12-A 13-DICIEMBRE -2008 #1

DOMINGO 8 DE MARZO, 2015
I SECCIÓN A I NUEVO DÍA I NOGALES, SONORA
La Asociación Manitas que Hablan inauguró la ampliación del Centro de Atención para Niños con Sordera.
Niños de Manitas que Hablan cantan en lenguaje de señas.
Estrena Manitas que
Hablan nuevos espacios
Gracias al apoyo de
la Asociación de
Maquiladoras de
Sonora cuenta con
dos salones más
para enseñanza de
los niños
Representantes de la empresa Smurfit Kappa recibieron reconocimiento por
su apoyo a este proyecto.
Eréndida Contreras Inzunza
Nuevo Día/Nogales, Sonora
A
nte el apoyo de 75 mil
dólares que hizo la empresa maquiladora Smurfit
Kappa Nogales, la Asociación
Manitas que Hablan logró ampliar su centro de Atención para
Niños con Sordera y con ello llevar a cabo sus programas educativos en apoyo a niños y
jóvenes con este problema.
Por ello, en respuesta al donativo, la Asociación Manitas que
El equipo de Smurfit Kappa entregó el cheque simbólico por 75 mil dólares.
Hablan, dirigida por su representante legal Teresa Hernández, inauguró la ampliación del Centro de
Atención para Niños con Problemas de Sordera y con ello complementó el proyecto necesario para
sus programas educativos que
ofrece a niños y jóvenes de la loca-
lidad.
En ceremonia con invitados
especiales a personalidades de la
localidad, como representantes de
la empresa Smurfi Kappa Nogales,
la Asociación de Maquiladoras de
Sonora, AMS, Asociaciones Dow
Nogales, Venciendo al Autismo,
Cruz Roja, DIF, Clínica de Equinoterapia, Asociación Arizona Sonora
Border (Arsobo), Fundación del
Empresariado Sonorense, (Fesac),
entre otros, fueron testigos del
avance tan importante que tuvo
lugar gracias a la empresa maquiladora, que donó 75 mil dólares en
apoyo a la agrupación.
En entrevista con Benjamín
Olmos, gerente de Recursos Humanos en la empresa Smurfit
Kappa, dijo que el donativo a Manitas que Hablan fue un proyecto
que inició por un correo electrónico, donde se informó a la agrupación que la compañía tenía un proyecto presentado por la fundación
Smurfit Kappa, que consistía en un
concurso entre varias asociaciones
en toda la frontera de México, en
los cuales resultó ganador el proyecto de Manitas que Hablan y
empezó a desarrollarse, por eso, el
primer fruto de ese donativo correspondiente a 75 mil dólares significa una duración de dos años y
será hasta 2017 cuando se evalúe
si continúa el apoyo al proyecto o
se enfocan a otro.
“Parte de nuestra misión es
continuar apoyando a la comunidad y qué mejor que hacerlo con
buenos proyectos, como lo es Manitas que Hablan, algo que impulsó precisamente un trabajador con
problemas auditivos y de lenguaje,
entonces fue nuestra motivación
para apoyarlo, algo muy satisfactorio poder decirle a los niños que
hay apoyo y ustedes sigan preparándose para integrarlos de forma
normal a la sociedad y no haya limitantes por una discapacidad de
lenguaje, simplemente la compañía está para desarrollar esa habilidad y facilitar la integración de
los niños en sociedad.
Es María Guadalupe su razón de vivir
Joven madre de
familia sostiene
lucha cotidiana para
sacar adelante a su
pequeña hija
Eréndida Contreras Inzunza
Nuevo Día/Nogales, Sonora
N
o me voy a rendir, sé que
cada día es una oportunidad que Dios me da para
hacer algo por mi hija; sé que este
regalo es para agradecer a Dios y
cumplir como madre esta labor
tan especial, expresó Cecilia, al
reiterar que su hija es la motivación de toda su familia.
El destino no castiga con un
hijo especial, la vida sólo te da
pruebas para convertirte en una
persona más sensible, más humana, te da justo una razón de vida,
dijo la joven madre de 25 años, que
insistió en su gran amor por su pequeña Marilú, quien padece de parálisis cerebral infantil y cada día es
un motivo para estar de pie y cumplir con esa encomienda que hoy
tiene en sus manos.
Es la historia de Cecilia Rodríguez Plasencia, quien recibió el
regalo más preciado, que es su hija,
y, muy joven, convertirse en madre
y padre para tomar a su hija de la
mano y junto al apoyo de su familia, darle lo mejor de sí, pues ante
todo esta pequeña comentó se ha
convertido en la alegría de su casa.
Hace cuatro años su destino le
entregó un regalo especial
Hace cuatro años, el destino le tenía preparada una sorpresa,
pues su embarazo fue normal,
cumplió con control de embarazo
de acuerdo a lo correspondiente.
Todo se consideraba perfecto, así lo
decían los médicos y su confianza
de madre primeriza se lo indicaba.
El día de parto fue atendido
en el Hospital General, su dificultad
de dilatación complicó su proceso,
la misma situación vivía otra paciente que no podía tener rápidamente a su bebé.
“La casualidad fue que las
dos dilatamos al mismo tiempo,
pero a ella la atendieron primero,
pues sólo estaba en turno una doctora y un enfermero, fue como ella
tuvo a su hija, pero yo estaba sin
atención y sola, por eso pedí ayuda
a una enfermera, haciéndole saber
que no aguantaba los dolores, entonces llamó a la doctora, quien
me revisó y aceptó que faltaba po-
Marilú con sus abuelos Cecilia Rodríguez y Guadalupe Rodríguez.
La madre en apoyo a su hija.
co, pues a la bebé ya se le miraba la
cabecita y sólo que siguiera pujando, que no había problema, pues
todavía faltaba un poco para consumarse el parto. De esta manera
seguí pujando con fuerza, pero la
sala estaba sola y en ese lapso se
dio el cambio de turno y la entrada
de otra doctora, quien fue llamada
por una paciente que estaba internada para que me ayudaran, de esta forma ella me revisó y ordenó
que me llevaran inmediatamente a
la sala de parto, pero si algo pasaba no tenía la culpa, pues acaba de
llegar”, dijo.
La salud de
Marilú se complicó
La situación es que a Cecilia
se le pasaron los dolores, estaba
cansada de tanto hacer fuerza y no
podía hasta que le cortaron un poco y fue así, aproximadamente a la
1:00 de la tarde, como nació María
Guadalupe, pero no lloró, tampoco
la vio al nacer, sólo recuerda como
empezaban a darle respiración,
cuando se la llevó el pediatra y le
aseguró que iban hacer todo lo posible por salvarla. De ahí la llevaron
al cuarto y a los pocos minutos le
aseguraron que su hija estaba bien,
que el peligro había pasado.
El problema continuó como
las 4:00 a 5:00; la niña entró a terapia intensiva, estaba entubada y
hubo necesidad de trasladarla a
Hermosillo, serían como las 8:00
de la noche; se fue en una ambulancia que tuvo que pagar la familia porque necesitaba una unidad
equipada. Entonces decidió salir
voluntariamente del Hospital, no
fue dada de alta, pues quería estar
con su hija, pero sus condiciones no
permitieron que fuera ese mismo
día a Hermosillo y tuvieron que pasar tres días para volver a ver a su
hija y estar con ella un mes, porque
se encontraba internada en terapia
intensiva.
-El diagnóstico de mi hija
fue asfixia; el problema fue cuando
la doctora aseguró que no pasaba
nada; creo que la niña se inflamó,
pero que iba a estar bien, sólo que
necesitaban tenerla en estado de
coma porque en repetidas ocasiones, convulsionaba, así surgió hasta entregarme a mi hija y sólo tendría secuelas por sus convulsiones,
pero nada de cuidado”, mencionó.
Cecilia regresó a Nogales
con su hija y desde un inicio vio algunos problemas en su accionar,
entre ellos, no agarraba la mamila,
no succionaba, pero no prestó cuidado, pensó que tal vez sería porque en Hermosillo le daban alimento con jeringa y la niña estaba
acostumbrada. Pero en su preocupación decidió buscar ayuda de un
pediatra y terapeuta, quien le confirmó que el problema de Marilú
era enfermedad por parálisis cerebral infantil, algo que todavía no le
dio importancia, pues como madre
primeriza desconocía todo, incluso,
el grado de afectación del problema de salud.
Cecilia empieza asimilar el
problema de su hija
A partir de entonces, Cecilia
empezó a comprender que la en-
fermedad de su hija sería para toda
la vida; había necesidad de cuidados, de mucha atención y esa responsabilidad tendría que enfrentarla junto a su familia, de quien,
asegura, ha recibido todo el apoyo
para salir adelante. En ese sentido,
tardó para asimilar lo que estaba
pasando, aceptar que era su primera experiencia como madre y su hija
era especial, pero normal, sólo con
necesidades diferentes y en ello
había que trabajar, pues las afecciones en su cerebro, es decir, una
parálisis cerebral infantil, producto
de los choques de neuronas cada
vez que hubo en su cuerpo una
convulsión.
-Mi primer instinto era
aprender-, dijo Cecilia al insistir que
siempre buscó información cada
vez que su terapista consultaba a
Marilú, un servicio privado y costoso, que al poco tiempo, pudo solventar, pues era madre soltera y sin
trabajo, sólo el apoyo de su familia,
entonces le llegó la oportunidad de
llevarla al CRIT. La pequeña entonces tenía siete meses, donde no hubo una experiencia agradable, por
ver a tantos niños mayores con la
misma enfermedad y las condiciones físicas y mentales que observaba en ellos, pues muy en su interior
todavía no aceptaba que su niña
era una PCI, pero su parecer cambió
gracias al apoyo profesional de psicólogas de ese lugar.
En esa lucha, en la que ha
habido dos operaciones, la primera
para ponerle una sonda que la ayudara para la alimentación, pues al
no succionar, ella no aprovechaba
Su abuela Cecilia la consiente.
la comida. Actualmente todavía vive con esa sonda; en el CRIT le recomendaron un licuado especial
que es su fuente de energía. También tocó las puerta de DIF, CAM,
Clínica de Equinoterapia, donde le
facilitaron tratamiento a través de
una beca, la cual terminó y ahora
es necesario pagar una cuota por
el tratamiento para continuar con
su atención.
Cecilia jamás
se doblegará, su hija le
ha puesto el ejemplo
“Como madre, por ese amor
que le tengo a mi niña, no me puedo doblegar; lo he dicho varias veces, que si ella ha sido tan fuerte
para ser capaz de aguantar tratamientos, operaciones, porqué nosotros no podemos ser más fuertes
para seguir ayudando”, dijo, al asegurar que esta alegría familiar ha
tenido avances importantes; hoy
María se mueve mucho, su cuerpo
está mejor, es muy sonriente, cari-
ñosa, es verdaderamente un ángel
que se ha ganado el amor de todos,
primeramente de sus abuelos, quienes desde el primer día han sido el
apoyo fundamental para que su
madre pueda salir a trabajar, formar parte de ese sostén familiar
que tanto requiere para sacar siempre firme en esta lucha incansable,
pero con todo el agradecimiento de
sentir esta experiencia única, que
es tener a su lado a su hija.
“Mi amor es grande; te amo
con todo mi corazón; soy tu madre
que te dice que estés como estés
yo te amo, no me importan nada
de tus condiciones físicas; sé que
eres una bendición y llegaste a
cambiar mi mundo, pues estoy segura que llegaste precisamente a
sensibilizarnos a todos, por eso, jamás voy a cansarme de repetir que
te amo; mientras tenga las fuerzas
seguiré luchando para que sigas
adelante y ojalá Dios nos permita
tenerte muchos años a nuestro lado”, expresó a María Guadalupe.