Taller Nº 4 ¿CÓMO EDUCAR LA CONCIENCIA Y LA LIBERTAD? Hna. Karla Cabrejos Antropología moral Introducción Ya hemos abordado uno de los temas fundamentales en la antropología moral, nos referimos a la opción fundamental, a las actitudes y a los actos humanos1. Hemos dejado claro que la opción fundamental siempre será: opto por realizarme como persona y quiero ser feliz. Existen otras opciones particulares: optar por Dios y su proyecto u optar en contra de Dios y su proyecto. Optar por la vida religiosa y consagrada u optar por el matrimonio. Las actitudes como disposiciones habituales y comúnmente adquiridas, trabajadas por cada individuo, no acercan o nos alejan de nuestra opción fundamental. Los actos humanos van reforzando a las actitudes y van reforzando o debilitando nuestra opción fundamenta y particular. El siguiente tema nos enclavará y urgirá a responder a una pregunta fundamental: ¿Qué necesitamos para hacer un juicio moral? O ¿qué necesitamos para valorar un determinado acto humano? ¿Cómo decir que un determinado acto humano es moralmente bueno moralmente malo? La respuesta creemos que a nuestra manera de entender la teología moral debe ser: necesitamos de un sustento subjetivo y de un sustento objetivo. El sustento subjetivo, lo representan la conciencia moral, la libertad y responsabilidad humana. El sustento objetivo, lo constituye la norma moral y el valor moral. Pues, éste será el recorrido de nuestro temario. Para este temario quizá no recurriremos a citas textuales, por ser un tema de curso y no un trabajo de investigación; sin embargo, no lo hemos inventado nosotros, por ello recomendamos consultar a los siguientes autores2. 1 Los actos humanos los hemos trabajado desde el Volicionismo clásico y moderno, hemos propuesta enrique- cerlo con el motivacionismo psicológico y con el simbólico sociológico o relacional. 2 Cf. D. MIETH, Conciencia, en AA. VV, Fe cristiana y sociedad moderna, Madrid 1986, 173 – 176; V. MIRANDA, Conciencia moral, en M. VIDAL, Conceptos fundamentales de ética teológica, Trota, Madrid 1992, 317 – 342; M. VIDAL, Moral de actitudes I. Moral fundamental, PS, Madrid 1990, 379 – 380; D. CAPONE, Antropología, conciencia y personalidad, en la conciencia moral hoy, Madrid 1971, 156; J. M. CASTILLO, El discernimiento cristiano. Por una conciencia crítica, Salamanca 1984; A. HORTELANO, Problemas de moral I. Introducción a la teología moral. la conciencia moral, Salamanca 1979. I. LA CONCIENCIA MORAL El problema de la conciencia se ha convertido en una cuestión básica de nuestro tiempo, incluso en la reflexión moral cristiana está siendo nuevamente objeto de gran atención. Se ha pasado de una exaltación unilateral de la ley objetiva 3 a dos fases: 1) considerar la responsabilidad de la persona y 2) devolver el carácter originario de la conciencia. Por otro lado, la afirmación cada vez más explícita, desde el siglo XVIII, de los principios de tolerancia y de libertad de conciencia especialmente en el caso de la libertad religiosa. La difusión del pluralismo ideológico y la mayor sensibilidad a los métodos democráticos. Más aún: el relativismo de las normas objetivas y absolutas en beneficio del contexto cultural en el que el hombre vive (fruto de la reflexión funcionalista y estructuralista) y de la historia dinámica de este contexto. Una devaluación análoga de la objetividad moral la ha provocado el estudio (promovido especialmente por el psicoanálisis) de los procesos y dinamismos psicológicos que apoyan y explican la formación de nuestra mentalidad moral en la historia de cada persona y de las relaciones afectivas más profundas y básicas en las que se ha desenvuelto. Por no hablar de la velocidad de las transformaciones que caracteriza la vida de nuestro siglo, que de forma fatal va dejando anticuados los dictados jurídicos y canónicos, incapaces de adaptarse con la misma facilidad a los cambios; por este motivo el mismo magisterio de la Iglesia ha comenzado a encomendar explícitamente a la conciencia de los fieles la decisión de qué comportamiento tomar ante problemas no pequeños, como los relativos al compromiso político – social o a ciertos aspectos de la vida familiar. La actualidad e interés de este proceso exige al moralista cristiano un continuo esfuerzo de análisis y de construcción teológica en torno al tema de la conciencia; pero a la vez muestra su dificultad y explica el carácter provisional de los resultados a los que pueda llegar. También en este intento de síntesis somos conscientes de esto. En la dinámica del quehacer la personalidad del sujeto moral, uno de los presupuestos imprescindibles es la conciencia. La moral del Concilio Vaticano II, ya no se centra sólo en los actos humanos, aunque en la práctica se siga exigiendo la moralidad 3 La ley de la polis o el juicio del Estado romano, y también el logos universal de la filosofía estoica, del que la conciencia debería ser simplemente un eco y un reflejo cuando no una "esclava'. 2 del acto. Juega un papel de mucha importancia la conciencia moral: ¿Qué es la conciencia? ¿Cómo nace la conciencia? ¿Qué clases de conciencia conocemos? 1. Noción La conciencia en las culturas y épocas a lo largo de la historia, siempre hizo parte del inconsciente colectivo. Los griegos4 la designaban como genio y figura, que ponen al descubierto al delincuente. En la Biblia, particularmente en Caín, la conciencia se encuentra objetivada como el ojo de Dios y en la poesía como gusano que muerde y remuerde. No sólo se trata de simples objetivaciones, es un juicio interior sobre determinadas acciones en el antes y después de realizarlos. La patrística lo percibió en términos jurídicos: juez, testigo, demandante, acusador, espejo del alma, guía, pedagogo, punto en el gran teatro del mundo. El Concilio Vaticano II lo concibe como “eco de la palabra de Dios que resuena en lo más recóndito del Ser Humano”5. Conciencia moral. Es ser responsable, discernir los valores y normas del comportamiento en vistas de la realización personal y está ligada al juicio de valor que la conciencia ejerce, la comprensión del bien y del mal. La conciencia moral se manifiesta en el juicio que hace de nuestras acciones “debo actuar de acuerdo a mis principios” “debemos tender al progreso del ser humano”. Desde la perspectiva tradicional la conciencia moral tiene la función de juzgar, valorar las acciones, para eso divide a la conciencia moral, en conciencia consecuente que juzga los actos realizados “no debía mentir” “debí ayudar a mi prójimo” y conciencia antecedente, que juzga las acciones futuras “debo ser fraterno, justo etc.” . En este tipo de división, constamos que la conciencia no está interesada en comprender los hechos, sino en valorarlos y júzgalos. No interesa la injusticia como hecho, sino la justicia como ideal, creyendo que el ideal resolvería la injusticia, esta manera de ser ha producido conflictos internos y externos. Esta conciencia egocéntrica no solo juzga nuestras acciones, sino que también pretende juzgar a las personas “José es malo” “maría es egoísta”, ¿es correcto juzgar a las otras personas? ¿Por qué no debemos juzgar a las otras personas? Primero porque no las conocemos y, en segundo lugar, porque nuestros juicios siempre son relativos a 4 Cf. R. MONDOLFO, Moralisti greci. La concienza morale da Omero a Epicuro, Milán – Nápoles 1960. 5 GS n. 16. Cf. M. VIDAL, Moral fundamental. Moral de actitudes I, Perpetuo Socorro, Madrid 1999, 339; E. LÓPEZ AZPITARTE, Fundamentación de la ética cristiana, San Pablo, Madrid 1998, 189. 3 nuestra cultura y a nuestros condicionamientos y, en tercer lugar, dado que nuestra vida es una vida en relación con otros, al juzgar a la otra persona en cierta manera lo estamos formando, la estamos condicionando, ejemplo, “eres un bruto”, “eres un machito”6. Hoy la conciencia no solo debe dedicarse a juzgar, personalmente creo que la filosofía greco – romana nos dio un concepto de conciencia en este ámbito, con el término syneidesis7, syneidesis viene del syn, traducida como oír (infinitivo) y sineidai, conocimiento ocular, e intuitivo, saber con otro, confidente, cómplice8. Es la conciencia del hecho interno y externo, sólo así la conciencia no se limita a juzgar actos pasados o futuros. “el tribunal de la conciencia es, psicogenéticamente, la interiorización del tribunal moral de la comunidad, cuyo juicio tenía lugar antes de la polis”9. En otras palabras, con la syneidesis traducida como conciencia, es la misma persona quien se premia o se castiga, es el sujeto moral (persona humana) quien valora su actuar humano. 2. La conciencia en la biblia Para el hombre de la Biblia, no existe el término conciencia. Dicho término aparece muy tardíamente en el libro de la sabiduría (17, 10 - 11) y en el Eclesiastés (Qohélet) (10, 20), también en Eclesiástico (42, 18), son textos que se aproximan, pero no usan el término conciencia. Sin embargo, existen otros términos que hablan de la conciencia o que hacen las veces de la conciencia. a. En el Antiguo Testamento10 La conciencia aparece en la noción de corazón. El corazón aparece como el testigo del valor moral de los actos humanos. De David se dice que le palpitó el corazón en varias oportunidades” (1 Sam.24, 6; 2 Sam. 24, 10). Salomón dice a Semeí: “sabes tu corazón de testimonio de ello, de todo el pecado que cometiste contra David” (1 Re. 2, 6 Mario Gómez. Fuerza, temperamento, manejo de la banda zurda y remzate. A los 17 años, fue parte de la generación piazza 1998. Pilar del tricampeonato crema y destacado del preolímpico sub 23 de 2001, Gómez se dejó arrastrar por el apelativo “machito” y se transformó en un jugador violento, amigo de escándalos y peleas con armas de fuego y blancas… Gómez estuvo recluido en el penal dos veces, por estar involucrado en el crimen de una joven y por herir a un muchacho. Hoy de 29 años deambula con sobre peso en el SportBoys. Cf. DIARIO: PERÚ 21, Promesas incumplidas, Miercoles 20 de Octubre 2010, 22. 7 Cf. R. MONDOLFO, La conciencia moral de homero a Demócrito y Epicuro, Buenos Aires 1962. 8 Cf. M. VIDAL, Moral de actitudes I. Moral fundamental, PS, Madrid 1981, 343. 9 Cf. J. L. ARANGUREN, Ética y Política, Madrid 1989, 20. 10 En este campo de la conciencia, tenemos que recurrir a autores que trabajan ética del Antiguo Testamento: F. LAGE, Ética federal, en AA. VV, La ética cristiana hoy: Horizontes de sentido, PS, Madrid 2003. En la misma obra, A. DE MINGO, Evangelizados por los pobres, 125. 4 44). El pecado de Judá está grabado sobre la tabla de su corazón (Jr. 17, 1). Job responde a sus acusadores, mi corazón no me acusa (27, 6). Como vemos, el corazón hace las veces de lo que hoy es para nosotros la conciencia. El corazón es el lugar donde se exterioriza la ley divina, es el lugar del encuentro con Dios: “reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón que Yahvé es el único Dios allá arriba en el cielo y aquí abajo en la tierra; no hay otro” (Dt. 4, 39). La conciencia viene a convertirse en ley interiorizada”, gravada en el corazón. La conciencia aparece en la noción de sabiduría. La sabiduría es fruto de la experiencia, aparece relacionada con la elección de los medios en orden a un fin. La posesión y el ejercicio de la prudencia comporta la práctica de las buenas obras: de misericordia (Prov. 19,11), de la justicia (1 Re. 3, 28), de la pureza (Prov. 7,4), de la paciencia (Prov.14, 29). La conciencia aparece en la noción de Espíritu. Junto con el corazón es sede principal de toda la vida moral y religiosa. La renovación de una vida moral se hará a través de una renovación del espíritu y del corazón de cada uno (Ez.18, 31; 36, 26). b. En el Nuevo Testamento11 En el Nuevo Testamento aparece varias veces y en diversos textos, de estos pasajes se deduce que la conciencia es12: Un juicio religioso moral. Mentalidad religiosa moral. Es testigo. Testigo insobornable (Rm. 2, 15; 9, 1). Todos los hombres tienen capacidad de juicio moral. Es última instancia de la decisión moral Para Pablo la conciencia platea cuestiones (1 Co. 10, 25) Para Pablo, la conciencia nos obliga a actuar en libertad (1 Co. 10,29- 30) Los cristianos tienen el deber de formar su conciencia. 11 Cf. L. ÁLVAREZ, Caminar en el espíritu. Pensamiento de s. Pablo, EDACALF, Roma, 2000,188-190; J. GNILKA, Teología del nuevo testamento, Trota, Valladolid 1998, 45; O. CULLMANN, Teología del nuevo testamento, 267. Dice: 1Cor8, 5s “ciertamente, existen muchos dioses y muchos Kyrios; pero para nosotros solo hay un Dios…y un Kyrios, Jesucristo”. 12 Aparece 31 veces en los escritos apostólicos, más en concreto, 21 veces en san Pablo, y las otras 10 veces en boca de san Pablo (como en He 23,1; 24,16) o bien en escritos muy afines, desde el punto de vista doctrinal o de léxico, a las cartas paulinas (como en Hb. y en 1 Pe). Por eso se siente uno tentado a pensar que la doctrina de la conciencia es una novedad del apóstol de las gentes. 5 Los cristianos deben de examinarse a sí mismos, buscando la voluntad de Dios. 3. Conciencia y verdad universal Los que hacemos el mal, el justo juicio de la conciencia puede ser el testigo de la verdad universal, al mismo tiempo de la malicia (Adán se esconde, Caín dice acaso soy testigo). La conciencia moral está presente en los actos que realiza en el presente y permite que los hechos hablen. Ej. Si percibimos el lamentable deterioro del medio ambiente ¿seguiremos contaminando? La conciencia es la voz interior que indica el sentido de los valores, es la voz de la autenticidad que nos llama a ser fieles a nuestro ser más profundo y verdadero. La conciencia no trata de cuestiones teóricas sobre el bien y el mal en general, se ocupa de la cuestión práctica ¿qué tengo que hacer aquí y ahora en esta situación concreta? La conciencia personal no existe sin la relación con la sociedad y que la ley o norma moral y la conciencia en cuanto éticas apuntan a los mismos valores. Sería un grave error hacer de la conciencia un asunto meramente privado sin vinculación con la comunidad, estaríamos cayendo en un individualismo subjetivista. Häering dice: la conciencia moral es conocer con, es la facultad moral de la persona, el núcleo interior y santuario donde uno se conoce así mismo en confrontación con Dios y con el prójimo. 4. La tensión entre conciencia y ley Entre la ley moral y la conciencia hay una vinculación muy estrecha, pero al mismo tiempo que se da la vinculación fundamental entre las mismas, necesariamente existe una tensión. La ley con sus preceptos no puede tener en cuenta todas las circunstancias que se presentan en la vida (hay vacíos), por ello la conciencia no puede guiarse solo por la ley. Es más, a veces tendrá que apartarse de la letra de la ley para realizar el bien y los valores a los que apunta la ley. Esta es la práctica de Jesús frente a los fariseos. La conciencia moral así entendida es la capacidad y tendencia que el ser humano tiene para discernir, crear las normas y directrices que orienten el camino hacia la realización humana. El ser humano solo puede realizarse como ser humano y no como ángel ni como bestia irracional. El espacio de creatividad que tiene la conciencia moral es doble, por un loado, 1) está el campo de la cultura o éthos comunitario de un pueblo y por otro, 2) están las 6 alternativas existentes en los modelos culturales: ejemplo, espacios de libre opción en estados de vida (casados, religiosos y solteros), diversidad de profesiones, diversidad de valores personales, convencionales y morales. 5. Génesis de la conciencia moral La filogénesis es la ciencia que estudia el surgimiento de la conciencia moral y su evolución en la historia del género humano, ejemplo: los tres principios morales incas ama yuya, ama ccella, ama sua. La ontogénesis es la ciencia que estudia el surgimiento de la conciencia moral y su evolución en el individuo, esta es la que nos interesa en un proceso de formación. Hay varias teorías, que se encargan de tener una opinión: La teoría innatista (lo innato), el individuo nace con una facultad moral, esta teoría hoy por hoy es cuestionada. La teoría biologista o darwinista, para quien, el ser humano ha evolucionado y para regular su convivencia en las sociedades, crean sus códigos de comportamiento, que el individuo los va asimilando. La teoría sociologista de AUGUSTO COMTE, para quien el ser humano vive inmerso en la sociedad y de ella también recibe un sistema de valores morales. Dichos valores, a veces son recibidos de forma acrítica porque la fuerza obligante de las normas procede de la presión social. La teoría del psicoanálisis de S. FREUD, para esta teoría la existencia del inconsciente activo. Sería la supra conciencia. En un curso de moral fundamental, creemos que es conveniente concluir diciendo, que la conciencia nace de la experiencia, vía inducción; por ello, preferimos quedarnos con la teoría psicológica cognitiva – evolutiva. 6. La teoría cognitiva – evolutiva13 En otras palabras, la conciencia ha evolucionado psicológicamente pasando por varias fases, caracterizadas como: anomía, heteronomía y finalmente autonomía. 13 Cf. J. PIAGET, El criterio moral del niño, Barcelona 1971; L. KOHLBERG Y OTROS, El sentido de lo humano: Valores, psicología y educación, Biblioteca internacional, Colombia 1989; R. HERSH – D. PAOLITTO – J. REIMER, El crecimiento moral. De Piaget a Kohlberg, Narcea, Madrid 1984. 7 a. Etapa de anomia (premoral 0-6 años) a) Ausencia de moralidad (no se distingue entre lo bueno y lo malo). b) Comportamiento desde los instintos (se razona poco, lo único que importa es satisfacer el instinto: si se tiene hambre se llora hasta conseguir alimento, si algo duele se grita o llora no importa donde esté). c) Tiene una gran importancia el premio y el castigo (si algo me produce dolor es malo, si me produce placer es bueno). Ejemplos prácticos: El muchacho que está seguro que fumar droga y beber alcohol es bueno porque lo hace más hombre. La muchacha que se “entrega” a un chico y está segura que es por amor, aunque pueda decir lo mismo con otro. El muchacho que es presa de un gran deseo (instinto) de venganza y no para hasta conseguirlo. La muchacha que todo lo consigue llorando, se encapricha, se hace la víctima y al final logra lo que quiere. El muchacho que se siente feliz que sus compañeros aprueben que le ha pegado a alguien, no le importa si está bien o mal, sólo quiere recibir la aprobación. La muchacha que se siente triste porque es fiel a su enamorado y por eso la toman como “monse”. b. Etapa de heteronomía (moral externa 7-8 años) a) La moral es impuesta desde afuera: es bueno lo que me dicen los otros, es malo lo que me dicen los otros. b) Son personajes muy importantes por lo que dicen, en la familia: el padre, en la escuela: el profesor, en la sociedad: el policía. Para el niño ellos dicen lo que es bueno y lo que es malo. c) Es una etapa donde predomina mucho el castigo o el premio: yo busco la aprobación y huyo al castigo. d) Hay un temor de ser castigado. 8 e) La norma es igual siempre y obliga a todos: el niño piensa que el papá y la mamá también deben ser castigados si salen de noche. Lo que vale para él, vale para todos. Ejemplos prácticos de heteronomía El muchacho pandillero que cree que todo lo que dice su líder es bueno. La muchacha que le hace caso a la líder de la “promo” en todo lo que dice con respecto al sexo o a la vida. El muchacho que piensa que las cosas son buenas o malas dependiendo de quién las diga. Si su amigo le da un consejo no le hace caso, pero si el mismo consejo se lo da el sacerdote entonces, le obedece. La muchacha que cree que sus padres siempre tienen la razón no importa si están equivocados. El muchacho que estudia porque su papá le ha prometido una motocicleta si pasa de año. La muchacha que ayuda en casa porque el fin de semana desea permiso para pasarla con su prima o salir de paseo con las amigas, o a un quince años. El muchacho que falsifica la firma en los exámenes desaprobados por miedo al castigo de sus padres. La muchacha que toma anticonceptivos para no salir embarazada porque tiene miedo, si eso sucede, sus padres la boten de la casa. El muchacho que dice: todos en mi barrio se drogan, entonces yo también me drogo, todos llegan tarde, entonces yo también. c. Etapa de socionomía (moral externa-interna 9-12 años) a) Importa lo que diga la sociedad. b) Comportamiento moral desde el grupo: si el grupo hace algo y dice que es bueno, entonces es bueno. c) Importa mucho la alabanza del grupo y también la censura del grupo: soy el hombre más feliz de la tierra si mi grupo aprueba lo que hago, pero me siento muy mal si el grupo me rechaza. d) Hay una conciencia de pertenecer responsablemente a un grupo. e) Aparece el principio básico de reciprocidad moral: lo que quieras para ti hazlo a los demás. 9 f) Se empieza a entender que tenemos deberes y derechos. Ejemplos prácticos de socionomía El muchacho que se corta el pelo a “coco” porque es una moda de la sociedad. La muchacha que se tira de un “puente” porque está de moda, no importa si arriesga la vida. El muchacho que se pone triste porque su grupo le dice que es “soplón”. La muchacha que se pone contenta porque sus amigos le dicen que es la más “bonita” del grupo. Yo soy parte de mi grupo, mi grupo actúa así, entonces todos tenemos que actuar así. Si nos descubren, entonces todos somos responsables, nadie debe delatar al compañero. El miembro de una pandilla que tiene el deber de cumplir ciertos “trabajitos” que demuestren su pertenencia al grupo. d. Etapa de autonomía (moral interna de los 13 años en adelante) a- Es la conciencia moral adulta. Yo sé distinguir entre lo que es bueno y lo que es malo. b- Las normas que regulan el comportamiento no vienen de afuera sino de mi interior. c- Yo mismo soy el que se da el castigo: mi conciencia ya no depende de lo que digan los otros, depende de lo que diga yo. d- Debo ser coherente: si yo sé que algo es bueno debo hacerlo, si sé que algo es malo debo evitarlo. e- Mi conciencia será buena si escojo aquello que me construye como persona, será mala sí me autodestruye Ejemplos prácticos de autonomía El muchacho que estudia porque es consciente que tiene que formarse para ser un buen profesional, un mejor padre de familia, un buen religioso/a. La muchacha que es consciente de todo lo que le han dado sus padres y le agradece por ello, no necesita que se lo recuerde. Sabe que es protagonista de su destino personal y colectivo. 10 El muchacho que se siente mal por haber robado algo aunque nadie lo haya visto. Tienen sensibilidad moral: vergüenza, remordimiento ansía vivir en la armonía. La muchacha que evita la compañía de malos amigos porque sabe que no le construyen como persona. Sabe que la vida se va haciendo con esfuerzo y con muchas renuncias. El muchacho que es consciente que se equivoca, acepta su responsabilidad y las consecuencias. La génesis de la conciencia moral tiene intima relación con la socialización de la vida humana, nace de la convivencia, de la experiencia de las relaciones sociales y del ir asumiendo intelectualmente las diversas motivaciones. 7. Funciones de la conciencia moral Toda persona se va definiendo por su proyecto ético global, su opción fundamental de vida. El discernimiento consiste en confrontarme si soy coherente con mi opción y con los datos de la antropología, esto es con los valores reconocidos como realizadores del ser humano, a la luz de su propia naturaleza. El ideal para actuar moralmente bien es: actuar en con conciencia recta, verdadera y cierta; sin embargo, la realidad muchas de las veces desdice todo esto por la presencia de otras formas de conciencia. a. Formas de conciencia (1) Conciencia bien formada a) Lugar sagrado donde Dios y el hombre se comunican. b) Nos hace distinguir entre el bien y el mal. c) Es la responsable de nuestras opciones libres. d) Es la conciencia recta, honesta y sincera y que actúa de buena fe. e) Es la conciencia verdadera, aquella que es capaz de discernir la verdad moral objetiva (norma y valor moral), en cada juicio moral subjetivo (conciencia individual) discernir correctamente el valor o norma objetiva. f) La conciencia cierta, la que se siente segura de sus conclusiones, no tiene dudas sobre su juicio moral “puede asumir tal comportamiento y responsabilizarme por él”, hoy puedo hacer mis votos. 11 Ejemplos de conciencia bien formada Cuando decido estudiar el día anterior al examen en lugar de ver una novela. Cuando decido decir la verdad, aunque eso suponga mal entendidos. Cuando una joven decide no tener relaciones sexuales antes del matrimonio, porque eso es quemar etapas. Cuando decido estudiar y no copiar en el examen. Cuando hay un huayco y ayudo, porque me siento miembro de la comunidad. (2) Sin conciencia a) La conciencia no actúa como responsable. b) No sabe distinguir entre el bien y el mal. c) Dios no es punto de referencia. Ejemplos de sin conciencia a) Manejar una moto a gran velocidad por una calle transitada. b) Hacer competencia entre microbuses para recoger pasajeros. c) Hacer ruido estrepitoso en un hospital. d) Pintar paredes recién pintadas por el sólo hecho de malograrlas. e) Arrancar una planta sin motivo alguno (3) Inconsciente (actos a nivel instintivo) a) Actos manejados a nivel de instintos. b) La razón no es la responsable. c) No hay responsabilidad de tipo inmediato. Ejemplos de inconsciencia Instinto incontrolado de comer hasta reventar (no se miden las consecuencias. Instinto sexual (pienso sexo, veo sexo, hago sexo, hablo sexo, todo sexo) Instinto agresivo (me dejo llevar por la violencia, todo lo resuelvo a golpes) Instinto de beber (sin medir consecuencias, manejar borracho) Instinto de placer (todo lo que me produce placer lo hago y evito el sufrimiento). (4) Conciencia errónea a) Se con funde el bien con el mal. b) Se cree que sé está obrando bien cuando sé está obrando mal 12 c) Es más difícil el cambio, por que primero se tiene que convencer que sé está equivocado Ejemplos de conciencia errónea El muchacho que cree que hace bien si le pega a todo el mundo. El muchacho que cree que es hombre porque va a prostíbulos antes de los 15 años. La chica que acaba la secundaria teniendo relaciones sexuales para no quedarse atrás. El muchacho que tiene tres enamoradas por ser bacán. La muchacha que siente que debe ser rebelde con sus padres para estar de moda. La conciencia errónea puede ser: (5) Conciencia errónea invencible a) Es la conciencia ignorante, no se sabe que algo es malo. b) Muchas veces se obra sin intención de obrar mal. c) Puede ser moralmente mala si no sé busaca vencerla(es malo permanecer a propósito en el error), a veces es muy difícil, por lo tanto hay menos responsabilidad Ejemplos de conciencia errónea invencible El esquimal que ofrece a su mujer para pasar la noche en un acto de amistad con el recién llegado. El japonés que se cubre los pies como “parte intima”. La muchacha aborigen que no tiene reparos en andar con los senos al aire. El joven que nunca le enseñaron a compartir y por eso es egoísta. La muchacha que no sabe nada sobre sexo y se deja seducir por un desgraciado. (6) Conciencia perpleja a) Constituye un caso especial de conciencia errónea. b) Nace de un violento aunque transitorio estado de confusión de juicio. c) Ante la necesidad de tomar partido, todas las alternativas parecen pecaminosas. 13 d) En tal caso siempre que se pueda aplazar la decisión, hay que empezar pidiendo consejo, si no hay dilación posible, la persona perpleja elegirá lo que ella crea, “el mal menor”, demostrando así su buena voluntad. (7) Conciencia laxa. a) Es una conciencia bien formada, que conoce el bien y el mal, pero que se permite ciertas libertades, ciertas concesiones y ciertos abusos. b) Es una conciencia pecaminosa c) Conciencia peligrosa (puede caer en permisivismo). Ejemplos de conciencia laxa El joven que se emborracha periódicamente (2 veces al mes, por ejemplo). Aquel que tiene relaciones sexuales para quitarse «la necesidad». El sacerdote que se permite lecturas pornográficas. La religiosa que gasta dinero por las puras como falta de pobreza. El padre de familia que tiene su canita al aire. El muchacho que fuma drogas cada vez que toma. Conciencia relativa a) Pueden ser acomodados de acuerdo a la situación b) Puede llegarse al camaleonismo (adaptarse a cada circunstancia) Ejemplos de conciencia relativa El joven que en la parroquia defiende la vida y en su barrio con sus amigos está a favor del aborto. El padre de familia que le permite todo a su hijo varón y nada a su hija mujer. El muchacho que reclama cuando otros copian y se permite copiar. La muchacha que es buena si el chico de turno que tiene es bueno. El muchacho que es bueno porque todavía no ha tenido la oportunidad de ser malo. La muchacha que se cree buena y chévere porque ahora no tiene chico, pero cuando lo tiene cambia de opinión. (8) Conciencia escrupulosa a) No sirve, se ve el mal donde no lo hay. b) El cumplimiento de leyes produce angustia. 14 c) Se vive en estado de ansiedad. Ejemplos de conciencia escrupulosa El chico que cree que es pecado masticar la hostia. La chica que cree que es malo tener enamorado (y tiene 16 años). El chico que cree que se va a ir al infierno porque fue a una discoteca. El padre de familia que acompaña a su hija hasta la puerta de la academia para que no se la roben (la hija tiene 20 años). La madre de familia que intercepta todas las llamadas para sus hijos porque piensa: “todos sus amigos son malos” (el acompañante en la vida consagrada). b. Sicopatología de la conciencia Nos referimos a las desviaciones que puede tener el ejercicio de la conciencia en cuanto obrar humano. Aparecen tres grupos fundamentales: 1) Las desviaciones que no suponen enfermedad síquica y están dentro de lo normal. 2) Aquellas que pueden situarse en el cuadro de la enfermedad síquica pero, pueden estar dentro de la normalidad. 3) Desviaciones que pertenecen claramente al campo Psicopatológico. (1) Desviaciones normales Tendencia al maximalismo exagerado. Un dinamismo interno de tendencia a la perfección, la tensión entre el yo real y el yo ideal, es normal pero, puede haber peligros: el individualismo y la soberbia que paradójicamente conduce a desánimo, pesimismo ético religioso (esto no es verdad). Tendencia al minimalismo exagerado. Esta tendencia se encamina a minimizar las exigencias morales, son las conciencias laxas o anchas y hay factores que la favorecen: la mala educación, los ejemplo malos, la falta de reflexión y de consejo, la actitud de obrar mal (habito), cuando uno no vive como piensa, acaba pensando como es su manera de vivir. Tendencia al fariseísmo. Es la que tiende a multiplicar las prescripciones legales, las observancias y las purificaciones, pero al lado de estas asume contra valores mucho más graves, la búsqueda del orden por el orden. 15 (2) Desviaciones intermedias entre lo anormal y lo anormal Aquí se ubica el escrúpulo (“scrupulum - scrupus”), que se traduce como piedrecilla. Puede ser una realidad pasajera, o puede ir acompañada de trastornos psíquicos (en este caso el escrúpulo es una neurosis). La conciencia escrupulosa se caracteriza por la presencia de aprensiones (prejuicios) y de temores que impiden al sujeto a tener seguridad a propósito de la licitud de un acto que se ha de plantear o de una acción ya realizada. Siempre se vive en angustia y con sentimiento de culpabilidad. (3) Desviaciones anormales de la conciencia. Elevación del nivel de conciencia hiperlúsida, en fases que preceden a la epilepsia o hiperfrónica en los maníacos depresivos. Fluctuación de la conciencia, variaciones que pueden llevar hasta la perdida de la conciencia, en lo psicópatas y en los sicóticos. Las alteraciones en el campo de la conciencia disminuyen y hasta suprime la libertad y la responsabilidad, es necesario examinar en cada caso con carácter de individualidad. En las enfermedades neuróticas nos encontramos con diversos problemas para la moral: la mentira en el histérico, las fobias. En las enfermedades psicopáticas, en las que existe una voluntad de mal, que es involuntaria (hay carencia de valores éticos, no experimenta sentimientos de culpabilidad, anestesia de la conciencia moral), se advierte estas psicopatías en los diversos campos: perversiones de la conducta sexual, irascibilidad, robos, estafas, provocación de incendios. La conciencia es dinámica, hay una evolución de la conciencia ya sea para bien o para el mal. La persona va adquiriendo nuevas sensibilidades. El pecado también deforma la conciencia, los actos buenos forman la conciencia. Hay que formar la conciencia con educativos, confrontarla con Dios, con los demás, con la comunidad, con la ley. Forma tu conciencia, luego tú tienes que decidir. II. LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD 1. La relación entre libertad y responsabilidad La responsabilidad es la forma concreta de ejercer la libertad, si no eres libre, no eres responsable, si no eres responsable no eres libre. Un acto o un comportamiento 16 responsable, es aquel que puede ser aplicado a una persona, y esta persona es capaz de responder por ese acto o por ese comportamiento y tiene el deber de asumirlo. Sólo un comportamiento responsable tiene una dimensión ética. A esto se le denomina comportamiento moral14. Para comprender la responsabilidad volvamos a la distinción clásica de actos del hombre (dormir, comer, bostezar) y actos humanos (robar, bailar). Los actos del hombre no son responsables por que son inconscientes, son actos practicados sin libertad personal. Los actos o actos responsables son los actos humanos, los que son practicados con voluntad y deliberación, esto es con conciencia y libertad. 1) Conciencia y conocimiento (advertencia) y 2) decisión libre y consentimiento, son los dos elementos constitutivos de la responsabilidad. Ejemplo. Supongamos que alguien asalta un colegio, luego la policía y la fiscalía desean deslindar responsabilidades, preguntan al personal de seguridad ¿por qué dejó que los ladrones entraran? Él responde yo no sabía que eran asaltantes, así él se exime de responsabilidad. Preguntan a la cajera ¿por qué abrió la caja? Ella contesta, me obligaron, también queda sin responsabilidad, a pesar que ella estaba segura que estaban robando, al uno le falto el conocimiento y a otro le falto la libertad. 2. ¿Qué es la responsabilidad? El significado corriente de la responsabilidad, es de cumplir con nuestros deberes. Decimos que un padre es responsable, cuando cumple SU DEBER de padre: Cuida a sus hijos, los mantiene, los educa, hasta que ellos lleguen a la adultez. La otra forma de entender la responsabilidad es DAR CUENTA AL OTRO de lo que hacemos o dejamos de hacer. Ser responsable ante la ley es ser capaz de responder por mis actos, ser responsable ante Dios significará declarar mis acciones. En ambos ejemplos doy cuente de mis acciones ante alguien, teniendo en cuenta los deberes que deber realizar; por lo tanto, ambos conceptos están interrelacionados. La responsabilidad tiene que tener a la libertad como aliada, caso contrario no existe responsabilidad. La responsabilidad marca el ejercicio de la libertad personal dentro del universo de todas las libertades que conviven. 14 Para una mayor profundización del tema libertad – responsabilidad. Cf. T. MIFSUD, Moral fundamental. Discernimiento cristiano, CELAM, Colombia 2002, 191 – 2001; G. PIANA, Libertad y responsabilidad, en AA. VV., Nuevo Diccionario de Teología moral, Paulinas, Madrid 1992, 1064;J. A. KONZEN, Ética teologica fundamental, Paulinas, Sao Paulo 2001. 17 Hay dos tipos de responsabilidad.1)- La responsabilidad ética. 2)- la responsabilidad jurídica o legal. La responsabilidad ética o moral- Es la que caracteriza el uso de libertad, ante las normas éticas discernidas por la conciencia. El orden jurídico no coincide con el orden ético. Las leyes positivas no representan, no representan para la conciencia un deber moral, por el simple hecho de estar prescritas por la autoridad legislativa, aunque sean institucionalmente legítimas, muchas de las veces no representan adecuadamente a todos los segmentos de la sociedad, al contrario redundan en menoscabo de derechos fundamentales de las personas. Solo las leyes que son legitimadas por la conciencia ética producen una responsabilidad moral, caso contrario solo responden a una responsabilidad legal o jurídica. 3. La constitución de la libertad La libertad está constituida por elementos tensionales. No se le puede definir por uno solo de estos elementos, ha de ser entendida dentro de la triple tensión siguiente: a. Se tiene libertad y se es libre No es lo principal tener libertades, lo decisivo es ser libre. La libertad es ante todo un modo de ser interno, es el estilo de vivir humano. Jesús dice: “a mí nadie me quita la vida, sino que la doy libremente” (Jn. 10,17-18). Es una manera de asumir y de dar vida. Soy libre no en la medida que hago lo que me da la gana, sino en la medida en que me auto poseo, decido y asumo mi vida con responsabilidad. Sin embargo, el hecho de ser libre postula a tener libertades: Religiosas, de expresión, de movimiento, morales, estéticas, económicas, políticas, de otro modo el ser libre sería una vaciedad. Pero el ser libre también es limitado, ya que entran en el universo de otras libertades. b. La libertad es un don y también una tarea- Es una gracia Cristiana, pero también un quehacer. Tenemos que llegar a ser libres. Nuestra vocación es la libertad, “para ser libres nos ha librado Cristo” (Ga. 5,1.13). La libertad cristiana es una participación de la libertad de Cristo, es un vivir en la libertad, la libertad es estar libres y estar constantemente liberándose. 18 La finalidad de la libertad, es que el ser humano pueda amar, es decir hacer la voluntad de Dios. El hacer esa voluntad muchas de las veces es doloroso, exige esfuerzo, perseverancia. Jesús en el huerto de Getsemaní, lugar donde la humanidad de Cristo parece desfallecer ante el peso de las exigencias del querer del padre. Todo el sentido de nuestra libertad es cumplir por amor, aunque cueste la voluntad de Dios. Libertad es capacidad de darse, como se dio Cristo, en esto consiste ser imagen y semejanza de Dios, en cuanto es llamado a ser para los otros, a convertirse en un don, a darse. “Cristo crucificado revela el significado autentico de la libertad, lo vive plenamente en el don total de sí y llama a sus discípulos a tomar parte en su misma libertad”15. c. Hay liberta de y libertad para. Son dos momentos dialécticos de una misma realidad: La libertad de- De aquello que me molesta y me oprime, presiona y hace sufrir. Si estamos deprimidos reaccionamos contra eso y buscamos una forma de liberarnos de eso, por eso más que libertad es una reacción. Y al proceder por reacción, no queremos ver ni comprender lo que realmente ocurre, simplemente queremos líbranos de eso desagradable. Libertad para- Hacer lo que uno quiere o desea. Supongamos al adolescente que quiere ser libre de las presiones familiares, para poder hacer lo que quiere. ¿Pero, de donde nace lo que quiere? ¿Es realmente suyo? En cristiano, libertad para, será para vivir el proyecto de Dios, será vivir como Jesús. En este sentido la libertad es: (1) La libertad como constitutivo esencial de la persona. El ser humano tiene una autoconciencia que le permite volverse sobre sí mismo. Es la capacidad de auto poseerse, de autodeterminarse, es el dominio de sí mismo. Esta autoconciencia le permite salir de sí mismo para darse a los demás. El ser humano es libre cuando su acción deja de ser determinada por el instinto, cuando deja de ser determinada por mecanismos hereditarios o recibidos sin decisión o sin obsesión, cuando dejamos de ser pasivos y nos convertimos en agentes y sujetos. Existen dos tendencias del ser humano como un ser libre. La tendencia progresiva: Asumir el riesgo de ser libre, asumir responsabilidades, de equivocarse, de perder, 15 JUAN PABLO II. V.S. n. 85. 19 de progresar en la libertad; y la tendencia Regresiva: Tener miedo a la libertad, regresión y pasividad, dejarse determinar por la ley. La ley normalmente tiene vacíos, me hace perder lo esencial mío, lo humano. (2) La dimensión comunitaria de la libertad cristiana La libertad para que sea auténtica debe abrirse y acabar en el amor interpersonal. En el momento de decidir y asumir no estoy solo, sino en relación con los demás. Todo lo puedo hacer, todo me es permitido, pero no todo me conviene. Soy libre: de todo, de la ley, de mis traumas, del pecado, pero ¿para qué? ¿Para hacer lo que yo quiero? Soy libre para la vivencia comunitaria, para amar a mis hermanos y hermanas, el amor nos hace libres, soy libre para seguir a Jesús, para comprometerme por el reino, por la lucha, por la justicia. La libertad individual termina donde comienza el derecho de los otros. De allí que la libertad no debe ser entendida como una prerrogativa de la persona individual. El ideal es que sea comprendida, como un valor de la comunidad o de la sociedad humana. En otras palabras la libertad debe situarse en la convivencia humana. Esa libertad está protegida por leyes positivas (no matar), y normas morales de la conciencia. Todas las instancias de la convivencia humana organizadas, llámese Iglesia, sociedad civil, u otras instancias de la sociedad tienen su organización, tienen un conjunto de leyes, de estatutos o reglas. Dichas leyes deben asegurar el bien común, regulando la convivencia armoniosa y feliz, en el respeto al derecho de todos. La conciencia moral ha de discernir las normas que regulan la vivencia, manifestando el valor regularizador de la convivencia respetuosa y armoniosa. La libertad entra en función de otro valor más grande: La caridad “hermanos han sido llamados a la libertad, pero cuidado con tomar la libertad como pretexto para servir a la carne, antes servirse unos a otros por la caridad, por el amor”(Ga. 5,13), el amor nos encadena, pero también nos libera. (3) La libertad humana: determinismos e indeterminismos El problema viene cuando tenemos que vivir la libertad en la realidad concreta. La libertad humana es una libertad situada, una libertad encarnada. Estamos condicionados: por lo biológico-corporal. Libremente decido ir a la selva, pero mi salud no me 20 lo permite. Condicionados por la educación recibida, por la propaganda, la posesión social, condicionados a la historia. La libertad es todo un proceso de aprendizaje y realización. Tengo que aprender a asumir, manejar y superar mis condicionamientos. Ejemplo estoy resentido (da) con mi alguien; pues, esto me condiciona y lucho contra los de arriba, contra la autoridad. Tengo un miedo pavoroso a la sexualidad por que de niño (a) me violaron. No puedes pasar la vida echando la culpa al otro que te hizo daño. La libertad es la capacidad de una persona de decidir por sí misma, tu vida no está determinada, tú la haces, en la medida que es capaz de dar respuesta a la realidad y asumir las decisiones con responsabilidad. No puedo esperar que la respuesta la den los demás, formadores, entonces yo no asumo mi responsabilidad. Sí voy, pero si me enfermo o pierdo la vocación es culpa de ustedes. El ser humano, visto desde su liberad está determinado y a la vez indeterminado: Determinismos biológicos: herencia normal o anormal, condiciones de la corporalidad y factores biológicos. Frente a estos condicionamientos biológicos no podemos cambiarlos: nuestro color, estatura, algunas taras congénitas. Indeterminismo psicológico: el ser humano como sujeto necesitado de autodeterminación, aún sufriendo alguna deficiencia biológica, psicológicamente se sobrepone y busca decidirse. Existe el dato sociológico, que puede influir determinando al ser humano o también dejarle la posibilidad de definirse y ponerse frente a la realidad. Nos determina la socialización con sus condicionamientos: presiones sociales, Medios de comunicación social. La situación socioeconómica (estudiar). Como ser que vive en sociedad (indeterminismos), tiene la capacidad de oposición y crítica como dimensiones de la personalidad y la contestación, dimensión de la estructura psíquica y de la personalidad social. Dato histórico. Determina, la historia y la herencia, el pasado bueno o malo, hablando éticamente. Indetermina a la persona, cuando ella se pone al frente de la realidad y es creativo, tiene posibilidades de conversión. Datos del inconsciente: determina a la persona: el inconsciente colectivo de Jung, el inconsciente individual de Freud. No lo determina, por la presencia de la conciencia psicológica y la conciencia moral. 21 d. Libertad y verdad No existe verdadera libertad si no es en y desde la verdad, el fundamento y condición de la auténtica libertad es la verdad del hombre. “verdad es el fundamento como la conditio sine qua non, de la auténtica libertad”. En el campo moral la íntima relación e interdependencia entre libertad y verdad, está marcada porque la libertada no es un valor absoluto. Los comportamientos desordenados, tales como: la mentira, el robo, cualquier injusticia, no los crea la libertad, sino que son realidades objetivas, en el orden del obrar humano: “solo la libertad que se somete a la verdad conduce a la persona humana a su verdadero bien. El bien de la persona consiste en estar en la verdad y en realizar la verdad”16. Cuando la persona se despreocupa de la verdad y mucho más cuando la niega, aunque crea que alcanza un mayor desarrollo de la libertad, lo que está haciendo es caer en la esclavitud, vivir al margen de la verdad, no se produce ningún progreso humano, ni moral ni espiritual. Son incompatibles con la doctrina católica “la contraposición y separación entre ley y libertad, entre ley y conciencia, entre opción fundamental y los actos concretos”, la clave de esta integración esta en concebir la libertad como inseparable de la verdad y del ser del hombre. “La verdadera libertad es signo imite de la imagen divina en el ser humano. Pues quiso Dios dejar al hombre en manos de su propia decisión, de modo que busque sin coacción a su creador y adhiriéndose a él, llegue a la plena y feliz perfección”17. La dignidad del hombre requiere en efecto que actúe según una elección consciente y libre, es decir: movido e inducido personalmente desde dentro y no bajo la presión de un impulso interior o de la mera coacción externa. El ser humano logra esa dignidad cuando liberándose de toda esclavitud de las pasiones, persigue su fin en la libre elección del bien y se procura con eficacia y habilidad los medios adecuados para ello18. e. La libertad como autodominio La libertad no es indiferencia de la voluntad, sino autodominio del ser humano. Es un error concebir la verdad como una especie de neutralismo de la voluntad entre 16 JUAN PABLO II, Veritatis Splendor n. 84 17 V.S n. 34. 18 CONCILIO VATICANO II, Gaudium Et Spes. N. 17. 22 cualesquiera posibilidades. La libertad no se opone ni al deber de obrar el bien, ni a la presencia de inclinaciones hacia él. La libertad es poder hacer las cosas porque se quiere, y por tanto el amor del bien, ese voluntario amor esta favorecido en el ser humano por sus inclinaciones naturaleza, espirituales, síquicas y sensibles, que hace que se sienta atraído por los bienes concretos que ese le presentan. No vive en un estado de neutralidad ante el alimento, la estima, y la amistad. Si puede comportarse libremente frente a esos bienes, no es porque su voluntad sea indiferente, sino porque esta movido por el deseo de felicidad o del bien absoluto que le induce a rechazar cualquier bien parcial y limitado. La libertad del ser humano y la voluntad de Dios no se oponen, sino al contrario se complementan porque Dios “conoce perfectamente lo que es bueno para el ser humano y en virtud de su mismo amor, se lo propone en sus mandamientos, la ley de Dios no atenúa ni elimina la libertad humana, al contrario la garantiza y la promueve” 19. La posibilidad de obrar el mal, signo, pero no esencia de la libertad humana. La libertad del ser humano conlleva el riesgo de elegir el bien aparente, puede elegir a algunos que satisfacen su egoísmo en vez de querer los convenientes a su verdadero fin y felicidad. Obrar el mal es dejarse seducir por el bien aparente, querer saciar el deseo de felicidad mediante un afán desordenado, de placer y el honor. La libertad no se reduce a poder elegir entre contrarios, entre el bien y el mal, sino que tiende hacia lo que tiene de naturaleza de verdad y de bien. La fidelidad a la verdad y la búsqueda del bien son condiciones necesarias para la libertad. La separación entre libertad y verdad, lo mismo entre bondad y libertad, conduce a la servidumbre. 19 JUAN PABLO II. V.S. n. 17 y 35. 23
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