Iluminado por el fuego

Domingo 14
Mayo 2015
BUENOS AIRES
AÑO 6 - N°322
SUPLEMENTO JOVEN DE
TIEMPO ARGENTINO
A PALOS
´
Iluminado por el fuego
Charlamos con El Pepo de Los Gedes, el último mito de la cumbia:
maduración, aprendizaje y el adiós al falso asado
Además: José Campusano y el cine comunitario | El secreto de Zambayonny | Guerras de la historia
argentina | Poseidótica | Zona Borde | Orquesta Típica Fernández Fierro | Estereotipos
año 6 | nº 322 | 14 de junio de 2015
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Futbol para extraterrestres
Cláusula de confidencialidad
Por Zambayonny
Ilustración: Daniel Caporaletti
Recién ahora que se cumplen nueve años
estoy autorizado a revelar el contenido de
aquel insólito contrato impreso en papel
grueso bajo un membrete oficial que firmé
inocentemente una mañana de otoño con
un bolígrafo dorado en una lujosa oficina escondida en las inmediaciones de Tribunales
sin tomar real dimensión de lo que estaba
haciendo.
En aquel tiempo yo no tenía trabajo estable,
ni dinero, ni ningún tipo de reconocimiento
público que me permitiese tocar en vivo, vender discos o publicar novelas, sin embargo
escribía frenéticamente de manera amateur
y todas las semana nos juntábamos con algunos queridos amigos a leer lo que cada uno
llevaba.
Entre comidas, bebidas y críticas literarias
pasábamos las noches sin que nunca la reunión se extendiera más allá de las ocho de la
mañana salvo rarísimas excepciones ligadas
a algún relato demasiado controvertido o a
algún vino excesivamente malo.
Ya habíamos dejado de apilar kilos (literalmente kilos) de papeles tipeados con la Olivetti y nos habíamos ido adaptando con gusto a escribir en la computadora sin tener que
imprimir, excepto cuando había que mandar
los textos a concursos o llevarlos a esas tertulias noctámbulas.
Entre copas y versos surgió la idea de abrir
un blog y redactar directamente ahí evitándonos el trastorno de que el locutorio no tuviera
hojas Oficio, entre otras incomodidades. Además tenía la ventaja de que en los mismos
comentarios podíamos recrear nuestras conversaciones de manera ordenada y sin salir de
casa. No nos dimos cuenta de que ese era el
comienzo del fin de nuestras reuniones para
siempre y desde entonces el vino barato lo
empezamos a tomar solos brindando patéticamente con el monitor monochrome.
Estereotipos
El fanático de
los emoji
Estereotipo que viene
«El manija de la Copa América»
Si se te ocurre cómo describirlo,
mandá tus ideas a contacto@
niapalos.org o vía Twitter a
@niapalos así lo publicamos.
Algunos meses después los textos que cada
uno publicaba en su blog comenzaron a tener distintas trascendencias. En mi caso era
bastante difícil rastrear la repercusión que
lograba porque cansado de estar emborrachándome solo empecé a inventar distintos
personajes para sentirme acompañado y a
cada uno le asigné un estilo literario diferente con su respectivo seudónimo y su propio
blog. Algunas de estas creaciones eran muy
leídas por usuarios de todo el mundo y hasta
fueron elogiadas en diarios y radios de alcance nacional, mientras que otras apenas sumaban mis propias visitas que yo realizaba a
propósito para que el contador de la página
no mostrara un cero.
Mis amigos se fueron casando, teniendo hijos, prosperando y dejando de escribir, sin
embargo yo estaba cada vez peor y encima
manteniendo con vida a casi una decena de
criaturas virtuales que me consumían las
veinte horas por día que estaba despierto.
Aún hoy todavía mantengo a una o al revés.
En alguna de aquellas mañanas esquizofrénicas, uno de mis personajes recibió un
extraño correo electrónico en su casilla de
Topmail invitándolo a una discreta reunión
laboral. Era la primera vez que a fuerza de
ejercer la literatura recibía una posibilidad
de rentabilidad económica, por lo tanto decidí asistir con mínimas esperanzas.
La cita era en un café frente a la AFA.
El hombre con el que tuve la reunión se sorprendió muchísimo al verme ya que seguramente esperaba encontrarse con alguien diferente al tipo pálido, ojeroso, de pelo largo
desprolijo, barba enorme y ropa vieja que
tenía delante.
-¿Sos vos? -me preguntó preocupado.
-Yo soy todos mis personajes -le respondí por
las dudas.
Ya en confianza algunos años después me
confesó que le di mucho miedo aquella mañana.
Tardé bastante en comprender el asunto porque al principio de la charla eran todos eufemismos y tanteos acerca de mi apego por
la ley y por la trampa. También conversamos
mucho sobre fútbol porque los textos de ese
personaje que había recibido su mail estaban
relacionados con el submundo del espectáculo del balompié.
Al día siguiente me invitó a almorzar a un
famoso restaurante de la calle Libertad donde se nos sumaron dos empresarios más. Ahí
me confesaron que el verdadero dinero del
fútbol estaba en las apuestas, que más de la
mitad de los partidos estaban arreglados y
que no era sencillo dibujar los resultados y
las incidencias para que los encuentros y los
campeonatos no quedaran sospechosamente
calcados.
- Si siempre el batacazo lo da el equipo chico
o si le cobran dos penales en el mismo partido a un grande o si un réferi perjudica demasiado a algún club se va a notar mucho,
por eso hay que ser prudentes y sobre todo
creativos -me explicó uno de ellos con naturalidad.
Parece que mi cara inmutable pasó la prueba porque una semana después firmé el primer contrato de mi vida por dos años con
renovación automática por otros dos y con
una cláusula de confidencialidad por nueve.
Sólo tenía que imaginar partidos. Inventar
resultados, incidencias, situaciones particulares y mandárselos por mail los jueves a la
tarde cada semana a cambio de un sueldo
que me permitió salir a flote y comprarme
una guitarra que afinara.
Los fines de semana me sentaba a ver como
mi criatura tomaba vida en alguna cancha
del país.
A muchos les va a parecer injusto y se van a
enojar al enterarse de esto, pero tengan en
cuenta que durante los ocho campeonatos
en los que trabajé para ellos hubieron ocho
campeones diferentes en el fútbol argentino
y eso no pasó ni antes, ni después. x
•Si tiene más de treinta todavía le dice
“emoticón”.
•Hace un año y medio que no escribe una
frase entera con letras.
•Ejemplo: "Hola mi [emoji de corazón] pudiste
[emoji de teléfono] con Aguas [emoji de bandera
argentina]? Seguimos sin [emoji de tres gotitas
de agua] en el [emoji de edificio]. Avisame
cualquier cosa [emoji de una cara mandando
un beso]”.
•Y así con todo.
•Se divierte con las propagandas de
Personal.
•Banca el proyecto de traducir Cuentos de la
selva a emojis.
•Igual no puso un mango.
•Quiso traducir “El aleph” pero se trabó en
“candente mañana”.
•A la madre le pone mucho ;) :( :) o cosas
similares.
•Le dice bebu a la novia/o.
•Muy amigo de las minas en el secundario.
•De chico veía Chiquititas y Life College.
•Para el fútbol nunca se lo pudo tener en
cuenta.
•Es de compartir mucho en Facebook esas
imágenes que dicen que si siguen la cadena
donan cinco centavos.
•También participó de "la semana de la
poesía" y etiquetó a cuatro amigos que no
le dieron mucha pelota.
•Si es kirchnerista abusa del
•Firmó en Change.org una campaña para
“diversificar los emojis” y que haya más
caras y pulgares arriba de color negro y
levemente amarillo.
•Por supuesto su firma consistió en un [emoji
de pulgar para arriba] [emoji de cara sonriente]
[emoji de cara con corazones en los ojos] [emoji
de fogata] y el inexplicable [emoji de gato con
corazones en los ojos].
•Ve cualquier charla TED que le pongan
delante.
•Suele exagerar mucho con los signos de
exclamación.
•Hace cupcakes.
•Cada vez que puede te mete un Vine.
•Odia a los que mandan mensajes de voz
por Whatsapp.
•También es un poco fanático de los memes.
•Fue a bailar por lo menos tres veces a
Amerika.
•“Soy curioso”, dice su bio de Twitter.
•Tiene Club La Nación y se ríe de los que
usan Clarín 365 y un poco menos de los de
SUBEneficio por corrección política.
•Está inexplicablemente obsesionado/a con
la familia Kardashian.
•Muy fanático de la cultura japonesa.
•Tuvo fotolog.
14 de junio de 2015 | año 6 | nº 322
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Ruido de fondo
Por una nueva historia de la guerra
Por Carlos Godoy
Guerras de la historia argentina, un
libro compilado por el historiador Federico Lorenz, que reúne
15 investigaciones enfocadas en
una selección de conflictos bélicos de la historia argentina (y de
la colonia) es, a fin de cuentas,
una suerte de manifiesto sobre el
abordaje del estudio de la historia desde la perspectiva contemporánea. Lorenz, investigador
que nos tiene acostumbrados a
publicaciones especializados en
la guerra más cercana que experimentamos como sociedad
-la guerra de Malvinas-, anuncia
en la introducción una cuenta
pendiente de la historia como
ciencia con los eventos violentos
del pasado y propone un nuevo
tipo de historia de la guerra, con
el objeto de estudio “guerra”
como un fenómeno cultural y
antropológico. En palabras de
Lorenz:
“Formamos parte de sociedades
que después de un conflicto han
construido una imagen pacífica
de sí mismas, lo que dificulta
aún más la idea de que las guerras y formas de violencia fueron legitimadas y naturalizadas
en otros momentos de la historia (incluso por esas mismas
sociedades)” y hasta se podría
decir por las mismas personas.
Ballard manifiesta en su autobiografía que la gran paradoja
de su vida era el haber estado
de acuerdo con el lanzamiento
de la bomba atómica en Nagasaki porque fue la que le dio la
libertad (él era un niño cautivo
en un campo de concentración
japonés en Shangai). Pero, ¿su libertad costaba 200 mil muertos
en 5 minutos?
Durante estos 15 ensayos que
empiezan en el siglo XVIII a
partir de las batallas entre españoles y portugueses (con los
nativos en medio como fuerza
de ejecución y a su vez como
divergentes ideológicos) y terminan en el siglo XX con la guerra
de Malvinas, pasando por rebeliones nativas, organizaciones
criollas, guerras por la soberanía, guerras de independencia,
guerras territoriales con países
limítrofes y procesos militarizados de construcción territorial,
se pretende demostrar cómo
es que en el tejido de la organización estatal (económica,
política, cultural y social) hay
un factor constante que permite leer esa organización y que
tiene que ver con los modos de
hacer la guerra. Hay un vínculo
-quizás inquietante desde el análisis- dialéctico entre la cultura y
la guerra. Incluso podría leerse
el proyecto estatal de país que
tiene Argentina en la actualidad
desde su fomento a la desmilitarización y manifiesto en contra
de la guerra. Por eso en el libro
hay dos capítulos que se dedican
a pensar, no eventos específicos
de conflictos en guerra, sino la
fenomenología del servicio militar en la historia argentina y un
capítulo final que aborda la problemática de la guerra desde su
representación o reconstrucción
pedagógica en los materiales
históricos.
Guerras de la historia argentina es
un libro que pone en escena un
debate sobre los modos de leer
Guerras de la historia argentina
Federico Lorenz (compilador)
Ariel
360 págs
$269
la historia -que influyen tanto
en fallos judiciales como en la
educación- y sobre aquella vieja
idea de la función de la historia
para no repetir los “errores” del
pasado.×
Vamos a buscar la luz
Por Sebastián Rodríguez Mora
Una banda escucha viejos discos
de vinilo entre las ruinas metropolitanas del último bombardeo
atómico: “Aeroblus / ¡Vamos a buscar la luz!” Sonríen desde adentro
de los yelmos aislantes, golpean
el fuselaje al ritmo de la batería
con sus dedos enguantados. Desmontan el disco de la bandeja,
suben con una última mirada a la
desolación fosforescente, la compuerta de la nave se cierra. Los
motores comienzan la ignición,
un estruendo de hidrógeno y
adiós planeta Tierra. El futuro de
las máquinas, ese que profetizó el
siglo XX y al que imperceptiblemente estamos llegando, tiene su
propio soundtrack.
Poseidótica es una banda equilibrada entre personalidad e influencias. Se trata de un cuarteto
instrumental: Hernán Micieli,
Santiago Rúa (guitarras), Martín
Rodríguez (bajo) y el ex Natas
Walter Broide (batería). El Dilema
del Origen, su cuarto disco de estudio, presenta un interesante
cuento introductorio escrito por
Martín, sociólogo por la UBA y
en parte líder comunicativo de
la formación. En diálogo con él al
respecto, decía: “La influencia de
ciencia ficción se remite más que
nada los clásicos (Asimov, Verne,
Bradbury, Wells, Phillip K. Dick),
pero la idea es dotar de contenido a la obra, que no sólo sea la
música y tenemos la suerte de
que muchos lo comprendan y se
copen con eso.” El disco abre con
unos tambores ancestrales, africanos, para dejar paso al complejo
espacial-siderúrgico que es marca
registrada de Poseidótica. Un recorrido por las tramas distorsionadas y la lingüística del binomio
violero Micieli/Rúa, sostenidos la
base rítmica galopante del bajo y
el talento incontestable de Broide, una araña violenta que justifica por sí sola la entrada para
verlos en vivo. “El Alma de las Máquinas” es la expresión de uno de
los atractivos de esta banda, por
su capacidad para elaborar un
leitmotiv, amasarlo, definirlo y
después doblar la velocidad. Hay
puntos altos con la participación
de Federico Terranova, violinista
de Fútbol, en “Dinastía Nocturna”
(un equilibrio entre la furia metalera y la sensibilidad del violín) y
la épica “Viaje de Agua”, con uno
de los mejores solos de la placa.
Un poco más adelante aparece
la influencia: “AeroRuta” es la
demostración de que Poseidótica
cuenta con la tecnología necesaria para clonar a Pappo. Un soldado universal del rock, mitad hombre mitad máquina tocando su
SG sin entender muy bien a qué
futuro acaba de despertar. “VideoGame”, casi cerrando El Dilema,
parece una pesadilla adentro de
un Sacoa infinito en el que está
tocando Maiden.
Es curioso cómo el gremio del
metal y el rock pesado –adjetivo
ambiguo: expresa bien la densidad y complejidad pero a la vez
lo banaliza- ha lidiado con la obligatoriedad de incluir la voz en sus
composiciones. Dioses dorados
como Ronnie James Dio no abundan. Pero en la escena independiente argentina algunas bandas
(Defórmica y los cordobeses Sur
Oculto, por ejemplo) han decidido cortar por lo sano. Poseidótica
El Dilema del Origen
Poseidótica
poseidotica.bandcamp.com
en El Dilema del Origen ha logrado
quizás la forma más acabada y
refinada de esa evolución. Si casi
todo parece dicho, en algunos espacios ya no es imprescindible la
palabra.×
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año 6 | nº 322 | 14 de junio de 2015
Nota
El Pepo Vuelve
Rubén Darío Castiñeiras, más conocido como El Pepo de Los Gedes, volvió a la cumbia después de una larga temporada preso en Marcos
Paz y Ezeiza. El Pepo y la Superbanda Gedienta es su nuevo grupo, hizo su primera gira en el exterior por Toluca y Monterrey (México), y se
encuentra grabando una película basada en su vida que lo tendrá como protagonista. De las primeras canciones de la discografía de Los
Gedientos del Rock que aseguraban que pertenecía al grupo de los pibes que tomaban querosén, fumaban algún invento y re empastillados
caían al pavimento, hoy pasó a otras que remarcan la ausencia del falso asado, su lucha contra la adicción a la pasta base y la certeza
de que siempre va a tocar cumbia villera. En la siguiente entrevista, el ex líder de Los Gedes habla del alejamiento a los estereotipos del
género, las canciones apropiadas por las hinchadas de fútbol y la militancia, su interés por la política y las olvidadas viejas rencillas del
ambiente. En una versión zen irreconocible, el Pepo está nuevamente entre nosotros.
Por Mariano Zamorano
“Por querer seguir viviendo la vida
que cantaba me caí del Aconcagua
al fondo del mar con la fuerza de
una catarata. Estaba todo el día en
personaje, mi vida musicalmente
era buena pero yo cada vez estaba
peor y llegó un momento que nadie le podía decir al Pepo ‘para un
poco, acá terminamos’. Terminé
preso fallándole a un montón de
gente, pero tengo una nueva oportunidad”. Quien habla es el Pepo,
ex frontman de Los Gedientos del
Rock, y las cámaras que lo graban
en la cancha de Racing son del
programa Cumbia de la Buena que
emitirá Canal Encuentro. El discurso
trabajado y culposo será una constante en este pionero de la cumbia
villera fanático de la Academia, que
camina por la Platea A, habla con
una estatua de Gardel, le pide cigarrillos, canta “El sueño del pibe”
e improvisa una versión tanguera
de su nuevo tema “No hay pasada”
(“Te hiciste mala fama entre los
presos / No pudiste vivir ni con los
transas / Acá no va a colar ningún
sabueso / Metete en el caquero tu
balanza”). “Vengo a la cancha siempre que puedo, hoy tengo show así
que me lo pierdo. Un garrón porque estrenan tema mío los pibes de
la hinchada”, dice. Así fue: pocas
horas después, durante la previa y
el entretiempo del partido contra
Colón, la hinchada de Racing cantó
al ritmo del nuevo corte “Yo te voy
a hacer feliz” “con la celeste y blanca cubriendo mi cuerpo me voy a
morir”, escrita por el Pepo y viralizada en pocas horas por YouTube y
los foros partidarios.
Pepo 2015
Los Gedientos del Rock llevaron
a Pepo al salón de la fama, con la
marca registrada de su voz en los
primeros tres discos grabados en
2002, 2004 y 2007, y el canto ineludible a las drogas y la joda en
clásicos como “Soy un re gede”, “El
tranza”, “Vos de bebé”, “El viejo de
la bolsa”, “Pídeme la frula”, “Nieve
boliviana”, “Mala frula” y un largo
etcétera.
En 2003, en el suplemento NO de
Página/12 te hicieron una nota en
"La cumbia villera no tiene que estar en contra del gobierno, de
la Policía, o de un montón de cosas que cantábamos. Puede
hablar del paco, desde un consumidor que no puede salir, y sigue
siendo cumbia villera. Pasan un montón de cosas en la villa que
también hay que ir a volcar: el descanso con las pibas, el pibe que
lo matan por ir a comprar falopa, el pibe que quiere salir de las
drogas y no puede"
donde llegaba el periodista…
Y yo estaba de gira, estaba durmiendo (tira carcajada). Me había
dormido hacía un rato, había restos
de vino pegoteados en una botella
cortada, me levantaba y desayunaba
cerveza.
No sabía con quién me iba a encontrar.
Estoy mucho más tranquilo, más
responsable, sabiendo lo que genero en los demás. Siendo pibito no
me daba cuenta. El Pepo que tocaba
en los cabaret todavía está y si pinta
ir a alguno vamos (no hay ningún
problema). Pediré permiso e iré. La
esencia no se cambia, lo que uno
puede cambiar es la costumbre de
hacerse pelota. Hoy por hoy como
están los pibes, en base a la experiencia, uno puede tratar que eviten
14 de junio de 2015 | año 6 | nº 322
lo que pasé yo, que me privé de un
montón de cosas durante 6 años.
Aquella vieja nota firmada por Pablo Plotkin demostraba la grieta de
la cumbia villera en la que Pepo se
involucraba. El problema, inmortalizado por Pablo Lescano en la canción “Tres teclados”, era con los integrantes de Pibes Chorros y su líder
Ariel el Traidor, quienes durante una
gira en Jujuy denunciaron un robo
de pertenencias en un hotel, por lo
que la Policía local requisó los bolsos de los huéspedes, entre los que
se encontraban alumnos de 5º año
de viaje de egresados y los integrantes de Los Gedes -también de gira
en aquel momento-. Hay un Pepo
distinto cuando, ahora, asegura que
no le gusta el puterío. “Nosotros no
tenemos problema con ningún fan,
para mí es todo música. Puedo tener
más afinidad con uno que con otro,
por una cuestión de que vivimos
en el mismo barrio con Pablo y el
Traidor es de zona sur. Trato de brindarme para todo el público sea de
Damas Gratis, El Traidor o La Liga.
Esos son problemas que tienen entre ellos, yo no me meto”.
Tenés un discurso masticado, en general culposo, que está presente en
las canciones nuevas. Hay una que
dice que “ya no hay falso asado y
está la parrilla llena”. ¿Es un antes y
un después a la joda que marcaron
Los Gedes?
Estoy muy agradecido a mis psicólogas Mariana y Daniela -una del Complejo Número 1 de Ezeiza y otra de
la Unidad 19- que hicieron mucho,
junto a mis amigos del penal, para
que pueda volver a confiar en mí.
Me liberé de un montón de cosas.
Mil veces hubo asado sin asado en
la parrilla. Y bueno… ya no hay más
falso asado. De manera criolla, no
hay más noches de jarana. Si bien
sigo siendo el mismo, no necesito
consumir nada. No me arrepiento
de los primeros temas de Los Gedes
y tengo los mejores recuerdos musicales. Fue una época muy linda pero
necesitaba darme la oportunidad de
hacer un proyecto propio. Por ahí
hoy no puedo relatar lo mismo que
antes porque el país no es el mismo
ni me pasan las mismas cosas.
El preso que canta
Los años en cárcel están presentes
en todo momento (en 2008 cayó por
tentativa de robo, en 2011 salió por
dos meses pero volvió a caer hasta
fines de 2014 por robar una casa en
Flores, con una salida transitoria
en el medio que lo convirtió en “el
músico que está preso y canta en el
Luna Park”, debido a su participación en un recital de Néstor en Bloque). El Pepo dice que quiere sacar
algo bueno, que lo ayudó a bajar, a
formar tres bandas de cumbia y a
empezar a planificar nuevos proyectos. El sábado 7 de marzo fue su regreso al programa Pasión de Sábado
(al que visitó dos semanas después y
su apodo volvió a ser TT en Twitter),
lo recibieron con un video Gente que
busca gente style en donde una voz
en off con cortina melodramática
repasaba su historia con mensajes
de amigos, la hermana, la mamá, la
madrina y el productor. “¿Cómo no
va a ser fuerte la palabra de mamá?
¿Querés ir a darle un beso, un abrazo? Andá, dale, dame el micrófono”,
le indicó Marcela Baños, conductora del programa, promediando el
show.
5
“Algunos supieron explicar lo que
me pasó y otros lo hicieron a conveniencia de las autoridades que
manejaban el canal. Mis salidas
transitorias fueron un tema de Estado. Si escuchabas TN decías ‘cómo
puede ser que esté preso y salga a
cantar’. Si escuchabas Telenueve era
una explicación más seria, que comentaba que estaba en una casa de
preegreso, que hacía un año estaba
con salidas transitorias, que legalmente estaba en condiciones de gozar de esos beneficios prelaborales.
Yo no iba a trabajar en el kiosco o
en un supermercado chino, yo iba
a seguir haciendo música, y mi juez
lo sabía. Vos no podés tirarle a la
gente ‘está preso y lo dejan cantar
en el Luna Park’. Al que tiene una
oportunidad no lo matés, apoyá la
resocialización, que está dejando de
consumir drogas, dale confianza,
decí que se puede. Vendé eso. Sino
sacá un proyecto de pena de muerte
para los que están presos, porque
una vez que pasás por la cárcel no
podés hacer nada… ¿Con qué nos
quedamos si todo te viene mal?
Armé una banda en la cárcel y había
más de cincuenta pibes probándose
para tocar el bajo, la batería, aprendiendo el güiro y el teclado, cuando
antes muchos estaban afilando un
fierro. Muchas cosas que hice para
poder ganarme el beneficio no se
informaron”.
En el medio, Los Gedes siguieron tocando -Matías Lescano, antes locutor
de la banda, pasó a ocupar el lugar
del Pepo y grabaron dos discos más, las versiones de cancha siguieron
sonando (incluidos los temas que el
Pepo –oriundo de Tigre- había compuesto para la barra del Matador y
"El Pepo canta cumbia porque en el barrio se escuchaba cumbia y es parte de su crecimiento,
pero por su actitud y su forma tiene mucho de estrella de rock. Él escucha mucha música
diferente y lo tiene adentro"
"Yo no iba a trabajar en el kiosco o en un supermercado chino,
yo iba a seguir haciendo música, y mi juez lo sabía. Vos no
podés tirarle a la gente ‘está preso y lo dejan cantar en el
Luna Park’. Al que tiene una oportunidad no lo matés, apoyá
la resocialización, que está dejando de consumir drogas, dale
confianza, decí que se puede. Vendé eso. Sino sacá un proyecto
de pena de muerte para los que están presos, porque una vez
que pasás por la cárcel no podés hacer nada… ¿Con qué nos
quedamos si todo te viene mal?”
hasta algunos adaptados en las tribunas de Colombia), y la canción
“Vos de bebé” del primer disco Con
síndrome de abstinencia fue reversionada por la agrupación kirchnerista
Unidos y Organizados. “Estaba en el
penal y los pibes de Unidos y Organizados venían a dar charlas de derechos humanos. En mi casa estaba
la influencia peronista de mi viejo,
pero yo no viví la época de Perón.
Viví la del tocate el izquierdo y la
de Néstor y Cristina. Tengo muchos
amigos, voy a las marchas (la última
vez fui al Congreso con compañeros
de La Cámpora de Vicente López que
estaban cuando toqué en Pasión de
Sábado). Sé que no van a compartir
mi pensamiento muchos de los que
me escuchan cantar, pero la música
es una cosa y la política es otra. Creo
que nacionalizar le sirve al país, no
bajarse los pantalones con la gente
de afuera también y que deberíamos
estar orgullosos de esta señora que
tenemos como presidenta que más
que ovarios tiene unos huevos bárbaros. Me encanta como mujer, como
presidente, su manera de hablar, no
veo un discurso casettero, sino que la
podés entender. Si hasta se come las
S a veces…”.
El primer disco de Los Gedes salió en
2002, y por esos años fue hit la canción de Damas Gratis que decía “Fernando devolvé la guita que te llevaste al exterior”. 13 años después decís
que marchás encolumnado, en una de
las primeras presentaciones le dedicaste “Bombacha cagada” a la mujer
del juez Griesa. ¿No es contradictorio
considerando que la cumbia villera
nació antiestablishment?
Es que uno vivió esa época como
víctima. Todos fuimos víctimas de
un engaño, de un oportunismo político. Algo parecido a lo que quieren hacer ahora. Vos ves un ideal
radical y otro de derecha y que se
junten para tratar de ganar una
elección, creo que se están dejando
de lado los ideales, y que el día que
gobiernen se van a empezar a notar
las diferencias. El que se quema con
leche ve a una vaca y llora. Hoy muchos sonríen, saben que todo cuesta
y que no por eso hay que bajarse los
pantalones ante una alianza mentirosa. La cumbia villera no tiene que
estar en contra del gobierno, de la
Policía, o de un montón de cosas
que cantábamos. Puede hablar del
paco, desde un consumidor que no
puede salir, y sigue siendo cumbia
villera. Pasan un montón de cosas
en la villa que también hay que ir a
volcar: el descanso con las pibas, el
pibe que lo matan por ir a comprar
falopa, el pibe que quiere salir de las
drogas y no puede. Yo hago un tema
que habla de la pasta base y de los
amigos míos que perdí por la pasta
base.
Atentando el estereotipo
cumbiero
“El Pepo canta cumbia porque en
el barrio se escuchaba cumbia y es
parte de su crecimiento, pero por su
actitud y su forma tiene mucho de
estrella de rock. Él escucha mucha
música diferente y lo tiene adentro.
A fines de los 80 y principios de los
90 el Pepo escuchaba punk rock. Si
pasaste del punk a la cumbia sos un
capo, rompiste todos los prejuicios
que había que romper. Él viene de
esos lados, conoce los cantantes de
rock y por eso digo que tiene toda la
estrella de rock encima”, dice Martín Roisi -más conocido como El Fanta-, quien entre múltiples proyectos
es el productor artístico del nuevo
disco de El Pepo y la Superbanda Gedienta, conduce el programa de radio Cumbia Nacional por FM Pasión,
es una pieza clave en el armado de
la película Alta Cumbia (a estrenar
este año), y prepara un documental
y una película basados en la vida del
ex cantante de Los Gedes.
Si bien dice que ni en pedo se reconoce como estrella, el Pepo destaca el estilo anticumbiero que le
reconocía Pablo Lescano (uno de
sus principales descubridores) y su
admiración por las letras de Los Redondos y El Cuarteto de Nos. “En los
primeros tiempos me acuerdo que
cantaban todos igual. Flor de Piedra,
Yerba Brava, eran todos iguales con
pelo largo y apareció uno con la voz
ronca, los pelos pintados de todos
colores, nada que ver con lo que
había. Uno más normal, a pesar de
todo lo anormal que tenía”.
-A mí me para en la calle gente que
no va a bailar a una bailanta, que
escucha rocanrol, hardcore, punk
y está buenísimo. Yo en 2002 toqué
cumbia en Cemento, antes de un
show de Fidel Nadal. Tengo mucho
de under y rocanrol y eso se nota.
Conozco mucha gente de ese palo y
de años anteriores. Muchos me ven
y me dicen que soy un hijo de puta,
que la pegué… Cuando vean la película no lo van a poder creer.X
año 6 | nº 322 | 14 de junio de 2015
6
Entrevista
del ‘93, cuando el formato que reinaba era el fílmico. Para entonces, estaba muy mal anímicamente. Escribí
ese libro en un mes. Eran contenidos
que estaban bullentes en mi cabeza.
Todos los relatos tienen una base
verídica. No hay ningún relato que
haya sido transcripto al cine, pero la
cadencia narrativa sí es muy parecida a la de mis películas.
El libro incluye un cuento llamado “La
red de los Acevedo”, que aborda la
temática de la trata de personas, un
tema que más adelante recuperarías
en tu película Fantasmas de la ruta.
¿Cómo fue rodar una historia tan jugada en el preciso lugar donde ocurrieron los hechos?
José Celestino Campusano
«La imagen tiene un poder
muy grande»
“Básicamente, cuento en función de lo que conozco”, dice José Celestino Campusano y en esa frase
podría condensarse gran parte de su obra. Abocado a lo que llama un “cine comunitario”, sus películas
navegan entre escenarios y actores “reales”, entre paisajes e historias cercanas y limpias que rompen el
encapsulamiento del mercado y el “cine de autor” y apuestan a una integración de la comunidad con el
séptimo arte. Su último film, Placer y martirio, rompe el habitual universo marginal de su filmografía para
trasladarse a Puerto Madero y poner el ojo crudo de la cámara en función de la narración de la intimidad
de cierta clase alta, entre edificios inteligentes y alegorías al vampirismo. En esta entrevista hablamos de
su visión del cine, la relación entre arte y comunidad, y la búsqueda de una “verdad” colectiva en pantalla.
Por Marcelo Acevedo
Foto: Maia Ottaviano
“¿Subway es una empresa norteamericana? Entonces vamos a otro lado.”
Las palabras de José Celestino Campusano pueden sonar exageradas,
pero en realidad son genuinas y consecuentes con su rechazo a la colonización cultural. El director de Vikingo
y Fantasmas de la ruta -películas de
culto, viscerales, pero con mirada crítica- apuesta por el cine comunitario,
una manera de integrar a la comuni-
dad al séptimo arte, otorgándole un
papel preponderante dentro de sus
producciones.
Campusano evita el yo durante casi
toda la entrevista. Se despoja del ego
con naturalidad y habla constantemente de nosotros para referirse a
todo lo relacionado con su obra.
Este año junto al equipo de Cine Bruto presentaron en el Bafici XVII Placer
y Martirio, una película rupturista
dentro su filmografía, un relato que
se aleja del universo marginal para
adentrarse en la intimidad de cierta
clase alta emplazada entre edificios
de Puerto Madero, narrando una
relación enfermiza con alegorías al
vampirismo desde el epicentro de
uno de los distritos más exclusivos
de nuestro país.
Por estos días prepara además una
película de temática chamánicocarcelaria, que será rodada en la
zona periférica de Bariloche. Como
si fuera poco, también está próximo
a publicar su segundo libro llamado
Cine Bruto detrás de cámara, una especie de diario personal con anécdotas
y reflexiones recopiladas durante un
año de rodaje, lectura que promete
ser de lo más interesante teniendo
en cuenta el cine de guerrilla que
practica Campusano. No por nada su
productora lleva ese nombre.
A mediados de los ‘90 escribiste un
libro de cuentos que fue publicado
muchos años después con el nombre
Mitología marginal argentina. En esos
relatos se intuye el germen de lo que
más adelante serían los argumentos
de tus largometrajes. ¿Planeabas dedicarte a la literatura o desde aquella
época querías ser cineasta?
Estaba considerando ser realizador,
pero en ese momento no tenía los
recursos ni había sabido articular los
procesos de realización. Hablamos
Filmamos en el territorio de la trata:
Ezeiza, Tristán Suarez, Esteban Echeverría, Monte Grande. La ropa fue
donada por policías. Generalmente
tienen ropa usada, insignias viejas, y
cuando participan de alguna película
la donan. Muchos de los actores son
realmente policías. Lo que te pone a
salvo de ciertos desastres de producción es la red de amigos y vecinos
que ya está establecida y funcionando. Basta con que uno empiece a dialogar con esa red y automáticamente
los recursos aparecen. Esta gente
fue totalmente amable, no tuvimos
ningún problema. El tema fue que
filmamos en el territorio de la trata y
hubo varios momentos en los que la
cosa se complicó. Filmamos en prostíbulos reales que habían sido cerrados hacía poco tiempo. Cuando llegamos, estaba todo instalado como
en la última noche. Más verídico que
eso, no existe.
Este aire de crudeza documental y la
verosimilitud de tus relatos parecen
guardar una estrecha relación con la
decisión de filmar en locaciones y con
personajes reales, lo que ustedes llaman hacer cine comunitario.
Totalmente. Hemos mantenido una
fórmula que nunca jamás ha sido
traicionada. Esa fórmula tiene que
ver con integrar a la verdadera comunidad tanto en contenidos, producción, personificación y, posteriormente, difusión. Cada película es un
producto hecho de forma comunitaria. Lo que buscamos es resignificar
los términos “cooperativo” y “comunitario”. Creo que el cine llamado
de entretenimiento o de autor se ha
construido de espaldas a la comunidad; nosotros buscamos revertir eso.
Creemos que se puede filmar invirtiendo esta polaridad, no de cara a lo
monetario y a los estudios, sino de
cara a los vecinos, a las familias, a los
diferentes sectores que componen
nuestra sociedad. Así todo se torna
mucho más horizontal.
Y, de esa manera, logran hacer visibles a ciertos sectores de la sociedad
que suelen ser invisibilizados.
Seguro. Tenemos planeado filmar
una historia sobre barras bravas.
14 de junio de 2015 | año 6 | nº 322
7
"No tengo nada contra los actores,
pero elegimos filmar con la comunidad,
mostramos al humano tal cual es"
nónicas? Para mí no son canónicas,
para mí son energías de muerte, porque la vida es impredecible, y esos
métodos son predecibles. Si nos escucharas a nosotros hablar, notarías
que hablamos distinto, la comunicación es heterogénea. Entonces, ¿por
qué en el cine la comunicación entre
pares tiene que ser homogénea, si
eso no existe? ¡Eso es lo falso, eso es
lo impostado! ¿Por qué no dejan que
las personas hablen en el cine como
en la vida misma? ¿Qué les molesta
tanto? Lo que realmente les molesta
es que los contenidos se les salgan
de control y que no se los consulte
para establecer estos contenidos. Eso
los enfurece y saben que no pueden
hacer nada, porque la comunidad se
manifiesta según otros criterios. Y no
tengo nada contra los actores, pero
elegimos filmar con la comunidad,
mostramos al humano tal cual es.
También una sobre travestis en la
intimidad, que es algo muy distinto
a lo que uno imagina, porque está
todo muy estigmatizado. Se ha insistido mucho con una suerte de
vulgarización y banalización de la
imagen, para que los contenidos no
valgan. En realidad, los contenidos
tienen un valor apabullante: redefinen las cosas. Para ciertos intereses
oscuros es bastante propicio que la
imagen esté devaluada y vapuleada.
Pero la imagen tiene un poder muy
muy grande.
Lamentablemente, las imágenes devaluadas son las que más visibilidad
tienen, replicadas cientos de veces
por día en, por ejemplo, los noticieros
amarillistas.
Suelo decirle a mis colegas que no
les tiene que importar el alcance de
la imagen, porque la imagen hace
su propio camino. Uno puede ver
un noticiero y no le queda nada. En
los noticieros ves banalidad; o sea,
no ves nada. Entonces te acostás creyendo que viste un noticiero y lo que
en realidad viste es una infamia. Eso
es la banalización de la imagen. De
la otra forma, podés hacer un documental que llegado el caso no tenga
miles de espectadores, pero la gente
que lo tenga que ver, lo va a ver. Las
conciencias que tengan que ser informadas se van a enterar. Hay algo
muy interesante que pasa con los
“audiovisualistas” y es el tema de la
traición. Una vez que uno se traiciona, habitualmente por oportunismo,
se rompe algo muy precioso, una
conexión sublime que no se vuelve
a restaurar. Generalmente lo notamos cuando el director comienza a
copiarse a sí mismo. Termina hacien-
do remake sobre remake sobre remake.
Ahí es cuando se traicionó.
Pero también existe un sector del
público y la crítica que supone que la
traición se da cuando el artista cambia de rumbo. Vos mismo has recibido
algunas críticas por dejar de lado los
ambientes marginales y adentrarte
en el mundo de la clase alta en Placer
y martirio.
Por más que le ponga esfuerzo, no
consigo interpretar a esas personas.
Nunca firmé ningún convenio de
nada. No sé quién me puede venir
a exigir algo cuando nunca acepté
que iba a hacer tal cosa o tal otra.
En realidad, ésa es una presunción
totalmente equivocada de alguien
que no es mi patrón. Ese espectador
o ese crítico no es una persona que a
mí me pague para hacer mi trabajo.
Falsa escuadra
Por Romina Sanchez
La historia de la cooperativa Los Chanchitos
es la historia de toda cooperativa, en especial del rubro gastronómico, cuando se encuentra en esa carrera de obstáculos final
en la que se define si el proyecto colapsa o
triunfa: en la que se dirime, sin más, la continuidad de la fuente laboral. Hoy, el restaurante de Villa Crespo es parte de la misma
red –la misma suerte– que Don Battaglia
(Scalabrini Ortiz 802), Mangiata (Ángel Gallardo 1008), La Soleada (Monroe 1800) y Alé
Alé, cuya lucha particular, que derivó en la
mudanza definitiva a Estado de Israel 4503
este año, se trató en este espacio. Y en estos
días, en Los Chanchitos, hubo novedades.
Un par de semanas atrás, entre miércoles y
jueves, los 35 asociados del restaurante cooperativo, junto a las cooperativas adheridas
a la Federación Argentina de Cooperativas de
Entonces, ¿por qué tiene que venir a
exigir que haga lo que quiera? ¿Cómo
piensan que están en condiciones de
exigir algo? No tengo que responder
a esas personas; le tengo que responder a la comunidad. A la comunidad
sí le respondo. Y creo que tanto Placer
y martirio como las anteriores películas cumplen esos principios de integrar a la comunidad.
Se han criticado y alabado en partes
iguales las actuaciones en tus películas. ¿Tenés algún método particular
para dirigir actores?
Totalmente. Es un gran tema. Creo
que nadie podría decir que nuestras
películas no transmiten. El problema
sería si no lo hicieran. ¿Por qué todo
tiene que ser transmitido a través de
métodos, ya sean actorales o de formas narrativas que intentan ser ca-
Las mujeres fuertes son una constante en Cine Bruto. Rara vez tus personajes femeninos se dejan someter.
Incluso en Placer y martirio la protagonista, a pesar de dejarse dominar
por su amante, es una líder que toma
sus propias decisiones y se hace cargo de su vida.
Si el cine en general respetara el
verdadero rol y la verdadera capacidad de la mujer, mis películas no
llamarían la atención por eso, serían
como cualquier otra. En realidad las
mujeres que conozco son de mucho
carácter, muy positivas. Conozco
mujeres muy inteligentes, audaces
y valerosas. Mis compañeras de trabajo y mi pareja son gente que me
despierta mucha admiración. Básicamente, cuento en función de lo que
conozco. La mujer argentina en par-
ticular es una mujer infinitamente
capaz. El tema es que muchas veces
se hacen cargo de su sexualidad, de
su descendencia, de sus decisiones,
y ahí es cuando molesta. Pero yo las
filmo como las conozco.
Después de ver Placer y martirio, surge la sensación de que el relato es,
entre otras cosas, una gran alegoría
del vampirismo. ¿Cuánto hay de cierto en esto?
Es muy clara esa analogía. Placer y
martirio habla de un fenómeno social, un recurso que muchos hemos
utilizado por el cual se genera una
suerte de holograma de uno mismo que tiene ciertas condiciones
que son totalmente artificiosas. ¿Y
para qué sirve? Para ocultarse, porque uno está muerto de miedo. Los
protagonistas de Placer y martirio son
dos personas muertas de miedo, a
tal punto que Kamil no quiere que
Delfina le diga nada de su vida personal porque se pone muy celoso,
culpa de su inseguridad. Lo peor que
le puede pasar es que descubran su
yo real, que tiene problemas. Ambos
generan un estereotipo totalmente
vacío, niegan su identidad, su ser.
Todo este proceso genera una especie de sacrificio que te consume toda
la energía porque no podés permitirte ser vos. Te da terror que los demás
te vean. Entonces, tenés que fingir
todo el tiempo. Cuando estás así no
te podes ver porque te querés ocultar, y si no te podés ver a vos, menos
podés ver tu entorno. Y ahí viene la
cuestión vampírica: ¿de dónde te nutrís?, ¿cómo subsistís? Te nutrís de la
energía de los que te rodean. Y esto
te lleva a un estado de total y absoluta soledad.X
Los Chanchitos, vuelta a empezar
Trabajadores Autogestionados (FACTA), familiares, vecinos y amigos, resistieron la exhibición de los bienes muebles de la empresa
recuperada, que fueron puestos a remate por
disposición del juez Fernando Perillo (Juzgado
Comercial 13, Secretaría 25), por pedido de la
síndico Ana Graciela Ventura y de su abogado
patrocinante, Alberto Solmesky. En esos días,
los trabajadores autogestionados denunciaron la “actitud sistemática de la sindicatura
por entorpecer la actividad de la cooperativa”
e informaron que seguirían resistiendo la exhibición de los bienes, cuyo remate fue previsto para el viernes 5 en la Liga de Rematadores.
De acuerdo a la reformada Ley de Quiebras,
los trabajadores pueden “compensar” los bienes muebles de la empresa quebrada (Pizzanesa S.A.) por los créditos laborales de los que
son beneficiarios en razón de obligaciones incumplidas por la patronal (sueldos atrasados,
aportes previsionales no realizados, preavisos
no pagados, etc.). En ese sentido, entienden en
Villa Crespo, resulta sorprendente que tenien-
do los trabajadores 343.000 pesos a su favor y
habiendo sido valuados los bienes muebles
en 297.000 pesos, estos pasaran a remate,
máxime teniendo en cuenta su mal estado.
Esa semana, los cooperativistas agregaron otros datos que resultan paradójicos:
la síndico pidió, y el juzgado aprobó, el
pago de “un canon locativo de 125.000
pesos por el uso de los bienes muebles”
durante el período que lleva en funciones
la cooperativa y se fijó que, en caso de ser
la cooperativa la ganadora del remate, los
trabajadores abonaran “en el momento y
al contado” un 20 por ciento en concepto
de comisiones. “Tuvimos que pagar 6.000
pesos para sacar una camioneta que había
quedado abandonada en un taller mecánico, y reparar una cámara frigorífica, una
cocina, una fritadora, porque la patronal
no arreglaba las cosas. También estamos
haciéndonos cargo del pago de la cochera
donde está guardada una camioneta que
el Juzgado mantiene secuestrada”, contó
José Pereyra, presidente de la cooperativa.
El 25 de abril de 2013 los trabajadores comenzaron a autogestionar el restaurante de Ángel
Gallardo 601, esquina Leopoldo Marechal, y
al mes, formaron una cooperativa formal,
abriendo sus puertas de lunes a lunes. Y el
viernes 5 llegó finalmente el remate judicial:
los trabajadores de la cooperativa gastronómica resultaron ser los únicos oferentes de
los bienes y el mobiliario que se subastó. Así,
la cooperativa compensó los créditos laborales y se convirtió en dueña legal y legítima:
desde ese día, todas las sillas, mesas, muebles, heladeras, cocinas, aires acondicionados y hasta una camioneta y dos motos forman parte de los bienes de los trabajadores.
Decía José Pereyra, emocionado: "No podíamos creer cómo la Justicia y el síndico
nos pusieron palos en la rueda. Estoy muy
agradecido a todos los que nos acompañaron. Ahora –mencionó con la voz entrecortada– podemos empezar a planear nuevos
proyectos: ahora tenemos un futuro”.X
año 6 | nº 322 | 14 de junio de 2015
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La mala leche
La salidera
Busco mi destino
PorAgustín Mango*
(@agusmango)
El timing no podría haber sido mejor.
Todo empezó cuando Ignacio Viale le
ofreció al hoy productor Axel Kuschevatzky los derechos para hacer una
remake de alguna de las películas
de su abuelo Daniel Tinayre. Kuschevatzky no dudó y eligió La patota, el
melodrama que en su momento protagonizó Mirtha Legrand como una
profesora de filosofía víctima de una
bandita de los barrios bajos. Para dirigirla llamó a Santiago Mitre, que después de El estudiante estaba listo para
entrar en el mainstream. Mitre, a su
vez, se juntó con Mariano Llinás, su
socio guionista en El estudiante, para
aggiornar la historia. El resultado fue
uno de los guiones más inteligentes
del cine argentino reciente, que llega
en un momento justo.
La patota viene desde Cannes y se
mete en la Argentina del #NiUnaMenos con un planteo ético-político
acerca del lugar de la mujer incomodo para una sociedad en la que el
zeitgeist local está intentando virar,
establecer un límite, cambiar una
percepción social de las relaciones
entre hombres y mujeres que cada
tanto (muy a menudo) resulta con
una chica desaparecida y encontrada
adentro de una bolsa de basura. Asesinada. Anulada. Víctima.
Si el timing no podría haber sido mejor, su título sí, y de hecho lo será: en
cualquier otro lado del mundo, donde La patota se estrenará como Paulina. El temita del lunfardo intraducible le viene como anillo al dedo a una
razón más legítima: La patota tiene
mucho menos que ver con la banda
de “pobres hijos de puta” que violan a la hija de un juez de provincia,
que con Paulina, esa abogada joven,
hermosa, idealista que en la versión
Mitre-Llinás va a enseñarles política
a alumnos de una escuela rural en
la Mesopotamia más marginal. Es
Paulina y no La patota porque poco importa quiénes son los que la integran,
de dónde vienen, o por qué deciden
-error, venganza, “violencia social”,
o porque sí- atacar a una mina que
confunden con otra y violarla una noche, borrachos, en medio de la selva,
y dejarla tirada. Indefensa. Anulada.
Víctima.
En La patota lo que importa –y todo lo
que importa– es la Paulina de Dolores Fonzi, que acá pega un innegable
salto en su rango de interpretación.
En La patota, a medida que avanza la
historia, el foco empieza a estar en lo
que sucede dentro de su cabeza que,
ante todo, pelea por el derecho a decidir. A decidir, primero, qué fue lo que
le pasó. A pensar qué significa esa
experiencia límite. Y a decidir qué
hacer con eso. ¿Cómo volver a tomar
las riendas y seguir?
Paulina es la protagonista de una película que no se queda en una arquetípica fábula ética, y mete el dedo en
las llagas de sus personajes sin que su
guión –de matices densos y precisos,
de una dicción y fluidez notable– jamás los juzgue. Mitre y Llinás no
transforman al lúcido, comprensivo
y considerado juez-padre de Paulina
en un caricaturesco padre progresista a
lo Capusotto. El personaje que interpreta Oscar Martínez (im-pe-ca-ble) es
el verdadero antagonista de su hija,
y en este melodrama moderno funciona como caja de resonancia de los
elementos más dramáticos y terribles
que tiene la historia. Por el límite con
el que se encuentra. Un juez que no
puede impartir justicia, decidir sobre
la vida de otro. Ni la de los victimarios de su hija, ni -acá una verdadera
tragedia- sobre la de su hija, aunque
sea con las mejores intenciones. La
disputa entre Paulina y su padre es,
claro, ideológica. Y micropolítica.
Parece ser que el director ahora está
trabajando en un guión sobre la intimidad de una cumbre presidencial.
La breve filmografía de Mitre como
los primeros volúmenes de un tratado sobre el poder.
“Cuando hay pobres en el medio la
justicia no busca la verdad, busca culpables”, le dice Paulina a su padre-juez,
diferenciándose, y poniendo la J y la V
mayúsculas. Mitre y Llinás sabiamente
volantean los lugares comunes, aunque
a veces sus propios personajes no puedan evitarlo y como autitos chocadores
del purismo se la peguen con algunas
-pocas- bajadas de línea como esa. Quizás una de las razones sea que el escenario real del agon trágico de La patota
es menos la villa y la tierra roja del NEA
que las oficinas con mesita de whisky y
hielera, los juzgados de provincia, y las
dependencias policiales.
De todas maneras, el crimen que menos le importa a Mitre y Llinás es la
violación de Paulina. Hay un momento
en la película después de la violación a
partir del cual ella vuelve a ser víctima,
esta vez de un crimen que “todos” cometen: negarle su inapelable y absoluta
autonomía (siempre con las mejores
intenciones). Coartar la soberanía sobre
su cuerpo, sí, pero sobre todo su inviolable poder de decidir su camino –equivocadamente o no, porque la grandeza
de La patota radica en que tampoco inhabilita pensar que lo que hace Paulina
está mal. El final no es tanto la resolución de un conflicto sino el planteo de
una discusión incomoda, el comienzo
de un intento de síntesis imposible,
pero por eso es un final tan luminoso
como trágico. Porque Paulina –equivocada o no– camina libre, valiente, segura, pero no sabemos hacia dónde. Ella
tampoco. Pero camina.
*corresponsal The Hollywood Reporter, crítico de cineX
Eventos, lanzamientos, recomendaciones
Zona Borde
En enero de este año nació un nuevo proyecto editorial
llamado Zona Borde. Sus responsables, la directora
editorial Laura Massolo y el editor Juan José Burzi,
lo resumen como un sello con un objetivo “sencillo
pero ambicioso: conformar un catálogo heterogéneo
con textos que se destaquen por su forma y/o por su
contenido.” La idea, nos cuenta Burzi, es construir
“un espacio para editar, en esencia, material que nos
interese ver impreso. Pueden ser autores con trayectoria
y renombre o autores que están editando su primeros
libros. La premisa es que, ya sea por la forma literaria
y/o por su contenido, tenemos que sentir la necesidad
de contar con ese título en el catálogo.” Cuatro son
los títulos que llevan editados este año: Agua, de Ariel
Bermani, pequeñas criaturas de lo incesante, de Laura
Yasán, Viaje a casa, de Pablo Pedroso, Pictografías, de
Martín Di Lisio, y Te “voy contar”, relatos del ser armenio,
un volumen de cuentos de Juan Carlos Balassanian.
Para el año que viene, Zona Borde planea un número
similar de ediciones, entre los que se cuentan algunos
autores extranjeros. Más información en
www.zonaborde.com.ar
Orquesta Típica Fernández Fierro
Un clásico porteño, la Fernández Fierro arrancó
junio con una serie de recitales en su ya mítico Club
Atlético Fernández Fierro. En esta nueva tanda de
presentaciones, la OTFF seguirá recorriendo temas de
su último disco En vivo, séptima placa en la extensa
carrera de esta agrupación de trece integrantes y
la primera con Julieta Laso como cantante. El disco
fue grabado entre abril y mayo de 2014 a modo de
celebración por los diez años de vida del club, sala que
administra y programa la propia orquesta y que se ha
transformado en un referente ineludible del circuito de
Staff
Director
Federico Scigliano
Editor
Diego Sanchez
Redactores
Pablo Móbili
Martín Rodríguez
Emiliano Flores
Franco Dorio
Julián Eyzaguirre
Romina Sánchez
Diseño original
Nizo Mauas
Arte
Diego Paladino
Fotografía
Patrick Haar
clubes con música de la ciudad, lo que hace a estos
shows una suerte de celebración de la celebración de
un espacio insoslayable de la noche porteña. El ciclo,
además, actúa como una especie de banda sonora de
un año muy movido para la OTFF: acaba de ser parte
del line-up de la edición chilena del Festival Womad de
Peter Gabriel, del Festival Lollapalooza y realizará una
gira por Canadá y Europa. Los shows serán todos los
miércoles de junio y los sábados 13 y 27 en Sánchez de
Bustamante 772 (CABA). Entradas a $120. Más info en:
www.fernandezfierro.com
Redacción:
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