DOMINGO 8 DE MARZO, 2015 I SECCIÓN A I NUEVO DÍA I NOGALES, SONORA La Asociación Manitas que Hablan inauguró la ampliación del Centro de Atención para Niños con Sordera. Niños de Manitas que Hablan cantan en lenguaje de señas. Estrena Manitas que Hablan nuevos espacios Gracias al apoyo de la Asociación de Maquiladoras de Sonora cuenta con dos salones más para enseñanza de los niños Representantes de la empresa Smurfit Kappa recibieron reconocimiento por su apoyo a este proyecto. Eréndida Contreras Inzunza Nuevo Día/Nogales, Sonora A nte el apoyo de 75 mil dólares que hizo la empresa maquiladora Smurfit Kappa Nogales, la Asociación Manitas que Hablan logró ampliar su centro de Atención para Niños con Sordera y con ello llevar a cabo sus programas educativos en apoyo a niños y jóvenes con este problema. Por ello, en respuesta al donativo, la Asociación Manitas que El equipo de Smurfit Kappa entregó el cheque simbólico por 75 mil dólares. Hablan, dirigida por su representante legal Teresa Hernández, inauguró la ampliación del Centro de Atención para Niños con Problemas de Sordera y con ello complementó el proyecto necesario para sus programas educativos que ofrece a niños y jóvenes de la loca- lidad. En ceremonia con invitados especiales a personalidades de la localidad, como representantes de la empresa Smurfi Kappa Nogales, la Asociación de Maquiladoras de Sonora, AMS, Asociaciones Dow Nogales, Venciendo al Autismo, Cruz Roja, DIF, Clínica de Equinoterapia, Asociación Arizona Sonora Border (Arsobo), Fundación del Empresariado Sonorense, (Fesac), entre otros, fueron testigos del avance tan importante que tuvo lugar gracias a la empresa maquiladora, que donó 75 mil dólares en apoyo a la agrupación. En entrevista con Benjamín Olmos, gerente de Recursos Humanos en la empresa Smurfit Kappa, dijo que el donativo a Manitas que Hablan fue un proyecto que inició por un correo electrónico, donde se informó a la agrupación que la compañía tenía un proyecto presentado por la fundación Smurfit Kappa, que consistía en un concurso entre varias asociaciones en toda la frontera de México, en los cuales resultó ganador el proyecto de Manitas que Hablan y empezó a desarrollarse, por eso, el primer fruto de ese donativo correspondiente a 75 mil dólares significa una duración de dos años y será hasta 2017 cuando se evalúe si continúa el apoyo al proyecto o se enfocan a otro. “Parte de nuestra misión es continuar apoyando a la comunidad y qué mejor que hacerlo con buenos proyectos, como lo es Manitas que Hablan, algo que impulsó precisamente un trabajador con problemas auditivos y de lenguaje, entonces fue nuestra motivación para apoyarlo, algo muy satisfactorio poder decirle a los niños que hay apoyo y ustedes sigan preparándose para integrarlos de forma normal a la sociedad y no haya limitantes por una discapacidad de lenguaje, simplemente la compañía está para desarrollar esa habilidad y facilitar la integración de los niños en sociedad. Es María Guadalupe su razón de vivir Joven madre de familia sostiene lucha cotidiana para sacar adelante a su pequeña hija Eréndida Contreras Inzunza Nuevo Día/Nogales, Sonora N o me voy a rendir, sé que cada día es una oportunidad que Dios me da para hacer algo por mi hija; sé que este regalo es para agradecer a Dios y cumplir como madre esta labor tan especial, expresó Cecilia, al reiterar que su hija es la motivación de toda su familia. El destino no castiga con un hijo especial, la vida sólo te da pruebas para convertirte en una persona más sensible, más humana, te da justo una razón de vida, dijo la joven madre de 25 años, que insistió en su gran amor por su pequeña Marilú, quien padece de parálisis cerebral infantil y cada día es un motivo para estar de pie y cumplir con esa encomienda que hoy tiene en sus manos. Es la historia de Cecilia Rodríguez Plasencia, quien recibió el regalo más preciado, que es su hija, y, muy joven, convertirse en madre y padre para tomar a su hija de la mano y junto al apoyo de su familia, darle lo mejor de sí, pues ante todo esta pequeña comentó se ha convertido en la alegría de su casa. Hace cuatro años su destino le entregó un regalo especial Hace cuatro años, el destino le tenía preparada una sorpresa, pues su embarazo fue normal, cumplió con control de embarazo de acuerdo a lo correspondiente. Todo se consideraba perfecto, así lo decían los médicos y su confianza de madre primeriza se lo indicaba. El día de parto fue atendido en el Hospital General, su dificultad de dilatación complicó su proceso, la misma situación vivía otra paciente que no podía tener rápidamente a su bebé. “La casualidad fue que las dos dilatamos al mismo tiempo, pero a ella la atendieron primero, pues sólo estaba en turno una doctora y un enfermero, fue como ella tuvo a su hija, pero yo estaba sin atención y sola, por eso pedí ayuda a una enfermera, haciéndole saber que no aguantaba los dolores, entonces llamó a la doctora, quien me revisó y aceptó que faltaba po- Marilú con sus abuelos Cecilia Rodríguez y Guadalupe Rodríguez. La madre en apoyo a su hija. co, pues a la bebé ya se le miraba la cabecita y sólo que siguiera pujando, que no había problema, pues todavía faltaba un poco para consumarse el parto. De esta manera seguí pujando con fuerza, pero la sala estaba sola y en ese lapso se dio el cambio de turno y la entrada de otra doctora, quien fue llamada por una paciente que estaba internada para que me ayudaran, de esta forma ella me revisó y ordenó que me llevaran inmediatamente a la sala de parto, pero si algo pasaba no tenía la culpa, pues acaba de llegar”, dijo. La salud de Marilú se complicó La situación es que a Cecilia se le pasaron los dolores, estaba cansada de tanto hacer fuerza y no podía hasta que le cortaron un poco y fue así, aproximadamente a la 1:00 de la tarde, como nació María Guadalupe, pero no lloró, tampoco la vio al nacer, sólo recuerda como empezaban a darle respiración, cuando se la llevó el pediatra y le aseguró que iban hacer todo lo posible por salvarla. De ahí la llevaron al cuarto y a los pocos minutos le aseguraron que su hija estaba bien, que el peligro había pasado. El problema continuó como las 4:00 a 5:00; la niña entró a terapia intensiva, estaba entubada y hubo necesidad de trasladarla a Hermosillo, serían como las 8:00 de la noche; se fue en una ambulancia que tuvo que pagar la familia porque necesitaba una unidad equipada. Entonces decidió salir voluntariamente del Hospital, no fue dada de alta, pues quería estar con su hija, pero sus condiciones no permitieron que fuera ese mismo día a Hermosillo y tuvieron que pasar tres días para volver a ver a su hija y estar con ella un mes, porque se encontraba internada en terapia intensiva. -El diagnóstico de mi hija fue asfixia; el problema fue cuando la doctora aseguró que no pasaba nada; creo que la niña se inflamó, pero que iba a estar bien, sólo que necesitaban tenerla en estado de coma porque en repetidas ocasiones, convulsionaba, así surgió hasta entregarme a mi hija y sólo tendría secuelas por sus convulsiones, pero nada de cuidado”, mencionó. Cecilia regresó a Nogales con su hija y desde un inicio vio algunos problemas en su accionar, entre ellos, no agarraba la mamila, no succionaba, pero no prestó cuidado, pensó que tal vez sería porque en Hermosillo le daban alimento con jeringa y la niña estaba acostumbrada. Pero en su preocupación decidió buscar ayuda de un pediatra y terapeuta, quien le confirmó que el problema de Marilú era enfermedad por parálisis cerebral infantil, algo que todavía no le dio importancia, pues como madre primeriza desconocía todo, incluso, el grado de afectación del problema de salud. Cecilia empieza asimilar el problema de su hija A partir de entonces, Cecilia empezó a comprender que la en- fermedad de su hija sería para toda la vida; había necesidad de cuidados, de mucha atención y esa responsabilidad tendría que enfrentarla junto a su familia, de quien, asegura, ha recibido todo el apoyo para salir adelante. En ese sentido, tardó para asimilar lo que estaba pasando, aceptar que era su primera experiencia como madre y su hija era especial, pero normal, sólo con necesidades diferentes y en ello había que trabajar, pues las afecciones en su cerebro, es decir, una parálisis cerebral infantil, producto de los choques de neuronas cada vez que hubo en su cuerpo una convulsión. -Mi primer instinto era aprender-, dijo Cecilia al insistir que siempre buscó información cada vez que su terapista consultaba a Marilú, un servicio privado y costoso, que al poco tiempo, pudo solventar, pues era madre soltera y sin trabajo, sólo el apoyo de su familia, entonces le llegó la oportunidad de llevarla al CRIT. La pequeña entonces tenía siete meses, donde no hubo una experiencia agradable, por ver a tantos niños mayores con la misma enfermedad y las condiciones físicas y mentales que observaba en ellos, pues muy en su interior todavía no aceptaba que su niña era una PCI, pero su parecer cambió gracias al apoyo profesional de psicólogas de ese lugar. En esa lucha, en la que ha habido dos operaciones, la primera para ponerle una sonda que la ayudara para la alimentación, pues al no succionar, ella no aprovechaba Su abuela Cecilia la consiente. la comida. Actualmente todavía vive con esa sonda; en el CRIT le recomendaron un licuado especial que es su fuente de energía. También tocó las puerta de DIF, CAM, Clínica de Equinoterapia, donde le facilitaron tratamiento a través de una beca, la cual terminó y ahora es necesario pagar una cuota por el tratamiento para continuar con su atención. Cecilia jamás se doblegará, su hija le ha puesto el ejemplo “Como madre, por ese amor que le tengo a mi niña, no me puedo doblegar; lo he dicho varias veces, que si ella ha sido tan fuerte para ser capaz de aguantar tratamientos, operaciones, porqué nosotros no podemos ser más fuertes para seguir ayudando”, dijo, al asegurar que esta alegría familiar ha tenido avances importantes; hoy María se mueve mucho, su cuerpo está mejor, es muy sonriente, cari- ñosa, es verdaderamente un ángel que se ha ganado el amor de todos, primeramente de sus abuelos, quienes desde el primer día han sido el apoyo fundamental para que su madre pueda salir a trabajar, formar parte de ese sostén familiar que tanto requiere para sacar siempre firme en esta lucha incansable, pero con todo el agradecimiento de sentir esta experiencia única, que es tener a su lado a su hija. “Mi amor es grande; te amo con todo mi corazón; soy tu madre que te dice que estés como estés yo te amo, no me importan nada de tus condiciones físicas; sé que eres una bendición y llegaste a cambiar mi mundo, pues estoy segura que llegaste precisamente a sensibilizarnos a todos, por eso, jamás voy a cansarme de repetir que te amo; mientras tenga las fuerzas seguiré luchando para que sigas adelante y ojalá Dios nos permita tenerte muchos años a nuestro lado”, expresó a María Guadalupe.
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