12 Principios para la multiplicación de Iglesias Cada decisión que se tome en los esfuerzos para la multiplicación de iglesias en esta obra debe sostenerse en los doce principios. El Nuevo Testamento muestra que los apóstoles aplicaban fielmente estos principios con el poder del Espíritu Santo. Una revisión de los movimientos de plantación de iglesias en el mundo desde los tiempos del Nuevo Testamento también nos revela que el pueblo de Dios aplicaba eficazmente dichos principios. Estamos muy agradecidos por David Garrison y su equipo de colaboradores que nos presentaron los principios mencionados abajo y compartieron con nosotros su experiencia en la aplicación de los mismos. Recomendamos la lectura de sus libros Movimientos de Plantación de Iglesias (disponible en http://www.churchplantingmovements.com/download.phpy ) y Movimientos de Plantación de Iglesias: Como Dios está redimiendo el mundo. Son principios, no son métodos. Y debido al hecho de que son principios, se pueden aplicar por los seguidores de Jesús en cualquier cultura y época. Estos principios pueden expresarse de muchas maneras y se asocian frecuentemente con métodos específicos. Sin embargo, no hay un límite para el número de métodos que puede expresar cualquiera de estos principios. Debemos tener cuidado de elegir métodos contextualmente adecuados para cada principio. Para aplicar estos principios de una manera eficaz en estos tiempos, los seguidores de Jesús deberán reconocerlos como bíblicos y normativos para la iglesia. Ningún método es normativo ni obligatorio. No obstante, los principios que Jesús y los apóstoles enseñaron y practicaron son normativos para nosotros hoy. Al aplicarlos podemos esperar la bendición de Dios porque estamos obedeciendo Su Palabra. Cuando no los aplicamos, no debería sorprendernos que tropecemos con dificultades. 1. Oración Ferviente. El poder para la vida y el ministerio de multiplicadores de iglesias proviene de la comunión con el Señor en la oración. El poder y la gracia de Dios fluyen en respuesta a las oraciones de Su pueblo. Los líderes de las Iglesias deben demostrar una dependencia de Dios mediante la oración pública y privada. Esto es fundamental en la formación de nuevos discípulos de Jesús, así como líderes y nuevas iglesias. Cuando los miembros de las iglesias multiplicadoras escuchan testimonios y ganan experiencias personales, descubren por sí mismos que Dios responde las oraciones de Sus hijos. El coordinador de ECC para la Red es responsable de reclutar, organizar y capacitar a campeones de la oración que sean locales y voluntarios. Estos campeones de la oración formarán guerreros de la oración para orar por la multiplicación de la iglesia y apoyar en oración a los capacitadores y a los plantadores de iglesia. La oración ferviente tiene que caracterizar la vida y el ministerio de cada líder y miembro de las iglesias si es que nos proponemos fundar iglesias vigorosas y multiplicadoras. Los evangelistas tienen que orar por las necesidades de aquellos que están escuchando las Buenas Nuevas. En la medida que Dios envía señales y maravillas como respuesta a la oración, se rompen las barreras a la fe y las personas se convierten. A los nuevos creyentes se les debe enseñar y animar a orar. Las iglesias locales deben organizar las vigilias de oración, retiros de ayuno y oración, caminatas de oración, cadenas de oración, grupos de oración y encuentros de oración. Las necesidades de oración y las respuestas a la oración se deben comunicar tanto local como internacionalmente mediante cadenas de oración, guías impresas para la oración, alertas de oración por email, páginas Web y blogs. Nuestro Dios es un Dios que responde a la oración; la multiplicación de iglesias sale adelante en el poder que viene de la oración. San Juan 15:5-8, Hechos 1:8-14, Hechos 2:42, Hechos 4:23-31, Hechos 11:5, Hechos 13:3, Hechos 14:23 2. Siembra abundante del Evangelio La siembra abundante del evangelio consiste en el empleo de métodos personales y de comunicación masiva para compartir el Evangelio con la mayor cantidad de personas posible. La siembra abundante del Evangelio maximiza el número de personas que escuchan y comprenden las Buenas Nuevas de Jesús. El corazón de la siembra abundante del Evangelio es el evangelismo personal. Los nuevos creyentes deben ser capacitados para compartir su testimonio y el plan de salvación con todos sus amigos y familiares. Los nuevos creyentes también deben ser capacitados para enseñar a los que ellos conducen a Cristo a compartir sus testimonios y el plan de salvación con sus amigos y familiares. Esto quiere decir que a los nuevos creyentes se les debe dar una capacitación sencilla y eficaz para que compartan su testimonio, así como una capacitación para que expliquen claramente el camino de la salvación a través del arrepentimiento y la fe en Cristo. Cuando los creyentes comparten frecuentemente las Buenas Nuevas a través de estas redes de familiares y amigos, muchos escucharán y comprenderán el llamado de Cristo. El evangelismo personal puede conducir a un evangelismo masivo mediante eventos de encuentros de parejas, retiros juveniles, y el uso de los medios de comunicación electrónicos como llamadas telefónicas, el envío de textos, el uso de la radio, videos, podcast, Internet, etc. Al emplear estos métodos, es importante establecer un mecanismo de retroalimentación y aplicar un filtro de respuestas a fin de darnos cuenta de quién está verdaderamente interesado en seguir a Jesús. Un mecanismo de retroalimentación es una manera que tienen aquellos que han escuchado de las Buena Noticia mediante un folleto, la radio u otros medios para hacer saber a los miembros de la iglesia que desean conocer más acerca de cómo depositar su fe en Cristo. Por ejemplo, en las Biblias obsequiadas por los miembros de la Red, colocamos la dirección de nuestra página Web para que los que la lean nos puedan contactar. Cuando realizamos encuentros de parejas, dejamos una tarjeta con nuestros detalles de contacto. En los retiros de los jóvenes, en el refrigerio, los líderes recogen los detalles de contacto de los nuevos convertidos y los invitan a nuevas reuniones. Un filtro de respuestas significa invitar a aquellos interesados en seguir a Jesús a demostrar su compromiso involucrándose en la fraternidad de una iglesia o grupo de estudio. Un llamado claro al compromiso demostrado por la acción servirá como un filtro para separar a los curiosos de aquellos que están realmente comprometidos a seguir a Cristo. Cada uno de los siguientes pasos sirve como un filtro de respuesta. Por ejemplo cuando un hermano invita a un amigo al Encuentro Matrimonial: El amigo dice sí o no. Su decisión es un filtro. Asistir al Encuentro también sirve como otro filtro Cuando hay una invitación a recibir a Cristo es otro filtro Cuando tiene el amigo la oportunidad de hacer pública su decisión, si lo hace, pasa por otro filtro La invitación y decisión de formar un grupo de estudio en su casa sirve como un filtro más de su compromiso La invitación y decisión sobre bautizarse o no es un filtro más A los bautizados se ofrece la oportunidad de abrir un nuevo grupo de estudio después de una capacitación básica. Esta oportunidad es otro filtro. La siembra abundante y eficaz del evangelio siempre ha de conducir a la fraternidad y al discipulado en una iglesia local. Los métodos de evangelismo deben evaluarse según su capacidad para conducir a muchas personas a Cristo. También deben evaluarse según su capacidad para poner en contacto personal a los que buscan a Dios con una iglesia. Así, estos puedan ser plenamente evangelizados, discipulados y capacitados para el ministerio en y a través de la iglesia local. San Mateo 13:1-9, Lucas 10:1-24, Hechos 2:14-47, 2 Corintios 9:6 3. Siembra intencional de iglesias Para que las Iglesias se multipliquen continuamente, los seguidores de Jesús han de tener la intención deliberada de fundar iglesias. No es suficiente que los líderes denominacionales planifiquen fundar iglesias. No es suficiente que los pastores prevean fundar iglesias. Los líderes de la iglesia y sus miembros deben sentir la inspiración de trabajar juntos para fundar iglesias deliberadamente, que a su vez sean capaces y tengan la voluntad de fundar más iglesias. Esta es la única manera de saturar a un segmento poblacional o a un grupo de personas con las Buenas Nuevas de Jesús. Esta es la única manera de saturar un área con discípulos. El mejor ejemplo bíblico de una fundación de iglesias deliberada es la iglesia de Antioquia que intencionalmente evangelizó a los griegos e intencionalmente envió a Pablo y Bernabé a fundar iglesias. La siembra de iglesias no debe dejarse al azar. Se deben establecer fechas específicas para que cada iglesia siembre una nueva iglesia. Los seguidores de Jesús tienen que orar, planificar, capacitar, entregarse y trabajar intencionalmente con el objetivo de fundar nuevas iglesias. La fundación de iglesias es responsabilidad de cada iglesia y también de la red de iglesias en general. Cada miembro de una iglesia debe comprender que la fundación de iglesias hijas es una prioridad fundamental de su iglesia. Esto constituye una parte esencial del ADN espiritual de la iglesia. Los coordinadores y capacitadores de ECC deben ayudar a los obreros pastorales, líderes de las iglesias locales a hacer planes específicos para fundar iglesias hijas. Ellos tienen que asegurarse de que los líderes de las iglesias locales posean las habilidades y el conocimiento necesarios para fundar iglesias hijas. El coordinador y los capacitadores de ECC deben hacer que estos líderes rindan cuentas respecto al proceso de fundación de iglesias. Para tal efecto, los capacitadores deben celebrar reuniones semanales para dar informes de la bendición de Dios y para formular planes de ampliación del ministerio. Sin una fundación deliberada de iglesias, a menudo las iglesias llegan a un estancamiento y se centran en sí mismas. Gastan una gran parte de su presupuesto en programas que benefician a los miembros existentes de la iglesia en lugar de invertir tiempo, dinero y oraciones para llevar la salvación a los perdidos mediante la siembre de nuevas iglesias. Mediante la siembra intencional de iglesias, los miembros y líderes se concentran en servir a los demás. Dios bendice su labor. Hechos 13–20 4. Autoridad de las escrituras Para lograr una multiplicación de iglesias saludables, los líderes y miembros deben reconocer que la Biblia es su autoridad tanto para la fe, como para la práctica. Es importante que los líderes cristianos y los autores actuales nos ayuden a comprender la voluntad de Dios para nuestras vidas mediante una profunda interpretación y aplicación de la Biblia. No obstante, la autoridad suprema para vivir una vida cristiana y multiplicar la iglesia es la Biblia, no la opinión de los hombres, ni la sabiduría terrenal, ni la tradición de los ancianos. La Palabra de Dios puede ser fácilmente comprendida por Sus hijos, quienes son responsables de su aplicación en nuestras iglesias y hogares. Los evangelistas comparten la palabra de Dios bajo la convicción de que es verdadera. A los nuevos creyentes se les enseña a confiar en las promesas de la palabra de Dios. A los líderes de las iglesias se les enseña a buscar respuestas bíblicas en las Escrituras para resolver los problemas que enfrentan en casa, en el trabajo y en la iglesia. Es importante que las iglesias que se planten equipen a sus miembros para estudiar la Biblia por sí solos. En nuestra red, practicamos el estudio bíblico inductivo, tanto para la reflexión personal del líder como para el estudio bíblico participativo en la iglesia. El estudio bíblico inductivo se complementa con los cuadernillos de estudio pastoral de Capacitar y Multiplicar, especialmente los cuadernillos que exponen los libros bíblicos (por ejemplo Nehemías, cuadernillo 20). Nuestro objetivo es que todos los miembros de nuestras iglesias se alimenten a sí mismos con la Palabra de Dios. Deuteronomio 8:3, Josué 1:8, San Mateo 4:4, 2 Timoteo 3:16 5. Liderazgo Local Las labores para fundar iglesias a menudo comienzan con un plantador de iglesias que va a un área nueva para hacer amigos y compartir el evangelio. Ahora bien, es importante que este plantador de iglesias que viene de otra área comience rápidamente a capacitar, equipar y lograr líderes locales para la iglesia recientemente plantada. La nueva iglesia no debe hacerse dependiente del líder que viene de otra área. Los líderes locales poseen tanto el conocimiento cultural como los amigos y la influencia local necesarios para ayudar al crecimiento de la iglesia. Si el plantador de iglesias no confiere poder a los líderes locales y los multiplica, pronto enfrentará dos problemas: a. Trabajará más de la cuenta y se agotará porque realiza toda la labor por sí solo. b. La nueva iglesia se hará débil y será incapaz de hacer cualquier cosa que no sea iniciada y dirigida por el líder de afuera. Una aplicación eficaz de 2 Timoteo 2:2 “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”, impedirá este tipo de dependencia dañina. Esta sociedad de ECC envía plantadores de iglesias capacitadores. El trabajo del capacitador consiste en identificar y equipar a hombres y mujeres locales para fundar y multiplicar iglesias. El trabajo del capacitador de ECC no es liderar o pastorear directamente a las nuevas iglesias plantadas. Esta tarea les corresponde a los líderes locales. Hechos 14:21-25, Hechos 20:13-38, 1 Tesalonicenses 1:5-8, Tito 1:5. 6. El liderazgo de los miembros naturales de la iglesia Uno de los elementos fundamentales para una multiplicación eficaz de las iglesias es la movilización de toda la membresía de la iglesia para las labores de evangelismo, discipulado y multiplicación de iglesias. Las iglesias que dependen de unos pocos profesionales remunerados para su liderazgo no pueden responder a las numerosas necesidades de las personas que las rodean. Las iglesias que equipan a obreros voluntarios (obreros no pagados al comienzo, y no profesionales) para evangelizar, hacer discípulos y comenzar nuevas iglesias tienen más posibilidades de crecimiento, multiplicación y saturación de un área con las Buenas Nuevas de Jesús. Cuando hablamos de líderes de los miembros naturales de la iglesia, nos referimos a obreros voluntarios o bivocacionales cuyos ingresos no dependen exclusivamente de la iglesia. La mayoría de estos obreros pastorales son voluntarios no asalariados. Cuando hablamos de líderes, miembros naturales de la iglesia, no queremos decir que estos obreros no-asalariados nunca serán autorizados a bautizar o servir la Cena del Señor. De hecho, muchos pueden y deben recibir tal autoridad. Mediante un proceso de capacitación práctica, ministerio y logros, estos líderes serán autorizados a bautizar y servir la Santa Cena. Los miembros de las iglesias de la red que muestran un testimonio de ser fieles, enseñables y disponibles que han plantado una iglesia hija bajo la supervisión y tutela del obrero pastoral de la iglesia madre, habiendo estudiado los temas correspondientes de Capacitar y Multiplicar, bautizarán a los nuevos discípulos de su iglesia y les sirven la Santa Cena, primero con la presencia y ayuda del obrero pastoral de la iglesia madre y luego por sí solos. El uso de los líderes, miembros naturales de la iglesia para la multiplicación de iglesias tiene 4 requisitos: a. Una capacitación continua, práctica y eficaz de los obreros pastorales. b. Una delegación eficaz a los obreros pastorales de la responsabilidad y la autoridad para llevar a cabo las tareas relacionadas con la fundación de iglesias. c. Una supervisión eficaz de los obreros pastorales mientras llevan a cabo su ministerio para fundar iglesias. d. Brindar una atención pastoral eficaz, así como dar ánimos a los obreros pastorales para que no se sientan desalentados o atribulados. Hechos 8:1 (comparar con Hechos 11:19) 7. Iglesias en casa Las iglesias en casa brindan la hermandad espiritual necesaria para que los seguidores de Jesús crezcan en su fe. Debido a que cuentan con una estructura sencilla y son participativas por naturaleza, están listas para la reproducción. Las estructuras grandes y complejas dirigidas por especialistas ministeriales son de difícil reproducción. Sin embargo, las iglesias en casa, son relativamente de fácil reproducción. Si las iglesias en casa han de multiplicarse sin demora, deben comenzar a reunirse tan pronto como nuevos contactos estén dispuestos a unirse en hermandad alrededor de la palabra de Dios. El uso del tiempo y dinero para comprar, alquilar o construir edificaciones para las reuniones a menudo atrasa y nos desvía del vital ministerio espiritual del evangelismo y del discipulado que deben ser el cimiento de la nueva iglesia. La Iglesia de los tiempos del Nuevo Testamento utilizaba las casas como el lugar más común de reunión. También se reunían en escuelas. Las iglesias modernas se han congregado en hogares, escuelas, hoteles, oficinas, fábricas, restaurantes y edificios facilitados por el ayuntamiento. Un edificio no constituye el factor fundamental para una vigorosa vida de iglesia. La fe, el amor, la oración, la hermandad y una enseñanza eficaz sí lo son. Las iglesias que se multiplican emplean la gran mayoría de su tiempo, de su dinero y de sus oraciones en el ministerio espiritual. Cuando las iglesias comienzan a multiplicarse rápidamente es poco probable que sus diezmos y ofrendas puedan construir suficientes edificaciones para acaparar a todos los creyentes. Es por ello que es muy importante comenzar con patrones que pueden reproducirse, reuniendo los hermanos en instalaciones que ya se encuentren en la comunidad tales como hogares u oficinas. Hechos 2:46, Hechos 10:24-27, Hechos 16:40, Hechos 20:20 8. Iglesias fundando iglesias Las iglesias locales deben asumir la responsabilidad de fundar iglesias nuevas. No pueden esperar que otros lo hagan. Cada iglesia y debe comprometerse a fundar una o más iglesias hijas que a la vez sea capaz de fundar su propia iglesia hija y tenga voluntad para hacerlo. Cada congregación de cada generación debe considerar, como parte de sus valores fundamentales, la idea de que es responsable de fundar y cultivar iglesias nuevas. Esta capacitación debe llevarse a cabo de manera que la primera generación de iglesias pueda fundar una segunda generación de iglesias, y esta a su vez pueda fundar una tercera generación, y así en lo sucesivo. Cada iglesia es responsable de fundar iglesias. Cada obrero pastoral es responsable de capacitar a otros obreros pastorales. El ministerio de los líderes de la Red está diseñado para hacer de esto una realidad. 9. Reproducción rápida Cada iglesia tiene que orar, planificar y realizar acciones encaminadas a establecer nuevas iglesias sin demora. Por eso, se necesita un sistema sencillo y reproducible para formar nuevos obreros pastorales. Las iglesias siempre están buscando oportunidades de formar nuevos grupos de estudio que van a convertirse en iglesias. Siempre están capacitando y enviando a nuevos líderes naturales de la membresía de la iglesia para fundar nuevas iglesias. El concepto y la necesidad para la reproducción rápida deben entrar desde el principio en la mente y el corazón de la nueva iglesia. Así la reproducción rápida llega a ser parte del ADN de la iglesia y se pasa de generación en generación. Una clave de la reproducción rápida es un sistema de capacitación que incluye marcos de tiempo para la reproducción. Hechos 13:49 Hechos 14:23 10. Iglesias saludables Los organismos débiles, enfermos e infectados no crecen ni se multiplican con facilidad. Ese también es el caso para las iglesias en casa. Las iglesias saludables incorporan a todos sus miembros en la vida y el ministerio de la iglesia mediante: a. Una buena educación cristiana y la capacitación del discipulado. b. c. d. e. f. g. Servicio a la comunidad. Evangelismo. La adoración. Ofrendas generosas. Ministerio de unos a otros. Transparencia y rendición de cuentas en cuanto a la obediencia de la Palabra de Dios. Las iglesias saludables y vigorosas mandan que sus miembros se perdonen los unos a los otros y vivan en paz con cada cual. Promueven la santidad de corazón y de vida enseñando y orando por que cada miembro viva una vida de fe y devoción a Cristo mediante el poder del Espíritu Santo. Las iglesias que se congregan en hogares y tienen líderes naturales de la membresía no necesitan un gran presupuesto monetario para realizar un ministerio eficaz. Aún cuando el número de miembros no es elevado y los diezmos y las ofrendas se destinan al evangelismo, al discipulado y a las personas necesitadas, en lugar de utilizarlos para pagar renta o salarios pastorales, hay una abundancia de dinero para hacer el trabajo del ministerio. 11. Incorporación rápida de los nuevos convertidos en la vida y el ministerio de la iglesia. Los nuevos creyentes deben ser capacitados y recibir la oportunidad inmediata de compartir su testimonio de salvación con sus amigos y los miembros de su familia. Se les debe animar e instar a que transmitan a los demás las cosas que han aprendido respecto de la vida en Cristo (2 Timoteo 2:2). Tan pronto como comprendan las bases de su salvación, hayan expresado un arrepentimiento sincero por sus pecados y el deseo de seguir a Cristo en el bautismo, deben ser bautizados y recibir mayores responsabilidades en la iglesia local. Estos nuevos creyentes deben aprender a emplear sus dones, su dinero y su capacidad para servir a sus hermanas y hermanos y ayudarles a fundar iglesias hijas. Desde el principio, ellos deben estar involucrados en un proceso de discipulado, capacitación y supervisión de manera que crezcan en la gracia y el conocimiento del Señor Jesús, y para que tengan una protección pastoral contra el enemigo de sus almas. La pasión y el fervor del creyente nuevo no se deben reprimir. En su lugar, deben ser guiados, refinados y liberados. Las barreras extra-bíblicas y no-bíblicas al bautismo se deben evitar. Se debe ayudar a los nuevos creyentes a comprender cómo sus dones, habilidades y recursos pueden utilizarse para la multiplicación de iglesias. Al igual que sucedió en el libro de Hechos, instamos activamente a los nuevos creyentes a que abran sus casas y den inicio a nuevas iglesias. Con una capacitación y supervisión adecuada, esta nueva iglesia alcanzará al círculo de amigos y familiares del nuevo creyente. Estas se multiplicaran, en maneras que no fueran posibles, si el nuevo creyente quedase excluido de responsabilidades significativas en la iglesia. Hechos 16:33 12. Capacitación con la mano en el arado (Capacitación práctica para el liderazgo de iglesias) Las iglesias que crecen y se multiplican con rapidez han de tener la posibilidad de capacitar a los obreros pastorales en el lugar donde estos viven y trabajan. Si los únicos líderes que pueden conducir una iglesia son aquellos que han sido capacitados en la lejanía de un seminario o un instituto bíblico, la iglesia no tendrá líderes suficientes para multiplicarse frecuentemente. Las iglesias que capacitan a los nuevos creyentes dentro del contexto del ministerio de la iglesia local para fundar nuevas iglesias son más propicias a la multiplicación de éstos. Para lograrlo, la capacitación ha de enseñarse de manera continua en horarios factibles para las personas que trabajan. La capacitación debe ser bíblica, clara y comprensible, así como práctica. La capacitación eficaz de adultos exige que los aprendices pongan inmediatamente en práctica lo que han aprendido. La multiplicación rápida requiere de un desarrollo acelerado de liderazgo. Las iglesias han de tener las condiciones para proporcionar esta capacitación práctica a los nuevos creyentes. En esta capacitación, las iglesias deben asegurarse de instruir y formar nuevos creyentes que capacitarán ―hombres fieles y capaces de enseñar a otros también‖. Debe prestarse la debida atención para que durante el proceso de capacitación, los aprendices reciban responsabilidades de importancia, así como autoridad y mentoreo. 2 Timoteo 2:2, Hechos 14:23 Además de los 12 principios que se enumeran en el acuerdo para la multiplicación de iglesias entre La Red de iglesias ―Paz y Esperanza‖ y la Sociedad ―Una Misión‖, los siguientes puntos serán beneficiosos para aquellos que multiplicarán iglesias. 1. Obreros pastorales dan testimonio del llamamiento a la multiplicación de iglesias. Es de vital importancia que los lideres que acepten el desafío de fundar y multiplicar iglesias nuevas expresen un llamado de Dios para realizar tal labor. Antes de que alguien les cuente a otros que él ha sido llamado por Dios para hacer algo, esa persona deberá pensar bien sus acciones, deberá calcular el costo de su obediencia al llamado. El liderazgo de una iglesia no se debe aceptar a la ligera. Aquellos que acepten el desafío de fundar iglesias tienen que saber que Dios está con ellos y que son hacedores de una misión divina. Las personas que testifican que Dios los ha llamado a realizar algo, son más propicias a perseverar frente a las privaciones o las dificultades. Es por ello que a cada persona que reciba la capacitación para fundar una iglesia se le debe pedir que testifique clara y honestamente que Dios lo llamó para cumplir esa tarea. 2. Los recursos están en la cosecha Al revisar la historia de las misiones evangélicas, resulta fácil creer que los recursos para la siembra de las iglesias se deben enviar desde lejos a la localidad donde se planta la iglesia nueva. No obstante, la Palabra de Dios y nuestra propia experiencia nos deja claro que los recursos para la multiplicación de la iglesia se encuentran en la cosecha. Donde quiera que se enseñe y capacita a los creyentes locales a confiar en Dios para la provisión de personal, materiales y finanzas para la siembra evangelística de iglesias, Dios provee. Los recursos están en la cosecha. Dios puede proveer, y de hecho provee, a través de los creyentes locales los elementos necesarios para hacer discípulos de Jesús en ese lugar. Cuando los creyentes locales van más que nada en busca de recursos exteriores para llevar a cabo edificaciones, obtener fondos para los eventos de capacitación o actividades evangelísticas, fracasan en el desarrollo de su propia creatividad y de sus habilidades como líderes. Sin embargo, cuando los creyentes locales confían en que Dios proveerá, se dan cuenta de que Dios suple sus necesidades en maneras poderosas. Cuando las iglesias dependen de fondos externos para la realización de edificaciones y la obtención de otros recursos, la tasa de crecimiento y multiplicación está limitada a la cantidad de fondos externos disponibles. Sin embargo, cuando son los creyentes locales los que proporcionan el lugar de congregación y financian las actividades de su ministerio, los ministerios prosperan. Se desarrolla un concepto saludable de responsabilidad local, y los líderes locales crecen y maduran. 3. Adoración en el idioma del corazón Para que las iglesias se puedan multiplicar sin inconvenientes, es importante que los miembros puedan adorar al Señor, y aprender Su Palabra, en el idioma que entiendan mejor. Han de tener la libertad de expresar sus pensamientos, y sus sentimientos más profundos ante el Señor, y entre sí en el idioma que les resulte más cómodo. A este lenguaje le llamamos el idioma del corazón. Usualmente es la lengua materna. Es el lenguaje y el dialecto que se utiliza en el hogar y entre los amigos más cercanos. No se trata de una segunda o tercera idioma, ni una versión formal o ritualizada de la lengua materna. 4. Las personas confían en Dios, en la familia o redes de relaciones. La iglesia crece más rápido cuando un miembro de la familia comparte rápidamente las Buenas Nuevas con otros miembros de la familia. ¿Significa esto que la iglesia no puede crecer aceleradamente cuando los miembros de la familia no viven juntos? No, pero será un poco más difícil. En estos casos se debe enseñar a los nuevos creyentes que traten de llegar a sus vecinos o amigos más cercanos. Siempre es inteligente concentrar la oración y los esfuerzos evangelísticos en tratar de llegar al jefe de familia, de manera que él o ella pueda compartir las Buenas Nuevas de Cristo con los demás familiares. Esto se debe hacer de manera intencional. 5. Pasión y audacia Las iglesias que crecen y se multiplican se caracterizan por la pasión y la audacia. Estas se evidencian en los líderes de las iglesias que no se dejan intimidar por las presiones sociales para mantener la noticia de Dios en silencio. Tales líderes evidencian su fortaleza al proclamar el evangelio y esperan que los nuevos creyentes hagan lo mismo. Ellos preparan a los nuevos creyentes para la persecución y el sufrimiento por Cristo, enseñándole los ejemplos de Jesús y de los apóstoles, así como ejemplos contemporáneos de pasión y audacia. 6. Los miembros y líderes de la iglesia con frecuencia sufren al seguir al Señor No es extraño que los nuevos creyentes y los líderes sufran al seguir al Señor. Dicho sufrimiento puede ser la consecuencia de una persecución o de un rechazo, o puede llegar bajo la forma de una enfermedad o la pérdida del trabajo. A la luz de tales acontecimientos, el cuerpo de Cristo debe estar capacitado para nutrir y cuidar de los miembros que sufren al seguir al Señor. 7. Obreros pastorales que capacitan a obreros pastorales En la medida que los miembros de la iglesia comprenden la visión de la multiplicación de la iglesia y aceptan el desafío de fundar congregaciones multiplicadoras, el obrero pastoral debe proporcionar: Capacitación –enseñar habilidades para el ministerio pastoral, el evangelismo, la fundación de iglesias, la capacitación de liderazgo y todas las demás habilidades necesarias para la multiplicación de iglesias. Orientación y Asesoramiento — Ayudar al líder del nuevo grupo de estudio o iglesia trazar sus metas para el nuevo grupo, así como las opciones para lograr los objetivos. El asesoramiento incluye la rendición de cuentas referente el ministerio realizado. Mentoreo — transmitir experiencias y conocimientos de la vida del obrero pastoral de la iglesia madre a obrero pastoral de la iglesia hija. Delegación — entregar responsabilidades y autoridad al nuevo obrero pastoral. Cuando el obrero pastoral combina estas cuatro habilidades brinda un ambiente ideal para el aprendizaje. Mediante esta poderosa combinación de habilidades él transmite conocimientos y habilidades que permiten el cumplimiento de su misión a aquellos que han recibido el llamado. Entonces, el nuevo obrero pastoral puede pasar el mismo modelo de capacitación a la próxima generación de iglesias. El obrero pastoral de la iglesia madre supervisa al obrero pastoral de la iglesia hija para comprobar que transmite adecuadamente la capacitación a la próxima generación. De esta manera cada generación se convierte en la capacitadora de la próxima generación. Cada vez que un obrero pastoral decide cumplir solamente con su papel de pastor y deja de capacitar a los miembros de su congregación para que planten nuevas generaciones de iglesias, la cadena de multiplicación se romperá y la visión perecerá.
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