Señor Jesús, los que siembran escasamente cosechan escasamente. Ayúdanos a reconocer lo que estás haciendo en nuestras vidas y a devolvértelo con diez talentos más, para la edificación de tu reino aquí en la tierra. Tú eres nuestro Dios y vives y reinas en el amor por los siglos de los siglos. Amén. 6. UNA VIDA ORIENTADA A LAS PERIFERIAS En la Palabra de Dios aparece permanentemente este dinamismo de «salida» que Dios quiere provocar en los creyentes. Abraham aceptó el llamado a salir hacia una tierra nueva (cf. Gn 12,1-3). Moisés escuchó el llamado de Dios: «Ve, yo te envío» (Ex 3,10), e hizo salir al pueblo hacia la tierra de la promesa (cf. Ex 3,17). A Jeremías le dijo: «Adondequiera que yo te envíe irás» (Jr 1,7). Hoy, en este «id» de Jesús, están presentes los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia, y todos somos llamados a esta nueva «salida» misionera. Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio. (EG 20) «Ve ahora a Sarepta de Sidón, y permanece allí. A una viuda de ese lugar le he ordenado darte de comer.» Así que Elías se fue a Sarepta. Al llegar a la puerta de la ciudad, encontró a una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo: —Por favor, tráeme una vasija con un poco de agua para beber. Mientras ella iba por el agua, él volvió a llamarla y le pidió: —Tráeme también, por favor, un pedazo de pan. (1 Reyes 17:9-11) No podemos ya vivir como realidades aisladas, porque todo lo que sucede en el mondo nos afecta, nos desafía, nos envuelve, nos compromete. El fraile mendicante no está encerrado dentro de altos muros, sino que sale a la plaza pública, donde interactúan muchas culturas. Somos herederos de una gran tradición misionera, que abre nuestra Orden a nuevas culturas e ideas, lugares donde “ha sido plantada la semilla del Carmelo”. ¡La mies es abundante! (RIVC, 50) Reflexión y oración Hay un clamor en todo corazón humano y ese grito es el don del Espíritu Santo pidiendo a Dios su amor y su misericordia. La distancia hace que sea difícil escuchar el clamor. Tenemos que acercarnos y estar preparados para escuchar. Señor Jesucristo, ayúdame a escuchar el llamado de ir adonde tú quieres que yo esté, adonde hay un clamor, porque yo te encontraré allí y tú me encontrarás y juntos vamos a escuchar el clamor y vamos a responder con ternura y compasión. Tú eres Dios y vives y reinas en el amor por los siglos de los siglos. 7. UNA VIDA PLASMADA POR NUESTRO AMOR A MARÍA Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes. (EG 288) Del Verbo divino /la Virgen preñada /viene de camino /!si le dais posada! ((San Juan de la Cruz)) Este debe ser el objetivo de nuestra devoción a María, que seamos otra madre de Dios, que Dios también sea concebido en nosotros, y que lo demos a luz. El misterio de la Encarnación nos ha revelado lo valioso que es el hombre para Dios, cuán íntimamente Dios quiere estar unido al hombre. Este misterio llama la atención de nuestras mentes al nacimiento eterno del Hijo desde Padre como la razón más profunda de este misterio de amor. En la celebración de las tres misas en Navidad, primero se celebra el nacimiento desde el Padre, y luego de la Santa Virgen María, en tercer lugar el nacimiento de Dios en nosotros mismos. Todo ello tiene un profundo significado y este nacimiento triple debe ser entendido como una revelación de un amor eterno. (Beato Tito Brandsma, Conferencias sobre la Espiritualidad Carmelita). Ser Carmelita hoy ”Una alegría que se renueva y se comunica” Reflexión y oración Tú, Virgen de la escucha y la contemplación, madre del amor, esposa de las bodas eternas, intercede por la Iglesia, de la cual eres el icono purísimo, para que ella nunca se encierre ni se detenga en su pasión por instaurar el Reino. Estrella de la nueva evangelización, ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la comunión, del servicio, de la fe ardiente y generosa, de la justicia y el amor a los pobres, para que la alegría del Evangelio llegue hasta los confines de la tierra y ninguna periferia se prive de su luz. Madre del Evangelio viviente, manantial de alegría para los pequeños, ruega por nosotros. Amén. Aleluya. (Papa Francisco, Evangelii Gaudium) Oración a María, la mujer de la escucha. María, mujer de la escucha, haz que se abran nuestros oídos; que sepamos escuchar la Palabra de tu Hijo Jesús entre las miles de palabras de este mundo; haz que sepamos escuchar la realidad en la que vivimos, a cada persona que encontramos, especialmente a quien es pobre, necesitado, tiene dificultades. María, mujer de la decisión, ilumina nuestra mente y nuestro corazón, para que sepamos obedecer a la Palabra de tu Hijo Jesús sin vacilaciones; danos la valentía de la decisión, de no dejarnos arrastrar para que otros orienten nuestra vida. María, mujer de la acción, haz que nuestras manos y nuestros pies se muevan «deprisa» hacia los demás, para llevar la caridad y el amor de tu Hijo Jesús, para llevar, como tú, la luz del Evangelio al mundo. Amén. (Papa Francisco) COMISIÓN INTERNATIONAL PARA LA EVANGELIZACIÓN E MISIÓN “…apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno” (Lc 1,44) 1. UNA VIDA CENTRADA EN JESUCRISTO La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría. (Evangelii Gaudium 1) Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque «nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor» (EG 3) Muchas veces y de diversas maneras los santos Padres dejaron establecido el modo como cada uno, sea cual fuere su estado o el género de vida religiosa que abrazó, ha de vivir en obsequio de Jesucristo y servirle fielmente con corazón puro y buena conciencia. (Regla 2) Reflexión y oración Nuestra vida centrada en Jesucristo, significa que Cristo está en nuestros pensamientos como el modelo, la motivación y la recompensa de todo lo que hacemos. Como nuestro modelo pretendemos vivir como Él lo hizo. En toda nuestra motivación es Cristo quien se convierte en la razón de lo que hacemos, y la fuerza con que hacerlo. Como nuestra recompensa, no pedimos nada más que vivir en unión con Él, junto con nuestras hermanas y hermanos. Señor Jesús, Tú nos muestras la forma en que hemos de vivir y en Ti encontramos la razón de todo lo que hacemos. Concédenos vivir de manera que Tu amor nos llene a cada uno de nosotros y llegue a través de nosotros al mundo que Tú has creado y a todas las personas con las que compartimos nuestro espacio en el mundo. Tú eres nuestro Dios y vives y reinas por los siglos de los siglos. 2. UNA VIDA VIVIDA EN COMUNIDAD (….) sin cansarnos jamás de optar por la fraternidad. Allí está la verdadera sanación, ya que el modo de relacionarnos con los demás que realmente nos sana en lugar de enfermarnos es una fraternidad mística, contemplativa, que sabe mirar la grandeza sagrada del prójimo, que sabe descubrir a Dios en cada ser humano, que sabe tolerar las molestias de la convivencia aferrándose al amor de Dios, que sabe abrir el corazón al amor divino para buscar la felicidad de los demás como la busca su Padre bueno. Precisamente en esta época, y también allí donde son un «pequeño rebaño» (Lc 12,32), los discípulos del Señor son llamados a vivir como comunidad que sea sal de la tierra y luz del mundo (cf. Mt 5,13-16). Son llamados a dar testimonio de una pertenencia evangelizadora de manera siempre nueva. ¡No nos dejemos robar la comunidad! (EG 91, 92) Nuestro estilo de vida abierto y acogedor lleva a compartir con otros la comunión de corazones y la experiencia de Dios que se vive en la fraternidad. Este modo de estar “en medio del pueblo” es signo profético de relaciones humanas nuevas, amistosas y fraternas. Es profecía de justicia y de paz en la sociedad y entre los pueblos. (Ratio Institutionis Vitae Carmelitana, 47) (….) estamos llamados a renovar nuestro compromiso personal para ser fraternidades de oración y contemplación al servicio de la Iglesia y del mundo. Vemos que a la hora de construir la comunidad hay algunos elementos que son irrenunciables, a saber: la presencia en los actos comunitarios (oración litúrgica, comidas, reuniones de comunidad y encuentro fraternos), y el mantener un sano equilibrio entre la soledad y la actividad. (2013 Capitulo General Mensaje Final 4b) Reflexión y oración Cuando vivir en comunidad se convierte en una carga, cuando parece un obstáculo en el camino del trabajo que tratamos de hacer, cuando exige demasiado de nosotros, cuando nuestros amigos no están en la comunidad, cuando nos encontramos a la puerta con la llave en nuestra mano y dudamos antes de entrar… Señor Jesucristo, concédenos un sano equilibrio entre la oración y la fraternidad para que podamos llegar a otros a través de una vida de ternura y compasión. Recuérdanos nuestro llamado y danos la gracia de una mayor conversión, para renovar nuestro compromiso personal y así llegar a ser fraternidades orantes y contemplativas al servicio de la Iglesia y del mundo. Tú eres nuestro Dios y vives y reinas por los siglos de los siglos. 3. UNA VIDA DE CERCANÍA A LOS POBRES Si la Iglesia entera asume este dinamismo misionero, debe llegar a todos, sin excepciones. Pero ¿a quiénes debería privilegiar? Cuando uno lee el Evangelio, se encuentra con una orientación contundente: no tanto a los amigos y vecinos ricos sino sobre todo a los pobres y enfermos, a esos que suelen ser despreciados y olvidados, a aquellos que «no tienen con qué recompensarte» (Lc 14,14). No deben quedar dudas ni caben explicaciones que debiliten este mensaje tan claro. Hoy y siempre, «los pobres son los destinatarios privilegiados del Evangelio», y la evangelización dirigida gratuitamente a ellos es signo del Reino que Jesús vino a traer. Hay que decir sin vueltas que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres. Nunca los dejemos solos. Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo. (EG 48, 49) El corazón de nuestro testimonio es comprender la dimensión contemplativa de la Orden, para vivirla, cultivarla y transmitirla1. Seamos testigos de la fuerza del Evangelio mediante la transformación de nuestras vidas, dialogando abiertamente con los pobres, las culturas, las religiones, los sistemas... Las personas se sentirán atraídas por Cristo cuando perciban que nuestro Evangelio nos hace llevar una vida basada en la sencillez, en la solidaridad con los marginados…. (2013 Capitulo General Mensaje Final 4f) Reflexión y oración Todavía podemos preguntamos ¿quiénes son los pobres? ¿No somos todos pobres de alguna manera? Sin embargo, Jesús sabía quiénes eran los pobres: los pobres de espíritu, los pobres a los que aquel joven daría todo, una vez vendido todo lo que él tenía; los ciegos, los cojos y los lisiados que de pie esperaban al lado del camino, los miles que él alimentó cuando sabía que tenían hambre. Señor Jesús, perdónanos si nuestra forma de vida ha dado escándalo; concédenos la gracia de vivir una vida de cercanía a los pobres, para que al escuchar su clamor y responder a éste podamos realmente ayudarlos a encontrar su lugar en la mesa de la abundancia que Tú has preparado para cada uno de nosotros. Tú eres Dios que vive y reina por los siglos de los siglos. 4. UNA VIDA DE FE, EN CAMINO CON EL PUEBLO La piedad popular (….) Es «una manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia, y una forma de ser misioneros»…. Pienso en la fe firme de esas madres al pie del lecho del hijo enfermo que se aferran a un rosario aunque no sepan hilvanar las proposiciones del Credo, o en tanta carga de esperanza derramada en una vela que se enciende en un humilde hogar para pedir ayuda a María, o en esas miradas de amor entrañable al Cristo crucificado. Quien ama al santo Pueblo fiel de Dios no puede ver estas acciones sólo como una búsqueda natural de la divinidad. Son la manifestación de una vida teologal animada por la acción del Espíritu Santo que ha sido derramado en nuestros corazones (cf. Rm 5,5). (EG 124, 125) En efecto, nuestra Orden es considerada con toda razón una escuela de contemplación. El Beato Tito Brandsma nos lo recuerda: “¡Dios está tan cerca de 1 Carta del Papa Francisco, o.c. nosotros! Todo lo que existe, existe gracias a su obra y su presencia…. Deberíamos j1ysentir su presencia y aprender de nuestros antepasados cómo se asociaron íntimamente con Él, hablaron con Él y le escucharon. Entonces la vida parecerá muy diferente”. Con nuestro modo de ser tenemos que concienciar a las personas de que el Carmelo es un espacio para el encuentro y la búsqueda de Dios en el silencio y en la soledad. Nos sentimos llamados a construir comunidades orantes, cuyo principal ministerio sea enseñar a la gente a rezar en los lugares donde viven, a través de los ministerios en la red, y guiarlos hacia una cultura de la oración, por medio de nuestros discursos, de la celebración litúrgica (con un estilo participativo y contemplativo), de la práctica de la lectio divina, cuidando otros modos de oración... (2013 Capitulo General Mensaje Final 4a) Reflexión y oración Cuando veamos cómo las personas oran, cuando nos unamos a sus celebraciones, cuando tomemos la iniciativa en la organización de sus procesiones, cuando disfrutemos el rezar de manera simple con ellos, entonces sabremos que el camino del amor y la sencillez es el camino que conduce a Dios. Nuestra teología y nuestra liturgia ayudan a confirmar eso. Señor Jesús, tú has quitado nuestro corazón de piedra, y nos has dado un corazón de carne. Ayúdanos a amar con ternura, actuar con justicia y caminar suavemente con tu pueblo. Juntos buscamos tu voluntad y misericordia, para que cada acción y oración nos recuerde tu bondad. Tú eres nuestro Dios y vives y reinas por los siglos de los siglos. 5. UNA VIDA TRANSFORMADA, UNA VIDA DERRAMADA No se puede perseverar en una evangelización fervorosa si uno no sigue convencido, por experiencia propia, de que no es lo mismo haber conocido a Jesús que no conocerlo, no es lo mismo caminar con Él que caminar a tientas, no es lo mismo poder escucharlo que ignorar su Palabra, no es lo mismo poder contemplarlo, adorarlo, descansar en Él, que no poder hacerlo. No es lo mismo tratar de construir el mundo con su Evangelio que hacerlo sólo con la propia razón. Sabemos bien que la vida con Él se vuelve mucho más plena y que con Él es más fácil encontrarle un sentido a todo. Por eso evangelizamos. El verdadero misionero, que nunca deja de ser discípulo, sabe que Jesús camina con él, habla con él, respira con él, trabaja con él. Percibe a Jesús vivo con él en medio de la tarea misionera. Si uno no lo descubre a Él presente en el corazón mismo de la entrega misionera, pronto pierde el entusiasmo y deja de estar seguro de lo que transmite, le falta fuerza y pasión. Y una persona que no está convencida, entusiasmada, segura, enamorada, no convence a nadie. (EG 266) La situación actual por la que atraviesa nuestro mundo no es motivo para la desesperación; más bien, lo que nuestra humanidad está viviendo nos ofrece la oportunidad de mostrar quiénes somos. Es como si el mundo nos preguntara: ¿Los carmelitas se mantienen firmes, aún cuentan algo? Debemos estar firmes y que vean que somos testigos auténticos y creíbles del Espíritu. Nuestra filiación adoptiva, como hijos e hijas del Padre, y nuestra fe en Cristo, en el poder del Espíritu Santo, son las que nos permiten ver tantas oportunidades escondidas detrás de estos desafíos. Cristo Jesús es la “Palabra de esperanza y salvación”, y es por ello por lo que esperamos, desde nuestro estilo de vida, aportar algo a nuestras comunidades y a los lugares donde vivimos. (2013 Capitulo General Mensaje Final 5) Reflexión y oración Cuando nuestra imagen de nosotros mismos es pobre, cuando sentimos que tenemos muy poco que ofrecer, cuando estamos bajos de energía, es entonces cuando tenemos que recordar todo lo que se nos ha dado, es entonces cuando podemos escuchar las palabras de Jesús a la samaritana: "Si conocieras el don ...." (Jn 4,10a).
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