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El presente artículo consta de dos partes, un
comentario del libro La idea y la materia, de
Isabel Campi, y una entrevista a dicha autora.
En la primera parte Vico resalta la habilidad
pedagógica y la honestidad intelectual de Campi.
También destaca su aproximación al diseño
como un fenómeno anónimo. Para el autor, los
argumentos del libro servirían para comprender
el diseño nacional a la luz de los procesos
históricos internacionales.
La segunda parte corresponde a una breve
entrevista a la autora de la obra, la que gira en
torno al diseño como agente de cambio social y la
necesidad de ampliar el concepto de diseño.
The following article consists of two parts, a
commentary on the book Idea and Subject, by
Isabel Campi, and an interview with said author.
In the first part Vico highlights the teaching
ability and intellectual honesty of Campi. It
also emphasizes her approach to design as an
anonymous phenomenon. For the author, the book’s
arguments can be used to understand national
design in light of international historical processes.
The second part is a brief interview with the
author of the book, which revolves around design
as an agent of social change and the necessity of
broadening the concept of design.
E. H. Carr _ art nouveau _ cambio social _ periferia _
consumo.
E. H. Carr _ art nouveau _ social change _ periphery _
consumption.
El diseño, un relato de la historia:
entrevista a Isabel Campi en torno a su libro
La idea y la materia
DESIGN, A NARRATION OF HISTORY: INTERVIEW TO ISABEL CAMPI ON HER BOOK
“LA IDEA Y LA MATERIA” (THE IDEA AND THE MATERIAL)
Mauricio Vico
Diseñador de la Universidad Tecnológica
Metropolitana y doctorando en Investigación en
Diseño, Universidad de Barcelona, España _
Director (s) y Académico del Departamento
de Diseño de la Facultad de Arquitectura y
Urbanismo U. de Chile
Designer Universidad Tecnologica Metropolitana
(Technologic Metropolitan University) and
Doctorate candidate in Design Research,
Universidad de Barcelona (University of
Barcelona), Spain _ Director (s) and professor of the
Department of Design, Faculty of Architecture and
Urbanism, University of Chile.
La autora sitúa su narración no sólo en cómo nacen los objetos, sino también en las
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Antecedentes
Como decía el historiador inglés E. H. Carr en su clásico libro ¿Qué es la historia?, «cuando tratamos de contestar la pregunta ¿qué es la historia?, nuestra
respuesta, consciente o inconscientemente, refleja nuestra posición en el tiempo
y forma parte de nuestra respuesta a la pregunta, más amplia, de qué idea hemos de formarnos de la sociedad en que vivimos» (Carr, 1981). A esta concepción
del fenómeno histórico no es ajeno el libro de Isabel Campi. La escritura del texto
refleja una historia de complejidades y pasajes aún por esclarecer, así como las
contradicciones de los hechos históricos y de aportaciones de esta disciplina al
relato de la cultura.
La historia del diseño se ha embarcado en una vertiginosa carrera por ponerse
al día en materia de textos. Por muchos años fue escasamente abordada, pero en
la actualidad se han publicado varios libros de interés, tanto en Chile como en el
extranjero, de investigadores que han ido prestigiando esta área. Uno de ellos ha
sido La Idea y la materia, vol. 1: El diseño de producto en sus orígenes (Gustavo Gili,
Barcelona, 2005), escrito por la profesora catalana Isabel Campi. El tema abordado es una parte de la amplia historia del diseño industrial. Abarca el período que
transcurre entre la segunda mitad del siglo XVIII y la Primera Guerra Mundial y lo
acompaña un apéndice dirigido a profesores del área y a quienes les interese conocer, profundizar y aprender aspectos más específicos de este tema.
Otros escritos de Isabel Campi son: Historia de las máquinas parlantes.
Apuntes para una valoración estética y socio-cultural del diseño del tocadiscos
y la radio en sus orígenes (Museo de Bellas Artes de Asturias, Oviedo, 1983,
inédito); Els museus del disseny (Gabinet Técnic, Departamento de Cultura de
la Generalitat de Catalunya, Barcelona, 2002); Iniciació a la história del disseny industrial (Edicions 62, Barcelona, 2003, 1ª edición 1987); Qué és el disseny?
(Editorial Columna, Barcelona, 2006, 1ª edición 1992); Campi también ha participado como coautora de los libros Mira la radio: 80 años de diseño y técnica de
receptores (Museo de la Ciencia y de la Técnica de Catalunya, Terrassa, 2005), y
Diseño e historia (Editorial Designio, México, 2010). En todos ellos, el tema central es una mirada sobre la producción del objeto en un contexto de la cultura
del consumo y el esteticismo.
La autora es graduada en Diseño Industrial por la escuela de Eina y Licenciada
en Historia del Arte por la Universidad de Barcelona. Se ha especializado en
teoría e historia del diseño industrial, ejerciendo la docencia desde 1977. Tuve
la ocasión de conocerla brevemente en el Congreso de historiadores del diseño
realizado en Barcelona en septiembre de 2011. En esa oportunidad le solicité una
entrevista, la que lamentablemente no pudo concretarse, pues ella presidía en
ese momento dicho evento.
De regreso en agosto de 2012, me propuse encontrarme con ella, ahora con el
libro leído a cabalidad. De nuevo el destino dijo que no. Sin embargo, en la posmodernidad o la grafósfera no necesariamente los encuentros deben materializarse.
Pueden fluir en la ingravidez de las redes virtuales; hoy no es condición necesaria la
materia, sólo la desmaterialización de la idea.
Frente al impasse, Isabel tuvo la gentileza de responder por correo electrónico las preguntas, con la responsabilidad y eficiencia de un europeo clásico. A
los tres días ya tenía las respuestas. Además, cuenta que muchas de ellas están
relacionadas con su nuevo libro sobre las teorías historiográficas del diseño, que
será publicado el 2013 por Editorial Designio de México.
Para esta entrevista debo agradecer la colaboración del investigador y profesor
del Departamento de Diseño de la U. de Chile Rodrigo Vera.
fisonomías sociológicas y tecnológicas, sin abandonar parte de la historia de la estética y el gusto.
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Dados los antecedentes de rigor, podemos dar cuenta de algunas ideas que giran en torno a La idea y la materia. Una de las
primeras, y que merecen la atención, es su dimensión pedagógica. Como dice la autora: «Así, hoy se hacen necesarios textos
más documentados y completos que sean de utilidad no sólo a
los estudiantes de diseño sino también a aquellos profesores
que deben preparar e impartir esta materia». De este modo, el
relato se centra en una serie de capítulos compactos que permiten entender la historia del diseño como una evolución de
los procesos industriales, culturales, ideológicos y económicos.
Sin embargo, no sólo aborda esta perspectiva; además analiza
las nuevas ideas historiográficas que ponen en el centro del debate las relaciones entre consumo y diseño.
En el libro, como se ha dicho, la autora sitúa su narración no
sólo en cómo nacen los objetos, sino también en las fisonomías
sociológicas y tecnológicas, sin abandonar parte de la historia
de la estética y el gusto. En este aspecto destacan como ejemplo
del matiz pedagógico de Campi los párrafos en que se refiere al
art nouveau. No es frecuente que un solo libro explique claramente este estilo y sus implicancias en el diseño. En nuestros
periplos como historiadores hemos tenido que combinar diversas fuentes para descubrir sus complejidades. Campi lo explicita desde las diferentes acepciones, tales como Jugendstil, Stile
floreale, Liberty, Free style, New Style, Modernismo (en este caso,
también aclarando sus analogías con el movimiento literario
del mismo nombre), o la misma Secession vienesa. Son todos
fenómenos parecidos, y en algunos casos iguales. Se trata de
términos que difieren en su idioma, explica Isabel Campi, pero
aluden a lo mismo: lo nuevo, lo joven, lo libre, un movimiento
de carácter más conceptual que formal.
Campi dimensiona con claridad las múltiples aristas del art nouveau atendiendo más a sus explicaciones sociológicas o culturales
que a las imágenes, como suelen hacer los libros de historia del
arte y del diseño. El error cometido muy a menudo por historiadores del diseño insertos en el contexto latinoamericano es confundir los fenómenos artístico-culturales en Europa con sus efectos en cada país. Así lo advierte Campi en el prólogo: esta es una
historia del mundo occidental, sin pretensiones de universalismo.
Respecto a los problemas de la selección de datos, los hechos y
los antecedentes de la historia que se va a narrar, es destacable
que el libro encuentre su parentesco con las ideas ya expuestas
de E. H. Carr. Muy a menudo, libros y crónicas en medios como
revistas y diarios ―y las tradicionales clases de historia del diseño― seleccionan y ordenan los acontecimientos en medio de un
abundante material visual o por medio de la retórica —los hechos
hablan por sí solos—, con la majadera frase “una imagen vale más
que mil palabras”, como si para comprender éstas no fuera necesario el lenguaje y su dimensión en el aprendizaje del signo lingüístico y sus relaciones significativas y de significantes. Para el
historiador inglés, «los hechos sólo hablan cuando el historiador
apela a ellos: él es quien decide a qué hechos se da paso, y en qué
orden y contexto hacerlo» (Carr, 1981). Retomando esa idea, Isabel Campi es muy precisa al exponer no sólo los datos y el criterio
para seleccionar los hechos que narra, sino también las ideas de
otros autores como referentes para las explicaciones históricas.
En este caso, cuando se menciona al italiano Renato de Fusco ―y
en ello coincido―, se puede estar hablando de diseño como sugiere el historiador, sobre la base de cuatro etapas: el proyecto, la
producción, la venta y el consumo.
Así, la autora expone todos los aspectos que impulsaron la
Revolución industrial: la ciencia, el mercantilismo, la religión,
los cambios demográficos y energéticos y las revoluciones burguesas, los que actuaron como un conjunto de efectos sinérgicos. Este cariz le va dando al texto veracidad y honestidad intelectual, por cuanto expone todos aquellos hechos que tendrán
implicancias en el desarrollo del diseño. Además, en una perspectiva coherente, Campi aborda la producción de objetos desde
una tendencia histórica de hoy: la revisión del diseño como fenómeno anónimo, muy distante de una historia de corte romántico
donde la genialidad, la inspiración y el aura de ciertos nombres
son los impulsores de los cambios en el diseño ―una historia autoral, con pretensiones de acercarse a modelos anacrónicos de
producción artística—.
Finalmente la lectura de este libro nos puede servir para comprender, valorar y explicar los fenómenos del diseño nacional
a la luz de los procesos históricos internacionales, teniendo en
cuenta las propias redes de producción locales, los intereses
económicos, las influencias del gusto a través de los medios de
comunicación, la construcción de relatos hegemónicos y las propias dinámicas del diseño nacional. La idea y la materia nos permite vislumbrar los diferentes modelos económicos experimentados y puestos en práctica que han impactado en la evolución
del diseño nacional en el pasado, el presente y los ya determinados rumbos del futuro.
Entrevista
Si bien en la presentación del libro se alude a que
el binomio “idea y materia” responde al tránsito
de llevar el concepto a la concreción, también
puede ser entendido como la constante dialéctica
platónica-aristotélica, o la herencia racionalista
del pensamiento cartesiano. ¿Sigue siendo el
diseño, hoy en día, producto de esa dialéctica?
En parte. Ahora también hay un diseño
desmaterializado que da forma a todo lo virtual.
En este sentido podríamos decir que ahora el
diseño también se dedica a materializar ideas que
no tienen entidad física.
Inserto en el universo de la mercancía, ¿todavía
guarda el diseño el potencial de cambio social que
lo vio consolidarse hacia principios del siglo XX?
Yo creo que sí. Hay un diseño interactivo,
participativo y colectivo que apunta hacia la
transformación social y no se focaliza tanto
en la mercancía. Aunque a eso yo no le
llamaría “diseño de producto”, creo que está
emergiendo una corriente en esta dirección.
En septiembre de 2011 se celebró en Barcelona
el congreso Design Activism and Social Change1
que trataba precisamente de eso y tuvo una
gran acogida. La revista Monográfica.org ha
publicado un número sobre el activismo en el
diseño2 que ha tenido veinte mil visitas. Ello
quiere decir que hay personas que creen que el
diseño puede ser un agente de cambio social.
Las categorizaciones y temporalidades de la
historia del diseño que uno estudia en
América Latina responden fundamentalmente
a su desarrollo en Europa. Este problema,
que la historiografía tradicional resolvió
mediante el trabajo de historiadores
socioculturales como Eric Hobsbawm o
E. P. Thompson, que plantearon la idea de
“la historia desde abajo”, ¿puede tener
algún correlato en la forma de investigar y
escribir sobre historia del diseño fuera del
continente europeo?
Desde luego. Fuera de Europa y Estados
Unidos se están desarrollando nuevos y
originales relatos que cuestionan claramente
el paradigma euroamericano. La historia del
diseño del futuro deberá ser global.
1 Ver h"p://www.
historiadeldisseny.org/
congres/
2 Ver Monográfica nº 2, en
h"p://www.monografica.
org/02/
3 Ver el artículo de Toni Fry
“A Geography of Power.
Design History and
Marginality” en Design Issues
(vol. 6, n.° 1, 1989, págs. 15-30).
4 Este artículo, que lleva por
subtítulo “#ree Scenarios
for Design in China Over the
Next Half Century”, está en
Design Issues (vol. 19, n.° 3,
2003, págs. 5-20).
El Internacional Council of Design History and
Design Studies ha organizado diversos congresos
en los que el tema tratado ha sido precisamente
las relaciones entre la historia central y la historia
“periférica”. La importancia de las historias
periféricas es enorme, ya que pone en cuestión
la validez de los relatos hegemónicos sobre la
industrialización y el desarrollo del capitalismo.
Ese debate fue iniciado en la lejana fecha de 1989
por el historiador australiano Toni Fry3.
Si los procesos industriales fueron claves para el
surgimiento del diseño, ¿existirían desde el punto
de vista de una nueva epistemología de la historia
del diseño (en relación a la pregunta anterior)
alternativas a estos procesos desde donde centrar
el estudio de la disciplina?
Sí. Estamos en una nueva fase del capitalismo
en la que las revoluciones industriales ya no
consisten en el desarrollo de la mecanización,
sino en el desarrollo de las tecnologías de la
comunicación. La revolución de la información,
los sistemas de redes flexibles y la deslocalización
de la producción nos sitúan en un nuevo
escenario. Creo que el artículo de Clive Dilnot
“Which Way Will the Dragon Turn?4” situó muy
bien el problema. Ahora sabemos que las
antiguas pautas de análisis de las revoluciones
industriales no son útiles para estudiar el
presente, aunque todavía no tenemos muy claro
cuáles son las que van a sustituirlas.
¿Cuáles serían los argumentos que sostienen
el marco de referencia que le das a la definición
de diseño como disciplina proyectual, aun en
estos tiempos donde las relaciones de
producción no responden a la fase histórica de
la sociedad industrial?
Ahora se va hacia conceptos del diseño mucho
más amplios e inclusivos. Las definiciones
canónicas de los años sesenta y setenta en las
que yo me formé eran muy excluyentes porque
tenían como objetivo diferenciar el diseño del
arte. Pero ahora el diseño está creciendo en
múltiples direcciones y por lo tanto el concepto
debe ampliarse. Coincido con Margolin cuando
dice que el diseño es «La planificación de lo
artificial, este amplio territorio de los productos
hechos por los seres humanos que incluye objetos
materiales, comunicación verbal y visual, servicios
y actividades organizadas y complejos sistemas
y entornos para vivir, trabajar, jugar y aprender»
(Margolin, 1990). De todas formas, para los
historiadores las definiciones demasiado amplias,
que incluyen un sinfín de actividades, pueden
llegar a ser poco útiles como artefacto descriptivo.
¿Es posible una sociedad que desarrolle el diseño
sin investigar en tecnología, a propósito de la
globalización de los software, donde países que
aún no alcanzan la categoría de desarrollados dan
carreras de diseño?
Sí, porque el diseño también se puede
considerar una práctica culta y crítica
cuyo objetivo es mejorar y modernizar el
entorno independientemente del grado de
industrialización. En España y América Latina se
han desarrollado sofisticadas culturas del diseño
sin contar con grandes cadenas de montaje.
Esta teoría la ha desarrollado muy bien Anna
Calvera en su artículo “La hipótesis de los tres
orígenes” (2010). Por otra parte la historiadora
cubana Lucila Fernández ha propuesto que la
historia del diseño se fije más en los procesos
de modernización que en los procesos de
industrialización, lo cual da pie a la articulación
de nuevos e interesantes relatos históricos.
Qué importancia ha jugado la historia de las ideas
políticas en el desarrollo de la historia del diseño
respecto al desarrollo del producto o del objeto
de diseño, atendiendo en especial al período que
estudias en tu libro Idea y materia (desde fines del
siglo XIX hasta el fin del art nouveau)?
Creo que este período necesita más investigación,
pues se ha estudiado preferentemente desde
el punto de vista estético o tecnológico. Los
historiadores han logrado establecer una relación
muy clara entre los ideales del socialismo y
los programas constructivos y de diseño del
Movimiento Moderno, pero se centran en el
período de entreguerras. Personalmente me
interesó mucho el libro The Grand Domestic
Revolution de Dolores Hayden (1982), que
examina la revisión de la vida doméstica y por lo
tanto del modelo de casa y de ciudad, formulados
a finales del siglo XIX y principios del siglo XX
por las feministas materialistas norteamericanas
cuyas ideas procedían del socialismo utópico.
También cuenta cómo estas políticas fueron
desactivadas en los años veinte por la fuerza
del liberalismo económico. Necesitamos más
estudios en esta dirección.
A partir de lo que plantea en su libro Idea y
materia, ¿se podría entender el diseño como una
expresión de transformación cultural?
Espero que sí. No me gusta pensar que el
diseño es únicamente una expresión de la
transformación tecnológica. Quiero pensar que
también es una expresión del cambio social y
cultural. Espero que las jóvenes generaciones de
diseñadores lo entiendan así.
DNA
Referencias
Calvera, Anna (2010).
La hipótesis de los tres orígenes.
En Varios autores, Diseño e
historia. Tiempo, lugar y discurso.
México: Designio.
Carr, Edward H. (1981). ¿Qué es
la historia? (10ª ed.). Barcelona:
Seix Barral (1° ed. 1961).
Hayden, Dolores (1982).
The Grand Domestic Revolution.
Cambridge: MIT Press.
Margolin, Víctor (1990).
Declaración del congreso
Discovering Design. Chicago:
Universidad de Chicago
(5-6 noviembre, 1990).
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