L`O S S E RVATOR E ROMANO

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L’OSSERVATORE ROMANO
EDICIÓN SEMANAL
Unicuique suum
Año XLVII, número 20 (2.415)
EN LENGUA ESPAÑOLA
Non praevalebunt
Ciudad del Vaticano
15 de mayo de 2015
Regina caeli del 10 de mayo
En el Vaticano
Un aplauso para las mamás Audiencia al presidente cubano
Para vivir el amor que Cristo nos
enseñó bastan los pequeños gestos
cotidianos de cercanía a los ancianos,
niños, enfermos sin trabajo,
inmigrantes, refugiados: lo recordó el
Papa Francisco en el Regina caeli del
domingo 10 de mayo, en la plaza de
San Pedro.
Queridos hermanos y hermanas,
¡buenos días!
El Evangelio de hoy —san Juan,
capítulo 15— nos vuelve a llevar al
Cenáculo, donde escuchamos el
mandamiento nuevo de Jesús. Dice
así: «Este es mi mandamiento: que
os améis unos a otros, como yo os
he amado» (v. 12). Y, pensando en
el sacrificio de la cruz ya inminente,
añade: «Nadie tiene amor más
grande que el que da la vida por
sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando»
(vv. 13-14). Estas palabras, pronunciadas durante la última Cena, resumen todo el mensaje de Jesús; es
más, resumen todo lo que Él hizo:
Jesús dio la vida por sus amigos.
Amigos que no lo habían comprendido, que en el momento crucial lo
abandonaron, traicionaron y renegaron. Esto nos dice que Él nos ama
aun sin ser merecedores de su amor:
¡así nos ama Jesús!
De este modo, Jesús nos muestra
el camino para seguirlo, el camino
del amor. Su mandamiento no es
un simple precepto, que permanece
siempre como algo abstracto o exterior a la vida. El mandamiento de
Cristo es nuevo, porque Él, en primer lugar, lo realizó, le dio carne, y
Aprobado por el secretario de Estado
por mandato del Santo Padre
Estatuto para la protección
de los menores
PÁGINA 3
así la ley del amor se escribe una
vez para siempre en el corazón del
hombre (cf. Jer 31, 33). Y ¿cómo está escrita? Está escrita con el fuego
del Espíritu Santo. Y con este mismo Espíritu, que Jesús nos da, podemos caminar también nosotros
por este camino.
Es un camino concreto, un camino que nos conduce a salir de nosotros mismos para ir hacia los demás.
Jesús nos mostró que el amor de
Dios se realiza en el amor al prójimo.
Ambos van juntos. Las páginas del
Evangelio están llenas de este amor:
adultos y niños, cultos e ignorantes,
ricos y pobres, justos y pecadores
han tenido acogida en el corazón
de Cristo.
Por lo tanto, esta Palabra del Señor nos llama a amarnos unos a
otros, incluso si no siempre nos entendemos y no siempre estamos de
SIGUE EN LA PÁGINA 2
«Un honor. La visita más
importante de mi vida»: definió así el presidente de
Cuba, Raúl Modesto Castro
Ruz, el encuentro con el Papa Francisco del domingo
10 da mayo, por la mañana,
en una sala del aula Pablo
VI. La audiencia, muy cordial, duró casi una hora.
Al llegar, hacia las 9.30,
el jefe de Estado fue acogido por el prefecto de la Casa pontificia, el arzobispo
Gänswein, y recibió el saludo de los arzobispos Angelo
Becciu, sustituto de la Secretaría de Estado, y Paul
Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con
los Estados.
Luego tuvo lugar el encuentro personal con el Papa, en un pequeño despacho, donde Francisco lo
acogió con un «¡bienvenido!». El presidente —como
declaró a los periodistas antes de
dejar el Vaticano— quiso agradecer
al Papa Francisco su papel activo
en favor de la mejoría de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos de América; y le presentó los
sentimientos del pueblo cubano que
espera su visita a la isla programada
para septiembre.
A continuación el Papa y Castro
se trasladaron a una pequeña sala
para la presentación de la delegación cubana, formada por una decena de personalidades, entre las cuales el vicepresidente del Consejo de
ministros, Ricardo Cabrisas Ruiz, el
ministro de exteriores, Bruno Rodríguez, el embajador ante la Santa
Sede, Rodney López, y familiares
del presidente.
Del 5 al 13 de julio
El Papa en América Latina
Del 5 al 13 de julio el Papa visitará
Ecuador, Bolivia y Paraguay. El
programa del segundo viaje del
Pontífice a América Latina se hizo
público el 8 de mayo, por la mañana en la Oficina de prensa de la
Santa Sede. Son 20 los discursos
previstos desde su llegada —el domingo a las 15.00 hora local— al
aeropuerto de Quito, donde tendrá lugar la ceremonia de bienvenida. El día siguiente, lunes 6 por
la mañana, se trasladará a Guayaquil, donde celebrará la misa en el
santuario de la divina misericordia
y se reunirá con la comunidad jesuita. Por la tarde regresará a la
capital y visitará al presidente de
la República y la catedral. La jornada del martes 7 estará marcada
por la cita con los jóvenes, la misa
en el Parque del bicentenario y encuentros con el mundo de la escuela y la universidad y con la sociedad civil; concluirá con una
oración en privado en la Iglesia de
la Compañía.
El miércoles 8, tras detenerse en
una casa de las Misioneras de la
Caridad y reunirse con el clero
ecuatoriano en el santuario nacional mariano del Quinche, el Papa
Francisco se trasladará a Bolivia.
En el aeropuerto de La Paz, la ceSIGUE EN LA PÁGINA 15
Particularmente significativo fue
el intercambio de dones: Castro regaló una preciosa medalla conmemorativa de la catedral de La Habana —de la que existen pocos ejemplares— y un cuadro de arte contemporáneo, que representa una
gran cruz compuesta por restos de
barcazas, ante la que se encuentra
un inmigrante en oración. Es obra
del artista Kcho (Alexis Leiva Machado), que estaba presente y le explicó al Papa Francisco que se inspiró en su gran compromiso de presentar a la atención mundial los
problemas de los inmigrantes y refugiados, a partir de la visita a
Lampedusa. El Pontífice le regaló
una copia de la exhortación apostólica Evangelii gaudium y un medalla
que representa a san Martín cubriendo al pobre con su capa.
Poco después de las 10.30 el presidente Castro y la delegación dejaron el Vaticano y se dirigieron al
palacio Chigi para el encuentro con
el presidente del Consejo de minisSIGUE EN LA PÁGINA 2
Audiencia general del miércoles 13
sobre la familia
La buena educación
PÁGINA 9
Los proyectos de Scholas Occurrentes
Alfabetización digital
y deporte
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Regina caeli del 10 de mayo
viernes 15 de mayo de 2015, número 20
Mensaje al patriarca copto ortodoxo Tawadros
II
Unidos por el ecumenismo
de la sangre
«Hoy más que nunca estamos unidos por el ecumenismo de la sangre, que nos
alienta ulteriormente en el camino hacia la paz y la reconciliación»: lo escribió el
Papa en el mensaje enviado, el domingo 10 de mayo, al patriarca copto ortodoxo
Tawadros II con ocasión del segundo aniversario del encuentro fraterno que tuvo
lugar en el Vaticano en 2013 después de cuarenta años del encuentro entre Pablo
VI y Shenouda III. Como lo recordó durante la misa en Santa Marta, el Papa
Francisco llamó también por teléfono a Tawadros el domingo por la tarde, y tuvo
con él una larga y cordial conversación en la que —dijo el padre Federico
Lombardi— «se trataron principalmente dos temas: la voluntad de proseguir en el
compromiso común por la unidad de los cristianos y la propuesta de un acuerdo
para la celebración de la Pascua en una fecha común». Publicamos la traducción
del mensaje escrito en inglés.
VIENE DE LA PÁGINA 1
acuerdo… pero es precisamente
allí donde se ve el amor cristiano.
Un amor que también se manifiesta si existen diferencias de opinión
o de carácter, ¡pero el amor es más
grande que estas diferencias! Este
es el amor que nos ha enseñado
Jesús. Es un amor nuevo porque
lo renueva Jesús y su Espíritu. Es
un amor redimido, liberado del
egoísmo. Un amor que da alegría a
nuestro corazón, como dice Jesús
mismo: «Os he hablado de esto
para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud» (v. 11).
Es precisamente el amor de
Cristo, que el Espíritu Santo derrama en nuestros corazones, el
que realiza cada día prodigios en
la Iglesia y en el mundo. Son muchos los pequeños y grandes gestos
que obedecen al mandamiento del
Señor: «Que os améis unos a
otros, como yo os he amado» (cf.
Jn15, 12). Gestos pequeños, de todos los días, gestos de cercanía a
un anciano, a un niño, a un enfermo, a una persona sola y con dificultades, sin casa, sin trabajo, inmigrante, refugiada… Gracias a la
fuerza de esta Palabra de Cristo,
cada uno de nosotros puede hacerse prójimo del hermano y la
hermana que encuentra. Gestos de
cercanía, de proximidad. En estos
gestos se manifiesta el amor que
Cristo nos enseñó.
Que en esto nos ayude nuestra
Madre Santísima, para que en la
vida cotidiana de cada uno de nosotros el amor de Dios y el amor
del prójimo estén siempre unidos.
Saludo a la delegación de mujeres de la «Komen Italia», una asociación para la lucha contra el
cáncer de mama; y a cuantos han
participado en la iniciativa que tuvo lugar esta mañana en Roma: es
importante trabajar juntos para
defender y promover la vida.
Y, hablando de vida, hoy en
muchos países se celebra el día de
la madre: recordamos con gratitud
y afecto a todas las mamás. Ahora
me dirijo a las mamás que están
aquí en la plaza: ¿están? ¿Sí?
¿Hay mamás? ¡Un aplauso para
ellas, para las mamás que están en
la plaza! Y que este aplauso abrace a todas las mamás, a todas
nuestras queridas mamás: las que
viven con nosotros físicamente, y
también las que viven con nosotros espiritualmente. Que el Señor
las bendiga a todas, y que la Virgen, a quien se dedica este mes,
las custodie.
Os deseo a todos un feliz domingo —un poco caluroso. Y por
favor, no os olvidéis de rezar por
mí ¡Buen almuerzo y hasta la vista!
Al término de la oración el Pontífice
saludó a los grupos presentes,
invitando a aplaudir a todas las
madres con ocasión de su fiesta.
Queridos hermanos y hermanas:
Os saludo a todos vosotros, familias, grupos parroquiales, asociaciones y peregrinos provenientes de Italia y de muchas partes
del mundo, en particular de Madrid, de Puerto Rico y Croacia.
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A Su Santidad TAWADROS II
Papa de Alejandría y
patriarca de la sede de San Marcos
Al acercarse el segundo aniversario
de nuestro encuentro fraterno en Roma, deseo expresar a usted, Santidad,
mis mejores deseos de oraciones por
su buena salud, así como mi aprecio
por los vínculos espirituales que unen
la Sede de Pedro y la Sede de Marcos.
Hoy más que nunca estamos unidos por el ecumenismo de la sangre,
que nos alienta ulteriormente en el
camino hacia la paz y la reconciliación. Le aseguro a usted y a la comunidad cristiana en Egipto y en todo
Audiencia al presidente de Cuba
VIENE DE LA PÁGINA 1
tros italiano, Matteo Renzi. Al término los dos tuvieron una conferencia de prensa, durante la cual
el presidente cubano, al hablar del
encuentro con el Papa Francisco,
explicó que salió de dicha cita
muy emocionado «por su sabiduría y modestia y sus virtudes. Leo
todos los discursos del Papa —añadió— y si sigue hablando así, antes
o después recomenzaré a rezar y
volveré a la Iglesia católica. No es
una broma». Renzi se centró en
las relaciones entre Cuba y Estados Unidos de América, constatando que «mucho está cambiando».
También monseñor Becciu comentó la audiencia. Nuncio apos-
GIOVANNI MARIA VIAN
director
Giuseppe Fiorentino
subdirector
tólico de 2009 a 2011 en la isla caribeña, el prelado en una entrevista al «Corriere della Sera» del lunes 11, habló del trabajo diplomático realizado por la Santa Sede
por el nuevo acercamiento entre
Cuba y Estados Unidos. «La Secretaría de Estado, sobre todo el
cardenal Parolin, al dar su interpretación atribuyó la mejor parte a
las indicaciones del Papa. Si luego
se quiere afirmar que ciertos resultados no se obtienen de la noche a
la mañana, entonces estoy de
acuerdo al reconocer que la diplomacia vaticana a lo largo de las
décadas desempeñó su papel tenaz
y paciente. Ahora el cambio se da
también gracias al cardenal Ortega y a los obispos cubanos».
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director general
Marta Lago
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Oriente Medio mi oración incesante,
y de manera especial recuerdo a los
fieles coptos recientemente martirizados por su fe cristiana. Que el Señor
los acoja en su Reino.
Al dar gracias al Señor, recuerdo
nuestros progresos en el camino de la
amistad, unidos como estamos por
un solo bautismo. Si bien nuestra comunión es aún imperfecta, lo que tenemos en común es más grande de lo
que nos divide. Podemos perseverar
en nuestro camino hacia la plena comunión y crecer en el amor y en la
comprensión.
Es especialmente alentador que la
Comisión mixta internacional para el
diálogo teológico entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas orientales haya concluido recientemente el
documento The Exercise of Communion in the Life of the Early Church
and its Implications for our Search for
Communion Today (El ejercicio de la
comunión en la vida de la Iglesia primitiva y sus implicaciones para nuestra búsqueda de la comunión hoy).
Estoy seguro que usted, Santidad,
comparte mi esperanza de que este
diálogo vital continúe y dé abundantes frutos. Estoy especialmente agradecido por la disponibilidad del Patriarcado de la Sede de San Marcos
para tener el próximo encuentro de
la Comisión en El Cairo.
Los cristianos en todo el mundo se
encuentran ante desafíos semejantes,
que exigen que trabajemos juntos para afrontar dichas cuestiones. Agradezco que usted, el año pasado, haya
nombrado un delegado para que participara en el Sínodo extraordinario
de los obispos dedicado a la familia.
Es mi deseo que nuestra cooperación
en este ámbito pueda continuar, especialmente al afrontar las cuestiones
relativas a los matrimonios mixtos.
Con estos sentimientos, y recordando lo que justamente ya se conoce como el día de la amistad entre la
Iglesia copta ortodoxa y la Iglesia católica, intercambio con usted, Santidad, un abrazo fraternal en Cristo
Señor.
Vaticano, 10 de mayo de 2015
FRANCISCO
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e-mail: [email protected].
número 20, viernes 15 de mayo de 2015
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página 3
Aprobado por el secretario de Estado por mandato del Papa
Estatuto para la protección
de los menores
Estatuto
Art. 1
Naturaleza y competencia
§ 1. La Comisión pontificia para la
protección de los menores es una institución autónoma vinculada con la
Santa Sede, con personalidad jurídica pública (can. 116 CIC). La Comisión tiene función consultiva al servicio del Santo Padre.
§ 2. La protección de los menores
es de importancia prioritaria. El propósito de la Comisión es proponer
al Pontífice iniciativas, según las
modalidades y determinaciones indicadas por este Estatuto, para promover la responsabilidad de las Iglesias
particulares en la protección de todos los menores y los adultos vulnerables.
§ 3. Las propuestas presentadas
por la Comisión al Santo Padre tendrán que ser aprobadas previamente
por la mayoría de los dos tercios de
los miembros.
§ 4. Para elaborar las propuestas a
las que se refiere el § 2, cuando la
materia atañe a la competencia de
otras instancias eclesiales, el presidente de la Comisión, con la ayuda
del Secretario, consulta oportunamente los organismos competentes
para la protección de los menores en
las Iglesias particulares, las conferencias episcopales, las conferencias de
los institutos de vida consagrada y
las sociedades de vida apostólica, así
como el dicasterio de la Curia romana competente en esa materia. Esa
consulta se compartirá, con transparencia, con los miembros de la Comisión.
§ 5. La Comisión podrá pedir a
los organismos interesados a los que
se refiere el § 4, un informe sobre la
eficacia del trabajo desarrollado.
§ 6. La Comisión tiene sede legal
en el Estado de la Ciudad del Vaticano.
Art. 2
Composición y miembros
§ 1. La Comisión está compuesta
por un máximo de dieciocho miembros nombrados por el Santo Padre
para un período de tres años, salvo
caso de nueva confirmación.
§ 2. Los miembros son elegidos
entre personas de buena y probada
reputación, además de reconocida
competencia en los diversos ámbitos
que interesan la actividad confiada a
la Comisión.
§ 3. El presidente es nombrado
por el Sumo Pontífice entre los
miembros de la Comisión, para un
período de tres años y puede ser
nuevamente confirmado.
§ 4. El secretario es nombrado
por el Sumo Pontífice, por un período de tres años, entre personas de
reconocida competencia en la protección de la menores y puede ser de
El 21 de abril el cardenal secretario de Estado aprobó, por mandato del
Papa, «ad experimentum», por un período de tres años, el Estatuto de la
Comisión pontificia para la protección de los menores, cuyo borrador presentó para la aprobación el cardenal Sean Patrick O’Malley, presidente de la
misma Comisión. Publicamos una traducción del texto original del Estatuto
en italiano, acompañado del quirógrafo del 22 de marzo de 2014, con el
cual el Papa Francisco instituía oficialmente la Comisión pontificia para la
protección de los menores.
nuevo confirmado en el cargo; es
miembro de la Comisión ex officio.
Art. 3
La asamblea plenaria
§ 1. La Comisión se convoca en
asamblea plenaria dos veces al año.
Con la petición de dos tercios de los
miembros y el consenso del presidente, se puede convocar una asamblea plenaria extraordinaria. Para
que la asamblea plenaria pueda considerarse válidamente constituida, se
requiere la presencia de al menos
dos tercios de sus miembros. Con
las mismas condiciones, la asamblea
plenaria puede reunirse también mediante videoconferencia.
§ 2. Durante la asamblea plenaria,
los miembros actúan colegialmente
bajo la dirección del presidente.
§ 3. La asamblea plenaria elige,
por mayoría absoluta de votantes,
El quirógrafo papal
para la institución
La tutela efectiva de los menores
(Minorum tutela actuosa) y el
compromiso de garantizar su desarrollo humano y espiritual conforme a la dignidad de la persona
humana son parte integrante del
mensaje evangélico que la Iglesia
y todos sus miembros están llamados a difundir en el mundo.
Dolorosos hechos han impuesto
un profundo examen de conciencia por parte de la Iglesia y, juntamente con la petición de perdón a las víctimas y a la sociedad
por el mal causado, han conducido a iniciar con firmeza iniciativas de varios tipos con la intención de reparar el daño, hacer
justicia y prevenir, con todos los
medios posibles que se repitan
episodios similares en el futuro.
En esa línea, tras escuchar los
consejos de numerosos cardenales
y miembros del Colegio episcopal, así como el parecer de otros
colaboradores y expertos en temas que atañen a este sector, he
decidido continuar la obra ya iniciada por mis Predecesores estableciendo en la Santa Sede una
Comisión permanente con el fin
de promover la protección de la
dignidad de los menores y los
adultos vulnerables, a través de
formas y modalidades, conformes
a la naturaleza de la Iglesia, que
se consideren más oportunas,
además de cooperar con ese fin
con quienes individualmente o en
forma organizada persiguen el
mismo objetivo.
Como tuve ocasión de poner
de relieve durante un encuentro
con algunas víctimas de abusos
sexuales, encargo a los miembros
de esta Comisión para la protección eficaz de los menores y adultos vulnerables, que prescindan
del credo religioso que profesan,
porque ellos son los pequeños
que el Señor mira con amor. A
mis colaboradores pido todo el
compromiso posible a fin de que
me ayuden a responder a las exigencias de estos pequeños.
Tarea específica de la Comisión
será proponerme las iniciativas
más adecuadas para la protección
de los menores y adultos vulnerables, así como realizar todo lo posible para asegurar que delitos como los sucedidos ya no se repitan
en la Iglesia. La Comisión promoverá, conjuntamente con la
Congregación para la doctrina de
la fe, la responsabilidad de las
Iglesias particulares para la protección de todos los menores y
adultos vulnerables.
Por estas razones, instituyo la
Comisión pontificia para la protección de los menores.
Todo lo establecido con el presente Quirógrafo tiene pleno y estable vigor, no obstante cualquier
disposición
contraria,
incluso
siendo digna de especial mención.
Dado en Roma, en el palacio
apostólico, el 22 de marzo de
2014,
segundo del Pontificado.
dos miembros que, junto con el presidente y el secretario, forman parte
del comité organizador de la sucesiva asamblea plenaria. Su cargo termina con el cierre de las actas de la
asamblea.
§ 4. Corresponde al comité organizador guiar el desarrollo de la
asamblea plenaria, y en particular:
a) determinar el orden del día;
b) asegurar que la documentación
que necesitan los miembros se transmita al menos dos semanas antes de
la reunión prevista;
c) asegurar la redacción del acta
de las reuniones y su conservación
en los archivos de la Comisión.
Art. 4
El personal
§ 1. Corresponde al presidente, en el
ámbito de sus competencias, asegurar el correcto funcionamiento de la
Comisión y dirigir las reuniones de
la misma.
§ 2. Es tarea del secretario ayudar
al presidente en el desarrollo de sus
funciones, actuar en nombre de la
Comisión en los asuntos ordinarios y
dirigir la oficina de la Comisión.
También le corresponde al secretario
promover la colaboración de la Comisión con los organismos para la
protección de menores de las Iglesias particulares, de las conferencias
episcopales y las conferencias de los
institutos de vida consagrada y las
sociedades de vida apostólica, así
como con los dicasterios y las demás
instituciones de la Curia romana.
§ 3. En la oficina trabajan algunos
oficiales coordinados por el secretario, a quien corresponde colaborar
con el presidente. A un oficial se le
asigna una especial responsabilidad
en la administración de los bienes
materiales, en la redacción del presupuesto y del balance final, y en la
contabilidad financiera de la Comisión, según las normas establecidas
por la Curia romana.
§ 4. El secretario se equipara a los
prelados superiores, a los que se refiere el art. 3 del Reglamento general
de la Curia romana.
§ 5. Para la contratación y empleo
del personal se observan las disposiciones contenidas en el Reglamento
general de la Curia romana y en el
Reglamento de la Comisión independiente de evaluación para la contratación de personal laico en la Sede apostólica, con las modificaciones y suplementos posteriores.
Art. 5
Grupos de trabajo
§ 1. Las iniciativas, referidas en el
art. 1, § 2, son elaboradas por grupos de trabajo, que las someten a la
aprobación de la Comisión. Cada
grupo de trabajo se constituye para
examinar en profundidad materias
específicas y en virtud de estas preSIGUE EN LA PÁGINA 4
página 4
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viernes 15 de mayo de 2015, número 20
Estatuto
para la protección
de los menores
VIENE DE LA PÁGINA 3
Mensaje con ocasión de los 750 años del nacimiento de Dante Alighieri
Profeta de esperanza
Al venerado hermano
Cardenal GIANFRANCO RAVASI
Presidente
del Consejo pontificio
para la cultura
Con ocasión de la solemne celebración del 750° aniversario del nacimiento del gran Poeta Dante Alighieri, que tiene lugar en el Senado
de la República italiana, deseo dirigir a usted y a quienes participarán
en la conmemoración dantesca mi
cordial y amistoso saludo. En especial lo hago llegar al presidente de la
República italiana, Sergio Mattarella, al presidente del Senado, Pietro
Grasso, a quien dirijo mi sentida
felicitación por esta significativa
iniciativa, al ministro Dario
Franceschini; y lo hago extensivo a todas las autoridades, a los parlamentarios, a la Sociedad Dante Alighieri, a los estudiosos de Dante, a los
artistas y a quienes con
su presencia quieren
honrar a una de las figuras más ilustres no
sólo del pueblo italiano sino de toda la humanidad.
Con este mensaje
quiero unirme también
yo al coro de quienes
consideran a Dante
Alighieri un artista de
altísimo valor universal, que tiene aún mucho que decir y
dar, a través de sus obras inmortales,
a quienes están deseosos por recorrer
la senda del conocimiento, del auténtico descubrimiento de sí, del
mundo, del sentido profundo y trascendente de la existencia.
Muchos de mis Predecesores quisieron solemnizar las celebraciones
dantescas con documentos de gran
importancia, donde la figura de
Dante Alighieri se proponía precisamente por su actualidad y por su
grandeza no sólo artística sino también teológica y cultural.
Benedicto XV dedicó al gran poeta, con ocasión del VI centenario de
la muerte, la encíclica In praeclara
summorum, con fecha del 30 de abril
de 1921. Con la misma el Papa quería afirmar y poner de relieve «la íntima unión de Dante con la Cátedra
de Pedro». Al admirar «la prodigiosa vastedad y agudeza de su ingenio», el Pontífice invitaba a «reconocer que el poderoso impulso de
inspiración él lo tomó de la fe divina» y a considerar la importancia de
una correcta y no reductiva lectura
de la obra de Dante sobre todo en
la formación escolástica y universitaria.
El beato Pablo VI, además, se interesó de manera especial por la figura y la obra de Dante, a quien dedicó, como conclusión del Concilio
ecuménico Vaticano II, hace exactamente cincuenta años, la bellísima
carta apostólica Altissimi cantus, donde indicaba, con gran sensibilidad y
profundidad, las líneas fundamentales y siempre vivas de la obra dantesca. Pablo VI con fuerza e intensidad afirmaba que «Dante es nuestro. Nuestro, queremos decir, de la
religión católica» (n. 9). En cuanto
al fin de la obra dantesca, Pablo VI
humana, partí precisamente de las
sugestivas palabras del poeta, que la
representa como «chispa, / que se
convierte en una llama cada vez más
ardiente / y centellea, cual estrella
en el cielo» (n. 4; cfr. Par. XXIV, 145147).
En vísperas del Jubileo extraordinario de la misericordia, que iniciará
el 8 de diciembre próximo, a los cincuenta años de la conclusión del
Concilio Vaticano II, deseo vivamente que las celebraciones del 750° aniversario del nacimiento de Dante,
como las de la preparación del VII
centenario de su muerte en 2021, hagan que la figura de Alighieri y su
obra sean nuevamente comprendidas
y valoradas, también para acompañarnos en nuestro camino personal y
comunitario. La Comedia se puede
leer, en efecto, como un gran itinerario, es más, como una auténtica peregrinación, tanto personal e interior
como comunitaria, eclesial, social e
histórica. Ella representa el paradigma de todo auténtico viaje en el que
la humanidad está llamada a abandonar lo que Dante define «la
era que nos hace tan feroces»
(Par. XXII, 151) para alcanzar
una nueva condición, marcada por la armonía, la
paz, la felicidad. Es este
el horizonte de todo auténtico humanismo.
sentar las propuestas a la asamblea plenaria.
§ 2. Las propuestas elaboradas
por los grupos de trabajos, a los
que se refiere el § 1, se ponen a
disposición de los miembros para
sus observaciones a través de la
vía telemática. La tarea de cada
uno de los grupos cesa, sujeta a
la necesidad de posteriores reflexiones, con la presentación de las
propuestas a la asamblea plenaria.
§ 3. El presidente, después de
escuchar la opinión de los miembros de la Comisión, designará a
uno de ellos como moderador de
un específico grupo de trabajo.
§ 4. El moderador de cada grupo de trabajo presenta a la Comisión una lista de al menos tres
nombres para la designación de
los colaboradores del mismo grupo. Estos colaboradores son elegidos entre personas de buena y
probada reputación y con una reconocida experiencia en la materia de estudio de dicho grupo de
trabajo.
§ 5. Los colaboradores, a los
que se refiere el § 4, que no son
miembros de la Comisión, llevan
a cabo la tarea a ellos encomendada sin llegar a ser miembros de
la Comisión o adquirir cualquier
derecho o función dentro de la
misma.
Art. 6
Normas generales
§ 1. La Comisión pontificia, además de la oficina y los grupos de
trabajos, cuenta con los recursos
humanos y materiales adecuados,
en relación con las funciones asignadas institucionalmente.
§ 2. La Comisión opera de
acuerdo a las normas del presente
Estatuto, las disposiciones canónicas universales y el Reglamento general de la Curia romana.
afirmaba con claridad: «El fin de la
Comedia es primariamente práctico
y transformador. No se propone sólo
por ser poéticamente bella y moralmente buena, sino en alto grado de
cambiar radicalmente al hombre y
llevarlo del desorden a la sabiduría,
del pecado a la santidad, de la miseria a la felicidad, de la contemplación aterradora del infierno a la beatificante del paraíso» (n. 17). Citaba,
además, el significativo pasaje de la
carta del poeta a Can Grande de la
Scala: «La finalidad de todo y de la
parte es sacar del estado de miseria a
los vivientes en esta vida y conducirlos al estado de felicidad» (n. 17).
También san Juan Pablo II y Benedicto XVI se refirieron a menudo a
las obras del gran poeta y lo citaron
numerosas veces. Y en mi primera
encíclica, Lumen fidei, elegí también
yo recurrir a ese inmenso patrimonio
de imágenes, símbolos y valores
constituido por la obra dantesca. Para describir la luz de la fe, luz que
se debe redescubrir y recuperar a fin
de que ilumine toda la existencia
Dante es, por lo tanto, profeta de
esperanza, anunciador de la posibilidad del rescate, de la liberación, del
cambio profundo de cada hombre y
mujer, de toda la humanidad. Él nos
invita una vez más a volver a encontrar el sentido perdido y confuso de
nuestro itinerario humano y saber
mirar de nuevo el horizonte luminoso en el que brilla en plenitud la
dignidad de la persona humana. Al
honrar a Dante Alighieri, como ya
nos invitaba Pablo VI, podemos enriquecernos con su experiencia para
atravesar las numerosas selvas oscuras aún dispersas en nuestra tierra y
realizar felizmente nuestra peregrinación en la historia, para alcanzar la
meta soñada y deseada por todo
hombre: «el amor que mueve el sol
y las demás estrellas» (Par. XXXIII,
145).
§ 3. Los miembros de la Comisión, el personal y los colaboradores de los grupos de trabajo
deben observar el secreto de oficio respecto a las noticias o informaciones de las que hayan tenido
conocimiento en el ejercicio de
sus tareas y funciones.
Vaticano, 4 de mayo de 2015
Vaticano, 21 de abril de 2015
§ 4. Los idiomas utilizados por
la Comisión son el italiano, español e inglés.
§ 5. Los archivos de la Comisión se conservan dentro del Estado de la Ciudad del Vaticano.
§ 6. Las normas del presente
Estatuto deberán ser observadas
ad experimentum durante un período de tres años, al términe del
cual la Comisión presentará al
Sumo Pontífice posibles cambios
para la aprobación del Estatuto
definitivo.
Cardenal PIETRO PAROLIN
Secretario de Estado
L’OSSERVATORE ROMANO
número 20, viernes 15 de mayo de 2015
página 5
El Papa pide a los obispos de la República del Congo ser modelos de reconciliación
Para una nueva fraternidad
«Vigilar a fin de que las ayudas económicas concedidas
a las Iglesias particulares para sostenerlas en su misión
no obstaculicen la libertad de la Iglesia, que debe tener
carta blanca para anunciar de manera creíble el
Evangelio». Es la invitación que el Pontífice dirigió a
los obispos de la República del Congo, a quienes recibió
Queridos hermanos en el episcopado:
Es para mí una gran alegría acogeros con ocasión de vuestra visita
ad limina Apostolorum, que os permite consolidar vuestros vínculos con
la Sede apostólica y con los obispos
de todo el mundo, reforzando así la
colegialidad. Mi alegría es aún más
grande porque, a través de vosotros,
vislumbro comunidades cristianas jóvenes y dinámicas, que tratan de
arraigarse en el amor del Señor. Al
recibiros, las recuerdo de forma especial, así como a los sacerdotes, religiosos, religiosas, catequistas y todos los demás agentes de pastoral
que trabajan por el progreso del reino de Dios en el Congo. También
para fortaleceros en vuestro compromiso a su servicio, volviendo a las
fuentes, realizáis esta peregrinación a
las tumbas de los apóstoles Pedro y
Pablo, los cuales testimoniaron la fe
en Cristo hasta el sacrificio supremo
del martirio. Me siento conmovido
por el testimonio de adhesión al Sucesor de Pedro expresado en vuestro
nombre por monseñor Daniel Mizonzo, presidente de vuestra Conferencia. Al darle afectuosamente las
gracias a él, así como a cada uno de
vosotros, quiero expresaros mi aliento en vuestro trabajo apostólico.
La reciente creación de tres nuevas diócesis testimonia la vitalidad
de la Iglesia católica en vuestro país,
y también el celo que sus pastores
manifiestan en la obra de evangelización. Es un motivo de gran satisfacción, que al mismo tiempo impulsa a un esfuerzo mayor para responder cada vez mejor a las necesidades
del pueblo de Dios y a las expectativas de las numerosas personas a
quienes el Evangelio de Jesucristo
aún no ha sido anunciado.
Es un bien que en estos últimos
años las reflexiones de vuestra Conferencia se hayan centrado en la misión de los laicos en la Iglesia y en
la sociedad. Aquí quiero rendir homenaje a su relevante contribución a
la obra de evangelización. Es importante que vuestra pastoral ayude a
sus movimientos de espiritualidad y
apostolado a redescubrir y afirmar
su propia vocación con vistas al
«testimonio creíble de los laicos sobre la verdad salvífica del Evangelio,
su poder para purificar y trasformar
el corazón, y su fecundidad para
edificar la familia humana en unidad, justicia y paz» (Discurso a los
líderes del apostolado laico, Corea, 16
de agosto de 2014). En efecto, los
laicos tienen necesidad de ser acompañados y formados en el testimonio
del Evangelio en los ámbitos sociopolíticos, que constituyen su campo
específico de apostolado (cf. Apostolicam actuositatem, 4 y 7). La pastoral
de la familia es parte integrante de
este acompañamiento. Las reservas
de los fieles ante el matrimonio cristiano revelan la necesidad de una
en audiencia el lunes 4 de mayo, por la mañana, con
ocasión de la visita «ad limina». En su discurso, en
entregado en lengua francesa, el Pontífice recordó
también «las heridas provocadas por la grave crisis que
afectó» al país a finales de los años noventa, dejando
profundas cicatrices.
evangelización profunda, que implique no sólo la inculturación de la fe,
sino también la evangelización de
las tradiciones y la cultura local (cf.
Africae munus, 36-38). Al respecto,
tengo que agradeceros la contribución de vuestras diócesis al Sínodo
de los obispos sobre la familia. No
dejéis de obtener beneficio de él para adaptar mejor vuestra pastoral a
las realidades locales.
Queridos hermanos en el episcopado: En estos ámbitos y en muchos
otros los sacerdotes son vuestros primeros colaboradores. En consecuencia, su condiciones de vida y su santificación no deben dejar de estar en
el centro de vuestras preocupaciones
y de vuestra solicitud (cf. Presbyteroroum ordinis, 7). En particular, la formación permanente es indispensable
para ellos, para que puedan servir
cada vez mejor al pueblo de Dios y
acompañarlo espiritualmente como
corresponde, en particular a través
de celebraciones litúrgicas dignas y
homilías que alimenten la fe de los
fieles. Al respecto, os invito a seguir
vigilando las condiciones de envío
de los sacerdotes de vuestras diócesis
que continúan sus estudios y a sostenerlos durante su estancia en el extranjero, para favorecer su regreso en
tiempo útil, de modo que se salvaguarde siempre el bien de la Iglesia.
Doy gracias a Dios por las numerosas vocaciones sacerdotales y religiosas que florecen en vuestras diócesis.
Testimonian, además, vuestro celo
apostólico, bendecido por el Señor,
puesto que en definitiva es Él el
dueño de la mies que llama y manda
obreros a su mies (cf. Mt 9, 38). Esto os impone aún más obligaciones
a vosotros, pastores, a quienes están
confiadas estas vocaciones, para que,
en una escucha personalizada, acompañéis a cuantos se sienten llamados
a servir al Señor en su viña, según
los diversos carismas. La inmensa
necesidad pastoral de la Iglesia local
exige, a su vez, un discernimiento riguroso, para que el pueblo de Dios
pueda contar con pastores celosos
que edifiquen con su testimonio de
vida, sobre todo en lo que concierne
al celibato y al espíritu de pobreza
evangélica. Además, no hay que descuidar nada para que todos, sacerdotes, catequistas, familias jóvenes,
grupos de oración y otros más, tomen cada vez más conciencia de la
importancia de su contribución en el
acompañamiento y la formación de
los candidatos al sacerdocio y cada
uno asuma su propia parte.
En este Año de la vida consagrada
quiero rendir personalmente homenaje al compromiso de los religiosos
y religiosas al servicio de las poblaciones del Congo, a las cuales ofrecen con generosidad y dedicación
asistencia tanto espiritual como material, testimoniando a Cristo casto,
pobre y obediente. Si una colaboración armoniosa entre vosotros obispos y los consagrados, necesaria en
todos los niveles, favorece el
anuncio
del
Evangelio,
vuestra afectuosa cercanía
no puede menos que asegurarles y permitirles contribuir cada vez más al crecimiento de la Iglesia local,
en la diversidad de sus carismas.
Queridos hermanos en el
episcopado: Algunas diócesis experimentan grandes
dificultades a causa de la insuficiencia de los recursos
materiales y financieros locales disponibles. Comprendo la entidad de los pensamientos y las preocupaciones vinculados a semejante
situación en el corazón de
un pastor. Por eso os aliento a encaminar resueltamente vuestras diócesis por el
sendero de la autonomía, del hacerse
cargo progresivamente y de la solidaridad entre las Iglesias locales en
vuestro país, según la hermosa tradición que se remonta a las primeras
comunidades cristianas (cf. Rm 15,
25-28). Al respecto, seguid vigilando
a fin de que las ayudas económicas
concedidas a vuestras Iglesias particulares para sostenerlas en su misión
específica no limiten vuestra libertad
de pastores ni obstaculicen la libertad de la Iglesia, que debe tener carta blanca para anunciar de modo
creíble el Evangelio.
Por lo que concierne a la ayuda
recíproca y la solidaridad entre Iglesias particulares, también deben traducirse en la promoción del espíritu
misionero, ante todo en África. Os
dirijo de buen grado el llamamiento
solemne de mi predecesor, el beato
Pablo VI en Kampala: «Vosotros, los
africanos, sois ya los misioneros de
vosotros mismos» (Homilía durante
la celebración eucarística al final del
Simposio de los obispos de África, 31 de
julio de 1969).
La comunión eclesial también se
debe manifestar concretamente en el
ejercicio de la dimensión profética
de vuestra tarea pastoral. En efecto,
es importante que podáis decir al
unísono palabras fuertes inspiradas
por el Evangelio, para orientar e iluminar a vuestros conciudadanos en
cada aspecto de la vida común, en
los momentos difíciles para la nación o cuando las circunstancias lo
exijan. En este sentido, vuestros esfuerzos con vistas a una concertación cada vez más grande deben
proseguir, porque la unidad en la diversidad es una de las notas características y al mismo tiempo una de
las exigencias de la Iglesia como
Cuerpo de Cristo. Esta cohesión no
sólo os permitirá defender siempre el
bien común e incluso el bien de la
Iglesia ante cualquier instancia, sino
que también favorecerá vuestros esfuerzos para afrontar juntos los numerosos desafíos pastorales, entre los
cuales la proliferación de las sectas
no es el menor.
La evangelización profunda constituye otro gran desafío. Pues bien,
presupone necesariamente una atención particular a las condiciones
concretas de vida de las poblaciones,
o sea la promoción de la persona
humana. También en este plano el
compromiso de la Iglesia católica en
el Congo es importante: en cada
ámbito, sea de la educación, de la
salud o bien de la asistencia a las diversas categorías de personas en dificultades, entre las cuales los refugiados de los países vecinos, vuestras
comunidades diocesanas dan una
contribución considerable. Con la
generosidad y la abnegación del
buen samaritano se prodigan sin reservas al servicio de sus hermanos y
hermanas. Como pastores, seguid vigilando para que la pastoral social se
realice cada vez más con el espíritu
del Evangelio y se perciba cada vez
mejor como una obra de evangelización, y no como la acción de una organización no-gubernamental.
Al respecto, en algunos sectores
de la sociedad las heridas provocadas por la grave crisis que afectó al
Congo a finales de los años noventa
han dejado profundas cicatrices, que
a veces no se han cerrado aún completamente. En este campo en particular, la Iglesia, fortalecida por el
Evangelio de Jesús, ha recibido la
misión de reconciliar los corazones,
acercar a las comunidades separadas
y construir una nueva fraternidad
anclada en el perdón y la solidaridad. Vosotros, pastores, seguid siendo modelos y profetas en tal sentido.
En la diócesis de Dolisie, en Luvaku, se inauguró recientemente el
santuario dedicado a la Misericordia
Divina, que se ha convertido en lugar de peregrinación, retiros y encuentros espirituales. Me alegro por
ello, y deseo que este santuario llegue a ser realmente un lugar adonde
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L’OSSERVATORE ROMANO
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viernes 15 de mayo de 2015, número 20
Misa del Pontífice en Santa Marta
Menos palabras,
más hechos
Para distinguir el amor verdadero
del amor falso «de telenovela», el
Papa Francisco sugirió «dos criterios»: ante todo «lo concreto, hechos y no palabras», para no ver «a
un Dios lejano» como los gnósticos;
y luego «comunicación», porque
quien ama nunca está aislado. Siguiendo estos dos criterios se llega a
vivir el amor como alegría auténtica,
aseguró el Papa durante la misa que
celebró el jueves 7 de mayo, por la
mañana, en la capilla de la Casa
Santa Marta.
«El Señor nos pide permanecer en
su amor, es decir, permanecer en el
amor que Él tiene», afirmó el Pontífice refiriéndose al pasaje evangélico
de Juan (15, 9-11) propuesto por la
liturgia del día y planteando inmediatamente la pregunta central:
«¿Qué amor es ese?». Es «el amor
del Padre» y Jesús mismo nos tranquiliza: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo». Es, por lo
tanto, «la plenitud del amor: permanecer en el amor de Jesús».
Esta realidad del amor auténtico,
explicó el Papa, «hay que entenderla
bien». Así, pues, «¿cómo es el amor
de Jesús? ¿Cómo sé que yo siento el
amor verdadero?». El Papa Francisco indicó «dos criterios que nos ayudarán a distinguir el amor verdadero
del no verdadero». El primer criterio
es que «el amor se debe poner más
en los hechos que en las palabras».
Y el «segundo criterio» consiste en
que «comunicar es propio del amor:
el amor se comunica». Sólo «con estos dos criterios podemos encontrar
el verdadero amor de Jesús en los
hechos, pero en los hechos concretos».
El hecho concreto es, por lo tanto, fundamental, indicó el Papa:
«Nosotros podemos mirar una telenovela, un amor de telenovela: es
una fantasía. Sí, son historias, pero
no nos hacen partícipes. Nos hacen
latir un poco el corazón, pero nada
más». Por su parte, en cambio, Jesús
advertía a los suyos: «No los que dicen: “¡Señor! ¡Señor!” entrarán en el
reino de los cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre, los
que cumplen mis mandamientos. Si
cumplís mis mandamientos, permanecéis en mi amor».
Estas palabras nos conducen al
«hecho concreto del amor de Jesús».
Este, afirmó el Papa Francisco, «es
concreto, está en los hechos, no en
las palabras». Y así «cuando el joven doctor de la ley fue a Jesús y le
preguntó: “Dime, Señor, ¿cuál es el
mandamiento más grande de la
ley?”, Jesús dijo la ley como era:
“Amarás a tu Dios con todo el corazón y con toda el alma y al prójimo
como a ti mismo”». En ese punto,
continuó el Papa, el joven «se sintió
un poco avergonzado y no sabía cómo salir de esa pequeña vergüenza».
Y «para salir hizo la pregunta:
¿quién es el prójimo?». Para explicárselo «Jesús contó la parábola del
buen samaritano». Y al final propuso al joven: «Anda y haz lo mismo».
Con esta exhortación Jesús muestra que «el verdadero amor es concreto, está en las obras, es un amor
constante; no es un simple entusiasmo». Pero «muchas veces es también un amor doloroso: pensemos en
el amor de Jesús al cargar la cruz».
En cualquier caso, «las obras del
amor son las que Jesús nos enseña
en el pasaje del capítulo 25 de san
Mateo». Las palabras son claras y
concretas, como si dijese: «quien
ama hace esto». Es un poco «el protocolo del juicio: tenía hambre, me
has dado de comer, etc...».
«También las bienaventuranzas,
que son el programa pastoral de Jesús, son concretas», destacó el Pontífice. Así, reafirmó, «el primer criterio para permanecer en el amor de
Jesús es que este amor nuestro sea
concreto, y como Él dice: observar
los mandamientos, sus mandamientos». Al confirmar la importancia de
lo concreto, el Papa Francisco recordó que «una de las primeras herejías
del cristianismo fue la del pensamiento gnóstico», que veía un «Dios
lejano y no había nada concreto».
No por casualidad «el apóstol Juan
lo condena con claridad: “Estos no
creen que el Verbo se hizo carne”».
En cambio, con su amor el Padre
«fue concreto, envió a su Hijo, que
se hizo carne para salvarnos». Por lo
tanto, resumió el Papa, «el primer
criterio es el amor: más en las obras,
en los hechos, que en las palabras».
en el amor de Jesús significa hacer,
no sólo decir; permanecer en el
amor de Jesús significa capacidad de
comunicar, de diálogo, tanto con el
Señor como con nuestros hermanos».
En el fondo, hizo notar el Papa
Francisco, «es muy sencillo; pero no
es fácil, porque el egoísmo, el propio
interés atrae», empujándonos a no
«realizar gestos concretos: nos atrae
para no comunicar». Y aún más:
¿Qué dice el Señor de los que permanecerán en su amor? «Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros y vuestra alegría llegue a plenitud». Por lo tanto, dijo el
Papa, «el Señor, al permanecer en el
amor del Padre, está alegre»; y añade: «si permanecéis en mi amor
vuestra alegría será plena». Se trata,
en verdad, de «una alegría que muchas veces viene junto con la cruz».
Pero es también una «alegría; Jesús
mismo nos lo dijo: nadie os la podrá
quitar».
Al continuar la celebración eucarística, «con el Señor que vendrá a
nosotros en el altar», el Papa pidió
la gracia «de permanecer en su
amor: con nuestros hechos y nuestras comunicaciones». Que el Señor,
concluyó, nos dé también «la gracia
de la alegría, esa alegría que el mundo no puede dar».
Virgen de Luján, obra de Sergio Menasché, uno de los mayores exponentes del «fileteado porteño»
El «segundo criterio», en cambio,
es que «el amor se comunica, no
permanece aislado: el amor se da a
sí mismo y recibe, se lleva a cabo
esa comunicación que existe entre el
Padre y el Hijo, una comunicación
que obra el Espíritu Santo». Por
eso, reafirmó el Pontífice, «no hay
amor sin comunicar, no hay amor
aislado». Alguien, añadió, podría
objetar que «los monjes y las monjas
de clausura están aislados». No es
así, explicó el Papa Francisco, porque son personas que «comunican, y
mucho, con el Señor, y también con
los que van en busca de una palabra
de Dios».
«El verdadero amor no puede aislarse», porque «si se aísla no es
amor» y se convierte, más bien, en
«una forma espiritualista de egoísmo, un permanecer cerrado en sí
mismo, buscando el propio provecho». En una palabra es «egoísmo».
Así, explicó el Pontífice, «permanecer en el amor de Jesús significa permanecer en el amor del Padre que
nos ha enviado a Jesús; permanecer
Mucho
movimiento
El día de la fiesta de Nuestra Señora
de Luján, patrona de Argentina, el
Papa Francisco ofreció precisamente
por su patria la misa que celebró en
Santa Marta el viernes 8 de mayo
por la mañana. E invitó a saber secundar los movimientos provocados
por el Espíritu Santo en cada uno
de nosotros y en toda la Iglesia: movimientos que aparentemente parecen provocar confusión y, en cambio, desembocan siempre en la unidad.
Ya al inicio de la homilía el Papa
recordó que «Jesús había prometido
a los apóstoles el Espíritu Santo y
había dicho que el Espíritu Santo les
enseñaría muchas cosas y les recordaría cuanto Él les había enseñado».
Así, «desde el primer momento de la
venida del Espíritu Santo, el mismo
día de su venida, comenzaron a moverse las aguas: inició un movimien-
to en la Iglesia». Los discípulos, por
su parte, «estaban encerrados, un
poco por temor, pero allí comenzó
el movimiento: salieron y Pedro pronunció su primer discurso al pueblo».
Las palabras de Pedro, explicó el
Pontífice, «las escuchaban todos en
su idioma: cada uno en su propia
lengua». Escuchándolo, muchos «se
convirtieron y luego fueron por el
mundo con esta nueva noticia: Jesús
está vivo, el Señor ha resucitado».
Así, pues, «comenzó este movimiento hacia el mundo». Y es lo que hizo «también el apóstol Felipe con el
“ministro de economía” de Etiopía,
que era judío, un prosélito judío: le
comunicó el mensaje de Jesús, lo
bautizó y fue a su tierra a predicar el
Evangelio».
El Papa Francisco hizo memoria
de los primeros pasos de la evangelización narrados por los Hechos.
«Los apóstoles —dijo— comenzaron
a predicar en Jerusalén y, después de
la curación del paralítico, que pedía
limosna» ante la puerta del templo
llamada “Hermosa”, Pedro y Juan
«fueron convocados a juicio, fueron
golpeados: comenzaron las persecuciones». De ese modo «estalló con
fuerza, tras la muerte de Esteban,
otro movimiento: las persecuciones».
En este punto, afirmó el Papa,
surgió «otro problema». Es decir, los
primeros discípulos, como Pablo y
Pedro mismo, se pusieron en movimiento para predicar saliendo «al
encuentro de los judíos, pero encontraron también paganos». Y «Pedro
fue el primero, porque fue a la casa
de Cornelio». Precisamente allí «comenzó otro movimiento en la Iglesia
y Pedro, el jefe, fue criticado: “Este
es un poco herético porque entró en
la casa de un pagano, es impuro».
Por ello también Pedro «sintió esa
falta de confianza de algunos de la
comunidad». Y «estos son movimientos dentro de la Iglesia; movimientos de grupos que tienen diversos puntos de vista».
Por su parte «Pablo comenzó a
predicar la conversión también a los
paganos y ellos escucharon esta buena noticia y se convirtieron». Sin
embargo, el grupo cristiano estaba
«cerrado, no comprendía», repetía:
«¡No, los pagnos no!». Hasta el
punto que llegaron a lapidar a Pablo
y dejarlo «como si estuviera muerto». Luego «buscaron también ayuda en el poder de la sociedad: en
Antioquía fueron al encuentro de las
piadosas mujeres de la nobleza y de
los hombres de alto nivel para intentar una acción contra los apóstoles».
«Así —prosiguió el Papa— llegamos a este punto, al capítulo 15 de
los Hechos de los Apóstoles (22-31),
donde se movían precisamente las
aguas en Antioquía, porque un grupo de cristianos, muy apegados a la
ley judía, quería imponer las condiciones judías a los nuevos cristianos
antes de bautizarlos: por ejemplo la
circuncisión y otras cosas». Pero
«Pablo dijo no». He aquí, entonces,
que «comenzó la lucha interna entre
ellos, las aguas se movieron». Se lee,
en efecto, que entre ellos había fuertes discusiones. «Discutían con fuerza porque había verdaderamente
mucho movimiento» explicó el Papa. Y «¿cómo resolvieron el problema? Se reunieron y cada uno dio su
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número 20, viernes 15 de mayo de 2015
L’OSSERVATORE ROMANO
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A los obispos de Benín el Papa les recomienda vigilancia para reforzar la convivencia entre las religiones
Frágil herencia
«Benín es un ejemplo de armonía entre
las religiones presentes en su
territorio». Pero, «teniendo en cuenta
el actual clima mundial», es necesario
estar vigilantes «para conservar esta
frágil herencia». Lo recomendó el Papa
Francisco a los obispos del país
africano a quienes recibió en audiencia
el lunes 27 de abril por la mañana,
con ocasión de la visita «ad limina».
A continuación, una traducción nuestra
del discurso que el Pontífice les entregó
en francés.
Queridos hermanos obispos:
Me alegra mucho acogeros con
ocasión de vuestra peregrinación a
las tumbas de los apóstoles Pedro y
Pablo. Saludo cordialmente a monseñor Antoine Ganyé, presidente de
vuestra Conferencia, y le agradezco
sus palabras. Deseo que vuestra visita a Roma sea para vosotros un momento de profundo y tranquilo regreso a las fuentes espirituales, os
brinde la oportunidad de dar gracias
por el hermoso trabajo realizado en
vuestras diócesis para el anuncio del
Evangelio, y os ofrezca las ayudas
necesarias para perseverar en vuestra
misión de pastores. Nuestro encuentro manifiesta la comunión fraterna
que existe entre todos los obispos, y
con aquel que preside esta comunión: el sucesor de Pedro. Expreso
el deseo de que, una vez que hayáis
vuelto a vuestras diócesis, tengáis
presente esta realidad profunda y sobrenatural: jamás estáis solos. Todos
estamos unidos al servicio de un
único Señor.
Ante todo, deseo dar gracias al
Señor por el progreso que concede,
a través del ejercicio de vuestro ministerio, a la Iglesia que está en Benín. Dais testimonio de un hermoso
entusiasmo en la expresión visible de
la fe del pueblo de Dios. La vida
parroquial es animada, los fieles participan en gran número en las celebraciones, las conversiones a Cristo
son numerosas, así como las vocaciones sacerdotales y religiosas. Sin embargo, tenéis razón en destacar en
vuestros informes que dicha fe, cada
vez más difundida, a veces es superficial y carente de solidez. Por lo
tanto, es importante que el deseo de
un conocimiento profundo del misterio cristiano no sea prerrogativa de
una élite, sino que anime a todos los
fieles, puesto que todos están llamados a la santidad. Esto es esencial
para que la Iglesia en Benín pueda
resistir y vencer los vientos contrarios que se levantan por doquier en
el mundo y que no dejarán de soplar
en vuestra tierra. Sé que estáis vigilantes ante las múltiples agresiones
ideológicas y mediáticas. El espíritu
del secularismo también está obrando en vuestro país, aunque esto sea
aún poco visible. Sólo una fe radicada profundamente en el corazón de
los fieles, y vivida concretamente,
permitirá afrontar todo esto.
En particular, pienso en los desafíos más grandes que se refieren a la
familia y a los que el próximo Sínodo, en Roma, intentará responder.
Os agradezco vuestras oraciones en
este sentido, y vuestras oraciones por
mí; también os agradezco la movili-
«Última cena» (arte africano)
zación de la que estáis dando muestra, con vuestras diócesis, para participar en esta reflexión tan importante. No puedo menos que alentaros a
proseguir con determinación los esfuerzos emprendidos para sostener a
las familias, tanto en su fe como en
su vida cotidiana. Sé que la pastoral
del matrimonio sigue siendo difícil,
teniendo en cuenta la situación concreta, social y cultural, de vuestro
pueblo. Pero no hay que descorazonarse, sino perseverar sin pausa,
puesto que la familia que la Iglesia
católica defiende es una realidad
querida por Dios; es un don de
Dios que aporta, a las personas así
como a la sociedad, alegría, paz, estabilidad y felicidad. La puesta en
juego es importante, dado que, siendo la familia la célula básica tanto
de la sociedad como de la Iglesia,
dentro de ella se transmiten los valores humanos y evangélicos auténticos: «La misión educativa de la familia cristiana [es]… un verdadero
ministerio, por medio del cual se
transmite e irradia el Evangelio, hasta el punto de que la misma vida de
familia se hace itinerario de fe y…
escuela de los seguidores de Cristo»
(Familiaris consortio, 39).
Otro desafío importante que
afrontáis con atención se refiere a los
jóvenes y a la educación. En vuestras diócesis habéis abierto numerosas escuelas católicas, y los jóvenes
están bien insertados en los movimientos. Este esfuerzo ha de proseguir sin pausa, dado que la formación integral, tanto humana como
espiritual de las jóvenes generaciones, es importante para el futuro de
la sociedad a la que podrán aportar
su valiosa contribución, sobre todo
en materia de solidaridad, justicia y
respeto por el otro. De hecho, es necesario favorecer en vuestro país
—naturalmente sin renunciar para
nada a la verdad revelada por el Señor— el encuentro entre las culturas,
así como el diálogo entre las religiones, en particular con el islam. Es
sabido que Benín es un ejemplo de
armonía entre las religiones presentes en su territorio. Es necesario estar vigilantes, teniendo en cuenta el
actual clima mundial para conservar
esta frágil herencia. Me alegra particularmente la reciente celebración,
presidida por el cardenal Tauran, de
un congreso internacional sobre el
diálogo interreligioso, que todos
apreciaron.
Por lo tanto, favoreciendo la concordia y la justicia, vuestras Iglesias
locales, queridos hermanos, tienen
un papel de primer orden por desempeñar con vistas al progreso de
vuestro país. Pero ese papel lo desempeñan también a través de las
obras sanitarias y de promoción humana. ¡Cuánto trabajo realizado en
nombre del Evangelio en vuestras
diócesis! Mientras la crisis económica mundial afecta a un gran número
de países, es oportuno ir valientemente contra la corriente, luchando
contra la cultura del «descarte» generalizada por doquier (cf. Evangelii
gaudium, 53) y difundiendo los valores evangélicos de la acogida y del
encuentro. «El servicio de la caridad
es también una dimensión constitutiva de la misión de la Iglesia y expresión irrenunciable de su propia esencia» (Evangelii gaudium, 179). Sin
embargo, es preciso tener bien presente que las obras realizadas por la
Para una nueva
fraternidad
VIENE DE LA PÁGINA 5
el pueblo de Dios acuda para
reforzar su propia fe, sobre todo con ocasión del próximo
Jubileo extraordinario de la
misericordia y de las demás
iniciativas pastorales que programaréis.
Para concluir, renovándoos
mi afecto fraterno y orante,
reafirmo mi aliento a los sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos consagrados, catequistas y
a todos los fieles de la Iglesia
que peregrinan en esta hermosa y amada tierra del Congo.
Al invocar sobre vosotros y sobre vuestro país la misericordia
divina, de todo corazón os imparto a vosotros y a cada una
de vuestras comunidades diocesanas la bendición apostólica.
Iglesia tienen una especificidad que
debe identificarse claramente: no se
trata nunca de una simple asistencia
social, sino de la manifestación de la
ternura y la misericordia de Jesús
mismo, que se inclina sobre las heridas y las debilidades de sus hermanos. Es así como la alegría del Evangelio se anuncia del modo más eficaz a los hombres. Dirijo un caluroso agradecimiento a todos los que
participan en ellas, sean sacerdotes,
fieles laicos o bien religiosos y religiosas. Invito a estos últimos a vivir
intensamente el Año de la vida consagrada, para que arraiguen aún más
profundamente su vida y sus acciones en Cristo Jesús. Es así como podrán amar en la verdad y la misericordia a toda persona que encuentren en el camino, porque habrán
aprendido de Él qué es el amor y
cómo amar: sabrán amar, porque
tendrán su mismo corazón (cf. Carta
apostólica a todos los consagrados con
ocasión del Año de la vida consagrada,
21 de noviembre de 2014).
También quiero rendir homenaje
al generoso compromiso de los sacerdotes al servicio de la buena nueva. El Señor bendice vuestras comunidades con el florecimiento de numerosas vocaciones sacerdotales. La
formación en el seminario es determinante para el futuro, e invito a los
pastores a vigilar sobre el equilibrio
de esta última, que debe ser siempre
tanto humana, espiritual y comunitaria, como intelectual. El obispo debe
ser un padre para sus sacerdotes, favorecer la comunión y la fraternidad
en el seno de la familia sacerdotal,
cuidar de cuantos se encuentran en
dificultad, de los más frágiles, en
particular, de los jóvenes que deben
ser mayormente acompañados. Por
lo demás, puesto que las vocaciones
no faltan, estad dispuestos a compartir generosamente vuestros recursos con las Iglesias de otras regiones, que carecen de ellos. Pero cuando enviéis a sacerdotes para estudiar
o en misión externa, es oportuno hacerlo con discernimiento, no olvidando las necesidades de vuestras
Iglesias mismas.
Queridos hermanos obispos: La
Iglesia en Benín tiene buenas relaciones con las autoridades civiles. La
voz de la Iglesia se escucha y su acción se aprecia. Os invito a seguir
ocupando todo vuestro lugar en la
vida pública del país, especialmente
en estos tiempos. Sé que estáis comprometidos en un constante trabajo
para promover las relaciones entre
los diversos componentes de la sociedad. Os invito a perseverar en este camino, prestando atención a no
entrar directamente en el juego político ni en las disputas de partido. La
gestión de los asuntos públicos corresponde a los laicos, mientras que
vosotros tenéis el deber importante
de formar y animar constantemente.
Que la Virgen María os sostenga
e ilumine en vuestro ministerio y os
conduzca a vosotros, así como a
vuestros sacerdotes, las personas
consagradas, los catequistas y todos
los laicos de vuestras diócesis, a su
Hijo Jesús. A todos imparto de corazón la bendición apostólica.
L’OSSERVATORE ROMANO
número 20, viernes 15 de mayo de 2015
páginas 8/9
Giovanni Boldini,
«Las hermanas Lascaraky» (1869)
En la audiencia general el Pontífice habla de la familia y repropone las palabras clave de la vida en común
La buena educación
MAURIZIO GRONCHI
Después de haber considerado la belleza de los matrimonios logrados y de las
familias sólidas y de haber apreciado el
testimonio generoso de aquellos que
han permanecido fieles al vínculo aun
habiendo sido abandonados por el
cónyuge, los padres sinodales se han
preguntado —de manera abierta y valiente, no sin preocupación y cautela—
qué mirada debe dirigir la Iglesia hacia
los cristianos cuyas familias son incompletas (aquellos que todavía no han sido unidos por Dios: los que conviven),
imperfectas (aquellos que han contraído un vínculo solamente frente a los
hombres: los matrimonios civiles) o están heridas (aquellos que han separado
lo que Dios ha unido: los separados divorciados). Junto a las familias que tienen la gracia de permanecer fieles al
Evangelio, en medio de la comunidad
cristiana ocupan un lugar también las
familias más frágiles y heridas. Por tanto, «conforme a la mirada misericordiosa de Jesús, la Iglesia debe acompañar
con atención y cuidado a sus hijos más
frágiles, marcados por el amor herido y
extraviado, dándoles de nuevo confianza y esperanza» (Relatio synodi 28). A
ese propósito parece particularmente
delicado el desafío no solo de acompañamiento por parte de los pastores, sino también el de la integración de las
familias heridas y extraviadas en la comunidad eclesial, para que no suceda
que las familias fieles reaccionen como
el hijo mayor de la parábola evangélica
del Padre misericordioso, ese hijo al
que, por sentirse ofendido, le cuesta
aceptar al hermano menor que estaba
Por las familias heridas y extraviadas
desafíos planteados a la evangelización
por la situación actual». Hay que recordar, además, que en el Sínodo surgió la exigencia de prestar mayor atención a la «pastoral judicial» de parte de
las Iglesias particulares y de sus obispos mediante un discernimiento capaz
de situarse frente a las personas, en especial en el contexto de la aceptación
de la validez del vínculo. Desde el punto de vista de la doctrina procedimental —como varias veces ha subrayado
Arroba Conde— revisten hoy particular
importancia las convicciones expresadas
por las partes acerca de su pasado, interpretadas a la luz del presente que viven, tantas veces más rico, y garantizando así que se llegue a descubrir a la
persona que está detrás de la causa,
aun en absoluto respeto de la legalidad
vigente. En el ámbito canonístico está
creciendo la consciencia de la necesidad de tratar la materia
matrimonial acogiendo el
desafío planteado por la
El artículo
relación entre personalismo, verdad y pronunciaForma parte del encarte «Donne Chiesa Mondo»
miento de la justicia,
de mayo de 2015. En español lo traduce y publica,
guardándose de un doble
con 16 páginas a color, la revista «Vida nueva»,
riesgo: por una parte, el
que desde el pasado marzo lo incluye cada mes code confundir la verdad
mo suplemento sin incremento del precio. Además
objetiva con la subjetiva,
está disponible para dispositivos móviles.
que vería a las partes en
el papel de jueces en su
propia causa; por la otra,
perdido (cf. Lucas 15, 28). En tal senti- el de identificar la verdad sic et simplicido se comprende la invitación de los ter con el pronunciamiento del juez, enpadres sinodales a tratar las situaciones tendiéndola de manera voluntarista, en
de los divorciados y vueltos a casar especial en los casos de contraste entre
«evitando todo lenguaje y actitud que las versiones ofrecidas por las partes.
los haga sentir discriminados y promo- Por último, en el Sínodo se ha presenviendo su participación en la vida de la tado la propuesta de «estudiar la amcomunidad. Hacerse cargo de ellos, pa- pliación del ejercicio de la potestas clara la comunidad cristiana no implica vium y las condiciones para tratar con
un debilitamiento de su fe y de su testi- procedimiento judicial extraordinario
monio acerca de la indisolubilidad ma- las causas que no requieran un juicio
trimonial, es más, en ese cuidado ex- ordinario; se pide a los obispos iniciar
presa precisamente su caridad» (Relatio una pastoral judicial precisa, preparansynodi 51). Una atención específica debe do suficientes operadores, clérigos y laidirigirse a los hijos de los divorciados cos». Aparte de las cuestiones de natuvueltos a casar en virtud del insustitui- raleza más estrictamente jurídica —que
ble papel educativo de los padres y en se sitúan de forma predominante en la
razón del interés preeminente del me- vertiente del cercioramiento acerca de
nor. Se trata de un elemento que no la validez del vínculo— adquiere partipuede descuidarse tanto desde el punto cular relieve la de la participación de
de vista jurídico como tampoco desde los fieles divorciados vueltos a casar en
el pastoral, como señalaba el documen- la vida de la Iglesia, fieles de los cuales
to preparatorio de la asamblea extraor- no se dice nunca que estén alcanzados
dinaria: «Por ejemplo, si solo se piensa por excomunión. A este propósito escoque en el actual contexto muchos niños gemos el camino de los interrogantes
y jóvenes nacidos de matrimonios irre- razonables, de manera que los padres
gulares no podrán ver jamás a sus pa- sinodales —a los cuales compete alcandres acercarse a los sacramentos, se zar el más amplio consenso mediante la
comprende el grado de urgencia de los confrontación y profundización, a la
luz del Espíritu— puedan ofrecer al Papa el fruto de su trabajo de discernimiento según lo que prevé la naturaleza misma del Sínodo. Por lo menos en
dos ocasiones ha sido el mismo Papa
Francisco el que ha puesto claramente
de manifiesto la necesidad de no centrar la atención en el acceso a los sacramentos de la penitencia y de la eucaristía por parte de los divorciados vueltos
a casar (cf. Relatio synodi 52), sino en
su integración en la vida eclesial (cf. ib.
51). Para comprender mejor el sentido
de las siete cosas que los divorciados
vueltos a casar no pueden hacer —entre
las cuales el Papa ha recordado en particular la exclusión del papel de padrino— vale la pena recorrer el desarrollo
cronológico de la cuestión a través de
los diversos documentos eclesiales, cuya
naturaleza y carácter vinculante son,
naturalmente, diferentes. Esta enumeración aparece por primera vez reducida
a tres servicios litúrgicos (el lector, el
ministerio de catequista, el oficio de
padrino para los sacramentos) en un
documento de la Conferencia episcopal
italiana editado por la Comisión episcopal para la familia y la doctrina de la
fe (26 de abril de 1979) con la fundamentación de que tales servicios «exigen una plenitud de testimonio cristiano». En la exhortación apostólica
postsinodal Familiaris consortio, de Juan
Pablo II (1981), promulgada después
del Sínodo sobre la familia del año
1980, a la vez que se exhorta claramente a procurar que los divorciados vueltos a casar «no se consideren separados
de la Iglesia», no se hace referencia a
otras exclusiones fuera de las relacionadas con los sacramentos de la penitencia y de la eucaristía (cf. n. 84). Aunque sin tratar directamente el tema, el
Codex iuris canonici (1983) precisa que
para admitir a alguien como padrino es
necesario que «lleve […] una vida congruente con la fe y con la misión que
va a asumir […]; [y que] no esté afectado por una pena canónica, legítimamente impuesta o declarada» (874 § 1,
3.o y 4.o); de igual modo, para el consejo pastoral «deben designarse solo
fieles que destaquen por su fe segura,
buenas costumbres y prudencia» (512 §
3). El Catecismo de la Iglesia católica
(1992) retoma respecto de los divorciados vueltos a casar la enseñanza de Familiaris consortio 84 y agrega de forma
genérica que «no pueden ejercer ciertas
responsabilidades eclesiales» (n. 1650).
Una ulterior especificación de tales servicios vedados a los divorciados vueltos
a casar (los precedentes tres se hacen
así cinco) se encuentra en el directorio
para la pastoral familiar de los obispos
italianos (1993), donde al lector, el catequista y el padrino se agrega la participación en los consejos pastorales y se
desaconseja la función de testigo en la
celebración del matrimonio, aun sin
formular una prohibición. El listado
completo de estas responsabilidades
eclesiales (que pasa así de cinco a siete)
es expuesto por el cardenal Joseph Ratzinger en calidad de prefecto de la
Congregación para la doctrina de la fe
en su introducción al volumen Sulla
pastorale dei divorziati risposati [Sobre la
pastoral de los divorciados vueltos a casar] (1998), que contiene algunos documentos, comentarios y estudios. En dicha introducción Ratzinger hace explícita referencia al directorio para la pastoral familiar de los obispos italianos.
Las responsabilidades eclesiales que
quedan excluidas para los divorciados
vueltos a casar son aquí las de padrino,
lector, ministro extraordinario de la eucaristía, docente de religión, catequista
para la primera comunión y para la
confirmación, miembro del consejo pastoral diocesano y parroquial, y testigo
de matrimonio (desaconsejado, pero no
impedido). En realidad, la efectiva ampliación del listado no guarda correspondencia con una motivación diversa
ni profundizada respecto de la repetida
constantemente, a saber, la falta de plenitud en la vida cristiana y en el testimonio; más aún, se ponen de manifiesto tres elementos que, en cierto modo,
señalan una posible apertura: la objetiva situación de vida, evitar el escándalo
y afrontar la cuestión de manera más
profunda y más amplia, no limitándose
a los divorciados vueltos a casar. Ello
no excluye que puedan valorarse de variadas maneras las condiciones subjetivas de las personas, aun teniendo en
cuenta su situación objetiva (cf. Compendio del Catecismo de la Iglesia católica
1735); significa, además, que se debe
hacer lo posible para evitar la confusión y el escándalo; por último, significa que ese discurso debe confrontarse
también con otras situaciones en alguna medida análogas. Benedicto XVI no
volvió a referirse a tales limitaciones
más tarde en su exhortación apostólica
Sacramentum
caritatis
postsinodal
(2007), señalando más bien que los divorciados vueltos a casar, «a pesar de
su situación, siguen perteneciendo a la
Iglesia, que los sigue con especial atención» (n. 29). ¿Cómo valorar, pues, las
siete restricciones relativas al ejercicio
de ciertas responsabilidades eclesiales a
los divorciados vueltos a casar junto
con la especial atención que merecen?
Adelantemos, primeramente, tres observaciones de carácter formal, y después,
tres de contenido. Ante todo hay que
señalar que tales limitaciones no aparecen en ningún documento pontificio ni
han sido tomadas de las exhortaciones
apostólicas postsinodales, razón por la
cual no pueden considerarse vinculantes para toda la Iglesia. En segundo lugar, su número se ha incrementado partiendo de un documento de la Iglesia
particular italiana (1979) y del directorio pastoral de dicha Iglesia (1993) hasta su recepción y ampliación por parte
del prefecto de la Congregación para la
doctrina de la fe en una introducción a
un volumen de colección de documentos y estudios (1998), introducción a la
cual, por autorizada que sea, no ha seguido una norma eclesial dictada por
organismos competentes. En tercer lugar, parece evidente la naturaleza pastoral de las limitaciones mencionadas,
sin que ella implique contenido doctrinal alguno. En efecto, aunque se subraya la incompatibilidad entre la situación objetiva de los divorciados vueltos
a casar y la plenitud de la vida y del
testimonio cristianos, no se llega al mismo tiempo a sancionar tal condición
con una censura formal (entredicho o
excomunión). Eso significa que su condición es considerada presumiblemente
temporal, en cuanto bien sea susceptible de cambio, de conversión, de purificación, o bien se trate principalmente
de un proceso interior que hay que
acompañar. Desde el punto de vista del
contenido hay que reflexionar primeramente sobre los servicios litúrgicos del
lector y del ministro extraordinario de
la eucaristía. Mediante el ejercicio de
tales funciones eclesiales todo fiel puede recibir la gracia de la iluminación
interior mediante el contacto en la fe
con la Palabra de Dios y con la eucaristía, sea para su propia edificación o sea
para la de otros, que se expresa en un
humilde servicio a la comunidad reunida por el Señor, siempre constituida
por pecadores llamados a la conversión. En segundo lugar, por lo que respecta a los servicios catequísticos (priSIGUE EN LA PÁGINA 16
«Permiso», «gracias», «perdón».
Las «tres palabras-clave de la familia»
volvió a proponer el Papa a los fieles
durante la audiencia general
del miércoles 13 de mayo,
en la plaza de San Pedro.
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
La catequesis de hoy es como la
puerta de entrada de una serie de reflexiones sobre la vida de la familia, su
vida real, con sus tiempos y sus acontecimientos. Sobre esta puerta de entrada están escritas tres palabras, que
ya he utilizado en la plaza otras veces.
Y esas palabras son: «permiso», «gracias», «perdón». En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en
la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de
llevar a la práctica. Encierran una gran
fuerza: la fuerza de custodiar la casa,
incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden
hasta hacer que se derrumbe.
Nosotros las entendemos normalmente como las palabras de la «buena
educación». Es así, una persona bien
educada pide permiso, dice gracias o
se disculpa si se equivoca. Es así, pero
la buena educación es muy importante. Un gran obispo, san Francisco de
Sales, solía decir que «la buena educación es ya media santidad». Pero,
atención, en la historia hemos conocido también un formalismo de las buenas maneras que puede convertirse en
máscara que esconde la aridez del ánimo y el desinterés por el otro. Se suele
decir: «Detrás de tantas buenas maneras se esconden malos hábitos». Ni siquiera la religión está exenta de este
riesgo, que hace resbalar la observancia formal en la mundanidad espiritual. El diablo que tienta a Jesús usa
buenas maneras —es precisamente un
señor, un caballero— y cita las Sagradas Escrituras, parece un teólogo. Su
estilo se presenta correcto, pero su intención es desviar de la verdad del
amor de Dios. Nosotros, en cambio,
entendemos la buena educación en sus
términos auténticos, donde el estilo de
las buenas relaciones está firmemente
enraizada en el amor al bien y respeto
del otro. La familia vive de esta finura
del querer.
Padre iraní toma fotografías a su familia en las costas del golfo de Omán (Afp)
La primera palabra es
«permiso». Cuando nos preocupamos por pedir gentilmente incluso lo que tal vez
pensamos poder pretender,
ponemos un verdadero amparo al espíritu de convivencia matrimonial y familiar.
Entrar en la vida del otro,
incluso cuando forma parte
de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando
es más íntimo y profundo,
tanto más exige el respeto de
la libertad y la capacidad de
esperar que el otro abra la
puerta de su corazón. Al respecto recordamos la palabra
de Jesús en el libro del Apocalipsis: «Mira, estoy de pie
a la puerta y llamo. Si alguien escucha mi voz y abre
la puerta, entraré en su casa y cenaré
con él y él conmigo» (3, 20). También
el Señor pide permiso para entrar. No
lo olvidemos. Antes de hacer algo en
familia: «Permiso, ¿puedo hacerlo?
¿Te gusta que lo haga así?». Es un
lenguaje educado, lleno de amor. Y esto hace mucho bien a las familias.
La segunda palabra es «gracias». Algunas veces nos viene a la mente pensar que nos estamos convirtiendo en
una civilización de malas maneras y
malas palabras, como si fuese un signo
de emancipación. Lo escuchamos decir
muchas veces incluso públicamente.
La amabilidad y la capacidad de dar
gracias son vistas como un signo de
debilidad, y a veces suscitan incluso
desconfianza. Esta tendencia se debe
contrarrestar en el seno mismo de la
familia. Debemos convertirnos en intransigentes en lo referido a la educación a la gratitud, al reconocimiento:
la dignidad de la persona y la justicia
social pasan ambas por esto. Si la vida
familiar descuida este estilo, también
la vida social lo perderá. La gratitud,
además, para un creyente, está en el
corazón mismo de la fe: un cristiano
que no sabe dar gracias es alguien que
ha olvidado el lenguaje de Dios. Escuchad bien: un cristiano que no sabe
dar gracias es alguien que ha olvidado
el lenguaje de Dios. Recordemos la
pregunta de Jesús, cuando curó a diez
leprosos y sólo uno de ellos volvió a
dar las gracias (cf. Lc 17, 18). Una vez
escuché decir a una persona anciana,
muy sabia, muy buena, sencilla, pero
con la sabiduría de la piedad, de la vida: «La gratitud es una planta que
crece sólo en la tierra de almas nobles». Esa nobleza del alma, esa gracia
de Dios en el alma nos impulsa a decir gracias a la gratitud. Es la flor de
un alma noble. Esto es algo hermoso.
La tercera palabra es «perdón». Palabra difícil, es verdad, sin embargo
tan necesaria. Cuando falta, se abren
pequeñas grietas —incluso sin quererlo— hasta convertirse en fosas profundas. No por casualidad en la oración
que nos enseñó Jesús, el «Padrenuestro», que resume todas las peticiones
esenciales para nuestra vida, encontramos esta expresión: «Perdona nuestras
ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden» (Mt 6,
12). Reconocer el hecho de haber faltado, y mostrar el deseo de restituir lo
que se ha quitado —respeto, sinceridad, amor— hace dignos del perdón.
Y así se detiene la infección. Si no somos capaces de disculparnos, quiere
decir que tampoco somos capaces de
perdonar. En la casa donde no se pide
perdón comienza a faltar el aire, las
aguas comienzan a verse estancadas.
Muchas heridas de los afectos, muchas
laceraciones en la familias comienzan
con la pérdida de esta preciosa palabra: «Perdóname». En la vida matrimonial se discute, a veces incluso
«vuelan los platos», pero os doy un
consejo: nunca terminar el día sin hacer las paces. Escuchad bien: ¿habéis
discutido mujer y marido? ¿Los hijos
con los padres? ¿Habéis discutido
fuerte? No está bien, pero no es este
el auténtico problema. El problema es
que ese sentimiento esté presente todavía al día siguiente. Por ello, si habéis discutido nunca terminar el día
sin hacer las paces en la familia. ¿Y
cómo debo hacer las paces? ¿Ponerme
de rodillas? ¡No! Sólo un pequeño
gesto, algo pequeño y vuelve la armonía familiar. Basta una caricia, sin palabras. Pero nunca terminar el día en
familia sin hacer las paces. ¿Entendido
esto? No es fácil pero se debe hacer. Y
con esto la vida será más bonita.
Estas tres palabras-clave de la familia son palabras sencillas, y tal vez en
un primer momento nos causarán risa.
Pero cuando las olvidamos, ya no hay
motivo para reír, ¿verdad? Nuestra
educación, tal vez, las descuida demasiado. Que el Señor nos ayude a volver a ponerlas en su sitio, en nuestro
corazón, en nuestra casa, y también en
nuestra convivencia civil. Son las palabras para entrar precisamente en el
amor de la familia.
Y ahora os invito a repetir todos
juntos estas tres palabras: «permiso»,
«gracias», «perdón». Todos juntos:
(plaza) «permiso», «gracias», «perdón». Son las palabras para entrar
precisamente en el amor de la familia,
para que la familia permanezca. Luego
repitamos el consejo que os he dado,
todos juntos: Nunca terminar el día
sin hacer las paces. Todos: (plaza)
nunca terminar el día sin hacer las paces. Gracias.
página 10
VIENE DE LA PÁGINA 6
juicio, dio su opinión; discutieron,
pero como hermanos y no como
enemigos: no hicieron las uniones
desde fuera para vencer; no fueron
al encuentro de los poderes civiles
para imponerse; no mataron para
triunfar: buscaron el camino de la
oración y del diálogo». Y así, los
«que eran precisamente sus contrarios dialogaron y se pusieron de
acuerdo: esto fue obra del Espíritu
Santo».
El capítulo 15 de los Hechos de
los Apóstoles, afirmó el Papa Francisco, narra «el proceso que acaba»,
precisamente en el pasaje de la liturgia del día, «con el primer concilio
ecuménico, el concilio de Jerusalén».
Así, prosiguió, «enviaron una carta a
los que no sabían qué hacer a causa
de la predicación de los cerrados:
“Los Apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de
Antioquía, Siria y Cilicia provenientes de la gentilidad. Habiéndonos
enterado de que algunos de aquí, sin
encargo nuestro, os han alborotado
con sus palabras, desconcertando
vuestros ánimos” Concretamente,
«sembraron cizaña», añadió el Papa,
siguiendo la lectura del texto: «“Hemos decidido, por unanimidad, elegir a algunos y enviároslos con nuestros queridos Bernabé y Pablo”
—que habían sido juzgados herejes—
“hombres que han entregado su vida
al nombre de nuestro Señor Jesucristo. Os mandamos, pues, a Silas y a
Judas que os referirán de palabra lo
que sigue”». Al leer estas palabras el
Pontífice recalcó cómo al final se
pusieron de acuerdo; y también cómo Bernabé y Pablo «habían sido
juzgados herejes».
El Papa Francisco leyó después,
también de los hechos de los Apóstoles, «esta fórmula que es una fórmula, una expresión solemne: “Hemos decidido, el Espíritu Santo y
nosotros, no imponeros más cargas
que las indispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los
ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de uniones ilegítimas». Al respecto el Papa destacó
que «fue Pedro quien impulsó esto»
con una frase dicha precedentemente: «¿por qué, pues, ahora intentáis
tentar a Dios, queriendo poner sobre
el cuello de esos discípulos un yugo
que ni nosotros ni nuestros padres
hemos podido soportar?». El proceso, en definitiva, acaba encontrando
«el acuerdo de todos».
Precisamente «este —dijo el Papa
Francisco— es el camino del Espíritu
Santo, esta es la obra del Espíritu
Santo». Porque es Él «quien mueve
las aguas, el que causa un poco de
desorden, y parece que hay tempestad, tormenta —pensad en el día de
Pentecostés— y después crea armonía, unidad: tiene estas dos características». Y en «una Iglesia donde
nunca hay problemas de este tipo
—añadió— me hace pensar que el Espíritu no está muy presente». Seguro
que «en una Iglesia donde siempre
se discute y se forman grupos y los
hermanos se traicionan el uno al
otro, ahí no está el Espíritu». De hecho, «el Espíritu es el que crea la
novedad, mueve la situación para ir
hacia adelante, crea nuevos espacios,
crea la sabiduría que Jesús prometió:
“Él os enseñará”». El Espíritu, por
lo tanto, «mueve pero al final crea
L’OSSERVATORE ROMANO
Misa
en Santa Marta
to, el Señor, nos dio a través de su
cruz y resurrección». Pero «¿cómo
se realiza esta fecundidad?». La respuesta, destacó el Papa Francisco, la
encontramos precisamente en el
Evangelio de Juan (15, 26-16.4) propuesto hoy por la liturgia.
En realidad, «el Señor prepara a
sus discípulos para el futuro». Y
«hay una palabra que puede parecer
un poco extraña: escandalizar». Dice Jesús, según lo relatado por Juan:
«Os he hablado de esto, para que
no os escandalicéis». La cuestión
que hay que comprender es: «¿de
qué escándalo habla
Jesús? ¿Del escándalo
de las persecuciones
que llegarán, del escándalo de la cruz?».
El Señor «añade
una promesa» al decir:
«Cuando venga el Paráclito, que os enviaré
desde el Padre, el Espíritu de la verdad, él
dará testimonio de
mí». Y luego, «en el
mismo discurso», afirma también: «Muchas
cosas me quedan por
deciros, pero no podéis cargar con ellas
por ahora; cuando
venga él, el Espíritu
de la verdad, os guiará
hasta la verdad plena». En conclusión,
explicó el Papa, Jesús
«nos habla del futuro,
de la cruz que nos espera y nos habla del
Espíritu, que nos prepara para dar testimonio cristiano».
Por lo demás, prosiguió el Papa Francis«Los mártires», miniatura del «Comentario del Apocalipsis»
co, «en estos días la
(7, 9-10) del beato de Liébana (siglo XI)
Iglesia nos hace reflexionar mucho en el
Espíritu Santo: Jesús dice que el Espíritu Santo que vendrá, que Él enDonde está
viará, nos guiará a la verdad plena,
el escándalo
es decir, nos enseñará las cosas que
aún no ha enseñado, estas cosas que
«Los coptos degollados por ser cris- Él —añadió el Papa citando el pasaje
tianos» murieron «con el nombre de evangélico de hoy— debe decir y de
Jesús en sus labios» porque habían las que ellos, los discípulos, no eran
comprendido hasta las últimas con- aún capaces de cargar con el peso».
secuencias «el escándalo de la cruz». Además el Señor afirma también
Pero «el camino martirial» forma que «el Espíritu os hará recordar las
parte de la vida cotidiana de cada cosas que dije y que con la vida cacristiano, también en la familia, en yeron en el olvido». Y he aquí, exla defensa de los derechos de las plicó el Papa Francisco, «lo que hapersonas, en la experiencia de la en- ce el Espíritu: nos hace recordar las
fermedad. Y es el Espíritu Santo palabras de Jesús y nos enseña tamquien ayuda para saber dar testimo- bién las cosas que Jesús aún no ha
nio y acoger «la verdad toda com- podido decirnos, porque no éramos
pleta». Lo afirmó el Papa Francisco, capaces de comprender su alcance».
en la misa que celebró el lunes 11 de
«Así, la vida de la Iglesia es un
mayo en la capilla de la Casa Santa camino guiado por el Espíritu que
Marta, al recordar también que el nos recuerda y nos enseña, que nos
domingo llamó por teléfono al pa- lleva a la verdad plena», destacó. Y
triarca copto Tawadros, con ocasión «este Espíritu, que es compañero de
del día de la amistad entre coptos y camino, nos defiende también del
católicos, segundo aniversario del escándalo de la cruz». San Pablo, al
encuentro que tuvo lugar en el Vati- hablar a los corintios dijo: «Pero la
cano el 10 de mayo de 2013.
cruz es necedad para los que se pier«En la primera oración de hoy» al den». Luego volvió a tomar la palainicio de la misa, dijo el Pontífice, bra y añadió: «Los judíos exigen
«hemos pedido la gracia de hacer signos». Y «en verdad cuántas veces
siempre presente, en cada momento, en el Evangelio los judíos, los doctola fecundidad de la Pascua». Y, en res de la ley, exigieron a Jesús» que
efecto, explicó, «la Pascua es fecun- les diera «un signo». Por su parte
da» porque «es la vida que Jesucris- «los griegos, o sea los paganos, pi-
también la unidad armoniosa entre
todos».
He aquí lo que «nos enseña esta
lectura, que nos presenta el primer
concilio ecuménico», recapituló el
Papa Francisco repitiendo de nuevo
la fórmula con la cual el Espíritu
pone a todos de acuerdo. Y al proseguir la celebración, el Pontífice pidió «al Señor Jesús, que estará presente entre nosotros, que envíe siempre el Espíritu Santo a nosotros, a
cada uno de nosotros; que lo envíe a
la Iglesia y que la Iglesia sepa ser
fiel a los movimientos que causa el
Espíritu Santo».
viernes 15 de mayo de 2015, número 20
dieron sabiduría, ideas nuevas». Pero «nosotros predicamos sólo a Cristo crucificado, escándalo para vosotros —para los judíos— y necedad para los gentiles».
La cruz de Cristo, por lo tanto, es
el escándalo. Por eso, aclaró el Papa,
«Jesús prepara el corazón de sus discípulos con la promesa del Paráclito,
para lo que les sucederá». Y dice:
«Os he hablado todo esto para que
no os escandalicéis» de la cruz de
Cristo. San Juan trae estas palabras
del Señor: «Os excomulgarán de la
sinagoga; más aún, llegará incluso
una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios». Y
nosotros hoy, constató el Pontífice,
«somos testigos de los que matan a
los cristianos en nombre de Dios
porque son infieles, según ellos».
Esta «es la cruz de Cristo». He aquí
la actualidad de las palabras de Jesús en el Evangelio de la liturgia del
día: «Esto lo harán porque no han
conocido ni al Padre ni a mí». Jesús
nos recuerda de este modo que todo
lo que le sucedió a Él, nos ocurrirá
también a nosotros: «las persecuciones, las tribulaciones». Por esto no
nos debemos escandalizar, conscientes de que «será el Espíritu quien
nos guíe y nos haga comprender».
«Ayer —dijo después el Papa
Francisco— tuve la alegría de llamar
por teléfono al patriarca copto Tawadros, porque era el día de la amistad copto-católica: hablamos de algunas cosas». Y, añadió, «yo recordaba a sus fieles, degollados en la
playa por ser cristianos. Estos fieles,
por la fuerza que les dio el Espíritu
Santo, no se escandalizaron. Morían
con el nombre de Jesús en sus labios. Es la fuerza del Espíritu. El
testimonio. Es verdad, esto es precisamente el martirio, el testimonio supremo».
Está también, prosiguió el Papa,
«el testimonio de cada día, el testimonio de hacer presente la fecundidad de la Pascua —que hemos pedido hoy al inicio de la misa—, esa fecundidad que nos da el Espíritu
Santo, que nos guía hacia la verdad
plena, la verdad toda, y nos hace recordar lo que Jesús nos dice».
Por ello, destacó el Papa Francisco, «un cristiano que no toma en serio esta dimensión «martirial» de la
vida no ha comprendido aún el camino que Jesús nos enseñó: camino
«martirial» de cada día; camino
«martirial» al defender los derechos
de las personas; camino «martirial»
al defender a los hijos: papá, mamá
que defienden su familia; camino
«martirial» de muchos, muchos enfermos que sufren por amor a Jesús.
Todos nosotros tenemos la posibilidad de llevar adelante esta fecundidad pascual en este camino «martirial», sin «escandalizarnos».
Al proseguir la celebración eucarística —«memorial de la cruz» en la
que «se hace presente la fecundidad
pascual»— el Pontífice pidió «al Señor la gracia de recibir al Espíritu
Santo que nos recordará las palabras
de Jesús, que nos guiará a la verdad
plena y nos preparará cada día para
dar testimonio, para ofrecer este pequeño martirio de cada día o un
gran martirio, según la voluntad del
Señor».
número 20, viernes 15 de mayo de 2015
L’OSSERVATORE ROMANO
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El Pontífice a la Comunidad de vida cristiana de Italia
Más allá de los muros
Solidaridad con las poblaciones de Siria y Líbano
El compromiso de difundir la cultura de la justicia y la paz, la pastoral familiar
y la misionariedad: son las tres prioridades indicadas por el Papa Francisco a
los representantes italianos de la Comunidad de vida cristiana, a quienes recibió
el jueves 30 de abril, por la mañana, en el aula Pablo VI. En su discurso, el
Pontífice elogió a la Comunidad por las actividades llevadas a cabo en Siria y
Líbano y la acogida de los emigrantes en Sicilia.
Queridos hermanos y hermanas:
Os saludo a todos vosotros, que
representáis a la Comunidad de vida
cristiana de Italia, y a los exponentes
de los diversos grupos de espiritualidad ignaciana, cercanos a vuestra
tradición formativa y comprometidos
en la evangelización y la promoción
humana. Un saludo particular a los
alumnos y exalumnos del Instituto
«Massimo» de Roma, así como a las
representaciones de otras escuelas dirigidas por los jesuitas en Italia.
Conozco bien vuestra Asociación
por haber sido consiliario nacional
de la misma en Argentina, a finales
de los años setenta. Vuestras raíces
ahondan en las congregaciones marianas, que se remontan a la primera
generación de los compañeros de
san Ignacio de Loyola. Se trata de
un largo itinerario en el que la Asociación se ha distinguido en todo el
mundo por la intensa vida espiritual
y el celo apostólico de sus miembros, y anticipando, en ciertos aspectos, los dictámenes del Concilio Vaticano II sobre el papel y el servicio
de los fieles laicos en la Iglesia. En
la línea de esta perspectiva, habéis
elegido el tema de vuestra asamblea,
que tiene como título: «Más allá de
los muros».
Hoy quisiera ofreceros algunas directrices para vuestro camino espiritual y comunitario.
La primera: el compromiso de difundir la cultura de la justicia y la
paz. Ante la cultura de la ilegalidad,
de la corrupción y del enfrentamiento, estáis llamados a dedicaros al
bien común, también mediante el
servicio a la gente que se identifica
con la política. Ella, como afirmó el
beato Pablo VI, «es la forma más alta y exigente de la caridad». Si los
cristianos se eximieran del compromiso directo en la política, sería traicionar la misión de los fieles laicos,
llamados a ser sal y luz en el mundo
incluso a través de esta modalidad
de presencia.
Como segunda prioridad apostólica os indico la pastoral familiar, en la
línea de las profundizaciones del último Sínodo de los obispos. Os animo a ayudar a las comunidades diocesanas en la atención a la familia,
célula vital de la sociedad, y en el
acompañamiento al matrimonio de
los novios. Al mismo tiempo, podéis
colaborar en la acogida de los así
llamados «lejanos»: entre ellos hay
Diálogo espontáneo del Papa con los representantes italianos de las Comunidades de vida cristiana
Con las manos en las heridas del hombre
Publicamos la traducción de las
respuestas dadas por el Papa
Francisco a las preguntas que le
formularon el jueves 30 de abril, en
el aula Pablo VI, durante el
encuentro con los representantes
italianos de las Comunidades de
vida cristiana.
La primera pregunta fue hecha por
Paola, que, refiriéndose a su experiencia de servicio en la cárcel de Arghillà
(Reggio Calabria), le preguntó al Papa cómo hablar de esperanza a un
preso condenado a cadena perpetua y
cómo, quien está llamado a estar junto al que sufre, puede afinar la propia
conciencia.
Paola, aquí tengo escritas tus dos
preguntas: ¡son dos! Sabes que a
mí me gusta decir —es un modo de
decir, pero es la verdad del Evangelio— que debemos salir e ir hasta
las periferias. También salir para ir
a la periferia de la trascendencia divina en la oración, pero siempre salir. La cárcel es una de las periferias
más feas, con más dolor. Ir a la cárcel significa, ante todo, decirse a sí
mismo: «Si yo no estoy aquí, como
esta, como este, es por pura gracia
de Dios». Pura gracia de Dios. Si
no hemos cometido estos errores,
incluso estos delitos o crímenes, algunos graves, es porque el Señor
nos ha llevado de la mano. No se
puede entrar en la cárcel con el espíritu de «yo vengo aquí a hablarte
de Dios, porque, ten paciencia, tú
eres de una clase inferior, eres un
pecador…». ¡No, no! Yo soy más
pecador que tú, y este es mi primer
paso. En la cárcel uno puede decirlo con mucha valentía; pero debemos decirlo siempre. Cuando vamos a predicar a Jesucristo a gente
que no lo conoce, o que lleva una
vida que no parece muy moral,
pensar que yo soy más pecador que
él, porque si yo no he caído en esa
situación, es por la gracia de Dios.
Esta es una condición indispensable. No podemos ir a las periferias
sin esta conciencia. Pablo, Pablo tenía esta conciencia. Dice de sí mismo que es el más grande pecador.
También dice una palabra feísima
de sí mismo: «Soy un aborto» (cf.
1 Cor 15, 8). Pero esto está en la Bi-
blia, es la Palabra de Dios, inspirada por el Espíritu Santo. No es poner cara de santito, como dicen de
los santos. Los santos se sentían pecadores, porque habían comprendido esto. Y la gracia del Señor nos
sostiene. Si tú, si yo, si cada uno de
vosotros no tiene esto no podrá recibir el mandato de Jesús, la misión
de Jesús: «Id hasta los confines del
mundo, a todas las naciones, a las
periferias» (cf. Mt 28, 19). ¿Y quiénes son los que fueron incapaces de
recibir esto? Las personas cerradas,
los doctores, los doctores de la Ley,
la gente cerrada que no aceptó a
Jesús, no aceptó su mensaje de salir. Parecían justos, parecían gente
de Iglesia, pero Jesús les dice una
palabra no tan bonita: «hipócritas». Así los llama Jesús. Y para
hacernos comprender cómo son
ellos, la fotografía que Jesús les hace es: «Sois sepulcros blanqueados»
(cf. Mt 23, 27). Quien está cerrado,
no puede recibir, es incapaz de recibir esta valentía del Espíritu Santo,
y permanece cerrado y no puede ir
a la periferia. Pídele al Señor permanecer abierta a la voz del Espíritu, para ir a esa periferia. Después,
mañana, tal vez, te pedirá que vayas a otra, no lo sabes… Pero siempre es el Señor quien nos envía. Y
en la cárcel decir siempre esto, también con tantas personas que sufren: ¿por qué esta persona sufre y
yo no? ¿Por qué esta persona no
conoce a Dios, no tiene esperanza
en la vida eterna, piensa que todo
termina aquí, y yo no? ¿Por qué esSIGUE EN LA PÁGINA 12
muchos separados, que sufren por el
fracaso de su proyecto de vida
conyugal, así como otras situaciones
de malestar familiar, que también
pueden hacer fatigoso el camino de
fe y de vida en la Iglesia.
La tercera directriz que os sugiero
es la misionariedad. He recibido con
satisfacción la noticia de que habéis
comenzado un camino común con la
Liga misionera de estudiantes, que
os ha proyectado por los caminos
del mundo, en el encuentro con los
más pobres y con las comunidades
que más necesitan agentes pastorales. Os aliento a mantener esta capacidad de salir e ir hacia las fronteras
de la humanidad más necesitada.
Hoy habéis invitado a delegaciones
de miembros de vuestras comunidades presentes en los países de vuestros hermanamientos, especialmente
en Siria y Líbano: pueblos martirizados por terribles guerras; a ellos les
renuevo mi afecto y solidaridad. Estas poblaciones están experimentando la hora de la cruz, por lo tanto,
hagámosles sentir el amor, la cercanía y el apoyo de toda la Iglesia.
Que vuestro vínculo solidario con
ellas confirme vuestra vocación a
construir por doquier puentes de
paz.
Vuestro estilo de fraternidad, que
os está comprometiendo también en
proyectos de acogida de los emigrantes en Sicilia, os haga ser generosos en la educación de los jóvenes,
tanto dentro de vuestra asociación
como en el ámbito de las escuelas.
San Ignacio comprendió que, para
renovar la sociedad, era necesario
partir de los jóvenes, y estimuló la
apertura de los colegios. Y en ellos
nacieron las primeras congregaciones
marianas. Siguiendo este luminoso y
fecundo estilo apostólico, también
vosotros podéis ser activos en la animación de las diversas instituciones
educativas, católicas y estatales, presentes en Italia, así como ya sucede
en muchas partes del mundo. Que
en la base de vuestra acción pastoral
esté siempre la alegría del testimonio
evangélico, unido a la delicadeza del
acercamiento y el respeto del otro.
Que la Virgen María, que con su
«sí» inspiró a vuestros fundadores,
os conceda responder sin reservas a
la vocación de ser «luz y sal» en los
ambientes en los que vivís y trabajáis. Os acompañe también mi bendición, que de corazón os imparto a
todos vosotros y a vuestros familiares. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí.
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L’OSSERVATORE ROMANO
viernes 15 de mayo de 2015, número 20
Diálogo con los representantes italianos de las Comunidades de vida cristiana
VIENE DE LA PÁGINA 11
ta persona es acusada en los tribunales porque es corrupta, por esto
otro…, y yo no? ¡Por la gracia del
Señor! Esta es la más hermosa preparación para ir a las periferias.
Luego dices: «¿De qué esperanza
hablo con esta gente en la cárcel?».
Muchos están condenados a muerte… No, en Italia no existe la pena
de muerte, sino la cadena perpetua… La cadena perpetua es una
condena a muerte, porque se sabe
que de allí no se sale. Es duro. ¿Qué
le digo a ese hombre? ¿Qué le digo
a esa mujer? Quizá…, no decir nada. Tomarle la mano, acariciarlo, llorar con él, llorar con ella… Así, tener los mismos sentimientos de Cristo Jesús. Acercarse al corazón que
sufre. Muchas veces no podemos decir nada, nada, porque una palabra
sería una ofensa. Solamente los gestos. Los gestos que hacen ver el
amor. «Tú eres un condenado a cadena perpetua, aquí, pero yo comparto contigo este trozo de vida de
cadena perpetua». Compartir con
amor, nada más. Esto es sembrar el
amor.
Y también poner el dedo en la llaga: «¿Cómo afinar nuestra conciencia, para que el estar junto a quien
sufre no sea para nosotros simple
beneficencia, sino que convierta
nuestro corazón y nos haga capaces
de luchar con valentía por un mundo más justo?». La beneficencia es
un escalón: ¿Tienes hambre? —Sí—.
Te doy de comer, hoy. La beneficencia es el primer paso hacia la promoción. Y esto no es fácil. ¿Cómo promover a los niños hambrientos?
¿Cómo promover…? Hablamos de
niños, ahora: ¿cómo promover a los
niños sin educación? ¿Cómo promover a los niños que no saben reír y
que si los acaricias te dan una bofetada, porque en su casa ven que el
papá da bofetadas a la mamá? ¿Cómo promover? ¿Cómo promover a la
gente que ha perdido el trabajo, cómo acompañar y promover, caminar
con ellos? Con quien tiene necesidad del trabajo, porque sin el trabajo una persona se siente sin dignidad. Sí, está bien, le llevas de comer.
Pero la dignidad es que él, ella, lleven de comer a casa: ¡esto da dignidad! Es la promoción —el presidente
ha hablado del tema [se refiere al
presidente de la Comunidad de vida
cristiana que ha hablado antes,
ndr.]: muchas cosas que hacéis…
Una cosa que establece la diferencia
entre la beneficencia habitual —no
digo la beneficencia para salir de las
dificultades más graves—, entre la
beneficencia habitual y la promoción,
es que la beneficencia habitual te
tranquiliza el alma: «Hoy he dado
de comer, ahora me voy tranquilo a
dormir». La promoción te inquieta
el alma: «Debo hacer más… Y mañana esto, y pasado mañana aquello,
y qué hago…». La sana inquietud
del Espíritu Santo.
Esto es lo que se me ocurre decirte. Que esto no sea para nosotros
simple beneficencia, sino que convierta nuestro corazón. Y esta inquietud que te da el Espíritu Santo
para encontrar caminos para ayudar,
para promover a los hermanos y hermanas, esto te une a Jesucristo: esto
es penitencia, esto es cruz, pero esto
es alegría. Una alegría grande, grande, grande que te da el Espíritu
cuando das esto. No sé si te ayuda
lo que te he dicho… Porque, cuando me hacen estas preguntas, el peligro —también el peligro del Papa—
es creer que pueda responder a todas las preguntas… Pero el único
que puede responder a todas las preguntas es el Señor. Mi trabajo es
sencillamente escuchar y decir lo que
me viene de adentro. Pero muy insuficiente y muy poco.
Tiziana, en cambio, le confió al Papa
una fragilidad común a tantos jóvenes,
y que hace perder la esperanza. Por eso
pidió una ayuda para comprender cada
vez mejor que Dios no nos abandona
jamás.
A los jóvenes me gusta decirles:
«No os dejéis robar la esperanza».
Pero tu pregunta va más allá: «Pero,
¿de qué esperanza me habla, padre?». Algunos pueden pensar que
la esperanza es tener una vida cómoda, una vida tranquila, alcanzar algo… Es una esperanza controlada,
una esperanza que puede ir bien en
el laboratorio. Pero si estás en la vida y trabajas en la vida, con tantos
problemas, con tanto escepticismo
que te depara la vida, con tantos fracasos, «¿de qué esperanza me habla,
padre?». Sí, puedo decirte: «Pero to-
dos iremos al cielo». Sí, es verdad.
El Señor es bueno. Pero yo quiero
un mundo mejor, y soy frágil, y no
veo cómo se puede hacer esto. Quiero «comprometerme», por ejemplo,
en el trabajo de la política, o de la
medicina… Pero algunas veces encuentro corrupción allí, y trabajos
que son para servir, se convierten en
negocios. Quiero «comprometerme»
en la Iglesia, y también allí el diablo
siembra corrupción y muchas veces
hay… Recuerdo aquel vía crucis del
Papa Benedicto XVI, cuando nos invitó a limpiar la suciedad de la Iglesia… También en la Iglesia hay corrupción. Siempre hay algo que defrauda la esperanza, y así no puede
ser… Pero la esperanza verdadera es
un don de Dios, es un regalo, y no
defrauda jamás. Pero, ¿cómo se hace, cómo se hace para comprender
que Dios no nos abandona, que
Dios está con nosotros, que está en
camino con nosotros? Hoy, al inicio
de la misa, había un versículo de un
salmo muy hermoso, muy hermoso:
«Cuando tú, Señor, caminabas en
medio de tu pueblo, cuando tú luchabas con nosotros, la tierra temblaba y los cielos se licuaban» (cf.
Sal 68, 8-9. 20). Sí. Pero no siempre
se ve esto. Solamente de una cosa
estoy seguro —estoy seguro, pero no
siempre lo siento, pero estoy seguro—: Dios camina con su pueblo.
Dios jamás abandona a su pueblo.
Él es el pastor de su pueblo. Pero
cuando cometo un pecado, cuando
cometo un error, cuando cometo una
injusticia, cuando veo tantas cosas,
me pregunto: «Señor, ¿dónde estás?
¿dónde estás?». Hoy, muchos inocentes mueren: ¿dónde estás, Señor?
¿Es posible hacer algo? La esperanza es una de las virtudes más difíciles de comprender, y algunos grandes —pienso que fue Péguy uno de
aquellos que decían que es la más
humilde de las virtudes, la esperanza, porque es la virtud de los humildes—. Pero es necesario abajarse mucho para que el Señor nos la done,
para que el Señor nos la dé. Es Él
quien nos sostiene. Pero dime: qué
esperanza puede tener, desde el punto de vista natural,
pensemos en un hospital:
una religiosa que desde hace cuarenta años está en la
unidad de enfermedades
terminales, y cada día uno,
otro, otro, otro… Sí, creo en
Dios, pero el amor que da
esa mujer siempre termina,
termina, termina… y en
cierto momento esa mujer
puede decirle a Dios: «Pero,
¿este es el mundo que has
creado? ¿Se puede esperar
algo de ti?». La tentación,
cuando nos encontramos en
dificultades, cuando vemos
las brutalidades que suceden en el mundo, la esperanza parece desvanecerse.
Pero en el corazón humilde
permanece. Es difícil comprender esto, porque tu pregunta es muy profunda. Cómo no dejar la lucha y darse la gran vida, así, sin esperanza, es más fácil… El
servicio es trabajo de humildes, hoy lo hemos escuchado en el Evangelio. Jesús vino a servir, no a ser servido.
Y la esperanza es virtud de
los humildes. Creo que este
puede ser el camino. Te digo con sinceridad: no se me ocurre
decirte otra cosa. Humildad y servicio: estas dos cosas custodian la pequeña esperanza, la virtud más humilde, pero la que te da la vida.
Bartolo —sacerdote diocesano formador
de seminaristas y profesor en el seminario interregional de la región de Campania dirigido por los jesuitas— preguntó qué aportación específica puede
ofrecer un movimiento de inspiración
ignaciana a la formación cristiana de
los agentes pastorales y a la participación y educación en la mundialización
de los jóvenes.
El presidente ha recordado un lema ignaciano: «Contemplativo en la
acción». Ser contemplativo en la acción no es caminar por la vida mirando el cielo, porque caerás en un
agujero, ¡con toda seguridad!... Es
necesario comprender qué significa
esta contemplación. Has dicho una
cosa, unas palabras que me han impresionado: he tocado con la mano
las heridas del Señor en la pobreza
de los hombres de nuestro tiempo.
Creo que este es uno de los mejores
remedios para una enfermedad que
nos afecta tanto, que es la indiferencia. También el escepticismo: creer
que no se puede hacer nada. El patrono de los indiferentes y escépticos
es Tomás: Tomás tuvo que tocar las
heridas. Hay un hermosísimo discurso, una hermosísima meditación de
san Bernardo sobre las llagas del Señor. Tú eres sacerdote, puedes encontrarla en la tercera semana de
Cuaresma, en el Oficio divino, no
recuerdo en qué día. Entrar en las
heridas del Señor: servimos a un Señor llagado de amor; las manos de
nuestro Dios son manos llagadas de
amor. Ser capaces de entrar allí… Y
el mismo Bernardo prosigue: «Ten
confianza: entra en la herida de su
costado y contemplarás el amor de
ese corazón». Las heridas de la humanidad, si te acercas allí, si tocas
—y esta es doctrina católica—, tocas
al Señor herido. Esto lo encontrarás
en Mateo 25, no soy herético diciendo esto. Cuando tocas las heridas
del Señor, comprendes un poco más
el misterio de Cristo, de Dios encarnado. Este es precisamente el mensaje de Ignacio, en la espiritualidad:
una espiritualidad en cuyo centro está Jesucristo, no las instituciones, no
las personas, no. Jesucristo. Pero,
¡Cristo encarnado! Y cuando haces
los ejercicios espirituales, él te dice
que viendo al Señor que sufre, las
heridas del Señor, esfuérzate por llorar, por sentir dolor. Y la espiritualidad ignaciana indica a vuestro Movimiento este camino, le ofrece este
camino: entrar en el corazón de
Dios a través de las heridas de Jesucristo. Cristo herido en los hambrientos, en los ignorantes, en los
descartados, en los ancianos solos,
en los enfermos, en los presos, en
los locos…, está allí. ¿Y cuál podría
ser el error más grande para uno de
vosotros? Hablar de Dios, hallar a
Dios, encontrar a Dios, pero un
Dios, un «Dios-spray», un Dios difuso, un Dios etéreo… Ignacio quería que encontraras a Jesucristo, el
Señor, que te ama y dio su vida por
ti, herido por tu pecado, por mi pecado, por todos… Y las heridas del
Señor están por doquier. En lo que
has dicho está precisamente la clave.
Podemos hablar mucho de teología,
mucho de… cosas buenas, hablar de
D ios…, pero el camino es que seas
capaz de contemplar a Jesucristo,
leer el Evangelio, qué hizo Jesucristo: ¡es Él, el Señor! Y enamorarte de
Jesucristo y decirle a Jesucristo que
te elija para seguirlo, para ser como
Él. Y esto se hace con la oración y
también tocando las heridas del Señor. Jamás conocerás a Jesucristo, si
no tocas sus llagas, sus heridas. Él
fue herido por nosotros. Este es el
camino, es el camino que nos ofrece
la espiritualidad ignaciana a todos
nosotros: el camino… Y voy incluso
algo más allá: eres formador de futuros sacerdotes. Por favor, si ves a un
muchacho inteligente, bueno, pero
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número 20, viernes 15 de mayo de 2015
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Con las manos
en las heridas del hombre
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que no tiene esta experiencia de tocar
al Señor, de abrazar al Señor, de amar
al Señor herido, aconséjale que se tome unas hermosas vacaciones de uno o
dos años…, y le harás bien. «Pero padre, somos pocos sacerdotes: tenemos
necesidad de ellos…». Por favor, que
la ilusión de la cantidad no nos engañe y nos haga perder de vista la calidad. Tenemos necesidad de sacerdotes
que recen. Pero que recen a Jesucristo,
que desafíen a Jesucristo por su pueblo, como Moisés, que tenía cara dura
para desafiar a Dios y salvar al pueblo
que Dios quería destruir, con valentía
delante de Dios; sacerdotes que también tengan la valentía de sufrir, de sobrellevar la soledad y dar mucho amor.
También para ellos vale ese discurso
de Bernardo sobre las llagas del Señor.
¿Entendido? Gracias.
Gianni preguntó qué discernimiento puede
venir de la espiritualidad ignaciana como
ayuda para mantener viva la relación entre la fe en Jesucristo y la responsabilidad de actuar siempre para la construcción de una sociedad más justa y solidaria.
Creo que a esta pregunta que has
hecho respondería mucho mejor que
yo el padre Bartolomeo Sorge —no sé
si está aquí, no, no lo he visto…—. Él
fue uno muy bueno. Es un jesuita que
ha abierto el camino en este campo de
la política. Pero se escucha: «¡Debemos fundar un partido católico!». Este
no es el camino. La Iglesia es la comunidad de los cristianos que adora al
Padre, va por el camino del Hijo y recibe el don del Espíritu Santo. No es
un partido político. «No, no digamos
partido, sino…, un partido solamente
de católicos». No sirve, no tendrá capacidad de despertar interés, porque
hará aquello para lo que no ha sido
llamado. «Pero, ¿puede un católico hacer política?». «¡Debe!». «Pero, ¿puede un católico comprometerse en la
política?». «¡Debe!». El beato Pablo
VI, si no me equivoco, dijo que la política es una de las formas más altas de
la caridad, porque busca el bien común. «Pero padre, hacer política no es
fácil, porque en este mundo corrupto…, al final no puedes ir adelante…».
¿Qué quieres decirme? ¿Que hacer política es algo martirizante? Sí. Sí: es
una especie de martirio. Pero es un
martirio cotidiano: buscar el bien común sin dejarse corromper. Buscar el
bien común pensando los caminos más
útiles para ello, los medios más útiles.
Buscar el bien común trabajando en
las pequeñas cosas, pequeñísimas, de a
poco…, pero se hace. Hacer política es
importante: la pequeña política y la
gran política. En la Iglesia hay muchos católicos que han hecho una política limpia, buena; también han favorecido la paz entre las naciones. Pensad en los católicos de aquí, en Italia,
de la posguerra: pensad en De Gasperi. Pensad en Francia: Schumann, que
tiene causa de beatificación. Se puede
llegar a ser santo haciendo política. Y
no quiero nombrar más: valen dos
ejemplos de aquellos que quieren ir
adelante en el bien común. Hacer política es un martirio: en verdad, un trabajo martirizante, porque es necesario
ir todo el día con ese ideal, todos los
días con el ideal de construir el bien
común. Y también llevar la cruz de
numerosos fracasos, y también llevar la
cruz de tantos pecados. Porque en el
mundo es difícil hacer el bien en medio de la sociedad, sin ensuciarse un
poco las manos o el corazón; pero por
esto ve a pedir perdón, pide perdón y
sigue haciéndolo. Pero que esto no te
descorazone. «No, padre, no hago política porque no quiero pecar». «Pero,
¡no haces el bien! Sigue adelante, pide
al Señor que te ayude a no pecar, pero
si te ensucias las manos, pide perdón y
sigue adelante». Pero hacer, hacer…
Y luchar por una sociedad más justa
y solidaria. ¿Cuál es la solución que
hoy nos ofrece este mundo globalizado
para la política? Sencillo: en el centro,
el dinero. No el hombre y la mujer,
no. El dinero. El dios dinero. Este es
el centro. Todos al servicio del dios dinero. Por eso lo que no sirve al dios
dinero se descarta. Y lo que hoy nos
ofrece el mundo globalizado es la cultura del descarte: lo que no sirve, se
descarta. Se descarta a los niños, porque no se conciben niños o porque se
elimina a los niños antes de nacer. Se
descarta a los ancianos, porque… los
ancianos no sirven. Pero ahora, que
falta el trabajo, van a visitar a los
abuelos para que su jubilación los ayude. Pero sirven momentáneamente. Se
descarta, se abandona a los ancianos.
Y ahora el trabajo se debe disminuir,
porque el dios dinero no puede hacerlo todo, y se descarta a los jóvenes:
aquí, en Italia, jóvenes de 25 años para
arriba —no quiero equivocarme, corrígeme—, el 40-41 por ciento, está sin
trabajo. Se descarta… Pero este es el
camino de la destrucción. Yo, católico,
¿miro desde el balcón? ¡No se puede
mirar desde el balcón! ¡Comprométete
allí! Da lo mejor de ti. Si el Señor te
llama a esa vocación, ve allí, haz política. Te hará sufrir, quizá te haga pecar, pero el Señor está contigo. Pide
perdón y sigue adelante. Pero no dejemos que esta cultura del descarte nos
descarte a todos. Descarta también la
creación, porque la creación se destruye cada día más. No olvides las palabras del beato Pablo VI: la política es
una de las formas más altas de la caridad. No sé si he respondido…
Había escrito un discurso…, tal vez
aburrido, como todos los discursos;
pero lo entregaré, porque he preferido
este diálogo…
[Después el Papa rezó con toda la
asamblea una oración a la Virgen de la
calle].
Y, por favor, no os olvidéis de rezar
por mí. Gracias.
«Pío
VII
en exilio en Savona» (siglo
XIX)
Bicentenario de la coronación de Nuestra Señora de la Misericordia
Signo de ternura
El Papa Francisco ha enviado al
obispo de Savona-Noli una carta
con ocasión del bicentenario de la
coronación de la imagen de
Nuestra Señora de la Misericordia
por parte del Papa Pío VII. Ella
—escribe el Pontífice— «está
siempre cercana y socorre a todos
sus hijos».
Venerado hermano
monseñor VITTORIO LUPI
obispo de Savona-Noli
Deseo unirme a la devoción del
pueblo de Dios de la diócesis de
Savona-Noli para rendir homenaje a Nuestra Señora de la Misericordia, invocando de modo
especial su protección maternal
para el Jubileo extraordinario de
la misericordia que convoqué hace poco.
Poniéndome
espiritualmente
en la estela de mi predecesor Benedicto XVI, me dirijo al santuario erigido hace poco menos de
El Papa con un grupo de evangélicos y pentecostales
Ecumenismo del espíritu y de la sangre
Existe un ecumenismo espiritual que une a un número cada vez mayor
de cristianos; y existe un ecumenismo de la sangre, que los une en varias partes del mundo donde son perseguidos. Lo testimoniaron y recordaron un centenar de evangélicos y pentecostales, recibidos en audiencia
privada por el Papa Francisco el jueves 7 de mayo, por la tarde, en un
pequeño salón junto al aula Pablo VI. Guiado por el pastor evangélico
Giovanni Traettino, el grupo lo formaban personas provenientes de distintos países europeos, americanos y africanos. En un clima de amistad
personal, y con la presencia del cardenal Kurt Koch, presidente del
Consejo pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos, el
encuentro se caracterizó por un cordial intercambio de experiencias de
fe, con una creciente conciencia de la necesidad de caminar juntos, y
concluyó con una oración común.
cinco siglos, en el lugar donde la
Virgen se apareció al campesino
Antonio Botta, pidiendo penitencia y conversión y, al final, despidiéndose con las palabras: «Misericordia no justicia»; exhortación más que nunca actual para
nuestro tiempo, que es de manera particular tiempo de misericordia.
La respuesta unánime del pueblo de Savona al llamamiento de
la Virgen atrajo una auténtica
«cascada» de gracias del Cielo, y
dio origen también a numerosas
obras caritativas y sociales, testimoniando que la misericordia espiritual y corporal son inseparables.
En un momento fuertemente
dramático de la historia de Europa, al Papa Pío VII, raptado por
Napoleón y encarcelado en Savona, se le concedió visitar el
Santuario de Nuestra Señora de
la Misericordia e hizo voto que,
una vez puesto en libertad, volvería para coronarla; esto tuvo
lugar el 10 de mayo de 1815. Y el
24 del mismo mes instituyó la
fiesta de María santísima «auxilio de los cristianos». En efecto,
la Madre de la Misericordia está
siempre cercana y socorre a todos sus hijos que se encuentran
en peligro y, como muchos en
nuestros días, sufren discriminaciones y persecuciones.
Deseo, por lo tanto, que mientras nos acercamos al Año santo
extraordinario, en toda la Iglesia,
se profundice y se difunda la
confianza en la Madre de la Misericordia, que en esta tierra ha
dado un signo perenne de su ternura y cercanía al pueblo de
Dios peregrino en el mundo.
A usted, venerado hermano, y
a la querida comunidad diocesana de Savona-Noli aseguro mi
recuerdo especial y, mientras pido que recéis por mí y mi ministerio, os envío de corazón la
bendición apostólica.
Vaticano, 10 de mayo de 2015
L’OSSERVATORE ROMANO
página 14
viernes 15 de mayo de 2015, número 20
COMUNICACIONES
Colegio episcopal
Mons. Ariel E. Torrado, obispo de Nueve de Julio (Argentina)
Mons. Jorge E. Izaguirre, obispo-prelado de Chuquibamba (Perú)
RENUNCIA:
El Papa ha aceptado la renuncia al
gobierno pastoral de la prelatura territorial de Chuquibamba (Perú)
que monseñor MARIO BUSQUETS
JORDÁ le había presentado en conformidad con el canon 401 § 1 del
Código de derecho canónico.
Mario Busquets Jordá nació en
Viloví de Oñar, diócesis de Gerona
(España), el 3 de marzo de 1935.
Recibió la ordenación sacerdotal el
19 de marzo de 1958. Juan Pablo II
le nombró obispo-prelado de Chuquibamba el 25 de enero de 2001;
recibió la ordenación episcopal el
24 de marzo del mismo año.
EL PAPA
HA NOMBRAD O:
—Arzobispo metropolitano de Rimouski (Canadá) a monseñor DENIS GRONDIN, hasta ahora obispo
titular de Campli y auxiliar de Quebec.
Denis Grondin nació en Rimouski, archidiócesis de Quebec, el 23
de octubre de 1954. Recibió la ordenación sacerdotal el 21 de mayo de
1989. Benedicto XVI le nombró obispo titular de Campli y auxiliar de la
archidiócesis de Quebec el 12 de diciembre de 2011; recibió la ordenación episcopal el 25 de febrero de
2012.
—Obispo de Singida (Tanzania) al
presbítero EDWARD MAPUNDA.
Edward Mapunda nació en Mango, diócesis de Mbinga, el 30 de
septiembre de 1964. Recibió la ordenación sacerdotal el 23 de noviembre de 1997, incardinado en la
diócesis de Singida. Obtuvo un
máster en educación en la Universidad de Dar-es-Salam. En su ministerio ha desempeñado los siguientes
cargos: formador y vicerrector del
seminario menor, encargado diocesano para la pastoral de la salud y
ecónomo de dicha diócesis.
—Obispo de Iguatu (Brasil) a monseñor EDSON DE CASTRO HOMEM,
hasta ahora obispo titular de Muzia
y auxiliar de San Sebastián de Río
de Janeiro.
Edson de Castro Homem nació
en Río de Janeiro, archidiócesis de
San Sebastián de Río de Janeiro, el
17 de abril de 1949. Recibió la ordenación sacerdotal el 18 de octubre
de 1977. Juan Pablo II le nombró
obispo titular de Muzia y auxiliar
de la archidiócesis de San Sebastián
de Río de Janeiro el 16 de febrero
de 2005; recibió la ordenación episcopal el 12 de marzo del mismo
año.
—Obispo de Nueve de Julio (Argentina) a monseñor ARIEL ED GARD O TORRAD O MOSCONI, hasta ahora obispo titular de Vico di Pacato
y auxiliar de Santiago del Estero.
Ariel Edgardo Torrado Mosconi
nació en Veinticinco de Mayo, diócesis de Nueve de Julio, el 18 de
enero de 1961. Recibió la ordenación sacerdotal el 17 de noviembre
de 1990. Benedicto XVI le nombró
obispo titular de Vico di Pacato y
auxiliar de Santiago del Estero el 22
de noviembre de 2008; recibió la
ordenación episcopal el 13 de diciembre del mismo año.
—Obispo-prelado de Chuquibamba
(Perú) al padre JORGE ENRIQUE
IZAGUIRRE RAFAEL, C.S.C.
Jorge Enrique Izaguirre Rafael,
nació en Casma, Ancash,
diócesis de Chimbote (Perú), el 14
de enero de 1968. Ingresó en la
Congregación de la Santa Cruz,
donde recibió la ordenación sacerdotal el 15 de febrero de 1997. Obtuvo un máster en teología pastoral
en la Weston Jesuit School of Theology
de Boston, Estados Unidos. En su
congregación ha sido rector de una
casa de formación, miembro del
consejo para el distrito del Perú y
asistente del superior; párroco; asistente general y director de formación.
C.S.C.,
—Obispo titular de Segia y auxiliar
de Belo Horizonte (Brasil) al presbítero EDSON JOSÉ ORIOLO D OS
SANTOS.
Edson José Oriolo dos Santos
nació en Itajubá, archidiócesis de
Pouso Alegre, el 18 de septiembre
de 1964. Recibió la ordenación sacerdotal el 5 de mayo de 1990. Obtuvo la licenciatura en filosofía en
la Universidad de Campinas (Brasil). En su ministerio ha desempeñado los siguientes cargos: vicario
parroquial y párroco en diversas parroquias, docente, canónigo catedrático del capítulo metropolitano,
promotor de justicia del Tribunal
eclesiástico y vicario episcopal.
Ciudad del Vaticano
El Papa ha nombrado juez del
Tribunal eclesiástico del Estado
de la Ciudad del Vaticano a
monseñor LUCIO BONORA, del
clero de la diócesis de Treviso; y
notario actuario de dicho Tribunal al presbítero PAOLO SCEVOLA, del clero de la diócesis de Vigévano, ambos oficiales de la
Sección para los Asuntos generales de la Secretaría de Estado.
Audiencias pontificias
EL SANTO PADRE
HA RECIBID O EN AUDIENCIA:
Jueves 7 de mayo
A los obispos de la Conferencia
episcopal de Mali, en visita «ad limina Apostolorum»:
—Monseñor Jean Zerbo, arzobispo de Bamako.
—Monseñor Jonas Dembélé, obispo de Kayes.
—Monseñor Jean-Gabriele Diarra,
obispo de San.
—Monseñor Augustin
obispo de Ségou.
Traoré,
—Monseñor Jean-Baptiste Tiama,
obispo de Sikasso.
Viernes, día 8
—Al cardenal George Pell, prefecto de la Secretaría de asuntos económicos.
—Al cardenal Tarcisio Bertone,
S.D.B., secretario de Estado emérito.
—Al cardenal Franc Rodé, C.M.,
prefecto emérito de la Congregación para los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida
apostólica.
—Al cardenal Antonio Maria Vegliò, presidente del Consejo pontificio para la pastoral de los emigrantes e itinerantes.
Sábado, día 9
—Al cardenal Marc Oullet, P.S.S.,
prefecto de la Congregación para
los obispos.
—Al embajador del Perú ante la
Santa Sede, Juan Carlos Gamarra
Skeels, en visita de despedida.
A los obispos de la Conferencia
episcopal de Mozambique, en visita
«ad limina Apostolorum»:
—Monseñor Claudio Dalla Zuanna, S.C.I., arzobispo de Beira.
—Monseñor Francisco João Silota, obispo de Chimoio.
—Monseñor Francisco Lerma
Martínez, obispo de Gurué.
—Monseñor Hilario Da Cruz
Massinga, O.F.M., obispo de Quelimane.
—Monseñor Inácio Saure, I.M.C.,
obispo de Tete.
—Monseñor Francisco Chimoio,
arzobispo de Maputo, con el
auxiliar: monseñor João carlos Hatoa Nunes, obispo titular de Amudarsa.
O.F.M.,
—Monseñor
Adriano
Langa,
obispo de Inhambane.
O.F.M.,
—Monseñor
Lúcio
Andrice
Muandula, obispo de Xai-Xai, con
el auxiliar: monseñor Alberto Vera
Aréjula, obispo titular de Novabar-
bara; y con el obispo emérito: cardenal Júlio Duarte Langa.
—Monseñor Tomé Markhweliha,
S.C.J., arzobispo de Nampula, con
el auxiliar: monseñor Ernesto Maguengue, obispo titular de Fornos
Minore.
—Monseñor Atanasio Amisse Canira, obispo de Lichinga, con el
obispo emérito: monseñor Elio Greselin.
—Monseñor Germano Grachane,
C.M., obispo de Nacala.
—Monseñor Luiz Fernando Lisboa, C.P., obispo de Pemba, con el
obispo emérito: monseñor Januário
Machaze Nhangumbe.
Lunes, día 11
—Al señor Adolfo María Pérez
Esquivel, Premio nobel de la paz
1980.
A los obispos de la Conferencia
episcopal de Togo, en visita «ad limina Apostolorum»:
—Monseñor Denis Komivi Amuzu-Dzakpah, arzobispo de Lomé,
con el arzobispo emérito: monseñor
Philippe Fanoko Kossi Kpodzro.
—Monseñor Isaac Jogues Kodjo
Agbéménya Gaglo, obispo de
Aného.
—Monseñor Nicodème Anani Barrigah-Bénissan, obispo de Atakpamé.
—Monseñor Jacques Nyimbusède
Tukumbé Anyílunda, obispo de Dapaong.
—Monseñor Jacques Danka Longa, obispo de Kara.
—Monseñor Benoît Comlan Messan Alowonou, obispo de Kpalimé.
—Monseñor Ambroise Kotamba
Djoliba, obispo de Sokodé.
Luto en el episcopado
—Monseñor RAYMOND O. ROUSSIN, S.M., obispo emérito de Vancouver (Canadá) falleció el 24 de
abril. Había nacido en Saint-Vital, archidiócesis de Saint-Boniface, el 17 de junio de 1939. Era
sacerdote desde el 21 de marzo
de 1970. Juan Pablo II le nombró
obispo de Gravelbourg el 10 de
abril de 1995; recibió la ordenación episcopal el 14 de junio sucesivo. El Papa le trasladó como
obispo coadjutor a Victoria el 14
de septiembre de 1998. Pasó a ser
obispo de dicha diócesis el 18 de
marzo de 1999. El mismo Papa le
promovió a Vancouver el 10 de
enero de 2004. Benedicto XVI
aceptó su renuncia al gobierno
pastoral de dicha sede el 2 de
enero de 2009.
número 20, viernes 15 de mayo de 2015
L’OSSERVATORE ROMANO
página 15
Presentados al Pontífice los nuevos proyectos de Scholas Occurrentes
Alfabetización digital y deporte
NICOLA GORI
Alfabetización digital y deporte: son
los dos ámbitos en los que se centran los nuevos proyectos de «Scholas occurrentes», la red educativa
mundial promovida por impulso del
Papa Francisco. Después del encuentro del pasado 21 de abril en el
Vaticano —con la firma de dos
acuerdos con UNICEF y con la Confederación sudamericana de fútbol
(CONMEBOL) en presencia del Papa—
José María del Corral, uno de los
dos directores mundiales de Scholas,
habla de la situación en esta entrevista a nuestro periódico.
¿Cuáles son los contenidos del acuerdo
firmado con UNICEF?
Por pedido del Papa habíamos
enviado la propuesta de Scholas al
secretario general de las Naciones
Unidas Ban ki-moon, el año pasado,
para presentar este proyecto educativo. Eso fue lo que vinieron a firmar
días pasados al Vaticano y el propio
responsable mundial de UNICEF le
entregó este Acuerdo al Papa Francisco. El Acuerdo en sí tiene dos niveles, uno es el Acuerdo global y el
otro es al Acuerdo para ser firmado
en cada uno de los países. El Acuerdo global tiene que ver con el pedido que hace Scholas de conectividad, es decir, que todos los chicos
puedan estar conectados. Para nosotros la tecnología tiene que incluir a
todos, si no de lo contrario aumentan las brechas. Por eso queremos
que se añada a los derechos del niño
este derecho fundamental a la conectividad para todos los chicos del
mundo, y junto con el derecho a la
conectividad, la alfabetización digital, porque todo chico tiene que estar conectado, ser parte, y, por otro
lado, tiene que saber cómo emplear
la tecnología. Hoy, ser analfabeto es
no manejar estas herramientas. Por
eso la conectividad y la alfabetización digital es el primer Acuerdo entre Scholas y UNICEF a nivel mundial. Y el segundo objetivo tiene que
ver con las campañas que viene haciendo Scholas por los valores: por
ejemplo, la campaña del olivo, que
busca favorecer la cultura del encuentro y la paz.
Scholas apuesta mucho por el deporte.
¿De qué modo se puede motivar a los
jóvenes?
El otro proyecto tiene que ver con
la otra pata de Scholas que es el deporte y la educación. Ustedes recuerdan que el Papa lanza Scholas el
13 de agosto de 2013 al mediodía, en
el contexto del partido ArgentinaItalia. Y las dos primeras escuelas
que se suben a la red, una argentina
y una italiana, la suben Messi y Buffon. Hoy 400.000 escuelas y redes
educativas ya participan en los cinco
continentes. Y el fútbol siempre estuvo enganchado en todas las actividades. De hecho hay 23 lugares donde ya se está haciendo fútbol con
valores, que son experiencias en los
barrios. Lo conectamos con las escuelas y se realizan actividades de
clínica deportiva, es decir, los chicos
cuando practican el deporte lo asocian a situaciones de vida. Pasar la
pelota, jugar en equipo, lograr un
objetivo en común: este lenguaje tí-
picamente deportivo remite a los temas de la violencia, las armas, la
paz. En cada partido reflexionamos
indirectamente sobre el tema de la
autoridad, el tema de las reglas. Y
todo eso se va transfiriendo desde la
propia clínica deportiva a situaciones
de vida. Y además jugadores famosos van a esos barrios, lo cual también significa un estímulo para que
los chicos se concentren, charlen, se
encuentren en función del jugador
que los visita.
En este contexto se incluye también el
segundo acuerdo firmado el 21 de
abril.
Se llama «Goles por Scholas» y
cuenta con la colaboración de la
CONMEBOL, que con ocasión de la
próxima Copa América, en Chile,
nos donará 10.000 dólares por cada
gol realizado y por cada penal atajado. Serán destinados a la actividad
que sea tanto y tan rápido. Estaba
asombrado de que en tan pocos meses haya tomado la dimensión que
tomó este proyecto a nivel mundial.
Se lanzó esta segunda etapa al terminar el «expertimentum», la etapa
experimental, fundacional, por eso
se lanza ahora esta segunda etapa
global con nuevas actividades tanto
para América Latina como para el
mundo. El desafío ahora es justamente poder empezar a armar las estructuras necesarias para esta nueva
dimensión que tiene Scholas.
¿Qué quiere decir en concreto?
Estoy viajando a España y a otros
lugares para ir pensando en las distintas oficinas y los distintos modos
en que Scholas se va a organizar.
También fue muy interesante la recepción que hemos tenido por parte
de los obispos en cada lugar. Ellos
están viendo esto como una renova-
raguay va a hacer una experiencia
piloto de la mano de Scholas para
pensar la jornada extendida para los
chicos de los lugares más pobres. Lo
hará con la metodología que propone Scholas, basada en tecnología,
deporte y arte. Ya han separado 60
escuelas públicas para hacer esa experiencia. Estamos avanzando rápidamente, estamos conociendo cada
una de estas escuelas, a sus equipos
de directivos, sus docentes.
¿Y en lo que se refiere al proyecto iniciado en Mozambique?
En Mozambique ya está instalado
el sacerdote que conduce el proyecto, el padre Juan Gabriel Arias. Se
dio la primera conectividad de las
escuelas, y el Papa ya se comunicó
con los chicos y los docentes. Esa
conectividad ya está funcionando.
Están instalados los NAC, los núcleos
de acceso al conocimiento. Y ahora
estamos tratando de armar lo que
tiene que ver con los centros de prevención y salud, porque otra de las
problemáticas muy graves es el tema
de la desnutrición infantil y HIV. Estamos buscando recursos económicos y humanos para armar estos centros de salud y encontrar profesionales, porque hay una carencia enorme
de agentes de salud, sobre todo de
médicos especialistas.
El Papa en
América Latina
VIENE DE LA PÁGINA 1
educativa de Scholas: se financiarán
peticiones que recibe Scholas de las
comunidades más pobres y que forman parte de la red mundial, o a
través de Cáritas y otras organizaciones que trabajan en favor de la integración y la igualdad en esos países.
Por eso decimos un gol por Scholas
será transformado ahora en un gol
por los niños.
¿Es verdad que implicaron también a
Maradona?
Se reunió con el Papa Francisco
en Santa Marta. Maradona ya había
jugado el primer partido interreligioso por la paz en el Olímpico de Roma. Y en este caso vino a ofrecerse
al Papa para no sólo jugar sino ser
el capitán del equipo y colaborar en
todo lo que tenga que ver con las
distintas etapas de la preparatoria.
Se comprometió a convocar a otros
jugadores y ayudar en todos los aspectos organizativos del partido. Se
ofreció para ir a los barrios donde se
están haciendo estas actividades de
Scholas y acompañar estas actividades en los barrios, recordando en su
propia historia que él había nacido
en el fútbol con los pies descalzos
en un potrero.
Durante el encuentro, ¿el Papa os dio
indicaciones particulares?
El Papa Francisco está muy contento. Él siempre decía que si esto es
de Dios va a crecer, va a empezar a
funcionar. Lo que no esperaba es
ción muy importante para sus propuestas pastorales incluso a nivel
educativo y diocesano.
¿Proyectos futuros?
Por un lado estamos acelerando
Scholas Labs, que el Papa inauguró
el 5 de febrero. Scholas Labs está
terminando el proyecto de ciudadanía virtual, que permite aunar las experiencias en terreno que estamos
haciendo con la Escuela de vecinos,
para poder aunarlo virtualmente con
el fin de que los chicos de un lugar
puedan saber lo que están haciendo
los chicos de otro lugar del mundo.
Esta experiencia nació cuando Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires. De hecho, cuando regrese a Argentina, lanzaremos en la región
quince experiencias más. Entonces
esto necesita una red virtual que
contenga todas estas experiencias y
permita a los chicos ir compartiendo
información. Hay ya 150 proyectos
que se han presentado en diferentes
partes del mundo de tecnología y
educación.
¿Cómo está funcionando la colaboración
con los países del mundo?
Hay países que nos han convocado para colaborar con sus autoridades educativas en lo que es la renovación de la propuesta educativa.
Esto es muy interesante porque se le
ha pedido a Scholas intervención
dentro del sistema educativo formal
del país. Es el caso de Paraguay. Pa-
remonia de bienvenida precederá
la visita al jefe de Estado. Por la
tarde irá a Santa Cruz de la Sierra, donde el jueves 9, por la mañana, celebrará la misa en la plaza de Cristo redentor y por la tarde se reunirá con el clero, para
participar después en el segundo
encuentro mundial de los movimientos populares. El viernes 10,
tras la visita a un centro de reeducación y el encuentro con el
episcopado boliviano, el Pontífice
se trasladará a Paraguay. En el aeropuerto de Asunción, por la tarde, tendrá lugar la ceremonia de
bienvenida, seguida de la visita al
presidente de la República y el
encuentro con autoridades y el
Cuerpo diplomático en el jardín
de la residencia presidencial.
La mañana del sábado 11 visitará el hospital pediátrico y celebrará la misa en la plaza del santuario mariano de Caacupé. Por la
tarde tendrá lugar el encuentro
con la sociedad civil y la oración
de Vísperas en la catedral. El domingo 12 de julio, por la mañana,
el Papa Francisco visitará la población del Bañado norte, víctima
de inundaciones, y celebrará la
misa. Por la tarde, tras el encuentro con los obispos, la última cita
será con los jóvenes en la Costanera. A las 19 está previsto el regreso a Roma, donde el Papa llegará alrededor de las 14.00 del lunes 13.
L’OSSERVATORE ROMANO
página 16
viernes 15 de mayo de 2015, número 20
El Papa recuerda que sobre alimento y medio ambiente Dios juzgará a los poderosos de la tierra
Una mesa para todos
Nuevo llamamiento en favor de los cristianos víctimas de injusticias intolerables
Más de trescientos delegados de «Caritas internationalis» llegados de todo el
mundo se reunieron en Roma para la vigésima asamblea general.
Para invocar la ayuda del Espíritu Santo participaron en la concelebración
eucarística presidida por el Papa Francisco, en el altar de la Cátedra de la
basílica vaticana, el martes 12 de mayo, por la tarde. Entre los concelebrantes,
los cardenales Rodríguez Maradiaga, presidente de la organización, Etchegaray,
Müller, Turkson, Vegliò, Lacunza Maestrojuán, Furtado, Monteiro de Castro;
setenta y dos prelados y más de cien sacerdotes. Entre los presentes, los arzobispos
Becciu, sustituto de la Secretaría de Estado, y Gallagher, secretario
para las Relaciones con los Estados.
La lectura de los Hechos de los
Apóstoles que hemos escuchado (16,
22-34) presenta un personaje un poco especial. Es el carcelero de la cárcel de Filipos, donde Pablo y Silas
fueron encerrados tras un amotinamiento de la plebe contra ellos. Los
magistrados primero hicieron que los
apalearan y luego los mandaron a la
prisión, ordenando al carcelero custodiarlos bien. Es por ello que ese
hombre, durante la noche, al percibir el terremoto y ver las puertas de
la cárcel abiertas, se desesperó y
pensó suicidarse. Pero Pablo lo tranquilizó y él, tembloroso y maravillado, suplicó de rodillas la salvación.
El relato nos dice que ese hombre
dio inmediatamente los pasos esenciales del camino de fe y salvación:
escucha la Palabra del Señor, juntamente con sus familiares; lava las llagas de Pablo y a Silas; recibe el
Bautismo con todos los suyos; y, por
último, acoge a Pablo y Silas en su
casa, prepara la mesa y les ofrece de
comer, lleno de alegría. Todo el itinerario de la fe.
El Evangelio, anunciado y creído,
impulsa a lavar los pies y las llagas
de los que sufren y preparar la mesa
para ellos. Sencillez de los gestos,
donde la acogida de la Palabra y del
sacramento del Bautismo va acompañado por la acogida del hermano,
como si se tratara de un solo gesto:
acoger a Dios y acoger al otro; acoger al otro con la gracia de Dios;
acoger a Dios y manifestarlo en el
servicio al hermano. Palabra, sacramentos y servicio se atraen mutuamente y se alimentan recíprocamente, como ya se ve en estos testimonios de la Iglesia de los orígenes.
Podemos ver en este gesto toda la
llamada de Cáritas. Cáritas es ya una
gran Confederación, reconocida ampliamente también en el mundo por
sus obras. Cáritas es una realidad de
la Iglesia en muchísimas partes del
mundo, y debe aún encontrar más
difusión también en las diversas parroquias y comunidades, para renovar lo que tuvo lugar en los primeros tiempos de la Iglesia. En efecto,
la raíz de todo vuestro servicio está
precisamente en la acogida, sencilla
y obediente, de Dios y del prójimo.
Esta es la raíz. Si se quita esa raíz,
Cáritas muere. Y esa acogida se realiza en vosotros personalmente, porque luego vais por el mundo, y allí
servís en el nombre de Cristo que
habéis encontrado y que encontráis
en cada hermano y hermana a quien
os acercáis; y precisamente por esto
Por las familias heridas y extraviadas
VIENE DE LA PÁGINA 8
mera comunión y confirmación),
formativos (docente de religión) y
participativos (miembro del consejo pastoral), reviste una importancia primordial la seriedad y competencia de las personas asignadas a
ellos (fe segura, buenas costumbres
y prudencia), cualidades de hecho
independientes de su situación familiar. En verdad, el testimonio
cristiano de estas personas puede
ser reavivado más por la integración que por la exclusión. En tercer lugar, sobre la base de la indicación del cardenal Ratzinger acerca de la confrontación más profunda y amplia con la cuestión, hay
que distinguir entre la exclusión de
personas conscientes de su situación irregular que tienen un deseo
sincero de acercarse al Señor mediante la Iglesia y, por ejemplo, conocidos políticos corruptos, mafiosos, delincuentes, homicidas, que
están formalmente en regla con el
matrimonio. De lo que se ha observado acerca de la posible integración derivan tres consideraciones
finales. Primera consideración: si,
por una parte, es verdad que se de-
be evitar la confusión y el escándalo en los fieles «normales», por la
otra, hay que evitar también la
confusión y el escándalo en los fieles divorciados vueltos a casar, que,
aunque no están excomulgados, al
mismo tiempo resultan de hecho
reducidos a espectadores de la vida
eclesial en lugar de ser considerados responsables de diferentes aspectos ministeriales que se requieren a todo bautizado para la edificación de la Iglesia. Una segunda
consideración tiene que ver con el
testimonio que tienen derecho de
recibir de sus padres los eventuales
hijos nacidos de la segunda unión,
a riesgo de pagar el precio de la
marginación de la que no son responsables, sino solo víctimas. Una
última consideración está relacionada con el discernimiento, o bien
con aquella via discretionis que permite a los pastores valorar caso por
caso, especialmente respecto de la
progresiva inclusión de las personas que, encontrándose en una situación ya irreversible, están particularmente necesitadas de acogida,
de acompañamiento y de misericordia.
Arie Kievit «Bangui, República Centroafricana» (2014)
evita reducirse a una simple organización humanitaria. Y Cáritas de cada Iglesia particular, incluso de la
más pequeña, es la misma: no hay
Cáritas grandes y Cáritas pequeñas,
son todas iguales. Pidamos al Señor
la gracia de comprender la verdadera
dimensión de Cáritas; la gracia de
no caer en el engaño de creer que
un centralismo bien organizado es el
camino; la gracia de comprender
que Cáritas está siempre en la periferia, en cada una de las Iglesias particulares; y la gracia de creer que Cáritas-centro es sólo ayuda, servicio y
experiencia de comunión, pero no la
cabeza de todas.
Quien vive la misión de Cáritas
no es un simple agente, sino un testigo de Cristo. Una persona que
busca a Cristo y se deja buscar por
Cristo; una persona que ama con el
espíritu de Cristo, el espíritu de la
gratuidad, el espíritu del don. Todas
nuestras estrategias y planificaciones
permanecen vacías si no llevamos este amor en nosotros. No nuestro
amor, sino el suyo. O mejor aún,
nuestro amor purificado y fortalecido por el suyo.
Y así se puede servir a todos y
preparar la mesa para todos. También esta es una hermosa imagen
que nos ofrece hoy la Palabra de
Dios: preparar la mesa. Dios nos
prepara la mesa de la Eucaristía,
también ahora. Cáritas prepara muchas mesas para quien tiene hambre.
En estos meses habéis realizado la
gran campaña «Una familia humana,
alimento para todos». Mucha gente
espera también hoy poder comer lo
necesario. El planeta tiene alimento
para todos, pero parece faltar la voluntad de compartir con todos. Preparar la mesa para todos, y pedir
que haya una mesa para todos. Hacer lo que podamos a fin de que todos tengan para comer, pero también recordar a los poderosos de la
tierra que Dios un día los llamará a
juicio, y se manifestará si de verdad
procuraron darle de comer a Él en
cada persona (cf. Mt 25, 35) y si trabajaron para que el medio ambiente
no se destruyera, sino que produjera
este alimento.
Y pensando en la mesa de la Eucaristía, no podemos olvidar a nuestros hermanos cristianos que fueron
privados con la violencia tanto del
alimento para el cuerpo como del
alimento para el alma: fueron expulsados de sus casas y de sus iglesias,
en algunas ocasiones destruidas. Renuevo el llamamiento a no olvidar a
estas personas y estas intolerables injusticias.
Juntamente con muchos otros organismos de caridad de la Iglesia,
Cáritas revela la fuerza del amor
cristiano y el deseo de la Iglesia de
ir al encuentro de Jesús en cada persona, sobre todo cuando es pobre y
sufre. Este es el camino que tenemos
delante y con este horizonte deseo
que podáis realizar los trabajos de
estos días. Los encomendamos a la
Virgen María, que hizo de la acogida de Dios y del prójimo el criterio
fundamental de su vida. Precisamente mañana celebraremos a la Virgen
de Fátima, que apareció para anunciar la victoria sobre el mal. Con un
apoyo tan grande no tengamos miedo de continuar nuestra misión. Así
sea.
Los tuits en
@Pontifex_es
7 MAY [11.07 AM] Cuando no es
posible ganarse el pan, se pierde
la dignidad. Es un drama en
nuestros días, especialmente para
los jóvenes
9 MAY [12.09 PM] Aprendamos a
ser amables, a tratar bien a todos,
incluso a aquellos que no nos corresponden
12 MAY [10.12 AM] ¿Por qué nos
resulta tan difícil sobrellevar los
defectos de los demás? ¿Nos olvidamos de que Jesús cargó con todos nuestros pecados?