Valores normales de las subclases de la inmunoglobulina G en una

ORIGINALES
Valores normales de las subclases
de la inmunoglobulina G en una
población de adultos. Su importancia
en el estudio de los déficit de las mismas
M.J. Rodrigo*, R. Codina*, J. de Gracia**, F. Morell** y C. Pascual*
Servicios de *Bioquímica (Unidad de Inmunología) y **Neumología.
Hospital General Universitario Vall d’Hebron. Universitat Autònoma de Barcelona
déficit de IgG
FUNDAMENTO: La cuantificación de las subclases de la lgG (SlgG) requiere técnicas con gran
sensibilidad y especificidad, ya que poseen una homología en sus estructuras moleculares superior al
95 %. En la actualidad, las técnicas de ELISA y radioinmunoanálisis (RIA) parecen las más
apropiadas, si bien su variabilidad y las posibles diferencias étnicas en las concentraciones séricas
de las SlgG obligan a que cada laboratorio establezca sus propios valores de referencia en una
población normal, condición indispensable para poder definir los déficit de SlgG.
MÉTODOS: En el presente estudio, se han establecido los valores séricos de normalidad de las
subclases de la lgG en 100 individuos adultos sanos. La cuantificación sérica de las SlgG se ha
realizado mediante la optimación de una técnica de ELISA indirecta modificada utilizando
anticuerpos monocionales (AcMo) y estándares de referencia HOO-03 de la OMS para las cuatro
subclases, calibrado frente al patrón WHO 67/97 de la OMS.
R ESULTADOS: Los valores de normalidad observados fueron: para la lgG1, 2,61-10,81 g/l; lgG2, 1,
12-4,08 g/l; lgG3, 0,22-2,88 g/I, e lgG4, 0,05-1,56,g/I. Se obtuvieron a partir de la media ± 2DE
para la lgg1 y a partir de la amplitud de los valores para las tres subclases restantes, por seguir éstos
una distribución no normal. La sensibilidad de la técnica fue de 0,05 g/I, con unos coeficientes
medios intra e interanálisis del 3,5 % y del 10,7 %, respectivamente. La correlación entre la lgG
total y la suma de las cuatro subclases mostró una r = 0,894 (p < 0,01).
C ONCLUSIONES: La técnica de ELISA utilizando AcMo y estándares de referencia de la OMS es un
método adecuado para la cuantificación de las subclases de la lgG; sin embargo, dada la variabilidad
de esta técnica, para evitar la aparición de errores es recomendable observar condiciones estrictas de
trabajo como la utilización de sueros controles a dos niveles de concentración para las cuatro SlgG
en cada una de las series analíticas y la realización por duplicado de cada serie.
Normal values of the lgG subclasses in an adult population and their importance in
a study of the deficits of it
B ACKGROUND: Quantification of the lgG subclasses (lgGS) requires highly sensitiva and specific
techniques since their molecular structure is more than 95 % homologous. At present, ELISA and
RIA are the most appropriate techniques; although the variability of these techniques and the
possible ethnic differences in serum levels of lgGS oblige each labotatory to establish its own
reference values in a normal population, a condition necessary for defining lgGS deficits.
M ETHODS: In the present study the normal serum values of lgGS in 100 healthy individuals were
established. Serum quantification of the lgGS was performed by optimization of the indirect ELISA
technique using AcMo and OMS reference standards HOO-03 for the 4 subclasses, calibrated vs the
OMS WHO 67/97 pattern.
R ESULTS: Normal values observed for lgG1 were 2.61-10.81 g/I; lgG2, 1.12-4.08 g/I; lgG3, 0.222.88 g/I; and lgG4, 0.05-1.56 g/I obtained as of the mean ± 2 SD for lgG1 and as of the extent of
the values of the remaining 3 subclasses by following a non-normal distribution. The sensitivity of
the technique was 0.05 g/I with mean intra and inter analysis coefficients of 3.5 % and 10.7 %
respectively. The correlation between total lgG and the sum of the 4 subclasses showed a r = 0.894
(p < 0.01).
C ONCLUSIONS: The ELISA technique using AcMo and OMS reference standards is an adequate
method for the quantification of the lgG subclasses. However, given the variability of this technique
and in order to avoid error, strict working conditions, such as the use of control sera at 2
concentration levels, should be observed for the 4 lgGS in each of the analytic series and each serie
should also be duplicated.
Med Clin (Barc) 1992; 98: 166-170
Correspondencia: Dra. M.J. Rodrigo. Servicio de Bioquímica. Hospital General Universitario
Vall d’Hebron. Passeig Vall d’Hebron s/n. 08035 Barcelona
Manuscrito aceptado el 25-6-1991
166
Desde principios de la década de los sesenta se conoce que la inmunoglobulina
G (lgG) consta de cuatro subclases 1,2
(IgG1, 60-65 %; lgG2, 20-25 %; lgG3, 510 % e lgG4, 3-6 %)3 con diferencias en
sus estructuras moleculares y propiedades biológicas4,5 . La importancia clínica
de las subclases de la lgG (SlgG) radica
en que valores bajos de una o más SlgG
(lgG2, lgG3 y/o lgG4) pueden
acompañarse de una mayor susceptibilidad a padecer infecciones bacterianas,
especialmente del aparato respiratorio,
que pueden dar lugar a procesos
supurativos crónicos6 . El diagnóstico de
estos pacientes es importante, ya que
pueden ser tributarios de tratamiento sustitutivo con gammaglobulinas; no obstante, para llegar a este diagnóstico es necesario la valoración previa de cada una de
las subclases, ya que alteraciones de éstas pueden quedar enmascaradas con valores de lgG total normales.
Así pues, es imprescindible establecer los
valores séricos de referencia para cada
una de las subclases de la lgG, con el fin
de poder definir los déficit de las mismas.
Sin embargo, en la actualidad no existe
un criterio unánime ni en relación a los
valores séricos de referencia ni a los déficit de las mismas. Ello se debe a la existencia de diferencias en relación a: la sensibilidad de las técnicas utilizadas para la
determinación de los valores séricos de las
SlgG; la especificidad de los anticuerpos
antisubclases empleados; los estándares
de referencia utilizados; la variabilidad
interlaboratorios en relación a las modificaciones empleadas para una misma técnica; el análisis estadístico utilizado para
determinar los valores de referencia; las
posibles diferencias genéticas en relación
a la etnia, y la variabilidad en los valores
séricos que las SlgG muestran durante los
primeros años de la vida hasta alcanzar
los valores de adulto, que es diferente para
cada una de ellas.
Por todo ello, en la actualidad, es imprescindible que para la cuantificación de las
SlgG y el establecimiento de los valores
de referencia se utilicen técnicas lo suficientemente sensibles, anticuerpos
antisubclases con alta especificidad y ade-
M. J. RODRIGO ET AL.- VALORES NORMALES DE LAS SUBCLASES DE LA INMUNOGLOBULINA G EN UNA POBLACIÓN
DE ADULTOS. SU IMPORTANCIA EN EL ESTUDIO DE LOS DÉFICIT DE LAS MISMAS
más, un grupo control propio bien caracterizado. Aunque Jiménez et al1 publicaron un estudio de la maduración de las
SlgG en una población infantil sana, en el
que se incluían, además, 37 adultos, hasta la fecha, en España sólo existe un trabajo que haya establecido los valores de
referencia de las SlgG en una población
amplia de adultos sanos, realizado por
nuestro grupo utilizando una técnica de
cinética nefelométrica8.
El objetivo de este estudio es establecer
los valores de referencia de las diferentes
SlgG en una población adulta sana de 100
individuos, utilizando una técnica de ELISA
indirecta con anticuerpos monocionales
(AcMo) y estándares de referencia de la
OMS.
Sujetos y métodos
Población de estudio. Se estudiaron 100 individuos
sanos (50 mujeres y 50 varones, de edades homogéneas entre ambos grupos), con edades comprendidas entre los 18 y 63 años de edad (40 ± 10 años),
que acudieron de forma consecutiva al Servicio de
Medicina Preventiva para someterse a la revisión
médica obligatoria necesaria para formalizar su contrato laboral.
Se hizo la anamnesis de todos los sujetos a quienes
se practicó una exploración física completa, un estudio radiológico del tórax y un análisis de sangre que
incluyó las siguientes determinaciones: hemograma
completo, glucosa, urea, creatinina, fosfatasa alcalina,
aspartato aminotransferasa (ASAT), alamino
aminotransferasa (ALAT), proteínas totales, albúmina, proteinograma y de inmunoglobulinas.
Los criterios de exclusión fueron la presencia de alguna de las siguientes circunstancias: a) alteraciones en el estudio radiológico del tórax; b) antecedente de procesos infecciosos recidivantes y/o graves
(meningitis, osteomielitis, septicemias, micosis
mucocutáneas, infecciones periodontales); c) antecedentes o existencia de neoplasia sólida o
hematológica; d) antecedentes de infecciones graves o recurrentes del tracto respiratorio; e) presencia
de enfermedad pulmonar aguda o crónica de cualquier etiología (asma bronquial, limitación crónica al
flujo aéreo, bronquiectasias); f) presencia de atopia
(dermatitis atópica, rinitis alérgica, sensibilidad a
antígenos alimentarios); g) presencia de cualquier
circunstancia o enfermedad capaz de originar
hipogammaglobulinemia secundaria (infecciones
víricas, neoplasias hematológicas, fármacos, pérdidas de proteínas) 9,10, y h) padecer una
inmunodeficiencia primaria de cualquier etiología.
Antisueros. Como antisueros antisubclases se emplearon los AcMo aconsejados por la OMS11, obtenidos
por la técnica convencional de producción de
hibridomas y purificados mediante cromatografía de
intercambio iónico, anti-lgG total dirigidos frente a la
región Fc y anti-lgG específica de subclase conjugada con peroxidasa de rábano dirigidos frente a la región Fab (Jansen. CLB, Amsterdam, Holanda). Se
utilizó el estándar de la OMS HOO-03 (Jansen. CLB,
Amsterdam, Holanda) para las cuatro subclases, calibrado frente al patrón WHO 67/97 de la OMS con
los siguientes valores: lgG1=6,93 g/I; lgG2 = 2,45 g/I;
lgG3 = 0,61 g/I e lgG4 =0,52 g/I.
Método de ELISA para la cuantificación de las SlgG.
La determinación de los valores séricos de las
subclases de lgG se realizó mediante una técnica de
ELISA basada en el método descrito por Metzger et
al12 , modificado. La realización de la técnica incluyó
las siguientes etapas: 1) absorción de 4µg/mI de
AcMo específico de subclase en placas de
microtitulación de alta afinidad y fondo plano (Nunc,
lnter Med, Dinamarca), para lo cual se incubó un
volumen de 100 µl/pocillo de la solución de anticuer-
TABLA 1
Factor de dilución según la concentración sérica de la inmunoglobulina G (lgG)
total
lgG total (g/l)
<2
2-8
8-16
>16
lgG1
lgG2
10.000
40.000
80.000
160.000
1.000
10.000
40.000
40.000
lgG3
1.000
10.000
40.000
40.000
lgG4
1.000
10.000
20.000
40.000
TABLA 2
Valores séricos de referencia de las subclases de inmunoglobulina G (lgG)
en la población adulta sana
Concentración sérica
Subclase
lgG1
lgG2
lgG3
lgG4
g/l (x±DE)
Tanto por
ciento
Límites
Intervalo normal
6,71 ± 2,05
2,32 ± 0,81
0,82 ± 0,43
0,44 ± 0,33
65
23
8
4
4,0 - 15,2
1,12 - 4,08
0,22 - 2,88
0,05 - 1,56
2,61 -10,81*
1,12 - 4,08**
0,22 - 2,88**
0,05 - 1,56**
Resultados expresados en g/l.
* Media ± desviaciones estándar (DE).
** Límites.
po diluido en PBS durante 16 horas a 4°C; 2) lavado
de las placas con PBS/O,OO5 % Tween 20 (Sigma
Chemical Co, San Luis, EEUU) y bloqueo de los pocillos con 150 µl/pocillo de PBS/1 % BSA (Sigma
Chemical Co, San Luis, EEUU), durante una hora a
temperatura ambiente; 3) tras sucesivos lavados de
las placas, se incubaron por duplicado las diluciones
del estándar Y de los sueros problemas en PBS/O,1
%, gelatina/0,02 % (Jansen. CLB, Amsterdam, Holanda), Tween 20/0,001 %, mertiolate (MerckSchuchardt, Munich, Alemania), pH 7,3 durante 1
hora a 37 °C; 4) tras sucesivos lavados de las placas,
se incubaron 100 µl de AcMo anti-igG total conjugado con peroxidasa de rábano, a una concentración
de 2 mg/mI durante una hora a 37 °C; 5) tras sucesivos lavados de placas, se incubaron 100 µl/pocillo
de la solución de tetrametilbencidina (Sigma Chemical
Co, San Luis, EEUU) en H2 02 al 3 % a temperatura
ambiente y en la oscuridad durante 20 minutos; 6)
se detuvo la reacción con 30 µl/pocillo de solución
de H2 SO4 2M, y 7) la lectura de la reacción final se
realizó 450 mm en un lector de microplacas de ELISA
(Titertek Multiskan, Flow Laboratories, Helsinki, Finlandia).
El cálculo de los resultados se realizó interpolando la
densidad óptica (DO) de las muestras problemas en
la curva de referencia.
Para el estudio de la precisión intra e interanálisis de
la técnica, se utilizaron dos sueros con concentraciones conocidas de las cuatro subclases de la lgG, uno
con valores normales y el otro por debajo de los límites de normalidad, evaluados en nuestro laboratorio
y congelados en alícuotas a -20 °C; estos sueros se
procesaron en cada una de las series analíticas y en
las mismas condiciones que para las muestras problemas.
Cuantificación de los valores séricos de las
inmunoglobulinas. Los valores séricos de la lgG total,
lgA e lgM se determinaron por técnica de cinética
nefelométrica con un autoanalizador Array Protein
System (Beckman-lnstruments, Brea, California,
EE.UU.). Los valores de referencia establecidos previamente en nuestro laboratorio fueron los siguientes: lgG, 8,5-16 g/I; lgA, 0,75-3,5 g/I, e lgM, 0,582,5 g/I.
Análisis estadístico. Previo estudio de la normalidad
de la distribución (análisis de Kolmogorov-Smirnof),
los límites de normalidad para cada una de las
subclases se establecieron a partir de la media ± 2DE
en caso de distribución normal y como la amplitud
de los valores, en caso de no hallar una distribución
normal.
La correlación entre la lgG total, determinada por
cinética nefelométrica, y la suma de las cuatro
subclases se realizó mediante el coeficiente de correlación de Pearson.
Resultados
Curva estándar de cada subclase. La curva estándar obtenida para cada una de las
subclases se muestra en la figura 1 y el
factor de dilución de los sueros problemas
según la lgG total correspondientes se indica en la tabla 1.
Precisión intra e interanálísis. Aceptando
un límite de sensibilidad de 0,05 g/I, circunstancia suficiente para la valoración de
las subclases en adultos, el coeficiente de
variación intranálisis para cada una de las
subclases osciló entre el 2,9 % para la lgG1
y el 4,4 % para la lgG4; el valor medio del
mismo para las cuatro subclases fue del
3,5%.
El coeficiente de variación interanálisis
para cada una de las subclases osciló entre el 8,8 % para las lgG2 y el 12,2 % para
la lgG1, con un valor medio para las cuatro subclases del 10,7 %. Los dos coeficientes de variación estuvieron por debajo
del límite aceptado para técnicas de ELISA
(8 % y 15 %, respectivamente).
Valores de referencia de las subclases en
la población adulta sana. La distribución
de frecuencias de las subclases, determinadas a partir de los valores obtenidos con
el suero de 100 adultos sanos, sólo mostró una distribución normal para la IgG1,
mientras que para las otras tres subclases
existió un sesgo para los valores más bajos. Por ello, los valores de normalidad se
establecieron, para la IgG1 como la media
167
MEDICINA CLÍNICA VOL. 98 NÚM. 5. 1.992
± 2DE y para las otras tres subclases, como
la amplitud de la distribución (tabla 2).
La suma de las medias de los valores de
las cuatro subclases de la lgG obtenidas
por la técnica de ELISA fueron similares a
la suma de las medias de la lgG total valorada por cinética nefelométrica, con un
coeficiente de correlación de Pearson de r
= 0,894 (p < 0,01).
Fig. 1. Curva estándar
obtenida por cada una
de las subclases de
inmunoglobulina G.
Discusión
La mayor dificultad para la cuantificación
de las SlgG se halla en el hecho de que las
cuatro subclases mantienen importantes
homologías en sus estructuras y en especial, en la secuencia de aminoácidos de
las cadenas pesadas, que llegan a ser superiores al 95 %. Ello puede explicar las
diferencias que se aprecian entre las diversas series, cuando se utilizan métodos
analíticos y antisueros antisubclases cuyas sensibilidades y especificidades para
cada una de las SlgG son distintas.
Existen varias técnicas por las que se puede realizar la cuantificación de las SlgG:
inmunodifusión radial simple (IDR),
cinética nefelométrica, enzimoinmunoanálisis (ELISA) y radioinmunoanálisis
(RIA); de ellas, las técnicas de ELISA y de
IDR con anticuerpos monocionales (AcMo)
o policionales son las más utilizadas13 . En
relación a los anticuerpos específicos
antisubclase, éstos deben ser capaces de
detectar las mínimas diferencias estructurales existentes entre las cuatro SlgG. En
este sentido, los anticuerpos policionales
no siempre poseen el nivel de especificidad requerida, lo cual explica que estudios en los que se utilizaron AcMo y
anticuerpos policionales con un mismo
suero estándar obtengan resultados diferentes14; por ello, la utilización de AcMo,
como en el presente caso, es preferible a
la de los anticuerpos policionales. Sin
embárgo, existen distintos tipos comercializados de AcMo antisubclase que presentan importantes diferencias en su especificidad; algunos de ellos ofrecen rendimientos bajos para la cuantificación de las
subclases15, por ello, sería recomendable
usar aquellos que previamente se hubieran contrastado.
Entre las técnicas de cuantificación de las
SlgG, los métodos de ELISA y de RIA son,
en la actualidad, los más apropiados, por
ser los más sensibles; no se han apreciado diferencias significativas entre ellos
cuando se utilizan AcMo como anticuerpos
antisubclase. No obstante, la técnica de
ELISA aporta ventajas adicionales, tales
como ser más económica y no precisar de
material radiactivo. En cambio,Ia IDR es
mucho menos sensible y menos precisa
que las anteriores, especialmente cuando
se trata de valorar concentraciones séricas
bajas, por lo que no es la más adecuada
en la detección de déficit de SlgG. La
cinética nefelométrica16 es otra de las téc168
nicas que se ha utilizado para la
cuantificación de SlgG y que en la actualidad todavía se emplea de forma rutinaria
en algunos laboratorios; sin embargo, tiene el inconveniente de que los antisueros
disponibles difieren en su calidad
nefelométrica, lo que dificulta su
reproductibilidad, además de no alcanzar
la sensibilidad de las técnicas de ELISA o
RIA.
Por otra parte, las modificaciones sobre
una determinada técnica pueden hacer
variar los resultados de un laboratorio a
otro. Así, cuando se utiliza la técnica de
IDR con AcMo, se requieren unas condiciones de análisis especiales, como el uso
de polietilenglicol, que favorece la precipitación, lo cual puede motivar resultados
engañosos. De la misma manera, ciertas
modificaciones del método de ELISA, basado en la técnica del sandwich , precisan
diluciones séricas superiores a 10-5, lo cual
introduce un posible factor de error; por
otro lado, la adsorción a la fase sólida está
sujeta a ligeras modificaciones que pueden hacer variar los resultados.
A fin de obviar en este estudio posibles
fuentes de errores en cada una de las series analíticas, como controles internos se
procesaron, además del estándar, dos sueros con concentraciones conocidas de las
cuatro subclases de la lgG previamente
evaluados en nuestro laboratorio y congelados en alícuotas a -20 °C, uno con valores bajos y otro con valores dentro de los
límites de normalidad. Un dato que corrobora que la estandarización del método de
ELISA utilizado en este estudio para la determinación de las subclases de la lgG es
óptimo, es la buena correlación hallada
entre la suma de las concentraciones de
los valores de las subclases individuales
con la concentración de la lgG total, que
coincide con la descrita por otros autores17.
Otros factores que pueden hacer modificar los resultados de un laboratorio a otro
se deben a diferencias en la composición
de los sueros estándar y a la purificación
de los anticuerpos monocionales utilizados18,19 . Todo ello explica que todavía no
se haya establecido una estandarización
internacional para la cuantificación de las
subclases de la lgG y que los valores a partir de los cuales se definen los déficit sólo
puedan obtenerse después de establecer
los valores de normalidad en el propio laboratorio.
La aplicación del análisis estadístico para
la determinación de los valores de referencia es otra discrepancia entre las distintas series publicadas. Ello se debe a que,
además de observarse una gran dispersión
en los valores de las SlgG en la población
normal, sólo hay acuerdo en el hallazgo
de una distribución normal para la IgG1,
mientras que se discrepa en las distribuciones halladas para las tres subclases
restantes; por ello, a excepción de la IgG1,
cuyos valores de referencia pueden establecerse como la media ± 2DE, en el resto
de las SlgG será más apropiada la aplicación de la amplitud de la distribución o el
percentil 953 .Otro punto que queda poco
aclarado en las diferentes series es el criterio seguido para definir la población sana
a partir de la cual se establecen los valores de normalidad, ya que en muchas ocasiones se utiliza como único requisito el
ser donante de sangre, lo cual parece insuficiente como criterio para descartar un
déficit primario o secundario de SlgG.
Prácticamente nunca se enumeran los criterios de selección y exclusión utilizados,
todo lo cual es más importante cuanto
M. J. RODRIGO ET AL.- VALORES NORMALES DE LAS SUBCLASES DE LA INMUNOGLOBULINA G EN UNA POBLACIÓN
DE ADULTOS. SU IMPORTANCIA EN EL ESTUDIO DE LOS DÉFICIT DE LAS MISMAS
menor sea la población de estudio.
Aun teniendo en cuenta las premisas anteriores, son necesarias nuevas investigaciones que permitan un mayor conocimiento de las bases genéticas que regulan la síntesis de SlgG, así como de la
interrelación que las SlgG mantienen con
el resto de los componentes del sistema
inmunitario. En este sentido, un estudio
reciente20 demuestra que los valores
séricos de referencia para la lgG2 pueden
variar en función de la presencia o ausencia del alotipo G2m(23): se ha observado
que el límite inferior de referencia en los
individuos con presencia del alotipo
G2m(23) (90 % de la población estudiada) fue de 130 mg/dl, mientras que en los
individuos sin el alotipo G2m(23) fue de
80 mg/dl.
De todo ello, se deduce que, en un futuro
próximo, es posible que se deba tener en
cuenta la presencia del alotipo G2m(23)
y/o de otros alotipos a la hora de establecer los límites de normalidad para las diferentes subclases.
La importancia de establecer de manera
correcta los valores normales de las SlgG
en la población de referencia estriba en
que los pacientes con déficit de SlgG poseen una mayor susceptibilidad para padecer infecciones de repetición, especialmente del aparato respiratorio, que dan
lugar a alteraciones de la función respiratoria y al desarrollo de patología cronica21
. Estos pacientes pueden ser susceptibles
de recibir tratamiento sustitutivo con
gammaglobulinas, cuya eficacia ha sido
sugerida en algunos. estudios22 24.
En la actualidad, sólo el déficit de lgG2 es
reconocido como causa de enfermedad25
mientras que no existe unanimidad de criterios en relación a los déficit de lgG3 e
lgG4. Ello es consecuencia de la disparidad de resultados obtenidos en las diferentes series, en las que a un importante
número de individuos normales no se les
detectaron valores séricos de lgG3 o lgG4
y al hecho de no haberse demostrado una
respuesta específica de anticuerpos de tipo
lgG3 contra determinantes antigénicos específicos como en el caso de la lgG2 (la
respuesta a antígenos polisacáridos de la
cápsula de ciertas bacterias son predominantemente de tipo lgG2)26,27 .
Si bien es cierto que no se ha demostrado
una respuesta específica de anticuerpos
de tipo lgG3 a determinados patógenos
bacterianos, no se puede pasar por alto
que aparte de ser la subclase con mayor
capacidad para activar el complemento28
, en el pulmón, en los macrófagos
alveolares, que constituyen la primera línea celular de defensa contra los
patógenos y que facilitan la ampliación de
la respuesta inmunológica, sólo se hallan
receptores de superficie para la lgG3 (en
el 25 % de los macrófagos) y para la IgG1
(en el 10 % de los macrófagos), por lo que
muy probablemente, entre las funciones
primordiales de la lgG3 se hallen la de fa-
cilitar la función fagocitaria y la ampliación
de la respuesta inmunológica por parte de
los macrófagos29. Otros estudios30 apuntan que, en pacientes con déficit de lgG3,
se observa una menor capacidad para producir interferón gamma, lo que favorecería una mayor susceptibilidad a padecer
infecciones víricas.
Por otra parte, al tener la lgG3 e lgG4 bajas concentraciones séricas, es posible que
éstas no sean detectadas cuando se utilizan técnicas de cuantificación sin la suficiente sensibilidad y especificidad, como
ocurre cuando se utilizan anticuerpos
policlonales, algunos AcMo y con técnicas
como la IDR, que es incapaz de detectar
valores séricos de lgG4 hasta en el 20 %
de una población adulta sana en la que sí
se detectaron con posterioridad al utilizar
una técnica de RIA31.
A todo ello, se debe añadir la existencia
de trabajos en la literatura que han
correlacionado la presencia de déficit de
lgG3 e lgG4 con patología asociada30,32-35
lo cual también ha sido observado recientemente por nosotros36 . Así pues, creemos que se cometería un error importante
al negar la relación de causalidad entre
déficit de lgG3 e lgG4 y patología asociada
y, de manera especial, en pacientes
sintomáticos, ya que éstos pueden ser tributarios de tratamientos sustitutivos con
gammaglobulinas.
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