les, y comunes á todos lo

HISTORIA
NATURAL
artículos. particulares de esta historia es dOnde.
podrémos manifestar cómo estos hábitos generales, y comunes á todos los quadrúpedos ovíparos,
están más ó ménos. diversificados en cada espe
cíe, por su orgaruzacion particular y por la
circunstancias de sus vidas. Verémos, por exemplo, alimentarse únos de pescados, ótros cazar
con preferencia los animales que se arrastran por
uerra , los pequeños quadrúpedos, y aun los
puaros que pueden coger en las ramas de los .
á.rboles: éstos se mantie:nen únicamente de los
insectos 'Lue susurran en la atmósfera: aquellos
no se manci nen sino de yerba, ni buscan s.ino
plantas olorosas. ASl sabe la Naturaleza varia!;
l-os medios de .subsistencia en todas las clases, y
enlazarlas por IDI gran número de analogías. La
cadena casi infin.ita de los séres, en vez de pro:
longarse por una sola extretnidad, y de seguir
~onstantemente una línea rect,a, vuelve incesantemente sobre sí misma , se extiende en todas
las direcciones, se eleva, se baxa , se vuelve á
doblar; y , por los diferentes contornos que describe, los diversos senos que forma y Los vanos parages en que se reúne, representa una
especie de sólido, cuyas partes se ligan y enlazan: estrechamente, sin poder ser divididas á
rnénos de destruir su conjunto, sin que puedan
conoeerse el primero ni el, último eslabon, y
aun sin divisar cómo ha podido la Naturaleza
formar un texido tan inmenso como prodigioso.
Los qua3rúpedos ovíparos se hallan freqüenteÍnente reunidos en tropas numerosas, sin que
por esto pueda decirse que form<\n verda~era so-
® Biblioteca Nacional de Colombia
!lE :LOS QUADll.:6PEDOS
,.
•
~..
I
OVf:PAROS.
31,
cíedad. En efecto ¿ qué resulta 'de su reuníon?
Ninguna obra, ninguna caza, ninguna guerra
que dén iJldicios de haber sido concertadas. Nun:;'
ca construyen su asilo; y, quando le eligen en
las riberas , en los peñascos, en los huecos de
los árboles, &c. 110 es porque preparen habita·
cion cómoda para cierto nltmero de individuos
reunidos, y que quieran apropiársele para su$
diversas urgencias , sino una guarida puramente
individual,
en que solo qu.ieren 'ocultarse , ert
qne nada mudan, y que la adoptan igualmente,
ya sea suficiente para un solo animal , ó
que tenga b~stante extension pata ~culrar mu"
, chos de estos quadrúpedos.
.
.Si algunos cazan ó pescan juntos, es porque
igualmente
los atrae el mismo cebo : si acometen unidos, depende de tener la misma presa
á ~u alcance: si se defienden' en comun, con'.,
siste en que son atacados á un mismo ti~poj
y'si alguno de ellos ha podido alguna vez's:al:
v.ar.á toda la tropa, advirtiéndola por sus gril
tos de alguna asechanza,
no es , como se ha
dicho de ~los Monos, y de, algunos otros t¡Uá~
¿rúpedos , por e-star encargados del cuidado. de
velar para 'la seguridad comun 1 sino solameht~
p01' efecto del temor 9ue
se ádvierte en cási
todos los animales, y que' los hate estar ¡Free!
santemente atentos á su conservacÍon individual.
Auuque los ql1adtúpedoS' ovíparos páfezc:an
'1llénoS sensibles que les dernas quadrúpedds;
na
por esto dexan de expetirrientar;
ál regrésb d~
la primavera, loS s~ncimiento~ iI\1periosos del
amor que, en la mayor parte de los animaleS',
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HISTORIA
NATUR.AL
dá tanta fuerza á los mas débiles, tanta actividad á los mas lentos, y tanto valor á los m~s
cobardes. No obstante el silencio habitual de.
muchos de estos quadrúpedos, casi todos tienen
~onidos particulares para expresar sus deseos. El
macho llama á su hembra con un grito expresivo , al qual ella responde por un acento semejante. Quizá el amor no es para ellos mas
que una llama ligera, la qual 110 sienten nunca con gran viveza, como si los humores de que.
abundan sus cuerpos los eximiesen de aquel ca101: interno y productivo , que, con mas razon
de lo que se piensa, ha sido comparado con un
:verdadero fuego, y que del mismo modo es
amortiguado y templado por todo lo que participa del fria elemento del agu¡l..Con todo, parece que la Naturaleza ha querido suplir en el
mayor número de estos animales; á la actividad· interior de que carecen, con una estructura de las mas propias para la reproduccion.
Las partes sexúales de los machos están siempre ocultas en lo interior de sus cuerpos hasta
el instante de la cópula 1 : el calor interno no
cesa de penetrar los órganos destinados para perpetuar su especie, y debe contribuir á la viveza
de las sensaciones que estos animales experimentan. Por otra parte, las tortugas marinas, y
1 Por el ano es por donde los machos de los lagartos
y de las tortugas haeen salir é introducen sus partes sexuales, y por donde los de las ranas y de los sapos esparcen 'u licor fecundamente en los huevos que ponen su,
hembras, q>mo lo verémo5 en los artículos parti(,;ulam do
~~ lilitoIÍas.
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DE
tos'
QUADRÚPEDOS
OVíPAROS.
33
otros muchos quadrúpedos ovíparos, reciben y
comunican el fuego que son capaces¡de sentir 1 no
por unos cortos instantes, como la mayor parte
de los animales, sino por largo 6empo ; y así es
que dura muchos días la union íntima del macho y de la hembra, sin que ningun temor, ni
aun las mas profundas heridas puedan separarlos l.
Los quadrúpedos ovíparos son tan \fecundos
como prolongada es á veces su umon. Entre los
vivípáros, las especies mas pequeñas son generalmente las que producen en mayor número;
pero esta ley, constante para todos los animales,
no se extiende hasta los quadrúpedos ovíparos,
en los quales su fuerza cede á la naturaleza de
su org~nizacioIl; y aun parece que las grandes
especies de ~stos son á veces mucho mas fecundas que las pequeñas, como se podrá ver en la
historia de las tortugas marin~s , &c.
Pero, si los quadrúpedos ovíparos experimentan el amor con bástante viveza, no poseen
igualmente la temura paternal, pues abandonan
sus huevos luego que los han puesto ; es verdad que por la mayor parte escogen el parage
en que los depositan :. que algunos, mas atentos, le preparan y ordenan; y que tambien excavan hoyos en que los colocan , cubriéndolos
con arena y hojas; ¿ pero que comparacion tiene 'todo esto con la atencion y vigilancia con
que miran muchas especies de aves los huevos
de que ha de salir su prole? Y no puede decirse que á los mas de estos quadrúpedoi no lei
® Biblioteca Nacional de Colombia
34
J{ISTORlA
NATURAL
permite su estructura transportar y emplear los
materiales necesariQs para copstruir una especie
de nido mas perfecto que los hoyos que excavan, pues los cinco dedos largos y separados
que, por la mayor parte, tienen los quadrúpedos ovíparos, sus quatro pies, su boca y su cola, les suminl!;trarian medios mas oportunos que
los dos pies y un pico, únicos instrumentos de
que se valen las aves.
El volúmen de sus huevos varía, seg~n las \
especies, mucho mas que en estos últimos animales: los de los quadrúpedos ovíparos muy
pequeños, apénas tienen media línea de diámetro , al paso que los huevos de los mas grandes
llegan de dos á tres pulgadas de largo. Los embriones contenidos en estos huevos se reunen á
veces :intes de ser encerrados en ellos ~ de modo que suelen producir monstruosidades, igualmente que en las aves. En la obra de Seba se
vé la figura de una tortuga pequeña con dos
cabezas, y en el Real Gabinete se conserva un
pequeñísimo lagarto Verde que tiene dos cabezas y -dos cuellos muy distintos. 1
. La túnica de los huevos de los quadrúpedos
ovíparos no es igual en todas las especies: en
casi todas ellas , y con especialidad en las tortugas, es flexIble, blanda, y semejante á un pergamino mojado j pero en lds crocodilos y en
algunos otros lagartos grandes, es de substancia
1 Este lagarto fué enviado al Gabinete por el Señor
Duque de la Rochefoucault,
quien no cesa de dar pruebas de sus luces y de su zelo en órden al ~rogres_o de las
ciencias.
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DE LOS QUADRÚPEDOS
OVíPAROS.
35
dura y cretácea como los huevos de las aves,
aunque mas delgada, y por consiguiente mas
frágil.
Los huevos de los quadrúpedos ovíparos no
son, segun lo dicho, empollados por' la hembra. El ardor del sol y de la atmósfera los empolla ; debiendo notarse que, al paso que estos
quadrúpedos necesitan, para subsistir, mayor calor que las aves, sus huevos se empollan y producen á un temple mas frio que el que necesitan
los de estos últimos animales : de que se deduce
que las máquinas animales mas complicadas , por
exemplo la de las aves., no pueden ponerse en
movimiento sino por medio de un calor exterior muy activo; pero que, luego que están movidas, los roces de sus diversas partes producen
un. calor interno que llilce ménos necesario el
de la atmosfera para lá conservacion de sus movimientos.
De lo dicho hasta aquí se infiere que 105
hijuelos dy los quadrúpedos ovíparo no conocen jamas á su madre ~ ni reciben de ella alimento, vigilancia, socorros, ni educacion : que
no vén ni oyen cosa alguna que puedan imitar:
que la necesidad no les hace prorrumpir mucho tiempo en gritos que, no siendo oidos de
sus madres, se perderian en el ayre sin procurarles .alimento ni asistencia : que jamas la ternura corresponde á estos gritos, ni se establece
entre los quadrúpedos ovíparos aquel principio
de una especie de lenguage que tan claramente
se percibe en otros muchos animales ; y que, por
consiguiente , ion privados del principal medio
el
® Biblioteca Nacional de Colombia
36
HISTGlllIA
NATURAr..
de comunicarse sus diferentes sensaciones, y de
exercer una sensibilidad que hubiera podido aumentarse por medio de una mayor comunicacion
de sus mútuos efectos.
Pero, si su insensibilidad no es capaz de aumento, su índole puede á veces ser modificada.
Se ha consaguido dpmesticar los crocodilos , sin
embargo de ser los mayores, mas fuertes y mas
dañinos de estos animales : por 10 respectivo
á los pequeilos quadrúpedos ovíparos, la mayor
parte busca un asilo cerca de nuestras habitaciones , y aun algunos de ellos se domicilian en
nuestras casas, en que hallan con mayor abundancia los insectos que son su presa; y, miéntras
nosotros buscamos alguno~ de estos quadrúpedos, como las especies pequeñas de tortugas,
los quales traemos á nuestros jardines, y los cuidamos, alimentamos y protegemos, ótros, como
los ,lagartos Grises , manifiestan á veces una especie de domesticidad ménos perfecta; pero mas
libre, pues es en ellos enteramente arbitraria; mas
útil, porque destruyen mayor número de insectos dañosos; y, para decirlo así , mas noble,
respecto á que no reciben del hombre ni alimen- '
to preparado·,
ni acogida particular.
Casi todos los quadrúpedos ovíparos exhalan
un olor fuerte, bastante parecido al del almizcle, pe~o ménos agradable, y que por consiguiente se semeja algo al que exhalan animales
de órdenes muy diversos, como las culebras, lai
fuinas, las comadrejas, Jos hediondos, las mofetas de América y algunas aves, como la Abubilla, &c. Este olor , más Ó ménos vivo, es el
I
® Biblioteca Nacional de Colombia
37
producto de las secreciones particulares, cuyo
órgano es mllY-visible en algunos quadrúpedos
ovíparos, y señaladamente en el Crocodilo, como lo verémos en los artículos de su historia.
-Los quadrúpedos ovíparos llegan por lo general á, edad muy avanzada, como casi no 'puede dudarse por lo relativo á las grandes tortugas de mar, y á las. de agua dulce y terres·
tres; y no debe admirar esta longevidad- en animales cuya sangre !iene poco Calor, que apénas
transpiran, que pueden subsistir muchos meses
sin tomar alimento, que tienen pocos accidentes que temer, y que reparan tan fácilmente las
pérdidas que experimentan. Ademas de esto, viven mucho mayor número de años que los quadrúpedos vivíparos, si solo se calcula la existenCia por la duracÍon; pero, si se quiere contar
los momentos verdaderos de su vida, los únicos que deben estimarse, aquellos en que se sirven de su fuerza y nsan de sus facultades, se
verá que, quando habitan en un parage distante de la línea, su vida es muy corta, aunque
parezca haber corrido un gran espacio de tiempo. Entorpecidos ,cerca de seis meses, es. preciso desde luego rebaxar la mitad de su 1a.rgonúmero de años; y, durante el resto de estos años
que parece habérseles prodigado, ¿quantos dias
no será preciso n;baxar por el tiempo de enfermedad en que están obligados á esperar en su
guarida que una nueva cubierta los preserve de
los peligros? ¿Quanto instantes no será preciso
tambien deducir por el sueño diario, al qual
están mas sujetos que otros muchos animales:
DE LOS QUADRÚPEDOll
OVÍPA¡tOll,
c3
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HISTOllIA
NATURAL
porque reciben ménos sensaciones que los despierten, y especialmente porque son ménos estimulados del hambre? Por consiguiente, no re·
sultará mas que un cortísimo número de años
en que los quadrúpedos ovíparos sean realmente
sensibles y activos, en que empleen sus fuer2lS, usen de su máquina, y caminen con rapi~
dez hácia su destruccion. Durante todo el tiem~
po de su adormecimiento, inaccesibles á toda iUlpresion , frios, inmóviles, y casi inaniiÍlados, están en cierto modo reducidos al estado de materias brutas, cuya duracion es larguísima, porque el tiempo, para ~stas substancias, no es mas
que una sucesion de estados pasivos, y de posiciones inertes sin efectos productivos , y por
consiguiente sin ca"!lsasinteriores de destruccion,
muy léjos de poder ser contado por goces vi·
vos, y por los efectos fecundos que desplegan , pero que estragan todos los resortes de los
séres animados.
Muchos viageros han escrito que algunos
lagartos y ciertos quadrúpedos ov.íparos sin cola, contenian veneno, más ó ménos activo. En
los artículos particulares de esta historia veré·
mos que no se debe considerar como venenosos
sino un cortísimo número de estos quadrúpe •.
dos. Sabemos que ningun quadrúpedo vivíparo
y ninguna ave son inficionados de veneno, y
que solo entre las culebras, los pescados , los
gusanos, los insectos y los vegetales se encuentran muchas especies más ó ménos venenosas: de
que parecería poderse deducir que la abundancia d~ los xugos 'mortíferos, es tanto mayor en
® Biblioteca Nacional de Colombia
DE LOS QUADRÚPEDOS
OVÍPAROS.
39
los séres vivientes , quanto ménos enardecidos
60n sus humores, y mas sencilla su organizacion
interior.
Examinémos ahora con 1nas individualidad
los diversos quadrúpedos ovíparos, cuyas qualidades comunes, y cuyos atributos generales he-mos observado, y principiarémos por las diversas especies de tortugas de mar, de agua dulce,
y de tierra: despues consider'<1rémoslos crocodilos y los diferentes lagartos , cuyas especies
mas pequeñas, y señaladamente las de las saJamrrndras, tienen tantas analogías con las ranas
y demas familias de quadrúpedos ovíparos, que
carecen de cola, con cuya historia concluirémos la de todos estos animales. Sin embargo,
no nos detendrémos mucho sino en aquellos que,
por la singularidad de su estructura, la extension de su voJúmen, lo grande de su fuerza y la preeminencia ,de sus qualidades, merezcan mayor interes y atendon mas nbtable:
para llegar á pintar la Naturah~za, procuremos imitarla; y, así como las especies distinguidas parece haber sido los objetos de su predileccion, así tambien serán éstas los de nuestra
atencion particular, como que reflectan hácia
nosotros mas luz, esparciéndola con mayor brillo sobre t'odo lo que las rodea; y, quando se
trate de señalar los límites que separan las especies únas de ótras, quando estémos indecisos
en órden al valor de los caractéres que se presenten, querrémos mas bien contar una que admitir dos , estando seguros de que los individuos nada cuestan á la Naturaleza, aunque,
~4
® Biblioteca Nacional de Colombia
40
HiSTORIA
NATUltAL
no obstante su inmensa fecundidad, no ha pro:
<ligado inútilmente las especies. Sus efectos son
sin número, pero no lo son las cau&asque hace
obrar. Por lo mismo, creeríamos representar muy
mal la augusta sencillez de su plan, y hablar
siniestramente de su fuerza, si la atribuyésemos
sin razon una vana multiplicacion de especies:
por el contrario, pensamós manifestar mejor su
poder , diciendo que todas estas diferencias en
que consiste la magnificencia del universo, y todas estas variedades que le hermosean, las ha producidó freqiientemcnte modificando de diversos
modos especies realmente distintas. Léjos de enriquecer la ciencia 1, no la empobrezcamos : no la
degrademos recargándola ,con un peso inútil de
especies arbitrarias; y no olvidemos nunca que,
desde lo alto del trono sublime en que reside
la Naturaleza,
dominando sobre el tiempo y sobre el espacio, solo emplea un corto número de
fuerzas para animar la materia" desarrollar todos los seres, y mover todos los cuerpos de este
vasto upiverso.
'
® Biblioteca Nacional de Colombia
· -41
LAS TORTUGAS.
La
Naturaleza ha tratado á todos los animales
favorablemente
en mayor ó menor grado: únos
han recibido la hermosura, ótros la fuerza: éstos la corpulencia, ó armas mortíferas: aquellos,
atributos de independencia con la facultad de
nadar Ó. qe volar ; pero los únos, expuestos al
nacer á las intemperies de la atmósfera,
están
precisados á excavarse con trabajo asilos subterráneos y profundos ~ los ótros no -tienen por domicilio sino cabernas tenebrosas en montes elevados 'ó en vastas florestas: éstos, mas pequeños,
están reducidos á ocultarse en huecos de árboles
y de peñascos, ó á refugiarse hasta en las guaridas de sus enemigos mas crueles, á cuya vista
no puede ocultarlos mucho tiempo ni su pequeñez , ni su astucia: aquellos , mas infelices , ménos bien conformados, Ó ménos provistos de instinto, se vén obligados á pasar tristemente su
vida en una tierra desnuda, sin mas abrigo contra los frios rigurosos y las tempestades mas violentas, que ramas de árb9les y el techo natural
<Jue forman algunas rocas: aquellos, cuya mansion
es mas cómoda y segura, no gozan de la dulce paz
que ésta les procura, sino á fuern de trabajos y
afanes: solo las tortugas han recibido al nacer una
especie de domicilio durable. Este asilo, capaz de
resistir á grandes esfuerzos, ni aun es ~terminado á cierto espacio:' quando las falta el alimento en los parages que prefieren, no se vén
obligadas á abandonar un techo cOllStruido con
® Biblioteca Nacional de Colombia
42.
HISTOlUA
NATURAL.
pena , y á perder todo el fruto de sus trabajos
pam ir quizá con mas afan á disponer nueva
l1abitacion en paises extraños: llevan consigo
á todas partes el abrigo que las ha dado la Naturaleza, pudiendo decirse de ellas con toda vercad que arrastran su casa, en que están tanto
mas seguras, quanto no pueden destruirla los esfuerzos de sus enemigos.
La mayor parte de las Tortugas recoge quanco quiere su cabeza , sus pies y su cola dentro
de la cubierta dura y hu~sosa que las rodea por
todas partes, y cuyas aberturas son bastante estrechas para impedir que las uñas de las aves
voraces, ó los dientes de los quadrúpedos carriiceros penetren por eIlas sin dificultad. Permaneciendo inmobles en esta situacion de defensa,
pueden á veces recibir sin temor , como sin peligro , los ataques de los animales que procuran
bacer presa en ellas. Ya no son séres sensibles
que oponen la fuerza á la fuerza, que padecen
siempre en la resistencia, y que, aun en su victoria, salen más ó ménos heridos; pues, no presentando mas que su densa cubierta, es en tierto modo esta misma cubierta insensible contra quien
se dirigen las armas de sus enemigos: los golpes
que las amenazan no caen, para decirlo así, sino sobre la pit:dra: y así están entónces tan seguras dentro de su escudo natural, como podrían estarlo en la <:oncavidadprofunda é inaccesible de un peñasco. Este escudo impenetrable que
defiende á las tortugas, consta de dos especies de
láminas huesosas más ó ménos redondeadas, ó mas Ó
ménos COJlvexas.La una está colocada elldma, y la
® Biblioteca Nacional de Colombia
43
otra debaxo del cuerpo. Las costillas del espinazo componen parte de la superior, llamada caf'apacho ; Y la inferior, que llaman plastron , está unida con los huesos que componen el esternon. Estas dos cubiertas no se tocan ni unen si110 por los costados, y dexan dos aberturas, una
por delante' y otra por detras: la" primera da
paso á la cabeza y 105 pies de1anteros, Y la segunda á los pies traseros, á la cola, y á la parte en que está situado el ano. Quando las tortugas quieren caminar, ó nadar, tienen precision de extender su cabeza , cuello y pies,
que entónces se manifiestan á lo exterior; y
estos diversos miembros, como tambien la cola , lo anterior y lo posterior del cuerpo, están
cubiertos de una piel que se ase á 10 inferior
de los bordes del carapacho y del plastron;
que forma muchos pliegues quando los pies y
la cabeza están 'retirados; que es bastante flo:u
para ceder á sus diversos movimientos de extension , y que está guarnecida de pequeñas escamas, como la de los lagartos , las culebras y
los peces., con los quales da á las tortugas
cierta especie de semeianza. La cabeza, casi en
todas las especies de estos animales , es un poco
redondeada bácia el hocico, á cuya extremidad
están situadas las ventallas de la nariz: la boca
está colocada debaxo de ellas; y su abertura se
extiende hasta mas allá de las oreias. La mandíbula superior se avanza sobre la inferior, y ámbas carecencomunmente de dientes ; pero los
huesos que las componen son bastante duros para quebrantar fácilmente substancias muy com·
LAS TORTUGAS.
® Biblioteca Nacional de Colombia
44
HISTOItIA
NATURAL.
pactas. Esta posicion y estructura de su boca las
dan mucha facilidad para pacer las algas y demas plantas de que se alimentan. En casi todas
las Tortugas el sitio de las orejas no se percibe
sino por las láminas ó escamas particulares que
las cubren: sus ojos S011 abultados y prominentes.
El plastron es casi siempre mas corto que el
carapatllO , que le sobresale y cubre por delante , y mas por la parte posterior : tambien es ménos dur:o , y muchas veces casi .(;hato.
Estos dos escudos se compollen de muchas piezas huesosas, cuyos bordes son como dentados,
y entran únos en ótros de un modo más ó ménos notable : en ciertas especies, las piezas del
plastron pueden acomodarse á algunos movimientos. La cubierta superior,
como tambien la inferior, están guarnecidas de lámÍ11as ó conchas
que varían por su tamaJlo , número y figura, 110
solamente segun las especies, sino tambien segun
los individuos.
veces el número y la figura
de estas conchas corresponden al de las piezas
huesosas que ct1b~en.
Las conchas que revisten la circlmferencia
del carapacho , se distinguen de las que cubren
su medio, llamado disco, 'el qual por lo mas comun está cubierto de trece ó quince láminas, colocadas á 10 largo en tres líneas, la de enmedio
de cinco láminas, y las laterales de qnatro. El
borde está comunmente guarnecido de veinte y
dos ó veinte y cinco láminas; y el número de
las del pI astro n varía desde doce hasta catorce en
ciertas especies, y desde veinte y dos hasta veinte
y quatro en ótras. Estas conchas suelen caerse por
A
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z.AS
TORTUGAS.
4S.
efecto de una gran desecacion ó de al gun otro
accidente:
son medio transparentes,
flexibles y
elásticas: en ciertas especies, como la de la tor-.
tuga llamada Carey, presentan colores bastante
hermosos para ser buscadas y servir para objetos de luxo, haciéndolas mas aprec.iables para ser
empleadas en las artes, la propiedad que tienen
de ablandarse y fundirse á un fuego bastante suave , de modo que se unen, se amoldan y toman
toda especie de figuras.
Se distinguen ademas las tortugas de los demas quadrúpedos ovíparos en muchos caracté-res interiores bastante notables, y señaladamente
en el volúmen excesivo de la vexiga que falta
á los lagartos, igualmente que á los quadrúpedos ovíparos s'in cola, Tambien se diferencian en
el número de las vértebyas del cuello, de las
quales hemos contado ocho en la tortuga de
mar llamada Tortuga franca, en la G1't'cga, y
en la' Tortuga dc agua dulcc, á que hemos
dado el nombre de Amarilla ; siendo así que los
crocodilos solo tienen siete vértebras;
que la
may'or parte de los otros bgortos nunca tienen
mas de quatro , y que están privados enteramell·te de ellas los quadrúpedos ovíparos sin cola.
Estos son los principales rasgos de la estructura general 'de las tortugas,
de las quales conocem(Js veinte y seis especies, diferentes únas
de ótras por sus tamaños, y por otros caractéres
fáciles de distinguir. El carapacho de las grandes
tortugas tiene desde quatr<r hasta cinco pies y
medio de largo, y tres ó quatro de ancho; y el
grueso vertical de todo su cuerpo , á veces mai
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46
HISTORIA
NATURAl..
de quatro pies y medio en el parage mas elevado de la espalda. La cabeza tiene de ocho oí
nueve pulgadas de largo, y siete ú ocho de ancho; y el cuello es casi del mismo largo, como
tambien la cola. El peso total de e~tas tortugas grandes pasa ordinariamente de ochocientas
libras, y las dos cubiertas pesan cerca, de quatrocientas. En las especies mas pequeñas no se cuentan, por el contrario, sino algunas pulgadas desde la extremidad del hocico hasta la de la cola,'
aun quando todas las partes de la tortuga están
extendidas; y todo el animal suele no pesar mas
de una libra.
T ambien difieren mucho únas de ótras las
veinte y seis especies de tortugas en sus hábitos , viviendo las únas casi siempre en el mar,
y prefiriendo las ótras habitar en aguas dulces,
ó en terrenos secos y elevados. Conforme á esto,
hemos creido deber formar dos divisiones en el
género de las tortugas. En la primera colocamos seis especies de ellas, que son las mayores, y habi!an con preferencia en el mar;
y es fácil distinguirlas de la•• otras en que sus
pies muy prolongados, y sus dedos muy desiguales en longitud, y reunidos con una membrana,
representan nadaderas ó aletas, cuyo largo suele
ser de mas de dos pies, y por consfguiente excede en mas de una tercera parte al del carapacho. Ademas, los dos escudos se tocan por cada
lado en mayor porcion de su circunferencia: la
abertura de delante y la de atrás son por esta
razon ménos extensas, y no dexan mas que un
paso estrecho á las uñas d _fas aves de rapiíia, y
I',t
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I.As TO!.TUGAS.
á los dientes de los caimanes ,los
47
tígres, los
cuguares ,y otros enemigos de las tortugas;
pero la mayor parte de las tortugas marinas solo ocultan á medias su cabeza y pies baxo su carapacho , no pudiendo retirarlos enteramente en
él como las tortugas de agua dulce ó terrestres.
Las conchas de que se halla revestido su plastron , en vez de estar dispuestas en dos filas,
como las del plastroll de las tortuga!> terrestres
ó de agua dulce, forman quatro órdenes, y su
número es mucho mayor.
Las tortugas marinas representan entre los
quadrúped<;>sovíparos, la tribu numerosa de quadrúpedos vivíparos, compuesta de los morsas,
los leones marinos , los manaties y las focas,
cuyos dedos están igualmente reunidos, y tienen todos mas bien nadaderas ó aletas que pies:
como esta tribu, pertenecen mas bien las tortugas al elemento del agua que al de la tierra, y
enlazan igualmente el órden á que pertenecen,
con el de los pescados á quienes se semejan en
parte de sus hábitos y de su estructura.
Componemos la segunda division de todas las
demas tortugas que habitan, así en medio de
las aguas dulces, como en los bosques y terrenos secos, incluyendo en ella, por consiguiente,
la tortuga de tierra llamada Grüga que se halla en casi todos los paises calientes, y la tortuga 'de agua dulce nombrada la Cenagosa que
es bastante comun en la Francia meridional, y
en las demas regiones templadas de Europa. Todas las tortugas'de esta segunda division tienen
los pies muy re' gidos, Y los dedos muy cortos
to
¡
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48
HISTORIA
NATURAl:.
Y casi de igual largo: estos dedos, gua1'llecidog
de uñas robustas y encorvadas, en nada se parecen á nadaderas: el carapacho y el plastron solo están unidos uno á otro en una corta porcion
de su contorno, y dexan mas facilidad á las diferentes partes de las tortugas para sus diversos
movimientos, siéhdoJas unto mas útil esta gran
libertad, quanto caminan con mas freqiiencia
que nadan: su cubierta superior es comunmente
mas arqueada; y, por tanto, quando las vuelcan
dexándolas sobre su espalda, la mayor parte de
ellas puede dar vuelta y restituirse sobre sus pies,
al paso que casi todas las tortugas marinas , c~
yo carapacho es mucho mas chato, se consumen
en esfuerzos inútiles quando han sido vuelta), y
no pueden recobrar su primera posiciono
•
r
® Biblioteca Nacional de Colombia
..
'
.TORTUGA Fl\.ANCA
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