ARTÍCULO DE ROSA MONTERO Los editores

ARTÍCULO DE ROSA MONTERO
Los editores acaban de lanzar una campaña para fomentar la lectura. Hacen bien:
al parecer, en este país sólo lee a diario un 18% de la población, mientras que todos los
días se aceporran con la televisión el 84%. Y casi la mitad de los españoles mayores de
los 18 años jamás leen nada. Me pregunto sinceramente cómo se las arreglan para
sobrevivir: sin los libros, la existencia se me antoja mucho más gris y más mezquina.
Éste es un artículo apasionado. Una carta de amor a la literatura. Las novelas son
como sueños de la Humanidad: ponen palabras a lo que no tiene nombre, dan forma a
ese rugiente magma que nos habita. No hay ningún libro, ningún autor imprescindible. Si
Shakespeare, si Cervantes no hubieran existido, el devenir del mundo hubiera sido
probablemente idéntico. Pero los libros, en su conjunto, sí son imprescindibles. Si se les
impide soñar, las personas enloquecen: está comprobado. De la misma manera, sin
novelas, la humanidad sería mucho más triste y más enferma.
Hay algo substancial que nos une a la narrativa. Quizá sea, como dice Vargas
Llosa, porque la novela pone un simulacro de orden en nuestras azarosas y caóticas
existencias: porque restaña, por tanto, la herida del vivir, el mal oscuro. Pero no quiero
ponerme trascendente: lo que sí sé es que las novelas me han dado muchas vidas. He
visitado cientos de mundos, he sido dama victoriana, rey medieval y bucanero. He
conocido el odio y el amor, la aventura y el vértigo. Todos tenemos un libro que nos
espera, de la misma manera que a todos nos aguarda un amor en algún sitio: la cosa es
descubrirlo. Los que no disfrutan con la lectura son aquellos que no han encontrado aún
ese libro, esa obra que les atraparía y les dejaría temblorosos y exhaustos, como siempre
dejan las grandes pasiones. Lo siento por ellos.
Rosa Montero.
Comentario del texto
El texto que vamos a comentar pertenece al ámbito periodístico, concretamente es un
artículo de opinión escrito por Rosa Montero, colaboradora habitual en El País, en el
que, de forma muy subjetiva, hace, a partir de la noticia sobre una campaña de
fomento de la lectura, una alabanza del placer de la lectura y del enriquecimiento que
aporta la literatura.
Con respecto a la estructura, podemos afirmar que este es un texto expositivoargumentativo, ya que, en primer lugar, la disposición del discurso argumentativo es
ordenada y rigurosa, y las ideas se ordenan como corresponden a las características
generales de este tipo de textos: se presentan en primer lugar unos datos que pretenden
conducir al lector hacia la reflexión, mientras la autora emite una opinión fundada en
razones que la autora va dando línea a línea. El texto es, por tanto, una argumentación
con estructura analizante, ya que intenta defender la tesis formulada al principio: el
acierto de emprender una campaña de fomento a la lectura. La estructura externa se
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articula en tres párrafos. El primero arranca con la noticia, expuesta brevemente en la
primera línea, en torno a la que se articula el texto: “Los editores acaban de lanzar una
campaña para fomentar la lectura”. A menudo los columnistas parten de un hecho real o
una noticia que sirve de impulso para una reflexión sobre los acontecimientos. En ese
momento es donde la autora introduce la subjetividad: "Hacen bien", y se fundamenta el
juicio con datos, con argumentos expuestos en esa primera parte. Los párrafos segundo
y tercero son argumentos basados en la experiencia personal, casi confesionales, de lo
que la propia autora siente por los libros. Basa también Rosa Montero sus ideas en
argumentos de autoridad, como hace, por ejemplo, al citar al Premio Nobel Vargas Llosa.
Por otro lado, tanto en la estructura textual como en la forma de elocución y de
expresión lingüística, el fragmento está perfectamente adecuado a la intención y
situación comunicativa.
El registro lingüístico característico de los artículos de opinión es el español estándar
culto, propio del lenguaje periodístico, que suele ser también bastante sencillo de
entender. Se caracteriza, por tanto, por el respeto, en general, de la norma y por la
variedad y riqueza en el uso del idioma.
Las funciones del lenguaje que se dan en este texto son variadas, más que en la noticia,
por ejemplo. Podemos encontrar que la función representativa pasa a un segundo plano
y toman más relieve las funciones expresiva, poética y apelativa (porque intenta atraer y
convencer al lector con su argumento).
Desde la primera línea del segundo párrafo se hace patente el carácter subjetivo del
texto, y esta perspectiva personal se presenta en una serie de formas lingüísticas tales
como son el uso de la primera persona del singular, proscrita en otros géneros
periodísticos (“me pregunto”, “no quiero ponerme transcendente”, “he visitado”, “se
me antoja”). El juicio personal también se ve en los adjetivos: localizamos adjetivos
explicativos antepuestos (“azarosas y caóticas vidas”, “grandes pasiones”), adjetivos
valorativos (“temblorosos, exhaustos”), adjetivos a los que la autora añade un adverbio
comparativo de carácter intensivo (“existencia más gris y más mezquina, más triste y
más enferma”). También aporta subjetividad la selección intencionada de algunos
verbos con una carga connotativa negativa (“aceporrarse” en vez del “neutro” ver la
televisión).
Con respecto al nivel morfosintáctico, la base gramatical del lenguaje es la ordinaria, y
presenta riqueza, corrección, precisión y claridad.
Encontramos una presencia notable de sustantivos abstractos (existencia, amor). Es
también importante la presencia de adjetivos, lo que demuestra la riqueza con la que se
emplea el idioma. Esta riqueza se muestra también en la mezcla entre el carácter culto
del texto, que favorece la presencia de algunos cultismos (azarosas, rugiente,
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exhaustos), aunque también aparezca alguna concesión al registro coloquial (“se
aceporran”, “se las arreglan”).
Pese a que este no se trata de un texto literario, la función poética destaca en la
abundancia de expresiones literarias y de recursos estilísticos. Encontramos abundante
adjetivación, paralelismos sintácticos, metáforas... Aunque también podemos encontrar
alguna incorrección gramatical, por ejemplo, una mala concordancia en el número (“se
aceporran el 84%; casi la mitad de los españoles [...] jamás leen nada)”, casos de leísmos
incorrectos (“les atraparía”) .
Nos encontramos, por tanto, ante un texto periodístico, concretamente un artículo de
opinión perteneciente a los géneros de opinión que presenta la mayor parte de sus
rasgos más característicos (la estructura argumentativa, el uso de un español culto
estandarizado en el que se mezclan algunas concesiones a la lengua coloquial con
recursos estilísticos). Al fin y al cabo, no debemos olvidar que Rosa Montero es una de
las novelistas más renombradas de los últimos años.
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