Eligiendo Ganadores Cómo elegir ganador en una - Astroworld

Eligiendo Ganadores
Cómo elegir ganador en una
competición deportiva
Presentado por Francisco Lorenzo-Astroworld
Aprende la esencia del conocimiento astrológico
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Cómo elegir ganador en una competición deportiva
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Cómo elegir ganador en una competición deportiva
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ELIGIENDO GANADORES
DONALD A. BRADLEY
Donald A. Bradley fue uno de los investigadores más relevantes de la década de los
cincuenta. Poseía el extraño don de una percepción aguda y certera, gracias a la cual le
fue posible encauzar sus descubrimientos hacia deducciones precisas y transmitirlas a
los estudiantes en un lenguaje claro y comprensible. Sin duda, perfiló todo un estilo de
aplicación práctica que salía de los clásicos sistemas trillados, empleando nuevas reglas
y términos, que representaron un avance en la comprensión de la Astrología.
«Eligiendo Ganadores» es un libro clásico de Astrología Horaria. Para el Análisis de
una carta de un partido de competición, deben tenerse en consideración todas los
informaciones y artificios recogidos de ambas técnicas astrológicas: la horaria y la natal.
Es un libro completo que estudia fórmulas y soluciones para los problemas que se
originan cuando se intenta seleccionar un ganador o desentrañar el resultado de un
partido de competición de carácter público -fútbol, béisbol, baloncesto, hockey, boxeo,
tenis, etc.
Principios y Práctica de un Análisis de Competición
A pesar de ciertas objeciones filosóficas que se hacen al uso de la Astrología como
medio de ayuda para los objetivos de la especulación, la formación y la práctica en la
técnica de predecir resultados es una asignatura propia de todo curriculum astrológico.
Debemos reconocer que nuestra ciencia se mantiene o decae según sus posibilidades
para describir tendencias o indicar cualidades y puntos particulares en una escala de
tiempo. Siendo así, ocurre que cuando todos los componentes son naturalmente iguales
o presentan alguna desventaja, el resultado de una competición puede ser predicho con
el mismo grado de certeza como el que se fundamentan los otros juicios astrológicos.
El análisis de competición es un arte abrazado por esta rama de nuestro estudio
conocido como Astrología Horaria, pero exige toda la consideración de la información y
artífices recogidos de la maestría de ambas técnicas: horaria y natal. De aquí que, para
lograr una profesionalidad en el análisis genuino de una competición, más que un
conocimiento superficial de la Astrología, es requisito absoluto el conocer a fondo esta
disciplina. Los lectores interesados en este artículo, atraídos por su título y con grandes
esperanzas de descubrir una fórmula segura para hacerse ricos, se van a sentir
desalentados ya desde el principio de nuestra exposición.
En la Astrología profesional de los siglos XVII y XVIII de nuestra era, el análisis de
competición era una parte importante, a juzgar por las numerosas técnicas elaboradas y
métodos adivinatorios que estuvieron en boga y fueron extensamente difundidos a
través de la literatura de aquellos tiempos. Por eso, con el advenimiento de los nuevos
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cánones de pensamiento espiritual en el siglo XIX, la literatura astrológica perdió su
sabor críptico y cabalista. La nueva tendencia, que perduró hasta las primeras décadas
del siglo XX, se caracterizaba por un dogmatismo Victoriano extrañamente mezclado
con preceptos ocultos de origen oriental. Los líderes astrológicos respiraban una nueva
vida dentro del arte de las estrellas y mantenían un alto grado de consistencia a pesar de
los curiosos puntos de vista que iban apareciendo en cada tesis y libro de texto. La
nueva actitud, sin embargo, era más religiosa que científica, y se convirtió en una
herejía al persistir en una Astrología divorciada del misticismo. Se creía que el uso de la
Astrología como un medio de lucro era una perversión de la ciencia divina.
La misma actitud iba ganando terreno entre los astrólogos de Estados Unidos, pero la
Astrología americana estaba destinada volverse científica y práctica. Unos cuantos
astrólogos eminentes se liberaron del estereotipo basado en unos valores místicos y
produjeron una valiosa literatura que reducía la Astrología a su esencia operante.
Innumerables individuos se benefician actualmente de su aplicación práctica a nivel
astrológico. Esta literatura tiene un mínimo de conjeturas metafísicas. En lugar de
abstracciones literarias que se erigen como desviaciones mórbidas de la Astrología,
podemos leer una filosofía de la Astrología. Es la filosofía natural del hombre moderno
que busca seguridad, descubrimiento y paz mental.
Existe un buen número de libros excelentes que tratan sobre la interpretación y el
análisis de las cartas horarias de uso corriente, por ejemplo, la simple pregunta relativa a
las decisiones o aventuras, o la demanda de información no evidente en el aspecto
superficial de una información. Cada estudiante debería intentar perfeccionar sus
conocimientos con la práctica de las técnicas horarias, a través de los textos antiguos
como guía material y su experiencia actual como autoridad final. El limitarse uno
mismo solamente a las cartas natales siempre prueba ser un freno a la plena apreciación
de las inferencias astrológicas. La Astrología Horaria es el complemento natural o la
expansión de las técnicas natales, por medio de los procedimientos horarios uno se
convierte en adepto al reconocer la expresión de las influencias planetarias en «las
pequeñas cosas» de la vida que normalmente escapan a nuestra atención.
Esta tesis se confina a una generalización de los procedimientos horarios cuando éstos
se relacionan con los análisis de competición. Continuando con la presunción de que es
posible predecir correctamente los resultados de una competición con los métodos
horarios, pasemos a considerar las suficiencias y limitaciones del análisis de
competición, a perfilar las reglas tradicionales para hacer juicios, y transmitir a nuestros
lectores lo que la experiencia nos ha enseñado como válido en la vía de la
interpretación.
Las reglas tradicionales para hacer juicios aparecen como simples cuando queremos
integrar en nuestras mentes las instrucciones dispersas dadas en los libros de texto para
la delineación. Sin embargo, el actual campo de trabajo siempre prueba ser mucho más
complicado de lo esperado, debido a las innumerables corrientes de factores
contradictorios que modifican las condiciones y los grados de influencia que
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desesperadamente uno va descubriendo en casi cada carta horaria. Incluso para el
novato, la aparente irracionalidad de la teoría en sí misma, repleta de pretextos a
menudo irreconciliables con una visión lógica del tema, todavía resulta más
desalentadora. Con ello queremos significar que las reglas habituales para la delineación
se hallan tan remotamente alejadas de un aparente sentido común que el estudiante
inteligente se ve destituido de cualquier confianza en sí mismo. La confianza es la
propia capacidad para llegar a una conclusión estable, requisito indispensable para una
aplicación afortunada de la Astrología. Nuestro objetivo, en este artículo, es integrar los
preceptos relativos a este problema, probados en el tiempo pero mal conservados, y
exponerlos nuevamente en términos modernos y aplicables para el beneficio de aquellos
estudiantes que se han dado cuenta que esta nueva formulación es deseable y necesaria.
El sumun de un análisis de competición debería ser naturalmente un sistema en el que la
predicción se basara en un examen exhaustivo de las cartas natales de todos los
contrincantes involucrados. Esta actuación, sin embargo, es más bien improbable en la
mayoría de las circunstancias y imposible en muchas, debido a las dificultades que uno
debe hacer frente para recoger los datos, levantar y rectificar cartas, y hacer un estudio
comparado de cada una de ellas por medio de tránsitos, progresiones, etc.
Pero sí esto pudiera realizarse, los elementos a observar en cada una de las cartas sería
la vitalidad, la capacidad de estar alerta y el temperamento momentáneo de los
jugadores, juzgados individualmente y en grupo. La razón para aislar estos cuatro
factores son obvios incluso para el profano, puesto que son los ingredientes principales
de la receta para conseguir el éxito por medio del entusiasmo. Un sistema de valores
ofrece el mejor procedimiento para evaluar estos factores en una larga serie de cartas.
La vitalidad es relegada al Sol, a la Luna y a Marte. La capacidad de estar alerta suele
estar determinada por Mercurio y Urano. La valoración psicológica (si la tendencia es
optimista o pesimista, exaltado o depresivo) es un poderoso determinante para el
resultado de la competición. El indicador del temperamento inmediato de los
contrincantes es estimado a través de Venus, Júpiter, Saturno y Neptuno.
Con toda probabilidad, algunos tipos de competición son inmunes a las indicaciones de
suerte común y deben recibir una consideración especial. Nos referimos a las
competiciones que suelen describirse como «combates de agudeza o de ingenio», donde
el resultado se decide por la preparación, más bien que por la suerte. Esto incluiría una
información y examen previos de ciertos jugadores, por ejemplo, de cartas o de ajedrez.
Probablemente, el resultado de una partida de ajedrez depende de las natividades de sus
oponentes, aunque naturalmente la carta astrológica levantada para el momento del
inicio de la competición debe ser examinada a la luz de las cartas natales involucradas.
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El Cómo y el Por qué
Normalmente, Una carta horaria para el tiempo y el lugar del acontecimiento -ya se trate
de un partido de fútbol, béisbol, baloncesto, hockey sobre hielo, boxeo o tenis- será
suficiente para revelar al ganador, independientemente de la suerte personal de los
jugadores. Puede que el escéptico se cuestione: ¿Por qué, y de qué manera, un
determinado horóscopo describe al ganador de un partido que todavía no se ha jugado?
Permítannos responder esta pregunta.
Es nuestra firme convicción, basada en los principios combinados de Astrología y
Psicología social, que los resultados de los juegos deportivos de competición de carácter
público son más sensibles a las predicciones que los asuntos individuales. Esto es
verdad porque, psicológicamente hablando, la «mente colectiva» es mucho más
susceptible a las influencias planetarias (efectivamente, en términos generales a todos
los estímulos externos) que la mente de un solo individuo.
Esto también es así porque la mente del estudiante se focaliza en un asunto con un
resultado específico. El asunto se limita a una serie conocida de «variables», y la
correspondiente asignación de «reglas» planetarias y zodiacales es elemental. Por
comparación con los significados actuales, resulta difícil hacer una predicción
específica que, por tránsitos o aspectos a una carta individual, sea efectiva por sí misma.
Un tránsito de Marte sobre el Mercurio natal, tiene tal multitud de expresiones que
puede oscilar desde el propio fuego interno hasta el acaloramiento nervioso.
La psique individual posee un alto grado de resistencia a las influencias externas, una
resistencia enraizada en lo que erróneamente se suele llamar «el libre albedrío». La
psique colectiva está mucho menos diferenciada que la individual y por ello es mucho
más vulnerable a las reacciones motivadas que a los estímulos externos.
Las modernas investigaciones científicas han demostrado que la psicología en masa, al
igual que un péndulo, oscila desde un extremo del espectro emocional al otro, entre el
optimismo y el pesimismo, la laxitud y la tensión, la manía y la depresión, etc. Esta
oscilación se debe a varias causas conocidas como las «influencias extraterrestres», la
«radiación sideral», el «potencial bioeléctrico diurno» -son rosas con otro nombre,
siendo la Astrología, la flor madre. Las investigaciones astrológicas modernas
corroboran estos descubrimientos y, además, dan la clave para la predicción de las
tendencias sociológicas (como prueba tenemos, por ejemplo, la actividad de la bolsa de
valores, en relación con los aspectos planetarios, tanto para periodos de tiempo largos
como otros más cortos).
Al desarrollar este tema, incluso podríamos ir más lejos y sugerir la razón por la cual las
configuraciones planetarias son factores tan fuertemente determinantes en los partidos
de competición, pudiendo estar mucho más cerca de las verdaderas influencias sobre los
mismos que los propios equipos. Tal vez, la asistencia pública de sus fans, al igual que
la oposición existente entre los equipos contrarios, es un determinante principal. Y lo
que muestra la carta es el índice psicológico del enorme tropel de gente reunida con
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unos objetivos comunes en sus intereses -el resultado del juego. El horóscopo revela la
verdad, hacia qué «lado» se decantará el movimiento del péndulo psicológico. Los
psicólogos describen a los acontecimientos deportivos, particularmente aquellos de tipo
duro o combativo, como uno de los mejores medios de la civilización para una agresión
indirecta. La agresión es un instinto natural pero debemos contenerla para poder
sobrevivir en nuestra sociedad. Este instinto queda «reprimido» en el subconsciente y
busca salidas en ciertas actividades que ponen de relieve la presión contenida y que
todavía no ha empañado nuestra consciencia. Por eso, el ser humano encuentra en las
atracciones deportivas un espléndido medio de salida indirecto. En un partido de boxeo
o en otro tipo de competiciones, el público se proyecta a sí mismo con intensidad, casi
como estuviera hipnotizado. Esta proyección psíquica es denominada como una
«catarsis» -una experiencia íntimamente sentida por el poder. El resultado de esta
catarsis, experimentada por los hinchas de ambos lados, está perfectamente reflejado en
la carta. Una explicación como ésta guarda relación con ambas teorías, la astrológica y
la psicológica, que subyacen en nuestro tema.
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La Carta para el partido
En lo que concierne al análisis de un acontecimiento, es conveniente levantar una carta
para la fecha y lugar del comienzo del partido. En fútbol, esto sería al hacer el saque de
centro en el estadio, mientras que en una carrera la carta se levantaría para el tiempo de
salida. En un combate de boxeo, el cálculo sería para el comienzo del primer asalto. El
comienzo de cualquier competición o combate atlético es el momento crítico. En la
mayoría de los casos, este momento ya viene predeterminado por un programa; un
simple retraso de unos pocos minutos al inicio del partido podría marcar una pequeña
diferencia en el análisis de la carta.
Según la tradición horaria, una carta referida a una pregunta sobre el resultado de un
partido, suele identificar al ganador. No obstante, desaconsejamos esta práctica, excepto
cuando el consultante tiene un interés temporal y relativo en un evento particular, pero
todas las cuestiones sujetas al análisis horario se estancan ante una «ecuación personal».
El motivo debería ser evidente para todos los estudiantes de Astrología. A menos que no
sea por algún interés personal, más bien resulta irracional suponer que un horóscopo
referido a una curiosidad personal de carácter pasajero refleje la suerte de los dos
oponentes de un partido así como sus impactos emocionales en las dos multitudes
contrapuestas de seguidores. Para que una carta horaria sea válida debe estar
consolidada por el momento significativo de una crisis de experiencia.
Aproximadamente, una de cada diez cartas no es válida. El mejor modo para decidir si
la carta de una pregunta es válida consiste en determinar si el foco principal del
horóscopo se centra sobre el asunto preguntado por el consultante. Y cuando la carta
tiene relación con un evento deportivo, es aconsejable interpretarla como si se tratara de
la competición en sí, siendo el Ascendente el equipo favorito del consultante que
presenta la conexión personal formulada a través de la pregunta.
En el fondo, las reglas para el análisis horario de una competición son muy sencillas, la
dificultad reside en las contradicciones frecuentes que uno va descubriendo en una
carta. Estas deben ser eliminadas mediante una evaluación y estudio meticulosos. Sólo
la habilidad astrológica puede lograr esto, por este motivo antes afirmábamos que, la
destreza y el perfeccionamiento en Astrología son necesarios para el éxito en la
predicción de competiciones.
El primer paso en el análisis es consignar a cada equipo qué Casas y planetas le
corresponden, tarea que no es demasiado difícil cuando se observan ciertas
circunstancias. El equipo local (que juega en su mismo estadio) está simbolizado por la
Casa I o el Ascendente. El equipo visitante es descrito por la Casa VII o el Descendente.
En los partidos de boxeo, tenis, o deportes similares donde un rival desafía el título, el
defensor o campeón está significado por el Ascendente, mientras que el oponente o el
aspirante al título es atribuido al Descendente.
No es preciso mencionar que las partidos de exhibición de cualquier tipo no deberían
estar sujetos al análisis, puesto que tampoco se arriesga nada en el resultado. Una serie
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especial de circunstancias también rodean el análisis astrológico de un torneo o de una
serie de encuentros, no debiéndose aplicar a tales series engranadas, las mismas reglas
de interpretación.
Para una mejor conveniencia en las instrucciones, llamaremos Alfa al equipo
representado por el Ascendente, y Omega al indicado por el Descendente. Para
simplificar, todos los planetas y elementos descriptivos del equipo Alfa también serán
llamados con este nombre. En la práctica actual, se sustituyen los nombres de los
equipos por estos términos, aunque las inclinaciones personales pueden teñir las
interpretaciones por medio de los extraordinarios ardides de la mente, que cuando se
piensa con excesiva insistencia en un equipo la mente se mueve a merced de los deseos.
(El favoritismo es el Némesis profesional del estadística, del juez, y a veces, del
astrólogo.)
Para ambos equipos, las doce Casas de una carta de competición se reparten las
siguientes atribuciones:
CASA
SIGNIFICADO
I
El equipo Alfa
II
Los hinchas y seguidores del Alfa
III
El entrenador o el capitán del Alfa
IV
El juego del Alfa
X
Las calificaciones del Alfa XII
VII
El equipo Omega
Los penaltis del Alfa
VIII Los hinchas y seguidores del Omega
IX
El entrenador o el capitán del Omega
XI
El juego del Omega
IV
Las calificaciones del Omega
VI
Los penaltis del Omega
Hemos relegado los «hinchas y los seguidores» a la Casa II de cada grupo porque estos
sectores de la carta muestran el apoyo y las ventajas de los equipos y las admisiones o
los ingresos en taquilla, que en ciertos casos determina el número de hinchas. La Casa
III, contando desde el Ascendente de cada equipo, representa a su respectivo entrenador
o capitán, a través del cual el progreso del evento es dirigido por medio de palabras
estimulantes, de mensajes y de señales. La Casa V de cada equipo muestra las
operaciones en escena, el juego del partido en acción, y la moral o «salud» de los
jugadores. La Casa X indica naturalmente las calificaciones, puesto que los puntos son
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créditos y honores, mientras que las ventajas finales reflejan los éxitos comparativos. La
Casa XII de cada equipo simboliza los obstáculos que confrontan ambos equipos desde
el principio y a través del partido, por eso son tomados para representar las desventajas,
los contratiempos y los penaltis sufridos. Un verdadero «juego limpio» tiene un mínimo
de sobretonos en la Casa XII; en tales casos, los errores y «juegos sucios» son los
mínimos.
Las Casas también tienen otro significado que, con frecuencia aunque no siempre,
describen las etapas del juego. En fútbol, por ejemplo, las primero cuatro Casas
describen la marcha del juego o la representación de Alfa y la tónica de los cuatro
cuartos sucesivos del juego. Vale lo mismo para las Casas VII, VIII, IX y X, que
sugiere las circunstancias que va experimentando el Omega en el curso del juego. En los
partidos de boxeo, los asaltos de cada serie de encuentros van desde la Casa I en
adelante para el defensa del título, y de la Casa VII en adelante para el aspirante. Las
entradas en béisbol, los sets en tenis, y otras pautas similares en otro tipo de
competiciones siguen un mismo esquema. Sin embargo, no debería darse una excesiva
importancia a este esquema, a menos que las tendencias de cada tiempo sean
consistentes para ambos equipos. Por ejemplo, si en el segundo tiempo de un juego los
índices son favorables para ambos equipos, las indicaciones no son válidas puesto que
el segundo tiempo debería permitir buenos augurios para uno de los equipos y
indicaciones adversas para el opuesto, así la confianza podría apoyarse en el
cumplimiento de esta condición.
Es totalmente notorio que los juegos de duración normal suelen tener un número
específico de tiempos que son significativos, y cuando en una carta se destacan de
alguna manera, nos llevan al final del juego o nos remiten a puntos significantes de la
carta. Para ilustrarlo: Los cuatro cuartos, en un partido oficial de fútbol, llevan el
«juego» a las cúspides de las Casas V y XI, mientras que con nueve entradas en béisbol,
ambos equipos llevan el juego a las cúspides X y IX. En un partido de boxeo, los quince
primeros asaltos contados en la carta a partir de los Ascendentes respectivos para cada
contrincante, conducen finalmente a puntos astrológicos muy significativos -las
cúspides IV y X.
En cada carta existen diez circunstancias de importancia fundamental para ser
consideradas como indicadores de «ganancia o pérdida» en ambos equipos. El valor de
estos indicios debe ser estudiado cuidadosamente. El equipo con un mayor número de
indicios favorables está designado a ganar. En este tema en concreto, son pocos los
elementos que puedan alterar o modificar, estas indicaciones.
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El Equipo Alfa gana si:
1. El planeta de Alfa está en el Medio cielo, sin aflicciones y en moción directa.
2. La Luna aplica favorablemente a Alfa.
3. La Luna aplica adversamente a Omega.
4. La Luna se separa favorablemente de Omega.
5. La Luna se separa adversamente de Alfa.
6. El Sol aplica favorablemente a Alfa.
7. El Sol aplica adversamente a Omega.
8. El Sol se separa favorablemente de Omega.
9. El Sol se separa adversamente de Alfa.
10. La Casa V está en mejor disposición y es más fuerte que la XI.
El Equipo Omega gana si:
1. El planeta de Omega está en el Medio cielo, sin aflicciones y en moción directa.
2. La Luna aplica favorablemente a Omega.
3. La Luna aplica adversamente a Alfa.
4. La Luna se separa favorablemente de Alfa.
5. La Luna se separa adversamente de Omega.
6. El Sol aplica favorablemente a Omega.
7. El Sol aplica adversamente a Alfa.
8. El Sol se separa favorablemente de Alfa.
9. El Sol se separa adversamente de Omega.
10. La Casa XI está en mejor disposición y es más fuerte que la V.
Una «carta vacía» es aquella en que los tres últimos grados o los tres primeros de un
signo se hallan ocupados por el Ascendente. Una Luna «vacía de curso» significa que
nuestro satélite está dentro de los tres últimos grados de cualquier signo y no hace
ningún aspecto antes de salir del mismo. Con frecuencia, cualquiera de estas
condiciones tiene un efecto completamente anulador o reversivo de las restantes
indicaciones de la carta, de este modo, el equipo menos favorecido gana o el juego
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queda en un empate. Por eso, no es prudente trabajar con una carta con tales
indicaciones pues, como bien dice una conocida frase astrológica, «no te prestes a ser
juzgado».
Aunque no es frecuente, es posible hallar que cuando la Luna forma un aspecto partil o
con unos pocos minutos de orbe, la interpretación de la circunstancia adecuada sea
discutible (vean los números 2 a 5 en la anterior lista de influencias condicionantes). El
paralaje de la Luna puede desviar su longitud aparente más allá del punto partil, y por lo
tanto, cambiar la interpretación de «aplicación» por «separación». Este problema
conduce a un cálculo posterior para averiguar cuál es el caso, aunque lo más corriente es
que el cálculo sea innecesario, ya que el emplazamiento hemisférico de la Luna en la
carta nos indicará a simple vista si el desplazamiento es en longitud, si es hacia adelante
o hacia atrás, y de forma aproximada, si la desviación es muy grande.
El argumento principal nunca debería estar apoyado en la importancia del movimiento
de los planetas lentos (Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón), especialmente las
competiciones de carácter periódico, como los que siguen un calendario regular. Las
posiciones de los planetas lentos en las Casas se repiten con demasiada frecuencia
durante la serie de partidos de una temporada; aunque todos aquellos aspectos que
involucren a los astros más rápidos, particularmente la Luna, son importantes. Los
Nodos de la Luna y la Parte de la Fortuna no tienen el suficiente peso influencial como
para dar un impacto en una carta y, por ende, en la mayoría de los casos resulta ambiguo
el incluirlos. No obstante, a veces los Nodos representan una especie de catálisis sobre
la conclusión final, especialmente si se hallan cerca de un axis angular de la carta (el
Medio cielo o el Ascendente).
La «fuerza» de los significadores es a menudo modificada o intensificada por su
posición en los signos; por esto deberíamos tener presente la doctrina tradicional sobre
las «debilidades y dignidades» y aplicarla al análisis, especialmente si existe alguna
duda para la conclusión final.
La valoración de los puntos o tanteos es difícil de plantear, casi imposible en
condiciones normales, pero su magnitud general, tanto si es alta como baja, suele ser
discernible cuando se comparan las Casas X y IV, para las probabilidades de Alfa y
Omega, respectivamente. Una carta muy «activa» (por ejemplo, cuando existen aspectos
aplicativos muy «maduros» o próximos, especialmente de la Luna), tanto puede indicar
una incisión extremadamente rápida y ventajosa como un partido muy parejo en la
calificación de puntos.
Puesto que la psique colectiva parece no responder tan rápidamente a las vibraciones
más sutiles de los «planetas lejanos» (Urano, Neptuno y Plutón), es costumbre
considerar a Saturno como regente de Acuario, a Júpiter de Piséis, y a Marte de
Escorpión. El problema de la regencia ha causado graves fracasos a los estudiantes de
Astrología que previamente no se les había hecho esta advertencia.
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En las manifestaciones deportivas anuales, como por ejemplo, los partidos de verano
que se juegan, año tras año, a la misma hora y a veces en el mismo día y lugar, el
astrólogo halla unas coincidencias parecidas en este tipo de cartas, como son las mismas
cúspides de Casas, los mismos regentes planetarios, el mismo emplazamiento del Sol y
de los planetas lentos. En estos casos, debe concederse un mayor peso influencial a la
Luna y a los planetas de moción rápida.
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Los Aspectos corrientes
A veces, los aspectos en sí mismos, son suficientes para indicar el resultado de un
evento. Esto se nota especialmente en los campeonatos de boxeo, que parecen ser las
competiciones más vulnerables a las influencias prevalecientes durante el combate en sí.
Es muy raro que el resultado de un partido de boxeo (excluyendo los combates de
exhibición) tome un giro en dirección contraria a las indicaciones de los aspectos que
operan en aquel tiempo. Cuando los aspectos son distintos en sus connotaciones, en
realidad no es necesaria ninguna carta, aunque por razones obvias, es deseable disponer
de una carta levantada para cada evento, a pesar de que uno mismo confíe en que Jos
aspectos apunten firmemente hacia una conclusión.
Las interpretaciones que siguen son básicas y, en general, sirven para todos los
acontecimientos deportivos y especialmente aquellos de carácter más combativo. Las
hemos resumido en pocas palabras para su mejor aplicación.
Sol favorable: El campeón mantiene su título. Como es de suponer, gana el equipo
favorito del público y de los expertos. Buen partido y espectáculo afortunado.
Sol afligido: El campeón pierde su título. Espectáculo pobre; el acto en sí es un fracaso.
Luna favorable: El público está satisfecho. El evento tiene mucha audiencia de público.
Luna afligida: La opinión pública disiente. Una audiencia descontenta.
Mercurio favorable: Juego rápido con grandes ventajas. Jugadas inteligentes. Exhibición
de mucha destreza y agilidad.
Mercurio afligido: Juego irregular con ventajas desequilibradas. Penaltis en abundancia.
Jugadas espectaculares. Rapidez.
Venus favorable: El más joven gana. El color o la pigmentación más clara es favorable.
Buen partido. Animación, ambiente fraternal.
Venus afligida: El más joven pierde. La pigmentación más clara tiene desventaja.
Partido pobre. Celos evidentes.
Marte favorable: Mucha acción. Juego rápido y vigoroso.
Marte afligido: Mucha acción. Juego rápido pero imprudente. Insultos a los jugadores.
Mal partido. Publico indisciplinado. Se emplean tácticas intimidantes.
Júpiter favorable: Justificado optimismo. Buen partido. Bello espectáculo. Grandes
goles o ventajas.
Júpiter afligido: Optimismo indebido. El trabajo de equipo resulta pobre, mala
coordinación. Juego atascado. Numerosos penaltis.
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Saturno favorable: El mayor es el favorable. Juego lento y estable. Los títulos se
mantienen. Economización de energías.
Saturno afligido: El mayor tiene desventajas. Juego lento, retrasado. Insultos, enfados,
reveses.
Urano favorable: Posible cambio de título (si las Casas lo permiten). Jugadas excitantes.
Sorpresas. Empleo de nuevas tácticas.
Urano afligido: El campeón pierde. Tanteos excéntricos y jugadas espectaculares.
Disputas entre los jueces.
Neptuno favorable: Juego que se desarrolla suavemente. Mucha superficialidad.
Neptuno afligido: Confusión. Posible injusticia o fraude. Puntuaciones o penaltys
injustos.
Plutón favorable: La excitación prevalece. Trabajo de equipo muy hábil y bien
coordinado. El público está satisfecho con el resultado.
Plutón afligido: Los jugadores y el público inquietos. Trabajo de equipo desorganizado.
Falta de habilidad pero mucha fuerza.
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Ejemplos de Análisis de Competiciones
1°. TROPICAL
EL CLASICO «ROSE BOWL», 1 de enero de 1947, a 22h14'25" GMT. Pasadena, California.
Long. 34°N.; Lat. 118°W.
Ahora que ya estamos familiarizados con las bases de interpretación de nuestro tema,
vamos a observar estos principios en la práctica real. Para ilustrar los eventos y su
análisis, hemos elegido tres casos típicos en lugar de otros más notables. El primer
ejemplo es un partido de competición; los otros, son partidos de combate. Los casos son
representativos de los problemas normales que un estudiante puede encontrarse si elige
la práctica de esta fascinante rama de la Astrología como diversión favorita. El
astrólogo a menudo descubre que estos análisis son un pasatiempo divertido y
refrescante. El haber «previsto el cambio» de antemano, se convierte en una «emoción o
placer intelectual».
El clásico partido de fútbol Rose Bowl del Día de Año Nuevo, de 1947, ofrece un
ejemplo de toda una competición bajo la égide de una Luna «vacía de curso» que se
separa del trígono con Mercurio, el planeta Alfa. En este campo de juego, Alfa era los
Bruins, equipo de la Universidad de California, en los Angeles. Con el signo de
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Géminis elevándose y Virgo en la cúspide de la Casa V, así pues, Mercurio simbolizaba
al equipo de las tierras del Sur. Omega era el Illini, equipo de la Universidad de Illinois,
que había recibido y aceptado la tradicional invitación y el desafío Este-Oeste de los
Uclans. Júpiter era el significador del equipo del Medio Oeste, con el signo de Sagitario
en el Descendente y Piséis en la cúspide XI.
Neptuno, gravemente aspectado por una ajustada cuadratura aplicativa del Sol, ocupaba
la Casa V, denotando el «juego» de Alfa. El Sol también puede ser tomado para
representar el equipo favorito de UCLA, cuyos encuentros demostraron haber confiado
excesivamente en el éxito. El Sol también alcanza a Marte, augurando problemas para
los muchachos de California. Marte a su vez se separa de la cuadratura con Neptuno
que, asociándolo con Piséis como un indicio de sobre tono en el juego de los Illini. La
principal indicación de la carta, como sabemos, es el trígono separativo de la Luna con
Mercurio. Incluso una persona poco experta en delineación puede ver rápidamente que
las desigualdades planetarias se aglomeran pesadamente contra los sureños. Los Bruins,
lubrificados por Mercurio, jugaron un partido totalmente demoledor en velocidad y en
tiempos largos; pero los chicos de Illinois amontonaron ventaja sobre ventaja con una
facilidad casi ridícula para ganar el partido con un resultado de 45 a 14. Las estrellas
estuvieron todo el tiempo con los de Illini. La Casa XII de los Illini, o la VI, gobernadas
por Júpiter y Venus, están libres de aflicciones, lo cual indicaba que cualquier
desventaja en este partido se convertiría a la larga en claras ventajas. Por otra parte, la
Casa XII del Uclan está ocupada por la Luna «vacía de curso».
Incidentalmente, puesto que el clásico Rose Bowl se juega cada año en una misma fecha
y lugar, las cúspides de Casas son prácticamente las mismas al comienzo del partido
anual. El estudiante puede aprender mucho si se toma la molestia de consultar las
efemérides para los años que estas competiciones anuales del Rose Bowl eran de
actualidad en Pasadena. Invariablemente, el resultado de cada partido coincide con las
indicaciones de los planetas que se sitúan en las mismas cúspides de la carta. Año tras
año, Mercurio significa el equipo del Oeste y Júpiter el equipo invitado que proviene del
Este.
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2°. TROPICAL
LOUIS contra MAURIELLO Campeonato de boxeo de los Pesos Pesados 19 de septiembre de
1946, a 2h 2'2" GMT. Nueva York, N.Y. Lat. 40°45'N.; Long. 73°58'W.
(JOE LOUIS nació el 13 de mayo de 1914, a 14 h. GMT., en Lafayette, AL; Lat. 32°54'N;
Long. 83°24', Fuentes: L.M. Rodden, M. Penfield, M. Edmund Jones).
Nuestro primer ejemplo de combate es la carta de Joe Louis contra Tami Mauriello, en
la lucha que tuvo lugar para el campeonato del 18 de septiembre de 1946 y que sólo
duró un asalto. En esta carta, Urano se halla en el Ascendente y no hay planetas por
encima del horizonte. Las Casas VII hasta la XII representan los primeros seis asaltos
de Mauriello que no llegarían a materializarse.
En la carta está claro que el incomparable «Bomber» iba a mantener su título como
Campeón del Mundo de los Pesos Pesados; Mercurio (Géminis elevándose y Virgo en
la cúspide de la Casa VII) está dignificado en la V. El Sol también reside en la V y se
aleja de la cuadratura a Urano. Júpiter, el significador de Mauriello, forma una
conjunción separativa con Marte en la Casa VI, denotando una grave derrota. Venus' en
Casa VI, aspecta por estrecha cuadratura a Plutón, y esto también supone un marcado
inconveniente. La actuación de Mauriello se muestra por la Casa XI, vacía, regida por
Neptuno que ocupa la V y forma una estrecha cuadratura con la Luna. (Los Nodos
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lunares son un testimonio adicional, aunque raramente tienen suficiente poder como
para ofrecer una indicación estrictamente segura). El combate se desarrolló como se ha
descrito a través de la carta.
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3º. TROPICAL
LOUIS contra WALCOTT
Campeonato de Boxeo de los Pesos Pesados
26 de junio de 1948, a2h15' GMT.
Nueva York, N.Y. Lat. 40°45'N.; Long. 73°58'W.
Posiblemente, el acontecimiento que los fans de las pistas del ring recuerden como uno
de los partidos de boxeo más extraordinarios de todos los tiempos sea la lucha que
mantuvo Joe Louis contra «Jersey Joe» Walcott, en junio de 1948. Se trataba de un
partido de vuelta, pedido por el público para solucionar una controversia surgida sobre
la imparcialidad de la decisión del árbitro después de los quince asaltos mantenidos por
ambos boxeadores el 5 de diciembre de 1947. Esta «lucha del siglo» fue necesaria para
apaciguar los ánimos de un enorme número de seguidores que pretendían que Walcott
era el legítimo ganador del codiciado título, mantenido durante tanto tiempo por el gran
«bomber».
La Luna se elevaba en Acuario cuando esta lucha alcanzó su punto más bajo. Entonces
también se manifestó una intensa catarsis del público puesto que la Luna aquí
significaba al campeón Louis (nacido con Cáncer en el Ascendente). El aspecto
inmediato siguiente de la Luna es el trígono a Urano, también regente del Ascendente y
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situado en la Casa V. El «partido de vuelta» fue adecuadamente descrito por la
conjunción de Mercurio y Venus, ambos retrógrados, en la Casa V. Puesto que Leo es el
signo que se pone en el Descendente, Walcott está simbolizado por el Sol, también
presente en la Casa V, y gravemente afligido por Saturno y Neptuno. Saturno y Plutón
en Leo describen muy bien al disgustado Walcott que reclamaba al público, ser
reconocido como el verdadero ganador del título, apodándose a sí mismo con propósitos
publicitarios, como «el Campeón del Pueblo». El «juego» de Walcott se muestra por la
Casa XI en Sagitario, ocupada por el retrógrado Júpiter, que aspecta por cuadratura a
Marte. Todos los aspectos de la carta hablaban en favor de Louis. La lucha terminó de
repente en el onceavo asalto con un fuera de combate de Walcott (Urano, regente del
Ascendente y presente en casa V, forma trígono a la Luna). En esta carta, la Casa XI,
llevó el combate a un clímax determinado por Marte en cuadratura a Júpiter en las series
de Louis, mientras que el sector onceavo, contando a partir de la Casa VII en las series
de Walcott, condujo el combate a un final rápido, determinado por la influencia de los
cuatro planetas en la Casa V, siendo uno de ellos el significador de Walcott que se halla
afligido. Aquí podemos ver como las indicaciones de la carta probaron ser
'completamente verdaderas en el desarrollo del combate. La Astrología describió
perfectamente al ganador. Para los asuntos humanos, las mareas cósmicas son tan
constantes y inviolables como lo son las mareas de los océanos.
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