Domingo 14 Mayo 2015 BUENOS AIRES AÑO 6 - N°322 SUPLEMENTO JOVEN DE TIEMPO ARGENTINO A PALOS ´ Iluminado por el fuego Charlamos con El Pepo de Los Gedes, el último mito de la cumbia: maduración, aprendizaje y el adiós al falso asado Además: José Campusano y el cine comunitario | El secreto de Zambayonny | Guerras de la historia argentina | Poseidótica | Zona Borde | Orquesta Típica Fernández Fierro | Estereotipos año 6 | nº 322 | 14 de junio de 2015 2 Futbol para extraterrestres Cláusula de confidencialidad Por Zambayonny Ilustración: Daniel Caporaletti Recién ahora que se cumplen nueve años estoy autorizado a revelar el contenido de aquel insólito contrato impreso en papel grueso bajo un membrete oficial que firmé inocentemente una mañana de otoño con un bolígrafo dorado en una lujosa oficina escondida en las inmediaciones de Tribunales sin tomar real dimensión de lo que estaba haciendo. En aquel tiempo yo no tenía trabajo estable, ni dinero, ni ningún tipo de reconocimiento público que me permitiese tocar en vivo, vender discos o publicar novelas, sin embargo escribía frenéticamente de manera amateur y todas las semana nos juntábamos con algunos queridos amigos a leer lo que cada uno llevaba. Entre comidas, bebidas y críticas literarias pasábamos las noches sin que nunca la reunión se extendiera más allá de las ocho de la mañana salvo rarísimas excepciones ligadas a algún relato demasiado controvertido o a algún vino excesivamente malo. Ya habíamos dejado de apilar kilos (literalmente kilos) de papeles tipeados con la Olivetti y nos habíamos ido adaptando con gusto a escribir en la computadora sin tener que imprimir, excepto cuando había que mandar los textos a concursos o llevarlos a esas tertulias noctámbulas. Entre copas y versos surgió la idea de abrir un blog y redactar directamente ahí evitándonos el trastorno de que el locutorio no tuviera hojas Oficio, entre otras incomodidades. Además tenía la ventaja de que en los mismos comentarios podíamos recrear nuestras conversaciones de manera ordenada y sin salir de casa. No nos dimos cuenta de que ese era el comienzo del fin de nuestras reuniones para siempre y desde entonces el vino barato lo empezamos a tomar solos brindando patéticamente con el monitor monochrome. Estereotipos El fanático de los emoji Estereotipo que viene «El manija de la Copa América» Si se te ocurre cómo describirlo, mandá tus ideas a contacto@ niapalos.org o vía Twitter a @niapalos así lo publicamos. Algunos meses después los textos que cada uno publicaba en su blog comenzaron a tener distintas trascendencias. En mi caso era bastante difícil rastrear la repercusión que lograba porque cansado de estar emborrachándome solo empecé a inventar distintos personajes para sentirme acompañado y a cada uno le asigné un estilo literario diferente con su respectivo seudónimo y su propio blog. Algunas de estas creaciones eran muy leídas por usuarios de todo el mundo y hasta fueron elogiadas en diarios y radios de alcance nacional, mientras que otras apenas sumaban mis propias visitas que yo realizaba a propósito para que el contador de la página no mostrara un cero. Mis amigos se fueron casando, teniendo hijos, prosperando y dejando de escribir, sin embargo yo estaba cada vez peor y encima manteniendo con vida a casi una decena de criaturas virtuales que me consumían las veinte horas por día que estaba despierto. Aún hoy todavía mantengo a una o al revés. En alguna de aquellas mañanas esquizofrénicas, uno de mis personajes recibió un extraño correo electrónico en su casilla de Topmail invitándolo a una discreta reunión laboral. Era la primera vez que a fuerza de ejercer la literatura recibía una posibilidad de rentabilidad económica, por lo tanto decidí asistir con mínimas esperanzas. La cita era en un café frente a la AFA. El hombre con el que tuve la reunión se sorprendió muchísimo al verme ya que seguramente esperaba encontrarse con alguien diferente al tipo pálido, ojeroso, de pelo largo desprolijo, barba enorme y ropa vieja que tenía delante. -¿Sos vos? -me preguntó preocupado. -Yo soy todos mis personajes -le respondí por las dudas. Ya en confianza algunos años después me confesó que le di mucho miedo aquella mañana. Tardé bastante en comprender el asunto porque al principio de la charla eran todos eufemismos y tanteos acerca de mi apego por la ley y por la trampa. También conversamos mucho sobre fútbol porque los textos de ese personaje que había recibido su mail estaban relacionados con el submundo del espectáculo del balompié. Al día siguiente me invitó a almorzar a un famoso restaurante de la calle Libertad donde se nos sumaron dos empresarios más. Ahí me confesaron que el verdadero dinero del fútbol estaba en las apuestas, que más de la mitad de los partidos estaban arreglados y que no era sencillo dibujar los resultados y las incidencias para que los encuentros y los campeonatos no quedaran sospechosamente calcados. - Si siempre el batacazo lo da el equipo chico o si le cobran dos penales en el mismo partido a un grande o si un réferi perjudica demasiado a algún club se va a notar mucho, por eso hay que ser prudentes y sobre todo creativos -me explicó uno de ellos con naturalidad. Parece que mi cara inmutable pasó la prueba porque una semana después firmé el primer contrato de mi vida por dos años con renovación automática por otros dos y con una cláusula de confidencialidad por nueve. Sólo tenía que imaginar partidos. Inventar resultados, incidencias, situaciones particulares y mandárselos por mail los jueves a la tarde cada semana a cambio de un sueldo que me permitió salir a flote y comprarme una guitarra que afinara. Los fines de semana me sentaba a ver como mi criatura tomaba vida en alguna cancha del país. A muchos les va a parecer injusto y se van a enojar al enterarse de esto, pero tengan en cuenta que durante los ocho campeonatos en los que trabajé para ellos hubieron ocho campeones diferentes en el fútbol argentino y eso no pasó ni antes, ni después. x •Si tiene más de treinta todavía le dice “emoticón”. •Hace un año y medio que no escribe una frase entera con letras. •Ejemplo: "Hola mi [emoji de corazón] pudiste [emoji de teléfono] con Aguas [emoji de bandera argentina]? Seguimos sin [emoji de tres gotitas de agua] en el [emoji de edificio]. Avisame cualquier cosa [emoji de una cara mandando un beso]”. •Y así con todo. •Se divierte con las propagandas de Personal. •Banca el proyecto de traducir Cuentos de la selva a emojis. •Igual no puso un mango. •Quiso traducir “El aleph” pero se trabó en “candente mañana”. •A la madre le pone mucho ;) :( :) o cosas similares. •Le dice bebu a la novia/o. •Muy amigo de las minas en el secundario. •De chico veía Chiquititas y Life College. •Para el fútbol nunca se lo pudo tener en cuenta. •Es de compartir mucho en Facebook esas imágenes que dicen que si siguen la cadena donan cinco centavos. •También participó de "la semana de la poesía" y etiquetó a cuatro amigos que no le dieron mucha pelota. •Si es kirchnerista abusa del •Firmó en Change.org una campaña para “diversificar los emojis” y que haya más caras y pulgares arriba de color negro y levemente amarillo. •Por supuesto su firma consistió en un [emoji de pulgar para arriba] [emoji de cara sonriente] [emoji de cara con corazones en los ojos] [emoji de fogata] y el inexplicable [emoji de gato con corazones en los ojos]. •Ve cualquier charla TED que le pongan delante. •Suele exagerar mucho con los signos de exclamación. •Hace cupcakes. •Cada vez que puede te mete un Vine. •Odia a los que mandan mensajes de voz por Whatsapp. •También es un poco fanático de los memes. •Fue a bailar por lo menos tres veces a Amerika. •“Soy curioso”, dice su bio de Twitter. •Tiene Club La Nación y se ríe de los que usan Clarín 365 y un poco menos de los de SUBEneficio por corrección política. •Está inexplicablemente obsesionado/a con la familia Kardashian. •Muy fanático de la cultura japonesa. •Tuvo fotolog. 14 de junio de 2015 | año 6 | nº 322 3 Ruido de fondo Por una nueva historia de la guerra Por Carlos Godoy Guerras de la historia argentina, un libro compilado por el historiador Federico Lorenz, que reúne 15 investigaciones enfocadas en una selección de conflictos bélicos de la historia argentina (y de la colonia) es, a fin de cuentas, una suerte de manifiesto sobre el abordaje del estudio de la historia desde la perspectiva contemporánea. Lorenz, investigador que nos tiene acostumbrados a publicaciones especializados en la guerra más cercana que experimentamos como sociedad -la guerra de Malvinas-, anuncia en la introducción una cuenta pendiente de la historia como ciencia con los eventos violentos del pasado y propone un nuevo tipo de historia de la guerra, con el objeto de estudio “guerra” como un fenómeno cultural y antropológico. En palabras de Lorenz: “Formamos parte de sociedades que después de un conflicto han construido una imagen pacífica de sí mismas, lo que dificulta aún más la idea de que las guerras y formas de violencia fueron legitimadas y naturalizadas en otros momentos de la historia (incluso por esas mismas sociedades)” y hasta se podría decir por las mismas personas. Ballard manifiesta en su autobiografía que la gran paradoja de su vida era el haber estado de acuerdo con el lanzamiento de la bomba atómica en Nagasaki porque fue la que le dio la libertad (él era un niño cautivo en un campo de concentración japonés en Shangai). Pero, ¿su libertad costaba 200 mil muertos en 5 minutos? Durante estos 15 ensayos que empiezan en el siglo XVIII a partir de las batallas entre españoles y portugueses (con los nativos en medio como fuerza de ejecución y a su vez como divergentes ideológicos) y terminan en el siglo XX con la guerra de Malvinas, pasando por rebeliones nativas, organizaciones criollas, guerras por la soberanía, guerras de independencia, guerras territoriales con países limítrofes y procesos militarizados de construcción territorial, se pretende demostrar cómo es que en el tejido de la organización estatal (económica, política, cultural y social) hay un factor constante que permite leer esa organización y que tiene que ver con los modos de hacer la guerra. Hay un vínculo -quizás inquietante desde el análisis- dialéctico entre la cultura y la guerra. Incluso podría leerse el proyecto estatal de país que tiene Argentina en la actualidad desde su fomento a la desmilitarización y manifiesto en contra de la guerra. Por eso en el libro hay dos capítulos que se dedican a pensar, no eventos específicos de conflictos en guerra, sino la fenomenología del servicio militar en la historia argentina y un capítulo final que aborda la problemática de la guerra desde su representación o reconstrucción pedagógica en los materiales históricos. Guerras de la historia argentina es un libro que pone en escena un debate sobre los modos de leer Guerras de la historia argentina Federico Lorenz (compilador) Ariel 360 págs $269 la historia -que influyen tanto en fallos judiciales como en la educación- y sobre aquella vieja idea de la función de la historia para no repetir los “errores” del pasado.× Vamos a buscar la luz Por Sebastián Rodríguez Mora Una banda escucha viejos discos de vinilo entre las ruinas metropolitanas del último bombardeo atómico: “Aeroblus / ¡Vamos a buscar la luz!” Sonríen desde adentro de los yelmos aislantes, golpean el fuselaje al ritmo de la batería con sus dedos enguantados. Desmontan el disco de la bandeja, suben con una última mirada a la desolación fosforescente, la compuerta de la nave se cierra. Los motores comienzan la ignición, un estruendo de hidrógeno y adiós planeta Tierra. El futuro de las máquinas, ese que profetizó el siglo XX y al que imperceptiblemente estamos llegando, tiene su propio soundtrack. Poseidótica es una banda equilibrada entre personalidad e influencias. Se trata de un cuarteto instrumental: Hernán Micieli, Santiago Rúa (guitarras), Martín Rodríguez (bajo) y el ex Natas Walter Broide (batería). El Dilema del Origen, su cuarto disco de estudio, presenta un interesante cuento introductorio escrito por Martín, sociólogo por la UBA y en parte líder comunicativo de la formación. En diálogo con él al respecto, decía: “La influencia de ciencia ficción se remite más que nada los clásicos (Asimov, Verne, Bradbury, Wells, Phillip K. Dick), pero la idea es dotar de contenido a la obra, que no sólo sea la música y tenemos la suerte de que muchos lo comprendan y se copen con eso.” El disco abre con unos tambores ancestrales, africanos, para dejar paso al complejo espacial-siderúrgico que es marca registrada de Poseidótica. Un recorrido por las tramas distorsionadas y la lingüística del binomio violero Micieli/Rúa, sostenidos la base rítmica galopante del bajo y el talento incontestable de Broide, una araña violenta que justifica por sí sola la entrada para verlos en vivo. “El Alma de las Máquinas” es la expresión de uno de los atractivos de esta banda, por su capacidad para elaborar un leitmotiv, amasarlo, definirlo y después doblar la velocidad. Hay puntos altos con la participación de Federico Terranova, violinista de Fútbol, en “Dinastía Nocturna” (un equilibrio entre la furia metalera y la sensibilidad del violín) y la épica “Viaje de Agua”, con uno de los mejores solos de la placa. Un poco más adelante aparece la influencia: “AeroRuta” es la demostración de que Poseidótica cuenta con la tecnología necesaria para clonar a Pappo. Un soldado universal del rock, mitad hombre mitad máquina tocando su SG sin entender muy bien a qué futuro acaba de despertar. “VideoGame”, casi cerrando El Dilema, parece una pesadilla adentro de un Sacoa infinito en el que está tocando Maiden. Es curioso cómo el gremio del metal y el rock pesado –adjetivo ambiguo: expresa bien la densidad y complejidad pero a la vez lo banaliza- ha lidiado con la obligatoriedad de incluir la voz en sus composiciones. Dioses dorados como Ronnie James Dio no abundan. Pero en la escena independiente argentina algunas bandas (Defórmica y los cordobeses Sur Oculto, por ejemplo) han decidido cortar por lo sano. Poseidótica El Dilema del Origen Poseidótica poseidotica.bandcamp.com en El Dilema del Origen ha logrado quizás la forma más acabada y refinada de esa evolución. Si casi todo parece dicho, en algunos espacios ya no es imprescindible la palabra.× 4 año 6 | nº 322 | 14 de junio de 2015 Nota El Pepo Vuelve Rubén Darío Castiñeiras, más conocido como El Pepo de Los Gedes, volvió a la cumbia después de una larga temporada preso en Marcos Paz y Ezeiza. El Pepo y la Superbanda Gedienta es su nuevo grupo, hizo su primera gira en el exterior por Toluca y Monterrey (México), y se encuentra grabando una película basada en su vida que lo tendrá como protagonista. De las primeras canciones de la discografía de Los Gedientos del Rock que aseguraban que pertenecía al grupo de los pibes que tomaban querosén, fumaban algún invento y re empastillados caían al pavimento, hoy pasó a otras que remarcan la ausencia del falso asado, su lucha contra la adicción a la pasta base y la certeza de que siempre va a tocar cumbia villera. En la siguiente entrevista, el ex líder de Los Gedes habla del alejamiento a los estereotipos del género, las canciones apropiadas por las hinchadas de fútbol y la militancia, su interés por la política y las olvidadas viejas rencillas del ambiente. En una versión zen irreconocible, el Pepo está nuevamente entre nosotros. Por Mariano Zamorano “Por querer seguir viviendo la vida que cantaba me caí del Aconcagua al fondo del mar con la fuerza de una catarata. Estaba todo el día en personaje, mi vida musicalmente era buena pero yo cada vez estaba peor y llegó un momento que nadie le podía decir al Pepo ‘para un poco, acá terminamos’. Terminé preso fallándole a un montón de gente, pero tengo una nueva oportunidad”. Quien habla es el Pepo, ex frontman de Los Gedientos del Rock, y las cámaras que lo graban en la cancha de Racing son del programa Cumbia de la Buena que emitirá Canal Encuentro. El discurso trabajado y culposo será una constante en este pionero de la cumbia villera fanático de la Academia, que camina por la Platea A, habla con una estatua de Gardel, le pide cigarrillos, canta “El sueño del pibe” e improvisa una versión tanguera de su nuevo tema “No hay pasada” (“Te hiciste mala fama entre los presos / No pudiste vivir ni con los transas / Acá no va a colar ningún sabueso / Metete en el caquero tu balanza”). “Vengo a la cancha siempre que puedo, hoy tengo show así que me lo pierdo. Un garrón porque estrenan tema mío los pibes de la hinchada”, dice. Así fue: pocas horas después, durante la previa y el entretiempo del partido contra Colón, la hinchada de Racing cantó al ritmo del nuevo corte “Yo te voy a hacer feliz” “con la celeste y blanca cubriendo mi cuerpo me voy a morir”, escrita por el Pepo y viralizada en pocas horas por YouTube y los foros partidarios. Pepo 2015 Los Gedientos del Rock llevaron a Pepo al salón de la fama, con la marca registrada de su voz en los primeros tres discos grabados en 2002, 2004 y 2007, y el canto ineludible a las drogas y la joda en clásicos como “Soy un re gede”, “El tranza”, “Vos de bebé”, “El viejo de la bolsa”, “Pídeme la frula”, “Nieve boliviana”, “Mala frula” y un largo etcétera. En 2003, en el suplemento NO de Página/12 te hicieron una nota en "La cumbia villera no tiene que estar en contra del gobierno, de la Policía, o de un montón de cosas que cantábamos. Puede hablar del paco, desde un consumidor que no puede salir, y sigue siendo cumbia villera. Pasan un montón de cosas en la villa que también hay que ir a volcar: el descanso con las pibas, el pibe que lo matan por ir a comprar falopa, el pibe que quiere salir de las drogas y no puede" donde llegaba el periodista… Y yo estaba de gira, estaba durmiendo (tira carcajada). Me había dormido hacía un rato, había restos de vino pegoteados en una botella cortada, me levantaba y desayunaba cerveza. No sabía con quién me iba a encontrar. Estoy mucho más tranquilo, más responsable, sabiendo lo que genero en los demás. Siendo pibito no me daba cuenta. El Pepo que tocaba en los cabaret todavía está y si pinta ir a alguno vamos (no hay ningún problema). Pediré permiso e iré. La esencia no se cambia, lo que uno puede cambiar es la costumbre de hacerse pelota. Hoy por hoy como están los pibes, en base a la experiencia, uno puede tratar que eviten 14 de junio de 2015 | año 6 | nº 322 lo que pasé yo, que me privé de un montón de cosas durante 6 años. Aquella vieja nota firmada por Pablo Plotkin demostraba la grieta de la cumbia villera en la que Pepo se involucraba. El problema, inmortalizado por Pablo Lescano en la canción “Tres teclados”, era con los integrantes de Pibes Chorros y su líder Ariel el Traidor, quienes durante una gira en Jujuy denunciaron un robo de pertenencias en un hotel, por lo que la Policía local requisó los bolsos de los huéspedes, entre los que se encontraban alumnos de 5º año de viaje de egresados y los integrantes de Los Gedes -también de gira en aquel momento-. Hay un Pepo distinto cuando, ahora, asegura que no le gusta el puterío. “Nosotros no tenemos problema con ningún fan, para mí es todo música. Puedo tener más afinidad con uno que con otro, por una cuestión de que vivimos en el mismo barrio con Pablo y el Traidor es de zona sur. Trato de brindarme para todo el público sea de Damas Gratis, El Traidor o La Liga. Esos son problemas que tienen entre ellos, yo no me meto”. Tenés un discurso masticado, en general culposo, que está presente en las canciones nuevas. Hay una que dice que “ya no hay falso asado y está la parrilla llena”. ¿Es un antes y un después a la joda que marcaron Los Gedes? Estoy muy agradecido a mis psicólogas Mariana y Daniela -una del Complejo Número 1 de Ezeiza y otra de la Unidad 19- que hicieron mucho, junto a mis amigos del penal, para que pueda volver a confiar en mí. Me liberé de un montón de cosas. Mil veces hubo asado sin asado en la parrilla. Y bueno… ya no hay más falso asado. De manera criolla, no hay más noches de jarana. Si bien sigo siendo el mismo, no necesito consumir nada. No me arrepiento de los primeros temas de Los Gedes y tengo los mejores recuerdos musicales. Fue una época muy linda pero necesitaba darme la oportunidad de hacer un proyecto propio. Por ahí hoy no puedo relatar lo mismo que antes porque el país no es el mismo ni me pasan las mismas cosas. El preso que canta Los años en cárcel están presentes en todo momento (en 2008 cayó por tentativa de robo, en 2011 salió por dos meses pero volvió a caer hasta fines de 2014 por robar una casa en Flores, con una salida transitoria en el medio que lo convirtió en “el músico que está preso y canta en el Luna Park”, debido a su participación en un recital de Néstor en Bloque). El Pepo dice que quiere sacar algo bueno, que lo ayudó a bajar, a formar tres bandas de cumbia y a empezar a planificar nuevos proyectos. El sábado 7 de marzo fue su regreso al programa Pasión de Sábado (al que visitó dos semanas después y su apodo volvió a ser TT en Twitter), lo recibieron con un video Gente que busca gente style en donde una voz en off con cortina melodramática repasaba su historia con mensajes de amigos, la hermana, la mamá, la madrina y el productor. “¿Cómo no va a ser fuerte la palabra de mamá? ¿Querés ir a darle un beso, un abrazo? Andá, dale, dame el micrófono”, le indicó Marcela Baños, conductora del programa, promediando el show. 5 “Algunos supieron explicar lo que me pasó y otros lo hicieron a conveniencia de las autoridades que manejaban el canal. Mis salidas transitorias fueron un tema de Estado. Si escuchabas TN decías ‘cómo puede ser que esté preso y salga a cantar’. Si escuchabas Telenueve era una explicación más seria, que comentaba que estaba en una casa de preegreso, que hacía un año estaba con salidas transitorias, que legalmente estaba en condiciones de gozar de esos beneficios prelaborales. Yo no iba a trabajar en el kiosco o en un supermercado chino, yo iba a seguir haciendo música, y mi juez lo sabía. Vos no podés tirarle a la gente ‘está preso y lo dejan cantar en el Luna Park’. Al que tiene una oportunidad no lo matés, apoyá la resocialización, que está dejando de consumir drogas, dale confianza, decí que se puede. Vendé eso. Sino sacá un proyecto de pena de muerte para los que están presos, porque una vez que pasás por la cárcel no podés hacer nada… ¿Con qué nos quedamos si todo te viene mal? Armé una banda en la cárcel y había más de cincuenta pibes probándose para tocar el bajo, la batería, aprendiendo el güiro y el teclado, cuando antes muchos estaban afilando un fierro. Muchas cosas que hice para poder ganarme el beneficio no se informaron”. En el medio, Los Gedes siguieron tocando -Matías Lescano, antes locutor de la banda, pasó a ocupar el lugar del Pepo y grabaron dos discos más, las versiones de cancha siguieron sonando (incluidos los temas que el Pepo –oriundo de Tigre- había compuesto para la barra del Matador y "El Pepo canta cumbia porque en el barrio se escuchaba cumbia y es parte de su crecimiento, pero por su actitud y su forma tiene mucho de estrella de rock. Él escucha mucha música diferente y lo tiene adentro" "Yo no iba a trabajar en el kiosco o en un supermercado chino, yo iba a seguir haciendo música, y mi juez lo sabía. Vos no podés tirarle a la gente ‘está preso y lo dejan cantar en el Luna Park’. Al que tiene una oportunidad no lo matés, apoyá la resocialización, que está dejando de consumir drogas, dale confianza, decí que se puede. Vendé eso. Sino sacá un proyecto de pena de muerte para los que están presos, porque una vez que pasás por la cárcel no podés hacer nada… ¿Con qué nos quedamos si todo te viene mal?” hasta algunos adaptados en las tribunas de Colombia), y la canción “Vos de bebé” del primer disco Con síndrome de abstinencia fue reversionada por la agrupación kirchnerista Unidos y Organizados. “Estaba en el penal y los pibes de Unidos y Organizados venían a dar charlas de derechos humanos. En mi casa estaba la influencia peronista de mi viejo, pero yo no viví la época de Perón. Viví la del tocate el izquierdo y la de Néstor y Cristina. Tengo muchos amigos, voy a las marchas (la última vez fui al Congreso con compañeros de La Cámpora de Vicente López que estaban cuando toqué en Pasión de Sábado). Sé que no van a compartir mi pensamiento muchos de los que me escuchan cantar, pero la música es una cosa y la política es otra. Creo que nacionalizar le sirve al país, no bajarse los pantalones con la gente de afuera también y que deberíamos estar orgullosos de esta señora que tenemos como presidenta que más que ovarios tiene unos huevos bárbaros. Me encanta como mujer, como presidente, su manera de hablar, no veo un discurso casettero, sino que la podés entender. Si hasta se come las S a veces…”. El primer disco de Los Gedes salió en 2002, y por esos años fue hit la canción de Damas Gratis que decía “Fernando devolvé la guita que te llevaste al exterior”. 13 años después decís que marchás encolumnado, en una de las primeras presentaciones le dedicaste “Bombacha cagada” a la mujer del juez Griesa. ¿No es contradictorio considerando que la cumbia villera nació antiestablishment? Es que uno vivió esa época como víctima. Todos fuimos víctimas de un engaño, de un oportunismo político. Algo parecido a lo que quieren hacer ahora. Vos ves un ideal radical y otro de derecha y que se junten para tratar de ganar una elección, creo que se están dejando de lado los ideales, y que el día que gobiernen se van a empezar a notar las diferencias. El que se quema con leche ve a una vaca y llora. Hoy muchos sonríen, saben que todo cuesta y que no por eso hay que bajarse los pantalones ante una alianza mentirosa. La cumbia villera no tiene que estar en contra del gobierno, de la Policía, o de un montón de cosas que cantábamos. Puede hablar del paco, desde un consumidor que no puede salir, y sigue siendo cumbia villera. Pasan un montón de cosas en la villa que también hay que ir a volcar: el descanso con las pibas, el pibe que lo matan por ir a comprar falopa, el pibe que quiere salir de las drogas y no puede. Yo hago un tema que habla de la pasta base y de los amigos míos que perdí por la pasta base. Atentando el estereotipo cumbiero “El Pepo canta cumbia porque en el barrio se escuchaba cumbia y es parte de su crecimiento, pero por su actitud y su forma tiene mucho de estrella de rock. Él escucha mucha música diferente y lo tiene adentro. A fines de los 80 y principios de los 90 el Pepo escuchaba punk rock. Si pasaste del punk a la cumbia sos un capo, rompiste todos los prejuicios que había que romper. Él viene de esos lados, conoce los cantantes de rock y por eso digo que tiene toda la estrella de rock encima”, dice Martín Roisi -más conocido como El Fanta-, quien entre múltiples proyectos es el productor artístico del nuevo disco de El Pepo y la Superbanda Gedienta, conduce el programa de radio Cumbia Nacional por FM Pasión, es una pieza clave en el armado de la película Alta Cumbia (a estrenar este año), y prepara un documental y una película basados en la vida del ex cantante de Los Gedes. Si bien dice que ni en pedo se reconoce como estrella, el Pepo destaca el estilo anticumbiero que le reconocía Pablo Lescano (uno de sus principales descubridores) y su admiración por las letras de Los Redondos y El Cuarteto de Nos. “En los primeros tiempos me acuerdo que cantaban todos igual. Flor de Piedra, Yerba Brava, eran todos iguales con pelo largo y apareció uno con la voz ronca, los pelos pintados de todos colores, nada que ver con lo que había. Uno más normal, a pesar de todo lo anormal que tenía”. -A mí me para en la calle gente que no va a bailar a una bailanta, que escucha rocanrol, hardcore, punk y está buenísimo. Yo en 2002 toqué cumbia en Cemento, antes de un show de Fidel Nadal. Tengo mucho de under y rocanrol y eso se nota. Conozco mucha gente de ese palo y de años anteriores. Muchos me ven y me dicen que soy un hijo de puta, que la pegué… Cuando vean la película no lo van a poder creer.X año 6 | nº 322 | 14 de junio de 2015 6 Entrevista del ‘93, cuando el formato que reinaba era el fílmico. Para entonces, estaba muy mal anímicamente. Escribí ese libro en un mes. Eran contenidos que estaban bullentes en mi cabeza. Todos los relatos tienen una base verídica. No hay ningún relato que haya sido transcripto al cine, pero la cadencia narrativa sí es muy parecida a la de mis películas. El libro incluye un cuento llamado “La red de los Acevedo”, que aborda la temática de la trata de personas, un tema que más adelante recuperarías en tu película Fantasmas de la ruta. ¿Cómo fue rodar una historia tan jugada en el preciso lugar donde ocurrieron los hechos? José Celestino Campusano «La imagen tiene un poder muy grande» “Básicamente, cuento en función de lo que conozco”, dice José Celestino Campusano y en esa frase podría condensarse gran parte de su obra. Abocado a lo que llama un “cine comunitario”, sus películas navegan entre escenarios y actores “reales”, entre paisajes e historias cercanas y limpias que rompen el encapsulamiento del mercado y el “cine de autor” y apuestan a una integración de la comunidad con el séptimo arte. Su último film, Placer y martirio, rompe el habitual universo marginal de su filmografía para trasladarse a Puerto Madero y poner el ojo crudo de la cámara en función de la narración de la intimidad de cierta clase alta, entre edificios inteligentes y alegorías al vampirismo. En esta entrevista hablamos de su visión del cine, la relación entre arte y comunidad, y la búsqueda de una “verdad” colectiva en pantalla. Por Marcelo Acevedo Foto: Maia Ottaviano “¿Subway es una empresa norteamericana? Entonces vamos a otro lado.” Las palabras de José Celestino Campusano pueden sonar exageradas, pero en realidad son genuinas y consecuentes con su rechazo a la colonización cultural. El director de Vikingo y Fantasmas de la ruta -películas de culto, viscerales, pero con mirada crítica- apuesta por el cine comunitario, una manera de integrar a la comuni- dad al séptimo arte, otorgándole un papel preponderante dentro de sus producciones. Campusano evita el yo durante casi toda la entrevista. Se despoja del ego con naturalidad y habla constantemente de nosotros para referirse a todo lo relacionado con su obra. Este año junto al equipo de Cine Bruto presentaron en el Bafici XVII Placer y Martirio, una película rupturista dentro su filmografía, un relato que se aleja del universo marginal para adentrarse en la intimidad de cierta clase alta emplazada entre edificios de Puerto Madero, narrando una relación enfermiza con alegorías al vampirismo desde el epicentro de uno de los distritos más exclusivos de nuestro país. Por estos días prepara además una película de temática chamánicocarcelaria, que será rodada en la zona periférica de Bariloche. Como si fuera poco, también está próximo a publicar su segundo libro llamado Cine Bruto detrás de cámara, una especie de diario personal con anécdotas y reflexiones recopiladas durante un año de rodaje, lectura que promete ser de lo más interesante teniendo en cuenta el cine de guerrilla que practica Campusano. No por nada su productora lleva ese nombre. A mediados de los ‘90 escribiste un libro de cuentos que fue publicado muchos años después con el nombre Mitología marginal argentina. En esos relatos se intuye el germen de lo que más adelante serían los argumentos de tus largometrajes. ¿Planeabas dedicarte a la literatura o desde aquella época querías ser cineasta? Estaba considerando ser realizador, pero en ese momento no tenía los recursos ni había sabido articular los procesos de realización. Hablamos Filmamos en el territorio de la trata: Ezeiza, Tristán Suarez, Esteban Echeverría, Monte Grande. La ropa fue donada por policías. Generalmente tienen ropa usada, insignias viejas, y cuando participan de alguna película la donan. Muchos de los actores son realmente policías. Lo que te pone a salvo de ciertos desastres de producción es la red de amigos y vecinos que ya está establecida y funcionando. Basta con que uno empiece a dialogar con esa red y automáticamente los recursos aparecen. Esta gente fue totalmente amable, no tuvimos ningún problema. El tema fue que filmamos en el territorio de la trata y hubo varios momentos en los que la cosa se complicó. Filmamos en prostíbulos reales que habían sido cerrados hacía poco tiempo. Cuando llegamos, estaba todo instalado como en la última noche. Más verídico que eso, no existe. Este aire de crudeza documental y la verosimilitud de tus relatos parecen guardar una estrecha relación con la decisión de filmar en locaciones y con personajes reales, lo que ustedes llaman hacer cine comunitario. Totalmente. Hemos mantenido una fórmula que nunca jamás ha sido traicionada. Esa fórmula tiene que ver con integrar a la verdadera comunidad tanto en contenidos, producción, personificación y, posteriormente, difusión. Cada película es un producto hecho de forma comunitaria. Lo que buscamos es resignificar los términos “cooperativo” y “comunitario”. Creo que el cine llamado de entretenimiento o de autor se ha construido de espaldas a la comunidad; nosotros buscamos revertir eso. Creemos que se puede filmar invirtiendo esta polaridad, no de cara a lo monetario y a los estudios, sino de cara a los vecinos, a las familias, a los diferentes sectores que componen nuestra sociedad. Así todo se torna mucho más horizontal. Y, de esa manera, logran hacer visibles a ciertos sectores de la sociedad que suelen ser invisibilizados. Seguro. Tenemos planeado filmar una historia sobre barras bravas. 14 de junio de 2015 | año 6 | nº 322 7 "No tengo nada contra los actores, pero elegimos filmar con la comunidad, mostramos al humano tal cual es" nónicas? Para mí no son canónicas, para mí son energías de muerte, porque la vida es impredecible, y esos métodos son predecibles. Si nos escucharas a nosotros hablar, notarías que hablamos distinto, la comunicación es heterogénea. Entonces, ¿por qué en el cine la comunicación entre pares tiene que ser homogénea, si eso no existe? ¡Eso es lo falso, eso es lo impostado! ¿Por qué no dejan que las personas hablen en el cine como en la vida misma? ¿Qué les molesta tanto? Lo que realmente les molesta es que los contenidos se les salgan de control y que no se los consulte para establecer estos contenidos. Eso los enfurece y saben que no pueden hacer nada, porque la comunidad se manifiesta según otros criterios. Y no tengo nada contra los actores, pero elegimos filmar con la comunidad, mostramos al humano tal cual es. También una sobre travestis en la intimidad, que es algo muy distinto a lo que uno imagina, porque está todo muy estigmatizado. Se ha insistido mucho con una suerte de vulgarización y banalización de la imagen, para que los contenidos no valgan. En realidad, los contenidos tienen un valor apabullante: redefinen las cosas. Para ciertos intereses oscuros es bastante propicio que la imagen esté devaluada y vapuleada. Pero la imagen tiene un poder muy muy grande. Lamentablemente, las imágenes devaluadas son las que más visibilidad tienen, replicadas cientos de veces por día en, por ejemplo, los noticieros amarillistas. Suelo decirle a mis colegas que no les tiene que importar el alcance de la imagen, porque la imagen hace su propio camino. Uno puede ver un noticiero y no le queda nada. En los noticieros ves banalidad; o sea, no ves nada. Entonces te acostás creyendo que viste un noticiero y lo que en realidad viste es una infamia. Eso es la banalización de la imagen. De la otra forma, podés hacer un documental que llegado el caso no tenga miles de espectadores, pero la gente que lo tenga que ver, lo va a ver. Las conciencias que tengan que ser informadas se van a enterar. Hay algo muy interesante que pasa con los “audiovisualistas” y es el tema de la traición. Una vez que uno se traiciona, habitualmente por oportunismo, se rompe algo muy precioso, una conexión sublime que no se vuelve a restaurar. Generalmente lo notamos cuando el director comienza a copiarse a sí mismo. Termina hacien- do remake sobre remake sobre remake. Ahí es cuando se traicionó. Pero también existe un sector del público y la crítica que supone que la traición se da cuando el artista cambia de rumbo. Vos mismo has recibido algunas críticas por dejar de lado los ambientes marginales y adentrarte en el mundo de la clase alta en Placer y martirio. Por más que le ponga esfuerzo, no consigo interpretar a esas personas. Nunca firmé ningún convenio de nada. No sé quién me puede venir a exigir algo cuando nunca acepté que iba a hacer tal cosa o tal otra. En realidad, ésa es una presunción totalmente equivocada de alguien que no es mi patrón. Ese espectador o ese crítico no es una persona que a mí me pague para hacer mi trabajo. Falsa escuadra Por Romina Sanchez La historia de la cooperativa Los Chanchitos es la historia de toda cooperativa, en especial del rubro gastronómico, cuando se encuentra en esa carrera de obstáculos final en la que se define si el proyecto colapsa o triunfa: en la que se dirime, sin más, la continuidad de la fuente laboral. Hoy, el restaurante de Villa Crespo es parte de la misma red –la misma suerte– que Don Battaglia (Scalabrini Ortiz 802), Mangiata (Ángel Gallardo 1008), La Soleada (Monroe 1800) y Alé Alé, cuya lucha particular, que derivó en la mudanza definitiva a Estado de Israel 4503 este año, se trató en este espacio. Y en estos días, en Los Chanchitos, hubo novedades. Un par de semanas atrás, entre miércoles y jueves, los 35 asociados del restaurante cooperativo, junto a las cooperativas adheridas a la Federación Argentina de Cooperativas de Entonces, ¿por qué tiene que venir a exigir que haga lo que quiera? ¿Cómo piensan que están en condiciones de exigir algo? No tengo que responder a esas personas; le tengo que responder a la comunidad. A la comunidad sí le respondo. Y creo que tanto Placer y martirio como las anteriores películas cumplen esos principios de integrar a la comunidad. Se han criticado y alabado en partes iguales las actuaciones en tus películas. ¿Tenés algún método particular para dirigir actores? Totalmente. Es un gran tema. Creo que nadie podría decir que nuestras películas no transmiten. El problema sería si no lo hicieran. ¿Por qué todo tiene que ser transmitido a través de métodos, ya sean actorales o de formas narrativas que intentan ser ca- Las mujeres fuertes son una constante en Cine Bruto. Rara vez tus personajes femeninos se dejan someter. Incluso en Placer y martirio la protagonista, a pesar de dejarse dominar por su amante, es una líder que toma sus propias decisiones y se hace cargo de su vida. Si el cine en general respetara el verdadero rol y la verdadera capacidad de la mujer, mis películas no llamarían la atención por eso, serían como cualquier otra. En realidad las mujeres que conozco son de mucho carácter, muy positivas. Conozco mujeres muy inteligentes, audaces y valerosas. Mis compañeras de trabajo y mi pareja son gente que me despierta mucha admiración. Básicamente, cuento en función de lo que conozco. La mujer argentina en par- ticular es una mujer infinitamente capaz. El tema es que muchas veces se hacen cargo de su sexualidad, de su descendencia, de sus decisiones, y ahí es cuando molesta. Pero yo las filmo como las conozco. Después de ver Placer y martirio, surge la sensación de que el relato es, entre otras cosas, una gran alegoría del vampirismo. ¿Cuánto hay de cierto en esto? Es muy clara esa analogía. Placer y martirio habla de un fenómeno social, un recurso que muchos hemos utilizado por el cual se genera una suerte de holograma de uno mismo que tiene ciertas condiciones que son totalmente artificiosas. ¿Y para qué sirve? Para ocultarse, porque uno está muerto de miedo. Los protagonistas de Placer y martirio son dos personas muertas de miedo, a tal punto que Kamil no quiere que Delfina le diga nada de su vida personal porque se pone muy celoso, culpa de su inseguridad. Lo peor que le puede pasar es que descubran su yo real, que tiene problemas. Ambos generan un estereotipo totalmente vacío, niegan su identidad, su ser. Todo este proceso genera una especie de sacrificio que te consume toda la energía porque no podés permitirte ser vos. Te da terror que los demás te vean. Entonces, tenés que fingir todo el tiempo. Cuando estás así no te podes ver porque te querés ocultar, y si no te podés ver a vos, menos podés ver tu entorno. Y ahí viene la cuestión vampírica: ¿de dónde te nutrís?, ¿cómo subsistís? Te nutrís de la energía de los que te rodean. Y esto te lleva a un estado de total y absoluta soledad.X Los Chanchitos, vuelta a empezar Trabajadores Autogestionados (FACTA), familiares, vecinos y amigos, resistieron la exhibición de los bienes muebles de la empresa recuperada, que fueron puestos a remate por disposición del juez Fernando Perillo (Juzgado Comercial 13, Secretaría 25), por pedido de la síndico Ana Graciela Ventura y de su abogado patrocinante, Alberto Solmesky. En esos días, los trabajadores autogestionados denunciaron la “actitud sistemática de la sindicatura por entorpecer la actividad de la cooperativa” e informaron que seguirían resistiendo la exhibición de los bienes, cuyo remate fue previsto para el viernes 5 en la Liga de Rematadores. De acuerdo a la reformada Ley de Quiebras, los trabajadores pueden “compensar” los bienes muebles de la empresa quebrada (Pizzanesa S.A.) por los créditos laborales de los que son beneficiarios en razón de obligaciones incumplidas por la patronal (sueldos atrasados, aportes previsionales no realizados, preavisos no pagados, etc.). En ese sentido, entienden en Villa Crespo, resulta sorprendente que tenien- do los trabajadores 343.000 pesos a su favor y habiendo sido valuados los bienes muebles en 297.000 pesos, estos pasaran a remate, máxime teniendo en cuenta su mal estado. Esa semana, los cooperativistas agregaron otros datos que resultan paradójicos: la síndico pidió, y el juzgado aprobó, el pago de “un canon locativo de 125.000 pesos por el uso de los bienes muebles” durante el período que lleva en funciones la cooperativa y se fijó que, en caso de ser la cooperativa la ganadora del remate, los trabajadores abonaran “en el momento y al contado” un 20 por ciento en concepto de comisiones. “Tuvimos que pagar 6.000 pesos para sacar una camioneta que había quedado abandonada en un taller mecánico, y reparar una cámara frigorífica, una cocina, una fritadora, porque la patronal no arreglaba las cosas. También estamos haciéndonos cargo del pago de la cochera donde está guardada una camioneta que el Juzgado mantiene secuestrada”, contó José Pereyra, presidente de la cooperativa. El 25 de abril de 2013 los trabajadores comenzaron a autogestionar el restaurante de Ángel Gallardo 601, esquina Leopoldo Marechal, y al mes, formaron una cooperativa formal, abriendo sus puertas de lunes a lunes. Y el viernes 5 llegó finalmente el remate judicial: los trabajadores de la cooperativa gastronómica resultaron ser los únicos oferentes de los bienes y el mobiliario que se subastó. Así, la cooperativa compensó los créditos laborales y se convirtió en dueña legal y legítima: desde ese día, todas las sillas, mesas, muebles, heladeras, cocinas, aires acondicionados y hasta una camioneta y dos motos forman parte de los bienes de los trabajadores. Decía José Pereyra, emocionado: "No podíamos creer cómo la Justicia y el síndico nos pusieron palos en la rueda. Estoy muy agradecido a todos los que nos acompañaron. Ahora –mencionó con la voz entrecortada– podemos empezar a planear nuevos proyectos: ahora tenemos un futuro”.X año 6 | nº 322 | 14 de junio de 2015 8 La mala leche La salidera Busco mi destino PorAgustín Mango* (@agusmango) El timing no podría haber sido mejor. Todo empezó cuando Ignacio Viale le ofreció al hoy productor Axel Kuschevatzky los derechos para hacer una remake de alguna de las películas de su abuelo Daniel Tinayre. Kuschevatzky no dudó y eligió La patota, el melodrama que en su momento protagonizó Mirtha Legrand como una profesora de filosofía víctima de una bandita de los barrios bajos. Para dirigirla llamó a Santiago Mitre, que después de El estudiante estaba listo para entrar en el mainstream. Mitre, a su vez, se juntó con Mariano Llinás, su socio guionista en El estudiante, para aggiornar la historia. El resultado fue uno de los guiones más inteligentes del cine argentino reciente, que llega en un momento justo. La patota viene desde Cannes y se mete en la Argentina del #NiUnaMenos con un planteo ético-político acerca del lugar de la mujer incomodo para una sociedad en la que el zeitgeist local está intentando virar, establecer un límite, cambiar una percepción social de las relaciones entre hombres y mujeres que cada tanto (muy a menudo) resulta con una chica desaparecida y encontrada adentro de una bolsa de basura. Asesinada. Anulada. Víctima. Si el timing no podría haber sido mejor, su título sí, y de hecho lo será: en cualquier otro lado del mundo, donde La patota se estrenará como Paulina. El temita del lunfardo intraducible le viene como anillo al dedo a una razón más legítima: La patota tiene mucho menos que ver con la banda de “pobres hijos de puta” que violan a la hija de un juez de provincia, que con Paulina, esa abogada joven, hermosa, idealista que en la versión Mitre-Llinás va a enseñarles política a alumnos de una escuela rural en la Mesopotamia más marginal. Es Paulina y no La patota porque poco importa quiénes son los que la integran, de dónde vienen, o por qué deciden -error, venganza, “violencia social”, o porque sí- atacar a una mina que confunden con otra y violarla una noche, borrachos, en medio de la selva, y dejarla tirada. Indefensa. Anulada. Víctima. En La patota lo que importa –y todo lo que importa– es la Paulina de Dolores Fonzi, que acá pega un innegable salto en su rango de interpretación. En La patota, a medida que avanza la historia, el foco empieza a estar en lo que sucede dentro de su cabeza que, ante todo, pelea por el derecho a decidir. A decidir, primero, qué fue lo que le pasó. A pensar qué significa esa experiencia límite. Y a decidir qué hacer con eso. ¿Cómo volver a tomar las riendas y seguir? Paulina es la protagonista de una película que no se queda en una arquetípica fábula ética, y mete el dedo en las llagas de sus personajes sin que su guión –de matices densos y precisos, de una dicción y fluidez notable– jamás los juzgue. Mitre y Llinás no transforman al lúcido, comprensivo y considerado juez-padre de Paulina en un caricaturesco padre progresista a lo Capusotto. El personaje que interpreta Oscar Martínez (im-pe-ca-ble) es el verdadero antagonista de su hija, y en este melodrama moderno funciona como caja de resonancia de los elementos más dramáticos y terribles que tiene la historia. Por el límite con el que se encuentra. Un juez que no puede impartir justicia, decidir sobre la vida de otro. Ni la de los victimarios de su hija, ni -acá una verdadera tragedia- sobre la de su hija, aunque sea con las mejores intenciones. La disputa entre Paulina y su padre es, claro, ideológica. Y micropolítica. Parece ser que el director ahora está trabajando en un guión sobre la intimidad de una cumbre presidencial. La breve filmografía de Mitre como los primeros volúmenes de un tratado sobre el poder. “Cuando hay pobres en el medio la justicia no busca la verdad, busca culpables”, le dice Paulina a su padre-juez, diferenciándose, y poniendo la J y la V mayúsculas. Mitre y Llinás sabiamente volantean los lugares comunes, aunque a veces sus propios personajes no puedan evitarlo y como autitos chocadores del purismo se la peguen con algunas -pocas- bajadas de línea como esa. Quizás una de las razones sea que el escenario real del agon trágico de La patota es menos la villa y la tierra roja del NEA que las oficinas con mesita de whisky y hielera, los juzgados de provincia, y las dependencias policiales. De todas maneras, el crimen que menos le importa a Mitre y Llinás es la violación de Paulina. Hay un momento en la película después de la violación a partir del cual ella vuelve a ser víctima, esta vez de un crimen que “todos” cometen: negarle su inapelable y absoluta autonomía (siempre con las mejores intenciones). Coartar la soberanía sobre su cuerpo, sí, pero sobre todo su inviolable poder de decidir su camino –equivocadamente o no, porque la grandeza de La patota radica en que tampoco inhabilita pensar que lo que hace Paulina está mal. El final no es tanto la resolución de un conflicto sino el planteo de una discusión incomoda, el comienzo de un intento de síntesis imposible, pero por eso es un final tan luminoso como trágico. Porque Paulina –equivocada o no– camina libre, valiente, segura, pero no sabemos hacia dónde. Ella tampoco. Pero camina. *corresponsal The Hollywood Reporter, crítico de cineX Eventos, lanzamientos, recomendaciones Zona Borde En enero de este año nació un nuevo proyecto editorial llamado Zona Borde. Sus responsables, la directora editorial Laura Massolo y el editor Juan José Burzi, lo resumen como un sello con un objetivo “sencillo pero ambicioso: conformar un catálogo heterogéneo con textos que se destaquen por su forma y/o por su contenido.” La idea, nos cuenta Burzi, es construir “un espacio para editar, en esencia, material que nos interese ver impreso. Pueden ser autores con trayectoria y renombre o autores que están editando su primeros libros. La premisa es que, ya sea por la forma literaria y/o por su contenido, tenemos que sentir la necesidad de contar con ese título en el catálogo.” Cuatro son los títulos que llevan editados este año: Agua, de Ariel Bermani, pequeñas criaturas de lo incesante, de Laura Yasán, Viaje a casa, de Pablo Pedroso, Pictografías, de Martín Di Lisio, y Te “voy contar”, relatos del ser armenio, un volumen de cuentos de Juan Carlos Balassanian. Para el año que viene, Zona Borde planea un número similar de ediciones, entre los que se cuentan algunos autores extranjeros. Más información en www.zonaborde.com.ar Orquesta Típica Fernández Fierro Un clásico porteño, la Fernández Fierro arrancó junio con una serie de recitales en su ya mítico Club Atlético Fernández Fierro. En esta nueva tanda de presentaciones, la OTFF seguirá recorriendo temas de su último disco En vivo, séptima placa en la extensa carrera de esta agrupación de trece integrantes y la primera con Julieta Laso como cantante. El disco fue grabado entre abril y mayo de 2014 a modo de celebración por los diez años de vida del club, sala que administra y programa la propia orquesta y que se ha transformado en un referente ineludible del circuito de Staff Director Federico Scigliano Editor Diego Sanchez Redactores Pablo Móbili Martín Rodríguez Emiliano Flores Franco Dorio Julián Eyzaguirre Romina Sánchez Diseño original Nizo Mauas Arte Diego Paladino Fotografía Patrick Haar clubes con música de la ciudad, lo que hace a estos shows una suerte de celebración de la celebración de un espacio insoslayable de la noche porteña. El ciclo, además, actúa como una especie de banda sonora de un año muy movido para la OTFF: acaba de ser parte del line-up de la edición chilena del Festival Womad de Peter Gabriel, del Festival Lollapalooza y realizará una gira por Canadá y Europa. Los shows serán todos los miércoles de junio y los sábados 13 y 27 en Sánchez de Bustamante 772 (CABA). Entradas a $120. Más info en: www.fernandezfierro.com Redacción: Amenabar 23 (C1426AYB) Ciudad Autónoma de Buenos Aires Contacto: [email protected] Departamento comercial: Tel.: 4776-1779 Internos: 156 y 159 Venta de ejemplares atrasados: Azopardo 455. Tel.: 4342-8476 Impresión: Editorial AMFIN S.A. Paseo Colón 1196. Ciudad Autónoma de Buenos Aires Distribución en Capital Federal y Gran Buenos Aires:New Site. Baigorri 103, CABA Distribución en el interior: Inter Rev S.R.L. Av. San Martín 3442. Caseros Pcia. de Buenos Aires
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