Comunicados 2015

Comunicados 2015
COMUNICADO DEL CURSO HISTORIA DE LAS MUJERES EN MÉXICO
CUARTA SESIÓN: LA EMANCIPACIÓN DE LAS MUJERES A TRAVÉS DE LA
ESCRITURA
POR LA DRA. LUCRECIA INFANTE VARGAS
12 DE FEBRERO DE 2015
(La Dra. Lucrecia Infante Vargas)
Esta tarde en el INEHRM continuó el Curso Historia de las Mujeres en México, en su
cuarta sesión, con la exposición del tema: La emancipación de las mujeres a través
de escritura, por parte de la Dra. Lucrecia Infante Vargas, de la Facultad de Filosofía y
Letras de la UNAM. Mediante el seguimiento de cómo las mujeres pasaron del
ejercicio de la lectura a la redacción y difusión de sus propias ideas, la investigadora
explicó el tránsito de una escritura privada a otra que les permitió expresarse
públicamente, a través del estudio de diversas publicaciones en el siglo XIX
El estudio de la producción escrita e impresa destinada a las mujeres y/o
escrita por mujeres, condujo a la investigadora a la identificación de tres momentos en
la historia de la emancipación femenina a través de la escritura. El primero comprende
de 1805 a 1838, cuando las mujeres se insertaron en el mundo de la cultura impresa,
primero como lectoras y posteriormente como escritoras.
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Como antecedente explicó, a grandes rasgos, que durante el periodo colonial
las mujeres fueron formadas sin necesidad de iniciarlas en el mundo de las letras. Un
caso excepcional fue Sor Juana Inés de la Cruz, comentó Infante Vargas, sin
embargo, las investigaciones recientes pusieron de relieve que las mujeres
enclaustradas en los conventos recibieron una formación educativa que suponía el
manejo elemental de la lectura y la escritura, al grado que aprendieron las reglas de
aritmética, nociones de música, lecciones de latín y orientaciones para la
administración de bienes de la unidad conventual. Más aún, llegaron a participar en
actividades lectoras y de transcripción de textos, aunque en su momento dichas
tareas no se asumieron como una capacidad potencial y creativa, sino como el
cumplimiento de labores asignadas por las autoridades religiosas.
Bajo la influencia de la Ilustración, durante el siglo XVIII se observan los inicios
del acceso del género femenino en los sistemas educativos y en prácticas de
aprendizaje informal. Al efecto, se establecieron las denominadas “Escuelas de
Amigas”, que dieron como resultado la intensificación de los escritos leídos y escritos
por mujeres. Con la asimilación de la cultura escrita, las mujeres de nivel
socioeconómico medio y alto continuaron con la trascripción de textos, pero además
comenzaron a escribir diarios personales y de viaje, a recibir y enviar cartas, a
participar activamente en el comentario grupal de lecturas y en tertulias literarias.
Durante la segunda etapa, en las décadas de los 50 y 60 del siglo XIX, la
investigadora subrayó el incremento de publicaciones cuyo público objetivo eran las
damas, las señoras y las señoritas. Las publicaciones periódicas destinadas a ellas
eran editadas y escritas por varones, no obstante, las mujeres pronto aprendieron a
expresar sus opiniones por escrito y a hacerlas públicas mediante cartas al editor. De
manera posterior, se les verá colaborar en imprentas y en equipos de redacción.
Resulta significativa la proliferación de imágenes y litografías en las que se representa
a las mujeres con plumas, tinteros e impresos sostenidos en sus manos, en una
actitud concentrada y reflexiva.
Las siguientes décadas de 1870 a 1907, describió Infante Vargas,
corresponden a una etapa en el que las mujeres iniciaron la publicación de sus
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propias revistas, en el cual trabajan en las diversas etapas del proceso editorial,
desde la administración, hasta la redacción y edición de textos. Se trataba, en suma,
de publicaciones periódicas escritas por mujeres para las mujeres. Ello en el contexto
de una voluntad y de una lucha creciente y sostenida por el derecho a recibir
educación, a expresarse libremente y a ejercer profesiones que hasta entonces eran
de dominio masculino.
El resultado de este proceso se tradujo en la construcción de una identidad
cultural de lo femenino a través de la palabra escrita. Pero, concluyó la investigadora,
no se trató de un desarrollo sin tropiezos. Las mujeres tuvieron que afrontar
innumerables retos, censuras, anonimatos y resistencias, no obstante, la suma de sus
esfuerzos y dedicaciones trazaron el camino para el ejercicio de su libertad de
expresión y de conciencia mediante la palabra impresa.
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