Variabilidad y adaptación de los seres vivos

INTRODUCCIÓN
La asignatura Variabilidad y adaptación de los seres vivos da continuidad a los conceptos básicos de
la teoría evolutiva que se introducen en el curso. La ciencia de la vida y tiene como principal
propósito que el futuro docente adquiera una plataforma conceptual básica en torno a la teoría de
Darwin, que le permita comprender el proceso de la evolución biológica para orientar su aprendizaje
en los alumnos de la escuela secundaria.
El curso se inicia con el análisis de algunos fragmentos de los trabajos originales de Darwin y
Wallace. Con esta actividad se pretende que el estudiante normalista elabore sus propias
interpretaciones, las exponga y contraste, tanto con las de sus compañeros, como son las que se
incluyen en algunos libros de texto. Además se retoma y profundiza el estudio de la selección
natural y los conceptos básicos que se asocian a ésta, como son la variabilidad, la supervivencia y la
adaptación.
La selección natural, piedra angular del pensamiento darviniano se presenta en dos fases: en la
primera se abordan aspectos acerca de la variabilidad y su origen. En la segunda se establece que el
cambio en las especies es el producto de la adaptación y supervivencia diferenciada en la variedad
de ambientes que pueden ocupar. El desarrollo del tema inicia con una actividad en la que se
recuperan las ideas previas de los estudiantes acerca de la variabilidad y su origen, para pasar
después a un análisis de los capítulos “La variación en la naturaleza”, “La lucha por la existencia” y
“Selección natural o la supervivencia de los más aptos”, del libro El origen de las especies, de
Darwin. Así mismo, se analiza el concepto moderno de “selección natural” en términos genéticos y
se ilustra con ejemplos como la anemia falciforme, la resistencia a la malaria, el mecanismo
industrial y la resistencia de los insectos.
Una vez que los estudiantes identifican el esquema evolutivo propuesto por Darwin, se discute la
teoría sintética de la evolución y se aclara que aun cuando existen otras propuestas, ésta se
conserva como la base de toda explicación para entender el cambio en los organismos vivos y su
diversidad.
La última parte del curso se dedica a la identificación de las ideas equivocadas y explicaciones
alternativas acerca de la evolución, que son frecuentes en el pensamiento de los alumnos en la
escuela secundaria. En esta parte también se presentan algunas propuestas para favorecer la
reestructuración de conocimientos y promover el cambio conceptual. también se incluyen
sugerencias para desarrollar el tema de la evolución biológica en el salón de clases y los recursos
didácticos que se pueden aprovechar para apoyar y mejorar la enseñanza y el aprendizaje.
RELACIÓN CON OTRAS ASIGNATURAS
El presente curso se relaciona horizontal y verticalmente con otras asignaturas que se han estudiado
en los semestres anteriores y las que se cursan de manera simultánea con éste.
Las relaciones directas se establecen con la asignatura Introducción a la Enseñanza de: Biología que
los estudiantes cursaron en el segundo semestre y con la asignatura denominada Procesos vitales:
estructura y funciones de los seres vivos, que se imparten en este semestre.
Durante el desarrollo de la asignatura Introducción a la Enseñanza de: Biología, cursada En el
segundo semestre, los estudiantes reconocieron la importancia científica y pedagógica de los
conceptos de alto poder explicativo. En este semestre se retoman dichos conceptos, indispensables
en las respuestas a las interrogantes del “qué”, “cómo” y “porqué” de los seres vivos. Más adelante,
en los semestres cuarto, quinto y sexto se atenderán con mayor detalle y profundidad estos temas,
de manera especial en los cursos particulares de cada disciplina y en la asignatura Biología I, II y
III.
Otra relación directa se establece con Procesos Vitales: Estructura y Funciones de los Seres Vivos,
que inicia su estudio tomando como referencia el cuerpo humano, para después identificar el
paralelismo evolutivo, estructural y funcional de la vida.
1
ORIENTACIONES DIDÁCTICAS GENERALES
A continuación se enuncian algunas líneas de trabajo que sería conveniente desarrollar a lo largo
del curso:
1. Lograr que el conocimiento de los fines y el contenido de este programa sea compartido por
docentes y estudiantes. Será provechoso que al iniciarse el curso, el docente y el grupo analicen
conjuntamente el programa, para dejar claros sus propósitos formativos, la secuencia de sus
componentes y el tipo de trabajo que se espera de cada quien. Durante el curso, cuando sea
necesario, deberá regresarse a la lectura del programa para precisar porqué y para qué trabajar
determinados contenidos y actividades.
2. Aprovechar los conocimientos y experiencias previas del alumnado a fin de incorporarlos al
proceso de planeación de la enseñanza y evaluación de los logros del aprendizaje.
3. Fomentar la convicción de la existencia de múltiples manifestaciones naturales que ofrecen
diversas oportunidades para el aprendizaje, para lo cual es necesario que los propios normalistas
recuperen y ejerciten sus habilidades de observación y exploración, tanto en su propio cuerpo
como en su entorno inmediato. También es importante que reconozcan los recursos y materiales
de apoyo didáctico que por su disponibilidad en la región pueden aprovecharse mejor.
4. Asegurar una lectura comprensiva de la bibliografía básica y vincular las ideas que en ella se
presentan, con las actividades que se realicen en clase y con las actividades de observación y
práctica que realizan los estudiantes en las escuelas secundarias. Debe evitarse el riesgo común
de que el material de lectura sea visto como algo separado del trabajo aplicado, que se lee por
obligación y está sujeto a formas poco eficaces de control y asumir, en cambio, que la mejor
forma de demostrar una buena lectura es incorporar su contenido al análisis, la discusión y la
actividad práctica.
Si el maestro advierte que algunos alumnos muestran dificultades en el manejo de la
bibliografía, puede promover la formación de círculos de estudio que funcionen temporal o
continuamente, solicitando la colaboración de los alumnos más adelantados.
5. Incluir, en el programa del trabajo del grupo, actividades en los cuales los estudiantes lleven a la
práctica las observaciones y la indagación propuesta para los alumnos de la escuela secundaria
en temas especialmente relevantes, los programas, el libro para el maestro y los libros de texto.
Ello permitirá a los futuros maestros experimentar situaciones que vivirán sus alumnos, revisar
con detenimiento los materiales didácticos para su aprovechamiento eficaz y poder anticipar
algunos retos y dificultades pedagógicos que enfrentarán en su vida profesional.
6. Promover sistemáticamente la observación y el acercamiento de los estudiantes normalistas con
los adolescentes de la escuela secundaria, a propósito del conocimiento de la naturaleza y el
aprendizaje de la biología. Una oportunidad de hacerlo sistemáticamente la ofrece la asignatura
Observación y Práctica Docente I; sin embargo, se deberá alentar a los estudiantes a buscar y
aprovechar todas las ocasiones informales para hacerlo, será con grupos escolares a los que
tengan acceso o con adolescentes de su entorno familiar y de residencia. La familiarización con
las formas de percepción y reflexión de los adolescentes, de sus reacciones ante estímulos
cognitivos que poseen un propósito claro, permitirá a los estudiantes desarrollar su sensibilidad
y su capacidad de empatía hacia la perspectiva desde la cual los adolescentes miran y tratan de
dar sentido al mundo que les rodea.
7. Realizar actividades complementarias de estudio para fortalecer la formación disciplinaria básica
de la biología. El maestro y los estudiantes deberán estar atentos a la detección oportuna de
deficiencias y vacíos que pueden existir en la formación individual. En esos casos, el docente
habrá orientar el estudio y consulta de la bibliografía pertinente y accesible en el acervo de la
biblioteca de la escuela.
Así mismo, es recomendable aprovechar los audios cintas, el material video grabado y los
programas de informática educativa disponibles en la biblioteca de la escuela normal y en los
Centros de Maestros.
2
8. Establecer un adecuado equilibrio entre el trabajo de los alumnos, tanto individual como en
equipo. Es claro que númerosas actividades de aprendizaje deben realizarse individualmente, en
tanto que otras se benefician con el esfuerzo de un grupo de trabajo. En este último caso, deben
observarse ciertas normas mínimas que aseguren la eficacia de esta modalidad de organización
didáctica: la planeación clara del trabajo, la distribución equitativa de las tareas y el carácter
realmente colectivo del análisis, la discusión, la elaboración del resultado final del trabajo y la
evaluación. Estas normas son útiles porque evitarán una frecuente deformación del trabajo de
equipo, que fracciona temas de aprendizaje, no permite a los estudiantes visualizar los
contenidos en su conjunto y oculta desequilibrios injustos en el esfuerzo realizado por cada
alumno. Se sugiere establecer como criterio que los equipos se integren con cinco alumnos como
máximo..
9. Propiciar la redacción de notas de lectura, registros de observación, así como el diseño y
elaboración de actividades y materiales didácticos para el desarrollo de los temas que integran
los programas de biología en la escuela secundaria. En este sentido es conveniente que cada
estudiante integre a lo largo del curso una carpeta personal con los productos del aprendizaje,
útil para el ordenamiento y la clasificación de su trabajo, para consultar durante los siguientes
semestres, en su futuro trabajo profesional y, eventualmente, como elemento para la
evaluación.
SUGERENCIAS PARA LA EVALUACIÓN
Los criterios y procedimientos que se definan para evaluar habilidades, valores, actitudes y
conocimientos adquiridos por los estudiantes durante el estudio de los temas del curso, deben ser
congruentes con los propósitos y las orientaciones didácticas señaladas.
Es necesario tener en cuenta que la evaluación, entendida como proceso permanente, no sólo
permite identificar los avances y las dificultades en el aprendizaje de los estudiantes, sino también
aporta información que el maestro puede aprovechar para tomar decisiones que contribuyan a
mejorar sus formas de enseñanza.
Para que los estudiantes tomen conciencia de los compromisos y tareas que le corresponde asumir,
es conveniente que al iniciar el curso acuerden con el maestro los criterios y procedimientos que se
aplicarán para evaluar. De esta manera tendrán los elementos básicos para reconocer aquellos
campos específicos en los que requiere fortalecer su formación profesional.
Las características de este curso y el tipo de actividades a realizar requieren de prácticas de
evaluación diversas que evidencien los conocimientos que se adquieren de las actitudes, las
habilidades y los valores que los alumnos manifiestan ante el trabajo individual y colectivo, hacia los
adolescentes y hacia la naturaleza.
Para evaluar, deben observarse y registrarse sistemáticamente las actitudes, las habilidades y los
valores que manifieste cada alumno durante el curso, para hacer comparaciones e identificar sus
avances. También debe aprovecharse su participación en la clase, los textos escritos y las
indagaciones que realicen. En este caso, la evaluación no requiere de acciones ni productos distintos
de los generados en los procesos mismos de enseñar y aprender. Cuando se considere necesario
que los alumnos muestren sus niveles de logro por medio de un desempeño destinado
especialmente a la evaluación, los instrumentos seleccionados deben: plantear retos para que los
estudiantes apliquen su capacidad de análisis, interpretación, juicio crítico, comprensión, relación,
síntesis, argumentación y toma de decisiones; y proporcionar información sobre rasgos como los
que se enuncian enseguida.
•
•
•
El interés que muestran los estudiantes por acercarse al conocimiento científico.
La comprensión de las intenciones educativas de la enseñanza de la biología en la escuela
secundaria, a partir del análisis de los contenidos propuestos en los programas de estudio de
este nivel.
La habilidad para vincular las elaboraciones teóricas con el análisis de las situaciones educativas
relacionadas con la enseñanza y el aprendizaje de la biología.
3
•
La capacidad para diseñar, mediante el conocimiento y uso eficaz de los libros de texto y otros
recursos educativos y del medio, estrategias didácticas que estimulen en los adolescentes las
habilidades y actitudes propias de la indagación y del pensamiento científicos.
Para lograr lo anterior, se sugiere tomar como base las recomendaciones de evaluación de los libros
para el maestro de Biología, Física y Química. Una combinación de éstas podrá ayudar a utilizar los
instrumentos adecuados para cada situación que se necesite evaluar.
PROPÓSITOS GENERALES
El curso de variabilidad y adaptación de los seres vivos corresponde al séptimo semestre del Plan de
Estudios de la Licenciatura en Educación Secundaria y tiene como propósitos generales que los
alumnos normalistas:
1. Que el futuro docente adquiera una plataforma conceptual con la importancia de la evolución.
2. Comprender el esquema evolutivo de Darwin tomando en cuenta la selección natural y otras
teorías sobre el cambio evolutivo.
3. Identifique las ideas y los errores conceptuales más comunes relativos a la evolución, para que
adquieran las capacidades y elaboren propuestas didácticas para fomentar habilidades,
aptitudes, valores y la apropiación de conocimientos pertinentes en los alumnos de educación
secundaria acerca de la evolución, selección natural, variabilidad, supervivencia, adaptación y
otras teorías sobre el cambio evolutivo..
ORGANIZACIÓN POR BLOQUES
El programa del curso esta organizado en tres bloques temáticos. Los bloques, sus propósitos y
actividades sugeridas son las siguientes.
BLOQUE I
IMPORTANCIA DE LA EVOLUCIÓN
TEMAS:
Tema 1. Darwin y Wallace.
Tema 2. La teoría sintética de la evolución.
Este bloque se inicia con actividades en algunos fragmentos de los trabajos originales de Darwin y
Wallace. Con esta actividad se pretende que el estudiante normalista elabore sus propias
interpretaciones, las exponga y contraste, tanto con las de sus compañeros como con las que se
incluyen en algunos libros de texto.
Se aprovecha la lectura de Ernest Mayr “La evolución para diferenciar la evolución cósmica y la
evolución biológica”, así como también la importancia y los principios que toma en cuenta la
evolución y como es que se publica “El origen de las especies”.
Aquí los estudiantes normalistas deberán valorar los trabajos que se desarrollaron por Darwin,
Wallace y Malthus y hacer comparaciones entre la capacidad que cada uno tiene para el desarrollo
de la investigación científica.
También se aprovecha el video “los monstruos emergen”, de la serie “Los dinosaurios” con la
finalidad de convertirse en un testigo más de la primera reacción de un mundo escéptico ante el
conocimiento de que el subsuelo de la tierra esta poblado de restos de gigantes desconocidos de un
pasado remoto.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:
4
•
•
•
•
Guillén Fedro (1998), El científico que creía en fantasmas, México, Pangea.
Mayr Ernest (1978), “La evolución”, en investigación y Ciencia, núm. 26, New Cork, Scientific
American, pp. 139-149.
Material de Biología, Barajas Esperanza (1984). En bios vida. México. Editorial Herrero S.A. y
Meter Alexander y otros (1992). En Biología New Jersey. Prentice Hall.
Video: Los dinosaurios, “Los monstruos emergen”.
ACTIVIDADES SUGERIDAS:
Tema 1. Darwin y Wallace.
1. Leer la lectura “el científico que creía en los fantasmas” Alfred Russel, Wallace de Fedro Carlos
Guillén y realizar las siguientes actividades:
•
¿Qué actividades realizaba Wallace ? ¿Cuál se consideró más importante?.
•
¿Cuáles fueron las ideas de Malthus que impactaron a Wallace?
•
¿Cómo tituló el ensayo que escribió todavía enfermo?
•
Escriba brevemente la historia de la carta que envió Wallace a Darwin.
•
En que fecha envió la carta Wallace a Darwin?
•
¿Cuándo se publicó “El origen de las especies por Darwin?
•
¿Por qué se le consideró a Wallace como el espiritista científico, el biogeógrafo y el luchador
social?
•
Describa brevemente los dos textos de Wallace que se incluyen en estas lecturas.
2. De
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
3. De
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•
•
•
•
acuerdo a la lectura “ La evolución” de Ernest Mayr conteste las siguientes preguntas:
¿Cuál es la diferencia entre evolución cósmica y evolución biológica?
¿Qué es la evolución biológica?
¿Quién propuso la primer teoría sobre la evolución y en que año?
Señalar los cuatro principios que tomó en cuenta para explicar el curso particular de la
evolución?
En 1838 ¿Cuál era el mecanismo que podría explicar la evolución?
¿Cuándo se publicó la teoría completa de Darwin “El origen de las especies?
Señale los cuatro postulados que destaca Darwin en su obra y de los cuáles dos están de
acuerdo con Lamarck?
Mencione las dos etapas en las que se basa la selección como un proceso según Darwin.
Según Malthus en su lectura hace reflexionar a Darwin sobre “que descendientes tienen una
probabilidad para sobrevivir?” señálelo.
Señale 3 avances que hubo para abandonar el saltacionismo.
Una vez alcanzada la nueva síntesis en la década de 1930-1940 algunos discrepantes de la
evolución se preguntaron si no había llegado ya la hora final de la investigación en este
sentido. Según la biología evolutiva ¿Cuáles serían los nuevos problemas a tratar?
Comparar y complementar las respuestas a nivel de grupo.
acuerdo a materiales de Biología proporcionados conteste brevemente:
¿Cuáles son las dos ideas principales en la hipótesis de Lamarck sobre la evolución?
¿Porqué los científicos rechazan la hipótesis de Lamarck sobre cómo ocurre la evolución?
Resuma los puntos principales de la teoría de Darwin de la evolución por selección natural.
¿En qué se diferencian las ideas de Lamarck sobre la evolución de las ideas de Darwin?
¿Cómo las observaciones de poblaciones de alevilla moteadas produjeron evidencia directa
sobre la evolución?
4. Analizar el video “Los monstruos emergen” de la serie los dinosaurios y conteste las siguientes
preguntas:
•
¿Qué le llamó la atención?
•
¿Cuánto tiempo los dinosaurios fueron los amos del planeta?
•
¿Cómo los dinosaurios vuelven a la vida?¿En qué siglo comienza la historia de los dinosaurios
en la edad moderna?
•
¿ Qué pieza fue de las primeras encontradas y por quién?. Después de 25 años se reclama la
pieza encontrada, ¿de qué parte?
•
¿Cuándo se produce el primer hallazgo de fósil de dinosaurio y en donde?.
5
•
•
•
•
•
¿Qué se encuentra como evidencia incrustada en una roca?
¿Por que se dice que en 1970 todo cambia?
¿Crees que los dinosaurios han desaparecido y se fueron a volar?
¿Qué semejanza habría con los pájaros?
Conclusión en el grupo.
Tema 2. La teoría sintética de la evolución.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
¿Qué otros nombres recibe la teoría sintética de la evolución?
¿Qué es la teoría sintética de la evolución?
¿Cuáles son los principales fundamentos de la teoría sintética?
¿A quién se debe esta teoría?
¿Qué son las mutaciones?
¿Cuáles son los tipos de mutaciones y cómo se explican?
¿Cuáles fueron las aportaciones de otras ciencias a la teoría de la evolución?
¿Cómo es el panorama actual en biología?
¿Cuáles son los resultados de las investigaciones que aportaron Eric, Watson, Wilson, Lorenz y
algunos biólogos mexicanos como Alfonso Herrera, Enrique Beltrán y Arturo Gómez Pompa?
BLOQUE II
EL ESQUEMA EVOLUTIVO DE DARWIN
TEMAS:
Tema 1. Selección natural: variabilidad, supervivencia y adaptación. Otras teorías sobre el cambio
evolutivo.
En el bloque número II se brinda información de consulta para que el estudiante normalista
nuevamente retome y haga las investigaciones sobre la evolución. Se pretende que el estudiante
normalista realice un breve informe sobre el viaje de Darwin.
Se presenta una actividad para reconocer la selección natural por medio de un experimento.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:
•
•
•
•
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Material de Biología, Barajas, Esperanza (1984). En bios vida. México. Editorial Herrero S. A. y
Meter Alexander y otros (1992). En Biología. New Jersey. Prentice Hall.
Darwin, Charles (1985), “La variación en la naturaleza”, la lucha por la existencia”, “La selección
natural, o la supervivencia de los más aptos”, en El origen de las especies, México Consejo
Nacional de la Ciencia y la Tecnología, pp. 125-135, 136-155, 156-203.
Reeves, Hubert y otros (1999), La más bella historia del mundo, México, Andrés Bello/SEP
(Biblioteca para la actualización del maestro).
“La adaptación” de Richard C. Lewontain.
ACTIVIDADES SUGERIDAS:
Tema 1. Selección natural: variabilidad, supervivencia y adaptación, otras teorías sobre el
cambio evolutivo.
1. De la información que se le proporciona investigar lo siguiente:
•
¿Qué es la evolución?
•
En el proceso de evolución ¿Cómo se explican los dos tipos de materia? Y ¿Cómo se explican
las dos etapas en la evolución de materia orgánica?
•
Señalar en que consisten las primeras teorías de la evolución.
•
¿Cómo se originaron las primeras teorías de la evolución? Mencione los autores.
•
¿Cómo explica Cubier la presencia de restos fósiles en diferentes partes de la tierra?
•
¿Cómo explica Lamarck la evolución de los seres vivos?
•
¿Qué señala la teoría de la evolución de Lamarck?
•
¿Cuáles son las dos ideas principales en la hipótesis de Lamarck sobre la evolución?
•
¿Por qué los científicos rechazan la hipótesis de Lamarck sobre la evolución?
•
Resuma los puntos principales de la teoría de Darwin de la evolución por selección natural
(5) y explica cada uno de ellos.
•
¿Cómo las observaciones de poblaciones de alevillas moteadas proveyeron evidencia directa
sobre la evolución?
•
Realizar un debate en el grupo para hacer la conclusión final.
2. Prepara un informe acerca del viaje de Darwin que duró 5 años en el
• H. M. S. Beagle. Incluya un mapa del viaje.
• ¿Cuáles fueron las consecuencias del viaje del Beagle?
• ¿Cómo influyeron con Darwin: Malthus y Wallace?
3. ¿Cómo puede representar la selección natural? Realice la actividad que se propone a
continuación.
¿Cómo puede representarse la selección natural?
Objetivos
• Demostrarás cómo la coloración puede ser un factor en la selección natural.
• Predecirás qué individuos sobrevivirán en una población de animales.
• Predecirás los cambios en una población a través del tiempo.
Materiales (para grupos de 4)
• Dos hojas de papel periódico.
• Una hoja de papel de construcción negro.
• Una de papel de construcción blanco.
• Tijeras.
• Un envase grande.
Procedimiento
A. Corta una hoja del periódico que sea del mismo tamaño y forma del papel de construcción y
dóblala en 64 rectángulos y recórtalos. Cada uno medirá, aproximadamente, 2.7 cm. por 3.3
cm. De la misma forma, dobla y luego recorta el papel de construcción negro en 64
rectángulos. Haz lo mismo con el papel de construcción blanco.
B. Los rectángulos blancos, negros y de papel de periódico representan animales en un
ambiente. La hoja de papel de periódico que no se recortó representa el ambiente.
C. Coloca todos los rectángulos en el envase y agítalo bien. Deja caer todos los rectángulos en
la hoja de papel periódico, de manera que queden dispersos.
D. Tú y tus compañeros de laboratorio van a ser los “depredadores”. Ustedes atacarán a los
animales que estén en el ambiente de la hoja de periódico. Cada persona en tu grupo debe
“capturar” cinco animales de papel de construcción o de periódico de la siguiente forma: Mira
hacia un lado un momento. Luego, vírate y coge un animal lo más rápidamente que puedas.
Repite el procedimiento hasta que hayas capturado cinco animales.
E. En un papel copia la tabla de abajo y registra el número de cada tipo de animal de papel que
capturaste.
F. Calcula el número de cada tipo de animal que sobrevivió (recuerda que empezaste con 64 de
cada color).
G. Compara los datos que tu y tu grupo han recogido con los de los del resto de la clase.
Calcula el número total de sobrevivientes de cada tipo de animal.
7
Preguntas y conclusiones
1. De los datos que has recogido de la clase completa, ¿cuáles de los animales de papel
sobrevivieron en mayor número? ¿Por qué crees que estos animales sobrevivieron?
2. Predice el tipo de cambio que es probable que puedas encontrar en esta población de
animales de papel a través de un periodo de tiempo.
3. Imagínate que el ambiente se hiciera, gradualmente, más oscuro. ¿Cómo podría este cambio
afectar el número y los tipos de animales en la población?
4. Describe una situación en el mundo real que ilustre lo que has representado.
ESTUDIANTE
4. De
•
•
•
•
•
ANIMALES DE PAPEL
BLANCO
ANIMALES DE PAPEL
NEGRO
ANIMALES DE
PAPEL PERIODICO
la información proporcionada:
Prepare un breve resumen sobre Darwin y la selección natural.
¿Qué es la variabilidad? y ¿Cuáles son los mecanismos que la producen?
¿Qué es la adaptación? y explique los tres tipos de adaptación.
¿Qué es la supervivencia?
Obtener las conclusiones del grupo.
5. Aplique sus conocimientos y conteste ¿Qué pasos del método científico empleó Darwin para la
elaboración de su teoría de la evolución? Seleccionado las palabras: análisis de datos,
adaptación, recolección y observación; para complementar los siguientes párrafos:
•
Durante el viaje en Beagle, Darwin _________________________________ los
______________________________ muestras de rocas y restos fósiles. Al y
_______________________ sus observaciones. Con base en lo anterior elaboró los
postulados de su teoría.
•
¿Por qué a lo largo de la historia de la tierra han desaparecido y aparecido muchas especies
de seres vivos______________________.
•
Los cambios ambientales crean nuevas situaciones para los organismos, los cuáles deben
_________________las nuevas condiciones.
•
Los organismos mejor, _________________ al medio son los que lograrán tener
descendencia que conservará la especie.
6. Lea nuevamente el texto referente al viaje de Darwin y por equipo contestar y discutir lo
siguiente.
•
¿Qué elementos utilizó Darwin para postular la teoría de la evolución?
•
¿Cuál es la importancia de la recolección de datos en la elaboración de la teoría?
•
¿Por qué cree que los fósiles aportan datos para el estudio de la evolución de los
organismos?
•
Registrar en un cuaderno las conclusiones a las que llegaron.
7. Darwin en la isla Isabela. Lea con atención el siguiente texto escrito por Darwin durante en su
estancia en la Isla Isabela, del archipiélago de Galápagos.
“Es muy interesante contemplar una colina llena de maleza, cubierta de muchas plantas con
pájaros que cantan entre los arbustos con variedades de insectos volando por el aire, gusanos
arrastrándose por el suelo húmedo. Mientras reflexionamos que estas formas tan
cuidadosamente construidas, que dependen las unas de las otras de manera compleja todas
ellas han sido producidas por leyes son la del crecimiento con reproducción, de la herencia,
considerada en la reproducción, la variabilidad, a partir de la acción indirecta y directa de las
condiciones de vida externa y del uso y desuso.
La de la progresión geométrica de crecimiento, capaz de provocar la lucha por la vida y en
consecuencia la selección natural, que comparta la divergencia de caracteres y la extinción de
las formas menos mejoradas. De este modo, de la guerra de la naturaleza, del hombre y de la
8
muerte se sigue directamente el objetivo supremo, es decir la producción de animales
superiores.
Es grande esta concepción de que la vida fue originalmente creada en unas pocas formas o en
una sola; y que mientras este planeta ha ido girando, evolucionaron y evolucionarán a partir de
un inicio simple, infinidad de formas a cual más bella y maravillosa”.
Charles Darwin. El origen de las especies. Septiembre 20 de 1835.
•
Copie el texto en su cuaderno y marque con color las ideas que forman parte de la teoría de
la evolución.
Identifique en el texto la parte Darwin hace uso de la observación y en el análisis.
Conteste en equipo.
- ¿Qué es lo que observa Darwin y como lo interpreta?
- ¿Qué leyes rigen la evolución de las especies según Darwin ¿
- ¿Qué diferencias existen entre el concepto evolutivo de Darwin y el de Lamarck?
•
•
8. Aplique sus conocimientos y conteste lo siguiente, puede ser en equipo:
•
Use sus conocimientos de genética para explicar ¿Por qué las características adquiridas no
son pasadas a la progenie?
•
El uso de insecticidas a veces lleva el desarrollo de poblaciones resistentes a estos. Explique
¿Qué está ocurriendo en términos de la selección natural y de la evolución?
•
¿ Qué tipo de evidencia fósil puede apoyar la hipótesis del equilibrio puntual?
•
¿Cree que hoy en día ocurra alguna evolución? Dé razones para apoyar su respuesta.
•
La mayoría de los países industriales esta tratando de reducir la contaminación ambiental.
Describa lo que podría ocurrirles a las poblaciones de alevillas moteadas si este esfuerzo
tiene éxito en Inglaterra.
•
Las variadas razas de perros pertenecen a la misma especie. Prepare un “árbol de especies”
para demostrar cómo están relacionadas las diversas razas.
•
Seleccione una especie o vegetal observe el organismo y busque información acerca de él.
Prepare una lista de todas las adaptaciones del organismo. Identificando cada en cuanto a
adaptación morfológica o de comportamiento. Use sus conocimientos de selección natural
para explicar cómo pudo haber evolucionado cada adaptación.
•
Pídale a un criador de animales o a un criador de plantas que describa cómo una mutación
deseable se puede preservar a través de la selección artificial.
9. De acuerdo a la lectura “La adaptación” de Richard. Lewontin haga un breve resumen y
cuestione preguntas de una respuesta adecuada.
10. Investigue otras teorías sobre el cambio evolutivo.
11. Analiza lo siguiente:
¿A quién no le gustaría sentarse a charlar con un gran científico, preguntarle de los grandes
enigmas de la existencia y escuchar sus respuestas en palabras usuales, amenas y con base a
los más recientes conocimientos de la ciencia?
Esta charla se realiza a través de la lectura “La explosión de las especies” del libro “La más bella
historia del mundo” donde Dominique Simonnet plática con tres expertos de reconocimiento
mundial un astrofísico “Reeves”, un divulgador de las ciencias (Roshay), y un paleontólogo
(Coppens).
“La más bella historia del mundo” ofrece también en esta manera de platicar de las ciencias, un
atractivo modelo de cómo el maestro puede transmitir a sus alumnos conocimientos en términos
que además de comprensibles estimula el interés de los estudiantes.
•
•
Leer “la explosión de las especies de Reeves y otros y seleccione 6 relatos que le llamen la
atención y haga una comparación en equipo y aplíquelo en su vida diaria.
Hacer un ensayo sobre el material que ha seleccionado.
BLOQUE III
MÉTODOS PARA LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE DEL
9
TEMA DE EVOLUCIÓN EN LA ESCUELA SECUNDARIA
TEMAS:
Ideas de los alumnos en torno a la evolución biológica. Recursos materiales para la enseñanza y el
aprendizaje de la evolución en el aula.
En el bloque III presenta una serie de lecturas para realizar la unidad “La evolución” de tal manera
que se relacionan una con otra para aplicar una serie de conocimientos, hábitos y actitudes los que
se enriquecerán con las experiencias de los estudiantes.
Se presenta también una estrategia didáctica titulada “El cambio conceptual y metodológico en la
enseñanza y el aprendizaje de la evolución de los seres vivos” con la finalidad de que los estudiantes
normalistas reconozcan lo fácil que es llevar un trabajo organizado como un ejemplo claro, dándoles
libertad para realizar algo semejante lo cual se invita a la participación socializadora por lo que la
actividad puede realizarse por equipo.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:
•
•
Durand Leticia Smith, “La evolución”, Guillén Fedro Carlos, “Problemas asociados a la enseñanza
de la evolución en la escuela secundaria: algunas sugerencias”, “Darwin y Wallace”; Sarukhán
José, “Las musas de Darwin”; Leakey Richard E., “ Introducción a el origen de las especies” en la
enseñanza de la Biología en la escuela secundaria, SEP, pp. 122-129, 159-170, 283-287, 74-81,
248-274.
Gené A. (1991), “Cambio conceptual y metodológico en la enseñanza y el aprendizaje de la
evolución de los seres vivos”, en Enseñanza de las ciencias, España, 9 (1), pp. 22-27.
ACTIVIDADES SUGERIDAS:
Tema 1. Ideas de los alumnos en torno a la evolución biológica. Recursos materiales para
la enseñanza y el aprendizaje de la evolución en el aula.
1. De
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acuerdo a la lectura “la evolución” de Leticia Durond Smith contestar de manera individual:
¿Por qué se señala que el hombre ha dependido siempre de su relación con otros animales?
En 1809 ¿qué propuso Jean B. Lamarck con respecto a los seres vivos?
Cuáles son los 4 elementos que se mezclaron para dar origen a la vida según Anaximandro y
Empedocles (600-500 AC.)
Cómo se presentaban los trabajos de los naturalistas.
Cuáles fueron las primeras observaciones de Darwin en su visita a las Islas Galápagos,
Mencionar las condiciones para que se desarrolle un proceso de evolución por selección
natural según Darwin.
Mencionar dos aspectos importantes en la teoría Darvinista.
Por qué Darwin no se explicaba cual era el mecanismo que permitía la transmisión de
caracteres de una generación a otra.
Quién da la solución al problema de los rasgos característicos de una generación a otra y
como lo explicaba.
Qué adelantos en Biología produjeron la necesidad de reconstruir la teoría Darvinista
Cuáles son los tres hechos que según el neodarwinismo y el darwinismo sostienen la
existencia de la selección natural como fuerza evolutiva.
A que se llama deriva génica.
Qué procesos se mencionan en la selección como organismos “exitosos” o “fracasados”.
¿Cuáles son las principales críticas al neodarwinismo?
Obtener conclusiones a nivel grupal.
2. Leer la lectura “Problemas asociados a la enseñanza de la evolución en la enseñanza de la
evolución en la escuela secundaria: algunas sugerencias” de Fedro Carlos Guillén.
• Elabore en su cuaderno de conclusiones una tabla enlistando las ideas equivocadas de los
jóvenes sobre la evolución y explicando porque son erróneas.
Ideas de los jóvenes
•
•
¿Por qué está equivocada?
A continuación haga un recuentro de sus experiencias en el salón de clases y enliste en su
cuaderno de conclusiones las ideas erróneas sobre la evolución que más frecuentemente ha
escuchado entre sus alumnos.
Para cada uno de los siguientes párrafos explique en su cuaderno de conclusiones:¿Qué
autor propuso esa idea?, ¿Qué ideas semejantes a oído de sus alumnos u otras personas¿ y
¿Qué elementos históricos influyeron, de acuerdo con su criterio personal, en la postulación
de esa teoría para facilitar la resolución de esta actividad? Analizar el ejemplo inicial.
I. “El hombre es un ser superior, es capaz de pensar y resolver problemas, y ha
evolucionado mucho más que otros animales”
a) La idea del hombre como un ser superior prevalece desde los griegos Anaximandro y
Aristóteles, quienes reconocían seres superiores e inferiores.
b) He leído ideas semejantes, como por ejemplo de algunas personas que se oponían a
Darwin diciendo que era imposible que estuviéramos emparentados con los monos,
ya que el hombre era un ser mucho más capaz y civilizado.
c) Creo que, dado que los griegos observaban al mundo con sus propios sentidos, es
decir, que no contaban con instrumentos sofisticados que les permitieran observar
detalles de la composición y funcionamiento de los seres vivos, lo que saltaba a la
vista era la capacidad del hombre para pensar y comunicarse, lo que les hizo creer en
la existencia de seres superiores e inferiores.
II. “Durante su vida los organismos adquieren características que les ayudan a sobrevivir”.
III.
Los organismos tienden hacia una mayor complejidad y protección”.
3. Darwin y la selección natural. Leer la lectura “Darwin y Wallace” de Fedro Carlos Guillén y
escriba en su cuaderno de conclusiones, el interés que este tipo de texto, donde se presentan
aspectos de la vida cotidiana de los científicos, puede generar en sus alumnos, y la utilidad que
puede tener en sus clases. También conteste las siguientes preguntas:
• ¿Qué hubiera hecho si fuera Darwin?
• ¿Cree que resolvió bien el problema?
• ¿Cree que la condición de científico libera a las personas de los problemas y conflictos de
cualquier ser humano?
• ¿Por qué existe el mito de los científicos como personas alejadas de la realidad, que viven
aisladas en sus laboratorios?
• ¿Cómo podemos modificar esta concepción en nuestros alumnos?
4. El propósito es conocer la influencia que tuvieron Malthus y Wallace en el desarrollo del trabajo
de Darwin.
• En el tema “La evolución es importante que los alumnos comprendan la gran trascendencia
que tuvieron las ideas de Malthus y Wallace en el pensamiento de Darwin y en el desarrollo
de su teoría evolutiva. Para esto se sugiere pedirles que escriban un cuento con dos finales,
en uno deben contar que paso cuando Darwin recibió la carta de Wallace y cuando leyó el
libro de Malthus.
“Ensayo sobre el principio de la población”, y en el otro cuento lo que hubiera pasado si
Darwin no hubiera tenido contacto con estas personas. El maestro puede apoyarse en los
siguientes datos biográficos para proporcionar información a los alumnos:
11
Evento
Nace
Viaje en el Beagle
Lectura de Malthus
Recibe carta de Wallace
Publica “El origen de las Especies”
Muere
Vida de Darwin
Fecha
12/02/1809
27/12/1831 - 2/10/1836
Octubre de 1838
19/06/1858
24/11/1859
19/04/1882
Edad
0
22 - 27
29
49
50
73
5. De acuerdo a la lectura “Las musas de Darwin” de José Sarukhán distinga de acuerdo con lo que
leyó, si las siguientes frases son falsas (f) o verdadera (v):
• La variabilidad individual debe tener una base genética para que se desarrolle el proceso de
selección natural._______
• Las ventajas que aporta una característica no depende del ambiente en el que se desarrolle
el organismo.________
• La selección natural depende de factores limitantes que impiden que todos los individuos
pueden sobrevivir y reproducirse _________
• Los caracteres que varían entre individuos pero que no tienen efectos en su desempeño
también están expuestos a selección natural.________
6. Conteste una vez que ha leído la lectura. (Puede ser un equipo)
• ¿Cuál es la importancia de la variabilidad en el mecanismo de selección natural? ¿Qué
características debe tomar esta variabilidad para estar expuesta a selección natural?
• Discuta la relación entre polimorfismo y especiación.
• ¿Qué significa en términos biológicos “Lucha por la existencia”?
• Describa en pocas palabras en que consiste el proceso de selección natural.
7. Stephen Jay Gould muestra en su libro “El pulgar del Panda” la secuencia de cambios en el
diseño, sufrida a lo largo del tiempo por el famoso personaje de película y tiras cómicas Mickey
Mouse. Explica que los cambios que se aprecian responde a la mayor afinidad que sienten los
seres humanos por rasgos juveniles, como ojos grandes, cráneos redondos y mandíbulas poco
pronunciadas; de tal forma que los niños o animales pequeños nos inspiran, en un principio, más
afecto que los adultos.
Aprovechando esta tendencia el autor, de manera inconsciente los dibujantes transformaron
gradualmente durante 50 años a Mickey Mouse, incrementando el tamaño relativo de su cabeza,
agrandando sus ojos y engordando sus piernas haciéndolo un personaje más juvenil y atractivo
para el público. Para que Mickey Mouse evolucionara fue necesario, primero, que existieran
varias formas de dibujarlo, es decir, que existiera variabilidad y que esa variabilidad tuviera
consecuencias en ser desempeño, de tal forma que algunos dibujos fueran más atractivos al
público, que otros; segundo, que esa variación fuera heredable, en este caso, que diferentes
generaciones de dibujandos pudiera realizar el dibujo con las mismas características, y por
último, que existiera competencia entre distintas clases o marcas de dibujos animados.
•
Investigue el ejemplo bien documentado de la evolución de los personajes de Darwin;
complete la siguiente tabla en su cuaderno de conclusiones, basándose en los ejemplos que
se muestran, y determine la variabilidad existente, la limitante ambiental, o la presión de
selección que impide que todos los individuos sobrevivan y hace una variante sea más
exitosa.
Características
Variables
Presión de
12
Mickey
Dibujos diferentes
con rasgos juveniles
más o menos
Acentuados.
Caballo
Variación
en
la
longitud
de
las
extremidades
y
variación en el punto
de apoyo de las
mismas.
Diferentes
Necesidad
dibujos
de
Pinzones
selección
animados
Compiten por
audiencia,
Aquellos que
Agraden más al
Público venden
Más.
la
incrementar
la
velocidad de carrera.
El hecho de que sus
Extremidades se
Apoyan en el
3er. Dedo y sean más
largas, incrementa la
velocidad
de
los
movimientos
8. Lea el texto “Introducción a el origen de las especies”, escrito por Richard Leakey, que resume el
trabajo de Darwin y las dificultades que enfrentó para lograr la aceptación de su teoría. En su
texto, R. Leakey menciona la aportación a la teoría evolutiva de muchos autores que no hemos
mencionado en el transcurso de este proyecto pero que no por eso dejar de ser muy
importantes. Para no olvidar la idea de estas personas, explique a continuación, en cuaderno de
conclusiones, la contribución de cada uno de ellos:
a) Charles Lyell.
b) August Weisman.
c) Alfred Rusell Wallace.
d) Thomas Huxley.
e) Thomas Malthus.
9. Imagine que existe una población de ratones en la parte medio de una montaña de gran altura,
donde las zonas bajas se caracterizan por el clima caluroso abundantes pastos, y las zonas altas
por un clima muy frío, con nieve y poca vegetación, manteniéndose la zona central con un tipo
de clima y vegetación intermedios. Si en nuestra población existe variación en torno al grosor de
la piel, el color del pelo y los hábitos alimenticios, y de pronto el nivel de sobre población es el
que parte de los ratones se mueve hacia las partes altas de la montaña otros a las partes bajas,
y una tercera parte permanece en la región media, responda en su cuaderno de conclusiones:
• ¿Qué sucedería si esas tres poblaciones se mantuvieran aislados entre sí durante un largo
período de tiempo?
• ¿Qué características tendrían los ratones que habitan cada una de las regiones de la
montaña?
• ¿Qué sucedería si entre la población original no existiera variación?
• ¿Y qué sucedería si no se lograra un aislamiento efectivo entre las tres poblaciones?
• Concluya entonces, ¿Por qué el proceso de selección natural depende de la variabilidad, la
herencia y la sobrepoblación?
• ¿Por qué se pueden originar diferentes especies por selección natural?
10. Nuevas ideas sobre la selección natural: Desarrolle en su cuaderno de conclusiones una práctica
para sus alumnos utilizando como material una maqueta de plastilina, que represente un
ambiente y una población de organismos. Explique las diferencias entre especiación por
aislamiento y especiación de deriva génica, estableciendo en la maqueta las condiciones
ambientales necesarias para que ocurran estos procesos, y detallando de que forma intervienen
en estos fenómenos el azar y la selección natural.
11. Retome la lectura “Introducción a el origen de las especies” de Richard E. Leakey y responda en
su cuaderno de trabajo las siguientes preguntas:
• ¿Qué es un polimorfismo y que relación guarda con la teoría neutralista?
• ¿Además de la teoría neutralista y el equilibrio puntuado, que otros aspectos menciona
Leakey como puntos de discusión en Biología evolutiva?
12. A lo largo de este trabajo hemos revisado la forma en que han ido surgiendo y modificándose las
ideas sobre la evolución de los seres vivos. A manera de resumen, elabore en su cuaderno de
conclusiones una cronología de estas ideas en forma de tabla, indicando la fecha en que se
postuló la idea, su autor, una breve explicación de esa idea, y las pruebas que existen a su
favor.
Conclusión. Como hemos visto, la teoría de la evolución se ha ido modificando a lo largo del
tiempo. Sin embargo, podemos distinguir cinco etapas fundamentales:
13
a) La etapa predarwinista, en donde la mayor parte de las ideas en torno a la evolución estaba
ligada a la existencia de un creador o fuerza divina.
b) La etapa darvinista, que inicia con la publicación del “El origen de las especies” por Charles
Darwin, y en la cual podemos incluir los años de polémica y cuestionamiento a los que
estuvo expuesta la teoría de la selección natural, hasta su final aceptación.
c) La etapa sintética, en la década de los 30 y 40, cuñado se produce la teoría sintética de la
evolución, en la que se unieron a los postulados básicos de Darwin, los conocimientos de la
genética mendeliana, la paleontología y otras disciplinas.
d) La etapa del endurecimiento de la síntesis evolutiva en la que todo cambio evolutivo era
explicado a partir del cambio gradual y la acción de la selección natural.
e) La etapa de crítica a la teoría sintética y propuesta alternativa, que se caracteriza por la
producción de nuevos descubrimientos e idea que cuestionan el papel de la mutación, el
azar, la selección natural y el cambio gradual en la evolución biológica, etapa en la cual nos
encontraremos actualmente.
13. Elabore en su cuaderno de trabajo un cuadro sinóptico donde resuma los principales ideas
revisadas en este trabajo ayúdese siempre con dibujos.
14. De acuerdo al material que se proporciona sobre “El cambio conceptual y metodológico en la
enseñanza y el aprendizaje de la evolución de los seres vivos”.
• Leer primeramente de manera individual haciendo un análisis lo más claro posible sobre todo
en el anexo en el cual se presentan algunas actividades del programa-guía diseñado para
trabajar el tema de la evolución de los seres vivos por selección natural.
• Seleccione dos problemas que sean de su agrado diferentes a los 3 ya planteados y realice
las actividades que sean necesarias tome en cuenta el seguimiento de la misma metodología
para realizar su proyecto.
• Si es necesario emita una hipótesis que permita dar respuesta a la cuestión que se trate.
• Se recomienda hacer el trabajo por equipo.
• Haga conclusiones a nivel del grupo.
14
MATERIAL
DE
APOYO
-
15
16
LA HISTORIA DE UNA CARTA
Tal como ocurre con los seres humanos, hay
cartas destinadas a la gloria mientras que
otras, la mayoría sufren nuestro olvido. “En
primer lugar, a la pregunta de si te dejo
patinar te contesto rotundamente que no. Soy
demasiado celoso para permitir tal cosa. Yo no
sé patinar y, aunque supiera, no tendría
tiempo para acompañarte, y alguien habría de
hacerlo, de modo que olvídalo”, le escribió el
doctor Sigmund Freud a su novia Martha en
1885, sin sospechar que su fama como padre
del psicoanálisis le jugaría la mala pasada de
permitirnos al resto de los mortales la
oportunidad de conocer sus limitadas normas
de tolerancia.
Una carta trasciende a sus contemporáneos
porque ha sido escrita por un gran hombre
como freud (aunque no le gustara patinar),
porque contiene ideas notables o, en
ocasiones, por ambas cosas. La carta de que
nos ocupamos es sin duda una de las más
famosas que registra la historia de la ciencia y
fue llevada al puesto de correos de Ternate –
una isla de tamaño de un dedal, pérdida en el
archipiélago malayo- por un hombre alto de
barba crecida, el viernes 12 de marzo de
1858. El destinatario en Inglaterra era nada
menos que Charles Darwin, conocido por
todos nosotros como el indudable autor de
teoría de la evolución.
El remitente de extraordinario documento era
un joven naturalista ingles llamado Alfred
Russel Wallace, que se encontraba en el
archipiélago malayo desde 1854. Wallace se
dedicaba a formar colecciones de aves, de
reptiles y sobre todo de insectos, que luego
mandaba a Europa con el propósito de
comercializarlas entre los coleccionistas y los
museos, y así ganarse la vida.
un ser divino y no habían cambiado desde los
tiempos de la creación. Esta era la explicación
que la iglesia, y en consecuencia sus fieles,
aceptaban. No era sencillo desafiar estas
ideas; el mismo Darwin pasó tragos amargos
cuando le explicó a su esposa Emma
Wedgwood su teoría evolutiva, ya que ella era
una fiel cristiana y no estaba muy segura de
que las ideas de su cónyuge fueran
aceptables.
No obstante, a lo largo de la historia de los
seres humanos siempre han tenido el muy
saludable impulso de poner en duda las
verdades que se consideran establecidas. Esta
época, por cierto, es una de las características
más notables de la investigación científica. En
el caso de la inmutabilidad de las especies no
faltaron algunas voces que se alzaron
cuestionando esa idea.
A finales del siglo XVIII Erasmus Darwin,
abuelo de Charles, escribió un ensayo sobre la
evolución. Don Erasmus no era un hombre
común: tartamudeaba al hablar, fue miembro
fundador de una sociedad llamada Los
Lunáticos y acostumbraba escribir sus ideas
científicas en formas de versos. No obstante,
se anticipo a muchos en cuanto a la idea de
que las especies podían evolucionar.
En 1809 el francés Jean Baptiste de Lamarck
publico un libro en el que sugería que los
seres vivos no eran inmutables. Planteaba que
en las especies había un deseo de mejoría y
que en las características que los organismos
adquirían a lo largo de su existencia podían
legarse a sus descendientes. Las ideas de
Lamarck eran esencialmente equivocadas,
pero su trabajo abrió una brecha que ya no se
cerraría.
Sin embargo, Wallace tenia tiempo para otras
actividades; una de ellas, quizá más
importante
que
sus
asombrosos
40
especímenes al día, era la de reflexionar sobre
la manera en que las especies se originaran,
sin
duda
el
problema
biológico
más
inquietante de su época.
Existe la evidencia bien documentada de que
antes de que Darwin publicara su libro El
origen de las especies se habían producido
más de veinte trabajos sobre temas
evolutivos. Algunos, como vestigios de la
historia natural de la creación, escrito por
Robert Chambers (por cierto, de manera
anónima),
estaban
plagados
de
ideas
incorrectas. Chambers estaba convencido, por
ejemplo, de que podía producir la vida en su
laboratorio.
Sus
contemporáneos
despedazaron sus ideas científicas sin ninguna
misericordia. Sin embargo, el tema de la
evolución de los organismos había salido por
fin del armario y era parte de las discusiones
públicas entre los científicos de la primera
mitad del siglo XIX.
Tradicionalmente se creía que las especies
eran inmutables, es decir que habían sido
creadas unos cuanto miles de años atrás por
Podemos decir que en el momento en que
Alfred Russel Wallace le puso los timbres a su
carta algunos hombres de ciencia habían
Alfred era un hombre trabajador, ya que en
los ocho años que permaneció en Asia colecto
nada menos que 125660 especímenes. Con la
paciencia, el tiempo y la ociosidad suficientes
podremos calcular que obtenía más de 40
ejemplares por día de trabajo, lo que no deja
de ser prodigio de la recolección.
17
sugerido que los organismos cambiaban en el
tiempo, pero que nadie en este planeta sabía
como se realizaban esos cambios.
Por lo menos eso pensaba Alfred.
Wallace sólo había visto una vez a Darwin en
el museo Británico, pero sabia que investigaba
las variedades de las especies y por ello le
escribió algunas cartas en 1857 planteándole
sus ideas. Darwin contesto que sobre la
cuestión del cambio de las especies venia
reflexionando desde hacia veinte años, pero
que era imposible explicar su pensamiento en
la extensión de una carta. Esto no era
esencialmente cierto, ya que el 5 de
septiembre de este mismo año le envío una
carta
a
Asa
Grey,
un
científico
norteamericano, en la que exponía su teoría
del cambio de las especies, pidiéndole que no
divulgara. Parecería que Darwin no confiaba
en Wallace. ¿Por qué?
Wallace siguió dándole vueltas al asunto y –
según cuenta- en febrero de 1858 sufrió
severos ataques de fiebre. De pronto le vino a
la memoria un pasaje escrito por Thomas
Robert Malthus, un economista ingles que
proponía que en las poblaciones humanas los
alimentos crecen con menos velocidad que la
cantidad de los individuos de la población, por
lo que dentro de los grupos humanos se debe
generar una lucha por la existencia para
hacerse de dichos recursos. Las ideas de
Malthus, a pesar de que era clérigo, a veces
no eran muy cristianas: proponía abolir las
leyes que subsidiaban a los pobres y les
recomendaba no casarse si no estaban en
condiciones de mantener a una familia. Es por
ello que su famoso libro Ensayo sobre el
principio de la población, fue recibido con
fuertes críticas en Inglaterra, sobre todo por
la iglesia.
Al leer a Malthus, Wallace no penso en los
pobres, sino en la capacidad de las
poblaciones de crecer exponencialmente...
siempre que no haya fuerzas que lo impidan.
Y entonces lo tuvo todo claro.
Wallace se dio cuenta (y cálculo) que una
pareja de aves se podía multiplicar en quince
años hasta un número de diez millones. ¿Por
qué entonces el número de aves se mantenía
constante en el tiempo y no crecían hasta
límites infinitos? La respuesta que
Encontró era sencilla y genial: En las
poblaciones
había
variaciones;
algunos
organismos eran más veloces, otros se
ocultaban mejor en su medio. Estas
variaciones
benéficas
permitirían
el
crecimiento y la reproducción de los individuos
18
que las poseyeran en la relación con aquellos
otros individuos con variaciones nocivas. En la
población se generaba una lucha por la
existencia en la que solo los mejores
sobrevivían y extendían en la población sus
características ventajosas. La mortandad de
los menos adaptados era el factor que
mantenía constante el tamaño de la
población.
Wallace se levanto de la cama y todavía
enfermo escribio estas ideas utilizando quince
cuartillas de papel. Llamo su ensayo “Sobre la
tendencia de las variedades a diferenciarse
indefinidamente del tipo original”, lo metió en
un sobre y –junto con la petición a Darwin de
que si lo conmiseraba adecuado le hiciera
llegar el ensayo a Charles Lyell, el mejor
geólogo de su tiempo- entró con paso firme,
no solo a la oficina de correo de Ternate, sino
a la historia de la biología.
Charles Darwin era un hombre de costumbres
fijas. El viernes 18 de junio de 1858, lo mismo
que todos los días, se sentó en su sillón a
revisar la correspondencia. Encontró el grueso
sobre de Wallace y se dispuso a leerlo. Al
terminar, su rostro estaba demudado; el
impacto de una bomba no podría haberlo
afectado más: línea por línea descubrió que
las idea enviadas por el joven Alfred Russel
Wallace coincidían exactamente con las
conclusiones a las que había llegado después
de veinte años de trabajo. Su cautela (no
olvidemos la discusión con su mujer) le había
impedido publicar sus ideas. Ahora un hombre
de apenas 35 años le explicaba su propia
teoría en una carta y lo enfrentaba a la
terrible posibilidad de perder la prioridad de la
teoría evolutiva.
Esa misma tarde Darwin mando una carta a
uno de sus grandes amigos, Charles Lyell, el
eminente geólogo que había demostrado,
entre otras cosas, que la tierra era mucho
más vieja de lo que la gente creía. En el siglo
XVII el arzobispo James Ussher había
calculado, por ejemplo, con métodos que el
solo entendía, que la tierra había sido creada
en el año 4004 a. C., precisamente el 23 de
octubre. Desde luego no aclaró el espinoso
asunto acerca de las actividades de Dios en
marzo o septiembre del 4004 a. C.
“Sus palabras han resultado ciertas con el
agravante de que se me han adelantado”,
escribió Darwin a Lyell. Con esta frase, en la
que refleja un toque de angustia. Darwin inició
una serie de cartas que parecían revelar un
enorme conflicto esquizofrénico; por un lado,
veía con desesperación como veinte años de
trabajo y tres de preparar un manuscrito
donde exponía la misma idea se iban por la
borda: “No hay nada en el esquema de
Wallace que no este mucho más completo en
el mío que pase en limpio en 1844”, escribió
el 25 de junio. Por otro lado, Darwin deseaba
comportarse como el caballero que era y no
despojar a Wallace de la prioridad histórica:
“No seria honrado publicar ahora”, escribió el
26 de junio, y tres días más tarde agrego: “Es
una bajeza de mi parte preocuparme por la
prioridad”.
Las cartas en las que Darwin expresaba sus
temores fueron enviadas a Lyell y Joseph
Hooker, un botánico amigo. Charles acudía a
sus compañeros en busca de consejo y de una
salida honorable. De hecho –y esta es mi
interpretación- indujo a que los personajes
tomaran la extraordinaria decisión de leer el
ensayo de Wallace y algunas ideas de Darwin,
escritas en 1844 y 1857 (la famosa carta a
Asa Gray) ante la sociedad Linneana, una
agrupación de científicos que se congregaba
mensualmente para analizar las novedades
que se producían en el mundo de la ciencia.
Esta lectura se realizó el 1º de julio de 1858,
apenas 13 días después de que Darwin
recibiera
la
carta.
La
decisión
era
extraordinaria porque a Alfred Russel Wallace
no se le consulto jamas.
La respuesta de la Sociedad Linneana fue
gélida; nadie hizo cuestionamientos o entro en
polémicas. Sin embargo, Darwin inició a
finales de julio la redacción de un manuscrito
que se publicaría (y se agotaría) el 24 de
noviembre de 1859 bajo el nombre de El
origen de las Especies, texto que sentaría las
bases de la biología moderna... Pero esa es
otra Historia.
Las interpretaciones históricas ante el
comportamiento de Darwin son extremas. Hay
quien piensa, por ejemplo, que oculto
deliberadamente la fecha en la que llegó a sus
manos la carta de Wallace a fin de ganar
tiempo y poder preparar su propio ensayo.
Con la minuciosidad de un detective, J. L.
Brooks investigo que la carta de Wallace llegó
a Londres el 14 de mayo de 1858 y concluyo
que debería haber sido recibida en Down, el
hogar de Darwin a unas millas de Londres,
solo unos días después, y no el 18 de junio.
Otros sostienen, en cambio que Charles se
comporto
como
un
perfecto
caballero
victoriano y se deslindo del asunto dejándolo
en manos de Lyell y Hooker, quienes tomaron
la decisión más correcta.
Mi personal impresión es que ninguna de las
dos alternativas mencionadas describe con
verdadera claridad los hechos. Darwin siempre
dio muestras de rectitud y es muy difícil
imaginarlo
cometiendo
un
acto
deliberadamente deshonesto. Pero es claro
que no se comporto en forma adecuada, ya
que en ningún momento penso consultar a
Wallace (que era lo correcto) para tomar la
decisión de incluir su propio trabajo en la
lectura ante la Sociedad Linneana. Por otro
lado, es cierto que, en estricto derecho, la
prioridad le correspondía, y el mismo Wallace
lo reconoció en una carta fechada en 1887:
“En aquel tiempo yo no tenia ni la más remota
idea de que él (Darwin) había llegado ya a
una teoría definida, y aun menos de que esta
era la que se me había ocurrido de repente
Ternate en 1858... No es que hubiera pensado
en morirme, pero si pensaba en desarrollar la
teoría de todo lo posible cuando había
adelantado tanto. Puedo decir ahora, como
dije hace muchos años, que me alegro de que
fuera así; porque yo no siento el amor por el
trabajo, por la experimentación y el detalle
que eran tan preeminentes en Darwin y sin los
cuales nada de lo que yo hubiera escrito
habría convencido al mundo”.
Resulta
interesante
comparar
las
interpretaciones históricas que analizan los
caminos por los que Darwin y Wallace
arribaron a una teoría común. Se sabe que
Darwin realizo un viaje de juventud que
habría de ser definitivo en la construcción de
su teoría, que acumulo, a lo largo de muchos
años y con paciencia infinita, evidencias que
apoyaron sus ideas, y se asume que a partir
de este gran cuerpo de datos sistematizo su
teoría siguiendo una lógica inductiva. Se cree
que Wallace, en cambio, necesito un par de
semanas
para
llegar
a
las
mismas
conclusiones y todo fue producto de un
chispazo inspirado en la lectura de Malthus
(como chispazos fueron la manzana de
Newton o la mano de Arquímedes subiendo en
la tina mientras se daba un baño).
Lo anterior es falso y verdadero a la vez. Hoy
sabemos que Darwin también recibió un
impulso eléctrico al leer a Malthus y que
Wallace pensaba en la idea del cambio de las
especies desde 1845.
En esto nos sugiere que la ciencia no se
construye a partir de ideas geniales que se le
ocurren a algún hombre calvo con cara de
lunático sin ningún antecedente que las
justifique. La ciencia tampoco se basa en la
acumulación lineal de evidencia. Es en la
posibilidad de interpretar esta evidencia. Es
en la posibilidad de interpretar esta evidencia
dentro de un contexto de ideas como adquiere
sentido el pensamiento científico.
19
UNA FAMILIA MUY POCO
MALTHUSIANA
Frecuentemente tenemos a recordar a algún
personaje por sus acciones más conspicuas.
Evocamos, por ejemplo, al general Zaragoza,
con sus anteojos redondos, masticando la
pólvora que ahuyento a los franceses en la
batalla de puebla el 5 de mayo de 1862. Sin
embargo, prácticamente nadie sabe a que se
dedico su vida don Ignacio antes de
defendernos gloriosamente, lo cual fue su
suerte después de esta significativa fecha (de
hecho, murió de tifo ese mismo año).
Para Wallace las cosas no fueron muy
diferentes; sin duda el hecho más conspicuo
en su vida es el envío de la carta a Darwin en
marzo de 1858. Es por ello que aparece
fugazmente en los libros de texto escolares. A
diferencia de lo que mucha gente piensa, ese
episodio no concluyó su aportación su
aportación a los estudios biológicos. Después
de todo, un hombre que viajo más de 30 mil
kilómetros a lo largo de su vida, que escribió
un total de 10 mil paginas impresas, que
invadió campos tan diversos como la
geografía, la antropología, la critica social y el
espiritismo, no era un ser ordinario. No puede
ser ordinario alguien al que Gilbert K.
Chesterton,
el
genial
novelista
ingles,
describió como “uno de los grandes
revolucionarios del pensamiento científico y
social”.
Hagamos pues un repaso de la vida de este
notable naturalista.
Alfred Russel Wallace nació –en el seno de
una familia que contravenía todos los consejos
del reverendo Robert Thomas Malthus- el 8 de
enero de 1823, en la ciudad de Usk, en Gales,
Gran Bretaña. Los Wallace no tenían mucho
dinero y si muchas necesidades, ya que la
familia estaba formada por nueve hermanos,
de los cuales Alfred era el octavo.
En 1828el padre de Alfred decidió cambiar de
aires y dirigirse con su prole a Hertford, y en
1837 la familia se mudó a Londres. En ese
momento Alfred se enfrento a la necesidad de
mantenerse a sí mismo y abandono la escuela
(de la que por cierto no tenia muy buena
opinión).
Ese mismo año regreso a Gales para colaborar
con su hermano William y se dedico a
aprender los secretos de la topografía. William
Wallace, dadas sus opiniones filosóficas y
profundas
ideas
liberales,
ejerció
una
saludable influencia en el joven Alfred, quien
cuenta que a partir de ese momento perdió
toda capacidad de modificar su pensamiento
20
por perjuicios religiosos o por la influencia
clerical. Este aprendizaje seria definitivo para
aceptar más tarde que las especies no eran
inmutables, como creía la iglesia.
No estaba mal: solo tenia 14 años.
Para cumplir su trabajo Alfred realizaba por el
sur de Inglaterra recorridos que marcarían su
destino como un hombre interesado en
conocer los secretos de la naturaleza. Se
aficiono a la botánica y empezó a realizar
colectas de diversos ejemplares.
En el año de 1843 no fue el mejor en la vida
de Alfred; su padre falleció y su hermano
William se vio en la necesidad de pedirle que
dejara su empleo, dada la falta de ofertas de
trabajo. Para hacer frente a sus necesidades
económicas tomo el camino de la docencia y
se dirigió a Leicester, donde, 1844, se
convirtió
En maestro de niños acomodados. Alfred les
daba clases de ingles y de dibujo. Pero eso no
era todo; él mismo relata que los llevo a una
conferencia sobre mesmerismo, una doctrina
espiritualista creada por Mesmer, un médico
alemán, pionero del hipnotismo, a finales del
siglo XVIII. Durante las pláticas Wallace
“mesmerizo” a sus alumnos y los hizo entrar
en trance hipnótico. Sin duda no era un
maestro ordinario. (Alfred era aficionado a
fenómenos sobre la existencia espiritual y por
esta razón recibió grandes criticas. Pero esto
lo veremos más adelante.)
Wallace era un lector apasionado y pasaba
muchas horas en la biblioteca de Leicester. En
esta época leyó el libro de Malthus que lo
conmovería años más tarde. En la biblioteca
de Leicester, Alfred no solo encontró
información sino también un adolescente que
se convertiría en su amigo y seria
determinante en su futuro: Henry Walter
Bates.
Bates, a pesar de su corta edad, era un
espléndido
entomólogo
-especialista
en
insectosy
rápidamente
compartió
conocimientos
con
su
nuevo
amigo,
introduciéndolo
en
el
estudio
de
los
escarabajos. Sin embargo otra muerte la de
su hermano William, determinó que Wallace
abandonara Leicester para trabajar con otro
hermano, John, en Gales. En esta época
escribió su primer ensayo científico, en el que
relataba la captura de Trichius fasciatus, un
insecto
galés...
Estaba
definitivamente
atrapado en su vocación de naturalista.
Para completar su preparación Alfred dedico a
leer obras científicas: reviso los trabajos de
Lyell sobre geología, el diario de viajes de
Charles Darwin y una obra que lo
impresionaría profundamente: Los vestigios
de la historia natural de la creación, de Robert
Chambers, que, como hemos visto, era un
libro lleno de impresiones, pero deposito en
Wallace la semilla del pensamiento evolutivo.
21
EL NATURALISTA CURIOSO
Después de dos años de trabajo Alfred y su
amigo Henry decidieron emprender una
expedición al Amazonas para recolectar
especímenes y venderlos en Europa. En marzo
de 1848 se embarcaron hacia Brasil y llegaron
al puerto de Para (hoy Belem) en mayo de ese
mismo año. El objetivo que se había
propuesto Wallace –además de procurarse un
modo honesto de vivir- era muy claro: reunir
evidencias para resolver el problema de
origen de las especies.
Alfred permaneció los siguientes cuatro años
realizando colectas en la selva de Brasil. La
diversidad
biológica
del
amazonas,
infinitamente mayor que la que él conocía en
Europa, lo deslumbró. A lo largo de este
tiempo emprendió largas expediciones y logro
reunir una magnifica colección de insectos. En
1852 padeció varias enfermedades y decidió
regresar a Inglaterra (Bates se quedaría en
Sudamérica hasta 1859). Al llegar a Pará se
encontró con que, por un mal entendido
aduanal (la eficiencia de las aduanas tampoco
ha cambiado con los años), la mayoría de sus
colecciones se encontraban detenidas en el
puerto. Supongo que paso un mal rato pero
finalmente se embarco con sus posesiones en
julio de 1852, sin imaginar que lo peor aún no
llegaba. En efecto, si algo puede ser más
molesto que un agente aduanal, es que el
barco en que viajaba a Europa se incendie y
se hunda a la mitad del océano. Exactamente
eso sucedió el 6 de agosto de 1852 con el
barco de Wallace, quien perdió sus colecciones
y cerca estuvo de perder la vida, ya que paso
diez días en un bote salvavidas sin agua y
alimentos, Cuando subió al velero que lo
rescató, Alfred llevaba consigo un sextante y
algunas notas de viaje. El resto de sus tesoros
se perdió en medio del Atlántico. Por cierto, el
barco que lo rescato también estuvo a punto
de hundirse, ya que fue sacudido en su viaje a
Inglaterra por varias tormentas. Sin embargo,
logro llegar a su destino y deposito a Wallace
en suelo inglés sano y salvo... pero algo
deprimido.
Los siguientes dos años los invirtió Wallace en
descansar, visitar museos y escribir; también
asistió a reuniones científicas y conoció a
Darwin. Preparo artículos sobre su viaje y
escribió sobre temas tan diversos como los
monos, las mariposas y la costumbre de los
indios de alimentarse con insectos. Por
primera vez señalo aspectos que empezaban a
llamarle la atención acerca de la distribución
de las especies. Pero sus obras más
importantes de la época son un par de libros:
Las palmas del Amazonas y Narraciones de
22
viajes en el Amazonas y el río Negro. Con la
terquedad propia de un hombre que ha nacido
naturalista, Wallace decidió emprender otra
expedición a los trópicos. Eligió el Archipiélago
malayo, zona descrita tan fecundamente por
el escritor Emilio Salgari en sus novelas de
aventuras, en las que unos piratas –los tigres
de Mompracem- se dedican a hacerle la vida
imposible a los hijos del imperio británico.
Gracias a la ayuda económica de la Real
Sociedad Geográfica inglesa, Wallace salió
hacia Singapur. Corría el mes de marzo de
1854.
El archipiélago malayo esta constituido por un
gran conjunto de islas. Las más grandes son
Borneo y Sumatra, aunque existe una
inmensa variedad de islas más pequeñas
entre las que se cuentan las Celebres y las
Molucas, así como la zona norte de Nueva
Guinea. En las islas predomina el relieve
montañoso y hay númeroso volcanes. En
1883, poco más de veinte años después de
que Wallace dejara el archipiélago (para su
fortuna), uno de estos volcanes, el Krakatoa,
ubicado en la isla de Rakata, entre Java y
Sumatra, entro en erupción. La explosión fue
tan violenta que redujo casi a la mitad el área
de la isla y las cenizas arrojadas dieron tres
vueltas a la tierra, produciendo atardeceres
notables a lo largo de ese año en todo el
mundo.
La temperatura promedio anual en el
archipiélago es de 26 grados centígrados y las
lluvias son muy frecuentes. El archipiélago
malayo es atravesado por el ecuador, es decir
la latitud geográfica 0º, y esta es una buena
noticia para un naturalista, ya que algo que
Humboldt, Darwin y el propio Wallace sabían
es que el número de especies por unidad de
superficie se incrementa hacia las áreas de
baja latitud y disminuye en las altas latitudes.
Y Alfred llego a Malasia precisamente en
busca de especies. Claro que si el señor
Wallace pretendiera cumplir con su objetivo el
día de hoy seguramente se encontraría con el
razonable veto de muchas sociedades
ambientalistas. Pero eran otros tiempos.
Se puede decir entonces que Alfred Russel
Wallace, en el archipiélago malayo, en 1854,
era el hombre correcto en el lugar preciso y el
momento adecuado.
Al llegar a Singapur Wallace encontró una
ciudad que representaba un mosaico de razas,
religiones y costumbres. El gobierno y la
guarnición de la ciudad de los ingleses pero la
mayoría de los habitantes eran chinos;
algunos
de
ellos
comerciantes,
otros
artesanos y casi todos agricultores. También
encontró
hindúes,
árabes
y
muchos
portugueses, ya que el archipiélago había sido
colonizado por Portugal.
El puerto seguramente era un espectáculo
impresionante; Alfred observo navíos de
guerra, barcos mercantes, buques malayos y
juncos chinos. La ciudad estaba construida
con grandes edificios públicos, iglesias,
mezquitas y templos hindúes. Había también
casas de juegos y grandes bazares. El joven
Wallace estaba encantado; descubrió que los
bazares chinos, atendidos por los hombres de
coleta,
gordos
y
rozagantes,
ofrecian
mercancías a precios más baratos que en
Inglaterra. Si Alfred hacia una compra, cada
vez que volvía a pasar por la tienda era
saludado por el comerciante que lo invitaba a
tomar un té (actitud notablemente diferente a
la
de
nuestros
terribles
vendedores
modernos).El joven naturalista descubrió
costumbres extrañas (porque extraño es que
los sastres se sienten debajo de una mesa
para trabajar), fue el zapatero y el barbero y
encontró excelente el servicio. En fin, Wallace
conoció una ciudad maravillosa que se
presentaba como el tapete de bienvenida para
una estancia de ocho años y más de 20 mil
kilómetros de recorrido.
Como hemos visto al inicio de este libro,
Alfred trabajo de firme durante su estancia en
el archipiélago malayo, recorrió prácticamente
todas las islas y describió nuevas especies.
Fue uno de los primeros europeos en obtener
un ave de paraíso y cazo orangutanes en
Bordeo (por cierto, con técnicas ligeramente
crueles). En sus expediciones observo la
impresionante diversidad biológica; él mismo
cuenta que en un día de trabajo obtuvo ¡76
especies diferentes!, Y que en el Borneo, en
un área de kilometro y medio, colecto casi dos
mil especies.
Cuando la lluvia o las fiebres no lo dejaban
salir a trabajar, Wallace escribía. Se han
registrado 53 documento enviados a Europa
con información científica, correspondientes al
periodo de su estancia en Malasia. Destacan
las cartas en las que aportaba datos de sus
colectas, diarios de viaje, la descripción de
nuevas especies e informes sobre los hábitos
de algunos animales, como los orangutanes.
el de la a parición de nuevas especies, y
fueron sus observaciones sobre la distribución
de los organismos en el amazonas y el
archipiélago malayo las que le dieron la
respuesta: “Cada especie se ha originado en
tiempos y espacios coincidentes con otra
preexistente cercanamente relacionada.” En
pocas palabras, Wallace proponía el bosquejo
de una teoría evolutiva.
Las ideas de Alfred se publicaron en una
revista inglesa en septiembre de 1855, y no
despertaron una gran reaccion. Lyell le señalo
a Darwin el trabajo de Wallace y lo previno
acerca de una posible perdida de prioridad en
su teoría. Cuando Wallace le escribió a Darwin
en 1857, este le contesto que su articulo le
parecía, en términos generales, correcto y con
conclusiones similares a las suyas propias. Sin
embargo, ya vimos que no quiso ofrecer
detalles acerca de su teoría.
El segundo gran trabajo que produjo Wallace
en el archipiélago malayo fue su ensayo
“sobre la tendencia de las variedades a
diferenciarse
indefinidamente
del
tipo
original”. En la introducción de este libro
analizamos ya que el efecto que causo con su
articulo, pero podemos repetirlo: fue la bomba
que desencadeno la publicación de la teoría
evolutiva.
Después de ocho años de trabajo Wallace
decidió que ya iba siendo tiempo de regresar.
Al desembarcar en Inglaterra, en febrero de
1852, su figura era ya célebre en los círculos
científicos. Se lo reconocía como el autor de
una teoría evolutiva obtenida por medios
independientes a la de Charles Darwin –que
en esos momentos libraba su lucha de
aceptación-, y además se le daba un enorme
reconocimiento como coleccionista y escritor
científico. Pero Wallace no era un hombre rico
y debía trabajar para mantenerse. Para
hacerlo de manera decorosa, se dedico a
escribir y dar conferencias, además de
estudiar sus colecciones.
Dos son los documentos esenciales que
escribió Alfred en esa época. El primero,
redactado en febrero de 1855, se llamo ”sobre
la ley que regula la introducción de nuevas
especies”. En una carta a su amigo Bates
comenta: “mi articulo es, por supuesto, solo el
anuncio de la teoría, no su desarrollo.” El
problema que Wallace pretendía resolver era
23
DE VUELTA EN INGLATERRA
EL ESPIRITISTA CIENTIFICO
En 1866 Alfred se caso con Annie, la hija de
un amigo suyo, el botánico William Mitten, y
decidió que la vida en Londres era poco
atractiva, por lo que se mudo a una zona
rural. Con Annie tuvo tres hijos, uno de los
cuales murió al los 4 años de edad.
En 1870 Alfred fue nombrado presidente de la
sociedad Entomológica de Londres, cargo que
habría de conservar hasta 1872. Dos años
más tarde sorprendió a todos con una vuelta
de tuerca en su vida y publicó Milagros y
Espiritismo Moderno, libro en el que reunió
una serie de ensayos en los que planteaba sus
creencias acerca de la vida de los espíritus.
En 1869 publico un libro considerado como
clásico en lo que a narraciones de viajes se
refiere, El archipiélago malayo, en el que
presenta todas sus impresiones respecto a su
experiencia en Asia.
Un año más tarde reunió una serie de diez
ensayos, casi todos ya publicados, en el libro
Contribuciones a la teoría de la selección
natural. En ese trabajo Wallace se encargo de
aportar evidencia para sostener la teoría
evolutiva de la que es considerado, digamos,
el segundo padre. En la introducción de su
texto Wallace explicaba que mientras algunos
le daban más crédito del que merecía, otros
(llamémoslos los villanos) planteaban que, a
pesar de haber propuesto la teoría de la
selección natural, no era capaz de darle un
uso a esa teoría. Para demostrar que se
equivocaban
Wallace
presentaba
a
la
consideración del público lector sus ensayos.
El libro es un gran collage en el que se
describen observaciones sobre la capacidad de
los organismos para confundirse con el
ambiente, se comparan los patrones de
anidacion de las aves con la habilidad humana
para la construcción, se analiza el instinto de
los animales y los seres humano y,
finalmente, las limitaciones que para Wallace
tenia la teoría de la selección natural aplicada
a los seres humanos. Este fue un tema en el
que polemizo con el mismo Darwin ya que
Alfred no creía que estructuras tan complejas
como la mete humana, la voz y el uso de los
miembros, pudieran haberse originado por
medio del proceso evolutivo. Los ejemplos que
Wallace utilizaba eran fascinantes; hablaba
por ejemplo de la capacidad para elaborar
concepciones abstractas como la de la
eternidad o de la posibilidad de sentir placer
ante una composición artística, y se
preguntaba como puede favorecer la selección
natural el desarrollo de habilidades mentales
que no tenían ningún uso en las etapas
primitivas del hombre.
Desde luego se equivocaba, pero debemos
entender que en esos tiempos resultaba muy
difícil sustraerse a la idea de que el ser
humano (y sobre todo los ingleses) eran
criaturas aparte dentro del mundo de los
seres vivos.
24
Una decisión tan extraordinaria requería una
explicación, y Alfred se encargo de darla en la
introducción de su libro. Aclaro en primer
lugar que sus creencias no se basaban en
perjuicios religiosos sino en hechos tangibles y
reales. Preocupado por una critica que Anton
Dohrn, un científico alemán, le planteo en
términos de la incompatibilidad entre la
selección natural y el espiritismo, Wallace
puntualizo que sus divergencias con la opinión
de Darwin no tenían ninguna relación con su
aceptación de la clarividencia, los milagros y
las apariciones de fantasmas.
Si algunos de ustedes, lectores, después de
ver lo anterior, dejan este libro en el rezago y
piensan con cierta condescendencia: “Pobre
Wallace, se volvió completamente loco”, me
darán razones suficientes para ofrecer una
explicación.
Cuando en 1844 Wallace se enfrento al
mesmerismo, quedo convencido de que
existen fuerzas invisibles para nuestros ojos
escépticos. más aun, en su declaración de
principios planteo que, si un hombre honesto
Relata su observación de una serie de hechos,
por inverosímiles que parezcan, no se lo
deberían descalificar como un impostor o peor
todavía, un imbécil, con el solo uso de
prejuicios, ya que los hechos científicos tienen
su base en la evidencia.
Que seria del avance científico si se aceptaran
estos rechazos sistemáticos, se preguntaba
Alfred.
No es que Wallace creyera en lo sobrenatural;
simplemente
pensaba
que
ciertos
acontecimientos extraordinarios, como la
aparición de fantasmas, no eran más que
hechos
físicos
que
debían
tratar
de
comprenderse por medio s científicos. Es
decir, era un espiritista científico, y a la tumba
se fue como tal. El hecho es que muchos de
sus contemporáneos se decepcionaron del
curso que tomaban las ideas de Wallace.
EL BIOGEÓGRAFO
Los animales y las plantas no se distribuyen
en el planeta de manera azarosa. Un esquimal
jamas podrá capturar un camello en alguna de
sus trampas y (para su fortuna) un beduino
no perderá la vida en las fauces de un terrible
oso polar. Es claro que los organismos difieren
de acuerdo con el sitio que habitan. Las islas,
por ejemplo, son lugares en los que
habitualmente
existen
organismos
característicos que es difícil encontrar en otros
lugares. Cada continente posee especies
endémicas, es decir que solo habitan en esa
zona. Las reglas para comprender estos
patrones e distribución son esencialmente
simples: Mientras más cerca del ecuador se
encuentre una zona, mayor diversidad de
especies existirá. Sin embargo, esto no
explica porque un país como México, ubicado
en una latitud mayor que Brasil, cuenta con
mayor riqueza de mamíferos y reptiles. La
respuesta se halla en el hecho de que nuestro
país es límite de dos zonas biogeográficas y
esto determina diferentes condiciones que
permiten una gran abundancia de organismos.
Una región biogeográfica se define por sus
diferencias en cuanto a los seres que habitan
una zona del planeta, y la biogeografía es la
disciplina que estudia estos patrones de
distribución.
Alfred Russel Wallace fue pionero en estos
estudios y se convirtió en uno de los primero
investigadores que propuso la división del
mundo en zonas biogeográficas. En 1876
publicó su libro La distribución geográfica de
los animales, en 1878 escribió Naturaleza
tropical y otros ensayos y en 1880 apareció la
Vida Isleña. En estos trabajos Wallace realizo
un pormenorizado recuento de muy diversos
temas. Analizo aspectos climáticos y como
éstos determinan a las plantas y a los
animales. Discutió aspectos del color de
plantas y animales y su relación con la
selección natural. Asimismo analizo la
evidencia existente acerca del origen del
hombre. En sus libros Wallace nos ofrece
explicaciones acerca de los mecanismos de
dispersión de los seres vivos y estudia las
condiciones particulares de una docena de
islas, entre las que se cuentan las Galápagos,
visitadas por Darwin en 1835, y Santa Helena,
la isla que murió desterrado Napoleon
Bonaparte en 1821.
En estos ensayos Wallace nos ofreció una
muestra espléndida de su minuciosidad para
analizar detalles acerca de aspectos climáticos
y de las características de la flora y fauna de
cada uno de los lugares descritos, resulta
claro que si solo hubiera realizado estos
estudios a lo largo de su vida, tendría un lugar
importantisimo entre los que configuraron la
biología como la disciplina independiente de
nuestros días.
Muchos de los estudios evolutivos de Wallace
tuvieron, por supuesto, una base en la
geografía, y es por ello que los historiadores
científicos tradicionalmente lo retratan como
un evolucionista con evidencia geográfica. No
obstante, podríamos decir con mayor certeza
que era un (gran) geógrafo metido a temas
evolutivos.
Wallace realizo viajes extraordinarios y el
informe de sus experiencias llena de cientos
de páginas; se convirtió en un pionero en
estudio de vida tropical; sus observaciones de
la conducta humana durante sus viajes le
permitieron
realizar
importantes
observaciones etnográficas; realizo estudios
sobre aspectos de geografía física y
económica.
¿Se podría pedir más?
En 1870 fue premiado con la medalla de oro
de la Sociedad Geográfica Francesa y en
18892 recibió una importante medalla por
parte de la Real Sociedad Geográfica de
Inglaterra. Sin embargo, en nuestros días
poco parecen tener presente su enorme
contribución al avance de la geografía, lo que
no deja de ser una lastima. Por cierto, su
ardor por el análisis de la vida natural nunca
lo abandonó: en 1877 emprendió una
excursión botánica a Bélgica y en 1895 viajo
con el mismo objetivo a Suiza. Tenía 72 años.
EL LUCHADOR SOCIAL
Aunque nunca abandonó la biología, al final de
su vida Alfred Wallace se interesó por las
causas sociales y en 1881, cuando se formo la
Sociedad para la Nacionalización de la Tierra,
fue su primer presidente. Estaba convencido
de que el cambio social era una manifestación
de la evolución. Creía que los procesos
sociales no eran más que uno de los
eslabones refinados de un proceso que había
iniciado biológicamente, y que se deberían
orientar hacia la cooperación entre los seres
humanos. Toda su obra sobre el tema se
enfoco hacia el logro de esos propósitos.
Desde la perspectiva de Wallace el capitalismo
era uno de los grandes culpables de los
problemas sociales. Él proponía decididamente
medidas como la nacionalización de la tierra,
la desaparición de las grandes empresas, la
búsqueda de mayores derechos para las
mujeres, que en esos momentos (y para
nuestra vergüenza aún hoy) no eran tratadas
igual que los hombres. Alfred también
25
promovió el socialismo. No olvidemos que don
Karl Marx había publicado ya sus teorías, y
Wallace creí firmemente en una sociedad
igualitaria en la que los demonios del capital
no marcaran el paso.
Era un gran utopista, pero sus ideales
respondían, sin duda, a los más elevados
propósitos que pueden plantearse los seres
humanos.
Mientras peleaba por la igualdad, Alfred
Russel Wallace continuaba con sus esfuerzos
científicos. Entre octubre de 1887 realizo un
viaje a América para dar una serie de
conferencias. Visito Canadá y Estados Unidos.
Con el material que reunió publico, en 1889,
su libro Darwinismo, en el que realiza la mejor
síntesis de todas las ideas evolutivas de su
tiempo.
El nuevo siglo encontró a un hombre de casi
80 años que escribía, daba conferencias y
asistía a convenciones espiritistas. Parecía que
la energía de Alfred no tendría fin.
En 1905 escribió su autobiografía y en 1908
fue condecorado con la orden del Mérito
Británico.
Alrededor de 1900 el Darwinismo sufrió gran
serie de ataques que eran inspirados por el
resurgimiento de una filosofía más tradicional
de la naturaleza. Algunos biólogos no habían
sido capaces de sacudirse a Lamarck de la
cabeza y proponían que la selección natural
era solo un mecanismo secundario. A esta
etapa de la historia de la ciencia se le conoce
como “el eclipse de Darwinismo” y hubo
quienes de plano extendieron un certificado de
defunción a las ideas de Darwin y Wallace. El
alemán Eberhardt Dennert escribió una obra
llamada En el lecho de muerte del
Darwinismo, cuyo titulo refleja las enormes
discusiones de la época.
Todos sabemos que la teoría darwiniana se
impuso a estas críticas y que, gracias a las
aportaciones de la genética, la paleontología y
la embriología, se ha convertido en la base
conceptual de la biología. Pero Wallace ya no
fue testigo de ese triunfo. En sus últimos años
fue considerado como una especie de “reliquia
viviente”.
Alfred Russel Wallace publico todavía en 1913
un par de libros y firmo un contrato para
escribir dos ensayos monográficos, pero la
muerte lo sorprendió el viernes 7 de
noviembre de 1913 en Dorset. Tenía 90 años.
La historia no ha sido suficientemente justa
con Wallace, un hombre que se impuso a sus
propias condiciones de existencia y nos
26
demostró que el esfuerzo, asociado con un
pensamiento sistemático y crítico, es capaz de
alcanzar cualquier meta.
Quien sabe, a lo mejor Wallace esta
esperando su oportunidad para manifestarse
por medio de una tabla ouija y mesmerizarnos
con su último adiós. Aunque francamente no
lo creo. Después de todo yo también (y en
gran medida gracias a él) soy un escéptico.
TEXTOS DE WALLACE
SOBRE LA TENDENCIA DE LAS VARIEDADES A
ALEJARSE
INDEFINIDAMENTE
DEL
TIPO
ORIGINAL.
La inestabilidad de las variedades como
supuesta prueba de la distinción permanente
y original de las especies.
Uno de los más poderosos argumentos
aducidos para probar la distinción permanente
y original de las especies es que las
variedades producidas en estado domestico
son más o menos inestables, y a menudo
presentan una tendencia, si las deja solas, a
retornar a la forma normal de la especie
progenitora; y esta estabilidad es considerada
una peculiaridad característica de todas las
variedades, incluso de aquellas que se
producen entre los animales salvajes en su
estado natural, y se cree que constituye una
previsión para preservar inalteradas las
especies originalmente creadas.
Ante la falta de escasez de hechos y
observaciones en torno a las variedades que
se producen entre los animales salvajes, este
argumento ha sido de gran peso para los
naturalistas y ha llevado a una creencia muy
generalizada, y un tanto prejuiciada, en la
estabilidad de las especies. Igualmente
general, no obstante, es la creencia en las
llamadas
"variedades
permanentes
o
verdaderas” razas de animales que propagan
continuamente su propia naturaleza pero que
difieren de manera tan ligera (aunque
constante) de alguna otra raza, que alguna de
ellas es considerada una variedad de la otra.
Normalmente no existe otra forma de
determinar cual es la variedad y cual es la
especie original, excepto en aquellos contados
casos en los que una de las razas ha
producido una descendencia distinta de sí
misma y similar a la otra. Esto, no obstante,
parece incompatible con la “invariabilidad
permanente de las especies”, pero esta
dificultad queda obviada si se asume que
estas variedades tienen limites estrictos y no
pueden llegar a variar más con respecto al
tipo original, aunque puedan regresar a él, lo
que,
por
domésticos,
probable.
analogía
con
los
animales
es
considerado
altamente
Se podrá observar que este argumento
descansa por completo sobre el supuesto de
que las variedades que aparecen en la
naturaleza son, en todos los aspectos,
análogas e incluso idénticas a las de los
animales domésticos y están gobernadas por
las mismas leyes en lo que se refiere a su
permanencia o a su posterior variación. Pero
el objeto del presente trabajo es mostrar que
este supuesto es totalmente falso, que existe
un principio general de la naturaleza que hace
que muchas variedades sobrevivan a la
especie progenitora y den lugar a sucesivas
variaciones que se alejan cada vez más del
tipo original, y que produce también en los
animales domésticos la tendencia de las
variedades a retornar a la forma progenitora.
LUCHA POR LA EXISTENCIA
La vida de los animales salvajes es una lucha
por la supervivencia.
Deben utilizar al limite todas sus facultades y
sus energías para preservar su propia
existencia y proveer a la de sus jóvenes
descendientes, la posibilidad de obtener
alimentos
durante
estaciones
menos
favorables y la de escapar de los ataques de
sus enemigos más peligrosos son las
condiciones primarias que determinan la
existencia de individuos y de especies enteras.
Determinarán también la población de una
especie,
y
gracias
a
una
cuidadosa
consideración de todas las circunstancias
podemos llegar a comprender, y en alguna
medida a explicar, lo que a primera vista
parece inexplicable: la excesiva abundancia de
algunas especies mientras que otras, muy
próximas a ellas, son muy escasas.
LA LEY POBLACIONAL DE LAS ESPECIES.
La proporción general que debe darse entre
ciertos grupos de animales es fácil de ver. Los
grandes animales no pueden ser tan
abundantes como los pequeños, los carnívoros
han de ser menos númerosos que los
herbívoros. Las águilas y los leones nunca
podrán ser tan abundantes como las palomas
y los antílopes. Los asnos salvajes de los
desiertos tártaros no pueden igualar en
número a los caballos de las feraces praderas
y pampas de América. La mayor o menor
fecundidad de un animal se considera a
menudo
como
una
de
las
causas
fundamentales de su abundancia o escasez,
pero si tenemos en cuenta los hechos
veremos que, en realidad, poco o nada tiene
que ver con ello.
Hasta el menos prolifero de los animales
crecería rápidamente en número si no se le
impusieran limites, mientras que es evidente
que la población animal del globo debe estar
en estado estacionario, o tal vez, por
influencia del hombre, decreciendo. Puede
haber fluctuaciones, perro un crecimiento
permanente,
excepto
en
localidades
restringidas, es casi imposible. Por ejemplo,
nuestras
propias
observaciones
deben
convencernos de que las aves no siguen
aumentando en número año tras año en razón
geométrica, como ocurriría si no existiera
algún poderoso factor limitativo para poner
freno a su crecimiento natural. Muy pocas
aves producen menos de dos crías al año,
mientras que muchas tienen seis, ocho o diez.
Cuatro es un número sin duda inferior a la
media, y si consideramos que cada pareja
produce crías tan solo cuatro veces a lo largo
de su vida, esto estaría también por debajo de
la media, suponiendo que no mueran ni por
violencia ni por falta de alimentos. Con todo, y
a este ritmo, el incremento seria enorme en
unos pocos años a partir de solo una pareja.
Un simple cálculo nos mostrará que en 15
años cada pareja de aves habría producido
casi 10 millones de descendientes. Sin
embargo, no tenemos motivos para suponer
que él número de aves de cualquier país
crezca en absoluto en 15 o en 150 años. Con
tales capacidades de crecimiento, la población
debe haber alcanzado su límite y debe
encontrarse en estado estacionario desde
pocos años después del origen de cada
especie. Es evidente, por lo tanto, que cada
año debe aparecer un número inmenso de
aves -de hecho tantas como nacen- y ya que,
como mínimo, la progenie es cada año el
doble de númerosa que sus progenitores,
cualquiera que sea él número medio de
individuos de un país dado, deben perecer
anualmente el doble; Un resultado llamativo,
pero que da la impresión de ser, al menos,
muy probable, y que seguramente no esta por
encima sino por debajo de las cifras
verdaderas. Por consiguiente, parecería que
en lo que a la continuación de la especie y el
mantenimiento
del
número
medio
de
individuos se refiere, las grandes camadas
resultan superfluas. En términos generales,
todos los pichones, menos uno, se convierte
en presa de los halcones y gavilanes, gatos
salvajes y comadrejas, o perecen de frío y
hambre al llegar el invierno. Esto queda
espectacularmente demostrado en el caso de
27
las especies particulares, ya que descubrimos
que la abundancia de sus números no tiene
relación alguna con su fertilidad en el
momento de producir descendencia. Tal vez el
caso más notable de una población inmensa
de aves el de la paloma migratoria de Estados
Unidos, que pone tan solo uno o, como
mucho, dos huevos y se
dice que
normalmente llega a criar un solo polluelo.
¿Por qué es esta ave tan extraordinariamente
abundante, mientras que otras producen dos
o tres veces este número de descendientes
son mucho menos númerosas? La explicación
no es difícil. La comida preferida de esta
especie, y con la que más prospera, esta
abundantemente distribuida a lo largo de una
región muy extensa, en la que hay tales
diferencias de suelo y de clima que en uno u
otro lugar existe siempre alimento. Esta ave
es capaz de un vuelo muy rápido a largas
distancias, por lo que puede volar sin fatiga
sobre la totalidad del territorio que habita y,
en el momento que falta la comida en un
lugar, descubre sin dificultad otro sito donde
alimentarse. Este ejemplo nos muestra de
modo llamativo que obtener un suministro
constante de comida nutritiva es casi la única
condición necesaria para garantizar un rápido
crecimiento de una especie dada, ya que ni la
limitación de la fecundidad ni los ataques que
las aves de presa y del hombre resultan
suficientes para ponerle freno. No existe otra
ave
en
la
que
estas
peculiaridades
circunstancias estén tan llamativamente
combinadas. O bien su alimento es más
propenso a escasear, o no disponen de la
suficiente capacidad de vuelo para buscarlo en
territorio extenso, o durante alguna estación
del año llega a escasear mucho, con lo que
han de buscar sustitutos menos apropiados y
por consiguiente, aun siendo más fértiles en
su capacidad de crianza, jamas pueden
aumentar en número más allá de la
disponibilidad de alimentos en las estaciones
menos favorables.
Hay muchas aves que cuando escasean sus
alimentos, solo pueden sobrevivir por medio
de la migración, volando hacia regiones de
clima más suave o al menos diferente aunque,
dado que estas aves migratorias rara vez son
excesivamente abundantes, esta claro que los
países que visitan son también deficientes en
lo que a abundancia y constancia de alimento
se refiere. Aquellas aves cuya organización no
le permite emigrar al escasear periódicamente
sus alimentos no pueden alcanzar nunca
grandes poblaciones.
Probablemente esta es la razón por lo que los
pájaros carpinteros son escasos en Inglaterra,
28
mientras que en los trópicos se encuentran
entre las aves solitarias más abundantes. Así,
el gorrión común es más abundante que el
petirrojo debido a que su alimento es más
constante y abundante: las semillas de las
gramíneas se preservan durante el invierno, y
nuestras granjas y campo de cultivo les
suministran una fuente de alimentos casi
inagotable. ¿Por qué, como regla general, las
poblaciones de aves acuáticas y en especial de
aves marinas son muy númerosas? No porque
sean más prolíficas que otras, ya que en
general es al contrario, sino porque su fuente
de alimentos nunca falla: las playas y las
riberas están siempre llenas de pequeños
moluscos y crustáceos.
Estas mismas leyes aplicaran a los mamíferos.
Los gatos salvajes son prolíficos y tienen
relativamente pocos enemigos; ¿por qué
entonces no alcanzan nunca la abundancia de
los conejos? La única respuesta comprensible
es que su fuente de alimentos es más
precaria.
Resulta por tanto evidente que, mientras un
territorio permanezca físicamente inalterado,
el número de sus poblaciones animales
materialmente no pueden aumentar. Si una
especie crece, otras que requieren el mismo
tipo de alimento deben disminuir de manera
proporcional. El número de muertes anuales
debe ser inmenso y, dado que la existencia
individual de cada animal depende de sí
mismo, los más débiles –los muy jóvenes, los
enfermos, los ancianos-, mientras que
aquellos que consiguen subsistir solo podrán
ser los más perfectos en cuanto a salud y
vigor, los más capaces de obtener alimentos
regularmente y eludir a sus múltiples
enemigos. Es como comentamos al principio,
una “lucha por la existencia” en la que los
seres más débiles y los que están menos
perfectamente organizados deben siempre
sucumbir.
LA ABUNDANCIA O LA RAREZA DE LAS
ESPECIES DEPENDEN DE SU MEJOR O PEOR
ADAPTACIÓN A LAS CONDICIONES DE SU
EXISTENCIA.
Esta claro que lo que ocurre entre los
individuos de una especie debe ocurrir
también en las diversas especies aliadas de un
grupo; es decir, que los que están mejor
adaptados para obtener un suministro de
alimento y defenderse de los ataques de sus
enemigos las vicisitudes de las estaciones
deben obtener y preservar necesariamente
una población superior, mientras que aquellas
especies que por algún defecto en sus
capacidades u organización sean los menos
capaces de contrarrestar las alteraciones en el
suministro de alimentos, etc., disminuirán en
número y en casos extremos llegaran a
extinguirse. Entre estos extremos la especie
presenta diversos grados de capacidad para
garantizar los medios que preserven su
existencia, y así como puede explicarse la
abundancia o la escasez de las especies. En
general, nuestra ignorancia nos impedirá
seguir con precisión la pista de los efectos
hasta sus causas, pero si pudiéramos
familiarizarnos
perfectamente
con
la
organización y hábitos de las diversas
especies de animales, y si pudiésemos medir
la capacidad de cada una de ellas para
desempeñar las diferentes tareas necesarias
para su seguridad y supervivencia en todas
las circunstancias variables que la rodean,
podríamos incluso al calcular la abundancia
proporcional de individuos que es un resultado
inevitable. Si ya hemos conseguido establecer
estos dos puntos:
1] Que la población animal de un territorio es
normalmente estacionaria, manteniendose así
por la deficiencia periódica de alimentos y
otros factores limitativos.
2] Que la abundancia o escasez comparativas
de los individuos de las diversas especies
obedece exclusivamente a su organización y a
los hábitos que de ella resultan, la cual, al
hacer más difícil que obtengan un suministro
regular de alimentos y garantizarles su
seguridad, en algunos casos más que otros,
solo puede verse equilibrada por diferencias
en las poblaciones que han de coexistir en un
territorio dado, estaremos en condiciones de
proceder al examen de las variedades,
respecto
a
las
cuales
las
anteriores
observaciones tienen una aplicación directa y
muy importante.
LAS VARIACIONES FAVORABLES TENDERAN A
INCREMENTARSE; LAS VARIACIONES SIN SU
USO O DAÑINAS A DISMINUIR.
La mayor parte o tal vez todas las variaciones
de la forma típica de una especie deben tener
algún efecto definido, por pequeño que sea,
sobre los hábitos o la capacidad de los
individuos. Hasta un cambio de color podría
afectar su seguridad haciéndolos más o menos
visibles; un mayor o menor desarrollo del pelo
podría modificar sus hábitos. Los cambios más
importantes, tales como un aumento en la
fuerza o en la dimensión de las extremidades
o de cualquier órgano exterior, afectarían en
mayor o menor medida su forma de obtener
alimentos o la extensión del territorio que
habitan. Es evidente que la mayor parte de los
cambios afectarían asimismo su capacidad
para prolongar su existencia favorable o
desfavorablemente. Un antílope con patas
más cortas o más débiles padecería
necesariamente más bajas ante los ataques
de los carnívoros felinos.
La paloma silvestre de alas menos fuertes se
vería afectada tarde o temprano en su
capacidad de obtener alimentos de manera
regular y en ambos casos el resultado seria
inevitablemente una disminución de la
población de la especie modificada. Si, por
otra parte, una especie cualquiera llegara a
producir una variedad con una capacidad
ligeramente mayor para la supervivencia, esa
variedad
adquiriría
con
el
tiempo,
inevitablemente, una superioridad numérica.
Estos resultados son tan seguros como que la
ancianidad, la violencia o la escasez de
alimentos producen un aumento en la
mortalidad. En ambos casos puede haber
multitud de excepciones individuales, pero en
general esta norma debe cumplirse. Por
consiguiente, todas las variedades pertenecen
a una de las dos clases: aquellas que en
igualdad de condiciones jamas alcanzarían
una población equivalente a la de la especie
progenitora, y aquellas que con el tiempo
pueden alcanzar y mantener una superioridad
numérica.
Supongamos
ahora
que
se
produce
determinada alteración en las condiciones
físicas en el territorio –una sequía prolongada,
la destrucción de la vegetación por alguna
plaga de langostas, la irrupción de un nuevo
animal en busca de “nuevos pastos”-, en
resumen, cualquier cambio que dificulte aun
más su existencia de la especie en cuestión y
que ponga a prueba su capacidad de evitar un
exterminio total. Es evidente que, todos los
individuos que forman la especie, aquellos que
compongan la variedad menos númerosa y
más débilmente organizada serán los primeros
en padecer los efectos de este cambio, y que
se extinguirán en caso de una presión
excesiva. De continuar en acción las mismas
causas, la siguiente en padecer sus efectos
seria la especie progenitora, que disminuiría
gradualmente en número y podría llegar
también a extinguirse con una recurrencia
similar
de
condiciones
desfavorables.
Quedaría, pues, tan solo la variedad superior,
y aumentaría rápidamente su número al
reaparecer
las
condiciones
favorables,
ocupando el lugar de la especie y la variedad
extintas.
29
LAS
VARIEDADES
REEMPLAZARAN
A
ORIGINALES.
LAS
SUPERIORES
ESPECIES
La variedad habría pues sustituido a la
especie, de la que seria una versión más
perfectamente desarrollada y más altamente
organizada. Estaría mejor adaptada en todos
los aspectos para garantizar su seguridad y
para prolongar la existencia de sus individuos
y de la raza. Tal variedad no podría retornar a
la forma original, ya que ésta es una forma
inferior y jamas podría competir con ella por
la supervivencia. Existe por lo tanto una
“tendencia” a reproducir el tipo original de la
especie, pero aun así la variedad debe ser
siempre predominante en número y, bajo
condiciones físicas adversas, seria, una vez
mas, la única en sobrevivir. Pero esta nueva
raza mejorada y populosa podría, a su vez,
con el paso del tiempo, dar lugar a nuevas
variedades
con
diversas
modificaciones
divergentes en su forma, cualquiera de las
cuales, al tender a aumentar las facultades
para la preservación de la vida, debería llegar
a ser predominante por la ley general.
aproximan a los que exige la teoría y al
acercarnos a un número infinito de ejemplos
se convierten en resultados precisos. Ahora
bien, la escala a la que actúa la naturaleza es
tan vasta, el número de individuos y los
periodos de tiempo sobre lo que actúa se
aproximan tanto al infinito, que cualquier
causa, por pequeña que sea, y por susceptible
que sea de verse ocultada y contrarrestada
por circunstancias accidentales, acabara
produciendo sus legítimos resultados.
EXPLICACION DE LA REVERSIÓN PARCIAL DE
LAS VARIEDADES DOMESTICADAS.
Nos encontramos, pues, ante una progresión
y divergencia continuas deducidas de las leyes
generales que regulan la existencia de los
animales en estado natural, y ante el hecho
indiscutible de que las variedades aparecen
con frecuencia. No obstante, no pretendemos
afirmar que este resultado seria invariable; un
cambio en las condiciones físicas de la región
podría,
en
ocasiones,
modificarlo
materialmente, haciendo que la raza que
antes había sido capaz de sobrevivir con más
facilidad dejara de hacerlo, e incluso haciendo
que la nueva raza, temporalmente superior,
llegara a extinguirse, mientras que la antigua
especie o especie progenitora y sus primeras
variedades continuarían floreciendo. Pueden
producirse
también
variaciones
también
variaciones en partes sin importancia, sin
efectos perceptibles en la capacidad de
supervivencia, y este tipo de variedades
podrían recorrer un camino paralelo al seguido
antes por la especie progenitora, bien dando
lugar a posteriores variaciones o retornando al
tipo original.
Pensemos ahora en los animales domésticos y
preguntémonos como las variedades entre
ellos producidas se ven afectadas por los
principios enunciados aquí. La diferencia
esencial de condición entre los animales
salvajes y los domésticos es la siguiente:
entre los primeros, su bienestar y su propia
existencia dependen del ejercicio y la
condición saludable de todos sus sentidos y
capacidades físicas, mientras que, entre los
últimos, éstos son solo utilizados de modo
particular y en algunos casos, no se utilizan
en absoluto. Un animal salvaje tiene que
buscar, a menudo trabajosamente, cada
bocado de su comida; debe utilizar la vista, el
oído y el olfato en su busca, en la vigilancia
ante los peligros, en conseguir abrigo para la
inclemencia de las estaciones y para obtener
alimentos y obtener alimento y garantizar la
subsistencia de sus descendientes. Debe
ejercitar a diario hasta él último músculo de
su cuerpo; No hay sentido o facultad alguna
que no se vean fortalecidos por un
ejercitamiento continuo. Por el contrario, el
animal domestico dispone de un suministro
continuo de alimentos, vive protegido y a
menudo confinado para evitar que lo afecten
las
vicisitudes
de
las
estaciones,
es
cuidadosamente defendido de los ataques de
sus enemigos y rara vez llega a criar a sus
descendientes sin ayuda del hombre. La mitad
de sus sentidos y sus facultades le resultan
prácticamente inútiles, y el resto de ellos no
entra en acción más que de vez en cuando,
incluyendo sus músculos, que utiliza solo de
manera ocasional.
Lo único que planteamos es que ciertas
variedades tienden a mantener su existencia
durante más tiempo que la especie original, y
que esta tendencia tiene que reflejarse de
algún modo, ya que aunque la doctrina de las
probabilidades y de los valores medios nunca
resulta fiable en una escala limitada, si se
aplica a grandes númerosos resultados se
Ahora bien, cuando aparece una variedad de
un animal así, dotada de una mayor capacidad
o fuerza en cualquier órgano o sentido, estas
mejoras resultan totalmente inútiles; jamas
llegan a entrar en acción y pueden incluso
existir sin que el animal llegue a ser
consciente de ellas. En el animal salvaje, por
el contrario, al ser utilizadas al limite todas
30
sus
facultades
y
capacidades
para
complementar
las
necesidades
de
la
existencia, toda mejora tiene un efecto
inmediato,
se
ve
fortalecida
por
el
ejercitamiento e incluso debe modificar
ligeramente, los hábitos y la economía total
de la raza. Crea, por así decirlo, un nuevo
animal, un animal de poderes superiores, que
necesariamente aumentara en número y
sobrevivirá a aquellos que sean inferiores a él.
También en los animales domésticos todas las
variaciones tienen la misma oportunidad de
verse preservadas, y aquellas que harían sin
duda de un animal fuera incapaz de competir
por su supervivencia no suponen desventaja
alguna en estado doméstico. Nuestros cerdos
de rápida engorda, las ovejas de patas cortas,
las palomas buchonas y los perros falderos
jamás habrían aparecido en la naturaleza, ya
que en el primer paso hacia estas formas
inferiores habría llevado a una rápida
extinción de la raza. Y aun menos podrían
existir hoy en competencia con sus parientes
silvestres. La gran velocidad por escasa
resistencia del caballo de carreras, la torpe
potencia de los caballos de arrastre,
resultarían ambas inútiles en estado natural.
Si fueran liberados en las pampas, es
probable que tales animales se extinguieran
rápidamente o en circunstancias favorables,
tal vez perdieran esas cualidades extremas
que jamas serian utilizadas, y en el transcurso
de unas pocas generaciones revertirían a un
tipo común que habría de ser aquel en el que
las
diversas
capacidades
y
facultades
existieran en una proporción capaz de adaptar
óptimamente al animal para obtener alimento
y seguridad: aquel en el que por medio del
ejercitamiento total de cada parte de su
organización el animal se asegura la
supervivencia. Las variedades domesticas, al
volverse silvestres, necesitan retornar a un
tipo similar al tipo silvestre original o se
extinguen totalmente.
Vemos pues que no pueden hacerse
inferencias acerca del estado natural a partir
de la observación de lo que ocurre a las
variedades en el caso de los animales
domésticos. Ambas situaciones son tan
opuestas que lo que se aplica a una casi con
seguridad no puede aplicarse a la otra. Los
animales
domésticos
son
anormales,
irregulares, artificiales; presentan variedades
que jamas aparecen ni pueden aparecer en
estado natural. Su propia existencia depende
de los cuidados humanos, hasta tal punto han
llegado a alejarse algunos de ellos de esa
equilibrada proporción de facultades, de ese
autentico equilibrio en la organización por
medio del cual un animal puede preservar su
existencia y da continuidad a su raza.
LA HIPÓTESIS DE LAMARCK ES MUY
DIFERENTE DE LA QUE AQUÍ SE ADELANTA.
La hipótesis de Lamarck – que los cambios
progresivos en las especies se han producido
debido a los intentos de los animales por
incrementar el desarrollo de sus propios
órganos, modificando su estructura y sus
hábitos- ha sido refutada repetida y
fácilmente por todos los autores que abordan
la cuestión de las variedades y las especies, y
al parecer se ha dado por sentado que una
vez hecho esto, la cuestión había quedado
zanjeada. Pero la perspectiva aquí expuesta
hace que esa hipótesis resulte innecesaria, al
demostrar que pueden obtenerse resultados
similares por la acción de principios que
actúan de modo constante en la naturaleza.
Las poderosas garras retráctiles de las tribus
de los halcones y los gatos no han sido
producidas ni mejoradas por el deseo de esos
animales, sino que entre las diferentes
variedades
aparecidas
en
las
formas
anteriores y menos organizadas de estos
grupos siempre sobrevivieron más tiempo
aquellos que tenían mayor facilidad para
aferrar a su presa. Tampoco la jirafa adquirió
su cuello largo deseando alcanzar el follaje de
los arbustos más altos y estirando el cuello
para llegar a ellos, sino porque aquellas
variedades que aparecieron con un cuello más
largo
que
el
normal
obtuvieron
inmediatamente
una
nueva
fuente
de
alimentos en el mismo territorio que ocupaban
sus compañeras de cuello corto, por lo que en
la primera ocasión en que hubo escasez de
comida consiguieron sobrevivir más aquellas.
Incluso los peculiares colores de muchos
animales, especialmente insectos, que tanto
se asemejan al suelo o a las hojas o troncos
sobre los que habitualmente residen, quedan
explicados por el mismo principio, ya que
aunque en el transcurso de las eras pueden
haber aparecido variedades de muy diversos
colores, las razas que por su color están mejor
adaptadas para ocultarse de sus enemigos
inevitablemente sobrevivirán más tiempo.
Tenemos aquí también una causa activa para
explicar el equilibrio tan a menudo observado
en la naturaleza, al verse compensada toda
deficiencia de una serie de órganos por un
mayor desarrollo de algunos otros – patas
débiles acompañadas de alas poderosas o la
velocidad
como
compensación
de
la
deficiencia de armas defensivas-; así ha
quedado demostrado que las variedades en
las que aparece una deficiencia no equilibrada
31
no logran sobrevivir mucho tiempo. La
actuación de este principio es totalmente
similar a la de regulador centrifugo de la
maquina de vapor, que pone freno y corrige
las irregularidades prácticamente antes de
que sean perceptibles. De modo similar,
ninguna deficiencia no compensada puede
alcanzar jamas una magnitud conspicua en el
ritmo animal, ya que se haría notar desde el
primer
momento,
al
hacer
difícil
la
supervivencia y asegurar prácticamente la
extinción.
Un origen como el aquí defendido se
corresponde también con el carácter peculiar
de las modificaciones en forma y estructura
que aparece en los seres organizados; la
multitud de líneas de divergencia a partir de
un tipo central, la creciente eficacia y potencia
de un órgano particular a través de una
sucesión de especies aliadas y la notable
persistencia
de
partes
sin
aparente
importancia tales como el color, la textura del
plumaje y el pelo, la forma de los cuernos o
las crestas, en toda una serie de especies que
difieren considerablemente en caracteres más
esenciales. También nos suministra una razón
de esa “estructura más especializada” que,
según el profesor Owen, es una característica
de las formas recientes en comparación con
las formas extintas, y que, evidentemente,
serian el resultado de la modificación
progresiva de cualquier órgano aplicado a un
fin especifico en la economía del animal.
CONCLUSION.
En nuestra opinión, hemos mostrado que
existe una tendencia en la naturaleza a la
progresión continuada de ciertas clases de
variedades hacia formas cada vez más
alejadas del tipo original –una progresión a la
que no parece necesario asignar limites
definidos-, y que el mismo principio que
produce este resultado en estado natural
explica también porque las variedades
domesticas tienen tendencia a revertir al tipo
original. Esta progresión a pasos diminutos,
en
diversas direcciones, pero
siempre
controlada y equilibrada por las condiciones
necesarias,
sin
las
cuales
no
puede
preservarse la existencia, puede, en nuestra
opinión, corresponderse con todos los
fenómenos
presentes
en
los
seres
organizados, con su extinción y su sucesión en
eras remotas, y con todas las extraordinarias
modificaciones de forma, instintos y hábitos
que exhiben.
32
EL ARCHIPIÉLAGO MALAYO
BORNEO, EL ORANGUTÁN.
Llegue a Sawak el 1º de noviembre de 1854 y
me fui el 25 de enero de 1856. En este lapso
residí en muchos lugares diferentes y conocí
bastante a las tribus nativas, los dyak, así
como a los malayos de Borneo.
En marzo de 1855 decidí ir a las minas de
carbón que comenzaban a explotarse cerca
del río Simunjon, muy estrecho y sinuoso,
sombreado por las altivas selvas que a veces
se cierran casi sobre él. Toda la región que
media entre el río y el mar es un pantano
perfectamente plano y cubiertos de bosques,
del cual surgen unas pocas colinas aisladas, al
pie de una de las cuales se ubican las minas.
Desde el desembarcadero hasta la colina se
ha trazado un camino Dyak, que consiste
exclusivamente en troncos puestos uno tras
otro. Los nativos descalzos, que llevan
pesadas cargas, caminan por ellos con la
mayor facilidad, pero para un europeo calzado
con botas es un trayecto de lo más resbaloso,
y cuando su atención se ve atraída
constantemente por los diferentes objetos de
interés que lo rodean, unas cuantas caídas a
la ciénega son casi inevitables. Durante mi
primer paseo por este camino vi pocos
insectos y aves, pero pude observar unas
hermosas orquídeas en flor del genero
coelogyne, grupo que, según descubrí
después, es muy abundante y característico
de esa zona.
Como el lugar me resultó muy adecuado, y
me brindaba grandes facilidades para la
recolección, me hice construir una casita de
dos habitaciones con una galería. Me quede
allí casi nueve meses, y reuní una inmensa
una inmensa colección de insectos, a los que
dedicaba mi atención primordial, ya que las
circunstancias para ello eran especialmente
favorables.
En los trópicos una gran proporción de los
insectos de todos los órdenes, y en especial
del gran grupo de los escarabajos, depende
en mayor o menor medida de la vegetación y
sobre todo de la madera, la corteza y las
hojas en diversos estados de putrefacción. En
los bosques vírgenes los insectos están
dispersos por un territorio inmenso, en
lugares en los que los árboles se han caído
por viejos y enfermos o han sucumbido a la
furia de las tempestades, y un pequeño claro
pude contener más árboles caídos y en
descomposición que 100 kilómetros cuadrados
del terreno. La cantidad y la variedad de
escarabajos y de muchos otros insectos que
pueden colectarse en un momento dado en
una localidad tropical dependerá, primero de
la cercanía de una gran extensión de selva
virgen y, segundo, de la cantidad de árboles
que durante los últimos meses se hayan
cortado y hayan dejado secar en el piso.
Durante doce años que pasé colectando en los
trópicos, tanto orientales como occidentales,
nunca goce de tantas ventajas en este sentido
como en las minas de carbón de Simunjon.
Durante varios meses entre veinte y cincuenta
chinos
y
dyaks
se
dedicaron
casi
exclusivamente a limpiar un gran claro en la
selva y a abrir un amplio espacio para el
ferrocarril que lo uniría con el río Sadong, a
tres kilómetros de distancia. Además, se
establecieron aserraderos en diversos lugares
de la jungla y se derribaron grandes árboles
para hacer vigas y tablones. Un bosque
magnifico se extendía cientos de kilómetros
en todas direcciones, sobre llanuras y
montañas, rocas y pantanos, y llegue allí justo
cuando las lluvias comenzaban a menguar y el
sol brillaba más tiempo cada día, temporada
que siempre me ha parecido la más favorable
para la colecta. Los númerosos claros, lugares
soleados y senderos eran un atractivo para las
avispas y las mariposas; pagaba un centavo
por cada insecto que me llevaban, y obtuve
tanto de los dyaks como de los chinos muchas
langostas y fásmidos, al igual que atractivos
escarabajos.
Cuando llegue a las minas, el 14 de marzo,
había colectado, en los cuatro meses previos,
320 clases diferentes de escarabajos. En
menos de una quincena duplique este
número, con promedio de unas 24 especies
nuevas por día. Hubo un día que recolecte 76
clases distintas, 34 de las cuales eran nuevas
para mí. Para finales de abril tenia ya más de
1000 especies, que siguieron acumulándose,
aunque a un ritmo más lento, de manera que
en Borneo obtuve un total de 2000 tipos
distintos, todos los cuales, con excepción de
unos cien, fueron colectados en ese lugar, en
una extensión de poco más de 4 kilómetros
cuadrados. Los grupos de escarabajos más
númerosos y atractivos fueron los de los
longicornios y el de los Rhyncophora, ambos
comedores de madera. Los primeros que se
caracterizan por su forma graciosa y sus
largas antenas, eran muy númerosos y
sumaban casi trescientas especies, de las
cuales noventa por ciento eran totalmente
nuevas, y muchas resultaban notables por su
gran tamaño, su extraña forma y su hermosos
colorido.
Mi colección de mariposas no era muy grande,
pero obtuve algunos insectos raros y muy
33
bellos; el más notable fue el Ornithoptera
brookeana, que es una de las especies más
elegantes que se conocen. Esta hermosa
criatura tiene alas muy largas y puntiagudas,
casi como las de una polilla esfinge. Es de un
negro profundo, con una línea curva de
manchas de un brillante verde metálico que se
extiende de punta a punta de las alas; cada
mancha tiene la forma exacta de una plumita
triangular, y el efecto se asemeja mucho a
una hilera de plumas de las alas de un quetzal
mexicano, dispuestas sobre terciopelo negro.
Las únicas otras marcas son un ancho collar
de un vivido escarlata, y unos pocos toques
de un blanco delicado en el borde exterior de
las alas posteriores.
Esta especie que era desconocida hasta
entonces, y a la que di nombre, era muy rara.
Se la veía a veces, volando velozmente en los
claros y posándose de tanto en tanto en
charcos y lugares lodosos, de modo que solo
logré capturar dos o tres especímenes, pero
hasta ahora todos han sido machos, y no
podemos conjeturar como será la hembra.
Uno de los reptiles más curiosos e
interesantes que encontré en Borneo fue una
gran rana arborícola que me llevo uno de los
trabajadores chinos. Me aseguro que la había
visto descender en diagonal de un alto árbol,
como si volase. Al examinarla vi que tenía
dedos muy largos y unidos con una
membrana hasta la punta, de modo que
cuando se expandían representaban una
superficie mucho más grande que la del
cuerpo. Las patas delanteras también estaban
bordeadas por una membrana y el cuerpo
podía inflarse en forma considerable. El lomo
y las patas eran de un verde resplandeciente
y muy profundo, la superficie inferior y la cara
interna de los dedos eran amarillas y las
membranas interdigitales negras, con rayas
amarillas. El cuerpo media unos diez
centímetros de largo, mientras que las
membranas de las patas raseras, al
expandirse por entero, cubrían cada una
superficie de diez centímetros de lado. Como
los extremos de los dedos tienen discos de
adhesión, lo que demuestra que se trata de
una verdadera rana arborícola, es difícil
imaginar que esa inmensa membrana de las
patas solo tenga por propósito nadar, y se
vuelve más creíble el relato del chino que dijo
verla bajar volando del árbol. Creo que es el
primer caso conocido de “rana voladora”, y es
muy interesante para los darwinianos, ya que
muestra que se ha aprovechado la variabilidad
de los dedos, modificados ya para nadar y
para adherirse al trepar, a fin de permitir que
una especie emparentada se arroje por el aire
como lagarto volador.
34
Uno de mis objetivos fundamentales al
instalarme en Simunjon era ver al orangután
(o gran mono hombre de Borneo) en su
territorio nativo, estudiar sus hábitos y
obtener buenos ejemplares de las diferentes
variedades y especies de ambos sexos y
tantos adultos como jóvenes. En todos estos
objetivos mi éxito superó mis expectativas, y
quiero narrar algunas de mis experiencias en
la caza del orangután o “mias”, como lo
llaman los nativos. Y como es un nombre
corto y fácil de pronunciar, y lo usaré más que
Simia satyrus u orangután. Justo una semana
antes de llegar a las minas vi al primer mias.
Había salido a colectar insectos, a no más de
cuatrocientos metros de la casa, cuando oí un
ruido de las hojas en un árbol próximo y al
levantar las visa, observe a un gran animal de
pelo rojizo que se movía lentamente, colgado
por los brazos de las ramas. Fue pasando de
árbol en árbol hasta que se perdió en la selva,
tan pantanosa que no pude seguirlo. Esta
forma de avanzar, no obstante, era muy poco
usual, y es más característica de los hilobates
que del orangután. Supongo que ese animal
tenía alguna peculiaridad, o que la naturaleza
de los árboles en ese preciso lugar
determinaba que fuera la manera más fácil de
moverse.
Unos quince días después oí decir que un mias
estaba comiendo en un árbol en el pantano
próximo a la casa; tomé mi escopeta y tuve la
suerte de encontrarlo en el mismo lugar. Tan
pronto como me acerque trató de ocultarse
entre el follaje, pero logre dispararle y con el
segundo tiro cayo casi muerto, ya que ambas
balas lo habían alcanzado. Era un macho a
medio crecer que escasamente medía un
metro. El 26 de abril había salido de cacería
con dos dyaks y encontramos otro más o
menos del mismo tamaño. Cayó al primer
disparo, pero no parecía seriamente herido y
de inmediato trepo al árbol más próximo;
volví a disparar y cayó de nuevo, con un brazo
roto y una herida en el cuerpo. Los dos dyaks
corrieron hacia él y lo tomaron por las manos
mientras que me decían que cortara una rama
para atarlo. Pero aunque tenía un brazo roto y
estaba a medio crecer, era demasiado fuerte
para esos jóvenes salvajes, a los cuales, pese
a todos sus esfuerzos, jalaba hacia la boca,
hasta que tuvieron que soltarlo para no sufrir
serias mordeduras. El animal comenzó a
trepar nuevamente el árbol y para evitar más
problemas, le metí una bala en el corazón.
LAS ISLAS ARU. EL VIAJE Y MI RESIDENCIA
EN EL INTERIOR.
Estuve en las islas Aru de marzo a mayo de
1857. Uno de mis primeros objetivos fue
preguntar por la gente que acostumbre cazar
las aves del paraíso. Vivían a cierta distancia,
en la selva y mandaron a un hombre a
buscarlos. Cuando llegaron hablamos por
mediación del orang-kaya, el jefe de la tribu,
quien actúo como interprete; Dijeron que
creían poder conseguir algunas aves. Me
explicaron que las cazaban con arcos y
flechas, y que estas tenían en el extremo una
punta cónica de madera, del tamaño de una
taza, para matar a los pájaros por la violencia
del impacto, sin lastimarlos ni derramar
sangre. Los árboles a los que acuden las aves
del paraíso son muy altos y frondosos, por lo
que es necesario levantar un pequeño refugio
de hojas entre las ramas, a la cual trepa el
cazador antes de que salga el sol.
Se queda allí todo el día y cuando se posa un
pájaro es casi seguro que lo atrapan. Esa
misma noche los cazadores volvieron a sus
casas y nunca volví a verlos; luego supe que
en esa época del año no se podían obtener
aves de buen plumaje.
Los dos o tres primeros días fueron muy
húmedos y solo conseguí unos cuantos
insectos y aves, pero por fin, cuando estaba
empezando a desesperar un día regreso mi
mozo Baderún con un ejemplar que me
recompenso por los meses de demoras y
expectativas. Era un ave pequeña, poco
mayor que un mirlo. La mayor parte de su
plumaje era de un intenso rojo cinabrio, con
un resplandor como hilos de vidrio. Las
plumas de la cabeza eran cortas y
aterciopeladas, en tonos de naranja intenso.
Del pecho para abajo era de un blanco puro,
con la suavidad y el brillo de la seda; una
banda
de
un
oscuro
verde
metálico
atravesaba del pecho y separaba el blanco del
rojo de la garganta. Encima de cada ojo había
una mancha redonda del mismo verde
metálico; el pico era amarillo, y las patas y
piernas eran de un bello azul cobalto, que
contrastaba marcadamente con todas las
demás partes del cuerpo. Por la disposición de
los colores y la textura del plumaje ese
pajarito era una joya de primera, y sin
embargo esa no representaba más que la
mitad de su extraña hermosura. A cada lado
del pecho, ocultos normalmente debajo de las
alas, brotaban unos mechonsitos de plumas
grisáceas de unos cinco centímetros de largo;
cada uno de ellos terminaba en una ancha
franja de un verde esmeralda intenso. El ave
puede levantar a voluntad esas plumas, y
extenderlas como un par de elegantes
abanicos cuando eleva las alas. Pero éste no
es su único ornamento. Las dos plumas
medias de cola tienen la forma de delgados
alambres de unos 13 centímetros de largo,
que divergen en una hermosa curva doble.
Alrededor de un centímetro, en el extremo de
este alambre, muestra plumas solo por el lado
externo; Es de un hermoso verde metálico y
se curva en espiral hacia adentro, con lo que
forma
un
par
de
elegantes
botones
resplandecientes que cuelgan debajo del
cuerpo. Estos dos ornamentos, los abanicos
de pecho y las plumas espiraladas de la cola,
son algo totalmente únicos, y no se encuentra
en ninguna otra de las ocho mil especies de
aves que, según sabemos, existen en el
mundo; combinados con el plumaje más
exquisitamente bello, hacen de este pájaro
una de las criaturas más encantadoras que
nos ofrece la naturaleza. Mis raptos de
admiración y deleite le resultaban divertidos a
mi anfitrión de Aru, para el cual en burong
reja como para nosotros un gorrión o un
tordo. Se había cumplido así uno de los
objetivos de mi viaje al Lejano Oriente. Había
obtenido un ejemplar del ave real del paraíso
(Paradisea regia), descrito por el Linné a
partir de pieles mutiladas y conservadas por
los nativos. Sabia que muy pocos europeos
habían podido contemplar ese perfecto
organismo que yo observaba, y que en Europa
se le conocía muy mal. Las emociones que se
despiertan en la mente de un naturalista que
durante largo tiempo ha deseado ver el ser
que solo conoce por descripciones, dibujos o
pieles y plumas en mal estado de
conservación, sobre todo cuando se trata de
un ser de hermosura y rareza extraordinarias,
solo pueden expresarse plenamente si se
posee la facultad de la poesía. La isla remota
en la que me encontraba, en un mar casi
nunca visitado, lejos de las rutas marítimas;
el lujurioso y salvaje bosque tropical, que se
extendía por doquier en torno a mí; los rudos
salvajes que me rodeaban... todo contribuía a
las emociones que experimente al contemplar
ese “ser de belleza”.
Después de obtener la primera ave real, me
interne en la selva con mis hombres y no solo
conseguimos otra, también con un plumaje
perfecto, sino que pude ver algo de sus
hábitos y de los de la especie más grande.
Frecuenta los árboles bajos los bosques
menos densos y es muy activa; vuela con
fuerza y brinca o vuela continuamente de
rama en rama. Se alimenta de unas frutas del
tamaño de una cereza y de hueso duro, y
agita las alas elevando los hermosos abanicos
35
que adornan su pecho. Los nativos lo llaman
“gobi-gobi”. Un día me encontré debajo de un
árbol donde se reunía cierto número de aves
gigantes del paraíso, pero estaban muy
arriba, en lo más espeso del follaje y volaban
y saltaban sin cesar, de manera que no pude
verlas bien. Por fin cacé una, pero era un
ejemplar joven, todo de un intenso color
chocolate, y no tenía la garganta verde
metálica ni las plumas amarillas de las aves
adultas. Todos los que había visto eran
parecidos y los nativos me dijeron que tenían
que pasar otros dos meses para que pudiese
encontrar especímenes con todo su plumaje.
Me quedaba la esperanza de conseguir
alguno. Tienen una voz extraordinaria. Muy
temprano, antes de que salga el sol, oímos un
sonoro griterío que resuena en toda la selva y
cambia constantemente de dirección. Es el
ave gigante del paraíso que va a buscar su
desayuno.
Me llevaron una cacatúa, la primera de este
tipo que haya visto, un verdadero trofeo.
Tiene un cuerpo bastante pequeño y débil,
largas patas endebles, grandes alas y una
cabeza enormemente desarrollada, adornada
con una cresta magnifica y armada con un
pico encorvado y agudo de fuerza y tamaño
enormes. El plumaje es todo negro, pero esta
cubierto por esa extraña secreción polvorosa y
blanca característica de las cacatúas. Tiene las
mejillas desnudas y de un intenso color rojo
sangre. En lugar del grito áspero de las
cacatúas blancas produce una especie de un
silbido lastimero. La lengua es un órgano
extraño, un delgado cilindro carnoso de color
rojo oscuro, que termina en una placa córnea
negra, ranurada y algo prensil. Habita en la
parte baja de la selva; se la ve sola o sí
acaso, en grupos de dos o tres aves. Vuela
lenta y silenciosamente, una herida bastante
leve puede matarla. Se alimenta de diversa
frutas y semillas, pero parece muy aficionada
a la nuez de Canarium commune, abundante
en las islas en las que se encuentra esta ave.
La forma en que se extrae las semillas
muestra una correlación de estructura y
hábitos que indicaría que esa nuez constituye
su alimento fundamental. La cascara de la
nuez es tan dura que solo un pesado martillo
puede romperla; es más o menos triangular y
su exterior es muy liso. La forma en la que
cacatúa la abre resulta muy curiosa. La
sostiene por un extremo y manteniéndola
firme con la presión de la lengua, con
movimiento lateral de la filosa mandíbula
inferior va aserrando una ranura.
Después sostiene la nuez con la pata, arranca
con el pico un trozo de hoja, que mantiene en
36
la profunda muesca de la mandíbula superior,
vuelve a tomar la nuez, que no puede resbalar
contra el tejido elástico de la hoja; coloca el
borde de la mandíbula inferior en la ranura y
con un poderoso esfuerzo, arranca un pedazo
de cáscara. Se pasa otra vez la nuez a la pata,
inserta en ella la punta larga y aguzada del
pico y va extrayendo la carne, trocito a
trocito, con la lengua. De esta manera, cada
detalle de la forma y la estructura del
extraordinario pico de esta ave parece tener
su propio uso, y es fácil suponer que las
cacatúas negras han logrado competir con sus
similares blancas, más activas y númerosas,
gracias a su capacidad de subsistir con un tipo
de alimentos que ningún otra ave lora extraer
de la pétrea cáscara.
LA EVOLUCIÓN
INTRODUCCION GENERAL A ESTE NÚMERO
EXTRAORDINARIO, EDICADO A LA HISTORIA
DE LA VIDA SOBRE LA TIERRA A LA LUZ DE
LA TEORIA “SINTETICA” DE LA EVOLUCION A
TRAVÉS DE LA SELECCIÓN NATURAL.
(ERNEST MAYR)
El cambio que más influyo sobre la visión que
el hombre tenia del mundo, de la naturaleza
viviente y de sí mismo, se produjo con la
introducción, que duro unos 100 años y se
inicio en el siglo XVIII, de la propia idea de
cambio, de cambios a lo largo de extensos
periodos de tiempo, en una palabra, de la
evolución. La visión que el hombre tiene del
mundo hoy día esta dominada por la certeza
de que el universo, las estrellas, la tierra y
todos los seres vivos han evolucionados a
través de una larga historia que no estuvo
ordenada de antemano ni programada, una
historia de cambio gradual y continuo,
moldeada por procesos naturales más o
menos direccionales, que concuerdan con las
leyes de la física. La evolución cósmica y la
evolución biológica tienen todo esto en
común. Sin embargo, la evolución biológica
presenta
diferencias
fundamentales
con
respecto a la evolución cósmica en númerosos
aspectos. Así, la evolución biológica es más
compleja que la cósmica, y los sistemas
vivientes, que son los productos de la
primera, mucho más complejos que con
cualquier sistema no vivo; otras diferencias
irán quedando de manifiesto a lo largo de este
artículo. Este número de investigación y
ciencia trata del origen, la historia y las
interrelaciones de los sistemas vivientes. Tal
como presentan a la luz de la teoría general
de la vida, comúnmente aceptada: la teoría de
la evolución por medio de la selección natural;
propuesta hace más de 100 años por Charles
Darwin
y
posteriormente
modicada
y
explicada por la ciencia de la genética, y que
sigue siendo en la actualidad el principio
organizador de la biología.
Los mitos de los pueblos primitivos y de la
mayoría de las religiones acerca de la creación
tenían en común un concepto esencialmente
estático de un mundo que, una vez creado, no
había cambiado, y que además no llevaba
mucho tiempo de existencia. El cálculo del
obispo Ussher en el siglo XVII, según el cual
el mundo había sido creado en el año 4004 a.
C., es digno de mención aunque solo sea por
su equivocada precisión, en una época en que
la duración de la historia estaba todavía
limitada por el alcance reducido de los
testimonios escritos y de la propia tradición.
Fueron los naturalistas y filósofos de la
lustración en el siglo XVIII, y los geólogos y
biólogos del siglo XIX, quienes tuvieron que
empezar a extender la dimensión temporal del
mundo. En 174 el conde Buffon, naturalista
francés, fue el primero en emprender el
calculo de la edad de la tierra. Estimó que
tenia 70.000 años por lo menos (y sugirió, en
sus notas no publicadas, una edad de hasta
unos 500.000 años). Immanuel Kant fue
mucho más lejos en su cosmogonía (1775),
en la que hablaba de millones e incluso de
centenares de millones de años. Esta claro
que, tanto Buffon como Kant, concebían un
universo físico que había evolucionado.
“Evolución” implica cambio con continuidad,
normalmente con un componente direccional.
La evolución biológica se define mejor como
cambio en la diversidad y adaptación de las
poblaciones de organismos. La primera teoría
coherente de la evolución la propuso, en
1809, el naturalista y filosofo francés Jean
Baptiste de Lamarck, quien centró su atención
en el proceso de cambio a lo largo del tiempo,
es decir, en lo que parecía una progresión de
la naturaleza desde los organismos visibles
más pequeños hasta los animales y plantas
más complejos y casi perfectos, y por tanto,
hasta del hombre. Para explicar el curso
particular de la evolución, Lamarck invoco
cuatro principio: la existencia de los
organismos de un impulso interno hacia la
perfección; la capacidad de los organismos
para adaptarse a las “circunstancias”, es
decir, al ambiente; el hecho frecuente de la
generación espontanea; y la herencia de los
caracteres o rasgos adquiridos. La creencia de
que los caracteres adquiridos son hereditarios,
error por el que principalmente se recuerda a
Lamarck, no la introdujo él. Se trataba de una
creencia universal en su época, firmemente
arraigada en la cultura popular (expresión de
la cual es, por ejemplo, la historia bíblica de
Jacob y la división del ganado rayado y
moteado). La creencia continuó persistiendo.
Darwin, por ejemplo, asumió que el uso o
desuso de una estructura por parte de una
generación podía reflejarse en la generación
siguiente, lo mismo pensaron númerosos
evolucionistas hasta finales de siglo, en el que
biólogo alemán August Weismann demostró la
imposibilidad,
o
por
lo
menos
la
improbabilidad, de la herencia de los
caracteres adquiridos. Las suposiciones de
Lamarck acerca de la tendencia a la perfección
y sobre la frecuente generación espontanea,
tampoco se vieron confirmadas, pero tenía
razón al reconocer que buena parte de la
evolución es, tal como se llama ahora,
adaptativa. Además, Lamarck entendía que
37
solo era posible explicar la gran diversidad de
organismos vivientes si se aceptaba el
postulado de que la tierra tenía una gran
antigüedad, y que la evolución era un proceso
gradual.
El principal interés de Lamarck lo constituía la
evolución en su dimensión temporal: la
evolución vertical, por así decirlo. Darwin, por
el contrario, estuvo inicialmente intrigado por
el problema del origen de la diversidad, y más
específicamente por el origen de la diversidad,
y más específicamente por el origen de las
especies a través de la diversificación en una
dimensión geográfica, esto es, por la
evolución horizontal. Como es bien sabido,
este interés por la diversificación y la
especiación
despertó
durante
su
viaje
alrededor del mundo, de cinco años de
duración, como naturalista a bordo del H.M.S.
Beagle. Así, en las islas galápagos vio que
cada isla tenía su propia forma de tortuga, de
cercion y de pinzón. Las diversas formas,
aunque
estaban
muy
estrechamente
relacionadas, eran completamente distintas.
Al sopesar sus observaciones, de retorno ya
en Inglaterra, Darwin llegó a la conclusión de
que la población de cada isla constituía una
especie incipiente y, con ello, a la idea de
“transmutación” o evolución de las especies.
En 1838, concibió el mecanismo que podría
explicar la evolución: la selección natural.
Después de muchos años de observación y
experimentación, con amplio conocimientos
de geología, zoología y otras materias,
adquiridos tras muchas horas de lectura,
Darwin anuncio, en 1858, un esbozo de su
teoría sobre la evoluciona través de la
selección natural, en una comunicación
presentada a la Linnean Socity de Londres.
Alfred Russel Wallace, un joven naturalista
ingles que se hallaba realizando trabajos de
campo en las Indias Orientales, había llegado
a su vez, a la idea de selección natural, y
había plasmado sus ideas en un manuscrito
que envío por correo a Darwin: su
comunicación se leyó en la misma sesión que
el informe de Darwin. La teoría completa de
Darwin,
reforzada
con
innumerables
observaciones personales y cuidadosamente
argumentada, se publico el 24 de noviembre
de 1859 en On the Origin of Species (“el
origen de las especies”). El amplio esquema
aclaratorio constaba de varias subteorias o
postulados, de las que señalare las que, a mi
juicio, constituyen las cuatro principales. Dos
de ellas concuerdan con el modo de pensar de
Lamarck: la primera es el postulado de que el
mundo no es estático, sino que evoluciona;
las especies cambian continuamente, se
originaba unas y se extinguen otras. Las
38
biotas, tal como refleja el registro fósil,
cambian con el tiempo; cuanto más antiguas
son, más diferenciadas se nos presentan con
respeto a los organismos vivos. Al contemplar
la naturaleza viviente se observan fenómenos
que carecen de sentido a no ser que se
interpreten en el marco de la evolución. El
segundo concepto lamarckiano que asumió
Darwin era el postulado de que el proceso de
la evolución es gradual y continuo; y que no
consiste en saltos discontinuos o cambios
súbitos.
Los otros dos postulados principales de
Darwin encerraban, en sus grandes líneas,
ideas nuevas. Uno era postulado de la
comunidad de descendencia. Para Lamarck,
cada organismo o grupo de organismos
representaba
una
línea
evolutiva
independiente que había tenido principio en la
generación espontanea y se había esforzado
en constante tendencia a la perfección.
Darwin, por el contrario, postulaba que los
organismos
semejantes
estaban
emparentados,
y
descendían
de
un
antepasado común. Afirmaba que todos los
mamíferos habían derivado e una especie
ancestral, que todos los insectos tenían un
antepasado común, y que, en definitiva, tal
era lo que ocurría entre todos los demás
organismos de cualquier grupo. Lo que de
hecho implicaba que los organismos vivientes
podían remontarse hasta un origen único de la
vida.
Hubo muchas personas que consideraron un
insulto imperdonable a la raza humana la
inclusión, por parte de Darwin, del hombre de
la comunidad de descendencia de los
mamíferos; Ello provocó un aluvión de
propuestas. Pero la idea de la comunidad de
descendencia tenia un poder explicativo tan
enorme que, casi inmediatamente, fue
adoptada por la mayoría de los biólogos. Daba
cuenta tanto de la jerarquización linneana de
las características taxonómicas como del
hecho, revelado por la anatomía comparada,
de que podían asignarse todos los organismos
a un número limitado de tipos morfológicos.
La cuarta subteória de Darwin, la de la
selección natural, constituía la clave para
interpretar su amplio esquema. El cambio
evolutivo, decía Darwin, no es el resultado de
algun misterioso impulso lamarckiano, ni una
simple cuestión de azar, sino el resultado de
la selección. La selección es un proceso que
consta de dos fases, la primera etapa de las
cuales es la producción de variabilidad. En
cada generación, según Darwin, se genera
una enorme cantidad de variabilidad: Darwin
no conocía el origen de esta variación, que no
se esclarecería hasta después de la aparición
de la genética como ciencia. Todo lo que tenia
era un conocimiento empírico de la reserva,
aparentemente inagotable, de grandes y
pequeñas diferencias intraespecíficas.
La segunda etapa es la selección a través de
la supervivencia en la lucha por la existencia.
En la mayoría de especies animales y
vegetales, una sola pareja de progenitores
llega a procrear millares, sino millones, de
descendientes. La lectura de Thomas Malthus
reveló a Darwin que solamente muy pocos de
ellos podían sobrevivir. ¿Qué descendientes
tienen una probabilidad mayor de sobrevivir?
Serian aquellos individuas que presentaran la
combinación de caracteres más idónea para
hacer frente al ambiente, entendiendo por tal
el clima, los competidores y los enemigos;
ellos tendrían una probabilidad mayor de
sobrevivir,
reproducirse
y
dejar
descendientes, y sus caracteres pasarían, por
tanto, al siguiente ciclo de selección. La idea
de un mundo en evolución, que sustituía a la
de un mundo en evolución, que sustituía a la
de un mundo estático, la aceptaron casi sin
excepciones todos los científicos serios,
incluso antes de la muerte de Darwin,
ocurrida en 1882; quienes aceptaban la
evolución, aceptaron también la idea de
comunidad de descendencia (aunque algunos
de ellos insistieron en excluir al hombre de
este linaje común). Sin embargo, los otros dos
postulados de Darwin corrieron una suerte
muy distinta, pues fueron dura y agriamente
combatidos por un elevado número de
estudiosos y eruditos durante los 50-80 años
siguientes.
Uno de estos postulados era la idea de
gradualismo. Ni siquiera T.H. Huxley, a quien
se le llamaría el “bulldog de Darwin” por su
vigorosa actitud como abanderado de la
mayoría de puntos de la nueva teoría, acepta
el origen gradual de los tipos superiores ni de
las nuevas especies: Huxley, por su parte
propugnaba
un
origen
saltacional.
El
saltacionismo se hizo popular también entre
los biólogos de la categoría de Hugo de Vries,
uno de los redescubridores de las leyes de la
herencia de Gregor Mendel. En 1901, De Vries
propuso una teoría según la cual nuevas
especies se originaban por mutación. Todavía
en
19040
el
genético
Rchard
B.G.
Goldschimidt
defendía
las
“mutaciones
sistemáticas” como mecanismo de explicación
del origen de los nuevos tipos superiores. Con
el tiempo se desarrollaron tres avances que
dieron al traste con las teorías saltacionistas.
Fue uno la adopción gradual de una nueva
actitud hacia el mundo físico y su variabilidad.
Desde la época de Platon el punto de vista
dominante había sido lo que el filósofo Karl
Popper denomino “esencialismo”: según dicha
teoría el mundo estaría integrado por un
número limitado de esencias invaginares (las
ideas
de
Platón).
De
las
que
las
manifestaciones variables del mundo visible
serian
meros
reflejos
incompletos
e
imprecisos. Desde este punto de vista solo
podría producirse un autentico cambio a
través del origen de una nueva esencia, ya
fuera por creación o mediante un salto
espontaneo (mutación).
Las clases de objetos físicos estaban
compuestas por entidades idénticas, y las
constantes físicas eran invaginares bajo
condiciones idénticas, por lo que (en el siglo
XIX) no existía conflicto entre las matemáticas
o las ciencias físicas y la filosofía esencialista.
La biología requería una filosofía distinta. Los
organismos vivientes se caracterizan por la
singularidad;
cualquier
población
de
organismos consta de individuos únicos y
distintos.
Desde
un
“punto
de
vista
poblacional”,
los
valores
medios
son
abstracciones; solo tienen la realidad las
variantes individuales. La importancia de la
población reside en constituir un acervo de
variaciones (un acervo génico, en el lenguaje
de la genética). La perspectiva poblacional
hace posible la evolución gradual; enfoque
que es el que hoy domina todos los aspectos
de la teoría de la evolución.
El segundo avance que obligaría a abandonar
el saltacionismo fue el descubrimiento de la
inmensa variabilidad de las poblaciones y el
reconocimiento de que una gran variedad de
factores
genéticos
discontinuos
pueden
manifestarse en una variación continua del
organismo, siempre que haya suficiente
número
de
los
mismos
y
que
las
discontinuidades entre ellos sean lo bastante
pequeñas.
El
tercer
avance
fue
la
demostración que hicieron los naturalistas de
que los procesos de la evolución gradual son
totalmente capaces de explicar el origen de
discontinuidades, tales como nuevas especies
y nuevos tipos y el origen de innovaciones
evolutivas tales como las alas de las aves o
los pulmones de los vertebrados.
La otra idea de Darwin a la que se resistieron
durante mucho tiempo la mayoría de los
biólogos y filósofos fue la selección natural. Al
principio, muchos la habían rechazado porque
no era determinista y, por tanto predictiva, en
la línea de la ciencia del siglo XIX. ¿Cómo
podía una “ley natural”, cual la selección
natural, ser enteramente una cuestión de
39
azar? Otros atacaron su “materialismo craso”.
En el siglo XIX atribuir la armonía del mundo
viviente resultado arbitrario de la selección
natural era socavar el “argumento del
proyecto” de los teólogos naturales, según el
cual la existencia de un Creador podría
inferirse de la belleza del proyecto de sus
obras. Quienes rechazaron la selección natural
desde un punto de vista religioso o filosófico,
o simplemente debido a que les parecía un
proceso excesivamente azaroso como para
explicar la continuidad de la evolución,
postularon durante muchos años otras
alternativas
con
nombre
tales
como
ortogénesis, nomogénisis, aristogénesis o el
“punto omega” de Teilhard, todas ellas
basadas en una tendencia interna o impulso
hacia la perfección o el progreso. Todas estas
teorías eran finalistas: postulaban algún tipo
de teología cósmica, de propósito o programa.
Los defensores de las teorías teleologícas,
pese a todos sus esfuerzos, han sido
incapaces de encontrar ningún mecanismo
(excepto los sobrenaturales) que pueda
explicar el finalismo que postulan. Hoy en día,
la posibilidad de que pueda existir algún
mecanismo de este tipo esta totalmente
descartada, merced a los hallazgos de la
biología molecular. Tal como señalo Jacques
Monod con particular énfasis, el material
genético es constante; solo puede cambiar por
medio de mutación. Las pruebas aportadas
por la paleontología han contribuido también a
rebatir las teorías finalistas, como ha
demostrado
claramente
George
Gaylord
Simpson. Cuando se estudia detenidamente la
tenencia evolutiva de un carácter, por ejemplo
la tendencia hacia un mayor tamaño del
cuerpo o de los dientes, dicha tendencia
resulta incoherente, ya que cambia de
dirección repetidamente, y, a veces, incluso
se invierte. La frecuencia de extinción en cada
periodo geológico es otro argumento poderoso
contra cualquier tendencia finalista hacia la
perfección.
No es difícil rebatir la objeción al supuesto
componente aleatorio de la selección natural.
El proceso no es, en absoluto, cuestión de
puro azar. Aunque surgen variaciones por
procesos aleatorios, se clasifican dentro de la
segunda etapa del proceso: la selección por la
supervivencia que es, en gran medida, un
factor antiazar. Y si también es cierto que
parte de la evolución es resultado del azar, en
la actualidad sabemos que los procesos físicos
presentan, en general, un componente
probabilistico mucho mayor de lo que se
reconocía hace 100 años. A pesar de ello.
¿Puede la selección natural explicar la larga
40
progresión evolutiva hasta las plantas y
animales “superiores”, incluido el hombre,
desde el origen de la vida hace entre tres y
cuatro mil millones de años? ¿De que manera
puede la selección natural explicarnos
solamente la supervivencia diferencial y los
cambios adaptativos intraespecificos, sino
también la aparición de nuevas especies,
diversamente adaptadas? De nuevo fue
Darwin quien sugirió la respuesta adecuada.
Un organismo compite no solo con otros
organismos de la misma especie, sino también
con individuos de otras especies. Una nueva
aspiración o mejora fisiológica general
convertirá al individuo y a sus descendientes
en competidores interespecificos más fuertes,
y, por tanto, contribuirá a la diversificación y a
la
especialización.
Dicha
especialización
conduce a menudo a un callejón sin salida,
como es, por ejemplo, el caso de la
adaptación a la vida cavernícola o en aguas
termales.
Sin
embargo,
muchas
especializaciones, sobre todo aquellas que se
adquirieron al principio de la historia
evolutiva, abrieron niveles completamente
nuevos de radiación adaptativa. Estos iban
desde la invención de las membranas y de un
núcleo celular organizado [véase, más
adelante, “La evolución de las células
primitivas” por J. William Shopf] y la
agregación de células para formar organismos
pluricelulares, hasta la aparición de sistemas
nerviosos centrales altamente desarrollados y
la invención del cuidado prolongado de la
prole.
La evolución, como Simpson puso de
manifiesto, es oportunista en extremo:
favorece cualquier variación que confiera al
individuo una ventaja en la competencia con
los demás miembros de su población o sobre
individuos de otras especies. A lo largo de
miles de millones de años este proceso ha
venido
funcionando
automáticamente,
impulsando lo que nosotros llamamos proceso
evolutivo. Ningún programa controlaba o
dirigía esta progresión; ha sido el resultado de
la decisión momentánea de la selección
natural. El desconocimiento de Darwin en lo
concerniente al origen de la variabilidad
genética. Que constituye la materia prima
para la selección natural, dejo un gran vacío
en su argumentación; dicha laguna quedaría
subsanada por la ciencia de la genética. En
1865, Mendel descubrió que los factores que
transmiten la información hereditaria son
unidades
discretas
transmitidas
a
la
descendencia por cada progenitor, unidades
que se preservan puras y se mezclan de
nuevo en cada generación. Darwin no llegó a
conocer nunca los hallazgos de Mendel,
ignorados durante mucho tiempo hasta el
redescubrimiento de los mismos en 1900.
biológico y, de manera partícula, en biología
molecular en etología y ecología.
Hoy sabemos que el Adn del núcleo celular
esta organizado en números genes que se
autorreplican
(unidades
hereditarias
mendelinas). Los cuales pueden mutar para
formar alelos distintos, o formas alternativas.
Existen genes estructurales, que codifican la
información para la síntesis de proteínas
específicas, y genes reguladores, que activan
y desactivan a los genes estructurales. Un gen
estructural mutado puede codificar para una
proteína variante, comportando un carácter
variante. Los genes se disponen en los
cromosomas
ordenadamente
y
pueden
recombinarse entre sí durante el proceso
celular de la meiosis, que precede a la
formación de células y germinales en las
especies dotadas de reproducción sexual. La
diversidad
de
genotipos
(dotaciones
completas de genes) que pueden producirse
durante la meiosis es tan elevada que rebasa
casi lo inimaginable; gran parte de esa
diversidad se conserva en las poblaciones a
pesar de la selección natural.
A los filósofos y los físicos, y al mismo hombre
de la calle, les sigue constando entender la
moderna teoría de la evolución orgánica a
través de la selección natural. A riesgo de
repetir algunos puntos que ya he tratado en
su contexto histórico, permítaseme subrayar
los rasgos especiales de la teoría en boga,
prestando particular atención a aquello que se
distingue a la evolución cósmica y de otros
procesos tratados por físicos. La evolución a
través de la selección natural es un proceso
(vuelvo a repetirme) lección. Esa constelación
de presiones cambia con las estaciones, a lo
largo de los años y de un sitio geográfico a
otro.
Por extraño que nos parezca, los primeros
seguidores de Mendel no aceptaron la teoría
de la selección natural. Eran esencialistas y
saltacionistas, que veían en la mutación la
fuerza impulsora verosímil de la evolución. El
panorama empezó a cambiar con el desarrollo
de la genética de poblaciones en la década de
1920. Y, a lo largo de las dos décadas
subsiguientes, se llegaría a una síntesis, que
se expreso y comento ampliamente a través
de los libros escritos por Theodosius
Dobzhansky, Julian Huxley, Bernhard Rensch,
Simpson G.Ledyard Stebbins y el autor de
esta introducción. La nueva “teoría sintética”
de la evolución ampliada por Darwin a la luz
de la teoría cromosomica de la herencia, de la
genética de poblaciones, la idea biológica de
especie y otras nociones de biología y
paleontología. La nueva síntesis se caracterizo
por el rechazo total de la herencia de los
caracteres adquiridos, un énfasis en la
condición gradual de la evolución y el
reconocimiento de la importancia decisiva de
la elección natural.
La comprensión de los procesos evolutivos,
lograda gracias a la teoría sintética, tuvo una
profunda resonancia en toda la biología. Hizo
comprender que cualquier problema biológico
plantea una cuestión evolutiva; que, con
respecto a cualquier estructura, función o
proceso biológico, es lícito preguntarse ¿Por
qué está ahí? ¿Qué ventaja selectiva tenia
cuando se adquirió? Preguntas todas de
enorme incidencia de cualquier sector
La segunda fase de la selección natural, la
selección propiamente dicha, constituye un
principio intrínseco de regulación. En una
población compuesta de miles o millones de
individualidades, ciertos individuos tendrán
dotaciones génicas mejor dispuestas para
hacer frente al conjunto de presiones
ecológicas
dominantes.
Esos
individuos
poseerán, estadísticamente hablando, una
probabilidad
de
supervivencia
y
de
procreación mayor que el resto de los
miembros que componen la población.
Esta segunda fase de la selección natural
determina la dirección del proceso evolutivo,
al aumentar la frecuencia de los genes y
constelaciones de genes adaptados a un
tiempo y lugar determinados, al aumentar la
eficacia
biológica,
al
promover
la
especialización y al dar origen a radiaciones
adaptativas y a todo lo que, de u modo
impreciso, se denomina progreso evolutivo.
Con otras palabras, la evolución por selección
no es ni un fenómeno fortuito ni tampoco un
fenómeno determinístico, sino un proceso
bifásico que combina las ventajas de uno y
otro. Como escribiera el pionero de la genética
de poblaciones Sewall Wright: “El proceso
darwiniano de continua interrelación entre un
proceso aleatorio y otro selectivo no es un
camino medio entre el puro azar y el
determinismo absoluto, sino una va de
consecuencias entera y cualitativamente
diferentes de la de ambos”.
No me consta que ningún darwinista cuestione
el hecho de que los procesos de la evolución
orgánica sean coherentes con las leyes de la
ciencias físicas; pero carece de sentido
afirmar que la evolución biológica “se reduce”
a las leyes de la física. La evolución biológica
resulta de procesos específicos que actúan
sobre sistemas específicos, y cuya explicación
41
solo tiene razón de ser a nivel de complejidad
de tales procesos y tales sistemas. Y la teoría
clásica de la evolución tampoco ha reducido a
una “teoría molecular de la evolución”, opinión
que se funda en ciertas definiciones
reduccionistas de la evolución del tipo de la
siguiente “cambio en las frecuencias génicas
de poblaciones naturales”. Esa definición
reduccionista omite los aspectos cruciales de
la evolución: cambios en la diversidad y en la
adaptación. (En cierta ocasión le di un terrón
de azúcar a un mapache en el zoo. Se lo llevo
corriendo a la pila de agua y lo lavo
vigorosamente, hasta que se deshizo por
completo. Ningún sistema complejo debería
eliminarse hasta el punto de no dejar nada
valido del mismo.
Una vez alcanzada la nueva síntesis en las
décadas
de
1930
y
1940,
algunos
discrepantes de la evolución se preguntaron si
no había llegado ya la hora final de la
investigación en ese sentido, y si no se había
respondido ya a todas las cuestiones. La
contestación
a
ambas
preguntas
es
rotundamente no; según queda puesto de
manifiesto en el aumento exponencial del
número de publicaciones sobre biología
evolutiva. Mencionare algunos problemas que
suelen
concentrar
el
interés
de
los
investigadores en ese campo.
Uno de los temas de mayor dedicación
investigadora es la función del azar. Ya en
1871 se había sugerido que quizá solo del
cambio evolutivo se debiera a la selección, en
tanto que la porción destacada restante, sin
casi todo el cambio, obedeciera a la variación
accidental, a lo que ahora conocemos por
mutaciones “neutras”. Esta insinuación se ha
venido repitiendo muchas veces desde
entonces. El problema adquirió una nueva
dimensión
cuando
la
técnica
de
la
electroforesis permitió detectar pequeñas
diferencias en la composición de un encima
particular en una amplia muestra de
individuos; ello revelaba el enorme grado de
variabilidad alélica, ¿Qué fracción de esa
variabilidad es “ruido” evolutivo y que fracción
depende
de
la
selección?
¿Por
qué
procedimiento
podemos
partir
de
la
variabilidad en alelos neutros y alelos dotados
de cierta significación?
El descubrimiento por parte de la biología
molecular de la existencia de genes
reguladores y genes estructurales plantea
nuevos interrogantes en el campo de la
evolución; ¿Es idéntico el ritmo de evolución
en ambos tipos de genes? ¿Son ambos
igualmente susceptibles de selección natural?
Por lo que respecta a la especiación o al
42
origen de grupos taxonómicos superiores, ¿es
un tipo de genes más importante que el otro?
(Por ejemplo, los genes estructurales del
chimpancé y del hombre son notablemente
parecidos;
serán
entonces
los
genes
reguladores los responsables de la mayoría de
las diferencias entre el chimpancé y el
hombre?) ¿Hay tal vez, otros tipos de genes?
El problema que más caro le era a Darwin, el
de la multiplicación de las especies vuelve a
ser objeto de investigación. En ciertos grupos
de organismos. Como el de las aves por
ejemplo,
las
nuevas
especies
parecen
originarse exclusivamente por especiación
geográfica: a través de la reestructuración
genética de poblaciones que se hallaban
aisladas del resto de la especie, en una isla
por ejemplo. En las planta y en otros grupos
animales, muy pocos por cierto, ocurre un tipo
distinto
de
especiación
por
poliploidia
(duplicación de la dotación cromosómica), ya
que
los
individuos
poliploides
quedan
inmediatamente aislados, desde el punto de
vista reproductor, de sus progenitores. Un
tercer tipo de especiación es el llamado
especiación “simpátrica”, que se observa en
parásitos o en insectos adaptados a vivir
sobre un planta huésped determinada. Puede
suceder que una nueva especie huésped sea
colonizada accidentalmente, y que los
descendientes de los inmigrantes, ayudados
quizá por cierta combinación favorable de sus
genes, lleguen a constituir una colonia
prospera. En este caso existirá una fuerte
selección de los genes que favorezcan la
reproducción con otros individuos que vivan
sobre la nueva especie huésped, de suerte
que las condiciones favorezcan el desarrollo
de una nueva raza adaptada al nuevo huésped
y, con el tiempo, a una nueva especie que sea
especifica del hospedante en cuestión. La
frecuencia de la especiación simpátrica sigue
siendo motivo de polémica, al igual que
continua debatiéndose también el papel
respectivo de genes y cromosomas en el
proceso de espición.
En pocos campos de la biología ha sido tan
fructífera la introducción de la perspectiva
evolutiva como en el sector de la biología del
comportamiento. Los etólogos clásicos habían
puesto relieve que ciertas pautas de
comportamiento, como las exhibiciones de
cortejo, podían reflejar unas relaciones
taxonómicas tan ajustadas como los propios
caracteres estructurales.
Se han realizado clasificaciones basadas en el
comportamiento
que
concuerdan
notablemente con las configuradas a partir de
la estructura; y los datos etólogos han
mostrado ser frecuentemente decisivos en los
casos que en las pruebas morfológicas no
resultaban clarificadoras. Y lo que es más
importante, se ha demostrado que a menudo
–o quizá siempre- la conductora es el
marcapasos de la evolución. Un cambio en el
comportamiento, la selección de un nuevo
hábitat o fuente alimentaria por ejemplo,
desencadena nuevas presiones selectivas y
puede conducir a importantes cambios
adapatativos. Hay casi plena certeza de que
algunos de los principales acontecimientos de
la historia de la vida, como la conquista del
medio terrestre o el medio aéreo, comenzó a
raíz de modificaciones en el comportamiento.
Las presiones de selección que robustecen
esos avances evolutivos están siendo ahora
objeto de particular atención.
La percepción de que el mundo no es estático,
sino que se halla en continuo cambio y de que
nuestra propia especie es el producto de la
evolución
ha
incidido
inevitable
y
profundamente en el entendimiento humano.
Sabemos ya que la línea evolutiva a la que
pertenecemos surgió a partir de antepasados
de naturaleza antropoide en el curso de
millones de años, y que las etapas
fundamentales de ese proceso acaecieron
aproximadamente en el último millón de la
historia del planeta. Conocemos asimismo que
la selección natural tuvo que ser la
responsable de ese avance. ¿Qué es lo que
esos acontecimientos pretéritos nos permiten
predecir respecto al futuro de la humanidad?
Puesto que no existe ningún elemento
teleologico en la evolución orgánica, ni se
heredan los caracteres adquiridos, la selección
constituye obviamente el único mecanismo
potencialmente capaz de influir en la
evolución biológica del hombre.
humanidad sigue en estado evolutivo, pero no
sabemos, desde una óptica biológica, a donde
se dirige.
Hay, empero, otro tipo de evolución: la
evolución cultural. Se trata de un proceso
peculiarmente humano por el que el hombre,
hasta cierto punto, se amolda y se adapta a
su en torno. (En tanto que las aves, los
murciélagos y los insectos llegaron a volar en
virtud de una evolución genética que duro
millones de años, Dobzhansky señalaba que
“el hombre se ha convertido en el volador más
poderoso por propia construcción de maquinas
planeadoras, no por reconstrucción de su
genotipo”.) La evolución cultural es un
proceso mucho más veloz que la evolución
biológica.
Uno de sus rasgos es la capacidad
fundamental (y de viejo sabor lamarckista) de
los
seres
humanos
para
evolucionar
culturalmente a través de la transmisión, de
generación, de la información aprendida, en la
que se encuadran los valores morales –y los
inmortales-. Seguramente podrán registrase
todavía grandes progresos en este terrenos, si
consideramos el bajo nivel de los valores, si
consideramos el bajo nivel de los valores
morales que manifiesta hoy la humanidad.
Aun cuando no hubiera manera de condicionar
nuestra propia evolución biológica, existiría la
posibilidad cierta de influir en nuestra
evolución cultural y moral. Hacerlo en
direcciones que resulten adaptativas para toda
la
humanidad
constituiría
un
objetivo
evolutivo realista, por más que sea cierta la
existencia de límites a la evolución cultural y
moral en una especie humana que no haya
sido manipulada desde el punto e vista
genético.
Esa conclusión plantea un dilema. La
eugenesia, o selección deliberada, podría
entrar en conflicto con determinados valores
humanos respetables. Aun cuando no hubiera
objeciones de índole moral, no siempre se
dispone de la información necesaria sobre la
que debe fundarse tal selección. No se sabe
casi nada sobre el componente genético de
rasgos humanos no físicos. Hay innumerables,
y multiformes tipos de seres humanos
“buenos”, “útiles” o adaptados. Aun cuando en
un momento consiguiéramos seleccionar un
conjunto de caracteres ideales, los cambios
que generan en la sociedad los adelantos de la
técnica se dan con tal rapidez que no
podríamos predecir cual seria el conjunto de
talentos que habría de conducir, en el futuro,
a la más armoniosa de las sociedades
humanas.
Dobzhansky
decía
que
la
43
RESUMEN SOBRE SOLUCIONES Y
DISPERSIONES
Se presenta a continuación un breve
recordatorio físico sobre soluciones y
dispersiones.
44
Algunas
partículas
proteicas
sufren
coalescencia, y mediante alteraciones en su
carga eléctrica y en la capa de agua (o de
solvatación) que las rodea, adquieren la
cualidad de permanecer unidas y de agregar
nuevas moléculas a su conglomerado. Es así
como se forman los coacervados.
Existen coacervados de patrón estructural
simple; otros más complejos con cargas
eléctricas diferentes, y una variedad de ellos
cuyas partículas poseen diámetros diferentes,
reciben el nombre de tactoides o coacervados
anisodiamétricos. Como por ejemplo se citan
los cromosomas del núcleo celular. Los
coacervados son accesibles de lograrse
mediante
procesos
experimentales
de
laboratorio.
Se piensa que estas células primitivas eran de
tipo moneriforme, es decir, que sus ácidos
nucleicos todavía no formaban un núcleo bien
integrado, sino dispersos en su protoplasma.
Actualmente todavía existen dos células de
tipo mónera: las bacterias y las algas
cianofitas, consideradas ambas como tipos
celulares primitivos. Posteriormente, ya se
originaron células con membrana nuclear y
núcleo bien integrado. Reciben el nombre de
protistas. Según esta teoría, los virus se
originaron ya sea porque algunas partículas
nucleopróteicas escaparon de las células
moneriformes, o porque quedaron en libertad
a la muerte de algunas de ellas, pero viéndose
en la necesidad de parasitar a otras células
Para lograr su autoduplicación o perpetuación.
PROTOVIRUS Y PROTOCELULAS
Existen diferentes teorías sobre cuales son las
primeras manifestaciones de vida, pero todas
recaen en dos conceptos fundamentales:
1º. Los llamados protovirus se formaron
primero por agrupamientos de los ácidos
nucleicos existentes en el caldo primigenio,
del cual se aislaron por medio de una delgada
capa proteica; de ellos, y por evolución
divergente, se originaron dos ramas, o sean,
los virus actuales y las protocelulas (algunos
autores dan el nombre especial de eobiontes a
estas primeras manifestaciones de vida).
Estas protocelulas agregaron a la capa
proteica de los protovirus una variedad de
sustancias tales como glúcidos, lípidos,
enzimas y portadores de energía, que
interactuando formaron un conjunto o nivel de
integración primitiva, pero ya organizado.
Figura: Integración de un coacervado.
2º. Fue en las playas cálidas de los océanos
donde se integraron primero las protocelulas,
pues lógicamente es ahí donde había mayor
evaporación
y,
por
tanto,
mayor
concentración de la gran cantidad de
sustancias contenidas en el caldo primigenio.
Estas concentraciones se depositaron por su
propio peso en minúsculas de presiones y
comenzaron a interactuar los componentes ya
mencionados, como los ácidos nucleicos,
proteínas, glucidos, lípidos, enzimas y ATP,
integrando
membranas
estructurales
y
fibrillas, aislándose del medio exterior
mediante condensaciones proteicas para
evitar la reincorporación total a la solución
primitiva. Una vez logrado esto, pudieron salir
de sus pequeños nichos sin perder su nueva
anatomía.
45
Figura: Hipótesis sobre la formación de
eobiontes: de protovirus a protocélula.
HETEROTROFISMO Y AUTOTROFISMO
Figura: Hipótesis sobre la integración de las
primeras manifestaciones de vida: protocélula
y evolución radiada.
A través de las anteriores consideraciones
sobre el origen paulatino de la vida mediante
organizaciones cada vez más complejas de la
materia no viviente durante millones y
millones de años, se supone que los primeros
organismos vivos así formados fueron muy
simples. Sobre su naturaleza nutricional
existen dos teorías: la heterótrofa y la
autótrofa.
HETERÓTROFA: Esta hipótesis supone que
habiendo tal abundancia de materiales en el
caldo primigenio, es más razonable que un
organismo sencillo pueda con más facilidad
tomar sus partículas nutricias ya integradas
que sintetizarlas él mismo. La diferente
manera de tomar estos alimentos originó tres
subtipos de nutrición heterótrofa, de las que
se trato anteriormente: el saprofitismo,
parasitismo y holotrofismo.
AUTÓTROFA: Supone que los primeros
organismos eran capaces de sintetizar sus
propios alimentos utilizando para ello distintas
fuentes de energía, tales como la luz solar, la
cual existe en abundancia; o bien, energía
química a partir de sustancias inorgánicas,
como el S o el Fe. Así se originaron dos
subtipos de nutrición autótrofa: la fotosíntesis
y la quimiosíntesis. La oposición a esta teoría
señala el hecho de que las reacciones que se
lleven a cabo en el autotrofismo, son
demasiado complejas para ser llevadas a cabo
por organismos tan simples como se supone
que fueron los primeros vivientes.
46
CENOZOICA: Calculada en 75 millones de
años y dividida en periodos Terciarios y
Cuaternario
con
sus
correspondientes
subdivisiones.
Predominio
de
los
angiospermas, aunque se desconoce su
filogenia
exacta.
A
la
extinción,
por
superespecialización, de los grandes reptiles,
se sucede el predominio de sus descendientes
mamíferos con la consecuente evolución
radiada de la cual se conservan tres ramas
principales, las dos primeras con escasos
representantes:
prototeria,
metateria
y
euteria o verdaderos placentados, con doce
grandes
grupos,
uno
de
los
cuales
(insectívoros) origino un tronco que se adaptó
a la vida arbórea (primates) y del cual
evolucionaron los prosimios, los monos del
Nuevo y Viejo Continentes, los antropoides o
grandes monos y finalmente los hominidos
con su serie de los llamados erróneamente
eslabones perdidos que en realidad son
muestras de poblaciones de una especie
politípica (con subespecies), tal y como es la
humana.
Figura: Presencia de fósiles para identificación
de capas terrestres.
FÓSILES
Los datos proporcionados en los temas
anteriores se basan principalmente en las
mediciones
hechas
a
través
de
la
desintegración natural de los materiales
radiactivos que se encuentran en los
diferentes estratos terrestres, y en la
observación de los fósiles en ellos embebidos
que forman una documentación monumental
sobre la evolución de la vida en las diferentes
eras geológicas.
Un fósil es la traza visible de un organismo
que vivió en el pasado geológico. Un hecho
incontrovertible que podemos palpar con
nuestras manos y observar con nuestros
propios ojos. Rinde una información valiosa
sobre el lugar geográfico donde se encontró,
el tipo de rocas que lo albergaron, así como su
edad geológica y el conjunto de otras
poblaciones de fósiles con las cuales convivió
en su época.
Su formación sigue varias normas entre las
cuales cuentan una serie de accidentes
oportunos, como el de que el organismo
quedo
enterrado
antes
de
que
se
descompusiera,
aunque
usualmente
se
conservan mejor las partes duras formadas
por materiales inorgánicos, residentes, tales
como los exo y endo-esqueletos y restos
celulosicos. Hay veces que los huecos dejados
por las partes blandas son rellenados por
materiales cristalizables provenientes del
suelo (sílice, carbonatos), los cuales forman
una especie de molde del organismo original.
En otros casos, no se conserva el organismo
en si, pero si su huella o impresión dejada en
alguna parte blanda del terreno que se
endurece y conserva después. Las filtraciones
de agua y cristalizaciones desempeñan un
papel importante en la fosilización.
digestivo de los dinosaurios) y de los
“coprolitos”, excrementos fósiles de animales
extintos.
Hay que mencionar casos muy raros de
preservación total, como el de los fósiles de
los mamuts congelados hallados en Siberia y
Alaska con antigüedad de 25,000 años, y un
rinoceronte completo incluido en asfalto
(Polonia).
En
las
regiones
secas
sudamericanas se han encontrado restos
momificados (desecación) en algunas cuevas.
Algunas resinas vegetales también se han
fosilizado y forman el llamado “ámbar”.
Los hombres primitivos dejaron también su
testimonio bajo el aspecto de sus restos
fósiles o de sus utensilios, herramientas y
pinturas.
Figuras: Resina fósil (ámbar) con un insecto
atrapado en ella.
Con el transcurso del tiempo, nuevas capas se
depositan
sobre
los
fósiles
que
así
desaparecen hasta que las fuerzas erosivas
(paso de ríos a través de terrenos de
sedimentación blanda, como el Gran Cañón;
fuertes temblores de tierra como en los Andes
Chilenos, o bien, el viento y aun accidentes
provocados por la mano del hombre, como la
construcción de carreteras o puentes) los
ponen de manifiesto. Su recolección debe ser
hecha por expertos para conservar lo mejor
posible su testimonio y evitar confusiones
constructoras inorgánicas que por su aspecto
han recibido el nombre de “pseudofosiles”.
Estas rocas también deben diferenciarse e los
“gastrolitos” (inclusiones pétreas del tubo
47
Figura: Evolución de los mamíferos a partir e
un
ancestro
reptiliano
Tecodonto
(1)
Paleoceno:
Phenacodus
(2)
Eoceno:
Coryphodon (3) Uintaherium (4) Pleistoceno:
Megatherium
(5)
Nothrotherium
(6)
Megaceros (7).
48
Figura: Restos de un Mamut parcialmente
conservado en los hielos siberianos.
Figura: Identificación y reconstrucción de
fósiles de animales y vegetales.
49
EVOLUCIÓN
La idea filosófica de la evolución no es una
novedad. Ya en la época griega se hablaba de
ella, aunque oscurecida por las metamorfosis
maravillosas tan en boga en las creencias de
ese tiempo. Sin embargo, se expreso que los
animales existentes provenían de otras formas
anteriores a ellos y que había variedad de
individuos
dentro
de
una
especie,
principalmente en los sometidos a la
domesticidad.
Estas ideas sufrieron un franco estancamiento
debido a la opinión expresada por Platón
referente a lo que el llamaba el Eidos: forma
tangible y concreta de la idea que no admite
variación ni alteración alguna, lo que
consideraban como una imperfección que
debía desecharse de inmediato.
Aristóteles siguió este criterio al hacer la
primera clasificación tipológica de los animales
por él conocidos y sus ideas influenciaron
durante mucho tiempo a los filósofos de los
siglos XVII, XVIII y XIX.
A medida que avanzaron los conocimientos
biológicos, se hizo aparente el cambio de los
seres vivientes a través del tiempo,
especialmente en las series paleontológicas
que hicieron emitir a Cuvier una débil teoría
sobre cataclismos sucesivos a los que
seguirían
otras
tantas
creaciones
que
explicarían la variación observada.
La primera hipótesis evolutiva corresponde a
Jean Baptiste Lamarck que apoyo a su teoría
en varios hechos, unos inadecuados y
confusos y otros con algún acierto:
1-. Principio del automejoramiento de las
especies.
2-. Uso y desuso de los órganos que
provocaban la hipertrofia o atrofia de los
mismos.
3-. Herencia de los caracteres adquiridos.
4-. Negación total de
creaciones sucesivas.
la
teoría
de
las
Consideró a la especie no como una serie,
sino como una ramificación.
La biología actual reconoce el mérito del
trabajo de Lamarck al enfrentarse con un
medio totalmente hostil que desprecio su
trabajo, pero en el que abrió una brecha a las
ideas evolucionistas, aunque los mecanismos
por él invocado no fueran totalmente
acertados.
50
Muchas de las teorías evolucionistas de los
primeros tiempos y las posteriores adolecen
del defecto e tratar de basar todo el proceso
evolutivo en un solo hecho, por lo que se les
dio el titulo de teorías monísticas.
El primero en reconocer que la evolución era
debida un equilibrio de diferentes fuerzas en
conflicto, fue Charles Darwin (1809-1882).
Sus ideas abrieron campo a las actuales
teorías llamadas sintéticas que consideraban
la evolución como un hecho demasiado
complejo para residir en un solo factor, e
invocan varios de ellos para explicarlo.
La teoría evolutiva de Darwin es la que más se
acerca al concepto actual de evolución y es
interesante
conocer
la
cadenas
de
circunstancias que contribuyeron a orientar el
pensamiento de Darwin por este sendero.
Conestudios previos sobre ciencias naturales y
geología, Darwin visitó asiduamente los
museos. La diversidad de los seres vivos era
para él conocida bajo el aspecto de
especímenes de laboratorio o museo. A los 22
años se embarco como naturalista en el velero
Beagle en un viaje de 5 años que le llevo
alrededor del mundo. El primer impacto que
recibió Darwin en su escala en Brasil, fue que
los seres vivos en su medio natural diferían de
los disecados, en que parecían formar parte
del todo biológico donde se encontraban, por
lo que debían considerarse no como individuos
aislados sino como partes integrantes del
conjunto de seres vivos.
La segunda observación fue que la vida se
desarrolla en una competencia no solo
interespecífica, sino también intraespecífica. A
esto se le denomino lucha por la existencia,
en la cual hay siempre una parte ganadora y
otra perdedora de la población; la diferencia
entre los ganadores y perdedores recibió de
Darwin el nombre de selección natural, por
medio de la cual perduran los más fuertes,
aptos y mejor adaptados al medio.
En su escala en las Islas Galápagos, pudo
percibir la variación geográfica al observar
especie aisladas de las del continente, que
Diferían en varias características morfológicos,
por lo que dedico especial atención a tortugas
y pájaros pinzones, cuyo pico mostraba una
serie de adaptaciones a los distintos
regímenes alimentación.
La observación del fósil Glyptodon y los
actuales armadillos favoreció más las ideas
que,
deducidas
de
sus
cuidadosas
observaciones y datos acumulados, iban
juntamente en su mente. Casi en contra de su
voluntad, se vio Darwin obligado a aceptar el
hecho del cambio evolutivo de las especies y
se dedico con verdaderas honradez y
autoexistencia científica a acumular más y
más datos a favor de esta teoría.
Dos trabajos fueron de ayuda para él: uno de
Lyell sobre los cambios geológicos de la
corteza terrestre en las diversas épocas, lo
que le hizo pensar que estos cambios
debieron haber influido en el medio imperante
de los seres vivos y que estos, a su vez,
debieron haber cambiado también. El otro
trabajo fue el que decía que la especie
humana
se
reproducía
en
progresión
geométrica y los alimentos solo en progresión
aritmética; orientando sus observaciones
hacia este punto, Darwin puso en claro que, si
bien
las
especies
tenían
una
mayor
reproductividad, había factores que frenaban
este crecimiento y mantenían más o menos
igual el número de pobladores de la especie
humana (selección natural, lucha por la
existencia).
Estaba Darwin ando los últimos toques a su
trabajo para presentarlo, cuando recibió del
naturalista Alfred Russel Wallace, quien hacia
investigaciones en Malaya, un trabajo
concebido en términos casi iguales a los
suyos. Correspondiente, por lo tanto, el
mérito de ambos.
La obra total de Darwin, con sus múltiples
trabajos, nos hace apreciar su gran capacidad,
su excelente preparación y perspicacia
científica, así como la curiosidad e inquietud
como naturalista.
Posteriormente
a
Darwin,
hubo
dos
conocimientos de gran importancia que han
contribuido mucho en el esclarecimiento de
muchos fenómenos evolutivos que él no pudo
explicar: la genética y la estructura de las
poblaciones.
CONCEPTO DE ESPECIE
El concepto tipológico de la especie prevaleció
muchos años a partir de las declaraciones
fijistas de Carlos Linneo, a quien corresponde
el innegable mérito de haber ordenado y
clasificado en forma competente la mayoría de
las especies vivientes conocidas. Según este
criterio, la especie proviene tal cual es, de una
creación; es inmutable y todos los individuos
que la integran son semejantes entre si.
Lamarck opino que la especie es “ una
colección de individuos semejantes que la
generación perpetua en el mismo estado,
hasta que diversas circunstancias del medio
ambiente la hagan cambiar”. Además,
pensaba que en vez de ser una serie, es una
ramificación.
Posteriormente se agregó la condición de que
los individuos que integran una especie,
deben tener “descendencia fecunda”.
Mas tarde se extendió el concepto de
considerar la especie como una entidad ficticia
convencional y no como el grupo natural que
es, hasta que se vio que los mismos
individuos limitan su especie verificando el
cruzamiento entre ellos y no con ninguna otra
especie, a pesar de que lo podrían hacer y que
sus descendientes serian fecundos.
Así que la propiedad característica de la
especie que se considera actualmente, es que
sea un grupo de individuos que se crucen
entre si.
Las propiedades biológicas básicas de las
especies son tres:
1) Adaptación al medio físico.
2) Capacidad de coexistencia.
3) Conservación
reproductor.
de
su
aislamiento
ADAPTACIÓN AL MEDIO FISICO.
Cada especie tiene necesidades ecológicas
específicas como características propias y un
límite de tolerancia a la variación de ellas
(temperatura, humedad, altura, etc.).
Entonces, cuando los factores ecológicos han
sobrepasado al límite de tolerancia de una
especie, obran como barreras que inhiben su
distribución.
Así pues, existirá un medio optimo en donde
se
encontrará
el
mayor
número
de
poblaciones de una especie que se ira
haciendo menor a medida que se acerque a
las barreras ecológicas limitantes.
Las poblaciones de las especies que se hallan
distribuidas en estos límites soportan un
grado
máximo
de
condiciones
poco
favorables, muchas de ellas desaparecerán,
pero hay algunas que soportan la variación del
medio y son el material vivo más adecuado
para iniciar una variación de donde puede
seguir un cambio evolutivo. (Lám. XXXIII).
COEXISTENCIA.
En un mismo medio no pueden existir dos
especies diferentes que tengan idénticas
condiciones ecológicas, a no ser que este
51
medio sea muy amplio y tenga lugares o
nichos vacíos.
Los competidores de una especie son aquellos
que
tienen
las
mismas
necesidades
ecológicas. Las especies que habitan en el
mismo lugar, al mismo tiempo, se llaman
especies simpátricas, y se extinguirán,
respecto a sus competidores, aquellas que
tengan menor potencial biótico (capacidad
reproductora). Otro factor desfavorable es que
una especie intervenga en la competencia en
condiciones desventajosas del número de su
población.
CONSERVACIÓN
REPRODUCTOR.
DEL
AISLAMIENTO
Esta es una de las características más
notables que conserva integras a las especies
e impide la hidratación. El término que se
utiliza para nombrar en general a las
propiedades
biológicas
que
evitan
el
cruzamiento interespecífico es el mecanismo
de aislamiento:
1) Mecanismo (como ejemplo) anterior al
cruce, tenemos:
Aislamiento por diferentes estaciones de celo
o diferentes hábitos de vida que impiden que
los posibles cónyuge se encuentren.
52
EL ORIGEN DE LAS ESPECIES
Carlos Darwin
INTRODUCCION
DE RICHARD E. LEAKEY
SEXTA EDICION.
CAPÍTULO II
LA VARIACION EN LA NATURALEZA
Antes de aplicar a los seres orgánicos en
estado natural los principios a que hemos
llegado en el capitulo anterior, podemos
discutir brevemente si estos seres están
sujetos a alguna variación. No discutiré aquí
las varias definiciones que se han dado de la
palabra especie. Generalmente, esta palabra
encierra el elemento desconocido de un acto
distinto de la creación. La palabra variedad es
casi tan difícil de definir, pero en ella se
sobreentiende casi universalmente comunidad
de origen, aunque esta rara vez pueda ser
probada. Tenemos además lo que se llama
monstruosidades,
las
cuales
pasan
gradualmente
a
las
variedades.
Por
monstruosidad supongo que se entiende
alguna
considerable
anomalía
de
conformación, generalmente perjudicial o
inútil para la especie. Algunos autores usan
técnicamente la palabra variación, en el
sentido de modificación debida directamente a
las condiciones físicas de vida, y se supone
que las variaciones de esta clase son
hereditarias; pero ¿quién puede afirmar que el
enanismo de los moluscos en las aguas
nauseabundas del Báltico o las plantas enanas
de las cimas de los Alpes, o la piel más espesa
de un animal de muy al norte no serian
heredados en algunos casos durante varias
generaciones por lo menos? Y siendo así,
presumo que la forma seria llamada variedad.
Puede dudarse de que una desviación
repentina y considerable de estructura, como
las que vemos ocasionalmente en estado de
naturaleza. Casi todas las partes de cualquier
ser orgánico están adaptadas en tal forma a
las complejas condiciones de vida que parece
improbable que ninguna parte haya sido
producida súbitamente en su perfección, como
lo es que una maquina complicada hubiera
sido creada perfecta desde el principio por el
hombre. En el estado domestico se producen
a
veces
monstruosidades
parecidas
a
estructuras que eran normales en animales
muy diferentes. Así, a veces han nacido
cerdos con una especie de trompa, y si algún
animal salvaje del mismo género hubiera
poseído trompa por naturaleza, podría
haberse
afirmado
que
nació
como
monstruosidad. Pero hasta ahora, a pesar de
búsquedas diligentes, no he podido encontrar
casos de monstruosidades que se parezcan a
estructuras que son normales en formas
estrechamente vinculadas, que son las únicas
que importan en esta cuestión. Si formas
monstruosas de esa clase aparecen alguna
vez en estado de naturaleza y son capaces de
reproducirse - lo que no siempre ocurre -, su
preservación, puesto que se han producido
raramente y en forma aislada, dependería de
circunstancias excepcionalmente favorables. Y
durante
la
primera
y
las
sucesivas
generaciones se cruzarían también con la
forma
ordinaria
y
así
se
perdería
inevitablemente su carácter anormal. Pero
tendré que volver en un capitulo futuro sobre
la preservación y perpetuación de variaciones
aisladas u ocasionales.
DIFERENCIAS INDIVIDUALES.
Las muchas diferencias leves que len los
descendientes de los mismos padres, o que
puede suponerse que se han surgido así por
ser observadas en los ejemplares de la misma
especie que habitan la misma región cerrada,
pueden ser llamadas diferencias individuales.
Nadie supone que todos los individuos de la
misma especie han sido fundidos exactamente
en el mismo molde. Estas diferencias
individuales tienen la mayor importancia para
nosotros, porque a menudo son hereditarias,
como
todos
estarán
acostumbrados
a
observar, y por eso proporcionan materiales
para que opere y se acumule la selección
natural, de la propia manera en que el
hombre acumula en una dirección dada
diferencias individuales en sus productos
domésticos. Esas diferencias individuales
afectan generalmente a lo que los naturalistas
consideran partes sin importancia; pero y
podría demostrar con un largo catálogo de
hechos que ciertas partes que es forzoso
llamar importantes, ya sea desde el punto de
vista fisiológico o desde el punto de vista de la
clasificación, varían a veces en ejemplares de
la misma especie. Estoy convencido de que los
naturalistas más experimentados quedarían
sorprendidos ante el número de casos de
variabilidad, inclusive en partes importantes
de la estructura, que podrían recoger de datos
autorizados, como los he recogido yo durante
años.
Debe
recordarse
que
los
sistematizadores están muy lejos de sentirse
complacidos cuando encuentran variabilidad
en caracteres importantes, y que son muchos
los hombres que quieren consagrarse a
examinar laboriosamente orgánicos internos e
importantes y compararlos en muchos
53
especimenes de una especie determinada.
Nunca se habría esperado que la ramificación
de los nervios principales próximos al ganglio
central de un insecto habría sido variable en la
misma especie; podría haberse pensado que
cambios de esta naturaleza solo habían de
manifestarse por lentas graduaciones; sin
embargo, Sir J. Lubbock ha demostrado que el
coctus (Insecto del orden de los hemípteros),
presenta un grado de variabilidad en dichos
nervios que casi pueden compararse con la
ramificación irregular del tronco de un árbol.
Puedo añadir que este naturalista filósofo, ha
demostrado también que los músculos de las
larvas de ciertos insectos estan lejos de ser
uniformes. Los autores suelen argumentar en
un circulo vicioso cuando afirman que los
órganos importantes nunca varían; porque
esos mismos autores (como han confesado
francamente algunos naturalistas) califican de
importantes virtualmente a todas las partes
que no varían, y de ese modo nunca se
encontrara una parte importante que varíe.
Bajo el otro punto de vista se pueden
encontrar de seguro muchos ejemplos.
En lo que se refiere a las diferencias
individuales hay un hecho que produce
extremada perplejidad: acudo a esos géneros
que han sido llamados proteicos o polimorfos,
en que las especies presentan un grado
inusitado de variación. Con respecto a muchas
de esas formas, apenas habrá dos naturalistas
que estén de acuerdo sobre si han de
clasificarlas
como
especies
o
como
variedades. Podemos citar el rubus, la rosa y
el hieracium entre las plantas, varios géneros
de insectos y de moluscos braquiópodos. En la
mayoría de los géneros polimorfos, algunas
especies tienen caracteres fijos y definidos.
Géneros que son polimórficos en un país,
parece serlo también, con pocas excepciones,
en los otros y haberlo sido igualmente, a
juzgar por los braquiópodos, en épocas
anteriores.
Estos
hechos
desconciertan,
porque parecen indicar que esta especie de
variabilidad
es
independiente
de
las
condiciones de vida. Me inclino a sospechar
que vemos, por lo menos en algunos de esos
géneros polimorfos, variaciones que no son
útiles ni perjudiciales para la especie y que,
por l tanto, no han sido fijadas y convertidas
en definitivas por selección natural, como se
explicara más adelante. Ejemplares de la
misma especie presentan a menudo, como
todos
saben,
grandes
diferencias
de
estructura,
independientemente
de
la
variación, como ocurre en los dos sexos de
diversos animales, en las dos o tres castas de
hembras estériles u obreras entre los insectos,
y en los estados larvales o incompletos de
54
muchos animales inferiores. También hay
casos de dimorfismos y trimorfismos, tanto en
los animales como en las plantas. Así, Mr.
Wallace, que recientemente llamo la atención
sobre el tema, ha demostrado que las
hembras de ciertas especies de mariposas en
el archipiélago Malayo a parecen regularmente
bajo dos y aun tres formas conspicuamente
diferentes, no relacionadas por variedades
intermedias. Fritz Müller ha descrito casos
análogos pero más extraordinarios en los
machos de ciertos crustáceos brasileños: por
ejemplo, el macho de los tanais se presenta
regularmente bajo dos formas distintas; una
de ellas tiene pinzas fueres y de forma
diferente y la otra tiene antenas con muchos
más pelos de olfato. Aunque en la mayoría de
esos casos, las dos o tres formas, tanto
animales como vegetales, no están ahora
vinculadas por graduaciones intermedias, es
probable que lo estuviesen en otro tiempo.
Mr. Wallace describe, por ejemplo, cierta
mariposa que presenta en la misma isla gran
número de variedades relacionadas por
eslabones extremos de la cadena se parecen
estrechamente a las dos formas de una
especie dimórfica relacionada que habita en
otra parte del archipiélago Malayo. Así pasa
también que, en las hormigas, las varias
castas de obreras son generalmente bien
distintas; pero en algunos casos, como
veremos
después,
las
castas
están
relacionadas
por
variedades
sutilmente
graduadas. Lo mismo se comprueba, como lo
he observado personalmente, en algunas
plantas dimorficas. Ciertamente al principio
parece un hecho muy notable que la misma
mariposa hembra tuviera el poder de producir
simultáneamente tres formas de hembras
distintas y una macho; y que una planta
hermafrodita produjese de la misma cápsula
de semilla tres formas hermafroditas distintas,
con tres clases distintas de hembras y tres o
aun seis clases diferentes de machos. Sin
embargo, estos casos no son más que
exageraciones del hecho común de que la
hembra produce hijos de dos sexos que ha
veces difieren extraordinariamente unos de
otros.
ESPECIES DUDOSAS
Las
formas
que
poseen
en
grado
considerables el carácter de especies, pero
que se parecen mucho a otras formas o están
tan estrechamente vinculadas con ellas por
graduaciones intermedias que los naturalistas
no gustan de clasificarlas como especies
distintas, son varios sentidos las más
importantes para nosotros. Tenemos todas las
razones para creer que muchas de las formas
dudosas y estrechamente relacionadas han
conservado siempre sus caracteres durante
largo tiempo; tanto tiempo, por lo que
sabemos, como las buenas y verdaderas
especies.
Prácticamente,
cuando
un
naturalista puede unir, por medio de
eslabones
intermedios,
dos
formas
intermedias, trata a la una como variedad de
la otra, clasificando a la más común, pero a
veces a la primera descrita, como especie y a
la otra como variedad de ella. Pero a veces
surgen casos más difíciles, que no he de
enumerar aquí, para decidir si conviene o no
clasificar una forma como variedad de otra,
aun cuando estén estrechamente relacionadas
por eslabones intermedios; y el carácter
híbrido, según se supone generalmente, de la
forma intermedia, no ha de resolver siempre
la dificultad. En muchos casos, empero, una
forma es clasificada como variedad de otra, no
porque hayan sido realmente encontrados los
eslabones intermedios, sino porque la
analogía lleva al observador a suponer que
existen ahora o que pueden haber existido
antes, y con eso queda abierto una ancha
puerta a la duda y a las conjeturas.
Por consiguiente, para determinar si una
forma debe ser clasificada como especie o
como variedad, la única guía parece ser la
opinión de naturalistas de sano juicio y amplia
experiencia. Sin embargo, en muchos casos
debemos decidir por mayoría de opiniones,
porque son pocas las variedades bien
señaladas y bien conocidas que no hayan sido
clasificadas como especies al menos por
algunos jueces competentes. No se puede
negar que variedades de esta naturaleza
dudosa están lejos de ser excepcionales.
Compárense las diversas flores de Gran
Bretaña, de Francia o de los Estados Unidos,
trazadas por diferentes botánicos, y se vera
que sorprendente número de formas han sido
clasificadas por algún botánico como especie
definida y por otro como mera variedad. Mr.
H. C.Watson, a quien estoy profundamente
agradecido por la ayuda de toda clase que me
ha prestado. Me ha marcado 182 plantas
británicas que generalmente son consideradas
variedades, pero todas las cuales han sido
juzgadas especies por algunos botánicos; y al
hacer esta lista ha omitido muchas variedades
de poca significación que, sin embargo, han
sido clasificadas por algunos botánicos como
especies, y ha omitido enteramente varios
géneros
muy
polimórficos.
Bajo
la
denominación de géneros, incluyendo formas
muy
polimórficas,
Mr.
Babington
ha
presentado 251 especies mientras Mr.
Bentham da solamente 112: ¡una diferencia
de 139 formas dudosas! Entre los animales,
que se unen para cada nacimiento y que
tienen tanta movilidad, las formas, las formas
dudosas, clasificadas como especie por un
zoólogo y como variedad por otro, rara vez
pueden encontrarse en el mismo país, pero
son comunes en regiones separadas. ¡Cuantos
de los pájaros e insectos de la América del
Norte y de Europa, que difieren muy
levemente unos de otros, han sido clasificados
por un naturalista eminente como especie
indudable y por otro como variedades o,
según se les llama a menudo, razas
geográficas! Mr. Wallace, en varios trabajos
valiosos
sobre
los
diversos
animales,
especialmente los lepidópteros, que habitan
las islas del gran archipiélago Malayo,
demuestra que pueden ser clasificados en
cuatro categoría, a saber: como formas
variables, como formas variables, como
formas locales, como razas o subespecies
geográficas y como verdaderas especies
representativas. Las primeras – formas
variables- varían mucho menos dentro de
limites de la misma isla. Las formas locales
son relativamente constantes y distintas en
cada isla; pero cuando se comparan todas las
de las de las diversas islas, las diferencias
resultan tan leves y graduadas, que es
imposible definirlas o distribuirlas, aunque al
mismo tiempo las formas extremas son
suficientemente
distintas.
Las
razas
o
subespecies geográficas son formas locales
completamente fijas y aisladas, pero como no
difieren unas de otras por caracteres
importantes y fuertemente marcados, “no hay
piedra de toque posible y solo la opinión
individual ha de determinar cual de ellas debe
ser considerada como especie y cual como
variedad”.
Finalmente,
las
especies
representativas ocupan en la economía
natural de la isla el mismo lugar que las
formas locales y las subespecies, pero se
distinguen unas de otras por mayores
diferencias que las existen entre las formas
locales y las subespecies por eso son casi
universalmente
clasificadas
por
los
naturalistas como especies de verdad. No
obstante, es imposible dar un criterio seguro
para distinguir las formas variables, las
formas locales, las subespecies y las especies
representativas. Hace muchos años, cuando
yo comparaba y veía comparar a otros las
aves de las islas vecinas del archipiélago de
las Galápagos, unas con otras, y las y las
mismas con las de la tierra firme americana,
me sorprendió mucho notar cuan vaga y
arbitraria era la distinción entre las especies y
variedades. En las islitas del pequeño grupo
de las de Madera hay muchos insectos que
55
son caracterizados como variedades en la
admirable obra de Mr. Wollaston, pero que
ciertamente serian clasificados como especies
distintas por muchos entomólogos. Hasta
Irlanda tiene algunos animales, ahora
considerados como variedades, pero que han
sido clasificados como especies por algunos
zoólogos. Varios ornitólogos experimentados
consideran nuestra gallineta roja británica,
como nada más que una raza fuertemente
marcada de una especie noruega, mientras la
mayoría la clasifica como especie indudable,
peculiar a gran Bretaña. Una gran distancia
entre las regiones que habitan dos formas
distintas induce a muchos naturalistas a
considerarlas como especies definidas; pero
se han preguntado, con razón, que distancia
bastara: si la que media entre Europa y
América es amplia, ¿será suficiente la que hay
entre Europa y las Azores, o las Islas de
Madera. O las canarias, o entre las varias islas
de estos pequeños archipiélagos?
Mr. B. D. Walsh, distinguido entomólogo de
los Estados Unidos, ha descrito lo que el llama
variedades fitófagas y especies fitófagas. La
mayoría de los insectos que se alimenta de
vegetales viven de una u otra clase de planta
o grupo de plantas; algunos se alimentan
indistintamente de muchas clases, pro no por
ello varían. En diversos casos, sin embargo,
Mr. Walsh ha observado insectos encontrados
en diferentes plantas que presentaban en su
estado larval o incompleto, o en ambos
estados, diferencias ligeras pero constantes
en el color, el tamaño en la naturaleza de sus
secreciones. En algunos casos los machos
solos, en otros los machos y las hembras,
diferían así levemente, según observo.
Cuando las diferencias son algo más marcadas
y cuando ambos sexos y todas las edades son
afectados por ellas, todos los entomólogos
clasifican
las
formas
respectiva
como
especies. Pero ningún observador puede
determinar para beneficio de otro, aunque
pueda hacerlo par sí mismo, cual de esas
formas fitófagas debería ser llamada especie y
cual variedad. Mr. Walsh clasifica las formas
que puede suponerse que se cruzarían
libremente, como variedades, y las que
parecen haber perdido ese poder, como
especies. Pero las diferencias dependen de
que los insectos se han alimentado duramente
largo tiempo de plantas distintas, y por eso no
pueden
esperarse
que
los
eslabones
intermedios que relacionan las diversas
formas hayan de encontrarse ahora. Así el
naturalista pierde su mejor guía para
determinar si debe clasificar las formas
dudosas como variedades o como especies.
Necesariamente
ocurre
lo
mismo
con
56
organismos
estrechamente
aliados
que
habitan continentes o islas distintos. Por otra
parte, cuando un animal o planta existe en
todo el mismo continente o en muchas islas
del mismo archipiélago y presentan formas
diferentes en las diversas regiones, siempre
hay buenas probabilidades de que se
descubrirán
formas
intermedias
que
vincularan los estados extremos y entonces
éstas son rebajadas al grado de variedades.
Unos pocos naturalistas sostienen que los
animales nunca presentan variedades; pero
esos mismos naturalistas clasifican después la
más leve diferencia como de valor específico y
cuando se encuentra la misma forma idéntica
en dos países distintos o en dos formaciones
geológicas diferentes, creen que hay dos
especies distintas ocultas bajo el mismo
ropaje. Es decir que el mismo término de
especie viene a ser empleado como mera
abstracción inútil, implicando y dando por
supuesto un acto separado de la creación. Es
seguro que muchas formas, consideradas por
jueces muy competentes como variedades, se
parecen tan completamente a las especies en
sus caracteres, que han sido clasificadas como
tales por otros jueces muy competentes. Pero
discutir si deben o no ser llamadas especies o
variedades antes de que se haya aceptado
generalmente una definición de esos términos
es espectacular en el aire.
Muchos
de
los
casos
de
variedades
fuertemente marcadas o especies dudosas
merecen consideración, pues en la tentativa
para determinar su categoría se han expuesto
varias líneas interesantes de argumentación
relativas a la distribución geográficas, a la
distribución
geográfica,
a
la
variación
analógica, al hibridismo, etc. Pero el espacio
de que dispongo no me permite estudiarlas.
En muchos casos no cabe duda de que una
investigación atenta hará que los naturalistas
se pongan de acuerdo sobre como clasificar
formas dudosas. Sin embargo, hay que
confesar que es en los países más conocidos
donde encontramos mayor número de ellas.
Me ha llamado la atención el hecho de que si
un animal o planta en estado de naturaleza es
muy útil al hombre o llama su atención por
alguna causa, inmediatamente se registraran
variedades del mismo. Esas variedades,
además, serán clasificadas a menudo por
algunos autores como especies. Obsérvese el
roble común: ¡ cuantamente ha sido
estudiado! Sin embargo, un autor alemán
descubre más de una docena de especies
entre las formas casi universalmente los otros
botánicos consideraban variedades; y en este
país se puede citar a las más altas
autoridades botánicas y hombres prácticos
para demostrar que los robles sesil y
pedunculado son verdaderas y definidas
especies o meras variedades.
Puedo aludir aquí a una notable memoria
publicada últimamente por A. De Candolle
sobre los robles de todo el mundo. Nadie ha
tenido materiales más amplios para discernir
las especies ni los ha trabajado con más celo
y capacidad.
Primero expone en detalle todos los
númerosos puntos de la estructura que varían
en
las
diferentes
especies
y
calcula
numéricamente la frecuencia relativa de la
variación. Especifica más de una docena de
caracteres que pueden encontrarse variando
hasta en la misma rama, a veces según la
edad o el desarrollo, a veces sin alguna razón
asignable. Tales caracteres, por supuesto, no
tienen valor de especie, pero son como ha
observado Asa Gray comentando este estudio,
de los que entran generalmente en las
definiciones de especie. De Candolle dice
después que da la categoría de especie a las
formas que difieren en caracteres que nunca
varían en el mismo árbol y que nunca se han
encontrado
relacionados
por
estados
intermedios.
Después
de
este
pasaje,
resultado de tanto trabajo, recalca “ se
engañan los que repiten que la mayoría de
nuestras especies están claramente delimitada
y que las especies dudosas son la exigua
minoría. Esto parecía cierto mientras se
conocía imperfectamente el género, y sus
especies se fundaban en pocos ejemplares, es
decir, que eran provisionales. En cuanto
empezamos a conocerlas mejor aparecen
formas intermedias y aumentan las dudas
sobre los limites en las especies”. Añade que
las especies más conocidas son las que
presentan mayor número de variedades y
subvariedades espontaneas. Así la quercus
robur tiene 28 variedades, todas las cuales,
exceptuando seis, están agrupadas en torno a
tres subespecies, a saber: la quercus
pedunculata, la sesiliflora y la bubescens. Las
formas que vinculan entre si a esas tres
subespecies son relativamente raras; y, como
observa
también
Asa
Gray,
si
esas
vinculadoras raras ahora se extinguieran
totalmente, las tres subespecies conservarían
entre si exactamente la misma relación que
las cuatro o cinco especies provisionalmente
admitidas, que rodean tan estrechamente a la
típica quercus robur. Finalmente, de Candolle
admite que las 300 especies que serán
enumeradas
en
su
Prodromo
como
pertenecientes a la familia del roble, por lo
menos dos tercios son especies provisionales,
es decir, que no se saben que cumplan
estrictamente la definición, dada antes, de
una especie verdadera. Debe añadirse que de
Candolle ya no cree que las especies sean
creaciones inmutables, son concluye que la
teoría derivada es la más natural y “ la más
acorde con los hechos conocidos de la
paleontología, la botánica y la zoología
geográficas, y de la estructura y clasificación
anatómicas”.
Cuando un joven naturalista empieza a
estudiar
un
grupo
de
organismos
completamente desconocidos para él, se ve
muy perplejo al principio para determinar que
diferencias ha de considerar en la categoría de
especies y cuales en la de variedad, porque no
sabia nada del grado de variación a que esta
sometido ese grupo, al menos, con cuanta
frecuencia hay variaciones. Pero si limita su
atención a una sola clase en un solo país,
pronto se decidirá en cuanto a como clasificar
la mayoría de las formas dudosas. Su
tendencia general será enumerar muchas
especies, porque quedara impresionado, como
los dos criadores de palomas o gallinitas a que
aludimos, ante el alcance de las diferencias en
las
formas
que
continuamente
esta
estudiando, y tiene poco conocimiento general
de la variaron analógica en otros grupos y
otros países con lo cual corregiría sus
primeras impresiones. A medida que amplia el
campo de sus observaciones se encontrará
cada vez con más casos de dificultad, porque
encontrará
mayor
número
de
formas
estrechamente relacionadas entre si. Pero si
sus
observaciones
son
ampliamente
extendidas, el final podrá probablemente
decidirse, aunque lo conseguirá con tal de
admitir mucha variación, y lo apropiado de
esta admisión será discutido por otros
naturalistas. Cuando llegue a estudiar formas
vinculadas traídas de países que no son
continuos, caso en el cual no puede abrigar la
esperanza
de
encontrar
eslabones
intermedios, se vera obligado a confiar casi
exclusivamente en la analogía, y entonces sus
dificultades habrán llegado al máximo.
Ciertamente, no se ha trazado aun una línea
clara de demarcación entre las especies y las
subespecies, es decir, las formas que en
opinión e algunos naturalistas se acercan
mucho pero no llegan a la categoría de
especies; ni tampoco entre las subespecies y
las
variedades
menores
y
diferencias
individuales.
Esas diferencias se mezclan unas con otras
mediante una serie insensible, y una serie da
al espíritu la impresión de un pasaje
verdadero.
57
Por eso, aunque las diferencias individuales
son de escaso interés para el sistematizador,
yo las miro como de la mayor importancia
para nosotros, pues constituyen el primer
paso hacia esas variedades leves que apenas
son dignas de recordarse en las obras de la
historia natural. Y miro las variedades que en
algún grado son más distintas y permanentes,
como
pasos
hacia
variedades
más
permanentes y marcadas; y estas ultimas,
como a las que conducen a las subespecies, y
de ahí a las especies. El paso de una etapa de
diferencia a otra puede ser en muchos casos
simple resultado de la naturaleza del
organismo y de las diferentes condiciones
físicas a que ha estado expuesto por mucho
tiempo; pero con respecto a los caracteres
más importantes y adaptativos, este paso de
una etapa de diferencia a otra puede ser
atribuido sin temor a la acción acumulada de
la selección natural, que explicaremos más
adelante, y a los efectos del aumento del uso
y desuso de las partes. Una variedad bien
marcada, por consecuencia, puede ser
llamada especie incipiente; pero para juzgar si
esta opinión es justificada o no, habrá que
considerar el peso de los diversos hechos y
reflexiones que expondremos en el curso de
esta obra.
No hay que suponer que todas las variedades
o especies incipientes alcanzaran la categoría
de especies. Pueden extinguirse o pueden
resistir como variedades por periodos muy
largos, según ha demostrado Mr. Wollaston
con las variedades de ciertos moluscos fósiles
terrestres de Madera y Gaston de Saporta con
ciertas plantas. Si una variedad prospera
hasta superar en número a la especie de la
madre, tendrá entonces la categoría de
especie y aquella pasara a la variedad; o
podría llegar a suplantar y exterminar a la
especie madre; o ambas podrían coexistir y
ser
consideradas
como
especies
independientes. Pero sobre esto hemos de
volver más adelante.
Por todas estas observaciones, considero el
termino especie como arbitrariamente dado,
por comodidad, a un conjunto de ejemplares
que se parecen estrechamente; y creo que no
defiere en lo esencial del termino variedad,
que se de a formas menos distintas y más
fluctuantes. Además, la expresión variedad,
en
comparación
con
las
diferencias
meramente individuales, es aplicada también
arbitrariamente, por razones de comodidad.
58
LAS ESPECIES DE GRAN DISPERSIÓN, LAS
MUY DIFUNDIDAS Y LAS más COMUNES, SON
LAS QUE VARIAN MAS.
Guiado por consideraciones teóricas pensé
que se podrían obtener algunos resultados
interesantes con respecto a la naturaleza de
las relaciones entre las especies que más
varían tabulando todas las variedades de
diversas floras bien elaboradas. Al principio
esto parecía tarea fácil; pero Mr. H. C.
Watson, a quien debo mucho por sus valioso
consejos y ayuda en este asunto, no tardo en
convencerme
de
que
había
muchas
dificultades, como lo hizo después constar el
Dr. Hooker, en términos aun más enérgicos.
Reservare para una obra futura la discusión
de estas dificultades y tablas de los números
proporcionales de las especies que varían. El
Dr. Hooker me permito añadir que después de
haber leído cuidadosamente mi manuscrito, y
examinado las tablas, piensa que las
afirmaciones
siguientes
están
bien
establecidas. Todo el tema, empero, tratando
como lo es necesariamente aquí en forma
muy breve, resulta más bien desconcertante y
no pueden evitarse alusiones a la lucha por la
existencia, divergencias de caracteres y otras
cuestiones que habrán de ser estudiadas más
adelante.
Alfonso de Candolle y otros han demostrado
que las plantas que abarcan amplias regiones,
generalmente presentan variedades; y esto
era de esperar, puesto que están sometidas a
diversas condiciones físicas y entran en
competencia (lo cual, como veremos más
adelante, es circunstancia igual o más
importante) con diferentes conjuntos de seres
orgánicos. Pero mis tablas demuestran
además que en un país limitado las especies
que son más comunes, es decir, que más
abundan en ejemplares, y las especies que
están difundidas más ampliamente en su
propio país (hecho diferente del que abarquen
muchas regiones, y hasta cierto punto
también del que sean o no comunes) muy a
menudo
dan
origen
a
variedades
suficientemente marcadas como para haber
sido registradas las obras botánicas. De ahí
que las especies más prosperadas o, como
podrían llamarse. Dominantes, -las que
abarcan
muchas
regiones,
están
muy
difundidas en su propio país y son las más
númerosas en ejemplares- son las que
producen más a menudo variedades bien
marcadas o, como las considero yo, especies
incipientes. Y esto, quizá podría preverse:
porque como las variedades, para convertirse
de algún modo en permanentes, tienen que
luchar con los otros habitantes del país, las
especies que ya son dominantes serán las que
más probablemente den descendientes que, si
bien modificados en grado todavía leve,
heredan esas ventajas que permitieron a sus
antecesores
predominar
sobre
sus
compatriotas.
En estas observaciones sobre predomino debe
entenderse que se alude solamente a las
formas que entran en competencia unas con
otras, y más especialmente a los miembros
del mismo genero o clase, que tienen hábitos
parecidos de vida. Con respecto al número de
individuos o a lo común de la especie, la
comparación, por supuesto, se refiere
solamente a los miembros del mismo grupo.
Una de las plantas más elevadas puede ser
considerada predominante si tiene ejemplares
más númerosos y más difundidos que las
otras plantas del mismo país que viven bajo
las mismas condiciones. Una planta de esta
clase no es menos predominante por el hecho
de que algunas hierbas filamentosas del agua
o algunos hongos parásitos sean infinitamente
más númerosos como ejemplares y están
difundidos con más amplitud. Pero si esas
hierbas filamentosas u hongos parásitos
superan a sus semejantes en los sentidos
mencionados,
entonces
serán
los
que
predominan dentro de su clase.
ESPECIES DE LOS GENEROS MAYORES EN
CADA PAIS VARIAN CON más FRECUENCIA
QUE LAS ESPECES DE LOS GENEROS
MENORES.
Si las plantas que habitan un país, tal como
las describe cualquier flora, son divididas en
dos masas iguales, poniendo e un lado a todas
las de los géneros mayores, (es decir los
géneros que comprenden muchas especies y
del otro las de los géneros menores, se vera
que los primeros incluyen un número algo
mayor de las especies muy comunes o muy
difundidas o dominantes.
Esto podría preverse, porque el mero hecho
de que muchas especies del mismo genero
habiten un país demuestra que en algunas
condiciones orgánicas o inorgánicas de ese
país hay algo favorable para el genero; en
consecuencia, podría esperarse encontrar en
los géneros mayores, o sea lo que incluyen
muchas
especies,
un
número
proporcionalmente
mayor
de
especies
dominantes.
Pero son tantas las causas que tienden a
obscurecer este resultado, que todavía me
sorprende que mis tablas den una pequeña
mayoría del lado de los géneros mayores.
Aludiré aquí solamente a dos causas de
obscuridad. Las plantas que buscan aguas
dulces y sales generalmente crecen en
regiones muy extensas y están muy
difundidas, pero esto parece relacionarse con
la naturaleza de las zonas habitadas por ellas
y tienen poca ninguna relación con el volumen
de los géneros a que pertenecen las especies.
Además,
plantas
que
ocupan
lugares
inferiores en la escala de la organización están
mucho más difundidas que las que ocupan
puestos superiores; y aquí tampoco existe
relación estrecha con el volumen de los
géneros. La causa de que las plantas
inferiores aparezcan en regiones tan extensas
será tratada en nuestro capitulo sobre la
distribución geográfica.
Por mirar las especies solamente como
variedades muy marcadas y bien definidas,
pude prever que las especies de los géneros
mayores en cada país presentarían a menudo
más variedades que las de los géneros
menores, pues dondequiera que se han
formado muchas especies estrechamente
relacionadas (es decir especies del mismo
genero) muchas variedades o especies
incipientes deberán estar formándose ahora,
por regla general. Donde crecen muchos
árboles
grandes,
esperamos
encontrar
retoños. Donde se han formado muchas
especies de un genero por variación, las
circunstancias han sido favorables para la
variación, y por so esperamos que sigan
siendo favorables para ello. En cambio, si
miramos cada especie como un acto especial
de creación, n hay razones visibles para que
se produzcan más variedades en un grupo que
contiene muchas especies que en uno que
contiene pocas. Para probar la verdad de este
pronostico he distribuido las plantas de doce
países y los insectos coleópteros de dos
distritos en dos masas casi iguales, poniendo
en una las especies de los géneros mayores y
en la otra las de los géneros menores; e
invariablemente la proporción de los géneros
mayores que presentaba variedades era
mayor que la de las especies de los géneros
menores. Además, las especies de los géneros
mayores que presentan algunas variedades
siempre ofrecen mayor número medio de
variedades que las especies de los géneros
reducidos. Ambos resultados se producen
igualmente
cuando
todos
los
géneros
menores, que tienen solamente de una a
cuatro especies, excluidos totalmente de las
tablas. Estos hechos cobran un significado
claro si se supone que las especies no son
más que variedades fuertemente marcadas y
permanentes, porque dondequiera que se han
formado muchas especies de los mismos
59
géneros, o dondequiera – si podemos decirlo
así- que la manufactura de las especies ha
estado
activa,
deberíamos
encontrar
generalmente la manufactura todavía en
acción, sobre todo porque tenemos todas las
razones para creer que el proceso de
manufacturar nuevas especies es lento. Y esto
ciertamente se comprueba también si se
considera a las variedades como especies
incipientes; pues mis tablas demuestran
claramente
como
regla
general
que
dondequiera que se han formado muchas
especies de un genero, las especies de ese
genero
presentan
cierto
número
de
variedades, es decir de especies incipientes,
superior al número medio. No es que todos los
géneros amplios estén variando mucho ahora
y por consiguiente aumentando en el número
de sus especies, ni que dejen de variar y
aumentar los géneros pequeños; Pues si así
ocurriera, esto seria fatal para mi teoría, ya
que la geología nos demuestra claramente
que géneros pequeños, en el curso del
tiempo, aumentan mucho de volumen, a
menudo; y que géneros grandes con
frecuencia llevan a su culminación, decadencia
y desaparición. Todo lo que deseamos poner
de manifiesto es que, cuando se han formado
muchas especies de un género, por termino
medio se están formando muchas aun, y esto
efectivamente se comprueba.
Muchas de las especies incluidas en los
géneros mayores se parecen a las variedades
en
que
están
relacionadas
muy
estrechamente, pero en forma desigual, unas
con otras, y también en que abarcan regiones
limitadas.
Hay otras relaciones entre las especies de los
géneros grandes y sus variedades registradas
que merecen ser señaladas. Hemos visto
como no existe criterio infalible para distinguir
especies de variedades bien marcadas, y
cuando no se han encontrado los eslabones
intermedios entre las formas dudosas, los
naturalistas se ven obligados a decidirse por
el grado d diferencia entre ellas, juzgando por
analogía si ese grado de diferencia basta o no
para elevar a una de ella o las dos categoría
de especies. Por consiguiente, el grado de
diferencia es un criterio muy importante para
establecer si dos formas deben ser clasificadas
como especies o como variedades. Ahora
bien; Fries, en relación con las plantas, y
Westwood, en relación con los insectos, han
observado que en los géneros grandes el
grado de diferencia entre las especie es a
menudo excesivamente exiguo. He procurado
comprobar esto numéricamente por términos
medio, y hasta donde llegan, mis resultados
60
imperfectos confirman la opinión. También he
consultado a varios sagaces y experimentados
investigadores, y después de pensarlo han
coincidido en este punto de vista. En tal
sentido, por consiguiente, las especies de los
géneros mayores se parecen a las variedades
más que las especies de los géneros menores.
O puede formularse el principio en otra forma,
diciendo que en los géneros mayores, en los
cuales se están manufacturando ahora un
número de variedades o especies incipientes
mayor del termino medio, muchas de las
especies ya manufacturadas también hasta
cierto punto se parecen a variedades porque
difieren entre sí por menos cosas de las que
constituyen el grado habitual de diferencia.
Además, las especies de los géneros mayores
se relacionan entre sí del mismo modo en que
las variedades de cualquier especie se
relacionan unas con otras. Ningún naturalista
pretende que todas las especies de un genero
sean
igualmente
distintas
entre
sí;
generalmente pueden ser divididas en
subgéneros o secciones o grupos menores.
Como bien ha observado Fries, pequeños
grupos de especies están generalmente
reunidos como satélite en torno a otras
especies. Y ¿qué son las variedades sino
grupos de formas desigualmente relacionadas
entre sí y reunidas en torno a sus especies
madres? Indudablemente, existe un punto
muy
importante
de
diferencia
entre
variedades y especies, a saber: que el grado
de diferencia entre variedades, cuando se las
compara entre sí o con sus especies madres,
es mucho menor que el que existe entre las
especies del mismo genero. Pero cuando
lleguemos a discutir este principio, como yo lo
llamo, de la divergencia de los caracteres,
veremos como se puede explicar esto y como
las diferencias menores entre las variedades
tienden a transformarse en las diferencias
mayores entre las especies.
Hay
otro
punto
digno
de
atención.
Generalmente las variedades abarcan zonas
restringidas: esta afirmación apenas parece
algo más que una perogrullada, porque si se
advirtiera que una variedad abarca zonas
mayores que la de su presunta madre, habría
que invertir los términos. Pero hay razones
para creer que las especies estrechamente
vinculadas a otras especies que por ello
parecen variedades, cubren a menudo
comarcas muy restringidas. Por ejemplo, Mr.
H. C. Watson me ha marcado en el bien
ordenado Catalogo de Plantas de Londres (4ª
edición), 63 plantas que ahí están clasificadas
como especies, pero que él considera tan
estrechamente vinculadas con otras especies
que resultan de valor dudoso: esas 63
llamadas especies abarcan por lo general un
termino medio de 6,9 de las regiones en que
Mr. Watson ha dividido a Gran Bretaña. Ahora
bien, en ese mismo Catalogo, 53 variedades
reconocidas están registradas, y estas
abarcan 7,7 de las regiones, mientras que las
especies a que pertenecen esas variedades
abarcan más de las 14,3 regiones. De modo
que las variedades reconocidas tienen casi el
mismo campo restringido que las formas
estrechamente vinculadas que Mr. Warson me
ha marcado como especie dudosas, pero que
los botánicos clasifican casi universalmente
como especies verdaderas.
RESUMEN
En suma: las variedades no pueden ser
distinguidas de las especies si no es, primero
por el descubrimiento de formas vinculadoras
intermedias, y, segundo, por cierto grado no
definido se diferencia entre ellas; pues dos
formas
que
difieran
muy
poco
son
generalmente clasificadas como variedades, a
pesar de que no pueden ser estrechamente
vinculadas una con otra; pero no se puede
definir el grado de diferencia que se considera
necesario para dar a dos formas cualesquiera
la categoría de especie. En los géneros que
comprenden un número de especies mayor
que el término medio en cualquier país, las
especies de esos géneros tienen un número
de variedades mayor que el término medio.
En los grandes géneros, la tendencia es que
las especies estén estrechamente, aunque en
forma desigual, vinculadas entre sí formando
como pequeños racimos en torno a otras
especies. Especies muy vinculadas con otras
especies tienen el parecer zonas
de
prosperidad muy restringidas. En todos esos
sentidos, las especies de los grandes géneros
presentan fuerte analogía con las variedades.
Y podemos comprender claramente esas
analogías si las especies existieron alguna vez
como variedades y se formaron así; Mientras
que esas analogías son completamente
inexplicables si las especies son creaciones
independientes. También hemos visto que son
las especies más prosperas o dominantes de
los géneros mayores dentro de cada clase las
que, por termino medio, producen el mayor
número de variedades; y las variedades,
como veremos después, tienden a convertiste
en nueva y distintas especies. Así los géneros
mayores tienden a aumentar, y en toda la
naturaleza las formas de vida que son ahora
predominantes tienden a volverse más
predominantes
aun,
dejando
muchos
descendientes modificados y dominantes. Pero
por pasos que se explicaran más adelante, los
géneros mayores tienden a dividirse en
géneros menores, y así las formas de vida en
todo el universo resultan divididas en grupos
subordinados a otros grupos.
CAPITULO III
LA LUCHA POR LA EXISTENCIA
SU RELACION CN LA SELECCIÓN NATURAL.
Antes de entrar en el tema de este capitulo
debo
hacer
algunas
observaciones
preliminares para demostrar como influye la
lucha por la existencia sobre la selección
natural. Se ha visto en el último capitulo lo
que entre los seres orgánicos en estado de
naturaleza hay alguna variabilidad individual:
a decir verdad, no tengo conciencia de que
ello haya sido impugnado nunca.
Para nosotros no tiene importancia que una
multitud de formas dudosas sean llamadas
especies o subespecies o variedades, por
ejemplo, que categoría han de ocupar las
doscientas o trescientas formas dudosas de
plantas británicas, siempre que se reconozca
la existencia de algunas variedades bien
marcadas. Pero la mera existencia de la
variabilidad individual y de unas cuantas
variedades bien marcadas, aunque es
necesario como fundamento de la obra, nos
ayuda poco a comprender como surgen las
especies de la naturaleza. ¿Cómo se han
formado todas esas exquisitas adaptaciones
de una parte de la organización a otra parte, y
a las condiciones de vida, y de un ser orgánico
a otro? Vemos esas notables coadaptaciones
clarísimas en picamaderos y en el muérdago,
y solamente con un poco menos de claridad
en el más humilde parásito que se aferra a los
pelos de un cuadrúpedo o las plumas de una
ave; las vemos en la estructura del escarabajo
que se zambulle en el agua, en la semilla
emplumada que se traslada a impulsos de la
brisa más ligera; en suma, vemos notables
adaptaciones en todas partes y en todas las
cosas del mundo orgánico.
También puede preguntarse como es que las
variedades, que se ha llamado especies
incipientes, se convierten al fin en especies
verdaderas y diferenciadas, las cuales en la
mayoría de los casos difieren evidentemente
unas de las otras mucho más que las
variedades de la misma especie. ¿Cómo
surgen esos mismos grupos de especies que
constituyen lo que se llama géneros distintos
y que difieren entre sí más que las especies
del mismo genero? Todos esos resultados,
como veremos más detalladamente en el
61
capitulo próximo, se siguen de la lucha por la
vida. Debido a esa lucha las variaciones, por
leves que sean y provengan de donde
provengan, han de tender, si son beneficiosas
de algún modo para los individuos de la
especies en sus relaciones infinitamente
complejas con otros seres orgánicos y con sus
condiciones físicas de vida, a la preservación
de tales individuos, y generalmente serán
heredadas
por
la
descendencia.
Los
descendientes
tendrán
así
mejores
probabilidades de sobrevivir porque de los
muchos ejemplares de cualquier especie que
nacen periódicamente, solamente puede
sobrevivir un número reducido. He dado a
este principio, por el cual se preserva
cualquier variación leve si es útil, el nombre
de la selección natural, a fin de señalar su
relación con el poder de la selección que tiene
el hombre mismo. Pero la expresión utilizada
a menudo por Mr. Herbert Spencer,
supervivencia de los más aptos, es más
precisa, y a veces igualmente adecuada.
Hemos visto que el hombre, mediante la
selección, puede producir ciertamente grandes
resultados y puede adaptar seres orgánicos a
sus propios fines gracias a la acumulación de
variedades ligeras pero útiles que le ha
presentado la mano de la naturaleza. Pero la
selección natural, como veremos después, es
un poder que esta siempre pronto para obrar
y tan inconmensurablemente superior a los
débiles esfuerzos del hombre como lo son las
obras de la naturaleza con respecto a las del
arte.
Trataremos ahora con un poco más de detalle
la lucha por la existencia. En mi obra futura
este tema será estudiado, como lo merece,
con más extensión. El mayor de los Candolle y
Lyell han demostrado amplia y filosóficamente
que todos los seres orgánicos están expuestos
a intensa competencia. Con respecto a las
plantas, nadie ha tratado este tema con más
ingenio y capacidad que W. Herbert, deán de
Manchester, gracias, evidentemente, a sus
grandes conocimientos de horticultor. Nada
más fácil que admitir de palabra de la verdad
de la lucha universal por la vida; Nada más
difícil –al menos así lo he encontrado yo- que
tener
continuamente
en
cuenta
esta
conclusión. Pero a menos que ella este bien
asimilada por nuestra mente, toda la
economía de la naturaleza, con cada uno de
sus hechos sobre distribución, rareza,
abundancia, extinción, y variación, será vista
confusamente o del todo tergiversada. Vemos
la faz de la naturaleza radiante de alegría;
vemos a menudo superabundancia de
alimento, pero no vemos, o no recordamos
que las aves que cantan descuidadamente en
62
torno a nosotros viven casi todas de insectos
o semillas y destruyen así constantemente la
vida; no recordamos en que cantidad son
destruidos estos cantores, o sus huevos, o sus
crías, por aves y bestias de rapiña; Y no
siempre tenemos en cuenta que aunque el
alimento puede sobrar ahora, no ocurre así en
todas las estaciones de cada año.
ÉL TERMINO “LUCHA POR LA
EMPLEA EN SENTIDO AMPLIO.
VIDA”
SE
Uso esta expresión en un sentido amplio y
metafórico, que incluye la dependencia de un
ser respecto de otro y –lo que es más
importante- incluye no solo la vida del
individuo, sino también el éxito al dejar
descendencia. De dos cánidos, en tiempo de
hambre, luchan entre sí por el cual conseguirá
comer o vivir, pero de una planta en él limite
de un desierto se dice que lucha por la vida
contra la sequedad, aunque más propio seria
decir que depende de la humedad. De una
planta que produce anual mente un millar de
las que, por termino medio, solo una llega a
completo desarrollo, puede decirse, con más
exactitud, que lucha por las plantas de la
misma clase o de otras que ya cubrían el
suelo. El muérdago depende del manzano y
de algunos otros árboles; más solo en un
sentido muy amplio puede afirmarse que
lucha con estos árboles, pues si sobre uno
mismo de estos crecen demasiados parásitos,
el árbol se extenúa y muere; pero de varias
plantitas de muérdago que crecen muy juntas
sobre la misma rama puede decirse con más
exactitud que luchan mutuamente. Como el
muérdago es diseminado por los pájaros, su
existencia depende de ellos, y cabe decir
metafóricamente que lucha con otras plantas
frutales, tentando a los pájaros a tragar y
diseminar de este modo sus semillas. En estos
varios sentidos, que pasan insensiblemente de
uno a otro, empleo por razón de conveniencia
la expresión general lucha por la existencia.
PROGRESIÓN GEOMETRICA DEL AUMENTO
Una lucha por la existencia se desprende
inevitablemente de la alta proporción en que
tienden a aumentar todos los seres orgánicos.
Cada ser que durante su tiempo natural de
vida produce varios huevos o semillas debe
estar sometido a destrucción en algún periodo
de su vida y en alguna estación o año
ocasional porque de otro modo, por l principio
de su aumento en progresión geométrica, su
número
se
volvería
enseguida
tan
desmesuradamente grande que ningún país
podría sostenerlo. De ahí que como son
producidos más ejemplares de los que tienen
posibilidades de sobrevivir, tiene que haber en
cada caso una lucha por la existencia, ya sea
de un individuo con otro de la misma especie,
o con individuos de especies distintas, ya sea
con las condiciones de vida. Es la doctrina de
Malthus aplicada con fuerza multiplicada a
todo el reino animal y a todo el reino vegetal,
porque en este caso no puede haber aumento
artificial de nutrición ni restricciones al
casamiento dictadas por la prudencia. Aunque
algunas especies pueden estar aumentando
en número ahora, más o menos rápidamente,
no puede ocurrir eso con todas porque el
mundo no podría sostenerlas.
No hay excepción para la regla de que todo
ser orgánico aumenta naturalmente en tal
proporción que si no fuera destruido la tierra
no tardaría en quedar cubierta por la
descendencia de una sola pareja. Hasta el
hombre, que es lento para reproducirse, ha
duplicado su número en 25 años, y a ese paso
en menos de mil años no habría, literalmente
hablando, espacio para su progenie. Linneo ha
calculado que si una planta anual produjese
solo dos semillas – y no hay vegetal que
produzca
tan
pocoy
los
retoños
consiguientes produjeran otras dos cada uno
al otro año, y así sucesivamente, al cabo de
veinte años habría un millón de esas plantas.
Se calcula que el elefante es el animal más
lento para reproducirse entre todos los
conocidos, y yo me he tomado algún trabajo
para calcular su probable proporción mínima
de aumento natural; se puede suponer con
toda tranquilidad que empieza a procrear a los
treinta años y sigue haciéndolo hasta los
noventa, produciendo seis hijos en el intervalo
y sobreviviendo aun hasta los cien años: en
tal caso, después de un periodo d 740 ó 750
años habría cerca de 19 millones de elefantes
vivos, descendientes de la primera pareja.
Pero tenemos mejores pruebas sobre este
tema que los simples cálculos teóricos, a
saber, los númerosos casos registrados de
incremento asombrosamente rápido de varios
animales en estado de naturaleza, cuando las
circunstancias le han sido favorables durante
dos o tres estaciones seguidas más notable es
la prueba tomada de nuestros animales
domésticos de muchas clases que se han
vuelto salvajes en varias partes del mundo: si
las afirmaciones sobre la progresión del
aumento de los vacunos y caballos – animales
de procreación lenta- en la América del Sur, y
más recientemente en Australia, no hubieran
sido bien verificadas, parecerían increíbles. Lo
mismo ocurre con los vegetales; se podrían
presentar casos de plantas importadas que se
han vuelto comunes en islas enteras al cabo
de diez años apenas. Varias de las plantas,
como el cardo silvestre y un cardo alto que
ahora son de las más comunes en todas las
llanuras del plata cubriendo leguas enteras de
superficie con exclusión casi total de todo otro
vegetal, han sido importadas de Europa; y
hay plantas que ahora se extienden por la
India, según me informa el Dr. Falconer,
desde el cabo Comorin hasta el Himalaya y
que han sido importadas de América desde
que esta fue descubierta. En tales casos e
infinitos más que podrían darse, nadie supone
que la fecundidad de esos animales y plantas
han sido súbitamente y en forma temporal
aumentada
en
grado
apreciable.
La
explicación obvia es que las condiciones de
vida han sido muy favorables y por
consecuencia ha habitado menos destrucción
de ejemplares y descendientes han podido
reproducirse. Simple progresión geométrica
de aumento, cuyo resultado nunca deja de ser
asombroso,
explica
su
incremento
extraordinariamente rápido y la más amplia
difusión obtenida en su nueva tierra.
En estado de naturaleza casi toda planta
adulta produce anualmente semilla y entre los
animales hay muy pocos que no se apareen
todos los años. De ahí podemos afirmar
confiadamente que todas las plantas y
animales tienden a aumentar en progresión
geométrica, que todos se acumularían
rápidamente en cualquier región en que
pueden existir de algún modo, y que esta
tendencia geométrica a aumenta debe ser
contenida mediante la destrucción en algún
periodo de la vida. Estamos tan familiarizados
con los animales domésticos más grandes que
nos exponemos a equivocarnos: no vemos
que sean destruidos en gran número, pero no
recordamos que millares de ellos son
sacrificados anualmente para nuestra comida
y que en estado de naturaleza un número
igual tendría que ser liquidado de algún modo.
La única diferencia entre organismos que
anualmente producen huevos y semillas por
millares y los que producen extremadamente
pocos es que los de reproducción lenta
requerirían algunos años más para poblar,
bajo condiciones favorables, una región
entera, por grande que sea. El cóndor pone un
par de huevos y el avestruz una veintena, y
sin embargo, en el mismo país el cóndor
puede ser el más númeroso de los dos; el
petrel de Fulmar pone un solo huevo, pero se
cree que es el ave más númerosa del mundo.
Una mosca deposita cientos de huevos, y otra,
la hippoboska, pone solamente uno; pero esta
63
diferencia no determina cuantos ejemplares
de las dos especies pueden ser sostenidos por
una región. La gran cantidad de huevos tiene
alguna importancia para esas especies que
dependen de una provisión variable de
comida,
porque
les
permite
aumentar
rápidamente. Pero la verdadera importancia
de la gran cantidad de huevos o semillas es
compensar la destrucción en algún periodo de
la vida; y este periodo, en la mayoría de los
casos, sobreviene tempranamente. Si un
animal puede proteger de algún modo sus
huevos o sus hijos podrá producirlos en
número reducido y sin embargo se mantendrá
el término medio de sus ejemplares; Pero si
son destruidos muchos huevos o hijos, habrá
que producir muchos porque si no la especie
se extinguirá. Para mantener el número
completo de ejemplares de cierto árbol que
viviera por termino medio mil años, bastaría
que produjese una sola semilla en mil años,
siempre que esa semilla no fuese destruida y
se le pudiese asegurar la germinación en lugar
adecuado. De modo que en todos los casos el
número medio de cualquier animal o planta
depende solo indirectamente del número de
huevos y semillas.
Al mirar la naturaleza es indispensable tener
en cuenta las conclusiones mencionadas y no
olvidar nunca que de cada ser orgánico se
puede decir que esta esforzándose hasta el
máximo por aumentar; que cada uno vive
mediante una lucha en algún periodo de su
vida; que una abundante destrucción recae
inevitablemente sobre los nuevos y los viejos,
durante cada generación o con intervalos que
se repiten. Alíviense cualquier obstáculo,
mitíguese la destrucción por poco que sea, y
casi instantáneamente aumentara el número
de la especie hasta un nivel incalculable.
NATURALEZA
AUMENTO.
DE
LOS
OBSTACULOS
AL
Las causas que traban la tendencia natural de
cada especie a aumentar son muy obscuras.
Observemos las especies más vigorosas:
cuanto más númerosa sea, tanto más tendera
a
aumentar
sin
límite.
No
sabemos
exactamente cuales son los obstáculos que se
presentan ni siquiera en un solo caso. Y esto
no sorprenderá a nadie que reflexione en
nuestra ignorancia sobre este asunto, aun con
respecto
al
género
humano,
incomparablemente mejor conocido que
cualquier otro. Esta cuestión de los obstáculos
al aumento ha sido tratada con autoridad por
varios autores, y abrigo la esperanza de
estudiarla extensamente en una obra futura,
64
especialmente con respecto a los animales
bravíos de la América del Sur. Aquí solamente
haré algunas observaciones, nada para llamar
la atención del lector sobre algunos puntos
principales. Huevos o animales muy nuevos
parecen los que sufren más por lo general,
pero no siempre ocurre así. En los vegetales
hay una gran destrucción de semillas, pero
por algunas observaciones que he hecho
parece que los retoños sufren más por
germinar en terreno ya espesamente poblado
de otras plantas.
Los retoños, además, son destruidos en gran
número por diversos enemigos, por ejemplo,
en un pedazo de tres pies de largo y dos de
ancho, excavada y despejada, donde no podía
haber sofocación de otras plantas, marque los
retoños de nuestras hierbas nativas a medida
que surgían, y de 397 no menos de 295
fueron destruidos, principalmente por babosas
o insectos. Si se deja crecer un césped que
siempre ha sido segado – y el caso seria el
mismo con el pasto comido por el ganado-, las
plantas más vigorosas matan siempre a las
menos vigorosas, aunque adultas; y así de
veinte especies que crecían en un trozo de
hierba segadas (tres pies por cuatro) nueve
especies perecieron porque se permitió a las
otras crecer libremente.
La cantidad de alimento para cada especie
establece, por supuesto, el límite extremo
hasta el cual puede aumentar; Pero muy a
menudo no es la dificultad de conseguir
alimento, sino el hecho de servir de presa a
otros animales lo que determina el número
medio de una especie. Así, parece haber
pocas dudas de que la cantidad de perdices,
gallinetas y liebres que hay en todo el campo
relativamente grande depende principalmente
de la destrucción que se haga de las alimañas.
Si no se matara una sola cabeza de caza
durante los próximos veinte años, en
Inglaterra, y si al mismo tiempo no se
destruyeran las sabandijas, probablemente
habría menos caza que ahora, aunque cientos
de
miles
de
animales
son
cazados
actualmente cada año.
Por otra parte, en algunos casos, como el del
elefante, ninguno es destruidos por animales
de presa, pues aun el tigre de la India se
atreve muy pocas veces a atacar a un
elefantito protegido por su madre.
El clima desempeña función importante para
determinar el número medio de una especie, y
temporadas periódicas de frío o sequía
extremas parecen ser los obstáculos más
eficaces. He calculado (principalmente por la
gran disminución del número de nidos en la
primavera) que el invierno de 1854-55
destruyo cuatro quintos de los pájaros de mis
propias tierras; y es una destrucción
formidable si recordamos que en las
epidemias del hombre el diez por ciento
constituye una mortalidad extraordinaria. A
primera vista, la acción del clima parece ser
completamente independiente de la lucha por
la existencia, pero en cuanto al clima obra
reduciendo el alimento, provoca la lucha más
intensa entre los individuos, sean de la misma
especie o de especies distintas, que viven de
la misma clase de comida. Aun en los casos
que el clima, por ejemplo mediante el frío
extremo, obra directamente, serán los
ejemplares menos vigorosos o los que han
tenido menos alimentos durante el invierno
que avanzaba los que más sufrirán. Cuando
viajamos de Sur a norte o de una región
húmeda a una seca, invariablemente vemos
que algunas especies se vuelven cada vez
más raras y finalmente desaparecen; y si el
cambio de clima es pronunciado, nos sentimos
tentados a atribuir todo el efecto a su
actuación directa. Pero esta opinión es
errónea; olvidamos que cada especie, aun
donde abunda, sufre constantemente enormes
destrucciones en algún periodo de su vida,
provenientes
de
sus
enemigos
o
de
competidores para el mismo lugar y alimento;
y si esos enemigos o competidores fuesen
favorecidos en el menor grado por algún leve
cambio de clima, aumentaran en número, y
como cada zona ya esta repleta de moradores
las otras especies tendrán que disminuir.
Cuando viajamos hacia el sur y vemos que
una especie disminuye, podemos estar
seguros de que la causa reside tanto en el
hecho de que otras especies son favorecidas
como en el de que esta es perjudicada. Así
pasa cuando viajamos hacia el Norte, aunque
en grado algo menor, porque el número de
especies de todas clases, y por lo tanto
también de competidores, disminuye al
avanzar hacia el Norte o al subir una
montaña,
tropezamos
con
ejemplares
deformes, debido a la acción directamente
dañosa del clima, con más frecuencia que
cuando vamos hacia el Sur o descendemos
una montaña. Cuando llegamos a las regiones
árticas o a cimas cubiertas de nieve o
desiertos absolutos, la lucha por la existencia
se produce casi exclusivamente contra los
elementos.
Que el clima obra principalmente en forma
indirecta favoreciendo a otras especies es algo
que vemos claramente en el número
prodigioso de plantas que en nuestros jardines
pueden soportar perfectamente nuestro clima,
pero que nunca se vuelven naturales del todo
porque no pueden competir con nuestras
plantas ni residir la destrucción de nuestros
animales nativos.
Cuando
una
especie,
debido
a
que
circunstancias muy favorables, aumenta
desmesuradamente en una región pequeña,
las epidemias, por lo menos esto parece
ocurrir generalmente con nuestros animales
de caza- se producen a menudo y con eso
tenemos un obstáculo independiente de la
lucha por la vida. Pero algunas de estas
llamadas epidemias parecen debidos a
algunos parásitos que por alguna causa,
probablemente debido en parte a la facilidad
de propagarse entre los animales apiñados,
han sido extraordinariamente favorecidos: y
aquí se presenta una especie de lucha entre el
parásito y su víctima.
Por otra parte, en muchos casos, gran
cantidad de ejemplares de la misma especie,
con relación al número de sus enemigos, es
absolutamente
necesaria
para
su
preservación. De ese modo podemos cultivar
abundancia de maíz y nabos en nuestros
campos, porque las semillas son excesivas con
relación al número de aves que se alimentan
de ellas; y no pueden las aves, aunque tienen
superabundancia de alimento en esa estación,
aumentar su número en forma que guarde
proporción con la provisión de semilla porque
su multiplicación es contenida durante el
invierno; pero quienquiera que lo haya
ensayado sabe cual difícil es sacar simiente de
pocas plantas de trigo u otras semejantes en
un jardín: cuando lo he procurado he perdido
siempre hasta la ultima semilla. Esta teoría de
que es necesaria una gran cantidad de
ejemplares de la especie para su preservación
explica, me parece, ciertos hechos extraños
de la naturaleza, como el de que algunas
plantas muy raras sean extremadamente
abundantes en los pocos sitios en los que
existen, y el de que algunas plantas
colectivas, es decir abundantes en individuos,
hasta en el último limite de la región en que
crecen. En tales casos creeríamos que una
planta solamente puede existir donde las
condiciones de vida sean favorables que
permitan vivir a muchos ejemplares y salvar
así a la especie de la destrucción completa.
Debo
añadir
los
buenos
efectos
del
cruzamiento variado y los malos efectos del
cruzamiento entre próximos, la menor duda
en muchos de los casos: pero no he de
extenderme aquí sobre este tema.
65
COMPLEJAS RELACIONES DE LOS ANIMALES Y
PLANTAS EN LA LUCHA POR LA EXISTENCIA.
Se registran muchos casos que muestran cuan
complejos son los obstáculos entre seres
orgánicos que tienen que luchar juntos en el
mismo país. Daré solo un ejemplo, aunque,
sencillo, me intereso, Staffordshire, en la
propiedad de un pariente en que yo tenia
antes medios de investigación, había un
brezal grande extremadamente estéril que
nunca había sido tocado por el hombre;
cientos de acres del mismo carácter
exactamente habían sido tocados veinticinco
años antes, habían plantado en ellos abetos
escoceses. El cambio de la vegetación nativa
de las parte sembrada del brezal fue muy
notable, se ve generalmente al pasar de un
suelo a otro completamente diferente: no solo
el número proporcional de brezos había
cambiado totalmente sino que nueve, de estas
plantas (sin contar hierbas, padañas) florecían
en las poblaciones y no podían encontrar el
brezal. El efecto cobre los insectos debe haber
sido aun mayor, porque comúnmente se veían
seis aves insectívoras en las plantadas que no
se veían, otra, mientras esta era frecuentada
por dos o tres aves insectívoras diferentes.
Por esto vemos cuan poderoso ha sido el
efecto de la introducción de un solo árbol, si
haberse hecho nada mas, fuera del cerco para
que no entrase el ganado. Pero la importancia
de todo cercamiento pudo ser comprobada
claramente por mí en Farnham, Surrey.
Allí hay brezales extensos, con unos cuantos
grupos de viejos abetos escoceses sobre las
distantes cumbres de las colinas: en los diez
últimos años han sido cercados grandes
espacios, y abetos reproducidos por si solos
están brotando en multitud, y tan juntos unos
de otros que no todos pueden vivir. Cuando
comprobé que estos descendientes no habían
sido sembrados ni plantados quede tan
sorprendido ante su número que busque
varios puntos de observación desde donde
podía contemplar cientos de acres no cercados
de brezal, y no encontré literalmente ni un
solo abeto escocés, excepto los viejos grupos
plantados. Pero mirando de cerca entre los
tallos del brezal encontré multitud de retoños
y árbolitos que habían sido perpetuamente
roídos por el ganado. En una yarda cuadrada,
sobre un punto situado a varios centenares de
yardas de uno de los viejos grupos, conté
treinta y un árbolillos, uno de ellos con
veintiséis anillos de crecimiento que durante
largos años había procurado alzar la cabeza
por sobre los tallos del matorral sin
conseguirlo.
66
No es de extrañar que tan pronto como fue
cercada la tierra esta se cubriera espesamente
de jóvenes abetos que crecían vigorosamente.
Pero el brezal era tan estéril y tan extenso
que nadie se habría imaginado nunca que el
ganado
lo
registrara
tan
estrecha
y
eficazmente en busca de comida.
Vemos aquí que el ganado determina en
absoluto la existencia del abeto escocés; pero
en varias partes del mundo los insectos
determinan la existencia del ganado. Quizá el
Paraguay ofrezca el ejemplo más curioso de
esto, porque ni los vacunos ni los caballos ni
los perros se han vuelto salvajes aunque se
encuentran copiosamente al Norte y al Sur en
estado bravío; y Azara (naturalista español) y
Rengger han demostrado que esto se debe a
que en el Paraguay existe en gran número
una mosca que pone sus huevos en el ombligo
de esos animales, recién nacidos. El aumento
de esas moscas, númerosas como son, debe
de ser contenido habitualmente por algún
medio, probablemente por otros insectos
parásitos. En consecuencia, si en el Paraguay
disminuyeran ciertos pájaros insectívoros, los
insectos
parásitos
aumentarían
probablemente; y esto disminuiría el número
de las moscas, que visitan los ombligos, y
entonces los vacunos y los caballos se
volverían federales, lo cual modificaría mucho
(Como he observado en parte de Sudamérica)
la vegetación, a su vez, ello efectuaría, como
acabamos de ver en Staffrshire, a los pájaros
insectívoros, y así sucesivamente en círculos
cada vez mayores de complejidad. Y no es
que la naturaleza las relaciones hayan de ser
siempre tan sencillas. La batalla dentro de la
batalla debe reproducirse continuamente con
varia fortuna; y sin embargo, a la larga, las
fuerzas
están
equilibradas
con
tanta
perfección que la faz de la naturaleza
permanece uniforme por largos periodos,
aunque de seguro la menor insignificancia
daría la victoria a un ser orgánico sobre otro.
Sin embargo, esta profunda ignorancia y tan
grande
nuestra
presunción,
que
nos
maravillamos al enterarnos de la extinción de
un ser orgánico, y como no vemos la causa
invocamos cataclismos que hayan desolado el
mundo o inventamos leyes sobre la duración
de las formas de vida.
Me siento tentado a dar un ejemplos más de
la forma en que plantas y animales remotos
de la escala de la naturaleza están vinculados
por una red de complejas relaciones. Tendré
ocasión de mostrar más adelante que la
exótica Lobelia fulgens (flor ornamental, de
raíces medicinales que debe su nombre al
botánico flamenco Lobel, planta silvestre de
cuba de hojas pectorales y antivenéreas)
nunca es visitada en mi jardín por los
insectos, y en consecuencia, debido a su
estructura peculiar, nunca da semilla. Casi
todas
nuestras
orquídeas
necesitan
indispensablemente la visita de los insectos
para que remuevan sus masas de polen y las
fecunden. Por experimentos que he realizado
encuentro que los abejorros son casi
indispensables
para
fecundar
los
pensamientos (viola tricolor), pues otras
abejas no visitan estas flores. También he
encontrado que las visitas de las abejas son
necesarias para fecundar ciertas clases de
trébol; por ejemplo veinte cabezas de trébol
holandés (trifolium repens) rindieron 2290
semillas; pero otras veinte, protegidas de las
abejas, no rindieron ninguna sola. Aun: cien
cabezas de trébol rojo (trifolium pratense)
produjeron 22700 semillas, pero el mismo
número de cabezas protegidas no produjo
ninguna. Solamente los abejorros visitan el
trébol, pues otras abejas no pueden alcanzar
el néctar. Se ha sugerido que las polillas
podrían fecundar al trébol. Pero dudo que
pudieran hacerlo en el caso del trébol rojo,
pues su peso no seria suficiente para deprimir
los pétalos. De ahí podemos inferir como muy
probable que todo el género de los abejorros
se extinguiera o volviese muy raro en
Inglaterra, el pensamiento y el trébol rojo se
harían rarísimos y desaparecerían del todo. El
número de abejorros que hay en cada región
depende en gran medida del número de
ratones de campo que destruyen sus panales
y nidos, y el coronel Newman, que ha
estudiado largamente los hábitos de los
abejorros, cree que “más de dos tercios de
ellos son destruidos así en toda Inglaterra”.
Ahora bien, el número de ratones depende de
gran parte, como todo el mundo sabe, del
número de gatos; Y el coronel Newman dice;
“cerca de aldeas y ciudades pequeñas he
encontrado que los nidos de abejorros son
más númerosos que en otras partes, lo cual
atribuyó a la cantidad de gatos que destruyen
a los ratones”. Por lo tanto es completamente
creíble que la presencia de algún animal felino
de gran número determine en una región,
primero por intermedio de los ratones y
después las abejas ¡la frecuencia de ciertas
flores en esa región!
En el caso de cualquier especie intervienen
muchos obstáculos diferentes que obran en
distintos periodos de vida y distintas
estaciones del año; generalmente uno o
varios obstáculos dados serán los más
potentes,
pero
todos
contribuirán
a
determinar el número medio y aun la
existencia de las especies. En algunos casos
se puede demostrar que obstáculos muy
diferentes obran sobre la misma especie en
distintas regiones. Cuando miramos las
plantas y arbustos que cubren una ribera
enmarañada nos sentimos tentados a atribuir
el número y clases proporcionales a la que
llamamos casualidad. ¡Que opinión más
equivocada! Todos han oído decir que cuando
se tala un bosque norteamericano surge una
vegetación muy distinta; pero se ha
observado que antiguas ruinas indias en el sur
de los Estados Unidos, que antes deben haber
sido despejadas de árboles, exhiben ahora la
misma hermosa variedad y proporción de
todas clases que la selva virgen circundante.
¡Que lucha debe haberse desarrollado durante
largos siglos entre las diversas clases de
árboles que cada año disceminan sus semillas
por millares! ¡Que guerra entre insecto e
insecto, entre insectos, caracoles y otros
animales con bestias de presa, todos
procurando aumentar, todos alimentándose
unos de otros, o de los árboles, de sus
semillas y sus retoños, o de las plantas que
alfombraban antes el suelo, entorpeciendo así
el crecimiento de los árboles! Arrójese un
puñado de plumas y todas caerán al suelo de
acuerdo con leyes definidas; pero ¡qué simple
es el problema de dónde ha de caer cada una
comparado con el de la acción y reacción de
las innumerables plantas y animales que han
determinado, en el curso de los siglos, el
número y las clases proporcionales de los
árboles que ahora crecen en las antiguas
ruinas indias!
La dependencia de un ser orgánico de otro,
como de un parásito de su presa se produce
generalmente entre animales alejados en la
escala de la naturaleza. A veces pasa lo
mismo con aquellos de los que se podía decir
estrictamente que luchan por su existencia,
por ejemplo, las langostas y los cuadrúpedos
que viven de hierba. Pero la lucha será casi
invariablemente más severa entre individuos
de la misma especie, porque frecuentan las
mismas
regiones,
necesitan
el
mismo
alimento y están expuestos a los mismos
peligros. En caso de variedades de las misma
especie, la lucha por lo general será casi
igualmente intensa, y a veces vemos que la
contienda se decide pronto: por ejemplo, si
diversas variedades de trigo son sembradas
juntas, y las semillas mezcladas son plantadas
de nuevo, algunas de las variedades, las que
mejor se adaptan al suelo o al clima o son
más fecundas por naturaleza vencerán a las
otras y rendirán más simiente, de modo que
en pocos años suplantaran a las demás
variedades. Para mantener una provisión
mixta de variedades tan próximas como las
67
arvejas dulces de varios colores hay que
cosecharlas cada año por separado y mezclar
en su debida proporción las semillas, porque
de otro modo las clases más débiles
disminuirán constantemente en número hasta
desaparecer. También para eso con las
variedades de ovejas; se ha afirmado que
ciertas variedades de montaña harán morir de
hambre a otras variedades de ovejas
montañosas, de modo que no pueden ser
mantenidas juntas. Igualmente se producido
ese resultado por tener juntas variedades
distintas de la sanguijuela medicinal. Hasta
puede dudarse que las variedades de
cualquiera de nuestras plantas o animales
domésticos tengan tan exactamente la misma
fuerza, hábitos y constitución que pudieran
mantenerse las proporciones originales de un
conjunto mixto (impidiendo los cruzamientos)
durante una media docena de generaciones, si
se les permitiera luchar entre si como los
seres en estado de naturaleza, y s las semillas
o las crías no fueran preservadas anualmente
en la debida proporción.
LA LUCHA POR LA CIDA ES MÁS INTENSA
ENTRE INDIVIDUOS Y VARIEADES DE LA
MISMA ESPECIE.
Como las especies del mismo género suelen
tener, aunque de ningún modo la tienen en
todos los casos, mucha semejanza de hábitos
y constitución y siempre de estructura, la
lucha será generalmente más intensa entre
ellas, si entran en competencia, que entre las
especies de géneros distintos. Lo vemos en la
reciente difusión por parte de los Estados
Unidos, de una especie de golondrina que ha
hecho disminuir otras especies. El reciente
aumento del tordo en ciertas partes de
Escocia ha ocasionado la disminución del
zorzal (de la familia de los tordos.) Es le
turdus musicus de los zoólogos. ¡ Cuan a
menudo oímos decir de una especie de rata ha
ocupado el lugar de otra especie en los climas
más diferentes! En Rusia la pequeña
cucaracha asiática ha desplazado en todas
partes a su gran congénere. En Australia la
abeja
de
colmena
importada
esta
exterminando rápidamente a la pequeña abeja
nativa, que no tiene aguijón. Una especie de
mostaza según se ha observado, suplanta a
otra especie, y así en muchos casos distintos.
Podemos
ver
confusamente
porque
la
competencia ha de ser más encarnizada entre
formas relacionadas que ocupan casi el mismo
lugar en la economía de la naturaleza; pero
probablemente en ningún caso podríamos
decir con precisión porque una especie ha sido
68
victoriosa sobre la otra en la gran batalla de la
vida.
Un corolario de la mayor importancia puede
deducirse de las observaciones anteriores, a
saber, de la estructura de todo ser orgánico
esta relacionada, del modo más esencial
aunque frecuentemente oculto, con la de
todos los otros seres orgánicos con los que
entra en la competencia por la comida o la
residencia, o de los que tienen que escapar, o
que les sirve de presa. Esto es evidente en la
estructura de los dientes y garras del tigre; en
la de las patas y garfios del parásito que se
prende al pelo el tigre. Pero en la semilla
hermosamente emplumada del diente de león
y en las patas chatas y peludas del escarabajo
acuático la relación parece al principio
limitarse a los elementos, el aire y el agua.
Sin embargo, no cabe duda de que la ventaja
de las semillas emplumadas esta en la más
estrecha relación con el hecho de que la tierra
ya se haya espesamente alfombrada de otras
plantas, de modo que las semillas puedan ser
ampliamente distribuidas y caigan en terreno
no ocupado. En el escarabajo de agua la
estructura de las patas, tan bien adaptada
para la zambullida, le permite competir con
otros insectos acuáticos, cazar sus propias
presas y librarse de ser presa de otros
animales.
La cantidad de elemento nutritivo depositado
dentro de las semillas de muchas plantas no
parece tener, a primera vista, relación con
otras
plantas.
Pero
por
el
vigoroso
conocimientos de plantas jóvenes nacidas de
tales semillas, como arvejas y habas cuando
son sembradas en medio de hierba larga
puede sospecharse que la utilidad principal de
la sustancia nutritiva que hay en la semilla es
favorecer el crecimiento de la planta nueva
que tiene que competir con otras plantas ya
en vigoroso crecimiento a su alrededor.
Mírese una planta que se encuentra en el
centro de la región que abarca su especie,
¿por qué no duplica o cuadruplica su número?
Sabemos que puede soportar perfectamente
un poco más de frío o calor, de humedad o
sequía, porque en cualquiera otra parte
aparece en regiones ligeramente más cálidas
frías, más húmedas o secas. En este caso
vemos claramente si deseamos dar con la
imaginación a esta planta el poder de
aumentar en número, tenemos que ofrecerle
alguna ventaja sobre sus competidoras o
sobre los animales que la comen.
En los confines de la zona geográfica que
abarca, un cambio de constitución con
respecto al clima seria evidentemente una
ventaja para nuestra planta; pero tenemos
razones para creer que muy pocas plantas o
animales abarcan zonas tan extensas que
sean destruidas únicamente por el rigor del
clima. Solamente cuando llegamos a los
últimos confines de la vida, en las regiones
árticas o al borde de un desierto total, cesa la
competencia.
La tierra puede ser extremadamente fría o
seca, pero todavía habrá competencia entre
unas pocas especies o entre los ejemplares de
la misma por los sitios más cálidos o más
húmedos.
Por esto podemos explicarnos que cuando una
planta o animal son colocados en nuevo país,
entre nuevos competidores, generalmente las
condiciones de su vida cambiarían de modo
esencial aunque el clima sea exactamente el
mismo que en su región anterior. Para que su
número aumente en su nueva región,
tendríamos que modificarlos en sentido
diverso que en su país natal, porque
tendríamos que darle alguna ventaja sobre un
conjunto diferentes de competidores o
enemigos.
Es conveniente imaginarse una ventaja
cualquiera que deberíamos dar una especie
sobre otra. Probablemente en ningún caso
sabríamos que hacer. Esto debiera bastar para
convencernos de nuestra ignorancia sobre las
relaciones mutuas de todos los seres
orgánicos, convicción tan necesaria como
difícil de adquirir. Todo lo que podemos hacer
es tener bien presente que cada ser orgánico
se esfuerza por aumentar en progresión
geométrica; que cada uno de ellos, en
diferentes periodos de su vida, durante alguna
estación del año, durante cada generación o
con intervalos, tiene que luchar por su vida y
ser destruido en gran cantidad. Cuando
reflexionamos sobre esta lucha, podemos
consolarnos pensando que la guerra en la
naturaleza no es incansante, que no siente el
miedo, que la muerte generalmente es rápida,
y que los vigorosos, los sanos y los felices
sobreviven y se multiplican.
CAPITULO IV
LA SELECCIÓN NATURAL O LA
SUPERVIVENCIA DE LOS MÁS APTOS.
SELECCIÓN
NATURAL;
SU
PODER
COMPARADO CON LA SELECCIÓN DEL
HOMBRE; SU PODER SOBRE CARACTERES DE
ESCASA IMPORTANCIA; SU INFLUENCIA EN
TODAS LAS EDADES Y EN LOS DOS SEXOS.
¿Cómo obrara la lucha por la existencia,
brevemente tratado en el último capitulo, con
respecto a la variación? ¿Puede aplicarse al
estado de naturaleza el principio de selección,
que hemos visto ser tan poderoso en manos
el hombre? Creo que lo veremos obrar del
modo más eficaz. Téngase presente el infinito
número de variaciones ligeras y diferencias
individuales que se manifiestan en nuestros
productos domésticos, y en menor grado en
los que se hallan en estado de naturaleza, así
como la fuerza de la tendencia hereditaria. En
la domesticidad, puede decirse con justicia
que toda la organización se vuelve en cierto
modo plástica. Pero la variabilidad que
encontramos casi universalmente en nuestros
productos domésticos no es producida
directamente, como bien han observado
Hooker y Asa Gray, por el hombre; el no
puede ni originar variedades ni impedir que
ocurran; puede, si, preservar y acumular las
que ocurren. Expone sin querer los seres
orgánicos a nuevas y cambiantes condiciones
de vida, y se produce la variabilidad; pero
cambios similares de condiciones podrían
ocurrir y efectivamente ocurren en estados de
naturaleza. Tengamos también presente cuan
infinitamente complejas y estrechamente
adaptadas son las relaciones mutuas de todos
los seres orgánicos entre si y con sus
condiciones físicas de vida; y en consecuencia
que diferencias infinitamente variadas de
estructura podrían ser útiles a cada ser bajo
condiciones
alteradas
de
vida
¿Puede
entonces parecer improbable, en vista de que
han ocurrido indudablemente variaciones
útiles al hombre, que otras variaciones útiles a
de algún modo a cada ser en la grande y
compleja batalla de la vida ocurran en el curso
de muchas generaciones sucesivas? Y si
ocurren ¿podemos dudar (recordando que
nacen muchos más ejemplares de los que
pueden sobrevivir) de que los ejemplares que
tengan alguna ventaja, por leve que sea,
sobre
otros
tendrán
las
mejores
probabilidades de vivir y dejar descendientes
semejantes?. Por otra parte, podemos estar
seguros de que cualquier variación que sea
perjudicial en el más ínfimo grado seria
rígidamente destruida. Esta preservación de
diferencias
y
variaciones
individuales
favorables y la destrucción de las perjudiciales
es lo que yo he llamado selección natural o
supervivencia de los más aptos. Las
variaciones que no son útiles ni dañosas no
serian afectadas por la selección natural y
quedarían ya como un elemento fluctuante,
como vemos quizá en ciertas especies
polimorfas, o finalmente se fijarían debido a la
naturaleza del organismo y de las condiciones.
69
Varios escritores han interpretado mal o
formulado objeciones a la expresión selección
natural. Algunos han llegado a imaginar que la
selección natural provoca la variabilidad,
cuando por el contrario implica solamente la
preservación de esas variaciones que surgen y
son beneficiosas para el ser en sus
condiciones dadas de vida. Nadie se opone a
que los agricultores hablen de los potentes
efectos de la selección del hombre, y en este
caso las diferencias individuales dadas por la
naturaleza, que el hombre elige por algún
motivo, tienen necesariamente que ocurrir
primero. Otros han alegado que el termino
selección implica una elección consciente por
parte
de
los
animales
que
resultan
modificados, ¡y hasta se ha argüido que,
como las plantas no tienen voluntad, la
selección no es aplicable a ellas! En el sentido
literal de la palabra no cabe duda de que
selección natural es una expresión falsa; pero
¿quién se ha opuesto nunca a que los
químicos hablen de las afinidades electivas de
los diversos elementos? Y sin embargo no se
puede decir estrictamente que un ácido elija
la base con que mejor se combina. Se ha
dicho que hablo de la selección natural como
de un poder o deidad activa; pero ¿quién se
opone a que un autor hable de la fuerza de
gravedad como de la que gobierna los
movimientos de las plantas? Todos saben lo
que se quiere decir y aparece implícitamente
en esas expresiones metafóricas; son casi
indispensables para la brevedad. Del mismo
modo, es difícil evitar la personificación de la
naturaleza; pero por naturaleza solo entiendo
la acción sumada y el producto de muchas
leyes naturales, y por leyes la secuencia de
sucesos tal como ha sido comprobada por
nosotros. Familiarizándose un poco con el
tema,
se
olvidaran
estas
objeciones
superficiales.
Comprenderemos mejor el curso probable de
la selección natural tomando el caso de un
país que sufre algún ligero cambio físico, por
ejemplo,
de
clima.
Las
cantidades
proporcionales de sus moradores cambiaran
casi de inmediato, y probablemente algunas
especies se extinguirán. Podemos concluir, de
lo que hemos visto sobre la intima y compleja
manera en que están vinculados los
habitantes de cada país, que cualquier cambio
en las cantidades proporcionales de sus
moradores, independientemente del cambio
del propio clima, afectara seriamente a todos.
Si el país fuera abierto en sus fronteras,
seguramente inmigrarían nuevas formas, y
esto también perturbaría seriamente las
relaciones de algunos de los habitantes
anteriores. Recuérdese cuan poderosa ha
70
demostrado ser la influencia de un solo árbol
o mamífero introducido. Pero en el caso de
una isla o país parcialmente rodeado por
barreras en el que no podrían entrar
libremente formas nuevas y mejor adaptadas,
tendríamos ciertamente en la economía de la
naturaleza que serian ocupados mejor si
algunos de los moradores originales se
modificaran de uno u otro modo; pero si la
zona hubiese estado abierta a la inmigración,
esos mismos lugares habrían sido capturados
por
los
intrusos.
En
tales
casos,
modificaciones ligeras de que algún modo
favorecieran a los individuos de alguna
especie adaptándolos mejor a sus condiciones
alteradas, tenderían a preservarse y la
selección natural tendría amplio campo para la
obra de mejoramiento.
Tenemos buenas razones para creer, como se
ha demostrado en el capitulo I, que los
cambios en las condiciones de vida producen
una tendencia al aumento de variabilidad, y
en los casos mencionados, las condiciones han
cambiado, y esto evidentemente seria
favorable a la selección natural porque daría
mejores probabilidades de que ocurran
variaciones provechosas. Si ellas no ocurren la
selección natural no puede hacer nada. Bajo el
termino “variaciones” nunca debe olvidarse
que
se
alude
a
simples
diferencias
individuales. Así como el hombre puede
obtener un gran resultado con sus animales y
plantas domesticas agregando en algún
sentido determinado diferencias individuales,
lo mismo podría lograr la selección natural,
pero de un modo mucho más fácil porque
tiene incomparablemente más tiempo para la
selección. Y no creo yo que sea necesario un
gran cambio físico, como por ejemplo en el
clima, ni un grado inusitado de aislamiento
que impida la inmigración para que queden
nuevos lugares desocupados que a la
selección
natural
corresponde
llenar
mejorando algunos de los diversos habitantes.
Pues como todos los moradores de cada país
están luchando entre si con
fuerzas
exquisitamente equilibradas, una modificación
levisima en la estructura o costumbres de una
especie bastaría con frecuencia para darle una
ventaja
sobre
las
otras;
y
nuevas
modificaciones de la misma clase aumentarían
aun la ventaja mientras la especie continuara
bajo las mismas condiciones de vida y
aprovechara medios similares de subsistencia
y defensa. No se puede mencionar ningún país
en que todos los habitantes nativos estén
ahora tan perfectamente adaptados unos a
otros y a las condiciones físicas bajo las cuales
viven que ninguno de ellos pudiera mejorar o
adaptarse mas. Pues en todos los países,
productos nativos han sido vencidos por
productos importados hasta el punto de que
han permitido a algunos extraños tomar firme
posesión de su tierra. Y como los extraños
han vencido así en cada país a algunos de los
productos nativos, podemos concluir sin temor
que estos podrían haberse modificado
beneficiosamente para resistir mejor a los
intrusos.
Si el hombre puede producir y ha producido
ciertamente grandes resultados con sus medio
metódicos o inconscientes de selección ¿qué
no podrá hacer la selección de la naturaleza?
El hombre solo puede obrar sobre caracteres
externos y visibles. La naturaleza, si se me
permite personificar la preservación natural o
supervivencia de los más aptos, no se cuida
de las apariencias, salvo en cuando son útiles
a un ser. Puede obrar sobre cada órgano
interno, sobre cada matriz de diferencia
constitucional, sobre todo el mecanismo de la
vida. El hombre elige solamente para su
propio bien: la naturaleza solamente para bien
del ser afectado. Todo carácter seleccionado e
plenamente ejercitado por ella, como lo
implica el hecho de que lo haya elegido. El
hombre mantiene a los productos nativos de
muchos climas en el mismo país; rara vez
hace ejercitarse cada carácter seleccionado de
un modo especial y adecuado; alimenta a una
paloma de pico largo y a una de pico corto con
la misma comida; no hace ejercitarse al
cuadrúpedo de lomo largo o patas largas de
ninguna manera especial; somete al mismo
clima ovejas de lana corta y de lana larga. No
permite que los machos más vigorosos luchen
por las hembras. No destruye rígidamente a
todos los animales inferiores, sino que protege
a todos, en cada estación, hasta donde puede.
A menudo empieza la selección con algunas
forma semimonstruosa; o por lo menos con
alguna
modificación
lo
suficientemente
destacada para llamar la atención o ser
evidentemente útil. En estado de naturaleza,
las más leves diferencias de estructuras o
constitución bien podrían alterar la balanza
delicadamente equilibrada en la lucha por la
existencia, y por ello ser preservadas. ¡ Cuan
fugaces son los deseos y esfuerzos del
hombre! ¡Cuán breve su tiempo! Y en
consecuencia, ¡cuan pobres sus resultados
comparados con los de su naturaleza durante
periodos
geológicos
enteros!
¿Podemos
maravillarnos entonces de que los productos
de la naturaleza sean mucho más genuinos en
sus caracteres que los productos del hombre;
que estén infinitamente mejor adaptados a las
más complejas condiciones de vida y lleven
claramente el sello de una elaboración mucho
más elevada?
Metafóricamente, puede decirse que la
selección natural escudriña día por día y hora
por hora en todo el mundo las más leves
variaciones, rechazando las que son malas,
preservando y aumentando las que son
buenas,
trabajando
en
silencio
e
insensiblemente, dondequiera y cuando quiera
que se presente la oportunidad, en el
mejoramiento de cada ser orgánico en
relación con sus condiciones orgánicas e
inorgánicas de vida. No percibimos nada de
estos lentos cambios en marcha hasta que la
mano del tiempo ha marcado un transcurso de
edades, y en nuestro conocimiento de edades
geológicas transcurridas en el lejano pasado
es tan imperfecto que solamente vemos que
las formas de vida son ahora muy diferentes
de lo que fueron antes. Para que se efectúe en
una especie un alto grado de modificación, la
variedad,
una
vez
formada,
deberá
nuevamente, quizá después de un largo
intervalo, variar o presentar diferencias
individuales del mismo carácter favorable que
antes; y estas deberán ser preservadas a su
vez, y así sucesivamente, paso a paso. Dado
que diferencias individuales de la misma clase
se repiten perpetuamente, difícilmente podrá
considerarse que esta sea una suposición
injustificada. Pero su verdad solo puede ser
apreciada viendo hasta donde concuerda y
explica los fenómenos generales de la
naturaleza. Por otra parte, la creencia
ordinaria de que el grado de variación posible
es una cantidad estrictamente limitada,
también es una simple suposición.
Aunque la selección natural puede obrar
solamente por intermedio y para beneficio de
cada ser, ciertos caracteres y estructuras que
tendríamos
propensión
a
considerar
insignificantes, pueden ser afectados así.
Cuando vemos que son verdes los insectos
que comen hojas y moteados de gris los que
comen cortezas; que la perdiz de los Alpes es
blanca en invierno, la perdiz de Escocia tiene
el color del brezal, hemos de creer que esos
tintes son útiles para tales aves e insectos en
cuanto los preservan del peligro. La gallineta,
si no fuera destruida en algunos periodos e
sus vida, aumentaría infinitamente en
número; se sabía que padece mucho de aves
de presa, y los gavilanes se guían por la vista
hacia su presa, hasta el punto de que en el
continente se previene a las personas que no
tengan palomas blancas pues son las más
expuestas a destrucción. De ahí que la
selección natural pueda operar dando el color
adecuado a cada clase de gallineta y
manteniendo ese color, una vez adquirido,
firme y constante. Tampoco debemos pensar
que la destrucción ocasional de un animal de
71
cualquier color determinado produciría poco
efecto; debemos recordar cuan esencial es
destruir en un rebaño de ovejas blancas todo
cordero que tenga la menor traza de negro.
Hemos visto como el color de los cerdos que
se alimentan de la “raíz de pintura” En
Virginia determina si han de vivir o morir. En
las plantas, la vellosidad del fruto y el color de
su carne son considerados por los botánicos
como caracteres de la más trivial importancia;
sin
embargo,
nos
dice
un
excelente
horticultor, Downing, que en los Estados
Unidos las frutas de cascara lisa sufren mucho
más de cierto escarabajo, el curculio, que las
que tienen pelusa; que las ciruelas purpúreas
sufren mucho más de cierta enfermedad que
las
ciruelas
amarillas;
mientras
otra
enfermedad ataca a los duraznos amarillos
que a los de otro color. Si con ayuda del arte
esas
leves
diferencias
tienen
mucha
importancia en el cultivo de diversas
variedades, en estado de naturaleza, donde
los árboles tendrían que luchar con otros
árboles y con un ejercito de enemigos, tales
diferencias determinarían eficazmente cual
variedad de alguna fruta, si lisa o vellosa,
amarilla o purpúrea, habrá de prosperar.
Observando muchos pequeños puntos de
diferencia entre las especies que hasta donde
nos permite juzgar nuestra ignorancia,
parecen completamente faltos de importancia,
no debemos olvidar que el clima, el alimento,
etc., han producido sin duda algún efecto
directo. También es necesario recordar que,
debido a ley de correlación, cuando varía una
parte y las variaciones se acumulan por
selección natural, han de producirse otras
modificaciones, a menudo de la naturaleza
más inesperada. Así como vemos en la
domesticidad
que
las
variaciones
que
aparecen en cualquier periodo particular de
vida tienden a reaparecer en la descendencia
en el mismo periodo – por ejemplo, en la
forma, tamaño y sabor de las semillas de las
muchas variedades de nuestras plantas
culinarias y agrícolas; en las etapas de oruga
y capullo de las variaciones de gusano e seda;
en los huevos de las gallinas y en el color del
plumón de sus pollos; en los cuernos de
nuestros ovinos y vacunos cuando son casi
adultos- del mismo modo en estado de
naturaleza la selección natural podría actuar,
y modificar a seres orgánicos en cualquier
edad, mediante acumulación de variaciones
provechosas para esa edad y mediante su
herencia a la edad correspondiente.
Si aprovecha a una planta el que sus semillas
sean cada vez más ampliamente dispersadas
por el viento no veo mayor dificultad para que
72
esto se produzca por selección natural de la
que veo para que un replantador de algodón
aumente mejore por selección el vellón de sus
algodoneros. La selección natural puede
modificar y adaptar las larvas de un insecto a
una veintena de contingencias totalmente
distintas de las que afectan al insecto adulto,
y esas modificaciones, por la correlación,
pueden afectar su estructura el adulto.
Recíprocamente, las modificaciones en el
adulto pueden afectar la estructura de larva,
pero en todos los casos la selección natural
asegurara que no sean perjudiciales, pues si
lo fuesen la especie se extinguiría.
La selección natural modificara la estructura
de los hijos con respecto a los padres, y de los
padres con respecto a los hijos. En los
animales gregarios, adaptara la estructura de
cada ejemplar, al beneficio de toda la
comunidad, si la comunidad se beneficia con
el cambio seleccionado. Lo que no puede
hacer la selección natural es modificar la
estructura de una especie sin dar alguna
ventaja, para beneficio de otra especie; y
aunque en la historia natural se pueden
encontrar afirmaciones en ese sentido, no
logro encontrar ni un caso que resista la
investigación. Una estructura utilizada una
sola vez en la vida de un animal, si es muy
importante para el, podría ser modificada
hasta cualquier grado por la selección natural;
por ejemplo, las grandes mandíbulas que
tienen
algunos
insectos,
utilizadas
exclusivamente para abrir el capullo, o la dura
punta del pico en pájaros no salidos de la
cascara aun, que sirve para romperla. Se ha
afirmado que de las mejores palomas
volteadoras de pico corto son más las que
mueren en el huevo que las que logran salir
de él. De modo que los criadores ayudan en el
acto del nacimiento, ahora bien, si la
naturaleza tuviera que hacer muy corto el pico
de una paloma adulta, para ventaja de la
propia ave, el proceso de modificación seria
muy lento y se produciría simultáneamente la
más rígida selección de todas las crías que
dentro del huevo tuvieran el pico más duro y
fuerte, porque las de pico débil morirían
irremisiblemente; o bien podrían resultar
seleccionados cascarones más delicados y
fáciles de quebrar, ya que el espesor de la
cascara del huevo varia, según se ha notado,
como cualquier otra estructura.
Quizá sea oportuno observar aquí que en
todos los seres debe de producirse mucha
destrucción fortuita que tenga poca o ninguna
influencia sobre el curso de la selección
natural. Por ejemplo, gran número de huevos
o semillas son devorados anualmente, y estas
podrían ser modificadas por selección natural
solamente si variaran de alguna manera que
las protegiera de sus enemigos. Sin embargo,
muchos de esos huevos o semillas, si no
hubieran sido destruidos, habrían dado quizá
ejemplares mejor adaptados a sus condiciones
de vida que cualquiera de los resultaron
sobrevivientes. De este modo, también un
gran número de animales y plantas adultos,
sean o no lo mejor adaptados a sus
condiciones, deben ser destruidos anualmente
por causas accidentales que de ningún modo
serian mitigadas por ciertos cambios en la
estructura o constitución que en otros
sentidos habrían sido beneficiosos para la
especie. Pero por intensa que sea la
destrucción de los adultos, si el número de los
que pueden existir en cualquier distrito no es
totalmente reprimido por tales causas, o
también, aunque la destrucción de huevos o
semillas sea tan grande que solamente
subsista la centésima o milésima parte, si hay
variabilidad en dirección favorable, los
ejemplares mejor adaptados de los que
sobrevivan tenderán a propagar sus iguales
en mayor número que los menos aptos. Si el
número fuese totalmente sofocado por las
causas recién indicadas, como habrá ocurrido
a menudo, la selección natural seria
impotente en ciertas direcciones favorables;
pero esta no es objeción valida contra su
eficacia en otras circunstancias y en otros
sentidos, porque estamos lejos de tener
razones para suponer que son muchas las
especies que se modifican y mejoran al mismo
tiempo y en la misma región.
SELECCIÓN SEXUAL
Puesto que en la domesticidad aparecen con
frecuencia particularidades en un sexo que
quedan hereditariamente unidas al mismo,
igual sucederá, sin duda, en la naturaleza.
De esta modo se hace posible que los dos
sexos se modifiquen, mediante selección
natural, en relación con sus diferentes
costumbres, como es muchas veces el caso, o
que un sexo se modifique con relación al otro,
como ocurre comúnmente. Esto me lleva a
decir algunas palabras acerca de lo que he
llamado selección sexual. Esta forma de
selección depende, no de una lucha por la
existencia en relación con otros seres
orgánicos o con condiciones externas, sino de
una lucha entre los individuos de un sexo –
generalmente, los machos- por la posesión del
otro sexo. El resultado no es la muerte del
competidor desafortunado, sino que deja poca
o ninguna descendencia. La selección sexual
es, por tanto, menos rigurosa que la selección
natural. Generalmente, los machos más
vigorosos, lo que están mejor adaptados a su
situación en la naturaleza, dejaran más
descendencia; pero en mucho casos la victoria
depende no tanto del vigor natural como de la
posesión de armas especiales limitadas al
sexo masculino. Un ciervo sin cuernos, un
gallo
sin
espolones,
tendrán
pocas
probabilidades
de
dejar
númerosa
descendencia. La selección sexual, dejando
siempre criar al vencedor, pudo, seguramente
dar valor indomable, longitud a los espolones,
fuerza al ala para empujar la pata armada de
espolón, casi del mismo modo que lo hace
brutal gallero mediante la cuidadosa selección
de sus mejores gallos.
Ignoro hasta que punto, en la escala de los
seres naturales, llega esta ley del combate; se
ha descrito que los cocodrilos riñen, rugen y
giran alrededor -–omo los indios en una danza
guerrera- por la posesión de las hembras. Se
ha observado que los salmones machos
pelean durante todo el día; los ciervos
voladores (llamados también escarabajos
cornudos, son coleópteros cuyo macho tiene
dos mandíbulas muy desarrolladas y parecidas
a las astas del ciervo.) Machos a veces llevan
heridas de las enormes mandíbulas de los
otros machos; el inimitable observador Fabre
ha visto muchas veces los machos de ciertos
himenopteros riñendo por una hembra
determinada que esta posada al lado,
espectadoras en apariencia indiferente de la
lucha, la que se retira después con el
vencedor. La guerra es quizá más severa
entre los machos de los animales polígamos, y
parece
que
estos
cuentan
muy
frecuentemente con armas especiales. Los
machos de los carnívoros están siempre bien
armados, aun cuando estos y otros pueden
disponer de medios especiales de defensa
mediante la selección natural, como la melena
del león o la mandíbula ganchuda del salmón
macho, pues tan importante puede ser para la
victoria el escudo como la espada o la lanza.
Entre las aves, la contienda es muchas veces
de carácter pacifico. Todos los que se han
ocupado de este asunto creen que entre los
machos de númerosas especies existe gran
rivalidad por atraer con su canto a las
hembras. El tordo rupestre de Guayana, las
aves del paraíso y algunas otras se reúnen, y
los machos sucesivamente, despliegan con el
más minucioso cuidado y exhiben de la mejor
manera su esplendoroso plumaje; además
ejecutan extraños movimientos ante las
hembras, que, asistiendo como espectadoras,
escogen al fin el compañero más atractivo. Lo
73
que han prestado mucha atención a las
cautivas saben perfectamente que estas, con
frecuencia, tienen preferencias y aversiones
individuales; R. Heron ha descrito como un
pavo real manchado era sumamente atractivo
para todas sus pavas. Si el hombre es capaz
en corto tiempo de dar hermosura y porte
elegante a sus gallinas bantam conforme a su
estándar o tipo de belleza, no hay ninguna
razón legítima para dudar de que las aves
hembras,
eligiendo
durante
miles
de
generaciones los machos más hermosos y
melodiosos según sus tipos de belleza, puedan
producir un efecto señalado. Algunas leyes
muy conocidas respecto al plumaje de las
aves machos y hembras, en comparación del
plumaje de los polluelos, pueden explicarse,
en parte, mediante la selección sexual sobre
variaciones que se presentan en diferentes
edades y se transmiten solo a los machos, o a
los
dos
sexos,
en
las
edades
correspondientes.
Así es que, cuando los machos y hembras
tienen las mismas costumbres generales, pero
difieren en conformación, color o adorno,
estas
diferencias
han
sido
producidas
principalmente por selección sexual, es decir:
mediante individuos machos que han tenido
en generaciones sucesivas alguna ligera
ventaja sobre otros machos, en sus armas,
medios de defensa o encantos, que han
transmitido solamente a su descendencia
masculina. Sin embargo, no quisiera atribuir
todas las diferencias sexuales a esta acción,
pues en los animales domésticos vemos surgir
en el sexo masculino y quedar ligadas a él
particularidades que evidentemente no han
sido acrecentadas mediante selección por el
hombre. El mechón de filamentos en el pecho
del pavo salvaje no puede tener ningún uso, y
es dudosos que sea ornamental a los ojos de
la hembra; realmente, si el mechón hubiese
aparecido en estado domestico se le habría
calificado como monstruosidad.
EJEMPLOS DE LA ACCION DE LA SELECCIÓN
NATURAL O SUPERVIVENCIA DE LOS MÁS
APTOS.
A fin de explicar como obra, según creo, la
selección natural pediré permiso para dar uno
o dos ejemplos imaginarios. Tomemos el caso
de un lobo que se ceba en varios animales,
alcanzando algunos por la astucia, otros por la
fuerza y otros por la velocidad; y supongamos
que su presa más ligera, un gam, por
ejemplo, hubiera aumentado en número por
algún cambio en el país, o que hubiera
decrecido otra especie durante la estación del
74
año en que el lobo estaba más apremiado por
la
necesidad
de
comida.
Bajo
tales
circunstancias los lobos más delgados
tendrían las mejores probabilidades de
sobrevivir
y
ser
así
preservados
o
seleccionados, siempre que conservasen
bastante robustez para dominar a su presa en
este u otro periodo del año en que se vieran
obligados a cazar otros animales. No veo más
razones para dudar de que ese seria el
resultado que para dudar que el hombre
pueda mejorar la velocidad de sus galgos
mediante una selección metódica y cuidadosa
o con esa clase de selección inconsciente que
se produce porque cada hombre procura
conservar sus mejores perros, aunque no
piense en modificar la raza. Añadiré que,
según Mr. Pierce, hay dos variedades de lobo
en las montañas de Catskill, Estados Unidos:
una que tiene forma ligera, parecida al galgo
y persigue a los gamos; otra más maciza, con
patas más cortas, que ataca preferentemente
a los rebaños de los pastores.
Debe observarse que en el ejemplo anterior
hablo de los lobos individualmente más flacos
y no de ninguna variación muy marcada que
se haya preservado. En ediciones anteriores
de esta obra hablaba yo a veces como si la
última alternativa hubiese ocurrido con
frecuencia. Veía la gran importancia de las
diferencias individuales y esto me llevo a
tratar de lleno los grandes resultados de la
selección inconsciente efectuada por el
hombre, que depende de la preservación de
todos los ejemplares más o menos valiosos y
de la destrucción de los peores. Veía también
que la preservación, en estado de naturaleza,
de
cualquier
desviación
ocasional
de
estructura, tal como una monstruosidad, seria
un caso raro, y que aunque se preservarse al
principio se perdería generalmente por el
intercruzamiento ulterior con ejemplares
normales. Sin embargo, hasta que leí un
competente y útil articulo publicado en la
North British Review (1867) no aprecie cuan
raro es que se conserven las variaciones
individuales, sean leves o muy marcadas. El
autor toma el caso de un par de animales que
producen durante su vida doscientos hijos, de
los cuales, por causas diversas de destrucción,
solamente dos, por termino medio, alcanzan a
procrear.
Este es un cálculo más bien extremado para la
mayoría de los animales superiores, pero de
ningún modo para los organismos inferiores.
Después demuestra que si naciera un solo
individuo que viajara de alguna manera,
dándole el doble de probabilidades de vida
que a los otros ejemplares, aun así las
probabilidades serian en su mayoría contrarias
a que sobreviviera. Suponiendo que lo lograra
y procreara y que la mitad de sus hijos
heredara la variación favorable todavía, como
dice el articulista, los hijos apenas tendrían,
un poco más de probabilidades de vivir y
procrear;
y
esta
probabilidad
iría
disminuyendo en las generaciones sucesivas.
Creo que no puede discutirse la exactitud de
estas observaciones. Por ejemplo, si alguna
ave de alguna clase pudiera procurarse
alimento con más facilidad por tener el pico
encorvado y si naciera una con el pico
encorvado y si naciera una con el pico muy
encorvado que por ello prosperase, habría con
todo muy pocas perspectivas de que ese único
ejemplar perpetuase su forma con exclusión
de la forma común; pero ha juzgar por lo que
hemos visto en la domesticidad, difícilmente
podrá dudarse que ese resultado se produciría
por
la
preservación,
durante
muchas
generaciones, de ejemplares con el pico más o
menos encorvado y por la destrucción de un
número todavía mayor de los que tuviesen el
pico recto.
Sin embargo, no debe olvidarse que ciertas
variaciones muy marcadas, que nadie
clasificaría
como
meras
diferencias
individuales, se repiten a menudo debido a
que una organización semejante es afectada
de modo parecido, de lo cual podrían sacarse
muchos ejemplos entre nuestros productos
domésticos. En tales casos, si el ejemplar que
varia no transmitiera realmente a sus
descendientes el carácter recién adquirido.
Indudablemente les transmitiría, mientras se
mantuviesen las condiciones existentes, una
fuerte tendencia a variar del mismo modo.
Tampoco puede haber dudas de que la
tendencia variar del mismo modo ha sido a
menudo tan fuerte que todos los ejemplares
de
la
misma
especie
han
resultado
modificados similarmente sin ayuda de
ninguna forma de selección. O puede haber
sido afectada así solamente la tercera, quinta
o décima parte de los ejemplares, de lo cual
también podrían darse varios ejemplos. Por
eso Graba calcula que aproximadamente un
quinto de las crías de las islas Feroe pertenece
a una variedad tan marcada que antes se le
clasificaba como especie distinta bajo el
nombre de uria lacrymans. En casos
semejantes,
si
las
variaciones
fueran
beneficiosas, la forma original pronto seria
suplantada por la forma modificada, debido a
la supervivencia de los más aptos. Tendré que
volver sobre los efectos del cruzamiento para
eliminar variaciones;
pero aquí
puede
observarse que la mayoría de los animales y
plantas se mantienen en su propia tierra y no
viajan innecesariamente; lo vemos hasta en
las aves migradoras que casi siempre vuelven
al mismo punto. En consecuencia cada
variedad recién formada seria el principio
generalmente local, como parece ser la regla
con las variedades de estado de naturaleza;
de modo que ejemplares similarmente
modificados no tardarían en existir juntos en
un cuerpo reducido y a menudo procrearían
juntos. Si la nueva variedad tuviera éxito en
la batalla por la vida, difundiría lentamente
desde una región central, compitiendo y
venciendo a los ejemplares no cambiados, en
un círculo cada vez mayor.
Quizá valga la pena dar otro ejemplo más
completo de la acción de la selección natural.
Ciertas plantas segregan un jugo, al parecer
para eliminar algo dañoso a la savia; así lo
hacen por ejemplo, ciertas leguminosas con
glándulas colocadas en la base de las
estipulas o el laurel común con glándulas
situadas en la cara posterior de la hoja. Este
jugo, aunque exiguo en cantidad, es sorbido
afanosamente por los insectos, pero sus
visitas no benefician en nada a la planta.
Ahora supongamos que el jugo o néctar fuera
segregado desde el interior de las flores de
cierto número de plantas de cualquier especie.
Los insectos, al buscar el néctar, se
empolvarían de polen, y a menudo lo
transportarían de una flor a otra. Las flores de
dos ejemplares distintos de la misma especie
resultarían cruzadas así, y el acto del
cruzamiento como puede probarse, da origen
a vigorosos vástagos que en consecuencia
tendrían las mejores probabilidades de
prosperar y sobrevivir. Las plantas que
producen flores con las mayores glándulas o
nectáreos, las que segregan más néctar,
serian las más visitadas por los insectos y por
lo tanto las cruzadas con más frecuencia; y
así a la larga ganarían a la ventaja y
formarían una variedad local. También en las
flores que tuvieran estambres y pistilo, en
relación con el tamaño y hábitos de los
insectos
particulares
que
las
visitan,
dispuestos en tal forma que favoreciesen de
algún modo el transporte de polen, resultarían
igualmente favorecidas. Podríamos haber
tomado el caso de insectos que visitan a las
flores para recolectar polen en lugar de
néctar, y como el polen solo tiene el fin de
fecundar, su destrucción parece ser una
simple perdida para la planta; pero si un poco
de polen fuera llevado, al principio de vez en
cuando, y luego habitualmente de flor a flor y
se produjese así un cruzamiento, aunque
nueve décimas partes del polen resultan
destruidas todavía quedara una gran ventaja
75
para la planta despojada así, y los ejemplares
que produjesen más y más polen y tuvieran
las antenas más y más grandes, serian
seleccionados.
Cuando nuestra planta, por el proceso
mencionado,
largamente
proseguido,
resultase muy atrayente para los insectos,
éstos sin intención de su parte llevarían
regularmente polen de flor a flor, y que
efectivamente lo hacen así podríamos probarlo
con muchos hechos notables. Expondré
solamente uno, que ilustra igualmente un
paso para la separación de los sexos de las
plantas.
Algunos
agrifolios
producen
solamente flores machos que tienen cuatro
estambres productores de una cantidad más
bien pequeña de polen, y un pistilo
rudimentario;
otros
agrifolios
producen
solamente flores hembras; estas tienen pistilo
de tamaño cabal y cuatro estambres con
antenas encogidas, en las que no se descubre
un solo grano de polen. Habiendo encontrado
un árbol hembra de sesenta yardas,
exactamente, de un árbol masculino, puse los
estigmas de veinte flores, tomadas de ramas
distintas, bajo el microscopio, y en todos
ellos, sin excepción había unos pocos granos
de polen, y muchos en algunos. Como durante
varios días el viento había soplado del árbol
hembra al macho, el polen no podía haber
sido transportado de ese modo. El tiempo
había sido frío y agitado, y por consiguiente,
no favorable a las abejas; sin embargo cada
flor hembra que examine había sido
eficazmente fecundada por las abejas, que
habían volado de uno a otro árbol en busca de
néctar. Pero volvamos a nuestro caso
imaginario: tan pronto como la planta se
hubiese vuelto muy atrayente para los
insectos de modo que el polen fuera
regularmente transportado de flor en flor,
podría comenzar otro proceso. Ningún
naturalista duda de la ventaja de lo que se ha
llamado división fisiológica del trabajo; por lo
tanto podemos creer que habría sido
ventajoso para una planta producir solamente
estambres en una flor o en toda la planta, y
solo pistilos en otra flor o en otra planta. En
plantas cultivadas y puestas bajo otras
condiciones de vida, a veces los órganos
hembras
se
vuelven
más
o
menos
impotentes; ahora bien, si suponemos que
esto ocurre aunque sea en grado muy leve, en
el estado de naturaleza, entonces, como el
polen ya es llevado regularmente de flor a flor
y como una separación más completa de los
sexos de nuestra planta habría sido
beneficiosa de acuerdo con el principio de la
división, los ejemplares manifiestan aumento
de esa tendencia serian continuamente
76
favorecidos o seleccionados, hasta que al final
podría producirse una separación completa de
los sexos. Llevaría demasiado espacio mostrar
los varios pasos, a través del dimorfismo y
otros medios, por lo cual parece estar ahora
desarrollándose la separación de los sexos en
plantas de varias clases; pero puedo añadir
que algunas de las especies de agrifolio en la
América del Norte se hallan, según Asa Gray,
exactamente en la condición intermedia, o
como lo dice él, son más o menos dioicamente
polígamas.
Volamos ahora a los insectos que se
alimentan de néctar; podemos suponer que la
planta que hemos visto aumentar lentamente
el néctar por una selección continuada es una
planta común; y que ciertos insectos
necesitan principalmente su néctar para
alimentarse. Podría dar muchos ejemplos para
demostrar, cuanto se afanan las abejas por
ganar la base de ciertas flores cuando con un
poco más de trabajo podrían entrar por su
boca. Teniendo en cuenta estos hechos puede
creerse que, bajo ciertas circunstancias,
diferencias individuales en el largo de la
probóscide etc., demasiado leves para que
nosotros las apreciemos, podrían aprovechar a
una abeja u otro insecto, de modo que ciertos
ejemplares podrían obtener su alimento con
más raidez que otros; y así a las comunidades
que pertenecieran prosperarían y producirían
muchos enjambres dotados por herencia de
las mismas peculiaridades. Los conductos
tubulares de la corola del trébol rojo común y
el
encarnado
(trifolium
pratense
etincarnatum) no parecen a primera vista
diferir en longitud; sin embargo la abeja de
colmena puede chupar fácilmente el néctar de
un trébol encarnado, pero no de un trébol rojo
común, que es visitado solamente por
abejorros; de modo que todos los campos de
trébol rojo ofrecen en vano abundante
provisión de néctar precioso a la abeja de
colmena. Que este néctar gusta mucho a
dicha abeja es seguro; pues he visto
repetidamente, aunque solo en otoño, muchas
abejas de colmena sorbiendo las flores por
agujeros practicados en la base del conducto
tubular por abejorros. La diferencia en el largo
de la corola en las dos clases de trébol que
determina las visitas de la abeja de colmena
debe ser insignificante, pues se me ha
asegurado que cuando se ha segado el trébol
rojo, las flores de la segunda cosecha son algo
menores y estas son visitadas por muchas
abejas de colmena. No se si esta afirmación
es exacta ni si se puede confiar en otra
declaración publicada, a saber, que la abeja
ligur, considerada a menudo como una simple
variedad de la abeja d colmena común, y que
se cruza fácilmente con ella, puede alcanzar y
sorber el néctar del trébol rojo. Así, en un país
que abundara esta clase de trébol seria una
gran ventaja para la abeja de colmena tener
un aguijón ligeramente más largo o hecho de
un modo distinto. Por otra parte, como la
fecundidad del trébol depende enteramente de
que la abeja visite sus flores, si los abejorros
se volviesen raros en cualquier país podría ser
una gran ventaja para la planta tener una
gran corola más corta o más dividida para que
las abejas de colmena pudiera chuparla. Por
eso puedo comprender que una flor y una
abeja se transformaran lentamente, juntas o
una después de otra, y se adaptaran
recíprocamente del modo más perfecto por la
preservación continua de todos los ejemplares
que presentasen ligeras desviaciones de
estructura
mutuamente
favorables.
Se
perfectamente que esta doctrina de selección
natural, ilustrada en los ejemplos anteriores,
esta expuesta a las mismas objeciones que
fueron formuladas primero contra las nobles
opiniones de Sir Charles Lyell sobre los
cambios modernos de la tierra, como
ejemplos para geología; pero rara vez
calificamos a los agentes naturales que
todavía operan de triviales o insignificantes
cuando nos sirven para explicar la excavación
de los valles más profundos o la formación de
largas líneas de rocas terrestres. La selección
natural
obra
solamente
mediante
la
preservación y acumulación de pequeñas
modificaciones
hereditarias,
cada
una
provechosa para el ser preservado; y así
como la geología moderna ha casi desterrado
opiniones como la excavación de un gran valle
por una sola onda diluvial, así la selección
natural desterrara la creencia en la creación
continuada de nuevos seres orgánicos o de
una modificación súbita y grande de su
estructura.
CRUZAMIENTO DE LOS INDIVIDUOS.
Debo hacer aquí una breve disgresión. En el
caso de animales y plantas de sexos
separados, es obvio por supuesto, que dos
ejemplares deberían siempre (con excepción
de los curiosos y no muy claros casos de
partenogénesis)unirse para cada nacimiento;
pero cuando se trata de hermafroditas esto
esta lejos de obvio. Sin embargo hay razones
para creer que entre los hermafroditas, dos
ejemplares,
sea
en
ocasiones
o
habitualmente,
concurren
para
la
reproducción. Esta opinión fue sugerida hace
largo tiempo, con vacilación, por Sprengel,
Knight y Kölreuter. Pronto veremos su
importancia; pero aquí debo tratar el tema
con extremada brevedad, aunque tengo
preparados los materiales para una amplia
discusión. Todos los animales vertebrados,
todos los insectos y algunos otros grandes
grupos de animales, se aparean para cada
nacimiento. Investigaciones modernas han
disminuido mucho el número de los presuntos
hermafroditas, y
de los hermafroditas
verdaderos no pocos se aparean, es decir, se
unen regularmente dos ejemplares para cada
reproducción, que es lo único que nos
interesa. Puede preguntarse que razón hay
para suponer en estos casos que dos
ejemplares
concurran
siempre
a
la
reproducción. Como aquí es imposible entrar
en detalles, he de confiarme solamente en
algunas consideraciones generales. En primer
ligar, he reunido un gran cuerpo de hechos y
realizado
tantos
experimentos
que
demuestran, de acuerdo con la creencia casi
universal de los criadores, que en los animales
y plantas un cruzamiento entre variedades
distintas o entre ejemplares de la misma
variedad, pero de otra corriente, da vigor y
fecundidad a la descendencia; y por otra
parte, que el intercruzamiento estrecho
disminuye mucho el vigor y la fecundidad, que
estos hechos solos me inclinan a creer que es
la ley general de la naturaleza que ningún ser
orgánico se fecunda a sí mismo para una serie
perpetua de generaciones, sino que de vez en
cuando, quizá con largos intervalos de tiempo,
es indispensable un cruzamiento con otro
ejemplar.
Fundándonos en la creencia de que esta es
una ley de la naturaleza, creo que podemos
comprender varias clases amplias de hechos
como los siguientes, que son inexplicables con
otro punto de vista. Todo cultivador de
híbridos sabe cuan desfavorable para la
fecundación de una flor es estar expuesta a la
humedad; sin embargo, ¡Qué multitud de
flores tienen las anteras y estigmas expuestos
a la intemperie! Si fuese indispensable un
cruzamiento ocasional, a pesar de que las
propias anteras y pistilo de la planta están tan
cerca unas de otro que casi aseguran la
autofecundación, la necesidad de dejar la más
completa libertad de entrada para el polen de
otro ejemplar explica que los órganos estén
expuestos así. Muchas flores, por otra parte,
tienen
sus
órganos
de
fructificación
estrechamente encerrados, como en la gran
familia de las papilionaceas o de las arvejas;
pero casi invariablemente estas presentan
notables y extrañas adaptaciones en relación
con la visita de los insectos. Tan necesarias
son las visitas de las abejas para muchas
flores papilonaceas, que su fecundidad
disminuye mucho si se impide esas visitas.
77
Ahora bien; apenas es posible que los insectos
vuelen de flor en flor sin llevar polen de unas
a otra, con gran beneficio para la planta. Los
insectos obran como una brocha delicada, y
para asegurar la fecundidad basta tocar con el
mismo pincel las anteras de una flor y luego el
estigma de otra; pero no debe suponerse que
las abejas producirían así una multitud de
híbridos entre distintas especies, porque si el
polen propio de la planta y el de la otra
especie son colocados sobre el mismo
estigma, el primero es tan superior en
potencia que invariablemente destruye del
todo, como lo ha demostrado Gärtner, la
influencia del polen extraño. Cuando los
estambres de una flor se tienden súbitamente
hacia el pistilo o se mueven lentamente uno
tras otro hacia él, este mecanismo parece
destinado
solamente
a
asegurar
la
autofecundación; y no cabe duda de que es
útil para ese fin; pero a menudo se necesita la
intervención de insectos para que los
estambres se tiendan hacia adelanta, como ha
demostrado Kölreuter que ocurre en el
bérbero; y en este mismo genero, que parece
tener un mecanismo especial para la
autofecundación, se sabe bien que si se
plantan
cerca
formas
o
variedades
estrechamente vinculadas, apenas se puede
producir retoños puros, de tal modo se cruzan
naturalmente entre sí. En muchos otros casos,
lejos de ser favorecida la autofecundación,
hay mecanismos especiales que impiden
eficazmente que el estigma reciba polen de su
propia flor, como podría demostrarse por las
obras de Sprengel y otros, así como con mis
propias observaciones: por ejemplo, en la
lobelia fulgens hay un mecanismo realmente
hermoso y complejo mediante el cual los
granitos de polen, infinitamente númerosos,
son barridos de las anteras unidas de cada flor
antes de que el estigma de esa flor este
pronto para recibirlo, y como ésta nunca es
visitada, al menos en mi jardín, por los
insectos, nunca da semilla, aunque clocando
polen de una flor en el estigma de otra yo no
produzco cantidad de retoños. Otra especie de
lobelia que es visitada por las abejas produce
libremente semillas en mi jardín. En
muchisimos casos mas, aunque no hay
dispositivo mecánico para impedir que el
estigma reciba polen de la misma flor, con
todo, como ha demostrado Sprengel y más
recientemente Hildebrand y otros, y como
puedo confirmarlo yo mismo, o bien las
anteras revientan antes de que el estigma de
la flor este pronto para la fecundación, o bien
el estigma esta pronto antes de que este
disponible el polen de esa flor, de modo que
esas llamadas plantas dicomagas tienen en
78
realidad sexos separados y deben cruzarse
habitualmente. Así pasa con las plantas
recíprocamente dimórficas a que aludimos
antes. ¡Cuán extraños son estos hechos!
¡Cuán extraño es que el polen y la superficie
estigmática de la misma flor, aunque
colocados tan próximos como para el propio
fin de la autofecundación, sean en tantos
casos mutuamente inútiles! ¡Cuán sencillo es
explicar esos hechos con la hipótesis de que
un cruzamiento ocasional con ejemplar
distinto es beneficioso o indispensable! Si se
permite echar semilla a unas cuantas
variedades de repollo, rábanos, cebollas y
algunas otras plantas, cerca unas de otras,
gran mayoría de los retoños producidos así
resultaran, según he encontrado yo, mestizos.
Por ejemplo, saqué 233 retoños de repollo de
varias plantas de diversas variedades, que
crecían cerca unas de otras, y de estas
solamente 78 reprodujeron fielmente su clase,
y algunas todavía no del todo. Sin embargo el
pistilo de cada flor de repollo esta rodeado no
solamente por sus propios seis estambres sino
también por los de muchas otras flores de la
misma planta, y el polen de cada flor llega
fácilmente a su propio estigma sin necesidad
de insectos, pues he observado que las
plantas cuidadosamente protegidas de los
insectos producen el mismo número completo
de vainas. Entonces ¿cómo ocurre que tan
vasto número de retoños sean mestizados?
Debe de ser porque el polen de alguna
variedad
distinta
ha
tenido
efecto
preponderante sobre el polen de la propia flor,
y esto es parte de la ley general de que sea
beneficioso el intercruzamiento de ejemplares
distintos de la misma especie cuando se
cruzan especies distintas el caso es inverso,
pues el polen propio de una planta casi
siempre prepondera sobre el polen extraño;
pero sobre este tema volveré en un capitulo
futuro.
En el caso de un gran árbol cubierto de flores
numerales, puede objetarse que raras veces
podría ser llevado el polen de árbol a árbol y a
lo sumo podría serlo de una a otra flor del
mismo; y que las flores de un mismo árbol
solamente en un sentido muy limitado pueden
ser consideradas como ejemplares distintos.
Creo que esta objeción es valedera, pero que
la naturaleza ha obrado ampliamente contra
ella al dar a los árboles una fuerte tendencia a
producir flores de sexos separados. Cuando
los sexos son separados, aunque las flores
machos y hembras se produzcan en el mismo
árbol, el polen ha de ser llevado regularmente
de flor a flor, y esto dará mejores
oportunidades y de que ocasionalmente sea
llevado el polen de árbol a árbol. Que los
árboles pertenecientes a todos los órdenes
tienen los sexos separados con más
frecuencia que otras plantas, lo he observado
en este país; y a pedido mío el Dr. Hooker
clasifico los árboles de Nueva Zelandia y el Dr.
Asa Gray de los Estados Unidos, y el resultado
fue el que yo preveía. En cambio el Dr.
Hooker me informa que la regla no se cumple
en Australia; pero si la mayoría de los árboles
australianos son dicógamos, el mismo
resultado se produciría que si dieran flores
con sexos separados. He hecho estas pocas
observaciones sobre los árboles simplemente
para llamar la atención sobre el asunto.
Volviendo por un momento a los animales:
varias especies terrestres son hermafroditas,
como los moluscos terrestres y lombrices,
pero todas ellas se aparean. Hasta ahora no
he encontrado un solo animal terrestre que
pueda fecundarse a sí mismo. Este hecho
notable, que presenta un contraste tan
pronunciado con lo que ocurre en las plantas
terrestres, es inteligible suponiendo que un
cruzamiento ocasional sea indispensable:
porque debido a la naturaleza del elemento
fecundador no hay medios análogos a la
acción de los insectos y del viento entre las
plantas, por lo cual pudiera efectuarse un
cruzamiento
ocasional
entre
animales
terrestres sin la concurrencia de dos
ejemplares. Como en el caso de las flores,
todavía no he podido, después de consultar
con una de las más altas autoridades, es decir
el profesor Huxley, descubrir un solo animal
hermafrodita con los órganos de reproducción
tan perfectamente encerrados que pudiera
demostrarse
que
seria
materialmente
imposible su acceso desde fuera o la influencia
ocasional de un ejemplar distinto. Durante
largo tiempo me pareció que los cirrópodos
presentan, bajo este punto de vista, un caso
muy difícil; pero por una casualidad feliz he
podido probar que dos ejemplares, aunque
ambos
sean
hermafroditas
que
sé
autofecundan, se cruzan a veces.
Debe de haber sorprendido a la mayoría de
los naturalistas como una extraña anomalía
que tanto entre los animales como entre las
plantas algunas especies de la misma familia
y aun del mismo genero, aunque concuerdan
estrechamente
entre
sí
en
toda
su
organización, son hermafroditas y algunas
unisexuales. Pero si en realidad todos los
hermafroditas se cruzan ocasionalmente, la
diferencia
entre
ellos
y
las
especies
unisexuales es muy pequeña en cuanto a esa
función. Por esas diversas consideraciones y
por muchos hechos especiales que he reunido
pero que no puedo exponer aquí parece que
en los animales y plantas un cruzamiento
ocasional entre ejemplares distintos es una
ley muy general, sino universal, de la
naturaleza.
CIRCUNSTANCIAS FAVORABLES PARA LA
PRODUCCION DE NUEVAS FORMAS POR
SELECCIÓN NATURAL.
Este es un tema extremadamente intrincado.
Una gran variabilidad, término bajo el cual se
incluyen siempre las diferencias individuales,
será evidentemente favorable. El gran número
de ejemplares, al dar mejor oportunidades
dentro de cualquier periodo determinado, para
la aparición de variaciones provechosas,
compensara la menor cantidad de variabilidad
en cada ejemplar y creo que constituye un
importante factor de éxito. Aunque la
naturaleza concede grandes periodos de
tiempo para el trabajo de la selección, no
concede un periodo indefinido; pues como
todos los seres orgánicos se esfuerzan por
apoderarse de cada lugar en la economía de la
naturaleza, si una especie no es modificada y
mejorada en grado correspondiente al de sus
competidores, será exterminada. Si no son
heredadas variaciones favorables, al menos
por algunos de los descendientes, nada puede
hacer la selección natural. La tendencia a la
reversión podrá contener o impedir a menudo
el trabajo; pero si esta tendencia no ha
impedido al hombre formar por selección
númerosas razas domesticas, ¿por qué
prevalecerá contra la selección natural?
En el caso de la selección metódica, un criador
elige con algún objetivo definido, y si se
permitiera a los ejemplares entrecruzarse
libremente, su obra fracasaría en absoluto.
Pero cuando muchos hombres, sin tratar de
alterar la raza, tienen un tipo de perfección
casi igual y todos procuran obtener y criar con
los mejores animales, el mejoramiento ha de
seguir lentamente pero con seguridad a este
proceso de selección, a pesar de que no hay
separación de los ejemplares elegidos. Así
ocurrirá en el estado de naturaleza, porque
dentro de una zona cerrada con algún lugar
en la economía de la naturaleza que todavía
no este ocupado completamente, todos los
ejemplares que varíen en la buena dirección,
aunque en grado distinto, tendrán tendencia a
prosperar. Pero si la zona fuese grande sus
diversos
distritos
presentarán
casi
seguramente condiciones distintas de vida, y
entonces, si la misma especie sufre
modificación en diferentes distritos, las
variedades recién formadas se entrecruzarán
en los confines de cada una de ellas. Pero
79
veremos en el sexto capitulo que las
variedades que habitan distritos intermedios
serán suplantadas, a la larga, por alguna de
las
variedades
adyacentes.
El
intercruzamiento afectara principalmente a
esos animales que se unen para cada
nacimiento, que viajan mucho y no crían muy
rápidamente. De ahí que entre los animales
de esa naturaleza, por ejemplo las aves, las
variedades, por lo general, se limitaran a
países separados, y así he encontrado que
ocurre efectivamente. En los organismos
hermafroditas
que
se
cruzan
solo
ocasionalmente y del mismo modo en los
animales que se unen para cada nacimiento,
pero viajan poco y pueden aumentar con
ritmo apresurado, una nueva y mejorada
variedad podría formarse en cualquier punto
determinado y mantenerse allí en cantidad y
luego
extenderse,
de
modo
que
los
ejemplares de la nueva variedad se cruzarían
principalmente entre sí. Por este principio, los
cultivadores
prefieren
siempre
reservar
semillas de grandes masas de plantas, porque
así
disminuyen
las
probabilidades
de
intercruzamiento.
Hasta en los animales que se unen para cada
nacimiento y que no se propagan rápidamente
no
debemos
suponer
que
el
libre
intercruzamiento
eliminaría
siempre
los
efectos de la selección natural; pues puedo
presentar un considerable cuerpo de hechos
que demuestran que dentro de la misma zona
dos variedades del mismo animal pueden
permanecer por largo tiempo distintas, debido
a que frecuentemente diferentes lugares,
crían en temporadas ligeramente distintas, o
porque los ejemplares de cada variedad
prefieren
aparearse
entre
sí.
El
intercruzamiento desempeña un papel muy
importante en la naturaleza al mantener a los
ejemplares de la misma especie o de la misma
variedad, genuinos y uniformes en sus
caracteres. Evidentemente obrará así de un
modo mucho más eficaz con esos animales
que se unen para cada nacimiento, pero como
ya hemos dicho tenemos razones para creer
que un cruzamiento ocasional se produce en
todos los animales y plantas. Aún cuando
estos ocurran solamente con largos intervalos
de tiempo, los hijos producidos así ganaran
tanto en vigor y fecundidad sobre los hijos de
los que se fecundan a sí mismos durante más
tiempo, que tendrán mejores oportunidades
de vivir y propagarse; y así a la larga la
influencia de los cruzamientos, aun producidos
con largos intervalos, será grande. Con
respecto a seres orgánicos muy inferiores que
no se propagan sexualmente ni aparean y que
no pueden intercruzarse, la uniformidad de
80
caracteres podrá darse a los hijos modificados
solamente porque la selección natural ha
preservado variaciones similares favorables. El
aislamiento tambien constituye un factor
importante en la modificación de las especies
por selección natural. En una zona cerrada o
aislada, siempre que no sea muy grande, las
condiciones orgánicas de vida serán por lo
general casi uniformes, de modo que la
selección natural tendera a modificar todos los
ejemplares que varíen de la misma forma. El
intercruzamiento con habitantes de los
distritos de los alrededores será también
impedido así. Moritz Wagner ha publicado
recientemente un interesante ensayo sobre
este tema, y ha demostrado que el servicio
prestado por el aislamiento al impedir los
cruzamientos
entre
variedades
recién
formadas es probablemente mayor aun de lo
que yo había supuesto. Pero por las razones
ya dichas no pudo convenir de ningún modo
con este naturalista en que la migración y el
aislamiento sean elementos necesarios para la
formación de especies nuevas. La importancia
del aislamiento es igualmente grande para
impedir, después de cualquier cambio físico en
las condiciones, tales como el clima, elevación
de la tierra, etc., la inmigración de organismos
mejor adaptados; Y así quedaran abiertos
nuevos lugares en la economía natural del
distrito para que sean llenados mediante la
modificación de los viejos moradores.
Finalmente, el aislamiento dará tiempo para
que una nueva variedad sea mejorada
lentamente y esto a veces puede tener la
mucha importancia. Empero, si una zona
aislada es muy pequeña, ya porque esta
rodeada por barreras ya porque tiene
condiciones físicas muy peculiares, el número
total de los habitantes será exiguo, y esto
retardara la producción de nuevas especies
por
selección
natural,
porque
habrán
disminuido las probabilidades de que surjan
variaciones favorables.
El mero transcurso del tiempo en sí mismo no
hace nada en pro ni en contra de la selección
natural. Esto lo digo porque se ha afirmado
erróneamente que yo supongo que el factor
tiempo desempeña un papel de importancia
suprema en la modificación de las especies,
como si todas las formas de vida sufrieran
cambios naturales por alguna ley interna. El
transcurso del tiempo solo es importante, y su
importancia en este sentido es grande, en
cuanto da mejor oportunidad de que surja una
variación beneficiosa y sea seleccionada,
acumulada y fijada. Igualmente tiende a
aumentar la acción directa de las condiciones
físicas de vida en relación con la constitución
de cada organismo. Si nos volvemos hacia la
naturaleza para probar la verdad de estas
observaciones y miramos alguna pequeña
zona aislada, como una isla oceánica, aunque
el número de especies que la habitan sea
pequeño, como veremos en nuestro capitulo
sobre la distribución geográfica, de esas
especies, una gran proporción son endémicas,
es decir han sido producidas allí y en ninguna
otra parte del mundo. Por eso a primera vista
una isla oceánica parece haber sido muy
favorable para la producción de nuevas
especies. Pero así podemos engañarnos,
porque para comprobar que una zona
pequeña aislada o una zona grande abierta,
como un continente, haya sido más favorable
para la producción de nuevas formas
orgánicas deberíamos hacer la comparación
en tiempos iguales, lo cual no podemos.
Aunque el aislamiento es de gran importancia
para la producción de nuevas especies, en
general me inclino a creer que la amplitud de
la
zona
es
todavía
más
importante,
especialmente para la producción de especies
que sean capaces de resistir durante largo
periodo y de extenderse ampliamente. En
toda una zona grande abierta, no solamente
habrá mejores probabilidades que surjan
variaciones favorables por el gran número d
ejemplares de la misma especie que viven allí,
sino que las condiciones de vida son mucho
más complejas por el gran número de
especies que ya existen, y si algunas de esas
especies son modificadas y mejoradas, otras
tendrán que serlo en grado correspondiente o
si no resultaran exterminadas, también, cada
nueva forma, tan pronto como haya mejorado
mucho, podrá extenderse sobre la zona
abierta y continua, y así entrara en
competencia con otras muchas formas.
Además, grandes zonas, aunque ahora sean
continuas, habrán existido no pocas veces
debido a las antiguas oscilaciones del nivel,
como divididas en muchas partes, de modo
que generalmente los buenos efectos del
aislamiento, hasta cierto punto, se habrán
producido. Finalmente deduzco que aunque
zonas pequeñas aisladas sean en algunos
sentidos muy favorables para la producción de
nuevas especies, el curso de modificaciones
habrá sido más rápido en las zonas amplias; y
lo que es más importante, las nuevas formas
producidas en esas zonas amplias, que ya
habían vencido a muchos competidores, serán
las que se extenderán más y darán origen al
mayor número de nuevas variedades y
especies. Así desempeñaran un papel más
importante en la historia de los cambios del
mundo orgánico. De acuerdo con este punto
de vista, quizá podamos entender algunos
hechos a los que aludiremos nuevamente en
nuestro
capitulo
sobre
la
distribución
geográfica; por ejemplo, el hecho de que los
productos de ese continente más pequeño que
es Australia rindan ahora más pronto que los
de la gran zona europeo - asiática. Así
también
ocurre
que
los
productos
continentales han resultado en todas partes
muy bien naturalizados en las islas. En una
isla pequeña, la carrera será menos severas y
habrá
menos
modificaciones
y
menos
exterminio. Con eso podremos entender como
es que la flora de la isla de Madera, según
Oswald Heer, se parece en cierto modo a la
extinta flora terciaria de Europa. Todas las
cuencas de agua dulce sumadas forman una
forma pequeña en comparación con la del mar
o la tierra, en consecuencia, la competencia
entre los productos de agua dulce será menos
intensa que en otras partes; nuevas formas
habrán sido producidas así más lentamente y
las viejas formas serán exterminadas con más
lentitud. Y es en el agua dulce donde
encontramos siete géneros de los peces
ganoideos, restos de un orden en otro tiempo
preponderante;
y
en
el
agua
dulce
encontramos algunas de las formas más
anómalas que se conocen ahora en el mundo,
como el ornitórrinco y los lepidosiros que,
como los fósiles, vinculan hasta cierto punto a
ordenes
que
actualmente
están
muy
apartados en la escala de la naturaleza. Estas
formas anómalas pueden ser amados fósiles
vivos; han resistido hasta hoy porque han
habitado una zona limitada y porque han
estado sometidas a una competencia menos
variada y por consiguiente menos severa.
Para resumir, hasta donde lo permite la
extremada complicación del tema, las
circunstancias favorables o desfavorables para
la producción de nuevas especies por
selección natural: saco la conclusión de que
para los productos terrestres una gran zona
continental
que
haya
sufrido
mucha
oscilaciones de nivel habrá sido la más
favorable para la producción de muchas
formas nuevas de vida, aptas para soportar
por largo tiempo y extenderse ampliamente.
Mientras la zona existió como un continente,
sus habitantes habrán tenido númerosos
ejemplares y clases y habrán estado
sometidos a intensa competencia. Cuando
después se ha dividido en grandes islas
separadas, todavía habrán existido muchos
ejemplares de la misma especie en cada isla:
el intercruzamiento en los confines de la
región propia de cada especie nueva habrá
quedado impedido: después de cambios
físicos de cualquier clase, la inmigración habrá
quedado suprimida, de modo que habrá sido
81
necesario llenar nuevos lugares en la
economía
de
cada
isla
mediante
la
modificación de los viejos habitantes, y
siempre habrá habido tiempo para que las
variedades de cada una resultaran bien
modificadas y perfeccionadas. Cuando por una
nueva elevación, las islas se convirtieron otra
vez en una zona continental, se habrá
producido nuevamente intensa competencia:
las variedades más favorecidas o modificadas
habrán tenido la posibilidad de extenderse;
habrá habido mucha extinción de las formas
menos
mejoradas
y
los
números
proporcionales de los diversos habitantes del
continente reconstituido habrán cambiado
nuevamente, y una vez más habrá existido
amplio campo para que la selección natural
mejorarse aun a los habitantes y produjese
así especies nuevas. Reconozco plenamente
que la selección natural obra generalmente
con extremada lentitud. Solo puede obrar
cuando en la economía natural de un distrito
quedan lugares que pueden ser ocupados
mejor por la modificación de algunos de sus
habitantes. La apertura de tales lugares
dependerá a menudo de cambios físicos, que
generalmente ocurren muy lentamente, y de
que se impida la inmigración de formas mejor
adaptadas. Al modificarse algunos de los
viejos habitantes, las relaciones mutuas serán
perturbadas, y esto creara nuevos lugares
prontos para ser llenados por formas mejor
adaptadas; pero todo esto ocurrirá con
lentitud. Aunque todos los ejemplares de la
misma especie difieran levemente unos de
otros, a menudo pasara mucho tiempo antes
que puedan producirse diferencias de carácter
favorable en las diversas partes de la
organización. El resultado será con frecuencia
muy demorado por el libre intercruzamiento.
Muchos dirán que estas diversas causas
sobran para neutralizar el poder de la
selección natural. Yo no lo creo así. Pero si
creo que la selección natural obrara
generalmente de un modo muy lento, solo con
largos intervalos, y sobre pocos de los
habitantes de la misma región. Creo además
que estos resultados lentos e intermitentes
concuerdan bien con lo que nos dice que la
geología sobre la proporción y el modo de que
han cambiado los habitantes del mundo. Por
lento que sea el proceso de la selección, si el
hombre, a pesar de su debilidad, puede hacer
mucho con la selección artificial, no veo limite
para el grado de cambio, para la belleza y
complejidad de las coadaptaciones entre todo
los seres orgánicos, unos con otro y con sus
condiciones físicas de vida, que puedan
haberse efectuado en el largo curso del
tiempo por el poder de la naturaleza para
82
seleccionar, es decir por la supervivencia de
los más aptos.
EXTINCION CAUSADA POR LA SELECCIN
NATURAL
Este asunto será tratado con más amplitud en
nuestro capitulo sobre la geología; pero aquí
debemos aludir a él por estar íntimamente
relacionado con la selección natural. La
selección natural obra solamente mediante la
preservación de variaciones que en cierto
sentido son ventajosas y por consiguiente se
mantienen. Debido a la alta proporción
geométrica del incremento de todos los seres
orgánicos, cada zona está ya plenamente
poblada, y de ahí se sigue que así como las
forman favorecidas aumentan en número,
generalmente
las
menos
favorecidas
disminuyen y se vuelven raras. La rareza,
como nos enseña la geología, es la precursora
de la extinción. Podemos que cualquier forma
que es representada por pocos ejemplares
correrá buen riesgo de completa extinción
durante las grandes fluctuaciones en la
naturaleza de las estaciones, o por un
aumento temporal en él número de sus
enemigos. Pero podemos ir más lejos, pues a
medida que producen nuevas formas, y a
menos que admitamos que formas específicas
pueden seguir disminuyendo indefinidamente
en número, muchas formas viejas habrán de
extinguirse. Que él número de formas
específicas no ha aumentado indefinidamente
nos lo dice claramente la geología, y breve
procuraremos demostrar porque él número de
especies en todo el mundo no se ha vuelto
inconmensurablemente grande.
Hemos visto que las especies que son más
númerosas en ejemplares tienen las mejores
probabilidades
de
producir
variaciones
favorables en un periodo determinado.
Tenemos pruebas de esto en los hechos
expuestos en el segundo capitulo para
demostrar que las especies comunes y
definidas, o dominantes, son las que ofrecen a
menudo el número mayor de variedades
registradas. Pues las especies raras serán
modificadas con mucho menos rapidez o
menos mejoradas en cualquier periodo; en
consecuencia, serán vencidas en la carrera de
la vida por los descendientes modificados y
mejorados de las especies más comunes. De
estas diversas consideraciones se sigue
inevitablemente que como el curso del tiempo
se forman nuevas especies por selección
natural, otras se volverán más y más raras y
finalmente se extinguirán. Las formas que se
haya en competencia, más estrechas con las
que sufren modificación y mejoramiento serán
naturalmente las más perjudicadas. Y hemos
visto en él capitulo dedicado a la lucha por la
existencia
que
son
las
formas
más
estrechamente vinculadas a variedades de la
misma especie y especies del mismo genero o
géneros relacionados entre sí, las que, por
tener casi la misma estructura, constitución y
hábitos,
entran
generalmente
en
la
competencia más severas unas con otras; en
consecuencia, cada nueva variedad o especie,
durante el proceso de su formación, hará la
presión más intensa sobre sus parientes más
próximos y tendera a exterminarlos. Vemos el
mismo proceso de exterminación entre
nuestras producciones domesticas, en la
selección por el hombre de las formas
mejoradas. Podrían darse muchos ejemplos
curiosos para demostrar con cuanta rapidez
nuevas razas de vacunos, ovejas y otros
animales o variedades de flores toman el
lugar de clases inferiores y más antiguas. En
Yorkshire se sabe históricamente que los
antiguos vacunos negros fueron desplazados
por los de cuernos largos y que éstos “fueron
desalojados por los de cuernos cortos” (cito
estas palabras de un escritor agrícola) “como
por pestilencia mortífera”.
DIVERGENCIA DE CARACTERES.
El principio que designado con éste termino es
de alta importancia y explica varios hechos
significativos. En primer lugar, las variedades,
hasta las muy marcadas, aunque tengan
cierto carácter de especies –como demuestran
las dudas irremediables que en muchos casos
se presentan sobre como clasificarlas-,
difieren por cierto entre sí mucho menos que
la especies verdaderas y distintas. Sin
embargo, según mi opinión, las variedades
son especies en proceso de formación o como
las he llamado, especies incipientes. Entonces
¿cómo es que las diferencias menores entre
las variedades resultan transformadas en las
grandes diferencias entre las especies? Que
esto ocurre habitualmente debemos inferirlo
de que la mayoría de las innumerables
especies que hay en toda la naturaleza
presentan
diferencias
bien
marcadas,
mientras que las variedades, los presuntos
prototipos y padres de futuras especies bien
definidas, presentan diferencias leves y pocos
terminantes. La mera casualidad, como
pudiéramos llamarla, quizá fuese causa de
que una variedad difiera en algún carácter de
sus troncos paternos, y los descendientes de
esta variedad difieran nuevamente en los
mismos caracteres y en mayor grado; pero
esto por sí solo nunca explicaría en grado
habitual y tan grande de diferencia como el
que se encuentra entre las especies del mismo
genero.
Como acostumbro siempre, para este asunto
he buscado luz entre nuestras producciones
domesticas.
Aquí encontraremos algo análogo. Se admitirá
que la producción de razas tan diferentes
como los vacunos Shorthorn y Hereford, los
caballos de carrera y de tiro, las diversas
razas de palomas, etc., nunca habrían podido
surgir de la mera acumulación casual de
variaciones durante muchas generaciones
sucesivas. Por ejemplo, en la practica un
criador de palomas se interesa al notar que
una de ellas tiene el pico más bien largo; otro
por pico corto, y según el principio reconocido
de que los aficionados no admiran un termino
medio sin que gustan de los extremos, ambos
seguirán (como ha ocurrido realmente con las
subrazas de la volteadora) eligiendo y
haciendo reproducir aves de picos más y más
largos, o de picos más y más cortos. Podemos
suponer también que en un periodo anterior
de la historia, los hombres de una nación o
comarca necesitaron caballos más veloces,
mientras que los de otras necesitaban caballos
más grandes y corpulentos. Las primeras
diferencias serian muy leves, pero en el curso
del tiempo, debido a la continua selección de
caballos más veloces en un caso y de caballos
más fuertes en el otro, las diferencias
resultarían mayores y serian señaladas como
características de dos subrazas distintas.
Finalmente después de transcurrir siglos, esas
subrazas se convertirían en dos razas bien
establecidas y distintas. A medida que
aumentan las diferencias, los animales
inferiores, con caracteres intermedios, ni muy
veloces ni muy fuertes, no habrían sido
utilizados para procrear y por lo tanto habrían
tendido a desaparecer. Aquí pues, vemos en
los productos del hombre la acción de lo que
puede llamarse el principio de la divergencia
de caracteres, tanto unos de otros, como de
los
caracteres
paternos.
Pero
puede
preguntarse, ¿cómo es posible que e aplique
un principio análogo en la naturaleza? Creo
que es posible y que se aplica con la mayor
efectividad (aunque paso mucho tiempo antes
de que yo viese cómo), por la simple
circunstancia de que cuanto más diferenciados
se vuelvan los descendientes de cualquier
especie en estatura, constitución y hábitos,
tanto mejor podrán llenar lugares númerosos
y muy diversos en la economía de la
naturaleza y aumentar en número gracias a
ello.
83
Podemos discernir claramente esto en
animales con hábitos simples. Tómese el caso
de un carnívoro cuadrúpedo del cual él
número que puede soportar algún país haya
llegado hace tiempo al termino medio
completo. Si se deja obrar su poder natural
para aumentar (no sufriendo el país ningún
cambio en las condiciones) solamente podrá
conseguirlo si sus descendientes modificados
toman lugares hasta entonces ocupados por
otros animales; algunos de ellos, por ejemplo,
pudiendo alimentarse de nuevas clases de
presas, vivas o muertas; algunos habitando
nuevas localidades, trepando a los árboles,
frecuentando
el
agua,
y
quizá
unos
volviéndose menos carnívoros. Cuanto más
diferenciados en hábitos y estructura se
vuelvan
los
descendientes
de
nuestro
carnívoro, más lugares podrán ocupar. Lo que
se aplica a un animal se aplicara a todos los
animales a través del tiempo, es decir, si
varían, pues de otro modo la selección natural
no podrá hacer nada. Así ocurrirá con las
plantas.
Se
ha
demostrado
experimentalmente que si un trozo de terreno
es sembrado de una especie de hierba y otro
trozo semejante lo es con varios géneros
distintos de hierba, podrá criarse mayor
número de plantas y cosecharse más cantidad
de heno en el segundo caso que no en el
primero. Lo mismo se ha probado cuando una
variedad
y
unas
cuantas
variedades
mezcladas de trigo se plantan en espacios
iguales de tierra. Por eso, si alguna especie de
hierba hubiera de seguir variando y las
variedades que difiriesen entre sí del mismo
modo, aunque levemente, como ocurre entre
las distintas especies y géneros de hierbas,
fuesen continuamente seleccionadas, un
número mayor de ejemplares de esta especie,
inclusive sus descendientes modificados,
conseguiría poder vivir en el mismo pedazo de
tierra. Y sabemos que cada especie y cada
variedad de hierba siembra anualmente
semillas innumerables, y puede decirse que
así se esfuerza en lo posible para aumentar.
En consecuencia, en el curso de muchos miles
de generaciones, las variedades más distintas
de cualquier especie de hierba tendrían
mejores
posibilidades
de
prosperar
y
aumentar en número, suplantando así a las
variedades menos distintas. Y las variedades,
una vez muy diferenciadas entre si, toman la
categoría de especies. La verdad del principio
de que la mayor cantidad de vida puede ser
sostenida por una gran diversificación de
estructura se ven en muchas circunstancias
naturales. En una zona extremadamente
pequeña sobre todo si sé esta libremente
abierta a inmigración, y donde la rivalidad
84
entre ejemplar y ejemplar ha de ser muy
intensa,
siempre
encontramos
mucha
diversidad en sus habitantes. Por ejemplo, he
comprobado que un pedazo de césped de tres
pies por cuatro, que había estado expuesto
durante muchos años exactamente a las
mismas condiciones, sostenía veinte especies
de plantas, y éstas pertenecían a dieciocho
géneros y ocho ordenes, lo cual demuestra
cuanto diferían esas plantas entre sí. Lo
mismo pasa con las plantas e insectos que
viven en islitas uniformes o en pequeños
estanques de agua dulce. Los agricultores
comprueban que pueden obtener mayor
cantidad de alimento mediante la rotación de
plantas
pertenecientes
a
los
ordenes
diferentes; la naturaleza efectúa lo que podría
llamarse una rotación simultanea. La mayoría
de los animales y plantas que viven muy cerca
en torno a una pequeña sección de tierra
podrían vivir de ella (suponiendo que su
naturaleza no fuese peculiar en algún sentido)
y quizá se esfuerzan todo lo posible para vivir
allí; pero se ha visto que cuando entran en
competencia muy estrecha, las ventajas d la
diversificación de la estructura, con las
diferencias correspondientes de hábitos y
constitución, determinan que los habitantes
que así se estorban unos a otros pertenecen,
por regla general, a lo que llamamos ordenes
y géneros distintos. El mismo principio se ve
en la aclimatación de las plantas a tierras
extranjeras, por obra del hombre. Podría
haberse esperado que las plantas que
consiguiesen aclimatarse en algún país serian
las más estrechamente relacionadas con las
indígenas, pues a estas se les considera por lo
general como especialmente creadas y
adaptadas para su propio país. Quizá también
podría haberse esperado que las plantas
aclimatadas perteneciesen a pocos grupos
más especialmente adaptados a ciertas
regiones de su nueva patria. Pero el caso es
muy diferente, y Alfonso de Candolle, en su
grande y admirable obra, ha señalado con
acierto que las flores ganan por aclimatación,
y en comparación con el número de los
géneros y especies nativos, mucho más en
nuevos géneros que en nuevas especies. Para
dar un solo ejemplo: en la ultima edición del
Manual de la flora del norte de los Estados
Unidos, del Dr. Asa Gray, se enumeran 260
plantas aclimatadas que pertenecen a 162
géneros. Vemos así que esas plantas
aclimatadas
son
de
naturaleza
muy
diferenciada. Se diferencian además, en gran
parte, de las indígenas, pues de los 162
géneros aclimatados, no menos de 100
géneros no son allí autóctonos, y de este
modo una gran adición proporcional se ha
hecho a los géneros que viven ahora en los
Estados Unidos.
Considerando la naturaleza de las plantas o
animales que en algún país han luchado con
esto contra las indígenas y se han aclimatado,
podemos obtener alguna idea rudimentaria de
la firma en que los seres nativos tendrían que
modificarse para ganar alguna ventaja sobre
sus compatriotas, y por lo menos podemos
inferir que les seria provechosa una
diversificación de su estructura que llegase
hasta constituir nuevas diferencias genéricas.
La ventaja de la diversificación de estructura
en los habitantes de la misma región es, en
verdad, la misma que la de división fisiológica
del trabajo entre los órganos del mismo
cuerpo individual, asunto también aclarado
por Milne Edwards. Ningún filosofo duda de
que un estomago adaptado a digerir
solamente materia vegetal o solamente carne,
saca más alimento de esas sustancias. Del
mismo modo en la economía general de un
país, cuanto más y mejor estén diversificados
los animales y plantas para diferentes hábitos
de vida, tanto mayor será el número de
ejemplares capaces de sostenerse allí. Un
conjunto de animales cuya organización sea
poco diversa no podrá competir con un
conjunto mejor diversificado en su estructura.
Por ejemplo, puede dudarse de que los
marsupiales australianos, que están divididos
en grupos que difieren poco entre sí y
representan débilmente, como han observado
Mr. Waterhouse y oros, a nuestros mamíferos
carnívoros, rumiantes y roedores, pudieran
competir
con
estos
órdenes
bien
desarrollados.
Entre
los
mamíferos
australianos
vemos
el
proceso
de
diversificación en una fase temprana e
incompleta de desarrollo.
PROBABLES EFECTOS DE LA ACCION DE LA
SELECCIÓN NATURAL, POR LA DIVERGENCIA
DE CARACTERES Y LA EXTINCION, SOBRE
LOS DESCENDIENTES DE UN ANTEPASADO
COMÚN
Después de las consideraciones anteriores,
que hemos abreviado mucho, podemos
suponer que los descendientes modificados de
una especie prosperan mucho más a medida
que se diversifiquen en su estructura y
puedan así arraigar en los lugares ocupados
por otros seres. Ahora veamos como tiende a
obrar este principio del beneficio que se
obtiene de la divergencia de los caracteres,
combinados con los principios de selección y
extinción naturales.
El diagrama que insertamos nos ayudara a
comprender este problema algo complicado.
Supongamos que las letras de la A hasta la L
representan las especies de un genero grande
en su propio país; y que esas especies se
parecen unas a otras en grado desigual, como
ocurre tan a menudo en la naturaleza y como
lo indicamos en el diagrama colocando las
letras a distancias desiguales. He dicho un
genero grande porque, como vimos en el
segundo capitulo, por termino medio varían
más las especies de los géneros mayores que
las de los géneros menores, y las especies
que varían en los géneros grandes presentan
mayor número de variedades. También hemos
visto que las especies más comunes y más
ampliamente difundidas varían más que las
especies raras y restringidas. Sea (A) una
especie común, ampliamente difundida, y muy
variada, perteneciente a un genero grande en
su propio país. Las líneas punteadas y
ramificadas de largo desigual que parten de
(A) pueden representar a su variada
descendencia. Suponemos que las variaciones
son extremadamente leves, pero del carácter
más
vario,
y
que
no
aparecen
simultáneamente, sino a menudo después de
largos intervalos: tampoco suponemos que
persistan por periodos iguales. Solamente las
variaciones
que
de
algún
modo
son
provechosas
serán
preservadas
o
seleccionadas naturalmente. Y aquí entra la
importancia del principio que es beneficiosa la
divergencia de caracteres, porque él conducirá
generalmente a que sean preservadas y
acumuladas por selección natural las más
diferentes
o
divergentes
variaciones
(representadas por las líneas punteadas
exteriores). Cuando una línea de puntos llega
a una de las líneas horizontales y es marcada
allí por una letra numerada, se supone que se
ha acumulado suficiente cantidad de variación
para constituir una variedad muy bien
definida, como la que seria digna de
registrarse en una obra sistemática. Los
intervalos entre las líneas horizontales del
diagrama pueden representar cada uno mil o
más
generaciones.
Después
de
mil
generaciones se supone que la especie (A) ha
producido dos variedades bien marcadas, a
saber: (a1) y (m1). Estas dos variedades
seguirán generalmente expuestas a las
mismas condiciones que hicieron variables a
sus padres y la tendencia a variar es por si
misma hereditaria; en consecuencia, tenderán
igualmente a variar y por lo común del mismo
modo que sus padres. Además, esas dos
variedades, siendo solamente formas sólo
modificadas de un modo leve, tenderán a
heredar las ventajas que hicieron a su padre
85
(A) más númeroso que la mayoría de los otros
habitantes del mismo país; participaran
también e esas ventajas generales que
hicieron que el genero al que pertenecía la
especie padre fuese un genero grande en su
propio país. Y todas esas circunstancias son
favorables para la producción de nuevas
variedades. Entonces, si esas dos variedades
son variables, las más divergentes de sus
variaciones serán generalmente preservadas
en las próximas mil generaciones. Y después
de este intervalo se supone en el diagrama
que la variedad (a1) ha producido a la
variedad (a2), la cual, debido al principio de la
divergencia, diferirá de (A) más que la
variedad (a1). Se supone que la variedad
(m1) ha producido dos variedades: (m2) y
(s2), que difieren entre si y difieren todavía
más de su padre común (A). Podemos
continuar este proceso, por pasos semejantes,
durante cualquier lapso de tiempo; algunas de
las variedades, después de cada mil
generaciones, producirán solamente una
variedad, pero de condición más y más
modificada, produciendo algunas dos o tres
variedades, y otras no produciendo ninguna.
Así
las
variedades
o
descendientes
modificados del padre común (A) seguirán por
lo general aumentando en número y
divergiendo en caracteres. En el diagrama ese
proceso esta representado hasta la generación
Nº 10.000, y en forma condensada y
simplificada, hasta la generación Nº 14.000.
Pero debo observar aquí que no supongo que
el proceso vaya siempre de un modo tan
regular como lo he representado en el
diagrama, aunque él mismo es un poco
irregular, ni tampoco que siga sin solución de
continuidad; mucho más probable es que cada
firma permanezca por largos periodos
inalterados y luego sufra nuevamente una
modificación. Tampoco supongo que sean
preservadas siempre las variedades más
diversas: a menudo podrá resistir una forma
intermedia por largo tiempo, y podrá producir
o no producir más de un descendiente
modificado, pues la selección natural obra
siempre según la naturaleza de los lugares
que
todavía
están
desocupados
o
imperfectamente
ocupados
por
otros
habitantes, y esto dependerá de relaciones
infinitamente complejas. Pero por regla
general, cuanto más diversificados en
estructura puedan llegar a ser descendientes
de una especie, más lugares podrán ocupar y
más aumentara su progenie modificada. En
nuestro diagrama, la línea de sucesión esta
interrumpida a intervalos regulares por
pequeñas letras numeradas que señalan las
formas sucesivas que se han vuelto
86
suficientemente distintas para ser registradas
como variedades. Pero esas interrupciones
son imaginarias y podrían haber sido
insertadas en cualquier parte, después de
intervalos
suficientes
para
permitir
la
acumulación de un grado considerable de
variación divergente.
Como todos los descendientes modificados de
una especie común y ampliamente difundida,
perteneciente a un genero grande, tenderán a
participar de las mismas ventajas que dieron
éxito al padre en la vida, generalmente
seguirán multiplicándose y divergiendo en
caracteres: esto es representado en el
diagrama por varias ramas divergentes que
parten de (A). La descendencia modificada de
las ramas posteriores y más mejoradas de las
líneas genealógicas tomaran a menudo, es
probable, el lugar de ramas anteriores y
menos mejoradas, destruyéndolas: esto esta
representado en el diagrama por algunas
ramas inferiores que no llegan a las líneas
horizontales superiores. En algunos casos, no
cabe duda de que el proceso de modificación
se limitara a una sola línea genealógica y no
aumentara quizá el número de descendientes
modificados: aunque así habrá aumentado tal
vez el grado de modificación. Este caso seria
representado en el diagrama si todas las
líneas que parten de (A) fueran suprimidas,
exceptuando la que va de (a1) a (a10). Del
mismo modo, el caballo ingles de carrera y el
ventor inglés ha ido lentamente divergiendo
en carácter, según parece, de sus troncos
originales, sin que hayan dado origen a
nuevas ramas o razas.
Después de 10.000 generaciones se supone
que la especie (A) a producido tres formas:
(a10), (f10) y (m10), las que por haber
divergido
en
caracteres
durante
las
generaciones sucesivas vendrán a diferir
ampliamente, pero quizá en grado desigual,
unas de otras y de su padre común. Si
suponemos que el grado de cambio entre cada
línea horizontal es excesivamente pequeño,
estas tres forma podrán ser todavía solo
variedades bien marcadas; pero nos basta
suponer que los pasos de ese proceso de
modificación sean más númerosos o amplios
para convertir esas tres formas en especies
dudosas o por lo menos mal definidas. Así el
diagrama ilustra los pasos por los cuales las
diferencias pequeñas que distinguen a las
variedades aumentan, transformándose en las
diferencias mayores que distinguen a las
especies. Siguiendo el mismo proceso durante
mayor número de generaciones (como
muestra el diagrama en forma abreviada y
simplificada)
obtenemos
ocho
especies
marcadas por letras que van de (a14) a
(m14), todas descendientes de (A). Así creo
yo que se multiplican las especies y se forman
los géneros. En un genero grande probable
que más de una especie varíe. En el diagrama
he supuesto que una segunda especie (I)
haya producido, por pasos análogos, después
de diez mil generaciones, dos variedades bien
marcadas (w10 y z10) o dos especies, según
el grado
de cambio que suponemos
representado entre las líneas horizontales.
Después de catorce mil generaciones, seis
nuevas especies, marcadas por las letras que
van de (n14 a z14), han sido producidas
según nuestra suposición. En cualquier
genero, las especies que ya son muy
diferentes unas de otras en sus caracteres
tenderán generalmente a producir el mayor
número de descendientes modificados, pues
éstos tendrán la mejor oportunidad de
apoderarse de nuevos lugares, ampliamente
diversos, en la economía de la naturaleza: por
eso en el diagrama he elegido la especie
extrema (A) y la casi extrema (I) como las
que han variado ampliamente y dado origen a
nuevas variedades y especies. Las otras
nueve especies. Las otras nueve especies
(señaladas con letras mayúsculas) de nuestro
genero original, pueden seguir durante largos
pero desiguales periodos dando descendientes
inalterados, y así lo muestra el diagrama con
la línea de puntos desigualmente prolongadas
hacia arriba.
Pero durante el proceso de modificación
representado en el diagrama, otro de nuestros
principios,
el
de
la
extinción,
habrá
desempeñado un papel importante. Como en
cada país plenamente poblado la selección
natural obra necesariamente por el hecho de
que la forma seleccionada tiene alguna
ventaja en la lucha por la vida sobre otras
formas, habrá en los descendientes mejorados
de una especie una tendencia constante a
suplantar y exterminar en cada etapa de
descendencia a sus predecesores y su
progenitor original. Por eso todas las formas
intermedias entre los estados anteriores y
posteriores, es decir entre los estados menos
mejorados de la misma especie, así como la
propia especie madre, tenderán a extinguirse.
Ello ocurrirá probablemente en muchas líneas
posteriores y mejoradas. Empero si la
descendencia modificada de una especie entra
en algún país distinto o se adapta
rápidamente a alguna región completamente
nueva en la que no entren en competencia
descendientes y progenitores, unos y otros
podrán seguir existiendo. Entonces, si se
supone que nuestro diagrama representa un
grado considerable de modificación, la especie
(A) y todas las variedades anteriores se
habrán extinguido así, siendo reemplazadas
por ocho especies nuevas (a14 hasta m14), i
la especie (I) será reemplazada por seis
especies nuevas (n14 a z14).
Pero podemos ir aun más lejos. Se había
supuesto que las especies originales de
nuestro género se parecían unas a otras en
grado desigual, como ocurre generalmente en
la naturaleza, estando la especie (A)
relacionada más de cerca con B, C, y D que
las otras especies; Y la especie (I) más cerca
de G, H, K, y L que las otras. Habíamos
supuesto también que estas dos especies, (A)
e (I) eran muy comunes estaban muy
difundidas, de modo que originalmente
habrían de tener alguna ventaja sobre la
mayoría de las otras especies del genero.
Probablemente
sus
descendientes
modificados, que son catorce en la generación
Nº 14.000, habrán heredado algunas de esas
ventajas; así también han cambiado y
mejorado de manera diversa en cada fase de
la genealogía, de modo que se han adaptado
a muchos lugares relacionados en la economía
natural de su país. Parece por lo tanto
extremadamente probable que hayan quitado
los lugares – y por consiguiente exterminadono solamente a sus padres (A) e (I) sino
también algunas de las especies originales
que estaban más estrechamente relacionadas
con sus padres. En consecuencia, muy pocas
de las especies originales habrán prolongado
su descendencia hasta la generación Nº
14.000. podemos suponer que solamente una,
(F), de las dos especies (E y F) que estaban
menos estrechamente relacionadas con las
otras nueve especies originales, ha hecho
llegar sus descendientes hasta esta avanza
etapa genealógica. Las nuevas especies de
nuestro diagrama, descendidas de las once
especies originales, serán ahora quince.
Debido a la tendencia divergente de la
selección natural, el grado extremo de
diferencia de caracteres entre las especies
(a14 y z14) será mucho mayor que entre las
más distintas de las once especies originales.
Además
las
nuevas
especies
estarán
relacionadas entre sí de un modo muy
diferente. De los ocho descendientes de (A),
los tres señalados con (a14, q14 y p14)
estarán estrechamente relacionados por
haberse desprendido recientemente de (a10,
b14 y f14) por haber divergido en un periodo
anterior de (a5), serán en cierto grado
distintas de las otras tres especies nombradas
primero; Y por último, (o14, e14 y m14)
estarán más estrechamente relacionadas
entre sí, pero por haber divergido al empezar
el proceso de modificación, serán muy
87
diferentes de las otras cinco especies y podrán
constituí un subgénero o genero distinto. Los
seis descendientes de (I) formaran dos
subgéneros o géneros. Pero como la especie
original (I) difería ampliamente de (A),
estando casi en el limite extremo del genero
original, los seis descendientes de (I) diferían
considerablemente, debido a la sola herencia,
de los ocho descendientes de (A), además, se
supone que los dos grupos han seguido
divergiendo en direcciones distintas. También
las especies intermediarias (esto es muy
importante) que vinculan a las especies
originales (A) e (I) se habrán extinguido
todas, menos (F) y no habrán dejado
descendientes.
De ahí que las seis nuevas especies
descendidas de (I) y los ocho descendientes
de (A) tendrán que ser clasificadas como
géneros muy distintos y aun como subfamilias
distintas. Así ocurre, en mi opinión, que dos o
más géneros son producidos por una
descendencia, con modificaciones, desde dos
o más especies del mismo genero. Y se
supone que las dos o más especies madres
descendían de alguna especie de algún genero
anterior. En nuestro diagrama esto es
indicado por las líneas de guiones que están
debajo de las letras mayúsculas, convergiendo
en subramas hacia abajo en dirección a un
punto solo; este punto representa a una
especie, el presunto progenitor de nuestros
varios subgéneros y géneros nuevos. Vale la
pena reflexionar por un momento sobre el
carácter de la nueva especie, (F14), que se
supone que no ha divergido mucho en
caracteres sino que ha retenido la forma de
(F), inalterada o alterada solamente en grado
leve. En este caso, sus afinidades con las
otras catorce especies nuevas serán de
carácter curioso e indirecto. Habiendo
descendido de una forma que estaba entre las
especies
madre(A)
a
(I),
que
ahora
suponemos extintas y desconocidas, tendrá en
cierto modo carácter intermediario ente los
dos grupos descendidos de esas dos especies.
Pero como esos dos grupos han seguido
divergiendo en caracteres del tipo de sus
padres la nueva especie (F14) no será
indirectamente intermedia entre ellas, sino
más bien entre tipos de los dos grupos, y todo
naturalista puede recordar casos semejantes.
Hasta ahora hemos supuesto que cada línea
horizontal del diagrama representa mil
generaciones,
pero
cada
una
podría
representar un millón y más; también puede
representar una sección de los estratos
sucesivos de la corteza terrestre, inclusive los
restos extintos. Cuando lleguemos a nuestro
capitulo sobre geología, tendremos que
88
referirnos nuevamente a esta tema, y creo
que entonces veremos que el diagrama arroja
luz sobre las afinidades de seres extintos, que
aunque generalmente pertenecen a los
mismos ordenes, familias o géneros que los
que viven ahora, son a menudo, en algún
grado, de carácter intermedio entre grupos
existentes, y podemos entender este hecho
por que las especies extinguidas han vivido en
varias épocas remotas, cuando las líneas
ramificadas de descendencia no habían
llegado a diferir tanto. No veo razones para
limitar el proceso de modificación, como lo he
explicado ahora, a la formación de géneros
solamente. Si suponemos en el diagrama que
es grande el grado de cambio representado
por cada grupo sucesivo de líneas punteadas
divergentes, las formas marcadas desde (a14
hasta m14) constituirán tres géneros muy
distintos. También tendremos dos géneros
muy distintos que habrán descendido de (I) y
que diferían mucho de los descendientes de
(A). Esos dos grupos de géneros formaran así
dos familias u ordenes distintos, según el
grado de divergencia que se supone
representado en el diagrama. Y las dos
nuevas familias, u ordenes, descienden de dos
especies del genero primitivo, y se suponen
que estas descienden de una forma aun más
antigua y desconocida. Hemos visto que en
cada país son las especies que pertenecen a
los géneros mayores las que más a menudo
presentan variedades o especies incipientes.
En verdad, esto era de esperar, porque como
la selección natural obra gracias a que alguna
forma tiene cierta ventaja sobre otras formas
en la lucha por la existencia, obrara
principalmente sobre las que ya tienen alguna
ventaja, y la amplitud de cada grupo
demuestra que sus especies han heredado de
algún antepasado común cierta ventaja
común. Por eso la lucha por la producción de
descendientes
modificados
se
librara
principalmente entre los grupos mayores,
todos los cuales procuran aumentar en
número. Un grupo grande vencerá lentamente
a otro grupo grande, disminuirá su número y
reducirá así sus probabilidades de variar y
mejorar más. Dentro del mismo grupo amplio,
los grupos posteriores y más perfeccionados,
por haberse ramificado y capturado nuevos
lugares en la economía de la naturaleza,
tenderán constantemente a suplantar y
destruir a los subgrupos anteriores y menos
perfeccionados. Finalmente, los grupos y
subgrupos
pequeños
e
incompletos
desaparecerán. Mirando hacia el futuro,
podemos predecir que los grupos de seres
orgánicos que ahora son amplios y triunfantes
y que son menos incompletos, es decir que
hasta ahora han sufrido menos extinción,
seguirán incrementando por un largo periodo.
Pero nadie puede predecir que grupos
prevalecerán al fin, porque sabemos que
muchos grupos que antes se habían
desarrollado ampliamente se han extinguido.
Mirando todavía más lejos en el futuro,
podemos predecir que debido al aumento
continuo y firme de los grupos mayores,
multitud de grupos menores se extinguirán
totalmente y no dejaran descendientes
modificados, y que por lo tanto, de las
especies que viven en cualquier periodo serán
muy pocas las que hagan llegar descendientes
a un porvenir remoto. Tendré que volver
sobre este tema en el capitulo relativo a la
clasificación, pero puedo añadir ahora que, en
mi opinión, muy pocas de las especies más
antiguas habrán perpetuado su descendencia
hasta el día de hoy, y que como todos los
descendientes
de
una
misma
especie
constituyen una clase, podemos entender
como existen tan pocas clases en cada
división principal de los reinos animal y
vegetal. Aunque pocas de las especies más
antiguas
han
dejado
descendientes
modificados. Con todo, en periodos geológicos
remotos, la tierra puede haber estado casi
aun copiosamente poblada de especies de
muchos géneros, familias y ordenes como en
la actualidad.
SOBRE EL GRADO EN QUE TIENDE A
AVANZAR LA ORGANIZACIÓN
La selección natural obra exclusivamente
mediante la preservación y acumulación de
variaciones que son beneficiosas bajo las
condiciones orgánica e inorgánicas a que esta
expuesta cada criatura en todos los periodos
de vida. El resultado final es que cada criatura
tiende a mejorar más y más con respecto a
sus condiciones. Este mejoramiento conduce
inevitablemente al progreso gradual en la
organización del mayor número de seres vivos
en todo el mundo. Pero aquí entramos en un
tema muy intricado, porque los naturalistas
no han definido todavía a satisfacción unos de
otros que se entiende por progreso en la
organización. Entre los vertebrados, el grado
de inteligencia y cierta proximidad con el
hombre en cuanto a la estructura entran
naturalmente en juego. Podría pensarse que
el grado de cambio por que pasan las diversas
partes y órganos en su desarrollo desde el
embrión a la adultez bastaría como punto de
comparación; pero hay casos, como en ciertos
crustáceos parasitarios, en que varias partes
de la estructura se vuelven menos perfectas,
de modo que el animal adulto no puede ser
calificado de más elevado que su larva. El
patrón adoptado por von Baer parece ser el
más aplicable y el mejor, a saber; el grado de
diferenciación de las partes del mismo ser
orgánico (en estado adulto, me inclinaría a
añadir yo) y su especialización para funciones
diferentes; o, como lo expresaría Milne
Edwards, lo completo de la división del trabajo
fisiológico. Pero veremos cuan obscuro es este
problema si consideramos, por ejemplo los
peces, entre los cuales algunos naturalistas
clasifican como los más elevados a los que,
como el tiburón, se aproximan más a los
anfibios; mientras que otros naturalistas
clasifican a los peces óseos o teleósteos
comunes como los superiores porque son
peces en un sentido más estricto y difieren
más de las otras clases de vertebrados.
Vemos todavía más claramente la obscuridad
del problema volviendo a las plantas, en las
cuales queda excluida, naturalmente, la
cuestión de la capacidad intelectual; y algunos
botánicos clasifican como superiores a las
plantas que tienen todos los órganos, como
sépalos,
pétalos,
estambres
y
pistilos
plenamente desarrollados en cada flor; al
paso que otros, probablemente con más
verdad, consideran superiores a las plantas
que tienen sus diversos órganos muy
modificados y reducidos en número. Si
tomamos como tipo de alta organización el
alcance de la diferenciación y especialización
de los diversos órganos de cada ser adulto (lo
cual incluirá el desarrollo del cerebro para los
fines intelectuales), la selección natural nos
lleva claramente hacia ese tipo pues todos los
fisiológicos reconocen que la especialización
de los órganos es una ventaja para cada ser
porque así cumplen mejor sus funciones; y
por eso la acumulación de variaciones
tendientes a la especialización esta dentro del
objetivo de la selección natural. Por otra
parte, si recordamos que todos los seres
orgánicos
procuran
aumentar
en
alta
proporción y apoderarse de cada lugar
desocupado no muy bien ocupado de la
economía natural, podemos comprender que
la selección natural adapte gradualmente a un
ser a una situación en que varios órganos
serian superfluos o inútiles; en tales casos
habrá una represión en la escala de lo
organizado. En nuestro capitulo sobre la
sucesión geológica estudiaremos con más
detención si la organización en general ha
procesado realmente desde lo más remotos
periodos geológicos hasta la actualidad. Pero
puede objetarse: si todos los seres orgánicos
tienden a elevarse en la escala ¿Cómo es que
existen aun en todo el mundo multitudes de
formas muy inferiores; Y como es que en cada
89
clase amplia, algunas formas están mucho
más avanzadas que otras? ¿Por qué las
formas más desarrolladas no han suplantado y
exterminado en todas partes a las inferiores?
Lamarck, que creía en una tendencia innata e
inevitable hacia el perfeccionamiento en todos
los seres orgánicos parece haber sentido esa
dificultad, tan vivamente que fue llevado a
suponer que continuamente se producen
formas nuevas y simples por generación
espontanea. La ciencia no ha probado aun la
verdad de esta opinión, sea lo que fuere lo
que revele el porvenir. Según nuestra teoría,
la supervivencia de organismos inferiores no
ofrece dificultad, pues la selección o la
supervivencia de los más aptos no implica
necesariamente desarrollo progresivo: solo
utiliza las variaciones que surgen y son
beneficiosos para cada criatura en sus
complejas relaciones de vida. Y puede
preguntarse que ventaja seria para un
infusorio, para un gusano intestinal, y aun
para una lombriz, estar elevadamente
organizados. Si no fuese una ventaja, tales
formas serian dejadas por la selección natural
sin mejoramiento o con poco mejoramiento, y
quizá
permaneciesen
durante
edades
indefinidas en su actual condición inferior. Y la
geología nos dice que algunas de las formas
inferiores, como los infusorios y los rizópodos,
han quedado durante periodos desmesurados
casi en su estado actual. Pero suponer que la
mayoría de las formas inferiores que existan
ahora no han progresado en nada desde los
primeros albores de la vida, seria imprudente,
pues todo naturalista que haya disecado
algunos de los seres ahora colocados muy
bajo en la escala, ha de ver quedado
sorprendido por su organización acabada y
realmente maravillosa. Casi las mismas
observaciones
son
aplicables
cuando
consideramos
los
diversos
grados
de
organización dentro del mismo grupo grande;
por
ejemplo,
en
los
vertebrados,
la
coexistencia de mamíferos y peces; entre los
mamíferos, la coexistencia del hombre y el
ornitorrinco; entre los peces; la coexistencia
del tiburón y del pez lanza(anfioxo), pez este
último que por la extremada sencillez de su
estructura
se
aproxima
a
las
clases
invertebradas. Pero mamíferos y peces
difícilmente entraran en competencia unos con
otros, el progreso de toda la clase de los
mamíferos o de ciertos miembros de esa
clase, hasta el más alto grado, no los llevaría
a ocupar el lugar de los peces. Los fisiólogos
creen que el cerebro debe estar irrigado por
sangre caliente para ser activo, y para esto se
necesita respiración aérea, de modo que los
mamíferos de sangre caliente, cuando habitan
90
en el agua se hallan en desventaja porque
tienen que salir continuamente a la superficie
para respirar. Entre los peces, los miembros
de la familia de los tiburones no tenderían a
suplantar al pez lanza; pues éste, como me
dice Fritz Müller, tiene como único compañero
y competidor en las estériles costas arenosas
del sur de Brasil un anélido anómalo. Los tres
órdenes inferiores d mamíferos, a saber:
marsupiales,
desdentados
y
roedores,
coexisten en la América del Sur, y en las
mismas regiones, con númerosos monos y
probablemente se molestan poco unos a
otros. Aunque la organización, en general,
puede haber avanzado y estar avanzando aún
en todo el mundo, la escala siempre ofrecerá
muchos grados de perfección, pues el alto
desarrollo de algunas clases enteras o de
ciertos miembros de cada clase no conduce
necesariamente a la extinción de esos grupos
con los cuales no entran en competencia
estrecha. En ciertos casos, como veremos
después, formas inferiormente organizadas
parecen
haberse
conservado
hasta
la
actualidad por habitar regiones confinadas o
peculiares, donde han estado sometidas a
competencia menos severa y donde su escaso
número ha retardado la oportunidad de que
sugieran variaciones favorables.
Finalmente,
creo
que
muchas
formas
inferiores organizadas existen aun en todo el
mundo por varias causas. En algunos casos
variaciones o diferencias individuales de
naturaleza favorable pueden no haber surgido
nunca para que la selección natural operase y
las acumulase. Probablemente en ningún caso
ha bastado el tiempo para que se llegase al
último grado posible de desarrollo. En unos
cuantos casos, ha habido lo que podemos
llamar regresión. Pero la causa principal
consiste en el hecho de que bajo condiciones
de vida muy simples, una alta organización no
serviría de nada, y posiblemente hasta
resultaría desventajosa por ser más delicada y
más expuesta a sufrir perturbaciones y daños.
Mirando hacia el primer albor de vida, cuando
todos los seres orgánicos, según podemos
creer, presentaban la misma estructura
simple, se ha preguntado como han surgido
los primeros caos en el progreso o
diferenciación de las partes. Probablemente
Mr. Herbert Spencer contestaría que tan
pronto como el simple organismo unicelular,
por la división o por el crecimiento, llego ha
estar formado por varias células, o adherido a
alguna superficie de sostén, entraría en juego
su ley de que “ las unidades homologas de
cualquier
orden
se
diferencian
proporcionalmente
a
medida
que
se
diferencian sus relaciones con las fuerzas
incidentes”. Pero como no tenemos hechos
que nos guíen, resulta casi inútil especular
sobre el tema. Es un error, empero, suponer
que no habría lucha por la existencia, y en
consecuencia selección natural hasta que
hubieran
nacido
muchas
formas:
las
variaciones de una sola especie que habiten
una región aislada podrían ser beneficiosas y
así toda la masa de ejemplares resultaría
modificada, o bien surgirían dos formas
distintas. Pero como observe al final de la
introducción, nadie debe sorprenderse de que
mucho quede sin explicar aun sobre el origen
de las especies si tenemos en cuenta nuestra
profunda ignorancia de las relaciones mutuas
entre los habitantes actuales del mundo, y
más aun entre los de edades anteriores.
CONVERGENCIA DE CARACTERES
Mr. H: C. Watson opina que he exagerado la
importancia de la divergencia de caracteres
(en la que él, empero, parece creer) y que la
convergencia, como puede llamarse, ha
desempeñado también su parte. Si dos
especies pertenecientes a dos géneros
distintos, aunque relacionados, hubieran
producido gran número de formas nuevas y
divergentes, es concebible que las mismas
pudieran aproximarse tanto que todas habrían
de ser clasificadas en el mismo genero, y así
los descendientes de dos géneros distintos se
convertirían en uno. Pero en la mayoría de los
casos seria muy imprudente atribuir a la
convergencia una similitud estrecha y general
de
estructura
en
los
descendientes
modificados
de
formas
ampliamente
diferentes. La forma de un cristal esta
determinada solamente por las fuerzas
moleculares y no es sorprendente que
substancias desemejantes asuman a menudo
la misma forma; pero en cuanto a los seres
orgánicos debemos recordar que la forma de
cada uno depende de una multitud de
relaciones infinitamente complejas, a saber:
de las variaciones que han surgido y que se
deben a causas demasiado intrincadas para
ser seguidas, de la naturaleza de las
variaciones que se han preservado o
seleccionado, y ésta depende a su vez de las
condiciones físicas circundantes, y en mayor
grado aun de los organismos que rodean a
cada ser y con los que este ha entrado en
competencia; por último, de la herencia (de
por sí un elemento fluctuante) procedente de
progenitores innumerables, la forma de todos
los cuales ha sido determinadas por relaciones
igualmente complejas. No es creíble que los
descendientes de dos organismos que
originalmente
habían
diferido
pronunciadamente
convergieran
siempre
después de un modo tan próximo que los
condujese a una casi identidad en toda su
organización. Si esto hubiese ocurrido,
encontraríamos que una misma forma,
independientemente de las vinculaciones
genéticas,
reaparecería
de
formaciones
geológicas ampliamente separadas, y el saldo
de las pruebas reunidas es contrario a tal
suposición. Mr. Watson a objetado también
que la acción continua de la selección natural,
junto con la divergencia de carácter, tendería
a crear un número indefinido de formas
específicas.
En
cuanto
a
las
formas
meramente inorgánicas, parece verisímil que
un número suficiente de especies se adapten
pronto a todas las diferencias considerables de
calor,
humedad,
etc.,
Pero
reconozco
plenamente que las relaciones mutua de los
seres orgánicos son más importantes, y así
como él número de especies de cualquier país
va aumentando, las condiciones orgánicas de
vida deben volverse más complejas más y
más complejas. En consecuencia, a primera
vista parece que no habrá limite al grado de
diversificación favorable de estructura y, por
consiguiente, tampoco para el número de
especies que podrían ser producidas. No
sabemos que ni siquiera la zona más prolífica
esté
plenamente
poblada
de
formas
específicas: en el Cabo de Buena Esperanza y
en Australia, que sostienen tan asombroso
número de especies, muchas plantas europeas
se han aclimatado. Pero la geología nos da
muestra que desde una época temprana del
periodo terciario, el número de especies de
moluscos no ha aumentado mucho, o nada, ni
tampoco el número de mamíferos desde la
mitad de dicho periodo. Entonces, ¿qué es lo
que obstruye el crecimiento indefinido del
número de especies? La cantidad de vida (no
me refiero al número de formas específicas)
sostenida en una zona debe de tener un
limite, puesto que depende tanto de las
condiciones físicas; por consiguiente, si una
zona fuese habitada por muchas especies,
cada una, o casi cada una de ellas estará
representada por pocos ejemplares, y tales
especies estarían expuestas a exterminio por
fluctuaciones accidentales en la naturaleza de
las estaciones o en el número de sus
enemigos. El proceso de exterminio en tales
casos será rápido, mientras que la producción
de nuevas especies siempre debe ser lenta.
Imagínese el caso extremo de que hubiera en
Inglaterra
tantas
especies
como
hay
ejemplares, y el primer invierno severo o el
primer verano seco exterminara miles y miles
de especies. Las especies raras, y toda
especie se volvería rara si el número de las
91
mismas,
en
cualquier
país
aumentara
indefinidamente, han de presentar dentro de
un periodo determinado pocas variaciones
favorable, de acuerdo con el principio
explicado a menudo; en consecuencia, el
proceso de dar nacimiento a nuevas formas
específicas se retardaría así. Cuando cualquier
especie
se
vuelve
muy
rara,
el
intercruzamiento
estrecho
contribuirá
a
exterminarla; ciertos autores han pensado
que esto se produce y explica la decadencia
del bisonte de Lituania (se refiere a los uros o
toros bravíos, de los que desciende el bisonte
europeo), del ciervo rojo en Escocia, y de los
osos en Noruega, etc. Finalmente, y me
inclino a creer que este es el factor más
importante, una especie predominante, que
ya ha vencido a muchos competidores en su
propia patria, tendera a difundirse y a
suplantar a muchas otras. Alfonso de Candolle
ha demostrado que las especies que se
difunden por zonas más amplias tienden
generalmente a difundirse por zonas muy
amplias; en consecuencia, tenderán a
suplantar y exterminar diversas especies en
diversas zonas y así contender el incremento
desmesurado de formas específicas en todo el
mundo. El Dr. Hooker ha demostrado
recientemente que en el rincón sudeste de
Australia, donde parece haber invasores de
diferentes puntos del globo, las especies
australianas endémicas han disminuido mucho
en número. No pretenderé decir cuanto peso
ha
de
atribuirse
a
estas
diversas
consideraciones; pero en conjunto son
factores que limitaran en cada país la
tendencia a un aumento indefinido en las
formas específicas.
RESUMEN DEL CAPÍTULO
Si bajo condiciones variables de vida los seres
orgánicos presentan diferencias individuales
en casi todas las partes de su estructura, y
esto no puede negarse; si debido a su
proporción geométrica de incremento hay una
intensa lucha por la vida en alguna edad,
estación o año, y esto tampoco puede
negarse, entonces, considerando la infinita
complejidad de las relaciones de todos los
seres orgánicos entre sí y con sus condiciones
de vida, por lo cual resulta ventajosa para
ellos una infinita diversidad de estructura,
constitución y hábitos, seria extraordinario
que no hubiese surgido nunca variaciones
útiles para el bienestar de cada ser, del
mismo modo que han surgido muchas
variaciones útiles al hombre. Pero si las
variaciones útiles a un ser surgen alguna vez,
seguramente los ejemplares caracterizados
92
por ellas tendrán las mejores probabilidades
de ser preservados en la lucha por la vida, y
debido al fuerte principio de la herencia,
tenderán
a
producir
descendientes
caracterizados de la misma manera. Este
principio de preservación, o la supervivencia
de los más aptos, es lo que he llamado
selección natural. Conduce al mejoramiento
de cada criatura en relación con sus
condiciones orgánicas e inorgánicas de vida; y
en consecuencia, en la mayoría de los casos, a
lo que puede considerarse como un progreso
en la organización. Sin embargo, formas
simples e inferiores resistirán largo tiempo si
están bien adaptadas a sus sencillas
condiciones de vida.
La selección natural, de acuerdo con el
principio de que las cualidades se heredan a
edades correspondientes, puede modificar el
huevo, la semilla o el hijo con tanta facilidad
como el adulto. Para muchos animales, la
selección sexual habrá ayudado a la selección
ordinaria asegurando a los machos más
vigorosos y mejor adaptados el mayor número
de hijos. La selección sexual también dará
caracteres útiles a los machos solamente en
su lucha o rivalidad con otros machos, y esos
caracteres serán transmitidos a un sexo o a
los dos, de acuerdo con la forma de herencia
que prevalezca. Que la selección natural haya
obrado realmente así para adaptar las
diversas formas de vida a sus diversas
condiciones y regiones, debe ser juzgado por
el tenor y el saldo generales de las pruebas
que daremos en los capítulos siguientes. Pero
ya hemos visto como ella implica también
extinción y la geología revela claramente
cuanto a intervenido la extinción en la historia
del mundo. La selección natural conduce
también a la divergencia de caracteres,
porque cuanto más difieren los seres
orgánicos en su estructura, hábitos y
constitución, tanto mayor será el número que
pueda ser sostenido en la región; De lo cual
vemos la prueba examinando a los moradores
de cualquier lugar pequeño y los productos
aclimatados en tierras extrañas. Por lo tanto,
durante la modificación de los descendientes
de cualquier especie y durante la lucha
incesante de todas las especies para aumentar
en número, cuanto más diversificados se
vuelven los descendientes, mejores serán sus
probabilidades de éxito en la batalla por la
vida. Así las pequeñas diferencias que
distinguen a las variedades de la misma
especie tienden constantemente a aumentar
hasta que igualan a las diferencias mayores
entre las especies del mismo genero y aun de
géneros distintos. Hemos visto que las
especies comunes, muy difundidas y que
abarcan
regiones
más
extensas,
pertenecientes a los géneros mayores de cada
clase, son las que más varían; y ellas tienden
a transmitir a sus descendientes modificados
esa superioridad que ahora las hace
predominantes en su propio país. La selección
natural, como lo hemos observado hace un
instante, conduce a la divergencia de
caracteres y a mucha extinción de las formas
de vida menos mejoradas e intermedias. Por
estos
principios
pueden
explicarse
la
naturaleza de las afinidades y las distinciones
generalmente bien definidas entre
los
innúmeros seres orgánicos de cada clase que
hay en todo el mundo. Es un hecho realmente
maravilloso
–cuya
maravilla
tenemos
propensión a olvidar porque nos es familiar que todos los animales y plantas de todos los
tiempos y lugares estén relacionados unos con
otros en grupos, subordinados a grupos de la
misma manera en que los contemplamos en
todas partes, es decir, estando las variedades
de la misma especie muy estrechamente
relacionadas; las especies del mismo genero
relacionadas menos estrechamente y en
forma desigual, constituyendo secciones y
subgéneros
distintos
mucho
menos
relacionadas, y los géneros relacionados en
diferente
grado,
constituyendo
familias,
ordenes, subclases y clases. Los diversos
grupos subordinados de cada clase no pueden
ser clasificados en un renglón comun, pues
parecen aglomerados en torno a ciertos
puntos, los cuales a su vez lo están en torno a
otros puntos y así sucesivamente en ciclos
casi interminables. Si las especies hubieran
sido creadas independientemente no se podría
explicar esta forma de clasificación, pero se le
explica por la herencia y la acción compleja de
la selección natural que acarrea extinción y
divergencia de caracteres, como hemos visto
en el diagrama.
vinculación de los vástagos anteriores y los
actuales por las ramas que se bifurcan bien
puede representar a la clasificación de todas
las especies extinguidas y vivas en grupos por
subordinados a otros grupos. De los muchos
renuevos que florecían cuando el árbol era un
mero arbusto, solamente dos o tres,
transformados ahora en grandes ramas,
sobreviven y sostienen a otras ramas; del
mismo modo entre las especies que vivieron
en viejos periodos geológicos, muy pocas han
dejado descendientes vivos y modificados.
Desde que creció el árbol, muchas ramas se
han secado y desprendido, y estas ramas
caídas,
de
diversos
tamaños,
pueden
representar a ordenes, familias y géneros
enteros que ahora no tienen representantes
vivos y que solo conocemos como fósiles. Así
como acá y allá vemos una fina rama
desviada que brota desde muy bajo en el
tronco y que por alguna suerte ha sido
favorecida y llega hasta lo alto, viva aun, del
mismo modo de vez en cuando un animal,
como el ornitorrinco o el pez de légamo, que
en cierto modo vincula con sus afinidades dos
grandes ramas de vida y que al parecer se ha
salvado de la fatal competencia por vivir en un
lugar protegido. Como los brotes con su
crecimiento, dan origen a nuevos brotes, y
éstos si son vigorosos, se ramifican y superan
en todas partes a muchas ramas más débiles,
del mismo modo tengo la creencia que ha
ocurrido por generación en el gran árbol de la
vida, que llena con sus ramas muertas y rotas
la corteza de la tierra y cubre la superficie con
sus bellas e interminables ramificaciones.
Las afinidades de todos los seres de la misma
clase han sido representadas a veces con un
gran árbol. Creo que este símil dice en gran
parte la verdad. Las ramitas verdes de los
renuevos representan a las especies que
existen; y las ramas producidas en años
anteriores pueden representar a la larga
sucesión de especies extintas. En cada
periodo de crecimiento, las ramitas nuevas
habrán tenido a bifucarse en todo sentido y a
recuperar y matar a los renuevos y ramas
circundantes, del mismo modo en que
especies y grupos de especies han dominado
en todos los tiempos a otras especies, en la
gran batalla por la vida. Los miembros
divididos en grandes ramas, éstas en ramas
cada vez menores, fueron alguna vez, cuando
el árbol era joven, verdes renuevos; y esta
93
LA MÁS BELLA HISTORIA DEL
MUNDO
Hubert Reeves
Jöel De Rosnay
Yves Coppens
Dominique Simonnet
ESCENA 3
LA EXPLOSIÓN DE LAS ESPECIES
Las células, demasiado tiempo solitarias, se
tornan solidarias. Se despliega un mundo
lleno de colores: nacen las especies, mueren,
se diversifican. La vida crece y se multiplica.
LA SOLIDARIDAD DE LAS CÉLULAS
En esta etapa de nuestra historia, la tierra
esta
poblada
de
células
que
viven
apaciblemente en los océanos y que muy bien
pudieron continuar así...
Pero llega un momento en que se ven
obligadas a evolucionar. Las primeras células,
que proliferan, se envenenan con los desechos
que ellas mismas arrojan al entorno. Desde un
comienzo la vida muestra una tendencia
natural a agrupar a los individuos. Las
sociedades
“celulares”
poseen
ventajas
evolutivas evidentes. Están mejor protegidas,
sobreviven mejor que las células aisladas.
¿Cómo se van a constituir?
El comportamiento de una ameba, el
dycostelium, que hoy vive todavía, nos puede
ayudar a saberlo. Se alimenta de bacterias. Si
se la priva de alimento y de agua, emite una
hormona de ansiedad. Se le unen otras
amebas y se aglomeran en una colonia de
cerca de un millar de individuos que se
desplazan en busca de alimento. Si no lo
encuentran, de fijan, desarrollan un tallo con
espora y así se quedan indefinidamente, en
plena sequía. Si aparece agua, las esporas
germinan y producen amebas independientes
que se marchan cada una por su lado...
Los vólvox, pequeñas células provistas de
flagelos, se comportan del mismo modo: en
un mismo medio pobre en sustancias
nutritivas, secretan una especie de gelatina,
se pegan unas con otras y se desplazan en la
misma dirección, con los flagelos en la parte
exterior, de un modo coordinado, como
formando una sola y la misma entidad.
94
¿Así se constituyeron los primeros organismos
multicelulares?
Es probable que una lógica semejante de
socialización haya actuado en los comienzos
de la vida. Las primeras asociaciones de
células utilizan una especie de cañería central,
una suerte de cloaca general para evacuar
desechos. Otras tienen forma ahusada,
adelante poseen un sistema de coordinación y
atrás o a los costados un sistema de
propulsión. De este modo se mantienen
juntas.
¿A qué se parecen estos primeros conjuntos
de células?
Están compuestos por varios miles de
individuos
y
forman
pequeñas
jaleas
transparentes; son los primeros organismos
marinos,
gusanos,
esponjas,
medusas
primitivas. Esta transformación ocurre en un
lapso de sólo algunos cientos de miles de
años. La evolución se acelera.
LA DIVISIÓN DEL TRABAJO
Estos nuevos ensamblajes son muy distintos
de los anteriores.
Sí, la materia suele estar hecha de
apilamientos e átomos idénticos unos a otros.
En el mundo viviente, las células se
diferencian según el lugar que ocupan en la
estructura. Algunas se van a especializar en la
locomoción, otras en la digestión y otras en la
acumulación de energía. Poco a poco,
reproduciéndose
en
el
curso
de
las
generaciones, estos organismos transmiten
sus propiedades a su descendencia.
¿Y se puede seguir explicando este fenómeno
por la mera urgencia de sobrevivir?
Sí, el organismo compuesto por células
especializadas resiste mejor que un conjunto
de células idénticas, pues puede responder de
distintos modos a agresiones del entorno, lo
que le concede mejores posibilidades de
supervivencia.
Los
sistemas
monolíticos
siempre han terminado por desaparecer.
¿Pero qué empuja a estas células a asociarse?
Desde luego, no se dicen “esto nos conviene
para sobrevivir”...
¡Por supuesto que no! Las células no saben,
es obvio, que les interesa sobrevivir. Pero
poseen mecanismos de aproximación que las
invita a ligarse a sus semejantes, e
intercambian sustancias unas con otras. El
juego de esta comunicación química y de los
pequeños cambios que efectúan sus genes
termina por especializarlas. Se establece
entonces una topografía en el grupo de
células. Una medusa, por ejemplo, posee un
sistema de contracción para desplazarse y un
sistema sensorial que le permite dirigirse
hacia el alimento. El plan del conjunto esta
contenido en cada una de las células. Basta
con una para que vuelva a empezar la
organización.
A
pesar
de
todo,
las
células
que
permanecieron
solitarias
consiguieron
sobrevivir y algunas lo han hecho hasta hoy.
¿Por qué no se reagrupan éstas?
Porque estaban bien adaptadas a su entorno.
Es el caso de los paramecios y las amebas:
una sólida membrana las protege y están
equipadas con cilios vibrátiles que les
permiten desplazarse con facilidad; disponen
de manchas fotosensibles que les señalan la
luz y de enzimas eficaces que dirigen toda
suerte de presas. Una bacteria posee hasta
una especie de olfato: receptores químicos
que comunican con su flagelo y la guían hacia
los medios con mayor abundancia de
alimento, como si sintieran el olor de la
comida.
incluyen, cada una, la mitad de los genes de
su organismo. La sexualidad se generaliza.
Y desde ese momento el mundo viviente se
hace más y más variado.
Es una revolución. La naturaleza puede
combinar genes gracias a la sexualidad.
Estalla la diversidad. Comienza la gran
aventura de la evolución biológica; va ha
experimentar
innumerables
ensayos
fracasados, pistas que no llevan a ninguna
parte, especies que no sobreviven... la
naturaleza pone a prueba en gran escala: si la
especie inventada no se adapta, desaparece.
¿Por qué la sexualidad se estabilizo entre dos?
¿Por qué no entre tres?
La mezcla de genes pone en juego, con los
dos filamentos del ADN, un proceso de
duplicación. Para combinar dos pares de
cromosomas en un huevo fecundado, se
necesita
una
maquinaria
biológica
extremadamente compleja. Y lo seria aun más
si tuviera que mezclar tres patrimonios
genéticos. Si hubo especies que inventaron
una sexualidad de este tipo, no han
sobrevivido.
¡VIVA EL SEXO!
LA MUERTE NECESARIA
¿Y como van a continuar su evolución los
organismos de varias células?
Y se produce otro fenómeno decisivo: la
introducción del tiempo en el organismo, es
decir el envejecimiento y, en ultima instancia,
la desaparición del individuo, la muerte. ¿No
se pudo prescindir de esto?
El árbol de la vida se desarrolla en tres
grandes ramas a partir de los seres
pluricelulares más simples, como las algas, las
medusas y las esponjas: la de los
champiñones, los helechos los musgos, las
plantas de flor; la de gusanos, los moluscos,
los crustáceos, los arácnidos, los insectos, y la
de los peces, los reptiles, los procordados,
luego las aves, los anfibios, los mamíferos...
Y después viene una invención mayor: el
sexo.
Hasta
entonces
las
células
se
reproducían, en el sentido propio del termino:
de manera idéntica. Con el sexo, dos seres
vivos procrean un tercero que es distinto de
ellos dos. ¿Quién fue el astuto que lo invento?
Según algunas hipótesis, el sexo habría nacido
del... canibalismo: al comerse unas a otras,
las células habrían integrado los genes de
otras especies, que luego se habrían
mezclado. Este fenómeno existe en las
bacterias: algunas, bautizadas más y menos,
se aparean e intercambian su material
genético. Enseguida, a medida que los
organismos se tornan más complejos, se van
a dotar de células especializadas en la
reproducción, las células germinales, que
La muerte es tan importante como la
sexualidad: vuelve a poner en circulación los
átomos, las moléculas, las sales minerales que
necesita
la
naturaleza
para
continuar
desarrollándose. La
muerte realiza un
gigantesco reciclaje de unos átomos cuyo
número es constante desde el Big Bang.
Gracias a ella, la vida animal se puede
regenerar.
¿Estaba
presente
organismos?
desde
los
primeros
Sí, también envejecen las medusa. Las células
no dejan de reproducirse en todos los seres
vivientes, pero poseen un oscilador químico,
una especie de reloj biológico interno que
limita a la cantidad de sus reproducciones:
entre cuarenta y cincuenta. Cuando llegan a
esta fase, un mecanismo programado en sus
genes las conduce a una especie de suicidio.
Mueren. Sólo las células cancerosas eluden
esta fatalidad: se reproducen indefinidamente,
sin especializarse ni diferenciarse como lo
hacen las células embrionarias.
95
Pero su inmortalidad provoca la muerte del
organismo a que pertenecen... ¿Se puede
decir que la muerte es una necesidad de la
vida?
Totalmente. Pertenece a la lógica de lo
viviente. A medida que las células se dividen,
multiplican los errores de sus mensajes
genéticos y estos se acumulan en el curso del
tiempo. Finalmente hay tantos errores que el
organismo se degrada y muere. Es un
fenómeno ineluctable. La muerte no es, por
cierto, un regalo para el individuo, pero sí lo
es para la especie: le permite conservar su
nivel óptimo de desempeño.
¿Qué más puede hacer la evolución una vez
que conoce el sexo y la muerte?
Perfeccionarse. El mundo viviente va a
seleccionar un modo de fabricar energía;
utilizando los azucares como alimento, va a
enriquecer su metabolismo y desarrollar
músculos, lo que le permitirá actuar, nadar,
volar,
correr,
conquistar
el
mundo.
Simultáneamente, los captores, que son los
sentidos, coordinan las actividades del
organismo. Aparecen tres grandes novedades:
el
sistema
inmunetario,
que
asegura
protección contra parásitos o virus; el sistema
hormonal que permite el control de los ritmos
biológicos y de la reproducción sexuada, y el
sistema nervioso, que rige la comunicación
interna.
¿Cuándo aparece este último?
Los primeros organismos, medusas, peces
primitivos, necesitan coordinar sus células
para reproducirse. Cuentan por lo tanto con
canales especializados por donde circula la
información. Un gusano, que apenas esta
compuestos por algunos miles de células,
posee fibras nerviosas que convergen en su
cabeza, ganglios. En el curso de la evolución,
este dispositivo se va a ramificar para formar
una red de neuronas interconectadas que se
reunirán en un cerebro. De hecho, los tres
sistemas, nervioso, hormonal e inmunitario,
aparecen apenas los animales salen del agua.
EL REGALO DE LAS LÁGRIMAS
¿Qué los impulsa a salir del agua?
Las especies pululan en los océanos. Reina la
competencia. Aventurarse a tierra firme
parece ventajoso para conseguir alimento,
pero volviendo al océano para poner los
huevos. El primero que experimento esta
formula fue sin duda un pez extraño, el
ictiostega. Posee grandes aletas, vive en
96
pequeñas lagunas y saca del agua de vez en
cuando sus ojos globulosos para buscar
pequeños insectos. En el curso de las
generaciones, los descendientes de esta
especie se arriesgan más tiempo en tierra
firme gracias a unas branquias que les
permiten capturar oxigeno del aire, pero
también gracias a las lagrimas: tienen que
conservar húmedos los ojos para poder ver
tan bien en tierra como en el agua. La especie
mejora por sucesivas selecciones: las aletas
se tornan más sólidas, aparece una cola. Sus
descendientes serán los batracios y los
anfibios. ¿No estaríamos aquí si este pez no
hubiera tenido lagrimas!
¿La vida al aire libre favorece la evolución?
Sí, la comunicación es más inmediata en el
aire, más rápida, más sencilla. Y mayor la
accesibilidad del alimento. Sin embargo, el
oxigeno es un veneno para la vida: Contribuye
al nacimiento de radicales libres, moléculas
desequilibradas, que inducen la destrucción
celular y por lo tanto el envejecimiento
precoz; pero es esencial para dotar de energía
a los organismos y hacer avanzar la evolución.
¿Y como van a acelerar el perfeccionamiento
de los organismos estas restricciones del
medio?
Con la aparición del esqueleto, los animales se
tornan más sólidos y se liberan del peso. La
invención de los músculos les permite dejar
de ser bolas de gelatina muelle como los
gusanos de tierra o las medusas; ahora
pueden ejercer presión mecánica sobre el
entorno, soportar el peso de la grasa
protectora y del cerebro. Todo se diversifica:
el metabolismo, los sistemas de locomoción...
durante este tiempo se seleccionan en las
plantas los sistemas para captar la energía
solar con las hojas y para transportar energía
con la savia.
EL OLFATO DE LOS VEGETALES.
¿Y por que los vegetales no desarrollaron
todas estas maravillas que aportaron los
animales?
Con la excepción de las algas, que
evolucionaron en la superficie de los océanos,
los vegetales se ingeniaron un camino más
económico gracias a su inmovilidad, que les
permite gastar menos energía. Su modo de
vida es sencillo: fotopilas para transformar
directamente la energía solar en energía
química, raíces para extraer sales minerales y
agua... lo astuto es su sistema reproductor,
que es móvil y utiliza variados medios.
También los vegetales han heredado una
sexualidad muy rica y están adaptados
maravillosamente
bien.
Basta,
para
comprobarlo, observar un champiñón al pie de
una secoya gigante de varios miles de años de
edad. O, sencillamente, basta mirar los
triviales pinos de montaña.
¿Y en que se advierte que resultan de una
buena adaptación?
Necesitan de una determinada temperatura
para desarrollarse en el bosque. Tal como las
margaritas de nuestro planeta maginario, los
árboles sombríos y negros capturan mejor el
débil resplandor solar, calientan el entorno
inmediato y crean un microclima favorable
para su crecimiento. Pero en el invierno se
cubren de nieve y quedan blancos. Si se
mantuvieran así demasiado tiempo, ya no
podrían asegurar las condiciones propicias.
Ahora bien, como tienen las ramas inclinadas
hacia abajo y en punta, la nieve se sostiene
menos tiempo; recuperan su color y se
calientan rápidamente. La evolución ha
mantenido el tipo de árbol que mejor resiste
la intemperie. Por eso hay pinos en las
montañas...
Y uno se maravilla por esa fantástica
adaptación. Una pregunta ingenua: ¿Por qué
los vegetales no desarrollaron un cerebro?
Seres inmóviles no necesitan funciones
complejas de coordinación. No les impulsa la
necesidad de huir o de luchar como los
animales. Comenzamos, no obstante, a
descubrir, en las plantas, una forma de
sistema
inmunitario,
un
sistema
de
comunicación e incluso un homologo del
sistema nervioso. Los vegetales poseen
sofisticados mecanismos que los protegen
contra invasores: una suerte de “hormona”
vegetal les permite, por ejemplo movilizar sus
defensas. Se sabe, también, que los árboles
se “avisan”, a distancia, la presencia de un
agresor.
¿Avisan?
Sí, cuando están en presencia de animales
predadores que les quieren comer las ramas
bajas, algunos árboles emiten productos
volátiles que transportados de árbol en árbol
modifican la producción de proteínas y dan a
las hojas un gusto desagradable. ¡Yo no iría
tan lejos, sin embargo, como para decir que
hay que hablar con las plantas de interior!
¿En todo caso se puede afirmar que los
animales son los que han llegado más lejos en
cuanto a complejidad?
Es verdad que el mundo animal, en efecto,
demuestra mayor exuberancia que el mundo
vegetal en su adaptación al medio: hay
especies que corren, que excavan, que nadan,
que vuelan, que se arrastran... los animales
desarrollan innumerables trucos, desde las
presiones del abejorro hasta los tentáculos del
pulpo, inventan trampas, cebos, armas,
garras, alas, picos, aletas, caparazones,
tentáculos, veneno...
LA EXCLUSIÓN NATURAL
Cuando se dice “inventan”...
No inventan. El fenómeno de la “selección”
elimina a los menos aptos. Consideremos por
ejemplo los gorriones de gran pico que se
alimentan
exclusivamente
de
pequeños
gusanos ocultos en agujeros de los árboles.
Son tan númerosos y activos que terminan
por eliminar a todos los gusanos que hay en la
superficie de las cortezas. Sin alimento, la
mayor parte muere. Pero unos pocos poseen,
por una mutación ocurrida al azar, un pico en
punta más largo que el de los otros. Sus
descendientes pueden ir a buscar gusanos en
agujeros más profundos y resisten mejor la
escasez. Resultado: este linaje se impone.
Con el curso de las generaciones, la mayoría
de la especie va a poseer un pico más largo.
No se puede decir, sin embargo, que los
gorriones “inventaron” este recurso. En
realidad es al revés: murieron los que no
tuvieron la fortuna de una mutación que les
dio un pico más largo.
En el proceso de evolución no hay, entonces,
intencionalidad.
No. La evolución intenta miles de soluciones al
mismo tiempo; unas tienen exito y otras no.
Se conservan, por definición, las que permiten
sobrevivir.
¿Y el medio no actúa directamente sobre la
evolución?
Hoy se considera que quizás tiene alguna
influencia en el comportamiento de las
células, por intermedio de las mitocondrias,
esas fábricas que en el interior de las células
poseen planes genéticos independientes y son
muy sensibles a los cambios. Pero esto no se
transmite a la descendencia.
¿Entonces el principio de la selección natural
sigue siendo pertinente hoy?
Sí, pero a condición de que no se vea en ello
la noción de un entorno demiurgo que
97
decidiría lo que esta bien y lo que no. Esto se
mantiene y esto se desecha. No. Hablemos,
mejor de exclusión competitiva: en el curso
de las generaciones, se excluye a las especies
menos adaptadas. Para comprender mejor
este fenómeno hay que contar con el curso
del tiempo y pensar en una larga cadena de
generaciones sucesivas que se modifican muy
lentamente.
Una mayoría aplastante de soluciones, de
especies inventadas por la naturaleza,
desaparece. ¿No hay momentos en que la
evolución haya intentado detenerse, en que el
mundo viviente puede hallar estabilidad, como
las margaritas de nuestro planeta?
No. La diversidad es enorme desde el
comienzo de la vida. Retomando la metáfora
de Hubert Reeves, hay demasiadas letras
como para que solo formen una palabra única.
¿La estabilidad de alguna especie gastada ha
podido establecerse en algunos pequeños
asteroide, constituyendo una suerte de
compromiso o armisticio de la evolución? Pero
no en toda la Tierra, que tiene unas
dimensiones, una geología, una biosfera, una
relación entre lo mineral y lo orgánico y un
entorno en cambio constante que obliga a las
especies a modificar su adaptación y
evolucionar.
Y eso ocupa algunos cientos de millones de
años.
Sí. Esta selección actúa sobre millones de
generaciones sucesivas. Los mecanismos
sensoriales se afinan. Los comportamientos se
diversifican. Algunas especies se asocian y
forman un verdadero organismo colectivo. Un
panal de abejas, por ejemplo, mantiene la
temperatura gracias al movimiento de las alas
de los insectos; está irrigado por las
hormonas que resultan del frotamiento de los
insectos. Cuando las abejas dejan del panal
para buscar alimento, indican con una danza
las fuentes más cercanas. Así el panal
economiza energía; optimiza sus posibilidades
de sobrevivencia. Lo mismo ocurre con las
hormigas: mantienen a las larvas, ayudan a la
reina, se reparten las tareas, un poco como
las células del vólvox, y aseguran el equilibrio
del organismo hormiguero. Si se quita el
treinta por ciento de las obreras, el conjunto
se va adaptar y restablecerá la proporción.
Pero las hormigas no son
comportamientos autónomos.
capaces
de
E incapaces de planificar. Se comunican
individualmente por las feromonas, pero
también colectivamente por el entorno: una
98
hormiga joven va a aprender las redes, los
caminos que han trazado sus congéneres.
El comportamiento simultaneo de miles de
individuos
conduce
a
una
forma
de
inteligencia colectiva. La hormiga, por
ejemplo, sabe escoger el camino más corto
para traer alimento. Este modo de asociación
ha tenido bastante éxito, porque las hormigas
existen hace millones de años. Si el planeta
experimentara una guerra nuclear, es
probable que sobrevivan gracias al caparazón
que les permite resistir las radiaciones y
gracias a su modo de organización.
EL INFORTUNIO DE LOS DINOSAURIOS.
Un mundo de hormigas y bacterias... hermosa
perspectiva. En el curso de este relato se
puede apreciar que, como la del universo, la
evolución de la vida ha sido, por lo menos,
caótica.
Sí. Ha experimentado una aceleración
constante, pero también crisis, caminos sin
salida y periodos de grandes extinciones. Los
dinosaurios reinaban en el planeta hace
doscientos millones de años. Las especies
jamas habían logrado conquistar, como ellos,
todos los ambientes. Había pequeños,
enormes,
vegetarianos,
carnívoros,
corredores,
voladores,
anfibios...
una
diversidad formidable, que les permitió
adaptarse a sus entornos.
Y sin embargo desaparecieron... ¿Entonces es
estúpida la hipótesis de que eso se debió a su
mala adaptación?
Totalmente. A finales del jurásico, hace
sesenta y cinco millones de años, cayo en el
Golfo de México, cerca de Yucatán, un enorme
meteorito de cinco kilómetros de diámetro. El
choque fue tal que repercutió al otro costado
del planeta y provoco un resurgir de magma.
Este golpe doble creó un incendio mundial, se
abrasaron los bosques, se libero gas carbónico
y polvaredas cubrieron la Tierra con un velo
intenso. El planeta se oscureció, se produjo un
frío terrible y, probablemente, un posterior
efecto invernadero que condujo a un
recalentamiento.
¿Solo sobrevivieron algunas especies?
Sí. Es el caso de los lémures, que son muy
móviles, adaptables y están provistos de
manos prensiles. Se refugiaron en las grietas
de las rocas y originaron los linajes que
condujeron a los mamíferos. Estos adquirieron
una nueva ventaja para asegurar la
supervivencia de su descendencia; llevar el
huevo internamente lo protege mucho más
que si queda en el exterior. Pensemos en los
batracios, que ponen miles de huevos que se
dispersan, son comidos, se pierden...
LA SELECCIÓN EN LA CABEZA
¿En qué momento aparece verdaderamente el
verdadero cerebro?
Desde los peces, y después con los
vertebrados, los pájaros, los reptiles, los
anfibios y el hombre, el cerebro no ha cesado
de perfeccionarse por estratos sucesivos.
Primero, el más primitivo: el de los reptiles,
que coordina los instintos primarios de
supervivencia, hambre, sed, el instinto sexual,
el miedo, el placer que impulsa a la unión y el
dolor que no se le puede disociar. Ante un
intruso, el cerebro primitivo reacciona y
conduce al organismo a producir un veneno o
a saltar sobre el agresor... segundo estrato,
en los pájaros: el mesoencéfalo, que conduce
a mecanismos colectivos como el cuidado de
los pequeños, la construcción del nido, la
búsqueda de alimento, el reparto, el canto, las
exhibiciones amorosas... el tercer estrato
aparece enseguida en los primates y sobre
todo en el hombre; la corteza cerebral que
proporciona datos abstractos, la conciencia, la
inteligencia.
Lo más asombroso es este principio de
selección, que se encuentra por todas partes,
en el universo, en la primera química de las
moléculas, en los seres vivos y, si debemos
creer al neurobiólogo Jean Pierce Changeux,
en el interior mismo del cerebro cuando se
desarrolla en un recién nacido.
El desarrollo del sistema nervioso también
obedece, en efecto, al principio darwiniano de
la selección. Cuando crece un pequeño
animal, sus neuronas se relacionan mediante
un sistema que obedece a un plan de orden
genético. Pero el empalme entre neuronas
solo subsiste si estas funcionan en un circuito,
si el entorno las solicita.
Las neuronas visuales de un recién nacido no
se conectan si a éste se le mantiene
continuamente en la oscuridad. Hay, pues, de
algún modo, una selección que solo mantiene
los circuitos pertinentes. Aprender es eliminar.
Según el antropólogo Stephen J. Gould, cada
suceso, por insignificante que sea, influye el
curso de la historia. Como en La vie est belle,
la película de Frank Capra, basta modificar
una nadería para que todo cambie con toda
una catarata de consecuencias. Si no hubiera
aparecido el pikaka, un gusano que esta en el
origen mismo de nuestro linaje, o si hubieran
sobrevivido los dinosaurios, no estaríamos
aquí. No habría ningún sentido, según él, en
la evolución. Esta no retendría a los mejor
adaptados, sino a los más afortunados. La
vida quizás fuera aconteciendo probable, pero
el hombre un verdadero afortunado.
Si los lémures no hubieran sobrevivido ni
podido alimentarse de bayas en sus agujeros
mientras desaparecían los dinosaurios, no
estrían aquí. No hay una intención oculta en
esta historia. Pero el resultado es que
aumentara la complejidad. Si existen planetas
que hayan desarrollado en las mismas
condiciones que la Tierra, no es improbable
que esos seres existan y que no se diferencien
de nosotros más que un avestruz de un
cocodrilo: cuatro miembros, dos ojos, un
cerebro, sistemas locomotrices. Y hay una
fuerte posibilidad de que estén en el mismo
punto evolutivo que nosotros... no se puede
afirmar que exista una ley que impulse a la
complejidad. Pero comprobamos que alguna
cosa se organiza y conduce a una inteligencia
cada vez mayor y más desmaterializada.
Quizás la historia de la evolución es el
artefacto de una conciencia que adquiere
conciencia de sí misma.
LA MEMORIA DE LOS ORÍGENES
Solo el cerebro humano se interroga sobre sí
mismo... ¿Esto le distingue de los demás?
No sólo eso. Es capaz de exteriorizar
funciones en el medio. La herramienta
prolonga la mano. El hombre puede hacer hoy
todo lo que hacen los demás animales: correr
como una gacela con un automóvil, volar
como un águila con un ala delta, evolucionar
bajo el agua como un delfín, avanzar bajo
tierra como un topo... una mascara, anteojos,
un paracaídas, alas ruedas... ha ampliado
también sus funciones sensoriales mediante la
escritura, que permite conservar la palabra y
transmitir el pensamiento en el espacio y en el
tiempo. Esto caracteriza al cerebro humano.
No es sólo una masa muelle de neurona, ni
una estación telefónica que agrupa los
circuitos del cuerpo, ni siquiera un ordenador.
Se extiende también al exterior, acoplado a
otros cerebros humanos en el conjunto del
planeta. Es una red fluida, en continua
reorganización, que reconfigura sus neuronas
en la acción y la reflexión.
En toda esta historia, se comprueba que la
complejidad se desarrolla con la disposición de
cosas simples: dos cuarks en el comienzo del
99
universo, cuatro átomos simétricos para el
carbono, solo cuatro bases para los genes,
dos moléculas semejantes para fundar los
mundos animal y vegetal, dos individuos para
el sexo... como si en cada etapa la naturaleza
encontrara el camino más sencillo para
progresar.
De algún modo... complejidad no es
complicación. Es una repetición de elementos
simples que se reproducen y proliferan. Hoy
sabemos simular este fenómeno en una
pantalla de ordenador: partiendo de una
forma elemental vemos que se constituyen
dibujos elaborados a los que llamamos con el
hermoso nombre de “formas fractales”;
parecen
alas
de
mariposa,
colas
de
hipocampos, montañas, nubes. La vida es así,
repetitiva. El átomo esta en la molécula que
está en la célula que esta en el organismo que
está en la sociedad...
llevamos en nosotros entonces, las huellas de
estos ajustes...
Exacto. Nuestro cerebro, con sus tres
estratos, conserva la memoria de la evolución.
También nuestros genes. Y la composición
química de nuestras células es un fragmento
pequeño
del océano
primitivo.
Hemos
guardado en nosotros el medio del que
salimos. Nuestro cuerpo relata la historia de
nuestros orígenes.
100
LA EVOLUCIÓN
LETICIA DURAND SMITH
INTRODUCCIÓN
En este texto el maestro encontrara un
resumen del desarrollo histórico de las ideas
evolutivas, desde sus inicios hasta nuevas
controversias
planteadas
a
la
síntesis
evolutiva. Así mismo se aclaran conceptos
como selección natural, adaptación y deriva
genética. Entre otros.
A pesar que la evolución es un proceso que se
desarrolla a lo largo de millones de años y
difícilmente podemos apreciar, sus resultados
y las ideas generadas en torno a ellas nos
rodean desde pequeños. Es común por
ejemplo, escuchar que nuestros parientes más
cercanos son los monos, que el hombre es el
animal
más
evolucionado
o
que
los
dinosaurios dominaron la Tierra hace mucho
tiempo y desaparecieron después en una
extinción masiva. Aunque algunas de estas
ideas no son del todo correctas, forman parte
de un conocimiento extendido y cotidiano que
ya se encuentra en la división de la realidad
de los alumnos cuando ingresan a secundaria.
De esta forma, la evolución es un tema de
importancia central en la enseñanza de
biología en secundaria, ya que por un lado
sirve de puente entre las ideas comunes a las
que esta expuesto el alumno en su vida
cotidiana y los contenidos del programa de
biología, y por otro, permite que temas
íntimamente relacionados con los procesos
evolutivos sean abordados desde esta
perspectiva, dejando de ser temas aislados o
difíciles de explicar (como por ejemplo
genética o estructura y función de los seres
vivos), lo que ofrece la posibilidad de
desarrollar una amplia interconexión entre los
puntos del temario
de biología
para
secundaria.
EVOLUCIÓN: IDEAS E HISTORIA
El hombre ha dependido siempre de su
relación con otros seres vivos. De ellos
obtiene
alimento,
vestido,
protección,
medicamentos y hasta compañía. Esta
estrecha relación ha provocado la necesidad
de conocer a los organismos, no solo para
poder aprovecharlos sino para saciar la
curiosidad que plantas y animales producen
en el hombre. Cuando aun no existían los
instrumentos, transportes y medios de
comunicación que conocemos actualmente, la
fascinación por lo vivo ya trabajaba en la
mente de las personas, quienes producían
explicaciones
y
descripciones
de
sus
observaciones. Así, los médicos recetaban el
polvo del cuerno de unicornio como un eficaz
desintoxicante
pero
decían
que
debía
administrarse con cuidado ya que toda bebida
a la que se le añadían limaduras del cuerno de
este animal comenzaba a bullir y a calentarse
en el acto; y los marineros al regresar de sus
travesías afirmaban haber visto serpientes de
mar de treinta metros de longitud, de color
marrón, con cabellera en la espalda y ojos
rojos que intentaban enroscarse en la
embarcación y comer a sus tripulantes. Todas
estas historias y muchas más han ido poco a
poco desapareciendo, siendo reemplazadas
por modelos reales, fruto de una actividad
humana muy importante que también deriva
de la imaginación: La ciencia.
Sin embargo, como ya se menciono, los
alumnos al ingresar a secundaria poseen una
carga de ideas previas sobre la naturaleza. La
importancia de estas ideas, sean o no
correctas, reside en que son un primer
acercamiento al mundo que observan y que
apartir de su modificación en el salón de
clases puede producirse un aprendizaje
significativo; Es decir, un aprendizaje que se
relacione con una mayor cantidad de
situaciones vividas por los estudiantes y
permita explicar con mayor profundidad la
realidad a la que están expuestos. De una u
otra forma, la ciencia trabaja del mismo modo
que la mente de los alumnos, a partir de
metodológicas claras y de una serie de
conocimientos ya acumulados permite explicar
con mayor claridad los fenómenos naturales,
modificando gradualmente las ideas y
concepciones.
La teoría de la evolución biológica es resultado
de una serie de ideas que se han forjado a lo
largo de la historia y, como todo conocimiento
científico, se ha ido modificando de acuerdo
con los avances obtenidos. Para algunos
griegos, como Anaximandro y Empédocles
(600-500 a. C.), la vida se había originado a
partir de las distintas mezclas posibles entre
los cuatro elementos: fuego, aire, tierra y
agua. Para Anaximandro, estos elementos
dieron origen a los primeros seres inferiores,
de los cuales surgió el hombre como un ser
superior.
Para Empédocles, los cuatro
elementos habían originado una gran cantidad
de formas de vida compuestas por partes de
los diferentes animales, pero no fueron solo
los que estaban conformados de la manera
adecuada, es decir, como los conocemos,
quienes sobrevivieron.
Un siglo después, Platón origino una idea de la
vida que prevaleció durante mucho tiempo, la
101
de un mundo estatico e inmutable. Para
Platón todo aquello que existía sobre la tierra
eran meras reproducciones inexactas de una
esencia perfecta e inalterable que existía
únicamente en el mundo de las ideas. Para él,
los organismos eran simples reproducciones
de la esencia original, por lo que la variación
no existía o estaba reducida a imperfecciones
en torno a la esencia. Poco después de Platón,
Aristóteles creó un sistema de clasificación
para los organismos al cuál llamó Scala
Naturae, en el cual estos se agrupaban en una
jerarquía que distinguía entre los organismos
superiores e inferiores.
Con el surgimiento del cristianismo se
modifico la idea sobre la naturaleza, pro se
mantuvo como base la concepción de un
mundo inmutable, ya que la idea de la
modificación
era inconsistente con los
planteamientos
religiosos,
pues
llevaba
directamente a dudar a cerca de la perfección
de las creaciones de Dios, y por lo tanto de su
propia perfección. Los trabajos de los
naturalistas eran siempre adaptados o
moldeados de acuerdo con las ideas
religiosas, indicando que la adaptación y
perfección de los organismos eran muestra del
poder de Dios. Poco a poco la unión entre
ciencia y religión fue siendo cada vez más
conflictiva. Newton, Galileo y Descartes, entre
otros, mostraban que era posible explicar
fenómenos naturales a partir de ideas que
podían estudiarse y comprobarse la idea de un
mundo cambiante y cognoscible fue ganando
más terreno.
A principios del siglo XIX comenzaron a
forjarse las primeras ideas sobre el cambio en
las especies. Específicamente fue Jean
Baptiste Lamarck quien en 1809 propuso que
los seres vivos están expuestos a una serie de
cambios a lo largo del tiempo. En su texto
Filosofa Zoológica, Lamarck plantea preguntas
que intentaron ser resueltas más adelante:...
desde los restos fósiles que se encuentran...
un gran número de ellos pertenecen animales
de los cuales no se conocen análogos
vivientes y perfectamente semejantes...
¿Pueden éstas conchas fósiles pertenecer a
especies perdidas? ¿Cómo se habrían perdido
si el hombre no ha podido obrar su
destrucción? ¿No seria posible, al contrario,
que los individuos fósiles de los grupos que se
trata pertenecieran a especies todavía
existentes, pero que hubiera cambiado dando
lugar a las especies vivas que no parecen sus
vecinas?
Lamarck respondió estas preguntas a partir de
su teoría de la adaptación por la herencia de
caracteres adquiridos, mencionando que
102
aquellos caracteres que eran adquiridos
durante la vida de un organismo podían ser
heredados a sus descendientes y explicando
que los seres vivos tienden siempre a una
mayor complejidad y perfección regidos por
fuerzas divinas. Hoy sabemos que la idea de
los caracteres adquiridos no es correcta y que
los organismos tampoco tienen un deseo de
superación. Aunque Lamarck no llegó a
formular una teoría contundente sobre la
evaluación,
su
trabajo
es
sumamente
importante, pues propone por vez primera el
cambio dentro del mundo vivo y además
reúne una gran evidencia en este sentido. Sin
embargo, fue Charles Darwin quien se
encargó de aclarar y proponer mecanismos
que desterraron a los mitos de la evolución.
La vida de Charles Darwin (1089-1882) fue
una extraña mezcla de aventuras personales
en su juventud, que posteriormente se
convirtieron en aventuras intelectuales que
ocuparon el resto de su vida, inmersas en una
existencia tranquila. Darwin fue capaz de
producir una teoría que modifico para siempre
la visión del hombre sobre la naturaleza y
marco el rumbo definitivo de la biología, pero
lo más importante de su vida fue su completa
entrega al quehacer científico, muestra del
gran entusiasmo y atracción que produce la
ciencia, capaz de absorber el tiempo, las ideas
y la vida de las personas, a cambio del placer
de descubrir y conocer.
Se ha escrito mucho sobre Darwin, existen
diversas biografías y ediciones de sus diarios
de campo, así como recopilaciones de cartas
personales, que por si mismas son de gran
interés como testimonio histórica y ejemplo
del intricado origen de las teorías y
descubrimientos científicos.
Una de las principales etapas del viaje de
Darwin fue su visita a las islas Galápagos. En
estas islas observo que cada una poseia una
especie particular de tortugas que los isleños
podían reconocer a partir de las diferentes
formas
que
representaban
en
sus
caparazones. También notó que había
variación en las especies de pinzones que
habitan las islas. Cada isla estaba habitada
por una especie de pinzón, semejantes ente si
pero
que
ocupaban
nichos
ecológicos
diferentes alimentándose algunas de insectos,
otras de semillas, etc. Sin embargo aún era
muy pronto para que Darwin relacionara las
semejanzas entre estas especies con un
origen común y sus diferencias con un
aislamiento reproductivo y la diferenciación de
nichos ecológicos, aunque en este momento
es cuando comienzan a originarse a la mente
de Darwin las primeras ideas sobre la
modificación de las especies y su mecanismo
de
evolución.
Otras
observaciones
importantes que realizo durante su viaje
fueron aquellas relacionadas con la presencia
de conchas fósiles en zonas muy alejadas del
mar y que guardaban gran parecido con las
conchas actuales que habían observado en las
costas.
Durante su travesía Darwin recibió por correo
en diferentes puertos varios libros. Uno de
ellos fue Ensayo sobre el principio de la
población, escrito por Thomas Malthus. Este
texto fue básico en la formulación de las ideas
de Darwin sobre la selección natural.
Estudiando poblaciones humanas Malthus se
dio cuenta de que los organismos vivientes
producían un número mayor de descendientes
que los que pueden sobrevivir por la limitación
de recursos, como el alimento o espacio. Por
ello, Darwin supuso que debería existir algún
mecanismo que regulara las probabilidades de
sobrevivencia o mortalidad de los individuos.
Gracias a sus conocimientos sobre la cría de
animales domésticos, Darwin fue capaz de
relacionar el problema planteado por la
sobrepoblacion con la variación individual.
Éstas y muchas más observaciones fueron las
que sirvieron a Darwin como materia prima y
evidencia para postular su teoría de la
evolución por la selección natural, aunque
ésta fue postulada 28 años después del día
que Darwin zarpó en el Beagle. Los
conocimientos adquiridos durante este viaje
los enriqueció en Inglaterra durante muchos
años, en los que se dedico a una cuidadosa
labor de clasificación y revisión, que sentó la
posibilidad de reflexionar sobre lo ya vivido y
generar nuevos datos. Esta forma de trabajar
clásica de un científico, le permitió dominar
información especifica y al mismo tiempo
enmarcarla dentro de un esquema teórico
general conformado por la selección natural
como fuerza evolutiva.
Si resumimos las ideas de Darwin podemos
decir que las condiciones para que se
desarrolle un proceso de evolución por
selección natural son; la existencia de
variabilidad individual, el carácter heredable
de esa variación y la limitante ambiental que
promueve la competencia e impide el
establecimiento de un número infinito de
individuos. Es importante señalar que los
individuos presentan variabilidad en una gran
cantidad
de
caracteres
morfológicos,
fisiológicos o conductuales, pero no todos
están expuestos a selección natural, ya que
ésta sólo actúa sobre aquellos caracteres que
confieren ventajas o afectan el desempeño de
los
individuos;
es
decir,
favorece
la
reproducción de aquellos individuos con
rasgos que aportan beneficios y elimina a
individuos con características negativas. El
hecho de que una característica tenga
consecuencias positivas o negativas en la
reproducción y supervivencia, o no las
produzca, depende, obviamente, del ambiente
que se desarrolle el organismo, porque no
existen caracteres que por sí mismos sean
buenos malos. Por ejemplo, en la ficha 38 del
Libro para el maestro de Biología se menciona
que el color de los insectos, que representan
los frijoles o la fichas utilizadas en esa
actividad, es una característica que tiene
afectos sobre la sobrevivencia, pues su
coloración hace que sean más o menos
visibles a los depredadores, siendo por lo
tanto un rasgo expuesto a la selección
natural. Pero la facilidad con que los alumnos,
que
representan
a
los
depredadores,
encuentren uno u otro color de “insecto”
dependerá del color del piso sobre el que las
fichas sean arrojadas. Esto significa que la
evolución por selección natural no depende
únicamente de la existencia de diferentes
características entre los individuos sino de un
conjunto
de
interacciones
entre
estas
características y las condiciones, tanto físicas
como biológicas, que rodean al organismo.
Otro aspecto importante en la teoría
Darwinista es la adaptación. Para Darwin,
aquellos organismos con características más
adecuadas para desarrollarse en un ambiente
particular son los que sobreviven y dejan un
mayor número de descendientes, a quienes
heredan sus rasgos ventajosos. Esto provoca
que la selección natural ajuste gradualmente
a los organismos a las exigencias del
ambiente
en
un
proceso
denominado
adaptación. La adaptación es, por lo tanto,
una consecuencia de la selección natural y no
resultado de la creación divina, como lo
proponían los griegos, ni de una voluntad de
perfección presente en los organismos, como
lo sostenía Lamarck.
Tampoco podemos hablar de organismos más
o menos adaptados u organismos superiores o
inferiores, ya que la propia existencia de cada
individuo
nos
confirma
que
puede
desarrollarse en un ambiente particular
estando por lo tanto adaptado a él, y esta
adaptación no se incrementa con el tamaño o
la
complejidad
de
su
estructura
y
funcionamiento.
¿Por
qué?
Básicamente
porque la evolución es un proceso que no
tiene dirección definida y la selección natural
no actúa a favor de soluciones particulares;
simplemente permite la reproducción de
103
organismos que presenten características que
los hace competitivamente más eficientes,
esto
es
independiente
de
que
estas
características sean simples o complejas. En
este sentido, es común pensar que los
organismos de gran tamaño son superiores,
como si una talla mayor fuera sinónimo de un
mejor desempeño. Por el contrario, el tamaño
puede ser una limitante para muchos
organismos. Por ejemplo, algunos parásitos,
como la “solitaria” puede tener varios metros
de longitud, pero su ancho no puede
sobrepasar uno o dos centímetros, pues el
oxigeno
y
los
alimentos
penetran
directamente por la superficie externa, y si su
tamaño fuera mayor no alcanzarían a
difundirse en todo el cuerpo. La capacidad de
muchos insectos de volar enormes distancias
se debe a su pequeño tamaño, ya que el peso
que se levanta en vuelo se incrementa
cúbicamente con relación al tamaño del
organismo, así que si las abejas crecieran
tanto como un gran mamífero o más, como se
ha visto en algunas películas de cienciaficción, estarían condenadas a permanecer en
la tierra y ni siquiera podrían sostenerse sobre
su patas. Estos ejemplos nos demuestran que
el tamaño, al igual que muchos otros
caracteres, puede estar expuesto a la
selección natural, de tal forma que en muchos
organismos exceder cierta talla significa una
disminución en su eficiencia.
LA SÍNTESIS EVOLUTIVA
Darwin propuso en su teoría de evolución por
selección natural que aquellas características
que aportaban ventajas a los individuos en
términos de reproducción y sobrevivencia,
deberían transmitirse de padres a hijos y de
este modo extenderse dentro de la población,
para ocasionar los cambios graduales que a
largo plazo originarían nuevas especies, sin
embargo, a pesar de que es claro que los hijos
se parecen a sus padres, uno de los grandes
problemas de Darwin fue que ignoraba cuál
era el mecanismo que permitía la transmisión
de caracteres de una generación a otra, por lo
que existía una incomoda laguna en su teoría
para la que nunca encontró una solución
convincente.
Parte del problema de Darwin fue que no
centró su atención en la herencia de un
carácter en particular, de tal forma que sus
esfuerzos por encontrar una explicación sobre
la herencia de los caracteres se diluyeron en
la complejidad de un análisis de los cambios
generacionales sufridos por los organismos
como un todo. Esto le permitió a Darwin
104
proponer únicamente explicaciones como las
de las gémulas o la herencia por el uso y
desuso, que nunca lo convencieron, ni a él ni
a la comunidad científica. La solución al
problema de la transmisión de los rasgos de
una generación a otra surgió de los trabajos
de Gregor Mendel, quien descubrió las leyes
de la herencia. Mendel propuso que las
características de los organismos eran
transmitidas por unidades indivisibles, que
hoy en día llamamos genes, que podían
presentarse en formas dominantes o recesivas
y se heredaban de manera independientes
unas de otras.
Aunque Mendel fue contemporáneo de
Darwin, sus trabajos no se conocieron sino
hasta 1900, y fue también a principios de ese
siglo cuando se realizaron otra serie de
descubrimientos importantes para aclarar los
procesos hereditarios. Morgan, con sus
estudios sobre la mosca de la fruta,
Drosophila melanogaster, estableció que las
mutaciones
que
producían
cambios
importantes ocurrían con poca frecuencia. Una
serie de investigadores dedicados a la
genética de poblaciones, entre los que se
puede mencionar a R.A. Fisher, J.B.S. Haldane
y S. Wright, demostraron que las mutaciones
pequeñas son más frecuentes que las
macromutaciones y tienen un mayor efecto
que el que se les había asignado hasta
entonces. Otros, como G.G. Simpson,
dedicado
a
la
paleontología,
unió
la
información del registro fósil a los postulados
de la teoría de la genética de poblaciones y E.
Mayr, dedicado al estudio de las aves,
desarrollo la base de la taxonomía evolutiva
moderna. Todos estos adelantos en la biología
produjeron la necesidad de reconsiderar la
teoría darwinista y evaluar su compatibilidad
con estos nuevos hallazgos. La teoría de la
evolución por elección natural planteada por
Darwin fue capaz de sostenerse y asimilar los
nuevos conocimientos de la genética y otras
disciplinas, de tal forma que la propia teoría
de la evolución se ha ido modificando y ha
integrado
nuevos
conocimientos
para
convertirse en la base para la explicación de la
biología. Aunque sabemos que en muchos
aspectos
Darwin
no
pudo
ser
lo
suficientemente convincente, el cuerpo central
de su teoría se mantiene como eje
fundamental de la teoría moderna de la
evolución o neodarwinismo.
El neodarwinismo, al igual que el darwinismo,
sostiene la existencia de la selección natural
como fuerza evolutiva y resultante de tres
hechos básicos: sobrepoblación, variabilidad y
herencia.
Según los neodarwinistas, el incremento en
individuos con caracteres que promueven el
éxito en la sobrevivencia y la reproducción,
así como la eliminación de aquellos que no los
tienen, conduce gradualmente al origen de
nuevas especies, en un proceso denominado
especiación, del que son parte importante el
aislamiento y las modificaciones ambientales.
Sin embargo, el neodarwinismo propone
además otros mecanismos para el surgimiento
de nuevas especies. Por ejemplo en muchas
plantas es muy frecuente la aparición de
poliploidías, o individuos con más de un juego
de cromosomas, lo que significa que de una
generación a otra pueden aparecer mutantes
que son física y genéticamente diferentes a
sus progenitores. En este caso la aparición de
nuevas especies nada tiene que ver con la
acumulación gradual de rasgos beneficiosos.
Otro mecanismo por el cual pueden aparecer
nuevas especies de forma azarosa es la deriva
génica, que puede equiparse con lo que en
estadística se conoce como un error de
muestreo.
Imagine
que
tenemos
una
población de insectos en donde unos son
rojos, otros verdes y otros azules.
En algún momento ocurre una catástrofe,
como un incendio en el bosque donde habitan
o una inundación, de tal forma que solo
sobrevive una pequeña parte de los insectos
que se encontraban en algún tipo de refugio.
Pero por azar esa pequeña población de
insectos es únicamente de color azul, de tal
forma que los genes que contienen la
información para el color verde y amarillo se
encuentran en una proporción tan baja entre
los individuos sobrevivientes que se hace muy
difícil lleguen a expresarse, con lo que
obtenemos una nueva población de insectos
que siempre son azules. A esto se le conoce
como deriva génica y se dice que se parece a
un error de muestreo porque siempre que
realizamos alguna investigación o estudio
trabajamos con una muestra o una parte de
una población o conjuntos de objetos, ya que
es imposible trabajar con la totalidad de la
población o conjunto.
Una de las características que debe tener esta
muestra para que nuestro estudio salga bien,
es ser siempre representativa; es decir, debe
incluir todas las clases de objetos que
contiene nuestro conjunto original o toda la
variabilidad presente en nuestra población. En
el caso de la población de insectos de nuestro
ejemplo, una muestra representativa seria
aquella que incluyera individuos de los tres
colores existentes, pero en un procesos de
deriva génica esto no ocurre. Solo sobrevive
una parte de la población que no la representa
en su conjunto, como en nuestro ejemplo,
donde
solo
sobrevivieron
los
azules,
reduciendo la variabilidad de la población y
posibilitando el origen de nuevas especies.
Es muy importante comprender que la
evolución actúa no solo por la selección
natural sino también por procesos azarosos,
como la deriva génica y la macromutaciones,
en donde a diferencia de la selección natural
las características de los individuos no se
ajustan gradualmente a las exigencias del
ambiente, sino que son cambios bruscos en la
composición de una población o individuo, que
si resultan favorables se conservan.
Otro punto importante del neodarwinismo o
teoría sintética de la evolución es que, a
diferencia de Darwin, quien pensaba en la
selección natural como una tajante elección
entre organismos “exitosos” y “fracasados”, la
selección se considera como una fuerza que
moldea a los organismos y solamente puede
detectarse a lo largo de muchas generaciones
y dentro de poblaciones muy grandes.
Asimismo, la selección puede actuar en
muchos aspectos de la vida de los
organismos,
siendo
la
lucha
por
la
sobrevivencia mucho más amplia que un
antílope que corre más rápido que un león o
un venado con mayores astas que su
oponente. La selección puede actuar en
procesos como:
•
Competencia dentro de la misma especie:
por ejemplo, en contiendas por defender
un territorio en aves que anidan en
colonias.
•
Competencia entre especies diferentes:
por ejemplo, entre diferentes especies de
insectos que se alimentan del néctar de un
mismo tipo de flor.
•
Atracción sexual: por ejemplo, habilidad
de diferentes machos de una población por
cortejar a una hembra.
•
Fertilidad y fecundidad: por ejemplo,
capacidad para criar un mayor número de
descendientes.
•
Parasitismo: por ejemplo, susceptibilidad y
resistencia a los parásitos internos y
externos.
De esta forma durante las primeras décadas
de
nuestro
siglo
muchos
biólogos
y
naturalistas
hicieron
importantes
contribuciones a la teoría de la evolución,
llenando los huecos que Darwin no pudo
cubrir y detallando mecanismos, hasta lograr
que el neodarwinismo o “síntesis evolutiva”
105
fuera del conjunto de ideas unificador de la
biología moderna.
NUEVAS
NATURAL
IDEAS
SOBRE
LA
SLECCIÓN
Como vemos, el neodarwinismo es un cuerpo
teórico aceptado en su mayor parte, sin
embargo no ha estado exento de criticas y
cuestionamientos.
Posteriormente a su postulación, se dice que
la síntesis evolutiva se “endureció”, ya que
muchos de sus defensores no permitían
considerar, aparte de la selección natural y la
adaptación, a ningún otro factor como
importante dentro de la evolución orgánica,
que consideraban era siempre un proceso
gradual. Algunos autores han criticados esta
posición y nos advierten sobre la gran
importancia de otros factores, como el azar,
dentro del proceso evolutivo; mencionan
además que este puede darse también en
forma brusca, originando no solo nuevas
especies sin géneros o familias.
Las mutaciones son modificaciones en la
información genética que producen el cambio
de un aminoácidos –moléculas que forman las
proteínas- por otro en una proteína.
Actualmente
existen
técnicas
que
nos
permiten determinar los tipos de aminoácidos
que conforman una proteína y el orden o la
secuencia que guardan dentro de ellas: así
podemos
comparar
la
secuencia
de
aminoácidos de una misma proteína en
diferentes especies. Realizando este tipo de
comparaciones M. Kimura encontró que el
orden de los aminoácidos en ciertas regiones
de una proteína como la hemoglobina, que se
encuentran en la sangre, era distinto en
animales, como el caballo, el hombre, el
ratón, el tiburón y las gallinas, y que a pesar
de estas diferencias la proteína mantenía su
función. Estos estudios indican, a diferencia
de lo que postulaban los neodarwinistas, que
la mayor parte de estos cambios o mutaciones
no tiene efectos positivos o negativos sobre el
desempeño de los organismos, por lo menos a
nivel molecular; Es decir, son mutaciones
neutras. Si las mutaciones son neutras, los
cambios de un aminoácido por otro no pueden
mantenerse por selección natural pues, como
ya vimos, ésta sólo puede actuar sobre
características que afectan o disminuyen el
desempeño de un organismo y no sobre
caracteres neutros. Todo esto cuestiona el
papel protagonista de la selección natural
como fuerza evolutiva a nivel molecular.
106
Para S. J. Gould y N. Eldredge, el hecho de
que en el registro fósil no sea continuo y nos
muestre el cambio gradual de las especies, no
es resultado de las restringidas condiciones
que permiten la fosilización, lo cual ocasión,
como lo proponen los neodarwinistas, un
registro incompleto, sino de un verdadero
proceso de evolución discontinua y brusca que
contiene largos periodos de poco cambio en
las especies, seguidos por periodos de
cambios bruscos que originan especies
totalmente diferentes a las ancestrales. Estas
ideas ponen en entredicho el carácter gradual
de la evolución y la idea que las especies se
originan por un proceso lento de acumulación
de características favorecidas por la selección
natural por lo que aun queda mucho por hacer
en el estudio de la evolución.
CUESTIONARIO
1. -EXPLIQUE EN QUE
SELECCIÓN NATURAL.
CONSISTE
LA
2.
-EXPLIQUE
LA
RELACION
ENTRE
SELECCIÓN NATURAL Y ADAPTACIÓN.
3. -¿POR QUÉ NO PODEMOS HABLAR DE
ORGANISMOS MÁS O MENOS ADAPTADOS?
4. -¿CUÁLES SON LAS PRINCIPALES CRÍTICAS
AL NEODARWINISMO?
PROBLEMAS ASOCIADOS A LA
ENSEÑANZA DE LA EVOLUCIÓN
EN LA ESCUELA SECUNDARIA:
ALGUNAS SUGERENCIAS
FEDRO CARLOS GUILLÉN
INTRODUCCIÓN
Muchos estudios han demostrado que los
estudiantes de secundaria tienen problemas
para comprender los elementos esenciales de
la teoría evolutiva. En este articulo se
identifican algunos de estos problemas y se
proponen
opciones
didácticas
para
la
enseñanza de la evolución en la educación
secundaria.
GUILLÉN,
FEDRO
CARLOS
(1995),
“PROBLEMAS ASOCIADOS A LA ENSEÑANZA
DE
LA
EVOLUCION
EN
LA
ESCUELA
SECUNDARIA: ALGUNAS SECUNDARIAS”, EN
CIENCIA, VOL. 46, NUM.2.
RESUMEN
En nuestro país, la enseñanza de la evolución
en la escuela secundaria ha recibido
tradicionalmente un tratamiento marginal. Los
enfoques
educativos
institucionales
han
planeado modelos que parten de las
estructuras individuales y culminan con
grandes procesos biológicas. Sin embargo, la
Secretaria de Educación Publica modificó este
modelo y propuso dentro de los nuevos
programas de biología para el ciclo 19931994, una estructura en que los procesos
evolutivos adquieren muy especial relevancia
y presentan como conceptos introductores
para la comprensión de los procesos
biológicos.
Diversos estudios han demostrado que en los
estudiantes del nivel existen problemas para
comprender los elementos esenciales de la
teoría
evolutiva.
En
este
trabajo
se
caracterizan algunos de estos conceptos
relacionados con los temas evolutivos.
I.
INTRODUCCIÓN
Hasta 1992, los programas de biología para la
educación secundaria elaborados por la
Secretaria de Educación Publica (SEP), no
reconocieron la importancia de la enseñanza
de
la
evolución
como
un
elemento
introductorio a la comprensión de los procesos
biológicos. El programa emergente para
primer grado que se aplico en el ciclo de
1992-1993, dividía el curso en cinco
unidades: el mundo vivo y la ciencia que lo
estudia; células, tejidos y órganos; Funciones
biológicas; continuidad y transformación;
herencia y evolución, salud humana. Para
tratar de caracterizar el peso que recibió cada
uno de los temas elegidos, se realizo un
análisis de un libro de texto autorizado por la
propia SEP: biología 1, de María Batalla
Zepeda y Humberto Méndez Ramírez, editado
por Kapeluz Mexicana. Varios han sido los
autores que señalan la importancia del libro
de texto en el ámbito escolar como una fuente
primaria de información científica (Carrick,
1982; Hernández, 1994).
En Estados Unidos, nueve de cada diez
maestros utilizan el libro de texto el 90% del
tiempo (Yager y Penick, 1983 citados por
Candela, 1991). El libro de texto permite al
investigador realizar análisis puntuales acerca
de las características de las propuestas
educativas (Osborne y Wittrock, 1985; Novak
y Gowin, 1988) y es usado con gran
frecuencia por los estudiantes de los primeros
cursos de secundaria (Tamir y Amir, 1987), en
algunos casos de forma abusiva, obligando al
alumno a realizar transcripciones sin sentido
educativo (Hardie, 1987).
El análisis de los contenidos del libro elegido
arroja resultados dignos de destacarse; de las
279 paginas que se han utilizado para cubrir
los temas, 171 (61%) se han destinado a la
Unidad II, CÉLULAS, TEJIDOS Y ORGANOS.
Encontrarse, el resto de las unidades tiene un
número notablemente más reducido (Unidad
I, 38; Unidad III, 22 Unidad IV, 32; Unidad V,
16). Si consideramos, como un criterio de la
importancia de cada tema el número de horas
destinadas a estudiarlo, una lectura de estos
datos indicaría que, desde la óptica de los
autores y de las autoridades educativas, la
estructura de los organismos es el teme
prioritario en un curso de biología para
estudiantes del primero de secundaria. Esto
representa un problema grave ya que los
procesos biológicos, precedentes necesarios
de cualquier curso, son abordados de manera
secundaria y en algunos casos son ignorados.
El tema de la evolución se inscribe dentro de
la Unidad IV y es revisado en 3.5 páginas, es
decir, el 1% del total del texto. El tratamiento
que se le da es poco ordenado e inclusive
presenta inexactitudes, como la comparación
de la selección natural y las mutaciones como
procesos análogos que producen evolución,
cuando en realidad, el primero actúa sobre la
variabilidad producida por el segundo.
En 1993, en los programas de la SEP se
muestra un reconocimiento de la importancia
107
de establecer temas evolutivos como un
antecedente necesario en la enseñanza de la
biología en la secundaria. La evolución ocupa
ahora por completo la segunda unida del
primer curso y su antecedente inmediato es la
caracterización de la biología como ciencia. Es
en este contexto que se hace necesario
estudiar y determinar los mecanismos de
enseñanza para impartir este tema que
permitan
sugerir
estrategias
didácticas
adecuadas con el fin de lograr un aprendizaje
realmente significativo.
II.
LOS PROBLEMAS EN LA ENSEÑANZA DE
LA EVOLUCIÓN
A. ¿Porque enseñar evolución en secundaria?
T. Dobzhansky(1993) acuño una frase que
refleja con claridad la importancia de la teoría
evolutiva en el contexto biológico: “nada tiene
sentido en biología si no es la luz de la
evolución”.
Actualmente
ningún
estudioso
de
la
naturaleza
del
conocimiento
biológico
cuestiona el papel de la evolución como el
cuerpo teórico más global y unificado de la
biología. La teoría de la evolución es la pieza
fundamental de la biología (Reiss, 1985) y
posee
importancia
científica
y
social
indiscutible. Esta caracterización implicaría
necesariamente la inclusión de tópicos
evolutivos en el curriculum de los primeros
niveles de enseñanza formal de la biología que
se presentan en la enseñanza secundaria
(Deadman y Kelly, 1978; Reiss, 1985; Engel y
Wood, 1985 b). Para realizar el diseño
curricular, sin embargo, es muy importante
identificar las nociones y preconceptos que los
estudiantes manejan sobre un tema. Con el
propósito de identificar las ideas que los niños
tienen sobre la evolución se han conducido
diversas investigaciones (Deadman y Kelly
1978; Brumby, 1979; Engel y Wood, 1985b,
Bishop y Anderson, 1990).
Los resultados han seguido una línea: la
evolución, entendida como una relación entre
los cambios ambientales y la producción de
cambios en las características de los
organismos mediante mecanismos genéticos,
presentan una serie de conceptos que los
alumnos encuentran difíciles de asimilar. Los
alumnos aparentemente no son capaces de
establecer las relaciones que existen entre sus
nociones sobre evolución orgánica y las
razones ofrecidas por los científicos que les
son explicadas en la escuela. El modelo
escolar enfatiza frecuentemente el detalle de
los conceptos sin poner atención en los
108
procesos globales. Ante este panorama,
existen dos opciones; seguir las ideas de
Shayer (1974), quien sugiere que la evolución
se enseñe por primera vez en el nivel de
preparatoria, dada su aparente complejidad,
en claro contraste, atender la propuesta de
varios autores(Deadman y Kelly, 1978; Engel
y Wood, 1985ª), quienes recomiendan, en
lugar de la postergación del tema, la
necesidad de instrumentar estrategias para
impartirlo más efectivamente. Ante esta
disyuntiva es necesario entender que una
distinción importante es la que existe entre
los temas de curriculum – entendidos como
los procesos y criterios para seleccionar y
ordenar el conocimiento, las destrezas y
actitudes que se enseñan a un grupo
determinado- de las estrategias de enseñanza
entendidas como la selección de modos de
enseñar y
propiciar un ambiente de
instrucción. En el primer caso, lo importante
es la elección de conceptos, en el segundo la
elección de actividades con un componente
significativo.
Esta
diferenciación
es
importante, ya que permite evitar la
suposición de que la falla en la estrategia para
enseñar un concepto implica necesariamente
la imposibilidad de enseñarlo en alumnos de
ese nivel (Novak, 1976). En ese sentido me
parece que el problema de la enseñanza de la
evolución,
más
que
de
complejidad
conceptual, es de estrategia didáctica. Es
necesario entender que la enseñanza de la
evolución no solo ofrece ventajas como un
concepto estructurador. Enseñar evolución
tiene beneficios que no son tan evidentes pero
sí de gran importancia; Gougt (1978) sugiere
que
el
estudio
de
las
explicaciones
darwinianas sobre la evolución es muy
importante en el medio escolar, ya que
permitirá comprender la naturaleza misma de
la explicación científica. Darwin desarrolló una
serie
de
deducciones
ejemplares
que
comprendían supuesto que podían ser validos
de manera empírica. Por ejemplo, el principio
de la lucha por la existencia es valido, si se
acepta la premisa demostrable del incremento
poblacional ante una cantidad limitada de
recursos.
Enfatizar
éste
método
de
razonamiento en el ámbito escolar le
permitiría al alumno iniciar la comprensión de
principios de razonamiento esenciales que
tienen una aplicación concreta en ámbitos no
científicos.
Es posible que en lugar de retrasar la
presentación del tema sea necesario incluirlo
de manera temprana en el curriculum de la
secundaria.
Algunas
evidencias
de
investigación (Engel y Wood, 1985ª) indican
que los alumnos que llegan a la secundaria ala
edad de 11 años poseen ya una fuente
importante de conocimiento sobre el tema
adquirida
por
medios
no-formales
de
educación, y señalan como un problema el
hecho de que los estudiantes no tengan
contacto formal con el tema hasta la
preparatoria. Estos autores marcan una serie
de errores conceptuales comunes que es
necesario considerar en el diseño del curso,
tales como la idea frecuentemente extendida
de que un sexo contribuye más que otro a la
transmisión de caracteres o de que las
características adquiridas son heredables.
Aparentemente una parte significativa de los
conceptos biológicos esenciales tiene una
forma intuitiva en el pensamiento de los
niños. Algunos de estos conceptos pueden
permanecer mucho tiempo y afectar la
comprensión de los contenidos biológicos que
se presentan en la escuela.
B. Las ideas de los niños sobre la evolución
Bonilla y Hernández(1993), en un estudio
realizado con alumnos de primero de
secundaria, encontraron que la mayoría de los
términos fundamentales en los que se
estructura la teoría sintética de la evolución
no son reconocidos por los alumnos en su
connotación biológica. Deadman y Kelly
(1978) condujeron un estudio en el que
investigaron los conceptos que manejaban los
alumnos de secundaria con relación al tema
de herencia y evolución. Encontraron que los
alumnos reconocían procesos evolutivos
únicamente en las poblaciones animales y no
eran capaces de establecer las relaciones
entre diferentes grupos.
En cuanto a las explicaciones acerca de la
ocurrencia del fenómeno evolutivo, todos los
niños ofrecieron ideas que pueden ser
divididas en dos tipos básicos; naturalistas, en
las cuales asocian los cambios con alguna
necesidad; asociados a una fuerza interna que
impulsa a los animales para ser mejores, o
ideas ambientalistas, según las cuales los
cambios en los cuales se asocian con cambios
en el ambiente. En el momento de explicar
como cambian los organismos, los alumnos
frecuentemente
ofrecieron
explicaciones
iguales al porque cambian. Sus argumentos
tenían un componente lamarckiano en el
sentido de que el uso repetido de algún
miembro
u
órgano
determinaría
una
mutación.
En cuanto al concepto de adaptación,
prácticamente
todos
los
estudiantes
emplearon este termino para fundamentar sus
explicaciones de la evolución. La adaptación
fue entendida como la relación entre la
estructura del animal y el ambiente. En las
explicaciones privó un argumento naturalista.
Para los estudiantes la adaptación es
resultado de una necesidad del animal.
Aparentemente el concepto de preadaptación
no les es familiar. Solo aquellos que
manifestaron
comprensión
del
valor
adaptativo de ciertas estructuras animales
incorporaron el concepto de sobrevivencia y
erradicaron la idea de cambio por necesidad.
Todos los niños tuvieron claro que algunas
especies primitivas se han reproducido
mientras otras no; de hecho, emplearon
términos como extinción y sobrevivencia, pero
sin ligarlos de manera profunda con
mecanismos de selección. No se reconoce el
carácter intraespecífico de las adaptaciones y
todas las explicaciones se refieren a especies
diferentes. Algunos niños manejaban un
concepto
elemental
de
adaptación
y
enfatizaron más la sobrevivencia que la
extinción.
Los estudiantes no entienden a la evolución
como un proceso en el que se incluyan
aspectos probabilisticos, y carecen por
completo de la información acerca de las
fuentes de variación en los organismos.
Poseen únicamente la idea de que la herencia
es la transmisión de caracteres de una
generación a otra. Sus ideas acerca de la
aparición de nuevas características se basan
en la experiencia. Palabras como gen o
cromosoma
fueron
utilizadas
sin
que
aparentemente los estudiantes comprendieran
su significado
Las características de la estructura conceptual
sobre la evolución en los niños de secundaria
es determinada por Deadman y Kelly (1978)
en cuatro apartados:
a) Siete categorías (fenómeno evolutivo,
causas de la evolución, mecanismos de la
evolución, adaptación, selección, azar,
herencia) alrededor de los cuales los
estudiantes estructuran sus ideas.
b)
El reconocimiento por parte de los
alumnos de la importancia de explicar los
procesos de evolución y herencia.
c) La comprensión elemental del concepto de
herencia y su relación intergeneracional,
así como la comprensión de que la
evolución implica diferentes animales del
pasado y del presente.
d) Las
estructuras
conceptuales
concernientes a la adaptación y la
selección
109
Asimismo se sabe que los niños entre seis y
13 años tienen sus propias teorías que tienden
a flexibilizarse en la medida que aumenta la
edad del estudiante. Una visión bastante
común es la idea errónea propuesta por
Lamarck, en el siglo pasado, de que los
caracteres adquiridos son heredables (Kargbo
y cols., 1980). Este hecho resulta interesante,
ya que ejemplifica claramente como puede
existir una analogía entre las concepciones
que estuvieron vigentes en la historia del
pensamiento
y
las
percepciones
han
confirmado que el pensamiento lamarkiano
esta presente en estudiantes desde la
secundaria
hasta
el
nivel
licenciatura
(Deadman y Kelly, 1979; Brumby, 1979;
Bishop y Anderson, 1990). Angseesing (1978)
argumenta que esta tendencia puede deberse
al hecho de que la terminología de los libros
de texto es confusa e inadecuada y sugiere
que se experimente en el laboratorio de
manera que se puedan confrontar la teoría de
Lamarck con evidencias empíricas.
Un mecanismo para poder comprender el
verdadero significado del pensamiento del
estudiante es el proporcionarle oportunidades
más estructuradas para presentar sus ideas.
Uno de los problemas de la enseñanza de la
adaptación
es
que poca
gente tiene
experiencias propias sobre el proceso. Es
necesario reflexionar con el alumno sobre la
variación visible de los organismos vivos y
enfatizar las causas que lo originan.
Reif (1991) reflexiona sobre el hecho de que
la ciencia está deliberadamente organizada
para alcanzar metas especiales y es, en varios
aspectos, diferente del conocimiento natural
de la vida cotidiana; en este sentido
frecuentemente los estudiantes no tienen
claras las metas del conocimiento científico, lo
que dificulta la apropiación de contenidos.
La mayoría de los estudiantes “cree” en la
evolución debido al prestigio de la ciencia que
avala la teoría más que avala la teoría más
que en el entendimiento y razonamiento e la
misma (Lucas, 1987). Por otro lado, la
mayoría de la gente no parece entender el
proceso evolutivo como ha sido descrito por
los científicos, aun después de haberlo
estudiado (Bishop y Anderson, 1990). En un
trabajo realizado en Inglaterra para conocer el
desempeño de los adultos con antecedentes
de estudios científicos, contra los que no
tenían, en cuanto biología elemental, se
encontró que no había una diferencia
significativa, lo que sugiere el poco efecto del
trabajo escolar en los estudiantes. Estos
autores encontraron además diferencias entre
las ideas científicas y las que los alumnos
110
manejan. Una de las características de la
teoría evolutiva es la distinción de dos
procesos; por un lado, la aparición aleatoria
de cambios en la estructura genética de una
población, en función de mutaciones o
recombinación genética, y por otro la
sobrevivencia o extinción diferencial de los
individuos
en
función
de
presiones
ambientales (selección natural). En general la
mayoría de los estudiantes no son capaces de
reconocer la diferencia entre estos dos
procesos, que entienden como uno solo.
Los estudiantes piensan que el ambiente
causa los cambios en las poblaciones a través
del tiempo. Los mecanismos que sugieren son
de necesidad (el organismo “necesita” correr
más rápido), de uso y desuso (el no uso de
los ojos los convierte en disfuncionales), de
adaptación (el color blanco del color de la piel
de los osos ha cambiado como resultado de
las presiones ambientales).
Estas implicaciones tienen un componente
lamarckiano; esto se debe a la dificultad ya
mencionada de separar los procesos aleatorios
de mutación de los no aleatorios de selección,
para los estudiantes basta la explicación de
una función que frecuentemente confunden
con el mecanismo evolutivo.
La variación en un componente esencial de la
teoría evolutiva. En sentido estricto es el
sustrato sobre el que actúa la selección
natural. En los estudiantes ésta no es una
noción clara, y entienden a la evolución como
un proceso que homogeniza a las especies.
Las nuevas características se diseminan en
una población debido a que los organismos
que las poseen se reproducen con mayor
frecuencia. Los estudiantes piensan que estos
cambios se van dando en las mismas
características de manera gradual entre una
generación y otra.
El concepto de adaptación es entendido en su
aceptación cotidiana, que es diferente de la
que se utiliza en el contexto evolutivo. Los
biólogos utilizan el termino adaptación
refiriéndose a un fenómeno poblacional,
donde los cambios se producen, a través de
varias generaciones, debido a la acción de la
selección natural. Los estudiantes interpretan
el concepto de adaptación como un termino
que se refiere a cambios individuales por
medio de un esfuerzo propio, como cuando un
perro se adapta a su nueva casa; en el
momento que los alumnos escuchan en la
escuela el termino adaptación, que se les
presenta
en
un
contexto
evolutivo,
inmediatamente lo refieren a su propia
concepción, lo que tiende a reforzar
concepciones
equivocadas
de
carácter
naturalista (Bishop y Anderson, 1990). Estas
ideas de los alumnos aparentemente se
pueden modificar si los maestros las conocen
y diseñan metodos para enfrentarlas.
Uno de los argumentos de los docentes para
explicar su resistencia a impartir el tema, se
basa en que la evolución no es una materia de
carácter practico. Sin embargo, existen
trabajos que atendiendo a este problema se
han desarrollado para producir practicas
viables en el ámbito escolar sobre selección
natural (Allen y cols.), 1987) y sobre selección
sexual (Adams y Greenwood, 1987).
es necesario considerar para determinar las
categorías docentes:
Es importante sondear la información que el
alumno maneja, de tal manera que pueda
contrastar las diferencias conceptuales con
respecto
a
la
información
aceptada
científicamente. En el caso de la evolución
podemos suponer que:
El sentido común es lamarckiano. Los niños
piensan que en los animales existe un deseo
de mejorar y, en general, los caracteres
adquiridos son heredables.
No se maneja el concepto de variabilidad.
Seria necesario que los docentes aplicaran
cierta
iniciativa
para
reproducir
estas
experiencias en el salón de clase.
No existe un concepto de mutación en los
estudiantes que les permita explicarse la
variabilidad.
Como
una
estrategia
para
transmitir
adecuadamente el concepto de evolución, éste
se debe tratar de entender de una manera
cabal,
determinando
su
reorganización
jerárquica; es así como el docente contara con
un elemento estructurado para transmitir los
conceptos que se deriven de él.
Se piensa que la evolución ocurre a lo largo
de la vida de un organismo.
Otros estudios han demostrado que los
alumnos de la secundaria poseen una visión
teleológica y antropocéntrica del concepto de
adaptación biológica (Engel y Wood, 1985b).
La presencia del pensamiento teleológico
puede explicarse por el uso en clase o en
libros de texto de frases como “el mejor
adaptado” o “la supervivencia del más apto”,
que intuitivamente transmiten una idea de
mejoría en las poblaciones. Es necesario
enfatizar el hecho de que esta mejoría es tan
variable como las presiones de selección que
actúan sobre los organismos. Es decir, como
el ambiente es variable, no es posible
conseguir un “producto acabado” en términos
evolutivos, ya que las condiciones en que es
apto pueden variar y determinar que sus
características se vuelvan ineficaces para
enfrentar las presiones ambientales. En un
estudio, Jungwuith (1975) demostró que una
proporción elevada de alumnos de secundaria
acepta conceptos de adaptación y evolución
desde las perspectivas antropocéntrica y
teleológica. Esta aceptación es literal y no de
manera metafórica lo que distorsiona su visión
de los conceptos evolutivos.
III. ALGUNAS SUGERENCIAS.
Es necesario que los maestros posean una
visión muy clara de las ideas que los alumnos
tienen sobre la evolución. El siguiente temario
representa el trabajo de varios autores y nos
ofrece una línea de resultados que, creemos,
El concepto de adaptación se interpreta en su
acepción cotidiana, como un elemento positivo
que ayuda a los animales a sobrevivir.
No existe la concepción de que la evolución
ocurre también en los vegetales.
No se diferencian las fases del proceso
evolutivo:
la
producción
aleatoria
de
variabilidad y la selección no aleatoria de los
organismos más aptos.
Conceptos como gen o cromosomas son
manejados en el vocabulario dl alumno sin
que se entienda su significado.
Se piensa que el uso o desuso favorece la
aparición o desaparición de caracteres.
Se confunden las explicaciones de cómo y
porque ocurre la evolución.
Existe una visión teleológica y antropocéntrica
d la evolución.
Se piensa que los cambios ambientales
determinan los cambios en las estructuras de
los animales.
Se puede sugerir una posible explicación,
dividida en dos líneas, del porque de los
problemas de los niños para entender
conceptos evolutivos:
a)
Es más sencillo para la estructura
conceptual del niño entender ciertos
conceptos de una manera, aunque estos
no tengan una validación científica.
Intuitivamente, por ejemplo, es más fácil
pensar que los organismos adquieren los
elementos necesarios para vivir y los
heredan, aunque esto no sea cierto.
111
b)
Los medios de educación no formal, en un
esfuerzo por simplificar las ideas, llevan a
confusiones
e
interpretaciones
equivocadas. “Solo los animales más
fuertes o inteligentes sobreviven” es un
ejemplo de lo que se menciona en un
programa de televisión sobre evolución
(Bishop y Anderson, 1990) o “el hombre
viene del mono”, frase atribuida a Darwin
que supuestamente resume su teoría
(Guillen,
1992).
Existen
modelos
cognitivos con base en el sentido común
que son muy resistentes al reemplazo por
modelos
validados
científicamente
(Greene, 1990). La enseñanza del
desarrollo histórico del pensamiento
evolutivo es muy importante, ya que de
esta manera pueden darse cuenta de la
forma en que los conceptos similares a
los que poseen se modificaron por la
aparición de nueva evidencia (Engel y
Wood, 1985ª).
A continuación presentare una serie de
sugerencias puntuales para la enseñanza de la
evolución en la secundaria.
•
•
112
Es muy importante que se abunde en el
diseño de actividades experimentales que
permitan al alumno reconocer principios
evolutivos básicos, como selección natural
o herencia de caracteres adquiridos.
Tradicionalmente la evolución ha sido
catalogada como un cuerpo teórico que no
puede demostrarse experimentalmente.
W.J. Crozier explicaba en 1930 a sus
alumnos de Harvard en su curso
introductorio a la biología: “La evolución
no es ciencia: ustedes no pueden
experimentar con dos millones de años”
(Smocovitis, 1992). En realidad este
prejuicio aun existe en el ámbito escolar:
frecuentemente los maestros piensan que
no
es
posible
contar
con
apoyo
experimental para sustentar el tema. Sin
embargo, existen muy diversas fuentes de
experimentación que pueden demostrar
principios evolutivos elementales, por
ejemplo, sobre selección natural (Allen y
cols., 1987) y selección sexual (Adams y
Greenwood, 1987).
Es necesario que los maestros puedan
diseñar situaciones problema que le
permite
al
alumno
plantearse
explicaciones acerca de los mecanismos
de cambio. Angseesing (1978) sugiere que
una de las formas que el alumno pueden
erradicar
el
pensamiento
de
tipo
Lamarckiano es mediante de la solución de
problemas que le permitan detectar las
fallas de la teoría propuesta por Lamarck,
por ejemplo: la polilla Biston betularia se
presenta en dos variedades con colores
distintos: claro y oscuro. En una zona
urbana el 90% de los individuos son
oscuros mientras que en una zona rural
son menos del 10%. Se pueden ofrecer
cuatro hipótesis:
a) El color se determina genéticamente y las
diferentes frecuencias de las dos formas
en las dos áreas se deben a que varían en
su habilidad para sobrevivir en cada
ambiente.
b) El color es determinado genéticamente y
las diferentes frecuencias de las dos
formas se deben al azar.
c) Cada polilla tiene habilidad de cambiar de
color para parecerse a su ambiente
d) El color es determinado genéticamente y
las diferentes frecuencias de las dos
formas en las dos áreas se deben a que
cada polilla busca un fondo que no
contraste con su propio color.
Un Biólogo decide distinguir entre estas
hipótesis liberando un número determinado de
polillas marcadas para luego recapturarlas.
a) ¿Es necesario que libere polillas de ambos
colores?
b) Si lo hace, ¿debería marcar a los dos tipos
de polillas de manera diferente?
c) ¿Debería liberar
localidades?
polillas
en
las
dos
d) ¿Existe alguna ventaja en liberar sólo
polillas oscuras en un ambiente claro?
* La conceptualización del proceso mediante
algunas
herramientas
como
mapas
conceptuales
(MC)
presentan
relaciones
significativas entre proposiciones que se
articulan a través de unidades semánticas de
manera esquemática. Los MC permiten llamar
la atención sobre las ideas más importantes
en un proposición, así como las relaciones
entre los significados de los conceptos. En
nuestro caso, parten de la premisa de que la
biología puede ser enfocada como un sistema
conceptual.
Los MC deben ser jerárquicos, con los
conceptos más generales en la parte superior
y los conceptos más específicos en la parte
inferior. Un mismo concepto puede ser
manejado de diferentes maneras en distintos
MC.
Los MC le permiten al alumno reconocer las
conexiones entre los diferentes tópicos del
conocimiento. El profesor los puede utilizar
para determinar las rutas que se siguen para
organizar los significados y además deslindar
la información relevante de la trivial. Un
aspecto muy importante es que los MC son un
instrumento
de
evaluación
de
la
significatividad del aprendizaje, aspecto muy
difícil de medir valiéndose de otras técnicas.
En particular, el análisis conceptual de un área
del conocimiento biológico es un ejercicio muy
importante a través de esta técnica (Okeke y
Wood, 1980). Un estudio realizado por
Okebukola (1990), demostró que la aplicación
de la técnica de mapas conceptuales mejoraba
significativamente el aprendizaje de varios
conceptos de la genética y de ecología en una
población de estudiantes con edades entre los
15 y 16 años. Un posible ejemplo se sugiere
en la figura A.
•
Se debe ilustrar por medio de ejemplos
que la explicación lamarckiana n funciona,
en lugar de pedirles a los alumnos que
acepten
las
ideas
del
profesor.
Frecuentemente los maestros confían en
que el impartir un tema los alumnos
tomaran estas ideas, aun cuando se
encuentren en conflicto con sus propias
explicaciones. En muchos casos el alumno
“negocia” y le ofrece a su maestro la
explicación que éste demanda, sin que
esto
implique,
necesariamente
la
aceptación de sus ideas.
proporcionen elementos
sociales y personales.
con
significados
La evolución es sin duda el concepto más
global y unificador en biología y así lo han
reconocido los nuevos programas elaborados
por la SEP.
Es necesario, en consecuencia, que los
maestros cuenten con elementos que le
permitan una transmisión más eficaz de este
tema.
CUESTIONARIO
1.- ¿CUÁL ES LA IMPORTANCIA DE ENSEÑAR
EVOLUCIÓN EN LA ESCUELA SACUNDARIA?
2.- ¿CUÁLES SON LAS CONCEPCONES
ERRÓNEAS MÁS FRECUENTES EN TORNO A LA
EVOLUCIÓN BIOLÓGICA?
3.- ¿CUÁLES SON LAS PRINCIPALES RAZONES
QUE LIMITAN EL APRENDIZAJE DE LA
EVOLUCIÓN?
4.- ¿QUÉ TIPO DE ESTRETEGIAS DIDÁCTICAS
SE
REQUIEREN
PARA
FACILITAR
EL
APRENDIZAJE DE LA TEORÍA EVOLUTIVA?
Para evitar este problema los maestros deben
ofrecer, además de una explicación, ejemplos
significativos y comprensibles para los
estudiantes.
IV: CONCLUSIÓN
En el contexto de la reforma a los programas
de biología, resulta fundamental el análisis de
las ideas que los niños manejan antes de
tener contacto formal con explicaciones
científicas. A partir de este análisis se deberán
diseñar instrumentos didácticos que permitan
incidir en estas ideas y aprovecharlas para un
aprendizaje efectivo y duradero.
Resulta claro que las dificultades que
tradicionalmente ha presentado la transmisión
de conceptos científicos en la escuela, solo
podrán superarse en la medida que seamos
capaces de transformar las estrategias
educativas tradicionales, que han privilegiado
el enciclopedismo y la información, en otras
nuevas que tomen en cuenta la estructura del
conocimiento de los estudiantes y les
113
DARWIN Y WALLACE
(FRAGMENTO)
FEDRO CARLOS GUILLÉN
INTRODUCCIÓN
La ciencia es una actividad realizada por seres
humanos por lo tanto en su historia
encontramos una gran cantidad d hechos tan
cotidianos como los miedos, angustias y
malos entendidos de nuestras propias vidas.
En este texto, donde se narra la preocupación
de Darwin al conocer que alguien más
compartía sus ideas sobre la evolución,
encontramos un ejemplo de ello.
GUILLÉN, FEDRO C. (1994), “LAS CARTAS
MARCADAS: DARWIN Y WALLACE”, EN LA
JORNADA SEMANAL, NÚM. 256, PP.26-30.
El 24 de noviembre de 1859, Darwin publico
su teoría evolutiva en el libro que todos
conocemos como El origen de las especies. La
edición consto de 1250 ejemplares que se
agotaron el mismo día pese a que Darwin, en
una carta que envío a Charles Lyell en
septiembre
de
ese
año,
decía
¿Con
ingenuidad?: “Murray ha impreso 1250 copias,
lo cual me parece una edición demasiado
voluminosa, pero espero que no sufra
perdidas”. De tal evento, que sentó las bases
de la biología moderna se pueden desprender
dos hechos: a) ¿cómo demonios se agoto la
edición en un solo día?, y b) Darwin tenia la
modestia de una señorita victoriana. Un tercer
hecho, que me dejo muy impresionado lo
explico mi maestra de evolución, la popular
Berthita, una mujer que considerando su
edad, probablemente fue testigo de los
hechos. Al iniciar su explicación nos dijo
suspirando como Margarita Gauthier: “hay
muchachos, y pensar que todo empezó con
una carta...”
La carta a la que se refería la maestra Berthita
fue recibida por Charles Darwin el viernes 18
de junio de 1858, el remitente era Alfred
Russel Wallace un joven naturalista que
trabajaba en el archipiélago Malayo. Después
de una aguda crisis de fiebre, Wallace se
había levantado de la cama para escribir un
pequeño ensayo al que llamó On the tendency
of varieties to depart indefinitely from the
iriginal type (Sobre la tendencia de las
variedades a diferenciarse indefinidamente del
tipo original): al terminar su trabajo Wallace
escribió una carta a Darwin, en la que pedía
sum opinión y la consideración de que hiciera
114
llegar, si lo creía adecuado, su trabajo a
Charles Lyell, eminente geólogo amigo de
Darwin. La carta enviada el 12 de marzo tardo
(eran otros tiempos) 99 días en llegar a
Inglaterra y su impacto fue brutal; Charles
Darwin escribió el mismo día que la recibió
una nota para Lyell que revelaba su
consternación: “Sus palabras han resultado
ciertas, con el agravante que se me han
adelantado”.
¿En que se le habían adelantado? Pues en la
primicia de la teoría evolutiva, Wallace
exponía un resumen de las ideas que le había
tomado más de 20 años elaborar a Darwin,
quien por cautela no las había hecho publicas.
Nos encontrábamos con el escenario de un
drama perfecto; por un lado, un hombre de
49 años (Darwin) acumulando las evidencias
de una vida para proponer la teoría más
revolucionaria desde que Newton transformo
el pensamiento científico. Por otro, un joven
(Wallace) que había tenido un chispazo genial
y lo daba a conocer por medio de la dichosa
carta.
La prioridad de las ideas efectivamente
correspondía a Darwin quien llevaba muchos
años pensando sobre el asunto. El 14 de mayo
de 1856 había iniciado un libro en el que
explicaría su teoría, que fue interrumpido en
junio de 1858 cuando recibió la carta de
marras. Sin embargo, ese no era el punto;
Wallace sin conocimiento de la teoría
Darwiniana si había transmitido sus ideas y en
consecuencia podría: a) asumir la paternidad
de la teoría, o b) confiar en una respuesta que
con tres gotas de mala intención podría ser
interpretada como un plagio desvergonzado:
“¿Qué cree? Lo que usted me expone ya l
había pensado”.
Desde luego si yo hubiera sido Wallace, ante
la pobre evidencia le hubiera metido una
demanda a Darwin que todavía estaría
pagando sus herederos pero no es el caso; ni
soy inglés, ni tengo 25 años, y mucho menos
soy un caballero.
Por alguna razón, que espero que usted
comparta querido lector, analizar como se
desarrollaron los hechos me parece fascinante
y para ello confiaremos en las evidencias
históricas.
Veamos:
El 1º de mayo d 1857, Darwin escribió a
Wallace: “Es realmente imposible explicar mis
teorías(en la extensión de una carta), sobre
las causas y medios de variación en estado de
naturaleza”. La demostración de que se
equivocaba la recibió por parte de Wallace dos
años después.
pudiera honradamente publicarlo haría constar
lo que me induce a publicar ahora el esbozo.
Es decir, era perfectamente posible explicar la
teoría de una carta.
Me gustaría enviar a Wallace una copia de mi
carta a Asa Gray para demostrarle que no le
he robado su teoría. A propósito, ¿tendría
inconveniente en enviar ésta con su respuesta
a Hooker y que él a su vez la envié a mí?
Porque así tendré la opinión de mis dos
mejores y más comprensivos amigos. He
escrito esta carta lleno de tristeza, y lo hago
ahora para poder olvidarme de este asunto
por algún tiempo; estoy agotado de tanto
meditar... no lo volveré a molestar ni a
Hooker ni a usted acerca de este asunto.
El 18 de junio de 1858, día que recibe la
comunicación de Wallace, en una amarga
carta a Lyell, Darwin tira la toalla en el primer
round:
(Nunca he visto una coincidencia más
sorprendente. ¿Si Wallace tuviera la copia de
mi esquema hecha en 1842 no podría haberlo
resumido mejor! Sus mismos términos son
ahora los títulos de mis capítulos. Por favor
devuélvame el manuscrito; el no ha
demostrado su deseo de que yo lo publique,
pero naturalmente voy a escribir ofreciéndolo
a alguna revista. De este modo mi
originalidad, cualquiera que sea, va a quedar
destruida, pero mi libro si es que tiene algún
valor, no sufrirá deterioro, ya que todo el
trabajo consiste en la aplicación de la teoría.
Espero que de el visto bueno al esquema de
Wallace para poder comunicarle su opinión).
Esto quería decir que Darwin renunciaba a la
paternidad, cumplía las indicaciones de
Wallace y esperaba los comentarios de Lyell.
Sin embargo, para el buen Charles el golpe
era demasiado fuerte. Su correspondencia de
los siguientes días nos demuestra a un
hombre atormentado por su enorme deseo de
no perder el derecho sobre sus ideas en
esquizofrénico conflicto con su honestidad
victoriana. Para curarse en salud, Darwin hizo
algo que le era muy común: pidió consejo. En
solo ocho días su renuncia se convirtió en la
claridad de que la teoría era originalmente
suya. El 25 de junio de 1858, le escribió
nuevamente a Lyell:
“No hay nada en el esquema de Wallace que
no este mucho más completo en el mío, que
copie en 1844... envié un breve boceto, del
que conservo una copia de mis teorías, a Asa
Gray, de modo que podría con toda exactitud
decir y probar que no he tomado nada de
Wallace. Me gustaría muchisimo publicar
ahora un resumen de mis teorías generales
pero no logro convencerme de que puedo
hacerlo honradamente. Wallace no dice nada
de publicarlo, le adjunto su carta. Pero como
yo no había pensado sacar a la luz resumen
alguno, ¿Puedo hacerlo honradamente aunque
Wallace me haya enviado un esquema de su
doctrina? Preferiría quemar mi libro entero
antes de que él u otro cualquiera pensara que
ha obrado indignamente.
¿No cree que el hecho del que él me haya
enviado el esquema me ata las manos?... si
En buen español, Darwin recurrió a la
famosísima frase “te digo Chana para que me
entiendas Juana”. No quería parecer un
abusivo, pero tampoco ceder sus derechos.
Por supuesto no le escribió a Wallace (que
hubiera sido correcto), sino a dos amigos cuya
incondicionalidad hacia él era manifiesta.
Seguramente pasó muy mala noche ya que al
día siguiente, 26 de junio de 1858, y pese a la
advertencia de no volver a molestar con la
historia de la carta, molesto a Lyell enviándole
una nota:
Querido Lyell: perdóneme que añada una
posdata que refuerce en lo posible los
argumentos contra mí. Wallace podría decir:
“no pensó usted en publicar un estrato de sus
teorías hasta que recibió mi comunicación. ¿Es
justo que se aproveche de que yo, libremente
y si que usted me lo pidiera, le informara de
mis ideas, y que impida de ese modo que yo
adelante?”. Si publicara inducido por el hecho
de saber privadamente que Wallace está en la
misma línea, seria un abuso. Se me hace duro
verme así obligado a perder mi prioridad de
muchos años, pero no estoy del todo seguro
que eso altere la justicia del caso. La primera
impresión es la que vale, generalmente, y lo
primero que yo pense fue que no seria
honrado publicar ahora.
¡Bingo! Darwin planteaba todas las objeciones
que cualquier persona razonable encontraría
en el hecho de que publicara sus ideas. Sin
embargo, en lugar de aceptar estas
objeciones, siguió escribiendo cartas. El 29 de
junio, en respuesta a una misiva de Joseph
Hooker, señalo:
Acabo de leer su carta y veo que quiere los
artículos en seguida, le envío el de Wallace y
el resumen de mi cata a Asa Gray, que
expone muy imperfectamente sólo los medios
de cambio, y no alude a las razones que
apoyan la convicción de que las especies
cambian efectivamente. Me atrevería a decir
que es demasiado tarde. Ya apenas me
115
preocupa, le envío mi esquema de 1848 solo
para que pueda ver de su propio puño y letra
que lo leyó. Ya no puedo soportar verlo. No le
dedique demasiado tiempo. Es una bajeza por
mi parte preocuparme de la prioridad.
Por supuesto, es una carta muy rara, Darwin
recuerda al personaje de las películas que
grita que no esta triste mientras se limpia las
lagrimas. Por otro lado encuentra que su carta
a Asa Gray, que él veía como la evidencia de
su anticipación, no es tan completa como
parecía. Los hechos indican que realmente no
había nada que hacer.
Y sin embargo, se hizo.
El 1º de julio de 1858, apenas dos días
después, Charles Lyell y Joseph Hooker se
presentaron ante la Linnean Society para leer
una memoria del trabajo Darwin-Wallace en el
que se incluían párrafos del resumen de 1844
y parte de una carta de 1857 dirigida a Asa
Gray. El aparente acuerdo era (en versión de
Lyell y Hooker) el que sigue:
Darwin estimaba que el valor de las teorías
que se exponían en el trabajo de Wallace era
tan grande que le propuso a Lyell que
obtuviera su permiso para publicar dicho
trabajo. Así se convino con la condición de
que Darwin no ocultara del publico, como
quería, la memoria que él había escrito sobre
el mismo tema, que uno de nosotros había
leído en 1844, y cuyo contenido habíamos
conocido ambos en secreto durante muchos
años. Cuando expusimos esto a Mr. Darwin. Él
nos dio permiso para utilizar su memoria
como consideráramos conveniente.
Después de leer lo anterior cualquiera podría
pensar que:
a) Darwin le pidió a Lyell que publicara la obra
de Wallace.
b) Darwin quería ocultar
manuscrito de 1844.
del
publico
su
c) Lyell tuvo que convencer a Darwin para
que su trabajo fuera presentado.
Todo lo anterior, me parece no tiene nada que
ver con la realidad. Darwin hubiera dado un
brazo por encontrar una salida honorable que
le permitiera mantener la prioridad de sus
ideas. La lectura y posterior publicación del
trabajo “conjunto” fue la solución.
Darwin concluye en una carta que dirige a
Hooker, el 13 de julio de 1858, su alivio e
evidente:
Su carta a Wallace me parece perfecta,
clarisima y sumamente cortas. No creo que
116
pudiera mejorla y la he enviado hoy con otra
mía. Siempre pense que era muy posible que
alguien se me adelantara, pero imaginaba que
tenia un alma lo suficientemente grande para
no preocuparme por ello; ahora me encuentro
equivocado y castigado; sin embargo, me
había resignado totalmente, y ya tenia media
carta escrita a Wallace cediéndole toda
prioridad: no habría cambiado, ciertamente, si
no hubiera sido por su extraordinaria
amabilidad, la de Lyell y la suya. Le aseguro
que soy consciente de ella y que no la
olvidare. Estoy más satisfecho por lo que
ocurrió en la Linnean Society. Había supuesto
que su carta y la mía a Asa Gray no serian
más que un apéndice al trabajo de Wallace...
El 18 de julio le escribe a Lyell:
Nunca le he agradecido lo bastante los
extraordinarios esfuerzos y amabilidad que ha
demostrado conmigo en el asunto de Wallace.
Hooker me dijo que lo hicieron en la Linnean
Society y estoy contentisimo; no creo que
Wallace pueda considerar mi conducta desleal,
si permito que usted y Hooker hagan lo que
consideran justo...
Darwin se maneja como un hombre a punto
de ser lo correcto que es convencido a la
ultima hora. El argumento final que utiliza es
lamentable;
al
deslindarse
de
su
responsabilidad como el destinatario de la
carta
de
Wallace,
Darwin
muestra
nuevamente esta actitud de “ya que insisten”
que mantuvo durante toda el proceso.
Wallace jamás fue consultado sobre esta
decisión, y sin embargo, se comporto como un
perfecto caballero y siempre reconoció la
prioridad de Darwin. El 3 de diciembre de
1887 (ya fallecido Darwin) escribió una carta
A. Newton que refleja su visión del asunto:
...En aquel tiempo y no tenia n la más remota
idea de que él había llegado ya una teoría
definida, y aún menos de que esta era la
misma que a mí se me había ocurrido de
repente en Ternate, en 1858...
No es que hubiera pensado en morirme
(wallace había pasado por un ataque de
fiebre) pero si pensaba en desarrollarla (la
teoría) todo lo posible, cuando volví a casa sin
suponer en absoluto que Darwin se me había
adelantado tanto. Puedo decir con toda
verdad ahora, como dije hace muchos años,
que me alegro de que fuera así; porque yo no
siento el amor por el trabajo, por la
experimentación y el detalle que eran tan
preeminentes en Darwin y sin el cual nada de
lo yo pudiera haber escrito habría convencido
al mundo...
Paradójicamente la respuesta de la Linnean
Society ante el comunicado fue gélida, no
hubo cuestionamiento ni polémicas series.
Pero eso no preocupó a Darwin. A finales de
julio inicio la redacción de El origen de las
especies. En el primer párrafo hizo referencia
al comunicado de Wallace. El 24 de noviembre
de 1859, el libro se puso a la venta y los 1250
ejemplares volaron el mismo día, asunto que
me parece un misterio. ¿Había acaso 1250
personas ávidas de leer la teoría sin poder
esperar al día siguiente? Aparentemente sí. El
libro completó seis ediciones y se constituyó
sin duda alguna en la piedra fundamental
sobre la que descansa el conocimiento
biológico moderno.
Charles Darwin murió en 1882 a los 74 años.
Fue enterrado en la abadía de Westminster,
muy cerca de la tumba de Isaac Newton.
Me parece necesario concluir que si la
participación de Darwin en el caso de Wallace
dejó mucho que desear, ello en nada demerita
su espléndida contribución al pensamiento
biológico. Charles Darwin demostró que una
mente sistemática y genial es capaz de vencer
el desafío más notable –pese a rendirse
eventualmente ante las debilidades tan
propias de la condición humana.
NOTAS
1.- Las cartas que se citan en este texto se
encuentran en Charles Darwin: autobiografía y
cartas escogidas, 2, selección de Francis
Darwin, Alianza Editorial, Madrid, 1984.
2.- las cursivas que aparecen en las cartas
son mías.
CUESTIONARIO
1.- ¿qué hubiera hecho si fuera Darwin? ¿Cree
que resolvió bien el problema?
2.- ¿Cree la condición de científico libera a las
personas de los problemas y conflictos de
cualquier ser humano?
3.- ¿Por qué cree que existe el mito de los
científicos como personas alejadas de la
realidad,
que
viven
aisladas
en
sus
laboratorios? ¿Cómo podemos modificar esta
concepción en nuestros alumnos?
117
LAS MUSAS DE DARWIN
(FRAGMENTO)
JOSÉ SARUKHÁN
INTRODUCCIÓN
En este fragmento de su libro Las musas de
Darwin, dedicado a relatar la historia del
nacimiento de la teoría de la evolución de
Charles Darwin, el doctor José Sarukhán,
distinguido ecólogo mexicano, presenta una
explicación difícil de superar, por su brevedad,
concisión y exactitud, de los conceptos
fundamentales de dicha teoría.
SARUKHÁN, JOSÉ (1989), LAS MUSAS DE
DARWIN, FCE (LA CIENCIA DESDE MÉXICO),
PP.254-260 Y 283-288.
LOS PILARES DE LA SELECCIÓN NATURAL
Darwin se basó en cuatro elementos centrales
que son, en forma muy cercana, el resultado
de la influencia de las musas a las que me he
referido en este libro. Como ya también lo
mencioné, esos elementos no tuvieron una
secuencia especial, ni creo que uno de ellos
tenga notablemente más peso que los otros.
El orden en el que me referiré a ellos es el que
me parece que puede haber ocurrido
cronológicamente en el desarrollo de las ideas
de Darwin.
1.La
variabilidad
potencialidad.
individual
y
su
Todos los miembros de una especie difieren
entre sí. Aunque no las podamos detectar
fácilmente en muchas especies, las diferencias
entre los individuos son tan marcadas como
las que podemos reconocer de inmediato
entre los integrantes de la especie humana.
Esas diferencias individuales, como también
ocurre en el hombre, no solamente se refieren
a características morfológicas, sino también a
aspectos fisiológicos y de comportamiento. Sin
embargo,
esa
variabilidad
morfológica,
fisiológica y de comportamiento puede tener
otro origen. Una fuente de variabilidad es
intrínseca al individuo, es decir, tiene origen
genético y por lo tanto puede transmitirse a
los descendientes. Otra fuente es la influencia
de los factores del ambiente, tales como la
temperatura, las características del alimento,
la educación en el caso del hombre, etc., esta
variabilidad de origen ambiental no es
heredable.
Aunque estas dos fuentes de determinación
de atributos de los individuos están bien
establecidas, determinar en que proporción
118
son causantes de las características de los
individuos ha sido uno de los problemas más
añejos y difíciles de resolver en la biología. La
heredabilidad de un atributo requiere que se
conozca la variabilidad total del mismo en
toda la especie para determinar, por medio de
laborioso experimentos de cruzamiento y por
observación, qué tanto de dicha variabilidad
es heredada y qué tanto está causada por el
ambiente. Lo anterior es menos difícil cuando
se trata de atributos o características
sencillas, como las que Mendel observó en los
chícharos, (con los que definió sus leyes de la
herencia) o como las características de los
grupos sanguíneos humanos. El problema se
torna en extremo difícil cuando se intenta
establecer en que proporción la herencia o el
ambiente determinan características mucho
más
complejas
como
la
capacidad
reproductora de los individuos de una especie
o la inteligencia en el hombre. Es necesario
aclarar que además de la variabilidad
individual, se pueden distinguir dos categorías
más de variación dentro de una especie: la
variación geográfica y el polimorfismo. La
primera implica cambios mucho más notables
que sutiles y diferencias entre los individuos
de una población y ocurre por lo general entre
individuos
de
la
misma
especie,
pertenecientes
a
regiones
geográficas
diferentes. Un ejemplo bien conocido de dicha
variabilidad son las diferencias entre razas
humanas típicas de diferentes regiones del
planeta, que aún podemos reconocer a pesar
de la considerable mezcla racial que existe en
la actualidad. A diferencia de la variabilidad
entre los individuos de una población, la cual
ocurre preponderantemente al azar, la
variabilidad geográfica tiene por lo general
valores de tipo adaptativo, ya sea el clima u
otros factores ambientales.
Usando el nuevo ejemplo de las razas
humanas, la pigmentación de la piel en las
razas africanas es una protección contra el
exceso de radiación solar de las latitudes
ecuatoriales, mientras que en latitudes más al
norte, la menor incidencia de radiación solar
favorece la posición de pieles mucho menos
pigmentadas, las cuales dejan pasar más
radiación ultravioleta, que es en buena parte
causante de la fijación de la vitamina D.
Desde luego, esta variabilidad geográfica
ocurre en todas las especies, animales o
plantas,
que
tienen
una
distribución
geográfica lo suficientemente amplia como
para que en ellas se presenten variaciones
ambientales.
El polimorfismo es un fenómeno que ocurre en
una misma área y, como su nombre lo
denota, se refiere a la existencia de varias
formas de la misma especie en el mismo
lugar. Esta variación puede expresarse en
características morfológicas externas muy
notorias como la coloración o el tamaño del
cuerpo, o bien en características detectables
sólo por medios indirectos. Entre el primer
grupo podemos citar las grandes diferencias
que existen entre los machos y las hembras
de muchos animales (aves o insectos, por
ejemplo) o bien entre las hembras de muchas
especies de mariposas, como es el caso de las
hembras de la mariposa monarca, Danaus
plexippus: este marcada polimorfismo de las
hembras de los lepidópteros ha sido
seleccionado
como
un
mecanismo
de
protección contra la depredación por aves, ya
que al copiar varios modelos de mariposas de
sabor desagradable, pueden engañar más
fácilmente a sus depredadores y por lo tanto
tienen mayores probabilidades de sobrevivir.
Un ejemplo de polimorfismo oculto muy bien
conocido por nosotros es el caso de los tipos
sanguíneos presentes en nuestra especie, los
cuales solamente pueden reconocerse por
medio de una química en la sangre. Cada uno
de nosotros pertenece a uno de los cuatro
tipos básicos existentes (A, B, AB, y O) y no
se presentan casos intermedios
Los anteriores ejemplos de las muchas
variantes que ocurren en la naturaleza. No
obstante, la variabilidad que primeramente
llamó la atención de Darwin fue la que
expresa como resultado de la acción del
hombre en el proceso de domesticación de
animales y plantas. Pero probablemente lo
que le impresionó más fue el enorme
potencial que dicha variabilidad tenia para
expresarse, como resultado de un proceso
selectivo del hombre. Darwin tuvo amplia
oportunidad para observar y estudiar tanto la
variación
resultante
del
proceso
de
domesticación como la encontró en la
naturaleza durante su viaje alrededor del
mundo, en especial en las islas Galápagos.
2. -La transmisión a la progenie de las
características variables.
La variabilidad observada entre los individuos
puede tener causas exógenas (el ambiente) o
endógenas (las características genéticas).
Darwin no tenia conocimiento de la forma en
que la variabilidad heredada era transmitida a
los descendientes, aunque le era evidente que
si las características favorables de los padres
seleccionados por el ambiente no eran
transmitidas a sus descendientes, no habría
forma de que ocurriesen cambios en los
atributos de la población y por lo tanto no
ocurriría una transformación, o evolución, en
las especies. La selección bajo la influencia de
la
domesticación
lo
había
convencido
(correctamente) de ello; solo que ignoraba el
mecanismo por el que operaba la herencia. El
problema le interesaba de manera especial e
incluso... llegó a proponer, en forma errónea,
mecanismos por los cuales ahora llamamos la
información genética podría ser transmitido de
padres a hijos. Los mecanismos de la herencia
no fueron conocidos en forma cabal hasta el
redescubrimiento de la obra de Gregor Mendel
a principios del actual siglo cruciales no solo
para explicar muchos aspectos que Darwin no
pudo entender por falta de información, sino
también para propiciar un avance en el
pensamiento darwiniano.
3. - las especies dejan más de la que es
posible que sobreviva.
Como resultado de la capacidad potencial de
crecimiento exponencial de las especies, éstas
generan un número muy superior de
individuos de los que normalmente podrían
establecerse. Por ejemplo, los abetos de un
solo bosque requieren que una sola plantula
logre establecerse para reponer cada uno de
los individuos presentes; sin embargo, cada
árbol de abeto puede producir cada año
decenas de miles de semillas, de las cuales es
probable que no llegue a establecerse, como
plantula, una sola. ¿Por qué este aparente
desperdicio de energía y recursos? En realidad
no se trata de un desperdicio, sino de un
mecanismo de seguridad por parte de los
organismos ante lo imprevisible y variable de
los factores ambientales causantes de los
factores
ambientales
causantes
de
la
mortalidad de la progenie. Las causas de
selección
natural
han
favorecido
los
comportamientos de los individuos que dejan
progenies muy elevadas, con objeto de que se
incrementen las probabilidades de que
algunos vástagos pueden sobrevivir a todas
las causas de la mortalidad. Aquellos
genotipos que no tienen ese comportamiento
no llegan a dejar suficiente progenie para que
al menos algún vástago sobreviva, por lo que
tienden a desaparecer de la población.
Cuando visitamos un bosque, apreciamos un
número determinado de árboles de cada
especie, de las plantas herbáceas, de aves, de
insectos, etc.
Ninguno de estos organismos se presenta en
una sobreabundancia tal que desplace a los
demás componentes de la comunidad. Las
poblaciones de cada especie se encuentran en
119
estado de equilibrio, es decir, su densidad no
oscila sensiblemente de un año al siguiente.
Este equilibrio poblacional es alcanzado
mediante la mortalidad de un elevadisimo
número de individuos, en especial en formas
de edad muy temprana, como semillas,
plántulas,
huevecillos,
estados
larvarios
tempranos, etc. Los factores causantes de esa
regulación del tamaño varían para cada
especie y por lo general actúan de forma
diferente.
4. - la lucha por la existencia.
Si en una comunidad se presenta un número
de individuos que excede a los recursos
disponibles para sobrevivir, forzosamente
ocurrirá la mortalidad, que por lo general es
proporcional
al
exceso
de
individuos.
Recordemos que los recursos necesarios para
la sobrevivencia de un individuo son diversos
y pueden constituir tanto componentes físicos
como biológicos del ambiente. Estos recursos
son variados en extremo: agua en el suelo
para las plantas, nutrientes, luz, presas para
los depredadores espacio físico para llevar a
cabo el cortejo, parejas para aparearse, sitios
para anidar, etc. Cuando los recursos no se
encuentran en suficiente disponibilidad, un
individuo tiene que competir por ellos con
otros individuos, ya sea de la misma o de
diferentes especies. La lucha por la existencia,
por lo general a través de la competición por
recursos insuficientes, tiene como resultado
dos elementos cruciales que determinan la
mayor o menor adecuación de un individuos a
un ambiente determinado: la sobrevivencia y
la capacidad de dejar más descendencia.
Aparte de la competición por recursos, los
esfuerzos para escapar del efecto de los
depredadores es otra forma de lucha por la
existencia.
No es fácil apreciar la extensión de la lucha
por la existencia si no se percibe que las
especies tienen capacidad potencial de
crecimiento exponencial. Este punto no le fue
claro a Darwin hasta que leyó a Malthus a
fines de septiembre de 1838, y percato de la
capacidad de crecimiento numérico de las
especies y la disparidad de los recursos
disponibles para ellos. El hecho de que este
elemento también haya inspirado a Wallace,
para que paralela e independiente de Darwin
concibiese la selección natural como el
mecanismo causante de la evolución subraya
la enorme importancia de la idea central de la
doctrina
malthusiana:
el
potencial
de
crecimiento exponencial de las especies.
En consecuencia...
120
Los cuatro elementos centrales de la teoría de
la evolución se concatenan fácilmente para
hacer de la selección natural el mecanismo
más importante de ese proceso de cambio en
las especies. Todas las especies dejan más
progenie que la necesaria para reproducirse,
pero ninguna alcanza a “inundar” la Tierra
debido a que los recursos no son suficientes
para todos los individuos y a que existen
competidores y depredadores, por lo que
solamente algunos individuos alcanzan la
madurez y se reproducen. Los factores de
mortalidad que regulan el tamaño de las
poblaciones
no
actúan
en
forma
indiscriminada. Debido a que todos los
individuos son diferentes, su susceptibilidad a
los diferentes componentes de la lucha por la
existencia también lo es, por lo que algunos
individuos tienen mayor probabilidad de
sobrevivir y reproducirse que otros. En otras
palabras, ante la variabilidad individual., El
efecto de la lucha por la existencia sobre las
probabilidades
de
sobrevivencia
y
reproducción de los organismos no es al azar,
sino selectivo. Los individuos mejor adaptados
al ambiente en el que viven serán los que
tengan mayor probabilidad de sobrevivir y
dejar más progenie. Si las diferencias que
distinguen a los individuos que mejor
adaptados son heredables entonces es posible
que las características que favorecen las
probabilidades
de
sobrevivencia
y
reproducción de un individuo sean heredadas
a su progenie, lo cual poseerá las mismas
ventajas adaptativas que sus padres. Los
individuos que tienen bajas probabilidades de
sobrevivencia o de reproducción, dejaran poca
o nula progenie. En consecuencia, en el
transcurso de númerosas generaciones, si las
condiciones
ambientales
se
mantienen
constantes, la proporción de individuos bien
adaptados tendera a aumentar, así como la
probabilidad de que la progenie entre ellos
provenga en forma creciente de la cruza entre
padres cada vez mejor adaptados. El
mecanismo al que se deben estos cambios en
las características de una población es la
selección natural y su resultado es la
evolución orgánica.
La lectura continuada de las frases de cursivas
del párrafo anterior representa una síntesis de
los elementos fundamentales de la evolución
por medio de la selección natural, tal como lo
propuso Darwin.
Sin embargo...
El ambiente físico y biótico en el que viven los
organismos es esencialmente variable, no solo
de un lugar a otro sino también en el tiempo.
Las características que hacen a un individuo
adaptado frente a determinadas condiciones
ambientales pueden resultar inadecuadas
entre condiciones diferentes. Las escalas
temporal y espacial de esta variabilidad
ambiental
son
enormes.
Regiones
del
territorio de nuestro país, como la mayor
parte de la Sierra Madre Oriental, estuvieron
cubiertas por el mar en periodos tan
“recientes” como hace unos 120 millones de
años o menos; la porción superior de la
península de Yucatán al norte de Mérida
estaba sumergida hace no más de unos
cuantos millones de años. Durante la ultima
glaciación, hace unos 40000 años, la
temperatura media anual del valle de México
era de 4 a 5.5ºC más baja que la actual, de
manera que se hubiera podido esquiar
regularmente todos los inviernos en las
montañas aledañas al Distrito Federal. La
contaminación atmosférica de la ciudad de
México ha modificado tan profundamente las
condiciones de los bosques alrededor del
Ajusco, que algunas especies de plantas se
han reducido en número y otra incrementado.
Las heladas de un invierno más intenso que
otro matan a ciertas plantas de la misma
especie en un jardín y no a otras. De igual
manera, la escala de variación espacial es
enorme, desde la evidente y conocida
comprobación de que el clima de Tapachula es
muy diferente al de Mexicali, hasta la de los
distintos crecimientos de dos plantas situadas
en diferentes partes de un pequeño jardín.
Llevando esta idea a un extremo, no hay en la
naturaleza dos “trozos” de ambientes que
sean idénticos. Como consecuencia de esta
variabilidad
ambiental,
ninguna
especie
presenta una distribución homogénea en este
planeta; todas tienen una distribución que
podemos calificar de “agregada”, es decir, de
mayor concentración en ciertas arreas y
escala o nulas en otras. Incluso la especie
humana,
quizá
la
más
ampliamente
distribuida de todas gracias a su, ingenio
tecnológico, sigue ese patrón agregado de
distribución, con altas concentraciones en
ciertas arreas y escasa o nula población en
otras, como en el Ártico, las grandes zonas
desérticas, etc.
mendelianos sostenían que la aparición de la
nuevas especies obedecía exclusivamente a la
ocurrencia de mutaciones cuyos efectos eran
de gran envergadura, a las que llamaron
macromutaciones, esta explicación se oponía,
desde luego, al principio darwiniano de
evolución por medio de la acumulación de
cambios casi imperceptibles en las especies.
Esta polémica termino cundo se extendió el
campo de la genética experimental, en buena
parte iniciada por los estudios de Thomas
Hunt Morgan con Drosophila, y cuando
algunos genetistas con excelentes bases
metodológicas y matemáticas encontraron que
las mutaciones que producían cambios
importantes eran más bien la excepción que la
regla. Algunos de ellos, como Ronald A Fhiser,
John B.S. Haaldane y Sewall Wright, que
estudiaban la genética de las poblaciones,
llegaron a la conclusión de que las mutaciones
pequeñas eran mucho más frecuentes que las
macromutaciones y que tenían un efecto más
importante que el que les había asignado
hasta entonces. Sus estudios establecieron
también que había la posibilidad muy grande
de que tales mutaciones pequeñas se fijasen
rápidamente en la población si resultaban
favorables. También llegaron a la conclusion
de que las mutaciones ligeras no eran de
forma alguna la única fuente de variación
genética que las especies presentaban. La
recombinación de las características genéticas
de los organismos, como resultado de la
reproducción sexual, constituí una fuente por
lo
menos
igualmente
importante
de
variabilidad biológica.
Estos genetistas llegaron a demostrar que
este era el proceso más importante para
determinar la tasa de evolución, y que el
papel de las mutaciones consistía en
complementar el proceso y la variabilidad
poblacional adquirida por la reproducción
sexual.
UNA NUEVA SINTESIS
Lo anterior hacia evidente que las poblaciones
presentaban continuamente una gama casi
interminable y constante de variabilidad
biológica, sobre la cual actuaban los agentes
selectivos del medio, y que el resultado de la
inagotable variación natural, adicionada por
los cambios más abruptos de las mutaciones
puntuales.
Contra lo que uno hubiese pensado, el
descubrimiento del trabajo de Mendel en los
primeros años de este siglo despertó una
polémica entre genetistas mendelianos y
biólogos darwinianos sobre la forma en que
ocurría la evolución y el papel de la selección
natural en la variabilidad genética de las
especies.
Los
primeros
genetistas
Además la idea simplista de que cada factor
genético
controlaba
una
característica
morfológica o funcional de los organismos,
derivada de la observación de caracteres
determinados por un solo factor. Como los
que habían servido de base a los estudios de
Mendel y algunos de sus seguidores a
principios del siglo XX, fue rechazada por los
121
avanzados estudios cuantitativos de los
genetistas. La genética cuantitativa y los
estudios poblacionales de mostraron que las
características morfológicas guardaban una
relación extremadamente compleja con los
factores genéticos. A pesar de la existencia de
los factores individuales o genes, la
recombinación de ellos y su acción conjunta
hacen en extremo difícil establecer relaciones
directas entre un determinante genético y
ciertos atributos fenotípicos. Por esa razón no
hay forma de aseverar que un determinado
gen es el principal causante de ciertos
atributos de adaptación de un organismo. El
genotipo, como un todo, es el que determina
lo anterior. La importancia que tiene par un
individuo la posición de un gene determinado
depende tanto de la forma en que este se
combina con el resto del genotipo con el que
le toco, por suerte, asociarse, como del efecto
conjunto que esta combinación tiene sobre la
adecuación de dicho individuo, es decir, sobre
sus probabilidades de sobrevivencia y de
reproducción. Lo mismo puede aplicarse en el
caso de una mutación; su éxito depende de la
forma en que se combine con el resto del
genotipo que esta asociado y favorezca la
adecuación de un individuo. Si la mutación en
sí es favorable, pero su presencia en el
genotipo produce modificaciones que van en
detrimento de las ventajas de adecuación del
resto de los genes, muy probablemente será
seleccionada en forma desfavorable.
Aun
en
ausencia
de
mutaciones,
la
variabilidad natural de la recombinación
genética resultante de la reproducción sexual
es suficientemente grande para asegurar que,
si las condiciones ambientales así lo
determinan,
haya
un
proceso
de
transformación en la especie de que se trata.
El reconocimiento de los anterior por los
genetistas modernos y los evolucionistas
neodarwinianos
cambio
la
concepción
evolucionista moderna, en la que la población
desempeña un papel de crucial importancia. Si
bien la selección actúa en la adecuación de un
individuo, la constante variabilidad genética, y
por lo tanto fenotípica, de los individuos se
genera solamente en el seno de la población.
El interés de los biólogos evolucionistas se ha
centrado consecuentemente en el nivel
organizativo
de
la
poblaciones,
particularmente en la población concebida
como el conjunto de individuos con los que
otro puede estar genéticamente relacionado a
lo largo de su vida. Otros genetistas y
naturalistas hicieron contribuciones medulares
al desarrollo de lo que en las décadas de los
treinta y cuarenta llego a conocerse como la
“síntesis
moderna
del
Darwinismo”.
122
Mencionare a los tres más importantes.
Theodusius Dobzhansky, un genetista de
poblaciones que trabajo con la mosca de la
fruta y que publico en 1937 su valioso libro La
genética y el origen de las especies. Julián
Huxley (nietos de Thomas), que publico lo que
ha sido probablemente el mejor resumen de
las ideas neodarwinismo clásico en su libro de
1942:
Evolución:
la
nueva
síntesis.
Finalmente, Ernst Mayr, un eminente zoólogo
y evolucionista que aun asiste a su laboratorio
en el Museo de Zoología Comparada de la
Universidad de Harvard y que hizo valiosas
contribuciones con su obra La sistemática y el
origen de las especies, publicada en 1942,
cabe también mencionar a George G Simpson,
que desde el campo de la paleontología,
tendió un puente hacia la genética de
poblaciones, demostrando que aquella se
conformaba el marco estructural teórico de
ésta, con lo que se completó una visión global
y unificadora del pensamiento evolucionista.
Hacia
la
década
de
los
sesenta
el
neodarwinismo parecía haber adquirido una
firme posición como pensamiento unificador
de la biología moderna. Pero como siempre
ocurre en el desarrollo de la ciencia, nuevos
hallazgos cuestionaron, al menos en parte, la
coherencia de las ideas del neodarwinismo, las
criticas provinieron fundamentalmente de dos
lados: de los estudios de genética evolutiva y
de la forma en que pueda ocurrir la
macroevolucion. Las primeras surgen de
observaciones que apuntan al hecho de que
una buena parte de la evolución del ADN no
tiene
relación
aparente
con
aspectos
adaptativos
del
organismo
y
es,
en
consecuencia, independientemente de los
procesos de la selección natural. Los
productos de los genes, las proteínas
estructurales, presentan niveles muy altos de
diversidad y variabilidad, incluso dentro de
una misma especie. Cada vez se producen
más datos que sugieren que una gran parte
de esta variabilidad ocurre con total
independencia de los procesos de selección
natural y probablemente sean el resultado de
mutaciones
aleatorias,
combinadas
con
efectos de deriva genética.
No obstante lo anterior, quizá los procesos de
evolución en las proteínas estructurales
tengan muy poco que ver con la evolución de
los organismos. Se ha encontrado, por
ejemplo,
que
especies
que
difieren
notablemente en aspectos morfológicos,
funcionales y de comportamiento, como el
hombre y el gorila, solo difieren en 14% en la
secuencia de su ADN. Probablemente una
parte importante de los cambios adaptativos
que una especie experimenta se deben a un
número relativamente reducido de mutaciones
cruciales que regulan el tipo de desarrollo de
un organismo...
Desde el campo de la paleontología, las
criticas más fuertes al neodarwinismo han
venido de los proponentes de la teoría del
equilibrio puntuado, Niles Eldredge y Stephen
J Gould. Esta teoría mantiene que las
discontinuidades del registro fósil, más que
representar imperfecciones en la preservación
de los organismos, reflejan el proceso mismo
de la evolución, es decir, un proceso de tipo
saltatorio, en que los cambios evolutivos
ocurren espaciada y abruptamente en lugar
de irse acumulando lentamente, como
sostienen las ideas darwinianas ortodoxas. En
el contexto de esta teoría, las especies
permanecen
sin
cambios
evolutivos
importantes por periodos largos en los que
pueden extinguirse por diversas causas, hasta
que ocurre un nuevo episodio de extenso
cambio evolutivo y de producción de nuevas
especies. Esta teoría tiene varios problemas
en su formulación, pues para tal proceso
tenga lugar, es necesario suponer una serie
de condiciones que es difícil que ocurran.
Entre ellas están las siguientes: que la
estratigrafía sea continua, que las secuencias
fósiles locales no hayan estado sujetas a
cambios biogeográficos rápidos e importantes
y, más relevante aún, que no hayan ocurrido
cambios adaptativos continuos en los tejidos
suaves de los organismos. Aparte del hecho
de que el material paleontológico no es lo
mejor para trabajar en aspectos evolutivos y
de procesos de especiación, y de que el
concepto de especie para los paleontológicos
ciertamente difiere del de los taxonomos, de
los genetistas y de los ecólogos de las
poblaciones, la teoría está aún en una etapa
inicial y en el proceso de ir adquiriendo mayor
información que la robustezca; debido a lo
anterior, no entrare en más detalles en esta
teoría. Base añadir que las ideas saltatorias de
la evolución no están necesariamente reñidas
con
las
ideas
neodarwinistas
y
que
probablemente contribuirán a enriquecerlas en
el futuro próximo.
2.
-DISCUTA
LA
RELACION
POLIMORFISMO Y ESPECIACION.
ENTRE
3.
-¿QUÉ
SIGNIFICA
EN
TERMINOS
BIOLOGICOS “LUCHA POR LA EXISTENCIA”?
4.- DESCRIBA EN POCAS PALABRAS EN QUE
CONSISTE EL PROCESO DE SELECCIÓN
NATURAL.
CUESTIONARIO
1. - ¿CUÁL ES LA IMPORTANCIA DE LA
VARIABILIDAD EN EL MECANISMO DE LA
SELECCIÓN
NATURAL?
¿QUÉ
CARACTERISTICAS
DEBE
TOMAR
ESTA
VARIABILIDAD PARA ESTAR EXPUESTA A
SELECCIÓN NATURAL?
123
INTRODUCCION AL ORIGEN DE
LAS ESPECIES
RICHARD E. LEAKEY
INTRODUCCIÓN
En este texto encontramos una excelente
reseña de la vida y los estudios de Darwin
sobre la evolución. Asimismo se presentan los
descubrimientos posteriores que influyeron en
la postulación de la teoría sintética de la
evolución y de las polémicas actuales en torno
a los procesos evolutivos y la selección
natural.
Darwin y su Teoría.
La primera edición completa de El origen de
las especies se agoto el mismo día que
apareció, el 24 de noviembre de 1859. La
segunda edición salió a la venta en enero de
1860y, en total, el libro se edito seis veces en
la vida de Darwin. Desde su aparición, se le
han hecho númerosas reimpresiones y se han
traducido a más de treinta idiomas. Aunque
primordialmente, y ante todo, es un clásico
científico, el origen de las especies fue escrito
para el publico culto de la época de Darwin, y
por eso tiene un valor literario único entre las
obras de imaginación científica. Fue un libro
importante en tiempos de su autor y lo que
sigue siendo, ya que la teoría de la evolución
es la piedra angular de la biología moderna, y
la obra de Darwin es el cimiento en que
descansa dicha teoría.
Sin embargo, no fue Darwin el primero en
proponer que las especies de las plantas y
animales pueden cambiar con el tiempo.
A fines del siglo XVIII el abuelo de Charles,
Erasmus Darwin, escribió un relato sobre la
evolución y, poco después, en 1809, el
naturalista francés Jean Baptiste de Lamarck
publico su Philosophie zoologique, que
contenía sus propias especulaciones sobre la
mutabilidad de las especies biológicas. De
hecho, el propio Darwin menciona no menos
de veinte predecesores que habían escrito
sobre aspectos de la evolución. Pero es a
partir de Darwin que se origina la teoría
moderna de la evolución. ¿Por qué?
Principalmente por dos razones.
La primera de ellas Darwin examino paciente
y sistemáticamente todo tipo de evidencia
relacionada con su tema. De joven paso cinco
productivos años como naturalista a bordo del
H.M.S. Beagle (1831-1836). Durante ese
largo viaje alrededor del mundo se convirtió
124
en un excelente naturalista, observando,
coleccionando y meditando constantemente
sobre los númerosos fenómenos geológicos y
biológicos con que se enfrentaba. Ya en 1837
empezó a dudar de la permanencia e
inmutabilidad de las especies y, aunque entre
1837 y 1859 estuvo muy ocupado con
diferentes actividades científicas, la cuestión
del origen de las especies –que en aquel
momento los científicos llamaban “el misterio
de los misterios”- siempre lo persiguió.
Durante esos años leyó mucho, penso
profundamente y experimento con sumo
cuidado. Como resultado, El origen de las
especies es un trabajo de amplitud y
profundidad extraordinarias.
La segunda razón es que Darwin fue
proporcionar un mecanismo pausible para
explicar como las especies pueden cambiar: la
selección natural. En Darwin apareció tal idea
por vez primera en 1838, después de leer el
Ensayo sobre el principio de la población de
Thomas Malthus, religioso y economista
político
de
principios
del
siglo
XIX.
Inicialmente Malthus se preocupo por la
población humana, pero señalo que es un
principio de la naturaleza que los organismos
vivientes produzcan más individuos de los que
normalmente se espera sobrevivan hasta
alcanzar la madurez que les permita
reproducirse. Un roble da origen a cientos de
bellotas anualmente; un ave procrea varias
docenas de pajarillos en su vida, y un salmón
desova por millares al año; cada de uno de
estos descendientes puede llegar a convertirse
en adulto. A pesar de esta capacidad de
reproducción masiva, la población adulta
tiende a permanecer en un número estable de
generación en generación.
El trabajo de Malthus ayudo a Darwin a
percibir un punto importante: podría haber
selección entre la descendencia que sobrevive
y la que perece. Puesto que los miembros
individuales
de
una
especie
difieren
ligeramente entre sí, aquellas que cuentan
con
ciertas
características
que
les
proporcionan ventajas, por ejemplo para
alimentarse
o
para
escapar
de
los
depredadores,
tendrán
mayores
oportunidades de sobrevivir. Aceptando la
variación, cuyos resultados pueden observarse
por doquier, la selección natural, de acuerdo
con Darwin, puede influir en la evolución
biológica (o lo que él llamó “descendencia con
modificación”).
De igual manera que el hombre puede
efectuar cambios sorprendentes en animales
domésticos
seleccionando
artificialmente
algunas
características
que
considere
deseables, así la naturaleza “selecciona”,
entre los miembros de una especie, aquellos
que mejor pueden afrontar los riesgos de la
vida. Como las condiciones del medio
cambian, la selección natural favorece
determinadas características en una población
que varia al azar. Tal como afirmo el filosofo
evolucionista del siglo XIX Herbert Spencer, la
naturaleza garantiza “la supervivencia de los
más aptos”.
Darwin por lo tanto, no fue el primero en
exponer una teoría de la evolución, pero fue
suyo el primer relato convincente y maduro.
Resulta que aun el principio de la selección
natural no fue solamente de él, ya que el
naturalista Alfred Russel Wallace (1823-1915)
lo detectó, independientemente, en 1858,
antes de que Darwin publicara los resultados
de su minuciosa investigación. Wallace no
conocía a Darwin, pero supo de su reputación
como naturalista que tenia opiniones nada
ortodoxas, y entre ambos se mantuvo
correspondencia, en términos generales,
sobre el tema de la permanencia de las
especies. Wallace envío a Darwin su breve
ensayo On the Tendency of Varieties to
Depart indefinitely from the original Type, en
donde se explicaban los principios de la
selección natural, sin saber que Darwin ya los
había descubierto, ni hasta que punto su
ensayo se adelantaba a la obra principal de
Darwin. En la carta que acompañaba su
ensayo, Wallace pedía a Darwin que leyera su
trabajo y, de considerarlo conveniente, lo
hiciera llegar a Charles Lyell. Al principio
Darwin estaba desconcertado, pero Charles
Lyell y Joseph Hooker, que simpatizaba con
sus opiniones y lo habían urgido a que lo
publicara, arreglaron todo para que una
memoria conjunta Darwin-Wallace sobre la
selección natural se leyera ante la Sociedad
Linneana en julio de 1858, y posteriormente
se publicara en el Journal of the linnean a
Society ese mismo año. Tanto Darwin como
Wallace se comportaron generosamente, y a
pesar de que el segundo era un prestigiado
naturalista, siempre otorgo a Darwin el crédito
principal. Al igual que Darwin, Wallace llego a
la comprensión de la existencia de la selección
natural después de leer la obra de Malthus. En
vista de los trabajos llevados a cabo por
Wallace, Darwin desistió de su esfuerzo por
escribir un extenso libro sobre la selección
natural, que había empezado en 1856 (nunca
lo termino), y encauzo sus energías hacia un
trabajo más corto sobre la evolución.
Este trabajo fue El origen de las especies.
Como hemos visto, con este libro Darwin
alcanzo un doble objetivo: anuncio el
testimonio de la evolución y describió el
mecanismo por el cual se pueden formar
nuevas especies. Durante su vida, Darwin
tuvo más éxito con la primera de dichas
aportaciones, ya que el origen de las especies
convenció a muchos colegas liberales de la
existencia de la evolución biológica. Tan
persuasiva fue la serie de evidencias
recopilada por Darwin, que Thomas Huxley, al
leer por vez primera su obra exclamó: “¡Que
tonto fui al no pensarlo antes!” Pero aun
Huxley, quien se llamó a sí mismo “guardián
de Darwin” y se convirtió en el más enérgico
defensor de su obra a finales del siglo XIX, no
creyó que la selección natural hubiera
quedado demostrada como el principal
mecanismo del cambio evolutivo. Dado que la
selección natural no había sido probada
experimentalmente,
Huxley
y
otros
naturalistas se reservaron su entusiasta
aprobación, y el propio Darwin inicio la
búsqueda de mecanismos adicionales. Darwin
escribió otro libro sobre uno de estos
mecanismos suplementarios –la selección
sexual-, el cual comento brevemente en la
sexta edición de El origen de las especies. En
dicha edición se basa el presente volumen.
Pero es claro que aun la critica excesiva sobre
lo apropiado de la selección natural como
medio responsable de la evolución, no cambio
la idea de Darwin de que aquella es, con
mucho, el mecanismo más importante. No es
hasta el siglo XX que somos capaces de
apreciar cabalmente el genio de la tenacidad
de Darwin, ya que la genética moderna, la
observación de campo y la investigación de
laboratorio nos han demostrado el poder
explicativo de las teorías de Darwin. Ha
quedado en claro que la síntesis del trabajo de
Darwin sobre la selección Natural y la obra de
Gregol Mendel sobre la genética ofrecen un
cuadro coherente e inteligible sobre el cambio
evolutivo, especialmente después de 1920 con
los escritos de genetistas de poblaciones tales
como sir Ronald Fisher, J.B.S. Haldane y
Sewall Wright.
A esto se le ha llamado la síntesis
neodarwiniana: darwiniana porque acepta la
selección natural, y “neo” porque emplea las
teorías de la herencia que Darwin desconocía,
a pesar de que Mendel publico su obra clásica
en 1866.
Volvamos ahora a los detalles de esta síntesis
neodarwiniana. Es significativo que muchos de
estos neodarwinianos de principios de siglo
estuvieron interesados en poblaciones totales
de plantas y animales, ya que fue Darwin,
sobre todo, quien propicio el cambio de
pensamiento en la biología moderna, de la
125
noción de tipología a la de población. Antes
que Darwin la mayoría de los biólogos
concebían las especies como grupos fijos y
eternos ordenados por Dios. Puesto que Dios
había creado directamente las especies
individuales de plantas y animales, cada
especie tenia sus características esenciales
definidas –y se aceptaba tácitamente que eran
las mismas que poseía el individuo original la
pareja reproductora de cada tipo de especie.
Aunque algunos naturalistas reconocían que
era posible cierta variación dentro de la
especie, los científicos predarwinians insistían
en que había limites naturales para tal
variación.
Darwin demostró como la “descendencia con
modificación” puede dar origen a la aparición
de nuevas especies. Al igual que los biólogos
modernos, constató que, en un punto fijo en
el tiempo, las especies tienen una existencia
real: la noción biológica no es tan solo una
abstracción humana.
Para los fines de su argumento, Darwin evito
dar una definición exacta pero, en El origen de
las especies, esta implica una ideas de
especies semejantes a la concebida por
científicos contemporáneos, quienes la definen
como aquella población que simultáneamente
es comunidad reproductora, unidad ecológica
y unidad genética. Esto significa que los
individuos
que
constituyen
determinada
especie pueden cruzarse entre sí, ocupan el
mismo
nicho
ecológico,
generalmente
compiten por el mismo alimento y sufren las
mismas clases de depredadores; también
comparten el mismo conjunto de genes que
pasa de generación en generación. Darwin
había aceptado la mayoría de los métodos que
emplea el biólogo moderno para diferenciar
las especies y explicar el proceso de formación
de las mismas.
No debe pensarse que la biología evolutiva no
haya alcanzado grandes logros desde los
tiempos de Darwin. Los ha tenido, y el
propósito de la presente edición es poner al
alcance del lector moderno la obra de Darwin,
así como explicar de que manera la
investigación moderna ha ampliado nuestro
conocimiento acerca de los problemas que él
enfrento... El origen de la especies es en la
actualidad una introducción tan buena, como
cualquier otra, para el tema de la evolución. El
genio de Darwin trasciende el siglo que nos
separa de él y lo convierte, al mismo tiempo,
en un científico histórico de gran originalidad y
en contemporáneo nuestro.
126
Los problemas de Darwin
Una de las virtudes de El origen de las
especies es la forma en que Darwin manejó
sin temor las difíciles confrontaciones de su
teoría sobre la descendencia con modificación
por selección natural. Como la biología
evolucionista no proporciona por si misma la
clase de pruebas en que se apoyan otras
disciplinas, tales como la química y la
fisiología, es todavía, hasta cierto punto, una
ciencia deductiva, y al leer El origen de las
especies nos sorprendemos de la frecuencia
con la que Darwin trabajo integrando conjunto
de hechos y observaciones, explicables a
través de su teoría, pero difíciles de
comprender por los supuestos convencionales
de su época. La teoría de Darwin es bella y
grandiosa porque explica mucho con poco; y
no sorprende que el status de las evolución
por selección natural sea comparado a
menudo con la teoría de las gravitación
universal de Newton, que atañe tanto a la
caída de una manzana como a los
movimientos de las mareas y a la órbita de un
planeta alrededor del sol.
No obstante, Darwin tuvo problemas, muchos
de los cuales reconoció y abordo en la primera
edición de El origen de las especies. Después
de 1859, los críticos suscitaron otras
interrogantes que fueron consideradas por
Darwin en las ediciones subsecuentes. En la
mayoría
de
los
casos,
Darwin
logro
proporcionar explicaciones completamente
adecuadas a las diversas anomalías y
dificultades... convendría mencionar aquí tres
o cuatro de los mayores obstáculos que tuvo
que enfrentar Darwin. En esta sección nos
dedicaremos sobre todo al Darwin histórico,
pero mencionare brevemente algunos avances
recientes, reservando para la sección final una
discusión más extensa sobre los aspectos
modernos de la biología evolutiva.
Podemos empezar con un problema que, en
principio, no interesó particularmente a
Darwin: el tiempo en las primeras décadas del
siglo XIX la literalidad de la cronología bíblica
sobre la historia de la Tierra había sido
seriamente objetada. Debido a los trabajos de
geólogos y paleontólogos tan prestigiados
como Georges Cuvier en Francia y William
Smith y Charles Lyell en la Gran Bretaña,
tanto los científicos como el hombre culto
percataron de la inmensidad del tiempo
geológico. Supieron que la tierra estuvo
inicialmente habitada por especies de plantas
y animales que ya no existen: en particular, la
imaginación victoriana, al igual que la nuestra,
simpatizó hasta el romanticismo con los
grandes
dinosaurios
y
otras
bestias
desaparecidas,
cuyos
restos
podían
encontrarse en la Gran Bretaña, para celebrar
el año nuevo de 1853, Richard Owen (quien
más tarde se convertiría en uno de los más
tenaces
críticos
de
Darwin)
cenó
esplendorosamente con un grupo de personas
dentro de la reproducción de un dinosaurio. Ya
en 1831, cuando se embarco en el Beagle,
Darwin sabia que los fenómenos geológicos
que atestiguaría seguramente no iban a
encajar en la escala del tiempo de 6000 años
calculada según una estricta interpretación de
la Biblia. La obra de Charles Lyell, principles of
Geology, tuvo especial importancia para
Darwin. El primer volumen se publico a finales
de 1830, antes de que abandonara Inglaterra,
y el segundo lo alcanzo en América del Sur.
Lyell se dio a la tarea de explicar la teoría de
la Tierra refiriéndose tan solo a causas
vigentes.
En
particular
estas
causas
comprendían la elevación de la Tierra por
acciones volcánicas o sísmicas y la erosión por
efectos del agua y el viento. Ya que el
fenómeno para abordar consideraba no
solamente las grandes cadenas montañosas
como los Alpes y loa Andes, sino también la
existencia de fósiles marinos en estratos que
aparecen en la parte superior de las
montañas, era evidente, pues, que el
programa de Lyell requería de lapsos muy
amplios para tener éxito.
La elegante explicación de la obra de Lyell
impresiono a Darwin, ya que parecía
garantizar que el tiempo no representaba
problema alguno. Sin embargo, el testimonio
de los fósiles era otra cosa. Uno de los
descubrimientos que se apoyaba la revolución
del tiempo de principios de siglo XIX era la
aceptación de que ciertas clases de plantas y
animales fosilizados estaban asociados con
determinados estratos geológicos. Por lo
tanto, los fósiles podrían servir como ayuda
en la ubicación relativa de los estratos en el
tiempo. A partir de 1820 y con el progreso de
las ciencias gemelas, la geología y la
paleontología,
las
observaciones
estratigráficas de diversas partes del mundo
empezaron a ser integradas para proporcionar
una imagen coherente de la historia de la vida
sobre la tierra.
A pesar de que la secuencia de los fósiles
parecía tener una orientación, pues se
encontraban plantas y animales simples antes
que las formas de vida más complicadas, y los
fósiles
de
estratos
más
recientes
representaban mayor semejanza con los seres
vivientes, los geólogos anteriores a Darwin no
ofrecieron una interpretación evolucionista a
sus descubrimientos. Había tres principales
razones científicas para esto. En primer lugar,
los fósiles más antiguos que se conocían eran
de animales hasta cierto punto complicados –
la mayoría de los invertebrados marinos, tales
como moluscos y crustáceos. Los geólogos de
1830 estaban convencidos de que habían
encontrado el origen de la vida en el estrato
llamado cámbrico, y ninguna hipótesis, salvo
la de la creación especial, se juzgaba
adecuada para explicar la súbita aparición de
los fósiles cámbricos. Parecía que las
formaciones anteriores al periodo cámbrico
estaba totalmente desprovistas de fósiles. En
segundo lugar, los diferentes estratos tenían
generalmente
sus
fósiles
propios
y
característicos de flora y fauna, y la transición
entre los diferentes estratos de abrupta. Esto
represento para los geólogos la probabilidad
de sucesiva creaciones y extinciones masivas.
Por lo tanto, la manera más sencilla de
conciliar el Génesis con la geología era pensar
que la historia bíblica se refería solamente a la
ultima creación, la de las plantas y animales
actuales, incluyendo por supuesto al hombre
mismo. Se argumentaba que no había razón
para que la historia de los periodos anteriores
se incluyera en el génesis, puesto que no
tenían
relación
con
las
necesidades
espirituales del hombre. Aun en 1820 se
presentaron serios problemas ante esta
concesión, pues el descubrimiento de vestigios
humanos en cavernas inglesas podía ser
interpretado (y lo fue posteriormente) como
prueba de la coexistencia del hombre con
otras especies de mamíferos desaparecidos,
tales como los mamuts. Sin embargo, hasta el
final de la década de 1850, universalmente se
suponía que el hombre era de origen reciente.
Cuando la evidencia que atribuía una gran
antigüedad al hombre se hizo irrefutable
Al inicio de la década de 1860, se beneficio el
caso de Darwin, aunque este nunca lo explotó
en El origen de las especies, pensando que un
tratado demasiado extenso sobre el hombre
predisponía a los científicos en contra de los
aspectos más generales de su teoría de la
descendencia con modificación. Darwin mismo
sostuvo que el hombre es resultado de la
evolución, como lo atestiguan sus notas de
finales de la década de 1830. Considero el
caso de la evolución humana en dos libros
publicados después de 1859: The Deseen of
Man and Selection in Relation to Sex de 1871,
y The Expression of the Emotions in Man and
Animals de 1872.
Las consideraciones religiosas, tuvieron sin
lugar a duda, un papel muy importante en la
negativa de los geólogos a dar una
interpretación
evolucionista
a
sus
127
descubrimientos paleontológicos. Pero además
de la repentina aparición geológica de signos
de vida en el periodo cámbrico y las abruptas
transicione4s entre periodos contiguos, había
otra razón íntimamente ligada con esto, para
que la creación individual, más que la
evolución gradual, fuera la consideración
científica predominante antes de la aparición
de El origen de las especies. Tal razón
significaba la dramática aparición, a través del
testimonio de los fósiles, de algunos grupos
superiores, en particular de diversas clases de
vertebrados (peces, anfibios, reptiles, aves,
mamíferos). Parecía que había pocos fósiles
en transición, y el razonamiento fisiológico
concebía que no existía una transición gradual
entre las branquias y los pulmones, o entre un
miembro delantero de un vertebrado y un ala.
Algunos evolucionistas anteriores a Darwin,
tales como Geoffroy St. Hilaire de Francia y
Robert Chambers de la Gran Bretaña,
desarrollaron
hipótesis
basadas
en
la
suposición que podían ocurrir cambios bruscos
durante el desarrollo embriológico, pero la
mayor parte de los científicos pensaba que
con esto solo se sustituía un milagro por otro
y continuaban creyendo en una creación
especial. Este problema era especialmente
agudo para Darwin, ya que el siempre insistió
en que la evolución era gradual y no
esporádica, y también se enfrento a los
testimonios de fósiles que parecían indicar los
cambios bruscos.
El origen de los grupos superiores es aun
tema de discusión entre los paleontólogos,
aunque los nuevos descubrimientos fósiles
después de Darwin han limitado muchas
diferencias entre los recuentos que ofrecen los
fósiles. Ya en la época de Darwin se
encontraron ciertas formas en estado de
transición, como el Archaeopteryx, que es un
producto intermedio entre los reptiles y las
aves. Otros descubrimientos han disminuido
las brechas entre los peces y los vertebrados
de Tierra y entre los reptiles y los mamíferos.
Muchos paleontólogos piensan actualmente
que la evolución siempre ha procedido en la
misma escala gradual, y que la ausencia de
formas transitorias puede explicarse con los
argumentos
que
empleo
Darwin,
especialmente el de que hay inmensas
brechas en el testimonio de los fósiles y que la
transición generalmente se presenta en una
localidad restringida, y la migración de la
nueva forma ocurre cuando esta ha alcanzado
cierto grado de avance. Pero algunos
paleontólogos, sobre todo Stephen Jay Goul,
de harvard, creen, como resultado de la
evidencia de los fósiles, que en diferentes
etapas de la historia de la vida de la evolución
128
ha progresado con desusada rapidez –como
en brotes -, y que las ramas más tupidas del
árbol de la evolución se han dado en esas
ocasiones. Pudo haber ocurrido porque un
grupo en evolución tal vez alcanzó una etapa
en su organización en la que tenía una
ventaja sobre otros grupos y, una vez que
traspuso ese umbral, fue capaz de difundirse
rápidamente y ocupar múltiples nichos. Un
“brote” puede resultar de un cambio
considerable en el clima, o de la extinción de
otro grupo de especies que dejaron muchos
nichos vacantes.
En relación con la evolución de los grupos
superiores
aparece
el
problema
más
generalizado de los órganos complejos. Es
difícil concebir su desarrollo gradual, ya que
solamente el órgano funcional completo es útil
para el individuo. ¿De que manera una línea
evolutiva puede dar lugar a plumas para
volar, si las plumas rudimentarias no tienen
uso? El propio Darwin estaba especialmente
preocupado por los problemas relacionados
con el ojo, ya que con frecuencia los
creacionistas citaban ese órgano como una
prueba de que Dios había creado cada especie
individualmente. En 1860 Darwin confeso al
naturalista norteamericano Asa Gray: “aún
ahora, el ojo me da escalofrío: pero cuando
pienso en las sutiles gradaciones conocidas
hasta ahora, mi razón me dice que debo
superar el escalofrío”. El enfoque de Darwin
ante el problema general fue semejante a los
biólogos modernos: una combinación de
anatomía comparada, embriología, fisiología,
paleontología y razón.
A pesar de estas cuestiones, Darwin estaba en
lo cierto al decir que el testimonio de los
fósiles no presenta problemas insalvables para
la teoría de la evolución... como veremos en
la siguiente sección, en el curso de las dos
décadas pasadas la micropaleontología ha
ampliado enormemente la historia de la vida
sobre la Tierra, de una manera que hubiera
satisfecho a Darwin. Es decir, que la
paleontología moderna, con sus grandes
descubrimientos y nuevas técnicas, como la
fechar por medio de la radiactividad,
simplemente ha confirmado sus teorías. Pero
en relación con otro de sus problemas –el de
la herencia -, la ciencia moderna ha podido
avanzar más allá de Darwin. Darwin no
conoció el mecanismo de la herencia, pero
sabía que las variaciones ocurren y que al
menos algunas de ellas se heredan. Estaba
particularmente interesado en las variaciones
relativamente amplias que pueden observarse
en las plantas y animales domésticos, no
solamente por la analogía que encontró entre
la selección natural y artificial, sino porque
también las plantas y animales domésticos
parecían ofrecerle una oportunidad mejor para
comprender el fenómeno general de la
herencia.
Darwin mismo llevó a cabo experimentos para
criar
algunas
especies
domesticas,
especialmente con palomas. (La paloma
aparece frecuentemente en El origen de las
especies. El editor de Darwin envío el
manuscrito para que diera su opinión. Él
critico manifestó que sentía mucho que
Darwin no hubiera escrito simplemente un
libro sobre la cría de las palomas, y agregaba:
“Todo mundo esta interesado en las palomas.
El libro seria comentado en todas las revistas
del reino y pronto encontraría en los
mostradores de toda librería”). Con base en
sus experimentos con especies domesticas,
Darwin
escribió
un
tratado
sobre
domesticación, que se publico en dos
volúmenes en el año de 1868, el que
desarrollo una teoría sobre la herencia, a la
que domino “pangénesis”.
En ésta teoría Darwin propuso que cada
órgano del cuerpo emite unas partículas
microscópicas a las que llamo “gémulas”, y
que estas gémulas se reúnen en los órganos
reproductores en donde pueden influir en la
forma, tamaño y funciones de los órganos
correspondientes de la descendencia. Darwin
deseaba explicar su creencia diciendo que
algunas características o hábitos adquiridos
durante la vida de los padres podrían afectar
los atributos correspondientes de sus crías. A
este fenómeno se le dio el nombre de
“herencia por uso y desuso”; pero también se
le conoce de un modo más familiar como “la
herencia
de
caracteres
adquiridos”
o
“lamarckismo”, en honor de Jean Bapstiste de
Lamarck. Sin embargo la teoría de Lamarck
era algo diferente, ya que presuponía además
un deseo de cambio, que causaba que una
modificación se presentara en el propio
organismo y después se transmitiera a su
descendencia. En la época de Darwin, en
general no se acepto tal aspecto de la teoría
de Lamarck, aunque casi todos los científicos
creían que los caracteres adquiridos por uso y
desuso podrían ser heredados.
Darwin desarrollo su teoría de la pangénesis
para poder describir como se presenta la
herencia por uso y desuso. Sin embargo se
percato de que su teoría era meramente
especulativa y no le puso mucho entusiasmo.
Cuando fue duramente criticado por su primo
Francis
Galton
(eminente
psicólogo,
estadígrafo y estudioso de la herencia),
Darwin abandono calladamente la pangénesis,
aunque continuo aceptando la herencia de los
caracteres adquiridos. Sin embargo, Darwin
insistía correctamente en que la selección
natural solo requería que la variación
hereditaria ocurriera. La selección natural no
implicaba ningún mecanismo particular de la
herencia y ésta es la razón por las que las
teorías de Darwin sobre la evolución se han
integrado tan fácilmente a la genética
moderna. Como Darwin reconoció que no
comprendía los mecanismos hereditarios,
trato de concentrarse en lo que hoy
conocemos como el nivel de variación
fenotípica... muchas de las observaciones que
hizo sobre la herencia, variación e hibridismo
todavía pueden ser aceptadas, aunque en
otros aspectos podemos ver que Darwin
confundía los procesos genéticos con los
fisiológicos.
El
biólogo
alemán
August
Weismann (1834-1914) fue quien, a partir de
1870, hizo todo lo posible por convencer al
mundo científico de que la sustancia
hereditaria, o “plasma germinal” como la
llamo, pasaba de la generación en generación
sin ser influida por cambios corporales
adquiridos a través del ejercicio o la falta de
él, o por lesiones o enfermedades, la idea de
Weismann sobre la “continuidad del plasma
germinal” estaba basada en observaciones de
las variaciones fenotípicas, semejantes a las
que efectúo Darwin, y en el progreso del
conocimiento
de
la
estructura
y
funcionamiento de las células y de sus
componentes, como el núcleo. La mayoría de
los
científicos
han
aceptado
que
los
descubrimientos de Weismann y de otros
descartaron el lamarckismo, pero aun en el
siglo XX ha habido voces disidentes, las más
famosas han sido las del genetista austríaco
Paul Kammerer (1888-1926) y la del biólogo
ruso Trofim Denisovish Lysenko (1898-1976).
El trabajo de Kammerer ha sido descrito por el
iconoclasta Arthur Koestler en The Case of the
Midwife
Toad.
Kammerer
estudio
los
caracteres adquiridos de muchos animales,
pero su experimento más famoso fue con el
llamado sapo partero, Alytes Obstetricans. La
mayoría de los sapos regresan al agua para
cruzarse y a los machos se les desarrolla una
callosidad en las extremidades anteriores que
les permite sujetar a la hembra durante el
apareamiento en el agua. Pero el sapo partero
se reproduce en tierra y los machos no tienen
esa callosidad. Kammerer sostenía que
cuando los sapos parteros se vieron forzados
a aparearse en el agua, los machos
desarrollaron las "“callosidades nupciales”
pigmentadas que heredaron sus crías. La
mayoría de los científicos de su tiempo
desecharon los resultados de los experimentos
129
de Kammerer, sobre todo cuando se descubrió
que las callosidades prenupciales pigmentadas
de la especie que este presento no eran sino
tinta china cuidadosamente inyectada bajo la
piel. Poco después de esta revelación
Kammerer se suicido. Koestler mantiene que
el suicidio de Kammerer fue resultado directo
del desprecio de la comunidad científica hacia
él, pero la revuelta social que estallo en
Austria después de la primera guerra mundial
también pudo haber contribuido a esta
tragedia. Es probable que Kammerer no haya
efectuado el fraude; más aun, es posible que
haya sido víctima de un complot. Esto nunca
lo sabremos. De cualquier forma, Koestler
insiste en que la mayor parte del trabajo
experimental de Kammerer todavía tiene
actualidad y que solo el dogmatismo científico
rechaza la interpretación lamarckiana del
fenómeno descrito por Kammerer.
El caso de Lysenko es todavía más patético,
ya que trato de ganarse la simpatía de Stalin,
y así influyo en la política agrícola soviética
durante dos décadas posteriores a 1930.
Lysenko no era genetista y pronto los
científicos occidentales desacreditaron sus
trabajos lamarckianos por extravagantes. Pero
en una Rusia crónicamente deprimida por falta
de alimentos, la promesa de Lysenko de
obtener mayor productividad en la crianza de
animales de granja y en el cultivo de cereales,
como trigo y centeno, era seductora. La
herencia de caracteres adquiridos tiene la
ventaja que puede permitir que la evolución
proceda mucho más rápido que el azaroso
proceso de la variación por selección natural.
Las críticas mendelinas a Lysenko fueron
acalladas en Rusia y aquellos que se
rehusaron a aceptar sus ideas se vieron
destruidos de sus puestos y enviados a
prisión. Irónicamente entre aquellos que
murieron en prisión se encontraba el único
hombre
que
podía
haber
logrado
el
incremento de la productividad agrícola
deseada por Stalin. Ese hombre era Nikolai
Ivanovich Vavilov, quien en su trabajo sobre
los orígenes de las plantas expuso las bases
para gran parte del cultivo moderno. Al final,
las predicciones de Lysenko no dieron
resultados y, con la muerte del régimen
estilista, Lysenko cayó en desgracia.
Esto y otros acontecimientos del siglo XX
confirman nuestra perenne fascinación por el
lamarckismo parece ser que en la psique
humana existe algo profundamente arraigado
que quiere que los esfuerzos y logros de
nuestra generación se perpetúen en los genes
de las generaciones futuras. Como veremos,
el llamado dogma central de la genética
130
molecular afirma que los acontecimientos
somáticos corporales, n pueden traducirse en
información genética individual. Darwin estaba
en un error al aceptar la herencia por uso y
desuso, pero acertaba al reconocer que la
teoría de la selección natural no dependía de
esta cuestión.
Darwin también estaba equivocado en su
exposición de lo que se llama “herencia
combinada”, y varios críticos señalaron que la
herencia combinada presentaba problemas al
concepto de cambio evolutivo. Darwin sostuvo
que generalmente cada progenitor contribuye
de igual forma a la composición física de su
descendencia; así que cualquier atributo
heredado, como la altura o la coloración, en
general, podría ser igual al promedio de los
padres. Pero, como señalo en 1867 uno de los
críticos de Darwin, Fleeming Jenkin, esta
opinión tiene serias consecuencias para la
perpetuación de la innovación evolutiva. Si
ocurre la herencia combinada, cualquier
innovación hereditaria que se presente en un
individuo se introducirá en las generaciones
siguientes; la primera generación tendrá la
innovación a la mitad, la siguiente a una
cuarta parte y así sucesivamente, hasta que el
efecto de la innovación ya no se exprese. D
Darwin creía que la herencia por uso y desuso
podía resolver parcialmente este enigma, ya
que aumentaba la proporciona de la variación
heredada. Salvo por esto, Darwin únicamente
insistía en que la variación ocurre –“debido a
causas que ignoramos”- y para que aparezca
una nueva variedad o especie, la misma
variación deberá ocurrir repetidamente y la
población deberá ser aislada para evitar que la
variación fracase.
Sin embargo, a Darwin le atraía la herencia
combinada, ya que concordaba con su
hipótesis fundamental de Natura non fact
saltum (la naturaleza no da saltos). Esta
hipótesis también fue la base para su creencia
de que el cambio evolutivo siempre ocurre
gradual y lentamente. Sus teorías fueron
claramente beneficiadas por la revolución en
el concepto del tiempo geológico mencionada
al inicio de esta sección. Así, el intento de
Darwin por incursionar en un análisis
cuantitativo del tiempo geológico le produjo
nuevas inquietudes. En la primera edición de
El origen de las especies se incluía un calculo
basado en porcentajes de erosión estimados,
en donde se sugería que el Weald, ancha
franja boscosa que se localiza entre North y
South Downs, en Inglaterra, y que representa
los restos erosionados de una cadena de
colinas, debió de necesitar cerca de 300
millones de años para desgastarse hasta su
nivel actual. Si fuera cierto, pensó la Tierra
tendría que ser mucho más antigua. “Que
incomprensiblemente vastos han sido los
periodos pasados"” escribió en la primera
edición de El origen de las especies. Sin
embargo, cuando apareció la primera edición
de su obra, algunos físicos como William
Thomson (más tarde lord Kelvin), estaban
aplicando la termodinámica para estudiar la
edad de la Tierra. Su cálculo basado en
porcentajes de pérdida de calor de la
superficie terrestre, era de casi 200 millones
de años; es decir, menos de lo que Darwin
había asignado para la formación de Weald.
Mientras Darwin discretamente suprimía este
calculo de las ediciones posteriores de El
origen de las especies, el concepto del tiempo
lo seguí preocupando. Varios críticos que no
aceptaban la evolución utilizaron el trabajo de
Thomson, el físico de más prestigio en la Gran
Bretaña, como un arma contra Darwin, quien
a su vez tuvo que admitir que los 200 millones
de años que, según Thomson, habían
transcurrido desde la consolidación de la
corteza terrestre, apenas eran suficientes para
el desarrollo de las distintas formas de vida.
A pesar de este problema, Darwin se sostuvo
y no abandono su teoría ni cayo en la
especulación de que cambios bruscos e
irregulares pudieron milagrosamente haber
acelerado la evolución. El problema no se
resolvió hasta después de la muerte de
Darwin, cuando el descubrimiento de la
radiactividad señalo otra fuente de energía
dentro del núcleo de la Tierra, y así se
demostró que las cifras de Thomson eran
demasiado conservadoras.
Las partículas radioactivas en descomposición
proporcionan ahora a los geólogos un método
para fechar las rocas y determinar con
bastante precisión la edad de los estratos y
los fósiles, cosa que Darwin no pudo hacer. La
culminación al dilema de Darwin ante el
tiempo se debió a que un de sus hijos, el
distinguido astrónomo sir George Darwin, fue
de
los
primeros
en
sugerir
que
la
radioactividad debe tomarse en cuanta al
revisar los cálculos sobre la edad de la Tierra.
Las estimaciones actuales señalan que la edad
de la Tierra es de unos 4600 millones de años.
Desafortunadamente, las mediciones del
Weald que Darwin realizó eran erróneas;
Ahora se sabe que su antigüedad varia entre
20 y 30 millones de años.
Estos problemas – del testimonio de los
registros fósiles; del origen de adaptaciones
complejas y grupos biológicos superiores; de
la herencia y la variación; y del tiempo
necesario para que ocurra el proceso
evolutivo- son solamente algunos a los que
tuvo que enfrentarse Darwin. Muchos otros
problemas pueden entresacarse de El origen
de las especies. En ediciones posteriores de su
gran obra, Darwin se esforzó por incorporar
nuevos conocimientos y responder a los
críticos. Aunque el origen de las especies
cambio considerablemente entre la primera y
la sexta edición, el objetivo de Darwin se
mantuvo constante: demostrar el poder de la
selección natural en la formación gradual de
nuevas especies. La ciencia moderna ha
demostrado con creces la validez de la
confianza que Darwin tuvo en sus propios
descubrimientos.
DARWIN Y NOSOTROS
Darwin
presento
diversas
clases
de
información relacionada con el tema de la
evolución; la herencia y la variación, los
fósiles,
las
formaciones
geológicas,
la
distribución geográfica, la embriología, la
taxonomía y la homologa. Hay trabajos
recientes sobre la evolución que muestran la
vigencia de su investigación. De la época de
Darwin a la fecha, ha habido avances
individuales en cada una de tales disciplinas,
en ocasiones, han cambiado tanto que son
irreconocibles si se les compara con lo que
fueron el siglo pasado. Pero Darwin fue el
primero que mostró donde buscar las pruebas
de la evolución. En esta sección examinare
algunas de las formas en que la investigación
moderna ha conjuntado las partes de ciertos
rompecabezas preparados por Darwin, y como
Ha dado respuesta a preguntas que él mismo
no pudo ni siquiera formular.
El primer campo en que nuestra comprensión
de la evolución trasciende a la de Darwin es el
de la genética. Todos entendemos los
principios aunque no los detalles de la
herencia, y sin duda la genética molecular es
el logro individual más grande de las ciencias
naturales de nuestro siglo. La genética
moderna se deriva del trabajo del monje
austríaco Gregor Mendel (1822-1884) y
Darwin podría haberse beneficiado de él, pero
la importancia de tales observaciones no
fueron apreciadas hasta después de la muerte
de ambos. Es un malentendido común decir
que los trabajos de Mendel sobre el hibridismo
en las plantas, de 1866, fueron desconocidos
hasta 1900 de hecho, hay por lo menos ocho
referencias al trabajo de Mendel en la
literatura científica de 1866 a 1900. Sin
embargo, su trabajo no causo impacto alguno
entre la comunidad científica, porque la teoría
de Mendel parecía estar en desacuerdo con las
131
observaciones generales sobre la herencia.
Aquellos que leyeron el documento de Mendel
pensaron que sus observaciones sobre la
herencia de partes eran excepciones a la regla
general. Fue hasta este siglo cuando se
reconoció la importancia de la teoría de
Mendel.
Los descubrimientos de Mendel sobre los
patrones de la herencia en las plantas de
jardín, como los chícharos, lo llevaron a
proponer la idea de la herencia de partes. Al
estudiar algunos rasgos como el color de la
flor, la altura de la planta y la forma y textura
de la semilla, Mendel notó que las
contribuciones paternas se expresan con
desigualdad: la combinación no tiene lugar.
Para explicar los resultados, Mendel propuso
que estos rasgos o características eran
heredados como “elementos” (a los que ahora
llamamos genes). Se recibe un elemento de
cada progenitor. Algunos elementos son
dominantes y otros son recesivos; si la cría
tiene dos elementos o un elemento dominante
y uno recesivo, se manifestara el rasgo o
característica dominante; si solamente cuenta
con dos elementos recesivos, el rasgo
recesivo será el que aparezca.
Mendel eligió deliberadamente caracteres
simples,
representativos
de
extremos
opuestos, para sus experimentos; esto es,
caracteres con formas claramente perceptibles
y no intermedias. A los caracteres que se
heredan en esta forma se les llama
mendelianos. Sin embargo, la mayoría de los
caracteres están controlados por un número
de genes que actúa conjuntamente y modifica
las actividades del otro grupo. Por lo tanto, las
proporciones o relaciones muy simples
difícilmente se observaran al estudiar la
herencia, a pesar de que cada gen por
separado
es
heredado
a
la
manera
mendeliana. Por este motivo, se pensó
inicialmente que la herencia de partes era la
excepción y no la regla.
El propio Mendel desarrolló los conceptos de
dominante y recesivo, y su trabajo abarca una
clara distinción entre genotipo y fenotipo. Lo
que nosotros observamos directamente es el
fenotipo (la forma de la semilla o el color de
los ojos). Mientras que al conocimiento del
genotipo, que produce lo que observamos,
solamente puede llegarse por medios más
sutiles. Para el año 1900 cuando ya se
apreciaba en todo su valor el trabajo de
Mendel, los microscopistas tenían una buena
idea de lo que sucedía en dos clases de
divisiones celulares, la mitosis y la meiosis. En
la mitosis se puede observar que algunos
132
filamentos de núcleo de la célula, llamados
cromosomas, se dividen y cada célula hija
recibe una dotación completa de los mismos.
La mitosis es la forma común de división
celular. Pero las células sexuales atraviesan
por un proceso de división más complicado,
llamado meiosis. La meiosis conduce a la
formación de gametos, esto es, óvulos y
espermatozoides. Incluye dos divisiones del
núcleo, pero solo una duplicación de
cromosomas. Del proceso anterior resultan
cuatro núcleos hijos, cada uno de los cuales
tiene solamente la mitad de los cromosomas
de la célula madre. Durante la reproducción,
cada progenitor contribuye con un gameto, de
manera
que
cuando
el
óvulo
y
el
espermatozoide se unen, el producto es un
óvulo fecundado con una dotación completa
de cromosomas.
La observación del comportamiento de los
cromosomas durante la meiosis llevo a pensar
que pueden seguir los patrones de herencia
estudiados por Mendel. En 1909 el biólogo
danés Wilhelm Johannsen llamo gen a la
unidad mendeliana de la herencia, y los
trabajos experimentales efectuados por el
genetista
norteamericano
Thomas
Hunt
morgan y otros, determinaron, por la misma
época, que los genes se encuentran en los
cromosomas. Morgan llevó a cabo la mayor
parte de sus experimentos con la mosca de la
fruta,
o
del
mediterráneo,
Drosophila
melanogaster, y todavía es este insecto el que
continua aportando gran parte de la nueva
información genética.
Cada especie de planta o animal tiene un
número característico de cromosomas en sus
células; la Drosophila melanogaster tiene
ocho, los seres humanos tienen cuarenta y
seis. Sin embargo, seria más correcto decir
que las células humanas tienen veintitrés
pares, ya que cada cromosoma tiene su
pareja, en el lado opuesto, durante la división
celular. Por lo tanto, el núcleo de cada célula
somática contiene dos series complementarias
de genes, mientras que el gameto posee
solamente una serie, esto es, un miembro por
cada par de cromosomas. La importancia de
esto, en relación con la teoría de Mendel, es
obvia. Cada miembro de un par de
cromosomas homólogos lleva un filamento de
genes cifrado con los mismos caracteres. Así,
como cada cromosoma tiene su pareja, cada
gen también tiene lo que podríamos llamar su
“gen hermano”. Estos dos genes no son
necesariamente idénticos: controlan el mismo
carácter, pero pueden producir efectos
completamente diferentes en él. De cada par
de genes, uno proviene de cada uno de los
progenitores. Una cría puede heredar un gen
idéntico de cada padre; entonces se dice que
es homocigótico para ese gen. Si cada
progenitor
contribuye
con
un
gen
correspondiente
diferente,
la
cría
es
heterocigótica. Estos términos solamente se
refieren a los genotipos, pues la dominancia
encubre la expresión fenotípica de la
heterocigocis, y ésta puede manifestarse en la
aparición de rasgos recesivos de la cría.
Estoas conceptos son importantes para
comprender el sexo, ya que el sexo de un
individuo es determinado genéticamente en la
fecundación.
Hombres y mujeres tienen veintidós pares de
cromosomas en común, pero los cromosomas
del
par
vigésimo
tercero
–llamados
cromosomas sexuales- son diferentes para
cada sexo. Las mujeres tiene dos cromosomas
X, mientras que los hombre tienen un
cromosoma X y uno Y. Todas las células de los
óvulos humanos (con veintitrés cromosomas)
contienen un cromosoma X, mientras que las
células de los espermatozoides contienen un
cromosoma X o uno Y. El sexo del producto es
determinado, entonces, por la clase de
espermatozoides (X o Y) que fertiliza al óvulo.
Los cromosomas Y son mucho más pequeños
que los cromosomas X, y tienen menos genes.
Como la mujer tiene dos cromosomas X, rara
vez sufre de trastornos genéticos recesivos
que portan esos cromosomas X. Ella puede
portar un gen recesivo nocivo en uno de sus
cromosomas X sin que sufra consecuencias
personales. Sin embargo, la mitad de sus
hijos varones (en promedio) sufrirán la
expresión del gen, ya que el cromosoma Y del
hijo no tendrá un gen complementario al gen
recesivo dañino del cromosoma X. Los rasgos
o características heredados en esta forma, se
conocen como vinculados al sexo. La hemofilia
es la enfermedad más conocida que esta
vinculada al sexo. En tiempos de Darwin ya se
conocía, pero su patrón de herencia no pudo
explicarse por la teoría de la herencia
combinada. Las variaciones genéticas son
debidas a la reorganización accidental de los
cromosomas, que ocurre junto con el
intercambio de partículas de pares de
cromosomas correspondientes durante la
meiosis. A este proceso se le llama
intercruzamiento. El resultado final de tales
procesos es que la cría recibe una
combinación de los genes que poseían sus
progenitores. Sin embargo, ocasionalmente
puede ocurrir una mutación y un gen
completamente nuevo se llega a producir. En
ultima instancia, las mutaciones son el
incentivo para la evolución, pues es a través
de ellas que aparecen genes completamente
nuevos y, por lo tanto, nuevas variaciones
pueden ocurrir. Las mutaciones genéticas son
acontecimientos fortuitos, aunque puedan
incrementarse con la exposición a la radiación
y a ciertos productos químicos.
La mayoría de las mutaciones son nocivas ya
que disminuyen las aptitudes entre las crías y,
por lo tanto, son eliminados mediante la
selección natural. Sin embargo, en ocasiones
se produce una mutación benefica y los
individuos que la llevan adquieren mayores
aptitudes (mas adelante veremos algunos
ejemplos). Las nuevas especies se forman por
acumulación
gradual
de
genotipos
transformados, debido a una combinación de
la variación genética y de la selección natural:
a trabes de “el azar y la necesidad”, como lo
expuso el microbiólogo francés Jacques
Monod.
Este
es
un
planteamiento
contemporáneo de la parte medular de la
teoría de Darwin. Podemos ser aun más
precisos, ya que durante los últimos
veinticinco años la genética mendeliana se ha
transformado en genética molecular. Ahora
podemos comprender la base molecular de
algunos de los procesos biológicos descritos
anteriormente.
En 1953 James Watson y fransis Crick
anunciaron
que
habían
dilucidado
la
estructura química del material genético: el
ácido desoxirribonucleico (ADN). El ADN es
una molécula larga que consiste en una doble
cadena de unidades alternas de azúcar y
fosfato. Adherida a cada unidad de azúcar
está una de estas cuatro bases: adenina,
timina guanina o citosina (A,T,G,C). La
molécula larga de doble filamento está
trenzada en forma de hélice y, esta doble
estructura helicoidal es de tal forma que
puede “zafarse”, y cada mitad del filamento
de ADN puede sintetizar al medio filamento
complementario. El proceso se presenta
cuando los cromosomas se duplican durante la
división de la célula. La secuencia de las bases
es la que traduce claramente el mensaje
genético de la molécula de ADN. Las “letras”
individuales que forman un mensaje están
compuestas por tres bases consecutivas. Así,
las secuencias de los elementos ATTCGACGC
se leería: ATT,CGA,CGC.
Se ha determinado que tres secuencias
particulares en forma de tercias, significan
“alto”. Un gen principia y termina con la señal
de alto. Todas las demás secuencias de tercias
se codifican para los aminoácidos o sustancias
químicas que forman la estructura de las
proteínas. Hay veinte o más tipos diferentes
de aminoácidos, y la proteína se forma de una
133
cadena de ellos. Los aminoácidos presentes y
su secuencia dentro de la cadena, es lo que
otorga
ala
proteína
sus
propiedades
bioquímicas. Así, el código de la genética se
traduce en una proteína con funciones
específicas en la célula de un organismo vivo.
Lo sorprendente es que el código genético
parece ser universal, ya que, hasta donde se
sabe, el código de tercias de bases es el
mismo para los mismos aminoácidos en todas
las formas de vida sobre la Tierra. Este hecho
es, en sí, una rotunda evidencia de la unidad
de la vida de los senderos comunes de la
evolución.
La otra asombrosa implicación de este diseño
es que la función de los genes es simplemente
codificar la integración de las proteinas.
Propiamente dicho, no hay genes para el color
de los ojos. O la forma de las semillas; esto es
consecuencia fenotipica de proteína codificada
por un gen particular. Casi siempre las
proteínas mismas actúan como enzimas:
sustancias que controlan las reacciones
químicas en el organismo. Aunque la
proporcionen que los genes se traducen en
proteínas
puede
ser
controlada
por
determinado
número
de
factores,
la
información genética fluye en una sola
dirección: del ADN hacia delante. Esta
aseveración es llamada el dogma central de la
genética molecular. Se ha elaborado a partir
de un enorme circulo de información
experimental, y parece poco probable que sea
seriamente refutada. Esto significa que las
características adquiridas no son heredadas,
ya que no hay modo de que la información
adecuada alcance a las moléculas del ADN y
cambie la estructura genética. Sin lugar a
duda, se puede decir que el lamarkismo –tal
como se definió anteriormente- ha muerto y
no resurgirá.
Espero que estos detalles de uno de los temas
más fascinantes emanados de la biología
moderna, permitan al lector comprender
mejor el fenómeno de las mutaciones. Las
mutaciones ocurren, generalmente, por la
perdida o adición de una base, o por la
sustitución de una base por otra, durante la
reproducción de una molécula del ADN.
Además, un segmento completo del ADN
puede perderse o invertirse. Es muy sencillo
ver por qué las mutaciones son casi siempre
nocivas, ya que las interacciones de las
enzimas en el organismo están tan finamente
equilibradas que cualquier cambio tiene pocas
probabilidades de ser benéfico. Sin embargo,
ocasionalmente las mutaciones, con nuevas
enzimas, pueden ser de utilidad al organismo.
Un ejemplo reciente, que tiene particular
134
importancia para el hombre, es el desarrollo
de las bacterias resistentes a la penicilina.
La penicilina se desarrollo inicialmente
durante la segunda guerra mundial, y tuvo
gran éxito en el tratamiento de amplia
variedad de infecciones bacterianas. Todavía
es muy útil, pero en el curso de los últimos
veinte años, diversas clases de bacterias han
comenzado a producir una enzima que
invalida la acción de la penicilina y, en
consecuencia, se han hecho relativamente
resistentes a este antibiótico en particular.
Como la bacteria se puede reproducir cada
veinte o treinta minutos, no toma mucho
tiempo para que una forma mutante
reemplace a la forma original, si el medio se
mantiene constante. Así pues, en los
hospitales, donde es probable que el medio
bacteriano contenga antibióticos, es común
encontrar formas resistentes. En otros
medios, donde es poco probable que las
bacteria
entren
en
contacto
con
los
antibióticos, las formas resistentes son menos
frecuentes. No es solo la mutación, sino la
relación
entre
la
mutación,
con
sus
consecuencias genotípicas, y el ambiente, lo
que determina que las aptitudes de un
organismo
mutante
sean
disminuidas,
incrementadas o invariables.
Este ejemplo de la selección natural en las
bacterias nos da una buena idea de las
acciones moleculares. La genética molecular
también permite a los científicos estimar
grados de cambio evolutivo. La hemoglobina –
la proteína que conduce oxigeno en la sangreha sido ampliamente estudiada desde este
punto de vista, ya que se conoce la estructura
de la molécula de la hemoglobina de muchas
especies de vertebrados. Ésta varia de una
especie a otra, y la comparación de diferentes
secuencias de aminoácidos nos proporciona
una estimación de la cercanía genética de dos
especies. Como se podría esperar, la
hemoglobina humana es mucho más parecida
a la del chimpancé que a la de un pez o un
reptil.
Comparando
cuidadosamente
las
estructuras de la hemoglobina de diferentes
especies, se ha llegado a estimar que esta ha
cambiado su secuencia a una escala
aproximada de una sustitución por colocación
de aminoácidos cada 1000 millones de años, y
que esa escala es bastante constante. De
manera que podemos contar el número de
cambios que han ocurrido en diferentes
especies y obtener una estimación de las
afinidades entre ellas, lo que puede servir
para analizar las genealogías derivadas de los
estudios de anatomía comparada y de otros
testimonios la importancia potencial de una
pequeña mutación ubicada en una sola parte
del filamento del ADN (llamado mutación
puntual) está ilustrada en la hemoglobina –S
humana, que es la hemoglobina de la anemia
de
células
falciformes.
Ésta
es
una
enfermedad incapacitante y frecuentemente
mortal. La hemoglobina –S está codificada por
un gen recesivo que representado por el
símbolo Hbs. Como el gen es el recesivo, la
anemia de células falciformes sólo se presenta
en individuos homocigóticos del gen (Hbs
Hbs). Se le conoce como anemia de células
falciformes porque los glóbulos rojos de la
sangre se colapsan cuando disminuye la
concentración de oxigeno y su imagen es
falciforme bajo el microscopio. El individuo
heterocigoto (HbaHbs) no sufre esta anemia,
pero da formas falciformes en sus células
sanguíneas si la concentración de oxigeno es
muy baja, la diferencia entre la hemoglobina
normal y la falciforme es solamente un
aminoácido, resultado de una mutación
puntual en el gen que codifica la hemoglobina.
Sin embargo, las consecuencias para el
homocigoto (Hbs Hbs) pueden ser mortales.
Los pequeños cambios genéticos pueden tener
efectos
mortales;
pero
surge
la
interrogante:¿por
qué
este
rasgo
o
característica es tan común en algunas partes
de África? Hay pueblos en África occidental de
heterocigotos (Hba Hbs) para la hemoglobina
anormal. Si la selección natural operara con la
precisión que afirmaba Darwin, podríamos
esperar que un gen tan nocivo ya hubiera sido
eliminado.
Pero la clave se encuentra en la malaria, una
grave enfermedad parasitaria transmitida por
mosquitos que se reproducen en todas la área
donde es común el gen de hemoglobina-s, por
ejemplo en África occidental, donde la malaria
es casi general. Éste parásito entra al torrente
sanguíneo cuando el mosquito pica, se
reproduce con rapidez en individuos normales
y causa los síntomas clásicos de la malaria,
que pueden ser fatales. Pero en individuos
heterocigóticos por la característica de la
célula falciforme, el parásito es incapaz de
reproducirse exitosamente y los síntomas son
mucho menos severos,. Ha menudo se ha
dicho que el heterocigoto es resistente a la
malaria, porque sus glóbulos rojos se colapsan
cuando los invade el parásito, pero no es así
de sencillo. La verdadera explicación puede
ser que la forma mutante de hemoglobina no
puede ser digerida por el parasito y, por lo
tanto, los heterocigóticos (Hba Hbs) no
desarrollan la malaria.
Una vez más vemos como la aptitud esta
relacionada con el medio, pues en regiones
donde se presenta la malaria, ser heterocigoto
representa una ventaja sobre el homocigoto
(Hbs Hbs) con células falciformes y el
homocigoto (Hba Hba) con células normales.
En regiones donde no es frecuente la malaria,
el gen Hbs no seria seleccionado ya quien no
representaría
ventaja
alguna
para
su
portador, y si seria nocivo cuando se
presentara en condición homocigótica. Esto ha
sucedido entre la población negra de los
Estados Unidos. La mayor parte de los
esclavos que llegaron a dicho país provenían
de la costa occidental de África, y
posiblemente tuvieron una alta incidencia de
hemoglobina –S. Como Norteamérica no es
una región propensa a la malaria, la
frecuencia del gen Hbs ha disminuido, aunque
todavía cerca del cinco porciento de los
norteamericanos de origen africano muestra
rasgos
falciformes
heredados
de
sus
ancestros.
El aumento en la resistencia a la malaria de
individuos que poseen un gen de hemoglobina
–S ha dado como resultado dos grupos
distintos (Hba Hba y Hba Hbs) dentro de
cierta población humana. Se dice que estos
grupos diferentes, en una misma especie,
constituyen el polimorfismo. Las agrupaciones
para clasificación común de la sangre humana
(A,Ab,B,O), representan otro ejemplo de
polimorfismo en el hombre. Un caso de
polimorfismo aun más claro aparece en la
mariposa nocturna, Biston Betularia, que se
encuentra en las islas británicas. En las
regiones industriales de Inglaterra ha habido
un incremento en la frecuencia de una forma
mutante, negra o melanica, de esta mariposa.
Los mutantes negros, que eran muy raros y
se observaron por vez primera en 1849, para
finales del siglo XIX se habían vuelto de lo
más
común
en
el
área
altamente
industrializada
de
los
alrededores
de
Manchester y Liverpool. La especie ordinaria
es blanca-plateada, moteada con negro;
anteriormente
había
estado
muy
bien
protegida contra las aves depredadoras entre
los líquenes adheridos a los troncos de los
árboles donde permanecía oculta durante el
día.
Con la contaminación industrial del aire, los
líquenes murieron y el tronco de los árboles
ennegreció con el hollín, lo que ha ocasionado
que la variedad melanica esté ahora mejor
protegida que la especie clara. Una mayor
depredación en la especie clara que en la
melanica dio como resultado un aumento
gradual del mutante y una disminución del
original. Esta respuesta a la contaminación se
ha observado en númerosas clases de
135
mariposas, en otros insectos y en algunas
arañas. El melanismo industrial, como se le
conoce, ha sido también en ciertas partes de
Norteamérica y en la Europa continental,
sobre todo en el valle de Ruhr en Alemania.
Con la implantación de leyes contra la
contaminación en la Gran Bretaña, la variedad
melanica ya no es tan frecuente y las especies
claras han vuelto a aparecer en distintas
partes.
El auge de la variedad melanica de la
mariposa nocturna es uno de los mejores
ejemplos que tenemos de la evolución por
variación combinada con selección natural, en
un medio cambiante. Irónicamente, este
ejemplo de la selección natural en acción –
justo lo que Darwin necesitaba- tenia lugar
mientras que El origen de las especies se
editaba varias veces, pero nadie se percató de
ello en aquel momento.
La formación de un poliformismo en
determinadas especies esta muy lejos de la
especiaciòn (formación de las especies),
aunque Darwin siempre insistió en que una
variedad permanente debería considerarse
como una especie en formación. La genética
moderna nos ha dado una mejor idea de la
especiaciòn de la que Darwin tenia, aunque él
señaló con gran percepción la importancia
crucial del aislamiento en el proceso. El
aislamiento geográfico, como una fuerza de la
evolución, estaba arraigado en Darwin desde
las experiencias que obtuvo en las islas
Galápagos, las que visito durante su travesía
a bordo del Beagle. A pesar de que las islas se
encuentran solamente a unos 800 kilómetros
de la costa occidental de América del sur,
tienen flora y fauna únicas. Es mas, algunas
especies varían marcadamente de una isla a
otra. El gobernador de las Galápagos podía
identificar las islas de origen de cualquier
tortuga gigante que allí se encontrara,
simplemente por la forma y marcas de su
concha.
Las muchas especies de pinzones tenían
variaciones sorprendentes, sobre todo el
tamaño y forma de su pico, característica
obviamente relacionada con la forma en que
cada especie obtenía su alimento. Como las
islas Galápagos son de origen volcánico y
geológicamente reciente, su aislamiento del
continente americano (por aguas profundas y
corrientes rápidas) y de las islas entre sí
demostraron palpablemente a Darwin cómo se
podía desarrollar una nueva comunidad. El
aislamiento geográfico no solo previene la
dilución de los genes mutantes que se
presentan entre grupos aislados; también
puede exponer el grupo a nuevas condiciones
136
ambientales donde sean favorecidas nuevas
variaciones. Muchos biólogos de la actualidad
piensan que, casi siempre, las nuevas
especies se desarrollan a partir de pequeñas
poblaciones que, por alguna razón, se han
aislado del grupo progenitor. Ernst Mayr ha
sido un instrumento muy importante en el
establecimiento de la teoría de la especiaciòn
que se conoce como especiaciòn alopátrica
(allopatric
speciation),
que
significa
aproximadamente “ en otro lugar”. Los grupos
pequeños y aislados encuentran nuevas
presiones ecológicas y las mutaciones
favorables pueden esparcirse rápidamente.
Mayr cree que, bajo condiciones propicias, la
formación de especies puede ser un proceso
relativamente rápido. Existe mucha evidencia
de campo que apoya la importancia de la
especiaciòn alopátrica, y la velocidad del
proceso puede ser útil para explicar por qué
son tan raros los fósiles de transición o
intermedios.
Existen otros mecanismos por los que puede
ocurrir la reproducción aislada, algunas veces
sin necesidad de la separación física de los
grupos. Esos mecanismos pueden comprender
la variación de las épocas (las especies
cercanas pueden cruzarse en distintas épocas
del año), las complejidades de la conducta
(los elaborados rituales durante el cortejo son
uno de los medios importantes por los que se
reconocen
las
especies),
los
factores
mecánicos (los órganos reproductores de las
especies cercanas están estructurados para
evitar
la
copulaciòn),
las
preferencias
ecológicas (las especies relacionadas entre sí
prefieren diferentes ambientes, tal como los
insectos que comen hojas de diversas
especies de plantas y raramente entran en
contacto aunque habiten una misma región),
o las incompatibilidades fisiológicas (la cría de
cruzas intraespecíficas es débil o el embrión
no se desarrolla más allá de cierta etapa;
alternativamente, los híbridos intraespecificos
son saludables pero estériles o de poca
fertilidad, de manera que resultan incapaces
de reproducirse).
Darwin reconoció tales mecanismos pero no
creyó que podrían ser favorecidos por la
selección natural. Atribuyó todos los casos de
aislamiento reproductivo alas diferencias que
se `presentaron incidentalmente entre las
especies cuando aparecieron las divergencias
entre ellas. En parte estaba en lo cierto, la
esterilidad de los híbridos como la mula, es
causada por una divergencia en la estructura
y el número de las cromosomas de sus
progenitores, el caballo y el asno. La mula es,
en sí, muy fuerte pero causa de que los
cromosomas no hacen pares de manera
ordenada,
la
meiosis
no
procede
regularmente. Los gametos producidos tienen
o muchos o muy pocos cromosomas y, por lo
tanto, la mula es estéril.
Ahora se ha visto que, en tal situación, la
selección
natural
puede
favorecer
un
mecanismo aislante que actuó anteriormente
en el proceso reproductor para prevenir que
se formara el híbrido estéril. Supongamos que
dos especies, que pudieran cruzarse pero que
produjeran híbridos estériles o de poca
fertilidad coexistieran naturalmente: cada vez
que el macho y la hembra de diferente
especie se cruzaran, su esfuerzo reproductor
seria inútil en términos evolucionistas, ya que
el híbrido, siendo estéril, no propagaría sus
genes. Si apareciera un mutante que fuera
discriminante y que solamente se cruzara con
los dos de su propia especie, tendería a
transmitir sus genes, incluyendo el gen
“discriminador”, a las siguientes generaciones
y todas sus crías serian fértiles. La selección
natural favorecería al mutante discriminador
y, con el tiempo, la mutación se extendería a
la población. La especiaciòn es un fenómeno
genético y, como hemos visto, uno de los
medios en que nuestro conocimiento de la
genética –mendeliana y molecular- ha
ampliado la apreciación que tenemos la visión
de la vida elaborada inicialmente por Darwin.
Pero ¿dónde comenzó la vida? Para Darwin,
casi no existían fósiles anteriores al
cambriano. (Él pensó que había presentes
númerosos fósiles de una pequeña criatura, a
la que llamó Eozoon, en ciertos estratos
anteriores al periodo cambriano en Canadá,
pero posteriormente se demostró que tan solo
eran formaciones cristalinas.) Sin embargo, él
afirmo su creencia de que la vida se origino en
una sola fuente o en unas pocas formas
simples. Tanto la lógica de su teoría como sus
profundas
convicciones,
presuponían
la
existencia de la vida antes del periodo
cámbrico, con su fauna abundante y variada,
la que incluye representantes de casi todos los
invertebrados de nuestros días.
Hasta hace poco, el aparentemente súbito
descubrimiento de fósiles en el cámbrico era
motivo
de
preocupación
para
los
paleontólogos. sIn embargo, recientemente se
han llevado estudios micro paleontológicos de
gran precisión que revelan númeroso fósiles
unicelulares en rocas muy anteriores al
precámbrico, y en el cámbrico superior se han
encontrado fósiles de algunos organismos
multicelulares simples, tales como gusanos y
medusas. (Todavía es inexplicable porque los
organismos unicelulares que existieron como
tales hace 2000 o 3000 millones de años,
dieron lugar a númerosas criaturas diversas
del cámbrico en un lapso de solamente 200
millones de años; tal fenómeno quedo
encerrado en la mayor explosión de actividad
en los últimos 50 millones de años de dicho
periodo. La llamada “explosión cámbrica” es
un problema al que volveremos después.)
Esta investigación ha ampliado el tiempo de
vida sobre la Tierra de 570 millones de años
(la edad de los primeros depósitos cámbricos)
a cerca de 3350 millones, ya ha arrojado
nueva luz sobre los primeros seres vivientes.
Las células más primitivas no tenían núcleo y
los científicos las llaman procariontes. Existen
dos grupos de procariontes, la bacteria y el
alga azul-verde. Todas las plantas y animales
superiores, hongos, protozoarios y otras algas
diferentes a la azul-verde, son eucariontes.
Dentro de cada célula hay un núcleo
circundando por una membrana que contiene
los cromosomas y otras diversas estructuras
de las que carecen los procariontes.
Mientras
que
estos
últimos
pueden
intercambiar pequeñas porciones de material
genético de otras células entre sí, los
eucariontes tienen un proceso eficiente y
regular para el intercambio genético: la
reproducción sexual. La evolución de los
eucariontes a partir de los procariontes fue
uno de los acontecimientos más significativos
en la historia de la tierra.
La vida se origino sin duda en un ambiente
carente de oxigeno, y algunos de los primeros
organismos, como el alga azul-verde, tuvieron
un papel muy importante en la producción de
nuestra atmósfera moderna, ya que despiden
oxigeno gaseoso a través del proceso de la
fotosíntesis. Llevó cerca de mil millones de
años
para
que
estos
organismos
microscópicos transformaran la atmósfera en
un ambiente rico en oxigeno, como el que
ahora respiramos. Los cambios atmosféricos
efectuados por tales organismos primitivos
ilustran una generalización biológica muy
importante: las plantas y los animales no solo
existen en el medio, también lo transforma.
La Tierra no es únicamente el escenario donde
se representa la evolución, también es actor
en el drama.
Gran parte de nuestro conocimiento sobre los
primeros sucesos de la evolución debe ser
obtenido mediante una cuidadosa deducción.
Una serie de experimentos realizados por
Stanley L Miller y Harold C Urey, simulando lo
que pudo haber sido la condición del planeta
primitivo, han demostrado que muchas de la
unidades orgánicas básicas de la vida pueden
137
producirse a partir de una mezcla de agua,
metano, amoniaco e hidrógeno. Las descargas
eléctricas (semejantes a las producidas por los
rayos) aplicadas a la mezcla, aislada
herméticamente de la atmósfera, provén
númerosas
sustancias
orgánicas
más
complicadas, tales como los aldehídos, los
ácidos carboxílicos y los componentes básicos
de la proteína; los aminoácidos. Por supuesto
que hay una gran distancia entre Este “caldo
orgánico” y la célula viva y, hasta ahora,
nadie ha podido crear vida en el laboratorio.
Pero tanto los experimentos de Miller y Urey
como la investigación básica de la bioquímica,
desarrollada durante las dos ultimas décadas,
han explicados algunos de los probables pasos
en el inicio de la evolución bioquímica.
Es muy importante tomar en cuenta que la
síntesis de estos compuestos orgánicos
solamente fue posible en una atmósfera
carente de oxigeno.
Además, las radiaciones ultravioleta, así como
los relámpagos o rayos, fueron una fuente
importante de energía para la síntesis que se
llevo a cabo.
Dado que el oxigeno (O2) se acumulo en la
atmósfera, una capa de ozono (O3) se
desarrollo por enzima de él, y actualmente el
ozono filtra la mayor parte de la radiación
ultravioleta que emana del sol. Por estas
razones, entre otras, un organismo viviente
no podría producirse de novo hoy día en la
Tierra.
Pero en la época de Darwin se creía que la
“generación espontánea” era posible desde el
momento
que
pequeñas
criaturas
se
observaban bajo el microscopio en soluciones
en las que se les había añadido alguna
sustancia vegetal. De hecho, Lamarck y otros
de los primeros evolucionistas, como Robert
Chambers, se apoyaron en la generación
espontánea para sustentar el origen de los
organismos primarios. Ellos consideraron el
progreso evolutivo como inevitable: una
fuerza inexorable que empujaba a cada
criatura hacia niveles cada vez más altos de
perfección, y por esa razón sus teorías no
acataban la existencia continuada de las
“formas primitivas” en el preciso momento en
que fue publicado El origen de las especies,
Louis Pasteur llevaba a cabo sus experimentos
que
demostraban
que
la
generación
espontánea no ocurría, pero sus resultados no
representaron un problema para Darwin,
quien no veía razón alguna para que un
organismo primario persistiera sin cambios,
estando bien adaptado.
138
Volviendo al problema de la “explosión
cámbrica”: se han elaborado varias teorías
para explicar el fenómeno. Hay quienes
sostienen que la “explosión” es ilusoria, y que
la primera diseminación de los invertebrados
tuvo lugar durante el precámbrico, pero en
una localidad restringida, o en donde la
fosilización era imposible. A esto siguió una
rápida migración, debida a un cierto cambio
en las condiciones. Otro grupo de teorías
invoca un cambio en el ambiente que activo la
rápida diseminación de formas. La más
plausible de estas teorías sostiene que la
concentración de oxigeno solo logro un nivel
suficientemente alto para sostener animales
multicelulares a fines del precámbrico. Un
tercer grupo de teorías intenta simplemente
explicar la "“explosión"”en términos biológicos
o ecológicos, sin hacer mención de cambio
climatológico alguno. Una de ellas sostiene
que esta diseminación de formas fue activada
por la evolución de células eucariontes, las
cuales, con los cromosomas contenidos en su
núcleo, llevan a cabo una eficiente forma de
reproducción sexual desconocida entre los
procariontes.
La
presencia
de
este
refinamiento en la reproducción sexual
permitió un gran aumento en la tasa de
variación genética, lo que se tradujo en una
explosión de la diseminación adaptativa.
Pero, ¿cuándo se desarrollaron por primera
vez los eucariontes? Algunos paleontólogos
sostienen que fue mil millones de años antes
de que se iniciara el periodo cámbrico; en
cuyo caso, la teoría antes mencionada no es
muy convincente. Pero existe desacuerdo
sobre la interpretación de los microfósiles
antiguos, y otros paleontólogos piensan que
los eucariontes aparecieron mucho después,
en el precámbrico.
Puesto que los científicos están tratando de
comprender acontecimientos que tuvieron
lugar hace miles de millones de años, parece
que nunca conoceremos la historia completa
del origen de la vida. Pero la teoría de la
evolución es, sin duda, la más aceptada hoy
día por las ciencias naturales.
Las observaciones e investigaciones del
mañana podrán producir lo inesperado.
¿Quién pudo haber predicho la existencia de
un celacanto viviente? Esta especie de pez se
creía extinta desde hace 100 millones de
años. Por otro lado la magnitud y variedad de
las fenómenos explicables por la teoría de la
evolución, es asombrosa. Darwin inicio un
programa de investigación multidisciplinario
que, durante el siglo pasado, dio respuesta a
muchos interrogantes que se suscitaron con El
origen de la especies. Pero la biología
evolutiva contemporánea aun sigue sin dar
respuesta a muchos puntos de controversia; y
ahora mencionaremos algunos de ellos.
INVESTIGACION
Y
CONTROVERSIA:
BIOLOGÍA EVOLUTIVA ACTUAL
Al bosquejar un siglo de biología darwiniana,
puede haber dado la impresión de que la
mayoría de los asuntos de la evolución han
quedado minuciosamente resueltos. No es
cierto, pues cada rama de la ciencia cambia
constantemente, y la controversia proporciona
vigor y emoción al que hacer científico. Sin
embargo, hemos vistos varios aspectos que
parecen haber determinado sin duda alguna:
la realidad de la evolución; el ADN como
sustancia genética; y el dogma central de la
genética molecular. Cada una de estas áreas
del saber tiene, por supuesto, preguntas sin
respuesta, pero cada una contiene su parte
medular de testimonios en los que podemos
confiar.
En
la
actualidad
se
llevan
a
cabo
investigaciones sobre la importancia de la
evolución en cada una de las disciplinas que
Darwin exploro para probar su teoría.
Anatomía, embriología, fisiología, geología,
paleontología, genética, taxonomia y ecología:
todas tienen algo que aportar a la teoría de la
evolución. Tomemos unos cuanto ejemplos. La
teoría del desplazamiento continental sostiene
que las actuales masas terrestres estuvieron
alguna vez conectadas entre sí. Existe gran
evidencia que lo sugiere y de que todavía los
continentes se separan lentamente. Esta
teoría tiene consecuencias importantes para
explicar las observaciones que hicieron los
geólogos del siglo XIX sobre la similitud de los
fósiles encontrados en estratos antiguos del
Viejo y el Nuevo Mundo, sobre todo en el
hemisferio sur. Los creacionistas lo explicarían
fácilmente como resultado de la creación del
mundo entero, pero actualmente es posible
comprender tal fenómeno en términos de
desplazamientos continentales. Asimismo, los
nuevos conocimientos en las relaciones
taxonómicas de las especies pueden ser
recopilados con el empleo de computadoras
que
manejan
grandes
cantidades
de
información detallada para compararla. La
ciencia de la ecología, que Darwin fue el
primero
en
comprender
en
toda
su
complejidad,
ha
adquirido
vigencia
nuevamente, ya que el hombre cambia su
medio cada vez mas. Ahora la genética
molecular es una de las áreas de la
investigación biológica más excitantes, y hay
mucho que aprender sobre la regulación de
los genes, la expresión de los mismos y los
detalles de la estructura y función genética de
los organismos más complejos. Es tan
fundamental la teoría de la evolución para las
ciencias de la vida, que no hay investigación
biológica, en cierto nivel, que no sea relevante
para el tema. Mientras mayor sea el
conocimiento
que
tengamos
de
los
organismos,
mejor
comprenderemos
su
evolución.
Mas específicamente aún, existen cuatro o
cinco temas de controversia en la biología
evolutiva moderna, que deben mencionarse.
Ellos son: el problema de las mutaciones
neutrales, la universalidad de la selección
natural como mecanismo evolutivo, la
evolución del sexo, el origen del altruismo y la
“sociobiologia”, o la posibilidad de una síntesis
que incluya la biología evolutiva y las ciencias
sociales. Brevemente consideraremos cada
uno de ellos.
Ya hemos visto que la mutación lleva consigo
cierto cambio en la molécula del ADN, el cual,
a su vez, afecta las proteínas cuya síntesis
regula. Las mutaciones producen proteínas
alteradas y, en términos de la selección
natural
darwiniana,
las
benéficas
son
favorecidas y las nocivas son desechadas.
Pero ¿qué sucede con una mutación sin
consecuencias selectivas? ¿Qué pasa si una
nueva molécula de proteína, con un
aminoácido sustituido, lleva acabo su función
con la misma eficiencia? Bajo circunstancias
normales, en una población amplia y que se
produce libremente, una mutación de este
tipo no aumentara su frecuencia. Sin
embargo, algunos biólogos sostienen que un
buen porcentaje de mutaciones son neutrales,
en cuyo caso esto representa una importante
fuente de cambio evolutivo no darwiniano (es
decir, una fuente de cambio no afectado por la
selección natural), aun cuando las mutaciones
neutrales no conduzcan, por si mismas, a
nuevas adaptaciones.
Las diferencias entre proteínas, debidas a
tales mutaciones, pueden ser detectadas con
una gama de técnicas bioquímicas. Durante
los últimos diez años, el emplear estas
técnicas los genetistas han descubierto
muchas más variaciones en las proteínas de la
población de lo que se hubiera podido pensar.
La existencia de más de una forma de
proteína en una población es conocida como
polimorfismo proteínico,. Para que Este
polimorfismo se mantenga por selección
natural, una parte de la población debe morir
como sucede en el caso de la anemia de
células falciformes, en el ejemplo de la
malaria. Si todos los polimorfismos proteínicos
139
que se han encontrado se hubiera mantenido
por selección natural, entonces los cálculos
nos dicen que el número de individuos que
tendrían que morir superaría a menudo la
capacidad reproductora del organismo.
Por lo tanto, los evolucionistas han tenido que
volver a la conclusión de que estas variantes
en las proteínas son neutrales. De ser así, no
requieren cambiar de frecuencia de una
generación a otra, y todas las proteínas deben
mostrar el mismo monto de polimorfismo.
Pero, de hecho, algunas proteínas son mucho
más variables que otras. ¿Por qué? La
cuestión de las mutaciones neutrales continua
siendo uno de los problemas centrales de la
teoría moderna de la evolución.
Las mutaciones neutrales representan un
medio para que otros factores, apartes de la
selección
natural,
puedan
afectar
el
agrupamiento de genes; otro lo es la deriva
génica, pero esta solo opera en pequeñas
poblaciones. En ausencia de la selección
natural, el gen no debería cambiar de
frecuencia entre una generación y la
siguiente. En poblaciones grandes, deberá ser
así pero en poblaciones pequeñas las
frecuencias de los genes pueden cambiar
debido a la casualidad. Si lanzamos al aire
cien veces una moneda, es poco probable que
obtengamos cien cruces y ninguna cara, pero
si la lanzamos dos veces, es muy posible que
recibamos dos cruces y ninguna cara. Este
efecto casual, cuando la frecuencia es
pequeña, es lo que produce la deriva génica.
En poblaciones pequeñas, tanto humana como
de otros organismos, los efectos de deriva
génica pueden observarse a menudo. La
frecuencia de los caracteres en tales
poblaciones pueden diferir considerablemente
de la frecuencia con que aparecen los mismos
caracteres en grandes poblaciones, de las
cuales se han aislado. Por ejemplo: en
grandes núcleos de población humana son
raros la mayoría de los trastornos genéticos;
pero en la comunidades religiosas cerradas,
como es el caso de la comunidad Amish
Pensilvania, en los Estados Unidos, un mismo
trastorno genético, como el síndrome de
Troyer (una forma de distrofia muscular), es
bastante común. En estos casos, casi siempre
las comunidades han sido fundadas por un
reducido número de individuos, algunos de los
cuales pudieron ser portadores de raros genes
recesivos, en condición heterocigótica. En
poblaciones pequeñas derivadas por completo
de sus fundadores, tales genes se vuelven
comunes
por
las
probabilidades
del
desplazamiento genético, y los individuos
homocigotos por los genes recesivos y que
140
por tanto exhiben la característica recesiva,
son más frecuentes que en el mundo exterior,
los trastornos genéticos son solamente las
manifestaciones más obvias de los cambios de
las frecuencias genéticas en el agrupamiento
de genes en una población pequeña.
El debate sobre las mutaciones neutrales y la
deriva génica forma parte del argumento
entre quienes piensan que todas las
características que un organismo muestra
tienen un significado adaptativo, y los creen
que algunas estructuras son simplemente
fortuitas o que resultan de un desarrollo
limitado, del cual no siempre estamos
conscientes. Un ejemplo de esto último es el
mentón humano. Esta conformación que no
tiene ninguno de los simios superiores, era
una incógnita para los biólogos, hasta que se
descubrió que no tenia ningún significado
adaptativo. El mentón es el resultado de
diferentes grados de crecimiento que operan
en las márgenes superior e inferior de la
mandíbula
inferior.
Esos
grados
de
crecimiento han disminuido en relación con
nuestros ancestros, pero el crecimiento del
borde superior se ha reducido mucho más y
ha dado como resultado una protuberancia en
el margen inferior que es lo que llamamos
mentón. Este es un ejemplo de un fenómeno
general que se conoce como alometria.
Como ejemplo de argumento sobre el
significado adaptativo, está el que se refiere a
los variados y complejos patrones que se
observan en las conchas de muchos moluscos,
que para algunos evolucionistas no son
adaptativos. Sin embargo, la importancia
funcional de cualquier carácter puede no ser
obvia, a menos que la conducta y las
relaciones ecológicas del organismo se
comprendan cabalmente. Se pensó por mucho
tiempo
que
las
franjas
de
patrones
polimórficos y la coloración de ciertas especies
de caracoles de tierra. Cepea nemoralis, no
tenían significado adaptativo alguno. Estos
caracoles existen en color rosa, amarillo y
café, con cinco, tres, una o ninguna franja
negroide.
Después de observar cuidadosamente el
tordo, uno de los depredadores de caracol,
Philip Sheppard a Arhur Cain pudieron
demostrar que esta ave tiende a capturar los
caracoles más llamativos, y que en algunos
lugares una clase está mejor disimulada que
otras. Por ejemplo, en pastizales, los
caracoles de concha café eran capturados con
mayor frecuencia que los de concha amarilla,
cuyo color los ocultaba; pero entre las hojas
secas, en cambio, los de concha café estaban
más protegidos. En los pastizales, los
caracoles de cinco franjas tenían ventaja,
pues se confundían con los tallos de las
plantas. Antes de determinar si una
característica es o no adaptativa, debe
estudiarse cuidadosamente la biología del
organismo como un todo.
todavía es desconocida. MIentras tanto, es
claro que la teoría moderna de la evolución
emplea la selección natural, al igual que lo
hizo
Darwin,
aunque
la
genética
de
poblaciones y la genética molecular han
transformados el modo de comprenderla.
Por otro lado, los críticos de la tesis de que
“todo es adaptativo”, tienen un punto a su
favor cuando dicen que si uno se lo
proporcione
es
muy
fácil
encontrar
explicaciones
adaptativas.
Si
cualquier
característica se acepta automáticamente
como adaptativa, no es difícil, en la mayoría
de
los
casos,
construir
explicaciones
plausibles. Darwin mismo reconoció esta
trampa cuando escribió:
¿Evolucionaron el sexo y la reproducción
sexual también a trabes de la selección
natural? Sin lugar a dudas la respuesta es
afirmativa. Pero como probablemente la
reproducción sexual se desarrolló hace 1000 o
2000 millones de años. Muchos detalles son
desconocidos. En general, la reproducción
sexual es la característica que separa a los
eucariontes de los procariontes, aunque
ocasionalmente
ciertos
procariontes
intercambian información genética entre sí, y
algunos
eucariontes
se
reproducen
asexualmente. En términos evolutivos, la
reproducción sexual es de suma importancia
ya que númerosas especies le dedican mucha
energía. La ventaja de la reproducción sexual
es obvia, ya que propicia una gran
variabilidad.
Un
organismo
asexual
simplemente produce copias idénticas a si
mismo, por lo que su potencial para el cambio
es limitado, y éste solamente se puede
presentar por la vía de la mutación genética.
En este marco, el logro de dos mutaciones
favorables por un solo individuo requiere dos
acontecimientos independientes, mientras que
las especies que se reproducen sexualmente,
las probabilidades de que los genes se
encuentren por medio de intercambio genético
son mucho mayores.
Si solo hubiera existido pájaros carpinteros
verdes y no se conocieran muchas especies
negras y de varios colores, me atrevería a
decir que hubiéramos creído que el color
verde era una hermosa adaptación para
ocultar de sus enemigos estas aves que viven
en los árboles y, en consecuencia, que era
éste un carácter de importancia que había
sido adquirido mediante selección natural,
cuando en realidad el color probablemente es
debido, en su mayor parte, a la selección
sexual.
Las polémicas entre “seleccioncitas” y
“neutralistas” no deben representar un
retroceso a los desacuerdos del siglo XIX,
cuando muchos científicos que aceptaron la
evolución cuestionaron la selección natural
como su principal mecanismo.
A partir del trabajo de los genetistas de
poblaciones, efectuado entre los años de 1930
y 1940, el funcionamiento de la selección
natural sobre las variaciones y mutaciones ha
sido ampliamente reconocido como la fuerza
impulsora del cambio evolutivo, y la
investigación de númerosos evolucionistas
contemporáneos
como
Ernst
Mayr
y
Theoodosius Dobzhansky tiende a confirmarlo.
Sin embargo, todavía hay biólogos que se
sienten incómodos ante la idea de que la
selección natural sea un concepto tan elástico.
Tanto la adaptación como la selección natural,
aunque son intuitivamente fáciles de captar,
con frecuencias son difíciles de estudiar
rigurosamente, ya que su investigación
implica no solamente relaciones ecológicas
muy complejas, sino también la aplicación de
matemáticas avanzadas a la genética de
poblaciones. Los críticos de la selección
natural pueden esta en lo cierto al cuestionar
su universalidad, pero la importancia de otros
mecanismos, tales como las mutaciones
neutrales y los desplazamientos genéticos,
Por otro lado, un individuo femenino de una
especie, que optara por la reproducción
asexual,
de
inmediato
aumentaría
aproximadamente al doble si adecuación
genética. Es decir, todo su esfuerzo
reproductor lo dedicaría a reproducir sus
propios genes, en lugar de que la mitad de
ese esfuerzo se empleara en los genes de la
pareja. Así que, dicho de otra forma, un
individuo transmitiría el doble de copias de
sus genes a la siguiente generación. Por lo
tanto, se podría esperar que los individuos
femeninos de una especie bien adaptada, se
inclinaran con frecuencia por la reproducción
asexual o partenogénesis (y que las
poblaciones se convirtieran en básicamente
femeninas). El hecho de que esto no suceda,
confirma la naturaleza siempre cambiante del
medio, que requiere que las especies se
adapten constantemente a circunstancias
ligeramente diferentes; esto conoce como
seguimiento ambiental; dicho de una manera
coloquial, como la hipótesis de la Reina Roja
(en honor del personaje de Alicia en el país de
141
las maravillas, quien tenia que mantenerse
corriendo para permanecer en su sitio).
El individuo que mantenga su cría aislada del
agrupamiento genético, reproduciéndose por
partenogénesis, la destinará a la extinción, ya
que sin la variabilidad que proporciona la
reproducción sexual no podría seguir al mismo
ritmo de su entorno.
Muchos
animales
invertebrados
se
reproducen, a veces, por partenogénesis, pero
este proceso generalmente se alterna con la
reproducción sexual. Los pulgones, por
ejemplo, se reproducen asexualmente durante
el verano, cuando existe gran provisión de
alimentos. Entonces nacen pulgones hembras
sin alas, que rápidamente dan origen a
nuevas hembras sin alas, lo que se traduce en
una explosión de la población. Los machos
solamente nacen en el otoño, cuando tiene
lugar la reproducción sexual; se ponen los
huevecillos, los que se conservan durante el
invierno, y emergen en la primavera
siguiente. Hay algunas plantas en la
reproducción sexual ha perdido importancia,
pero sucede en unas cuantas, como las
zarzas, especie de Rubus, y el diente de león,
especie de Taraxacum, que son altamente
eficientes y cuentan con medios para
expandirse vegetativamente.
Darwin argumentaba que la selección natural
actúa solo en el individuo (aunque hizo una
excepción de los insectos sociales). Los
biólogos de hoy tienen una opinión similar,
pero en el ínterin surgió una teoría bastante
confusa, que sugería que la selección natural
podía presentarse en las especies; sin
embargo, fue aceptada por algunos y se
volvió muy popular. Con esta teoría se
pretendía explicar lo que podrían ser actos
altruistas de un animal hacia otro, o hacia un
grupo. En la versión popular de la teoría, se
decía que esos actos eran “por el bien de la
especie”.
Tales explicaciones se descartan con solo
pensar un poco: un ave hembra no protege ni
alimenta a sus cría “por el bien de la especie”,
sino por la propagación de sus propios genes.
(Se debe tener en cuenta que este no es un
motivo, sino que tal ave no tuviera
genéticamente
determinado
el
“instinto
materno”,
sus
genes
se
extinguirían
rápidamente, pues sus crías no sobrevivirían).
De igual manera, las aves no limitan el
número de huevecillos que ponen para
prevenir la explosión de la población, “por el
bien de la especie”. Si ponen solo cuatro
huevecillos es porque serian incapaces de
recolectar comida suficiente para cinco aves
142
recién nacidas, y todas o casi todas morirían
de hambre; por lo tanto, no llevarían adelante
la transmisión de los genes de sus
progenitores.
Otros casos de altruismo no pueden ser
pasados por alto. En las hordas de mandriles,
un miembro no puede arriesgar su vida en
defensa del grupo.
En ciertas especies de aves, no todos los
miembros se aparean ni crían a sus pequeños;
las aves que no lo hacen, pueden ayudar a su
hermana a conseguir un compañero, o pueden
ayudar a criar a los menores. Hay una teoría
que parece explicar todas estas formas de
comportamiento en términos darwinianos: la
selección familiar. Esta teoría, en su forma
más simple, afirma que con un hermano se
comparten los genes (la mitad) como un hijo;
de modo que, ayudando al hermano a
sobrevivir y a reproducirse, se ayuda a
perpetuar los propios genes (dicho de otra
manera, se aumenta la adecuación genética),
tal como si se protegiera al propio hijo. El
grado de parentesco de cualquier pareja de
individuos es calculado según el porcentaje de
genes que tiene en común, y se han hecho
mediciones para ver hasta donde un individuo
debe mostrar “altruismo” hacia otro. La teoría
es atractiva, pero hay trabajos que indican
que el parentesco no puede ser equiparado
con el avance en la aptitud genética alcanzada
por un hecho altruista tan sencillamente como
se ha sugerido, y que se requiere de un
enfoque matemático mucho más complejo que
tome en cuenta, por ejemplo, la edad y el
potencial reproductor del parentesco para su
determinación. Para poner un ejemplo
sencillo, se puede alcanzar muy poca
capacidad genética al rescatar a un hermano
mayor que por sí solo tiene posibilidades de
sobrevivir.
Uno de los casos de altruismo más difíciles de
explicar es el del ave que da un grito de
alarma cuando se acerca un gavilán. Es te
grito permite que la banda escape al mismo
tiempo, confundiendo al gavilán y reduciendo
el número de pájaros capturados. Pero el
pájaro que dio el grito se hace notorio y, por
lo tanto, tiene mayores posibilidades de que lo
atrapen. Solamente si un gran número de
aves de la bandada esta emparentando con él,
puede
explicarse
esta
conducta
como
selección de parentesco.
Como Darwin observo, los insectos sociables
son un caso excepcional. La obrera estéril se
puede decir que realmente trabaja por el bien
de la colonia. La selección natural funciona en
la colonia, vista ésta como un todo; por lo
tanto, la colonia se concibe de mejor manera
como un hiperindividuo, en el cual cada
miembro actúa en forma análoga a las células
del cuerpo; puesto que las obreras son
irreversiblemente estériles, sus actividades no
pueden considerarse como “altruistas”, ya que
el auto sacrificio no es posible si no hay algo
que sacrificar. La verdadera incógnita en
relación con estos insectos sociables la
encontramos en la etapa primaria de su
evolución.
El abuso del termino “altruismo”, en este
contexto, y la atención desmedida que se le
ha dado al debate, son indicativos de lo que
está realmente en juego. ¿Es el altruismo
entre los seres humanos simplemente una
expresión más de la evolución de funciones?
Dicho de otra forma, ¿trascienden los valores
humanos el mundo de la selección natural, o
es posible entender nuestro comportamiento a
trabes de una juiciosa combinación de biología
evolutiva, la etologia (el estudio de la
conducta animal) y las ciencias sociales? él
biólogo de Harvard, Eduard O. Wilson, es el
principal patrocinador de la tesis de que la
biología y las ciencias sociales se pueden
amalgamar en lo que él llama “sociobiologia”.
CUESTIONARIO
1.- ¿POR QUÉ, A PESAR DE QUE DARWIN NO
FUE EL PRIMERO EN HABLAR DE EVOLUCION,
SU TRABAJO MARCA EL ORIGEN DE LA
CONCEPCION MODERNA DE EVOLUCION?
2.- ¿CUÁLES FUERON ALGUNOS DE LOS
PUNTOS QUE DARWIN NO LOGRO EXPLICAR
ADECUADAMENTE EN El ORIGEN DE LAS
ESPECIES?
¿CÓMO
SE
RESOLVIERON
POSTERIORMENTE?
3.- ¿QUÉ RELACION EXISTE ENTRE
TRABAJOS DE DARWIN Y MENDEL?
LOS
4.- DISCUTA EL SIGNIFICADO DE LAS
MUTACIONES
PUNTUALES
DENTRO
DEL
PROCESO
DE
SELECCIÓN
NATURAL
Y
EVOLUCION, Y LA VALIDEZ DE LA SELECCIÓN
NATURAL
COMO
UNICO
MECANISMO
EVOLUTIVO.
Wilson afirma que como algunos de los rasgos
de la conducta humana son universales, la
transmisión cultural no puede ofrecer una
explicación cabal. Él sostiene que algunas
conductas, como el rechazo al incesto, pueden
tener una base genética. Las ideas de Wilson
han
provocados
violentas
criticas
y
ciertamente existe el peligro de extrapolar la
conducta animal a la humana, o viceversa, a
la manera poco critica que caracteriza mucha
de la “sociobiologia”. Uno se debe preguntar si
se puede hablar de conducta de los animales
en términos humanos, los que han sido
ampliamente usados por los sociobiólogos,
tales como “fidelidad” y “coqueteo”, sin
prejuiciar
inmediatamente
nuestras
conclusiones a favor de la analogía implícita.
Ciertamente que hay muchas fallas, pero
también hay mucho que tomar en cuenta. Un
planteamiento más riguroso, y una discusión
menos apasionada por parte de quienes están
en desacuerdo son necesarios.
Por lo pronto, esto es cierto: todos los
aspectos de la moderna biología evolutiva se
pueden considerar como parte del programa
de investigación iniciado con El origen de las
especies, sin duda el trabajo sobre biología
más importante jamás escrito.
143
CAMBIO CONCEPTUAL Y
METODOLÓGICO EN LA
ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE
DE LA EVOLUCION DE LOS SERES
VIVOS
UN EJEMPLO CONCRETO
GENÉ, A.
DEPARTAMENT
DE
DIDACTICA
DE
LA
MATEMÁTICA
I
DE
LES
CIENCIES
EXPERIMENTALS.
UNIVERSITAT AUTÓNOMA DE BARCELONA.
CAMP DE MART, 33, 25004 – LLEIDA.
SUMMARY
In this work we developed and assessed the
efficiency of a didactic lesson based on the
science teaching-learning paradigm as a
conceptual, methodological and attitudinal
change.
For this purpose we chose the topic of the
evolution of living beings through natural
selection.
INTRODUCCIÓN-PLANTEAMIENTO
PROBLEMA E HIPOTESIS DEL TRABAJO
DEL
Desde el trabajo de Lucas (1971), en el que
por primera vez se constata la similitud entre
las explicaciones de los alumnos respecto a la
evolución de los seres vivos con las de
Lamarck, las investigaciones sobre las
preconcepciones referidas ha este tema han
ido aumentando. Se ha mostrado la
coincidencia de estas ideas en estudiantes de
muchos países lejanos entre sí, tanto
geográfica como culturalmente. Así, Jungwirt
(1975) encuentra ideas lamarckianas en
escolares de Israel; Brumbi (1980), en
escolares Ingleses; Hallden (1988), en
adolescentes suecos; Kinnear (1983) y Martín
(1983), en estudiantes de Australia.
En nuestro país, dos recientes trabajos
(Alvadalejo y Lucas 1988 y Jiménez
Aleixandre
1989)
han
estudiado
las
características de los pensamientos de los
alumnos sobre este tema. El primero muestra
las concepciones sobre la mutación entre los
estudiantes de BUP. Jiménez Aleixandre en su
interesante tesis doctoral, además de estudiar
las concepciones de los alumnos, propone un
modelo de enseñanza / aprendizaje para salir
al paso de los errores.
144
Nuestro trabajo no pretende mostrar que hay
concepciones incorrectas. Nuestro estudio
plantea hasta que punto un determinado
modelo didáctico puede favorecer o no la
superación de estas preconcepciones.
En nuestra opinión, el hecho que los
estudiantes expliquen las modificaciones de
los seres vivos de la misma manera que lo
hizo Lamack, no puede ser debido a la
casualidad. No puede explicarse por el azar.
Pensamos con Gil (1983; Gl Carrascosa.
1985) que la coincidencia de las ideas es
debida a la coincidencia en la metodología
utilizada para aproximarse a la realidad. Una
metodología que no va más allá de la
evidencia, de la simple observación y de la
inducción de conclusiones a partir de la
misma.
La utilización de instrumentos de aprendizaje
de estas características lleva a pensar que un
órgano crece porque se usa mucho, y se
atrofia si no se usa. Que estas características
pasen de padres a hijos también es fácil de
explicar, con el sentido común, por la herencia
de los caracteres adquiridos, como lo hizo
Lamarck. Veamos algún ejemplo.
Planteamos a alumnos de 14 años la siguiente
cuestión. (Grau 1989):
Las aves acuáticas que nadan por la superficie
del agua utilizan las patas para impulsarse
tienen
una
membrana
interdigital
desarrollada, como la de la figura, que hace
más eficaz el movimiento de la pata, y por lo
tanto, su desplazamiento.
Explica como crees que se ha originado esta
membrana.
Respuesta Escolar: yo pienso que las aves
acuáticas van desarrollando esta membrana a
lo largo de su vida hasta llegar a adultos.
Quiero decir que como los patos desde
pequeños están en contacto con el agua, el
movimiento continuo de sus patas hace que la
membrana vaya siendo cada vez más fuerte.
Si no se encontrara en contacto con el agua,
esta membrana desaparecería ya que no
tendría ninguna utilidad. Los patos pequeños
heredan de sus padres esta membrana.
Respuesta de Lamarck: Filosofía Zoológica
(1809).
...En todo animal que no haya llegado al final
de su desarrollo, el uso frecuente y sostenido
de un órgano, lo fortifica, lo desarrolla lo
agranda y le da una potencia proporcional a la
duración de uso. En cambio, la falta constante
de uso de un órgano, lo debilita, lo deteriora,
disminuye progresivamente sus facultades y
acaba por hacerlo desaparecer.
3. ¿Qué pasa
cuando
ambientales cambian?
Todo cambio adquirido en un órgano por un
habito de uso suficiente, se conserva y pasa a
las otras generaciones si el cambio es común
al macho y a la hembra...
4. ¿Qué es una mutación?
Siguiendo con nuestro razonamiento, si la
causa de exista coincidencia entre la ideas de
Lamarck y nuestro alumnos está en la forma
“natural” de acercarse a la realidad, será
preciso modificar esta metodología para que
superen las concepciones incorrectas. Pero
¿en qué sentido debe modificarse la forma de
acercarse a la realidad?
Un primer requisito será hacer dudar de las
evidencias, hacer dudar del sentido común.
Para ello se deben plantear cuestiones o
situaciones que no puedan explicarse por el
pensamiento del alumno, por su propio
paradigma.
El conflicto que surge con el propio
pensamiento es el punto de partida para ir
construyendo nuevos conocimientos pero, eso
sí, con una metodología diferente que parta
de este problema-conflicto. La solución a este
problema ha de estar dirigida por hipótesis de
trabajo cuya contrastacion vaya permitiendo
destruir los errores y construir un nuevo
marco conceptual, una nueva teoría.
Nuestra hipótesis de trabajo pues, se concreta
en que la utilización de una unidad didáctica
con estas orientaciones facilitara la superación
de las concepciones incorrectas de los
alumnos y la construcción de la teoría de la
evolución de los seres vivos por selección
natural.
Vamos a continuación a mostrar como ha sido
contrastada esta hipótesis.
DISEÑO EXPERIMENTAL
El eje central del diseño experimental ha sido
la confección de una unidad didáctica
fundamentada en el modelo que se propone.
El hilo conductor de esta unidad –de la que se
muestra algunos fragmentos en el anexo- ha
sido la consideración de aspectos clave, que a
nivel
histórico,
fueron
útiles
para
la
construcción de la teoría de la evolución por
selección natural.
La unidad plantea los siguientes problemas:
1. ¿Cómo cambian los seres vivos?
2. ¿Puede variar el número de individuos de
una población?
las
condiciones
5. ¿Cómo actúa el ser humano sobre las
especies para sacar beneficio?
6. ¿Por qué son tan diferentes los individuos
salvajes y domésticos de una misma
especie?
7. ¿Cómo se forman las nuevas especies?
8. ¿Qué les paso a los dinosaurios?
9. ¿Dónde esta localizado el material
genético que hace que un ser vivo
modifique sus características?
10. ¿Puede explicarse la evolución humana
por la teoría de la evolución por selección
natural?
11. ¿Ha influido la teoría de la evolución de los
seres vivos en la sociedad humana?
La unidad didáctica se trabajó con alumnos de
8º de EGB y futuros profesores de primaria.
Las actividades de la unidad pensadas para
conectar con los conocimientos previos y, por
tanto, para iniciar el aprendizaje, fueron
utilizadas para conocer estadísticamente los
preconceptos. Estos primeros resultados han
sido utilizados como punto de referencia, al
servir para ver hasta que punto se había
conseguido el aprendizaje significativo de la
evolución de los seres vivos por selección
natural.
Paralelamente se ha contado con dos grupos
control que han trabajado el tema durante el
mismo curso con las metodologías de trabajo
de aula habituales. Una metodología (grupo
c,1) responde al modelo de transmisión de
conocimientos elaborados. El grupo c,2
trabajó con un modelo activo o de
descubrimiento autónomo. Los resultados
correspondientes a los maestros de primaria
en formación se han comparado con un grupo
de futuros maestros de ciencias que habían
estudiado este tema en BUP y COU.
Pasamos a continuación a concretar el diseño,
presentando las cuestiones utilizadas, tanto
en el pretest como en el postest.
Cuestión 1. Las aves acuáticas que nadan por
la superficie del agua y utilizan las patas para
impulsarse tienen una membrana interdigital
desarrollada, como la de la figura, que hace
más eficaz el movimiento de la pata y por lo
tanto su desplazamiento.
Explica como crees que se ha originado esta
membrana.
145
Esta pregunta (Grau 1989), basada en un
problema planteado por Lamarck en su libro
de Filosofía Zoológica, ha sido pasada como
pretest a alumnos de 8º de EGB y futuros
maestros en número aproximado de un
centenar.
Cuestión 2. Cuando se utilizaron por primera
vez los insecticidas aerosoles contra las
moscas y los mosquitos, resultaron muy
eficaces, es decir, casi todos los insectos
morían cuando se ponían en contacto con el
insecticida.
Hoy 30 años después, solamente una pequeña
proporción de estos insectos muere cuando
utilizamos los aerosoles con la misma
composición.
ALUMNOS QUE DAN UNA RESPUESTA
LAMARCKISTA
%
100
90
80
70
60
50
40
30
20
Explica por qué crees que esto ocurre.
10
Esta cuestión ha estado utilizada previamente
por Jiménez Aleixandre (1989), y ha servido
como postest para ver hasta que punto se
había conseguido el aprendizaje significativo
de la evolución de los seres vivos por
selección natural. Ha sido pasada a los grupos
control, y a los alumnos de 8º de EGB y
futuros maestros.
0
A continuación vamos
resultados obtenidos.
a
presentar
los
RESULTADOS-ANALISIS Y CONCLUSIONES
Cuestión 1: pretest. Las aves acuáticas que
nadan por la superficie del agua y utilizan las
patas para impulsarse tienen una membrana
interdigital desarrollada, como la de la figura,
que hace más eficaz el movimiento de la pata
y por lo tanto su desplazamiento.
Explica como crees que se ha originado esta
membrana.
(1)
(2)
(1) Alumnos de 8º de EGB antes de empezar
a trabajar el tema con el modelo de
enseñanza / aprendizaje que se propone.
N=30; %=92´3: sd=4´8.
(2) Futuros maestros de primaria antes de
empezar a trabajar el tema con el modelo de
enseñanza / aprendizaje que propone. N=54;
%=85’1; sd=48.
Cuestión 2. Cuando se utilizaron por primera
vez los insecticidas aerosoles contra las
moscas y los mosquitos, resultaron muy
eficaces, es decir, casi todos los insectos
morían cuando se ponían en contacto con el
insecticida.
Hoy 30 años después, solamente una pequeña
proporción de estos insectos muere cuando
utilizamos los aerosoles con la misma
composición.
Explica por qué crees que esto ocurre.
146
ALUMNOS QUE DAN LA RESPUESTA
CORRECTA
%
100
Hemos de indicar que los alumnos de 8º de
EGB,
que
utilizaron
el
modelo
que
proponemos se les planteó, después de tres
meses de termino el tema, dos problemas
para ver si en sus soluciones aplicaban
adecuadamente la teoría de la evolución por
selección natural. En ambos problemas las
respuestas correctas superaron el 80%.
Estos resultados parecen ser esperanzadores
respecto a la eficiencia del material didáctico
utilizado, si bien deberemos profundizar en las
causas que provocan que un 20% de alumnos
hayan
dado
todavía
explicaciones
lamarckianas. Será preciso, pensamos, dar
respuesta a cuestiones como:
90
80
70
60
50
-¿De qué manera se puede afrontar en el aula
y en el centro las dificultades que tienen
algunos alumnos y alumnas para realizar un
cambio conceptual y metodológico?
40
30
20
-¿Hasta qué punto instrumentos básicos de
aprendizaje como: la lectura comprensiva de
textos, la realización de resúmenes, la
capacidad para realizar debates, de exponer
con claridad y concreción las ideas... puede
facilitar este cambio?
10
0
(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
(1)Alumnos de 8º de EGB que han estudiado
el tema. N=30: %=85’7;sd=6’6.
-¿Se puede facilitar desde la
primaria el cambio metodológico?
(2)Maestros que han
N=54; %=100; sd=0.
-¿Cómo relacionar la enseñanza de las
ciencias en la escuela primaria con la
secundaria para favorecer este cambio?
estudiado
el
tema.
(3)Grupo de 8º de EGB 1,c metodología de
transmisión. N=64; %=4’6; sd=2’6.
enseñanza
-Etcétera.
(4)Grupo de 8º de EGB 2.c. metodología de
descubrimiento autónomo. N=30; %=3’8;
sd=3’4.
Nota: Este trabajo ha sido realizado con la
ayuda del institut d'Estudis Ilerdencs de
Lleida.
(5)Maestros de ciencias en formación. Han
estudiado el tema BUP y COU. N=51;
%=26’3; sd=6’1.
ANEXO
La t de Student nos da, comparando los
grupos de 8º de EGB entre sí y los grupos de
futuros maestros, diferencias significativas
muy elevadas, con una & superior en todos
los casos al 0’01
A la luz de estos primeros resultados,
podemos pensar que el modelo de enseñanza
aprendizaje de las ciencias naturales como
cambio conceptual y metodológico que se
concreta
en
el
programa-guía
que
presentamos en el anexo, parece ser útil para
la superación de las errores conceptuales en
el tema de la evolución de los seres vivos. De
hecho, los alumnos de 8º de EGB y los futuros
maestros aprendieron de forma significativa la
evolución de los seres vivos por selección
natural.
En este anexo presentamos a modo de
ejemplo algunas actividades del programaguía diseñado para trabajar el tema de la
evolución de los seres vivos por selección
natural.
Hemos escogido tres apartados de la unidad:
-El apartado 2 ¿Puede variar el número de
individuos de una población?, tiene como
objetivo ayudar a los alumnos de definir y
comprender el problema que nos ocupa.
-El apartado 3 ¿Qué pasa cuando las
condiciones ambientales cambian? Forma
parte del bloque destinado a la construcción
de nuevos conocimientos.
-El apartado 10 ¿Puede explicarse la evolución
humana por la teoría de la evolución por
selección natural? ¿Cómo se originaron las
147
mujeres y los hombres? Reúne actividades de
aplicación de los conocimientos adquiridos y
de reflexión sobre el papel de la cultura en la
evolución humana.
Las actividades se presentan acompañadas de
unos comentarios para facilitar la aplicación
en el aula.
2.
¿PUEDE
VARIAR
EL
NÚMERO
INDIVIDUOS DE UNA POBLACIÓN?
DE
Actividad 1.
Los elefantes se reproducen muy lentamente,
a pesar de ello en 700 años una pareja de
elefantes podría haber tenido 19.000.000 de
descendientes.
Una elefanta puede tener la primera cría a los
doce años, y tener otra cada dos años. Si las
crías sobreviven todas y tienen cachorros y se
reproducen cada dos años... podríamos
explicar fácilmente estos resultados.
Compara las dos imágenes que muestran la
misma zona de una sabana africana natural
inalterada por donde no han pasado nunca los
humanos. La primera imagen es de hace 100
años. La segunda es de nuestros días.
Emitir y fundamentar hipótesis que permitan
explicar esta situación.
(Nota: Se muestran aquí dos dibujos en los
que aparece la misma zona de la sabana con
prácticamente el mismo número de elefantes
a pesar de que hay entre las dos escenas una
diferencia de 100 años.)
Comentario: Es necesario insistir en que los
seres humanos no han intervenido en ningún
momento en la vida de esta sabana, ya que
así se fuerza a los alumnos a dar explicaciones
naturales al problemas que se plantea. En
general, se refieren en sus hipótesis a las
condiciones adversas: falta de alimento,
escasez de agua, presencia de muchos
depredadores, epidemias...
Indican también que, cuando esto ocurre, los
individuos que primero mueren sin los más
débiles.
El problema que sugieren sus hipótesis es por
que un determinado individuo es más débil
que otro de su misma especie y, por tanto,
tiene mayores probabilidades de ser eliminado
por los factores naturales. También preguntan
que es lo que determina que un individuo sea
más fuerte que otro y, en consecuencia, con
mayores posibilidades de resistir a las
condiciones adversas.
148
Antes de abordar este problema, clave para la
comprensión de la teoría de la evolución por
selección natural, pensamos que es necesario
que los alumnos comprendan que esto ocurre
en todas las especies y que además el factor
humano puede jugar también su papel. Para
ello proponemos la realización de la siguiente
actividad:
Actividad 2:
Pensad ejemplos concretos de especies de
animales y plantas en las que:
1) el
número
disminuyendo
de
individuos
vaya
2) el número de individuos aumente
3) el número de individuos sea prácticamente
constante.
Indicar las causas que, en nuestra opinión,
están contribuyendo a su disminución,
aumento o equilibrio.
Contrastar
bibliografía.
vuestras
opiniones
con
la
Comentario: esta actividad favorece el trabajo
autónomo de los pequeños grupos. Es preciso,
sin embargo, discutir la estructura del trabajo
y exigir concreción en las conclusiones.
Una manera de hacerlo es organizar una mesa
redonda en la que cada grupo pueda hablar
durante un tiempo limitado.
Después de las exposiciones se puede abrir el
debate para proponer mejoras, opiniones
contraria, críticas...
Después de esta actividad, vamos a recuperar
el problema que se suele plantear en la
actividad 1, o bien lo presentamos nosotros.
Actividad 3
¿Qué determina que un individuo sea más
débil o más fuerte y que, en consecuencia,
sea eliminado por la naturaleza o pueda
sobrevivir?
Emitir hipótesis que permitan dar respuesta a
esta cuestión.
Comentario: Aquí surgen interrogantes sobre
el papel de la herencia por si misma. También
sobre la relación entre el ambiente y la
herencia:
¿Puede
el
ambiente
actuar
favoreciendo una determinada característica
de un ser vivo? ¿Quién actúa primero, la
herencia o el ambiente?...
Las hipótesis generales que se plantean en los
grupos y a lo largo de la puesta en común
para dar respuesta a estas cuestiones nos
empiezan a aproximar a la tesis defendida por
Darwin. Queda todavía un largo camino.
Actividad 2.
3 ¿QUÉ PASA CUANDO LAS CONDCIONES
AMBIENTALES CAMBIAN?
¿Como se ha producido este aumento de las
mariposas claras?
Actividad 1.
Actividad 3.
Las
mariposas
geometras
son
muy
abundantes en la Gran Bretaña. Bastantes
especies de pájaros se alimentan de estas
mariposas, que cazan cuando se encuentran
descansando en las cortezas de los árboles
durante el día.
Contrastad vuestras hipótesis con el siguiente
documento:
Antes de 1850
geómetras de la
de un color claro
con las cortezas
descansaban.
casi todas las mariposas
ciudad de Manchester eran
que se confundían muy bien
de los árboles en los que
Una colección de mariposas geómetras
recogida en aquella época, tenia el siguiente
aspecto.
Nota: se muestra aquí un dibujo de una
colección de mariposa con una de ellas de
color oscuro. Todas las demás son grises.
A lo largo del siglo XIX, el ambiente de la
ciudad de Manchester cambio radicalmente.
Antes de la revolución industrial las cortezas
de los árboles donde descansaban las
mariposas geómetras eran de color claro
porque tenían unos pequeños líquenes
ilustrados
en
ellas.
La
contaminación
producida por las fabricas a finales del siglo,
mato todos estos líquenes y oscureció las
cortezas.
La colección de mariposas geómetras recogida
a principios del siglo XX tenía este aspecto.
¿Cómo explicarías estos cambios
población de mariposas geómetras?
en
la
Comentario: Aquí, la mayoría de las hipótesis
se refieren simplemente a que las mariposas
negras
aumentan
porque
pasan
desapercibidas y claras disminuyen al ser
comidas por los pájaros.
Algunos alumnos se refieren también a que
algunas mariposas se vuelven negras al
adaptarse al nuevo medio, pero abandonan a
sus concepciones al realizar la actividad 2, no
solamente es el peso de la propia cuestión,
sino también por el peso de los argumentos
en contra defendidos por sus compañeros y
compañeras de clase.
En 1956, el gobierno ingles promulga una ley
para reducir la contaminación atmosférica.
Desde entonces, la proporción de las
mariposas geómetras de color claro recogidas
en áreas industriales ha vuelto a crecer.
Las investigaciones realizadas han permitidos
confirmar que los pájaros encuentran y comen
más mariposas oscuras que las sobre las
cortezas de los árboles cubiertas de líquenes,
y las mariposas claras sobre cortezas oscuras.
En una zona industrial, las mariposas oscuras
tienen mayores probabilidades de sobrevivir y
dejar descendencia. Al cabo de cierto tiempo
aumentará, por lo tanto, la proporción de las
mariposas oscuras de una población.
Con ayuda a explicar el cambio rápido sufrido
por la población de las mariposas geómetras
en las ciudades industriales en los primeros
años de la revolución industrial.
¿Qué está pasando ahora?
En el año 1956, después de la ley para reducir
la contaminación atmosférica, la cantidad de
mariposas claras de las zonas industriales ha
vuelto a crecer. Las mariposas oscuras que
ahora descansan en las cortezas claras de los
árboles cubiertas de líquenes son mejor vistas
por los pájaros. Así, se ha ido reduciendo su
número y aumentando el de mariposas claras
que pasan más desapercibidas.
Adaptación de un texto de British Museum
(1981)/Diputació de Barcelona (1982). L’origen de les espécies.
Comentario; este bloque de actividades
resulta generalmente útil e interesante, ya
que la teoría propuesta por Darwin permite
explicar muy bien los problemas planteados.
Es sabido que para “derrumbar” una teoría
científica. Lamarckista en el caso de los
alumnos- no es suficiente demostrar que ésta
no sirve para dar respuesta a determinados
problemas, es preciso ver que existen otras
teorías que sí explican estos problemas.
10. ¿PUEDE EXPLICARSE LA EVOLUCION
HUMANA POR LA TEORIA DE LA EVOLUCION
POR SELECCIÓN NATURAL? ¿CÓMO SE
ORIGINARON LAS MUJERES Y LOS HOMBRES?
149
Comentario: no se puede terminar el tema sin
abordar la problemática de la evolución
humana. Por este motivo proponemos unas
breves actividades que tienen como objetivo
hacer ver a los alumnos que es posible aplicar
la teoría de la evolución por selección natural
a la evolución humana.
Para contrastar la hipótesis de los alumnos,
proponemos la lectura de unas paginas del
libro de J. Monod, El azar y la necesidad.
Editorial Tusquets, pp. 163-167.
Actividad 1
En la figura 1 se muestra la imagen
imaginaria y el cráneo de un animal llamado
procónsul que vivió sobre la Tierra hace unos
25.000.000 de años. Su cráneo tenia unas
características parecidas a las del hombre y la
mujer actuales y también al de los monos.
En la figura 2 se puede ver la imagen de un
Australopitecus que vivió hace 5.000.000 de
años y que considera como el miembro más
antiguo descubierto de la familia humana.
¿Cómo se podía explicar de acuerdo con la
teoría de la selección natural de Darwin el
origen de los seres humanos.
Emitir hipótesis de trabajo.
Actividad 2.
Contrastad vuestras hipótesis con la lectura
del texto de J. Monod, El azar y la Necesidad.
150