CÓMO AUMENTAR LA RENTABILIDAD TOTAL DEL SISTEMA MEDIANTE MAX’ING CAPACITY influencia en la Rentabilidad de la cadena total del porcino. Max’ing Capacity Y CIT PA CA Wea nin g city pa Ca Es la filosofía de Hypor que interrelaciona todos los factores que tienen MAX ’in g MAX’ING CAPACITY se divide en los tres pilares que sostienen la producción: la Capacidad de pa Ca ap C para maximizar la eficiencia de nuestro sistema. at Hay tres artículos para cada uno de estos factores que describen los pasos Me pilares se divide, a su vez, en tres factores clave para el éxito. cit y Destete, la Capacidad de Cebo y la Capacidad Cárnica. Cada uno de estos ac it y sh Fini in g U SE R -F RIE N DL Y MAXIMIZANDO LA CAPACIDAD DE CEBO A TRAVÉS DEL FACTOR CLAVE PARA EL ÉXITO: FACILIDAD DE MANEJO El Factor ‘Facilidad de Manejo’ adquiere especial relevancia cuando analizamos las características de los animales en la fase de cebo como son su robustez, su resistencia o sus pocos requerimientos en cuanto a mano de obra o en la utilización de medicamentos. Al mismo tiempo, contar con animales más sanos y resistentes nos permite mejorar nuestros estándares en cuanto a bienestar animal y satisfacer el creciente interés del mercado por una carne de cerdo más ecológica y natural. El experto en la materia Gerjan van Alst nos describe en este artículo las ventajas de contar con animales con bajos requerimientos en cebo y su contribución a la maximización de la Capacidad de Cebo. BAJO REQUERIMIENTO EN CEBO COMO ASPECTO CLAVE PARA LOGRAR UNA PRODUCCIÓN DE FÁCIL MANEJO Toda intervención en la fase de cebo implica un incremento de los costes. Requiere mano de obra, experiencia y medios. Cuanto mayor sea la Resistencia y la Robustez de los cerdos en la fase de cebo, como es obvio, menor será la necesidad de intervención en cuanto a manejo. La Resistencia de los animales y su Robustez, son los temas tratados en los otros dos artículos relacionados con este factor clave para el éxito, mientras que el tema del bajo mantenimiento (léase «mano de obra») es abordado por Peter Derks en su artículo sobre cómo mejorar la Relación CosteEficiencia. En este nuevo artículo nos referiremos a los últimos desarrollos en el campo de los antibióticos y plantearemos el tema de la presión social respecto a la reducción de su uso. Los antibióticos se utilizan por dos motivos: en primer lugar, para el tratamiento, la prevención y el control de enfermedades; y en segundo lugar, para la estimulación del crecimiento. Empezando por este último, los antibióticos fueron introducidos como aditivos del pienso para animales hace ya más de sesenta años. Desde su primera aprobación en 1951 por el Organismo para el Control de Alimentos y Medicamentos estadounidense (la FDA) han sido utilizados regularmente a lo largo de los años. Cuando se utilizan como estimulantes del crecimiento, los antibióticos se administran en concentraciones bajas durante largos períodos de tiempo, lo que también se denominan concentraciones sub terapéuticas. Administrados principalmente a través de aditivos añadidos al pienso, estos antibióticos producen alteraciones en el proceso digestivo y actúan como supresores de enfermedades, aumentando así la ganancia diaria de peso y la eficiencia alimenticia. Un estudio realizado por el Servicio de Inspección y Salud Animal y Vegetal del Ministerio de Agricultura estadounidense en el año 2000 concluyó que en los EE.UU. se utilizaban Nombre: Gerjan van Alst Puesto: Director de Operaciones y Director General para Europa Experiencia: 20 años Motivación: Construir una empresa más fuerte mediante la constitución de equipos más sólidos. Lema de vida: Si tu actitud es positiva, puedes transformar cualquier reto en una oportunidad. Mi gran logro: Reconstruir un Hypor Canadá más fuerte tras el trágico incendio que destruyó nuestra granja núcleo principal. Expectativas de futuro: Convertir a Hypor, entre todos, en una empresa sobresaliente a nivel mundial. agentes antimicrobianos como estimulantes del crecimiento en un 83 % de los starters y en un 88 % de los piensos de cebo. De acuerdo con estos datos, se calculaba que el coste de esos antibióticos para pienso ascendía a casi un 4 % del coste total en alimentación. Por otro lado, esta cifra se ve más que compensada según los cálculos de Hayes et al. (2002), de acuerdo con los cuales, si se utiliza adecuadamente, este tipo de antibióticos aumenta la producción cárnica en aproximadamente un 15 % cada año. De acuerdo con otros investigadores, en los animales alimentados con estos piensos que contienen dosis bajas de antibióticos se produciría un incremento medio de entre un 3 % y un 9 % en cuanto a ganancia de peso y de entre un 3 % y un 7 % en cuanto a eficiencia alimenticia, comparándolos con otros animales no alimentados con pienso medicado. Desde el punto de vista de los costes que esto representa existen, sin duda, ventajas y desventajas asociadas a la utilización de antibióticos como estimulantes del crecimiento. Desde el punto de vista sanitario, debemos tener en cuenta la resistencia a los antibióticos, no solo afecta a los animales, sino que también afecta a las personas. No existen estudios científicamente concluyentes con respecto a la resistencia bacteriana que pueden generar los antibióticos utilizados en la alimentación de animales cuya carne se destina luego a consumo humano. No hay duda de que existe una gran presión social que reclama la reducción del uso de antibióticos como estimulantes del crecimiento. Cada vez más, los consumidores muestran una clara preferencia por carne más natural (o incluso 100 % natural), en la que no se hayan utilizado antibióticos. Ya a mediados de la década de 1970 muchos países europeos empezaron a dejar de utilizar la penicilina, la estreptomicina y las tetraciclinas como estimulantes del crecimiento en animales. En los años noventa esta política se expandió a otros antibióticos importantes en medicina humana, y en 2006 se hizo extensiva a cualquier estimulante del crecimiento antimicrobiano en toda la Unión Europea. La preocupación sobre el tema de la resistencia a los antibióticos crece de manera generalizada, no solo en Europa, sino a nivel mundial. En el año 2010, la FDA publicó el borrador de su guía n. º 209, que promovía un «uso sensato» de los antibióticos como estimulantes del crecimiento. No está claro a que se refiere el consumidor cuando reclama carne libre de antibióticos. ¿Se refiere también a aquellos antibióticos utilizados únicamente para el tratamiento, el control y la prevención de enfermedades bacterianas —es decir, para tratar a animales enfermos o infectados— o no? Nuestra opinión es que cualquier animal enfermo debe ser atendido y tratado, lo que incluye la administración de antibióticos en los casos en que sea necesario. La producción de carne de cerdo sin antibióticos puede llegar a ser perjudicial para los productores, a causa de la variabilidad en el peso, en la producción y en las condiciones sanitarias. La comercialización de animales con grandes fluctuaciones en cuanto a peso influyen en toda la cadena de valor porcina, ya que a las empresas de productos cárnicos les gusta trabajar con canales estandarizadas de peso uniforme. Esto se debe en parte a la automatización del proceso de sacrificio y en parte también al deseo de satisfacer la demanda de los consumidores, quienes suelen preferir unos cortes de carne regulares. En consecuencia, los productores suelen sufrir penalizaciones cuando los cerdos que envían al matadero no dan el peso establecido dentro de unos márgenes determinados. Si trabajamos rigurosamente y adoptamos ciertas medidas específicas, podemos reducir el uso de antibióticos a cambio de incrementar los protocolos de bioseguridad en nuestras explotaciones. Con esto reduciremos la introducción de nuevos patógenos (normalmente el 90 % de los nuevos patógenos se deben a la entrada de animales) o su propagación de un lugar a otro. Teniendo esto en cuenta, un programa de autorreposición como el sistema BioHypor ofrece grandes ventajas reales. Desde el punto de vista del manejo, es recomendable reducir al mínimo cualquier agente causante de estrés ambiental y darle la formación óptima a nuestro personal. Algunos de los puntos de vital importancia son los siguientes: observación del comportamiento de los animales, monitorización y control del flujo de movimientos, creación de lotes uniformes y distribuir adecuadamente las instalaciones de manera que podamos separar a animales enfermos o lesionados y mantenerlos en celdas aisladas. También es importante reevaluar periódicamente los programas de administración de antibióticos, para asegurarnos de que están perfectamente adaptados a las necesidades de nuestra explotación. Podemos acudir a nuestro veterinario para pedirle consejo sobre los métodos más adecuados para optimizar el estado sanitario de nuestra producción o a nuestro experto en nutrición para que nos recomiende piensos alternativos o técnicas de alimentación que puedan estimular el crecimiento. De cualquier manera, la mejor forma de comenzar es escoger la opción genética más adecuada para nuestro sistema. La genética no solucionará los problemas del entorno productivo, pero si escogemos una línea que se adapta mejor a las circunstancias del mismo, estaremos dando un primer paso de cara a intentar reducir el uso de antibióticos en nuestra explotación. El programa de selección genética de Hypor siempre se ha caracterizado por prestar especial importancia, entre sus objetivos genéticos, a la calidad del lechón. Esto nos ha permitido desarrollar líneas que producen animales uniformes y de gran vitalidad, que comienzan a desarrollarse muy bien y llegan vigorosos y sanos a la fase de cebo sin apenas intervención. Si desea obtener más información sobre facilidad de manejo en la fase de cebo, puede consultar nuestros artículos sobre Robustez o Resistencia en www.hypor.com/maxing. Observaciones genéticas: Se puede reducir la necesidad de intervención en nuestra explotación mediante una buena y objetiva observación de nuestro cebo. Conocer la eficiencia en el consumo de pienso y la ingesta de agua de cada lote, así como controlar a los animales que se desvían de la media, es de gran utilidad para que el productor esté al tanto de los problemas que pueden surgir antes de que efectivamente surjan y se conviertan en algo más grave y costoso. Si somos conscientes de los problemas a los que nos enfrentamos con antelación podremos adoptar mucho más fácilmente medidas preventivas en lugar de curativas a posteriori. Las tecnologías actuales nos brindan grandes oportunidades en cuanto a la posibilidad de observar y medir los distintos aspectos de una explotación como, por ejemplo, los niveles de actividad animal o la frecuencia de las visitas a bebederos o comederos. La posibilidad de analizar este tipo de factores podría llevar a que en el futuro existiesen biomarcadores que se pudiesen utilizar para lograr una mejora genética indirecta de ciertos rasgos en un objetivo genético o para identificar en una fase inicial a aquellos animales que no siguen la actividad normal de la explotación. Detectando estos problemas con antelación resulta más fácil ser proactivos y, una vez que las medidas adoptadas surtan efecto, se podrá someter a un tratamiento más específico a los animales en riesgo. Esto podría llevar, a su vez, a una reducción significativa de la aplicación de medidas curativas como los antibióticos. www.hypor.e s
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