folleto de exposición

Fernando Pradilla
Éros c’est la vie
C/ Claudio Coello 20. 28001 Madrid
Teléfono / Tel. no.: +34 91 575 48 04
[email protected]
www.galeriafernandopradilla.com
Director / Manager:
Fernando Pradilla
Lunes – viernes / Monday – Friday: 10.30 – 20.30 h.
Sábado / Saturday: 11 – 20.30 h.
Comisariada por / Curated by
Arturo Prins, Sofía Fernández,
Miguel Cereceda
Artistas / Artists
José Aja, Alejandro Bombín, Luis
Caballero, Pepe Carretero, Juan
Francisco Casas, Pedro Castrortega, Manuel A. Domínguez
Gómez, Sandra Paula Fernández,
Carlos Franco, Esther García Urquijo, Carmen González Castro,
Germán Gómez, Alvar Haro,
Maurizio Lanzillotta, Diana Larrea,
Moisés Mahiques, Estefanía Martín Sáenz, Nicolai, Guillermo Peñalver, Hélène Picard, Arturo
Prins, Isabel Rico, Luis Rodríguez
Vigil, Juan Saliquet, Alberto Sánchez, José Luis Serzo, Carolina
Solar, Santiago Talavera, David
Trullo, Marina Vargas
11/04 > 31/05/2015
Manifiesto de la lujuria
Arturo Prins, Sofía Fernández, Miguel Cereceda
Harta ya de las estupideces machistas de sus compañeros futuristas, harta de sus proclamas belicistas y de su “desprecio de la mujer”, el 11 de enero de 1913 publicó Valentine de Saint-Point en
París un “Manifiesto de la Lujuria”. Valentine era una aristócrata que mantenía un salón artístico y literario, en el París de la Belle Époque, al que asistían poetas como D’Annunzio y artistas como
Mucha o Rodin. En dicho manifiesto, Valentine no sólo llamaba a una defensa y exaltación de la mujer,
sino que invitaba sobre todo a la lujuria, como principio liberador y emancipatorio. Lo que ata y
somete a las mujeres, señalaba, es el viejo histrionismo del amor, y por eso su “Manifiesto”, en el que
se incitaba a hacer de la lujuria una obra de arte, era también una rabiosa proclama antirromántica.
«Dejemos de burlarnos del deseo —escribía—, esta atracción, sutil y brutal al mismo tiempo, de dos
carnes, no importa el sexo que sean, de dos carnes que se desean, que tienden a ser una sola. Dejemos de burlarnos del deseo disfrazándolo bajo los lamentables y piadosos despojos de la vieja y
estéril sentimentalidad. No es la lujuria la que desagrega, disuelve y aniquila, sino las hipnotizantes
complicaciones del sentimentalismo, los celos artificiosos, las palabras que embriagan y engañan,
el patetismo de las separaciones y de las fidelidades eternas, las nostalgias literarias; todo el histrionismo del amor».
Siguiendo sus recomendaciones, hemos querido ocuparnos en esta exposición de la idea de la
lujuria como obra de arte y del potencial emancipatorio y liberador del erotismo. Y así, con el título
duchampiano Éros c’est la vie, afrontamos una reflexión sobre el erotismo en el arte contemporáneo,
con la intención de explorar sus componentes vitalistas, festivos y amorosos en tiempos de crisis.
De hecho, es sorprendente que todavía el erotismo siga siendo una fuerza subversiva y transgresora.
En la época de internet, en la que todo el mundo tiene fácil acceso a las páginas pornográficas más
estrafalarias, y en la época de la publicidad comercial invasiva, en la que el componente pornográfico
impregna todo lo que toca, parece mentira que el erotismo siga manteniendo, todavía en el mundo
del arte, algún tipo de energía corrosiva o transformadora. Si todavía ofende, molesta o incomoda
se debe sin duda a que en el erotismo sigue habiendo un principio vital que no se deja someter ni
reducir fácilmente a esquemas de adecuación y conveniencia. De algún modo el erotismo sigue reñido con lo políticamente correcto, con lo conveniente, con lo adecuado y con las buenas maneras.
Lo que evidencia que, bajo el nombre de erotismo, se sigue moviendo algo que, en términos de Roberto Esposito, podríamos caracterizar como “impolítico”.
Es cierto que siempre ha molestado a la mojigatería. Pero la mojigatería no era sólo la de las beatas
clericales o la de los censores reaccionarios, sino que tiene múltiples disfraces: desde el adusto reproche del viejo izquierdista, hasta el exabrupto y la condena de la nueva feminista. Éros c’est la vie,
la irónica consigna duchampiana, trata de pensar entonces en la fuerza del erotismo como principio
vital, frente a la depresión económica, ideológica, psicológica y política en la que quieren sumirnos.
La idea general es la de abordar el tratamiento del erotismo en el arte español contemporáneo, atendiendo a una notable diversidad de enfoques. No está entre ellos ni el de escandalizar ni el de provocar
la lascivia del espectador, sino más bien el de acercarnos a distintas miradas (masculinas o femeninas,
homo o heterosexuales) sobre el milagro y el enigma de la sexualidad. Sin duda, lo que más nos interesa es el tratamiento intelectual del problema y la perspectiva que el acercamiento del arte nos proporciona, sobre los nuevos modos y maneras de vivir la sexualidad en la cultura contemporánea.
José Aja. La jolie irlandaise, 2012
Óleo sobre lienzo, 197 x 251 cm
Maurizio Lanzillotta
Acrobat, 2014
Impresión digital sobre papel fotográfico, 33 x 50 cm
Pedro Castrortega. Danza copular 1, 2012
Oral elegance, 2008
Dibujo sobre papel, 112 x 85 cm
Impresión digital sobre papel fotográfico, 31 x 50 cm
Diana Larrea
Serie Gabinete Oriental , 2007
Tinta y acuarela, 40 x 30 cm. c. u.
Germán Gómez. Sin título, serie Piel, 2015
C-Print sobre cuero e hilo, 130 x 100 cm. aprox
Pieza única
Hélène Picard
Red Lace, 2014. Acuarela, 16 x 24 cm
Red Panties, 2014. Acuarela, 16 x 24 cm