GESTIÓN DEL TALENTO EN EL GRUPO REZIDOR: CASO DE ESTUDIO motivar a un equipo. Los directivos respondieron al estudio con la necesidad de poner en papel aquellos mejores comportamientos fáciles de identificar por los trabajadores, y así no correr el riesgo de que se convirtieran en clichés. Arturo Cuenllas Soler ¿Qué entendemos por talento y gestión del talento? Tomando la definición del CIPD’s (Chartered Institute of Personnel and Development), el talento se refiere a aquellas personas que pueden marcar la diferencia en el rendimiento de una empresa, bien por su contribución inmediata o por el potencial que podrían tener en el largo plazo. La gestión del talento es pues la atracción sistemática, la identificación, el compromiso, la retención y el desarrollo de aquellos individuos con un potencial más alto para aportar mayor valor a la organización. En el sector hotelero, y especialmente en las pequeñas y medianas empresas, existe un importante desconocimiento sobre lo que implica y significa gestionar el talento. Norma D’AnnunzioGreen, de la Universidad de Derecho y Management de Naiper en Edimburgo, investigó los retos y las oportunidades de la gestión del talento en hoteles, concluyendo, que era necesario crear un lenguaje común para definir lo que entendemos por talento en cada organización. Cuando se preguntaba a estas empresas del estudio qué competencias y comportamientos se entendían por talentosos, surgían respuestas comunes como: pasión trabajando, liderar con el ejemplo o la habilidad para Este caso de estudio es un buen ejemplo para definir ese “lenguaje común” de la gestión del talento en organizaciones. También es un buen caso de estudio para mostrar a cualquier empresa cómo puede desarrollar su talento internamente. Cuando se trata de priorizar en el desarrollo de personas Rezidor predica con el ejemplo, pues ha hecho de la gestión del talento un asunto estratégico. Esto es muy interesante en un sector como el hotelero, conocido por su baja reputación laboral; con salarios muy bajos, turnos de trabajo difíciles, competencias laborales de poco recorrido y autonomía limitada. Algunos estudios han señalado altos niveles de deserción entre graduados en dirección hotelera; se han calculado cifras de hasta el 50% de graduados cambiando de carrera y profesión a otras industrias (Barron 2008). “Nuestro negocio se basa en un 100% en las personas”, escribió el fundador y ex-CEO de JetBlue Airlines, David Neeleman. Neeleman ha sido un empresario único capaz de fundar tres compañías aéreas, y un brillante emprendedor que siempre ha priorizado en el desarrollo del talento en sus compañías. “La verdad es que ya se vuelve un poco molesto cuando la gente habla de nuestras televisiones a bordo [JetBlue fue la primera aerolínea en ofrecer servicio de TV en directo en todos los asientos] y nuestras butacas de cuero y nuestros aviones nuevos…Estas cosas están muy bien, y contribuyen a diferenciar el producto, pero no serían de mucha importancia si no tuviéramos a las mejores personas del sector detrás, sirviendo al cliente. Son ellos quienes trabajan muy duro cuidando a nuestros clientes en el día a día.” Para construir una marca poderosa, no basta sólo con ofrecer un buen producto, se tiene que ofrecer también un gran servicio. Pero proveer un servicio que supere expectativas, no es tarea fácil. Aquellas organizaciones que lo consiguen suelen tener pocos fallos en sus operaciones, y puede decirse que sus empleados son sus mejores embajadores de marca. Esto no es ninguna coincidencia. Es el resultado de un gran trabajo desarrollando a personas y gestionando su talento. “Si tienes 35.000 empleados y entre ellos no hay mucha gente brillante, entonces estás haciendo un mal trabajo.” Llegó a afirmar en una entrevista Kurt Ritter, ex-CEO de Rezidor. “Podría darte mucho ejemplos, casos de éxito. En cualquier caso, creo que es una particularidad de nuestra compañía que una camarera de pisos, o cualquier otro trabajador, pueda llegar hasta la cima, pues estará en ellos y su capacidad parar desarrollar sus habilidades.” Ejecutivos y personal de recursos humanos en el corporativo, responsables de personal en los hoteles, directores regionales, directores de área, directores de hotel y responsables de departamento… Todos ellos, son responsables en este proceso. En Rezidor, el talento se considera como una materia prima de mucho valor, que continuamente se está midiendo y evaluando. Un primer resultado de este trabajo, se ve en mayores índices de retención de clientes, a consecuencia de aumentar considerablemente la motivación de sus trabajadores. El segundo resultado se materializa en una organización más inteligente que dispone de empleados con mayor compromiso y conocimiento; equipos de mayor rendimiento, y mayores niveles de autonomía y responsabilidad. «Un hotel, como cualquier otro negocio, no sólo tiene que ser gestionado de acuerdo a unas habilidades técnicas específicas del sector, sino que también necesita de otras competencias más genéricas como: la gestión financiera, la perspectiva estratégica, el liderazgo de personas, la innovación y las ventas» “Puede que Rezidor no sea la única organización que desarrolla a sus empleados ofreciendo formación continua, o que promueva el talento promocionando internamente a su gente”, me advertía Jan Spooren, director de desarrollo de personas para Rezidor. “Lo que sí creo que es único en nuestro caso, es la manera en la que lo hemos estructurado. La forma en la que hemos diseñado nuestros procesos para desarrollar a nuestras personas.” Estrategia 4D y Ruta 2015 en Rezidor En enero del 2013, Wolfgang M. Neumann fue nombrado nuevo CEO sucediendo a Kurt Ritter, uno de los CEO más admirados y con más antigüedad del sector hotelero. “Es un honor sustituir a Kurt Ritter, y estoy ansioso por liderar nuestra ambiciosa estrategia Ruta 2015. Seguiremos priorizando en satisfacer las necesidades de nuestros clientes, accionistas y propietarios, y seguiremos construyendo una cultura única con nuestros empleados,” declaraba Neumann. A través de Ruta 2015 Rezidor espera aumentar su porcentaje de EBITA, entre el 6 al 8 por ciento para el año 2015. La estrategia de marca es una prioridad en la generación de ingresos, incluyendo acciones y alianzas estratégicas globales con Carlson, iniciativas de ahorro en costes, programas de gestión de activos, y la expansión de nuevos hoteles dentro del porfolio de marcas. Al mismo tiempo, en 2013, Rezidor lanzó su estrategia multidimensional con la misión única de proveer un servicio excepcional a través de su filosofía “!Sí, puedo hacerlo!” Los cuatro pilares básicos de lo que llaman su estrategia 4D son: (1) Desarrollar personas y el talento: atraer, capacitar y retener a las mejores personas, y al mismo tiempo crear una cultura de alto rendimiento que se centre en los resultados. (2) Deleitar a los clientes: proporcionar la promesa de marca de Rezidor, crear momentos únicos y experiencias memorables para todos los clientes en cada hotel. (3) Desarrollar el negocio: continuar innovando y asegurarse que las fuentes principales de ingresos están respondiendo a los cambios de mercado. Y superar a la competencia; con una máxima optimización del portfolio de hoteles, gestionando los costes de manera inteligente. (4) Dar resultados: maximizar el valor de los accionistas y ofrecer resultados convincentes a los propietarios de los hoteles que gestionan. Un lenguaje común para definir el talento: Las 7 Dimensiones de los líderes de negocio (LdN) y responsables de departamento (RdD). Creando un perfil de éxito. 1. Perspectiva (para LdN) y comprensión (para RdD) estratégica Ya hace tiempo, Peter Drucker contó la historia de los tres cortadores de piedra. Mientras cortaban piedra, alguien se les acercó y les preguntó qué es lo que hacían. El primero replicó: “nada especial, sólo me gano la vida con esto”. El segundo seguía cincelando la piedra mientras respondía, “estoy haciendo el mejor trabajo que puedo para ser el mejor cortador de piedras de todo el país.” Cuando se acercó al tercero y le preguntó, éste respondió con un brillo visionario en sus ojos: ”Estoy construyendo una catedral.” Drucker nos preguntaba cuál de estos tres podría ser un verdadero manager. “El tercer hombre, por supuesto, es un verdadero manager,” afirmaba Drucker. “El primer hombre tiene claro lo que quiere ‘un salario justo para un día de trabajo justo’. Este hombre no es un manager ni lo será nunca. Sin embargo, el problema es el segundo hombre: la especialización es esencial, pero siempre hay un riesgo de que nuestro gerente especialista crea que está logrando algo importante cuando en realidad sólo está cortando y puliendo piedras. La especialización debe ser promovida en una organización, pero siempre tiene que estar relacionada con un todo.” La estrategia de cambio de Wolfgang empezó definiendo un lenguaje común para definir el talento, y la implementación de un proceso más sistemático y mejor estructurado para evaluar lo que se debería entender por talento en Rezidor; qué se comprendería como un perfil de éxito para un director general de hotel o cualquier otro ejecutivo por encima, o para un responsable de departamento. Un hotel, como cualquier otro negocio, no sólo tiene que ser gestionado de acuerdo a unas habilidades técnicas específicas del sector, sino que también necesita de otras competencias más genéricas como: la gestión financiera, la perspectiva estratégica, el liderazgo de personas, la innovación y las ventas. Rezidor pensó en todas estas competencias y las agrupó en 7 Dimensiones para los ejecutivos sénior, directores regionales, directores generales de hotel (Rezidor los define a todos como Líderes de Negocio –LdN) y los responsables de departamento (RdD). Estas dimensiones varían ligeramente entre puestos. Por ejemplo, no se esperaría para un RdD el mismo nivel de perspectiva estratégica que para un LdN. Las 7 Dimensiones de Rezidor son: (1) perspectiva y comprensión estratégica, (2) enfoque comercial, (3) relaciones activas, (4) resultados de calidad, (5) solución de problemas, (6) liderazgo y gestión de personas, y (7) pasión e integridad. «Los directores regionales, directores generales de hotel y otros ejecutivos –LdN- serán evaluados por su capacidad para equilibrar las necesidades del hotel con el bien general del grupo hotelero» El problema de muchos gerentes y profesionales en empresas concierne al segundo hombre. La especialización es clave, pero puede perder el foco si no se relaciona con una perspectiva más holística. Es posible que un jefe de cocina sea un cocinero brillante; incluso también es posible que sea un gran gestor de sus costes, y que sea un buen líder de equipo. Sin embargo, nuestro jefe de cocina bien podría estar sólo mirando por los intereses exclusivos de su departamento, enfrentándose con otros jefes generando conflictos. Esta persona es nuestro segundo cortador de piedras según expone Drucker, porque, aunque competente en sus funciones, es incapaz de ver un cuadro más grande en el que él forma parte. Rezidor aclara que la perspectiva y la comprensión estratégica para los LdN y los RdD consiste en adoptar una actitud empresarial y de propiedad. Se pretende que los gerentes y directivos sean capaces de anticipar oportunidades, y adoptar una visión más amplia sin perder el foco en las prioridades del corto plazo de sus hoteles o departamentos. Para los RdD consistirá en mantener un equilibrio entre las necesidades de sus departamentos con el bien general del hotel. Los directores regionales, directores generales de hotel y otros ejecutivos –LdNserán evaluados por su capacidad para equilibrar las necesidades del hotel con el bien general del grupo hotelero. En general, todos los managers en esta dimensión, se consideraría que no cumplen expectativas, si no son conscientes o no están seguros de cómo su trabajo, departamento o unidad, impacta en un todo. Esta dimensión también implica tener un buen conocimiento del negocio y del mercado, y ser conocedor de los factores económicos más globales. Ser capaces de pensar e incluso anticiparse a asuntos políticos, legales, y económicos. También supone estar al día de las últimas tendencias, desarrollos y tecnologías en la industria hotelera. 2. Enfoque comercial El enfoque comercial en Rezidor en esta dimensión, está relacionado con la compresión y la priorización sobre los beneficios; considerando ambos, ingresos y costes. También significa que los managers tiene que estar vigilantes para detectar nuevas maneras y oportunidades para aprovecharse de su entorno local, responder a movimientos que hagan los competidores, y saber cómo posicionar su departamento/hotel (RdD) y área/hotel (LdN). Aquellos gerentes o directivos que muestren una visión limitada, bien sólo en costes o en ingresos, no estarían cumpliendo con las expectativas. Si, por el contrario, son capaces de comprender el impacto global que tienen ambos sobre los beneficios, estaría cumpliendo con las expectativas. Esta dimensión comercial nos acerca otras competencias como la de ser consciente, e incluso ser capaces de anticiparnos a los movimientos de la competencia, y tomar las acciones oportunas. Ser proactivo, participativo, y apoyar los procesos comerciales o las ideas que puedan incrementar los ingresos. El enfoque comercial también se refiere al conocimiento (RdD) de los resultados económicos del propio departamento y del hotel, y mostrar sólidas habilidades analíticas económicas de negocio (LdN). 3. Relaciones activas El profesor Henry Mintzberg en su libro Managing (2009) desmitificó lo que definiría como “el folklore” en la gestión, aquella visión que lo limita a una relación jerárquica entre un “superior” y un “subordinado”. El hecho es que gestionar consiste tanto en relaciones laterales entre otros colegas de trabajo y asociados, como lo son las relaciones jerárquicas. Los directivos más eficaces –entre otras competencias –invierten parte de su tiempo con una gran variedad de personas fuera de su unidad y departamento: clientes, proveedores, otros miembros del equipo, socios, gobiernos, responsables sindicales, y otros grupos de interés. Mintzberg también se refirió a la importancia de “gestionar en el medio”. Esto es, centrarse también en los roles externos de enlazar y negociar, usando las habilidades de negociación. Las relaciones activas en Rezidor sugieren que hay ser capaces de construir relaciones externas e internas a través de toda una serie de personas clave; tener conocimiento de las necesidades de los demás y adaptar el estilo en consecuencia. Esta dimensión también habla de resolver los conflictos cuando se presenten y ser capaces de influir en otros, cuando se presenten ideas propias. Gerentes y directivos cumplirían expectativas si son capaces de comunicar con fluidez y de manera concisa, y superarían expectativas si llegaran a tener sólidas (RdD) o excepcionales (LdN) habilidades de comunicación y presentación en público. Esta dimensión también anima a construir relaciones sólidas y duraderas con otros colegas de trabajo, propietarios de hotel, clientes, reguladores, y licenciatarios. Directivos y gerentes superarían expectativas si son competentes para representar a la compañía en actos públicos, incluso con participantes de primer nivel, e influir a un gran número de personas con sus habilidades y su carisma. Las relaciones activas también tratan sobre la diversidad y sensibilidad cultural. Aquellos que sean capaces de adaptarse, cumplirán expectativas, y si van más allá, mostrando una gran flexibilidad cuando trabajen en cualquier cultura y entorno, superarían expectativas. 4. Resultados de calidad Ser capaz de ofrecer un servicio memorable, o el nivel de servicio al que Dany Meyer, CEO de Union Hospitality Group, se refiere como ‘servicio iluminado’ en su libro Setting the Table, es un resultado que no está al alcance de todos. Este tipo de servicio se centra en superar las expectativas del cliente. Claro que sus expectativas variarán dependiendo de lo que pague por un producto o servicio –un servicio ‘memorable’ o ‘iluminado’ no tiene porque estar reservado exclusivamente al segmento de lujo. El problema habitual de muchas empresas de servicios, es que a menudo existe un vacío entre lo que el cliente espera recibir y lo que realmente recibe. Reducir este vacío es la meta de muchas compañías cuya misión es proveer un buen servicio. Sobrepasarlo, es una misión de otras compañías como Southwest Airlines, Jet Blue Airlines, Virgin Atlantic, Ritz Carlton, Four Seasons, Union Square Hospitality Group, Zappos, Whole Foods Market y muchas más. Estas marcas son capaces de superar expectativas ofreciendo un servicio que continuamente está por encima de la media. Rezidor se esfuerza por lograr un nivel de servicio similar, a través de su filosofía de servicio y valor corporativo “¡Sí, puedo hacerlo!”. Los estándares de servicio son necesarios, pero éstos tienen que ser constantemente revisados y mejorados. Sus mejoras tiene que venir desde los equipos de trabajo en cada hotel, y para que esto suceda, la potenciación de los empleados o el empowerment, es crucial. Esto supone una mentalidad de Gestión de la Calidad Total y su filosofía de trabajo kaizen en pro de la mejora continua. Esta forma de trabajar implica que cada empleado, dentro de su esfera de responsabilidad, debe estar capacitado y comprometido para mejorar su trabajo continuamente. Rezidor espera de sus gerentes y directivos (y resto de empleados) que busquen proactivamente oportunidades para mejorar los estándares, y que consigan mejorar los indicadores de rendimiento. RdD y LdN estarían cumpliendo expectativas si se centran en asegurar los estándares de calidad de la compañía. Y excederían expectativas si fueran capaces de mejorar el estándar, y marcar un nuevo modelo de mejor práctica para el resto de la organización. Entre tanto, los resultados económicos no deberían verse comprometidos por el hecho de mejorar la calidad. Así, aquellos gerentes y directivos que puedan mejorar ambos objetivos al mismo tiempo, calidad y resultados económicos, estarían sobrepasando expectativas. 5. Solución de problemas Esta quinta dimensión, no solamente basa sobre la solución de problemas y la toma de decisiones, sino que también evalúa la capacidad de desafiar el statu quo y pensar ‘fuera de la caja’. Se centra en la capacidad para innovar y pensar creativamente; pero calculando los riesgos. La idea de innovación que tiene Wolfgang Neumann es inclusiva, esto es, no restringida al corporativo o a altos ejecutivos. Cualquier persona en Rezidor puede tener capacidad y contribuir en el proceso de innovación. “Rezidor busca innovar a través de todos sus miembros de equipo”, señala Neumann. “Involucrar a cada miembro de un hotel en un planteamiento de abajo-arriba; ser capaces de mirar más lejos de lo obvio, y pensar en cómo podemos mejorar nuestra promesa de marca, y al mismo tiempo responder a los cambios de necesidades de nuestros clientes.” Las aptitudes que se agrupan en esta dimensión son: habilidades analíticas y habilidad para ver tendencias entre datos relevantes; explorar muchas opciones y contemplar diferentes escenarios antes de tomar una decisión, y estar preparado para intentar enfoques innovadores cuando se solucionen problemas. En cualquier caso, este planteamiento innovador ‘outside the box’ tiene que calcular los riesgos antes de ponerse en práctica. «La dimensión de liderazgo y gestión de personas promueve crear líderes transformacionales. Un jefe transformador no sólo tiene la capacidad de motivar a los miembros de su equipo, sino que también es capaz de inspirarlos» 6. Liderazgo (LdN) y gestión (RdD) de personas Peter Drucker señaló hace tiempo que el primer recurso de todo gerente eran las personas. “Y las personas, son un recurso único que requieren de una cualidad peculiar en cualquier manager. Trabajar con personas implica que siempre busquemos cómo desarrollarlas.” La dimensión de liderazgo y gestión de personas promueve crear líderes transformacionales. Un jefe transformador no sólo tiene la capacidad de motivar a los miembros de su equipo, sino que también es capaz de inspirarlos. A menudo, las personas que son lideradas por un jefe transformador, no sólo rinden más, sino que ni ellas mismas se imaginaban que pudieran tener tanto potencial. Abraham Maslow definió muy bien el requisito interior de un líder transformacional: “El buen jefe o el buen líder, en la mayoría de situaciones, debe tener un requisito psicológico que le permita disfrutar del crecimiento y la realización personal de las personas que lidera.” Aquí encontramos una prioridad por el desarrollo de las personas y el talento en todos los niveles. Ofrecer coaching a los trabajadores debería verse como un proceso constante. Cuando evaluar o proveer feedback a los miembros de un equipo, se vuelve un trabajo más entre las actividades de un manager, recibirlo, del mismo modo, se vuelve como algo normal y esperado. Cuando esto sucede, el proceso de coaching pasa a formar parte de la cultura en una empresa. En cualquier caso, el coaching, no sucederá de manera eficiente si los jefes no tiene primero credibilidad. Se necesita demonstrar un alto nivel de inteligencia emocional (IE) y ser receptor de confianza. Aquellos jefes que creen que las personas pueden cambiar, son más efectivos en el coaching. Esto se entiende como la ‘Teoría de la Persona Implícita’ (TPI). Esta teoría pertenece al terreno de las creencias de si las personas pueden, o no pueden cambiar. Los managers que muestran un alto grado de TPI suelen creer que los atributos y las habilidades de las personas son maleables y que los trabajadores pueden cambiar para mejor en muchas situaciones. Los managers en Rezidor son evaluados por su capacidad para marcar objetivos claros y expectativas de rendimiento, y qué capaces son de inspirar a los miembros de sus equipos; cómo dedican su tiempo en conocerlos, y si son capaces de adaptar su estilo según las circunstancias. Se espera de los líderes de negocio (LdN) y los responsables de departamento (RdD) sean buenos, incluso muy experimentados coachers. Se espera de ellos que muestren consistentemente un estilo de liderazgo justo y transparente. 7. Pasión e integridad Todos los líderes de negocio y el resto de personas, tienen que ser modelos en los valores corporativos de Rezidor todo el tiempo. Deben de ser modelos en integridad y respeto. Los gerentes y directivos saben cómo gestionar el estrés de manera más eficiente; el suyo propio y el de los demás. En situaciones de presión deben ser capaces de controlar sus emociones y ansiedad. También son un modelo en la filosofía de trabajo ‘¡Sí, puedo hacerlo!’. Y, por supuesto, han incorporado los valores de vivir en confianza, se honestos y un espíritu de lucha. Evaluación y gestión del desempeño Una vez definidas las 7 dimensiones, Rezidor estableció centros de evaluación para evaluar primero a sus directivos en los niveles más altos de la jerarquía -vice presidentes de área bajando hasta los directores regionales. Las evaluaciones revelaron puntuaciones bajas a nivel general en liderazgo y perspectiva estratégica. Así que 2012 se estableció como el año de evaluación y formación para estos ejecutivos, con cursos como “Liderazgo proactivo” – adaptado especialmente para las necesidades de la compañía- y un programa de 4 días basado en cómo hacer evaluaciones del rendimiento y cómo entrevistar a futuros candidatos en base a estas 7 dimensiones. En 2013, estos dos programas se lanzaron a todo el colectivo de directores generales de hotel, y en 2014 al personal de apoyo del corporativo de diferentes zonas. Una nueva herramienta informática llamada Halogen, facilitó el proceso de evaluación. Se evaluaría el rendimiento en una escala del 1 al 5. Cumplir expectativas se situaría en un 3. Por encima del 3, significaría que se estaría sobrepasando expectativas –candidato potencial para promoción. Por debajo del 3, implicaría un rendimiento bajo. Por ejemplo, podríamos encontrar el caso hipotético del un director general de hotel por debajo del 3 en las competencias que se agrupan en la dimensión de liderazgo, pero cumpliendo expectativas en el resto. Tal vez este directivo esté gestionando con un estilo más autocrático, limitado a “imponer y controlar” y que necesita evolucionar. También se podría deducir que este directivo no estaría reforzando la filosofía de empresa “¡Sí, puedo hacerlo!”, ya que para que este valor corporativo pueda suceder, se debe liderar desde un principio de confianza, concediendo más autonomía al personal. En 2014, los programas en liderazgo proactivo, gestión del rendimiento y la evaluación de entrevistas en base a las 7 dimensiones también centraron la formación para los responsables de departamento en los hoteles. De 35.000 empleados que tiene la compañía, hay 3.000 RdD a quienes también se tendrá que evaluar. Estas personas necesitan comprender qué se espera de ellos y qué competencias tienen que mejorar. Del mismo modo, el personal más operativo tiene que ser consciente de las cualidades que se esperan de un gerente. Resumiendo: si el proceso en 2012-2013 se centró en directores de hotel para arriba -LdN- en enero del 2014 se continuó hacia abajo, centrándose en los 3.000 RdD. “Por primera vez en la historia de la compañía, tendremos la capacidad de saber cuáles son las necesidades más reales de desarrollo entre todas estas personas,“ afirmaba Jan Spooren, director de desarrollo de personas. “Lo que potencia aún más nuestra escuela de negocio, pues estaremos ofreciendo más valor.” La escuela de negocio de Rezidor: Rezidor Business School (RBS) La escuela de negocio de Rezidor celebró su 18 aniversario el pasado mes de julio de 2014. Desde que comenzaron sus operaciones, ha ofrecido cursos de formación y programas a más de 14.000 personas. Kurt Ritter, antiguo consejero delegado de Rezidor fue su promotor. Kurt, declaraba en una entrevista: “El resultado ha superado con creces la meta y la visión inicial de 1996. Creo que la escuela de negocio ha continuado mejorando hasta un punto en el que ni siquiera hubiéramos soñado cuando empezamos.” Rezidor Business School (RBS) se diferencia de otros centros de formación en cadenas hoteleras o compañías turísticas, por la forma en la que se ha organizado y estructurado. También existe una diferencia obvia en la consistencia que ha demostrado frente a otros. A pesar de los planes por reducir costes de muchos grupos turísticos en épocas de crisis, Rezidor se ha mantenido firme y ha continuado operando su escuela de negocio. Jan Spooren que lidera RBS, afirmaba en nuestra entrevista: “Rezidor es un grupo hotelero con varias marcas. La escuela posibilita que muchos empleados puedan reunirse, conocerse, y compartir nuestros valores corporativos, así como nuestro propósito de compañía. Una vez que los cursos han finalizado y las personas regresan a sus respectivos hoteles, lo hacen no sólo con más conocimiento, sino también con un mayor sentimiento de compañía. También inspirados, pues han compartido experiencias con otros compañeros de otros hoteles y países, y han mejorado su red de contactos.” RBS opera cuatro veces al año a nivel global, y los hoteles tienen que mandar candidatos para atender a los cursos que allí tienen lugar. RBS también organiza otras cuatro convocatorias, esta vez a nivel de área, abarcando diferentes países. La escuela no tiene una ubicación fija sino que rota aprovechando la infraestructura de salas de reuniones y conferencias entre hoteles. Así, en 2015 por ejemplo, a nivel global, RBS tendrá lugar en Hamburgo, Doha, Bruselas y Georgia. Los candidatos asistentes son normalmente directivos, adjuntos a dirección, responsables de departamento y supervisores. También es posible encontrar personal base con potencial, esto es, empleados que han sido reconocidos por su talento y buen trabajo, como posibles candidatos para promocionar. En cualquier caso, la oferta de formación tampoco se limita a estos niveles, ya que también se ofrecerán más cursos para supervisores y personal base en cada hotel. El procedimiento para planificar quién y cuántas personas por hotel asistirán a RBS, tiene lugar entre el director general y el responsable de recursos humanos de cada hotel. Ambos presupuestarán por año una cantidad en formación determinada, equilibrándolo con el resto de costes e ingresos. Aunque el coste de los cursos es más competitivo debido a que muchos de sus programa se desarrollan a nivel interno, los gastos de viaje sí que pueden incrementarse. RBS provee unos 25 cursos diferentes mezclando programas internos que son diseñados y tutorizados por personas de Rezidor, y programas externos, subcontratados y tutorizados por compañías de formación –los programas externos normalmente se han reconfigurado y adaptado a las necesidades de Rezidor. El abanico de cursos siempre puede incrementarse o cambiar según necesidades. Por ejemplo, hace 2 años se añadió un curso en Social Media, cuando el departamento de desarrollo de personas y el director de Social Media acordaron expandir estas competencias por la compañía. Hay otros cursos como: “Sí, puedo hacerlo!”, “Certificado formador cursos de Responsabilidad Social Corporativa”, “Formar a los formadores: bases esenciales”, “Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas”, “Lograr el éxito como vendedores”, “Lograr el éxito en la gestión de ventas”, “Habilidades de negociación”, “Finanzas para los gerentes no financieros”, “Liderazgo proactivo”, “Certificado para ser mentor en el programa ‘mentor alumno’”, “Curso avanzado en Revenue Management”…etc. La calidad y el contenido de estos cursos es clave. Si es el caso de un curso interno, será enseñado por personas muy capacitadas y certificadas como “formadores maestros.” Un formador maestro no sólo enseña en RBS, sino que también forma a diferentes formadores que podrán replicar estos cursos en sus hoteles y al resto del personal. El perfil de un formador maestro suele corresponder al de una persona de recursos humanos en oficinas corporativas o área. Directivos y responsables de departamento, también son válidos para certificarse como formador maestro. “La calidad del curso y el formador maestro es fundamental, porque a su vez formarán a otros ‘formadores de hotel’; quienes a sus vez formarán al resto. Y aquí estamos hablando de estándares de compañía y de servicio, responsabilidad social corporativa, etc.” Comenta Jan Spooren. “En el pasado, se encargaba el personal de recursos humanos, lo que en realidad es algo más habitual, pero también nos dimos cuenta que necesitábamos más formadores internos con experiencia operativa.” Hoy un día el perfil de un formador certificado de hotel puede ser el de una gobernanta o supervisora de pisos, gerente de recepción o supervisor, o incluso el de un jefe de cocina. No se paga extra. La motivación es puramente intrínseca. Formar a otras personas va añadido a las responsabilidades habituales de cada puesto. Tal vez una meta más ambiciosa podría ser la de certificarse como formador maestro, pero otros simplemente lo hacen porque con ello mejoran a su equipo y a su hotel. Cursos como “Formar a los formadores: bases esenciales” enseñan como convertirse en formadores eficientes. A parte de los cursos homologados, es posible desarrollar cursos específicos para las necesidades particulares de un hotel. Este curso explica los principios esenciales para desarrollar un contenido; cómo un formador puede proveer estructura y objetivos de aprendizaje, construir puntos lógicos fundamentales, incorporar preguntas, usar material visual y aprender el lenguaje no verbal. Otros programas como “¡Sí, puedo hacerlo!”, certificarán a futuros formadores de hotel, para que puedan enseñar los principios detrás de esta filosofía de trabajo y servicio. El programa “¡Sí, puedo hacerlo!” trata sobre fundamentos como cumplir con las expectativas y la promesa de servicio, hacerlo bien, ofrecer un actitud adecuada, o sorprender y deleitar a los clientes. Todas las clases son muy participativas, y continuamente están promoviendo ejercicios y actividades en equipo entre los estudiantes. «En uno de los mayores estudios que ha realizado en grupo Gallup, analizó encuestas de 142 países en 2013. Sus conclusiones no podían ser más reveladoras y al mismo tiempo más alarmantes: sólo el 13% de los empleados confirmaba estar comprometidos con sus trabajos» Certificarse como formador de hotel no es fácil. En el ultimo día, los formadores maestros evaluarán a los candidatos a formador de hotel cómo enseñan ellos mismos el programa. Algunos pueden suspender. No se puede garantizar el certificado como formador sólo por recibir el curso. Si se suspendiera, siempre puede haber una segunda oportunidad, esta vez, en el país de origen del candidato y en su idioma nativo. Es posible que el hecho de no ser muy fluido en inglés pudiera haber jugado un mala pasada al candidato, poniéndole más nervioso –al fin y al cabo, los cursos en los hoteles se ofrecerán en sus idiomas correspondientes. Un vez que el formador obtiene su certificación, no debería pasar más de 30 días hasta que enseñe su primer curso al resto por primera vez. RBS también ofrece un programa de área o regional, para el desarrollo de supervisores (Program for Supervisor Development-PSD). Estos cursos van enfocados a ayudarles a ser más eficaces en su día a día e incluso a prepararles para ser responsables de departamento algún día. Este programa tiene lugar a nivel de hotel y por un tiempo de tres meses. Las clases tienen lugar en convocatorias de 2 días en un intervalo de 6 a 8 semanas. En la última convocatoria, los estudiantes tendrán que presentar un proyecto final. También se ofrece una amplia oferta de formación online. La plataforma online de Rezidor tiene muchos cursos y fórums de debate en cada hotel. Esta plataforma también se ha adaptado para Smartphone y Tablets. El coste por hotel para acceder a los cursos online es pequeño y fijo. Los cursos que allí figuran son muy prácticos y visuales–contienen muchos videos, con muy buenas representaciones de diferentes casos y situaciones en servicio o en el trabajo- y está enfocados, sobre todo, para el personal base y los supervisores. Esta plataforma online está renovando sus cursos continuamente y el departamento de desarrollo de personas del corporativo monitoriza la participación: quién está atendiendo al curso o el número de visitas. El retorno de inversión (ROI) en formación Michael Farrel, vicepresidente de recursos humanos para Rezidor afirmaba: “Una compañía que gasta dinero en formación no incurre en un gasto sino en una inversión. Poner en práctica lo que se ha aprendido es una prueba de ese retorno de inversión. Es una situación gana-gana: la compañía gana porque impulsa sus habilidades, conocimiento y motivación. Y el empleado gana, porque multiplica su motivación intrínseca creciendo profesionalmente y personalmente.” Si las palabras de Michael Farrel son de sentido común para la mayoría de ejecutivos, ¿por qué entonces no se suelen respaldar con acciones? Cuando se trata de recortar costes, la realidad es que los gastos de formación suelen ser los primeros en caer de la lista. Aún peor, muchos directivos no invierten en formación, porque de lo que se trata es de maximizar los beneficios en el corto plazo. Hay varias explicaciones. Una de las razones se debe, a que no hay una fórmula fácil ni números mágicos que puedan justificar un retorno de inversión en el corto plazo por incrementar el conocimiento y las habilidades del personal. Un segundo motivo se explica porque los directivos normalmente tampoco son conscientes de los beneficios intangibles e indirectos al desarrollar a personas. También hay una tercera explicación, que se comprende por la falta de visión y compromiso hacia estrategias de más largo plazo. La gestión del talento y el desarrollo de personas no se puede medir con facilidad en el corto plazo, pero sus réditos suponen un potencial tremendo en el largo. Es por este motivo por el que la retención de personas se hace más importante que nunca. La inversión en formación no se puede medir cuantitativamente de manera ‘científica’ porque muchos de sus beneficios son intangibles. ¿Cómo puedes medir una mejora en la actitud de una persona por asistir a RBS? O, ¿cómo es posible medir los beneficios de las relaciones o el networking entre las personas que atienden a estos cursos? ¿Cómo es posible calcular en términos financieros que los valores corporativos se hayan reforzado? Sí que es posible calcular en términos cuantitativos la retención y la moral de los empleados, como consecuencia de invertir en formación –entre otros factores. Por ejemplo, Rezidor obtuvo un 87 sobre 100 en satisfacción de personal en 2013. Los índices de baja laboral también se pueden medir y comparar con la competencia y la media de la industria. También se pueden medir otros indicadores de rendimiento, como la satisfacción de clientes potenciada por el programa “¡Sí, puedo hacerlo!” Del mismo modo, los cursos de ventas deberían mejorar los procesos comerciales, haciéndolos más eficientes, y ciertamente, se podría medir la parte que implica generar o retener más cuentas comerciales o eventos. Sin embargo, a parte de cualquier medida cuantitativa, existen otros beneficios menos tangibles pero no por ello menos poderosos. Por ejemplo, la creatividad que sucedería por atender a estos programas al reunirse con otras personas de diferentes culturas y departamentos, y realizar en equipo muchas actividades participativas. Otro beneficio intangible podría encontrarse en la mejora del comportamiento; los empleados regresan con mayor motivación y energía a sus hoteles, y se muestran más comprometidos con las metas de la organización y su cultura organizativa. “No existe ninguna fórmula específica para calcular el retorno de invertir en formación,” confirma Jan Spooren. “Una vez que los estudiantes regresan al hotel deberían sentarse con sus jefes y abrir un diálogo que trate en líneas generales lo que se ha aprendido en el curso y lo que esperarían aplicar en sus trabajos. Esto debería hacerse en una reunión nada más regresar a sus hoteles.” El programa de “mentor y alumno” para convertirse en director general de hotel El programa de mentor y alumno está diseñado para identificar aquellos candidatos con talento dentro de la compañía, y que son potenciales para convertirse en directores generales de hotel. Prepararles para que puedan asumir estos puestos. Wolfgang Neumann, CEO de Rezidor, afirmaba: “Rezidor muestra un compromiso a largo plazo con el desarrollo de personas, la formación y la potenciación del talento en todos los puestos organizativos. Estoy absolutamente convencido en el crecimiento interno, promoviendo candidatos dentro de la compañía.” Para formar parte de este programa, los directores de recursos humanos, conjuntamente con los directores de área, tendrán que nominar a sus candidatos y mandar sus nominaciones al departamento corporativo de desarrollo de personas. Jan Spooren revisará que se están cumpliendo los requerimientos mínimos. Estas condiciones son: (i) el candidato deberá ser un responsable de departamento (RdD) con dos años mínimos de experiencia en operaciones dentro de Rezidor. Esto es, si la persona viene de otra compañía con experiencia con previa experiencia como RdD, por lo menos tendrá que trabajar dos años en Rezidor para empaparse de sus valores y de su cultura. (ii) Otra condición indispensable es que el candidato seleccionado, debería haber liderado un equipo de personas y gestionado un presupuesto. Por ejemplo, podría suceder que un ejecutivo comercial con experiencia fuera propuesto parar entrar en este programa. En ese caso, se le animaría a que ganara experiencia en operaciones gestionando un presupuesto, y que pasara un cierto tiempo liderando un pequeño equipo de personas. Una vez que todos los requisitos están en orden, el departamento de desarrollo de personas en Bruselas, pondrá en marcha un centro de evaluación para 8 candidatos. Básicamente, se les valorará en función de 5 de las 7 dimensiones para los LdN. No se tendrá tanto en cuenta las dimensiones en gestión y capacidad comercial, ni la perspectiva estratégica, ya que estas competencias se potenciarán dentro del programa. Los candidatos preseleccionados pasarán dos días haciendo pruebas; ejercicios de grupo, formación, test numéricos y verbales, y presentaciones interactivas; los evaluadores podrán ver cómo se presentan y se venden en público los candidatos. Si pasan estas evaluaciones, se les asignará como alumnos al programa y tendrán que especificar sus opciones de movilidad geográfica. Obviamente, cuanta mas flexibilidad geográfica se muestre, antes serán asignados a un mentor. Los mentores son directores generales de hotel que han sido certificados y asignados como mentores del programa. Los alumnos trabajarán como adjuntos a dirección general o directores de operaciones bajo la estrecha supervisión de sus mentores. Pasarán un periodo de entre 12 a 18 meses desarrollando competencias como: la gestión comercial, la perspectiva estratégica, planificación de negocio, relación con propietarios, relaciones sociales o networking, revenue management, etc. Una vez que el mentor confirme que el candidato está listo, tendrá que volar a las oficinas corporativas en Bruselas para pasar una prueba final. En esta prueba, el candidato se reunirá con dos directores regionales, quienes le evaluarán y decidirán si está preparado para asumir una dirección general de hotel. Conclusión: un trabajo que comprometa y que tenga significado y sea competitivo. En uno de los mayores estudios que ha realizado en grupo Gallup, analizó encuestas de 142 países en 2013. Sus conclusiones no podían ser más reveladoras y al mismo tiempo más alarmantes: sólo el 13% de los empleados confirmaba estar comprometidos con sus trabajos. La mayor parte de los empleados a escala mundial –63%-- se mostraba “no comprometido”, lo que suponía que estas personas no estaban lo suficientemente motivadas, y mostraban menos posibilidades de realizar un esfuerzo extra por los objetivos y metas de la compañía. Jim Clifton, CEO de Gallup declaraba: “Lo que todo el mundo quiere es un buen trabajo. Este es uno de los mayores descubrimientos que Gallup ha hecho…” El punto esencial de todo esto, es que las personas invertimos buena parte de nuestra vida trabajando. Por lo tanto, la calidad que tenga nuestro trabajo determinará una buena parte de la calidad de nuestras vidas. Gallup concluyó advirtiendo a los líderes de negocio en el mundo, que debían poner mucho más esfuerzo por aumentar el compromiso de las personas en sus trabajos y en sus organizaciones. Este compromiso es clave para conseguir un crecimiento sostenible en las empresas, las comunidades y los países. John Mackey, fundador y CEO de Whole Foods Market y Raj Sisodia nos recordaban en su libro Conscious Capitalism (2013) que las empresas tienen que rediseñar sus trabajos para hacerlos más significativos y con mayor propósito. Esto significa que un trabajo tiene que facilitar el crecimiento personal y profesional de una persona en un dominio en particular. Finalmente, las organizaciones tienen que potenciar (empower) a sus empleados concediéndoles más autonomía. Así que estas tres variables –propósito, desarrollo y autonomía- juntas, promoverán una motivación intrínseca mayor, que a su vez facilitará mayores niveles de creatividad, compromiso, rendimiento, y satisfacción laboral. El nuevo escenario hotelero se está volviendo más competitivo e impredecible. De ahí la importancia de que los hoteles y cadenas hoteleras desarrollen su talento interno para competir mejor. Este caso de estudio, podría ser una fuente de inspiración para muchos. [email protected]
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