LAS MUJERES… A Estuvieron involucradas en el nacimiento de Jesús (María, Elisabet y Ana). Lucas 1:39-56. ¿Cómo expresó Elisabet la seguridad de que Jesús era el Mesías prometido? Lucas 1:42-43. El glorioso Magnificat de María (Lucas 1:46-55) predice cuatro revoluciones que Jesús produciría en la historia: Revolución espiritual (v. 46-50); revolución moral (v. 51); revolución social (v. 51-54); revolución profética (v. 55). B Fueron valoradas por Jesús (la viuda de Naín). Lucas 7:11-16. Jesús se preocupó de los sentimientos de las mujeres que sufrían y las confortó. “[Jesús] es hoy el mejor Amigo de la mujer y está dispuesto a ayudarle en todas las relaciones de la vida” (E.G.W. El hogar cristiano, pg. 183). C Sirvieron a Jesús en su ministerio y en su muerte (Marta, Juana, ... ). Lucas 8:2-3; 24:9-10; 10:38-42. Entre las mujeres que servían a Jesús, Lucas nos habla de María Magdalena, Juana, Susana, María (madre de Jacobo) y Marta. En cierta ocasión, Jesús tuvo que reprender a Marta para que ésta reorganizara sus prioridades. El servicio es muy importante, pero no debe excluir el aprendizaje «a los pies de Jesús». D Fueron ejemplos de… Agradecimiento (María Magdalena). Lucas 7:36-50; Marcos 14:1-9. — El acto de derramar sobre Jesús un perfume tan caro (Marcos 14:5), era la expresión de un corazón agradecido por lo que Jesús había hecho en su vida. — Mientras que para los hombres ella era solo una «mujer pecadora», para Jesús era la persona que le ungía para su sepultura (Marcos 14:8); la que lloraría su muerte (Juan 20:11) y proclamaría su resurrección (Juan 20:18). Aprendamos de María esta lección de agradecimiento al Salvador. Fe (la mujer que tocó el manto). Lucas 8:43-48. — Jesús usó este hecho para mostrar la diferencia entre el toque de fe genuina y el contacto casual de los que se apretujaban a su alrededor por mera curiosidad. — No es un contacto casual con Jesús lo que nos salvará, sino la fe que le acepta a Él como Salvador personal. Oración (la viuda que pidió justicia). Lucas 18:1-8. — De esta parábola aprendemos tres lecciones importantes sobre la oración: (a) Orar siempre y nunca desmayar (1ª de Tesalonicenses 5:17). (b) La oración cambia las cosas (Colosenses 4:3). (c) La oración persistente es una fe que vence (Lucas 18:7). Generosidad (la viuda y sus dos blancas). Lucas 21:1-4. — Mientras unos «devoran las casas de las viudas» (Lucas 20:47), la viuda ofreció su sustento a Dios. — Lo que vale ante la vista del Creador, que todo lo ve, no es lo que damos sino por qué lo damos; no cuánto damos, sino cuál es la medida de nuestro sacrificio.
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