CNTV, Consejera. María Helena Hermosilla ¿Cómo considera el

CNTV, Consejera. María Helena Hermosilla
¿Cómo considera el estado de la cultura en el panorama audiovisual chileno actual?
En primer lugar, yo no creo que la televisión sea un medio necesariamente y únicamente portador
de contenidos culturales a pesar de que uno podría decir que, si uno utiliza una definición amplia
de cultura, todo es cultura, que es cómo piensan los antropólogos: todo es cultura; pero vamos a
nociones más del sentido común. Yo creo que la televisión es un medio informativo y de alguna
manera cumple con ese rol, creo que la televisión es fundamentalmente un medio de entretención
y creo que la televisión además, algunos canales más que otros y sobre todo la regulación de la
televisión en nuestro país, intenta que haya alguna franja de programación de índole cultural.
Ahora, cultura en televisión no necesariamente quiere decir cultura artística sino que se maneja, y
el consejo en muchas oportunidades se ha detenido a reflexionar sobre qué es un programa de
televisión de carácter cultural, entonces, si la televisión es un medio fundamentalmente de
entretención, la cultura en televisión tiene que ser unos contenidos de ciencias, tecnologías, artes
en un sentido amplio y sobre todo las manifestaciones del ser humano pero más ligado, mejor
dicho, más trabajado desde el lenguaje de la entretención y si no, es la televisión haciendo otra
cosa. Por ejemplo, si la televisión lo que hiciera fuera transmitir óperas desde el municipal, que
nadie las vería por lo demás, no la televisión chilena, no la televisión abierta, no sería una
programación de televisión de índole cultural, sino que sería la televisión disfrazándose de algo
que ella no es. Entonces es lo que yo pienso y yo trabajé bastante en la comisión que finalmente
redactó la norma cultural, la norma actual.
Dicho esto, yo veo y es curioso que en el mundo de la televisión aparentemente se ve como si
hubiera una guerra sorda entre la entretención y la demanda por mayor cultura en pantalla,
cualquiera diría que son fuerzas que se oponen y no es así. Los canales tienen bastante claridad
respecto a aquello que la gente ve y a aquello que la gente no ve y es muy curioso porque por
ejemplo, de acuerdo a la mirada, a la definición del consejo, yendo a lo que me hablaste de lo que
me hablaste de la década del 80, el consejo ha puesto recursos en Los 80, considerándolo una
serie de interés cultural y Los 80 es una serie que le ha proporcionado mucho raiting a Canal 13 y
es una serie bastante cercana a la entretención, más bien diría que es entretención, entonces yo
no veo que haya tanta exclusión entre programas dichos culturales y otros programas de
entretención que hay algunos que si son 100% entretención que también la misma gente que ve
Los 80 también los consume.
Entonces como veo yo, yo creo que los programas culturales, la regulación obliga a los canales
abiertos a transmitir una hora a la semana en horario prime de programación cultural,
generalmente todos los canales cumplen esa norma, es muy raro que un canal no lo cumpla y más
aún, generalmente los canales dan más tiempo que una hora a la semana de programación
cultural, algunos dan justo los 60 minutos, otros dan más y otros, como Televisión Nacional, dan
mucho más que una hora. Pero yo diría también que la televisión chilena no se caracteriza por ser
una televisión cultural, a pesar de esta regulación, a pesar de su cumplimiento, a pesar de que los
canales dan más minutos de lo que la norma les exige, la televisión chilena abierta es
eminentemente de entretención; y vamos dándole fútbol y vamos dándole realities; es cuestión
de sentarse y mirar la pantalla.
¿Considera usted apropiada la cantidad de espacios de cultura dentro de la parrilla programática
actual?
La ley de televisión digital que se acaba de aprobar en el senado y que se encuentra a la espera de
su promulgación por parte del presidente de la república aumenta a 4 la cantidad de horas
culturales obligatorias de las cuales 2 tienen que ser en horario prime time, es decir, el mejor
horario. Y eso tiene vueltos locos a los canales y han salido declaraciones diciendo que la ley está
atentando contra la libertad de expresión porque los está obligando a emitir determinados
contenidos. Esta es una polémica bastante divertida porque no los está obligando a ser canales
culturales sino que a transmitir 2 horas a la semana en buen horario de programación cultural.
Ahora, yo creo que el horario actual es poco y que 4 horas también lo son, pero insisto que más
que obligarlos a transmitir más o menos horas culturales, lo que interesa es ver la creatividad de
los canales para inventar contenidos que sean entretenidos y culturales al mismo tiempo. Series
como El Reemplazante, por ejemplo, que el año pasado se llenó de premios, que financió el
consejo y que es una serie, con argumentos, con personajes, con rostros de la tele y eso es lo que
si los canales tuvieran más creatividad y quisieran invertir más en programas de calidad, no habría
esta polémica de más o menos horas.
¿Por qué razón han apoyado Los 80/ Los Archivos de Cardenal / No?
Porque este país tiene que reencontrarse con su memoria. La década de los 80 fue en muy
importante en este país, hubo cambios culturales, cambios económicos y el país se empezó a
recuperar “espiritualmente”, moralmente, de un gran trauma que vivió en la década de los 70 que
fue el golpe militar y los años de dictadura. Pasaron muchas cosas, entre ellas, nació y llegó a su
juventud gente que no vivió lo que nosotros vivimos en la década del 70, entre otras personas tú
(refiriéndose al entrevistador) o mi hijo, mucha gente que no vivió lo que nosotros vivimos; yo vi el
bombardeo de la moneda, yo vi el humo subir y el ruido de los hawker hunter, eso yo lo viví;
mucha gente que parece que uno le contara un cuento de algo que pasó hace mil años, como
cuando uno le cuenta a los niños acerca de los egipcios o del imperio romano cuando uno le dice
”aquí había un presidente que estaba en el palacio de gobierno, le tiraron bombas y todo cambió”.
La historia y la comprensión de esta es muy importante para que la gente entienda el mundo en el
que vive y eso es cultura, eso es desarrollo cultural, y la historia no se hace sólo de los grandes
hitos políticos, de las batallas, se hace de la cotidianeidad. Lo maravilloso que tiene Los 80 es que
rescata la memoria de cotidianeidad, de los afectos, de la familia y una de las cosas que más me
gusta de Los 80 es cómo la producción se ha encargado de rescatar los televisores antiguos, o sea,
la relación con la tecnología, las radios a pilas, los autos, las escenas de Santiago con esas micros
antiguas. Los 80 tiene el mérito de 30 años después explicarle a los jóvenes y explicarle a los
adultos cómo era nuestra vida cotidiana y esa es una manera muy importante de rescatar la
memoria, como alguien dijo “los pueblos sin memoria no tiene futuro” y este es un pueblo que
tenía como trabada su memoria, habían bajado un telón negro y aquí se acabó todo y de aquí para
adelante empieza de nuevo. No es así, nosotros vivíamos, prendíamos la radio a pilas, veíamos la
tele en blanco y negro y había todas estas cosas que pasan, una señora que tiene que salir a
trabajar, mujer que sale a trabajar porque el marido se queda sin pega, una situación típica de los
80, porque en este país hubo una cesantía terrible, horrorosa y no se habla de eso, sino que del
“milagro chileno”, pero mucha gente sufrió durante este milagro cuando miles de hombres se
quedaron sin trabajo porque las industrias fueron cerrando y fueron sustituyendo su producción
por importaciones y esto ocurrió en el cambio feroz de la economía chilena y las mujeres tuvieron
que salir a trabajar, de vendedoras, de lo que fuera y eso cambió profundamente la relación
familiar y esto es recordar eso y tener una explicación de lo que paso, recuperar la memoria es
cultura, sobre todo cuando esos cuentos están bien contados, en este caso con una producción de
Andrés Wood.
En Los Archivos del Cardenal hay muchas historias que el resto de la población no conoció, todos
sabían que Victor Jara había sido asesinado, el tema de los degollados, pero la mayor parte de la
población no sabía ni cómo ni por qué, ni supo tampoco los esfuerzos tremendos que se hicieron
para proteger vidas y eso es parte de nuestra historia, es parte de la memoria y rescatar la historia
es cultura. Yo, como consejera, fui muy partidaria de que se financiaran Los Archivos del Cardenal
porque contribuyeron a recuperar la memoria y a rescatar la historia y eso es un aporte a la
cultura.
Finalmente la película NO, todos nosotros sabemos que el cine chileno, a pesar de que hay
películas muy atractivas y que asisten a las salas millares de personas, no tiene la masividad de la
televisión, entonces era muy importante que esa película, que fue candidata al Oscar, fuera vista
por la mayor cantidad de personas posibles, justamente porque rescata la historia de una, “gesta
comunicacional”, o sea un gran hito comunicacional. No es que yo crea que gracias a la franja del
NO se ganó el plebiscito pero la franja del NO ayudó muchísimo a que la gente perdiera el miedo y
fuera a votar ese día. Así que era muy importante explicarle a la gente de dónde y cómo se hizo la
franja del NO, porque es de alguna manera una proeza y las proezas no son solamente saltar de la
cubierta de la Esmeralda a la cubierta del Huáscar, o subir el Everest. En ese contexto tan difícil,
hacer durante un mes contenidos para la televisión con esa calidad técnica, con es ingeniosidad,
desafiar a la dictadura con contenidos comunicacionales, a mi juicio, es una proeza y por lo tanto
es algo que vale la pena recordar, rescatar y explicar a la gente el sentido que eso tuvo en la
historia de Chile y eso es cultura.
Son maneras distintas de pensar la cultura en televisión y me parece super justificado que esos
tres programas se hayan financiado.
¿ Cree que este tipo de series sientan un precedente para futuras producciones, incentivando la
recreación del pasado?
Yo creo que sí.
En este país hay un problema con la enseñanza de la historia. Yo recuerdo lo que yo aprendí de
historia en el colegio y yo tenía, yo estuve en un muy buen colegio, público y gratuito como debe
ser la educación y una espléndida profesora de historia, pero yo aprendí que la historia empezaba
con los egipcios y terminaba en Chile con la revolución del 91, porque no se veía nada del siglo
XXX, los textos de historia no tenían casi nada sobre el siglo XX y para entender en qué estamos
hoy, en el inicio del XXI es fundamental entender el siglo XX, por eso, todo lo que haga la televisión
por explicarnos este siglo y sobre todo, que a mí me parece tan maravilloso, a mí que me encantan
el cine y la televisión, que te hacen vivir las situaciones y uno crea lazos afectivos con las
situaciones y los personajes. No es lo mismo leer la historia, por poner un héroe, Arturo Pratt y el
salto del Huáscar, no es lo mismo leer en un libro de texto, de historia el por qué saltó o no saltó a
verlo en pantalla, con colores, en un contexto, con la recreación, con la vestimenta, con música
incidental, no es lo mismo. Yo nunca me había hecho la composición de la escena del tipo saltando
al otro barco, creo que saltaron un par junto con él, y el calló y resulta que estaba rodeado de
peruanos. Yo nunca me había cuestionado eso, de saltar y verte rodeado de enemigos y ahora
digo el susto, el miedo que debe haber sentido ese hombre pero eso tú sólo lo ves cuando tu
logras establecer una relación afectiva con la situación que tú estás viendo representada en
pantalla.
Lo mismo con la recreación para las puestas en escena de estas series del siglo XX. En Los 80, los
vestidos, las ropitas de la Ana, como se viste o como visten a las niñitas y eso implica un esfuerzo
de producción bien grande y en eso no puedes fallar. No le puedes poner a un personaje una
corbata de ejecutivo de Sanhattan, siglo XXI, no te puedes equivocar, a un personaje de la serie de
Los 80. Hace 30 años los hombres se cortaban el pelo de una manera y las mujeres. La buena
producción, la buena puesta en escena, la buena recreación de época y sobre todo el buen rescate
de los conflictos, la dramaturgia, el armado de los argumentos tiene que ser muy bueno y yo creo
que realmente es un hito para la buena televisión lo que se ha hecho de rescate de la década de
los 80 por acá, por allá, más la película NO, más Los 80, más los Archivos, después hay otra serie
que no se si tu viste que se llama Amar y Morir en Chile, que es la historia del frente Manuel
Rodriguez, el atentado del Cajón del Maipo. Todas estas series sumadas ayudan a que la gente se
meta en el pasado y lo recupere y desde el punto de vista de la televisión, yendo más a la estética,
yo creo que le han hecho mucho bien a la televisión chilena.
¿Cómo la transversalidad de profesiones entre los miembros del Consejo afecta a las decisiones
que éste toma?
El Consejo tiene un muy buen departamento de fomento, con gente muy sólida, que a lo largo de
los años ha ido trabajando con las productoras para que los proyectos que se presenten tengan
cada vez de mejor calidad, que sean mejores programas pero que al mismo tiempo, como
proyectos, sean mejor hechos, porque no basta con tener una idea, hay que desarrollarla como
proyecto. Además el Consejo contrata, para evaluar los proyectos, una cantidad de especialistas
técnicos.
Primero el consejo aprueba las bases del concurso, éstas se suben a la página, las productoras
mandan sus proyectos y antes que nada hay una primera evaluación que revisa los proyectos para
ver si éstos cumplen con las bases y eso es super importante. Si mandaron todo, por ejemplo,
parece una locura que alguien esté pidiéndole al Consejo Nacional de Televisión 100 millones de
pesos y no mande un papel, pero hay gente que lo hace, que se le queda. Por eso, primero revisar
que cumpla con las bases y después entran unos jurados de carácter técnico, artístico, digamos
estético y los separan, les ponen nota y al Consejo nos llega lo mejor.
Nosotros ahí tenemos que empezar a ponernos de acuerdo, pero el trabajo viene tan bien hecho,
el de los evaluadores, que no hay mucho para pelear, no hay mucho para debatir, porque el
trabajo de los evaluadores externos es muy fino, muy bien hecho. Es muy raro que un proyecto
malo pase.
Los proyectos se clasifican en varias categorías: proyectos para niños, proyectos de regiones, esta
año el 40% de la plata se destinó a proyectos que vienen de regiones, no sólo de las televisiones
grandes de carácter nacional y te sigo que las regiones están mandando unos estupendos
proyectos. Piensa que ahora hay regiones donde hay escuelas de cine, como en Valdivia, la región
De los Ríos, en Concepción, hay varias escuelas de periodismo y hay canales de televisión
regionales.
Sí se debate, se discute mucho. Nosotros leemos todo, estamos mil horas mirando imágenes, a mí
me gusta ver los reels de los directores, que tienen que mandar programas que han hecho antes y
uno mira y ve la mano del tipo.
¿Qué disposición existe por parte de las cadenas de televisión a la hora de abordar programación
de carácter cultural?
Los canales de televisión en Chile se financian por publicidad comercial y van a ver con buenos
ojos aquello que atraiga publicidad, si no atrae publicidad no lo van a ver con buenos ojos. Esto es
duro, es crudo, pero es así. Sí los programas de entretención son los que van a atraer la publicidad
comercial los canales les van a dar preferencia a esos programas de entretención.
Ahora, la televisión es dinámica, resulta que hasta el año pasado los realities eran grito y plata
pero resulta que este año los realities perdieron raiting. Pasan cosas raras, por ejemplo, en horario
tarde, en la noche, El Reemplazante tuvo buen raiting, por lo tanto lo pusieron este año, segunda
temporada, en un horario mejor y este año bajó el raiting. Eso tiene que ver en el fondo con el
mercado, por eso yo digo: cultura en televisión depende de la creatividad que tengan los canales,
las ganas de invertir creatividad, tiempo y dinero en hacer contenidos culturales muy entretenidos
y allí van a tener una mejor disposición, porque en la medida que a la gente de los canales, la
cultura signifique lata y pérdida de raiting, la cosa no va a ir.
Entonces pensemos respecto al raiting, ¿quién es el raiting?; somos los chilenos, la mayoría de los
ciudadanos de este país, segmentados en viejos, jóvenes, ricos, pobres, etc. Gran parte de ese
raiting son jóvenes, jóvenes que han recibido una educación de mala calidad, todos sabemos eso.
Yo digo, la televisión tiene que mejor la calidad para que la gente que ve televisión mejore su
calidad cultural. Ahora eso no se va a lograr obligando a la gente a ver ópera o ballet, sino que
atrayendo a través de cosas entretenidas, allí los programas van a tener raiting.
¿Siendo así, por qué Canal 13, teniendo fondos, recurre al fondo del Consejo para financiar Los 80
de la segunda a la quinta temporada, teniendo en cuenta que fue un éxito a nivel de raiting?
Por costos de producción, así de simple. Si lo que tu calculas, el raiting que va a tener, la publicidad
que va a tener, no te alcanza para un elenco de 18 personas, de 12 en lugar de 6, tienes que sacar
la plata de alguna parte para poder mantener el estándar, si esta cuestión no es barata, en el caso
de los 80 fue eso. No es que se estuvieran llenando los bolsillos de plata y Andrés Wood ande en
un Mercedez Benz, es que para poder mantener el estándar de producción, de cantidad de
actores, de elenco y locaciones no alcanzaba. Cuando un tipo presenta un proyecto al consejo,
tiene que presentar presupuesto y explicitar muy bien porque le revisan hasta el último peso y
después lo revisa la contraloría, las platas de los proyectos del Consejo son muy revisadas, no se
pueden distraer en cosas que no corresponden.