Tema 12. Anexo. Guerra Civil Extremadura Anexo Tema 12. GUERRA CIVIL EN EXTREMADURA. Durante la etapa del Frente Popular, al igual que en toda España, en Extremadura se radicalizaron las posturas con la aplicación incontrolada de la reforma agraria. Mientras campesinos-jornaleros defendían las posiciones de las organizaciones obreras de izquierda, especialmente vinculados el PSOE, las clases medias y propietarios agrícolas apoyaban a la CEDA. El resultado de las elecciones de Febrero de 1936 reflejaba la situación: 52,5% de votos de la izquierda, 46,5% del centro y la derecha; situación que no se correspondía con la adjudicación de los escaños (18 escaños para la izquierda y 5 para el centro-derecha) A) El golpe militar. La gestación y el desarrollo del levantamiento militar en Extremadura no fue ni uniforme ni homogéneo. Al iniciarse la sublevación, el 18 de julio de 1936, Badajoz, permaneció fiel a la República y en Cáceres triunfó el golpe militar. Esto pudo obedecer a dos razones: la organización militar y la situación político-social. En el primer caso, Cáceres pertenecía a la VII Región militar con cabecera en Valladolid que apoyó el golpe militar y por lo tanto se siguió la cadena de mandos; Badajoz dependía de la I Región militar, Madrid y por la misma razón, los mandos militares permanecieron fieles a la República. En el orden social y político, en ambas provincias la mayoría eran votos republicanos, pero mientras en Badajoz eran mayoría socialista y las sublevaciones campesinas habían sido más violentas, en Cáceres eran republicanos moderados. Independientemente de los ámbitos provinciales, la guerra civil representó dos bandos enfrentados con dos realidades socioeconómicas diferentes. B) Las operaciones militares Tema 12. Anexo. Guerra Civil Extremadura Al iniciarse el conflicto militar en el mes de julio de 1936, el frente entre ambos bandos se situó en la línea de Trujillo-Navalmoral. Mientras la mayor parte de Cáceres era controlada por el bando nacional, la provincia de Badajoz y sur de Cáceres estaban en la zona republicana. La situación geoestratégica de Extremadura y especialmente de Badajoz era importante; por una parte eran la frontera con Portugal y en segundo lugar era el puente que unía el norte con el sur. La necesidad de unir al Ejército nacional del Norte del General Mola, con el del sur de Franco, decidió la campaña de Extremadura. En la primera fase del conflicto, la campaña de Extremadura forma parte de la “guerra de columnas”. La “columna de Madrid” dirigida por Yagüe, salió de Sevilla, entró por Monesterio, progresivamente en pocas semanas, durante el mes de agosto, pasó por Zafra, fue tomando Almendralejo, Mérida y Badajoz, para asegurar las comunicaciones con Portugal. La batalla de Badajoz fue muy dura tanto para los milicianos que resistían en el interior como para los legionarios y tropas regulares que murieron en el asalto. La polémica “matanza de Badajoz”, ha dado lugar a múltiples interpretaciones; los datos de muertos oscilan entre 200-1.200; en cuanto a los datos periodísticos del momento de “miles…” no se han podido verificar tales números. Es posible que fueran miles si se tienen en cuentan las cuatro mortandades en las murallas de Badajoz: los fusilamientos de los falangistas y de los que apoyaron el golpe en Julio por parte de los milicianos; los milicianos que murieron defendiendo Badajoz; en tercer lugar una compañía entera de legionarios y de Regulares marroquíes que murieron en Puerta Trinidad y Puerta Pilar y por último, la represión sobre los milicianos que siguió a la toma de Badajoz. Gran parte de esta mortandad eran de milicianos republicanos y militares nacionales que formaban parte de sus respectivos ejércitos. Tras la toma de Badajoz, se llegó hasta Santa Amalia-Guareña donde se paralizó el avance de los nacionales. A partir de octubre de 1936 y hasta 1938 el frente de guerra quedaba en la línea del Guadiana en Medellín. La provincia de Badajoz quedaba dividida en dos zonas: parte occidental bajo control del ejército nacional y la zona de la Serena y Siberia bajo control republicano. Dada la importancia estratégica de Extremadura y la necesidad de controlar la carretera hacia Madrid, el ejército nacional continuó avanzando hacia Trujillo; en Villamesías hubo importantes enfrentamientos militares. Se siguió con la toma de Navalmoral de la Mata, zona del Campo de Arañuelo, los Ibores y las Villuercas. C) Evolución política de las dos zonas: Durante dos años (octubre1936- julio1938) Extremadura quedaba dividida en dos zonas: zona nacional en donde se incluía toda la provincia de Cáceres, exceptuando una parte de la zona sur en torno a Alía y provincia de Badajoz, exceptuando la zona de La Serena y La Siberia; en la zona republicana se incluía la zona oriental de la provincia de Badajoz, centros importantes fueron Villanueva de la Serena, Castuera y Cabeza del Buey. En la zona Republicana se organizó un Consejo Provincial, que mantuvo su sede en Castuera. Los comunistas adquirieron un especial protagonismo ante la ayuda y la presencia de asesores soviéticos, desplazando a socialistas y republicanos. Las actuaciones tuvieron una doble dirección: por un lado mantener la línea del frente, por otro lado llevar a cabo los ideales de la revolución proletaria. Se decretó la Tema 12. Anexo. Guerra Civil Extremadura colectivización de tierras que se encontró con la dificultad de hacer una gestión adecuada de la producción y sin vías de comercialización. Se decretó un permanente racionamiento, había problemas de carencia de alimentos y graves problemas de atención y abastecimiento sanitario. En eta llamada “bolsa de la Serena” se produjeron actos de fuerte represión contra el clero, los terratenientes y personas significativas de derecha; fueron encarceladas, sometidos a torturas y asesinados. En la zona nacional se nombraron Comisiones gestoras municipales dependientes de la Junta de Defensa Nacional primero y posteriormente de la Junta Técnica del Estado. Se llevó a cabo una depuración ideológica en todos los organismos públicos, especialmente entre los maestros nombrados por la república y los sindicalistas agrarios. La represión fue dura y se castigaba con la muerte a todos aquellos que hubieran cometido “delitos de sangre”; si eran por cuestiones ideológicas se les apartaba de sus cargos oficiales. El paso de la “columna del general Yagüe” generó una fuerte represión porque en los primeros momentos, se les ajusticiaba en el mismo momento. Durante 1937-1938, los republicanos sugirieron activar el frente de Extremadura para intentar que el bando Nacional retirara efectivos del frente de Teruel. La ofensiva republicana fracasó. A partir de 1938 el frente de Villanueva-Castuera se reactiva por parte de los nacionales; a finales de 1938 la ofensiva republicana (para quitar efectivos durante la campaña de Cataluña) da lugar a una contraofensiva de los nacionales que concluyó con la derrota de los republicanos y ocupación de Don Benito, Villanueva de la Serena, Castuera y Monterrubio; los republicanos se replegaron hacia la Mancha. En enero de 1939, se ocuparon los últimos pueblos de la comarca de Siberia como Talarrubias, Puebla de Alcocer y Peñalsordo. D) Consecuencias de la Guerra. Se calcula que en el conflicto, a lo largo de los tres años, habían intervenido unos 92.500 militares del bando republicano y 72.000 el bando nacional. En ambas zonas los efectos sociales- demográficas fueron similares: ajusticiamientos sin jueces o con tribunales del pueblo donde los revanchismos personales eran disfrazados de motivos políticos. La dureza de las sanciones, los fusilamientos y represaliados tras el conflicto, fueron una realidad. También fue una realidad en la zona republicana que por el hecho de ser religioso o sacerdote, ser propietario o haber votado a la derecha, era declarado “sedicioso” , sometido a juicios populares, linchamientos colectivos, torturados y finalmente asesinados. A nivel económico, las repercusiones fueron muy diferentes: en la zona nacional, la necesidad de cereal dio lugar a la protección del trigo, lo que no fue obstáculo para que una parte de la tierra quedara sin trabajar. En ambas zonas hubo destrucción de infraestructuras y paralización de las actividades comerciales. Al terminar el conflictos, muchos dirigentes y afiliados sindicalistas optaron por ir al exilio, en unos casos con carácter transitorio, otros de forma permanente y unos pocos huyen a las sierras y forman el “maquis”, organizando partidas guerrilleras que luchaban contra el régimen de Franco, siendo perseguidos por la Guardia Civil. De especial significación fueron las partidas en la Sierra de Gata, en las Villuercas y Sierra de San Pedro.
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