Nueva medicina germánica por el Dr. Eduardo Castellanos Cervera

Nueva medicina germánica por el Dr.
Eduardo Castellanos Cervera. Cuando
una persona acude a consulta médica el
médico tratante hace un análisis de los
síntomas,
hallazgos
clínicos,
de
laboratorio, de gabinete y posteriormente
elabora un diagnóstico. A continuación
propone un tratamiento farmacológico. El
enfoque es exclusivamente en base a los
síntomas y a los hallazgos encontrados en
exámenes clínicos. Si el paciente
pregunta la causa de la enfermedad la
contestación del médico se hará en
función de un argumento hipotético jamás
comprobado. Un médico jamás va a decir
a su paciente la verdadera causa de lo que
padece porque ni él mismo lo sabe, ya
que este tipo de conocimiento no forma
parte de los programas de enseñanza en
las universidades. Es obvio que si no se
conoce la causa de una enfermedad, la
estrategia terapéutica está condenada al
fracaso. Es como dar palos de ciego. El
médico tiene la convicción de que los
medicamentos curan y se sorprende
cuando en muchos casos el paciente
persiste con sus síntomas o empeora. El
organismo de todos los seres vivos posee
sus propios mecanismos curativos que por
desgracia desconocemos y preferimos
confiar en sustancias externas para
pretender lograr la curación.
Desde hace mucho tiempo se piensa que
detrás de las enfermedades están los
trastornos emocionales como causa
directa, pero ante una falta de
comprobación convincente y científica,
los médicos oficiales no reconocen esa
relación de causa-efecto, esa situación
inició un
cambio
sustancial a
partir de 1978.
El Dr. Ryke Geerd Hamer nació en
Alemania en 1935, se graduó en
Medicina, Física, hizo estudios de
Teología y posteriormente se especializó
en Medicina
Interna, Radiología,
Pediatría y Oncología. Es un gran
inventor que patentó instrumentos
médicos muy eficientes que le significan
muy buenas regalías. Como pueden
apreciar se trata de una persona muy
preparada en el campo de la Medicina y
además es poseedor de una gran cultura.
En el año de 1978 balearon por accidente
a su hijo Dirk que se encontraba
durmiendo en una embarcación en una
isla cercana a Cerdeña, Italia y como
consecuencia de ello falleció en los
brazos de su padre 3 meses después tras
una larga y penosa agonía. 3 meses
después del fallecimiento de Dirk el Dr.
Hamer desarrolló cáncer en el testículo
izquierdo que fue tratado con los
protocolos de la medicina oficial, que
incluyeron la extracción quirúrgica. Una
vez que recuperó la calma se preguntó si
el shock sufrido por la muerte de su hijo
tuvo relación con su cáncer, ya que
siempre había sido muy saludable. En ese
tiempo él trabajaba en una clínica
oncológica de Munich, donde preguntaba
a sus pacientes si antes de que se les
presentara el cáncer habían vivido algún
acontecimiento dramático que les hubiera
marcado la vida y sistemáticamente la
respuesta fue afirmativa. Él se dio cuenta
de que todas las personas con cáncer de
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mama habían vivido un tipo de
acontecimiento, las que padecían cáncer
cérvicouterino habían padecido un
conflicto, pero de diferente tipo que las
pacientes con cáncer de mama. Así fue
agrupando los conflictos que antecedieron
a cada tipo de cáncer y concluyó que
siempre se presentaba el mismo patrón
conflictual. En este punto el Dr. Hamer
tenía claro el concepto de vivencia
dramática-cáncer como causa-efecto, pero
no podía demostrarlo científicamente ante
sus colegas y ante el mundo hasta que un
día pensó que seguramente habría alguna
marca en el cerebro, ya que este órgano
gobierna a todos los demás órganos del
cuerpo. Se dedicó a revisar las
tomografías axiales computarizadas de
cerebro (TAC) de los pacientes afectados
de cáncer y observó en cada una de ellas
una formación caracterizada por la
presencia de círculos concéntricos nítidos
en determinada área del cerebro. En otros
casos observó que esos círculos habían
perdido su nitidez, estaban difusos e
hinchados (edema). A esas formaciones
se les denomina focos de Hamer. Él
observó que las personas con cáncer de
mama tenían los focos de Hamer en el
cerebelo, las que tenían cáncer
cérvicouterino los presentaban en la
región periinsular del lóbulo temporal
izquierdo, los pacientes con cáncer de
hígado, en el tronco cerebral y así
consecutivamente para cada tipo de
cáncer. Posteriormente se dio cuenta de
que estos fenómenos naturales suceden en
todas las enfermedades y no únicamente
en el cáncer. Después de una minuciosa
investigación que le llevó miles de casos
y algunos años hizo una tesis para que sus
descubrimientos
fueran
validados por la
universidad de Tübingen, donde él
estudió la carrera de medicina, pero fue
rechazada sin haber hecho un análisis y
una comprobación de sus argumentos. Es
claro que al sistema capitalista salvaje en
el que estamos inmersos no le convenía
aceptar una medicina biológica porque se
desplomaría la poderosa industria
farmacéutica y la de los hospitales
privados, ya que apuesta a la curación
siguiendo las pautas naturales que cada
organismo
tiene
codificadas
y
prescindiendo en lo posible de
medicamentos. Tiempo después fue
encarcelado en dos ocasiones por no
abjurar de sus descubrimientos y le fue
retirada su licencia para ejercer la
medicina. Ahora vive exiliado en
Noruega.
El Dr. Hamer formuló cinco leyes
biológicas que se cumplen en todos los
seres vivos y que pueden ser
perfectamente contrastadas, cosa que no
ocurre con las hipótesis y teorías de la
medicina oficial y las medicinas
alternativas.
Las 5 Leyes Biológicas:
1.- Ley férrea del cáncer.
2.- Ley bifásica de las enfermedades.
3.- Sistema ontogenético de las capas
embrionarias.
4.- Sistema ontogenético de los
microbios.
5. La quintaesencia.
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En esta ocasión abordaremos la primera
ley biológica y dejaremos para las
siguientes entregas las 4 leyes restantes.
PRIMERA LEY
En la terminología de la NMG (Nueva
Medicina Germánica), existe un “choque
de conflicto” o DHS (Síndrome de Dirk
Hamer por sus siglas en alemán) que se
refiere a una situación emocional
estresante que no pudimos anticipar y
para la cual no estábamos preparados. Tal
DHS puede ser disparado, por ejemplo,
por una separación inesperada o por la
pérdida de un ser querido, un enojo o
preocupación inesperados, o por un shock
abrupto por un diagnóstico o pronóstico
inesperado. Un DHS difiere de un
“problema” psicológico o de una
situación de estrés cotidiano en que, el
choque del conflicto involucra no solo a
la psique, sino también al cerebro y al
cuerpo.
Desde un punto de vista biológico,
“inesperado” implica que, no habiendo
estado preparado, la situación puede ser
potencialmente en detrimento del
individuo que fue tomado por sorpresa.
Para ayudarlo durante tal tipo de crisis
inesperada, se enciende instantáneamente
un
Sinnvoller
Biologischer
Sonderprogramm (programa biológico
especial con sentido), creado para esa
situación particular.
Debido a que estos programas de
supervivencia arcaicos son inherentes a
todos los organismos, incluyendo a los
seres humanos, en la NMG hablamos de
conflictos biológicos más que de
conflictos
psicológicos.
Los animales
experimentan estos conflictos biológicos
en términos reales, por ejemplo, cuando
pierden su nido o su territorio, cuando son
separados de una pareja o de una cría,
cuando son atacados por un adversario,
cuando sufren una amenaza de hambruna
o un susto de muerte.
Pena por la muerte de una pareja
Debido a que los humanos somos capaces
de interactuar con este mundo en
términos tanto literales como simbólicos,
podemos sufrir estos conflictos también
en un sentido figurativo. Por ejemplo, un
“conflicto de pérdida territorial” puede
traducir la pérdida de un hogar o de un
trabajo, un “conflicto de ataque” puede
ser experimentado a través de un
comentario ofensivo, un “conflicto de
abandono” puede ser producido por
sentirse excluido o ser dejado atrás por el
“grupo”, o un conflicto de “susto de
muerte” puede ser disparado por un shock
por un diagnóstico que es percibido como
una sentencia de muerte.
¡La desnutrición, el envenenamiento, ó
las lesiones pueden dar como resultado
disfunción(es) sin un DHS!. He aquí lo
que pasa en la psique, el cerebro y el
órgano correspondiente en el momento en
que ocurre un DHS:
Nivel de la psique: el individuo está
emocional y mentalmente en estrés.
Nivel cerebral: en el momento en que
ocurre un DHS, el choque del conflicto
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impacta un área en el cerebro muy
específica y predeterminada. El impacto
del shock es visible en un escáner de
tomografía como un grupo de finos
anillos concéntricos.
En la NMG tal configuración en forma de
anillos en una TAC cerebral es llamada
un Foco de Hamer HH (del alemán:
Hamerscher Herd). El término fue
acuñado originalmente por los opositores
del Dr. Hamer, quienes mofándose,
llamaron a éstas estructuras, los “dudosos
Focos de Hamer”.
Antes de que el Dr. Hamer identificara
éstas estructuras en el cerebro, los
radiólogos las consideraban artefactos
creados por una falla en la máquina. Pero
en 1989, Siemens, un fabricante de
equipo de tomografías computarizadas,
certificó que estos anillos en forma de
diana no podían ser producto de
artefactos porque aún cuando la
tomografía se repetía desde diversos
ángulos, la misma configuración aparecía
siempre en el mismo lugar. El mismo
tipo de conflicto impacta siempre el
mismo sitio del cerebro.
La localización exacta del HH está
determinada por la naturaleza del
conflicto. Por ejemplo, un “conflicto
motor”, experimentado como “no ser
capaz de escapar” ó “sentirse atorado”,
impacta en la corteza motora del cerebro
que controla los movimientos de los
músculos.
El tamaño del HH está determinado
por la intensidad del conflicto.
Podemos
imaginarnos
cada
sitio
cerebral como un grupo de neuronas que
funcionan tanto como receptor como
transmisor.
Nivel del órgano: en el momento en que
las neuronas reciben el DHS, el choque
del
conflicto
es
comunicado
inmediatamente
al
órgano
correspondiente, y es instantáneamente
activado un “Significant Biological
Special Program” (SBS) listo para
exactamente ese conflicto. El propósito
biológico de cada SBS es mejorar la
función del órgano relacionado con el
conflicto, de forma tal que el individuo
esté en mejores condiciones de manejarlo
y eventualmente lo pueda resolver. En
cada Programa Especial con Sentido
Biológico (SBS), tanto el conflicto,
como su propósito biológico, siempre
están relacionados con la función del
órgano o del tejido correspondiente.
Ejemplo: Si un macho sufre un “conflicto
de pérdida territorial”, el conflicto
impacta en el área del cerebro que
controla las arterias coronarias. Es en
éste momento cuando la pared interna de
las arterias comienza a ulcerarse
(produciéndose una angina de pecho). El
propósito biológico de la pérdida de
tejido (ulceración) es aumentar la luz del
vaso coronario para que pueda ser
bombeada más sangre por minuto hacia el
corazón, lo cual le da al macho más
energía y más vigor en su esfuerzo para
recuperar su territorio (su hogar perdido o
su lugar de trabajo).
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Esta interrelación y coordinación entre la
psique, el cerebro y el órgano ha sido
llevada a cabo por millones de años.
Originalmente, éstos programas de
respuesta biológica innatos eran dirigidos
por el “cerebro del órgano” (incluso
cada planta posee todavía tal tipo de
cerebro del órgano). Con la creciente
complejidad de formas de vida, se
desarrolló un “cerebro principal”, a partir
del cual es ahora coordinado y controlado
cada Programa Especial con Sentido
Biológico (SBS). Esta transferencia
biológica a la cabeza explica el porqué los
centros de control de cada órgano en el
cerebro están dispuestos del mismo
modo en que lo están los órganos en el
cuerpo. Ejemplo: Los sitios de control
(relevos) que controlan la estructura del
esqueleto y del músculo estriado se
encuentran dispuestos
de manera
distintiva en la sustancia blanca cerebral
(la parte interior del cerebro por debajo de
la corteza). El diagrama muestra que los
centros de control de la calota (cráneo),
hombros, brazos, vértebras (columna),
pelvis, rodillas y pies están todos situados
de forma ordenada, virtualmente de la
cabeza al dedo
gordo del pie
(como
un
embrión en su parte trasera).
El tema del conflicto biológico ligado a
los huesos y los tejidos musculares son
“conflictos
de
auto
devaluación”
(relacionados a una pérdida de la
autoestima, sintiéndose “inútil” o “sin
valor”).
Debido a que existe una correlación
cruzada desde el cerebro hacia el cuerpo,
los sitios de control cerebral (relevos) en
el hemisferio derecho controlan los
huesos y los músculos del lado izquierdo
del cuerpo, mientras que los sitios de
control cerebral del hemisferio izquierdo
controlan los huesos y los músculos del
lado derecho del cuerpo.
Si quieres saber en qué consiste el resto
de las “5 Leyes biológicas” del Dr.
Hamer, visita www.puntodereunion.mx o
permanece atento a Punto de Reunión en
Facebook. Pronto saldrá publicado el
contenido que completa este artículo.
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