Los chistes de Fernando

Los chistes de Fernando
Fernando era el gracioso de la clase. Siempre que se aburría decía
tonterías y no paraba de decir una tras otra hasta que un día en la clase
de Matemáticas con la profe Carmen, como se aburría mucho, empezó
a contar chistes. Toda la clase se reía, excepto una persona, Antonio el
guaperas.
Antonio había tenido, durante varias semanas, una relación con Lucía,
la rompecorazones. No se sabe muy bien por qué, pero habían roto. El
estaba muy triste y enfadado porque Lucía empezó a salir con otro
chico, Alex el repetidor.
Como estaba muy enfadado y no tenía humor para oír chistes, se
levantó y empezó a insultar a Fernando. Le dijo que sólo tenía amigos
cuando contaba chistes, pero que en su casa estaba totalmente solo,
que sus padres no le hacían caso y que hacerse el gracioso era una
forma ridícula de llamar la atención.
Fernando se sintió tan mal que se echó a llorar sin parar. No tenía
consuelo. Todos sus compañeros se levantaron a apoyarlo. Le dijeron
que no hiciera caso de lo que le había dicho Antonio, y que pasara de
él. Incluso los amigos de Antonio le dijeron que estuvo muy mal lo que
había hecho.
En ese momento entró Pedro, el director del centro, que escuchó el
jaleo. Se dirigió a Alberto, el empollón de la clase, y éste le contó lo que
había sucedido. De pronto, Lisa la delegada del grupo, levantó la mano
y le dijo al director el motivo por el cual Antonio estaba de mal humor.
Pedro le pidió a Antonio que saliese un momento fuera de la clase.
Después de que terminaran de hablar, entraron de nuevo al aula y
Antonio, sabiendo que había actuado muy mal, se acercó a Fernando
y arrepentido, con mucha vergüenza, le pidió disculpas.
En ese momento, Joaquín el despistado, preguntó en voz alta: ¿qué ha
pasado? Todos se echaron a reír y Paloma, la ocurrente, le contó con
todo detalle lo que había sucedido. Mientras la mayoría escuchaba
con atención el relato de Paloma, Mari Carmen, la recién llegada,
pensaba: ¡madre mía, lo que me espera! Intentaré no tener problemas
con mis compañeros, menos mal que queda poco para terminar el
curso.
Cuando Paloma terminó su relato, Fernando le dijo a Antonio que
aceptaba sus disculpas y se dieron un gran abrazo. Al finalizar el curso
terminaron siendo muy buenos amigos.