencia en los cigarrillos. Es cierto, ambos países
fueron un poco más allá en comparación con EE.UU.: obligaron a los fabricantes de cigarrillos
a incluir imágenes gráficas que muestran las consecuencias del consumo de cigarrillos.
El etiquetado está logrando su cometido, ya que desalienta a los fumadores y disminuye el
consumo de cigarrillos. Así que ahora Philip Morris exige indemnizaciones por la pérdida de
ganancias.
En el futuro, si descubrimos que algún otro producto causa problemas de salud (por ejemplo,
pensemos en el asbesto), los fabricantes, en lugar de enfrentar demandas judiciales por los
costos que nos impone a las personas comunes, podrían demandar a los gobiernos porque estar
tratando de evitar que se mate a más personas. Lo mismo podría suceder si nuestros gobiernos
imponen regulaciones más estrictas para protegernos de los efectos de las emisiones de gases
de efecto invernadero.
Cuando presidí el Consejo de Asesores Económicos del presidente Clinton, los grupos
antiambientalistas intentaron promulgar una disposición similar, denominada “expropiaciones
regulatorias”. Ellos sabían que una vez promulgada, las regulaciones se frenarían,
simplemente porque el Gobierno no podía permitirse el lujo de pagar las compensaciones.
Pagina 6 de 20
Afortunadamente, tuvimos éxito y ganamos la batalla: hicimos que esta iniciativa retrocediese,
tanto en los tribunales judiciales como en el Congreso.
No obstante, ahora los mismos grupos están intentando realizar una triquiñuela para pasar por
alto los procesos democráticos mediante la inserción de tales disposiciones en las facturas
comerciales, ya que el contenido de las mismas se mantiene, en gran medida, en secreto para
el público (pero no para las corporaciones que están presionando para conseguir dichas
inserciones). Es sólo a consecuencia de fugas de información, y mediante charlas con los
funcionarios más comprometidos con los procesos democráticos que llegamos a conocer lo
que está pasando.
Es fundamental que el sistema de gobierno de Estados Unidos cuente con un poder judicial
imparcial y público, con normas legales construidas a lo largo de décadas, que se basen en
principios de transparencia, precedentes y en las oportunidades que otorgan a los litigantes
para que apelen las decisiones desfavorables. Todo esto está siendo dejado de lado, ya que los
nuevos acuerdos exigen que las partes se sometan al arbitraje, que es un proceso privado, notransparente, y muy caro. Es más, esta forma de administración de justicia está a menudo
plagada de conflictos de intereses; por ejemplo, los árbitros pueden ser “jueces” en un caso y
defensores en otro relacionado.
Los procesos judiciales son tan caros que Uruguay ha tenido que recurrir a Michael
Bloomberg y a otros estadounidenses ricos, quienes están comprometidos con la salud, para
poder defenderse en el juicio planteado por Philip Morris en su contra. Y, si bien las
corporaciones pueden demandar, otros no pueden. Si hay una violación de otros compromisos
–en normas laborales y ambientales, por ejemplo– los ciudadanos, sindicatos y grupos de la
sociedad civil no tienen recursos legales mediante los cuales puedan apersonarse para plantear
juicios.
Si alguna vez en la historia hubo un mecanismo de solución de controversias que sólo toma en
cuenta a una de las partes y que viola los principios básicos, este es dicho mecanismo. Es por
esto que me uní a líderes expertos en asuntos legales en EE.UU., entre ellos a profesionales de
las Universidades de Harvard, Yale y Berkeley, en el envío de una carta al presidente Barack
Obama explicándole cuán perjudiciales son estos acuerdos para nuestro sistema de justicia.
Los partidarios estadounidenses de tales acuerdos señalan que EE.UU. ha sido demandado
solamente un par de veces hasta ahora, y no ha perdido un solo caso. Las corporaciones, sin
embargo, apenas están empezando a aprender cómo utilizar estos acuerdos para su beneficio.
Y los abogados corporativos de alto costo en EE.UU., Europa y Japón probablemente superen
a los deficientemente remunerados abogados de los gobiernos, quienes intentan defender el
interés público. Peor aún, las corporaciones de los países avanzados pueden crear filiales en
los países miembros a través de las cuales invierten nuevamente el dinero en sus países de
origen y posteriormente plantean demandas judiciales, lo que les brinda un nuevo canal para
bloquear las regulaciones.
En caso de que hubiera una necesidad de mejorar la protección de la propiedad, y en caso de
que este mecanismo privado y caro para la resolución de controversias fuese superior a un
poder judicial público, deberíamos estar cambiando la ley no sólo para las adineradas
empresas extranjeras, sino también para nuestros propios ciudadanos y pequeñas empresas.
Pero nada indica que este sea el caso.
Fuente; El Espectador, 17.5.15 por Joseph E. Stiglitz, economista y profesor estadounidense
Pagina 7 de 20
4. UNA VIAJERA MUY SOSPECHOSA POR VANESSA BARBARA
No sé si alguna vez me sentiré cómoda con el silencio que se suscita después de haber
entregado mis papeles al oficial de control migratorio. En ese momento recuerdo de inmediato
todos mis errores y pecados de la infancia, que incluyen el día en que por accidente rompí un
tazón de frutas de cerámica en el comedor de un amigo (que después traté de pegar).
Debería haber una palabra en alemán para este miedo, una palabra larga y espeluznante. En
lugar de tener miedo a volar, tengo un miedo enorme a aterrizar y ser juzgada por un oficial en
el aeropuerto, aun cuando no tengo nada que esconder.
Todo comenzó en el aeropuerto de Dublín, hace siete años, cuando olvidé llevar mi pasaje de
regreso en el equipaje de mano. Era la segunda vez que viajaba fuera del país y también mi
luna de miel. Mi entonces marido y yo habíamos planeado quedarnos ahí una semana antes de
regresar a Brasil. Pero nadie me había dicho que debía mostrar el pasaje de regreso al oficial
de inmigración como prueba de que en verdad tenía la intención de regresar, así que lo metí en
el equipaje que registré.
Los oficiales nos interrogaron por separado, tal vez para tratar de identificar alguna
discrepancia. Les mostré mi reservación de hotel impresa, pero insistieron en confirmar la
información vía telefónica; por alguna razón, el empleado del hotel dijo que habíamos
reservado una habitación sólo por una noche. Yo estaba al borde del llanto, hablaba entre
dientes en un inglés chapurreado. Eran casi las 6 de la tarde y nos estábamos muriendo de
hambre. Al fin se apiadaron de nosotros y nos dejaron ingresar al país, estampando una visa de
siete días. “Ella nunca encajaría en nuestro sistema”, dijo un oficial ─ insinuando que, si mi
plan era encontrar trabajo ahí y quedarme como inmigrante ilegal, no tendría suerte de todos
modos.
Pensé que, siendo más cuidadosa, nunca volvería a verme en una situación así de nuevo, pero
definitivamente hay algo en mí que no funciona bien (en las mañanas, por lo general pienso
que es mi cabello). Algunos años después, pasé un mal rato tratando de entrar a Gran Bretaña,
incluso después de mostrar mi pasaje de regreso y reservación de hotel. El funcionario me
preguntó varias veces cuál era el propósito de mi visita (“turismo”, repetía yo) y después
comentó: “Viaje largo, ¿no?” En otra ocasión, fui regañada por haber contestado “tres
semanas” en lugar de “19 días”. “No es lo mismo, señora”, me dijo un oficial gruñón.
El control migratorio del Reino Unido es una pesadilla para muchos brasileños. El año pasado,
de acuerdo con las estadísticas del Ministerio del Interior de Gran Bretaña, a aproximadamente
18.000 viajeros, 0,015 por ciento del número total de visitantes, se les negó la entrada al país.
Estadounidenses, albaneses y brasileños se encuentran entre las nacionalidades a las que más
se les niega el ingreso a su llegada, en cifras absolutas. En el Aeropuerto de Heathrow, una
amiga fue esposada y enviada de regreso a Brasil porque su visa de estudiante había vencido.
En ocasiones me pongo tan nerviosa en el control de pasaportes que comienzo a verme
sospechosa. En China, un oficial me preguntó dos veces qué pretendía hacer sola en Beijing
(“turismo”, de nuevo) y me dio una visa de siete días cuando había planeado quedarme diez.
En otra ocasión, a mis amigos, y a mi equipaje, les permitieron abordar un ferry hacia Hong
Kong mientras yo me quedé en Macao. Comencé a preguntarme para qué me tomaba la
molestia de viajar, en lugar de quedarme en casa en pijama.
Hace dos años, mi angustia ante el control migratorio me llevó a solicitar un pasaporte
europeo (que pude obtener gracias a que mis abuelos eran portugueses), con la esperanza de
atenuar la imagen de inmigrante ilegal en potencia a los ojos del mundo. Pero ahora tengo
Pagina 8 de 20
miedo de verme todavía más sospechosa, ya que tener dos pasaportes es claramente cosa de
espías.
Los ciudadanos brasileños pueden ingresar a 146 países ya sea sin una visa o al recibir una a
su llegada. Esto nos ubica en el vigésimo primer lugar en el mundo en términos de libertad de
circulación, conforme al Índice de Restricciones de Visa de la consultora Henley & Partners
para el 2014. Estados Unidos, Gran Bretaña, Finlandia, Alemania y Suecia encabezan la lista,
ya que sus ciudadanos pueden ingresar sin visa a 174 países respectivamente. Los afganos
tienen la peor movilidad, ya que sólo pueden ingresar a 28 países sin visa, seguidos de los
iraquíes, que pueden entrar a 31.
Antes de viajar a Estados Unidos, los brasileños deben solicitar una visa de turista; tiene un
costo de $160 dólares y su emisión tarda algunas semanas. El procedimiento abarca el llenado
de un largo formulario en el que se pregunta al solicitante si tiene tuberculosis o una
enfermedad mental; si es terrorista o saboteador; o si alguna vez ha hecho contribuciones a
instituciones de caridad. El solicitante debe hacer una cita para una entrevista personal y otra
para que se tome un registro de sus huellas dactilares y una fotografía.
No obstante, la visa no garantiza el ingreso; los funcionarios de Aduanas y Protección
Fronteriza aún pueden negar la admisión. En 2014, se negó el ingreso a los Estados Unidos a
223.712 personas. Los motivos de inadmisibilidad incluyeron violaciones a leyes migratorias
y razones de seguridad nacional. Algunas veces, no se dio justificación alguna.
Nunca he probado suerte en el control migratorio de Estados Unidos. La semana que viene
será mi primera vez, ya que iré a Nueva York de vacaciones por tres semanas.
Perdón, quise decir 22 días.
Fuente: The New York Times, 20.5.15 por Vanessa Barbara, columnista del periódico
brasileño O Estado de São Paulo y editora de la página web literaria A Hortaliça.
5. ARQUEOLOGÍA DEL POPULISMO POR ENRIQUE KRAUZE
El populismo ha sido un mal endémico de América Latina. El líder populista arenga al pueblo
contra el “no pueblo”, anuncia el amanecer de la historia, promete el cielo en la tierra. Cuando
llega al poder, micrófono en mano decreta la verdad oficial, desquicia la economía, azuza el
odio de clases, mantiene a las masas en continua movilización, desdeña los parlamentos,
manipula las elecciones, acota las libertades. Su método es tan antiguo como los demagogos
griegos: “Ahora quienes dirigen al pueblo son los que saben hablar… las revoluciones en las
democracias... son causadas sobre todo por la intemperancia de los demagogos”. El ciclo se
cerraba cuando las élites se unían para remover al demagogo, reprimir la voluntad popular e
instaurar la tiranía (Aristóteles, Política V). En América Latina, los demagogos llegan al
poder, usurpan (desvirtúan, manipulan, compran) la voluntad popular e instauran la tiranía.
Esto es lo que ha pasado en Venezuela, cuyo Gobierno populista inspiró (y en algún caso
financió) a dirigentes de Podemos. Se diría que la tragedia de ese país (que ocurre ante
nuestros ojos) bastaría para disuadir a cualquier votante sensato de importar el modelo, pero la
sensatez no es una virtud que se reparta democráticamente. Por eso, la cuestión que ha
desvelado a los demócratas de este lado del Atlántico se ha vuelto pertinente para España:
¿por qué nuestra América ha sido tan proclive al populismo?
La mejor respuesta la dio un sabio historiador estadounidense llamado Richard M. Morse en
su libro El espejo de Próspero (1978). En Iberoamérica —explicó— subyacen y convergen dos
legitimidades premodernas: el culto popular a la personalidad carismática y un concepto
Pagina 9 de 20
corporativo y casi místico del Estado como una entidad que encarna la soberanía popular por
encima de las conciencias individuales. En ese hallazgo arqueológico está el origen remoto de
nuestro populismo.
El derrumbe definitivo del edificio imperial español en la tercera década del siglo XIX —
aduce Morse— dejó en los antiguos dominios un vacío de legitimidad. El poder central se
disgregó regionalmente fortaleciendo a los caudillos sobrevivientes de las guerras de
independencia, personajes a quienes el pueblo seguía instintivamente y que parecían surgidos
de los Discursos de Maquiavelo: José Antonio Páez en Venezuela, Facundo Quiroga en
Argentina o Antonio López de Santa Anna en México. (Según Octavio Paz, el verdadero
arquetipo era el caudillo hispano árabe del medioevo).
Pero la legitimidad carismática pura no podía sostenerse. El propio Maquiavelo reconoce la
necesidad de que el príncipe se rija por “leyes que proporcionen seguridad para todo su
pueblo”. Según Morse, nuestros países encontraron esa fuente complementaria de legitimidad
en la tradición del Estado patrimonial español que acababan de desplazar. Si bien las
Constituciones que adoptaron se inspiraban en las de Francia y EE UU, los regímenes que se
crearon correspondían más bien a la doctrina política neotomista formulada (entre otros) por el
gran teólogo jesuita Francisco Suárez (1548-1617).
La tradición neotomista —explicó Morse— ha sido el sustrato más profundo de la cultura
política en Iberoamérica. Su origen está en el Pactum Translationis: Dios otorga la soberanía
al pueblo, pero este, a su vez, la enajena absolutamente (no sólo la delega) al monarca. De ahí
se desprende un concepto paternal de la política, y la idea del Estado como una arquitectura
orgánica y corporativa, un “cuerpo místico” cuya cabeza corresponde a la de un padre que
ejerce a plenitud y sin cortapisas la “potestad dominadora” sobre el pueblo que lo acata y
aclama. Este diseño tuvo aspectos positivos, como la incorporación de los pueblos indígenas,
pero creó costumbres y mentalidades ajenas a las libertades y derechos de los individuos.
Varios casos avalan esta interpretación patriarcal de la cultura política iberoamericana en el
siglo XIX: el último Simón Bolívar (el de la Constitución de Bolivia y la presidencia vitalicia),
Diego Portales en Chile (un republicano forzado a emplear métodos monárquicos) y Porfirio
Díaz en México (un monarca con ropajes republicanos). Y este paradigma siguió vigente
durante casi todo el siglo XX, pero adoptando formas y contenidos populistas. En 1987, Morse
escribía: “Hoy día es casi tan cierto como en tiempos coloniales que en Latinoamérica se
considera que el grueso de la sociedad está compuesto de partes que se relacionan a través de
un centro patrimonial y no directamente entre sí. El Gobierno nacional funciona como fuente
de energía, coordinación y dirigencia para los gremios, sindicatos, entidades corporativas,
instituciones, estratos sociales y regiones geográficas”.
En el siglo XX, inspirado en el fascismo italiano y su control mediático de las masas, el
caudillismo patriarcal se volvió populismo. Getulio Vargas en Brasil, Perón en Argentina,
algunos presidentes del PRI en México se ajustan a esta definición. El caso de Hugo Chávez
(y sus satélites) puede entenderse mejor con la clave de Morse: un líder carismático jura
redimir al pueblo, gana las elecciones, se apropia del aparato corporativo, burocrático,
productivo (y represivo) del Estado, cancela la división de poderes, ahoga las libertades e
irremisiblemente instaura una dictadura.
Algunos países iberoamericanos lograron construir una tercera legitimidad, la de un régimen
respetuoso de la división de poderes, las leyes y las libertades individuales: Uruguay, Chile,
Costa Rica, en menor medida Colombia y Argentina (hasta 1931). Al mismo tiempo, varias
Pagina 10 de 20
figuras políticas e intelectuales del XIX buscaron cimentar un orden democrático: Sarmiento
en Argentina, Andrés Bello y Balmaceda en Chile, la generación liberal de la Reforma en
México. A lo largo del siglo XX, nunca faltaron pensadores y políticos que intentaron
consolidar la democracia aun en los países más caudillistas o dictatoriales (el ejemplo más
ilustre fue el venezolano Rómulo Betancourt). Y en los albores del siglo XXI siguen
resonando voces liberales opuestas al mesianismo político y al estatismo (Mario Vargas Llosa
en primer lugar).
Esta tendencia democrática (liberal o socialdemócrata) está ganando la batalla en
Iberoamérica. El populismo persiste sólo por la fuerza, no por la convicción. La región avanza
en la dirección moderna, la misma que aprendió hace casi cuarenta años gracias a la ejemplar
Transición española. Parecería impensable que, en un vuelco paradójico de la historia, España
opte ahora por un modelo arcaico que en estas tierras está por caducar. A pesar de los muchos
errores y desmesuras, es mucho lo que España ha hecho bien: después de la Guerra Civil y la
dictadura, y en un marco de reconciliación y tolerancia, conquistó la democracia, construyó un
Estado de derecho, un régimen parlamentario, una admirable cultura cívica, una considerable
modernidad económica, amplias libertades sociales e individuales. Y doblegó al terrorismo.
Por todo ello, un gobierno populista en España sería más que un anacronismo arqueológico:
sería un suicidio.
Fuente: El País, 21.5.15 por Enrique Krauze, mexicano, escritor y director de la revista Letras
Libres
6. UNOS OBJETIVOS DE DESARROLLO IDÓNEOS POR BJØRN LOMBORG
A lo largo de los quince próximos años, la comunidad internacional gastará 2,5 billones de
dólares en el desarrollo y los presupuestos nacionales contribuirán con innumerables billones
más. En el próximo mes de septiembre, los 193 gobiernos del mundo se reunirán en la sede de
las Naciones Unidas en Nueva York para acordar un conjunto de objetivos mundiales a los
que se asignarán esos recursos. Como hay tanto en juego, reviste importancia decisiva que nos
inclinemos por las opciones más idóneas.
Como es más que natural que los políticos prometan hacerlo todo, las NN.UU. están
actualmente dispuestas a examinar 169 objetivos, que no podrán abarcarlo todo. Los objetivos
propuestos oscilan entre los ambiciosos (“acabar con las epidemias de SIDA, tuberculosis y
paludismo”), los periféricos (“fomentar el turismo sostenible”) y los imposibles (“lograr en
2030 un pleno empleo productivo y un trabajo decoroso para todos los hombres y las mujeres,
incluidos los jóvenes y las personas con discapacidades”).
Pero prometer todo a todos no constituye una orientación. La verdad es que tener 169
prioridades es como no tener ninguna.
Ésa es la razón por la que mi grupo de estudios, el Consenso de Copenhague, pidió a 82 de los
principales economistas del mundo, a 44 expertos sectoriales y a las organizaciones de las
NN.UU. y las ONG que determinaran qué objetivos obtendrían los mejores resultados por
cada dólar, euro o peso gastado. Después un equipo de economistas eminentes, incluidos
varios premios Nobel, asignó prioridad a dichos objetivos desde el punto de vista de la
optimación de los recursos.
Resulta que no todos los objetivos son iguales. Algunos producen unos beneficios
económicos, sociales y medioambientales asombrosos por dólar gastado. Muchos otros sólo
Pagina 11 de 20
producen poco más de un dólar por dólar gastado. Algunos dan una pérdida neta, al producir
menos de un dólar de beneficio por dólar gastado.
Si el mundo gastara el dinero de forma igual en todos los objetivos de las NN.UU., produciría
unos siete dólares de beneficios sociales por cada dólar gastado. No es poco, pero podríamos
obtener resultados mucho mejores.
El equipo de economistas eminentes ha confeccionado una lista mucho más corta de tan sólo
19 objetivos que producirán los mayores beneficios para el mundo. Es probable que cada uno
de los dólares gastados con miras a la consecución de esos objetivos produzca 32 dólares de
beneficios sociales: más de cuatro veces más eficaz que si se gastara para los 169. Acertar con
las decisiones sobre el gasto en desarrollo podría ser mejor que cuadruplicar el presupuesto
mundial de ayuda.
La lista corta abarca mucho; lo que relaciona los objetivos es la cantidad de beneficios que
producirán para las personas, el planeta y la prosperidad.
Examinemos algunos objetivos que contribuirán mucho a ayudar a las personas. La
tuberculosis es una enfermedad “oculta”, pero constituye un problema mucho mayor que el
ébola, que acapara los titulares. Más de dos mil millones de personas son portadores de la
bacteria de la tuberculosis y en algún momento al diez por ciento de ellas se les declarará la
enfermedad, que mata a unos 1,5 millones de víctimas al año (frente a los 20.000 muertos en
el reciente brote de ébola).
Y, sin embargo, el tratamiento es barato y, en la mayoría de los casos, muy eficaz. Gastar un
dólar en el diagnóstico y el tratamiento rinde 43 dólares, al brindar a las personas muchos más
años de vida productiva.
Otra utilización notable de los recursos es la de reducir la malnutrición infantil. La buena
nutrición es particularmente decisiva para los niños pequeños, porque permite que sus
cerebros y sus cuerpos se desarrollen mejor y produzcan beneficios a lo largo de toda la vida.
Los niños bien nutridos permanecen en la escuela más tiempo, aprenden más y acaban siendo
miembros mucho más productivos de la sociedad. La documentación disponible indica que
brindar una nutrición mejor a 68 millones de niños todos los años produce 45 dólares en
beneficios a largo plazo por cada uno de los dólares gastados.
Algunos objetivos que benefician al planeta brindan también un valor excelente. La reducción
de las subvenciones a los combustibles fósiles, que ascienden a casi 550.000 millones de
dólares al año, disminuiría la contaminación y las emisiones de CO2 y al tiempo liberaría
recursos para la inversión en salud, educación e infraestructuras. En total, cada uno de los
dólares no gastados en subvenciones a los combustibles fósiles brindaría más de 15 dólares de
beneficios planetarios.
El de centrarse en los arrecifes de coral resulta ser un objetivo sorprendentemente eficiente.
Preserva la biodiversidad, pues unos arrecifes sanos producen más peces y atraen a más
turistas. Cada uno de los dólares gastados para protegerlos puede brindar beneficios que
ascienden a 24 dólares.
Tal vez el problema más transversal es el de la pobreza, que afecta a miles de millones de
personas y subyace a la mayoría de los demás problemas del desarrollo. Cuando eres pobre, es
más probable que tus hijos padezcan malnutrición y sucumban a la tuberculosis. Cuando eres
pobre, es más probable que tales y quemes bosques y pesques con dinamita por encima de los
arrecifes de coral.
Pagina 12 de 20
Una mejor nutrición y un mayor acceso a la educación ayudarán, pero también los objetivos
para la prosperidad, al permitir a centenares de millones de personas salir de la pobreza. Como
hemos visto repetidas veces –en China, Corea del Sur, Chile, la India y otros países–, unas
menores restricciones al comercio pueden aumentar los ingresos y reducir la pobreza. Los
modelos económicos muestran que una reducción lograda de los obstáculos al comercio como
la prevista en la actual Ronda de Doha de negociaciones comerciales multilaterales podría
añadir 11 billones de dólares al PIB mundial de aquí a 2030, lo que equivale a 1.000 dólares
más para cada una de las personas del mundo en desarrollo todos los años y sacaría nada
menos que a 160 millones de personas de la pobreza.
Esta lista de objetivos inteligentes no resolverá los problemas del mundo; ninguna lista, por
ambiciosa que sea, puede hacerlo, pero los 19 objetivos determinados por el Consenso de
Copenhague pueden contribuir a que los gobiernos del mundo se centren en las prioridades
decisivas. Dichos objetivos aportarán cuatro veces más beneficios sociales por dólar gastado
que si se dedicara a los 169 objetivos. Los gobiernos deberían dejar de prometer todo a todo el
mundo y comenzar a centrarse en brindar lo más posible.
Si desea más información sobre el proyecto y los 19 objetivos, visite
www.post2015consensus.com
Fuente: Project Syndicate, 22.5.15, por Bjørn Lomborg, profesor adjunto en la Escuela de
Negocios de Copenhagen Business School
7. UN TIRO EN PLENA MISA POR JOAQUÍN VILLALOBOS
El coronel, jefe del destacamento, ordenó a su tropa tomar la pequeña iglesia del poblado y
traerle a su despacho la imagen de San Antonio. Los soldados cumplieron la misión, llevaron
la imagen al puesto de mando y esta permaneció secuestrada en el cuartel. El coronel acusaba
a San Antonio de colaborar con la guerrilla, estaba convencido que este santo prevenía a los
insurgentes de los operativos militares que lanzaban sus tropas. Se desconoce si el coronel
intentó torturar la imagen para obtener información o exigirle algún milagro, pero la historia
es totalmente verídica. Ocurrió en el departamento de Morazán durante la guerra civil de El
Salvador en los años 80.
Una de las lecciones en el combate policial o militar contra insurgentes, terroristas o
delincuentes es la capacidad de discriminar. Es fundamental saber distinguir las distintas
formas de involucrarse o no involucrarse de quienes viven o están presentes en un territorio
dominado o influenciado por actividades ilegales. Pueden encontrarse en ese lugar enemigos
armados, enemigos no armados, opositores políticos civiles, activistas sociales, periodistas,
defensores de los derechos humanos, población que colabora por conciencia y población que
se somete por miedo. El error más común de quienes representan la autoridad es convertir en
enemigos a grupos, sectores sociales, razas, religiones o simplemente pobladores sin hacer
ningún tipo de distinción. Es común la expresión: “en ese lugar todos son: terroristas,
guerrilleros, pandilleros, narcos, etcétera”; y esto igual aparece ahora en Irak que en las calles
de Baltimore o en poblados de México. El problema es que la incapacidad para discriminar
puede convertir una pequeña llama en un gran incendio.
La guerra civil de El Salvador es un caso clásico de conflicto provocado por un poder
oligárquico autoritario. En este país, el anticomunismo adquirió características de enfermedad
mental. A partir de noviembre de 1979, más de 600 personas eran asesinadas mensualmente;
los escuadrones de la muerte, policías o militares decapitaban y descuartizaban. Los
Pagina 13 de 20
pronósticos de una segura victoria de Ronald Reagan en las elecciones estadounidenses de
1980 fueron interpretados como una licencia para el exterminio y, en ese contexto, la
esquizofrenia paranoide los hizo ver a un obispo conservador que estaba denunciando la
matanza como un guerrillero comunista. Le pegaron un tiro en plena misa y convirtieron al
asesino material en su líder político.
En El Salvador fueron asesinados 18 sacerdotes, cinco monjas, centenares de catequistas y
miles de campesinos que vivían en lugares considerados bajo influencia de “religiosos
comunistas”. Iglesias, casas parroquiales, colegios de niños y niñas, universidades, imprentas
y emisoras católicas sufrieron ataques terroristas por parte del régimen. La universidad de los
jesuitas sufrió 20 atentados con bombas. Periodistas extranjeros, militares y empresarios que
rechazaban la represión, activistas de derechos humanos, funcionarios de Naciones Unidas,
congresistas norteamericanos y hasta el propio James Carter, presidente de los Estados
Unidos, fueron considerados “comunistas”.
En noviembre de 1989, los medios de comunicación acusaron a los jesuitas de ser los
responsables de la ofensiva guerrillera sobre la capital. Oligarcas y militares, temerosos de que
se produjera una negociación con la guerrilla en el momento en que esta ocupaba parte de la
capital, decidieron evitarla asesinando a Ignacio Ellacuría y a otros cinco jesuitas que
defendían la solución negociada. Este crimen forzó al régimen a negociar, al dificultar la
continuación del apoyo estadounidense.
Los guerrilleros no éramos solución de nada, fuimos simplemente síntomas de un país
políticamente enfermo. Fueron las barbaridades del régimen las que nos multiplicaron. Treinta
y cinco años después del asesinato del arzobispo Romero, la derecha salvadoreña no ha
reconocido su culpa y torpeza. Matando a Romero quisieron detener una rebelión y la
provocaron. Matando a los seis jesuitas pretendieron evitar una negociación y la desataron. No
extraña que ahora la beatificación de Romero los desconcierte y enfurezca; el anterior alcalde
de San Salvador, del partido de la derecha, cambió el nombre de San Antonio a una calle
capitalina por el de Roberto D’Aubuisson, reconocido como el asesino del arzobispo. Queda la
duda de si escogió esa calle porque continúan pensando que San Antonio era colaborador de la
guerrilla.
Fuente: El País, 23.5.15 por Joaquín Villalobos fue guerrillero salvadoreño y es consultor
para la resolución de conflictos internacionales.
8. PALMIRA Y EL IMAGINARIO OCCIDENTAL POR JAVIER ARCE
He visitado varias veces Palmira. He dormido, obviamente, en el hotel Zenobia, que se
encuentra (o se encontraba) casi en medio mismo de las ruinas de la ciudad. En Palmira uno de
los hechos que más impresionan son los amaneceres y las puestas de sol, que dan a las
columnas, templos, arcos y monumentos un color rosáceo y anaranjado inolvidable. Esto para
los amantes del paisaje.
En cuanto a la ciudad y sus ruinas, basta recordar al gran arqueólogo e historiador ruso
Michael Rostouzeff – que acabó sus días siendo profesor en la Universidad de Yale–, que, en
su libro Ciudades caravaneras (1932), dice de las ruinas de Palmira cuando las visita en 1928
que « son, indudablemente, las más románticas del mundo antiguo».
Aunque solo sea por estas dos cosas, las ruinas de Palmira deben seguir existiendo: paisaje y
evocación romántica del pasado, grandeza y declive de una ciudad en medio del desierto.
Pagina 14 de 20
Pero Palmira, en Siria, ciudad antiguamente llamada Tadmor, es mucho más que eso. Al
paisaje y a la evocación que suscitan sus restos, hay que añadir su historia, que, en el caso de
Palmira, se focaliza en su famosa reina Zenobia (Septimia Zenobia), que desafió al imperio
Romano a finales del siglo III d. C., y que se proclamaba «la reina de Oriente», y conquistó un
territorio clave para Roma, Egipto (Zenobia reivindicaba ser la «nueva Cleopatra»), hasta que
fue capturada por las tropas del emperador Aureliano, y luego llevada a Roma –porque el
emperador consideró «indigno matar a una mujer»– y se le asignó como residencia nada
menos que Tibur (Tivoli), donde estaba la espectacular villa de Adriano, y allí acabó sus días.
Fue la historia de esta mujer, Zenobia, la que despertó la atención de Palmira a los ojos de
Occidente, además de las ruinas y del paisaje romántico.
Los aduladores franceses que rodeaban a Catalina la Grande de Rusia llamaron a su capital,
San Petersburgo, «La Palmira del Norte», porque en ella residía otra Zenobia llena de ímpetu
y personalidad como ella. Viajeros y comerciantes, militares o científicos, dieron a conocer
Palmira al mundo a partir del siglo XVIII, y especialmente el inglés H. Wood, que con H.
Dawskins, en 1753, publicó una serie de volúmenes con dibujos y planchas de las ruinas de la
ciudad que impactaron al mundo entero. Otros viajeros y dibujantes, como el francés Louis
François Cassas, difundieron las ruinas de Palmira por toda Europa. El pintor Tiépolo decoró
el «palazzo» Zenobio de Venecia con escenas de la vida de Zenobia. En muchos teatros y
salas de conciertos se estrenaron óperas con el tema de la historia de Zenobia y Palmira, entre
ellos Paisiello, Anfossi y Rossini, cuya obra «Aureliano in Palmira » tenía un fastuoso
decorado inspirado en los dibujos de Wood. Luego comenzaron las expediciones
arqueológicas o de epigrafistas, franceses, rusos, alemanes, que iban a copiar los textos
grabados en las columnas, los altares, o en los pedestales que cubren la ciudad,
proporcionando una información preciosa para reconstruir la historia y la sociedad de Palmira
en época romana. Comenzó entonces la época del «saqueo», subrayado ya por Rostouzeff. No
hay museo importante en Europa que no tenga su colección de antigüedades de Palmira –
retratos funerarios, relieves, objetos varios: el Louvre de París, los museos de Londres,
Boston, Viena, Copenhague, New York, Estambul, Tokio, Roma, San Petersburgo…–.
Podríamos justificar este «saqueo» porque fue, al menos, un saqueo respetuoso, destinado a
mostrar al público los restos y los logros de la cultura palmirena, y que conserva y preserva los
retratos, bustos o relieves. Frente a ello, el inadmisible y brutal y sin sentido saqueo y
destrucción de las milicias yihadistas en nombre de un pretendido rigorismo religioso.
Las inscripciones y retratos o relieves de Palmira nos proporcionan una visión de una sociedad
lujosa, rica, exuberante, que vestía con adornos personales llamativos, que amaba los
banquetes y que se iba enriqueciendo con el comercio que transitaba por la ciudad en dirección
a Arabia y luego al Oriente lejano o a la China en busca de productos exóticos, especias,
sedas, piedras preciosas. La llamada «tarifa de Palmira » , conservada en una inscripción,
muestra claramente una parte del origen de esa riqueza debido a las tasas impuestas a los
comerciantes o a las caravanas. Esta riqueza de sus habitantes privilegiados explica la
magnificencia de su urbanismo, la grandeza de sus monumentos, templos, teatro, termas,
avenidas, tumbas, senado, arcos. El urbanismo de la ciudad se caracteriza por la existencia de
las grandes avenidas bordeadas por columnas (la gran calle principal tenía, en origen, 350
columnas, actualmente solo quedan in situ 150), un hecho que no es solo patrimonio de
Palmira, sino de otras ciudades de Oriente en época romana, como Gerasa (en la actual
Jordania), Bosra (también en Siria), Amman, Afrodisias, Éfeso (ambas en la actual Turquía),
Jerusalén y posteriormente la gran calle principal de Constantinopla, fundada por Constantino
Pagina 15 de 20
en 330, conocida como «La Mese», aunque hoy no se conserve ningún resto de ella. Estas
avenidas estaban cubiertas con grandes toldos para procurarse sombra y en cada columna
había un busto o una estatua que representaba diversos personajes de la ciudad identificados
por las inscripciones que están debajo de la base que las sustenta. La propia calle columnada
era un verdadero mercado a derecha e izquierda, ya que el tránsito de las caravanas se
efectuaba por el exterior de la ciudad. Palmira era una ciudad abigarrada, con población árabe,
griega, romana y «oriental » , que hablaba y escribía el arameo, el griego y menos el latín. Era
una ciudad romana y no romana al mismo tiempo.
Palmira ha pasado a formar parte del imaginario occidental y forma parte también, en cierto
sentido, del «orientalismo» creado por Occidente en el sentido en que lo analiza Edward Said.
Su destrucción es intolerable y nos priva de una parte de nosotros. Pero mucho más
reprobables son, sin embargo, el sufrimiento, la violencia, los asesinatos de su población
actual en nombre del fanatismo y la intolerancia.
Fuente: ABC, 23.5.15, por Javier Arce, profesor emérito de Arqueología Romana de la
Universidad Lille 3 (Francia)
9. LA GRAN CONFUSIÓN POR WALTER LAQUEUR
Una vieja canción estudiantil alemana decía: “Al salir del pub (o del bar), todo parece muy
raro… Lo que estaba a la izquierda está ahora a la derecha, la calle es sinuosa; a izquierda y
derecha, todo esto ha cambiado, los edificios están al revés, ¿cómo va uno a encontrar el
camino?”.
Esta es, a grandes rasgos, la situación en la Europa de hoy y del mundo en general. Por
supuesto, sabíamos que la izquierda se había vuelto conservadora en el Este, que la economía
socialista se había convertido en capitalismo de Estado. Pero nadie sabía hasta dónde llegaría
esto. ¿Quién habría podido predecir que un líder de la derecha rusa declararía que los
ultraconservadores europeos “se convertirían en nuestra quinta columna”?
Nadie podría haber imaginado lo que esto significaría en la política exterior. Irán era el
principal enemigo de los estadounidenses y ahora el establishment washingtoniano intenta
apaciguar a Teherán mientras que los saudíes y los estados del Golfo tratan de obtener
garantías de seguridad estadounidenses contra la agresión iraní. Los turcos se han vuelto más
antioccidentales, al menos en su retórica. Primero eran sólo antiisraelíes, pero ahora no les
gustan todos los que les dicen que han matado a los armenios. Sin embargo, su situación
económica no es tan buena y han de tener cuidado sobre hasta dónde pueden llegar
contrariando a sus vecinos. Parecían volverse más amigables con los rusos, pero ahora los
rusos han apoyado demasiado a los tátaros de Crimea y también han hecho buenas migas con
los armenios, cosa que Ankara no desea en absoluto. Los turcos habían abrigado la esperanza
de fortalecer su posición en Asia Central, pero esto no ha gustado mucho a uzbekos y kazajos
ni a los rusos; todo es más complicado de lo que parecía hace dos años.
Los estadounidenses parecen temer mucho al Estado Islámico; es decir, a quienes quieren un
gran Estado islámico y un califato. Pero si países como Egipto y Kenia adoptan medidas
enérgicas contra ellos, Washington se vuelve aprensivo: no vayáis demasiado lejos, la
situación podría volverse en contra vuestra y nuestra. Es cierto que aumenta el número de
jóvenes radicales de EE.UU. y otros países occidentales que se unen a los yihadistas en
Oriente Medio y Asia. ¿Saben los estadounidenses lo que quieren hacer cuando estos
militantes regresen a Occidente?
Pagina 16 de 20
Rusia sigue siendo un problema para EE.UU.; Putin sigue pensando que la desintegración de
la Unión Soviética fue el mayor desastre geopolítico del siglo pasado. Pero ¿hasta dónde
quiere llegar para restablecer la URSS? ¿Tratará de reunir las piezas de la antigua “unión
inquebrantable” como decía el himno soviético o sólo las partes en que los rusos étnicos eran
la mayoría? En otras palabras, ¿sólo Moldavia, el este de Ucrania y la Rusia Blanca o también
los países bálticos?
Rusia se enfrenta a problemas económicos… Hasta ahora, la caída del valor del rublo no ha
tenido un impacto importante sobre la economía. Pero esto ya parece estar cambiando. Se han
recortado los salarios de los empleados estatales. Los recortes no han sido muy drásticos, pero
coinciden con otros recortes del presupuesto, casi en todas las partidas excepto en defensa.
Putin ha tenido un gran apoyo popular mientras que los gobiernos de Europa Occidental sólo
podían soñar con un 70%-80% de apoyo popular. Sucede, sin embargo, que ese apoyo se
basaba en el supuesto de que las cosas en Rusia irían bien, especialmente en el campo
económico. Si esto cambiara, el apoyo disminuiría casi con seguridad.
En este momento los diplomáticos rusos empiezan a argüir que en realidad no dependen tanto
de los estadounidenses ni de Europa sino que, dado que han establecido estrechas relaciones
políticas y económicas con China, se sienten razonablemente seguros. Pero esto es sólo la
parte más pequeña del panorama general. Aparte del hecho de que la economía china tampoco
ha marchado muy bien últimamente, hay que pagar un precio si se establece una relación más
estrecha con China. Este precio pasa a segundo plazo desde el punto de vista de los chinos. Y
esta es una perspectiva que los rusos no acarician en absoluto. Algunos observadores han
estado advirtiendo en contra y diciendo que Rusia debería mantener abiertas todas sus
opciones. A quienes advierten de este peligro se les ha indicado que callen o hablen en voz
baja. Pero todo el mundo en Moscú sabe la verdad. ¿Cómo puede haber igualdad entre dos
países a largo plazo si la población de uno de ellos es casi diez veces mayor que la del otro y
su economía representa tres o cuatro veces la del otro?
Hace dos años se dijo que mientras algunos países occidentales no prosperan y algunos
orientales afrontan problemas, a los BRIC (países en desarrollo) parece irles bien. No obstante,
fíjense en Brasil: el último índice del PIB es de menos 0,2%. Sin embargo, India informa de
un índice de más de un 7% e Indonesia, de más de un 5%, así que hay esperanza y no hay
razón para desesperarse.
Fuente: La Vanguardia, 23.5.15 por Walter Laqueur, consejero del Centro de Estudios
Internacionales y Estratégicos de Washington
10. LA AUSTERIDAD ES EL ÚNICO OBSTÁCULO POR YANIS VAROUFAKIS
Una falacia común impregna la cobertura informativa de la prensa mundial sobre las
negociaciones entre el gobierno griego y sus acreedores. La falacia, que se ilustra en un
comentario reciente de Philip Stephens del diario Financial Times, es que “Atenas no logra o
no quiere –o las dos– poner en aplicación un programa de reforma económica.” Una vez que
esta falacia se presenta como hecho es natural que la cobertura se centre en que nuestro
gobierno, en palabras de Stephens, “está desperdiciando la confianza y buena voluntad de sus
socios de la eurozona”.
No obstante, la realidad de las negociaciones es muy distinta. Nuestro gobierno está dispuesto
a aplicar un programa que incluya todas las reformas económicas que señalan los grupos de
Pagina 17 de 20
reflexión económica de Europa. Además, estamos en una posición única para conservar el
apoyo del público griego para un programa económico sólido.
Consideremos lo que eso significa: un organismo fiscal independiente; superávits fiscales
primarios razonables permanentes; un programa sensato y ambicioso de privatización
combinado con un organismo de desarrollo que utilice los activos públicos para crear flujos de
inversión; una reforma verdadera de las pensiones que garantice la sostenibilidad a largo plazo
del sistema de seguridad social; la liberalización de los mercados de bienes y servicios, etc.
Así pues, si nuestro gobierno está dispuesto a adoptar las reformas que nuestros socios
esperan, ¿por qué no han producido las negociaciones un acuerdo? ¿En qué punto están
bloqueadas?
El problema es sencillo: los acreedores de Grecia insisten en una austeridad incluso mayor
para este año y más adelante –enfoque que impediría la recuperación, obstruiría el
crecimiento, agravaría el ciclo deuda-deflación, y al final erosionaría la disponibilidad y
capacidad de Grecia para aplicar el programa de reforma que el país necesita con tanta
urgencia. Nuestro gobierno no puede aceptar –y no aceptará– un remedio que mostró durante
más de cinco años ser peor que la enfermedad.
La insistencia de nuestros acreedores en aplicar una mayor austeridad es sutil y al mismo
tiempo firme. Se pone de manifiesto en su exigencia de que Grecia mantenga superávits
primarios elevados que no son sostenibles (más del 2% del PIB en 2016 y superiores al 2.5% o
incluso al 3% en los años siguientes). Para lograrlo, tendríamos la obligación de aumentar la
carga global del impuesto al valor agregado al sector privado, reducir pensiones ya de por sí
reducidas en todos los sectores; y compensar las ganancias de la privatización (debido a los
precios deprimidos de los activos) con medidas de consolidación fiscal “equivalentes”.
La opinión de que Grecia no ha logrado una consolidación fiscal suficiente no solo es falsa, es
patentemente absurda. La gráfica (ver abajo) no solo lo muestra sino también explica
sucintamente por qué Grecia no ha tenido resultados tan positivos como por ejemplo, España,
Portugal, Irlanda o Chipre desde la crisis financiera de 2008. En comparación con los demás
países de la periferia de la eurozona, Grecia ha sido objeto de una austeridad de al menos el
doble. Eso es todo.
Después de la reciente victoria del primer ministro, David Cameron en Reino Unido, mi buen
amigo, Lord Norman Lamont, ex ministro de Finanzas, comentó que la recuperación
económica británica respalda la posición de nuestro gobierno. Recordó que en 2010, Grecia y
Reino Unido tenían déficits fiscales más o menos similares (en comparación con el PIB).
Grecia volvió a tener superávits primarios (que excluyen los pagos de intereses) en 2014,
mientras que el gobierno británico consolidó de forma mucho más gradual y aún no tiene
superávit.
Asimismo, Grecia ha enfrentado una contracción monetaria (que recientemente se ha
convertido en asfixia monetaria), a diferencia del Reino Unido, donde el Banco de Inglaterra
ha respaldado cada acción del proceso. El resultado es un continuo estancamiento de Grecia,
mientras que el Reino Unido ha registrado un crecimiento sólido.
Observadores objetivos de las negociaciones entre Grecia y sus acreedores que han durado
cuatro meses, no pueden evitar llegar a una simple conclusión: el mayor obstáculo, lo único
que impide llegar a un acuerdo, es la insistencia de los acreedores en que se aplique una
austeridad incluso mayor, aún a expensas del programa de reforma que nuestro gobierno está
dispuesto a aplicar.
Pagina 18 de 20
Evidentemente, la demanda de nuestros acreedores de una mayor austeridad no tiene que ver
con preocupaciones sobre una reforma verdadera o avanzar hacia un camino fiscal sostenible
en Grecia. Su única motivación es algo que solo los historiadores futuros – quienes sin duda
examinarán gran parte de la cobertura de los medios actuales con algo de escepticismo–
podrán averiguar.
Fuente: Project syndicate, 26.5.15 por Yanis Varoufakis, Ministro de Finanzas de Grecia
11. BOLIVIAN DISCONNECTION POR MIRKO LAUER
En esta historia todo era exagerado, y ahora se ha vuelto excesivo. La fuga de Martín
Belaunde Lossio era un caso policial con posibles implicaciones políticas. Ahora es un
incidente diplomático. Bolivia estaba administrando parsimoniosamente un reclamo judicial
peruano, y de pronto tiene entre manos un escándalo policial con una docena de detenidos.
El incidente diplomático tiene que ver con acusaciones cruzadas. Lima da a entender que se ha
permitido deliberadamente la fuga a pocos días del plazo final para la entrega de Belaunde. La
Paz sostiene que el aparato judicial peruano ha estado arrastrando los pies, dándole
innecesarias largas al momento de la entrega.
Como para confirmar que no tuvo nada que ver con la fuga, Evo Morales ha despedido a un
ministro y metido presos a varios funcionarios bolivianos, además de unos parientes de
Belaunde residentes en el vecino país. Con esto está diciendo que tiene las cosas claras
respecto de cómo se tramitó la segunda desaparición del peruano.
La claridad del gobierno boliviano sobre el tema tendría que ver con un soborno masivo de
autoridades y custodios bolivianos, de capitán a paje. Pero a días de las detenciones la policía
boliviana no ha soltado información sobre este aspecto de la historia. En especial sobre el
papel que habría tenido el ministro de gobierno Hugo Moldiz.
Luego está la versión del propio Belaunde, puntualmente transmitida a los medios. No
sabemos si el frustrado secuestro que denuncia era para empaquetarlo y enviarlo de vuelta, o
para desaparecerlo definitivamente. El mismo no da pormenores sobre sus fallidos
secuestradores, como tampoco da mayores detalles sobre su escapatoria, aunque dice que está
herido.
En sus varias facetas, la historia habla de desesperación. En una es la desesperación por traerlo
de vuelta. En otra la desesperación por sacarlo de Bolivia. En otra incluso una posible
desesperación por desaparecerlo. Más la desesperación de Belaunde por ponerse a buen
recaudo respecto de sus anfitriones bolivianos y sus perseguidores peruanos.
Vemos, pues, que se ha abierto un segundo caso. Uno es el de Belaunde mismo. Otro es el de
las relaciones entre los sistemas judiciales de dos países vecinos. Mucho va a depender de si
Morales logra capturar a Belaunde, o de si este ya ha logrado entrar a territorio seguro. Entre
los países mencionados están Paraguay, Venezuela, e incluso la remota Malasia.
A partir de aquí va a ser difícil convencer al público de que Belaunde no posee secretos de
Estado, explosivos y con muchos megatones. Además a estas alturas incluso puede haber
entrado en posesión de algunos secretos del gobierno boliviano, que ya lo ha tipificado, en una
iracunda declaración del propio Morales, delincuente internacional.Hay recompensa.
Fuente: La República, 28.5.15 por Mirko Lauer, escritor, poeta, ensayista y politólogo
peruano
Pagina 19 de 20
12. EL EXTRACTIVISMO SE TAMBALEA POR RAÚL ZIBECHI
La resistencia al extractivismo está barriendo el continente latinoamericano, de norte a sur, del
Atlántico al Pacífico, involucrando a todos los países, forzando a los gobiernos a sacar a sus
uniformados a las calles y decretar estados de emergencia para atemorizar a poblaciones que
ya no se dejan, porque están sufriendo las consecuencias del modelo.
La megaminería a cielo abierto, las grandes obras como las represas hidroeléctricas, los
monocultivos fumigados con glifosato y la especulación inmobiliaria, están siendo
respondidos como nunca antes en intensidad, extensión y duración. Los pueblos están
consiguiendo en los últimos años importantes victorias: paralización de la planta de semillas
de Monsanto en Malvinas Argentinas; detención del proyecto binacional de Barrick Gold,
Pascua Lama; aplazamiento de la construcción de decenas de represas, como sucedió con La
Parota, en México.
En las últimas semanas ha sido la población de Arequipa, sur del Perú, la que está forzando al
gobierno de Ollanta Humala a decretar un nuevo estado de emergencia, luego de la cuarta
víctima mortal por la represión policial en el marco de un paro indefinido que ya lleva más de
60 días contra el proyecto cuprífero Tía María, de la empresa Southern Copper.
Es probable que Perú sea el epicentro de las resistencias a la minería, con un promedio de 200
conflictos socioambientales desde 2008. En Brasil no sólo se resiste a la minería sino a los
grandes proyectos hidroeléctricos como Belo Monte, además de las múltiples resistencias a la
especulación inmobiliaria (extractivismo urbano), que avanza febrilmente en Río de Janeiro de
cara a los Juegos Olímpicos de 2016.
La pampa argentina es el epicentro de la resistencia al modelo soyero, donde destacan las
Madres de Ituzaingó, la Asamblea de Malvinas Argentinas, la campaña Paren de Fumigarnos
y los médicos comprometidos, que del 15 al 18 de junio organizan la Semana de Formación
Docente para la Ciencia Digna y la Salud Socio Ambiental, en Rosario.
Hasta ahora no existe una resistencia unificada ni centralizada, ni a escala regional ni en cada
uno de los países, pero la multiplicidad de luchas se coordina en las calles, sin necesidad de
aparatos unificados. Como señala el último informe del Observatorio de Conflictos Mineros
de América Latina (OCMAL), “todo este esfuerzo por sostener el extractivismo minero es
cada vez más criticado y deslegitimado por amplios sectores de la sociedad, y es que la
minería no logra convencer a la población de sus ventajas” (OCMAL, abril de 2015, p. 101).
Existe cierta similitud entre la actual resistencia al modelo extractivo y la resistencia obrera al
fordismo en la década de 1960. Los obreros fabriles consiguieron desarticular la producción en
base a una resistencia directa en cada sección y en cada taller, en base a la acción directa sin
depender de las burocracias sindicales, hasta que la disciplina y la división del trabajo fueron
derrotadas. Parece necesario insistir en que fue una lucha no institucional, ni siquiera
declarada abiertamente, pero tan efectiva que doblegó al capital en sus propios feudos, las
fábricas, forzándolo a una completa restructuración del aparato productivo.
Algo que podemos aprender de esa oleada de luchas obreras es que para derrotar un modelo de
dominación lo central es lo que sucede sobre el terreno donde ese modelo se aplica, siendo
completamente intrascendentes los gobiernos y las administraciones estatales. La lucha y la
resistencia directas son insustituibles, como enseñan las crónicas recopiladas en infinidad de
trabajos y relatos.
En este punto es necesario destacar que no hay un momento de derrota o “lucha final”, como
dice la estrofa de La Internacional, porque lo decisivo es el largo proceso de acciones directas
Pagina 20 de 20
que consiguen trabar el mecanismo de dominación. Desde que se implementaron el fordismo y
el taylorismo hasta que fueron desbordados y neutralizados transcurrió más de medio siglo;
dos o tres generaciones de trabajadores fueron necesarias para encontrar los puntos débiles del
engranaje patronal.
Lo que está sucediendo frente al extractivismo debe ser fuente de múltiples aprendizajes; con
un ojo puesto en la historia de las resistencias y otro en el presente, podemos sacar algunas
conclusiones.
La primera es que la resistencia la protagonizan pueblos indígenas, negros y mestizos en las
áreas donde se despliegan la minería, los monocultivos y las megaobras de infraestructura. Se
trata de un amplio y heterogéneo entramado de campesinos, trabajadores rurales y habitantes
de poblados, donde destaca el papel de las mujeres y sus familias. Es una lucha cara a cara
frente a empresas y gobiernos, casi siempre sin apoyo de las instituciones, que sólo se hacen
presentes cuando la mayor parte de la población ocupa las calles.
La segunda es la importancia de la defensa del agua, el principal bien común afectado por el
extractivismo. En algunos países, como en Uruguay, la población urbana comenzó a
reaccionar contra el modelo al comprobar el deterioro de la calidad del agua que consume. De
ese modo se pudieron articular alianzas de hecho entre rurales y urbanos, entre colectivos de
base y sindicatos, entre trabajadores y científicos
La tercera es la variedad de formas de lucha que, en algún momento, ganan en masividad
provocando estallidos sociales que no son espontáneos sino fruto de una prolongada labor de
difusión y de organización. Algo de esto sucede estos días en Arequipa, cuando la mayor parte
de la población de aldeas y pueblos, primero, y de la gran ciudad, después, se vuelca contra la
minera.
La cuarta es la importancia de los pequeños grupos locales y territoriales, integrados por
militantes y vecinos, en general jóvenes. Este tipo de grupos son decisivos porque de ellos
parte la información inicial que habilita el debate entre sectores más amplios de las
poblaciones afectadas.
El extractivismo está lejos aún de ser derribado. Pero ya vemos cómo se tambalea
Fuente: La Jornada, 29.5.15 por Raúl Zibechi, escritor y pensador-activista uruguayo
Tel: 591 2 279 96 73
Fax: 591 2 211 7326
Calle 21 Nr. 8227 Torre Lydia, oficina 201, Calacoto, La Paz – Bolivia
Edición a cargo de Ronald Grebe