Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 LES RUNES f u x a r k g w h n i j y p z s t b e m l q o d El Llenguatge Sagrat de la Civilització Nòrdica Article de recerca amb motiu de l’exposició d’Emili Armengol Les Tres Dimensions de les Runes al Museu del Monestir de Sant Cugat per Hernan Ruiz Bonet (Versió en Castellà) 1 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Las Runas f u x a r k g w h n i j y p z s t b e m l q o d El Lenguaje Sagrado de la Civilización Nórdica Introducción Para hablar de las runas es ineludible sumergirse en la cosmovisión de la extinta civilización nórdica en la que éstas emergieron, y de la que eran su alfabeto sagrado, lo que hoy llamaríamos su sistema arquetípico. De las pocas evidencias históricas que nos han llegado de su pensamiento y religión — por escritos de autores romanos y cristianos principalmente—, sabemos que la civilización nórdica era de transmisión oral; no escribían ni sobre sus tradiciones ni sobre sus mitos ni sobre nada que consideraran esencial, de hecho, la misma palabra runa significa secreto, susurro. De esos mismas evidencias también puede inferirse que la nórdica era una civilización de forma tradicional, es decir, que estaba fundamentada sobre principios metafísicos (literalmente sobrenaturales; por encima de lo natural). Y para escribir sobre una cultura tradicional para lectores asentados en una mentalidad moderna, fundamentada en principios empíricos, es decir sobre hechos naturales, se precisa de algo más que un largo preámbulo, pues su punto de vista está mucho más alejado del nuestro de lo que pueda imaginarse. Para salvar este abismo es desde luego necesario familiarizarse mínimamente con la imponente mitología nórdica que, para los que deseen dejarse transportar por su relato, es ya por sí sola capaz de detener nuestro mundo. Pero en este contexto, también requieren de una explicación exhaustiva términos como símbolo, signo, arquetipo, principio metafísico, mito, civilización tradicional… pues son las claves que, dentro de ese deslumbrante marco mítico, nos permitirán vislumbrar la mirada con la que los propios nórdicos contemplaban sus preciadas e inestimables runas. 2 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Podemos ilustrar el conflicto entre el punto de vista tradicional y el moderno tomando un ejemplo muy concreto de una civilización tradicional aún existente: la hindú. Por ejemplo, en esta tradición, se considera que el ser humano posee tres niveles de consciencia: El estado de vigilia normal, lo que en occidente llamamos estar despierto, en el que uno está plenamente consciente y alerta. El estado de sueño, en el que uno está dormido pero sueña, y el estado de sueño profundo sin sueños. Finalmente existe un cuarto estado de consciencia que ya no es personal, que es el fondo del que emergen los otros tres. Para desconcierto de nuestro punto de vista occidental el primer estado de consciencia, que corresponde a lo que llamamos estar despierto, es el considerado por la tradición védica el menos consciente de los tres. Lo que nosotros llamamos despierto ellos lo califican de dormido. Cuando tenemos un sueño, un psicólogo contemporáneo, en el caso que le dé algún valor, (no todas las escuelas de psicología le dan valor a los sueños) normalmente intentará interpretarlo según la historia personal del sujeto y las categorías de la mente racional consciente. Un hindú tradicional procederá de modo inverso; no tiene sentido para él rebajar los productos de estados superiores de consciencia a los inferiores. Procederá a interpretar el estado de vigilia del individuo a la luz de lo que dice ese sueño. Así lo que llamamos realidad pasa a ser interpretado como un sueño, y es interpretado en la clave simbólica que lo que llamamos el sueño ha desvelado. Pues, desde este punto de vista, no es la vida del individuo y sus circunstancias lo que crea el contenido del sueño, muy al contrario, lo que está desplegándose en el plano de la consciencia onírica es lo que explica tanto la situación presente, como aquello que determinará los acontecimientos futuros de la vida del individuo. Pues desde el punto de vista tradicional, los símbolos, los arquetipos y las realidades de las que emanan, son más reales que lo que nosotros llamamos realidad. Esta inversión de la jerarquía de lo que es real puede resultar muy turbadora para nuestra mentalidad occidental, y creo preciso señalar que, en el ámbito de los símbolos y de los arquetipos, si la consciencia racional del lector, (con sus claras divisiones entre yo y no yo, dentro y fuera, causa y efecto etc.) no se siente perturbada, es que aún no hemos cruzado el umbral. 3 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Al hablar de las runas vamos a aproximarnos al sistema arquetípico de la antigua civilización nórdica. A aquello que para ellos era más real que lo que nosotros llamamos realidad. Y qué mejor que la voz propia de esa remota civilización, expresada en sus antiguos poemas, para exponernos por vez primera al misterio de las runas e impulsarnos definitivamente a cruzar el umbral. Edda Poética, versos 138 y 139: Hávamál, verso 80: Me colgué en un árbol mecido por el viento Está comprobado: nueve largas noches si runas consultas, herido con una lanza y entregado a Odín, aquellas de origen divino, yo mismo ofrecido a mí mismo, las que altos poderes hicieron en aquel árbol del cual nadie conoce y el sacerdote supremo tiñó, el origen de sus raíces. mucho se gana callando. No me dieron pan ni de beber del cuerno, miré hacia lo hondo, tomé las runas, las tomé entre gritos, luego me desplomé a la tierra. 4 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Un poco de historia ¿Cómo puede una civilización que ocupaba todo el norte de Europa desaparecer dejando tan pocos vestigios en los registros históricos? Y luego reaparecer algunos de sus símbolos con fuerza en el imaginario europeo ya en plena modernidad. Para entender este hecho, es conveniente primero repasar algunos episodios de la historia europea vinculados, directa o indirectamente, a nuestro tema. Runas Las primeras grafías rúnicas aparecen en los registros arqueológicos en el siglo segundo de nuestra era. Lo que nos han llegado son breves inscripciones en lenguas germánicas, principalmente en Escandinavia, Europa central y oriental y, con posterioridad, también en las islas Británicas dominadas por los Sajones. La inscripción rúnica más antigua descubierta hasta ahora, apareció en Dinamarca, grabada en un pequeño utensilio de madera, y data de alrededor del año 160. Pero la primera lista secuenciada conocida del grupo completo de 24 runas apareció en Suecia grabada en una estela funeraria datada alrededor del año 400. Los historiadores no se han puesto de acuerdo sobre el origen del alfabeto rúnico. Aunque aún muy discutida, la hipótesis dominante es que son una adaptación tardía del alfabeto etrusco (nacido en el norte de la península itálica y que data del s. VII aC) transmitida por los Celtas a los pueblos del Norte. No es este el lugar para reproducir este inacabado debate académico, pero sí que podemos introducir algunos hechos relevantes que conviene tener presentes al pensar sobre el origen del alfabeto rúnico. Lo primero que conviene no olvidar es que las civilizaciones del Norte, tanto las germánicas como las célticas, eran civilizaciones de rigurosa transmisión oral. Nunca ponían por escrito su propia tradición; ni los relatos mitológicos ni su conocimiento sagrado. Y no era por ignorancia, pues empleaban otros alfabetos cuando les convenía; por ejemplo con frecuencia el griego en el comercio. El rasgo principal que caracterizaba esa resistencia a la escritura es la relevancia que para estas civilizaciones tenía la disciplina de la memoria, disciplina en la que eran entrenados tanto los Druidas como los Escaldas. Tampoco es el lugar aquí para describir la relevancia que puede llegar a tener esa disciplina en el entrenamiento individual; para el que le interese el tema Frances Yates ya hizo un excelente trabajo en su Arte de la Memoria. 5 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Pero no menos importante era la convicción que, su propia tradición, debía de ser transmitida exclusivamente de maestro a discípulo, tanto para preservarlo de extraños como para evitar que ese conocimiento, sin el ejemplo vivo que encarna el maestro, degenere en algo irreconocible, cuando no peligroso. El hecho que las Runas formaban parte esencial de esa transmisión oral del conocimiento que consideraban sagrado es difícilmente discutible, ya que su uso como escritura nunca fue más que secundario. De hecho, no nos ha llegado evidencia antigua alguna de que las runas se emplearan nunca con fines literarios. Sólo muy tardíamente, y ya en plena decadencia, se empezó a hacer uso de ellas como una forma de escritura. Los ciclos mitológicos y relatos legendarios nórdicos que nos han llegado, las Eddas por ejemplo, fueron escritos mucho más tarde (en el siglo XIII) con alfabeto latino. La cristianización del norte de Europa El cristianismo heredó del Imperio Romano la inacabada misión de civilizar a los siempre amenazantes pueblos del norte. Roma ya se había encargado de destruir y asimilar sistemáticamente la civilización céltica. El hecho que las civilizaciones de transmisión oral sean tan dependientes del Druida, el Vate o el Chamán que ejerce esa transmisión de conocimiento, no se les escapó a los romanos que, además de matar a todo druida que detectaban, de entre las diferentes formas de asimilación que emplearon, destaca el rapto sistemático de todo niño que se sospechara que podía ser entrenado para tal fin, para educarlo en la más estricta tradición romana. Con el tiempo, el éxito de este método cundiría, y el mismo sistema lo emplearían los españoles en Sudamérica o los ingleses tanto en Norteamérica, como en Australia, para acabar las culturas de las tribus indígenas hasta bien entrado ¡el siglo XX! Pero esa es otra historia. El largo proceso de asimilación de las tribus del Norte combinó etapas de relativa tolerancia con etapas de gran ferocidad. Por ejemplo San Gregorio Magno (540-604), el monje benedictino, de origen patricio, nieto y bisnieto de papas, y que a su vez llegó a Papa. Instruyó, al que después sería el primer obispo de Londres, en el sentido que las conversiones serían más sencillas si se permitía a la gente conservar las formas superficiales de sus tradiciones integrando, cuando fuera necesario, las costumbres y rituales paganos de modo superficial, y siempre que estos fueran en honor del Dios cristiano. En respuesta a otra pregunta de un misionero en referencia a que debían de hacer respecto a los santuarios paganos, ordenó: No destruyan los santuarios, límpienlos. 6 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Este Sincretismo u absorción de elementos paganos en el ritual católico fue una práctica común hasta que la llegada de la Reforma protestante acabara de raíz con este método de asimilación, tal como veremos a continuación. Sin embargo hubo episodios en este largo proceso que ilustran muy bien los otros métodos empleados en la cristianización del norte. Tal vez uno de los que lo simboliza mejor sea el de la tala del árbol de Thor. El culto a los árboles, en particular a algunos tipos de árboles, era central en los cultos nórdicos, tanto para los germanos y vikingos, como para los celtas. El culto se organizaba alrededor de determinados ejemplares excepcionales de Robles, Fresnos o Tejos. Para los celtas, el bosque mismo era el templo. En el caso que nos ocupa, San Bonifacio, llegó como misionero en el año 723 a la frontera entre lo que era el cristianizado reino de los Francos con las paganas tribus germánicas, buscando convertir a esas tribus al cristianismo. Tras estudiar la situación, y con fuerte apoyo militar Franco, se adentró en territorio pagano hasta llegar a la base de un milenario Roble que era el más sagrado para las tribus de esa región, y sin más contemplaciones lo taló. La historia que nos ha llegado explica que lo hizo con un simple giro de su hacha; como si fuera un viento divino, y que luego, dado que Thor no respondió matándolo con 7 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 un rayo, las tribus locales reconocieron la superioridad del Dios cristiano y accedieron a convertirse al cristianismo. Además, poco después, se entregaron con entusiasmo a construir, con la madera del viejo roble, una iglesia consagrada al apóstol Pedro. Así quedó establecida la primera diócesis fuera de las fronteras del antiguo Imperio romano. Que la historia puede haber sido un poco más complicada y difícil, lo podemos ilustrar con otro episodio, sucedido tan solo unas pocas décadas después que la Tala del Roble de Thor, y solo un poco más al norte, durante la larga campaña de Carlomagno para la cristianización de Sajonia, en lo que ahora es el noroeste de Alemania. Durante esa campaña Carlomagno emitió varios decretos por los que se aplicaría la pena capital a cualquiera que realizara prácticas paganas. La dureza de su postura, llevó a su consejero Alcuino de York a solicitar clemencia, ya que la palabra de Dios debería ser difundida por la persuasión, y no por la espada. Pero poco tiempo después, en el año 782, tras varias revueltas en la región de Verden, Carlomagno decretó la decapitación de 4.500 sajones que habían sido capturados practicando su paganismo nativo, tras haberse convertido al Cristianismo. El hecho, conocido como la Masacre de Verden, desencadenó años de sangrientos conflictos que, con intervalos de una paz relativa, se prolongaron hasta el año 804, en el que, tras 30 años de campaña, 18 batallas y la deportación de decenas de miles de Sajones a otras zonas del imperio, se consideró la cristianización de la Sajonia completa. No siempre la cristianización fue tan cruenta. Con frecuencia, el proceso de conversión se iniciaba en los estratos altos de la sociedad y se propagaba hacia abajo de modo generalmente pacífico. Cuando un gobernante local decidía convertirse, todos sus súbditos pasaban a ser (al menos formalmente) cristianos. Y a cambio, ese gobernante fiel recibía un reconocimiento oficial por parte de la Iglesia que lo protegía de otros competidores. En particular en lo que hoy es Escandinavia, se produjeron muchos de estos procesos y en general su cristianización fue mucho menos cruenta de lo que fue la cristianización de los germanos del sur y por ello, al menos en las zonas rurales, también menos completa. De todos modos Olaf II El Santo, cristianizó Noruega por decreto en el 1024, y lo impuso bajo pena de muerte y amenaza de mutilación. Las Eddas Al final de ese largo proceso todo lo quedó de las viejas tradiciones fueron algunos rastros en forma de leyendas, relatos míticos, folclore rural y parte de la toponimia. Junto a una población muy motivada para ser, y parecer, impecablemente cristiana. 8 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Por todo ello, no es de sorprender que los principales relatos escritos que han sobrevivido sobre la mitología y cosmogonía nórdica, nos hayan llegado de manuscritos redactados y conservados en la remota Islandia, de mano de los descendientes de los noruegos que la colonizaron en el s.IX. Snorri Sturluson (1178-1241) fue un jurista, poeta y político Islandés, que hacia el 1220 escribió un manual de poesía, conocido como Edda Prosaica o Edda Menor, que como ejemplos, incluía varios relatos mitológicos. Sturluson intentaba que la poesía transmitida desde antaño en forma exclusivamente oral por los trovadores escandinavos conocidos como Escaldas no se perdiera. Y para ello era necesario mantener una cultura básica de mitología nórdica, pues los escaldas versaban sobre los misterios y aventuras de sus dioses y sobre las hazañas y expediciones de sus reyes y guerreros. En la Edda menor, por ejemplo, encontramos dos relatos completos de la cosmogonía nórdica. También de Islandia nos llegó en otro manuscrito, el conocido como Codex Regius, que contenía la Edda poética, o Edda mayor, que recopila poemas muy antiguos, de carácter mitológico y heroico, escrita por un autor anónimo hacia el 1250. Los Eddas, en su conjunto, forman el corpus más importante que disponemos para conocer la mitología nórdica, y sin ellas habría sido imposible hacerse una imagen aproximada de ella. Sin embargo, no hay que olvidar que se redactaron dos siglos después de la cristianización de Islandia, y que el propio Sturluson, que era cristiano, afirmaba que los dioses nórdicos habían sido personajes históricos reales que, por medio de la fantasía de los antiguos poetas, fueron sublimados en dioses. Pero volvamos a la evolución del pensamiento europeo, pues aún nos quedan algunos capítulos relevantes para nuestro tema. El final de la Edad Media La edad media acabó con varias convulsiones de primer orden. La primera fue en 1307, cuando por presiones del Rey francés Philippe le Bel, se inicia el proceso judicial contra la orden del Temple, proceso que culminaría en la destrucción y disolución de la orden en el año 1312. En el plano político-religioso, éste proceso supuso la toma definitiva del control de la iglesia por parte de la emergente monarquía autoritaria. Pero metafísicamente supuso la pérdida de la vinculación de occidente con sus fuentes tradicionales, que la orden del temple encarnaba por su privilegiada posición de puente 9 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 entre oriente y occidente. Este hecho se tradujo en la literatura artúrica posterior en el tema simbólico del exilio del Grial a oriente.1 Tan sólo dos años después, se desataría la primera de las grandes hambrunas europeas (1315-1325), hecho que en una sociedad donde la religión era el primer recurso contra la crisis supuso una fuerte pérdida de credibilidad para la institución. Pérdida que se reforzó poco después con la llegada de la Peste Negra (1338-1375) que en su punto álgido (13471353) mató a un tercio de la población europea y con ella gran parte de las certezas medievales. En el plano económico se tradujo en el final del sistema feudal y el nacimiento, de mano de la emergente burguesía de las ciudades, del capitalismo. Con ello también cambió el peso relativo de las ciudades respecto al campo. Todas esas sucesivas pérdidas de credibilidad culminarían primero en la Reforma y luego en la Ilustración. Pero antes que estos llegaran, durante el siglo XIV y XV Europa occidental vivió el redescubrimiento progresivo de sus propias raíces grecolatinas, en un proceso que culminaría en el Renacimiento. El Renacimiento Las traducciones a lengua vulgar de textos antiguos de fuentes muy diversas, fundamentalmente del latín y del griego. Hizo renacer el interés en las fuentes originales clásicas que hasta ese momento sólo eran estudiadas a través de las versiones que de ellas daban los padres de la Iglesia. El proceso se aceleró cuando los turcos tomaron Constantinopla en el 1453, forzando al exilio a los sabios bizantinos que se refugiaron principalmente en la península itálica, trayendo con ellos bibliotecas enteras de manuscritos clásicos a las que añadían su completo dominio del idioma griego. En las fuentes originales se encontraba también la rica mitología greco-romana que ofrecía un repertorio de conductas mucho más sugerentes para los intelectuales renacentistas que los libros de vidas de santos medievales. Y con la mitología y la filosofía clásicas, se descubrió que, junto al dogmatismo cerrado de la teología medieval, existía una enorme diversidad de perspectivas abiertas sobre el cosmos y el ser humano. Todo ello llevó a una revalorización de los conocimientos de las civilizaciones antiguas, sus doctrinas y valores. Pues además del mundo clásico grecolatino, se redescubrió el vasto universo de las doctrinas gnósticas, que nacieron del contacto del mundo griego 1 René Guénon. Autoridad espiritual y poder temporal. Ed. Paidós. 10 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 con el egipcio y el mundo oriental persa. En el crisol de lo que se conoció como la Hélade; la cultura helenística forjada desde Egipto hasta la India, en lo que fue el territorio del imperio de Alejandro Magno. En base a todo ello el Renacimiento acabó elaborando una nueva visión de la realidad, y en particular del papel del ser humano en ella, que luego se conoció como Humanismo. Este Humanismo renacentista, aunque crítico con los excesos de la Iglesia y la religión, no se oponía ni a una ni a otra. Por ejemplo Marsilio Ficino (1433-1499) dedicó su vida a recuperar la teología de los antiguos: la Prisca theologia; que entendía revelada necesariamente por el mismo Dios, como una religión común de los pueblos antiguos, y en demostrar su natural concordancia con el cristianismo. Este tipo de humanismo logró seducir incluso a varios papas, hasta el punto que por un tiempo, pareció probable que la esperada renovación de la Iglesia acabaría por inclinarse en su dirección. Sin embargo, un pequeño fraile dominico nacido en 1484 lo cambiaría todo: Martín Lutero. La Reforma y la Contrarreforma La Reforma, en su relectura de lo que en su opinión era el verdadero cristianismo, asimiló la mayoría de las prácticas y rituales de la iglesia católica al paganismo y se lanzó con gran fervor a lo que consideraban una recristianización de la sociedad; que básicamente consistía en una gran purificación de todo resto pagano. Paganismo que pasó a juzgarse directamente de inspiración satánica. La intensa, y profunda, relación con la naturaleza que todas esas viejas tradiciones tenían, y que habían sobrevivido de un modo u otro en las costumbres y el folclore rural, fueron una de las primeras víctimas. En palabras del historiador de las religiones más importante del s. XX: La lectura del “libro de la naturaleza” había constituido la experiencia fundamental del renacimiento. La Reforma jamás supo encontrar los medios para cerrar ese libro ¿Por qué? Porque para ella, lejos de ser un factor de acercamiento, la naturaleza era la principal responsable del alejamiento de Dios y del hombre. A fuerza de buscar, la Reforma encontró, finalmente, al gran culpable de todos los males de la existencia individual y social: la naturaleza pecadora.2 2 Ion P. Culianu. Eros y magia en el renacimiento. Ed. Siruela. Pág. 269. 11 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 La reacción de la iglesia católica se plasmó en la convocatoria en 1545 del concilio de Trento, que tras 18 años de debates generó lo que se conoce como la Contrarreforma. Teológicamente el concilio no aceptó ninguna de las propuestas de Lutero, pero para lograr la catarsis necesaria para resistir el embate protestante, además de abolir injusticias flagrantes, como la venta de indulgencias, y depurar el rito católico de todas las variantes locales creando uno sólo para toda la iglesia. En la práctica, para defenderse de la incómoda crítica luterana de paganismo, se generalizó la persecución de cualquier vestigio de éste. Dando de nuevo la espalda a los conocimientos de las civilizaciones antiguas y a las mencionadas doctrinas exóticas que tanto habían fascinado al Renacimiento a lo largo del siglo anterior. Así se mataban dos pájaros de un tiro pues, pese a los esfuerzos de Ficino y otros en armonizarlas con el cristianismo, toda esa ebullición de doctrinas neoplatónicas era considerada como peligrosa por buena parte de la iglesia. Y pese haber dialogado, y puntualmente simpatizado, con ellas durante casi un siglo, con la contrarreforma también entraron en proceso de demonización. No es este el lugar para analizar en detalle este significativo concilio ni para explicar las inmensas consecuencias del irresuelto conflicto entre la Reforma y la Contrarreforma. Baste decir que, en casi en todos los ámbitos sociales, estas consecuencias se extienden hasta nuestros días. En el tema que nos atañe, ambos bandos actuaron como si estuvieron totalmente de acuerdo, e independientemente de las sucesivas guerras de religión que protestantes y católicos mantuvieron, el conflicto se tradujo en una salvaje competición de fervor purista que destruyó prácticamente todos los restos de tradiciones antiguas que todavía quedaban en el continente europeo. Y lo mismo pasó en el continente americano, pues los pueblos indígenas de América tuvieron la mala suerte de ser conquistados durante esta atroz pugna, en la que sus creencias fueron inmediatamente demonizadas. Explicaba Octavio Paz que la persecución de las tradiciones indígenas americanas, se produjo no porque consideraran que esas tradiciones fueran aberrantes o falsas, sino porque las consideraban serias, endemoniadamente serias. Ese largo proceso es lo que se conoce vulgarmente como la caza de brujas, y fue mucho más allá de lo que entendemos habitualmente por brujería. Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, tanto los protestantes como los católicos, desataron un terror purificador que, 12 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 según los diferentes estudios, costó la vida a entre quinientas mil y dos millones de personas, sólo en Europa. En América fue desde luego mucho peor… 3 La mencionada demonización de la naturaleza se hizo, en ambos bandos, rápidamente extensiva a las mujeres, símbolo de la tentación, el pecado y el mal. Así la separación entre los sexos creció; se cerraron todos los baños públicos mixtos que todavía existían y la moda femenina fue ocultando, e incluso deformando, cualquier atributo femenino que no fuera el rostro, que a la vez era masculinizado. Frente a las quejas del insufrible calor que sufrían las nobles españolas por esas imposiciones de la nueva moda femenina la respuesta de la iglesia fue diáfanamente clara: ¡Más calor hará en el infierno! 4 Tal como han señalado varios historiadores, tanto la Reforma como la Contrarreforma supusieron una radical censura del imaginario occidental, que tras muchas vicisitudes llevó, entre otras muchas cosas, a la emergencia de la ciencia moderna. Además, el prestigio de la religión como fuente de verdad y certeza se vio seriamente mermado, tanto por la fractura de la iglesia que supuso la reforma protestante, y las interminables guerras de religión que le siguieron, (que sólo acabaron en la paz de Westfalia de 1648), como por el torrente de interpretaciones diferentes, a menudo enfrentadas, que la Reforma permitía de la Biblia. En el bando católico el equivalente fue el espontáneo fenómeno de los alumbrados, surgido como reacción a la mordaza imaginaria de la contrarreforma, y que abrumaba a los creyentes con sus infinitas visiones beatíficas y revelaciones "divinas". Todas ellas captadas de forma individual, y experimentadas como fuente principal de conocimiento y sabiduría por visionarios y santones, que con frecuencia, y en tono profético, acababan reclamando para ellos una autoridad mayor que la de la misma iglesia. Finalmente, la inquisición acabó con ese fenómeno, pero su feroz acción no mejoró el prestigio de la Iglesia a ojos de los creyentes. La ilustración Todo lo mencionado hasta ahora, sumado a la natural necesidad de encontrar una fuente de verdad y certidumbre en un mundo impredecible y peligroso, desembocó en el siglo XVIII en la Ilustración. A ésta la impulsó tanto la efectividad del método cartesiano, que había identificado a la razón como fuente exclusiva de verdad y certeza, como la creciente capacidad predictiva de las ciencias experimentales derivadas de ese método (de las que 3 4 Ibíd. Pág. 329. Ibíd. Pág. 275. 13 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 la física, y su mejor valedor Isaac Newton, eran el paradigma). La razón y las ciencias experimentales asociadas, fueron incrementando su prestigio a la par que la religión perdía el suyo. Y el hombre ilustrado acabó despreciando tanto a la religión cristiana, como a las religiones o creencias anteriores, por consideradas expresiones de una etapa pueril, (infantil) del pensamiento. Pero los sueños de la razón producen monstruos, escribió Goya en un famoso grabado. Y tras un siglo de avances y revoluciones, también la Ilustración empezó a dar muestras de sus limitaciones, en especial en su capacidad de crear una verdadera paz, o de cumplir su promesa de crear el cielo en la tierra en base exclusivamente a la razón. Y, sin dar marcha atrás, el péndulo de la historia volvió a oscilar en la dirección contraria, alumbrando lo que sería el Romanticismo. Romanticismo Éste, frente al universalismo racionalista de la ilustración, que a sus ojos había generado esa gris, uniformadora, y horrorosa revolución industrial. Afirmaba sobre todo la diferencia, con un gran aprecio por lo subjetivo y personal. Eso se tradujo en un culto al yo y, como su expresión colectiva, al carácter nacional. Esas identidades colectivas sólo podían fundamentarse en la historia común. Y por ello, las emergentes naciones europeas se lanzaron a recuperar sus raíces, buscando en ellas aquello que los diferenciaba de los otros pueblos. El nacionalismo político moderno nació con el objetivo de conformar la identidad de los diversos territorios favoreciendo así la centralización geopolítica y administrativa de los mismos. Este nuevo fenómeno tomó fuerza especialmente entre los pueblos de habla alemana que aún a principios del siglo XIX estaban divididos en más de 300 pequeños estados y necesitaban de mitos unificadores. El filósofo alemán Johann Gottfried Herder (1744-1803) proporcionará esos elementos, que él encontrará en la lengua, el folclore y la cultura popular. Para él, en el lenguaje se centra la revelación expresiva del ser de la humanidad: el lenguaje es decisivo para los pueblos y para los individuos, ya que la lengua expresa, a su modo, el carácter del pueblo que la habla. Bajo su enérgico impulso se producirá una revaloración de la cultura popular, anónima y tradicional, incluso por encima de la literatura culta, ya que en ella se da más directamente el ser original del pueblo y su gente. Richard Wagner nació en ese contexto de construcción nacional alemana y su obra maestra; el ciclo de cuatro óperas de El Anillo del Nibelungo, estrenada en 1876, se 14 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 convirtió en una de las más poderosas expresiones de ese emergente nacionalismo alemán. Incluso Friedrich Nietzsche propuso la música de Wagner como el renacer dionisíaco de la cultura europea en oposición del racionalismo decadente de lo apolíneo. Aunque luego renegó de él a raíz de la ópera Parsifal, estrenada en 1882, por haber cedido, ante los ideales del cristianismo, intrínsecamente contrarios a las fuerzas de la vida, represoras de la voluntad de poder de la vida humana. Las ideas de Nietzsche, como veremos a continuación, tuvieron un papel fundamental en el desarrollo de los acontecimientos posteriores en Europa, pero volvamos a Wagner. El libreto del ciclo del anillo, que estaba basado, muy libremente, en figuras y elementos de la mitología nórdica; con las Eddas como una de sus principales fuentes, despertó un entusiasmo y una admiración general, convirtiendo a Wagner, en el profeta que la nación alemana necesitaba y gracias a él, y a otros escritores y poetas alemanes, la mitología nórdica, volvió a estar en el centro de atención. El ocultismo Explicaba el Psiquiatra C.G. Jung, que también creció y se formó en el ambiente del naciente germanismo, que cuando una sociedad moderna que rechaza o pierde, una forma elaborada de Religión, acaba elaborando inconscientemente una forma más primitiva de esta pues, por más que conscientemente piense que es autosuficiente, su psique no puede sobrevivir sin una teodicea; una justificación de Dios; una explicación, o relato, del origen y sentido del cosmos y del lugar del ser humano en él, del bien, del mal etc. Sea esto correcto o no, lo cierto es que describe muy bien lo que sucedió a lo largo del siglo XIX (del XX y de hasta nuestro propio siglo). Pues tras el largo proceso de racionalización de la ilustración, emergió una efervescencia de movimientos pseudoreligiosos, de forma vagamente chamánica, que transmitidos por una efervescencia paralela de sociedades secretas, acabaron alumbrando un vasto y heterogéneo movimiento que luego se conocería bajo la etiqueta general de ocultismo. Estas creencias basaban su autoridad en el conocimiento al que según ellos habían obtenido, o recuperado, por medio de contactos con maestros ocultos, diversas formas de videncia, espiritismo y rituales de magia. Y pasaron a ocupar el inmenso vacío que dejaban, tanto el desprestigio de cualquiera de las variantes de la religión cristiana, como el paralelo desprestigio de la razón ilustrada de la que el romanticismo dominante abominaba. 15 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Por su indiscutible carisma, se puede considerar la más representativa de esta época a la rusa Madame Blavatsky (1831-1891). Que se presentaba como receptora y divulgadora de tradiciones arcanas. Fundó en 1875, en Nueva York, la Sociedad Teosófica. Escritora prolífica, explicó que escribía sus libros con la ayuda de los Mahatmas (grandes almas) que algunas veces le transfirieron sus conciencias a su cuerpo físico, en un proceso que ella llamaba Tulku. También afirmaba que tal proceso no era mediúmnico, porque los mahatmas no eran espíritus de muertos, sino seres humanos verdaderos en cuerpos físicos. Siguiendo con su relato, algunas descripciones y citas le fueron mostradas por esos mahatmas a través de la luz astral; otras veces, mientras dormía. Y páginas enteras fueron precipitadas en su propia letra, o las cartas de los maestros se materializaban en el papel… Fuera cual fuera la verdad de su proceso de escritura, el hecho es que sus obras son un abigarrado patchwork de fragmentos de tradiciones exóticas; como la Kabbalah hebrea El Budismo Mahayana o el Lamaismo Tibetano, junto con adaptaciones sui generis de teorías científicas modernas en especial la teoría de la evolución de Darwin, reinterpretada libérrimamente por ella, y combinadas con especulaciones histórico-científicas de lo más salvaje. Todo ello regado por una gran profusión de citas, debidamente referidas a pie de página, dándole al conjunto al conjunto una notable apariencia de rigor intelectual. En su obra de 1888 La Doctrina Secreta, (Con el subtítulo: Síntesis de Ciencia, Religión y Filosofía) Desarrolla toda una teoría racial de la evolución humana, dividiendo la historia de la humanidad en siete grandes fases que estaban dominadas sucesivamente por siete razas raíces. Según ella nos hallamos en la quinta fase que debía ser dominada por la raza aria, como la anterior lo había sido por la de los atlantes. Civilización ésta, que según ella se había desarrollado al final de la era mesozoica, es decir, en compañía de los dinosaurios ¡hace unos 80 millones de años! El movimiento ocultista alemán En el ámbito alemán, las teorías de Blavatsky tuvieron muy buena recepción, e interactuaron largamente con lo que se conoce como movimientos Volkisch, (movimientos variopintos centrados en la búsqueda de la esencia cultural del Volk, el pueblo, la nación) influyendo fuertemente en el nacimiento de la Ariosofía, doctrina que preparó el camino a teorías de supremacía racial nazis. La Ariosofía había sido impulsada por dos escritores y periodistas austríacos: Guido Von List y Jörg Lanz von Liebenfels. 16 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Guido von List (1848-1919) fue conocido sobre todo por sus obras de temática ocultista, donde fusionaba las teorías de Blavatsky con sus creencias raciales sobre la raza aria y con su propio antisemitismo. Sus libros le convirtieron en una de las figuras clave del resurgimiento del neopaganismo germánico. List, a la edad de 54 años, después de una intervención de cataratas que lo dejó ciego por 11 meses, tuvo una experiencia visionaria en la que se le revelaron los secretos de las runas. Su sistema, fue conocido como Runas Armanen, (Armanen se refiere a una supuesta saga de reyes-sacerdotes de la mítica Alemania aria primitiva). No estudiaremos aquí su sistema. Sólo mencionaremos que está compuesto sólo por 18 runas, en lugar de las 24 originales, manteniendo con pequeñas variaciones las grafías originales aunque no su orden. Lo ingenioso del sistema es que encaja todas las runas en una estructura hexagonal estrellada, similar a un copo de nieve, con la runa hagal, la más sagrada de todas en su esquema, como centro. Las Runas Armanen tuvieron gran impacto en los círculos nacionalistas. Y el partido Nacional Socialista acabó incorporando muchas de las runas de List en su simbología. Por ejemplo tanto las juventudes hitlerianas como las SS adoptaron por insignia la runa Sig s; una sola en el caso de las juventudes, y dos en el caso de las SS. (Según List s simbolizaba la raza aria pura) Ambas organizaciones además enseñaban a sus miembros tanto fundamentos de mitología nórdica como el sistema de las runas armanen. También dieron usos cotidianos a las runas; como su empleo en los diarios para referirse a los natalicios z, o como sustituto de las cruces cristianas en las necrológicas Z.5 De Jörg Lanz von Liebenfels, el otro fundador de la Ariosofía, baste decir que en su obra de 1904: Teozoología, o la Ciencia de los Sodomitas Simiescos y el Electrón Divino. Afirmó que los pueblos arios se originaron a partir deidades interestelares (denominados Theozoa) que se reproducían por electricidad, mientras que las razas inferiores fueron el resultado del mestizaje entre humanos y simios-hombres (o Anthropozoa). Los efectos del cruce racial habían causado la atrofia de los poderes paranormales heredados de los dioses, pero estos podrían ser restaurados de nuevo por la cría selectiva de linajes arios puros, y la castración masiva de los hombres inferiores… Otro elemento de la mitología nórdica que acabaría siendo incorporado en la naciente cosmología nazi, sería el del enfrentamiento entre las fuerzas primigenias del hielo y las del fuego. Un ingeniero alemán, Hans Hörbiger, desarrolló en 1913 toda una teoría del 5 Rosa Sala Rose. Diccionario crítico de mitos y símbolos del nazismo. Ed. El Acantilado. Pág.320. 17 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 origen del mundo basada en su tesis de un choque de una masa gigante de hielo con una estrella mucho más grande que el sol. De la explosión resultante habría surgido nuestro sistema solar. Los embriones de los arios se habrían preservado en el hielo primigenio hasta caer a la tierra en forma de protoplasma. Tesis para ellos mucho más aceptable que ese aspecto repugnante del evolucionismo darwinista que hacía descender del mono a todos los hombres, incluidos los arios. Intento de recuperación del punto de vista tradicional Esta sólo es una pequeña muestra, leves pinceladas, de lo que se cocía por entonces en Europa. No es de extrañar que muchos intuyeran el explosivo peligro que toda esta locura colectiva encerraba. Desde luego, algunos hombres de ciencia, por ejemplo Einstein o Freud, sumergidos en la perplejidad, intentaban en vano atajar, toda esta locura pseudocientífica ocultista, que además, se estaba articulando políticamente ante sus mismos ojos. Pero algo esencial se les escapaba. Europa llevaba varios siglos huérfana tanto de una teodicea convincente, y seductora, como de las nociones esenciales de metafísica que le hubieran permitido elaborarla, o vivir sin ella pero sin enloquecer. A pesar de ser su principal función, hacía ya tiempo que ni la iglesia católica, ni las iglesias reformadas, podían aportar ya esas nociones pues ellas mismas también las habían perdido. Lo cual, en el caso de la iglesia católica, es aún más enojoso pues ésta aún mantenía, tanto los símbolos como los ritos, que eran expresión directa de esos mismos principios metafísicos. Sin embargo, emergieron algunas voces aisladas que intentaron aportar las nociones fundamentales de metafísica necesarias para que el europeo instruido pudiera al menos discriminar lo verdadero de lo falso en los ámbitos donde la ciencia sencillamente no podía ofrecer respuestas. Entre esas voces destaca la obra del matemático y orientalista francés René Guénon (1886-1951), que tras haber conocido de primera mano los desvaríos que reinaban en los círculos ocultistas europeos, y también las más que lamentables insuficiencias de la iglesia católica. Entró en contacto con representantes oficiales de diversas tradiciones orientales buscando aquello que intuía que se había perdido en occidente. Simplemente preguntándoles, explicó él mismo en alguna ocasión. Claro que también se tomó la molestia de aprender perfectamente Chino, Sánscrito y Árabe. Convirtiéndose 18 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 seguramente en el primer occidental en ser iniciado tanto en la tradición Taoísta, como en la Hindú y en la Sufí. Desde esa privilegiada perspectiva presentó en una larga serie de obras los principios fundamentales de lo que subyacía a las diversas civilizaciones tradicionales, incluida la cristiana medieval: la metafísica tradicional. También dedicó buena parte de su obra a explicar lo que era una sociedad tradicional, es decir, una sociedad basada en principios metafísicos, y esto nos es relevante aquí pues, como ya hemos dicho, todo apunta a que la civilización nórdica fue, al menos en su origen, de tipo tradicional, y eso nos puede dar algunas claves para comprender mejor los fragmentos que nos han llegado. De todos modos, la obra de Guénon sólo tuvo influencia en pequeños círculos intelectuales que admiraron su contenido, pero que no podían sentir otra cosa que incomodidad al leer su acerada crítica de la cultura moderna occidental, que en su opinión, al estar desarraigada de cualquier principio metafísico, se convertía en una peligrosa anomalía histórica. Apropiación y manipulación de la simbología nórdica por parte del nazismo Pero volviendo al ámbito germánico, por su particular relevancia histórica -que no intelectual- no podemos ignorar el episodio de la apropiación, deformación y perversión de los símbolos y mitos nórdicos por parte del partido Nacionalsocialista alemán. Tras Guido Von List y Jörg Lanz von Liebenfels emerge la figura de Karl Maria Wiligut (1866-1946), alias Weisthor que fue un militar prusiano que también había recibido una revelación de la religión original alemana, que él llamaba Irminismo. Wiligut pretendía tener poderes especiales que le permitían el acceso a las memorias genéticas de sus propios ancestros germanos que por cierto, habían sido nada menos que reyes nacidos de la unión de los Ases y los Vanir. En lo referente a las runas era más modesto, afirmaba que había sido iniciado en sus secretos directamente por su abuelo Karl. En 1903 publicó su primer libro dedicado a las runas y 1908 un segundo libro dedicado al Irminismo, donde entre otras cosas afirmaba que la cultura germánica tenía 228.000 años de antigüedad, que en esa época la Tierra tenía 3 soles, que la biblia había sido escrita originalmente en lengua germana, que los antiguos germanos adoraban a un dios solar llamado Krist, del que los cristianos luego se habrían apropiado en la figura de su salvador Cristo y un largo etc. Con todo ese despliegue, Wiligut se ganó un buen número de seguidores. Pero no fue hasta que se jubiló en 1919, a los 53 años, y tras 40 años de 19 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 impecable servicio en el ejército, que pudo centrarse en sus estudios ocultistas y entrar en contacto con los varios grupos ocultistas que se habían interesado en su obra. En particular, la Sociedad de la Edda publicó en su boletín Hagal, toda una serie de versos supuestamente arcaicos, que según Wiligut le había hecho memorizar su padre, donde explicaba las claves de las runas y del Irminismo. Según éstos, las runas encerraban, en un código cifrado que sólo él conocía, la historia completa de la creación del hombre, desde su origen en las tierras del Norte donde habitaba la raza pura y luminosa de los Arios, quienes a pesar de estar dotados de infinita sabiduría, se habrían ido degenerando a causa de su mezcla de sangre con los pueblos del sur… Estas revelaciones se vieron interrumpidas en 1924, por su internamiento, inducido por su esposa, en una institución mental donde se le diagnosticó esquizofrenia y megalomanía. Siendo también declarado legalmente incompetente por un tribunal de Saltzburgo e ingresado en un manicomio de la misma ciudad, donde estuvo internado por cuatro años. En 1932 abandonó a su esposa y familia y se trasladó a Múnich donde, bajo el seudónimo de Karl Maria Weisthor, fue presentado a Heinrich Himmler, que por entonces ya era comandante en jefe de las SS, causándole un gran impacto. Al poco tiempo Himmler lo nombró jefe del departamento de Herencia Ancestral (Ahnenerbe) de las SS, luego coronel y finalmente, con el grado de general de brigada, lo incorporó al reducido círculo de sus asistentes personales. Desde ese puesto diseñó varios de los rituales de las SS, entre otros los de la boda de los oficiales, donde ejercía personalmente de sacerdote neopagano provisto de una vara goda grabada con runas6. También diseñó el anillo de runas que recibían los más destacados miembros de las SS, y que a su muerte, debían reunirse en la cripta del castillo de Wewelsburg, un castillo renacentista que por órdenes de Himmler, y seguramente por consejo y guía del mismo Wilibut, fue remodelado para convertirse en el centro ceremonial de las SS, intentando asemejarlo a la imagen tradicional del centro del mundo. Curiosamente Wilibut despreciaba las interpretaciones de Von List y sus seguidores, y cuando tuvo poder suficiente envió a los campos de concentración a más de uno. Sin embargo, el triste historial psiquiátrico de Weisthor acabó saliendo a la luz de la mano de sus enemigos dentro de las propias SS, lo que puso en una situación muy incómoda al propio Himmler, que tuvo que destituirlo de todos sus cargos. A pesar de ello, mantuvo 6 Ibíd. Pág. 319. 20 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 la confianza en él hasta el final, consultándole en todo lo relativo a las runas y al ritual original de los antiguos germanos... En cualquier caso, salvo en algunos episodios muy concretos, el acercamiento del partido nazi a la historia y a los restos de las doctrinas nórdicas, fue sólo instrumental; era un excelente mito unificador y un potente elemento de propaganda. Los símbolos geométricos tradicionales eran además sintéticos, estéticos, y muy evocadores; empezando por la esvástica, que era un símbolo arcaico, y universal, del polo y el tiempo cíclico, al que algunos movimientos volkish, por un camino muy retorcido que no relataremos aquí, le habían otorgado una significación antisemita, y del que los nazis se apropiaron con ese sentido, en todo caso, según List también era el símbolo del hombredios ario-germánico. Las runas, por su lado, tuvieron usos muy diversos. Las juventudes hitlerianas y las SS adoptaron por insignia la runa Sig s; una sola en el caso de las juventudes, y dos en el caso de las SS. Según List simbolizaban la raza aria pura. Las sociedades secretas ocultistas, que tanto habían tenido que ver con la emergencia y definición del nazismo, no tuvieron ningún papel en su desarrollo posterior, pues a pesar que muchos miembros destacados del partido nazi, como Rudolph Hess o Alfred Rosemberg, habían sido miembros de sociedades secretas de perfil esotérico y fidelidad Volkish, cuando llegaron al poder les faltó tiempo para acabar con todas ellas. Era parte del programa de poder total de Hitler, eliminar no sólo cualquier tipo de oposición sino cualquier potencial fuente de resistencia. El primer objetivo fue la Masonería, de la que mataron a unos 200.000 miembros, alegando complicidad con la conspiración judía; la famosa conjura judeo-masónica. Pero luego les siguieron cualquier tipo de organización que se organizara en logias, incluidas algunas de las más Volkish, como la Orden de los Druidas Germanos, o la Orden Skald. Los grupos más religiosos no fueron perseguidos hasta 1941 cuando el vuelo de Hess a Escocia se interpretó como el fruto de la influencia que sobre él ejercía la Antroposofía de Rudolph Steiner. Finalmente, el imperio que iba a durar mil años cayó dejando un inmenso baño de sangre manchando con su estigma criminal todo lo que hubieran tocado. Entre ellos los símbolos y mitos nórdicos, y entre ellos también las runas. Y de hecho aún lo hacen, pues dada la prohibición en muchos países europeos de la simbología nazi, en particular de la esvástica, muchos grupos neonazis emplean ahora 21 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 algunas runas como emblemas. Impropiamente desde luego, pues los símbolos sagrados de los Vikingos nada tienen que ver con lo que la fantasía volkish hizo de ellos. Asatru Poco después de la guerra, varios ocultistas recuperaron, y depuraron de elementos racistas e ideológicos, el método de Guido Von List y lo convirtieron en un sistema rúnico muy popular. Hasta el punto que en los países anglosajones es más conocido que el original vikingo de 24 runas. Otros movimientos de magia rúnica herederos de los sistemas que hemos mencionado, se han cobijado en la postguerra bajo el genérico paraguas del movimiento New Age americano. Lo que es bastante oportuno, pues el movimiento New Age también tiene bastante que ver, al menos en origen, con la Teosofía de Blavatsky. En el presente, otros grupos han intentado revitalizar la antigua religión nórdica, y con ella el culto a las runas. Se agrupan bajo la denominación genérica de Asatru, que es un nombre extraído de una ópera de Eduard Grieg, y que literalmente significa Leal a los Ases, y que son actualmente religión reconocida en Islandia, Dinamarca, Suecia y España. Esas reconstrucciones han recogido muchas de las tesis del neopaganismo germánico de antes de la guerra, pero sustituyendo los elementos antisemitas por un anticristianismo no violento. Pero el rechazo de las doctrinas cristianas no basta para construir una nueva religión, y menos para reconstruir la antigua, y desaparecida, tradición nórdica. Según el punto de vista tradicional, que hemos adoptado aquí, es evidente que siguiendo los relatos mitológicos escritos por terceros, y los escasos vestigios arqueológicos de lo que era la tradición oral nórdica, que exige transmisión directa ininterrumpida de maestro a discípulo, es imposible reconstruir nada que se parezca a la tradición original. Por más que se imiten algunas sus formas religiosas externas, y se intente desarrollar una moral basada en la imagen idealizada de buen salvaje que nos ha llegado de los Vikingos, combinándola con buenas dosis de filosofía Nietzscheana. En todo caso, nada parece hacerles desfallecer su entusiasmo mientras se reúnen en los bosques invocando desnudos la protección de Thor… Recuperar el punto de vista de los antiguos nórdicos Todo este recorrido nos da una idea aproximada del porqué sabemos tan poco de la civilización nórdica y hasta qué punto, lo poco que nos llegó, fue tergiversado en los siglos XIX y XX hasta hacerlo irreconocible. 22 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Pero ¿qué podemos saber hoy de lo que fue esa civilización? ¿Es posible hacer una reconstrucción aproximada? ¿Hasta qué punto podemos entender o que eran para ellos esos misteriosos grafismos que llamamos runas? Desde el punto de vista de los datos que nos han llegado desde luego muy poco; los vestigios que han sobrevivido son literalmente supersticiones, (del latin super-stitio: aquello que ha quedado en pie) fragmentos de lo que se intuye que fue un edificio magnífico pero del que nunca podremos contemplar su totalidad. Pero el punto de vista que intentamos vislumbrar es el de los propios antiguos Nórdicos y si este punto de vista tiene características comunes con el de otras civilizaciones todavía existentes entonces, las pocas piezas que nos han llegado, podrían ser suficientes para reconstruirlo en lo esencial. Aunque no para revitalizarla como una nueva religión, tal como ya hemos explicado. Aplicar lo que sabemos de las sociedades tradicionales existentes a las desaparecidas, no es un método nuevo, por ejemplo ya lo emplearon con éxito el lingüista Christian Guyonvarc’h y la historiadora Francoise le Roux en su estudio de 1986 sobre los Druidas. Y aplicando éste método, llama la atención de inmediato la división tripartita del panteón nórdico; los Ases, los Vanir y los Jotun. Y la paralela división tripartita de las funciones sociales. Tal como se da en las sociedades Indoeuropeas, de las que derivan, entre muchas otras, las germánicas, y que el historiador de las religiones Georges Dumezil retrató prolijamente. También destaca su mitología axial, construida alrededor de un árbol cósmico: Yggdrassil. Y la identificación de nueve planos cósmicos diferenciados que sus ramas (simbólicamente) delimitan. Y finalmente la existencia de un conjunto completo de 24 arquetipos: las runas. De todo ello podemos deducir ello que estamos ante una civilización, al menos en su origen, tradicional. Y no hemos mencionado la amplitud y regularidad de la armonía entre las Eddas y el Mahabharata Hindú que también observaba Dumezil. Armonía que apunta a un origen común: seguramente a esa civilización indoeuropea, tan apreciada por los que estudian la historia de las lenguas, o quizás sean ambas herederas de una tradición aún más antigua; quizás madre también de la misteriosa cultura megalítica del quinto y sexto milenio antes de nuestra era, que ocupó todo el norte de Europa, y de la que sólo han quedado sus excepcionales alineaciones de dólmenes y menhires. 23 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 En cualquier caso, de los vestigios que han sobrevivido, y de lo que sabemos de otras civilizaciones tradicionales conocidas, intentaremos ahora extender nuestra mirada hasta las puertas del Asgardhr. Metafísica, Religión y Mitología. Si tal como afirmamos, la civilización de los pueblos de Norte tenía fundamentos metafísicos, es preciso aclarar primero que entendemos por tales. Por metafísica, hoy, en occidente, se entiende una rama de la filosofía que tiene por objeto de estudio los fundamentos de la realidad y el sentido y finalidad última de lo que es. Aunque de facto, cada escuela de filosofía moderna la ha definido, y generalmente criticado, a su manera. Pero no es éste el lugar para abordar esos múltiples sentidos y sus respectivas críticas. La Enciclopedia Británica la define como el estudio de la realidad como un todo (en contraste, por ejemplo, con la ciencia que inevitablemente la divide por partes). Podemos tomar esta última definición como punto de partida pues, en lo esencial, es coincidente con la que dan las doctrinas tradicionales (que son las que comparten el punto de vista con la civilización de los antiguos nórdicos): la metafísica como aquello que piensa la realidad como un todo, omniabarcante, que no deja nada fuera, ni siquiera al observador que la piensa. Ya que su esencia no es inmediata a los sentidos, Aristóteles la llamó la filosofía primera por tratarse de un saber que trasciende al saber físico, es decir natural. Profundizar más en su definición exigiría más de un tratado pero tal vez por medio de algunos ejemplos logremos ilustrarla suficientemente. Hemos ya hablado de principios metafísicos como fundamento de la civilización nórdica, y los hemos traducido como principios sobrenaturales, pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de principios sobrenaturales? ¿Acaso existe, o puede existir, algo que no sea natural; algo que no esté fundamentado en la naturaleza? ¿La realidad es toda naturaleza? Veamos. En la naturaleza todo es cambio y transformación. ¿Existe algo permanente sin cambio? Precisamente esa es la definición de principio metafísico: aquello que es permanente, que no está sujeto a cambio o evolución alguna, y que a la vez es la condición necesaria para cualquier tipo de existencia, cambio, o evolución. 24 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Tomemos como ejemplo introductorio la idea de estructura, no la percibimos directamente, sólo intuimos su existencia al abstraer de todo lo que cambia, aquello que permanece. Otros principios, más fundamentales, y por ello más difíciles, son los de unidad, de infinitud, o el de la nada. Siempre referidos a la realidad como un todo, de lo contrario ya no estaríamos hablando de metafísica. Como ejercicio y ejemplo de la forma de pensar metafísica, y a pesar de su dificultad, veamos cómo estos principios se definen entre sí. Empecemos por el infinito. Éste no está limitado a lo natural, de hecho, por definición, no está limitado por nada, y si lo estuviera por algo es que ya no estamos hablando del infinito. Si por ejemplo hablamos de infinito numérico, ya no es el infinito al que nos estamos refiriendo, pues está limitado al ámbito de los números. Así lo infinito no puede limitarse a ningún ámbito y por ello ha de abarcar a la realidad toda; englobarlo todo sin dejar nada fuera; todo lo que es, ha sido y será, e incluso, por paradójico que suene, todas aquellas posibilidades de ser que no han sido ni serán, y todo lo que no es. Éste es el conjunto absoluto metafísico; el omniabarcante infinito verdadero, un perfecto ejemplo de principio metafísico. Veamos otro ejemplo, una implicación directa del principio de infinito es el principio de unidad. Pues si el infinito no puede tener límites, entonces no puede existir nada a parte del infinito, ya que ese -algo a parte- sería un límite, algo que el infinito no es, y por lo tanto ya no sería infinito, luego la realidad infinita sólo puede ser una, y por ello, la unidad, también es principio metafísico. Por otro lado, tal como hemos visto, cualquier atributo, adjetivo, cualidad o predicado que se quiera aplicar al infinito lo limitaría, luego el infinito para serlo, no puede tener ni atributos ni cualidad alguna y por ello se dice que su esencia es vacío, aquello que no es nada. Por ello ésta nada es también principio metafísico. La metafísica tal como la ciencia, se fundamenta en su propio método, aunque a diferencia de ésta, no se basa en los datos que proporciona la naturaleza sino en algo que definiremos más adelante, la intuición directa de la realidad. Hemos visto que pese a nuestra incuestionable finitud, nuestro pensar, y en particular esa parte del pensar que llamamos intuición, puede captar lo esencial de la idea de infinito. Aunque para entender todas sus implicaciones necesitará de mucha más dedicación. De pensar correctamente esas implicaciones se ocupa la metafísica. 25 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Por ejemplo, hemos dicho que la unidad es un principio universal e inalterable; es decir un principio metafísico. ¿De dónde surge pues la multiplicidad y la variedad ilimitada que observamos? Según la metafísica surgen de una polarización interior de esa unidad principal, entre cuyos polos se produce toda la manifestación. La primera de esas polarizaciones, de esas dualidades, es la de esencia y substancia. Que en la tradición hindú se conocen como Purusha y Prakriti7 o en la tradición taoísta como Cielo y Tierra8. Y que en nuestro lenguaje coloquial podríamos traducir inexactamente por espíritu y materia, o energía y forma. Una vez esta polarización se ha completado, nos encontramos en un orden de realidad diferente, inferior al orden de realidad del que ambos polos proceden. El proceso de polarización puede seguir; generando ordenes de realidad más alejados del principal hasta llegar hasta en el que nos encontramos. Es importante no olvidar que el principio de unidad sigue completamente vigente en cualquiera de los órdenes de realidad así creados. Por lo que cualquier percepción de separación sólo puede ser aparente, no puede ser real, pues entraría en contradicción tanto con el principio de unidad como con el de infinito. No es éste el lugar para mostrar cómo por medio de la metafísica podemos ir deduciendo uno por uno todos los principios que fundamentan éste o cualquier universo. Si alguien desea profundizar en ello puede estudiar el vedanta hindú, la mística apofática cristiana, el sufismo islámico, la cábala hebrea, el taoísmo o cualquiera de los muchos sistemas metafísicos tradicionales, idénticos en el sentido de sus aserciones últimas, pero con énfasis y formas exteriores diversas dependiendo de los pueblos y de las culturas a las que se dirijan. Religión Cualquier religión que merezca ese nombre ha de tener fundamentos metafísicos, pero la religión se diferencia de la metafísica tanto en su lenguaje, que siempre presenta un relato o narración con el objeto de movilizar emocionalmente al espectador, como en su objeto, que presenta un elemento nuclear de socialización y de modelización de esa sociedad. Escuchar historias y narraciones, es la forma natural de aprender del ser humano. La narración mitológica o religiosa vertebra el pasado con el presente y con una determinada 7 8 René Guénon. El hombre y su devenir según el Vedanta. René Guénon. La Gran Tríada. Ed. Paidós. 26 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 expectativa de futuro que da sentido a todo el relato. Así el yo se reubica en un continuo ordenado que le dice quién es, de donde viene y a donde va. La religión pues se construye en torno a esta necesidad de narrativa del ser humano creando los relatos fundacionales de una determinada sociedad. Ese relato se centra normalmente en la vida del fundador, cuya biografía suele ser tanto histórica como mítica, ya que siempre presenta algunos rasgos simbólicos que universalizan su personalidad y en las descripciones de su conducta frente a las vicisitudes de la vida se constituyen los referentes morales que tienen como objetivo proveer la mínima armonía social necesaria para que cualquier sociedad sobreviva. Así tenemos la vida de Budha, la de Jesús o la de Mohammed. Todos ellos relatos tanto históricos como simbólicos, lo cual, insisto, no quiere decir ni falsos ni míticos, ya que lo simbólico no cuestiona la certeza de su existencia histórica sino que la universaliza y la llena de sentido. Lo histórico es sólo verdad en el momento en que suceden los hechos, mientras que lo simbólico es verdad en cualquier momento o situación. Es por ello que se dice que lo simbólico es más real que lo real, o que desborda realidad o que está sobresaturado de realidad. Pero el elemento histórico y cultural no es en modo alguno secundario, ya que permite una mejor identificación emocional del oyente con lo relatado, y es precisamente esa identificación la que puede operar cambios en él al resonar el problema que la historia plantea con un problema propio, que encuentra en el mismo relato una solución simbólicamente descrita, que puede ser operativa incluso sin que el oyente se aperciba de ello. La metafísica no es histórica, no cambia, su tema como hemos visto son precisamente los principios: aquello que no cambia. Pero estas verdades más profundas; las verdades metafísicas, también se encuentran entretejidas en el relato de las religiones aunque en todo su sentido sólo pueden ser percibidas por aquellos que conozcan el lenguaje simbólico. Mitología En cambio en la mitología este elemento histórico, cuando lo hay, está mucho más diluido; no hay una pretensión de historicidad en el sentido moderno del término. Aunque no por ello, y por las razones que hemos acabado de explicar, lo que se presenta en la narración se entiende como menos real que lo histórico. 27 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Pero sin someterse a las limitaciones de la existencia humana, la imaginación está más libre de presentar, de modo sensible, tanto los principios universales como los arquetipos, construyendo relatos claramente simbólicos, que se aceptan como tales, pero en la clara conciencia de que, a lo que apuntan, es completamente real. Se ha afirmado que estudiar las mitologías es penetrar en el universo imaginario que constituye el eje y centro de las culturas, ya que son esquemas explicativos e implicativos de todo y del todo9. Pero siendo una definición correcta, no deja de ser incompleta ya que, como veremos a continuación, por el mero hecho de estar estructurada por símbolos, ese esquema explicativo es un patrón creativo, es decir que la mitología tejida simbólicamente no sólo explica la realidad socio-cultural y el imaginario de una sociedad, sino que literalmente la crea. Pero antes de sumergirnos en la concepción tradicional del símbolo, ha llegado el momento de realizar una primera inmersión en el imaginario de los antiguos pobladores del norte. La Mitología Nórdica La riqueza y complejidad simbólica de la pequeña parte de los relatos mitológicos nórdicos que nos han llegado, es tan abrumadora como deslumbrante. Desde luego es imposible sintetizar este magno corpus en estas pocas páginas, pero a modo de brevísima introducción, centrándonos en algunas narraciones concretas y en algunos personajes relevantes para nuestro tema, pienso que el carácter general de la mitología nórdica también quedará suficientemente reflejado. Tal vez lo primero a destacar del relato mítico nórdico sea su férrea concepción destinal de la existencia, que alcanza tanto a los hombres, como a los dioses, como a todas las cosas. Todos ellos están sometidos a un implacable destino universal que en su relato mitológico se despliega bajo la forma de un simbolismo de lucha y combate constante que sólo acaba en el Ragnarök, literalmente el destino (rök), de los dioses (ragna), que es la batalla final que acaba con todos y con todo. Por ello se ha dicho que esa metafísica destinal es ajena a cualquier doctrina de salvación.10 Sin embargo, como veremos a continuación, es ese mismo fatalismo el que 9 Patxi Lanceros - El destino de los dioses. 1998. Editorial Trotta. Pág. 14 Ibíd. Pág. 17 10 28 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 desvela nuestro convulso mundo como el heraldo, o mejor el reverso, necesario del mundo que ha de venir. Concepción ésta que en el fondo no está tan alejada de la escatología cristiana, judía o musulmana. (Aunque la idea que los dioses compartan destino final con los hombres es algo que sólo puede producir desconcierto y rechazo a los hijos de Abraham) Para aproximarnos a los principales elementos de su mitología procedamos tal como lo hace el propio Odín en el poema citado, es decir, acercándose primero al árbol para pedirle su secreto. Yggdrasil El árbol Yggdrasil es el centro, y literalmente el eje, de la mitología nórdica. Simboliza y al mismo tiempo constituye todo el universo. Sus ramas tocan el cielo y sus raíces se extienden hasta el infierno. Dentro de este reconocible paisaje cósmico tripartito; Cielo, Tierra, Infierno, se despliegan los nueve mundos de la cosmología nórdica, que el árbol unifica y a la vez constituye, y donde se desarrolla el drama de los hombres y los dioses. El árbol pues simboliza la unidad del todo, unidad que entrelaza a dioses, hombres y mundo en un destino común. Las representaciones del árbol Yggdrasil, basadas en las descripciones, con frecuencia contradictorias de las Eddas, constituyen todo un subgénero dentro del imaginario moderno sobre la mitología nórdica, pero son de gran ayuda a la hora de orientarse en su compleja geografía simbólica. La siguiente imagen está tomada del libro de Kevin Crossley-Holland The Norse Myths (1988) 29 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Veamos ahora la descripción del árbol Iggdrasil que hace la Edda en prosa: Aquel fresno es el más grande y mejor de todos los árboles; sus ramas se extienden sobre todo el mundo y alcanzan el cielo. Tres raíces tiene este árbol que lo mantienen en pie y que llegan hasta muy lejos: una está donde los ases, la segunda donde los gigantes de la escarcha, en lo que primeramente fue el Ginungagap, la tercera está sobre el Niflheim (el inframundo), y bajo esta raíz está Hvergélrnir, y Nidhogg mordisquea por abajo esa raíz. Pero bajo la raíz que da hacia los gigantes de la escarcha se encuentra la fuente de Mímir, en la cual se guardan la sabiduría y la inteligencia, y se llama Mímir el que tiene esta fuente; está lleno de conocimientos, pues bebe de esa fuente con el cuerno Giallarhorn. Allá llegó el Padre Universal (Odín) y le pidió un trago de la fuente, pero no lo obtuvo hasta que entregó en prenda su ojo (...). La tercera raíz del fresno está en el cielo, y bajo aquella raíz hay una fuente muy sagrada que se llama la fuente de Urdr. Allá tienen los dioses su lugar de reunión; los ases cabalgan hasta allá cada día por el puente de Bífrost; éste se llama también puente de Ases (...). Una hermosa sala se halla al pie del fresno, junto a la fuente, y en aquella sala están las tres mujeres que se llaman Urdr, Verdandi y Skuld. Estas mujeres hacen las vidas de los hombres y son las que 30 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 llamamos las nornas (...). También se dice que las nornas que habitan junto a la fuente de Urdr toman cada día agua de la fuente y lodo del que hay alrededor de la fuente y lo echan sobre el fresno para que su ramaje no se seque ni se pudra.11 Los nueve mundos Por orden ascendente, los nueve mundos que el Fresno del mundo integra son los siguientes: -Niflheim es el reino de las tinieblas, la oscuridad y el hielo. Junto con Muspelheim, el reino del fuego, es uno de los dos reinos primordiales. Cuando en el seno del vacío mágico primordial Ginnungagap, los hielos del Niflheim entraron en contacto con el fuego del Muspelheim se inició la creación. Niflheim es el reino de los gigantes de escarcha y está envuelto por una niebla perpetua que abriga al dragón Nithhogg. -Helheim, el Reino de los muertos está gobernado por Hel, la hija de Loki. Para llegar a él hay que cruzar primero el gélido río Gjöll, que rodea ese reino, por el único puente que lo franquea, el Gjallarbrú, que está custodiado por una temible giganta. Tras cruzarlo cualquier visitante deberá enfrentarse al sanguinario y sangriento can Garm que protege el acceso a Hel. -Svartálfaheim, también llamado Nithavellir, es el reino de los enanos, artesanos y herreros que poseen la sabiduría oculta y sagrada que les permite forjar armas mágicas para los héroes y objetos poderosos para los dioses. Comparten el reino con los elfos oscuros, que son la contraparte subterránea de los elfos de luz. Ellos protegen todo lo viviente, pero pueden ser temibles si no se les tiene el debido respeto. -Jötunheim, es el reino de los gigantes. En el viven los gigantes de hielo y los gigantes de roca. Ambos amenazan constantemente la existencia del reino de los hombres y el de los dioses. -Midgard, es el reino de los hombres (también conocido como Mannaheim) literalmente la tierra media. Fue creado por los dioses Odín y sus hermanos tras el combate con el gigante primigenio Ymir. Tras vencerlo lo desmembraron y con sus fragmentos construyeron nuestro mundo. Con su cráneo, por ejemplo, crearon la bóveda del cielo. -Vanaheim, es el reino de los Vanes, los dioses de la naturaleza y de la fertilidad que comparten la regencia del mundo con los Ases. Están vinculados a la fecundidad, la paz 11 Snorri Sturluson - Edda Menor- Gylfaginning 15. 31 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 y la riqueza12. Los principales vanes son Njörthr, el padre de los dioses vanes y dios del mar, Frey el dios de la fertilidad y Freyja la diosa del amor y de la sexualidad. -Alfheim, es el reino de los elfos de la luz, de los que nos han llegado muy pocos textos. En ellos aparecen como criaturas cercanas a los Vanes y a los Ases. -Asgard, es el reino de los dioses Ases que analizaremos más adelante. Sólo se puede acceder a él más que por el puente Bifrost. -Muspelheim, es el reino primordial del fuego y hogar de los gigantes de fuego. Allí también se encuentra Ginnungagap, el vacío mágico original del que todo surge. Animales y monstruos De los numerosos animales simbólicos que habitan los reinos de Yggdrasil son especialmente relevantes para nuestro tema los siguientes: En el extremo inferior del árbol el mencionado dragón Nithhogg (el que golpea lleno de odio) que habita en el Nifleheim y roe incesantemente las raíces de Yggdrasil. En el extremo superior de la copa habitan un gigante con forma de águila, Hraesvelgr (que devora los cuerpos), cuyos aleteos crea los vientos, y el halcón Veðrfölnir (el que calma el viento) que habita entre los ojos de Hraesvelgr. La ardilla Ratatosk recorre de arriba a abajo Yggdrasil con un revelador objetivo. Ratatosk es la ardilla que de allí correrá Por el Fresno Yggdrasil; Desde arriba lleva las palabras del águila, Y las recita a Nithhogg abajo.13 En otro texto antiguo hace referencia a la misma escena pero añadiendo el cariz de los mensajes: Hay mucho por contar. Un águila yace en la copa del fresno, y tiene conocimiento sobre muchas cosas. Entre sus ojos yace el halcón llamado Vedrfolnir (...) La ardilla llamada Ratatosk (...) corre de arriba abajo del fresno. Exclama chismes calumniosos, provocando al águila y a Nithhogg.14 Por último la serpiente marina Jörmundgander (enorme y flexible) que llegó a crecer tanto que mordiéndose la cola rodeaba todo el reino de los hombres, el Midgard. Era hija del dios Loki y la giganta Angrboda (la anunciadora de penas). Su enemigo mortal es 12 Mircea Eliade. Historia de las Creencias y las Ideas Religiosas. Vol. II. Ed. Cristiandad. Edda poética - Grímnismál. 14 Edda en prosa - Gylfaginning 13 32 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Thor. En su último encuentro, en el Ragnarök, Jörmungander emerge del mar y envenena todo el aire y el cielo, Thor consigue matarla pero el veneno liberado finalmente también acaba con él. En los idiomas escandinavos a la serpiente del Midgard también se la conoce como Jordens-band, es decir cinta del mundo. Esta serpiente-cinta que rodea el mundo, es la que luego encontraremos en las inscripciones de las piedras rúnicas vikingas como la base donde siempre se escriben las runas. Este hecho es extremadamente significativo y lo analizaremos más adelante. Todas estas entidades míticas pueden verse en esta otra reconstrucción de Iggdrasil del s.XIX. Ilustración del libro The heroes of Asgard and the giants of Jotunheim Annie Kearyen (1857) 33 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Así el árbol del cosmos está cargado por una tensión vertical entre el águila Hraesvelgr, en la parte superior de la copa, y el dragón Nithhogg en la raíz. Y por la tensión horizontal que la serpiente Jörmungander somete al reino de los hombres y los dioses. Pero la guerra que domina la narración mitológica es la que existe entre los dioses y los gigantes. Los primeros habitaban en el Asgard, el polo del mundo. Mientras que los segundos, los Jotuns, que son tan antiguos como los dioses viven en su propio reino de Jötunheim. Imagen esquemática de los nueve mundos de Yggdrasil Los Ases Odín, también llamado Woden o Wotan, pertenece a una de las dos familias en las que se dividen los dioses: la de los Ases. Estos comparten el reino de Asgard, con la otra familia de dioses: los Vanes (a los que vencieron en una guerra primigenia). Esta dualidad de linajes divinos, de carácter complementario, es el núcleo de la estructura mitológica nórdica. Siguiendo una interpretación un tanto sociologizante: Se pueden proponer las secuencias luz-cielo-sol-día-padre-dominio y oscuridad-tierra- luna-noche-madre-fecundidad como representativas de los dos ámbitos constitutivos de la estructura mitológica (…) Los ases constituyen el elemento celeste, habitual y efectivamente asociado a un sistema patriarcal y a una orientación político-guerrera, mientras los 34 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 vanes aportan el elemento telúrico, opuestamente asociado a una cultura matriarcal y a una orientación comunitaria15 Odín es el dios padre del panteón nórdico y tiene un carácter incuestionablemente guerrero; comanda tanto a los Bersekir; una horda de guerreros salvajes, con fama de invencibles, que combaten en estado de éxtasis, como a los Einherjar; los guerreros caídos en el campo de batalla y pobladores del salón principal del Asgard, el Valhalla y que le acompañarán en la batalla final. Odín además es también el padre de las Valkirias, cuya función es precisamente escoger entre los caídos en combate a los mejores guerreros que irán al Valhalla. Pero a diferencia de los demás ases, caracterizados principalmente por su valor y fuerza, y no por su inteligencia, ni mucho menos por su sabiduría, Odín es un dios que busca la sabiduría incesantemente, y pagará cualquier precio por conseguirla: como ya hemos visto se cuelga de Yggdrasil para obtener el conocimiento de las runas y paga con un ojo el privilegio de beber de la fuente de la sabiduría: Mimir. El hecho es relevante pues en la mitología nórdica sabiduría y magia siempre aparecen vinculadas a las diosas y a los gigantes, y en particular la magia pertenece a los vanes, pero Odín es una excepción. Conoce tanto los misterios de los nueve mundos como el destino de cada uno de los hombres, así como el suyo propio y el del universo. Integra en su persona los elementos guerreros con la capacidad poética (siempre habla en verso) y combina la inspiración con la furia, la locura con el disfraz y la máscara. Estos dos últimos elementos hacen referencia a su amoral capacidad de engaño; pues cuando quiere algo, le es indiferente conseguirlo con buenas o con malas artes. En lo referente a sus atributos, cuando se sienta en su trono Hliðskjálf, junto a su esposa Frigg (amor), ambos pueden ver lo que sucede en cada uno de los nueve mundos. A Odín se le suele representar custodiado por dos cuervos, llamados Hugin (pensamiento) y Munin (memoria), y dos lobos, Geri (codicioso) y Freki (voraz). Cuando cabalga lo hace sobre su corcel de ocho patas Sleipnir (resbaladizo), con su lanza Gungnir (temblor), que siempre da en el blanco, y su anillo Draupnir (el que gotea), con el poder de crear ocho copias de igual valor cada nueve noches, estos dos últimos objetos le fueron forjados por la raza de los enanos. 15 Patxi Lanceros - El destino de los dioses. 1998. Ed. Trotta. Pág.24-26 35 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Entre los demás ases destaca Thor, el dios del trueno. Thor es hijo de Odín con Jörð, diosa de la tierra. Su culto fue mucho más popular y extendido que el culto a su padre con el que comparte muchas características de dios celeste pero sin sus ambigüedades. Su carro es tirado por dos machos cabríos. Sus atributos son su martillo Mjolnir, que es el arma más importante que tienen los dioses para poder frenar a los gigantes que amenazan tanto el reino de los dioses como el de los hombres. Los gigantes de la escarcha lo conocen, pues cuando lo alza saben que no hay esperanza; ha machacado muchos cráneos entre los de su raza.16 Dibujo de un colgante con la forma de Mjolnir de la era vikinga Museo Nacional de Suecia Sus guantes de hierro Járngreipr le permiten manejar a Mjolnir, y su cinturón mágico Megingjörð, incrementa su fuerza hasta hacerlo casi invencible. Thor; es el más fuerte de los dioses y los hombres (…) Pero nadie es tan sabio como para contar todas sus grandes hazañas...17 Incluso en la batalla final, en el Ragnarok, tras matar a la serpiente Jörmundgander, es el único que da nueve pasos antes de morir. Odín y Frigg son padres de los dioses Balder y Höðr, y adoptan a Hermóðr, Heimdall, Tyr, Vidar y Váli. Balder es el más bondadoso y justo de los ases, y Höðr, que nació ciego, y que acabará matándole por un cruel engaño del dios Loki. 16 17 Edda en prosa. Gylfaginning, 21. Ibíd. 36 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 En la Edda en prosa, Balder es descrito del siguiente modo: El segundo hijo de Odín es Balder, y hay cosas buenas que decir sobre él. Él es el mejor, y todos lo alaban; es tan hermoso en sus facciones, y tan brillante, que la luz se proyecta de él. Hay una hierba que es tan blanca que se compara a su ceja; de todos los pastos, es el más blanco, y de él podrás juzgar su belleza, tanto en cabello como en cuerpo. Es el más sabio de los Ases, y el que mejor habla y con más gracia; y es tal la calidad que asiste, que nadie puede contradecir su juicio. Habita en un lugar llamado Breidablik, que es el cielo; en dicho lugar, nada impuro puede ser. Volveremos en breve a Balder pues aunque durante su vida no realiza ninguna hazaña particular, veremos que es el eje principal que orienta y da sentido a las acciones del panteón nórdico. Tyr, es el dios de la guerra, la ley y la gloria, su nombre significa simplemente dios, y es probable que originalmente hubiera compartido con Odín la primacía en el Asgard, cuyo reflejo social estaría en la tradición indoeuropea de las diarquías. Sin embargo Tyr es celebrado por el sacrificio que realiza para que sus hermanos, por orden de Odín, puedan atar al monstruoso lobo Fenrir. Para engañar al lobo, Tyr le ofrece su mano derecha como gesto de confianza, y cuando los demás dioses se lanzan a atarlo, Fenrir siega la mano de Tyr. El lobo Fenrir tendrá un papel destacado en el Ragnarök pues, cuando se consigue liberar de sus cadenas, el fuego y el agua del subsuelo invadirán con él la tierra. Fenrir matará a Odín y a su vez será matado por el hijastro de éste, Vidar el silencioso. Vidar matando a Fenrir 37 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Los otros ases relevantes son Heimdal, Hermóðr y Loki. El primero es el guardián del Asgard, con sus excepcionales sentidos es el centinela que guarda el Bifrost, el puente ardiente del arcoíris que es el único acceso a Asgard. Antes de convertirse en el guardián, había descendido a la tierra para engendrar en tres mujeres las tres castas del orden humano: príncipes, súbditos y siervos. Cuando Heimdal haga sonar su cuerno Gjallarhorn, convocará a todas las criaturas a la batalla final, el temido Ragnarök. Hermóðr, es quien a petición de Odín y Frigg baja al reino de los muertos, el reino de Hel, a intentar resucitar a Balder. Será en vano, pero Balder podrá entregarle para Odín el anillo Draupnir con el que éste había sellado su ataúd. Loki, el dios maligno, merece un capítulo aparte. Hijo de los gigantes Farbauti y Laufey, llegará a ser considerado por Odín su propio hermano, y por los demás dioses un as más, hasta que descubren su papel en la muerte de Balder. Entonces lo encadenan a unas rocas hasta que consigue liberarse para liderar, junto con Surt, el gigante de fuego, las fuerzas del inframundo el día del Raganarök. En la Edda se le describe del siguiente modo: Loki es agradable y bello en cuanto al aspecto, malo de naturaleza y muy voluble en su comportamiento. Tenía, mucho más que otros hombres, esa habilidad llamada astucia y siempre andaba con artimañas. Constantemente ponía a los ases en aprietos aunque luego solía solucionarlos con sus trucos. Su esposa se llama Sigyn y su hijo Nari. Pero Loki tuvo más hijos. Había en el Jotunheim una gigante llamada Angrboda. Loki tuvo con ella tres hijos. Uno fue el Lobo Fenrir, la segunda Jormungandr, es decir la serpiente del Midgardr, la tercera es Hel.18 Hasta el episodio de la muerte de Balder, la malvada naturaleza de Loki era compensada por su astucia; creaba problemas que luego solucionaba, o que incluso podían tener efectos inesperada e involuntariamente positivos. Así en cierto modo, las maldades de Loki suponen una ruptura creativa del equilibrio del Asgard; crea situaciones complejas que obligan a los otros dioses, y a él mismo, a explorar sus propios límites y dar lo mejor de sí. Pero su verdadera naturaleza se desvela en el engaño que urde para acabar con Balder. 18 Edda en prosa. Gylfaginning, 33. 38 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 La muerte de Balder Balder llevaba un tiempo teniendo pesadillas sobre su inminente muerte y su madre Frigg empieza a preocuparse seriamente. Odín, preocupado también, baja a Helheim, el reino de los muertos, para confirmar el oscuro presagio de esos sueños, y allí una bruja muerta le confirma sus peores temores. Los ases se reúnen en el consejo y conceden que Frigg tome juramento a todas las cosas de que no dañarán a Balder: ni el fuego ni el agua, ni el hierro ni cualquier otro metal, ni las piedras, ni la tierra, ni la madera, ni las enfermedades ni los animales, ni el veneno de las serpientes. Una vez completado ese juramento, los ases ponen a prueba el conjuro y se divierten junto con Balder lanzándole todo tipo de objetos y golpeándolo con todo tipo de armas comprobando que en efecto, se ha vuelto del todo invulnerable. El hecho despierta la envidia de Loki que inmediatamente se disfraza de mujer y se presenta delante de Frigg para sonsacarle si realmente todas las cosas juraron no dañar a Balder. Frigg le explica que un tallo que crece al este del Valhala, llamado muérdago, le pareció demasiado joven para pedirle juramento. A Loki le falta tiempo para afilar un tallo de muérdago y entregárselo al dios Hodr, que por su ceguera no participaba en el juego. Loki le ofrece incorporarse a la diversión ofreciéndose él a indicarle donde se encuentra Balder. Siguiendo sus indicaciones Hodr lanza la vara con fuerza y atraviesa el corazón a Balder que cae muerto al instante. Desconcertados los dioses intentan hablar pero sólo sale llanto de sus bocas. Cuando vuelven en sí, Odín pide un voluntario para bajar al reino de los muertos para rescatarlo. Hermod se ofrece, Odín le cede su caballo Sléipnir. Una vez en el inframundo Hermod consigue ver a Hel, la diosa de ese reino. Sin embargo ésta quiere comprobar si Balder es tan querido como ha oído, y le dice que sólo dejará volver a Balder si todas las cosas del mundo, tanto vivas como muertas, lloran su muerte, pero se quedará con él si una sola se niega a hacerlo. Una vez informados los ases envían mensajeros a todo el mundo. Cuando los mensajeros ya regresaban con su misión cumplida ven en una remota cueva una vieja bruja (que en realidad es Loki disfrazado) y le piden también que llore por Balder. Ella se niega y por ello Balder se quedará en el reino de los muertos hasta que devenga el fin del mundo. El mundo del germano es el mundo de la ausencia de Balder. Balder es el dios ausente. Y el mundo que se precipita hacia su fin se está realizando en 39 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 el tiempo histórico que vive el nórdico: un tiempo que alimenta la entropía cósmica y moral, prólogo a la degeneración que describe la estrofa 45 de la Vóluspá (surgirán entre hermanos luchas y muertes...), anuncio del Gran Invierno y del derrumbe universal. La vinculación entre la muerte de Balder (el dios justo, el dios bueno e inocente) y el Ragnarók no sólo es verificable en el texto. Para los germanos y escandinavos es la clave de interpretación de su presente, es decir, de su mundo.19 Desde el inicio del relato mitológico está claro que la luminosa figura de Balder no encaja en ese mundo de brutalidad y engaños. Mientras vive es un dios que no puede desplegar ninguna de sus cualidades, por ello es un dios doliente cuyo reino está por venir. Su muerte precipitará los acontecimientos que desatarán el Ragnarök. Desde el punto de vista simbólico, ciertamente su figura presenta no pocos paralelismos con la figura de Cristo, cuyo reino tampoco es de este mundo. Pero en la cosmología nórdica no hay bien y mal tal como lo entendemos las culturas de matriz mediterránea. Hay caos y hay orden. Los dioses, salvo Loki, luchan para mantener el orden, simbolizado por el eje cósmico que encarna el árbol sagrado. Pero ya desde el inicio ese orden se percibe como transitorio, se intuye que, tarde o temprano, todo volverá al caos. Caos que por otro lado encierra en sí todas las potencialidades, y del que por lo tanto emergerán nuevos órdenes; nuevas realidades diferentes e inimaginables. Pero en este mundo transitorio, que apareció y desaparecerá, hay un fondo de sentido atemporal, y por lo tanto eterno, que es el que para los nórdicos está simbolizado por el mundo venidero de Balder, igual que para los cristianos lo está por el reino venidero de Cristo. Desde un punto de vista metafísico, no es que ese mundo por venir, sea el del relato nórdico o del cristiano, sea una evolución o una culminación del nuestro. Desde nuestro forzosamente limitado punto de vista ciertamente sólo podemos entenderlo así, pero hablando en propiedad ambos mundos son del todo correlativos; son las dos caras de la misma moneda. Vivir en nuestro mundo es ver parcialmente el otro lado del tapiz, donde están los nudos y los cruces de los hilos. Pero la belleza que surge de toda esa complejidad sólo se puede contemplar en el anverso, y sin embargo esa belleza depende de la maraña de nudos y cruces incomprensibles del reverso. 19 Patxi Lanceros - El destino de los dioses. 1998. Ed. Trotta. Pág 84 40 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Lo que desde nuestra perspectiva temporal sólo podemos imaginar o intuir como un mundo por venir, completo y renovado, es en realidad el mundo del sentido y los significados, siempre presente. Las dos caras son una, los dos mundos, el presente y el venidero, son uno sólo. Los nueve reinos de Yggdrasil dispuestos en tríadas. Imagen moderna Las Runas. ¿Signos, símbolos o arquetipos? El diferenciar entre signos, símbolos y arquetipos puede parecer hilar muy fino para nuestra mentalidad moderna. Estamos muy acostumbrados a utilizarlos indistintamente como sinónimos sin problemas. Pero como explicaremos a continuación, ésta distinción es la clave para poder entender lo que son las runas. Ya hemos visto en el apartado anterior lo que son los principios. Vayamos por el signo. Signos La filosofía contemporánea ha dedicado muchos esfuerzos al estudio de los signos; incluso creó para ellos una disciplina filosófica específica: la Semiótica, dentro de la corriente filosófica llamada Estructuralismo. Ejemplos recurrentes de signos son nuestras señales de tráfico, las palabras de nuestro lenguaje, o las letras mismas de esas palabras. La idea nuclear de la semiótica es que la 41 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 relación entre el signo y aquello que significa es totalmente arbitraria y que su significado proviene exclusivamente de las relaciones de contraste con otros signos dentro de un sistema, o lenguaje, determinado. En palabras del lingüista, y precursor temprano del estructuralismo, Ferdinand de Saussure: Si el signo lingüístico no fuera arbitrario, los signos que componen el lenguaje estarían determinados mutuamente por algún elemento externo. El valor lingüístico está enteramente determinado por la existencia de relaciones y por tanto, el signo debe ser arbitrario. Cualquiera puede desarrollar un sistema de signos y un código que lo haga comprensible. Desde los signos matemáticos que significan operaciones (como el signo + para la suma), hasta los casi imperceptibles signos que dejan en la puerta los ladrones informando al siguiente colega de lo que puede encontrar en esa casa. Todos ellos se caracterizan por la arbitrariedad de su relación entre el significado y el significante (el signo). Y por la necesidad de un código, inequívoco, que permita la traducción a quién lo conozca. De este modo, las relaciones de contraste entre signos dentro de un sistema son mucho más importantes que los propios signos, y el cambiar un signo cualquiera por otro, no supone ningún problema si se diferencia suficientemente de los otros signos y se especifica debidamente en el código. Así pues la cruz, como signo, significa cosas totalmente diferentes dependiendo del código que estemos empleando: en aritmética significará la suma, como señal de tráfico significará un cruce y en la sección de necrológicas de un periódico significará que tal persona ha muerto. El semiólogo Roland Barthes, generalizó el discurso de Saussure a los fenómenos culturales y sociales. En cualquier sistema las relaciones pasan a ser más importantes que los elementos que se relacionan, ya que estos elementos obtienen su identidad del conjunto de relaciones que establecen. Y por tanto, no hay esencias, ni una naturaleza a la que se pueda apelar como origen y sentido de todo. Tampoco existe un sujeto individual, ni unidades, ni hechos, sino una pluralidad de discursos, o pluralidades, constitutivas. Es importante recordar que este relativismo, tan bien descrito en la obra de Barthes, proviene de la comprensión profunda de lo que es un signo. Pero realiza un salto conceptual muy aventurado, cuando la hace competir con su particular juicio sobre el símbolo: 42 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 La diferencia entre símbolo y signo es que en el primero la representación es analógica e inadecuada, mientras que en el segundo la relación es inmotivada y exacta.20 Pero signo y símbolo no son contrastables; no tienen ninguna medida común, pertenecen a órdenes de realidad diferentes. El signo es, por definición, un constructo creado, y el símbolo es, por naturaleza, un ente creador, ya que da forma a una realidad amorfa, en sí continua y sin límites. La de-limita y la de-fine. Por todo ello el símbolo es sencillamente inconmensurable para el signo. Símbolos y metáforas La relación entre el símbolo y lo simbolizado no presenta la arbitrariedad del signo. A cualquiera le parecería absurdo que la idea de estabilidad la quisiéramos simbolizar, por ejemplo, por el fuego. La razón es evidente: no hay nada en este que nos comunique o nos remita a cualquier aspecto, o variación del concepto, de estabilidad. Una roca o una montaña serían indudablemente más adecuados para este fin. Por el contrario, el fuego nos remite fácilmente a la idea de cambio constante, de transformación, de purificación con las que sí que comparte algo en común. Símbolo, etimológicamente, es aquello que une las partes (bolos) en un todo, en una unidad. Y siguiendo esta etimología, su contrario es Diábolo, es decir; aquello que las separa. Pero el ámbito del símbolo no es el de la dialéctica bien-mal, su ámbito es la realidad toda; el ámbito de la metafísica, de la que es su lenguaje y su articulación. De lo que hasta aquí hemos dicho nada impide que el símbolo, y aquello a lo que este remite, sean del mismo orden de realidad. Como por ejemplo la imagen de una rosa para referirnos a unos hermosos labios. Sin embargo, el ejemplo citado la imagen de la rosa no actúa como símbolo sino como metáfora. Metáfora, en griego, significa trasladar, transportar, y esto es lo que la metáfora hace; asociar elementos que comparten alguna similitud, es decir una analogía, para sustituir uno por el otro en una misma estructura. Así a la pregunta ¿Es suficientemente resistente? Se puede responder ¡Como una roca! Sustituyendo la idea de alta resistencia por la imagen de la roca. En este ejemplo no hay ruptura de plano, la metáfora y a lo que se refiere, pertenecen al mismo orden de realidad. Se ha afirmado que el símbolo es un objeto visible que remite a otro invisible, o que es la representación sensible de una realidad inteligible, y ambas cosas son ciertas. Pero para 20 Roland Barthes. Introducción al análisis estructural de los relatos. Ed. Paidós. 1993. Pág. 163-201 43 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 hablar en propiedad de símbolo, lo simbolizado, tiene que ser de un orden de realidad superior al del propio símbolo. Así lo inferior puede simbolizar a lo superior pero no a la inversa. Así la montaña, como símbolo, ha de referirse a algo de un orden de realidad superior. Pero además cada una de las características diferenciales de la montaña; su verticalidad, su altura, su forma triangular señalando al cielo, su imponente masa o su ya mencionada estabilidad, pueden simbolizar cosas muy diferentes y todas de un orden de realidad superior. Por ejemplo por su verticalidad la montaña es símbolo del hombre universal; aquello que une cielo y tierra, y también del eje cósmico, aquello inalterable alrededor del cual todo gira y que comunica por su centro todos los órdenes de realidad. Por su abrumadora masa es símbolo de la expresión del ser21; de ser manifiesto, es decir de lo creado. Y por eso con frecuencia la creación se simboliza por una montaña que emerge de las, informes, aguas primordiales. Por su altura es símbolo de elevación de lo material a lo espiritual; la peregrinación; el proceso de espiritualización; la materia que se eleva hasta el cielo. Por su forma triangular con el vértice señalando el cielo, es símbolo del principio activo de lo manifestado, del mismo modo que el triángulo invertido y algunos símbolos basados en su esquema, como la copa y el corazón, lo son del principio pasivo y receptivo. Por su estabilidad puede ser símbolo de lo atemporal; por ejemplo de la verdad metafísica. En sánscrito la cima de la montaña sagrada se llama Satya-Loka el lugar de la verdad, y por todo ello, en sus relatos míticos, las religiones suelen ser reveladas en la cima de las montañas22. Y sólo estamos empezando a rascar la superficie de sentidos del símbolo de la montaña. De esto se puede inferir otra diferencia importante: que el símbolo no explica lo simbolizado, sino que es lo simbolizado lo que revela el significado del símbolo e incluso justifica su existencia. Haciendo una trasposición al espacio, se puede afirmar que el ámbito propio del símbolo no es ni el mundo material ni el espiritual, sino un mundo intermedio entre ambos donde lo material se espiritualiza y lo espiritual se materializa. Por medio del símbolo, la materia indiferenciada se transfigura ante nuestros ojos y se hace inteligible, adquiere transparencia, la materia recibe del símbolo su sentido, su ser mismo, pues es precisamente el sentido y la inteligibilidad de la cosa. Sin la función 21 22 Juan Eduardo Cirlot. Diccionario de símbolos. Ed. Siruela. Pág. 316. René Guénon – Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada. Cap. 31. 44 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 simbólica el mundo sería una gris y homogénea continuidad de materia. Con ella el mundo se transfigura, adquiere color, complejidad y transparencia; se puede leer, se puede interpretar. Lo natural para nosotros es pensar que habitamos en un mundo material, pero en realidad habitamos exclusivamente en símbolos y, como veremos a continuación, también somos símbolo. A pesar de las diferencias mencionadas entre símbolos y metáforas, es importante no olvidar que tienen una naturaleza en común, que no comparten con el signo por ejemplo. Y esa naturaleza común es la analogía -entendida como una razón, o ritmo, común- en absoluto arbitraria, que se da entre los símbolos y las metáforas, y a lo que apuntan. Así pues, en esa naturaleza común, ambas se entrelazan, y cada símbolo puede tener innumerables metáforas asociadas en cada orden de realidad, y de hecho confundirse con ellas en ese orden. Así el símbolo une la realidad verticalmente mientras que la metáfora extiende esa unión horizontalmente. De este modo símbolos y metáforas relacionan y unifican todos los órdenes de realidad, y toda la variedad de cada orden, en la realidad toda. Arquetipos ¿Qué espacio propio les queda a los arquetipos pues? El ámbito de los arquetipos es el de los símbolos que pertenecen a la realidad específicamente humana. Y éste, como arquetipos que son, veremos que es el ámbito propio de las runas. Es importante recordad que originalmente los alfabetos eran también series completas de arquetipos, por ejemplo el nuestro comienza con alfa, el toro del sacrificio, y beta, el templo y el tazón del sacrificio23. Otros ejemplos de series completas de arquetipos podrían ser los signos del zodiaco o los hexagramas del I-Ching. En la filosofía de Platón los arquetipos (del griego arjé, fuente, principio u origen, y typos, impresión o modelo) expresan las formas sustanciales (ejemplares eternos y perfectos) de las cosas que existen eternamente en el pensamiento divino. Es decir son los patrones ejemplares de los cuales los otros objetos, ideas o conceptos derivan. Es inevitable pero delicado citar a Platón aquí pues en su concepción particular a los arquetipos se llega por abstracción, del mismo modo que hoy llegamos a un concepto. Pero el símbolo, y con él 23 Elemire Zolla. Los Arquetipos. Monte Avila Editores 1983. 45 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 el arquetipo, no es abstracto, no tiene su sentido fijado como por ejemplo lo tiene una alegoría que es precisamente eso, un símbolo con su significado fosilizado. El símbolo no queda agotado con una interpretación; en cada aspecto propio, en cada plano de manifestación, o asociado a otros símbolos, puede simbolizar cosas muy diferentes. Es abierto y a la vez pura concreción. En su función intermediaria los símbolos articulan la realidad toda; es decir unificándola pero sin confundir sus diversos planos ni disolver las diferencias. Y por la correspondencia entre el macrocosmos y el microcosmos, correspondencia que hoy, desde el lenguaje matemático, llamaríamos fractalidad, los símbolos articulan también la realidad interna humana, en un sistema de relaciones y conexiones internas que le dan unidad, estabilidad y flexibilidad, tanto ante los cambios internos, que implican el crecimiento y la evolución natural, como ante los cambios de las condiciones externas. La teoría de sistemas afirma que en cualquier sistema de relaciones, emergen unas relaciones clave para la supervivencia del sistema, mientras que otras queda patente que son secundarias frente a las primeras o incluso directamente redundantes. En esta jerarquía de relaciones; algunas son tan vitales para el sistema que podríamos definirlas como estructurales; estos son los que llamamos arquetipos. Hemos afirmado que estos pertenecen a la realidad específicamente humana ¿pero cuál es la realidad específicamente humana? Obviamente aquella que define lo que somos, pero ¿qué es lo que somos? La identidad del ser humano Para responder a esta pregunta, que ha llenado tantas páginas a lo largo de la historia, tomaremos dos símbolos centrales de dos tradiciones muy distantes, el taoísmo y el cristianismo, que tienen por objeto el responderla. El símbolo central del taoísmo es la tríada Tien-Ti-Jen; literalmente Cielo-TierraHombre. 46 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Su representación gráfica simboliza los dos polos de la existencia: cielo y tierra simbolizados por los trazos superior e inferior. Y el ser humano (en simbología taoísta el emperador), simbolizado por la cruz, como punto de encuentro, mediador y unificador. Es importante matizar que el hombre de ésta triada es el hombre universal entendido como la totalidad de la humanidad pasada, presente y futura. Aunque cada ser humano en particular ejerce su parte de esa función unificadora. (Moira, la palabra griega para destino; significa literalmente parte y se refiere precisamente a esta parte individual de la función de unir cielo y tierra) Tomemos ahora la imagen de la cruz cristiana con Jesús crucificado en ella. Como hemos dicho anteriormente se puede entender esta imagen históricamente; como una representación que nos recuerda el cruel modo por el que Jesús fue ejecutado. Pero como símbolo apunta a la identidad metafísica del ser humano: este ser humano dolorosamente suspendido en el punto de unión de la verticalidad -el cielo, lo espiritual, lo atemporal- y la horizontalidad -la tierra, lo material, lo temporal- es tanto el Jesús histórico, como cualquier ser humano por el mero hecho de serlo. El ser humano de la cruz; es también el hombre universal; aquel que por un lado define lo que es la humanidad, y por otro se encarna en la forma de la humanidad pasada presente y futura: lo que en el cristianismo se conoce como Cristo. Esa función mediadora del ser humano, que acabamos de describir, es la que habíamos descrito para al símbolo pero no hay contradicción en ello pues el ser humano mismo es el símbolo por excelencia. Evolución Según la tradición, ese proceso de unión de cielo y tierra no fue establecido por el ser humano; fue algo recibido, algo que irrumpió en algún momento del proceso natural de evolución biológica y le confirió dirección y finalidad. Eso puede sonar redundante, pues parece que la evolución biológica ya tiene una finalidad excelente: mejorar. Pero desde el punto de vista de la biología eso es totalmente falso; la evolución biológica no es teleológica; es decir no tiene ni dirección ni finalidad alguna, es totalmente ciega y puede ir hacia adelante, o si las condiciones externas lo requieren hacia atrás, y si esas mismas condiciones lo favorecen, quedarse eternamente ahí. No tiene ninguna intención de mejorar nada, o mejor dicho, no tiene intención alguna. 47 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Curiosamente este punto no es asimilado o comprendido por muchos, seguramente la mayoría, de los que piensan que tienen una mentalidad científica, pero que siguen firmemente convencidos que la evolución es un proceso natural que va hacia mejor. Este es un buen ejemplo de mito moderno (algo que determina la marcha de la sociedad sin que esta lo perciba). Normalmente, este mito de la evolución a mejor, se entrelaza o solapa con el mito del progreso técnico y social indefinido, hasta el punto de hacerse indistinguibles. La fuerza de este mito moderno radica en que llena el insoportable vacío de sentido que la interpretación científicamente correcta, es decir, la que afirma que según las leyes físicas, es decir las leyes naturales, todo es azar, y sólo azar. Por ello, en coherencia con la conclusión de la ciencia, en caso de existir cualquier dirección y sentido en la realidad natural, sólo puede tener un origen sobrenatural, es decir metafísico. El soplo Desde el punto de vista tradicional, se afirma que existió una injerencia sobre lo natural, desde un orden de realidad superior. Y que eso fue lo que al primate altamente evolucionado lo convirtió en humano, es decir en un ser de doble naturaleza; terrenal y espiritual. Esta irrupción es un proceso análogo a lo que tradicionalmente se conoce como iniciación, aunque esta palabra prácticamente ya ha perdido todo su significado original de influencia espiritual. El denostado símbolo cristiano de la concepción virginal de Cristo, tan ridiculizado por unos, como perversamente utilizado contra la mujer por otros, apunta también a esa doble naturaleza del ser humano. El hijo de María, el Cristo, símbolo de toda la humanidad, es tanto hijo de ella misma: la tierra, como del Espíritu Santo: cielo. Por lo tanto todo ser humano tiene esa doble pertenencia, física y espiritual. Además, en la misma tradición cristiana, es el Espíritu Santo el que transmite esa influencia espiritual transformadora llamada iniciación, que el cristianismo celebra en pentecostés, y que se suele representar por una llama que desciende sobre los doce apóstoles (símbolo también de toda la humanidad, pero en su diversidad). Para los judíos, en esas mismas fechas se celebra la entrega de la ley al pueblo de Israel, cincuenta días después de la aparición de Dios sobre el Sinaí, lo que es otro relato simbólicamente equivalente. 48 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Desde luego, el interpretar esas narraciones simbólicas, no cómo símbolos, sino como eventos históricos literales, lleva a concepciones absurdas, y a ilegitimas pretensiones de poder sobre los demás. Pero esa es la naturaleza del tiempo; lo que no se renueva constantemente degenera y se acaba pudriendo. Tal vez por esa razón, en el Apocalipsis, Cristo se autodefine como aquel que todo lo renueva: Yo hago nuevas todas las cosas24. Y si realmente llegara ese tiempo de la revelación (apocalipsis) seguro que muchos se sorprenderían del alcance de esa necesaria y vital renovación. Tradición Así pues, el contenido de esa influencia espiritual o iniciación primera (soplo, llama), que según el relato tradicional nos hizo humanos, es la metafísica y su lenguaje: los símbolos. Con ellos viene el mapa del ciclo humano completo. Es decir, un tiempo cualitativo propiamente humano, diferente al homogéneo tiempo físico, en el que un segundo es igual a otro segundo, un día igual a otro día. El conjunto de estos elementos es lo que se llama tradición, en el sentido de aquello que ha sido recibido, en este caso recibido en el origen, junto con nuestra condición humana. Por eso se afirma que la tradición metafísica es no humana pues no ha sido creada por el hombre, ha sido recibida. Saber y encarnación Siempre según la interpretación tradicional que estamos describiendo, el ser humano, gracias a esa doble naturaleza recibida, es capaz de reconocer; por intuición directa, las verdades metafísicas, pues están grabadas en el fondo de su alma. Tal como Platón afirma: conocer es recordar. Pero si es que está en nuestro interior ¿cómo es que necesitamos recordarlo? La respuesta a esta aparente paradoja está en que las verdades están grabadas en ese fondo sin fondo del alma, fuera del alcance de la mente física, y deben reconocerse primero, por medio de nuestros sentidos, en el mundo exterior terrenal (que también incluye nuestra parte terrenal interior; nuestra parte animal e instintiva) para que esa sabiduría puramente espiritual quede también grabada en la memoria física de nuestro cerebro y a disposición de nuestra razón. 24 Apocalipsis 21:5 49 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Ese proceso es parte del proceso de encarnación, otro misterioso término cristiano, por el cual el mundo exterior se hace carne, una carne espiritualizada, al unirse en nosotros la experiencia sensual con lo puramente celestial que llevamos dentro, por medio de la vivencia y del sacrificio, otro término tan desvirtuado, e incluso pervertido, pero que es otro actor principal al que inmediatamente prestaremos atención. Vivencia y sacrificio son las dos funciones que posibilitan que los arquetipos unan y armonicen esas dos naturalezas. La etimología de la palabra experiencia es cruzar. Y ese es también el sentido de la encarnación del Logos cristiana. El espíritu se hace humano, y cruza la existencia material, se empapa de ella, la encarna. Funcionamiento del Arquetipo Pero volvamos a la idea misma de arquetipo, hemos dicho que son símbolos que pertenecen a la realidad humana. Acabamos de definir lo esencial de la función humana: la unión del cielo y la tierra. Pero esa unión, como cualquier proceso, se da en el tiempo, pero el tiempo humano es un tiempo cualitativo, y como ya hemos afirmado, diferente del homogéneo tiempo físico. Esas cualidades temporales son múltiples, pero ahora sólo nos detendremos en una de ellas: su aspecto cíclico, pues el tiempo del ciclo humano tiene un inicio, un alejamiento de ese inicio, y un retorno a él. La primera fase del ciclo es de materialización progresiva y alejamiento del polo espiritual y la segunda fase del ciclo es de retorno al origen, de espiritualización. (Mencionar de pasada que, según las doctrinas tradicionales hindúes, nuestro tiempo presente corresponde al máximo alejamiento del origen, el llamado Kali-Yuga, la edad oscura.) Así pues los arquetipos siempre están referidos a un proceso temporal. Es además un proceso temporal de transformaciones, pues para unir los opuestos son necesarias muchas transformaciones en aquello que hace de unión, es decir, en nosotros. Este proceso temporal de cambios se puede dividir en fases, cada una de ellas caracterizada por las principales transformaciones, o problemas arquetípicos, que se deben afrontar en esa fase del ciclo. Tal como se puede observar en el ejemplo mencionado del zodiaco. Estos arquetipos son los que antes hemos llamado estructurales, y como hemos dicho, pertenecen a la humanidad desde el origen pues son aquello que la constituye como tal. 50 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 El nacer como humano implica recibir la parte del ciclo humano total, en otras palabras su destino; aquello que en el tiempo se convertirá en su identidad. Éste consiste en una serie de tensiones no resueltas entre cielo y tierra. (En terminología simbólica cristiana son los pecados del mundo, que Cristo redime en la cruz). Tensiones que, con la ayuda de los arquetipos, y en la medida de sus fuerzas, deberá encarnar y armonizar. Es el camino griego del héroe, sólo que este héroe somos todos, y como ya hemos dicho, por el mero hecho de ser humanos. Aquí también se fundamenta la atención cristiana a los pobres y olvidados, seguramente heredada de la sabiduría directa del Jesús histórico, y que es una inversión de los valores sociales de éxito a cualquier precio, dominantes en nuestra época. Cuanto mayor la carga, cuanto mayor la cruz, mayor el héroe, o como decía Oscar Wilde, donde hay sufrimiento, hay suelo sagrado. Esto desde luego no tiene nada que ver con glorificar el dolor y el sufrimiento en sí, y aún menos en buscarlos, lo que sería una interpretación retorcida, y la mayoría de las veces también patológica, del símbolo de la Cruz. El arquetipo, por un lado conecta por correspondencia analógica las situaciones individuales con las fases del ciclo completo con las que simbólicamente se correspondan, y por otro ofrece un patrón de resolución para el problema en cuestión. Es decir que conecta, simbólicamente, el problema con su solución. Para ser efectivos precisan de una identificación vivencial con ellos, y para que el alma se sienta atraída, algo debe resonar en ella, y por ello los arquetipos entretejen elementos tanto emocionales como formales que atraen y fascinan al alma por igual. Luego, por medio de su función simbólica, que en psicología analítica llaman amplificación, remitirlo a algo que está más allá de él mismo, el ciclo humano mítico total donde, tal como acabamos de explicar, se encuentran los patrones de resolución que, a posteriori, la mitología intenta expresar en sus relatos. La diferencia con la Psicología analítica está en su concepción de los arquetipos como realidades históricas desarrolladas en un supuesto inconsciente colectivo, idea que desde el punto de vista tradicional no tiene sentido, ya que los símbolos son realidades estructuradoras recibidas, y no procesos emergentes históricos, por mucho que su forma exterior, especialmente cuando adquiere forma de relato mitológico, sí se adapte a cada tiempo y lugar. Los arquetipos, en sentido tradicional, permiten al ser humano integrar las tensiones de opuestos que por su doble naturaleza; -espiritual y material, temporal y atemporal, moral 51 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 y natural- inevitablemente tendrá que afrontar. Pero también tienen ellos una doble naturaleza, por un lado te ofrecen los patrones de resolución universales de las problemáticas principales del ciclo humano, pero por otro son verdaderos atractores; remolinos que te arrastran y te ponen delante de esa problemática. Por la fascinación que ejercen pueden también atrapar a la psique humana en un pozo, obsesionándola con un aspecto de la realidad y haciendo que olvide el resto. Por ello Jung, que en cualquier caso estudió en profundidad la dinámica de los arquetipos, insistía en el peligro de la identificación con ellos, proceso que lleva a la inflación del ego y en último término a la locura. El dragón, la serpiente, la cruz y el lugar del sacrificio. Hemos dicho que las runas son arquetipos, es decir símbolos propios de la realidad humana, sin embargo su apariencia altamente esquemática y abstracta les da una apariencia más de signos que de un objeto que pueda ser base de un símbolo. Sin embargo esa abstracción tan esquemática, que las emparenta con el arte prehistórico, encierra sorpresas. La principal es que su trazo no es la abstracción de una figura (aunque sí que hay cierta tradición, que recogemos en su descripción, de ver figuras esquemáticas en ellas) Su trazo encierra la abstracción de un ritmo, y ello es extremadamente relevante pues lo que caracteriza a los arquetipos es su dinamismo: los animales por ejemplo, cada uno con un dinamismo propio y característico, son el fundamento de muchos de los símbolos más relevantes para el ser humano. Esa oscilación rítmica que representan sus enérgicos trazos, que a veces convergen otras divergen pero siempre encierran un impulso vivo, son muy efectivos a la hora de sintonizar y conectar, es decir resonar, con los principales aspectos de esa energía instintiva primigenia, que habita en las simas de nuestro ser, y que, indiferente a cualquier concepción ética o moral, nos pide satisfacción completa a cada momento. Ese aspecto de nuestro ser natural es el que se suele representar en los mitos por la serpiente o el dragón que hemos de vencer si queremos acceder tanto a la bella dama, como a los tesoros que guarda. La transformación, en fuerza vital al servicio de la consciencia, de esa fuerza instintiva primaria, feroz y voraz, ajena como hemos dicho a cualquier noción, o consciencia, del otro o de lo otro, y concentrada absoluta y exclusivamente en la propia autosatisfacción, es la lucha central del héroe. La lucha es ardua; es interior, es decir no visible, con algo 52 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 que, en virtud de nuestra doble naturaleza, también somos y que deberemos aprender a sacrificar, literalmente hacer sagrado, sin destruir, y sin escindirnos en dos partes. La principal cualidad de esta energía que está completamente temporalizada, pues vive sólo en consciencia del presente y por lo tanto siempre busca satisfacción total e inmediata. Por otro lado, esa misma fuerza es pura multiplicidad, una multiplicidad enfrentada a sí misma en un combate perpetuo, es el aspecto oscuro de la naturaleza que aquí, en el templo del ser humano, entra en choque directo con lo atemporal, lo espiritual, que en base a su esencia impulsa a la unidad en todos los planos de lo real procurando la armonía de lo múltiple, es decir, procurando la emergencia de la belleza. La función del sacrificio, encuentra aquí su aplicación directa y principal. El lugar de ese sacrificio también está claro: el interior del templo humano. Pero ¿de qué herramientas disponemos para superar ese desigual combate? Sólo los arquetipos. Nietzsche, Freud y el Dragón desencadenado Es importante entender que por nuestra doble naturaleza no podemos dar la espalda a esta lucha, si lo hacemos, automáticamente damos la espada a la mitad de nuestro ser. En el caso de renunciar a nuestra parte sobrenatural, el choque social es inmediato; nuestra autosatisfacción inmediata entrará en conflicto con la de nuestro vecino y nos deslizaremos rápidamente hacia la ley de la selva, expresión que en este ámbito no es una metáfora. Pero si renunciamos a esa oscura fuerza instintiva también pereceremos, pues es la vitalidad que construye al Yo y nos impulsa a seguir adelante. Además, lo que hemos denominado hasta aquí como doble naturaleza del ser humano, implica una previa expulsión del paraíso de la unidad. En otras palabras, el ser humano no puede vivir del cielo, está obligado a vivir de la fuerza que emerge de la tierra; de esa fuerza oscura y ciega que está abocado a dominar y transformar. Ese es su pathos, su destino, su identidad. Curiosamente Sigmund Freud, indagando en el interior del hombre, y partiendo obviamente de un punto de vista totalmente diferente, encontró como fundamento biológico de la persona una entidad idéntica a la que acabamos de describir. Freud la llamó el ello, (Id) que en sus propias palabras no lo vivimos sino que es aquello que nos vive, y que concuerda punto por punto con la descripción del dragón mitológico. Freud 53 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 añade: El psicoanálisis es un instrumento que ha de facilitar al Yo la progresiva conquista del Ello25 . En su conocido intercambio epistolar de 1932 a la pregunta de Einstein ¿Por qué la guerra? Un Freud escéptico respondía: Desde tiempos inmemoriales se desarrolla en la Humanidad el proceso de la evolución cultural. (Yo sé que otros prefieren denominarlo: “civilización”). A este proceso debemos lo mejor que hemos alcanzado, y también buena parte de lo que ocasiona nuestros sufrimientos. Sus causas y sus orígenes son inciertos; su solución, dudosa. (…) Por ahora solo podemos decirnos: todo lo que impulse la evolución cultural obra contra la guerra.26 Pero ese papel de la cultura en la socialización y domesticación del aspecto bestial del ser humano, cuya necesidad, y consecuencias Freud, estudió en tanta profundidad, es lo que se puso en cuestión después de la segunda guerra mundial. El salvajismo desplegado durante su desarrollo puso en evidencia el fracaso de la cultura moderna occidental a la hora de atajar y elaborar el aspecto más oscuro del ser humano; en palabras del filósofo George Steiner: El supuesto moderno según el cual la educación en las humanidades debía pulir y humanizar gradualmente la condición humana, alejándola de la barbarie y de la tentación de lo inhumano, no era más que una falacia moderna (…) Las humanidades no humanizan. 27 Pero ese fracaso de la cultura como instrumento de humanización había empezado mucho antes. Tras la locura combinada de la Reforma y la Contrarreforma, lo poco que quedaba de auténticamente religioso en el cristianismo (en el sentido literal de re-ligare, volverse a atar, a ligar con la realidad) fue poco languideciendo hasta reducirse fundamentalmente a una moral social al servicio del poder. Ello redundó en la orfandad espiritual de occidente y la pérdida completa de cualquier referente de autoridad (entendida como opuesta a potestas). Tampoco ayudó el hecho que por metafísica ya no se entendiera nada más que una forma de Platonismo. Lo que es particularmente extraño, ya que el mismo Platón escribió: 25 Sigmund Freud. Obras Completas. Biblioteca Nueva, tomo 7. Pág. 2726 ¿Por qué la guerra? Correspondencia Einstein - Freud 1932. 27 George Steiner. Lenguaje y Silencio. Ed. Gedisa. Pág.78 26 54 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 cualquier persona seria se guardará muy mucho de confiar por escrito cuestiones serias.28 Y entonces, a finales del siglo XIX, llegó Nietzsche. Todo cuanto hemos descrito acerca de esa oscura energía vital feroz, sumergida en ella misma y sólo regida por el principio del placer, que la tradición simbolizaba por el dragón, o la serpiente, y a la que Freud llamó Ello. Esa fuerza en guerra consigo misma y con todo, que la cultura debe ayudar al individuo primero a contener, y luego a transformar, ya que es la materia prima del Yo del ser humano. Nietzsche la identificó con lo que él llamó Vida, y la convirtió en el fundamento de su filosofía. Y lo hizo con gran genio, intuyendo por el camino grandes verdades, elaborando feroces pero con frecuencia certeros análisis sociales. Adelantándose a su tiempo elaboró un fino diagnóstico sobre la importancia de la interpretación en el análisis de la realidad, que resumió en su famoso aforismo no existen hechos, sólo interpretaciones. Que le llevó directamente a una concepción de la verdad vinculada únicamente a la fuerza, la voluntad de poder, que desde su punto de vista es la auténtica expresión de la Vida. Pero estaba identificando el todo por la parte, por la parte oscura además. La Vida nietzscheana, reducida a voluntad de poder y preocupada sólo en conservarse y en crecer, aumentar, conquistar, pues sólo conservarse es morir. Es sólo la mitad, la mitad visible, del ser humano. Pero si las ideas dominantes en una cultura, cuya función principal es ayudar a contener a la barbarie latente, lo que hacen es fomentarla, las consecuencias serán devastadoras, y en efecto lo fueron. Arthur Schopenhauer ya había situado antes que Nietzsche a la voluntad en el centro de la existencia Resulta evidente que yo, con razón, haya puesto a la Voluntad de vivir como lo ulteriormente inexplicable, o más bien, como fundamento y base de toda explicación y que ésta —muy lejos de ser un palabrerío vacío como 'lo absoluto', 'lo infinito', 'la idea' y demás expresiones similares— sea lo más real (das Allerrealste) que conocemos; más aún: el núcleo de la realidad misma.29 Las sutilezas académicas sobre lo que ambos exactamente querían decir por poder y voluntad no tuvieron relevancia. La recepción que se dio en Europa, sobre todo la Europa de habla alemana, supuso la liberación del dragón de sus cadenas. 28 29 Platón. Diálogos VII. Carta VII. Editorial Gredos. Pág. 518 Arthur Schopenhauer. El Mundo como Voluntad y Representación, II. ii, 28. 55 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 El sacar a la bestia del horno alquímico donde los símbolos y arquetipos la transforman, y ponerla directamente al mando, por considerarla la auténtica expresión del ser de la vida, desató el infierno en la tierra. Pero volvamos al Ello freudiano y al Dragón mitológico. Y cómo unos y otros intentaban abordarlo. ¿Podía existir en la antigüedad una técnica equivalente a lo que Freud y sus seguidores pretenden, con mayor o menor suerte, hacer con su psicoanálisis? Desde una lectura simbólica queda muy claro que ambos identificaron el mismo problema cardinal (la bestia) con precisión. Desde luego los lenguajes, y sobre todo los fundamentos teóricos, con los que abordan el problema son muy diferentes. Aunque es realmente sorprendente que, en aras de la claridad, Freud mismo no tuviera otro remedio que usar la mitología para presentar sus propias tesis. La mitología, por su lado, siempre presenta un relato completo, con origen, sentido y final. Por ejemplo, en las mitologías de nuestro entorno, y recordamos que estamos hablando en lenguaje simbólico, el punto de partida de la lucha del ser humano, y la paralela pérdida del paraíso de la unidad, también conocida como la caída, se suele referir a un conflicto, choque o pecado original. No entraremos a fondo ahora en este tema, pero se puede intuir que el relato mítico apunta a que para cruzar el universo material, el feliz espíritu sólo se adentrará en la oscuridad de la materia si se le desconecta de la luz del origen, y correlativamente se le sitúa esa luz en la otra orilla, es decir, al final del tiempo del ciclo humano. El Alfa debe convertirse en el Omega. Además, el principio metafísico de unidad, implica la necesaria armonización y reintegración de la energía atrapada en la temporalidad, es decir separada, y eso sólo lo puede realizar completamente un ser que participe de ambas naturalezas, temporal y atemporal, alguien capaz de conseguir que la verdad brote de la tierra30. Pero veamos un buen ejemplo de cómo solían representar los nórdicos a las runas: 30 Salmo 85. 11. 56 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Grabado de la roca de Ramsundberg, Södermanland, Suecia. 1040dC Aquí podemos ver a su héroe solar, Sigurd, el Sigfrido del Cantar de los Nibelungos y de la ópera de Wagner, (que significativamente creció sólo en la selva) derrotando al dragón Fafner. El texto rúnico en el cuerpo del dragón es una dedicatoria de una esposa a su marido del mismo nombre que el héroe. Pero no se suele reparar demasiado en el hecho mismo que las runas estén siempre escritas sobre el cuerpo del dragón y que sistemáticamente en todas las piedras rúnicas que nos han llegado las runas estén escritas del mismo modo: sobre el cuerpo del dragón. 57 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Esta sistemática asociación de las runas con el símbolo del dragón, ilustra con imágenes lo que hemos intentado explicar con palabras. Con la ayuda de las runas, los arquetipos, el héroe solar, es decir cualquiera de nosotros, vence al dragón de su interior transformando su caótica energía, que está en auto-guerra permanente, en vida en armonía con ella misma y con la vida del exterior. El caos se convierte en cosmos. El enemigo interior se transforma en vitalidad, es decir alegría. El Id se convierte en yo… Es interesante también la frecuente presencia de cruces, ya que como símbolo, es la antítesis del dragón o la serpiente, en tanto que sacrifica su dinamismo primordial anárquico y lo crucifica, es decir, la ordena, obligándole metafóricamente a tomar las cuatro direcciones del espacio, que son análogas a los cuatro ríos, que regaban, y ordenaban, el jardín del edén. El tiempo humano El ciclo completo del tiempo humano también se representa mediante un dragón o serpiente que se muerde la cola, el Uroboros. 58 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 El tiempo del ciclo humano es el tiempo que le toma al héroe solar la transmutación de la energía del dragón; el caos primordial, tanto en el mundo interno como en el externo, y en cada orden de realidad o variedad dentro de cada orden. Ese, desde el punto de vista metafísico, es nuestro tiempo. Tal vez llegado éste punto los motivos mitológicos de la lucha de los Ases contra los Gigantes, con cuyos restos los primeros construyen el reino de los hombres, que a su vez se encuentra rodeado por una serpiente marina que se muerde la cola. El motivo del Águila que corona el árbol (símbolo del espíritu) contra el Dragón que devora su raíz. Ese reino, dominado por la violencia, en el que Balder no puede llegar a reinar... Vayan adquiriendo cierta transparencia. Y cierta familiaridad también, pues esos mitos no hablan de lo que fantasearon hace milenios los chamanes del norte; esos mitos hablan de nosotros, y de nosotros en este mismo momento. El punto de vista metafísico y el científico Independientemente de si son o no de ayuda psicológica. Se puede objetar que ni símbolos ni arquetipos pueden articular nada de lo real, entendido como el mundo objetivo y material, pues pertenecen estrictamente al mundo interior del hombre, a su fantasía e imaginación en particular. Para la ciencia la consciencia es un epifenómeno (un producto) de la materia, en particular de la materia en forma de neuronas, es decir, una propiedad emergente del cerebro. Aunque hasta el día de hoy no han podido ponerse de acuerdo en definir lo que entienden por ese término. Unos la consideran un aspecto de la mente, seguramente un producto útil de la evolución, y otros intuyen que se trata de algo completamente diferente de la mente, pero pocos dudan que sea producto de la actividad cerebral. Tampoco se ha podido descubrir el mecanismo de la emergencia de la consciencia en el cerebro, aunque siempre están seguros que están a las puertas. Aquí la metafísica difiere radicalmente de la ciencia, el punto de vista metafísico es precisamente el inverso; la materia, y todo lo demás, es un epifenómeno de la consciencia. Desde el punto de vista tradicional se acepta sin reparos que la mente individual es, en buena parte, corporal, pero no así la consciencia que le da la sensación de existencia, y de la que se afirma que es una propiedad universal. Erwin Schrödinger, premio nobel de física, y profundo conocedor de la metafísica hindú, afirmaba: La consciencia es un singular cuyo plural se desconoce. En otras palabras; existen muchas mentes pero sólo una consciencia. 59 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Si esto es así, la implicación inmediata es que esa división entre mundo interior y exterior del ser humano, mundo subjetivo y objetivo, tan obvia a nuestros ojos, es menos radical de lo que nos puede parecer. El fondo sin fondo de la realidad, esa unidad siempre presente, está presente tanto en el mundo interior como en el exterior del hombre. Todas las doctrinas metafísicas coinciden que ese fondo de la realidad tiene tres cualidades: las doctrinas hindúes las conocen por Sat, Chit y Ananda, que podrían traducirse muy aproximadamente por Ser, Consciencia y Felicidad y que corresponden, una a una, a las tres personas de la trinidad cristiana: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Este fondo de la realidad desde el punto de vista metafísico es pura consciencia, y ésta es la que se articula simbólicamente en su relación con lo manifestado, con el Ser. En palabras de un filósofo y hermeneuta moderno: El ser no puede reducirse a un concepto abstracto, general y vacío a fuer de inefable. Por lo contrario el Ser ha de poseer la riqueza y plenitud de lo inteligible que en su camino va constituyendo la realidad en sus determinaciones. Esas determinaciones son los símbolos. Naturalmente, el Ser, que es determinación, no es cada determinación; el Ser, que es símbolo, no es cada símbolo. El Ser es donación de determinación, donación de simbolización. Y como «lo semejante se reconoce por lo semejante», esto quiere decir que el ser de alguna manera es determinación, pero no determinación de esto y lo otro, sino pura determinación; no símbolo de esto y lo otro, sino puro símbolo, pura simbolización.31 No es propio del pensamiento científico el preguntarse por el porqué de las cosas, se pregunta por el cómo. La pregunta metafísica por el ser de la realidad; el famoso ¿por qué el ser y no la nada? Cae fuera de su ámbito y también, por qué no decirlo, del alcance de su método. Si además nos preguntamos por las cualidades de ese ser de la realidad, y cómo éstas construyen la realidad, la ciencia sólo puede responder con un silencio escéptico. Estas tres cualidades del fondo de la realidad, son descritas por la tradición, pero también han sido corroboradas por aquellos que a lo largo del tiempo, y en todas las latitudes, lo han experimentado directamente por medio de una paradójica no-experiencia, a la que con frecuencia se la refiere con el símbolo del despertar. 31 José Antonio Antón. Symbolica Nomina. Cap. I. 1988 60 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Y tanto estos, los despiertos, como la metafísica tradicional, afirman que esta trinidad, es el límite de lo que la mente humana puede alcanzar, pues más allá sólo queda el silencio de lo inefable. El Lenguaje Sagrado Elder Futhark Aunque, por todo lo dicho, es imposible reconstruir el sentido original de las runas, sí podemos recoger los sentidos fragmentarios que nos han llegado, aceptar algunos de los sentidos que han sido elaborados posteriormente pero que pueden tener fundamento en base a lo que sabemos de otras tradiciones, y elaborar una síntesis, necesariamente muy esquemática, que nos permita tener una idea general del carácter de las runas como arquetipos y de su posible uso por los nórdicos. Es prácticamente seguro que por analogía, y como en cualquier otro sistema arquetípico, cada runa tenía asociados por ejemplo una nota musical, un instrumento musical, un utensilio, un arma, una piedra y un metal, una hierba y un animal, una parte del año y una porción del espacio, un color, un olor y un sabor, una sección del cuerpo y una característica humana, y también una estrella.32 Todo eso, junto con las relaciones simbólicas que en base a esas analogías se podían hacer, se ha perdido. También se perdieron los poemas descriptivos de cada runa del Futhark (alfabeto rúnico) antiguo, pero nos han llegado tres poemas diferentes que se refieren a otros Futharks más recientes (el Futhark joven y el Futhark anglosajón) Estos poemas son: el poema rúnico anglosajón, el poema rúnico noruego y el poema rúnico islandés. Para completar el posible sentido de cada runa hemos seleccionado el poema, de entre las tres versiones, que nos ha parecido más esclarecedor. El futhark antiguo estaba compuesto por una tripartición en 3 ætts (familias). Estas son: fehu, haglaz y tiwaz, que son los nombres de las runas que inician cada familia. Los ætts también se nombraron con los nombres de los dioses Freyr, Odín y Tyr, respectivamente. 32 Elemire Zolla. Los Arquetipos. Monte Avila Editores. Pág.97 61 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Tampoco disponemos ni de las cruciales enseñanzas orales, ni de los igualmente importantes rituales, que acompañaban el aprendizaje de las runas, pero su rítmico trazo es aún capaz de resonar en nuestro interior y seguir transfigurando el caos en cosmos. Ætt de Fehu Fehu f Nombres alternativos: Fohe/Fe/ Fa Interpretación ideográfica: Los cuernos de un ciervo. Lo múltiple deviniendo uno. Significado literal: Ganado, riqueza. Poema rúnico: La riqueza es la fuente de discordia entre los familiares, y el fuego del mar, y el camino de la serpiente. Significado simbólico: La runa de los inicios. El ganado aquí simboliza la ambigüedad de la fuerza vital con la que nacemos. Por un lado es nuestra riqueza, la riqueza de la juventud, pero por otro es una energía incontrolada que tiende a la dispersión. Debe ser unificada, guiada y dominada, tal como el pastor hace con su rebaño, o se extraviará y perderá. Buena parte de ella deberá ser transformada, es decir sacrificada; literalmente hecha sagrada, para que pueda dar fruto. Esta energía está simbolizada en el mito nórdico por la fuerza del fuego cósmico que fluye del reino del Sur: Muspelsheim; donde habitan los gigantes de fuego. Uruz u Nombres alternativos: Urús/Ur Interpretación ideográfica: Matriz, Lluvia. Significado literal: Uro, lluvia, agua. Poema rúnico: El uro está orgulloso de sus grandes cuernos; es una bestia muy salvaje, que lucha con sus cuernos; un gran guarda de los páramos, es una criatura vigorosa. 62 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Significado simbólico: La Madre cósmica, receptáculo, la fuerza materializante y substanciadora. Como tal, da la forma, y por lo tanto la identidad, a las cosas. En la mitología nórdica está representada por la gran vaca Audhumla de cuyos cuatro ríos de leche se alimentó el gigante primordial Ymir, que más tarde fue vencido por Odín y sus hermanos, que con las distintas partes del cuerpo del gigante, y con la fuerza del fuego cósmico, construyeron el Midgard, el mundo de los hombres, en el centro del vacío primordial mágicamente cargado: el Ginnungagap. Thurisaz x Nombres alternativos: Thiuth/Thorn/Thurs Interpretación ideográfica: El martillo. La espina de una flor. Significado literal: Gigante, Espina. Poema rúnico: El gigante Thurs es la tortura de las mujeres, y morador del acantilado, y marido de una giganta sirviente de Saturno. Significado simbólico: La fuerza protectora y preservadora. Las energías telúricas y primordiales, simbolizadas en el mito por los gigantes, antes de ser gradualmente transformadas e integradas en el alma humana, deben ser contenidas. En el relato mítico nórdico ésta acción está representada por Mojollnir; el martillo de Thor, que protege de los gigantes tanto el reino de los hombres; Midhgardhr, como el reino de los dioses; Ásgardhr. Como espina representa la toma de conciencia de la propia fuerza, la voluntad, la focalización y el dominio de la energía vital; la capacidad de fecundación. Ansuz a Nombres alternativos: Ansus/As/Áss Interpretación ideográfica: Dos que emergen del uno. Significado literal: Dios, estuario, boca, fresno, roble. Poema Rúnico: El estuario es la meta final de los viajes, así como la vaina lo es de las espadas. 63 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Significado simbólico: Es la runa de la transmisión del influjo espiritual; de la iniciación. Por medio de ella Odín crea la pareja de humanos primordiales Askr y Embla y les otorga sus dos principales dones: önd; aliento, espíritu, fuerza vital, y ódhr: Intuición intelectual, inspiración. Por ello es también la runa de la palabra, la poesía y los encantamientos mágicos. Raidho r Nombres alternativos: Rádh/Reidh Interpretación ideográfica: El carro, tanto del Sol como de Thor. Significado literal: Cabalgar, viaje, carro. Poema rúnico: Cabalgar es dicha del que va sentado, y el viaje rápido, y dura la labor del caballo. Significado simbólico: Raidho es la runa del orden cósmico cuya imagen principal es la del camino del Sol a lo largo del día y del año. Es el misterio de la ley divina que rige tanto el mundo natural como el del hombre, que se traduce en el conocimiento de los ritmos del cosmos y en el dominio de su expresión ritual: la danza. Asimismo revela el conocimiento necesario para completar el camino iniciático a través de los nueve mundos del árbol cósmico Yggdrasill. También rige toda forma de religión organizada. Kenaz k Nombres alternativos: Kaun/Kaunan Interpretación ideográfica: La llama y su reflejo. Significado literal: Antorcha, dolor, enfermedad. Poema rúnico: La antorcha es conocida por todo hombre, por su blanca y brillante llama; siempre quema junto a donde el príncipe se sienta. Significado simbólico: Kenaz, la antorcha, es la energía bajo control humano; el fuego interno. Esta energía equilibrada conlleva vitalidad, voluntad y creatividad; y por extensión rige la artesanía, la forja o la actividad sexual. Pero en desequilibrio, esta misma energía puede llevar a la enfermedad o la muerte. El secreto de su dominio es el 64 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 conocimiento de la regeneración a través del sacrificio, y de la muerte interior que implica cualquier auténtica transformación individual. Gebo g Nombres alternativos: Gyfu/Giba/Gipt Interpretación ideográfica: La interacción dinámica de los opuestos. Significado literal: Regalo, hospitalidad, boda. Poema rúnico: La generosidad trae crédito y honor, lo que apoya la dignidad propia; proporciona ayuda y subsistencia, para todos los hombres rotos que carecen de todo. Significado simbólico: Gracia. Dones del cielo. Así como los dioses se dan completamente, los seres humanos deben aprender a dar y a darse a sus semejantes del mismo modo. Rige el arte de la unión de voluntades para conseguir un objetivo común: las familias, los clanes y las hermandades. Así como el acceso al éxtasis por el camino de la intensificación del deseo y de la modulación de la pasión sexual. Wunjo w Nombres alternativos: Winja/Wynn/Wend Interpretación ideográfica: Estandarte tribal o del clan. Significado literal: Alegría, placer, esperanza. Poema rúnico: Dicha la que disfruta el que no conoce sufrimiento, pena ni preocupación, y tiene prosperidad y felicidad, y una casa lo bastante grande. Significado simbólico: El secreto de la atracción de lo afín, de lo análogo. El conocimiento que proporciona esta runa permite reforzar y afianzar los lazos y las relaciones, tanto entre las personas como entre los grupos. Permitiendo que el grupo sea orgánico a la vez que diverso. Pertenecer a una familia, un clan y un gremio armonioso, es la fuente de la mayor felicidad, y seguridad. 65 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Ætt de Hagalaz Hagalaz h Nombres alternativos: Haegl/Hagal Interpretación ideográfica: El influjo del cielo sobre la tierra. Significado literal: Granizo Poema rúnico: El granizo es el más frío grano; Cristo creó el mundo de los antiguos. Significado simbólico: Hagal remite al misterio de la cristalización primordial; la semilla primera que del vacío cósmico original Ginunngagap creó los nueve reinos y todas las cosas que en ellos habitan. Por ello es la runa del árbol cósmico Yggdrassil. Encierra el secreto de la unión entre espíritu y materia. Define las seis direcciones del espacio y lo preserva de la destrucción. Otorga el conocimiento de la expulsión de las influencias inarmónicas, tanto del hombre, del clan o la tribu. Naudhiz n Nombres alternativos: Nauths/Nyd Interpretación ideográfica: Tejido. Significado literal: Necesidad, Privación. Poema rúnico: La dificultad es opresiva para el corazón; aunque a menudo resulta una fuente de ayuda y salvación para los hijos de los hombres, para aquellos que atienden su abundancia. Significado simbólico: Es la runa del conocimiento del aspecto limitativo del destino y de su aceptación. Los secretos de las tres nornas, que en la base del árbol Yggdrassil, tejen el destino de hombres y dioses, ambos sometidos igualmente a su dictado. Destino es limitación, la parte que te toca en el sacrificio cósmico de hombres y dioses que regula el equilibrio del cosmos. Pero también es lo que desconoces de ti mismo; el secreto de tu 66 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 identidad. Por ello no tiene sentido oponerse a él. Aprender a disciplinarse cuando hay privación, a fortalecerse cuando hay abundancia. Comprender el sentido de todo ello no otorga ningún poder para alterar la necesidad del cosmos (tu destino) pero da la fuerza para aceptarlo y completarlo. El destino no depende del vitki (el iniciado en los secretos de las runas) pero su actitud ante él sí. Isa i Nombres alternativos: Eis/Is Interpretación ideográfica: El cetro de poder. Significado literal: Hielo Poema rúnico: Llamamos hielo al puente ancho; el hombre ciego debe ser guiado. Significado simbólico: Isa es la fuerza condensadora simbolizada por el hielo que fluye del reino de Niflheim. Junto con la energía del fuego, regida por la runa fehu, que fluye de Muspelsheim, y la semilla cristalizadora de la runa hagal, se crea la materia de la que se forma nuestro mundo: el Midhgardhr. En el ser humano isa actúa concentrando las energías físicas, mentales y espirituales para formar el Yo que permite superar la ceguera del hombre inconsciente. Sin ella existimos pero no vivimos, y hasta que no actúa en nosotros la fuerza a la que remite isa, existimos en una vida egoica que, aunque racional, es inconsciente; lunar, el mismo tipo de vida que se despliega en la naturaleza y en los animales. Así se abre también el secreto de la quietud interior frente al flujo incesante de las cosas, que es el “puente ancho” que permite cruzar las turbulentas aguas de la existencia. Jera j Nombres alternativos: Yeran/Yeraz Interpretación ideográfica: El ciclo ascendente y descendente del Sol Significado literal: El buen Año, cosecha 67 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Poema rúnico: La cosecha es la alegría de los hombres, cuando Dios, sagrado rey de los cielos, permite que la tierra traiga sucesivamente sus frutos, igual para el rico que para el pobre. Significado simbólico: Jera encierra el conocimiento de los patrones cíclicos del cosmos, y de la muerte y el renacimiento. En particular de las doce fases del sol, sus seis fases ascendentes desde el solsticio de invierno y sus seis fases descendentes a partir del solsticio de verano. El que pone en práctica ese conocimiento, y sabe qué hacer en cada fase, la naturaleza trabajará con él, conseguirá una buena cosecha y armonía en su vida. Eihwaz y Nombres alternativos: Eihaz/Eoh Interpretación ideográfica: El viaje mágico al infierno y al cielo. Significado literal: Tejo Poema rúnico: El tejo es un árbol de áspera corteza, duro e inalterable, se soporta por sus raíces, un guardián de las llamas y la alegría de un dominio. Significado simbólico: La vida eterna que siempre renace. El tejo la simboliza por su enorme longevidad y resistencia. Eihwaz es la runa que comunica el conocimiento del eje del cosmos; aquello que enlaza los diversos planos de la realidad, desde los subterráneos hasta los celestiales, y los unifica. El tejo, otras veces el fresno, es el árbol que en la mitología nórdica simboliza ese eje, en la forma del árbol cósmico Yggdrasil que engloba todos los mundos. Pero para acceder al eje cósmico, el vitki debe primero acceder a su propio centro. La bajada a los infiernos, y la ascensión posterior a los cielos, es la iniciación universal que anticipa ritualmente la muerte, enfrenta al iniciado a sus miedos y le da el conocimiento necesario para superarlos. Perthro p Nombres alternativos: Peorð Interpretación ideográfica: Arpa universal. De la tensión entre los mundos superiores e inferiores nace la música. 68 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Significado literal: Instrumento musical Poema rúnico: Peorð es la fuente de diversión y entretenimiento, para los orgullosos guerreros que se sientan juntos alegremente en la taberna. Significado simbólico: El conocimiento del tiempo como música. Esta runa abre al conocimiento del aspecto positivo del destino. El tejido del destino no está hecho de hilos estáticos sino de vibrantes cuerdas, cada una de las cuales vibra según precisas leyes que determinan su tono y su timbre en función de su lugar de la polifonía cósmica. El dolor de la limitación del destino simbolizada por la runa naudhiz aquí muestra su reverso al descubrir a la persona su participación en la gloriosa sinfonía del cosmos de la cual forma parte. El acceso al conocimiento del destino individual entendido aquí no como limitación sino como participación creativa en la creatividad cósmica. Elhaz z Nombres alternativos: Algiz/Ihwar/Yr Interpretación ideográfica: La copa del árbol cósmico. El hombre elevando sus brazos hacia el cielo. Significado literal: Alce. Poema rúnico: El tejo es el árbol más verde en invierno, acostumbra a crepitar cuando arde. Significado simbólico: Elhaz es la runa del conocimiento de la relación entre el reino del cielo, Asgardhr y el del ser humano, Midhgardhr. Su grafía ya prefigura esta doble significación pues representa tanto al ser humano abriéndose para que el influjo divino descienda, como la misma triple influencia del cielo descendiendo, y que simbólicamente es la llama que causa el crepitar de la copa del árbol. El mundo de los humanos y el de los dioses se comunican en la mitología nórdica por el puente del arcoíris, el Bifrost, que para los nórdicos sólo tenía tres colores, y que literalmente significa brillante camino. La imagen de un puente arcoíris remite a la fugacidad del momento correcto en el que puede producirse esa comunicación. El puente Bifrost está guardado por un dios guardián: Heimdal, que impide que las fuerzas primordiales; los gigantes accedan a Asgardhr. Por ello esta runa simboliza la protección de lo superior del desorden de lo inferior. 69 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Sowilo s Nombres alternativos: Sigil/Saugil Interpretación ideográfica: El Rayo Significado literal: Sol Poema rúnico: El Sol es la luz del mundo; Yo me inclino ante el designio divino. Significado simbólico: La energía divina descendiendo sobre todos los mundos y vitalizando todas las cosas. En el ser humano, esa energía toma la forma de su propia consciencia; el Yo real tras su yo individual. Ese Yo real no es algo dado desde el nacimiento; es preexistente, no creado y por ello indestructible. A la vez es completamente impersonal, y por ello tomar conciencia de la propia identidad real significa emerger sobre el plano natural y descubrir tu doble naturaleza: humana y divina. La una con nombre y destino, la otra sin nombre e incondicionada. Ætt de Tiwaz Tiwaz t Nombres alternativos: Tyr/Teiwaz Interpretación ideográfica: La piedra angular del cielo. La estrella polar. Significado literal: El dios Tyr. Poema rúnico: Tyr es una estrella, que mantiene a los príncipes con fe; siempre en su rumbo sobre las brumas de la noche, nunca cae. Significado simbólico: El eje cósmico que todo lo ordena, que mantiene separados el cielo de tierra, y el espacio del tiempo permitiendo que las cosas sólo interactúen en su debido momento y en su debido lugar. Es el punto supremo del cosmos que aunque inmóvil, todo se mueve por él. 70 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Tyr es el dios que sacrifica su mano, su ilimitada capacidad de acción, para que los otros dioses puedan sobrevivir. El orden implica el sacrificio de algunas posibilidades para que puedan desplegarse muchas otras. Análogamente, en el orden humano, fundamenta metafísicamente la voluntad y la disciplina, así como las leyes sociales y religiosas. Berkanan b Nombres alternativos: Bajarkan, Bar. Interpretación ideográfica: Las montañas. Los pechos de la madre tierra. Significado literal: Abedul. Poema rúnico: El abedul es el arbusto con las hojas más verdes; Loki tiene suerte con su engaño. Significado simbólico: La gran Madre Tierra, principio pasivo y receptor que ordena el devenir de todo lo vivo según su ley cíclica natural: nacimiento, crecimiento, decadencia, muerte y de nuevo renacimiento. La Gran Madre tiene también un aspecto oscuro, la madre terrible, que sobreprotege al hijo y no le deja crecer; es el aspecto regresivo de la psique, que en vez de desarrollarse decide retroceder a la tranquila unidad indiferenciada con la madre (“el engaño de Loki”) Esta runa remite al conocimiento que permite superar ese peligro. Rige los rituales de pasaje (nacimiento, adolescencia, matrimonio y muerte) que posibilitan que el crecimiento y la maduración no se detengan. Así como todos los espacios consagrados a la transformación y la metamorfosis; espacios cerrados u ocultos dedicados también a esos ritos de pasaje e iniciación. Ehwaz e Nombres alternativos: Eh. Interpretación ideográfica: El lomo de un caballo. Significado literal: Caballo. Poema rúnico: El caballo es la alegría de los príncipes en presencia de los guerreros, 71 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 un corcel es el orgullo de sus cascos, cuando los hombres ricos a lomos de su caballo intercambian palabras sobre ello y siempre una fuente de comodidad para el inquieto. Significado simbólico: El caballo, domado y cabalgado, simboliza la armonía e integración entre los aspectos animales y los humanos. La runa remite al saber necesario para completar esa fase final del desarrollo. Representa al hombre que por un lado ha domado sus instintos y por otro ha integrado al gemelo; la propia sombra. Al completar esta fase la persona se convierte en aquel que se puede confiar, y por esta razón ehwaz rige también tanto la lealtad como el matrimonio estable y fértil. Finalmente concede la protección del dios Odín, padre de los dioses, y amigo de los cabalgan, es decir, de aquellos que, gracias a la fuerza que esa armonía otorga, tienen la capacidad de realizar grandes cosas, lo que en este contexto significa elevarse por encima del mismo mundo hacia los reinos superiores del árbol cósmico Yggdrasill. Mannaz m Nombres alternativos: Madhr, Manna, Man. Interpretación ideográfica: Unión del cielo y la tierra. Significado literal: Hombre, persona. Poema rúnico: El hombre es el desarrollo del polvo; grande es la garra de la rapaz. Significado simbólico: El ser humano completo. El que no sólo ha armonizado consciencia e instinto sino también lo masculino y lo femenino, el cielo y la tierra en él mismo; el ser andrógino. Esa realización otorga tanto la plena conciencia de la filiación divina como de la fraternidad entre todos los hombres. Rige el culto al dios Heimdal, que es quien crea la relación filial entre dioses y hombres al engendrar los primeros hombres de cada una de las tres funciones sociales: sacerdotes, guerreros y agricultores-artesanos. Este puente simboliza ese conocimiento que posibilita la armonización del aspecto humano y divino, del hombre que viene del polvo y del espíritu que representa el águila. Al que lo completa se le abren las puertas del cielo. 72 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Laguz l Nombres alternativos: Logr, Lagus. Interpretación ideográfica: Crecimiento, brote. Significado literal: Agua, lago, mar. Poema rúnico: Una catarata es un río que cae de la ladera de una montaña; pero los ornamentos son de oro. Significado simbólico: Las aguas primordiales en las que se disolvieron todas las formas de las anteriores edades, pero que guardan tanto la energía, como la memoria, de lo que fueron. Son las aguas del hielo de Niflheim de las que todo lo vivo surgirá pero que aún es indeterminado; potencialidad condicionada por su pasado pero de futuro abierto. Esas aguas son primero solidificadas por el hielo y vivificadas luego por el fuego de Muspellsheim antes de adquirir una forma determinada. Representa tanto la etapa final de un ciclo como la etapa previa al inicio de un ciclo de existencia nuevo. También las fuerzas orgánicas de la existencia y el conocimiento de cómo concurrir del mejor modo con ellas. Ingwaz q Nombres alternativos: Ing, Enguz. Interpretación ideográfica: Lo que está en gestación. Significado literal: Dios Ing. Poema rúnico: Ing, el primero de los daneses es considerado, hasta que partió hacia el este por el mar, su carro le siguió, así los heardingas (los de su sangre) le llamaron héroe. Significado simbólico: El germen del nuevo mundo futuro. Es el aspecto masculino de la madre tierra, encarnado en el dios Ingwaz, que es su consorte, hace de oficiante en sus ritos y es también el dios creador de las tribus. Representa el aspecto no manifiesto, pero ya encarnado, del mundo físico. Aquello que ya ha animado y dado forma a la materia inerte pero que aún debe acabar de gestarse para emerger a la luz. Por extensión rige todo tipo de transformaciones que necesitan de la debida protección para que culmine su maduración. Análogamente simboliza la protección del conocimiento antiguo, la sabiduría ancestral 73 que en Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 condiciones hostiles debe ser escondida y protegida hasta que se den las condiciones adecuadas que permitan de nuevo su irradiación. Othala o Nombres alternativos: Opal, Opalan, Ethel, Edel. Interpretación ideográfica: Recinto, bien delimitado, que irradia sobre el mundo. Significado literal: Herencia, propiedad ancestral. Poema rúnico: Una finca es muy querida por todo hombre, si puede disfrutar allí en su casa, todo ello es apropiado en constante prosperidad. Significado simbólico: El conocimiento ancestral, una vez se ha completado el ciclo humano y se ha encarnado en la historia, renace en la forma de un nuevo mundo. Así un nuevo ser humano, en el tiempo nuevo que inaugura la resurrección y reinado del justo y bondadoso dios Baldar, el que nunca pudo reinar en el mundo antiguo, podrá enraizarse, florecer y dar fruto. Simboliza la llegada de la primavera, pero una primavera eterna. Dagaz d Nombres alternativos: Daeg, Daes. Interpretación ideográfica: El equilibrio entre el día y la noche. Significado literal: Día. Poema rúnico: El día es el mensajero del Señor, amado por los hombres; gloriosa luz del creador, alegría y esperanza para el rico y el pobre, a todos alegra. Significado simbólico: Representa la superación del estado humano; el despertar. Dagaz simboliza el corazón de la realidad manifiesta donde todos los polos (energía y materia, luz y oscuridad, cuerpo y alma, vida y muerte, etc.) se equilibran, se armonizan y brillan en todo su esplendor. Al día le sucede la noche. Las edades y los universos se suceden; nacen crecen y caen. Los dioses son creados y destruidos. No es una visión de la belleza del futuro, es una percepción de la belleza siempre presente, abierta a los que han hecho su corazón conforme a la sabiduría, pues la gloria está en ellos precisamente porque ellos ya no están. 74 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Epílogo Es muy posible que se pueda sobrevivir sin mitos, símbolos ni arquetipos. También sin ninguna narrativa articuladora de la realidad o incluso sin ningún tipo de cultura. La verdadera cuestión es qué tipo de vida puede emerger de tales carencias. En nuestro relato hemos repasado algunos episodios, o mejor síntomas, de nuestra historia reciente, que nos gritan que por el camino de la construcción de nuestra civilización hemos perdido algo esencial. Algo que estuvo ahí desde el inicio, pero que en un momento muy concreto de ignorancia, se despreció por inútil. Esa piedra despreciada, pero angular, es el Símbolo, o mejor dicho el Lenguaje de los Símbolos. Tal vez no haya que esperar mucho para que, tras el fértil giro lingüístico de la filosofía moderna, llegue un esperado, y necesario, giro simbólico, que sin cambiar aparentemente nada, lo transfigure todo. Esa sería la fuerza de un conocimiento integrado, capaz, en su hermenéutica, de vertebrar los diversos lenguajes en los que ahora está dividido, y segmentado, nuestro conocimiento, aunque sin confundirlos, hilvanándolos en un tejido de conocimiento capaz de mostrarnos el otro lado del tapiz; el verdadero rostro de la realidad. Espero que por medio de esta breve incursión tras el umbral, de la mano de las preciosas runas y de esos relatos mitológicos únicos con los que los antiguos nórdicos, tomaban el ruido de la vida para transformarlo en sinfonía, hayamos podido recuperar algo de esa remota música original del Asgard, que la violencia del tiempo nos arrebató hace siglos. Hernan Ruiz Bonet Barcelona 20 de abril de 2015 75 Les Runes - Hernan Ruiz Bonet - 2015 Bibliografía - Eddas: Leyendas de los Dioses del Norte. Snorri Sturluson. Ed. Desván de Hanta. - Textos Mitológicos de las Eddas. VV.AA. Ed. Miraguano. - El Destino de los Dioses. Patxi Lanceros. Ed. Trotta. - Autoridad Espiritual y Poder Temporal. René Guénon. Ed. Paidós. - El Hombre y su Devenir según el Vedanta. René Guénon. Ed. Sanz Torres - La Gran Tríada. René Guénon. Ed. Paidós - Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada. René Guénon. Ed. Paidós - Los Estados Múltiples del Ser. René Guénon. Ed. José J. de Olañeta - Diccionario de Símbolos. J.E.Cirlot. Ed. Siruela - Diccionario de Símbolos. J. Chevalier, . Ed. Herder - Los Druidas. C. Guyonvarc’h, F. Le Roux. Abada editores. - Eros y Magia en el Renacimiento. Ion P. Culianu. Ed. Siruela - Historia de las Creencias y las Ideas Religiosas. Vol 2. Mircea Eliade. Ed. Cristiandad. - Diccionario de las Mitologías. Vol 1. Yves Bonnefoy. Ediciones Destino. - Diccionario de Filosofía. José Ferrater Mora. Ed. Ariel - Diccionario Crítico de Mitos y Símbolos del nazismo. Rosa Sala Rose. Ed. Acantilado - Vikings. AA.VV. Fundació la Caixa. - La Vida cotidiana de los Vikingos. Régis Boyer. Ed. José J. de Olañeta - Los Vikingos. Pierre Barthélemy. Ediciones Martínez Roca - Futhark. Edred Thorsson. Ed. Obelisco - Introducción al Análisis Estructural de los Relatos. Roland Barthes. Ed. Paidós - Lenguaje y Silencio. George Steiner. Ed. Gedisa - Los Arquetipos. Elemire Zolla. Monte Avila Editores. - Obras Completas C.G. Jung. Vol. 9/1 y 10. Editorial Trotta - Symbolica Nomina. José Antonio Antón. Hogar del Libro 76
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