Briófitos (musgos y hepáticas) amenazados de

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Briófitos (musgos y hepáticas) amenazados de
texto y fotografías Patxi Heras y Marta Infante
El pasado julio el Boletín Oficial del País Vasco
publicaba la última modificación al Catálogo
Vasco de Especies Amenazadas de la Fauna y
Flora Silvestre y Marina en la que por primera
vez se incluían siete musgos y hepáticas.
En concreto, Breutelia chrysocoma,
Buxbaumia viridis, Lepidozia cupressina,
Orthotrichum casasianum y Sphagnum squarrosum quedan considerados bajo la categoría
de «en peligro de extinción», mientras que
Schistostega pennata y Telaranea europaea
están en la de «vulnerable».
1. Aspecto de Buxbaumia viridis. (bosque de Irati, Navarra)
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2. Hábitat de Orthotrichum casasianum en las riberas del río Bayas.
la Comunidad Autónoma Vasca
3. Aspecto de Sphagnum squarrosum.
Los briófitos (musgos y hepáticas) forman un conjunto de criptógamas de gran interés e importancia tanto científicos como
ecológicos. Se trata de unos vegetales muy antiguos que
desde el Devónico, hace 350 millones de años, han mantenido
su morfología y estilo de vida, conteniendo rasgos esenciales
para comprender cómo los vegetales conquistaron la tierra
firme. Existen en la actualidad unas 24.000 especies que
desempeñan decisivas funciones en los ecosistemas, como
ser colonizadores en las primeras etapas de la sucesión ecológica, intervenir en la formación de suelos, en el balance hídrico
o cobijando la fauna del suelo.
En la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) se han registrado 651
especies de briófitos (494 musgos y 157 hepáticas). A pesar de
su reducida extensión territorial, la CAV es una de las regiones
de Europa briológicamente más ricas. Mientras que la CAV sólo
supone el 1% de la superficie total de la Península Ibérica, concentra más del 60% de las especies ibéricas de hepáticas y
musgos.
Aunque existe un buen conocimiento de los briófitos de la CAV,
cuyo estudio se remonta a muestras conservadas en herbarios
de finales del siglo XVIII, todavía no existe el catálogo necesario para elaborar la lista roja de los briófitos vascos amenazados. No obstante, datos preliminares apuntan a que más del
7% de la brioflora vasca estaría amenazada en mayor o menor
grado, existiendo al menos 50 especies candidatas a formar
parte de esa lista roja. Tenemos además la constancia de la
extinción de tres especies por causas antrópicas: Sphagnum
austinii vivió hasta tiempos históricos recientes en la desaparecida Turbera de Saldropo (Gorbea vizcaíno), el musgo
Sanionia uncinata desapareció de su única localidad vasca con
la construcción de una pista que desecó una pequeña zona
húmeda en Urkilla y la hepática Odontoschisma elongatum con
la destrucción de la Turbera de Saldropo.
La ausencia de briófitos en los catálogos de especies amenazadas es un mal muy extendido. Sólo siete de las diecisiete
comunidades autónomas españolas tienen briófitos recogidos
de alguna manera en sus catálogos de especies amenazadas.
Es por ello que la inclusión de estos siete briófitos en el
Catálogo Vasco de Especies Amenazadas supera un grave déficit en materia de conservación de la biodiversidad del País
Vasco.
De las siete especies ahora recogidas en el Catálogo Vasco de
Especies Amenazadas, la mayor responsabilidad de conservación viene de la presencia de Orthotrichum casasianum, único
briófito endémico del País Vasco del que sólo existe una única
población mundial formada por escasos cojinetes dispersos en
unos 8 km2 a lo largo del bosque ribereño del Bayas entre las
localidades alavesas de Lukiano y Sendadiano. Se trata de un
musgo corticícola que vive en un hábitat extremadamente frágil, sujeto por un lado a las perturbaciones naturales propias de
las crecidas e inundaciones del río, como a las frecuentes agresiones antropógenas. Además de mejorar el conocimiento de
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4. Aspecto de Breutelia chrysocoma.
la ecología y dinámica de la especie, sería conveniente establecer su seguimiento y vigilancia, así como algún tipo de protección del lugar, conservando las condiciones naturales del
bosque ribereño y el régimen hidrológico del río.
Buxbaumia viridis es un peculiarísimo musgo exclusivo de la
madera en descomposición, dentro de bosques muy húmedos.
Es bastante frecuente en los abetales del Pirineo, pero la única
localidad vasca de esta especie se encuentra en los pinares de
las vertientes norte de la Sierra de Arcena (Álava), marcando el
límite suroccidental de su distribución europea. Sólo se ha
detectado una vez, un único individuo, en 1994, y no ha vuelto
a verse con posterioridad. La principal amenaza para este
musgo son las actuales prácticas de explotación forestal que
eliminan los árboles antes de su muerte natural e impiden la
presencia de madera muerta.
Sphagnum squarrosum es muy raro en la Península Ibérica. En
la CAV hay sólo una localidad, en el Parque Natural de Gorbeia,
en una reducidísima población de unos 38 m2 que al menos se
mantiene estable. El principal riesgo lo constituyen las repoblaciones de coníferas exóticas que rodean el enclave. Es además
muy sensible al pisoteo, por lo que la presencia de ganado en
el entorno también supone una amenaza. La población vasca
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5. Detalle a gran aumento de Orthotrichum casasianum.
de este esfagno debería ser objeto de ensayos encaminados a
establecer más localizaciones que aseguren su permanencia
en la zona del Gorbea.
Las hepáticas Lepidozia cupressina y Telaranea europaea tienen una única población en Gipuzkoa cada una, la primera en el
valle de Leizaran, mientras que la segunda, una endémica europea, tiene en Jaizkibel la localidad ibérica más oriental. A diferencia de las anteriores especies, ambas habitan lugares bastante apartados de la actividad humana más directa, pero su
situación es de alto riesgo dada su extremada localización y por
ser muy higrófilas. Algo parecido pasa con el musgo
Schistostega pennata, con una sola localidad, compartida con
Navarra, en grietas de los roquedos graníticos de Aiako Harriak,
que también es la más oriental de la Península Ibérica.
Finalmente, de Breutelia chrysocoma, musgo endémico de
Europa, ya extinguido de Alemania y Bélgica, que en España
tiene sólo cinco poblaciones muy aisladas entre sí en la
Cordillera Cantábrica, hay una población en las ladera vizcaínas
del monte Udalaitz. El sobrepastoreo, los desbroces y quemas
de brezales y pastos asociadas a la gestión ganadera amenazan
esta especie. La población más cercana, en las laderas cántabras del monte Zalama, ha desaparecido recientemente.