E studio de un caso L OG I BY T E La soledad del mando La Revista invita a todos los lectores que lo deseen a realizar un análisis del caso LOGIBYTE y enviarlo a [email protected]. Un Comité de profesores hará un análisis crítico de cada informe basado en la Metodología de Análisis de Casos con el fin de realizar una devolución particular. Si el Comité lo entendiera pertinente, los mejores informes serán publicados identificando al autor, que podrá optar por utilizar un pseudónimo. Los informes deben incluir una recomendación al problema que enfrenta el protagonista del Caso, considerando las cuatro etapas de análisis del Método del Caso. Como apoyo, se puede acceder a la notatécnica El método científico de la toma de decisiones en www.ieem.edu.uy/metododelcaso/ Los informes tienen un límite de mil palabras y serán recibidos hasta el día 31 de marzo de 2015 LOGIBYTE (ICP-001) es un caso de la División de Investigación y Análisis del IEEM preparado por el profesor Pablo Regent como base de discusión en clase y no como la gestión adecuada o inadecuada de una situación determinada. Agosto 2014. Prohibida su reproducción, total o parcial, sin autorización escrita del IEEM. Derechos reservados, IEEM, Universidad de Montevideo. 66 Revista de Negocios del IEEM | Febrero 2015 E stimado Miguel, el directorio ha recibido con gran satisfacción tu mail del jueves pasado en el cual nos comunicaste la obtención del contrato con TRANSPUEBLA. Este proyecto nos abre muchas posibilidades futuras de desarrollo en el mercado mexicano. Aunque sabemos que se trata de un desafío enorme para tu unidad, que de salir mal afectaría en mucho tus resultados, en el directorio nos sentimos muy confiados con que vas a volver a tener éxito como ha sido la constante en los últimos siete años. Quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que haga falta en este proyecto. Un abrazo, Javier Palafox Presidente LOGIBYTE es una empresa de consultoría dedicada al sector de transporte, tanto de pasajeros como de cargas. Su propuesta de valor apunta a optimizar el uso de la flota, estableciendo compromisos de mejora en tiempos de respuesta, ahorro de insumos y todo aquello que sea de interés para las empresas del sector. La oferta de productos y servicios se divide en aplicaciones enlatadas que se venden por canales tradicionales, diseño de soluciones trabajando junto al cliente, implementaciones de desarrollos propios o de soluciones propietarias. En los últimos años también había crecido el servicio de operación de sistemas en la casa del cliente con personal propio de LOGIBYTE. LOGIBYTE fue fundada en Uruguay en 1987 por tres compañeros de universidad, y ofrecía soluciones informáticas principalmente a empresas estatales. A fines de los noventa su negocio había crecido en Argentina, con un fuerte énfasis en el sector de transporte. La crisis del 2001 llevó a que uno de los socios abriera actividades en Paraguay, y en 2005 comenzó a trabajar en los estados brasileños de Rio Grande do Sul, Santa Catarina y Minas Gerais. En el 2007, un grupo chileno compró el sesenta por ciento del paquete accionario y nombró gerente general a Miguel Puppio, que hasta la fecha había sido el responsable de la unidad de desarrollo de nuevos negocios. Miguel estaba en la empresa desde 2001, cuando había sido contratado para trabajar en el primer proyecto en Asunción, antes se había desempeñado en el área de sistemas de la principal compañía de transporte de pasajeros uruguaya. Un año después, luego de algunas diferencias con sus socios uruguayos, el grupo mayoritario ejerció la opción que tenía sobre el saldo de las acciones y se hizo con el total del paquete accionario. A partir de ese momento, Miguel pasó a depender directamente del presidente del grupo en Chile, que le dio la más amplia autonomía condicionada a una fuerte responsabilidad de crecimiento. Desde aquel año hasta el momento, Miguel logró que la empresa duplicara su facturación en Uruguay, la triplicara en Paraguay y Argentina, a la vez que consiguió proyectos de importancia en siete estados brasileños. En resumen, LOGIBYTE facturó en 2013 casi sesenta millones de dólares con un EBITDA de cuatro millones. Miguel continuó con la tradición que había sido exitosa para la empresa desde su nacimiento: escalabilidad en lo que saben hacer, foco en un sector o problema que resolver, crecimiento en mayor valor agregado a través de soluciones más sofisticadas, desarrollo de competencias en la plantilla de consultores a través de involucrarse en proyectos cada vez más complejos, internacionalización hacia países con potencial de negocios sustentables. El grupo chileno propietario de LOGIBYTE era un conglomerado diversificado con ventas consolidadas de setecientos millones de dólares, con operaciones en todos los países de América Latina con excepción de Venezuela y Bolivia. Estructura organizativa Miguel contaba con un directorio formado por el gerente financiero, Antonio Almada, el abogado de la empresa, un director independiente y el presidente del grupo, Javier Palafox, que seguía las sesiones mensuales vía teleconferencia, con excepción de la sesión que coincidía con la asamblea anual de accionistas, en la que visitaba Uruguay junto con dos directores corporativos. Miguel viajaba mensualmente a Santiago para asistir a la sesión de planificación y seguimiento. En el día a día, Miguel contaba con un comité de dirección formado por cuatro altos gerentes que cubrían las áreas funcionales, administración, operaciones, comercial y recursos humanos. Ocho líderes de proyecto formaban la columna vertebral de la compañía. Cada uno de estos líderes (directores) se encargaba de un conjunto de proyectos, reportando directamente a Miguel. Los ocho directores gestionaban sus proyectos con gran autonomía, siendo todos profesionales con al menos cinco años de antigüedad en la empresa. Revista de Negocios del IEEM | Febrero 2015 67 E studio de un caso El grueso del personal eran consultores, casi todos ingenieros en sistemas informáticos, pero también en electrónica y telecomunicaciones, más algunas otras profesiones asociadas al sector logístico y transporte. Los consultores seguían un cursus honorum que necesariamente comenzaba con el nivel junior, que demandaba largas jornadas de trabajo, viajes y una relación costo-beneficio apalancada por una muy buena oportunidad de aprendizaje; luego se ascendía a consultor ejecutivo, que mejoraba en retribución y responsabilidad asignada, por último estaban los consultores senior, que eran quienes llevaban adelante la dirección operativa de los proyectos. Los líderes de proyecto eran las personas que asumían la responsabilidad de prospección, venta y dirección política de los contratos. El sistema de retribución estaba muy orientado al resultado. Los consultores junior y los consultores ejecutivos recibían retribución fija, con una escala salarial rígida que permitía variaciones en cada una de las dos categorías no mayores al 20 % entre el junior peor y mejor pago, y de 30 % en los ejecutivos. Los senior recibían un salario fijo con un intervalo de variación de 40 %, pero además podían llegar a obtener un bono que variaba entre dos y cuatro salarios anuales. Si un senior no recibía bono en dos ejercicios consecutivos, muy probablemente fuera despedido. Los ocho líderes de proyecto recibían la misma retribución fija y un variable directamente asociado al cumplimiento o superación de las metas presupuestales de los proyectos a su cargo. Cuando un líder participaba en la venta de un contrato y luego no se hacía cargo del proyecto, por decisión propia o de la gerencia, quedaba asociado al resultado del proyecto para sus bonos futuros, en una proporción significativamente menor al del líder que se ocupaba de la ejecución. El proyecto En el año 2012, a partir de un cliente con algunas relaciones en México, Miguel inicio contactos con TRANSPUEBLA, una empresa mexicana dedicada al transporte de pasajeros en todo el territorio a la vez que uno de los principales operadores logísticos de carga y transporte internacional con Estados Unidos. Álvaro Jiménez 1, uno de los ocho directores de proyecto, asumió la responsabilidad de liderar la venta. Luego de mucho esfuerzo, viajes y estadías, se consolidó una propuesta de servicio que excedía en mucho las mejores expectativas que Miguel pudo haber tenido. La propuesta significaba una estimación de casi treinta millones de facturación en los próximos tres años, con altas exigencias de servicio por parte del cliente y un potencial de visibilidad enorme en el resto del sector mexicano. Álvaro contó con el apoyo de Miguel en el cierre de las negociaciones que fueron muy duras y cansadoras. Finalmente, el 30 de mayo de 2014, con la presencia de la alta dirección de TRANSPUEBLA y el propio Miguel acompañado de Álvaro, se firmó el contrato, que exigía que LOGIBYTE abriera una oficina en Puebla antes del 30 de agosto, para desde allí cumplir el contrato. El proyecto contaba con algunos desafíos muy duros. A juicio de Miguel, los servicios exigidos obligarían a hacer adaptaciones significativas en el campo a los sistemas que hoy operaba LOGIBYTE. Esto llevaría a contar con un equipo de veinte consultores en la primera etapa, que se estabilizaría en el segundo año en no menos de cincuenta. La mayoría de ellos deberían ser contratados en México, pero al menos seis o siete serían consultores de la plantilla actual. Miguel también sabía que el equipo debería trabajar tan metido dentro de TRANSPUEBLA, que anticipaba que la gestión cultural con la idiosincrasia de una empresa muy autoritaria y dominante como 1. Álvaro Jiménez, 44 años, ingeniero en sistemas y MBA, en la empresa desde el año 1998, ingresó como consultor junior proveniente de una empresa de software en la cual se desempeñaba como programador. Casado, cuatro hijos de 14 a 4 años 68 Revista de Negocios del IEEM | Febrero 2015 lo era TRANSPUEBLA, no sería un asunto menor. Por otra parte, Miguel estaba muy preocupado con el resultado del contrato. Era tan importante en volumen, que si las cosas salían mal probablemente se comiera todo el resultado del resto de la empresa. Esto era preocupante, pues si bien Miguel actuaba con mucha autonomía (basada en que en cada uno de los ejercicios anteriores todo lo que había prometido a los chilenos se había cumplido) y Palafox lo apoyaba, este era un hombre al que no le gustaba recibir malas noticias. Por otra parte, Miguel tenía muy claro que si lograban tener éxito, las posibilidades de desarrollo en el negocio mexicano eran enormes. Una estimación muy primaria permitía pensar que el negocio de LOGIBYTE en México llegaría a sesenta millones de dólares al año en los próximos cinco años. La decisión El 2 de junio, apenas llegado de México, Miguel se reunió con Antonio, que además de ser parte del comité de gerentes, oficiaba de mano derecha para todas las decisiones complejas. Lo que sigue es un extracto de la conversación. —Felicitaciones Miguel, esto sí que es un golazo. Si hace dos meses me hubieras dicho que esto iba a salir de esta forma no lo hubiera creído. Me imagino que estarás fundido. —Fundido pero contento. Los mexicanos son duros y negocian hasta lo último, pero son serios. No te imaginás lo respetados que son en el sector. Creo que no hay mejor forma de entrar en América del Norte que con ellos. Pero no te llamé para descorchar la botella, eso lo vamos a hacer el sábado con todos los demás comiendo un asadito en casa. Ahora me gustaría hablar de un asunto que me tiene un poco intranquilo. Se trata de la elección del líder para el proyecto. Es demasiado grande para que vaya mal, tenemos que apostar al mejor. —O a la mejor. Creo que Felicia 2 es la candidata cantada. Además, por algunos comentarios que he escuchado, todo el mundo da por sentado que va a ser ella. Yo creo que ella está encantada con la idea. Quizás el que no se ponga muy contento sea Álvaro, imagino que después de haber cerrado tan bien la venta se juega en fija que él es el candidato. —Podría ser también Sergio 3, pero ya hace tiempo que ha pedido que no le pongan proyectos en el exterior. Desde que tuvo el infarto arreglamos que le limitaríamos los viajes al exterior. Igual es el que lleva los contratos más complejos acá y en Buenos Aires, siempre con buenos resultados. Volviendo a Felicia, antes de irnos con Álvaro a México me reuní con ella. Le pregunté si estaría dispuesta a liderar México, aunque le advertí que no era la única en carrera. Le expliqué que la liberaría de los demás trabajos a su cargo y que tendría que vivir en México, al menos tres semanas al mes. La vi entusiasmada, como es ella con todo lo que hace, pero me dejó frío con lo que me pidió. Un bono extra por fuera del sistema de compensaciones. —¿En serio? Un bono extra, ¿por qué? —Me dijo que estaba de novia y con planes de casarse. Que con treinta y ocho años no tiene mucho tiempo para perder. Que el proyecto le interesaba mucho pero pasar tanto tiempo lejos tenía un alto costo para ella. Por otra parte, fue clara en hacerme saber que sabe que ella es la mejor y la única en posición de hacerse cargo del proyecto. Me dijo, “me lo ofrecés pues es clave para LOGIBYTE y para vos, me parece fenómeno, pero yo también quiero ganar”. Me quedé helado. Sabía que Felicia era muy profesional, por llamarlo de alguna forma, pero nunca tanto. 2. Felicia Casoux, 38 años, ingeniera en sistemas con un posgrado en gestión de proyectos y un MBA, en la empresa desde 2004, ingresó como consultora junior proveniente de una empresa de servicios de trasmisión de datos donde se desempeñaba como ejecutiva de cuentas. Soltera. 3. Sergio Montini, 53 años, ingeniero eléctrico, en la empresa desde 1992, ingresó cuando no había estructura de cargos definida proveniente de una empresa pública a la cual LOGIBYTE le había vendido su primer contrato. Casado, dos hijos casados, dos nietos. Revista de Negocios del IEEM | Febrero 2015 69 E studio de un caso —A mí también. Ella ya está en el tope de la escala. Además, nuestro sistema de incentivo paga un bono muy generoso sobre la rentabilidad del proyecto, por el simple hecho de llevar sobre sus hombros el proyecto mayor, su bono va a ser superior al que ganaba, y a lo que ganan los demás. Nadie tiene diez millones de dólares de facturación a su cargo, ni siquiera Sergio. —Eso mismo le expliqué. Pero insistió en que desea un pago extra, algo así como un welcome fee equivalente a seis salarios. En parte creo que es debido a que desea mudarse y está un poco apretada de plata. No me lo dijo pero he escuchado algo por ahí. —Lo que pasa es que si le decís que sí, los demás van a pedir algo similar. Además… —Me dijo que lo podíamos mantener en privado. Que ella no compartía la política de transparencia en los salarios. La respetaba pues era una norma de la empresa, pero esa no podía ser la excusa para no darle el bono. —No me gusta. ¿Y Álvaro? En realidad él cerró el negocio, y sus proyectos siempre cierran dentro de lo presupuestado. —Pero lo hace con el corazón en la boca. Siempre está estresado. Además los proyectos que tiene son más simples. Acordate el negocio con FINANSILVER. Si no me hubiera metido no sé dónde terminábamos. —Me acuerdo que pensaste en echarlo, pero después se te pasó. Por otra parte, después la fue llevando bien. —No tanto, trabaja bien, pero cuando el proyecto tiene muchas puntas hace un poco de agua. —Pero darle un bono a Felicia por atrás. No sé, no va mucho con tu forma de ser. —Sí, ya sé, por eso en México, antes de volver hice una gestión que puede ser una solución. Me reuní a solas con Francisco Villar . —¿Con Pancho? No sabía que estaba en México. Pensé que seguía en Washington. —Hace ya un año está en TOLTECA, a cargo del negocio de consultoría para México y el Caribe. Vos sabés que Pancho es un fenómeno. Si no hubiera sido porque su mujer consiguió ese puesto en el Banco Mundial, hubiera seguido con nosotros. Vive a medias entre Washington y México, está contento, con muchas ganas y se mostró dispuesto a aceptar un subcontrato. —Subcontratar a TOLTECA suena un poco raro. Deben estar facturando diez veces más que nosotros. ¿No debería ser al revés? —Puede ser, pero Pancho me dijo que nuestro precio es muy bueno, que se haría cargo llave en mano, y por lo que hablamos alcanzaría para tener un resultado casi tan bueno, o mejor, que el que lograríamos si lo hacemos nosotros. Por otra parte, Pancho más TOLTECA me deja tranquilo al cien por ciento. Nosotros solo deberíamos poner al líder del proyecto, y ahí sí podría ser Álvaro, para mantener la relación con el cliente. de dólares y al menos proyectos en ocho países de América. Si esto se lograba con aceptables indicadores de rentabilidad, se iniciaría un plan de venta de la empresa en el mercado norteamericano, y en tal caso, Miguel tendría un suculento premio vinculado al precio. Para Miguel, con casi cincuenta años y una vida de trabajo muy dura, significaba alcanzar la tranquilidad que siempre había deseado. Por otra parte, Miguel enfrentaba una situación familiar complicada. Con tres hijos adolescentes, la enfermedad que se le había despertado a su esposa un año atrás lo había obligado a estar mucho más dedicado a su familia. Si bien la enfermedad estaba controlada, Miguel deseaba no alejarse tanto de su casa como hasta ahora había sido lo usual. Por eso, una alternativa que había estado manejando durante las largas horas del vuelo no lo atraía mucho. Él podría ponerse el proyecto al hombro y liderarlo durante el primer año, con Álvaro como adjunto. Sería un gran sacrificio en viajes y ausencias, pero estaba seguro que lo sacaría adelante, como ya lo había hecho cuando abrió las operaciones en Curitiba, Belo Horizonte y, más reciente, la muy difícil San Pablo. Por último, Miguel estaba decidido a que si lograba llevar la empresa a la venta y cobrar su premio, se retiraría para dedicarse a alguna actividad consultora menos exigente. Si así era, debía dejar arreglada la sucesión en la gerencia general. Y sabía que quien liderara el proyecto de México sería el candidato cantado. Deténgase. Lea atentamente. Piense. “Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces entonces estás peor que antes” Confucio (551- 479 AC), filósofo chino. La duda —Me cuesta mucho no darle la responsabilidad a Álvaro. La venta la hizo muy bien. Me da pena realmente pues creo que si no se lo damos, interpretara que acá no hay carrera para él. —En parte es así. Miguel volvió a mirar el mail que había recibido de Palafox. Se sentía inseguro. Había luchado para sacar el proyecto de México. Era clave para poder llegar a las metas que tenía en su contrato. Los chilenos, luego de comprar el cien por ciento del paquete accionario, le habían dicho a Miguel que su meta era hacer crecer a LOGIBYTE hasta los cien millones GOOGLEÁ continúa ... CLAUSTRO IEEM 70 Revista de Negocios del IEEM | Febrero 2015 Revista de Negocios del IEEM | Febrero 2015 71
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